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Sociología | Resumen para el Primer Parcial | Cátedra: Raffin | Sede: Paternal | 1° Cuat. de 2011 | Altillo.com |
Raffin: La modernidad como problema
La modernidad
constituye un problema filosófico y una construcción de las ciencias sociales.
El problema de la modernidad se plantea en tres sentidos:
1) Sentido epocal: La modernidad es sinónimo de la edad histórica del
capitalismo
2) Sentido de experiencia vital, como experiencia de lo nuevo, de lo presente:
Autoconciencia de lo nuevo y de lo presente
3) Sentido de historicidad: Experiencia de un tiempo que es nuevo y presente
pero al mismo tiempo ya clásico.
1) Modernidad es sinónimo de capitalismo
2) La modernidad se presenta como una cierta experiencia de comprensión de la
vida particularmente propia, individual y presente. La modernidad como
experiencia individual implica una “auto comprensión”.
3) Según Hegel la modernidad abarca los siglos XVI hasta el XIX. Lo moderno es
tal por posición a lo medieval, a lo antiguo. La modernidad clausura el pasado,
se abre y orienta a lo futuro y rápidamente se vuelve “histórica” o “clásica”.
Si se piensa a la
modernidad como la etapa historia correspondiente al capitalismo, se hace
necesaria su historización.
a) La modernidad como historia del capitalismo
La modernidad es identificada con el momento de la victoria de la burguesía en la toma del poder político, de la definición de sus proyectos a través de grandes sistemas filosóficos y de la cristalización de su modelo social, esto se ubica hacia fines del siglo XVIII y durante el XIX. Triunfo del legado iluminista (con dos siglos de anterioridad) con su culto por la razón y la subjetividad. Es la consagración del Estado moderno. Es el despliegue de la revolución en la industria y aparece el mercantilismo. Las cosas son consideradas por su utilidad, por su positivismo (lo real es lo medible). La conciencia devendrá en autoconciencia.
La modernidad es la consagración de lo mejor que pueda haber producido el ser humano. Es casi perfecto y optimista porque todo aquello de lo que arece puede ser colmado por la búsqueda de la perfección, estado que podrá alcanzar de la mano y del progreso y la ciencia.
El capitalismo
está marcado por el nacimiento del capital y de una economía ilimitada que está
en función del valor. El capitalismo es el nacimiento de las clases sociales por
oposición a los estamentos de la sociedad feudal. La redefinición de las
relaciones sociales se produce a expensas de una triple escisión del hombre:
este se encuentra separado y aislado respecto de los medios de producción y de
la naturaleza, de los otros hombres y del producto de su trabajo. El hombre solo
tiene su fuerza de trabajo para ofrecer en un espacio caótico de lucha de todos
contra todos para cubrir sus necesidades elementales. Aparece la división entre
la sociedad civil y el Estado. El mundo burgués es un mundo invertido (según
Marx), por ejemplo, el sujeto productor no es más el dueño del producto/objeto
de su trabajo, ya no puede verse reflejado en el cómo su obra, sino que se
vuelve el objeto de un objeto que se transformo en sujeto. Este es el reino de
la burguesía y el capital, del intercambio y la industrialización pero lo es
también del proletariado y del trabajo humano como mercancía, de niveles de
productividad social nunca conocidos hasta ese momento y de la apropiación
privada y minoritaria de esa gran riqueza social, del trabajo social mayoritario
y del goce minoritario de la riqueza.
A nivel de la conciencia, el universo moderno-capitalista se vuelve un universo
ilimitado, el individuo tiene prioridad sobre el todo que se trata de
reconstruir (antropocentrismo). Se busca la dominación del cosmos como
prolongación del individuo.
b) La revolución comercial (siglos XV a mediados del XVI)
El feudalismo
tiene sus momentos de apogeo en los siglos IX, XX y XI. El núcleo de esta
sociedad se basaba en la relación entre señores y siervos. Los señores eran
duelos de la tierra y tenían derecho a la guerra y brindaban protección a los
siervos ante los ataques de invasores. Los siervos vivían en las tierras del
señor, aledañas al castillo-fortaleza, y debían trabajarlas para que el señor
les brindara protección. Este mundo se desarrollaba en un microcosmos que
encontraba sentido en el pensamiento religioso cristiano, cuyo punto de partida
representaba la naturaleza, lugar de sentido y de misterio. Es un mundo finito y
autosuficiente, el predio señorial produce lo que necesita y nada más, economía
cerrada.
Aparece el mercader transhumante, ocupándose de la producción excedente (esto
vulnera el modo de producción feudal). Los mercaderes se albergan durante la
noche en alojamientos que improvisan contra los muros de castillos y villas.
Luego se construirán nuevos muros que incluirán a los mercaderes en áreas que se
denominaran “el lugar de los burgueses”.
En la Baja Edad Media (Siglo XII a XIV), aparece un incipiente tráfico comercial
entre ciudades libres y entre mercados o ferias, y la figura que se consolida
ahora es la del comerciante. Hacia el siglo XII los burgueses consiguen que los
señores les concedan cartas-privilegios por las cuales estos se comprometían a
renunciar a los privilegios que tienen sobre el lugar de los burgueses. La
producción se movía dentro de mercados locales.
Hacia el siglo XIII los burgueses innovan con un sistema llamada de producción
aldeana que consiste en pasar por las aldeas, dejar herramientas y al cabo de
tres meses recoger lo producido. Con el tiempo esto presento problemas y
entonces se decidió adoptar una medida que unificara las dificultades:
concentrar a los aldeanos en grandes talleres. Aparece un nuevo burgués que se
transforma en patrón, y el campesino en un obrero que trabaja a cambio de un
salario.
En forma paralela a estos cambios se produce el éxodo de los campesinos a las
ciudades para trabajar a disposición de los burgueses. Ocurre la “acumulación
originaria” según Marx, esto es el proceso de división de la sociedad entre
quienes han realizado una apropiación privada y minoritaria de los medios de
producción y quienes deben vender su fuerza de trabajo a aquellos. Marx dice que
hacia el siglo XVI esta división de la sociedad (signo de la humanidad hasta
nuestros días) ya se había produjo en Inglaterra, país que está en la vanguardia
del capitalismo.
Al mismo tiempo que ocurren las transformaciones que acarrea la actividad
comercial, surgen cambios en la actividad financiera. Las ciudades empiezan a
acuñar sus propias monedas, lo que presenta un duro golpe a la economía
autosuficiente de los predios señoriales o a las monedas acuñadas por los
señores. Surge la actividad bancaria y aparecen nuevos medios de crédito.
Aparecen nuevos figuras asociadas al mercader, como el cambista que se sentaba
en la plaza donde se desarrollaba el mercado y efectuaba préstamos y cuando no
tenía mas monedas rompía el banco, o el notario que daba fe de las operaciones
de los comerciantes, o los banqueros cuya función era prestar dinero y financiar
las grandes empresas reales.
En el siglo XV podemos decir que el capitalismo está en marcha porque puede
considerarse que sus aspectos financiero, comercial y productivo coinciden.
c) La manufactura (medidas del siglo XVI y siglo XVII)
Durante los
siglos XVI y XVII, los distintos trabajadores individuales tratan de competir en
el mercado con sus productos, básicamente, manufacturas. Marx denomina a esta
etapa del capitalismo la época de la “manufactura” y la forma que asume el
capital es la mercantil.
Son los tiempos de la implantación del Estado absolutista teorizado por
Maquiavelo, Bodin y Hobbes, el primer estado surgido de la obra de la burguesía.
d) El maquinismo y la gran industrial (Siglo XVIII a mediados del XIX)
En el siglo XVIII, las exigencias de la productividad se harán más acuciantes en el afán de incrementar cada vez más el volumen de riqueza. La manufactura se mostrara caduca ante los avances tecnológicos puestos al servicio de la producción. Aparece la maquina y con ella industrialización. Se produce una verdadera revolución industrial en la que el trabajador quedara encerrado en una fábrica ocupándose de una parte del proceso de producción (división detallada del trabajo), que repetirá indefinidamente hasta la alienación. Es la etapa del “maquinismo” y la “gran industria” en la que el capital adopta la forma industrial.
El último tercio
del siglo XVIII marca la hora de la acción armada por la toma del poder
político, la hora de la revolución burguesa. La Revolución de Independencia de
las trece colonias inglesas de la costa este de Norteamérica (1776) y la
Revolución Francesa de 1789-1799 son la expresión de ese movimiento, junto con
la Revolución Gloriosa (1668) Inglesa y la Revolución Holandesa (1648).
La primera mitad del siglo XIX será testigo de la lucha, en todo el continente
europeo de las nuevas fuerzas sociales que pretender imponerse de manera
hegemónica en la sociedad (la burguesa) y el orden tradicional conservador (la
monarquía) que se debatirán a un duelo a lo largo de tres ciclos revolucionarios
del que saldrá victoria la burguesa. El despliegue de las ideas burguesas
alcanzara otros puntos del planeta bajo el dominio colonial europeo donde impera
el orden feudal mezclado con el colonialismo capitalista.
La nueva sociedad que se lanza desde el poder político reconoce como principios fundantes los de la propiedad y la libre contratación o autonomía de la voluntad individual.
La primera mitad del siglo XIX esta también la época de la llegada a primer plano de la actividad bancaria y financiera. Se produce una alianza entre el capital industrial y el capital bancario, unión que da lugar a una nueva forma del capital, el financiero.
e) La era del imperialismo
En la segunda mitad dl siglo XIX, el capitalismo se consagra plena y definitivamente en toda Europa con las formaciones de las últimas unidades nacionales. Cada Estado europeo crece ahora a ritmo acelerado tratando de conseguir la mayor productividad y adquirir la mayor cantidad de riquezas. En ese aumento de volumen también se incluyen tierras y pueblos y así, siguiendo la lógica expansionista que las potencias europeas venían practicando desde fines del siglo XV, el mundo queda definitivamente repartido entre las nuevas potencias. Este evento tiene un momento y un lugar preciso: El Congreso del Congo, celebrado en la ciudad de Berlín en el año 1885.
El planeta gira ahora bajo nuevas leyes: internacionalización del capital (o creación del mercado mundial), explotación de capitales en lugar de mercancías, formación de uniones monopólicas y culminación del reparto del mundo en manos de las grandes potencias europeas. El capitalismo ha alcanzado el punto de su propia negación: los principios de libre competencia y mercado quedan abolidos por el monopolio y la expropiación de sectores del propio capital.
La puja en la
carrera desenfrenada de los monopolios lleva a la Primera Guerra Mundial.
Esta es la era del “imperialismo” en la que el capital ha asumido su forma de
capital financiero.
Los decenios siguientes ven agudizarse las contradicciones. Pareciera que los monopolios se han acentuado aun con el fenómeno de la transnacionalización y la formación de bloques económicos.
Flaster: “A la hora señalada” El descubrimiento del tiempo moderno
a) Un nuevo escenario, un nuevo tiempo
Con el advenimiento de la modernidad se van generando cambios en diferentes órdenes de la sociedad. De este modo, podemos apreciar: una nueva organización política a través de la constitución del Estado moderno, la configuración del sistema de producción capitalista, el proceso de secularización fundado en la razón sobre la base de lo científico-técnico, el nacimiento del antropocentrismo, entre otras transformaciones significativas.
b) Una genealogía del tiempo
El registro del paso de tiempo está presente en diferentes tipos de sociedades.
Las diversas
experiencias del tiempo premoderno narran su vinculación con los elementos de la
naturaleza como así también con los ciclos del trabajo.
En los pueblos primitivos, el tiempo estaba unido a los ciclos del trabajo o
faenas domesticas.
En el modo de vida primitivo del tiempo la naturaleza conquista a los hombres,
imponiendo la medida del tiempo. Este está delimitado de acuerdo con las
necesidades.
En las prácticas
sociales más alejadas del mundo moderno es posible reconocer el lugar dominante
de la naturaleza. El instrumento que medirá las variaciones del día, el reloj,
estará ligado al sol, al agua y a la arena.
En el inventario de los relojes preindustriales ubicamos al reloj solar. Se
tiene noticias de los relojes de sol desde hace 3500 años.
En el siglo XV a.c., se sitúa el primer cuadrante solar de tamaño reducido. Se
trata un gnomon, reloj de sol, de origen egipcio, cuya precisión es relativa.
Entre otros artefactos diseñados se encuentra, la clepsidra, reloj hidráulico,
el cual mide la duración mediante el ritmo que sigue el derrame del agua.
Grecia contribuye notablemente en el camino de la técnica al dar a luz al reloj
astronómico de agua.
Alrededor del siglo II vendrá el reloj de arena.
En el universo medieval se apoya en el tiempo del ciclo. Este gira alrededor de
los ritmos de la naturaleza relativos al mundo rural. Asimismo, un conjunto de
rituales y celebraciones ofrecerá un transcurrir vinculado a creencias y
plegarias. De este modo, la organización temporal del Medioevo está vinculada a
la lógica de la necesidad, al apego a la tierra característica propia de esta
economía tradicional.
Es un mundo dominado por los ritmos agrícolas.
La aldea, la pequeña ciudad o el pueblo asignan una particular subjetividad a
sus habitantes, en la que los tiempos del ocio del trabajo se yuxtaponen.
El tiempo campesino es el tiempo de espera y de paciencia, de permanencias, de
lentitud, de inmovilismo y de resistencia al cambio.
Este tiempo medieval es un tiempo de la Iglesia, un tiempo lineal teológico que
rige la vida colectiva. Con la cristiandad, el tiempo en Occidente empieza a ser
lineal, orientándose hacia la ciudad de Dios, escenario de la salvación eterna.
En el tiempo teológico se conserva la noción de circularidad, de nostalgia por
el pasado, de retornar en el futuro al Edén anhelado.
En el siglo XIV
aparece el reloj mecánico. Estos estaban ubicados en Iglesias y lugares
públicos. Durante los XVII, XVIII y XIX se mantuvieron en forma simultánea con
el uso de los relojes de sol.
Los relojes de bolsillo se generalizan en el siglo XVI.
El reloj mecánico, en sus comienzos, se trataba de un artículo de lujo que
simbolizaba status. Avanzado el siglo XVII, la imagen del mecanismo de relojería
se va extendiendo, perfeccionando y con la Revolución Industrial y la necesidad
de una mayor sincronización del trabajo se produce una difusión general de los
mismos.
Pasaje del reloj como alhaja al reloj democratizado, cuyo uso se extiende al
resto de las clases sociales. Icono de la modernidad, instrumento que no se
separa de nuestra cotidianeidad. Símbolo de la era que surge a fines del siglo
XVIII, la era industrial.
Se masifica hacia fines del siglo XIX en el marco de la mecanización del trabajo
en las fábricas y como resultado de los avances alcanzados por los trabajos de
los relojes norteamericanos y suizos. Irrumpe en la escena el reloj de pulsera,
contemporáneo del fordismo.
c) El magnetismo de un nuevo fetiche
La historia
moderna deja de pasar esencialmente por lo rural y va a transcurrir de manera
considerable alrededor de la metrópolis.
A partir de la modernidad se desmorona la noción de circularidad del tiempo. La
ilustración se ocupara de divulgar una noción del tiempo lineal antropocéntrico.
A partir de la modernidad, la historia estará representada por una línea recta
de progreso indefinido guiada por el hombre a partir de la razón triunfante.
Se incorpora la cronicidad: la historia se dividirá en siglos, décadas, años, dando lugar a sucesivas etapas. Este rasgo es constitutivo de la concepción moderna.
La visión de una fe en el futuro, la concepción línea y progresiva del tiempo atravesaran el pensamiento moderno.
Es una época en
donde será dominante la lógica del trabajo regulado. El tiempo se convierte en
moneda.
El mercader descubre que el valor del tiempo da origen a una nueva moral. La
dinámica del mercado exige que el tiempo no se malgaste ya que ahora supone
dinero. EL dinero y la mercancía industrializada se convertirán en formas
dominantes en las relaciones entre los hombres.
La burguesía, nueva clase dominante, está ligada al tiempo del trabajo. El
trabajo constituye por primera vez en la historia fuente de valor, y esta nueva
clase hegemónica no reconoce más valor que el que proviene de la explotación del
trabajo.
El trabajador no debía perder el tiempo de manera ociosa ni podía permitirse ser
tentado por la pereza. Las vigilias y las fiestas de los trabajadores son motivo
de condena y desaprobación desde la moral burguesa. Se configura una alianza
entre el puritanismo y el capitalismo industrial a la hora de pregonar la
condena al ocio y a la pereza en pos de la valoración del tiempo. A este nuevo
proceso social se una teología reformada que pone de relieve el trabajo.
Las transformaciones introducidas en las técnicas de manufactura exigían una mayor exactitud en la observación de las horas. Por lo tanto, la fuerza de trabajo será sometida a una adaptación psicológica de las formas emergentes de producción. Este nuevo clima se extenderá a un conjunto de aspectos referidos a la vida cotidiana y a la familiar. La jordana de trabajo estaba regulada por horas donde predominaban la exactitud y expresiones tales como “el tiempo es dinero”.
EEUU se alza como pionera en el tiempo de las maquinas. Con Taylor se introduce el cronometraje de cada acto en la fábrica imponiéndose así la medida de los tiempos y los movimientos. La ley del cronometro barre el obstáculo representado por el obrero profesional de oficio. Este será reemplazado por un trabajador desprovisto de calificación, de secretos de oficio como así también, de organización sindical
Ford articulara cada acto cronometrado en una cadena de actos en la que depende uno del otro, la cadena de montaje.
El reloj será la piedra angular en el proceso de consolidación de la sociedad capitalista occidental. Estos nuevos ritmos fabriles convertirán al obrero asalariado en una autómata desplegando movimientos repetitivos y rutinarios. Aparece el vigilante de la fábrica que se ocupara de llevar un registro de las horas trabajadas. Esta persona forma parte del andamiaje disciplinario, años más tarde, será reemplazada por la maquinaria. Este espacio de encierro, la fabrica, opera como vigilante del tiempo.
La subjetividad de quienes habitan las ciudades adquiere nuevas formas. Esta nueva subjetividad se irá acomodando a la existencia de horarios y a la exigencia de puntualidad en diferentes ámbitos de la vida.
El panoptismo como metáfora de la sociedad moderna, se trata de cómo dividir el día lo suficiente y de instrumentar normas que regulen este nuevo tiempo. Un conjunto de instituciones forma parte del sermón dominante de la economía del tiempo contribuyendo a mantener la mayor parte del día de niños, jóvenes y adultos ocupado.
Hobsbawm:
Vista panorámica del siglo XX
I
· La destrucción del pasado, o más bien de los mecanismos sociales que vinculan la experiencia contemporánea del individuo con la de generaciones anteriores es uno de los fenómenos más característicos del final del siglo XX.
Hobsbawm va a explayar los hechos más básicos de la centuria, comprender y explicar porque los acontecimientos ocurrieron de esa manera y que nexo existe entre ellos. Debido a su edad, esta tarea tiene una dimensión autobiográfica.
Siglo XX Corto (en contraposición al siglo XIX largo de 125 años): 1914-1991. 1º Guerra Mundial – Hundimiento de la URSS
El mundo que se
desintegro a finales de la década del 80, era el que había tomado forma bajo el
impacto de la Revolución rusa de 1917. La economía industrial moderna se
concebía en función de dos opuestos: - Socialismo: Economías organizadas bajo el
modelo de la URSS
- Capitalismo: Todas las demás
El mundo que ha
sobrevivido una vez concluida la Revolución de Octubre es un mundo cuyas
instituciones y principios básicos cobraron forma por obra de quienes se
alinearon en el bando de los vencedores de la 2º Guerra Mundial.
El siglo XX es un siglo de guerras de religión, cuyo rasgo principal es la intolerancia.
II
Hobsbawm divide
al siglo XX en 3 etapas (un tríptico):
1- Una época de catástrofes que va desde 1914 (1º Guerra Mundial) hasta el fin
de la 2º Guerra mundial (1945).
2- Un periodo entre 25 y 30 años de enorme crecimiento económico y
transformación social (Edad de Oro 1945-1973).
3- De 1973 hasta el hundimiento de la URSS, es una era de descomposición,
incertidumbre y crisis para vastas zonas del mundo.
La 1º Guerra Mundial marco el derrumbe de la civilización occidental del siglo XIX. Esa civilización era capitalista desde el punto de vista económico, liberal en su estructura jurídica y constitucional, burguesa por la imagen de su clase hegemónica característica, y brillante por los adelantos alcanzados en el ámbito de la ciencia, el conocimiento y la educación, así como del progreso material y moral. Estaba convencida de la posición central de Europa, cuna de las revoluciones científica, artística, política e industrial, cuya economía había extendido su influencia sobre una gran parte del mundo, cuya población constituía 1/3 de la humanidad, y cuyos principales estados constituían el sistema de la política mundial.
Los decenios transcurridos desde el comienzo de la 1º Guerra Mundial hasta la conclusión de la 2º fueron una época de catástrofes para esta sociedad, que durante 40 años sufrió una serie de desastres sucesivos. Sus cimientos fueron quebrantados por dos guerras mundiales, a las que siguieron oleadas de rebelión y revolución generalizadas, que situaron en el poder al socialismo (alternativa predestinada históricamente a la sociedad burguesa y capitalista), primero en una sexta parte de la superficie del mundo, y tras la 2º Guerra Mundial, abarcaba más de una tercera parte del planeta. Los grandes imperios coloniales que se habían formado antes y durante la era del imperio se derrumbaron.
Una crisis económica mundial sin precedentes (crisis del 30), sacudió las economías capitalistas mas solidas y pareció que podría poner fin a la economía mundial global, cuya creación había sido un logro del capitalismo liberal del siglo XIX. Entre 1917 y 1942, salvo en una pequeña franja de Europa, algunas partes de América del Norte y de Australasia, las instituciones de la democracia liberal desaparecieron prácticamente debido al avance del fascismo.
La alianza
(insólita y temporal) entre el capitalismo y el comunismo contra el fascismo
(fundamentalmente entre 1930-1940) es el momento decisivo de la historia del
siglo XX. Esta alianza permitió salvar la democracia. La victoria sobre la
Alemana de Hitler fue esencialmente obra del ejecito rojo. Esta alianza es un
proceso paradójico ya que durante la mayor parte del siglo (excepto en el breve
periodo del antifascismo) las relaciones entre el capitalismo y el comunismo se
caracterizaron por un antagonismo irreconciliable. La victoria de la URSS sobre
Hitler fue el gran logro del régimen instalado en Rusia por la Revolución de
Octubre.
Uno de los objetivos de la Revolución de Octubre era acabar con el capitalismo a
escala planetaria, irónicamente lo salvo, al proporcionarle el incentivo para
reformarse desde dentro al terminar la 2º Guerra Mundial y al dar difusión al
concepto de planificación económica, suministrando al mismo tiempo algunos de
los procedimientos necesarios para su reforma.
La gran depresión del 30 hizo que el socialismo sea considerado como una alternativa viable a la economía capitalista a escala mundial.
Los decenios que
siguen a la Edad de Oro iban a ser de crisis universal o mundial, debido a una
economía mundial universal cada vez más integrada cuyo funcionamiento trascendía
las fronteras estatales. La crisis más importante es la del hundimiento de la
URSS.
Luego de la edad de oro el capitalismo de bienestar, también conocido como el
keynesianismo, se derrumbo y retorno el laissez faire (bajo el nombre de
“neoliberalismo”), cuyos principales intelectuales buscaron soluciones radicales
a las crisis, instalando el libre mercado sin restricción alguna y rechazando
las políticas que habían dado tan buenos resultados a la economía mundial
durante la edad de oro. Este nuevo laissez faire provoco en la década de 1990,
crisis, pobreza, desempleo, graves depresiones cíclicas, déficit de estado, etc.
Los países socialistas se vieron abocados a una ruptura radical con el pasado,
que provoco su hundimiento, marcando el fin del siglo XX corto.
La crisis de 1990 mostro que la crisis mundial no solo era económica, sino
también política. El colapso de los regímenes comunistas dejo una zona dominada
por la incertidumbre política, la inestabilidad, el caos y la guerra civil, y
destruyo el sistema internacional que había estabilizado las relaciones
internacionales durante 40 años.
Los “estado-nación” resultaron desgarrados por las fuerzas de la economía
supranacional y por las fuerzas infranacionales y los grupos étnicos
seccionistas.
También se hacía evidente una crisis social y moral, una crisis de los
principios racionalistas y humanistas que compartían el capitalismo liberal y el
comunismo.
Se empezó a generar un rechazo hacia la ciencia y tecnología (que nos proveyeron
de un gran progreso material) debido a las enormes proporciones de catástrofes
que pueden producir.
III
A pesar de las
187 millones de personas que murieron a lo largo del siglo XX por causas de
guerras y otras formas de violencia, la población se triplico de 1914 a 1990.
Rasgos positivos:
- La mayor parte de los habitantes son altos y de mayor peso que sus padres,
están mejor alimentados y viven mucho mas años.
- El mundo es incomparablemente más rico de lo que ha sido nunca por lo que
respecta a su capacidad de producir bienes y servicios por la infinita variedad
de los mismos.
- La humanidad es mucho mas instruida que en 1914.
- El mundo está dominado por una tecnología revolucionaria que avanza sin cesar.
El mayor alcance de estos progresos ha sido en la revolución de los sistemas de
transporte y comunicaciones, que prácticamente han eliminado el tiempo y la
distancia.
Rasgos negativos:
- Ha sido el siglo más mortífero de la historia a causa de la envergadura, la
frecuencia y duración de los conflictos bélicos que lo han asolado sin
interrupción (excepto durante un breve periodo en los años veinte).
- Catástrofes humanas: Las mayores hambrunas de la historia hasta el genocidio
sistemático.
- Desde 1914 se ha registrado un marcado retroceso desde los niveles que se
consideraban normales en los países desarrollados y en las capas medias de la
población y que se creía que se estaban difundiendo hacia las regiones más
atrasadas y los segmentos menos ilustrados de la población.
- Las guerras se han librado, cada vez más, contra la economía y la
infraestructura de los estados y contra la población civil.
- La tortura o incluso el asesinato han llegado a ser un elemento normal en el
sistema de seguridad de los Estados modernos.
El mundo de finales del siglo XX es distinto al de 1914 al menos en tres
aspectos:
1- No es euro céntrico. Las grandes potencias de 1914, todas ellas europeas, han
desaparecido.
2- El mundo ha avanzado notablemente en el camino que ha de convertirlo en una
única unidad operativa. Las economías nacionales han quedado reducidas a la
condición de complicaciones de las actividades transnacionales.
No solo se han transformado ya algunas actividades económicas y técnicas, y el
funcionamiento de la ciencia, sino también importantes aspectos de la vida
privada, principalmente gracias a la inimaginable aceleración de las
comunicaciones y el transporte. Posiblemente, la característica mas destaca de
este periodo final del siglo XX es la incapacidad de las instituciones públicas
y del comportamiento colectivo de los seres humanos de estar a la altura de este
acelerado proceso de mundialización.
3- La desintegración de las antiguas pautas por las que se regían las
relaciones sociales entre los seres humanos y, con ella, la ruptura de los
vínculos entre las generaciones. Hay una posición preponderante en los valores
de un individualismo asocial absoluto, tanto en la ideología oficial como
privada, esto estuvo siempre implícito en la teoría de la económica capitalista.
Esto es reforzado por la erosión de las sociedades y de las religiones
tradicionales, y por la destrucción, o autodestrucción, de las sociedades del
“socialismo real”.
En la práctica,
la nueva sociedad no ha destruido completamente toda la herencia del pasado,
sino que la ha adaptado de forma selectiva.
Bauman: Acerca de lo leve y lo líquido
La sociedad antigua era solida, la iglesia, la nobleza, y sin comunicación. La modernidad derritió los sólidos (disolvió todo aquello que persiste en el tiempo y que es indiferente a su paso e inmune a su fluir). Esa intención requería, la “profanación de lo sagrado”, la autorrealización y la negación del pasado, y primordialmente de la “tradición”.
Sin embargo, el derretimiento de los sólidos no era para acabar con ellos definitivamente, ni para liberar al nuevo mundo de ellos para siempre, sino para hacer espacio a nuevos y mejores sólidos.
La disolución de
los sólidos condujo a una progresiva emancipación de la economía de sus
tradicionales ataduras políticas, éticas y culturales. Sedimento un nuevo orden,
definido primariamente en términos económicos. Ese nuevo orden debía ser mas
“solido” que los órdenes que reemplazaba. Casi todos los poderes políticos o
morales capaces de trastocar o reformar ese nuevo orden habían sido destruidos o
incapacitados, por debilidad.
La situación actual emergió de la disolución radical de aquellas amarras
acusadas de limitar la libertad individual de elegir o actuar. Esto es producto
de “perder los frenos”: de la desregulación, la liberalización, la
“flexibilización”, la creciente fluidez, la liberación de los mercados
financieros, laboral e inmobiliario, la disminución de las cargas impositivas,
etc.
Es evidente la escasez de potenciales revolucionarios, de gente capaz de
articular el deseo de cambiar su situación individual como parte del proyecto de
cambiar el orden de la sociedad.
Los sólidos que han sido sometidos a la disolución, y que se están derritiendo en este momento, el momento de la modernidad fluida o liquida, son los vínculos entre las elecciones individuales y los proyectos y las acciones colectivas.
Todos los moldes que se rompieron fueron reemplazados por otros.
El poder de licuefacción ha descendido del “macronivel” al “micronivel” de cohabitación social.
Visión privatista de la modernidad: El peso de la construcción de pautas y la responsabilidad del fracaso caen primordialmente sobre el individuo.
La modernidad
empieza cuando el espacio y el tiempo se separan de la práctica vital y entre
sí, y pueden ser teorizados como categorías de estrategia y acción mutuamente
independientes.
Cuando la distancia recorrida en una unidad de tiempo pasó a depender de la
tecnología, los límites heredados de la velocidad de movimiento pudieron
transgredirse.
El tiempo moderno adquirió flexibilidad y capacidad de expansión, convirtiéndose
primordialmente en el arma para la conquista del espacio. Durante la modernidad,
la velocidad de movimiento y el acceso a medios de movilidad mas rápidos
ascendieron hasta llegar a ser el principal instrumento de poder y dominación.
Rasgos de la
modernidad liquida:
- Profundización del proceso creciente de individualización social.
- Las estructuras sociales no perduran en el tiempo necesario para ser estables
y no sirven de marcos de referencia para los actos humanos.
- La modernidad liquida no puede mantener su forma a lo largo del tiempo.
- El sentimiento dominante hoy en día es la incertidumbre, inseguridad y
vulnerabilidad.
Proceso de licuefacción: Los vínculos de los sujetos modernos van quedando presos de una lógica social que fragmenta y diluye las instituciones erigidas por la modernidad.
El poder se ha vuelto extraterritorial, ya no está atado, ni siquiera detenido, por la resistencia del espacio. Este hecho confiere a los poseedores de poder una oportunidad sin precedentes: la de prescindir de los aspectos más irritantes de la técnica panóptica del poder. La etapa actual de la historia de la modernidad es, sobre todo, pos panóptica. En el panóptico lo que importaba era que supuestamente las personas a cargo estaban siempre “allí” cerca, en la torre de control. En las relaciones de poder pos panópticas, lo que importa es que la gente que maneja el poder del que depende el destino de los socios menos volátiles de la relación pueden ponerse en cualquier momento fuera de alcance, y volverse absolutamente inaccesible. El fin del panóptico augura le fin de la era del compromiso mutuo.
Hay un nuevo tipo de guerra en la modernidad liquida: ya no la conquista de un nuevo territorio, sino la demolición de los muros que impedían el flujo de los nuevos poderes globales fluidos: sacarle de la cabeza al enemigo todo deseo de establecer sus propias reglar para abrir de ese modo un espacio hasta entonces inaccesible para la operación de otras armas no militares de poder. La guerra de hoy se parece cada vez más a “la promoción del libre comercio mundial por otros medios”.
El advenimiento
de la modernidad significo, entre otras cosas, el ataque consistente y
sistemático de los “establecidos”, convertidos al modo de vida sedentario,
contra los pueblos y los estilos de vida nómades.
En la etapa fluida de la modernidad, la mayoría sedentaria es gobernada por una
elite nómada y extraterritorial. Mantener los caminos libres para el tráfico
nómada y eliminar los pocos puntos de control fronterizo que quedan se ha
convertido en el metaobjetivo de la política y de las guerras.
La elite global contemporánea sigue el esquema de los antiguos “amos ausentes”. El compromiso activo con la vida de las poblaciones subordinadas ha dejado de ser necesario.
Giddens: Globalización
Vivimos en un mundo de transformaciones que afectan casi todos los aspectos de lo que hacemos.
Hay un debate
sobre la globalización que se centra en dos facciones:
- Escépticos: Mantienen que la globalización es un mito, donde la economía
global no es diferente de la que existió en momentos previos, además, sostienen
que el concepto de globalización es una ideología lanzada por los defensores del
libre mercado que desean desmantelar los sistemas de bienestar social y recortar
los gastos del estado.
- Radicales: Mantienen que la globalización no es solo muy real sino que sus
consecuencias pueden ser sentidas en todas partes, y que el mercado global esta
mucho más desarrollado, que en los 60’ y los 70’ y hace caso omiso de las
fronteras nacionales.
Giddens concuerda con los radicales en que el nivel del comercio mundial hoy en
día es mucho más elevado de lo que fue alguna vez y comprende un espectro mucho
más amplio de bienes y servicios. Dice que la mayor diferencia se encuentra en
el nivel de las finanzas y los flujos de capital (dinero electrónico). Sostiene,
también, que ni los escépticos ni los radicales han comprendido adecuadamente lo
que es o las implicancias que tiene para nosotros la globalización, ambos grupos
la visualizan como un fenómeno casi exclusivamente en términos económicos. La
globalización es política, tecnológica y cultural tanto como económica. Fue
influida sobre todo por desarrollos en los sistemas de comunicación, que
aparecieron recién a finales de la década del 60’.
Por primera vez en la historia, la comunicación instantánea es posible desde un lado al otro del mundo. Esto no solo implica la rapidez con la cual las noticias o la información se transmite más rápido, sino que su existencia altera la vida de toda la población.
La globalización tiene que ver no solo con lo que esta remoto y alejado del individuo, sino que es también un fenómeno que influye en aspectos íntimos y personales de nuestras vidas.
Esta es una verdadera revolución global en la vida cotidiana cuyas consecuencias son percibidas en todo el mundo en diferentes esferas, desde el trabajo a la política.
La globalización es un conjunto complejo de procesos. Dichos procesos funcionan de una manera contradictoria o por oposición.
La globalización es la razón del revival de las identidades culturales en diferentes partes del mundo. Los nacionalismos locales aparecen como una respuesta a las tendencias globalizadoras en la medida en que el fundamento legitimante de los viejos Estados-nación se debilita.
La globalización crea nuevas zonas económicas y culturales dentro y a través de los países.
Las influencias económicas se encuentran entre las fuerzas impulsoras de la globalización, sobre todo el sistema financiero global.
El colapso de la URSS agrego mayor peso al desarrollo de la globalización, ya que casi ningún país permanece afuera.
Los que viven fuera de EEUU y Europa consideran que hay una occidentalización o americanización, debido a que EEUU es actualmente la única superpotencia con una posición económica, cultura y militar dominante en el orden global. Muchas de las expresiones culturales más visibles de la globalización son estadounidenses.
Se podría decir que hay un “saqueo global”. El riesgo ecológico y la creciente desigualdad constituyen el problema más serio que enfrenta la sociedad mundial.
Aparece la “colonización inversa”, esto significa que los países no occidentales influyen en desarrollos en Occidente.
Abrir un país, o regiones dentro de el, al libre mercado puede socavar una economía de subsistencia local.
Los Estado-nación todavía son poderosos y los dirigentes políticos tienen un gran papel que jugar en el mundo. Pero al mismo tiempo, los Estado-nación están siendo remodelados.
Se esta creando una sociedad global cosmopolita. Giddens sostiene que este orden global no es movido por la voluntad humana colectiva, sino que, al contrario, está emergiendo de un modo anárquico y fortuito, producida por una mezcla de influencias.
Instituciones caparazón: Instituciones que se han vuelto inadecuadas para las tareas que se supone que deben cumplir (país, familia, trabajo, tradición, etc).
Durkheim: Las reglas del método sociológico
Durkheim es uno de los padres de la sociología. Es positivista y viene de la rama de la sociología clásica, preocupado por mantener el orden.
El método sociológico considera los hechos sociales como cosas cuya naturaleza, por dócil y maleable que sea, no es modificable a voluntad.
Hecho social:
Toda manera de hacer, fija o no, susceptible de ejercer sobre el individuo una
coacción exterior, o también, que es general dentro de la extensión de una
sociedad dada a la vez que tiene una existencia propia, independiente de sus
manifestaciones individuales.
Características del hecho social: - Exterioridad (por lo tanto es anterior)
- Objetividad (Carácter
obligante que lo transforma en
un
hecho colectivo)
- Coección
Los fenómenos
sociales son externos respecto del individuo. Residen en la sociedad misma, que
los produce, y no en sus conciencias individuales. La conciencia colectiva tiene
otra naturaleza que la conciencia individual, son representación de otra clase,
por lo tanto, los hechos psíquicos (hechos individuales) no le conciernen a la
sociología.
Conciencia colectiva: se
refiere a las creencias compartidas
y a las actitudes morales que funcionan como una fuerza unificadora dentro de la
sociedad. Esta
fuerza se encuentra separada y es, generalmente, dominante en comparación con la conciencia
individual.
Para que haya un hecho social es necesario que al menos varios individuos hayan
mezclado sus acciones y que esto haya producido algo nuevo. Como esta síntesis
tiene lugar fuera de cada uno de nosotros (hay una pluralidad de conciencias),
tiene por efecto fijar, instituir fuera de nosotros ciertas formas de obrar y
ciertos juicios que no dependen de cada voluntad particular considerada por
separada. Institución: Todas las creencias y todos los modos de conducta
instituidos por la colectividad. Por lo tanto e puede decir que la sociología es
la ciencia de las instituciones, de su génesis y de su funcionamiento.
Los
hechos sociales son creencias, tendencias, prácticas que el grupo toma
colectivamente.
El hecho social es distinto de sus repercusiones individuales.
Hay maneras de ser colectivas, es decir, hechos sociales de orden anatómico o morfológico. Estas maneras de ser no son más que maneras de hacer consolidadas.
La sociología clásica: Durkheim y Weber (Portantiero)
a) El origen de la sociología. Los padres fundadores
La sociología, como campo definido del conocimiento, recién aparece al promediar el siglo XIX.
El punto de ruptura de esa tradición, que permitirá progresivamente la constitución autónoma de las hoy llamadas ciencias sociales, se halla en el Renacimiento. El precursor fue Tomas Maquiavelo.
Lo que podríamos llamar ciencia política (Siglo XVI y XVII) es teoría del
gobierno y de las relaciones entre el gobierno y la sociedad. Es el primer campo
secularizado del saber que habrá de irse constituyendo dentro del orden más
vasto de las ciencias sociales. Las ciencias políticas aparecen gracias a el
surgimiento de los Estados centralizados ponía en el centro del debate el tema
de la organización de poder que, bajo el modo de producción capitalista ponía en
el centro del debate el tema de la organización capitalista entonces en
expansión, que no podía ser pensado sino como un contrato voluntario entre
sujetos jurídicamente iguales. Lo social y lo político comienza a ser pensado
como un proceso de construcción colectiva en el que el hombre precede a la
sociedad, la crea y la organiza. Nace la idea del “contrato social”, de la
soberanía popular y de las formas de representación de esa soberanía.
Con el advenimiento del mercantilismo aparecen las ciencias económicas (Siglo
XVIII). Se van a centrar en los problemas de la producción. Empieza la
revolución industrial.
Las etapas de fundación de la política y la economía siguen los ritmos del desarrollo de la sociedad.
b) El origen de la sociología
La sociología aparece en el siglo XIX, en ese sentido se puede decir que aparece ligada a una situación de crisis. Pero la respuesta que a ella propondrá, desde sus fundadores en adelante, es conservadora o tratara de promover reformas tendientes a garantizar el mejor funcionamiento del orden establecido.
La sociología nace cuando el nuevo orden ha empezado a madurar, cuando se han generalizado ya las relaciones de mercado y el liberalismo representativo, y en el interior de la nueva sociedad aparecen nuevos conflictos, producto del industrialismo. La Revolución Industrial genera una crisis social y política. Aparece el proletariado. Para dar respuesta a estos problemas, en el plano de la teoría y de la práctica social, aparecerán dos vertientes antitéticas: socialismo o sociología crítica, y la sociología clásica.
El orden estamental precapitalismo aseguraba una unificación entre lo social y lo político-jurídico. El capitalismo disolvería esta identidad entre lo público y lo privado y con ello la idea de la armonía de un orden integrado. La sociología arrancara de este dato para intentar reconstruir las bases del orden social perdido.
Nace íntimamente ligada con los objetivos de la estabilidad social de las clases dominantes. Su función es dar respuestas conservadoras a las crisis planteadas en el siglo XIX.
En el siglo XX aparece la psicología que se encargara en indagar las causas profundas de la conducta humana.
La ciencia social se debe constituir positivamente.
Aparece la sociología clasica: La
sociedad va a ser comparable al modelo del organismo. Para su estudio habrá que
distinguir un análisis de sus partes (anatomía) y otra de su funcionamiento
(fisiología). Se van a estudiar las posibilidades de instrumentar “preceptos
aplicables” para la corrección de las enfermedades del organismo social.
La sociología clásica se preocupar por el orden y mantener la armonía de un
equilibrio. Busca conocer lo social como si fuera un organismo y tiende a
naturalizar. Lo social se explica por su propia dinámica, está separado de la
economía política. Para que la sociedad cambie se debe dar mediante una
evolución, el proceso de cambio debe de estar incluido dentro del orden.
El positivismo es también una reacción
contra el negativismo de la filosofía racionalista del Iluminismo, contemporánea
de la Revolución Francesa.
La tradición revolucionaria del Iluminismo operaba a través del contraste entre
la realidad social tal cual era y una Razón que trascendía el orden existente y
permitía marcar la miseria, la injusticia y el despotismo. Como critica de la
realidad, era considerada una “filosofía negativa”.
Según los positivistas, la realidad no debía subordinarse a ninguna Razón
trascendental. Los hechos, la experiencia, el reconocimiento de lo dado,
predominaban sobre todo intento crítico, negador de lo real. Esto estimula el
avance de pensamiento científico pero tiende a naturalizar las cosas.
La sociología crítica se preocupa por el conflicto, por el cambio. Es profundamente historicista. Pone énfasis en la dominación y en que los fenómenos económicos explican lo social. Para que la sociedad cambie debe de haber una revolución.
c) Los padres fundadores
La sociología se estructura a partir de una doble discusión. Si en su madurez el adversario es el marxismo, en su niñez busca saldar cuentas con el Iluminismo. Los pensadores racionalistas del siglo XVIII aparecen como un antecedente de la sociología, porque son los primeros que abren un campo de investigación más o menos sistemático: el que lleva a descubrir leyes del desarrollo social.
A Montesquie se lo señala como teórico de la ciencia política pero Durkheim lo menciona como un precursor de la sociología. Para Montesquieu las instituciones políticas dependen del tipo de Estado y este, a su vez, del tipo de sociedad. Monstesquieu piensa que es posible construir una tipología de sociedades, basada en la experiencia histórica, y ordenada en una sucesión temporal de progresiva complejidad. Este desarrollo creciente de las estructuras económicas y sociales provoca modificaciones en el Estado. Lo que cambia son las formas de solidaridad entre los individuos, desde las formas más simples hasta la compleja división del trabajo. Esto será retomado por Durkheim.
Los principios
del Iluminismo encontraran su encarnación política en la Revolución Francesa de
1789. La crisis de las monarquías y el desarrollo del capitalismo industrial no
provoco un ingreso al reino del equilibro, sino todo lo contrario. Surge así la
reacción antiiluminista, con una nostalgia por el orden perdido y una filosofía
de restauración.
Este pensamiento reaccionario es otro de los eslabones importantes en el proceso
de constitución de la sociología. Detrás de él se mueve explícitamente una
reivindicación del orden medieval, de su unidad, de su armonía.
Se considera Comte como el fundador de la sociología. Llamo a su disciplina como “física social” (naturalizar los fenómenos sociales).
Saint-Simon
sostenía que la política debía convertirse en “física social”, cuya finalidad
era descubrir las leyes naturales de la evolución de la sociedad. Esta “física
social” haría ascender al estudio de la sociedad a la tercera etapa por la que
tienen que pasar todas las disciplinas: la positiva, culminación de los dos
momentos anterior del espíritu humano, el teológico y el metafísico.
En Saint-Simon se fusionan elementos progresivos y conservadores. Por un lado,
admiraba el orden social integrado del medio evo, pero por el otro ha quedado eh
la historia del pensamiento como un teórico del industrialismo y como un profeta
de la sociedad tecnocrática, en donde la ciencia ocupara el lugar de la
religión, los técnicos el de los sacerdotes y los industriales el de los nobles
feudales.
Saint-Simon señala que la finalidad de la economía política es estudiar las
actividad económica desde el punto de vista de sus consecuencias sobre el
bienestar de los hombres. Esto lo ensancharan los santsimonianos que escribirán
no para los industriales, sino para los intelectuales y el pueblo. Aparecen en
sus textos las ideas de lucha de clases o criticas violentas a la propiedad
privada y a la nueva explotación capitalista. En su sistema de pensamiento,
economía, sociedad y política aparecen íntimamente relacionadas en una visión
critica y totalizadora. Van a formar parte del socialismo utópico.
El punto de
partida metodológico de la sociología clásica será el postulado de la
independencia de los problemas sociales con respecto a los económicos.
La autonomía de la sociología será finalmente fundada por Comte. El objetivo de
sus trabajaos es contribuir a poner orden en una situación social que definía
como anárquica y caótica, mediante la construcción de una ciencia que, en manos
de los gobernantes, pudiera reconstruir la unidad del cuerpo social.
Comte incorpora a su discurso la idea de la evolución y de progreso, pero, los
cambios debían estar contenidos en el orden. La sociedad debía de ser
considerada como un organismo y estudiada en dos dimensiones, la de la Estática
Social (análisis de sus condiciones de existencia; de su orden) y la de la
Dinámica Social (análisis de su movimiento; de su progreso), ambos se relacionan
estrechamente. El primero es posible sobre la base del consenso, que asegura la
solidaridad de los elementos del sistema. El segundo, a su vez, debe ser
conducido de tal manera que asegure el mantenimiento de la solidaridad, pues de
otro modo la sociedad se desintegraría.
La idea de evolución es la del desarrollo sucesivo de un principio espiritual de
acuerdo con el cual la humanidad pasaría por tres etapas, la teológica, la
metafísica, y la positiva. Según Comte la etapa positiva marcaria la llegada al
estado definitivo de la inteligencia humana y colocaría, en una nueva
categorización jerárquica de las ciencias, a la sociología en la cima de ellas.
Tal conocimiento permitiría a los gobernantes acelerar el progreso de la
humanidad dentro del orden. La nueva política positiva solo podría ser aplicada
por una elite autoritaria.
Para Spencer no existían diferencias metodológicas en el estudio de la naturaleza y de la sociedad. El principio que unificaba ambos campos era el de la evolución; las leyes de la misma eran universalmente validas. La teoría de Spencer no hace más que consagrar triunfalmente el predominio del capitalismo libreempresista y la influencia imperialista británica. Partidario extremo del laissez faire propugna la desaparición de toda intervención estatal.
La sociología
tarda en aparecer en Alemania. La posibilidad de constituir un campo de
conocimiento autónomo para los hechos sociales fue primero rechazada a partir de
la consideración de que los problemas sociales no eran otra cosa que problemas
políticos del Estado, integrables en la ciencia jurídica. Esta tradición que
duro varios años fue reemplazada por otra, basada en argumentos de tipo
epistemológico.
La orientación dominante de origen neokantiano, rechaza la posibilidad de
aplicar métodos analíticos al mundo del hombre. Los hechos históricos son únicos
e irrepetibles; es inútil buscar en ellos regularidades o invariantes para
determinar leyes, tal como lo hacen las ciencias naturales.
En este clima cultural surge Ferdinand Tönnies cuya importancia es haber abierto
el camino para una obra como la de Max Weber. Tönnies dice que la sociología es
el conocimiento de las relaciones sociales y estas, a su vez, solo pueden ser
concebidas como producto de la voluntad de los hombres. Hay dos tipos básicos de
relación entre los hombres, los de “comunidad” (familia, vecindario, grupo de
amigos, lazos naturales que se asimilan al modelo de un organismo) y “sociedad”
(ciudad o estado, fundados sobre el contrato, la racionalidad, el cálculo y
asimilan los lazos que unen a sus elementos con las piezas de una maquina).
Esta tipología reaparecer en Max Weber y en Durkheim.
Se podría decir que los representantes de la sociología clásica son:
Saint-Simon, Comte, Spencer, Tönnies.
d) Durkheim: El problema del orden
El orden moral, que es equivalente al orden social, se expresa como un sistema de normas que, por su parte, se constituyen en instituciones. La sociología es el análisis de las instituciones, de la relación de los individuos con ellas.
Hay un supuesto
de que hay una primacía de la sociedad sobre el individuo, y que lo que permite
explicar la forma en que los individuos se asocian entre sí es el análisis de
los tipos de solidaridad que se dan entre ellos. Durkheim reconoce dos: La
solidaridad mecánica, y la solidaridad orgánica.
La solidaridad mecánica está vinculada a las formas más primitivas, la conexión
entre los individuos se obtiene sobre la base de su escasa diferenciación. Es
una solidaridad construida a partir de semejanzas y, por lo tanto, de la
existencia de pocas posibilidades de conflicto.
La solidaridad orgánica es más compleja. Supone la diferenciación entre los
individuos y como consecuencia la recurrencia de conflictos entre ellos, que
solo pueden ser zanjados si hay alguna autoridad exterior que fije los límites.
Es la solidaridad propia del industrialismo. Esa autoridad es la conciencia
colectiva.
En “el suicidio”
Durkheim dice que es un hecho social ya que si se los considera en conjunto,
durante una unidad de tiempo y en una sociedad dada, esto ya constituye un hecho
social.
Hay tres tipos de suicidio:
- Suicidio egoísta: Es el suicidio motivado por un aislamiento demasiado grande
del individuo con respecto a la sociedad.
- Suicidio altruista: Cuando el individuo está demasiado fuertemente ligado a la
sociedad. El medio social en el que el suicidio altruista exista en estado
crónico es el orden militar.
- Suicidio anomico (el más significativo): Anomia significa ausencia de normas.
El suicida por anomia es aquel que no ha sabido aceptar los límites que la
sociedad impone.
En los tres casos es la relación entre el individuo y las normas lo que lo lleva
al suicidio. Se trata de fenómenos individuales que responden a causas sociales.
El objeto de estudio de la sociología son los hechos sociales, el método para estudiarlos es considerarlos como cosas (método sociológico, método experiencial indirecto).
La insuficiente integración del individuo con la sociedad es el síntoma patológico de las sociedades modernas, que no han logrado recuperar, en las nuevas condiciones del sistema industrial, los valores de equilibrio de la sociedad preindustrial. Para lograr esta integración Durkheim plantea una solución. La principal unidad integrativa es la profesión y la institución que agrupa a los hombres por profesiones.
e) Weber: Racionalidad y dominación
Weber considerara
como unidad de análisis a los individuos, precisamente porque son los únicos que
pueden albergar fines, intenciones, en sus actos. Es historicista.
Weber intentara superar la dicotomía instalada en Alemania de la discusión del
estudio social entre “ciencias de la naturaleza” y “ciencias del espíritu”.
Diseñara un método de tipo histórico-comparativo que le permita recuperar a la
vez la particularidad y la universalidad del hecho social.
El objetivo de Weber era completar la imagen de un materialismo económico con un
materialismo militar y político; el tema central que le permitirá poner en
práctica esa propuesta es el origen y el carácter del capitalismo.
El análisis de los orígenes y las características del capitalismo le permite a
Weber desplegar sus críticas al marxismo economicista. Según su punto de vista,
condiciones históricas para el capitalismo han existido en numerosas
oportunidades. Sin embargo, tal sistema solo se desarrolla en plenitud en la
Europa de los siglos XV y XVI. Esto es porque además de los datos económicos, se
suma la aparición de la ética protestante, que favorecía en el nivel individual
el desarrollo de comportamientos acordes con el espíritu de lucro y las
relaciones de mercado.
El método por el cual llega Weber a aislar la causa fundamental del capitalismo
es el histórico-comparativo.
El análisis histórico pasa a ser sociológico cuando el científico construye, a partir de la realidad, conceptos-tipo o tipos-ideales. El punto de partida para esta construcción es el actor y la acción social. A diferencia de Durkheim, no la sociedad naturalizada sino el comportamiento individual. Por lo tanto, la sociología es una ciencia que pretende entender, interpretándola, la acción social, para de esa manera explicarla causalmente en su desarrollo y efectos.
La característica básica de la vida social es la orientación de las acciones humanas hacia la consecución de determinados fines a través de la utilización de medios adecuados racionalmente para conseguirlos. Weber reconocía otros tres tipos de comportamientos probables: la acción tradicional, la acción afectiva y la acción con arreglo a valores.
En Weber hay tanto una sociología como una filosofía de la historia, recorrida por una idea-fuerza, de la Racionalidad. El desarrollo del hombre es el de una creciente racionalidad en su relación con el mundo.
Las regularidades en la conducta humana se deben principalmente al reconocimiento por los actores de la existencia de un orden legítimo que les otorga validez. Esta validez puede estar garantizada por la tradición, por la entrega afectiva, pro el acatamiento a valores absolutos o por la adhesión a la legalidad estatuida positivamente. Esta última es la legitimidad contemporánea.
Bourdieu: Una ciencia que incomoda
La sociología tiene el aspecto de una disciplina dividida. El problema sobre el carácter científico de la sociología, se debe a que es una disciplina que incomoda.
La sociología es una ciencia critica porque se encuentra en una posicion critica, es por esto que se dice que crea problemas.
Esta en tela de juicio no solo la existencia de la sociología como ciencia, sino su existencia misma.
La sociología crea problemas porque revela cosas ocultas y a veces reprimidas. Estos problemas son verdades que a los tecnócratas, los epistemocratas, y todos los que leen sobre sociología y la financian, no les gusta oir. El mundo científico es terreno de una competencia dirigida por la búsqueda de ganancias especificas y realizado en nombre de intereses específicos, que a veces hace que los científicos participen en una clase de teología científica, de la cual necesitan para creer en lo que hacen.
Una de las maneras de deshacerse de las verdades incomodas es decir que no son científicas, por lo tanto, que son “politicas”, entonces relativas y relativizadas.
El sociólogo tiene la particularidad de tener como objeto de estudio el campo de las luchas de clase y el campo de las luchas científicas. El sociología ocupa una posición en estas luchas, primero como poseedor de un determinado conocimiento económico y cultura en el campo de las clases; después, como investigador dotado de un determinado conocimiento especifico en el campo de la producción cultura, y, mas precisamente, en el subcampo de la sociología.
Una de las principales causas de error en la sociología reside en una relación no controlada con el objeto.
Las posibilidades
de contribuir a la producción de verdad dependen de dos factores:
- El interés que se tiene en saber y hacer la verdad
- La capacidad de producirla
El sociologo esta tanto mejor armado para descubrir lo oculto cuanto mejor armado este científicamente y cuanto mas critico sea.
Cuando el sociologo produce algo de verdad, no lo hace a pesar de tener interés por producirla, sino porque le interesa (esto es contrario al discurso pueril sobre la “neutralidad”).
En la sociología, todo proposición que contradiga las ideas aceptadas por el mundo se vuelve sospechosa de haber surgido de una presuposición ideologica. Choca con los intereses dominantes, complices del silencio y del buen sentido. Por ello se le exigen mil veces mas pruebas que a los protovoces del “buen sentido”. Y cada descubrimiento de la ciencia pone en marcha todo un trabajo de “critica” retrogada, que cuenta con todo el orden social y cuyo objetivo es volver a cubrir lo que se había descubierto.
Los dominantes siempre ven con malos ojos al sociólogo, o al intelectual que hace de sociólogo. Esto es porque se han hecho complices del silencio porque no encuentran nada que criticar en el mundo que ellos dominan, y que les parece natural.
El tipo de ciencia social que uno puede hacer depende de la relación que se tiene con el mundo social. Esta relación con el mundo se traduce en la función que el investigador asigna consciente o inconscientemente a su practica. Uno puede elegir como objetivo la comprensión del mundo social, por el contrario, uno puede buscar técnicas que permiten manipularlo, con lo cual la sociología se pone al servicio de la gestión del orden establecido.
Una gran parte de los que se llaman a si mismos sociólogos o economistas son ingenieros sociales, que proporcionan recetas a los dirigentes de empresas privadas o gobiernos. Hoy en dia, los dirigentes necesitan una ciencia capaz de racionalizar la dominación, tanto en el sentido de reforzar los mecanismos que la garantizan como de legitimarla.
Las posibilidades que tiene la sociología de desilusionar o de contraria al poder son tanto mayores cuanto mejor cumple su función propiamente científica. Esta función no es la de servir para alguien. Pedir que la sociología sirva para algo es siempre una forma de pedirle que este al servicio del poder. Su función científica es comprender al mundo social, empezando por el poder. Es una operación que no es socialmente neutra y que cumple indudablemente una función social.
Los análisis llamados “cualitativos” o “literarios” son esenciales para explicar de manera completa lo que las estadísticas no hacen mas que registrar.
Lo colectivo esta depositado en cada individuo bajo la forma de disposiciones duraderas, como las estructuras mentales.
La sociología toma lo biológico y lo psicológico como algo dad. Trata de establecer como lo utiliza, lo transforma y lo transfigura el mundo social.
Al trabajar generalmente como un intermediario (los encuestadores) y nunca tener un contacto directo con los encuestados, ciertos sociólogos tienen a objetivizar demasiado. A esto se añade la distancia de clase, y la distancia cultural. Esto genera una estadística ciega. Es necesario abrirse paso a una objetividad mas elevada, que cede el lugar a la subjetividad.
Bourdieu dice que tal vez la única función de la sociología es la de mostrar, tanto por sus lagunas visibles como por sus logros, los limites del conocimiento del mundo social y dificultar asi todas las formas de profetismo, empezando por el que se dice ciencia.
Bourdieu coloca en el principio de todas las conductas sociales una forma especifica de interés, de inversión. La inversión es el efecto histórico del acuerdo entre dos realizaciones de lo social: en las cosas, por la institución, y en los cuerpos, por la incorporación.
Critica a los tecnócratas como los de la escuela de Chicago o a los demagogos que tergiversan la información como en los medios de comunicación.
Karl Marx Introduccion
Sus estudios originales eran de abogacía, a los cuales se preocupo como disciplina secundaria, al lado de la filosofía y de la historia. En 1842-1843 siendo redactor de un periódico se vio por primera vez en a la tarea de tener que opinar acerca de los llamados intereses materiales.
Materialismo dialéctico es la corriente del materialismo filosófico de acuerdo a los planteamientos originales de Friedrich Engels y Karl Marx. Esta corriente filosófica define la materia como el sustrato de toda realidad objetiva (física) y subjetiva (el pensamiento) e interacción de la misma, emancipa la primacía e independencia de la materia ante la conciencia y lo espiritual, declara la cognoscibilidad del mundo en virtud de su naturaleza material, y aplica la dialéctica –basada en las leyes dialécticas propuestas por Hegel– para interpretar el mundo.
Materialismo histórico y dialectico: Es un error afirmar que el materialismo de Marx se basa en la afirmación 'todo es materia'. En efecto, Marx se abstiene de realizar afirmaciones metafísicas en ese sentido. Así, el materialismo que postula tiene una significación práctica que lo opone simultanemante al idealismo de Hegel pero también al materialismo 'clasico'.
1. La prioridad del ser sobre el pensamiento: contra Hegel, Marx se ubica en una posición cercana a Feuerbach quien criticaba a Hegel por haber convertido al hombre en puro espíritu en lugar de considerarlo un ser real y concreto.
2. Materialismo dialéctico: Demócrito y los materialistas franceses del siglo XVIII, representan el materialismo clásico que Marx criticará por considerarlo abstracto y mecanicista, reduciendo la materia a leyes mecánicas. También señalará que el materialismo clásico carece de un caracter dialéctico e histórico. Pero el aspecto diferencial más importante es que considera a la realidad únicamente como objeto de contemplación, en tanto el pensar es posterior al ser y las ideas son puro reflejo de la realidad de modo tal que el hombre es un ser pasivo y contemplatitivo.
Así pues:
1. Contra el idealismo: afirma la independencia de la naturaleza exterior respecto al pensamiento.
2. Contra el materialismo mecanicista y Feuerbach: afirma que no es posible separar la Naturaleza respecto del hombre. El hombre no es contemplativo sino activo, transforma la naturaleza y la naturaleza real es la transformada por el hombre de manera que se introduce en el devenir histórico.
El materialismo histórico de Marx supone la negación de la autonomía de las ideas respecto de las condiciones de la existencia humana y también el carácter dialéctico e histórico de esa base material.
Engels, en efecto, considera que Marx es el creador de este materialismo y (junto a la teoría de la plusvalía) conforma su mayor hallazgo científico. En rigor, no se trata de una teoría filosófica sino sociológica.
1. La estructura económica constituye la base real de la sociedad.
2. Tal estructura está constituída por las bases de producción, que son las relaciones que se establecen entre los hombres de acuerdo con su situaicón respecto a las fuerzas de producción. Jurídicamente se expresan a través de las relaciones de propiedad. Dentro de un sistema capitalista, la burguesía es la propietaria de los medios de producción, y el trabajador solo posee la fuerza de trabajo.
3. Las fuerzas productivas están dados por el trabajo y los medios de producción. Las fuerzas productivas se mueven dentro del marco formado por las relaciones de producción.
4. La estructura económica determina o condiciona una superestructura constituída por las formas de conciencia o formas ideológicas que no son sino el conjunto de representaciones (ideas, mitos, símbolos) y valores de la sociedad en un momento en particular. La ideología dominante en cada momento corresponde a la idelogía de la clase también dominante de manera tal que justifica la estructura económica de ese momento.
5. El conflicto
aparece en función del desarrollo normal de las fuerzas productivas, las cuales
ya no encuentran un contexto adecuado sino solo problemas en las relaciones de
producción. De este modo aparece la fase de revolución social
que transformará la superestructura ideológica. Marx postula que el desarrollo
del sistema capitalista de producción conduce inevitablemente a la superación de
la sociedad burguesa y de la propiedad privada.
Para que la revolución tenga lugar, el proletariado debe de obtener conciencia
de clase, esto es, el conocimiento que el proletario tiene de la situación de
explotación y alienación en la que vive como consecuencia del modo de producción
capitalista.
6. No es la razón lo que conduce la historia como puntualiza Hegel, sino que es conducida principalmente (aunque no exclusivamente) por las fuerzas de producción, especialmente, el trabajo humano. En síntesis, el hombre es el principial actor de la historia, historia que solo puede avanzar a través de las contradicciones y luchas. Y en esa lucha, las formas de conciencia (la conciencia de clase) tiene un papel significativo (aunque no excluyente ni prioritario).
Alienación: las distorsiones que causa la estructura de la sociedad capitalista en la naturaleza humana, produciendo una perdida de si mismo en el sujeto.
Plusvalor o plusvalía es
el valor que
el trabajo no
remunerado del trabajador asalariado crea por encima del valor de su fuerza
de trabajo y
que se apropia gratuitamente el capitalista.
Es la forma específica que adquiere el plusproducto bajo
el modo
de producción capitalista y
forma la base de la acumulación
capitalista.
Para que la revolución tenga lugar, el proletariado debe de adquirir conciencia de clase, esto es, el conocimiento que el proletario tiene de la situación de explotación y alienación en la que vive como consecuencia del modo de producción capitalista.