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Resumen de Unidades 1 a 5 | Sociología (Cátedra:
Martínez - Sameck - 2017) | CBC | UBA
UNIDAD 0
Marqués, Vincent
“No es natural”
Intenta lograr distinguir en la vida cotidiana de un individuo lo que es natural (establecido por la biología) de lo que es normal (costumbres definidas por la sociedad). Atribuimos espontáneamente el carácter de “natural” a las vivencias cotidianas (a lo normal) y las pensamos como invariables, es decir, las naturalizamos (tendencia de creer que los hechos normales que ocurren son el resultado de necesidades naturales). El autor propone romper con el proceso de naturalización pensando que todo podría ser de otra manera. Puede ser de dos maneras:
1) Analizar la causa que origina el hecho (¿costumbre o necesidad?).
2) Comparar entre sociedades distintas para diferenciar las normas de ambas.
El autor propone diferenciar estos conceptos porque el objetivo de la Sociología es el estudio de los fenómenos “normales” relacionados con la sociedad.
Gramsci, Antonio
“Introduccion al estudio de la filosofía y del materialismo histórico”
Todos los hombres son filósofos porque la espontánea se halla contenida en el lenguaje, el sentido común y en la religión popular. Es necesario salir de esa situación pasiva a través de un pensamiento consciente, propio y crítico.
Nota I: se pertenece siempre a un determinado agrupamiento, se es hombre-masa u hombre-colectivo. Para una elaboración crítica es necesario tener consciencia.
Nota II: no se puede separar la filosofía ni la cultura de su historicidad. Conocer las fases del desarrollo. Incapacidad de autonomía histórica.
Nota III: cada idioma tiene los elementos de una concepción del mundo y de una cultura, por ende comprender varios idiomas o al menos uno es comprender la expresión mundial.
Nota IV: crear una nueva cultura: hacer individualmente descubrimientos originales pero sobre todo difundir las verdades descubiertas, socializarlas, convertirlas en base de acciones vitales.
- Relación entre ciencia-religion-sentido común
El sentdo común y la religión no pueden formar parte de un orden intelectual ni lograr una unidad o una coherencia libremente determinadas. No pueden reducirse a unidad y coherencia de la consciencia individual.
La filosofía en general no existe: hay diversas filosofías o concepciones del mundo, y siempre, lo sepamos o no, hacemos una eleccion entre ellas. Y esa eleccion es practica, de modo que todo obrar es un obrar político. El pensar es una concepción del mundo afirmada en palabras, y el obrar es una concepción del mundo que se manifiesta en la acción. Cuando un grupo social no logra una concepción propia del mundo, las toma prestadas de otros grupos o clases. Asi, la eleccion de la concepción del mundo, de la filosofía, es un acto político, un acto practico.
UNIDAD I – EL SURGIMIENTO DEL CAPITALISMO Y LA SOCIOLOGÍA POSITIVA
1- EL MODO DE PRODUCCIÓN FEUDAL Y LA TRANSICIÓN AL CAPITALISMO
D’Antonio, Debora – Eidelman, Ariel
En Europa, desde la cisis del siglo XIV surge un movimiento que se desarrolla en dos planos. Por un lado, una transformación de la estructura social europea que da lugar a la aparición del sistema capitalista y, por el otro, una nueva concepción del mundo que tiene por principal característica el predominio del pensamiento científico. Surge en el siglo XIX, una nueva ciencia, la sociología, que apunta a explicar los cambios y transformaciones que conmovieron a la sociedad europea.
- Breves antecedentes del feudalismo
Distintos grupos étnicos que venían de Asia, Eurasia y Europa del Este obligaron a que los comarcas y sus señores organizaran una defensa militar de sus terriotiros y poblaciones. Como producto de esto, el rey otorgo esos territorios para que estos señores los gobernaran, sin dejar de reconocer que la propiedad pertenecía al rey. De esta manera, surgieron los feudos.
- La estructura feudal
El feudo es una unidad política, social y económica autónoma. Concedido por el rey o por un nombre de alto rango a otro con la finalidad de que este ultimo lo administrara, gobernara y defendiera beneficiándose de su producción económica. Existía un doble vinculo; por un lado, el beneficio usufructo de la tierra y por el otro, el “vasallaje”. El usufructo de la tierra suponía su utilización, no la propiedad. El vasallaje implicaba una relación de dependencia política y un alineamiento militar en defensa de los intereses del rey. Este se definia en una ceremonia publica a través de un juramente y un pacto.
Este sistema social se completaba con las clases de los campesinos libres y los siervos. Los primeros conservaban la libertad de movimiento y compartían con el conjunto de la aldea una cantidad de tierras comunales. Los siervos estaban enlazados a la tierra, por lo tanto eran transferidos con ella. Coexistían distintos regímenes de propiedad de la tierra: comunales y señoriales.
La característica fundamental del periodo entre el siglo IX y el XIII fue la permanente competencia por el poder entre los reyes y los señores feudales. Las ciudades y la burguesía conocieron un fuerte desarrollo autónomo.
- El pensamiento medieval
En una sociedad fuertemente desigual, la Iglesia era a la vez una institución jerarquica y un importante propietario de tierras. La influencia de la Iglesia se comprometia a todos los sectores sociales.
- La crisis del mundo feudal
Al final del siglo XIII comenzaron a percibirse signos de crisis del mundo feudal. Entre ellos, la aparición y crecimiento de la burguesía, en contradicción flagrante con los intereses de la nobleza, compitiendo por el predominio económico y político. Burguesía, se denomina a un sector social, que vivía en los burgos medievales y no formaban parte ni de la nombreza, ni del campesinado. Primero se desarrollaron como artesanos defendiendo sus intereses a través de gremios y corporaciones. A partir del siglo XV la burguesía tuvo un particular rol en el desarrollo del capitalismo a través del comercio internacional.
La crisis del sistema feudal se desato fuertemente en el siglo XIV. Las razones son multiples. Una, el cambio climatico que provoco una fuerte caída en las actividades agrícolas y ganaderas. Otra causa, fue la contradicción del desarrollo tecnológico. Y finalmente, un aumento demográfico, actuo en detrimiento de las condiciones sociales. Todas estas razones desembocaron en fuertes hamrbunas y epidemias en el viejo continente.
Las consecuencias fueron varias, parte de la población rural migro a las ciudades en busza de nuevas oportunidades. Las monarquías feudales en las que el rey era el primus inter pares fueron reemplazadas por monarquías absolutas donde el rey concentraba todo el poder en sus manos.
Otras de las consecuencias fue la imposibilidad de los señores feudales de retener a la mano de obra en sus señoríos por la marcada disminución de la población, debido a las pestes y enfermedades. La disminución de la mano de obre obligo a trabajar a la población vagabunda que había perdido sus tierras.
Se cercaron las tierras a favor de los terratenientes, y este proceso produjo nuevas técnicas para el desarrollo de los cultivos, haciendo a la tierra mas productiva y expulsando a los antiguos trabajadores del campo hacia la incipiente industria moderna.
- El surgimiento del pensamiento moderno
La aparición de nuevos mercados, nuevas rutas, las migraciones internas, el intercambio con poblaciones exóticas dieron lugar al resquebrajamiento de la antigua cosmovisión del mundo y al surgimiento de una visión humanística. Los cambios fomentaron una crisis en el pensamiento medieval, como la centralidad del trasmundo y la mirada religiosa. Surge un sentimiento profano y vital. Junto a esto se desarrollo un gusto por el goce de los placeres terrenales.
Entre los siglos XV y XVI surge el Renacimiento. Este se caracterizaba por retomar distintos elementos de la cultura clásica grecorromana. En el desarrollo de esta etapa se destaco Isaac Newton, a través del descubrimiento de la ley de gravitación universal.
La Iglesia católica se fracturo ante los diversos movimientos de la Reforma Protestante del siglo XVI que cuestiono elementos de la doctrina y denuncio practicas corruptas en el papado. Esto llevo a un debilitamiento del pensamiento católico. A esto se sumo el uso de la imprenta que implico una mayor difusión de la cultura escrita.
Se destaco también, Nicolas Maquiavelo, quien en 1518 publico “El Principe”, una concepción moderna de la política. Definió a la misma como un campo especifico y singular, cuyo objetivo es obtener o conservar el poder a partir de una combinación de coerción y consenso como componentes intrínsecos de la constitución estatal. La aceptación del orden y la capacidad de este para obtener obediencia es otra particularidad de su concepción del poder político. Habla de “virtú” como la capacidad de gobernar del Principe por medio de una conducta individual que resulta de una estrategia racional del uso de poder.
Surgieron los Estados absolutistas. Esto produjo la aparición de una burocracia administrativa y un ejercito a disposición del poder central. El Estado absolutista fue el ultimo intento de la clase señorial para garantizar su dominación, ante el ascenso de una nueva clase social, la burguesía urbana.
- El Siglo de las Luces y las revoluciones.
El movimiento mas representativo fue la Ilustracion, un movimiento intelectual situado históricamente en el siglo XVII en Francia. Sus antecedentes fueron , la corriente empirista de Inglaterra y Escocia en el siglo XVII, una teoría que enfatiza el valor de la experiencia y la percepción sensorial para la formación del conocimiento. Estas ideas eran aplicadas a la política económica, al gobierno y a distintas ciencias. Y por el otro, la corriente racionalista del siglo XVII, de origen francés y alemán, donde se valoraba la construcción de un sistema de pensamiento y enfatizaba el papel excluyente de la razón para conocer la realidad.
La ilustración fue un movimiento cultural caracterizado por la reafirmación del poder de la razón humana frente a la fe y la superstición.
La divulgación en sectores cada vez mas amplios de la sociedad fue uno de los valores mas importantes. Surge la “Enciclopedia” como una síntesis de los principales conocimientos del a época involucrando la técnica, las artes y las ciencias.
En el siglo XVIII se formularon nuevos conocieminetos que permitieron relacionarse con la técnica y la ciencia de un modo distinto, brindando las bases para la futura Revolucion Industrial y la Revolucion Francesa.
La Revolucion Industrial implico la utilización generalizada de maquinas y herramientas que produjeron un fuerte cambio en la forma de producción y consumo de bienes. Producto de la industrialización surgió un proletariado industrial, nutrido por el campesinado desplazado. La burguesía desalojo definitivamente a la nobleza del poder y se convirtió en la nueva clase dirigente. Sus costumbres y valores pasaron a ser la cosmovisión dominante de la sociedad. La clase obrera comenzó a organizarse en sindicatos y partidos políticos para la defensa de sus intereses.
La Revolucion Francesa no hubiera sido posible sin la Ilustracion, la que ayudo a romper definitivamente con la concepción del mundo. Esta revolución termino con el sistema feudal dando lugar a las formas republicanas de gobierno y un fuerte impulso al desarrollo del capitalismo. Unas de las principales características de la sociedad fue la luchas entre las principales clases sociales: la burguesía y el proletariado.
Nace la sociología, teninedo como principal objetivo el estudio y la comprensión de la sociedad capitalista y sus conflicots con el fin de que esta reflexión pudiera contribuir a la estabilización del emergente orden social.
Anderson, Perry
“El modo de producción feudal”
El feudalismo fue un modo de producción dominado por la tierra y por la economía natural. La propiedad agrícola estaba controlada privadamente por una clase de señores feudales. Existía una coerción extraeconómica. El campesino estaba sujeto a la jurisdicción de su señor. El señor recibía la investidura de sus derechos de otro nombre superior, a quien tenía que prestar servicios de caballería. Recibía sus tierras en calidad de feudo. Los vínculos intermedios característicos de esa jerarquía feudal eran la castellana, la baronía y el principado.
Tres características estructurales del feudalismo occidental: la primera, la supervivencia de las tierras comunales de las aldeas y de los alodios de los campesinos. En segundo lugar, la parcelación de soberanías, condujo a la “ciudad medieval”. Eran comunas autogobernadas, que gozaban de una autonomía corporativa, política y militar respecto a la nobleza y a la Iglesia.
La oposición dinámica entre ciudad y campo solo fue posible en el modo de producción feudal: oposición entre una economía urbana de creciente intercambio mercantil, controlada por nobles y organizada en señoríos y parcelas, con enclaves campesinos comunales e individuales. El modo de producción feudal fue aplastantemente agrícola.
Por último, el monarca era un soberano feudal de sus vasallos, a quienes estaba ligado por vínculos recíprocos de fidelidad. Sus recursos económicos residencias casi exclusivamente en sus dominios personales como señor. No tenía acceso político directo al conjunto de la población, ya que la jurisdicción sobre esta estaba mediatizada por innumerables niveles de subinfeudacion. El monarca solo era señor de sus propios dominios, en el resto era en gran medida una figura ceremonial. El modelo puro de este sistema, en el que el poder político estaba estatificado hacia debajo de tal forma que su cima no conservaba ninguna autoridad cualitativamente distinta ni plenipotenciaria, nunca existió en la Europa Medieval. Había una contradicción interna en el feudalismo entre su específica y poderosa tendencia hacia una descomposición de la soberanía y las exigencias absolutas de un centro final de autoridad en el que pudiera tener lugar una recomposición práctica.
La Iglesia se convirtió en una institución eminentemente autónoma.
La justicia era la modalidad central del poder político. La jerarquía feudal excluía toda forma de poder , en el moderno sentido de un aparato administrativo permanente del Estado para imponer el cumplimiento de la ley, ya que la parcelación de la soberanía lo hacía innecesario e imposible. Tampoco había espacio para un , debido a que el orden feudal no poseía ningún concepto general de innovación política por medio de la creación de nuevas leyes. Los monarcas cumplían su función conservando las leyes tradicionales, pero no inventando otras nuevas. Solo se cumplía la función judicial de interpretar y aplicar las leyes existentes.
Siempre es necesario recordar que la “justicia” medieval incluía realmente un abanico mucho más amplio de actividades que la justicia moderna, debido a que ocupaba estructuralmente una posición mucho más central dentro del sistema político global. La justicia era el nombre ordinario del poder.
Zeitling, Irving
“El iluminismo: sus fundamentos filosóficos”
Los iluministas adherían a la idea de que la mente puede captar el universo y someterlo a las necesidades del hombre. El Dios de estos filósofos, al inspirarse en el progreso científico es la razón. Dicho proceso condujo una nueva concepción del universo que se basaba en la aplicabilidad de las leyes naturales.
Así, los philosophes investigaron la totalidad de los aspectos de la sociedad y analizaron las instituciones sociales, políticas, religiosas y morales. Esto llevo al descubrimiento de que las instituciones tradicionales eran irracionales y contrarias a la naturaleza humana, que por lo tanto inhibían su desarrollo. Exigieron la libertad de pensamiento, combatiendo a la superstición, la intolerancia y el fanatismo. También atacaron a las instituciones feudales y sus restricciones a la industria y el comercio; por ultimo intentaron crear una ética independiente de la religión (es decir intentaron secularizarla).
Los iluministas demolieron la Ciudad de Dios de San Agustín, pero solamente para reconstruirla con materiales más modernos. Según Cassirer: “Sus enseñanzas dependían de los siglos anteriores en mucha mayor medida de los que pensaban los hombres de la época”.
Los filósofos del siglo XVIII ya no tenían fe en los sistemas metafísicos y autosuficientes del siglo anterior. Ya no deseaban una filosofía basada en axiomas, y deducciones a partir de los mismos. Ahora, la filosofía es la actividad por medio de la cual, se puede descubrir la forma de la totalidad de los fenómenos espirituales y naturales. Por eso, ya no se concibe que la filosofía pasa de ser pensamiento abstracto a ser la critica a las instituciones existentes, intentando demostrar que son irracionales. La realización del nuevo orden es la demostración de su verdad. “El pensamiento del Iluminismo tiene, entonces, tanto un aspecto negativo y critico como un aspecto positivo”. Esta unidad se quiebra luego de la Revolución Francesa, en los aspectos positivos y negativos se conciben como contradictorios y excluyentes.
- El espíritu del Iluminismo
Contrariamente a los pensadores del siglo XVII, para quienes la explicación debía tomar como punto de partida la deducción rigurosa, los philosophes edificaron su ideal de explicación según el modelo de las ciencias naturales. Se inspiraban más en Newton que en el racionalista Descartes. Newton se interesaba en los datos de la experiencia, más que en la deducción formal “la base de sus investigaciones era la suposición de que en el mundo material rigen el orden y las leyes universales”. Los fenómenos constituyen una totalidad con determinado orden, son un mero caos. Por eso, tras los fenómenos se pueden reconocer determinadas regularidades.
El racionalismo del siglo XVII no tenía en cuenta los fenómenos del mundo real. Se elevaba a la categoría de dogma a conceptos e ideas aislados. Por eso un iluminista como Condillac reconoció la necesidad de un método nuevo que vincule lo “positivo” y científico con lo racional. Se trata, en definitiva, de la “lógica de los hechos”. Esta visión se apoyaba en el hecho de que las ciencias naturales estaban demostrando su propia validez, sin una lógica a priori a los hechos mismos. Posteriormente esto se vio apoyado por el hecho de que con Newton, se había dado un paso delante de tipo cualitativo: la complejidad de lo diverso en la naturaleza pudo ser reducida a una ley universal(ley de atracción gravitatoria universal).
Es decir que Newton pudo sintetizar una serie de fenómenos diversos descubiertos por Kepler y Galileo en una única ley explicativa de la totalidad de los fenómenos descritos. En efecto, usando los descubrimientos de Galileo de que los cuerpos en caída libre sufren una aceleración constante, y los descubrimientos de Kepler de que existía una relación constante entre la distancia de un planeta respecto al Sol y la velocidad de su revolución, Newton arribo a la ley según la cual el Sol atrae a los planetas con una fuerza directamente proporcional a sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de sus distancias. Dicha relación era la misma para cada planeta en relación al Sol. Se ha llegado, entonces, a establecer una ley universal. Luego pudo demostrar que todos los cuerpos del universo adquirieron una posición final y su movimiento por la fuerza gravitatoria. El universo finito se había convertido en una maquina infinita, eternamente en movimiento. Esta visión tuvo gran incidencia en el Iluminismo. Para esta filosofía, este avance representaba la victoria de la razón y la observación el método científico se transformó en una herramienta insustituible para el análisis de la totalidad de los fenómenos.
Para racionalistas como Descartes, Spinoza y Leibniz, la razón constituía el dominio de las “verdades eternas”, validas tanto para el hombre como para Dios. Esta no era la concepción del siglo XVIII. A partir de ahora, no se trata de la suma total de “ideas innatas” precias a toda experiencia y reveladoras de la esencia última de las cosas. Ahora se concibe a la razón más como adquisición que como herencia. En el siglo XVIII se entendía a la razón como una fuerza que solo es comprensible en su acción y en sus efectos, y no como un sólido conjunto de conocimientos. La razón junto a la observación es un medio para llegar a la verdad. Este cambio también se aplicó a los fenómenos sociológicos y psicológicos.
Durante el siglo XVIII había dos escuelas filosóficas: la filosofía racionalista y la filosofía empirista. Descartes ejerció una gran influencia en la primera, mientras que Galileo apelo a la experiencia y Bacon explicó sus virtudes particulares, inspirando así a la escuela empirista. El Iluminismo trato de unificar ambas tendencias.
Desde el empirismo, Locke en su ensayo sobre el entendimiento humano, afirmaba que las ideas no son innatas en la mente del hombre. Al nacer, la mente es una fábula rasa que se halla vacía y en blanco; solo por medio de la experiencia penetran en ella las ideas. El rol de la mente es reunir las impresiones que brindan los sentidos. El papel de la mente es pasivo, no creativo. Además Locke promovió el método científico que consiste en concentrar la atención en las magnitudes medibles, y el movimiento; en cambio, el color y el sonido no existen fuera de la mente del observador. Su epistemología llego al idealismo y al escepticismo en cuanto a la posibilidad de conocer la realidad externa entre los filósofos ingleses, y al materialismo entre los franceses.
En Inglaterra el obispo Berkeley afirmo que ninguna cualidad tiene existencia fuera de la mente del observador. Por lo que la materia no existe, o por lo menos no se puede demostrar su existencia. Berkeley afirmaba que solo existe el espíritu, y que el mismo es Dios. De esta forma se diferencia el espíritu, objeto de la religión, atacando la materia, objeto de la ciencia. Otro filosofo empirista, Hume, dio un paso más: la mente no puede conocer nada fuera de sí misma; entonces, para el hombre todo conocimiento del mundo externo es imposible.
El materialismo aparecía como un arma poderosa contra el dogma de la Iglesia. Condillac desarrollo la concepción de Locke, introduciendo algunos cambios. A partir de los datos sensoriales, la mente adquiere la capacidad de concentrar su atención sobre ellos, por lo que la misma tiene un carácter activo. Sostenía, además, que una vez que se despierta en el hombre la capacidad de pensar, deja de ser pasivo y de adaptarse simplemente al orden existente. La sociedad debe resignarse a ser tratada como la realidad física sujeta a la investigación. Condillac asigna un papel decisivo a la razón aun en el acto de la percepción más elemental. Los sentidos solos no son capaces de crear al mundo tal como lo conocemos en nuestra conciencia; la cooperación de la mente es una necesidad absoluta.
Así, queda claro por qué el Iluminismo es el punto de partida más adecuado para estudiar el orden de la teoría sociológica. En este periodo puede observarse claramente el surgimiento del método científico. La razón, por si sola, no nos da un conocimiento de la realidad. El conocimiento de la realidad, sea natural o social, depende de la unidad de la razón y la observación en el método científico.
2- LAS REVOLUCIONES BURGUESAS Y EL SURGIMIENTO DEL CAPITALISMO
Hobsbawn, Eric
“Las revoluciones burguesas”
- La revolución industrial
Hasta cerca de 1840 no empieza a producirse la gran corriente de literatura oficial y no oficial sobre los efectos sociales de la revolución industrial. La cosa existía en Inglaterra antes que el nombre. Un día entre 1780 y 1790 se liberó de sus cadenas al poder productivo de las sociedades humanas. Desde mediados de XVIII la aceleración fue abrupta y la economía emprendió vuelo. Comienza con la construcción del ferrocarril y la creación de una fuerte industria pesada en la década de 1840. Se lanzó simultánea a la Revolución Francesa, pero Inglaterra era muy superior, incluso en las ciencias sociales, a las cuales la revolución puso en primer lugar.
Difícilmente se puede hablar de un campesinado británico, pero la agricultura estaba preparada para cumplir sus tres funciones en la industrialización: aumentar la producción y la productividad para alimentar a una población no agraria en rápido crecimiento; proporcionar un vasto y ascendente cupo de potenciales reclutas para las ciudades; y suministrar un mecanismo para la acumulación de capital utilizable por los sectores más modernos de la economía; otras eran crear un mercado amplio entre la población agraria y un excedente para exportar.
Las primeras manifestaciones de la revolución ocurren en una situación histórica especial, decisiones entrecruzadas de empresarios privados e inversores. Se requerían dos cosas: una industria que ya ofrecía excepcionales retribuciones para el fabricante que pudiera aumentar rápido su producción total, y un mercado mundial ampliamente monopolizado por la producción de una sola nación. Los demás países gozaron de la industrialización d Gran Bretaña. Inglaterra tenía una economía lo bastante fuerte y un Estado lo bastante agresivo para apoderarse de los mercados de sus competidores. Tenía industria equipada y la industria algodonera junto con la expansión colonial.
La industria del algodón fue lanzada como un planeador por el impulso del comercio colonial al que estaba ligada. Esta revolución es el triunfo del mercado exterior sobre el interior. El algodón tenía la ventaja de que la materia prima venía de afuera, y no se veía estorbado por los intereses de los agricultores europeos. Surgió el trabajo doméstico.
El primer factor movilizado fue el trabajo. Se produjo una revolución agrícola, gracias a una transformación social más que técnica. Sería necesaria una catástrofe para producir una emigración en masa. El problema de la mano de obra era que estén calificados, y adaptados al ritmo. Se contrataron mujeres y niños. No hubo dificultades respecto al comercio y las finanzas. Se formó la gran economía industrial que estaba transformando al mundo.
- La revolución francesa
No fue un fenómeno aislado, pero fue mucho más fundamental que cualquiera de sus contemporáneas, y sus consecuencias fueron más profundas. Sus repercusiones ocasionaron los levantamientos que llevaron a la liberación de los países americanos luego. Durante XVIII Francia fue el mayor rival económico de Inglaterra.
Los gastos de la condición nobiliaria iban en aumento, los ingresos mal administrados eran insuficientes, había inflación que reducía las rentas. La nobleza no sólo irritaba los sentimientos de la clase media sino que también al Estado al querer apoderarse de la administración. Surge la profesión de feudista. La miseria general se intensificaba por el aumento de la población. Se produjo la revolución americana y ésta fue la causa directa de la Francesa. Comienza la revolución pero fracasó por subestimar al tercer estado y desconocer las profundas crisis económicas. Luego, un consenso de ideas en un grupo social revolucionario activa el proceso con ideas del liberalismo clásico formulado por los filósofos: la burguesía, creyentes en el constitucionalismo. Este régimen expresaría la voluntad del pueblo.
La revolución fue burguesa y liberal-conservadora. El tercer estado fue liberal-radical. Por momentos esta dicotomía oscilaba hasta que finalmente quebró. Algunos burgueses dieron un paso más hacia el conservadurismo, al ver que los “jacobinos” llevaron la revolución demasiado lejos para sus ideales. El tercer estado no quería una sociedad burguesa, que progresivamente adquiría tintes aristocráticos.
De los jacobinos, solo los sans-culottes tenían cierta iniciativa política. El resto, desarrapados y hambrientos eran incultos y seguían a líderes bien formados. Marta y Hébert defendían los interesas de la gran masa de proletarios, el trabajo, la igualdad social y la seguridad del pobre: igualdad, y libertad directa. Pero su utopía fue irrealizable y más fruto de la desesperación que de un plan bien trazado. Su memoria queda unida al jacobinismo, del que no siempre fue partidario. El feudalismo se abolió completamente.
- La carrera abierta al talento
La reina de Francia puso fin a una sociedad aristocrática. El resultado de ambas fue que abrieran carreras al talento, a la energía, capacidad de trabajo y la ambición, aunque sin algunos recursos iniciales resultaba imposible.
Es un error elemental creer que el liberalismo era hostil a la burocracia, sólo a la burocracia ineficaz, a la intromisión pública en cuestiones de iniciativa privada y a las contribuciones excesivas. Las funciones más elementales del Estado liberal eran las de la eficiente imposición y cobranza de impuestos y el mantenimiento de una política rural regular y normalmente organizada. Florecimiento del talento de judíos en las artes, ciencias y profesiones. Gozaron de lo más cercano a la igualdad por las dos Rev.
Zeitling, Irving
“Saint Simon”
- Saint Simón
Saint Simón y Comte son los fundadores oficiales de la sociología. Comte era conservador y tenía una filosofía positivista, repudiando a la filosofía negativa del Iluminismo y la revolución. La filosofía de Saint Simon, en cambio, era una crítica al status quo, era considerado fundador del socialismo (“socialista utópico”). Escribió su obra antes de que se manifestaran las contradicciones del capitalismo. No pudo ver el conflicto de intereses entre las clases fundamentales del sistema industrial, dejó intactas las instituciones de la propiedad burguesa en su esquema de sociedad futura. Sus ideas mantuvieron hasta el fin elementos del pensamiento iluminista y revolucionario, fusionados con elementos románticos y conservadores.
Los philosophes contribuyeron a la desintegración del sistema anterior con sus principios de igualdad y derechos naturales. Saint Simon consideró que su tarea era crear un orden social nuevo y orgánico basado en los nuevos principios y fueras que habían pasado a primer plano “la nueva filosofía será inventiva y constructiva”. El conocimiento humano había pasado por tres etapas: de la teología a la metafísica y luego a la científica. El estudio de la conducta humana “fisiología social” debía convertirse en ciencia positiva. La ciencia debía cumplir en el nuevo orden la función que la religión en el viejo, por medio del positivismo, es decir, aplicación de principios científicos a todos los fenómenos naturales y humanos. Concepción de la ciencia como conjunto de creencias verificadas y establecidas. El cuadro de sociedad futura sería una sociedad autoritaria, en donde una élite científico-tecnológica dominará juntamente con los propietarios.
La revolución se produjo porque los que tenían el poder no podían detener el levantamiento, y había que rearmar esa unidad, reemplazándola con la doctrina científica apoyada en Newton, centrada en la ley de gravitación. Esta unión impedirá un futuro levantamiento. Saint Simon se inspiró en el orden social del medioevo. Quería llegar a que todo conocimiento sea unificado sobre una base científica positiva, y creó el nombre de la filosofía positiva, comprendido en primera instancia por Durkheim.
No ve a la producción como un fin en sí mismo, sino como un medio para mejorar las condiciones de vida mediante la planificación racional de la producción. No podía concebir que una sociedad no esté gobernada por una élite culta. Los científicos e industriales eran “líderes naturales” para él, de la clase obrera. Sostenía que el propósito principal de la política era preservar la propiedad y que la única barrera que los propietarios pueden oponer contra el proletariado es un sistema ético. El único elemento socialista de la concepción saint-simoniana de la nueva sociedad es la planificación centralizada del sistema económico. El conocimiento es el factor subyacente y sustentador de una sociedad.
En la medida en que un sistema social es la aplicación de ideas, será imposible construir la nueva sociedad sin la filosofía positiva ya que es la ciencia del hombre y ésta puede reconciliar los intereses de clases. La tarea de la nueva disciplina es descubrir las leyes del desarrollo social, de la evolución y el progreso.
- Su concepción evolucionista de la historia
Hegel contemplaba el desarrollo histórico de la sociedad como la creciente realización de la razón; Saint Simon colocaba en este papel al conocimiento científico. Dicen que la evolución era necesaria e inevitable. La nueva sociedad parecerá a muchos una transparente justificación de las élites emergentes en su época. No había libertad individual. Fundador de la ideología totalitaria.
Auguste Comte
El término positivo era un arma capaz de combatir el legado filosófico del Iluminismo y la Revolución, destructivos de la filosofía negativa. Comte toma la idea de Saint Simón de evolución y progreso, pero dentro de un orden. Para él la sociedad debía ser considerada como un organismo y estudiada en dos dimensiones: la estática social, que es el análisis de sus condiciones de existencia, de su orden y la dinámica social, que es el análisis de sus movimientos, de su progreso. Los principios de los metafísicos (Iluministas) eran esencialmente críticos y revolucionarios pero esta etapa fue necesaria porque puso fin al proceso revolucionario mediante la formación de un orden social capaz de unificar los principios de orden y progreso. Las libertades son principios negativos, ya que mientras los individuos puedan indagar temas por encima de sus facultades, la reorganización social será imposible. La etapa positivista será más orgánica que la teológica y más progresista que la metafísica.
- El método positivo y su aplicación a los fenómenos sociales
La previsión facilitará el control social. El orden se refiere a la armonía que prevalece entre las diversas condiciones de la existencia, mientras que progreso apunta al desarrollo condenado de la sociedad, de acuerdo con las leyes sociales naturales. Asigna al gobierno el papel de prevenir y restringir la dispersión fundamental de ideas, que es el resultado inevitable del principio mismo del desarrollo humano. Rechazó la idea de que el hombre puede trascender el orden fáctivo inmediato para concebir y organizar la realidad social.
UNIDAD II: LA SOCIOLOGÍA DE EMILE DURKHEIM
1- CONTEXTO HISTÓRICO, ASPECTOS BIOGRÁFICOS Y ANTECEDENTES FILOSÓFICOS DEL PENSAMIENTO DE DURKHEIM
Emile Durkheim (1858-1917)
Gran parte de su labor la dedicó a señalar la importancia de la consolidación de las instituciones republicanas. El pensamiento de este autor se ubica en la trama de la realidad europea, vislumbrando la preocupación por los fenómenos de fragmentación moral y falta de solidaridad social, y su convicción acerca de la necesariedad de fundar una disciplina sociológica para comprender y dar respuesta a los males de su tiempo. Es de Francia, experimenta la Rev. Francesa. El contexto político que lo rodea es producto de un indiscutible vacío de poder. Ciertos episodios impactaron en él, quien veía en ellos un síntoma indudable de fragmentación moral y falta de valores compartidos al interior de la Tercera República, la que debía cumplir con la misión histórica de lograr finalmente la unidad francesa. Intentará comprender, explicar y dar solución a las problemáticas de las sociedades modernas. Es uno de los padres fundadores de la disciplina.
Resuenan en él fuertemente los ecos de Saint-Simon, corriente positivista. Durkheim rescata las interpretaciones sobre el pasaje del feudalismo a la sociedad moderna.
Las reglas y las acciones morales deben estudiarse científicamente, como propiedades de la organización social. Análisis morfológico de los principales componentes estructurales de las sociedades. Era un pensador que emparentaba a la sociedad con los fenómenos de orden biológico. La sociología durkheniana se despliega en tres direcciones: la primera dirigida a elevar la disciplina social al estatus de la ciencia; la segunda abocada a demostrar su utilidad en el diagnóstico de las problemáticas sociales; la tercera dedicada a aportar desde la disciplina soluciones a los males de su época.
2- LA SOCIOLOGÍA
El objeto de estudio eran los hechos sociales, que son “todo modo de hacer, fijado o no, capaz de ejercer sobre el individuo una coacción exterior. Es general de la extensión de una sociedad dada al mismo tiempo que tiene una existencia propia, independiente de sus manifestaciones individuales”. Es externo, coercitivo, independiente y colectivo. Se manifiestan en las formas fijas (en instituciones y normas) y las corrientes sociales (manifestaciones de masas).
Los hechos sociales deben ser tratados como cosas, no son ideas. Tienen un grado de realidad, y es necesario realizar observaciones y experimentos. Era necesario según Durkheim seguir una serie de reglas. En primer lugar, el investigador debe desechar sistemáticamente las prenociones. En segundo lugar, debe establecer el grupo de fenómenos que constituirá el objeto de estudio y clasificarlos según sus propiedades inherentes. Finalmente, el sociólogo debe considerar los fenómenos sociales aislados de sus manifestaciones individuales.
Se distinguen dos fenómenos sociales: normales (representan las formas generales) y patológicos. Lo normal es producto de tradiciones son extendidas por toda la sociedad. Los patológicos son excepcionales y tienden a desaparecer.
La sociedad era el sistema formado por la asociación de individuos. Es necesario que además estas consciencias estén asociadas y combinadas de un modo particular, y de esta combinación resulta la vida social, por lo tanto, es dicha combinación la que la explica. Durkheim sabe que el origen de la sociedad es indemostrable, partió de la existencia de la asociación y es ahí donde busca la explicación de los hechos sociales. Los elementos que componen la sociedad constituyen el medio social interno compuesto por cosas y personas.
3- LA MODERNIDAD SEGÚN DURKHEIM
A) La cohesión social
a. El concepto de solidaridad: a medida que el hombre aumenta su conocimiento sobre el mundo, crecen las funciones que en este se llevan a cabo. Durkheim creía que la división social del trabajo era condición necesaria para la generación de lazos solidarios en las sociedades modernas, necesaria para el desenvolvimiento intelectual y material de las sociedades; fuente de la civilización. Durkheim distingue dos tipos de solidaridad: mecánica o por semejanza, en sociedades sencillas, compuesta de grupos superpuestos y semejantes entre sí en lo que refiere a su organización interna, comparten el mismo conjunto de ideas y sentimientos, existencia de propiedad comunitaria, es decir bajo desarrollo de la individualidad; solidaridad orgánica, sociedades más evolucionadas, diversidad de creencias, modos de actuar y funciones de los individuos (por ello para Durkheim la división del trabajo es la fuente más importante de este tipo de solidaridad), mediante la planificación, la especialización y complementación del trabajo se crearán los lazos de solidaridad necesarios para el funcionamiento de las sociedades modernas, expansión del individualismo debido a las especializaciones de las funciones profesionales.
Durkheim detecta un problema que atenta contra la cohesión: la anomia, carencia o insuficiencia de normas que regulen la vida en común.
B) La anomia
a. El suicidio y su forma anómica: tres tipos, altruista (el individuo se quita la vida por sentirse muy ligado a la sociedad); egoísta (aparente ausencia de relación entre el individuo y la sociedad, aislamiento); anómico (estado crónico de falta de normas sociales).
b. La división del trabajo y su forma anómica: si la división es desorganizada no permite que la integración se desarrolle como debería, es el efecto inmediato de la disgregación moral y la falta de integración y regulación social en la esfera del trabajo.
c. La modernidad y la problemática de la normatividad: tanto el suicidio como la división del trabajo en sus formas anómicas son síntomas que expresan que la sociedad moderna se caracteriza por un generalizado estado de anomia. Funciones sociales disgregadas y desarticuladas que se expresan bajo la forma de lo patológico. La norma tradicional se vuelve inadecuadas para la sociedad moderna, pero aún no fueron reemplazadas por otras que cumplan su función.
4- LAS CORPORACIONES PROFESIONALES
A Durkheim le preocupa la disgregación de la sociedad moderna y la pérdida de los lazos morales que mantenían unida a la anterior sociedad, en otras palabras, lo que sucede en el momento del paso de la sociedad mecánica a la sociedad orgánica. Durkheim hace referencia al grupo familiar para señalar su semejanza con una corporación, pues ambas se formaban según el modelo de la sociedad doméstica y su diferencia consiste en que en la familia los miembros ponen en común la totalidad de su existencia, mientras que en las corporaciones sólo ponen sus intereses profesionales.
Pero el grupo profesional debe hallarse en relación directa con la actividad y la vida económica de la sociedad a la que pertenece, pues cuando un grupo secundario entra en discordancia con la vida económica, puede dejar de ser funcional para la misma sociedad y desaparecer. Así para Durkheim esta nueva organización social, toma cada vez más impulso económico y social al grado que desde su punto de vista, podría llegar a convertirse en la base de la organización política moderna pues si continúan su progreso en el mismo sentido, las corporaciones gremiales y las asociaciones profesionales podrán ocupar un lugar cada vez más importante en la constitución de la nueva moral social.
Una preocupación profunda en Durkheim es la anomia social, la sociedad desregulada, pero nos dice que una forma de evitarla es precisamente regulando estos grupos secundarios, exigiendo que tomen el lugar que les corresponde dentro del mundo social y político; y su moral especifica será clave para el desarrollo social y el manejo político adecuado, pues con estas reglas especificadas se puede garantizar la probidad profesional al impedir el engaño al comprador o cliente, “el grupo profesional como poder moral capaz de contener los egoísmos individuales […]” (Ibíd.: 17), ya que así como a la sociedad le interesa la formación de grupos para regular actividades colectivas, al individuo también le interesa pertenecer a estos grupos, sentirse parte de algo y seguir reglas.
UNIDAD III: EL MATERIALISMO HISTÓRICO DE KARL MARX
1- CONTEXTO HISTORICO BIOGRAFICO DE KARL MARX
Aspectos biográficos y contexto histórico.
Origen en Alemania. Surgimiento de un nuevo actor social, el proletariado moderno. Se planteó la importancia de éste en la transformación social. Marx y Engels profundizarían la comprensión del funcionamiento de la sociedad capitalista y de la explotación del proletariado por parte de la burguesía. La burguesía se formó en el seno del antiguo sistema feudal. Se busca emancipar a la humanidad a través de la clase proletaria.
El método de análisis marxista: el pensamiento de Marx se sitúa en el mundo moderno, en el que la filosofía había absorbido definitivamente los principios de la burguesía en ascenso. La razón era su consigna crítica, y la no aceptación de límites dados por un orden establecido. Marx tomará la concepción dialéctica de la filosofía de Hegel. La dialéctica ve a la realidad social como algo en movimiento, y para analizar una sociedad dada, debe ubicarse históricamente, debe entendérsela como parte de un proceso. Los fenómenos económicos y sociales deben entenderse como partes de una totalidad integrada, no en forma aislada. Los cambios permanentes transforman la sociedad. Las contradicciones actúan como motor de movimiento de la historia. Para Marx, las ideas son producto de la realidad material. “No es la consciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, es su ser social el que determina su consciencia”. Los mecanismos que dan vida a la sociedad son inseparables de la práctica política. También utiliza la distinción, es decir, no ceñir un análisis a la apariencia de lo que se quiere comprender, sino que indagar en su profundidad, buscando las leyes que generan sus movimientos.
Modo de producción, formación económico-social y análisis histórico-concreto: la relación entre lo concreto y lo abstracto es fundamental. “Las determinaciones abstractas conducen a la representación de lo concreto por el camino del pensamiento”. Nos indica que los fenómenos concretos que observamos están determinados por múltiples variables. Es necesario separar cada una de ellas y analizarla en forma independiente, como abstracciones. Lo observable, debe ser visto como algo intrínsecamente contradictorio, confluyen múltiples determinaciones. El proceso de abstracción, entonces, permite entender esas determinaciones.
Al referirse a las sociedades específicas, Marx utilizará el concepto de formación económico-social, se consideran no solamente las tendencias propias del modo de producción dominante, sino que también las características que le imprimen a la sociedad otros modos de producción existentes.
Infraestructura, estructura y superestructura de la sociedad: el aspecto decisivo de toda sociedad, para el marxismo, es la forma social bajo la cual se han producido ciertos insumos. Las relaciones sociales de producción conforman la ESTRUCTURA de la sociedad. Esto es lo que hace del marxismo una filosofía materialista. La estructura debe ser compatible con el grado de desarrollo de las fuerzas productivas, es decir, la INFRAESTRUCTURA. Las instituciones e ideas de una época son la SUPERESTRUCTURA (jurídica, ideológica, etc.).
El devenir histórico de una sociedad: la historia de una sociedad se analiza como una sucesión de distintos modos de producción, pero de ningún modo admite que necesariamente se debe pasar por todas las etapas, diferenciándolo del positivismo de los tres estadios de Saint-Simon o Comte.
Las clases sociales: lo fundamental para comprender a una sociedad es el modo en el que ella se produce. Marx destacará el carácter social del proceso por el cual los hombres satisfacen las necesidades. Lo que dividirá a las clases será la propiedad de los medios de producción. Nos deja un modelo dicotómico del análisis de la sociedad. La clase se suele llamar “clase en sí” si se define por la relación de los medios de producción. Se llama “clase para sí” si se refiere a que sus miembros reconocen una posición social compartida, intereses comunes.
El modo de producción capitalista:
Se caracteriza por la contratación formalmente libre de los trabajadores por parte de los dueños de los medios de producción y la existencia de un excedente a partir del desarrollo de las fuerzas productivas. Existe el trabajo necesario y el excedente. La plusvalía es el agregado al dinero que por medio de un proceso se transformará en una cantidad mayor de dinero. El capital es dinero en proceso. De todas las mercancías adquiridas sólo una es capaz de crear valor: la fuerza de trabajo. El valor del producto contiene i) el valor de los insumos consumidos, ii) el valor proporcional por la maquinaria e instalaciones utilizadas, iii) el nuevo valor dado por las horas de trabajo incorporadas al producto. Se distingue “capital constante” y “capital variable”. Los trabajadores son explotados. La riqueza se concentra en manos de unos pocos.
2- EL ANÁLISIS DE LA METODOLOGÍA MARXISTA
Tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo
El marxismo le declaró una guerra implacable a la esclavitud asalariada, que es defendida por toda ciencia oficial y liberal. Hay tres fuentes:
I) La filosofía del marxismo es el materialismo. La principal de estas adquisiciones es la dialéctica (doctrina del desarrollo en su forma más completa, profunda y exenta de unilateralidad, que nos da un reflejo de la materia en constante desarrollo). El conocimiento social del hombre refleja el régimen económico de la sociedad.
II) Marx descubre relaciones entre personas en el intercambio. El capital significa un mayor desarrollo en este lazo: la fuerza de trabajo del hombre se transforma en mercancía.
III) Comenzaron a surgir doctrinas socialistas (socialismo utópico, que no podía señalar una salida real). La base de todo el desarrollo y su fuerza motriz fue la lucha de clases. Marx sabe deducir la doctrina de la lucha de clases como conclusión. Para vencer esta resistencia hay un solo medio: encontrar en la misma sociedad que no rodea, educar y organizar para la lucha a los elementos que puedan y formar la fuerza capaz de barrer lo viejo y crear lo nuevo.
El marxismo
El marxismo o materialismo dialéctico aparece bajo dos aspectos principales: el aspecto metodológico (empleo metódico de la razón) y luego el método dialéctico. Surge la noción de alienación.
El método dialéctico:
Se tienen en cuenta las contradicciones en el pensamiento exclusivamente a sus deficiencias. Esta confrontación de tesis no es un simple accidente de la investigación. Las contradicciones plantean un problema social. Se originan en las deficiencias de ese pensamiento, que no puede captar simultáneamente todos los aspectos de una cosa, y debe destruir el conjunto para comprenderlo. La investigación debe apropiarse de la materia en detalle. No aislar el objeto considerado, buscar sus conexiones, sus relaciones constantes y regulares con otros fenómenos. Las contradicciones tienen un fundamento. El pensamiento que no logra aprehender de primera intención las cosas reales, se ve obligado a orientarse a través de sus propias dificultades (contradicciones) para alcanzar las realidades cambiantes y las contradicciones reales.
El método marxista aporta i) afirma que el análisis suficientemente profundo de toda realidad descubre elementos contradictorios, ii) insiste sobre un hecho esencial, realidad en movimiento, iii) insiste sobre la originalidad de cada especie de objetos estudiados y su devenir.
La sociología científica creada por Marx considera un conjunto, un todo concreto: un tal país dado.
3- EL MODO DE PRODUCCIÓN CAPITALISTA
Desde el momento que hay exceso de producción puede aparecer la posibilidad de lucha por el reparto de ese exceso. Libera a un sector de la sociedad de la necesidad de trabajar (clase dominante). Se define trabajo necesario y trabajo excedente, junto con producto necesario y producto social excedente. La plusvalía es la forma monetaria del producto social excedente.
La ley del valor: cuanto más se generaliza la producción de mercancías, más regular se vuelve el trabajo y más se organiza la sociedad en torno a una contabilidad fundada en el trabajo.
En una sociedad feudal la superproducción agrícola puede adoptar tres formas: la de renta en trabajo; la de renta en especie y la de renta en dinero.
Determinación del valor de cambio de las mercancías: por la cantidad de trabajo necesario para producirla. No todos los hombres tienen la misma capacidad de trabajo, por lo cual es un vínculo objetivo que se establece entre los productores independientes. El valor de cambio depende de la cantidad de trabajo SOCIALMENTE NECESARIA para producirla (es decir: cantidad de trabajo necesaria en las condiciones medias de productividad del trabajo existentes en una época y país determinados). Es necesario remunerar el tiempo que el obrero pierde calificándose, pero la noción de calidad no está tomada en el sentido marxista como una cualidad mensurable cuantitativamente.
Trabajo socialmente necesario: las mercancías deben satisfacer necesidades. El equilibrio económico implica que el conjunto de la producción social, el conjunto de las fuerzas productivas de las que dispone la sociedad, el conjunto de las horas de trabajo disponibles, hayan sido distribuidas entre las diferentes ramas industriales proporcionalmente a la manera como los consumidores distribuyen su poder adquisitivo entre sus diferentes demandas. Un trabajo que no es socialmente necesario es derrochado. Si la demanda es mayor que la oferta, hay superproducción y los precios suben.
Hay tres clases de empresas: las que reflejan tecnológicamente el promedio social; las que están por debajo; y las que superan la productividad media y se encuentran en vanguardia tecnológica.
Origen y naturaleza de la plusvalía: forma monetaria del producto social excedente. Diferencia entre el valor producido por el obrero y el valor de su fuerza de trabajo.
El capital y el capitalismo
El capital en la sociedad pre capitalista: sociedad de la pequeña producción mercantil. Se trata de la reventa. Hay que distinguir entre la existencia del capital de la existencia del modo de producción capitalista, de la sociedad capitalista.
Orígenes del modo de producción capitalista: separación del productor de sus medios de producción. Concentración de los medios de producción en manos de la burguesía. Aparición de una clase social que vende su fuerza de trabajo, proletariado moderno.
La competencia, el mercado ilimitado y la multiplicidad de los centros de decisión forman el mecanismo de la economía capitalista.
Incremento de la composición orgánica del capital: C+V+P, donde V es el capital variable (salarios) y C capital constante (maquinas, edificios). La realización de la plusvalía es la condición de la acumulación de capital. Una parte de ella es para que viva el burgués, y otra para que se transforme en capital. El capitalismo pretende proteger la propiedad privada, pero en realidad la destruye expropiando.
La contradicción entre la socialización progresiva de la producción y la apropiación privada que opera como motor y fundamento de la misma, estalla en las crisis económicas. Son crisis de superproducción, que nos recuerdan que está condenado a desaparecer, y es el movimiento obrero quien debe dar el empujón.
4- EL FIN DEL CAPITALISMO, LA SOCIEDAD COMUNISTA
UNIDA IV: SOCIOLOGÍA Y MODERNIDAD
Max Weber: sociedad y modernidad
I) Contexto histórico:
Se destaca especialmente sus análisis sobre la metodología de las ciencias sociales, sobre la vinculación entre la economía y otros aspectos sociales. Su dedicación fue ampliar temporal y geográficamente su estudio sobre el protestantismo y la Modernidad. La Alemania del siglo XIX y ppios del XX pasó de tener una estructura económico-social atrasada con elementos feudales a convertirse en potencia económica, sólo comparable al Reino Unido. Es influenciado por Marx en la comprensión del carácter determinante capitalista de la Modernidad. Nuestro autor creía que las ideas y las causas ideales eran causas eficientes en los procesos históricos y debían ser analizadas en su complejidad. Su estudio sobre protestantismo y capitalismo explica la influencia de ideas religiosas en la evolución histórica.
II) Concepción weberiana de la sociología:
Posee dos obras con posiciones antagónicas; la primera influenciada por la corriente positivista francesa, sistematizaba una crítica a la corriente historiográfica hegemónica en la cultura alemana, con el objetivo de la búsqueda de leyes naturales. Para la segunda, si bien se aceptaba esto, la búsqueda de lo singular, lo concreto, no podía ser soslayado en la investigación en las ciencias de la cultura. Las ciencias de la cultura (idiográficas) no podían ser vista con el mismo cristal de las que se encargan de fenómenos naturales (nomológicas). La concepción de Dilthey sobre la compresión fue tomada por Weber. La sociología para nuestro autor es:
“Una ciencia que pretende entender la acción social para así explicar causalmente en su desarrollo y en sus efectos, debe entenderse a la acción como una conducta humana”.
El objeto era la acción social, cumpliendo con 1) el actor le otorga sentido a la misma, 2) dicho sentido se remite a otro. La sociología construye sus conceptos por medio de la clasificación de los posibles sentidos pensados, como si la acción efectivamente transcurriera según una orientación consciente de sentido. Nuestro autor es heredero de Kant, razón por la cual construye tipos ideales para analizar su objeto de estudio. Estas construcciones permiten abordar lo que se estudia, herramientas necesarias para la investigación que sirven para ubicar el objeto de estudio causalmente en un proceso. Se los denomina ideales, haciendo referencia a que no son reales. El concepto nunca puede reflejar por completo la realidad, pero sirve para aproximarse a ella. Construye tipos ideales de acción, dominación, de conductas. El tipo ideal se obtiene mediante la exaltación unilateral de uno o de algunos puntos de vista y por medio de la agrupación de una cantidad de fenómenos singulares, difusos y discretos.
La acción social se asocia con cuatro tipos de ideales a) racional con arreglo a fines (determinada con los fines que se persiguen) b) racional con arreglo a valores (valores en los que se creen), c) afectiva (emocional y determinada por sentimientos), d) tradicional (costumbres arraigadas). La tipología weberiana se centra en las motivaciones de la acción de los individuos. Apunta al sentido subjetivo de los motivos que llevan a actuar y desentrañarlos. Para Weber una explicación que sólo se detenga en las causas materiales de su surgimiento, es tan insuficiente y unilateral como una que sólo apunte a las causas ideales. La realidad es multicausal, y el investigador debe partir de esa complejidad si pretende hacer un aporte al conocimiento de un proceso social concreto. La posición weberiana contrasta claramente con la posición positivista (Durkheim). La ciencia puede determinar las consecuencias de una acción, pero no puede definir si son deseables.
III) La sociología weberiana de la dominación.
El poder es la posibilidad de imponer la propia voluntad incluso contra la oposición de los demás. Es insuficiente para garantizar el orden social, ya que se necesita dominación: tipo de poder que implica la posibilidad de encontrar obediencia a un mandato, tomando éste como máxima de su conducta. La legitimidad es la creencia del que obedece en la validez de la dominación. El concepto central de la sociología política weberiana es el de dominación legítima. El estado es el único que posee la legitimidad de utilizar medios violentos para sus fines.
La dominación legítima se puede estudiar a través de tres tipos de ideales: a) la dominación tradicional (quien gobierna se presenta como sucesor de antepasados), b) la dominación carismática (se apoya en el carácter extraordinario del gobernante, cualidad sobrehumana, inestable porque si no satisface las necesidades pierde la legitimidad), c) dominación legal-racional (normas y reglas racionalmente definidas, estableciendo derechos y deberes, supone una jerarquía con puestos con responsabilidades definidas, separación entre el funcionario y el cargo que ocupa, es estable y poco flexible).
Una asociación de dominación debe llamarse asociación política cuando y en la medida en que su existencia y validez, dentro de un ámbito geográfico, estén garantizados de un moto continuo por la amenaza y aplicación de la fuerza física por parte de su cuadro administrativo.
IV) La modernidad según Weber
Interés por los orígenes del capitalismo. Para este autor comprender un fenómeno social es entender cuáles son las motivaciones subjetivas que llevan a un individuo a actuar en sociedad de un determinado modo. Su preocupación es entender qué llevó al individuo a actuar en las etapas donde el capitalismo tomaba forma. Parte del análisis de la conducta de vida que considera específica del capitalismo, a partir de un modelo, un tipo-puro. Realiza un aporte a la comprensión histórica encontrando en esta ética religiosa un factor que coadyuvó la conformación de este nuevo universo cultural, a través de analizar la acción social del protestante y la del capitalista. La mirada de Weber es la multicausalidad.
Pretende aportar a esclarecer cómo se logró históricamente romper con una conducta tradicional, de un individuo que satisfacía sus necesidades de trabajo, a una que impone la búsqueda del enriquecimiento. Es el paso de una acción racional valorativa a una de acuerdo a fines. La tendencia de la dominación del tipo legal-racional genera la burocracia.
La sociología weberiana tiene entonces un carácter comprensivista, ya que apunta al sentido subjetivo de los motivos que llevan a los seres humanos a actuar de determinada manera. Weber aboga por un proceso de investigación en el que los sociólogos puedan dejar de lado su subjetividad y mantenerse justos e imparciales, pero por el otro lado advierte que los valores están ineludiblemente inscriptos en el pensamiento de cada uno, por lo que la investigación está determinada por la subjetividad del científico social.
El espíritu del capitalismo
Debe entenderse como un nuevo estilo de vida sujeto a ciertas normas de una “ética” determinada. Lo característico de esta “filosofía de la avaricia”, es el ideal del hombre honrado digno de crédito, y más aún, la idea de una obligación frente al interés de aumentar su capital. La prudencia en los negocios, es un verdadero ethos. De la interpretación de los textos de Franklin, la moralidad es útil porque proporciona crédito y al igual con otras virtudes. La ganancia es el fin del hombre no un medio de satisfacción, el resultado de la virtud en el trabajo.
El capitalismo actual actúa como seleccionador de sujetos. Para no ser apartado de la vida social deben integrarse en la economía específicamente capitalista.
Es el tradicionalismo, como conducta, el primer escollo que tuvo que salvar el “espíritu” del capitalismo, el cambio de mentalidad que lleva, de ganar lo necesario para seguir viviendo, a ganar más y más dinero pasando por rebajar los salarios para incrementar la producción. El capitalismo requiere de grandes masas a las que alquilar por bajo precio, pero cuando se trata de realizar un trabajo cualificado nunca resulta efectivo, ni incluso es medio para la mayor producción. Exige el trabajo como fin, y éste es difícil de hallar. Este espíritu lo encontramos ligado a personas con una educación religiosa, con más capacidad de concentración y actitud de sentirse obligado. En Sombart, se aprecia, al hablar de “sistema de economía de satisfacción de las necesidades”, una identificación con el concepto de suficiencia de la antes aludida necesidad tradicional, que junto al lucro serían las dos motivaciones del originario capitalismo. Y este fenómeno se da de continuo, sólo a veces interrumpido por ese “espíritu” del capitalismo que entra y sale cada vez con más fuerza y que viene representado por una profesión sistemática para alcanzar el lucro.
La intrusión del espíritu capitalista, o lo que es lo mismo, la nueva economía industrial que relega a la tradicional, se introdujo gradualmente y no de forma pacífica, tanto por la desconfianza de todos como por la oposición a estos nuevos hombres impregnados del nuevo espíritu y casi blindados para cumplir con sus inquietudes e iniciativas, encarnados en algunos grandes nobles cuya riqueza no es para ellos. Les acompaña un irracional sentido del buen cumplimiento de su profesión. Curiosa relación existe entre este sentido del trabajo y la ética del momento que deplora a aquél y aún lo justifican algunos moralistas (escuela nominalista), licitándolo por la necesidad del comercio.
Toda investigación que pretenda indagar sobre las aptitudes racionales debe tener en cuenta una máxima y es que, es posible racionalizar la vida desde todos los puntos de vista y en todas direcciones. Lo importante es escarbar en el espíritu que encierra esta concepción del trabajo, a esa irracional motivación por ese modo de producir, por esa profesión.
UNIDAD V: CAMBIOS ESTRUCTURALES EN LA SOCIEDAD MUNDIAL
1- EL ESTADO DE BIENESTAR, APOGEO Y CRISIS
Mutaciones ocupacionales en el presente histórico, por Juan Labiaguerre.
El fin de la Segunda Guerra Mundial trajo consigo una serie de cambios históricos en las relaciones de producción, con efectos sociales, económicos, políticos, institucionales y culturales. El presente texto analiza de forma retrospectiva las formas de empleo en las fases subsiguientes a la guerra.
Durante el siglo XIX, y de la mano de los avances tecnológicos, la producción industrial creció a pasos agigantados. Frederick Taylor propuso una serie de principios científicos con la finalidad de aprovechar estos avances y lograr un rendimiento laboral eficiente, aumentando la productividad fabril por medio de una división de las funciones. Cada obrero debía cumplir con una tarea de modo sistemático y metódico, y, además, percibía un salario conforme a su productividad, logrando así una motivación por potenciar su esfuerzo en busca de una retribución cada vez mayor. Esta nueva organización fabril también neutraliza la capacidad de resistencia sindical del obrero, otrora calificado y con una ideología comprometida con la militancia clasista. Este esquema, entendido como una organización que aprovecha los avances tecnológicos y explota al obrero, reducido ya a un operario que realiza una labor rutinaria y fatigante, abrió el camino a la producción en masa y, por consiguiente, al consumo popular.
Ya instalado el método tayloriano en las fábricas de todo el mundo occidental, surgió sobre sus bases un nuevo modelo de relaciones individuales, conocido hoy como Fordismo. Los avances tecnológicos aplicados al logro de mayores niveles de productividad condujeron al uso de la cadena de montaje, potenciando así la automatización de las tareas y aumentando cada vez más el ritmo laboral. Además de lograr abaratar notablemente los costos, este modelo se caracterizó por promover una serie de cambios favorables en las condiciones generales de vida de los trabajadores y sus familias, cuyos ingresos aumentaron, insertándolos en el mercado de compra de bienes de consumo de masas.
El fordismo no puede ser comprendido si no es de la mano de las políticas de índole keynesianas que se llevaron a cabo de forma paralela. La organización laboral y salarial propuesta por esta empresa –que rápidamente se hizo popular y fue copiada- se conjugó con determinadas políticas sociales y mejoró la calidad de vida de gran parte de las poblaciones del bloque occidental. Keynes advirtió ciertas falencias dentro del capitalismo, en tanto la mano invisible del mercado resulta insuficiente para contener el deterioro de la situación laboral y la desigualdad social. Luego de la crisis del ’29 y las guerras, se llevaron a cabo una serie de políticas estatales intervencionistas caracterizadas por una colaboración social redistributiva, a fin de neutralizar los efectos de la política mercantilista. El “estado de bienestar” construyó sociedades integradas al promover la consolidación de derechos civiles y el reconocimiento de derechos socio-laborales.
Hacia fines de los años 60’, producto de una serie de crisis económicas, surgió una nueva etapa en cuanto a la inserción ocupacional, caracterizada por la especialización flexible. El mercado ocupacional hoy depende de 2 factores que se conjugan y determinan el rumbo que toma el mercado mundial: la productividad, en este nuevo esquema, se articula con la competitividad. En lugar de adaptarse a la dinámica propia del consumo de masas, hoy la modalidad ocupacional se rige por la segmentación del mercado, readecuando su oferta hacia rubros cada vez más particulares. La producción en serie, basada en la organización vertical fabril, es proclive a ser sustituida por una producción flexible, supuestamente más racional y eficaz, orientada inevitablemente al área de los servicios. Como consecuencia, la sociedad post-industrial padece esta merma en la creación de empleos.
2) Los años dorados, por Eric Hobsbawm.
Luego de la Segunda Guerra Mundial, el modelo capitalista industrial característico de los Estados Unidos fue copiado por la totalidad de los países del mundo occidental. Esta forma de producción permitió el consumo masivo de productos que antes eran restringidos a minorías. Al ciudadano medio de estos países le era posible vivir como en tiempos de sus padres sólo podían vivir los ricos. El motor de esta expansión económica sin precedentes fue la revolución tecnológica, que tuvo 3 características distintivas para el autor:
ü Transformó completamente la vida cotidiana en los países ricos, y en menor medida también en los países subdesarrollados, acercando la tecnología a la gente, directa (radio) e indirectamente (la llamada revolución verde aumentó la productividad del campo).
ü Conforme aumentó en complejidad la tecnología, se hizo más difícil y costoso el proceso de creación. En consecuencia, se pudo observar una creciente inversión en este ámbito por parte de los gobiernos y las grandes empresas.
ü En este proceso se utilizó de forma intensiva el capital y la mano de obra dejó de ser necesaria. En el esquema capitalista, la gente sólo es necesaria como consumidora final de los productos.
En la práctica, dice Hobsbawm, la edad de oro fue la época del libre comercio, libertad de movimiento de capitales y estabilidad cambiaria.
La guerra fría incitó a los Estados Unidos, principal potencia mundial, a adoptar una perspectiva a largo plazo y ayudar económicamente a los que en el futuro serían sus competidores en el mercado mundial, para frenar los avances del comunismo oriental.
A partir de los años ’60 comenzó a aparecer una economía cada vez más transnacional, es decir, un sistema de actividades económicas para las cuales los estados y los límites territoriales no son un recurso sino que, por el contrario, son una traba. En este período aparecieron muchas empresas transnacionales, que no tenían una sede fija en un país, y el surgimiento de actividades off-shore, es decir, en territorios fiscalmente generosos que permitían la evasión de impuestos. La tendencia de las transacciones comerciales y las empresas de emanciparse de sus países de origen (generalmente potencias) se pronunció más aún cuando la producción industrial comenzó a trasladarse a los países periféricos. Este traslado tiene sus bases en la gran cantidad de derechos ganados por los trabajadores en los países desarrollados y la regulación de esos estados, ya que en los países periféricos la mano de obra era más barata y las ventajas competitivas, superiores. Esto no hubiera sido posible de no ser por la revolución en el ámbito del transporte y las comunicaciones.
3) Capitalismo, globalización y desigualdad social, por Olmedo Beluche.
El texto de referencia desarrolla algunas de las ideas del economista francés Thomas Picketty. Este autor, aunque se describe a sí mismo como un defensor del sistema capitalista, demuestra la creciente desigualdad social. Estudió la distribución de los ingresos en los países desarrollados y llegó a la conclusión de que el ingreso de las elites volvió a crecer y de forma agigantada, representando un gran porcentaje de los ingresos totales de la sociedad. En palabras de Picketty, “el sistema capitalista tiene una tendencia a la concentración de la riqueza más allá de todo límite razonable y más allá de cualquier justificación razonable”.
Picketty describe al capital como el volumen de bienes materiales o riqueza acumulada, en contraposición a la perspectiva de Marx, quien lo entiende como una relación social de explotación productiva de una clase (burguesa, capitalista) sobre otra (obrera, proletaria).
Immanuel Wallerstein se pregunta si hoy hay algo diferente en materia económica y productiva de lo que sucedía hace 50 años, y se responde que no: no sucede nada diferente a lo que actualmente denominamos globalización, entendida como la continuidad del capitalismo como fenómeno económico y social, pero ahora revestido por una ideología neoliberal que la justifica. También 3 tesis fundamentales de los apologistas de la globalización, a saber:
ü Los Estados nacionales tienden a desaparecer: sostiene que los capitalistas los utilizan y son tan necesarios como lo eran antes.
ü Hay un salto tecnológico que caracteriza a esta época: sostiene que lo trascendental no es el salto, sino el monopolio de la tecnología para su aplicación y uso.
ü Una de las características de la globalización es la muerte del obrero, como sujeto histórico capaz de transformar la situación por su inconformismo: sostiene que la clase obrera es el mundo, y que cada vez están más integrados los sectores populares y vulnerables.
Theotonio Dos Santos define a la globalización como una determinada combinación de procesos económicos, políticos, sociales ideológicos y culturales que puede ser considerada como una nueva etapa de acelerada extensión e intensificación de las relaciones sociales capitalistas, determinada por el único principio que puede considerarse articulador y convertir en inteligible este tipo de totalidades complejas y antagónicas, la lucha de clases.
El español A. Van den Eynde, quien a juzgar por el autor desarrolla el análisis desde la perspectiva marxista, asegura que la palabra globalización remite a la completa e imparable liberalización de los mercados en todo el mundo. Distingue 7 características distintivas del proceso:
ü Avance del comercio frente a la producción, que responde a una internacionalización de la producción, donde se segmentan las etapas del proceso en distintos países.
ü Se exportan más capitales que mercancías.
ü Progresión geométrica de las operaciones financieras: el capitalismo se vuelve cada vez más especulativo y menos productivo.
ü Reorientación de la producción hacia el mercado mundial: el estancamiento crónico de los mercados nacionales motiva a las empresas a intentar ganar mercados más amplios a nivel mundial.
ü Unificación de grandes mercados nacionales.
ü Liberalización de los mercados: apertura de fronteras comerciales.
ü Desarrollo de las comunicaciones.
En esta nueva etapa, las empresas transnacionales reemplazan a los Estados Nacionales como actor principal de la economía. En el período entre el fin de la Segunda Guerra Mundial y la crisis del ’73, se dio un modelo con fuerte participación estatal, caracterizado por el endeudamiento estatal, la solidez del dólar como moneda mundial y la implementación de un estado benefactor.
La respuesta del sistema capitalista a la crisis fue con medidas neoliberales, a saber:
ü Ofensiva contra los países dependientes, haciendo sus economías más vulnerables.
ü Desregulación laboral.
ü Cortar los beneficios sociales que los trabajadores habían alcanzado.
ü Privatización de empresas públicas.
ü Recolonización de los países comunistas/socialistas.
ü Globalización de la democracia burguesa.
Ya explicadas las características del proceso, Van den Eynde asegura que en la globalización comienzan a desplegarse todas las contradicciones del capitalismo, y de esta manera surgen las condiciones para que se produzca un nuevo auge socialista.
4) ¿En qué sociedad viviremos? Tipos societales y desarrollo en el cambio de siglo, por Manuel Antonio Garretón.
Una manera de abordar la historia de la humanidad es intentar comprender cómo se organizaron las sociedades. Para el autor, la sociedad en la que vivimos actualmente es más una sociedad de ruptura que un tipo cristalizado y puro de sociedad.
Una de los tipos de sociedad que se entremezcla en la actualidad es la Industrial de Estado Nacional. Este tipo societal tiene una forma de organización determinada, basada en la producción, el trabajo y la política. Descansa en ciertas instituciones como la familia y la escuela, donde se inculcan valores, se reproduce una herencia cultural y se prepara a los habitantes para desempeñarse como ciudadanos y trabajadores. Entendiendo que esta sociedad presenta una correspondencia entre cultura, economía y organización social, no se puede dejar de lado el hecho de que se da en un territorio limitado, y por ende presenta también una actividad política. El principio de cambio o avance de esta sociedad es el concepto de desarrollo, entendido como un crecimiento de la producción.
El otro de los tipos de sociedad es la post-industrial globalizada. En lugar de girar en torno a la producción y el trabajo, lo hace en torno a la comunicación y al consumo. Uno de los fenómenos de este proceso es la globalización, que tiene una dimensión económica (auge de la actividad financiera), cultural (avance de las comunicaciones) y política (debilitamiento de los estados nacionales). El otro fenómeno, dice el autor, es la afirmación de identidades: antes eran formadas según el trabajo o la posición política, mientras que ahora se expresan a partir de la edad, el sexo o la religión. Se podría afirmar que estamos en presencia de sincretismos particularlizantes y globalizados, adscriptivos y adquisitivos. No estamos en una situación de correlación entre economía, política, cultura y sociedad. El principio de cambio, avance o transformación puede relacionarse tentativamente con la calidad de vida o la felicidad.
La sociedad post-industrial globalizada no se corresponde con las instituciones propias del tipo anterior, y en esta etapa dual, ya muchos de los principios o normas morales se corresponden tampoco con las normas ni las instituciones vigentes.
No sólo estamos frente a una transformación del tipo societal, sostiene el autor, sino que también lo estamos frente al modelo de desarrollo, de modernización o del tipo de cambio social. El modelo del desarrollo del siglo pasado, a pesar de sus distintas variantes históricas-temporales, fue basado en el eje de la industrialización a través de los Estados Nacionales, movilizadores de recursos y de actores sociales endógenos disputando los beneficios de este desarrollo. Hoy, aparecen las fuerzas transnacionales del mercado penetrando los Estados convirtiéndose en uno de los ejes centrales del desarrollo. Frente a esto, aparece la el desafío de la reconstrucción de la capacidad de las sociedades y los Estados para controlar y regular dichas fuerzas. Este nuevo modelo de desarrollo es desintegrador, ya que expulsa, margina, y elimina los espacios de constitución de actores sociales.
5) Los hilos sociales del poder, por Eduardo Jozami y otros.
Uno de los objetivos de las políticas neoliberales es heterogeneizar a los sectores populares, para así neutralizar su poder de manifestación. El otro, homogeneizar a las clases dominantes.
Distinguen el poder social del poder económico y el poder político, ya que el fenómeno del poder recorre todos los niveles de la vida social.
ü El poder social de un grupo se determina según su homogeneidad, que se da a su vez por las condiciones de vida, la proyección social de su prestigio como grupo valorizado, su nivel de autoconciencia diferenciada y su cohesión ideológica.
ü El poder económico de un grupo se determina por su participación relativa del producto social, el desarrollo tecnológico de su área, y el punto que ocupan en el encadenamiento productivo económico.
ü El poder político se determina por su grado de cohesión política, expresado en prácticas recurrentes, su organización, la tradición de lucha y el control de algunas instituciones políticas.
La política desindustrializadora que se llevó a cabo en la última dictadura militar y continuó en durante la década neoliberal, le restó poder económico y social a los obreros, núcleo militante del peronismo. También, a través de un proceso de estratificación salarial, dividieron (heterogeneizaron) a la clase trabajadora, alterando así una tradición histórica de uniformidades salariales que, de algún modo, generaban unidad. Al hacerse fuerte otros rubros de la economía (el bancario, por ejemplo) se vio un desplazamiento de las condiciones de poder de los sectores populares y su capacidad de negociación ante las patronales.
Hacia 1978, la mayoría del personal ocupado eran empleados terciarios. Este creciente peso en la estructura ocupacional habla también de su poder social y económico en aumento. Es común señalar la limitada tradición de lucha y escasa cohesión que deriva de pertenecer a un mosaico heterogéneo de actividades laborales diferenciadas. Históricamente, fue un grupo con poco poder político. Durante los años de la dictadura, se modificó la correlación de fuerzas sindicales a favor de los empleados y en detrimento de los obreros.
El aspecto de heterogeneización de las clases subordinadas más evidente es el del crecimiento del trabajo independiente, que históricamente en Argentina fue uno de los más bajos de América Latina. Con un poder económicamente limitado, no ligado a fuerzas sindicales, el trabajador independiente se sitúa en una posición social diferente a la de los trabajadores asalariados, evidenciando el proceso de individualización y contribuyendo a fragmentar a las clases subalternas.
El intento de homogeneizar a las clases privilegiadas dio resultados, porque la centralización acelerada concentró el poder económico en la cúspide y borró el poder social de numerosos sectores empresarios pequeños y medianos que eran tradicional base de apoyo de los proyectos populares.
Hoy, la gran masa de los empleados terciarios de la Argentina se ha ido convirtiendo en una nueva fracción del proletariado, sometido a condiciones severas de explotación, con bajos salarios, incidencia en la desocupación y desarrollando fuertemente su poder sindical. La diferencia es que como estos grupos trabajan en la reproducción de las relaciones sociales, su movilización afecta a los mecanismos políticos de la reproducción.
6) El neoliberalismo menemista y la profundización de la crisis estatal, por Ricardo Sidicaro.
Con la asunción de Menem en 1989 se agotó el habitual estilo de relación entre el Estado y la sociedad, bajo las premisas del neoliberalismo y la aprobación de las principales corporaciones empresarias. Desde su fundación, el peronismo se presentó como una fuerza preocupada por lograr una mayor equidad social y una distribución de las riquezas. Hasta el momento de referencia, todos los debates sobre la sociedad se generaban en torno al supuesto de una división entre el pueblo (los trabajadores) y la oligarquía (las minorías económicas vinculadas a los intereses de las potencias extranjeras). El gobierno de Menem llevó adelante una gran ruptura con la tradición peronista, desarticulando las instituciones y anulando el intervencionismo estatal.
El riojano asumió como propio el programa neoliberal, caracterizado por la apertura de la economía, la desregulación y las privatizaciones de empresas públicas. Quedaron a la vista, igualmente, las falencias de un sistema burocrático que entró en contradicción y una corrupción creciente.
PARTE ARGNETINA:
Juan C. Villareal - "Hilos sociales del poder" - Trabajo redactado en el año 1983”
1.El Témpano
La derrota electoral del peronismo bajo ciertas condiciones de juego político, es inédita en el marco de las últimas décadas. En tiempos del Proceso de Reorganización Nacional (‘76/’83) la concentración del poder, la confluencia de múltiples iniciativas que expresaron una regresión social, posibilitó realizar profundas transformaciones sociales.
No solo se trató de cambios en el peso de grupos que constituyen los hilos del poder, sino de una profunda restauración que afectó también los lazos tradicionales de representación y la conformación de identidades políticas, culturales e ideológicas. El poder dictatorial actuó no sólo desde lo represivo, sino también como formador de consenso del discurso social. Es por eso que esa política represiva apuntó a cambiar una sociedad, sus mecanismos de representación y sus conductas, erradicando todo elemento que impidiera tal propósito.
Las movilizaciones populares de Argentina de los ‘70, se vinculaban con la recurrencia de una crisis política protagonizada por la ingobernabilidad de las masas y posibilitada por la indefinición hegemónica de los sectores dominantes del ámbito político, económico y cultural. A partir del Golpe del ’55 en adelante (hasta el’ 76), la proscripción del peronismo abre un espacio de conflicto permanente. Esta crisis se sustentabaen la posición amenazante de la movilización popular, que se asentaba en una estructura social heterogénea por arriba y homogénea por abajo, producto de determinadas características del desarrollo económico argentino y el juego de relaciones entre fuerzas políticas.
- Escasa centralización de capital.
- Estratificación de propietarios
- Diversificación productiva que potenciaba variados intereses.
Tales fueron los problemas que enfrentaron las fuerzas sociales que aunó el PRN. Las fracturas económicas enfrentadas entre liberalismo o nacionalismo, por parte de sectores propietarios, hablaban de una fragmentación por arriba que no alcanzaba a resolverse en hegemonía, sino que producía enfrentamientos. Estos terciaban con la presencia amenazante de la clase trabajadora.
El peso del movimiento obrero se asentaba en su homogeneidad, aparte de su historia de lucha, organización y conciencia. Estas condiciones estaban en proceso de cambio cuando llego la dictadura. Las fuerzas sociales y los factores que pugnaban por la acentuación de la dependencia, el achicamiento de la sociedad, la fragmentación de los sectores populares se manifestaban en ello. La dictadura se expresó en una mutación dela estructura social. Se produjeron efectos de poder tendientes a fortalecer a los grandes sectores propietarios, fragmentando la homogeneidad obrera.
El intento de unificar a las clases dominantes detrás de las banderas de la dictadura se desarrolló en un triple movimiento:
- Concentración: Una de las consecuencias fundamentales del PRN, la reconversión del aparato productivo en áreas de los efectivo, y el fortalecimiento del poder en su punta.
- Hegemonía: Mas allá de las diversas etapas contradictorias que atravesó el gobierno militar, la tendencia al predominio del sector financiero constituyo la forma genérica de articular intereses.
- Representación: En función de la defensa de los intereses de la gran burguesía.
La fragmentación popular se manifestó en:
- La desindustrialización redujo el poder de los obreros industriales.
- La clausura sindical bloqueó la organización colectiva y política.
- El crecimiento del trabajo no asalariado, fortaleció la figura social de los trabajadores por cuentapropia y de nivel jerárquico.
Consecuencia:
Espectro complejo de empleados, obreros, independientes y marginales. Más estratificación salarial, diferenciaciones sectoriales y ruptura de mecanismos tradicionales de solidaridad social.
El Proceso de Reorganización Nacional generó mecanismos represivos basados en la sospecha personal instituyendo un máximo control de los sectores populares. Impulsado desde la fragmentación. Estos son los fenómenos que analiza este autor.
La dictadura contribuyó a que la sociedad transitara el camino de Crisis Política a los umbrales de una Crisis Orgánica.
El Estado absorbe la influencia sobre la sociedad civil, que en parte es destruida y otra silenciada y amedrentada.
Los cambios producidos en la estructura social argentina, resultado de tendencias de largo plazo en el contexto de la dependencia y del efecto complejo de iniciativas que se desplegaron desde el poder de la junta. La dictadura logró cierto consenso que fue deteriorándose al calor de los errores económicos, de la generalización del autoritarismo. Malvinas es ejemplo de ese fracaso.
2.- La sociedad
La sociedad, la producción y las formas de conciencia están enquistadas en el poder. Estos no son campos autónomos sino están avanzadamente atravesados en el entramado social, sujetos a la dinámica del tiempo histórico.
La sociedad no sólo se define por su participación en la economía, sino también por los cambios producidos en su estructura ocupacional y social, que es objeto de su perspectiva de poder. Están presentes los condicionamientos productivos de una relación histórica de dependencia agudizada, pero el centro de gravedad del análisis de transformaciones sociales que dejó como herencia la dictadura, se situará en una mirada desde el poder, para tratar esos cambios en la estructuración social como efectos del mismo.
3.- El Poder
El poder es algo más difuso, general y complejo que una forma de gobierno, que sus protagonistas o sus leyes.
Se constituye a partir de una red variable de relaciones de fuerza que recorre la totalidad social produciendo efectos diversos. De una imbricación compleja de relaciones de dominación que no se reconoce simplemente en la oposición entre gobernante-gobernados.
No sólo se piensa desde la lucha entre sectores, es externo a ellos, se trata de la existencia de múltiples relaciones de poder en puntos y niveles distinguibles, recorriendo como una red compleja las instituciones, partidos, grupos sociales, aparatos estatales y tendencias ideológicas. Aquí se visualiza el cruce de estrategias y tácticas diversas interrelacionándose, la fragmentación-homogenización de las bases sociales de poder de distintos grupos y los movimientos permanentes de acumulación o pérdida de poder, con sus continuos desplazamientos.
En el PRN se expresa un proceso social regresivo que conjugó las iniciativas de múltiples fuerzas sociales. Resultó de un proceso general de respuesta autoritaria, disciplinaria y represiva a los avances de la radicalización y lucha de los sectores populares. El proceso regresivo realizó una alta concentración del poder, que produjo efectos de recomposición de las bases sociales de poder para modificar un ordenamiento estructural.
Conclusiones
1.- Los de abajo.
Los comienzos del avance de fuerzas reaccionarias se manifestaron ya en el gobierno de Isabelita, en este período entraron en escena todo el juego de conflictos entre fuerzas sociales ingobernables. Este enfrentamiento se manifestó en el enfrentamiento de clases subalternas y sectores populares en general. La estrategia del poder se dirigió a enfrentar el problema estructural expuesto, con una doble búsqueda de homogenización de los sectores dominantes y la fragmentación de las capas subalternas. A su vez, intervienen condiciones económicas como la reproducción subordinada peculiar de una estructura en la que se reanuda capitalismo y dependencia, generando una gran crisis económica predominando las actividades financieras y especulativas.
El intento de homogeneizar las capas altas de la sociedad dio como resultado la centralización acelerada que concentró el poder económico en la cúspide y borró el poder de numerosos pequeños empresarios que eran base de apoyo de proyectos populares. Comenzó la patria financiera.
La fragmentación popular es la herencia fundamental que deja el PRN. La estratificación obrera, la desindustrialización, el crecimiento de sectores como los empleados terciarios, los independientes y los marginales, dan testimonio de la desarticulación. Los asalariados dieron un paso hacia atrás.
Los proyectos de cambio social que tenían como sujeto principal a la clase obrera se vieron amedrentados por el proceso de desintegración que trajo como consecuencia:
Marginalidad: desocupación industrial, subempleo y formas precarias de actividad independiente.
Empleados terciarios que se han convertido en mayoría absoluta de los empleados en Argentina.
En el país se han vuelto predominantes las actividades de servicios, de producción de servicios inmateriales que se utilizan para la producción de símbolos: burócratas, oficinistas, técnicos, vendedores, comisionistas, personal jerárquico, etc.
Los empleados terciarios presentan su fragmentación real oculta bajos la máscara ilusoria de una pertenencia mayoritaria a la categoría de asalariados.
2.-Reproducción de los empleados
Más que nueva pequeña burguesía, privilegiados de cuello blanco, capa media asalariada, la gran masa de los empleados terciarios, se ha ido convirtiendo en una nueva fracción del proletariado. Si bien no ligados a la producción material como los obreros, los empleados se han ido conformando como sector social cada vez más postergado, sometido a condiciones severas de explotación, con bajos salarios, descalificados en el proceso de trabajo, considerable incidencia de la desocupación y desarrollo de las formas de acción sindical vinculadas a la clase obrera industrial.
La especificidad de la lucha gremial de los trabajadores terciarios es que inmediatamente se sitúa en el campo de las relaciones de poder, en la medida en que su actividad laboral refiere a la reproducción de las relaciones sociales y su movilización afecta los mecanismos políticos de reproducción.
Multiforme, difuso, y molecular, el poder está siempre presente en forma directa en las correas de transmisión política hacia el conjunto de la sociedad en que se han transformado las ampliadas actividades de servicios: comunicación, vigilancia, educación, investigación, administración, vigilancia, recreación, salud y otras. Constituyendo así un multifacético entramado de funciones de poder, control y reproducción. Sus trabajadores de bases convierten en productores de poder para otros, en generadores de una reproducción en la que no ocupan el lugar dominante, en funcionarios superestrucurales.
BASUALDO:
Sistema político y modelo de acumulación en Argentina
Introducción
Durante la dictadura de 1976, se interrumpe con el proceso de industrialización sustitutiva para darle lugar a la valorización financiera y la producción se orienta hacia el mercado interno, plagado de capitales extranjeros. En esta época se conformaron las importantes ciudades industriales de Rosario, Córdoba y el Gran Buenos Aires.
Este nuevo patrón de acumulación implantó el predominio del capital sobre el trabajo, el cual se ve en la regresividad de la distribución del ingreso y la creciente exclusión social. Se dio un salto cualitativo en la explotación de los trabajadores, con una expulsión de mano de obra que generaba aun más desocupación y subocupación.
Este contexto era propicio para los sectores dominantes, por lo que buscaron la manera de mantener estas condiciones una vez acabada la dictadura y durante los períodos constitucionales.
En el texto, Basualdo analiza las formas en las que se consolidó la valorización financiera, garantizando el control político y social sobre la sociedad, cuando está basado en la concentración de capitales y la exclusión social.
1. Las nuevas características del sistema político y la sociedad civil a partir de la dictadura militar
Las dictaduras son derrotas sociales que traen aparejadas la reestructuración de la economía y la sociedad civil. Sin embargo, para esto también es necesario el aniquilamiento de los sectores populares, mediante la inmovilización social.
Una vez que se agotó el modelo represivo y se interrumpió la industrialización, los sectores dominantes consideraron redefinir el sistema político mediante una estrategia negativa para los sectores populares, ya que consistía en impedir la movilización de los mismos, inhibiendo su capacidad de cuestionamiento. Esto se logró a través de un proceso de integración de las conducciones de los grupos sociales, es decir, de una cooptación por parte de los sectores dominantes de los líderes de los sectores numerosos. Esta táctica tenía como objetivo perpetuar la dominación impidiendo sistemáticamente la formación de una clase dirigente por parte de los grupos adversarios. Esto lo hacen porque quieren generar consenso sobre el nuevo patrón de acumulación y el desarrollo de sus propios intelectuales orgánicos es imprescindible para conducir a la consolidación de la valorización financiera.
Gramsci plantea una teoría política sobre Italia que bien podría aplicarse para Argentina, salvando ciertas diferencias. Ésta presenta una situación de transformismo, donde los sectores dominantes excluyen a las clases subalternas, al mismo tiempo que siguen dominándolos sobre una base de integración de las conducciones políticas. Según esta perspectiva, el consenso se genera sobre la superestructura mientras que la estructura se mantiene en la misma posición, gracias a la hegemonía de los intelectuales orgánicos.
Para Gramsci, existen dos tipos de situaciones duraderas de dirección política. La primera es la hegemonía, donde la sociedad civil dirige a la política y utiliza un bloque ideológico para conseguir su poder. En cambio, la dominación implica que la sociedad política intenta neutralizar al resto de las clases y no se apoya en ninguna base social extensa.
La teoría gramsciana se aplica para Argentina de la siguiente manera.
Los sectores dominantes nunca lograron imponer un partido político propio y, únicamente, llegaban al poder mediante golpes de Estado y a través de sus intelectuales orgánicos. En ausencia de un partido orgánico y con una fuerte ideología, resulta fácil cooptar al partido que está en el gobierno. El control se realiza por parte de grupos económicos y conglomerados, los cuales son propietarios de múltiples firmas localizadas en diversas actividades. En otras palabras, ante la ausencia de un partido de derecha, la fracción dominante se encarga de moldear el transformismo argentino.
En este país, el sujeto que impulsa la constitución de un sistema político no solo forma parte de un sector dominante sino que también opera desde la falta de mediación. De esta manera, se dice que se apoyan en una base material, donde radican las ventajas relativas.
No obstante, Gramsci presenta un carácter dualista en su análisis, lo que impide el tratamiento adecuado de las coacciones económicas, entre otras, el miedo al desempleo que produce ciudadanos silenciosos y obedientes. También, escapa a Gramsci un factor material, la corrupción, que es el consentimiento por la compra, sin ningún tipo de atadura ideológica.
Los factores que hacen posible la dominación en Argentina son: la concentración del ingreso y la consolidación de la valorización financiera, junto con una distribución regresiva del ingreso, lo que genera la reducción del salario real y la expulsión de trabajadores del mercado laboral. Éstos colaboran en el deterioro de las condiciones de vida. Asimismo, las hiperinflaciones adoptan un carácter disciplinario, dado que desemboca en la desocupación y la desindustrialización. Las mismas llevaron a la conformación de un ejército industrial de reserva.
La causa mayor de esto son los negocios efectuados entre los políticos y los empresarios, que devienen en un factor organico ya instalado, la corrupción. Éste es un fenómeno estructural e intrínseco al nuevo patrón de acumulación. La corrupción logra la cohesión del bloque de poder, evitando las deserciones y la disgregación del mismo.
En resumen, la incidencia de los sectores dominantes sobre la política, sus negocios y la integración ideológica de las conducciones de los sectores populares consolidan la valorización financiera mediante el transformismo.
No obstante, hay que incorporar un elemento material más: los elevados salarios relativos de los cuadros orgánicos. Se le asignan recursos económicos para asegurar las altas remuneraciones relativas de los que se integran a los nuevos cuadros dominantes. Esto provoca la integración de la política con los sectores dominantes y el descabezamiento de los sectores populares al igual que la incorporación de intelectuales independientes, desligados del sistema político.
La desocupación y la marginalidad social operan como disciplinador de la clase trabajadora y como impulsor de la incorporación de los nuevos cuadros al planteo dominante. También, garantizan la permanencia y la cohesión de los mismos.
En el caso argentino, se puede observar un angostamiento de la autonomía de la política respecto de los intereses sociales de los sectores dominantes, generando una falta crónica de alternativas que integren las necesidades y las aspiraciones de los sectores populares, desencadenando una ilegitimidad del sistema político en su conjunto.
2. Etapas y características de la articulación entre el sistema político y la valorización financiera
Las tres etapas de la evolución argentina en los últimos 25 años son: la dictadura militar, período en el cual se instauró el nuevo patrón de acumulación, mediante el aniquilamiento de los sectores populares; el primer período constitucional, donde la profundización gravita en torno a la integración molecular; y los dos períodos de gobierno peronista y el primero de la Alianza, en los cuales se profundiza el mercado financiero mediante la incorporación de fuerzas políticas enteras.
Primera etapa. La dictadura militar
Las nuevas condiciones de la economía mundial planteaban el establecimiento de un nuevo régimen de acumulación, dirigido por los sectores dominantes y su voluntad de destruir la identidad nacional de los sectores populares, dando por finalizado el empate hegemónico. Entonces, se pone en marcha el plan de aniquilamiento de los militantes de los sectores populares y de interrupción de la industrialización sustitutiva.
El predominio de la valorización comienza con la Reforma Financiera de 1977 y la apertura del mercado de bienes y capitales, dado que los productos importados erosionan el mercado interno y la apertura financiera trae el fenómeno del endeudamiento externo del sector público y del privado.
Los grupos económicos locales y las empresas transnacionales se endeudaron para obtener renta mediante colocaciones financieras, en tanto la tasa de intereses superaba la de interés internacional, para remitir sus recursos al exterior.
En este proceso de fuga de capitales el Estado mantiene una elevada tasa de interés a través del endeudamiento interno, provee las divisas que luego se irán del país y asume como propia la deuda externa del sector privado.
Cabe destacar que el origen del capital transferido al exterior está en la redistribución del ingreso en contra de los asalariados. La otra cara son los beneficiarios, es decir, un conjunto de grupos econmicos locales, un conglomerado de empresas extranjeras y la banca local y acreedora.
Los intelectuales orgánicos provienen del establishment económico y social pero no son la única ofensiva con la que cuenta el sector dominante. El mismo forma cuadros propios que le garanticen la implementación de transformaciones necesarias para la valorización financiera.
El brazo armado de los sectores dominantes efectuó un replanteo de la Doctrina de Seguridad Nacional. En primer lugar, asumía que el crecimiento económico y la inclusión social eran objetivos irremplazables para superar las contradicciones sociales que las Fuerzas Armadas debían encauzar usurpando el poder político. En segundo lugar, las FFAA debían reprimir a las organizaciones políticas que alteraran el proceso de acumulación en marcha. Finalmente, que el espacio de influencia estaba delimitado por las fronteras nacionales.
A partir de la dictadura, abandonan la concepción de que el crecimiento económico y la inclusión social sean pilares básicos y la reemplazan por la desindustrialización, la concentración del ingreso y la represión, encaminada a disciplinar y controlar a los sectores populares. Además, la represión recayó sobre todos los integrantes, no solo armados, de las organizaciones populares. Finalmente, se consolidó la idea de que una tercera guerra mundial estaba en pleno desarrollo.
Por un lado, se trataba de fuerzas represoras con un alto grado de corrupción, en base a la apropiación de recursos estatales, bienes materiales y personas. Por otro lado, se diluyó la verticalidad del mando, adoptando un comportamiento deliberativo. A partir de esto, se abre una feroz competencia entre el ejército y la marina, orientada a definir la conducción del partido.
Este nuevo funcionamiento suponía la redefinición y subordinación del sistema político que incluía la cooptación de dirigentes de los partidos tradicionales. Por otro lado, la construcción del partido militar planteaba una necesidad de creciente autonomía, lo cual superaba las tareas de aniquilamiento y desmovilización. De esta manera, volvía inorgánica y disfuncional a la conformación del mismo.
Segunda etapa. Los comienzos del transformismo argentino
El primer gobierno constitucional
A partir de 1982, comienza la década de “crisis de la deuda externa”. En México, comienza la moratoria, caracterizada por una escasez de financiamiento externo. La Argentina sufre esta restricción y oscila entre estancamiento y crisis económica, con una restricción en la formación de capital vinculada a la fuga de los mismos. Durante estos años, se consolida la valorización financiera por lo que el proceso económico es conducido por los grupos económicos locales, los conglomerados extranjeros y la banca acreedora, sobre la base de una redistribución de ingresos que pierden los asalariados y el carácter regresivo de la estructura impositiva al igual que la orientación de las transferencias estatales.
Sin embargo, debido al estancamiento del financiamiento internacional, los acreedores externos verán una baja en su influencia sobre el Estado en comparación con los otros dos sectores del establishment.
El endeudamiento radicó en la capacidad que les otorga a los grupos económicos y conglomerados la recepción de los ingresos que perdieron los asalariados. También influyeron los recursos remitidos al exterior.
Los pagos derivados del endeudamiento externo no constituyeron la única transferencia al exterior ya que hay que tener en cuenta la fuga de capitales al exterior.
Durante la sustitución de importaciones, las alianzas entre los asalariados y las empresas nacionales eran centrales para enfrentar a las empresas transnacionales. De esta manera, el dominio ejercido por el capital transnacional era visto como un obstáculo.
A partir de la dictadura, los acreedores externos y el capital concentrado interno controlan el proceso económico con base en la sobreexplotación y la subordinación del Estado. Por lo tanto, la valorización financiera no está condicionada por el consumo de los sectores populares ni las fronteras nacionales, impulsando la disolución del capital industrial local.
El partido de gobierno constitucional, influido por los resabios de la dictadura militar, asumía un diagnóstico sobre la economía que no responde a la realidad. Se asumía que se había agravado la restricción externa de la economía argentina debido al crecimiento de la deuda externa. Esto entendía que no se habían registrado modificaciones estructurales por lo que la economía seguía respondiendo al funcionamiento típico de la segunda etapa de sustitución.
Esto era así porque la deuda era una variable que afectaba al sector externo sin provocar modificaciones en la economía interna. En otras palabras, seguía vigente estructuralmente la sustitución de importaciones pero con un notorio agravamiento de la situación de la balanza de pagos debido al endeudamiento externo.
Las políticas económicas encabezadas pro Grinspun estaban orientadas a lograr una renegociación con los organismos internacionales y los acreedores externos que disminuyeran el pago de los intereses ya que la deuda era impagable. Sobre esa base, se intentaba generar la redistribución del ingreso a favor de los asalariados para reactivar la producción interna, controlar la inflación y redefinir el poder sindical.
Ante su fracaso, asumió Sourrouille, quien mantiene el diagnóstico estructural, pero plantea la superación de la deuda basándose en el despligue de un modelo exportador y en la reactivación de la inversión. Se conforma el Plan Austral, el cual sostiene que mediante las exportaciones permiten el pago de los intereses de la deuda y el aumento de las importaciones posibilita el crecimiento económico mientras que la inversión hace efectivo ese crecimiento. El crecimiento del ahorro, a su vez, es compatible con el consumo.
En efecto, a partir de la valorización, el ahorro interno es insuficiente para posibilitar niveles de inversión que garanticen un crecimiento significativo, debido al nivel de consumo de los sectores altos y por la significativa fuga de capitales.
Uno de los factores que condicionan la viabilidad de la estrategia planteada es la fuga de capitales. Argentina se ha convertido en un país exportador de capitales privados, que buscan un mayor refugio en monedas fuertes. Este drenaje se agrega al pago de los intereses de la deuda.
La deuda externa ilegitima se entiende como la obtenida por los sectores privados.
La convergencia entre las organizaciones empresarias de diferentes actividades económicas fue un factor que desgastó al primer gobierno constitucional. Estos acuerdos se desplegaron en un contexto heterogéneo, producto de la concentración económica, ya que agrandaba su presencia en las diversas organizaciones empresariales.
Existió, de esta misma forma, una estrecha relación entre los principales referentes de los grupos económicos locales y los conglomerados extranjeros, con un conjunto de funcionarios importantes del gobierno. Si bien las negociaciones de los mismos estaban centradas en aspectos económicos, existieron aspectos políticos de trascendencia, por ejemplo, la reformulación del formato estructural estatal y la reelección presidencial.
Ambas instancias plantearon exigencias mediante los acuerdos entre las organizaciones empresariales y negociaron directamente con el partido de gobierno sus intereses específicos. Así fue posible que la economía influyera en la política porque mantuvieron las prebendas obtenidas durante la dictadura y porque le agregaron otras vinculadas a la nueva etapa.
De esta manera, la consolidación económica de los sectores que fueron la base social de la dictadura, avanzó mediante la influencia de dos procesos. El primero fue la imposibilidad de la política gubernamental para constituir una alianza social que permitiera modificar el patrón de acumulación. El otro, es la estrategia de la fracción local de los sectores dominantes, que enfrentaba la política gubernamental asociada con otras fracciones empresarias y negociaba y subordinaba la acción del gobierno mediante tratativas directas con el partido de gobierno.
Las vinculaciones entre el partido de gobierno y el sector dominante fueron el vehículo para la extorsión y dieron lugar a modificaciones constitutivas del transformismo, poniéndose en mercha un proceso de cooptación ideológica al igual que de negocios políticos y económicos.
Se inicia, así, la etapa de absorción gradual pero continua de los intelectuales orgánicos, es decir, de la decapitación de los sectores subalternos como forma de inmovilizarlos. Cabe destacar que también se afianzan las relaciónes del sistema político con empresarios locales.
Asimismo, comienzan a crecer los operadores políticos, caracterizados por su pragmatismo y falta de ideología, lo que esconde su ruptura con las concepciones y la historia de los grupos sociales. Son depositarios de los negocios políticos y económicos por lo que se ubican en posiciones decisivas.
Según max Weber, el boss es un empresario político de tipo capitalista, que por su cuenta, proporciona votos ya que da los medios. Es el receptor directo de las sumas de dinero de los grandes magnates de las finanzas. Busca exclusivamente poder, como fuente de dinero pero también por el poder mismo. Carece por completo de ideología y de principios.
En 1987, el diagnóstico oficial cambia y presenta la crisis del modelo populista y facilista, centralizado y estatista. La salida consistía en reestructurar al Estado, mediante la privatización y la apertura importadora. Entonces, en 1988, se lanza un plan de privatización, rechazado por la oposición peronista.
Una primera alternativa era que las políticas fueran impulsadas por los grupos económicos y los conglomerados extranjeros, pero era poco plausible ya que eran los principales beneficiarios del aparato estatal ineficiente. En cambio, los acreedores externos sufrían las postergaciones económicas y el incumplimiento de las reformas por lo que proponían que los países latinoamericanos pagaran los intereses y el capital endeudado por más que fuera evidente que su pago fuera imposible. De allí, surgió el Plan Baker, el cual imponía los programas de conversión que consistía en el rescate de los bonos de la deuda externa a cambio de activos físicos. Este es el origen de la privatización de empresas, ya que los principales activos eran las empresas públicas.
A través de los organismos internacionales de crédito, los acreedores externos podían determinar las características globales de la política económica pero las condiciones específicas que adoptaban las mismas eran modeladas por los intereses particulares del capital concentrado interno. Esto hizo que tuvieran una participación relativa secundaria en la redistribución del excedente interno cuando Argentina asume una moratoria externa al suspender los pagos de las obligaciones vinculadas a su endeudamiento con el exterior.
La crisis hiperinflacionaria de 1989
Las presiones de los organismos internacionales de crédito resultaron inútiles debido a la influencia interna de los sectores dominantes y su capacidad de veto. También influyó la disputa entre el FMI y el Banco Mundial, el cual insistia en las reformas estructurales mientras que el primero quería los pagos. Esta pugna terminó con George Bush, quien exigio ambas cosas. En estas condiciones, surge una crisis hiperinflacionaria debido a la corrida cambiara de 1989.
La crisis tenía como objetivo eliminar las restricciones estructurales que impedian el desarrollo y la consolidacion del patron financiero.
El primer problema que tenían los sectores dominantes era que el Estado relegaba a los acreedores externos. De allí, el nuevo formato y funcionamiento del aparato estatal se conforma de transferencias de recursos originados anteriormente con otros nuevos, surgidos a partir de la valorización financiera. Por otra parte, surge la transferencia de la deuda externa privada al sector público y la licuacion de los pasivos internos. Éstas potencian la expansion de los grupos económicos. Por ende, la fracciónexcluida considera que se necesita una reestructuracion para poder cobrar lo adeudado y garantizar beneficios futuros.
El segundo problema es la distribución del ingreso y la relación entre el capital y el trabajo.
Al igual que la remocion de las trabas al capital financiero, era necesaria la redefinición de la naturaleza del sistema político, ya que impedia la convalidación de formas estructurales y la profundización del proceso en marcha. En la primera gestión constitucional se ve un claro desfasaje entre el avance de la valorización financiera y el funcionamiento del sistema político.
Entonces, la crisis trae como consecuencia el disciplinamiento en el conjunto social, en tanto instala una nueva relación entre el capital y el trabajo del sistema político. En esto se ve un avance del transformismo, donde se sigue inmovilizando a las masas a partir del descabezamiento y la cooptación de los dirigentes. Pero como es solamente conducida por una fracción del establishment, los resultados se encuentran divididos. La solución era la homogeneización del sistema bipartidista para convalidar las modificaciones estructurales planteadas.
Según Guillermo O´Donnell existen diversos tipos de crisis. En primer lugar, se encuentra la crisis de gobierno, en la cual hay una inestabilidad política y sus funcionarios dejan sus cargos; luego, está la de régimen, que consta de grupos expulsándose al igual que de la pretensión de instaurar criterios de representación y canales de acceso distintos a los existentes. En tercer lugar, en la crisis de expansión donde los grupos, partidos, movimientos y personal gubernamental realizan interpelaciones a sectores sociales para establecer identidades colectivas conflictivas. La misma genera preocupación en la clase dominante ya que cuestiona su dominación. Además, existe la crisis de acumulación, resultante de acciones de clases subordinadas, las cuales son vistas por los dominantes como obstáculos en el funcionamiento de la economía y de las tasas regulares de acumulación del capital. Por último, la de dominación celular o social, es una crisis de las relaciones sociales que constituyen a las clases y sus formas de articulación.
En 1989, existía una crisis de gobierno, que provocó la salida anticipada de la primera gestión constitucional y de régimen dado que las fracciones dominantes pretendían reemplazar los criterios de representación establecidos. Igualmente se trata de una crisis de acumulación porque se intenta remover los obstáculos que le otorgan un papel secundario e impulsar el desarrollo del capital financiero.
Tercera etapa. La consolidación del transformismo argentino
La primera gestión menemista
El nuevo gobierno establece relaciones con los grupos económicos locales, demostrando la relación entre los empresarios y el sistema político. Como resultado, la primera gestión económica es ejercida por integrantes de la firma Bunge y Born. El enfrentamiento con los acreedores se institucionaliza mediante medidas como intentar estabilizar las cuentas públicas y la situación del sector externo, sin prever la implementación de reformas estructurales.
Sin embargo, debido a las presiones de los acreedores, tienen lugar reformas a favor de éstos. Primeramente, la Ley de Emergencia Económica, destinada a eliminar los subsidios y reintegros impositivos mientras que la Ley de Reforma del Estado dispuso la intervención de las empresas estatales. También acompañó la reforma tributaria, que generalizaba la aplicación del impuesto al valor agregado, gravando patrimonios y reduciendo alícuotas del impuesto a las ganancias.
La consecuencia es el aumento del tipo de cambio y de las tarifas públicas, provocando al hiperinflación. En 1991, Cavallo, quien tenía buenas relaciones con el establishment, lanza el Plan de Convertibilidad y el Brady, el cual establece un cronograma de pagos para la deuda externa. Se accede nuevamente a un endeudamiento externo que se incrementa por ambos sectores. Finalmente, la reforma de la corte para garantizar la vigencia del transformismo, ya que concentró la suma de poder público en el ejecutivo, se aseguraba la mayoria d elos votos y legislaba en base a los decretos de necesidad y urgencia.
En este sentido, ambas fracciones estaban de acuerdo en que, para superar la crisis, era necesario consolidar la concentración del ingreso. De esta manera, los sectores populares sufrían la transferencia de riqueza y se encontraban inhibidos de influir además de que debían pagar los costos de la misma.
La crisis hizo que el capital concentrado interno coincidiera con los acreedores externos porque así accedería a la propiedad de activos de enorme magnitud con elevada rentabilidad. El sistema político impulsa la privatizacion de empresas, preservando monopolios con garantías de internacionalización de rentas extraordinarias, la transferencia de activos de un poder decisivo en los precios y la concentración del capital.
Las discrepancias entre los sectores dominantes giraban en torno a las transferencias estatales y al grado de exposición externa de las producciones locales.
El avance de los sectores dominantes fue posible debido a la consolidación del transformismo como sistema de dominación. La autonomía relativa de la política desaparece. No solo los intelectuales orgánicos sustentan la valorización financiera, sino también la transformacion del sistema del partido de gobierno y la incorporación del sistema bipartidista en el cual los partidos pierden su identidad específica. Los dos partidos centrales se incorporan a la orbita de los sectores dominantes, descabezando a los sectores sociales e inhibiendo su reacción.
Ambas modificaciones superan las barreras estructurales que obstaculizaban el desarrollo de la valorización al mismo tiempo que revierten la inorganicidad del sistema político, estableciendo una sincronía entre el plano estructural y el superestructural.
La modificación más trascendente del sistema político es la pérdida de identidad social histórica, garantizando su desvinculación orgánica con los sectores que expresaba. Como consecuencia del vaciamiento ideológico y social, desaparece la discusión político-ideológica. Simultáneamente, se registra la disolución de la militancia, la cual es repelida.
El principal aporte del transformismo es dotar a los partidos de formato empresario. Ahora, se trata de instituciones con una organización vertical regida por las relciones contractuales, donde los operadores definen las decisiones partidarias y manejan los recursos que disponen los partidos.
Las relaciones contractuales reemplazan a los lazos ideológicos y políticos. Los salarios derivados de las funciones estatales tienen una importancia para la cohesión y funcionamiento vertical del partido y del que ejerce la función de oposición porque es una cohabitación partidaria en la administración estatal.
Se genera una dualidad en la estructura ocupacional del sector público entre la planta permanente y los contratados. El financiamiento para implementar proyectos específicos potencia el crecimiento de los contratos. Asimismo, la triangulación con otros organismos internacionales o nacionales canalizan los fondos estatales para realizar contratos de personal. Los contratados cuentan con los salarios más altos, permitiéndole financiar a sus cuadros, lograr nuevas adhesiones y acallar a los críticos reales.
Finalmente, la tercera forma de ingresos percibidos por el sistema político son los sobornos que le pagan a los sectores dominantes y que adopta una gama de modalidades y se verifica en los diferentes niveles institucionales. La corrupción se trata de una característica estructural y permanente del sistema de dominación.
De esta manera, la consolidación del transformismo modela a la política en torno a los sectores dominantes, abandonando su identidad histórica y adquiriendo un formto y una dinámica empresarial. Así, el sistema político se desvincula de los sectores sociales, que se ven impedidos de enfrentar su explotación y exclusión social porque sus intelectuales orgánicos se integraron a los sectores dominantes pero siguen apareciendo como supuestas conducciones. A medida que se profundiza el sistema de dominación se hace cada vez más nítida la existencia de un partido político principal (peronismo) y de otro auxiliar (radicalismo). Su diferenciación se encuentra en el papel e incidencia orgánica que asumen cada uno de ellos.
En la convergencia de las reformas estructurales, la convertibilidad cambiaria y la negociación se registra un período de crecimiento con dos procesos complementarios y decisivos:
a) los sectores dominantes superan las contradicciones y el establishment adquiere una homogeneidad inédita ya que constituyeron una comunidad de negocios sobre la base de su asociación en la propiedad de los consorcios privatizados.
b) A partir de la superación de la inflación, el nuevo endeudamiento externo y la expansión del crédito interno, se genera un nuevo ciclo expansivo del consumo interno que incorpora a los sectores sociales, dando mayor consenso social.
Con la crisis hiperinflacionaria de 1989, los grupos económicos no pudieron seguir excluyendo a los capitales extranjeros y éstos no pudieron negar la presencia de los primeros.
En el transformismo, se consolida la acumulacion originaria que indica el momento de su consolidación. La privatización de las empresas estatales puso en juego la transferencia de activos superiores a los montos pagados por el sector privado, a lo que hay que agregarle los elevados beneficios potenciales garantizados por los monopolios y la formulación de marco regulatorio que lo convalida. Al mismo tiempo, el proceso de desregulación abre el mercado comercial y financiero.
El proceso se dio en un período muy breve lo cual permitió que los adjudicatarios capitalizaran la valorización de las firmas luego de su privatización y facilitó la aprobación de marcos regulatorios precarios o inexistentes. Asimismo, tiene vastos alcances en el cual el Estado tansfiere hasta sus espacios de apropiación de renta, como el petróleo, al capital privado. Finalmente, tiene una proporción alta de capitalización de bonos de la deuda externa y una participación escasa de oferentes en las principales licitaciones originada en un conjunto de restricciones que allanaron el camino a los grandes grupos económicos y empresas extranjeras.
Los sobornos fueron de tal magintud que le permitieron al Estado concretar una acumulacion originaria que sería complementada con nuevos elementos, conformando la acumulacion ampliada. Los “retornos” están vinculados al: a) precio fijado para los activos y los montos posibles de capitalización de deuda; b) el endeudamiento externo de las empresas durante el proceso de privatización acelerada; c) la adjudicación de las licitaciones o concesiones propiamente dichas; d) el contenido de los marcos regulatorios iniciales.
Asimismo, existe otra vía de ingresos que consiste en los retornos derivados del gasto y las inversiones realizadas por el Estado.
La nueva situación trae aparejado un incremento ostentoso en el consumo de los integrantes del sistema político al mismo tiempo que generan una enorme capacidad de ahorro. Sin embargo, la distribución de ingresos, el nivel de consumo y la capacidad de ahorro no son uniformes. Cuanto mayor es la jerarquía partidaria, mayor es la incidencia en las decisiones y la participación en los resultados.
La capacidad de ahorro sienta las bases materiales para la mayor autonomía relativa del sistema político y el desarrollo de contradicciones con las fracciones del sector dominante. La forma de inversión que garantice una reproducción ampliada de los recursos es un desafío para el Estado. No obstante, el primero radica en el blanqueamiento de los mismos provenientes de actividades ilegales, para lo que es necesario implementar un circuito financiero que lo hiciese posible. Éste se implementa en el comienzo de la nueva administración peronista.
El contar con la estructura financiera que permitiera el lavado de los recursos mediante su fuga al exterior no agotaba el problema porque quedaba la maximización de la rentabilidad. Se debía tener en cuenta la tasa de interés en el mercado internacional, que era más reducida que la interna, que el sistema no tenía incidencia directa en la generación de los nuevos negocios y en la regulación. Ambos factores, como aseguraban una parte significativa de los recursos, debían ser repatriados.
Los recursos no solo estuvieron destinados a controlar la propiedad de un conjunto de empresas estatales privatizadas sino también se diversificaron hacia otras actividades con alta rentabilidad garantizadas desde el Estado.
Sobre estas bases, se firma el Pacto de Olivos, el cual permitía la reelección de Menem, quien reforma la Corte Suprema al tiempo que ubica al peronismo como el partido de mayor jerarquía orgánica y al radicalismo como su rueda auxiliar.
El último mandato de Menem
Se interrumpe la onda de crecimiento en 1992 al registrarse alteraciones estructurales en la comunidad de negocios. Se vuelve a generar un crecimiento económico que culmina en 1994. En este tiempo, hay un crecimiento de las ventas de la cúpula empresaria que evoluciona similarmente a la expansion de la economía en su conjunto. Mientras el PBI se contrae, las ventas de la cúpula crecen. Las firmas se muestran independientes del ciclo económico. Esto implica que las crisis recaen sobre la sociedad. De allí, el acentuamiento en la concentración del ingreso con el empeoramiento de las condiciones de vida. Sin embargo, la regresividad distributiva es el resultado de la desocupación y subocupación. Esto genera un ejército de reserva que precariza las condiciones laborales, deprime el nivel salarial y expande la marginalidad social. Éste es un instrumento de disciplinamiento y desmovilización de la clase trabajadora.
La desindustrialización avanza a partir de la apertura comercial, fundada en las importaciones de bienes. En términos generales, la política arancelaria se caracteriza por ser un instrumento central de la estabilización de precios en el corto plazo y un elemento fundamental para el creciente desplazamiento de la actividad industrial y la concentración y centralización económica. La apertura comercial se conjuga con el deterioro del tipo de cambio real, acentando las asimetrías.
Por otra parte, se vuelve a diluir la comunidad de negocios dado que se cristalizan asimetrías en los precios internos entre los bienes y servicios no transables con el exterior y los transables protegidos y, por otro, los transables. Esa asimetría está vinculada al tamaño de las firmas y los procesos de privatización. Tienen lugar transferencias que aumentan la facturación de empresas locales y conglomerados extranjeros, en detrimento de los demás tipos de propiedad. Apenas iniciada la fase declinante del proceso privatizador se reaviva la salida del capital local al exterior, basándose en la elevada rentabilidad de las grandes empresas.
De esta manera, los grupos mantienen su poder económico, en tanto se registra una disminución relativa en la importancia de los activos fijos y un aumento sustancial en la incidencia de los activos financieros. La nueva estrategia productiva consiste en concentrar su capital fijo en las actividades que exhiben ventajas comparativas naturales.
Por el contrario, el capital extranjero exhibe una evolucion opuesta porque son los principales compradores de los activos que enajena el resto del espectro empresario. El avance de los extranjeros se origina en la incorporación de nuevas empresas y la adquisición de empresas ya instaladas.
También se originan modificaciones en el trasnformismo, enraizadas en el intento de modificar la escena política por parte de los sectores subalternos. La única expresión de disenso fue el denominado grupo de los ocho, que luego forma el Frepaso. Superaron el 20% de los votos, hecho que amenaza con afectar las bases mismas del transformismo ya que cuestiona al sistema desde afuera. Se despliega una crisis de expansión porque se trata de la irrupción de una fuerza política que cuestiona el regimen imperante y podría permitir un avance en la organización de los sectores populares.
La Alianza cometió tres errores estratégicos que sientan las bases para la participación activa de los partidos. El primero fue considerar la regresividad económica y social como resultante del predominio que ejerce el sector financiero y el menemismo. Desde la óptica frepasista, derrotar electoralmente al partido peronista se podía impulsar la producción y la desconcentración del ingreso. El segundo, es la distancia que los dirigentes establecen respecto de su fuerza social, lo que ocasiona desaliento a la organización para hacer viables los acuerdos con las fracciones dominantes. El tercero es que consideran a la corrupción como un fenómeno privativo del partido hegemónico y no inherente al sistema de dominación. En consecuencia, para erradicarla, es necesario derrotar al partido hegemonico y asentar una alianza social. Es decir, lo contrario que hicieron cuando, como parte de la Alianza, derrotaron al partido hegemónico y ejercieron el gobierno.
La Central de Trabajadores Argentinos se encuentra enraizada en la tradición combativa y popular del sindicalismo. Mediante la participación, la elección directa y autonomía del Estado, intenta reconstruir la fragmentación de los trabajadores ocupados, desocupados y jubilados.
Duranto el mandato de Menem existen dos contradicciones. La primera consiste en la creciente búsqueda de autonomia relativa que exhibe el sistema político respecto del establishment. Cumplida la acumulación originaria, el Estado encara la acumulación ampliada y avanza sobre patrimonios de los sectores predominantes. Esto indica que los sectores dominantes creen que deben disciplinar y subordinar a un sistema político que afecta los intereses específicos del establishment.
La otra contradicción es la acentuada simbiosis del sistema político con una de las fracciones dominantes y la relativa lejanía con las otras. Debido a la imposición del sector local, los acreedores extranjeros no tuvieron demasiada influencia.
Una característica del gran capital autóctono es su gran capacidad de lobby o de influencia sobre las políticas estatales alta con respecto al menor poderío económico de las fracciones extranjeras.
En este contexto, existe, entonces, una diferenciación entre los capitales de origen europeo y norteamericano. Mientras que los primeros participan activamente en la conformación del nuevo sistema político, los otros tienen que avanzar mediante la imposición de políticas, que de todas formas, los dejan marginados de algunos espacios más redituables. Las mismas exhiben una creciente inorganicidad para facilitar una mayor incidencia de estos capitales en la economía interna.
La Alianza
A lo largo de la crisis, se perfilan dos proyectos alternativos a la Convertibilidad. El primero, asentado en colocaciones financieras en el exterior, mientras que el otro surge de la posición en activos fijos del sector financiero. El vinculado a los capitales extranjeros tiene como objetivo la dolarización, ya que les garantiza a los radicados en el pais el mantenimiento del valor en dólares de sus activos, y al sector financiero que sus deudas no se acrecentaran. El otro tiene como objetivo la devaluación y la instrumentación de subsidios estatales para la producción de bienes exportables. La devaluación implicaría una pérdida para los capitales extranjeros y los grupos producirían altas tasas de ganancias, además de que continuan con importantes inversiones productivas en el país. Por lo tanto, obtendrían cuantiosas ganancias patrimoniales en dólares y aumentarían la facturación y la rentabilidad de sus actividades productivas internas al ser fuertes exportadores.
Un elemento social y político de estos proyectos son los organismos internacionales de crédito, que imponen sus políticas de ajuste e impulsan un proceso de democratización y combate de la pobreza. Desde su punto de vista, las políticas no serían incompatibles con los modelos económicos en tanto la pauperización es un resultado indeseado del comportamiento del sistema político e institucional, que neutraliza los efectos positivos de dichas políticas.
La reformulación del sistema político es un intento de neutralizar la subordinación a la fracción local, introduciendo una nueva dinámica subordinada a sus propios intereses.
Los organismos internacionales de crédito ajustaban los presupuestos bajo la excusa de los elevados salarios relativos de los funcionarios provinciales. Sin embargo, en mediano plazo, la idea era redefinir la existencia misma de las provincias a través de la fusión de varias de ellas en regiones administrativas; de compatibilizar la reducción de los costos de las administraciones provinciales con una política tendiente a aunlar la identidad política, social y cultural, bloqueando la posibilidad de definir una estrategia propia.
Las ONG eran entidades no contaminadas de la corrupción estatal, dotadas de conocimiento técnico y capacidad organizativa para solucionar problemas específicos. Sobre la base de la crisis de representación, había que impulsar la disolución de todo lazo entre representante y representado, asumiendo que los pobres eran víctimas del ajuste e incapaces de tomar decisiones y participar con autonomía.
Por otra parte, la dolarización prevé la inserción internacional del país a través del ALCA, subordinando al Mercosur como espacio de integración. Se trata de una propuesta de subordinación dado el alcance y profundidad de las propuestas que contiene.
De esta manera, los sectores dominantes intentan usufructuar en su favor la importancia que conserva en la identidad popular la alianza policlasista, ocultando que poco tienen que ver con una burguesía nacional ya que están atados a la valorización financiera y cuentan con recursos del exterior. Diseñan un conjunto de protecciones (mayor control aduanero) y subsidios (fiscales y crediticios) articulados con un proceso devaluatorio controlado.
Esto les permitiría una mayor acumulación de capital ya que se agregaría a sus notables colocaciones financieras en el exterior. El crecimiento se vincula con una salida exportadora, mientras que la desocupación y la pobreza quedan subordinadas al mismo. Tiene escaso impacto en la mano de obra y consolida bajos salarios.
Dentro del Mercosur, Brasil constituye un destino de la producción local, y le da cierta autonomía respecto a la potencia hegemónica. Se revitalizaría el mercado ampliado a partir de la modificación del tipo de cambio y, además, debido a que las producciones son potencialmente exportables a los países limítrofes. Este pseudo plan nacional, en tanto apela al crecimiento económico, destacando los sectores productivos, se dirige a conformar un frente social compuesto por instituciones tradicionales.
Esta perspectiva plantea consolidar el transformismo para neutralizar a los sectores populares. Cabe recordar que la supuesta burguesía nacional que la impulsa es la misma que sostuvo la dictadura militar y se expandió sobre la valorización financiera, la desindustrialización, la concentración del ingreso y la fuga de excedente al exterior.
La dolarización reivindica la necesidad de replantear el transformismo y lucha contra la pobreza para incrementar la incidencia política y asegurar la viabilidad de la dominación. Por su parte, la devaluación enarbola la necesidad de reactivar la producción y desconocer la deuda externa para poder ampliar su esfera de influencia. Ninguna de las propuestas dominantes incorpora algún elemento que indique la voluntad de profundizar el proceso democrático mediante la participación popular y la redistribución progresiva de los ingresos.
Debido a la fuerza de la valorización financiera, el Estado abandona el desafío de impulsar y planificar el desarrollo económico al igual que el de garantizar el crecimiento o la conducción mínima del proceso económico, en tanto transfiere su capacidad regulatoria al capital oligopólico. La función que cumple es la de garantizar los flujos financieros para lograr una fluida y abundante entrada de capitales y plantear las condiciones para una igualmente fluida salida de capitales locales al exterior. El endeudamiento externo también depende de la necesidad de constituir las reservas de divisas que respaldan a la Convertibilidad y garantizar las divisas que hacen posible la fuga de capitales locales y financiar el déficit de la balanza comercial. Este achicamiento de las funciones del Estado genera, consecuentemente, la ausencia absoluta de un pensamiento estratégico orientado a la conformación de una Nación. De allí que los proyectos estratégicos para nuestro país que se originen en el establishment y tengan un carácter faccioso.
El gobierno intenta avanzar otorgándole concesiones a las dos fracciones dominantes en pugna, sin definir el rumbo de una salida a la crisis actual. Esto hizo que el gobierno de la Alianza acentue la concentración del ingreso y profundice la recesión. Desde esta perspectiva, el reajuste de la economía traería aparejada una deflación general de los precios que funcionaría como una devaluación del tipo de cambio. Esto reactivaría las exportaciones, reactivando la inversion interna y externa. De esta manera, se tendería a reducir el desempleo y provocaría una sustancial mejora en las cuentas públicas.
Sin embargo, no produjo ninguna de las consecuencias declamadas porque su enfoque estaba destinado a proteger los intereses de los sectores dominantes y no guardaba ninguna relación con la realidad económica y social.
Los cuatro factores que impidieron la reversión de la crisis son:
1) El problema se origina en la demanda, lo que exige revertir la regresividad distributiva vigente en la economía argentina, reconstituyendo la demanda interna y las finanzas públicas.
2) La centralización y concentración del capital neutraliza el efecto de auste económico sobre la estructura de precios relativos. Esto se debe a que el capital concentrado no transfiere a los precios la reducción de costos sino que los mismos engrosan sus ganancias.
3) La insuficiencia de introducir una recesión generalizada para lograr una devaluación relativa de la moneda local. Se requiere una modificación de los precios relativos de alcances más vastos.
4) La creencia de que la superación de la crisis se puede lograr mediante la expansión de las exportaciones, excluyendo el consumo interno.Más aun cuando la ampliación de las mismas supone incrementos en las importaciones debido a la desintegración productiva.
El progresismo terminó convalidando la reducción de la participación de los trabajadores en el ingreso en tanto el ajuste económico transitó por una reducción salarial y un incremento de la desocupación. La reducción de los salarios de la admnistración pública impulsó una nueva reducción generalizada del nivel salarial, definiendo una nueva depresión salarial.
La gestión de Machinea estuvo permeada por los intereses de la fracción local del poder económico por la participación en su gabinete de varios funcionarios vinculados a ese conglomerado y a otros grupos económicos locales.
El agotamiento de esa gestión, puso a Lopez Murphy en el poder, planteando la misma lógica que la gestión anterior. Pero la reducción del gasto incorporaba un nuevo componente: el costo presupuestario de la política. Es decir, buscaba la disminución drástica de los gastos estatales y el debilitamiento del transformismo.
El rechazo a esta propuesta, llevó a Cavallo a intentar compatibilizar los intereses de ambas fracciones para interrumpir la recesión económica. Se necesitaba reactivar la producción mediante la elevación de aranceles y políticas sectoriales para mejorar la situación fiscal, elevando la presión tributaria para recomponer las finanzas públicas en el corto plazo. Esto privilegia la composición de la producción interna y recompone las finanzas públicas; no mejora la situación de los sectores populares ya que está acotada a las grandes firmas y los nuevos impuestos serán trasladados a los precios.
Se pone en marcha una propuesta que vincula la Convertibilidad con una canasta de monedas, de euro y dólar, que, al ser implementado, implicaría una significativa devaluación del signo monetario.
La crisis del sistema político es el resultado de la creciente ilegitimidad social y la confrontación de los proyectos alternativos.
La ilegitimidad social del transformismo está vinculada al desarrollo del patrón de acumulación. Además, la función prioritaria del Estado es asegurar el flujo de capitales y la supuesta desregulación económica es una transferencia al capital dominante del control de vastos espacios económicos. Por otra parte, los partidos políticos se encuentran desvinculados de las políticas o ideologías y están centrados en los negocios económicos, es decir que queda socialmente establecido el predominio de la corrupción política. El vaciamiento ideológico concibe a la corrupción como un fenómeno circunscripto al sistema y no a un funcionamiento superestructural vinculado orgánicamente con la valorización financiera.
Los sectores que sustentan la Convertibilidad mediante la dolarización quieren replantear la conformación del sistema político, instaurando nuevas formas de representación alejadas de la participación popular. Esto se pone de manifiesto mediante el menemismo, que desarma política y económicamente el núcleo del transformismo. Esto es difícil de percibir por dos razones. En primer lugar, porque esta iniciativa es coincidente con la que llevan los legisladores Carrió y Gutiérrez para democratizar el sistema político. En segundo lugar, esta acción es la propia estrategia adoptada por el menemismo para neutralizar ambas iniciativas, intentando erigirse en el referente indiscutido de la propia dolarización y factor político insustituible.
El agotamiento de la Convertibilidad desembocó en una crisis en el patrón de acumulación juanto a una crisis de gobierno, ya que se relevaron a los funcionarios de mayor rango y una crisis de régimen porque se intentaron modificar los criterios de representacioón. La fracción local mantiene el transformismo mientras que la extranjera persigue la profundización del funcionamiento económico actual y el replanteo del transformismo.