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Weber
Economía y sociedad
Concepto de la acción social
La acción social se orienta por las acciones de otros, las cuales pueden ser pasadas (historia), presentes o esperadas como futuras (lo que piensen generaciones próximas). Los otros pueden ser individualizados y conocidos o una pluralidad de individuos indeterminados y completamente desconocidos. Es decir, no habla de un “otro” físico si no que se piensa que hay otro.
No toda clase de acción es “social”. No lo es la acción exterior cuando sólo se orienta por la expectativa de determinadas reacciones de objetos materiales. La conducta íntima sólo es acción social cuando está orientada por las acciones de otros.
No toda clase de contacto entre los hombres tiene carácter social; sino sólo una acción con sentido propio dirigida a la acción de otros.
La acción social no es idéntica ni a una acción homogénea de muchos (abrir el paragua cuando llueve), ni a la acción de alguien influido por conductas de otros (acción condicionada por la masa. Un acontecimiento o una conducta humana pueden provocar determinados estados de ánimo que no se darían en el individuo aislado. El desarrollo de una acción semejante, determinada o codeterminada por el simple hecho de una situación de masa, pero sin que exista en ella una relación significativa, no se puede considerar como social. Tampoco puede considerarse como una “acción social” específica el hecho de la imitación de una conducta ajena cuando es puramente reactiva y no se da una orientación con sentido de la propia acción por la ajena. El simple hecho de que alguien acepte para sí una conducta determinada, aprendida en otros y que parece convincente para sus fines, no es una acción social, ya que no orientó su acción por la acción de otros, si no que por observación dirigió su conducta. Cuando se imita una conducta ajena porque está de moda en cuanto estamental, tradicional, entonces sí tenemos la relación de sentido, bien respecto de la persona imitada, de terceros o ambos.
No existe acción social sin sentido. Por lo tanto las acciones para ser sociales deben poseer sentido, es decir, racionalidad. Dentro de estas, van a haber distintos ideales (lecturas de la realidad) (más racionales/menos racionables). Puede ser:
1) Tradicional: determinada por una costumbre arraigada. Es la menos racional (pero no deja de serlo).
2) Afectiva: especialmente emotiva, determinada por afectos y estados sentimentales actuales. Se distingue de la racional con arreglo a valores por la elaboración consiente de esta última de los propósitos últimos de la acción y por el planeamiento de la misma. Tienen en común el que el sentido de la acción no se pone en el resultado, sino en la acción misma en su peculiaridad. Actúa afectivamente quien satisface su necesidad actual de venganza, goce, o de entrega o de dar rienda suelta a sus pasiones del momento.
3) Racional con arreglo a valores: determinada por la creencia consiente en el valor-ético, estético, religioso o de cualquier forma como se le interprete- propio y absoluto de una determinada conducta, sin relación alguna con el resultado, o sea puramente en méritos de ese valor. (Importan los mandatos, es decir, es siempre una acción según mandatos o de acuerdo con exigencias que el actor cree dirigidos a él.). Actúa estrictamente de un modo racional con arreglo a valores quién, sin consideración a las consecuencias previsibles, obra en servicio de sus convicciones sobre lo que el deber, la dignidad, la belleza, la piedad o la trascendencia de una “causa”, parece ordenarle.
4) Racional con arreglo a fines: determinada por expectativas en el comportamiento, tanto de objetos del mundo exterior como de otros hombres, y utilizando esas expectativas como condiciones o medios para el logro de fines propios racionalmente sopesados y perseguidos. Importan los resultados, lo que se consigue, el objetivo final. Actúa racionalmente con arreglo a fines quien oriente su acción por el fin, medios y consecuencias implicadas en ella y para lo cual sopese (Examinar con atención o considerar con prudencia las ventajas y los inconvenientes de algo, o su importancia y trascendencia) racionalmente los medios con los fines, los fines con las consecuencias implicadas y los diferentes fines posibles entre sí. Es la acción racional por excelencia.
Se puede observar en la acción social regularidades de hecho; es decir, el desarrollo de una acción repetida por los mismos agentes o extendida a muchos, cuyo sentido mentado es típicamente homogéneo. Por uso debe entenderse la probabilidad de una regularidad en la conducta, cuando y en la medida que esa probabilidad, dentro de un círculo de hombres, esté dada únicamente por el ejercicio del hecho. El uso debe llamarse costumbre cuando el ejercicio de hecho descansa en un arraigo duradero. La costumbre aparece como una norma no garantizada exteriormente y a la que de hecho se atiene el actor “voluntariamente”, ya sea “sin reflexión alguna” o por “comodidad”. Los modos de vestir, aunque nacieron como “costumbre”, son hoy, en gran medida, no sólo costumbre sino convención.
La acción puede orientarse en la representación de la existencia de un orden legítimo. La probabilidad de que esto ocurra de hecho se llama “validez” del orden en cuestión.
Relación social
Por relación social debe entenderse una conducta plural que, por el sentido que encierra, se presenta como recíprocamente referida, orientándose por esa reciprocidad. La relación social consiste, plena y exclusivamente, en la probabilidad de que se actuará sociablemente en una forma indicable; siendo indiferente, por ahora, aquello en que la probabilidad descansa. La relación social consiste sola y exclusivamente en la probabilidad de que una forma determinada de conducta social, de carácter recíproco por su sentido, haya existido, exista o pueda existir. La relación social es unilateral pero no deja de estar referida en la medida en que el actor presupone una determinada actitud de su contrario frente a él y en esa expectativa orienta su conducta. Sólo es bilateral cuando el sentido de la acción se corresponde en ambos.
Una relación social puede tener carácter enteramente transitorio o bien implicar permanencia, es decir, que exista en este caso la probabilidad de la repetición continuada de una conducta con el sentido de que se trate.
El “contenido de sentido” de una relación social puede variar. Le llamamos “orden” cuando la acción se orienta por “máximas” que pueden ser señaladas y “validez” de este orden cuando la orientación del hecho por aquellas máximas tiene lugar porque en algún grado significativo aparecen válidas para la acción, es decir, como obligatorias o como modelos de conducta.
El sentido de una relación social puede ser pactado por declaración recíproca. Esto significa que los que en ella participan hacen una promesa respecto a su conducta futura.
Apuntes adicionales (Daniel y Pablo) Weber-Durkheim-Marx
Weber va a aportar a lo social desde el individuo partiendo de la acción social (es una acción llevada a cabo por el individuo, intencional, para él o para otros). Dice que es posible estudiar la intención del individuo orientada hacia otro. Piensa la sociedad como un conjunto de individuos entrelazados entre sí.
Weber, Durkheim y Marx miran lo social desde distintos puntos de vista. Los 3 autores dan aportes para el estudio de la sociología. Durkheim es el primero que va a definir el hecho social y Weber es posterior a él. (Durkheim y Marx son contemporáneos.)
Weber encabeza todo movimiento en paralelo a los anteriores. Elaboró el pensamiento comprensivista. Marx no va a apuntar a lo académico como los otros dos autores sino a lo político
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