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CAPÍTULO 1 (Lifzyc)
El laberinto de la cultura:
Cultura: es una noción que sirve para caracterizar las más diversas realidades situaciones sociales. Se utiliza con gran variedad de significados que
representan un verdadero obstáculo. Característica de los conceptos utilizados en las ciencias sociales. Así como el termino sociedad se encuentra
en el centro de la sociología, la cultura constituyó el principal tema de la antropología, muchas veces superponiéndose con el primero. El
concepto cultura fue empleado para explicar los procesos de socialización y de cohesión e integración social, como fenómenos de transmisión
cultural que, mediante la internalización de normas, valores y costumbres, aseguraban un equilibrio en la reproducción social. Más tarde, el campo de la
cultura fue expandiéndose hacia la problemática relacionada con el poder y la dominación.
Un término con sentido:
Edward Tylor define a la cultura como todo lo creado por el ser humano, así como las experiencias heredadas y adquiridas del individuo en una sociedad
concreta. Se relaciona con la incidencia de factores geográficos, históricos, sociales, económicos y políticos. Se pasó a la cultura en términos de modelos
de comportamiento y como sistema de símbolos y significados articulados con las prácticas sociales. Dentro de estas consideraciones la atención se centró
en el análisis de la acción social. La cultura se asemejaría a un manto invisible y texturado que recubre la vida social. Es decir, se el marco social en
el cual se entretejen las acciones y se general los contenidos que se despliegan en él y también es la suma de sentidos y significados producidos y
reproducidos mediante la práctica social. Equivale a decir que es la dimensión significativa.
La naturaleza de la cultura:
Naturaleza es lo que se explica; espíritu, historia y cultura es lo que se comprende. Naturaleza es, entonces, lo que no es historia ni cultura. Si
trazáramos una linera que una a la naturaleza con lo social, la cultura estaría en el medio. Es el punto de inflexión en el cual comienza a fundarse la
sociedad.
Cultura y naturaleza: la mirada de Freud:
Freud asocia perspectivas: por una parte, la cultura como un resultante de la evolución corporal y por otra como oposición entre lo social y lo natural.
Para él, la cultura se instituye en el lugar de la represión de lo biológico. Explica también que la cultura es aquello que ha permitido a los seres
humanos a elevarse por encima de sus condiciones de animales, que abarca el saber y el hacer, conocimiento y actividad. Es el producto de la actividad
intencional de los seres humanos sobre la naturaleza para controlarla y adecuarla a sus propios fines para vivir y sobrevivir. Según Freud, es posible
señalar que la cultura aparece como algo impuesto a una mayoría por una minoría que ha sabido apropiarse de los medios de poder por la compulsión y la
coerción. Analiza el sentido de la cultura considerando 3 dimensiones:
- Desarrollo de la ciencia y tecnología: es decir, disminuir las catástrofes naturales que ponen en riesgo la superviviencia. En un país de mucha
cultura, se ha regulado el curso de los ríos que amenazaban con inundaciones y mediante canales sus aguas han sido dirigidas a donde faltaban.
- La segunda característica de la cultura son los valores y creencias: orientan nuestros comportamientos, y son inútiles en relación con el control
de la naturaleza pero no indiferentes a nuestra “naturaleza” humana.
- La tercera son las normas: las reglas de convivencia.
CAPÍTULO 2 (Kalpschetrej)
Elementos sociológicos para pensar la noción de cultura:
para algunos estudiosos referirse a la sociedad presupone necesariamente hacer alusión a la cultura. Se ha intentado establecer una “división del trabajo”
entre dichas nociones, relacionando la cultura con todos aquellos aspectos referidos a las creencias, a los relatos y al lenguaje, mientras que se
reservaban para el término sociedad los fenómenos que se relacionan con la acción y los actores sociales. La cultura y la sociedad están interpenetradas
aunque no se distingan sus diferencias y similitudes.
¿Qué es la cultura?
El término “culto” suele ser utilizado para calificar ciertas formas y “estilos de consumo” correspondientes a determinados grupos sociales, una especie de
código y marca del “buen gusto”, que a la vez identifica, restringe y distingue lo selectivo y culto de lo masivo y vulgar. Dicho apelativo suele aplicarse
a personas “conocedoras y expertas” que pertenecen por regla general a las clases altas (la cumbia villera, las canciones de cuna, desde el sentido común
no serían consideradas como expresiones cultas; en cambio la música clásica sí). De esta manera la palabra “culto” se convierte en sinónimo de “alta
cultura”.
El sentido es el significado que las personas o grupos asignan a las “objetivaciones” de su entorno, pero este significado no es ni inherente a
los objetos ni a las relaciones sociales en sí ni un significado natural de esas entidades. El sentido se construye dentro del contexto en el cual se
desarrollan las interacciones sociales y la vida de los grupos. Uno de los elementos centrales es el lenguaje, pues organiza la comprensión del
mundo como no lo hace casi ningún otro recurso humano. El lenguaje no solo se refiere a las palabras, sino a los gestos, entre otras.
La cultura, entonces, abarca formas de vida. Incluye tradiciones y creencias. Es un conjunto complejo y dinámico de personas que va cambiando en virtud de
la comunicación e interacción social.
En una sociedad existe una diversidad cultural. Hay sub-culturas (por ejemplo, indios, italianos, chinos, etc.) por lo que queda descartada la posibilidad
de pensar una cultura como un espacio homogéneo y único. Si una cultura es oficial y otras no lo son es porque las relaciones que se establece entre ellas
en un momento histórico determinado son relaciones de fuerza, es decir, relaciones de poder. Esto es que la cultura del otro es pensada en
términos de superior o inferior, diferencias construidas como desigualdades. Toda relación social es una relación de poder. Según Marx, lo mismo que para
el burgués la desaparición de la propiedad de clase equivale a la desaparición de toda la producción, la desaparición de la cultura de clase significa para
él la desaparición de toda la cultura. Dos culturas: dominante: que es la propietaria de los medios de producción y capaz de imponer su visión del mundo
como LA visión del mundo; y la dominada: portadoras de visiones particulares que no tienen la capacidad de imponer su cultura.
CAPÍTULO 3 (Meccia y Pozzi)
El gusto es un delator:
Bourdieu hizo del gusto un objeto científico. A lo largo de su obra buscó resolver el contraste entre subjetivismo y objetivismo. Plantea también un doble
proceso: el de “interiorización de la exterioridad” y el de “exteriorización de la interioridad”. Lo social se interioriza a través de habitus y se exterioriza a través de las prácticas que producen los mismos habitus. Estos tienen un carácter subjetivo, no son de carácter
individual. Por habitus no deben entenderse habitos, pues el habitus existe antes que ellos, dándoles forma (estructurándolos). Los habitus son formas
básicas de visión del mundo que están estructuradas porque guardan una relación con la posición social de las personas; y son estructurantes porque
originan en esas mismas personas prácticas y representaciones. Los contenidos de los habitus son (subjetivamente) de las personas, están estructurados
(objetivamente) por la posición social. Funcionan como esquemas de percepción y evaluación ya estructurados. Guardan una relación con el lugar que esas
personas ocupan en la sociedad, con su clase social. Por eso es necesario referirse tanto a los habitus individuales como a los habitus de clase.
Habitus, entonces, es una construcción conceptual que depende de la posición que las personas ocupan en la sociedad. El marxismo la entendía como una
pirámide. Según la teoría de campos sociales, se imagina una sociedad moderna como un gran círculo y en su interior un conjunto de círculos
más pequeños. Cada uno de estos constituye un campo social que se distinguen. Así, existen el campo de la producción económica, el campo religioso, el de
la educación, el político, el artístico, etc. (Página 75). Los campos son zonas de actividades sociales diferenciadas, que funcionan con cierto nivel de
autonomía y con otro cierto nivel de dependencia (todos están en el mismo círculo). Las personas pueden pertenecer a varios campos y ocupan una posición
jerarquizada. La posición ocupada dentro de los campos sociales es lo que dará origen a los contenidos de los habitus. Por ejemplo: quien un día elige
Mozart puede elegir al día siguiente a Bach, siendo este habitus excluyente de los músicos que no sean de música clásica. Los ocupantes no determinan las
características de los campos al que pertenecen, por el contrario, las posiciones ocupadas en los campos son las que determinan las características de los
ocupantes. Para que funcione un campo, es necesario que haya algo en juego y gente dispuesta a jugar, que esté dotada de los habitus que implican el
conocimiento y el reconocimiento de las leyes del juego. Así como en el campo económico el interés principal reside en la acumulación de riquezas, lo
propio del cultural es la acumulación de consumos de bienes culturales: la acumulación de capital cultural. El campo cultural debe ser visto como un
espacio caracterizado por una distribución desigual de los recursos culturales, y por relaciones entre dominantes y dominados.
Los gustos en las clases altas:
Bourdieu denominó el gusto legítimo a los gustos que producen los consumos más “dignos” e “incuestionables” desde las posiciones más altas
del campo cultural. Este gusto tiene poder simbólico, es decir, tiene el poder de estructurar las diferencias y semejanzas que los otros gustos tienen para
con él. Las clases altas tienden a pensar que su gusto está inscripto en sus genes.
Los gustos en las clases medias:
llevan al consumo de unos objetos y a unas prácticas culturales destinadas a los grandes públicos: sus gustos se concretan en producciones que distan de
ser selectas y restrictiva como las de las clases altas; sus gustos son organizados por una industria cultural que produce a gran escala. Para el caso de
esta clase, el gusto legítimo es incuestionable y por eso su relación con la “alta” cultura es muchas veces tortuosa: porque en sus intentos de
distinguirse de las clases populares jamás pueden aunarse con la cultura de las clases altas.
Los gustos en las clases populares:
se trata de un gusto al que Bourdieu denomina pragmático. El autor no expresa el rechazo de los sectores populares a toda clase de cultura legítima, sino
que expresa el reconocimiento naturalizado de que, a ellos, la cultura no les corresponde porque está hecha para otros. Los gustos delatan las
desigualdades sociales.
CAPÍTULO 4 (Iacobellis)
Cultura de masas:
el término “masas” suele estar asociado a su aspecto cuantitativo: cantidades numerosas de personas. La forma en que irrumpe en el escenario
histórico-social, junto con la diversidad de los medios de comunicación existentes, sumados a la fluidez, accesibilidad y rapidez de la comunicación forman
parte de la “cultura de masas”. La escuela de Frankfurt denomina a la cultura de masas como la industria cultural.
Considera a la cultura como una dimensión privilegiada para explicar los nuevos fenómenos sociales que se registran en las sociedades industrializadas en
esta etapa del capitalismo. En el reemplazo del término “cultura” por “industria” se ponen en manifiesto las condiciones y las formas de producción de la
cultura, y el traslado de la lógica mercantil y la racionalidad instrumental, propias de la esfera de la producción capitalista, al ámbito cultural. El
presupuesto es que todas las prácticas sociales y sus productos son considerados como mercancía, en consecuencia, lo mismo ocurre con la cultura.
El desarrollo tecnológico posibilita el control, manipulación y dominación a través de la industria cultural según el modelo
socioeconómico. Los productos de esta industria no sólo empobrecen las capacidades de los individuos sino que además permiten la total explotación y sumisión de mentes y de sus cuerpos al régimen de producción capitalista. La vida cotidiana está ordenada por la producción industrial. La
industria cultural complementaría la lógica de producción capitalista y a través de ella la reproducción de la dominación y explotación de los sujetos
sociales. Autores señalan como una de las consecuencias más positivas de la cultura de masas su efecto democratizador: el consumo de bienes culturales y
simbólicos y la libre adquisición de los que anteriormente estaban excluidos. La cultura de masas se diferencia de la popular ya que la primera está
constituida por los productos culturales que surgen del cine, la televisión y la prensa. Los medios masivos –factor distintivo de la cultura de masas-
adquieren una dimensión explicativa sustancial ya que por su intermedio se redefine la socialización. La cultura popular podrá ser identificada ya no por
su pertenencia de clase, sino en términos de estilos de vida posibles dentro de la diversidad característica de la cultura de masas.
Como alternativa a la escuela de Frankfurt surge Barbero, quien propone que la relación entre lo masivo y lo popular a partir de la desigualdad y el poder.
Reflexiona sobre la relación entre cultura de masas y cultura popular, conceptualizada a partir de la desarticulación, la desposesión y la reapropiación.
Lo masivo aparece como resultado de relaciones de fuerza que generan una nueva forma de sociabilidad y trastocan valores y patrones de conductas sociales
de los sectores populares. Lo masivo se ha gestado desde lo popular. Con la masividad se asfixia lo popular.
CAPÍTULO 5 (Friedman y Álvarez)
Los medios de comunicación: la comunicación de masas es concebida en términos de producción y difusión de bienes simbólicos. Toda cultura está hecha necesariamente de procesos de comunicación y el lenguaje es el medio por excelencia que permite la existencia de estos procesos. El proceso de comunicación consiste en la transmisión de un mensaje a través de un medio. La relación entre “medios” y “mensaje” siempre ha sido una problemática. El medio y el mensaje son interdependientes ya que los medios son, en definitiva, el soporte del mensaje. Los medios producen la realidad. La experiencia se diferencia en vivida y mediática. La vivida es la que se vive y la mediática es la que cuentan los medios. La caída de las torres gemelas para la mayoría fue experiencia mediática, pero para los testigos fue vivida. El pensamiento de la Escuela de Frankfurt era que la recepción era un proceso pasivo.
CAPÍTULO 6 (Marx y Engels)
La ideología alemana:
Marx y Engels pensaron distinto a Hegel. Toda la crítica alemana se limita a la crítica de las ideas religiosas. Podemos distinguir al hombre de los
animales por la conciencia, por la religión o por lo que se quiera. Pero el hombre mismo se diferencia de los animales a partir del momento en que comienza
a producir sus medios de vida. Al producirlos, el hombre produce indirectamente su propia vida material. El todo depende de la naturaleza de los medios de
vida con que se encuentran y que se trata de reproducir. Lo que los individuos son depende de las condiciones materiales de su producción. Las relaciones
entre unas naciones y otras dependen de sus fuerzas productivas, de la división del trabajo y del intercambio interior. Se ve a simple vista que todo gira
en torno a la producción. La división del trabajo dentro de una nación se traduce en la separación del trabajo industrial y comercial con
respecto al trabajo agrícolas y, con ello, en la separación de la ciudad y el campo. La posición que ocupan entre sí estos diferentes sectores se halla
condicionada por el modo de explotar el trabajo agrícola, industrial y comercial. Las diferentes fases de desarrollo de la división del trabajo, son otras
tantas formas distintas de la propiedad: 1) La primera forma de la propiedad es la propiedad de la tribu. Corresponde a la fase naciente de la producción
en que un pueblo se nutre de la caza, pesca, ganadería o agricultura. Una muy poco desarrollada división del trabajo que no es más que la división natural
existente en la familia (el hijo y padre hacen lo de fuerza). La organización social es de patriarcas, tribus y esclavos. 2) La segunda forma de la
propiedad está representada por la antigua propiedad comunal y estatal: surge de la fusión de diversas tribus para formar una ciudad, mediante acuerdo
voluntario o por conquista. Sigue existiendo la esclavitud. La división del trabajo aparece ya aquí más desarrollada. Nos encontramos ya con la
contradicción entre la ciudad y el campo, entre estados que representan una y otra parte, entre la industria y el comercio marítimo. 3) La tercera forma es
la de la propiedad feudal o por estamentos. La Edad Media tenía como punto de partida el campo. Los últimos siglos del Imperio Romano decadente y la
conquista por los propios bárbaros destruyeron una gran cantidad de fuerzas productivas; la agricultura veías postrada, la industria decayó por la falta de
mercados, el comercio se vio interrumpido y la población urbana y rural decreció. Estos factores hicieron que se desarrollara la sociedad feudal. Se basa
en una comunidad compuesta por: señores feudales, pequeños campesinos y siervos. Aparece la contraposición del campo y la ciudad, la organización
jerárquica de la propiedad territorial y las guerrillas armadas que daban a la nobleza el poder sobre los siervos. Esta organización feudal era lo mismo
que había sido la propiedad comunal antigua: una asociación frente a la clase productora dominada. La creciente competencia de los siervos que huían y se
juntaban en las nuevas ciudades hicieron surgir los gremios, que, junto con el ahorro de los pequeños artesanos sueltos hicieron que se desarrollara en las
ciudades una jerarquía semejante a la que imperaba en el campo.
La conciencia:
El “espíritu” se manifiesta bajo la forma de capas de aire en movimiento, de sonidos, en una palabra. El lenguaje es la conciencia práctica, la conciencia
real y nace, como esta, de la necesidad, de los apremios “del intercambio con los demás hombres”. La conciencia, por lo tanto, es ya de antemano un
producto social y lo seguirá siendo mientras existan los seres humanos. La conciencia de la necesidad de entablar relaciones con los individuos
circundantes es el comienzo de la conciencia de que el hombre vive dentro de una sociedad. La división del trabajo solo se convierte en verdadera división
a partir del momento en que se separan el trabajo físico y el intelectual. Con esta división del trabajo se da, al mismo tiempo, la distribución desigual
tanto cuantitativa como cualitativamente del trabajo y de sus productos. División de trabajo y propiedad privada son términos idénticos: uno de ellos dice,
referido a la esclavitud, lo mismo que el otro, referido al producto de ésta.
CAPÍTULO 10 (Foucault)
Las redes del poder:
Intenta desechar el esquema freudiano que opone instinto a represión. Los psicoanalistas cambian el concepto de deseo pero no cambian en absoluto la
concepción de poder que es una totalmente insuficiente. Las principales preguntas que se plantea el autor es ¿Por qué es concebido al poder de una manera
tan restrictiva, tan pobre, tan negativa? Los grandes sistemas establecidos desde la Edad Media se desarrollaron por intermedio del crecimiento del poder
monárquico, a costa del poder o, mejor, de los poderes feudales. El derecho siempre fue el instrumento de poder de las monarquías contra las instituciones,
las costumbres, los reglamentos, las formas de pertenencia características de la sociedad feudal. El poder monárquico, el poder del Estado, está
esencialmente representado en el derecho. La burguesía y la monarquía lograron instalar poco a poco una forma de poder que se representaba como discurso,
como lenguaje, el vocabulario del derecho. ¿Y por qué de manera positiva? En primer lugar, no existe un poder sino varios. Poderes quiere decir formas de
dominación y detención que operan localmente y que poseen su propia modalidad de funcionamiento, procedimiento y técnica. Todas estas formas de poder son
heterogéneas. No podemos entonces hablar de poder si queremos hacer análisis del poder, sino que debemos halar de los poderes. El sistema de poder que la
monarquía había logrado organizar a partir del fin de le Edad Media presentaba para el desarrollo del capitalismo inconvenientes mayores: primero el poder
político era un poder muy discontinuo. Segundo, es que los mecanismos de poder que funcionaban en la monarquía eran sistemas excesivamente costosos
justamente porque la función del poder era esencialmente el poder de recaudar, de tener el derecho de recaudar cualquier cosa y sobre las cosechas un
porcentaje era para el señor, para el poder real, para el clero. El poder era, entonces, recaudador y predatorio.
Tecnología de disciplina:
disciplina es el mecanismo de poder por el cual alcanzamos a controlar en el cuerpo social hasta los elementos más tenues. Son técnicas de
individualización del poder. Cómo vigilar a alguien, cómo controlar su conducta, su comportamiento, aptitudes, como intensificar su rendimiento,
multiplicar sus capacidades, colocarlo en el lugar donde será más útil, es, para el autor, la disciplina.
Hay dos grandes revoluciones en la tecnología del poder: descubrimiento de la disciplina y de la regulación, perfeccionamiento de una anátomo-política y de
una biopolítica. La anatomo-política es una política que hace blanco en los individuos hasta anatomizarlos. El siglo 18 descubrió que el
poder no se ejerce simplemente sobre los individuos, sino que sobre la población. Quiere decir que un grupo de seres vivos son atravesados, comandados,
regidos, por procesos de leyes biológicas. Una población posee natalidad, mortalidad, tiene un estado de salud, puede desarrollarse o perecer. En oposición
a esta, está la biopolítica. Problemas como el hábitat, el de las condiciones de vida en una ciudad, la higiene pública, o la modificación
de las relaciones entre natalidad y mortalidad. A partir de allí toda una seria de técnicas de observación encargada de la regulación de la
población. El sexo se tomará como un instrumento de disciplinarización. Va a ser uno de los elementos esenciales de la anatomo-política. El sexo es el eje
entre esta y la biopolítica, él está en la encrucijada de las disciplinas y de las regulaciones.
El sistema de prisión:
se crean las prisiones, como sistema de represión. La prisión va a ser un sistema de reeducación de los criminales. Después de una estadía en la prisión,
gracias a una domesticación de tipo militar y escolar, vamos a poder transformar a un delincuente en un individuo obediente a las leyes. Se buscaba la
producción de individuos obediente. Ahora bien, en los primeros tiempos de los sistemas de las prisiones quedó en claro que ellos no producían aquel
resultado sino al contrario. Mientras más tiempo se pasaba en prisión, menos se era reeducado y más delincuente se era. No solo productividad nula sino
negativa. La delincuencia posee también UTILIDAD ECONÓMICA. La prostitución, el tráfico de armas, el tráfico de drogas. La delincuencia sirve masivamente
en el siglo XIX y XX a una serie de alteraciones POLÍTICAS tales como romper huelgas, infiltrar sindicatos obreros, servir de mano de obra y guardaespaldas
de los jefes de partidos políticos.
CAPÍTULO 11 (Weber)
Los tipos de dominación:
debe entenderse por “dominación” a la probabilidad de encontrar obediencia dentro de un grupo determinado para mandatos. No es la posibilidad de ejercer
poder. Un determinado mínimo de voluntad de obediencia, o sea de interés en obedecer, es esencial en toda relación auténtica de autoridad. Toda dominación
requiere de un cuadro administrativo es decir, la probabilidad de que se dará una actividad dirigida a la ejecución de sus ordenaciones. En lo cotidiano
domina la costumbre, la situación de interés, la creencia en la legitimidad. Ninguna dominación se contenta con tener probabilidades de fluir, sino con
fomentar la creencia de su legitimidad. Se distinguen tipos de dominación según sus pretensiones típicas de legitimidad: 1) Depende de los resultados que
se obtengan. 2) No toda pretensión convencional debe llamarse “relación de dominación”. No excluye el que haya podido surgir por un contrato formalmente
libre.
3) La “legitimidad” de una dominación debe considerarse tan solo como una probabilidad. Una dominación puede ser tan absoluta y encontrarse de tal modo
asegurada que desprecie toda pretensión de “legitimidad”. Aún en este caso, la clase de relación de legitimidad entre el soberano y el cuadro
administrativo es muy distinta según sea la clase de fundamento de la autoridad que entre ellos exista. 4) “Obediencia” significa que la acción del que
obedece transcurra como si el contenido del mandato se hubiera convertido en máxima de su conducta. 5) El que el dirigente y el cuadro administrativo
aparezcan como “servidores” nada demuestra respecto del carácter de “dominación”.
Existen 3 tipos puros de dominación legítima:
- RACIONAL: Descansa en la creencia en la legalidad de ordenaciones estatuidas y de los derechos de mando llamados por esas ordenaciones a ejercer la
autoridad (Autoridad legal). En este caso se obedece a las ordenaciones impersonales y objetivas y a las personas por ellas designadas.
- TRADICIONAL: Se obedece a la persona del señor llamado por la tradición y vinculado por ella y por motivos de piedad. El soberano no es un “superior”,
sino un señor personal, su cuadro administrativo no está constituido por “funcionarios” sino por “servidores”, los dominados no son “miembros” de la
asociación sino “compañeros” o “súbditos2. Las relaciones del cuadro administrativo para con el sobreaño son por fidelidad del personal con el servidor. Se
obedece a la persona y a sus mandatos por dos motivos: piedad y tradición.
- CARISMÁTICO: en este caso, se obedece al “caudillo” carismáticamente calificado por razones de confianza personal en el revelación, heroicidad o
ejemplaridad, dentro del circulo en que la fe en su carisma tiene validez. Debe entenderse “carisma” a la cualidad que pasa por extraordinaria de una
personalidad. Esta dominación carismática supone un proceso de comunicación de carácter emotivo. El cuadro administrativo no es ninguna burocracia.
La dominación carismática se opone tanto a la dominación racional, especialmente burocrática, como a la tradicional, especialmente la patriarcal y
patrimonial o estamental. Ambas son formas de la dominación cotidiana, rutinaria, la carismática (genuina) es específicamente lo contrario. La dominación
burocrática es específicamente racional en el sentido de la vinculación a reglas discursivamente analizables, la carismática es específicamente irracional
en el sentido de su extrañeza a toda regla. La dominación tradicional está ligada a las precedentes del pasado.