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Resumen para el Primer Parcial  |  Semiología (Cátedra: Arnoux - 2011)  |  CBC  |  UBA

1. La Semiología como ciencia.

1.1. El signo lingüístico: La teoría de Saussure. La lingüística y su objeto de estudio.

0-Materia y tarea de la lingüística.
Lingüística : está constituida por todas las manifestaciones del lenguaje humano, teniendo en cuenta para cada período todas las formas de expresión, incluso los textos escritos que permiten conocer idiomas distantes.
La tarea de la lingüística será:
1) Describir las lenguas, encontrar derivaciones y “familias”, unificando la descripción de lenguas altas y bajas.
2) Buscar las fuerzas que intervienen de manera permanente y universal en todas las lenguas .

3) Delimitarse y definirse a sí misma.

1-La lengua: su definición.

LENGUAJE:


El fenómeno lingüístico presenta dos caras que se corresponden.


1º Las sílabas que se articulan son impresiones acústicas producidas por órganos vocales que son percibidas por el oído. No se puede reducir la lengua al sonido, ni separar al sonido de la articulación bucal. No se pueden definir los movimientos de los órganos vocales si hace abstracción a la impresión acústica.


2º El sonido es el instrumento del pensamiento y no existe por sí mismo. Es decir, se corresponde con una idea fisiológica y mental.


3º El lenguaje tiene un lado individual y un lado social, que no pueden prescindirse uno del otro.


4º El lenguaje implica a la vez un sistema establecido y una evolución.

El lenguaje articulado puede designar la subdivisión de la cadena hablada en sílabas o de la cadena de significaciones en unidades significativas, es decir que no es el lenguaje hablado el natural al hombre, sino la capacidad de formar una lengua. La solución para este estudio es enfocarse en la lengua, tomándola como norma de todas las manifestaciones del lenguaje.

× Lengua: sistema de signos que corresponden a distintas ideas. Es una la unidad esencial pero determinada del lenguaje. Es un producto social y un conjunto de convenciones adoptadas por la sociedad, un “tesoro” producto de la práctica del habla, un sistema gramatical que existe virtualmente en los cerebros de un conjunto, que existe en su totalidad en la masa. Es decir, es imprescindible una masa hablante para que exista. El individuo no puede crearla ni modificarla. La lengua es, por lo tanto, una totalidad en sí y un principio de clasificación. Se ubica en la unión entre significado y significante, psíquico, pasivo en el cerebro

La lengua es forma y no sustancia

2-Lugar de la lengua en los hechos de lenguaje.
Para encontrar la lengua en el conjunto del lenguaje, hay que enfocarse en el acto individual que permite reconstituir el circuito de la palabra:
1º.- Los conceptos, en el cerebro de A, se hallan asociados con las representaciones de los signos lingüísticos o imágenes acústicas que sirven para su expresión. (Fenómeno psíquico)
2º.- El cerebro transmite a los órganos de fonación un impulso determinado a la imagen. (Fenómeno fisiológico)
3º.- Las ondas sonoras se transmiten al oído de B. (Fenómeno físico)
Luego, en B, el proceso es inverso: físico (ondas sonoras), fisiológico (fonación o audición), y psíquico (imágenes verbales y conceptos). El circuito se puede seguir dividiendo en:
a) Parte externa (sonidos) y parte interna.
b) Parte psíquica y no psíquica (fisiológicos y físicos).
c) Parte activa/ejecutiva (todo lo que se transmite) y pasiva/receptiva

Para que se efectivo se debe tener en cuenta la facultad de asociación y coordinación, que permiten organizar a la lengua como sistema. Lo que hace que se forme en sujetos hablantes las mismas asociaciones entre signos y conceptos es el funcionamiento de las facultades receptivas y coordinativas.

Lengua

Habla

Social y convencional

Individual

Esencial

Accesorio o accidental

Producto de lo que el individuo registra pasivamente, es involuntaria.

Es un acto individual en el que interviene la inteligencia y la voluntad

Homogénea, concreta

Heterogéneo

Dependen del mecanismo psicofísico

Usa la lengua para su expresión personal

3-Lugar de la lengua en los hechos humanos. La Semiología .
Considerando que la lengua es un sistema de signos que expresan ideas, se puede concebir una ciencia que estudie la vida de los signos en la vida social: la semiología. Intenta explicar en qué consisten los signos y cuáles son las leyes que los gobiernan. La semiología no es reconocida como ciencia autónoma porque siempre se encaró la lengua en función de otra cosa y no en sí misma, lo que permitiría comprender la naturaleza del problema semiológico.

1.2. El signo lingüístico.

1. a-Signo, significado, significante.
Si se considera a la lengua reducida como una nomenclatura, es decir como una lista de términos que corresponden a ciertas cosas, es objetable en el hecho de que supone ideas preexistentes a las palabras: no aclara si el nombre es de naturaleza vocal o psíquica. Si bien hace parecer a esta relación como una operación muy simple, acierta en proponer a la unidad lingüística como una cosa doble.
Los términos en el signo son ambos psíquicos y están unidos en nuestro cerebro por una asociación. Lo que el signo une no es una cosa y un nombre, sino un concepto y una imagen acústica. La imagen acústica no es el sonido material, sino su huella psíquica.

× Signo lingüístico: es una entidad psíquica que combina al concepto y a la imagen acústica, es decir al significado y al significante, elementos íntimamente unidos que se reclaman mutuamente. Es biplánico y psíquico.

× Significado: una idea

× Significante: huella psíquica del sonido

1. b-Primer principio: lo arbitrario del signo.
El lazo que une el significante al significado es arbitrario, es decir, el signo lingüístico es arbitrario. Esta palabra no debe dar idea de que el significante depende de la libre elección del hablante, sino que es inmotivado: arbitrario con relación al significado, con el que no hay relación natural. A este principio se le pueden hacer dos objeciones:

1) Las onomatopeyas pueden ser consideradas no siempre como arbitrarias, pero no son fundamentales en un sistema lingüístico, siendo escasas a comparación con otros signos. Desde su origen latino, se puede deslindar la relación sugestiva sonora para decir que son un resultado fortuito de la evolución fonética.
Las onomatopeyas auténticas (glu glu) son escasas, y su elección es arbitraria, siendo la imitación aproximada y convencional de ciertos ruidos.

2) Las exclamaciones pueden ser negadas de un vínculo necesario entre el significado y el significante; además de que muchas de ellas comenzaron por ser palabras con sentido determinado.

1. c- Segundo principio: carácter lineal del significante.
El significante, de naturaleza auditiva, se desenvuelve sólo en el tiempo y toma sus caracteres:
a- Posee una extensión.
b- Su extensión es medible en una sola dimensión, una línea.
Todo el mecanismo de la lengua depende de este hecho. Los significantes acústicos no disponen más que de la línea de tiempo, sus elementos se presentan uno tras otro como una cadena.

1.3. Inmutabilidad y mutabilidad del signo.

1. a. Inmutabilidad.

La masa social no es consultada sobre el significante elegido por la lengua, y no podría ser reemplazado por otro. No puede ejercer su soberanía sobre una sola palabra; está ligada a la lengua tal como es.
La lengua, por tanto, no puede ser asimilada a un contrato puro y simple. Aparece siempre como una herencia de la época precedente, es decir un estado de lengua es siempre producto de factores históricos, y son esos factores los que explican por qué es inmutable el signo. Las consideraciones pueden considerarse como:

a. Arbitrariedad del signo. No hay lazo natural en el sistema, no es lógico ergo tampoco discutible.

b. Multitud de signos. Es imposible el cambio del sistema porque el individuo no es consciente de él.

c. Complejidad del sistema. Sólo se puede captar mediante la reflexión.

d. Resistencia colectiva al cambio lingüístico. La lengua es asunto del mundo, por lo que sufre constantemente la influencia de todos. Es decir, que este hecho imposibilita cualquier revolución.

La lengua es una herencia de la época precedente, y las fuerzas sociales actúan en función del tiempo. Es decir que tiene un carácter inmutable gracias a la colectividad y a la temporalidad.

El signo es arbitrario porque es producto de una tradición, y por estar fundado en una tradición es arbitrario.

1. b. Mutabilidad.

La continuidad del signo en el tiempo ligada a la alteración en el tiempo es un principio de la semiología general.

El signo está en condiciones de alterarse por su continuidad en el tiempo. En el cambio persiste la materia antigua, y cualquiera que sea su modificación (aislada o combinada entre sdo. y ste.) lleva a un desplazamiento de relación entre el significado y el significante. La lengua no puede evitar los factores que los desplazan, siendo ésta una de las consecuencias de la arbitrariedad del signo.

A diferencia de otras instituciones por su carácter arbitrario, la lengua no está limitada en sus medios puesto que una idea cualquiera puede asociarse a una secuencia cualquiera de sonido.

La lengua es un hecho social, producto de una masa hablante. La acción del tiempo se combina con esta fuerza social. Desde ese momento la lengua no es libre, porque el tiempo dará validez a las influencias de las fuerzas sociales y al principio de continuidad, que incluye el desplazamiento de las relaciones.

1.4. El valor lingüístico.

1. a. La lengua como pensamiento organizado en la materia fónica

Nuestro pensamiento es una masa amorfa e indistinta. La substancia fónica es una materia que se divide en partes distintas para suministrar significantes que el pensamiento necesita. Es decir, que se realizaron “recortes” simultáneos y arbitrarios sobre las dos bandas amorfas. Se puede representar el hecho lingüístico en su conjunto:


Ideas confusas

Sonidos indeterminados

El papel de la lengua frente al pensamiento es intermediar entre el pensamiento y el sonido. No hay una materialización de pensamientos ni espiritualización de sonidos. La lengua es como una hoja de papel, de un lado es el pensamiento y del otro el sonido.

1. b. El valor lingüístico considerado en su aspecto conceptual.

Uno de los aspectos del valor lingüístico es el de la capacidad que tiene una palabra de representar una idea, pero como elemento de la significación. La lengua es un sistema en donde todos los términos son solidarios y donde el valor de cada uno es la presencia simultánea de los otros. Los valores están constituidos por:

a. lo desemejante que puede ser reemplazado por otra cosa cuyo valor se está por determinar.

b. Por cosas similares que se pueden comparar.

Hace falta compararlo con valores similares, con las otras palabras que se pueden oponer. Si las palabras representarían conceptos dados de antemano, cada uno de ellos tendría traducciones exactas en el sentido de lengua a lengua. Es decir, en lugar de ideas dadas de antemano, encontramos valores que emanan del sistema.

Los valores corresponden a conceptos, se refiere a que son definidos negativamente por las relaciones con los otros términos del sistema: “son lo que otros no son”.

Cuando se produce la asociación de la imagen acústica con el concepto, la operación puede dar una idea de realidad; pero nunca representaría el hecho lingüístico (por ignorar al valor).

1. c. El valor lingüístico considerado en su aspecto material.

Lo que importa en la palabra no es el sonido por sí mismo, sino las diferencias fónicas que permiten distinguir esa palabra de todas las demás. Un fragmento de lengua se funda en su no coincidencia con el resto.

Arbitrario y diferencial son dos cualidades correlativas: la alteración de los signos lingüísticos patentiza esta correlación. Cada uno de los términos queda libre para modificarse según leyes ajenas a su función significativa.

Además, es imposible que el sonido, elemento material, pertenezca por sí mismo a la lengua. No es más que una cosa secundaria. Este principio es esencial y se aplica a todos los elementos materiales de la lengua, incluso en los fonemas (entidades opositivas, relativas y negativas).

1. d. El signo considerado en su totalidad.

En la lengua no hay más que diferencias, sin términos positivos. La prueba es que el valor de un término puede modificarse sin tocar su sentido ni sus sonidos, sino sólo por el hecho de que otro término se modificó. Sólo es cierto que todo es negativo en el significado y el significante por separado, puesto que el signo en su totalidad es positivo. Entre signos sólo hay oposición.

La alteración del significante conduce a la alteración de la idea.

× Valor: negativo/oposicional, los signos no valen por lo que son sino por lo que no son, negando a otros signos. El sistema de lengua está formado en base a las diferencias y no en la entidad.

1.5. Relaciones sintagmáticas y relaciones asociativas.

1. A. Definiciones.

Las relaciones y las diferencias entre términos se manifiestan en dos esferas distintas que corresponden a formas de nuestra actividad mental.

.Relaciones sintagmáticas : los elementos están vinculados entre sí en el mismo plano como unidades consecutivas que no pueden sobreponerse porque hay un orden establecido. Así, el término adquiere valor por oponerse al término anterior o al siguiente o a ambos. Es consciente, voluntario. In presentia en lo material, es una serie finita.

.Relaciones asociativas : las palabras ofrecen algo en común, se asocian involuntariamente en un conjunto de palabras inconscientes, dividiéndose en significado y significante. Serie infinita y virtual. In absentia, en la memoria del hablante.

1. B. Relaciones sintagmáticas

La noción de sintagma se aplica a palabras y a grupos de palabras, por lo que hay que considerar la relación que une las partes (contra y todos en contra todos) y la que enlaza la totalidad de sus partes (contra todos opuesto a contra y a todos).

Existen frases hechas suministradas por la tradición en la lengua, a quien hay que atribuirle todos los sintagmas construidos sobre formas regulares, y no al habla. Cuando una palabra surge en el habla, supone un tipo determinado que a su vez sólo es posible por el recuerdo de palabras similares que pertenecen al habla.

En el dominio del sintagma no hay límite determinado entre la lengua, el uso colectivo y el habla.

1. C. Relaciones asociativas

Las asociaciones mentales no relacionan sólo los dominios que presentan algo en común, también captan la naturaleza de las relaciones que los atan y crean así tantas series como relaciones (por un radical, un sufijo, la analogía de los significados, la similitud de las imágenes acústicas).

Los términos de una familia asociativa se presentan con un orden indeterminado, que se cumple siempre, y un número indefinido, que puede faltar.

1.6. La lingüística estática y la lingüística evolutiva.

1. A. Dualidad interna de todas las ciencias que operan con valores

La lengua es un sistema de valores que nada determina fuera del estado momentáneo de sus términos, hasta cierto punto se puede seguir un valor en el tiempo, puesto que en cada momento depende de un sistema de valores contemporáneos.

La lengua es un sistema complejo con una única precisión de valores, con gran diversidad de términos, y la multiplicidad de signos, que en conjunto restringen la capacidad de estudiar al mismo tiempo las relaciones en el tiempo y las del sistema.

1. B. Las dos lingüísticas opuestas en sus métodos y sus principios

v Sincronía: (aspecto estático) es predominante porque para la masa hablante es la verdadera y única realidad. Conoce sólo la perspectiva de los sujetos hablantes. Se ocupa de relaciones lógicas y psicológicas que vinculan términos que forman un sistema.

v Diacronía: (aspecto evolutivo) distingue dos perspectivas: una prospectiva y una retrospectiva. Los términos que considera no pertenecen a una misma lengua. Todo lo diacrónico es por el habla. Se ocupa de relaciones entre términos no percibidos por una misma conciencia colectiva, sin formar un sistema entre sí.

2. Bajtín. El uso social de la lengua.

2.1. El problema de los géneros discursivos por Mijaíl Bajtín

0-Planteamiento del problema y definición de los géneros discursivos.

Ä Géneros discursivos: diversidad de enunciados relativamente estables elaborados por cada esfera del uso de la lengua, que es tan multiforme como la actividad humana. Reflejan las condiciones específicas y el objeto por su contenido, su estilo y su composición.

Hay una extrema heterogeneidad de los géneros discursivos, tales como el diálogo cotidiano, un relato, la orden militar, los géneros literarios, las manifestaciones científicas. La diversidad funcional convierte los rasgos comunes de los géneros discursivos en algo abstracto y vacío de significado. Los géneros se dividen en:

Géneros primarios (simples): se constituyen en la comunicación discursiva inmediata.

Géneros secundarios (complejos): surgen en condiciones de comunicación complejas, principalmente escritas (novelas, género periodístico, investigaciones científicas). Absorben y reelaboran los primarios, que pierden su relación inmediata con la realidad.

× La estilística: el estilo está vinculado con el género discursivo. El vínculo indisoluble entre estos se revela en el problema de los estilos lingüísticos o funcionales. El enunciado, al ser individual, puede poseer un estilo individual, pero no todos los géneros se prestan a esta particularidad; como los que requieren formas estandarizadas. Es decir, a los géneros les corresponden distintos estilos. No existe una clasificación reconocida de estilos, pero los cambios históricos en ellos están vinculados con los cambios en los géneros discursivos.

La gramática y la estilística convergen y se bifurcan. Si se analiza dentro del sistema de la lengua, se trata de un fenómeno gramáticas, si se analiza en la totalidad de un enunciado individual, es un fenómeno de estilo.

× Signo: Resultado de procesos materiales; no es arbitrario ni opositivo; es concreto y no abstracto; “arena de la lucha de clases”, en el signo está la lucha social; cada palabra puede ser su opuesto; dialógico y polifónico (no hay sólo una voz social, sino un conjunto).

Tiene poder valorativo (+) ó (-) y poder analítico: la lengua sistematiza al mundo, el cambio valorativo modifica al poder analítico-> le da herramientas a la clase (categorías)

× Sentido: está impuesto por una clase. No es abstracto, se da en la situación comunicativa única y concreta

× Lengua nacional: lengua natal en comunidad.

× Género discursivo: son tipos relativamente estables de enunciados, propios de una esfera de la praxis humana. La lengua no preexiste al género. Poseen un estilo (selección gramatical), un tema (objeto de que se habla); y una estructura (principio, desarrollo y fin del enunciado).

Estructura al discurso del hablante y del receptor, los enunciados no son concretos, permite operar con el lenguaje mediante restricciones para lograr coherencia, determinando también el rol de cada sujeto.

v Estilo: elementos léxicos y gramaticales. Socialmente restringido. Hace a los géneros y constituye una lengua nacional.

v Tema: de lo que habla el enunciado. Ayuda a la recepción. El género primario es más acotado, el secundario abarca más temáticas y le da mayor libertad al lector.

v Composición: inicio-desarrollo-final. Ubica al lector para comprender al enunciado.

× Lenguaje: dialógico (entre dos hablantes), de recepción activa.

2.2. El enunciado como unidad de la comunicación discursiva. Diferencia entre esta unidad y las de la lengua (palabra y oración)

a) Funciones y ficciones del lenguaje. Tres perspectivas: la expresividad en Humboldt, el objetivismo abstracto de Saussure y el dialogismo de Bajtín.

× Humboldt: la función comunicativa estaba como accesorio, el primer plano lo ocupaba el pensamiento independientemente de la comunicación. El lenguaje es necesario para poder pensar, incluso en soledad.

× Saussure: persiste la ficción del ‘oyente’, compañero del hablante. Establece un esquema de procesos activos y pasivos de recepción.

× Bajtín: el oyente al percibir y comprender el significado del discurso, automáticamente toma una postura activa de respuesta. Toda comprensión de un discurso vivo, tiene un carácter de respuesta. Todo hablante cuenta con la presencia de enunciados anteriores suyos y ajenos, con las cuales su enunciado establece toda suerte de relaciones.

b) Otra vez la “imprecisión terminológica”: ¿Qué es el enunciado?

El enunciado es la unidad real de la comunicación discursiva. El discurso existe sólo en forma de enunciados concretos pertenecientes a los sujetos, y por más que los enunciados varíen en extensión, contenido, o composición, tienen rasgos estructurales comunes: fronteras limitadas.

c) Los enunciados tienen fronteras y otros rasgos. Donde hay fronteras hay diálogo.

>>Problema de la oración como unidad de la lengua : la oración, al igual que la palabra, es una unidad significante de la lengua. No se determina por el cambio del sujeto discursivo, es una idea que se relaciona con otra dentro de la totalidad de un enunciado; y no se relaciona directamente con la realidad, sino que está en el plano gramatical.

.Consideraciones:

Si la oración está inmersa en un contexto, adquiere la plenitud de su sentido únicamente dentro de este contexto, dentro de la totalidad del enunciado completo. La oración, que es afirmativa por su forma, llega a ser una afirmación real sólo en el contexto de un enunciado determinado; considerando que no pertenece a nadie al igual que la palabra.

>>El enunciado como unidad de la comunicación discursiva :

I. Cambio de sujetos discursivos que enmarca al enunciado, es el primer rasgo constitutivo del enunciado como unidad de la comunicación discursiva. Las fronteras se delimitan por el cambio de sujetos discursivos. El enunciado no es una unidad convencional sino real, delimitada con precisión por la alternación de los hablantes, que termina por ceder la palabra al otro. El diálogo, por ejemplo, es una forma clásica de la comunicación.

En los géneros discursivos secundarios, los enunciados adquieren un carácter interno gracias al hecho de que el sujeto discursivo manifiesta su individualidad mediante el estilo propio, que delimita las fronteras de la obra con otras. Al igual que el diálogo, la obra está orientada a una respuesta de otros

II. Conclusividad específica del enunciado, se determina por el criterio particular de la posibilidad de ser contestado y establece tres momentos:

a. Capacidad de agotar el sentido del objeto enunciado: Puede ser casi completo en esferas oficiales, pero de un grado relativo en las de creación.

b. Intensión discursiva: determina la elección de la forma genérica, y del objeto, en el aspecto del sentido porque lo vincula a una situación concreta.

c. Formas genéricas estables: parte de la elección discursiva. La intensión discursiva del hablante, con su individualidad y subjetividad, se aplica y adapta al género elegido.

III. Momento expresivo. El estilo individual de un enunciado se define principalmente por su aspecto expresivo. Las palabras y las oraciones carecen de emotividad, es el hablante quien les adjudica una expresión. Uno de los recursos expresivos de la actitud emotiva es la entonación que aparece en la interpretación oral.

La expresividad genérica puede considerarse como la “aureola estilística de la palabra”. Cualquier palabra existe para el hablante en tres aspectos: como palabra neutra (que no pertenece a nadie); como palabra ajena (con enunciados de otros); y como mi palabra (que uso en una situación determinada y con una intención). La experiencia discursiva individual de cada persona se forma en constante interacción con los enunciados individuales ajenos ( Proceso de Asimilación).

d) Polifonía

Todo enunciado debe ser analizado como respuesta a los enunciados anteriores de una esfera dada. Ocupa una determinada posición como eslabón en la cadena de comunicación discursiva y no puede ser separado de los eslabones anteriores que lo determinan generando en él respuestas y ecos dialógicos, como también se relaciona con los eslabones posteriores naturalmente. El enunciado es un fenómeno muy complejo que manifiesta una multiplicidad de planos.

Cada enunciado está lleno de reacciones (respuestas a otros enunciados) de diferentes formas, representando así a los enunciados ajenos con diferente grado de revaluación. Para comprender la expresividad del enunciado, hay que tener en cuenta que se determina por el objeto y el sentido, y también por los enunciados ajenos emitidos sobre el mismo tema. Esta expresividad contesta, el enunciado está lleno de matices dialógicos que son necesarios para comprender su estilo final, tal como el mismo pensamiento se origina y se forma en el proceso de interacción.

El discurso ajeno, posee una expresividad doble: la propia, que es precisamente la ajena, y la expresividad del enunciado que oculta el discurso ajeno.

e) Siempre hablamos a alguien

Otro aspecto constitutivo del enunciado es de su orientación hacia alguien, su propiedad de estar destinado. A diferencia de la oración y la palabra, el enunciado tiene autor y destinatario, que puede coincidir personalmente con a quien responde el enunciado (como en el diálogo cotidiano)

3. Émile Benveniste: La teoría de la enunciación.

3.1. De la subjetividad en el lenguaje

v La subjetividad es la capacidad del locutor de plantearse como sujeto. Es ego quien dice ego.

El lenguaje fue considerado una herramienta por que aparece así empleado para comunicarse. Hablar de instrumento es oponer hombre y naturaleza. El lenguaje está en la naturaleza del hombre, puesto que no lo ha fabricado: no hubo tal elaboración convencional porque no existe el hombre separado del lenguaje. Es éste el que enseña la definición misma de hombre.

v La condición de diálogo es fundamental de la persona porque implica reciprocidad: el lenguaje no es posible sino porque cada locutor se pone como sujeto y remite a sí mismo como yo en su discurso, que plantea a la vez a otra persona exterior. Ningún yo ni tú es concebible sin el otro. El fundamento de la subjetividad se descubre en una realidad dialéctica que contiene a las dos formas lingüísticas (tú/yo) y los define por su relación mutua. Para que la palabra garantice la comunicación es preciso que la habilite el lenguaje. Es en el lenguaje como el hombre se constituye como sujeto, porque el lenguaje funda realidad, el concepto ego.

v Los pronombres son formas vacías que dependen de la situación comunicativa que le adjudica valor.

v El dominio de la subjetividad se debe relacionar con la expresión de temporalidad. La lengua distingue siempre tiempos, en la línea divisoria que es el presente, que es un dato lingüístico de coincidencia; el momento eternamente presente que no se refiere a una cronología real.

v Existen las modalidades de aserción, intimación y pregunta en los verbos personales en primera persona (suponer, presumir, concluir, razonar, reflexionar) que son indicadores de subjetividad (duda, presunción, inferencia).

Las modalidades marcan la relación entre los niveles enuncivos y enunciativos.

v La tercera persona es la no persona.

3.2. El aparato formal de la enunciación

La enunciación es poner a funcionar la lengua por un acto individual de utilización, el acto mismo de producir un enunciado y no el texto del enunciado que es el objeto. Es un hecho del locutor que toma a la lengua como instrumento. Existen tres modos principales de estudiar este fenómeno enunciativo:

1) La realización vocal de la lengua. Es un acto individual y aproximado, los sonidos no son reproducidos nunca de la misma forma.

2) Semantización de la lengua. La enunciación supone la conversión individual de la lengua en discurso, cómo el sentido se forma en palabras.

3) La enunciación en el marco formal. Caracteres formales de la enunciación a partir de la manifestación individual que actualiza. El acto individual introduce primero el locutor como parámetro de las condiciones para la enunciación. La enunciación puede definirse como un proceso de apropiación.

En cuanto aparece un locutor, implanta al otro delante de él: una alocución postula un alocutario. Es decir, la presencia del locutor hace que cada instancia de discurso constituya un centro de referencia interna.

-Los indicios de persona (yo/tú) son individuos lingüísticos que nacen de una enunciación.

-Las formas temporales se determinan por la relación con el ego. El presente es el eje de la temporalidad, es la fuente del tiempo y continuidad.

La enunciación da las condiciones para las funciones sintácticas. La interrogación (busca respuesta), la intimación (relación inmediata del enunciador y el tiempo) y la aserción (comunica incertidumbre).

El cuadro figurativo de la enunciación plantea dos figuras para estructurar el diálogo. Los monólogos poseen un lenguaje interior en el que existe el yo que habla y el yo que escucha.

× Enunciado:

1. Cambio del sujeto hablante

2. Conclusividad (puede ser contestado). Capacidad de explicar todo el contenido del tema; intención discursiva del hablante; formas genéricas determinadas por estructura.

3. Expresividad. Poder valorativo del sujeto respecto al objeto (la palabra es neutra); elecciones estilísticas.

4. Orientación. Sujeto > objeto > sujeto

Enunciado Oración (significado)

(sentido) distinto


4. Filinich: Enunciación.

4.1. Conceptos generales de teoría de la enunciación.

Teóricos de la Pragmática estudian el uso de la lengua no lingüístico (la influencia del habla en el mundo y el protocolo del habla).

Austin establece que hablar es hacer alguna acción determinada en verbos performativos en 1º persona (jurar, prometer). Estos verbos realizan actos de habla y un acto ilocucionario por el cual afirma, interroga, ordena, etc. Y otro un efecto sobre el interlocutor (hacer creer). Searle establecerá que hablar consiste en realizar actos conforme a reglas.

Retomando a Benveniste, es el lenguaje el que ha fundado la especificidad de lo humano y posibilitó la definición de hombre. En el lenguaje el hombre se construye como sujeto por poder establecer el “ego”, que implica necesariamente el tú. La polaridad de las personas es el primer argumento de Benveniste para sostener la subjetividad. Existen entonces dos “yo” reconocibles en los enunciados, el explícito que realiza la acción y el implícito que realiza el acto de decir.

El segundo argumento para fundamentar la subjetividad son los pronombres que son formas vacías cuya significación se realiza en el acto del discurso. Los elementos deícticos organizan el espacio y tiempo alrededor del ego, hit et nunc (yo, acá y ahora).

El tercer argumento de Benveniste es la expresión de temporalidad. El presente es el tiempo en el que se habla en la instancia discursiva.

Es decir, Benveniste establece la subjetividad como una virtualidad contenida en el lenguaje, en deícticos como formas vacías. El sujeto no preexiste sino que se constituye en la actividad discursiva y deja sus huellas en el enunciado.

4.2. Enunciado y enunciación.

Existen dos niveles en el enunciado: el de lo expresado explícitamente (nivel enuncivo/ enunciado) y el del yo comunicándose a un tú implícitamente (nivel enunciativo/ enunciación). La distinción de ambos niveles por referencia a la estructura sujeto/verbo/objeto se complementa con las categorías de tiempo y espacio.

La representación del tiempo en el nivel enuncivo implica diversos tipos de articulaciones. En la enunciación se define por su relación con el tiempo enunciado, mientras que en el enunciativo articula el tiempo de la enunciación y el del enunciado.

En la representación de lo espacial, la dimensión enunciva implica a un observador en la enunciación y la dimensión enunciativa articula las posiciones del enunciador y del observador.

4.3. El sujeto de la enunciación.

El concepto de sujeto de la enunciación no remite a un sujeto empírico. El sujeto está implícito y es a la vez causa y efecto del enunciado. Es una instancia de enunciación, entre enunciador y enunciatario, que recorta la realidad en un punto de vista implícito del enunciado.

4.4. Las marcas del enunciador y enunciatario.

Los pronombres de 1ª y 2ª persona se puede reconocer por todos aquellos indicios (deícticos) que dan cuenta de una perspectiva visual y valorativa. El enunciador se construye a sí mismo mediante sus múltiples huellas, y también al enunciatario. Es decir que la instancia de la enunciación se constituye dialógicamente, sin considerar sujetos empíricos.

4.5. Ambigüedad y polifonía enunciativa.

Las alusiones al enunciador y enunciatario pueden resultar ambigüas. La instalación del ángulo focal produce una vía de acceso al conocimiento de los hechos. En conclusión, el concepto de sujeto de enunciación designa un proceso complejo: las parejas fuente-meta, enunciador-enunciatario, yo-tú, son indispensables para comprender el enunciado.

5. Maingueneau: Discurso, enunciado, texto.

5.1.

La noción de discurso.

Discurso, sistema que permite produccion de:

1. Diversos usos de la noción de discurso : como enunciado solemne, como uso restringido de la lengua. En las ciencias del lenguaje el discurso se utiliza tanto en singular como en plural, que es un síntoma de una modificación en nuestra manera de concebir el lenguaje en gran medida por la influencia de la pragmática.

2. Moviliza estructuras de otro orden que las de la frase . Los discursos están sometidos a reglas de organización en un grupo social determinado.

3. Orientado porque tiene un objetivo del locutor y porque se desarrolla en el tiempo

4. Hablar es una forma de acción sobre el otro y no solamente una representación del mundo. Los actos del habla (Austin) se integran en un género determinado que apuntan a modificar los destinatarios: lo verbal está relacionado con lo no verbal.

5. Interactivo porque compromete a dos personas que están marcadas en los enunciados por los pronombres yo-tú. Siempre supone la presencia a la cual se dirige el enunciador y respecto de la cual se construye su propio discurso. En vez de usar destinatario, se establecerá el co-enunciador para evitar la significación del sentido único de la enunciación y el carácter pasivo.

6. Contextualizad o. Sólo hay discurso en un contexto, no se puede asignar verdaderamente un sentido a un enunciado sin él.

7. Asumido por un sujeto . El discurso tiene que estar remitido a un yo que a la vez es una fuente de localizaciones personales, temporales y espaciales, indicando también la actitud de lo que dice. El sujeto es el garante de credibilidad sobre su enunciado.

8. Regido por normas . Cada acto del lenguaje implica normas particulares: la enunciación debe plantearse con una justificación para presentarse y cómo lo hace.


5.2. Enunciado y texto.

. El enunciado es la huella verbal de la enunciación. También es definido como la unidad elemental de la comunicación verbal; otros oponen la frase a la multitud de enunciados que le corresponderían según el contexto.

Además se utiliza para designar una secuencia verbal como parte de un género discursivo.

.El texto se emplea cuando se trata de captar el enunciado como formando un todo coherente. Un texto no es necesariamente producido por un solo locutor y puede combinar signos lingüísticos con íconos.

6. La deixis: tipos y funciones.

La lengua tiene la capacidad de gramaticalizar algunos elementos contextuales a través del fenómeno de la deixis. Los hablantes seleccionan los elementos que resultan pertinentes para su enunciado.

Los elementos deícticos consiguen su significado en la situación de enunciación, por quién las pronuncia, a quién, cuándo y dónde. Son elementos que conectan la lengua con la enunciación y se encuentran en categorías diversas que no adquieren sentido más que en el contexto en que se emiten.

La deixis organiza el tiempo y el espacio.

Deixis

Contexto enunciación

Mundo exterior

De persona

Yo (mío)

Nosotros (nuestro)

Tu, usted, vos

(tuyo, suyo)

Nosotros

Vosotros

(vuestro, suyo)

Él/ella/ellos

(suyo)

De lugar

Aquí, acá

Éste

Aquí, acá

Éste

Allí, Allá

Aquel, aquello

Lejos

De tiempo

Ahora

Entonces

(antes/después)

6.1. Deixis personal.

Señala a las personas del discurso presentes en el momento de la enunciación y las ausentes en relación a aquellas. Los deícticos pueden ser pronombres personales y posesivos.


6.2. La persona ausente.

El uso de 3º persona (no persona según Benveniste) indica un mundo referido ajeno al locutor, para crear un efecto de objetividad y verdad. Otras marcas del borramiento del locutor son el uso de construcciones impersonales o pasivas sin la expresión del agente.

6.3. La inscripción del yo

El locutor puede presentarse en otras formas gramaticales. La 2ª persona indica afectividad, personal; la 3ª produce un efecto generalizador, indefinido; la 1ª persona del plural lo incluye en un grupo determinado (“modestia”), que diluye la responsabilidad unipersonal.

Nosotros mayestático es el uso del nosotros para quien inviste la máxima autoridad.

Nosotros inclusivo, es el que incluye al receptor en la referencia del emisor. Puede ser usado para acercar las posiciones de los protagonistas de la enunciación.

6.4. La inscripción del tú

El receptor se hace explícito en el texto a través de los deícticos de segunda persona. Dependiendo del papel del interlocutor, se formará de manera formal o informal (vos, usted).

6.5. Deixis espacial

Organiza el lugar en que se desarrolla el evento comunicativo.

6.6. Deixis temporal

Indica elementos temporales tomando como referencia el ahora que marca quien habla como centro deíctico de enunciación. Con la deixis temporal ponemos las fronteras temporales que marcan el ahora respecto al antes y al después.

Deícticos

Relativas al contexto

Simultaneidad

En ese momento; ahora

En aquel momento, entonces

Anterioridad

Ayer, anteayer, el otro día, la semana pasada, hace un rato, recién, recientemente

La víspera, la semana anterior, un rato antes, un poco después

Posterioridad

Mañana, pasado mañana, el año próximo, dentro de dos días, desde ahora, pronto, en seguida

Al día siguiente, dos días después. Al año siguiente, dos días más tarde, desde entonces, un rato después, a continuación

Neutros

Hoy, el lunes, esta mañana, este verano

Otro día

>Presente genérico: es una forma atemporal propia de enunciados correspondientes a ciertos tipos de discurso (máximas, teóricos, textos jurídicos, definiciones)

>Presente histórico: es empleado en un relato, el locutor narra como si comentara

>El futuro combinado con la primera persona tiene el carácter de promesa.

>El futuro combinado con la segunda persona tiene el carácter de orden.

>El futuro combinado con la tercera persona tiene el carácter de necesidad o de posibilidad

6.7. Los apelativos

Cuando un término del léxico es empleado en el discurso para mencionar a una persona, se convierte en apelativo (pronombres personales, nombres propios, títulos “mi general”, términos de relación “compañero, camarada”, términos de parentesco, términos que designan a un humano; metafóricos “mi querido”. La mención del locutor es la de locutivo, a quien se habla el alocutivo, y de quien se menciona delocutivo.

Todo apelativo tiene:

-Carácter deíctico

-Carácter predicativo

-Manifiesta relaciones sociales

7. Las modalidades

Según Bally, en cada frase hay dos elementos que deben ser distinguidos: el dictum y la modalidad. El dictum corresponde a lo dicho, mientras que la modalidad remite a la operación psíquica que tiene por objeto al dictum.

El dictum puede ser realizado por un verbo modal, y estar incorporado a la modalidad.

7.1. Las modalidades de enunciación

Corresponde a una relación social, y exige una relación entre los protagonistas de la comunicación.

Las modalidades (Benveniste) son:

-Pregunta

-Aserción

-Intimación (imperativo

7.2. Las modalidades de enunciado

Caracterizan la manera en que el hablante sitúa el enunciado en relación con la verdad, falsedad, probabilidad, certidumbre, verosimilitud, etc. (Modalidad lógica). O en relación con juicios apreciativos: lo feliz, lo triste, lo útil (Modalidad apreciativa).

7.3. Modalidad del mensaje

a. Adverbios modales: Quizás, probablemente, seguramente, afortunadamente.

b. Verbos modales: querer, suponer, creer.

c. Modos Verbales: indicativo, subjuntivo, imperativo


 

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