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Resumen Texto "Globalización y Voz" de Amartya Sene | Cátedra: Filmus | 1º Cuat. de 2012 | Altillo.com |
Idea común de globalización errónea.
Amartya Sen busca desmitificar a la globalización.
Con frecuencia, la globalización es percibida como un proceso de “occidentalización”,
una contribución de la civilización occidental al mundo, que en realidad, a
pesar de tener dejos de verdad, es una división global artificial. Existe otra
visión de la globalización, que acepta la centralidad del dominio de Occidente,
pero lo atribuye a las desagradables características relacionadas con ese
proceso, una continuación del imperialismo occidental. Amartya Sen responde que
la globalización no es nueva, ni necesariamente occidental, ni es tampoco una
maldición. En cuanto a la “occidentalización”, Sen habla sobre mirada
prejuiciosa sobre Oriente, ya que las bases de la cultura occidental residen en
el oriente, como la matemática.
Algunos manifestantes rechazan la globalización de la ciencia y la tecnología,
adjudicándola a imperialismo occidental. Según Sen esto sería pasar por alto las
contribuciones globales, y además una absurda decisión práctica ya que el mundo
puede beneficiarse con los procesos de intercambio intelectual. Aún así existen
aspectos de la globalización que si están relacionados con el imperialismo.
Otros manifestantes rechazan la globalización económica. Sen dice que no se
trata de echar por tierra las relaciones económicas globales, sino de lograr que
los inmensos beneficios de la globalización se distribuyan con más justicia.
Algunos manifestantes “antiglobalización” argumentan que el problema central es
que los ricos del mundo están volviéndose más ricos los pobres, más pobres, y
que si bien aumentan los avances científicos, estos no están al alcance de
todos. Por otro lado, los defensores del neoliberalismo argumentan que los
pobres en general están menos pobres que antes, por su inserción en la economía
global, es decir que la globalización no es injusta para los pobres. Sen
responde: En principio, dados los recursos globales que hoy existen, a muchas
personas les resulta difícil ingresar en la economía global. Tener en cuenta
sólo a aquellos que ganan participando en el comercio deja afuera a millones que
permanecen excluidos de las actividades de los privilegiados. La exclusión es un
problema tan importante como la inclusión desigual. Y aún cuando los pobres que
participan en la economía globalizada se estuvieran enriqueciendo en cierta
medida, ello no necesariamente implica que estén recibiendo una parte justa de
los beneficios de las interrelaciones económicas y de su vasto potencial. Por lo
tanto es apropiado preguntar si la distribución de ganancias es justa o
aceptable.
El enfoque sobre si los pobres también se benefician del orden económico
establecido es completamente inadecuado. Lo que se debe preguntar es si es
factible que obtengan un arreglo mejor y más justo, con menos disparidades de
las oportunidades económicas, sociales y políticas, y de ser así a través de qué
nuevos acuerdos internaciones e internos esto podría llevarse a cabo, teniendo
en cuenta la importancia y los beneficios de la cooperación.
Los movimientos antiglobalización se muestran contestatarios a las economías de
mercado, que provocan desigualdades e injusticias sociales. Sen, al respecto,
tiene una postura particular, que explica que la historia marca que los
progresos se dieron de la mano de las economías de mercado, y que por lo tanto
el eje del debate no debe centrarse en las economías de mercado, su
funcionamiento y si deben dejar de existir o no, sino que se debe discutir y
pelear por una mejor distribución de los ingresos y beneficios que genera la
economía de mercado. Esto se logra con acciones colectivas y con un Estado
activo en cuanto a políticas colectivas (salud, educación, viviendas, etc.).
A pesar de la gran cantidad de críticas que se le pueden hacer a la
globalización, también es necesario destacar las oportunidades que de la
globalización: distribución del conocimiento científico; conexión que permite
las comunicaciones (de hecho, los movimientos antiglobalización pudieron
formarse y expandir su causa común en diferentes países gracias a esta
característica); democratización; justicia global.
Las desigualdades permanentes de la economía global están muy relacionadas con
diversos fracasos institucionales que deben ser superados. Existen graves
problemas de omisión y de comisión global que deben ser tratados para lograr una
mayor justicia social global. Las comisiones se conforman por barreras
comerciales severamente restrictivas e ineficientes que frenan exportaciones de
los países más pobres, o leyes de patentes i justas, que entorpecen el uso de
medicamentos que salvan vidas. Las omisiones se conforman por temas de los
cuales no se habla globalmente por la existencia de intereses económicos de
trasfondo (como por ejemplo la industria de armas). Es por eso que las
exigencias de la globalización económica no se limitan a integrar la economía de
mercado y a liberar el comercio y el intercambio, sino que también abarcan la
necesidad de acuerdos institucionales más justos y equitativos para la
distribución de las ganancias derivadas de las relaciones económicas.
Hay una tendencia a justificar las políticas de erradicación de la pobreza con
el fundamento de que es la forma más segura de prevenir conflictos y disturbios
políticos. Es decir que se relaciona la pobreza directamente con la violencia.
Sin embargo, ser pobre no implica ser violento, y tampoco ser pobre tiene que
ver con la existencia del terrorismo (como muchos asocian), ya que el terrorismo
no lo genera la pobreza sino las acciones colonizadoras de maltrato de un país a
otro, y sometimiento de los pueblos.
Los debates de la globalización motivan la búsqueda de la equidad global, pero
también pueden tergiversarse, restringirse y endurecerse para alimentar la causa
de la venganza global. Además, en el mundo actual las voces de la protesta
global son parte de la ética en desarrollo de la globalización. Por lo tanto, lo
que se debe hacer es focalizar el debate en el neoliberalismo (y no en la
globalización), principal culpable y responsable de la injusticia social global,
debido a sus fracasos en los acuerdos políticos, económicos y sociales. A partir
de ello, se deben buscar nuevos acuerdos políticos, económicos y sociales que
garanticen la obtención de la justicia social global.