Altillo.com > Exámenes > UBA - CBC > Sociedad y Estado

Sociedad y Estado

Resumen General de la MateriaCat. Mecle2º Cuat. de 2009

Altillo.com

EL ESTADO 
 

Estado: forma particular de ordenamiento político que surgió en Europa a partir del siglo XIII y hasta fines del XIX o principios del XX, caracterizada por:

* Soberanía: no existe otro poder que tenga capacidad de control sobre la población en cuestión. Implicancia básica, el Estado posee un control exclusivo sobre determinada porción del planeta, su territorio.

* Territorio

* Un  aparato administrativo de naturaleza burocrática: la creación de estructuras jerárquicas, construidas de manera que los órganos superiores puedan actuar, controlar y sancionar a los órganos inferiores

* Sistema estatal: a diferencia de los imperios, no se plantean como totalidad, se encuentran insertos en un sistema estatal que debe reconocerlos como parte

* Progresiva impersonalidad del mando

* Fin de la idea de la república cristiana: se plantea la secularización de la política y nace una fundamentación propia del poder político a partir de su utilidad 
 

Oszlak señala que para poder denominar Estado, debe reunir cuatro condiciones:

* Institucionalizar su autoridad

* Diversificar su control, para poder crear instituciones que sean obedecidas

* Internalizar una identidad colectiva que permita la construcción de una identidad nacional, que por un lado brinde un mecanismo ideológico de control, y por otro facilite la comunicación entre la gente que la posee creando un marco común de referencia.

* Externalizar su poder: ser reconocido como Estado por los demás Estados. 
 

Weber define el Estado como: asociación de tipo institucional, que en el interior de un territorio ha tratado con éxito de monopolizar la coacción física legítima como instrumento de dominio y reúne a dicho objeto los medios materiales de explotación en manos de sus directores pero habiendo expropiado para ello a todos los funcionarios de clase autónomos, colocándose en la cima suprema.

El Estado moderno se basa en la burocracia profesional y en el derecho racional, actúa en sentido jurídico formal.

La fuerte concentración de poder fue la que permitió la organización de los Estados nacionales y el nacimiento de la primera política económica estatal, el mercantilismo. Weber define mercantilismo como el paso de la empresa capitalista de utilidades a la política. Sostiene que un Estado sólo puede subsistir si los dominados se someten. Tres motivos: las costumbres (tradicional), ciertos dones de gracia personal (carismática) y la legalidad (racional legal).

El Estado es según Weber: una empresa de dominio que requiere una administración continua y necesita obediencia y de disposición de medios materiales. “Medios materiales” : el personal administrativo y los materiales de administración. El personal administrativo obedece a cambio de una retribución  material y de cierto honor social.

La modernización no implica democratización, implica burocratización. Concepto moderno de Estado: pasaje desde la idea de un gobernante que conserva su Estado, a la noción de un orden legal y constitucional independiente.

Aparece la noción de que lo social y lo político son un producto artificial, algo que debe ser construido, no que se encuentra ya dado.  Las voluntades se deben poner de acuerdo para realizarlo. Legitimidad: título de poder, legalidad: ejercicio.

En el mundo moderno la legitimidad se ha venido transformando en legalidad.  
 
 

ESTADO ABSOLUTISTA

Entre los siglos XVI y XVII la monarquía absoluta es el tipo de gobierno predominante en Europa. Se caracteriza por la destrucción de las formas medievales de organización política, como las ciudades-Estado libres. El surgimiento de los Estados absolutistas obedece más a factores militares y económicos que políticos. En el medioevo la unidad de organización comercial era la ciudad. Comenzaron a obtener mayores ganancias aquellos que se animaron a comerciar entre diferentes ciudades buscando diferencias de precios. Estos mercados carecían de control político y son los gobiernos monárquicos los que los establecerán.

La monarquía absoluta le brindó a la naciente burguesía cierto “orden”. En el Estado absoluto, este proceso de concentración del poder también barrió en gran medida con el poder de la Iglesia: sus sedes fueron saqueadas y abolida su autoridad jurídica.

Según Piarengelo Schiera: paso del “señorío terreno” a la “soberanía territorial”.  Ejemplo del poder absoluto: los Reyes Católicos en España, Enrique VIII en Inglaterra y Luis XIV (“El Estado soy yo”) en Francia. Las monarquías absolutas conciben el poder como de origen divino. Fuerte concentración de poder en la persona del monarca, que sólo responde por sus actos ante Dios.

Hobbes “estado de naturaleza”, plantea como sería la vida entre los hombres de no existir leyes ni contratos que regulen sus relaciones y un poder externo que las haga cumplir.  Describe esta situación como “un Estado basado en las pasiones” que lleva a “una guerra de todos contra todos” en que cada uno, por obtener algo de seguridad personal, termina atacando a los demás. El Estado surge, según él, a partir de un contrato realizado entre individuos. El Estado es la suma de los intereses particulares y es el fundamento de la propiedad. 

   
 

ESTADO LIBERAL

Liberalismo: movimiento cuestionador del poder absoluto y de sus pretensiones divinas, que pretendió restringir los poderes del Estado y defender los valores de la tolerancia y el respeto por la vida privada; fue defensor de los Estados constitucionales, de la propiedad privada y de la economía de mercado competitivo. La burguesía aceptó la existencia de un poder absoluto en la medida en que lo creyó necesario para la defensa de sus intereses económicos, pero comenzó a variar su posición en la medida en que algunas políticas del Estado absoluto, como el mercantilismo, pusieron trabas al desarrollo del mercado.

Uno de los principios es la teoría de la división de los poderes: la seguridad de los derechos requiere que la ley sea independiente y superior, y esto sólo puede estar garantizado por un poder judicial independiente del Ejecutivo.

El accionar de toda la maquinaria estatal está controlado por la ley. Locke expresa el ideal de la burguesía. Para él, el fin de la política lo constituyen el logro de la paz, armonía y seguridad. Hace referencia al “estado de naturaleza”, a diferencia de Hobbes, se trataría de un estado pacífico, donde la propiedad privada ya existiría.  Para Locke, el poder del Estado se expresa en el poder legislativo y está limitado por los derechos naturales. La burguesía hegemoniza el poder legislativo presentando sus fines como universales y surge así el Estado de derecho.

Se profundiza la relación Estado-sociedad, pensable a partir del advenimiento del capitalismo, ya que el mismo plantea la disociación entre una esfera de lo social y de lo político. El surgimiento del capitalismo es posterior al del Estado moderno. La forma jurídica es el Estado nacional y el sujeto de este será el ciudadano, un individuo titular de derechos.

El Estado liberal es coherente con el capitalismo, se plantea una sociedad de individuos libres que compiten en el mercado por su bienestar, en el marco de una democracia restringida.

“Modelo clásico” de Adam Smith centraba su análisis en la idea de la mano invisible y en un modelo de sociedad en que si cada hombre lucha en forma egoísta por conseguir su bienestar particular, se logrará por un “efecto cascada” el bienestar de toda la comunidad.

Se reconocía el desarrollo de la infraestructura, la apertura de nuevos mercados a través de la colonización, la solución de los problemas del crecimiento urbano. Dentro de las concepciones del Estado, tres grupos: pluralistas (subrayan  el aspecto democrático); dirigenciales (el democrático) y  clasistas (el aspecto capitalista del Estado).  
 
 

ESTADO DE BIENESTAR  

Había desarrollado sus instituciones antes de la Gran Depresión, el EB (rígido) respondió a motivaciones de índole político social, mientras que el EK (flexible) lo hizo a determinantes de naturaleza fundamentalmente económica. El EK opera en el campo de la inversión y al producción, mientras que el EB lo hace en el terreno de una redistribución que pretende permitir el acceso de amplios sectores de la población al consumo de bienes y servicios.

Origen en el siglo XIX cuando el libre juego de mercado produce una polarización creciente de la sociedad sobre la base de una gran desigualdad.

En Alemania Otto von Bismark implantó el seguro social dirigido al asalariado. Ampliación del derecho de sufragio que se inaugura a partir del Acta de Reforma de 1832 en Inglaterra. Nacimiento de los partidos políticos como tales, a medida que se amplía la base del sufragio, van transformando sus políticas buscando apoyos políticos y legitimación.

Establecimiento del EBK (forma keynesiana que adopta el EB a partir del 30) significa el fin de las políticas del laissez faire y la creación de una economía mixta en la cual la lógica del mercado y de la ganancia individual fuera moderada por una lógica que tuviera en cuenta el interés de la colectividad. Pasaje del capitalismo individualista al organizado. El Estado desempeñaba una tarea de guardián de la propiedad privada y del orden público, el EB incorpora valores de justicia distributiva.  Se transforma en el motor de la economía a través del gasto público y pasa a ocupar un lugar central en su agenda el logro del pleno empleo. Se desarrollan las actividades relacionadas con los servicios educativos y de salud y las políticas de vivienda. A partir de la década del 70 comienza una crisis del EB: declinación de productividad. El elemento detonante es la crisis del petróleo. J. O’Connor señala que se trató de una crisis de acumulación, una baja en el proceso de inversión. Otros de la derecha sostienen que se produce porque la existencia del pleno empleo y de una excesiva legislación laboral desincentivan tanto al trabajo como la inversión. Klauss Offe dice que a partir de un conflicto entre el proceso mercantilización propio del capitalismo y un proceso de desmercantilización propio de las políticas asistencialistas. Ante la crisis la derecha sostiene que la solución se encuentra en una vuelta al mercado. El problema real, señala Offe, es el conflicto entre la integración sistemática, que permite la acumulación capitalista y la integración social, que permite la vida en democracia.  
 
 

LA RELACIÓN ESTADO Y MERCADO

Bobbio analiza tres formas de poder: el económico, el ideológico y el político. El primero utiliza la posesión de ciertos bienes para inducir a aquellos que no lo poseen a tener una cierta conducta, que consiste principalmente en la ejecución de cierto tipo de trabajo; el ideológico se basa en la influencia que las ideas formuladas de cierta manera, emitidas en ciertas circunstancias, por una persona investida con una cierta autoridad, difundidas con ciertos procedimientos, tienen sobre la conducta de los asociados; el poder político se basa en la posesión de los instrumentos a través de los cuales se ejerce la fuerza física es el poder coactivo en el sentido más estricto de la palabra. Instituyen y mantienen una sociedad de desiguales, dividida entre ricos y pobres según el primero, entre conocedores e ignorantes según el segundo, entre fuertes y débiles según el tercero.

No son ostentables (mercado y Estado). Estado y mercado funcionan como instituciones que encapsulan los comportamientos de los individuos dentro de las relaciones de poder político y económico. Estos tienen como objeto optimizar los beneficios de la convivencia social.

Weber señala que el Estado es una relación de dominio de hombres basada en el medio de coacción legítima. El capitalismo depende de un ordenamiento con poder coactivo que le garantice la posibilidad de efectuar transacciones económicas. El Estado moderno a través de su aparato jurídico y de su capacidad de coacción y uso de la fuerza, cumple esta tarea. En la interrelación entre política y economía hay una situación de sometimiento de la primera sobre las segunda, a partir del planteo de Marx, para quien el Estado no es más que la forma de organización, tanto hacia dentro como hacia fuera, que los burgueses se dan necesariamente para garantizar mutuamente sus propiedades y sus intereses.  
 
 

ESTADO Y MERCADO

Los marxistas propugnaban una participación del Estad en la economía a los efectos de utilizar el poder político en la desarticulación de las relaciones capitalistas de dominación. Si la explotación de la clase obrera por parte de la burguesía se asentaba en determinado ordenamiento de las relaciones sociales de producción, el desmantelamiento del modo de producción capitalista era la llave y abría las puertas a la libertad de la clase oprimida. Los seguidores de Keynes pretendían corregir fallas en la mecánica del mercado con la intención de mejorar el funcionamiento del  capitalismo. El principal problema fue el desempleo.

Durante la crisis del 30 el Estado contaba con una herramienta fundamental: apelar a la emisión monetaria que si bien generaría inflación, podría ser equilibrada, según el pensamiento keynesiano, a través del crecimiento económico.  
 
 

EL ESTADO DE BIENESTAR Y LA INSTITUCIONALIZACIÓN DE UNA RELACIÓN

El EB adquiere relevancia política principalmente en la segunda posguerra mundial ante el fenómeno del imperialismo soviético. El Plan Marshall contribuye tanto a la reconstrucción de las economías europeas como al desarrollo de la economía norteamericana fundamentalmente, a partir de la política de “consignación de dólares con implicación de importaciones”. El Estado en las democracias occidentales pasa a ocupar el papel de garante de la participación ciudadana, legitimando su función a través del desarrollo de condiciones que garantizan a todos por igual un acceso a la misma.

El modelo keynesiano apelaba al gasto público y a la emisión monetaria. El Estado de bienestar surge con el objetivo de corregir el juego de las fuerzas del mercado.  El período entre 1945 y la mitad de los setenta “Edad de oro” del EB. Crisis social, el desempleo y el subempleo reaparecen, el desequilibrio del sistema de precios engendrado por la inflación generaba desesperación en los asalariados, cuyo poder adquisitivo se perdía. Recesión, derrumbe de las bolsas de valores y quiebra de bancos. En el Tercer Mundo aparecía un nuevo elemento, el endeudamiento externo. Para Hayek o Friedman, la intromisión del Estado de manera absoluta en el ámbito del mercad ha sido la responsable de esta caótica situación.

Cualquier acción que se emprenda produce consecuencias desagradables. Podemos elegir entre estas:

* Permitir que continúe la inflación declarada a un ritmo creciente hasta provocar la desorganización completa de toda actividad económica.

* Imponer controles de precios y salarios que ocultarán durante algún tiempo los efectos de inflación, pero que llevarían por último a un sistema dirigista y totalitario.

* Acabar con el incremento de la cantidad de dinero, lo cual nos haría patente enseguida, por medio de la aparición de un fuerte desempleo, todas las malas inversiones del factor trabajo que la inflación de los años pasados ha causado y que las otras dos soluciones aumentarían aún más.  
 

Según Hayek, la defensa de la justicia social emprendida por el EB es una actitud social totalitaria que va contra los principios mismos de la democracia. “Los fines últimos de las actividades de los seres razonables nunca son económicos. Estrictamente hablando, no hay “móvil económico”, sino tan solo factores económicos que condicionan nuestros afanes por otros fines”. Considera que en el constructivismo, un Estado solo se encarga de la seguridad y la administración de justicia. Proclama una relación entre Estado y mercado capaz de garantizar el orden espontáneo de la sociedad, y con ello la idea de democracia. Piensa que la intervención estatal arriesgó la estabilidad de las instituciones democráticas.

La situación de desempleo, inflación, estancamiento económico y conflictividad social experimentada hacia fines de los 60 impulsó a algunos pensadores a considerarla del capitalismo.

Habermas “las crisis son perturbaciones que atacan la integración sistemática”. “En el capitalismo liberal las crisis se presentan en la forma de problemas económicos de autogobierno no resueltos“. La incapacidad del Estado de controlar al mercado a través de una política dirigista deja de ser la crisis de autogobierno de la que habla Habermas. Según él la crisis económica es una crisis de outputs. Abordará el planteo de la crisis del capitalismo sustentando que la participación del Estado en los ámbitos del mercado generó una crisis de legitimidad en el sistema político. La legitimidad del Estado capitalista perdura mientras logre cumplir con la políticas sociales propuestas. Offe sostiene que la crisis política del sistema capitalista consiste en una crisis en el manejo de crisis. Esto designa la incapacidad de la actividad estabilizadora del Estado en regular momentos críticos y las implicaciones surgidas de la interrelación entre los subsistemas económico, político y social. Concluye en que existe un principio universal en el capitalismo, el intercambio, que es independiente de la estructura normativa y la coerción política.

Existe una relación de subordinación del subsistema normativo (ideológico) y político respecto del económico. Esta relación positiva se ve alterada cuando los subsistemas flanqueadores (normativa y política) deben intervenir para corregir las contradicciones internas del sistema económico. 

Offe dice: el proceso de socialización está determinado por tres criterios: la socialización se ve disparada por intercambios de mercado entre los propietarios de bienes; crea condiciones sociales que amenazan con obstruir este intercambio; estas condiciones no pueden compensarse mediante procesos de intercambio. Los subsistemas flanqueadores (estructuras normativas y poder estatal) cobran importancia cada vez mayor como medios que manejan los problemas generados por los procesos capitalistas de intercambio. Es necesario que se emancipen de la relación de subordinación positiva.

El EB se comprende cómo un grupo multifuncional y heterogéneo de instituciones políticas y administrativas cuyo propósito es manejar las estructuras de socialización y la economía capitalista. El Estado que se había constituido en árbitro de las disputas y contradicciones sociales, pierde imparcialidad, dada su necesidad de mantener sus nuevas estructuras. Esta pérdida de legitimidad del Estado frente a los ciudadanos necesariamente conllevará al hundimiento del sistema capitalista en una situación problemática.  
 
 

EL RETIRO ESTATAL DEL ÁMBITO DEL MERCADO: EL NEOLIBERALISMO

Década del 70, período caracterizado por la inflación y el estancamiento económico. 

Las perspectivas de Friedman y Hayek dieron paso a una nueva etapa de la relación entre Estado y mercado conocida como “el auge del neoliberalismo”. El papel del Estado retrocedía del ámbito económico. Los controles de la emisión monetaria y la búsqueda de equilibrios fiscales se convertían en un credo irrenunciable para los gobiernos que deseaban salir de situaciones inflacionarias. Las grandes empresas del Estado que habían brindado generalmente malos servicios, al mismo tiempo que pérdidas económicas, entraban en la política de privatización.

Al abandonar el Estado los ámbitos de planificación económica se producía el aumento del desempleo y la desestructuración de las relaciones entre los grupos de poder existentes. La privatización de las empresas públicas obligaba a realizar recortes de personal. Los grupos de poder favorecidos por las políticas intervencionistas se resistían a abandonar sus privilegios económicos oponiéndose a las reformas.

Imprescindible la obtención de un apoyo popular que brindara un marco de legitimidad institucional para afrontar el ajuste; era necesario el respaldo de los sindicatos que se habían fortalecido durante décadas del asistencialismo intervencionista; y también lograr un sistema de alianzas con distintos sectores económicos para evitar colisiones económicas capaces de hacer entrar en crisis al gobierno en situaciones tan frágiles.  
 
 

REPENSANDO UNA RELACIÓN

El Estado necesita del mercado y de su crecimiento, ya que es a través de la recaudación tributaria como sostiene su estructura y sus funciones. Dicha recaudación esta íntimamente vinculada con los márgenes de ganancia producidos dentro del ámbito de la economía. Por eso un Estado capitalista, como lo son todas las democracias, debe garantizar un marco institucional que permita la rentabilidad económica.

Lo que debe garantizar el Estado es el marco normativo que permita el desarrollo del intercambio privado, la seguridad que permita el normal desarrollo de actividades comerciales y financieras; la infraestructura de desarrollo social, a través de programas de salud y educación que capaciten miembros de la sociedad para su incorporación al mercado; la estabilidad de sus instituciones políticas, para que brinden la confianza necesaria para atraer inversiones y garantizar estabilidad económica y una responsable política fiscal, monetaria y administrativa.

El mercado demanda del Estado los elementos anteriormente descritos y en contrapartida aporta recursos al mismo para alcanzar dichos objetivos.

Przeworski: “Sin el excedente generado por los empresarios capitalistas, el Estado se convierte en una empresa inviable”.

El lobby es el mecanismo a través del cual el mercado trata de penetrar en la esfera del Estado, no todos son perjudiciales para la sociedad; es negativo cuando apunta a la obtención de una decisión que perjudica al conjunto de la sociedad.          
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Las desigualdades sociales dan origen a la formación de clase. Sociedad meritocrática: sociedad que se aproxima lo más posible al modelo de movilidad perfecta.

No se puede pertenecer a una clase por derecho sino sólo de hecho, y el nacimiento no es un criterio suficiente para formar parte de una clase social. La pertenencia a una casta se determina exclusivamente por el nacimiento y se excluye por el principio el paso de una casta a otra, y cuando se presenta constituye una violación de la ley tradicional.

Las clases son agrupaciones que surgen de la estructura de las desigualdades sociales en una sociedad que reconoce que todos los ciudadanos son iguales ante la ley. Se puede hablar de clase social después de las revoluciones democrático-burguesas del siglo XIX y a partir del nacimiento de las sociedades capitalistas. El surgimiento de la sociedad de clases coincide con la declinación de las sociedades basadas en la agricultura. Primera clase: la burguesía.

Desde un punto de vista teórico el concepto de clase sirve para identificar las agrupaciones de hecho que surgen en la estructura de las desigualdades sociales, y desde un punto de vista histórico sirve para identificar los sujetos del curso de la historia, es decir las entidades colectivas que se presentan como artífices del devenir de la sociedad.  
 
 

LA TEORÍA DE LAS CLASES EN MARX

Para Marx las clases son la manifestación del modo de producción de la sociedad en el sentido de que el modo de producción mismo se define por las relaciones que intervienen entre las clases sociales y estas dependen de la relación de las clases con los instrumentos de producción.  Dos clases: la burguesía (propietarios de los medios de producción) y el proletariado. La presencia simultánea de distintos modos de producción en una misma sociedad recibe de Marx el nombre de formación social.

Las clases constituyen un sistema de relaciones en que cada clase presupone la existencia de otra. La existencia de las clases se basa en la diversa posición que los hombres ocupan en el proceso productivo.  Los individuos forman una clase sólo en el caso en que estén empeñados en una lucha común contra otra clase. Una clase con conciencia de clase es una clase para sí cuando no se consolida esta conciencia de clase, la clase sigue siendo una mera clase en sí, incapaz de manifestar reivindicaciones políticas colectivas.

La conciencia de clase tiende a formarse más fácilmente en donde son mayores los obstáculos para la penetración en la clase subordinada de las ideas de la clase dominante. Para Marx la clase que domina el mundo de la producción es también la que domina en el nivel político y la que produce las ideas culturalmente dominantes. Las clases son los sujetos del devenir de la historia que es en la que los actores son precisamente las clases o seas entidades colectivas. Para Marx el concepto  de clase proporciona los instrumentos para analizar las relaciones entre fenómenos económicos, políticos y culturales dentro del marco de un modelo dialéctico del devenir de la sociedad y de una teoría del curso de la historia.   
 
 

CLASES Y CAPAS EN EL ANÁLISIS DE WEBER

Weber parte de la definición estrictamente económica del concepto de clase, con base en ésta forman parte de una clase todos los que están colocados en la misma situación de mercado, es decir que tienen las mismas posibilidades objetivas de acceso a los bienes limitados, disponibles en el mercado.

No se puede hablar de clase más que en las sociedades en que se han desarrollado formas de economía  de mercado; las clases en cuanto tales son puros y simples agregados sociales que no necesariamente dan origen a la formación de grupos sociales efectivos. La clase se puede convertir en la base de una acción colectiva o comunitaria, sólo cuando se desarrolla un sentimiento comunitario de interés o de destino y cuando este sentimiento alimenta una acción común en defensa de estos intereses.  

Para Marx la clase se ubica como elemento central del análisis de las relaciones entre lo económico, político, social y cultural y las líneas de clase constituyen por lo mismo divergencias sobre las que se debe analizar la estructura de la sociedad y su dinámica; en cambio para Weber la clase solo adquiere importancia dentro del ordenamiento económico y las divergencias de clase no corresponden necesariamente a las que se presentan dentro del ordenamiento político y social.

Estatus: los que gozan de un honor o prestigio social particular y se caracterizan por un estilo particular de vida. A diferencia de las clases, estos grupos constituyen siempre comunidades puesto que no se definen con base en una característica y formal, sino con base en una forma específica de actuar, en un modo de percibirse a sí mismos y de ser percibidos por los demás.

Capa, abarca todas las situaciones en que la posición social de un individuo no puede predecirse con toda seguridad tomando en cuenta el monto de la riqueza de que dispone, es decir, en términos weberianos, tomando en cuenta su posición de clase.

Junto con la distinción en clase y capas, Weber establece la distinción en partidos políticos. Estos son asociaciones voluntarias cuyo fin es la conquista o la conservación del poder y que pueden surgir con base en intereses de clase o de capas, aunque no es raro el caso de partidos interclasistas y el caso en que sus miembros no se identifican con una capa particular. Weber analiza la estructura de las desigualdades sociales con base en tres dimensiones: riqueza, prestigio y poder.  
 
 

UTILIZACIÓN DEL CONCEPTO DE CLASE EN LA SOCIOLOGÍA CONTEMPORÁNEA

Para identificar una clase social no basta con aislar las características que son comunes a los miembros de la clase sino que es necesario además ver si sobre la base de estas características los individuos manifiestan un sentimiento de comunidad y solidaridad, comparten un destino común y una común concepción de la sociedad, se reconocen a si mismos como iguales y a los que no pertenecen a la clase como distintos.

Ossowski distingue tres posibles categorías para clasificar las distintas imágenes de la estructura de clase: concepciones dicotómicas (c. obrera); esquemas de graduación (c. media) y concepciones funcionales (c. dominantes). Una concepción dicotómica refleja una imagen de la sociedad claramente dividida en dos clases opuestas; un esquema de graduación refleja una imagen de la sociedad en que las diversas posiciones sociales se ordenan con base en el grado en que participan en la distribución de algún elemento o valor común; la concepción funcional refleja una imagen integrada de la sociedad en que las distintas clases se diferencian únicamente en relación con la diversidad del modo en que contribuyen a la vida de la sociedad y a su progreso.

El poder determina la distribución de todos los demás valores se ejerce sobre todos los hombres hay algunos que lo tienen y hay otros que los soportan, es difícil considerarlo como un recurso que se distribuye entre los ciudadanos aunque sea en forma desigual. Se trata de un valor cuya suma resulta igual a cero. Las relaciones de clase son esencialmente relaciones de poder y que el concepto de poder presenta un aspecto unificador para identificar de manera sintética la estructuración de las desigualdades sociales.      
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

O’DONNEL: “APUNTES PARA UNA TEORÍA DEL ESTADO” EN OSZLAK TEORÍA DE LA BUROCRACIA ESTATL, BUENOS AIRES, PAIDÓS, 1984. 
 

SEGUNDA SECCIÓN. MEDIACIONES ENTRE ESTADO Y SOCIEDAD

Todo Estado presupone una comunidad política (solidaridades colectivas), en el sentido de que es condición necesaria para una dominación consensualmente aceptada y de que su continua reconstitución es una de las metas a las que tienden las instituciones estatales. Éstas ejercen poder cuando respaldan sus decisiones con la capacidad de imponer severas sanciones.

El Estado capitalista es el primero que necesita postular el fundamento de su poder en algo externo a sí mismo. Fundamento del Estado: sustento de su control de recursos de dominación y de su pretensión, respaldada por esos recursos, de ser habitualmente obedecido. Referente del Estado: sujetos y relaciones sociales a cuyo interés de vigencia y reproducción sirve. El Estado capitalista es un crucial factor de cohesión de la sociedad global, es un Estado fetichizado en instituciones. El resultado es un amplio control ideológico, o hegemonía, ejercicio pleno pero encubierto de la dominación en la sociedad, respaldado por un Estado que aparece como custodio y epítome de un compartido sentido de vida en común, asumido como natural y éticamente justo. El EC es en realidad una oscilación permanente entre la hegemonía y el descubrimiento de su verdadera imbricación en la sociedad. Característica de las mediaciones es que son rescates de la privacidad y fraccionamiento del ser en la sociedad, modalidades de constitución de identidades colectivas.  
 
 

LA CIUDADANÍA, FUNDAMENTO DEL ESTADO CAPITALISTA

El EC ha sido la primera forma de dominación política que postula su fundamento en la igualdad de todos los sujetos en su territorio. Esos sujetos son ciudadanos y el EC es normalmente un Estado de ciudadanos. Ciudadano es el que tiene derecho a cumplir los actos que resultan en la constitución del poder de las instituciones estatales, en la elección de los gobernantes que pueden movilizar los recursos de aquéllas y reclamar obediencia y en la pretensión de recurrir a procedimientos jurídicamente preestablecidos para ampararse de intromisiones que considera arbitrarias.

El capitalismo tiene que generar el sujeto libre e igual ante el derecho, el contrato y el dinero sin el que no podría existir su acto seminal: la compraventa de fuerza de trabajo y la apropiación del valor. La ciudadanía es la negación de la dominación en la sociedad. La democracia es la forma normal de organización política de la sociedad capitalista. Si la condición de la ciudadanía es lo que le permite ser fundamento igualitario del Estado, es lo que por otro lado impide imputarle un interés general en el plano concreto de lo que las instituciones estatales hacen y dejan de hacer. Una de las diferencias entre el Estado y el capital es que éste aparece en el momento totalmente abstracto del dinero; en cambio el Estado se corporiza en instituciones que, aunque postulen un fundamento abstracto, no pueden dejar de ser, en sus acciones, omisiones e impactos, una esfera concreta habitualmente perceptible como tal.  
 
 

LA NACIÓN, REFERENTE DEL ESTADO

El Estado tiende a ser coextensivo con una nación. Es un Estado para la nación, como delimitación de la nación frente  a otros Estados nacionales y hacia adentro de su territorio como pretensión, últimamente respaldada por supremacía coactiva, de ser el agente privilegiado de custodia, interpretación y logro de los intereses generales de la nación. Cuando el Estado se enlaza con la nación es cuando la sociedad puede quedar arrinconada en lo privado y económico. Las decisiones estatales invocan los intereses de la nación. Ésta es análoga a la ciudadanía. Ser miembro de la nación es verse como integrante de una identidad colectiva superior a los clivajes de su clase. El EC tiende a ser un Estado nacional.  
 
 

EL PUEBLO, AMBIGUO FUNDAMENTO Y REFERENTE DEL ESTADO

Lo popular es vigencia efectiva, es un ámbito de solidaridades menos compresivo que el de la nación. Lo popular suele ser campo de luchas políticas definidas por su contrapartida: lo no popular, que reúne a parte de las clases dominantes.

El Estado se pone frente a las clases como garante y organizador de las relaciones sociales que las constituyen en tales, por lo que es también custodio de las clases subordinadas.

Lo popular es el velo de la realidad profunda de la sociedad y punto imposible de tránsito hacia su descubrimiento. Puede ser tanto fundamento como referente de las instituciones estatales. El EC sólo puede ser realmente un Estado popular en circunstancias históricas muy especiales y de corta duración.  
 
 

ENCUBRIMIENTO Y RUPTURA

Ciudadanía, nación y pueblo son por sí mismas contradictorias, su efecto encubridor no puede existir sin ser ellas - y contribuir a hacer del derecho y del aparato estatal - ámbitos para la presencia práctica de las clases subordinadas.  
 
 

TERCERA SECCIÓN: ALGUNAS CONCLUSIONES

El Estado es coercitivo y coactivo, es una organización del consenso en tanto constituyente de solidaridades colectivas que suelen velar las rasgaduras estructurales de la sociedad y los sesgos sistemáticos del Estado. El EC es un sesgo estructural reproductor de la sociedad capitalista de la que es parte.  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

EL PENSAMIENTO POLÍTICO LIBERAL EN LA CONSTITUCIÓN ARGENTINA 
 

LA CONSTITUCIÓN ARGENTINA Y EL LIBERALISMO. BREVE RESEÑA HISTÓRICA

La constitución de 1853 está ampliamente imbuida por la corriente liberal, en la que pregonaba la libertad, la igualdad y la fraternidad, se asentaba en resortes fundamentales como la propiedad privada, el comercio libre, y la no intervención del Estado en la economía, teniendo como eje central de todo su accionar al individuo.

El “laisser faire- laisser passer”, una nueva era, el relajamiento de los vínculos feudales, la disolución de las estructuras medievales, la liberación del intercambio y entre ellos el de la fuerza de trabajo y el nacimiento de nuevas relaciones de producción en un sistema llamado capitalismo. 

La igualdad jurídica, punto de arranque y auge del sistema capitalista, ovni bulo la conciencia colectiva ante la creencia de que “todos somos iguales ante la ley” y alentó la esperanza de que las nuevas condiciones económicas traerían aparejados el progreso, el desarrollo y el bienestar general. El modelo impuesto por la Generación del 80 cedió y concedió la propiedad privada de las tierras fiscales y amparó la explotación, subexplotación y abuso de la misma en beneficio exclusivo de la clase dominante: la oligarquía argentina. Puesta en marcha del modelo agroexportador (ganado).

Los autóctonos habitantes de las mismas fueron expulsados y las leyes dictadas en función de la Constitución y del sistema, promovían el surgimiento del capitalismo en beneficio exclusivo de los flamantes dueños de la tierra y el capital. El modelo agroexportador cimentó las bases de la dinámica de la economía del país, no sólo en el período de 1880-1930  y la de toda la actividad productiva de la sociedad argentina, impidiendo de allí en adelante una nueva redistribución de tierras.

Entendemos por liberalismo a la filosofía que comienza a redefinir las formas caducas del poder, de las organizaciones sociales y del intercambio económico, siendo sus representantes Kant, Locke, Mill, Smith y Tocqueville. La Revolución Francesa y la Americana se basaron en la corriente liberal. El liberalismo resalta la figura del individuo por sobre la del Estado, proponiendo la conformación de un “Estado mínimo” y un individuo fuerte reconociendo la organización espontánea de un movimiento económico, social, político, cultural y religioso, que, bajo la categoría del liberalismo, fue atravesando los siglos hasta el presente actual. Ponen en funcionamiento el motor del humanismo y del capitalismo.

Descartes: “pienso, luego existo”, traslado de la consideración de Dios como centro del universo a la filosofía del yo.

Se cuestionó a la I como fuente natural de los preceptos morales, a los gremios como el medio más racional de controlar la producción y se consideró al interés usuario, como pecado. En el siglo XVII estaba naciendo el capitalismo. La burguesía avanzaba en la apropiación de los bienes de producción aunque no lograra apropiarse de la estructura del Estado, hasta el siglo XVI. Contradicciones en el liberalismo, por un lado necesitaba de la paz para afianzar a los Estados nacionales, pero por el otro, el afán de la expansión y de acumulación característica exigieron guerrear y militarizarse. El siglo XVII consolidará lo sembrado antes: en lo moral, la victoria será para el utilitarismo, la tolerancia se apropiará de la religión y el Estado cederá del absolutismo al gobierno constitucional. 
 
 

LA FILOSOFÍA DEL LIBERALISMO

En lo económico son partidarios del libre mercado y en lo político de un Estado reducido a su mínima expresión. La teoría liberal es la teoría del límite al poder del Estado, límite dirigido a desregular el mercado y a liberar a las relaciones confesionales siendo por definición también un Estado laico. La soberanía está en el pueblo, el Estado moderno representado por individuos libres, que mediante el uso de la razón comprenden la necesidad de que el poder se resigne en un soberano siendo éste el que gobierne y dirima los conflictos entre los individuos.

El liberalismo pondrá el acento en la libertad del individuo: el individualismo, constituirá el rasgo esencial del pensamiento político de los siglos XVII y XVIII. Los ideales del gobierno constitucional y los derechos de la libertad personal representaron los intereses de la clase media en ascenso, la reforma política liberal fue pasando del campo de la ideología al de la reconstrucción institucional. La modernización de la administración, el mejoramiento de los procedimientos legales, la reorganización de los tribunales, la creación de códigos sanitarios y la inspección en las fábricas, en su conjunto reformas liberales, se realizaron por una necesidad de elaborar una legislación que protegiera dichos intereses. Surgió un movimiento socialista y radical que incorporó la teoría de la lucha de clases de Marx, logrando el liberalismo inglés no sólo la libertad de la industria, los derechos ciudadanos para la clase media y por último la extensión de esos derechos para la clase trabajadora y su protección contra los ataques más graves de la industria. Fue una teoría del bienestar general de toda la comunidad nacional y de los intereses de la industria y el comercio fueron expandiéndose a los intereses de la clase trabajadora y a los de la agricultura.

Representantes del liberalismo económico: Smith y David Ricardo. La historia del capitalismo y del Estado han demostrado que el Estado no sólo no se mantendría imparcial sino que institucionalizaría, protegería, aseguraría e instrumentaría la dominación económica de los más fuertes por sobre los débiles.  
 
 

EL ESTADO LIBERAL DE DERECHO (ELD)

Se manifestó como una limitación a la voluntad del soberano, a favor de los señores. La doctrina del imperio de la ley (característica) tuvo origen en la escuela racionalista del derecho natural, afirmándose el concepto de que la ley es un producto de la soberanía nacional y no una decisión personal de un dictador o de un monarca absoluto; su lucha por los derechos y libertades del hombre, constituyen aportaciones válidas que se recogen en el Estado de Derecho.  
 
 

LAS LIMITACIONES NEGATIVAS DEL ESTADO LIBERAL

Debe su presencia a la revolución industrial. El ELD se consagra como un Estado que a través de la ley considera que lo social es un obstáculo que hay que vencer, desde la ley. Se inicia un período de vacío legal, suprimidas las normas represoras, la tolerancia ante las manifestaciones cada vez más frecuentes de las exigencias sociales, se convierte en práctica política. En la reforma producida en la Constitución Argentina en 194, el liberalismo social abonó el terreno para introducir concepciones más radicales plasmándose la conquista de los derechos sociales en lo que se dio en llamar Constitucionalismo Social.  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

REFLEXIONES ACERCA DE LA FORMACIÓN DEL ESTADO ARGENTINO 
 

LOS CONCEPTOS

Hacia 1880 se cierran en Argentina el proceso de formación de un sistema de dominación política, de un mercado y de una nación. Estos procesos se desarrollan sincrónicamente con la consolidación de la burguesía terrateniente de Buenos Aires como la clase fundamental en la sociedad argentina. Las guerras civiles como expresión de un conjunto variado de factores centrífugos contribuyeron a retrasar y obstaculizar la centralización política en un Estado nacional durante varias décadas. Recién en la segunda mitad del siglo XIX es cuando comienzan a evidenciarse las condiciones que aceleran la formación y consolidación de los Estados nacionales modernos en América latina. Fue un “liberalismo conservador” la síntesis ideológica de los grupos dirigentes que acabaron organizando los Estados -oligárquicos- en el último tercio del siglo. Mientras el Estado es una institución del orden político, la nación es una realidad del orden cultural. Para O`Donnel la nación es el arco englobante de solidaridades que postula la homogeneidad de un nosotros frente a un ellos de otras naciones. Al igual que el Estado, la nación, es una construcción, es el resultado de un proceso y no de un formal acto constitutivo. Es una entidad a la que le asignamos un campo de significados y es la resultante de un desarrollo en el que adquiere centralidad el Estado, desplegando uno de sus atributos fundamentales: la internalización de una identidad colectiva.

El Estado moderno (capitalista) expresa las relaciones de poder presentes en la sociedad, es la instancia política que articula un sistema de dominación social. Las relaciones sociales de producción conforman el “entramado fundamental” de una sociedad, la definen. El Estado es un aspecto de dicha relación social: bajo el modo de producción capitalista garantiza y organiza la reproducción de las relaciones sociales que hacen de la burguesía la clase dominante. Por lo tanto,  no surge espontáneamente ni es creado a partir de un acto voluntarioso de las elites. Es el resultado de un proceso de construcción social.

Oszlak propone considerar la formación del Estado como un “gradual proceso de la adquisición de los atributos de la dominación política”. (están en el otro texto) 
 
 

EL PROCESO FORMATIVO

Se desarrolló en el contexto de lo que Waldo Ansaldi denomina una “crisis orgánica” desde 1806  hasta 1880 con la organización del Estado nacional. Según él, en este período se puede constatar una crisis de hegemonía de la clase dirigente.  La crisis de manifiesta porque el poder colonial se resiste a morir y el poder burgués criollo no tiene garantizada su vida.

Factores que contribuyeron a retrasar la organización nacional luego de roto el vínculo colonial con nuestra metrópoli (España).

* Vastedad y extensión: la lógica interna del espacio rioplatense tendía más “a la separación que a la unidad nacional”.

* Las rutas interprovinciales eran pobres, costosas o inexistentes: encarecía los productos de las provincias debido al costo del transporte.

* Los intereses económicos regionales eran contradictorios: la importación de manufacturas producidas en Inglaterra con técnicas capitalistas deterioró la producción artesanal del “interior”.

Impuestos aduaneros en sus propios límites provinciales.  Contribuían a desintegrar más el espacio económico argentino.

* El idioma no era tampoco un elemento aglutinante.

Según Oszlak “paradójicamente, el aislamiento y el locativo, en condiciones de precariedad institucional, magros recursos y población escasa, impidieron el total fraccionamiento de esas unidades provinciales en estados nacionales soberanos” 
 

La existencia del Estado nacional se fundaba en uno sólo de sus atributos: el reconocimiento externo de su soberanía política, no lograba institucionalizar su autoridad. La heterogeneidad estructural del interior contribuye a explicar su incapacidad para “constituir un bloque frente al litoral o, al menos, a la burguesía terrateniente y comercial de Buenos Aires“.  
 
 
 

EL CAMINO HACIA EL ORDEN

La derrota de Rosas en Caseros cerró la etapa de “descentralización autonomista” en la cual las provincias se reservaban el máximo de su capacidad de decisión. Se aceleró el proceso de “reducción a la unidad”. Caracterizaron un espacio en el que predominaba la desorganización, el atraso, el caos, el desorden. A la dispersión y aislamiento de los mercados regionales, a la escasez de población y a la precariedad de medios de comunicación y transporte, se agregaban la anarquía monetaria, la inexistencia de un mercado financiero y las dificultades para expandir la frontera territorial incorporando nuevas tierras.

Oszlak “el orden aparecía como la condición de posibilidad del progreso. Pero a su vez el progreso se constituía en condición de legitimidad del orden… El orden excluía a todos aquellos elementos que pudieran obstaculizar el progreso, el avance de la civilización, fueran éstos indios o montoneras”.

La sanción de la Constitución Nacional en 1853 apuntó a lograr un equilibrio entre las diferentes fuerzas sociales que contribuyeron a darle forma.  Se proponía evitar que la autoridad se ejerciera en beneficio exclusivo de alguna provincia y garantizar el ejercicio de esa autoridad en función de los intereses generales. Buenos Aires rechazó el texto constitucional en función de aspectos que consideró lesivos para sus intereses particulares y se separó de la Confederación Argentina. Este enfrentamiento habría de culminar en Pavón (1861) y en la victoria de Buenos Aires por sobre la constelación de provincias.

El Estado fue transformando en “públicos” y “generales”, intereses y funciones propio de los particulares, a partir de distintas modalidades de penetración estatal sobre diversos ámbitos de la sociedad civil. El Estado argentino combinó la más cruda represión física a las fuerzas contestatarias con otros mecanismos de control social basados en prácticas consensuales. Para Homi Bhabba la contienda cultural se entabla entre la ciudad-puerto que se arroga encarnar la “civilización” y la “barbarie” del interior, con sus montoneras, sus caudillos, sus indígenas, su retraso económico.

A partir de 1862 hasta 1880, el peso del ejército nacional en la política interna no dejó de crecer. Cerrado el ciclo formativo del Estado argentino, su rol represivo se prolongó en la neutralización de las protestas obreras. La cooptación fue otro mecanismo que permitió la integración de las clases dominantes del interior como aliadas subordinadas al proyecto del puerto a partir de compromisos y prestaciones recíprocas. El avance del Estado nacional hacia el interior supuso el otorgamiento de ventajas materiales, obras públicas, o financiamiento que garantizaran esa subordinación.

Roca: un hombre del interior vehiculizando el proyecto del puerto y del Estado nacional. La modalidad ideológica fue otra forma de penetración del Estado en la sociedad civil. La difusión de valores y sentimientos de símbolos nacionales que reforzaran vínculos de pertenencia, fue uno de los mecanismos con los que se apuntó a legitimar la dominación del Estado. Desde la provincia hegemónica se tomaron las decisiones con carácter nacional. Se organizaron los tres poderes de gobierno sancionados por la Constitución. Se constituyó una administración pública e instituciones que reforzaron la presencia del Estado en las provincias. Se definió un sistema normativo que apuntó al ordenamiento jurídico del nuevo Estado. Se completó el proceso de integración del territorio de la República Argentina. Los recursos obtenidos por la incorporación de nuevas tierras a la producción contribuyeron a la consolidación institucional del Estado. El gobierno central alentó la unificación de los intereses de los sectores dominantes regionales y allanó el camino a los capitales extranjeros. La ley de federalización de la ciudad de Buenos Aires cerró el proceso formativo del Estado en Argentina. La oligarquía terrateniente ganadera estaba en condiciones de consolidar el perfil económico de la Argentina integrada al mercado inglés.          
 
 
 
 
 
 
 

EL MODELO AGROEXPORTADOR (1880-1914) 
 

LA ECONOMÍA MUNDIAL Y EL ROL DE GRAN BRETAÑA

La economía internacional del fin del siglo XIX facilitaba la transferencia de recursos económicos por sobre las fronteras nacionales a través de movimientos de capital y de trabajo y del intercambio comercial. El reinado del librecambio alcanzó un pleno desarrollo en la abolición de las leyes inglesas de granos que eliminaron el proteccionismo británico en 1846 y la gran crisis que sacudió la economía europea hacia 1873. Esta crisis llamada “Gran Depresión, fue la primera crisis general del capitalismo y se extenderá de 1873 a 1896, su principal rasgo fue la caída de los precios en los principales mercados mundiales. Ese proceso era un resultado de los incrementos masivos en la producción y en la exportación de dichos productos, junto con la disminución de los costos en el transporte nacional e internacional. En las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX se produjeron cambios tecnológicos significativos: la electricidad, utilización del petróleo y de los motores a combustión, etc; cambios en las formas de organización del trabajo, descenso de los salarios reales, aumento de la desocupación, desarrollo de los sindicatos y de las reivindicaciones obreras bajo el influjo de nuevas ideologías, conflictos y huelgas, cambios en las legislaciones laborales. Se expandió la inversión directa. Potencias menores comenzaron a practicar una política proteccionista a desarrollar sus industrias y a incrementar su participación en el comercio mundial, amenazando la supremacía británica.

Se abrió así una nueva etapa en la economía internacional, caracterizada por la diversificación del poder económico mundial, una estructura comercial con mayores restricciones y un nuevo y creciente rol de los movimientos de capital. Las acumulaciones pasadas de riqueza, la expansión colonial, la existencia de mercados “cautivos” y el poder financiero de la “city” (que permitió expandir las inversiones externas y regular los movimientos internacionales de capital) privaron a la economía inglesa de incentivos para la renovación tecnológica o el cambio de sus estructuras. El comercio exterior se vio afectado. Entre 1870 y 1913 disminuyeron las exportaciones a Europa y a los EE.UU. en más de un 8%, se incrementó en igual proporción la participación de los países periféricos. Las importaciones de materias primas y alimentos desde los EE.UU. y los países europeos fueron reemplazadas por las de las áreas de nuevo poblamiento, colonias y países atrasados. El “patrón oro”, Gran Bretaña había establecido una equivalencia entre el metal y la libra esterlina en 1816. Lo instauraron entre 1870 y 1890, el patrón oro permitía establecer un mecanismo de cambios fijos entre las distintas divisas con base en su correspondencia común con el metal.

El mecanismo de ajuste era un déficit comercial que traía como consecuencia exportaciones de oro a corto plazo, reduciendo la cantidad de dinero existente en el país y provocando una caída de los precios. Esto producía un aumento de las exportaciones, disminuían las importaciones ya que los consumidores nacionales se abstenían de comprar los artículos extranjeros. Las políticas monetarias implementadas aseguraban la libre convertibilidad de sus monedas de oro y la exportación o importación del metal sin ningún tipo de impedimentos. También a economía internacional del fin del siglo, la expansión colonial y la formación de grandes empresas, que fueron transformando el capitalismo de libre competencia en un capitalismo oligopólico o monopólico. Las posesiones coloniales significaban una salida segura para los productos de la metrópoli, una fuente exclusiva de aprovisionamiento y un mercado cautivo para la colocación de capitales. La libertad de comercio y la movilidad de factores a un nivel mundial tenían como base de sustentación los mercados coloniales relativamente protegidos. Se conformaba el llamado “capital financiero” que señalaba que la actividad de diferentes empresas y la acumulación de capitales pasaba a estar cada vez más sujeta al dominio de los grandes bancos.

El comercio internacional estaba abandonando las formas típicas del librecambio para depender cada vez más de los movimientos de capital, de la creciente concentración del poder económico en pocas empresas y de la expansión colonial centrada en la conquista de nuevos mercados y fuentes de abastecimiento y en la necesidad de contener la presencia de las otras potencias y extender las áreas de influencia. Inglaterra compensó la pérdida de mercados intensificando sus relaciones con los países del imperio y con el mundo subdesarrollado, como dice Hobsbawm la economía británica vivía ya de “los restos de su monopolio, del mundo subdesarrollado, de las acumulaciones pasadas de riqueza y del auge de sus rivales, era una economía parasitaria”. Hacia fines del siglo XIX y principios del XX, los factores de la producción, el capital y la mano de obra se movilizaban hacia los países periféricos. Cuando en Inglaterra comenzaba la etapa depresiva, los capitales, atraídos por las mayores tasas de interés ofrecidas por las instituciones financieras británicas, retornaban a su país de origen descargando las consecuencias de la crisis en los países de la periferia. Las estructuras internas económicas, políticas, institucionales, heredadas de la época colonial y afectadas por las guerras de la independencia y las guerras civiles obstaculizaron las posibilidades de un desarrollo económico sostenido.  
 
 

EL MARCO IDEOLÓGICO INTERNO

De 1852 a 1880 “período de transición”. Desde la sanción de la Constitución Nacional, en 1853 y de los códigos Civil y Comercial hasta la capitalización de Bs As, en 1880, el país empezó a darse el marco institucional y la estructura política propia de un Estado nacional. “Proyecto del 80” asociación significativa entre un conjunto de ideas y de hechos impulsada por pensadores y estadistas que combatieron a Rosas. Alberdi, el principal mentor del liberalismo argentino, siguiendo a Adam Smith sostuvo que “las sociedades que esperan su felicidad de la mano de sus gobiernos, esperan una cosa que es contraria a la naturaleza, no hay medio más poderoso y eficaz de hacer la grandeza del cuerpo social, que dejar a cada uno de sus miembros individuales el cuidado y poder pleno de labrar su personal engrandecimiento“.

Lo esencial de las ideas económicas de los hombres que impulsaron el modelo de desarrollo puede resumirse en tres puntos:

* la constatación de que el desarrollo económico argentino sólo podía basarse en la inserción del país en el mercado mundial especializándose en el tipo de actividades en la que se tenían “ventajas comparativas”.

* la certidumbre de que para que dicha riqueza pudiera aprovecharse era menester suplir dos carencias básicas que se tenía, la de capital y la de mano de obra.

* la idea de que para hacer posible ambas cosas era imperioso expandir la frontera agropecuaria, resolviendo el problema del “indio” y unificar el mercado interno.  
 

Argentina se caracterizó a partir de 1880 por una República “abierta” y una República “restrictiva” en la cual las libertades políticas estaban condicionadas por la estructura del poder: será la conocida práctica de los “gobiernos electores”, que sobre la base del fraude electoral sistemático tendían a asegurar la continuidad del régimen. Sarmiento coincidía con Alberdi en la necesidad de un fuerte incremento poblacional proveniente de la inmigración. Pero su República requería también la presencia ciudadana de los inmigrantes  a través de la educación, que aseguraba la práctica plena del ejercicio electoral y el éxito de una democracia política y social. La Ley Saenz Peña y el triunfo del radicalismo fueron una expresión de las tensiones económicas, políticas y sociales que el modelo económico había generado y que la crisis de 1930 pondría plenamente en descubierto.  
 
 

LA EVOLUCIÓN POLÍTICA

Roca había logrado imponerse en el Colegio Electoral. Tejedor no aceptó la decisión y tras sangrientos combates, renunció al gobierno de Bs As. El gobierno de Roca prohibió a las autoridades provinciales la formación de cuerpos militares y durante su segunda presidencia, en 1901, instauró el servicio militar obligatorio y la definitiva profesionalización del cuerpo de oficiales. La organización de una policía con jurisdicción nacional y la creación de las policías provinciales aseguraron el control del orden para el conjunto del territorio y en cada uno de los respectivos distritos. Formación de un aparato administrativo que implicó la expansión de la burocracia central. Se conformó un sistema de obtención y distribución de los recursos fiscales de la Nación y el gobierno pasó a controlar la salud público. La Ley 1420 en 1884 estableció la educación gratuita, laica y obligatoria. El Poder Ejecutivo Nacional fue reforzado mientras que los poderes provinciales y municipales quedaban debilitados. “Paz y administración” Roca, período caracterizado por la paulatina desaparición de los conflictos inter e intrarregionales. La sucesión presidencial, en 1886, que llevó al poder a Juarez Celman, cuñado de Roca, reveló el montaje de un sistema político orientado al control de dicha sucesión. Se trataba de una oligarquía entendida como un “sistema de hegemonía gubernamental”. La construcción del Estado nacional implicó la integración social, política y económica del país en un orden coherente con las necesidades del crecimiento económico. Las autoridades nacionales contribuyeron decisivamente a la configuración de una clase dirigente nacional resultado de una alianza entre Bs As y el interior, con hegemonía de los sectores terratenientes pampeanos, “cuya forma organizativa será la Liga de los Gobernadores y sobre todo el Partido Autonomista Nacional.

Los políticos profesionales que operaban en el orden nacional poseían orígenes sociales similares y formaban un círculo muy cerrado: familias tradicionales, estancieros, miembros de clubes selectos. Dos factores facilitaron a la elite dirigente su permanencia y su capacidad de maniobra. La fuerte expansión económica que superó las expectativas personales de la población y el hecho de que el 60 o el 70” de la población masculina fuera extranjera y estuviera excluida de la vida política. Ruptura en 1890 durante el mandato de Juarez Celman. En la coalición opositora participaron diversas personalidades y fuerzas políticas que, con el apoyo de sectores juveniles, se aglutinaron en una nueva agrupación ciudadana, la Unión Cívica. Ésta hacía responsable de la crisis al “unicato” juarista, atacando la corrupción, los desfalcos y las concesiones desmesuradas al capital extranjero. Criticaban al régimen por el fraude y el control del voto por parte de las autoridades, reclamando la libertad de sufragio y el fin de los gobiernos electores que auto elegían a sus sucesores.

Renuncia Juarez Celman, su reemplazo Carlos Pellegrini. Se logró recuperar la estabilidad política y se sentaron las bases de un plan económico que permitió la continuidad del modelo agroexportador. En el ’90 emergió un principio de legitimidad pseudo democrática sostenida por el régimen oligárquico. En 1891 la Unión Cívica Nacional respaldando el acuerdo de Mitre con el roquismo y la Unión Cívica Radical, orientada hacia la intransigencia bajo el liderazgo de Alem. Tras el suicidio de éste la conducción quedó en manos de Hipólito Yrigoyen, quien decidió emprender el camino revolucionario como medio para acceder a la libertad de sufragio, que derivó en sublevaciones en 1893 y 1903, las cuales fueron abortadas. En 1896 por iniciativa de Juan B Justo nació el Partido Socialista que sostenía un programa de reivindicaciones sociales para los trabajadores y de reforma democrática para el Estado. Bajo la inspiración de Lisandro de la Torre se fundó en Rosario la Liga del Sur, representando la burguesía progresista, campesinos ricos y a la clase media de la ciudad; en 1914 se integró al Partido Demócrata Progresista. A juicio de Gallo, la oposición no propuso programas muy distintos a los del oficialismo, procuró siempre colocar el centro del debate en la esfera político-constitucional y se desinteresó de alguna maneras por cualquier otra temática. En 1866 se funda la Sociedad Rural Argentina donde tuvo comienzo el impulso hacia el proteccionismo. En 1875 se crea el Club Industrial, exigían ka protección de los intereses del país y criticaban la política liberal de los gobiernos argentinos. Los agroindustriales sostuvieron posiciones intermedias entre los librecambistas y los proteccionistas industriales. Los arrendatarios se organizaron en defensa de sus intereses. Surgió en el marco de la oligarquía un sector reformista encabezado por Figueroa Alcorta y Saenz Peña. 
 
 

LAS RELACIONES INTERNACIONALES

Los sectores dirigentes coincidían respecto del rumbo económico del país, pero discrepaban en el ámbito de la política exterior. Mientras los mercados marcaban los perfiles de una relación privilegiada y cada vez más excluyente con Europa, la agenda diplomática de la cancillería argentina sostuvo como prioridad la defensa del espacio territorial del Estado teniendo en cuenta una serie de litigios limítrofes con todas las naciones fronterizas.

Terminaron imponiéndose los intereses ligados a privilegiar el crecimiento económico que propiciaban la solución negociada de los diferendos y la moderación en los gastos militares. Las controversias internas de la dirigencia argentina entre “americanistas” y “europeístas” pareció dirimirse a favor de estos últimos en ocasión de la primera conferencia interamericana celebrada en 1889 en Washington. La delegación argentina planteó fuertes resistencias al proyecto norteamericano de conformar una unión aduanera. El acercamiento del Brasil a los EE.UU. y a Chile chocaba con la vocación europeísta de los gobiernos argentinos que procuraron aproximarse más a Bolivia y a Perú. La renuncia de Zeballos y la asunción de Roque Saenz Peña distendieron las relaciones con Río de Janeiro.  
 
 

LA CONQUISTA DEL “DESIERTO” Y LA DISTRIBUCIÓN DE LA TIERRA

La tierra era el factor productivo principal. Un aspecto esencial fue el reparto de las tierras disponibles desde la época colonial. Con posterioridad a la declaración de la independencia se habían llevado a cabo dos campañas de conquista, bajo las administraciones de Rivadavia y Rosas, que permitieron desplazar la frontera. En la década del ‘70 el espacio comenzaba a ser nuevamente insuficiente. Se pasó de una concepción defensiva del territorio como la encarnada en la “zanja de Alsina” a una ofensiva bajo le mando del Gral. Julio A. Roca que permitió disponer de todo el espacio económicamente utilizable. La debilidad de lo Indios frente a enfermedades contribuyó a debilitar ka capacidad de resistencia de la población indígena. De esa forma, la apropiación completa de la región pampeana, en una operación denominada “Conquista del Desierto”. En 1885 se sancionó una ley de premios para los militares participantes de la campaña que, de acuerdo con su rango, recibirían entre 8.000 has para los jefes de frontera y 100 has para los soldados. Pero como los militares no habían cobrado sus salarios entre 1878 y 1885 la mayoría debió vender sus tierras a compañías inmobiliarias. Con esta ley también se autorizó al gobierno a pagar con tierras las deudas con los proveedores del ejército, en especial a los constructores de la líneas telegráficas.

El origen de los nuevos propietarios era un tanto heterogéneo, ya que comprendía a viejos terratenientes y comerciantes autóctonos, inversores extranjeros, especialmente de nacionalidad inglesa, y especuladores de todo tipo. La participación en el ingreso por parte de los sectores propietarios de la tierra había alcanzado niveles tan altos, unida al prestigio social de su tenencia, que la constituían en uno de los elementos básicos de la distribución del poder en la Argentina.  
 
 

LA INVERSIÓN EXTRANJERA

En sus primeros años, los de la expansión inicial, el modelo agroexportador no tuvo como factor dinámico a las exportaciones agropecuarias. El boom de estas comenzaría recién después de la crisis de 1890. Lo que se advierte en la década del ’80 fue un incremento de las importaciones. Esos bienes de capital y materias primas que entraron a la Argentina estaban ligados a la inversión extranjera realizada en aquellos años y se hallaban destinados a desarrollar la infraestructura que el país requería para poder incorporarse al mercado mundial como productor y exportador de alimentos y otros bienes de origen agropecuario. El uso del crédito externo y la inversión extranjera directa es lo que posibilitó la expansión de las importaciones y permitió absorber, hasta la crisis de 1890, los déficit comerciales. Las primeras inversiones tenían por objeto expandir las exportaciones británicas y vender servicios. Las exportaciones de capital estaban ligadas estrechamente a la expansión del comercio.

En 1880 el flujo de capitales no dependió del desarrollo del comercio aunque influyó sobre él a mediano plazo. La crisis marcó un punto de inflexión en la inversión extranjera, que se redujo considerablemente hasta fines de siglo. Esto, sumado a la fuerte carga de la deuda externa, originó un saldo negativo de magnitud en la balanza de capitales. Boom de las exportaciones agropecuarias que permitió equilibrar la balanza de pagos. Recién en los primeros años del nuevo siglo el capital extranjero volvió a entrar a país.

Para fomentar la inversión extranjera en ferrocarriles, el Estado comenzó garantizando a las empresas beneficios mínimos que llegaban hasta el 7% del capital invertido, aunque muchas de ellas prefirieron no acogerse a esa garantía. Las concesiones de tierras adyacentes a las vías, la introducción de materiales libres de derechos y, finalmente, la Ley Mitre de 1907, que eximía a las empresas del pago de todo tipo de impuestos nacionales, municipales o provinciales a cambio de una obligación única del 3% sobre las utilidades netas, constituyeron un poderoso estímulo para la inversión ferroviaria. El ferrocarril permitió al puesta en producción de extensas regiones ya aseguró un transporte rápido y barato de los productos agropecuarios exportables hacia los grandes puertos; facilitó la introducción de las manufacturas importadas en el interior del país, completando así al integración en el esquema de división internacional del trabajo. También consolidó la situación de Bs As como principal centro económico del país, centralizando las terminales del sistema en esa ciudad y conformando el “país abanico” como lo señalaba Bunge. Si la mayoría de los empréstitos e inversiones externas contribuyó, con las limitaciones expuestas que condicionaron el desarrollo posterior, al despegue económico del país, los servicios de la deuda externa se transformaron en una pasada carga que sólo pudo ser compensada temporalmente cuando la balanza comercial comenzó a tener fuertes superávit a partir de 1891. Otros rubros de inversión de capital extranjero, además de los empréstitos y los ferrocarriles, fueron los bancos y las compañías de seguros, empresas de servicios públicos, obras portuarias, empresas industriales casi todas de transformación de productos primarios y de las cuales los frigoríficos constituyeron, por la magnitud de sus capitales y su importancia económica, las más relevantes y compañías de tierras y explotaciones agropecuarias. La temprana aparición de los frigoríficos en la Argentina en relación con otras partes del mundo estuvo vinculada al peso determinante que el sector ganadero tuvo desde la época virreinal, y con las necesidades de transformación de una industria basada hasta ese entonces en la producción y exportación de lanas, cueros y carnes saladas que estaba en condiciones de competir también en los mercados mundiales.

En la etapa inicial de instalación de los frigoríficos entre 1882 y 1906, los capitales invertidos eran nacionales o del Reino Unido. Recién en 1907, cuando la Swift adquirió un frigorífico de origen inglés, La Plata Cold Storage comenzó al radicación de empresas estadounidenses del llamado “trust de Chicago” estimuladas por la mayor baratura y calidad de la materia prima y los menores costos de mano de obra y cuyo propósito era abastecer el mercado británico.  
 
 

POBLACIÓN E INMIGRACIÓN

En 1876 se dicta la ley 817 conocida como “Ley Avellaneda” que procuró vincular en forma orgánica la inmigración a la colonización de extensos territorios hasta entonces inexplorados. Por ella se creaba un Departamento de Inmigración dependiente del Ministerio de Agricultura, se reglamentaba la introducción de los inmigrantes y se estableció una serie de medidas para estimular su radicación en el país. La eliminación del denominado “problema del indio” con la última Campaña del Desierto del Gral. Roca, el fin de las guerras civiles y la consolidación del gobierno nacional contribuyeron a acelerar las corrientes inmigratorias al estabilizar la vida política y económica del país.

Según Bourde “la coyuntura económica argentina impone el ritmo del movimiento” a la corriente inmigratoria transoceánica. “Las fases de expansión coinciden con lso períodos de afluencia masiva de inmigrantes”. El movimiento migratorio de regreso a Europa, en el corto plazo, era una manifestación de las crisis económicas y las guerras. El movimiento de la migración refleja sobre todo la capacidad de la Argentina de integrar la fuerza de trabajo extranjera. Además de los vaivenes de la coyuntura y de las dificultades materiales, la política del gobierno, carente de toda intención de encuadramiento o planificación, sobre todo a partir de los años ’80 y poco favorable a la incorporación plena al país de los inmigrantes, compartió la responsabilidad de esas fluctuaciones porque expuso a los recién venidos a riesgos y trabas de diverso tipo que impidieron su mejor asentamiento y distribución de acuerdo con las necesidades productivas del país. Diferencias cuantitativas de los flujos de inmigración hacia los destinos posibles:

* disponibilidad de tierras

* disponibilidad de capital

* diferencias salariales

* volumen de la demanda de trabajo 
 

Hacia 1880 cuando comenzó la inmigración masiva, la política de colonización oficial de la Argentina había sido abandonada y la colonización privada languidecía o estaba en manos de especuladores. El acceso a la propiedad de la tierra se había vuelto extremadamente difícil porque las principales tierras ya estaban distribuidas y la valorización de su precio, originada en principio por su puesta en explotación, imposibilitaban su adquisición.  
 
 

LA SITUACIÓN SOCIAL

LAS CONDICIONES DE VIDA

Concentración de la tierra en muy pocas manos. El país era una inmensa casa de juego. Ello trajo como consecuencia la corrupción, el despilfarro, el afán del oro, la riqueza fácil y el lujo improvisado. Ferns sostiene que una parte de la riqueza de filtraba hacia las capas inferiores de los principales centros urbanos como Bs As y Rosario. Un importante incremento de la demanda de mano de obra favoreció un aumento general de salarios entre 1904 y 1906. Pero en los años siguientes y hasta 1914 se produjo una constante y considerable aceleración en los precios y alquileres que anuló las mejoras logradas en los años anteriores.

El crecimiento poblacional y el masivo asentamiento de los inmigrantes en la ciudad de Bs As provocaron un desequilibrio entre la oferta y la demanda de viviendas populares. Taylor señaló que “el nuevo inmigrante no podía pasar a ser propietario inmediatamente, a no ser que hubiera traído consigo un capital considerable. Fueron muy pocos los casos en que pudo pasar del status de peón al de propietario.

Scobie indica que “el interior del hogar del agricultor era un reflejo más amplio aún de su vida inestable“. La reacción de los arrendatarios de manifestó en 1912 en el conflicto agrario denominado “el Grito de Alcorta”. Los agricultores pidieron la unificación del precio de los arrendamientos y se negaron a roturar los campos en un movimiento que se extendió desde el Sur de Santa Fe hasta el Norte y el Oeste de Bs As.

Se mantuvieron por muchos años condiciones de desigualdad y pobreza en gran cantidad de regiones del país, que tenían que ver factores institucionales y sociales difíciles de cambiar.                         
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

MOVILIDAD SOCIAL 
 

DEFINICIÓN DEL CONCEPTO

Por m se entiende el desplazamiento de individuos o grupos de una posición social a otra. Por m horizontal se entiende todo desplazamiento que conlleva el pasaje entre dos posiciones sociales entre las cuales no es posible establecer una diferencia de niveles. La m vertical indica un desplazamiento entre posiciones sociales diferentes apreciables en términos de superioridad o de inferioridad, ascendente y descendente. Es posible distinguir una m económica, política, profesional.

El concepto de m se refiere sólo a desplazamientos relativos. M individual o de grupo.  
 
 

LOS CANALES DE LA MOVILIDAD

La forma de m más frecuentemente estudiada es la m profesional. Si se compara la profesión de un individuo en dos distintas fases de su ciclo de vida, por ejemplo, en el momento de ingreso en la actividad profesional y el momento de la pensión, se tendrá un caso de m intrageneracional. Si se compara la profesión de un individuo con la profesión del padre en la misma fase del ciclo de vida, se estudiará la m intergeneracional. Cuando se dice que en una sociedad la m es mayor que en otra se hace referencia a la mima m intergeneracional, es decir al hecho de que en la misma hay un número menor de personas que ejercen la misma profesión u oficio del padre. Las condiciones para que se verifique un elevado porcentaje de m se realizan en aquellas sociedades que sufren un proceso de cambio social la mayor parte de las veces producido por la industrialización.

Un primer método consiste en el estudio del origen social de los individuos que componen un cierto grupo profesional y en particular los grupos de élite. En las sociedades modernas la instrucción representa uno de los canales más importantes de movilidad. En igualdad de condiciones se prefiere asignar funciones que implican responsabilidad y prestigio a individuos que disponen de un título de estudio elevado. La instrucción funciona como canal de m ascendente solo cuando el acceso a los distintos tipos de escuela resulta limitado y selectivo con algún criterio.  
 
 

LAS CONSECUENCIAS DE LA MOVILIDAD SOBRE EL COMPORTAMIENTO

La experiencia de la m tiene importantes consecuencias sobre el comportamiento de los individuos implicados. Aquellos que entran a formar parte de un grupo tienden a interpretar los valores y los modos de comportamiento en forma más rigurosa que aquellos que ya forman parte.

La experiencia de m tiene consecuencias sobre la personalidad de los individuos implicados. Es fácil que las personas móviles y sus familias experimenten situaciones de marcado aislamiento social, tenderán a perder las relaciones sociales tanto de naturaleza familiar como de amistad del ambiente de procedencia y encontrarán dificultad para establecer nuevas relaciones con personas y familias del estrato del cual han entrado a formar parte.

La m exige de los individuos una alta capacidad de adaptación a situaciones todavía no muy bien estructurales desde el punto de vista cognitivo como emotivo. El individuo móvil se encuentra entre dos exigencias: la necesidad de ser olvidado por el grupo de procedencia y la necesidad de ser aceptado por el grupo al que se incorpora. El hecho de que toda estructura de personalidad presente de todos modos algún grado de rigidez es probablemente uno de los factores que contribuyen en toda sociedad a mantener bajo el porcentaje de movilidad.        
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

EL RADICALISMO ARGENTINO, 1890-1930 
 

LA OLIGARQUÍA Y LA REFORMA INSTITUCIONAL, 1880-1916

El término “oligarquía” (gobierno de unos pocos) se refiere tanto a la élite terrateniente y comercial como al sistema de gobierno que prevaleció en la Argentina hasta 1912. El período clásico de ésta como sistema institucional fueron los 30 años siguientes a 1880.

Interés de la élite por preservar la estabilidad y el crecimiento económico. En la medida en que un sistema oligárquico limitado sirvió a estos fines, sobrevivió; su reemplazo por un sistema de gobierno representativo siguió a un período de creciente turbulencia política, en que se vieron involucrados grupos no pertenecientes a la élite. Hasta cerca de 1900 el dominio de la élite permaneció intacto, período de estabilidad política. Hubo algunas revueltas, que reflejaban la permanente desunión entre los distintos intereses terratenientes regionales, se disipó la atmósfera de perenne guerra civil y de rebelión local. Luego de 1900, se asistió al surgimiento de una estructura política pluralista generado por el crecimiento de los sectores urbanos y en 1912, a la introducción de reformas políticas que tornaron la estructura institucional del país más próxima a un sistema de gobierno representativo. El principal objetivo de las reformas fue establecer una coalición entre la élite y las clases medias urbanas.  
 
 

EL DESAFÍO A LA OLIGARQUÍA Y EL MOVIMIENTO DE REFORMA

Con anterioridad a 1900 la élite era el único sector verdaderamente politizado. Roca dotó a la oligarquía el equilibrio político, y ganarse a los grupos ajenos a ella, o bien aislarlos. La UCR conducida por un remanente de la facción que se había rebelado contra Juárez Celman en 1890 y era un segmento de la propia élite. La fuerza de radicalismo luego de 1900 se debió a que consiguió el apoyo popular de los grupos de clase media. La segunda fuente de oposición a la oligarquía provino de la clase obrera. Las huelgas fueron quebradas por la fuerza y se sancionaron leyes que autorizaban al Ejecutivo a deportar o encarcelar a los dirigentes obreros.

La élite te escindió en dos grupos: Roca y sus partidarios continuaron apoyando el orden establecido y aconsejaron reprimir, Figueroa Alcorta y otros integrantes de la élite comenzaron a acariciar la idea de promover un gobierno representativo.

Pellegrini había sucedido a Juárez Celman como presidente en 1890, junto con Roca fue el principal arquitecto de la recuperación económica y política del país en esa época. Ocupó la cartera del Interior en el segundo gobierno de Roca, a partir de 1898, y en 1901 trató de concertar un acuerdo con ciertos bancos europeos con el objeto de consolidar la deuda nacional mediante una serie de empréstitos, ofreciendo como garantía subsidiaria las recaudaciones fiscales provenientes de los aranceles, aduaneros sobre artículos importados. Como consecuencia de la oposición, Roca se vio obligado a desautorizar el plan. El fundamento de la posición de Pellegrini era que la élite se equivocaba al confiar en una estructura política cerrada y sostenida por la represión. “Lo que nosotros debemos buscar es un partido con bandera, esta bandera es el restablecimiento del gobierno representativo” 
 
 

LA LEY SÁENZ PEÑA

En 1912 se sancionaron dos leyes: una autorizaba la preparación de un nuevo padrón electoral libre de vicios de confección y de inexactitudes, y la otra introducía el voto secreto e instauraba un nuevo sistema de sufragio.

Antes de 1912, Sáenz Peña pensaba que los radicales podrían eventualmente llegar al poder mediante una revolución, pero se le hacía difícil creer que pudieran triunfar en elecciones limpias, en un principio la intención fue que su reforma actuase como barrera contra los radicales. La solución era que la élite debía democratizar las instituciones del país y organizar un partido conservador popular mayoritario, legitimando así su control y suprimiendo las expresiones de descontento popular. Interesaba al gobierno inculcar una tradición de participación democrática e instruir a la ciudadanía en el ejercicio del sufragio. “Hay tres grandes males en el país del punto de vista electoral: la abstención de los ciudadanos, la maniobra fraudulenta en el comicio, la venalidad que hace perder la conciencia de ciudadano al elector. Y una cuarta dolencia, que el pueblo no elige”. Otro objetivo clave era la promoción de partidos políticos. Los reformadores llamaban a esto la “democracia orgánica”. Una de las deficiencia principales de la política argentina es la falta de partidos. Discriminación de clase. Después de 20 años existe en el país, un partido orgánico, popular, exaltado y pujante, que ha levantado la libertad de sufragio como bandera y proclamado la revolución como único resorte para conquistar sus ideales. La Ley Sáenz Peña abrió el sistema político a los grupos propietarios nativos de clase media y a la minoría de trabajadores que eran oriundos del país.  
 
 

SECUELAS DE LA REFORMA

Sáenz Peña murió en agosto de 1914. Los radicales y socialistas comenzaron a tomar parte en las elecciones, y la amenaza de rebelión disminuyó, el movimiento anarquista empezó a declinar. El sucesor de Sáenz Peña fue Victorino de la Plaza. En 1916 se celebraron por primera vez elecciones presidenciales regidas por la nueva ley con la victoria de los radicales.  
 
 

EL PRIMER GOBIERNO RADICAL, 1916-1922 
 

EL GOBIERNO RADICAL EN 1916

En muchos aspectos se diría que la oligarquía simplemente había cambiado de ropaje. El radicalismo aún mantenía sus rasgos más conservadores. En 1918, la Vanguardia declaró: “Nunca como en este momento ha sido mayor la influencia de la Iglesia. El propósito del gobierno es realizar una política inspirada en los principios de la democracia cristiana: de paternal protección para los obreros, siempre que estos permanezcan sumisos y resignados“. En 1916 los radicales apenas si obtuvieron algo más que el cargo de presidente de la República. En casi todas las provincias seguían siendo oposición, y también estaban en minoría en el Congreso.

En 1916 la posición de Yrigoyen era débil y sus medidas de gobierno estaban condicionadas por su relación con la élite. Tenía como mandato lograr dos objetivos: debía apuntalar los intereses económicos de los grupos terratenientes y debía establecer una nueva relación con los sectores urbanos. Cuando Yrigoyen dejó el gobierno en 1922, el sector exportador seguía dominando la economía del país, los sistemas financiero, tributario, aduanero y el régimen de la tierra habían permanecido incólumes y las conexiones con los ingleses continuaban siendo tan sólidas como en el pasado. Declaraciones del año 1920: “La constitución social del país no se alcanzará mientras los gobiernos no se compenetren de su esencial deber de propulsar los medios para que la justicia discierna sus beneficios a todos los rangos sociales. La democracia no consiste sólo en la garantía de la libertad política, entraña a la vez la posibilidad de todos para poder alcanzar un mínimun de bienestar siquiera”. Yrigoyen logra la confianza y el amor de los ciudadanos.

Los radicales apuntaban a lograr una integración política y una situación de armonía de clase, manteniendo la estructura socioeconómica existente pero promoviendo la participación política institucionalizada fuera de los marcos de la clase gobernante tradicional. El problema central derivó de la tendencia del gobierno radical a alinearse en demasía con los grupos urbanos, cuando esto comenzó a poner en peligro la relación de la élite con el capital extranjero y los mercados de ultramar, desencadenó ominosas expresiones de conflicto político. Las dos crisis fundamentales que sufrió el gobierno radical fueron en 1919 y 1930.  
 
 

LA ECONOMÍA ARGENTINA DURANTE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

Cuando Yrigoyen subió a la presidencia en 1916, agonías de una seria depresión económica iniciada en 1913 con la interrupción de las inversiones extranjeras; fracasó la cosecha y disminuyó el volumen del comercio exterior. El estallido de la guerra en agosto de 1914 profundizó la depresión, las inversiones extranjeras cesaron por completo, bajó el valor de las tierras y se produjo una escasez de capacidad de embarque. Después de 1917 pudo recuperar la Argentina su comercio de exportación, al aumentar la demanda de alimentos por parte de las tropas aliadas. La época de la guerra y la posguerra se dividió en dos etapas: de 1913 a 1917 fue un período de depresión y, entre 1918 y el comienzo de la depresión de posguerra en 1921, un período de auge, originado en la creciente demanda externa de exportaciones argentinas. En el primer período hubo considerable desempleo, abandono del país entre 1914 y 1916, de más de 170.000 ex inmigrantes. En el segundo hubo una rápida inflación.  
 
 

LA ESTRATEGIA POLÍTICA DEL GOBIERNO

En 1916 los efectos de la inflación sobre los consumidores urbanos llevaron al gobierno radical a una posición bastante difícil. La readopción de los mecanismo de patronazgo político y sus consecuencias de largo plazo sobre las pautas del gasto público pasaron a ser el rasgo primordial de las relaciones entre la clase media urbana y la élite conservadora, así como la condición básica para que los radicales pudieran conservar el apoyo de la clase media. El grueso de las recaudaciones del Estado provenían de los aranceles aduaneros de los artículos importados y se cargaban al consumidor.

Con anterioridad a 1916 los radicales habían afirmado que una vez en el poder acabarían con el sistema de favoritismos oficiales. Se propuso la creación de un banco agrario para contribuir a los planes de colonización y se intentó fijar un impuesto temporario a las exportaciones agropecuarias. Otro proyecto legislativo tendía a la compra de barcos mercantes que pudieran reducir los costos de flete en las travesías trasatlánticas. Los grupos opositores del Congreso rechazaron las modificaciones impositivas debido a su temor de que el dinero que le fuera quitado se empleara con fines partidistas. En 1916 los radicales se hallaban en una posición débil en el Congreso y en muchas de las provincias. Proyecto de impuesto a los réditos personales introducido en 1918. 
 
 

DESARROLLO DE SISTEMA DE PATRONAZGO

Entre 1919 y 1922 el uso de los cargos públicos con fines políticos se convirtió en el nexo principal entre el gobierno y la clase media. Los principales beneficiarios eran los hijos de inmigrantes pertenecientes a la clase media “dependiente” de Bs As y de las demás ciudades importantes del litoral atlántico. Estos eran los núcleos primordiales de la organización en comités de la UCR. El sistema no beneficiaba a los inmigrantes ni a la clase obrera o a los empresarios.

La consecuencia del desarrollo del sistema de patronazgo fue que extendió los vínculos entre el propio Yrigoyen y los caudillos de barrio de clase media. Otro de los rasgos peculiares del gobierno de Yrigoyen fue la lucha por el control partidario entre los grupos de clase media y los grupos de la élite que habían apoyado al radicalismo. El grupo de la élite no consiguió dominar el partido porque estaba fuera del acceso a las fuentes del patronazgo, y a los medios para hacerse de una masa partidaria. La propia carrera política de sus miembros dependía de Yrigoyen. Cuando en 1919 el movimiento opositor terminó en el fracaso, la relación entre Yrigoyen, como fuente de patronazgo y los comités del partido, como fuente de apoyo electoral, pasó a ser el rasgo predominante.

Uno de los rasgos de la política porteña fue la enorme rivalidad entre los distintos aspirantes a caudillos para lograr el control de los comités. La característica más saliente del sistema de caudillos era el establecimiento de estrechos lazos personales con un vecindario en particular. En 1922 la UCR, con los comités locales que la componían se convirtió en la mayor asociación civil del país. Pasó a dominar la relación entre la clase media profesional y los grupos de la élite hasta 1930. 
 
 

PROBLEMAS REGIONALES  

Con posterioridad a 1919 el conflicto se profundizó a medida que la clase media dependiente porteña cerraba el cerco en torno del gasto público nacional, privilegio que generó antagonismos en algunos de los grupos de clase media de otras provincias. El efecto a largo plazo de este sistema de control unitario indirecto por parte del gobierno nacional fue la aceleración del proceso de centralización del poder y la riqueza en la ciudad de Bs As, proceso consecuencia de la ampliación del derecho al sufragio en 1912.

Las expresiones principales del nexo entre el gobierno radical y los grupos de clase media urbanos fueron:

* la creación de un sistema de patronazgo para el control partidario

* el aumento del gasto público después de 1919

* la tendencia a perjudicar a los sectores urbanos que no estaban en condiciones de beneficiarse con el crecimiento de la burocracia

* los signos de tensión dentro de la élite que pertenecía a la UCR

* el incremento de los tributos correspondientes a las provincias del interior con respecto a los de la provincia de Bs As 
 
 

LA REFORMA UNIVERSITARIA DE 1918

Estuvo vinculada al fenómeno de la tensión social entre los grupos de clase media, producto de la restricción al crecimiento industrial en la economía primario-exportadora. En 1918, primero en la Universidad de Córdoba hubo una sucesión de huelgas estudiantiles. Su objeto era que se modificaran los planes de estudio y se pusiera fin a la influencia escolástica y clerical en la educación superior. Se simplificaron los criterios de ingreso, y los planes de estudios sufrieron modificaciones, creación de nuevas universidades que ampliaron las posibilidades de los grupos de clase media de recibir educación superior. En 1922 estaban plena y directamente envueltos en las actividades del Estado y se habían transformado en uno de sus principales beneficiarios.  
 
 

EL RADICALISMO Y LA CLASE OBRERA

Antes de 1916 los radicales prestaron escasa atención al problema obrero. La antipatía por la idea de clase fue uno de los rasgos salientes de la doctrina e ideología de la UCR. Otro de los rasgos del radicalismo fue su actitud reaccionaria contra todo lo que tuviera apariencia de socialismo. “aquí sólo se requiere salud y fuerza de voluntad para vencer: para pasar de peón a patrón y de patrón a potentado”. Aún cuando los obreros nativos representaban una pequeña proporción de la clase obrera en su totalidad, su voto, que les fuera concedido por la Ley Sáenz Peña, era una de las llaves maestras para el control político de la ciudad de Bs As. En las elecciones legislativas de 1912, 1913 y 1914 los socialistas obtuvieron en la Capital una sucesión de victorias.

En 1915 los socialistas perdieron a uno de los líderes más influyentes Palacios, se separó del PS y durante algunos años se presentó a elecciones con el Partido Socialista Argentino. En las elecciones presidenciales de 1916 los radicales se fijaron por primera vez como uno de sus objetivos principales obtener el apoyo de los obreros. Organizaron su campaña siguiendo las líneas tradicionales del paternalismo de los caudillos de barrio y de beneficencia de los comités. Yrigoyen tenía el propósito de donar su sueldo con fines de beneficencia en caso de resultar electo. En 1916 los sindicatos constituyeron un blanco evidente de su acción. Eran el único baluarte que quedaba contra el influjo del PS entre obreros. Como institución de clase gozaban ante los propios obreros de cierta jerarquía y legitimidad. El movimiento sindical estaba experimentando grandes cambios.

Los anarquistas estaban en decadencia y su ascendiente era reemplazado por el de los “sindicalistas”, fue desapareciendo la postura antiestatal extrema de los sindicatos, que quedaron bajo el control de una corriente moderada, interesada menos en enfrentar al Estado que en mejorar la situación económica de los trabajadores. En agosto de 1915 los comités organizaron un grupo de propaganda obrera al que denominaron Federación Obrera Radical “Alberdi”, con el objeto de que sus iniciales coincidieran con las de la central obrera más destacada. El objetivo era difundir la propaganda radical entre el mayor número posible de desprevenidos afiliados sindicales.

Los radicales eran partidario de la economía del laissez faire. Ni los radicales ni los sindicalistas tenían especial interés en la sanción de leyes, y ambos estaban comprometidos con la preservación del libre mercado de trabajo. Los sindicalistas veían en las leyes un intento de institucionalizar la subordinación de los trabajadores o pensaban que aquellas solo les darían beneficios secundarios, eludiendo la cuestión básica de los salarios.  
 
 
 

EL INTERLUDIO DE ALVEAR, 1922-1928 
 

LA DIVISIÓN DEL PARTIDO EN 1924

Los comités del partido se dividieron: por un lado los que apoyaban al Presidente, por el otro los que estaban con Yrigoyen. A fines de 1923 el gobierno había perdido el control de la mayoría de los comités y de los legisladores radicales. La ruptura en 1924 tras la renuncia de Matienzo, fue designado ministro del Interior Vicente C. gallo. La diferencia ente ellos es que este tenía menos inhibiciones en cuanto al uso del presupuesto para crear un imperio partidario, tampoco tenía reparos en decretar intervenciones a las provincias para establecer así un nuevo sistema personalista de control.

Gallo anunció la creación de un nuevo partido, la UCR Antipersonalista. Con el antipersonalismo se quiso significar el desdén por las técnicas de patronazgo empleadas por Yrigoyen. Enfrentó el mismo problema que los yrigoyenistas en 1923: persuadir a Alvear al resto del gabinete de que aceptasen un presupuesto inflacionario y el restablecimiento del sistema de patronazgo. En julio de 1925 Gallo fue obligado a renunciar, dado que su objetivo de arrancar a Yrigoyen el control del partido había fracasado por completo. El surgimiento del antipersonalismo fue el fruto final de rivalidades partidarias. El nuevo partido tampoco obtuvo una influencia apreciable a nivel nacional. Su falta de acceso a los cargos públicos lo privó del medio para crear un sistema de comités con apoyo de masas y para conquistar las provincias.

Alvear tuvo un papel decisivo en el fracaso del antipersonalismo. La única vía posible de establecer o mantener la alianza entre el patriarcado y las clases medias era adoptar una postura flexible en cuanto al gasto público y manipular con fines partidarios la expansión burocrática. En la depresión de posguerra la élite comenzó a ver con disgusto el incremento del gasto público y fue difícil preservar dicha alianza. Luego de la renuncia de Gallo, Alvear trató de formar su tercer gabinete en tres años, designó como ministro del Interior a José Tamborini. Inicialmente los yrigoyenistas lo apoyaron para impedir que los antipersonalistas reconquistaran influencia, pero tan pronto vieron fortalecida su situación en el Congreso volvieron a combatir al gobierno. Impusieron a Alvear un ultimátum: debía nombrar a determinados yrigoyenistas en puestos claves, suprimir los opositores en el gabinete y eliminar mediante una intervención el gobierno demócrata progresista de Córdoba. En 1927 y 1928 Alvear quiso intimidar a los yrigoyenistas para que le devolvieran su apoyo y a tal fin se aproximó a los antipersonalistas.

    
 

RESURGIMIENTO DE YRIGOYEN

Entre 1922 y 1928 Yrigoyen conservó su preeminencia y popularidad. Procuró constantemente identificarse con los intereses de la clase media dependiente. A partir de 1925 los discursos estuvieron dominados por la demanda de mayores sueldos para el personal del Estado, la ampliación de los beneficios sociales y el aumento del gasto público. También se realizó un esfuerzo por ganarse la adhesión de la clase obrera con vistas a las elecciones presidenciales. La práctica más corriente que reflejó tanto la debilidad de los gremios como la incapacidad de Yrigoyen para adoptar otra línea de acción fuera del gobierno, consistió en la creación dentro del partido de comités gremiales destinados a distintos grupos de trabajadores, habitualmente dirigidos por empleados administrativos y oficinistas.

Obtuvo el apoyo de grupos menores como los tranviarios y taxistas de Bs As y Rosario. Los sindicatos, instituciones clasistas que en el pasado habían actuado como barrera frente a la expansión del radicalismo en la clase obrera, cedían lugar ahora a entidades multiclasistas.

En 1923 y 1924 los socialista habían mostrado signos de recuperación pero al recobrarse los yrigoyenistas en 1926 aquellos volvieron a escindirse.                       
 
 
 
 
 
 
 
 

TENDENCIAS IDEOLÓGICAS DEL MOVIMIENTO OBRERO ANTES DE 1930 
 

SURGIMIENTO DE LOS SINDICATOS

A partir de mediados del siglo XIX. Como factor político se destaca la estabilidad política. Entre los factores económicos, arribo de numerosos contingentes de extranjeros como mano de obra abundante y la radicación de capitales extranjeros. Los rubros principales de las inversiones eran ferrocarriles, bonos públicos, actividades agropecuarias, organizaciones financieras y frigoríficos. Los capitales ingleses estaban destinados a la actividad agropecuaria de modo preferente.

Fueron constituidas la Unión Obreros Panaderos, Sociedad de Obreros Molineros (ambos en 1881), la Unión Oficiales Yeseros (1882), Sociedad Obreros Tapiceros, Sociedad de Mayorales y Cocheros de Tranvías (ambas en 1883). Eran de ayuda mutua, poco a poco aparecieron los gremios con fines de lucha como la Sociedad de Resistencia de Obreros Marmoleros (1883) y Sociedad de Obreros Panaderos  (1885).  
 
 

ANARQUISMO

Una de las principales corrientes que influyó en el movimiento obrero argentino introducido al país hacia 1870. Características fundamentales:

* acento en la acción colectiva, reconocía la necesidad que tiene el proletariado de organizarse para combatir con éxito a la clase capitalista

* preferencia por la acción directa con énfasis en la huelga general como el método de lucha, rechazando la lucha parlamentaria. “la huelga general a través de los sindicatos es el único medio para derribar a la burguesía”.

* antipoliticismo

* internacionalismo

* intención de dar un contenido ideológico al movimiento obrero

Logro un amplio apoyo entre los obreros argentinos. El desarrollo precario de la industria nacional favoreció la extensión del anarquismo. Logró adquirir una influencia de tal magnitud que el gobierno reaccionó para frenar su expansión. La Ley de Residencia sancionada en 1902 y la Ley de Defensa Social de 1910 fueron instrumentos legales formulados con tal propósito. A ello debe agregarse que la ley electoral de 1912 eliminó en buena medida la marginalidad de los obreros nativos. Por ese motivo en la década de 1920 se registró una disminución de los asociados anarquistas. 
 
 

SOCIALISMO

Comenzó a tener influencia en el movimiento obrero después de la fundación del Partido Socialista en 896 por iniciativa de Justo. Influenciado por el socialismo revisionista alemán de Bernstein. Procuraba realizar el socialismo dentro del marco del sistema parlamentario. Reconocía la eficacia del uso de los derechos políticos y el sufragio. Se oponía a la huelga general. Mientras el anarquismo quería minimizar la función del Estado, el Partido Socialista proponía aumentarla, en especial con respecto al problema gremial. El PS en contraste con el anarquismo que negaba el valor de las fronteras entre los países, reconocía el significado del patriotismo.

La apreciación de la lucha política y la cooperación con los partidos políticos fueron los rasgos principales de los gremios socialistas. Dada la limitación de su influencia, el PS optó por cooperar con las otras tendencias sin intentar imponer su propio criterio al movimiento obrero, criterio que cristalizó en una resolución del congreso. Consistía en dos principios: la necesidad de mantener una perfecta unidad de miras y una constante armonía entre el partido y las organizaciones obreras; y la independencia entre las dos organizaciones, para que la eficacia de la acción recíproca sea mayor, siendo conveniente que permanezcan independientes unas de otras para la mejor actuación dentro de sus respectivas esferas. El ala izquierda del Partido tendía a enfatizar la relación estrecha entre él y el movimiento obrero y, el ala derecha se inclinaba a respetar la independencia mutua. Aumentó el número de seguidores en la década de 1920.  
 
 
 

SINDICALISMO

Tenía mucho en común con el anarquismo. Mientras el anarquismo despreciaba la acción política, él la reconocía como un medio de conseguir las reivindicaciones obreras sin que esto significara la subordinación de los sindicatos a los partidos políticos. Una de las metas de los sindicalistas era integrar la acción revolucionaria del proletariado por medio de la subordinación de la acción parlamentaria a los intereses de la clase trabajadora. No confiaban tanto en el parlamento como los socialistas, pero tampoco aceptaban el antipoliticismo del anarquismo. Frente a la política tendían a prescindir de ella o tomar una actitud neutral.

Tendencia hacia la acción directa y violenta. La política de Hipólito Yrigoyen favoreció la expansión del sindicalismo. La política laboral del radicalismo abrió un camino para solucionar el problema laboral mediante la negociación entre los obreros y el gobierno. Pérdida del contenido filosófico del sindicalismo en Argentina. Al sindicalismo revolucionario le ha dado su razón de ser el instinto de defensa que se manifiesta en toda la escala zoológica. Pudo atraer a los inmigrantes extranjeros que necesitaban una mejora inmediata y tenían fuertes aspiraciones de ascenso.  Registró una expansión notable en la segunda década del siglo. Mientras el sindicalismo conseguía más adeptos, perdía su carácter revolucionario. La ruptura definitiva con los anarquistas y la negociación con el gobierno radical lo llevaban a una postura más moderada y conciliatoria.

Después de la lucha interna provocada hacia 1920 a raíz de la revolución rusa adquirió nuevamente carácter revolucionario. Frente al gobierno mostró una actitud más hostil, una actitud más moderada hacia 1930. Separación del grupo socialista en 1924. La política de Yrigoyen de apoyar a los sindicalistas a fin de debilitar al socialismo dentro del movimiento obrero, había creado un contacto personal entre Yrigoyen y algunos sindicalista. El sindicalismo carecía de precisión ideológica.  
 
 

COMUNISMO

Se inició en Argentina con el Partido Socialista Internacional en enero de 1918, tenía su origen en las actividades de algunos socialistas jóvenes de tendencia izquierdista en el Partido Socialista en los primeros años de la década de 1910. Diversidad ideológica interna. Una característica fue su peculiar parlamentarismo. En cuanto a las elecciones, había un grupo que se negaba a participar en las elecciones burguesas, pero esta postura fue rechazada y el Partido participó en la elección. “El parlamento es instrumento burgués”. “Dotarle al sindicato de personería jurídica bajo la garantía del estado es una forma de impedir las luchas y las huelgas”. Mientras el Socialismo tendía a respetar la autonomía gremial, el Comunista enfatizaba la unidad entre el Partido y el movimiento obrero. Se enemistó con los anarquistas.

Las críticas: el sindicalismo no reconocía el carácter político de la lucha por las mejoras económicas. Según el comunismo no hay lucha económica que no sea política y viceversa.  La neutralidad política del sindicalismo alejaba al movimiento obrero de las políticas revolucionarias y lo transforma en un apéndice de los partidos políticos burgueses. Ese neutralismo les daba oportunidad a los capitalistas y al gobierno de enfrentar con ventajas a la clase obrera.  
 
 

LAS IDEOLOGÍAS OBRERAS Y EL PROBLEMA DE LA DEPENDENCIA ECONÓMICA

La Argentina actual es un país semicolonial por excelencia. Si el país estaba en condición semicolonial la tarea principal para los comunistas era la lucha contra tal denominación y contra el grupo aliado interno del imperialismo, en especial, contra los terratenientes. De allí que el partido comunista levantase las banderas del antiimperialismo y la reforma agraria como los medios principales de lucha para la liberación nacional, intentando movilizar a la clase obrera en esa empresa. Con respecto al problema del atraso de la industrialización el partido comunista no tenía ningún plan bien elaborado en la década de 1920, esto se ve en la actitud ambivalente del Partido frente a la dicotomía del proteccionismo y librecambio.

El problema fundamental para el país era su liberación del imperialismo extranjero o sea el problema político. Los sindicalistas mostraban cierta indiferencia por el fomento de la industria nacional. Los sindicalistas no vinculaban la oposición al capital extranjero con el movimiento obrero como lo hacía el partido comunista. Para ellos el problema principal para el obrero era de tipo económico y no político ni ideológico. El hecho de que el partido comunista quiso adjudicarle al movimiento obrero la lucha imperialista como tarea primordial, implicaba darle una nueva orientación al mismo. Marota señala el movimiento sindical argentino nunca como hasta entonces había estado más dividido.

Esta división no favoreció los intereses de la clase trabajadora que sufría el problema de desocupación bajo la aparente prosperidad de la década. En tal situación estaba gestándose un intento de formar una nueva central que se cristalizaría en la CGT en 1930.           
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

REESTRUCTURACIÓN Y CRISIS DEL ORDEN CONSERVADOR (1930-1946) 
 

A) DIAGNÓSTICO DE LA REALIDAD SOCIOPOLÍTICA

Hacia mediados de la década de 1920 existía en la Argentina un moderado consenso democrático, el sistema político se fortaleció con la incorporación del radicalismo y la participación electoral del socialismo.

El ascenso de Yrigoyen había sido vivido como un hecho traumático, los conservadores perdieron el poder político y las clases medias y bajas ascendieron. La reelección de Yrigoyen para la segunda presidencia precipitó la ruptura de los grupos conservadores con la continuidad constitucional.  
 
 

UN DIAGNÓSTICO NACIONALISTA

La tarea inicial que sus responsables se proponían emprender consistía en destruir los sofismas democráticos y liberales con que se envenena a nuestra juventud y, la lucha sin cuartel contra los adversarios de la nacionalidad y el orden, contra la coalición de la canalla revolucionaria cada vez más insolente y envalentonada.

La condena del liberalismo fue un tema permanente de los jóvenes intelectuales que comenzaban a acercarse a Uriburu, en la Argentina era el predominio del extranjero. La libertad de pensamiento según Julio Irazusta había dejado a los pobres de espíritu sin el apoyo de una tutelar autoridad suprema. La síntesis del pensamiento sobre la democracia de los jóvenes nacionalistas: “denunciamos el sistema democrático como un régimen absurdo, porque abandona la suerte del país a las fluctuaciones sentimentales de la multitud y favorece el éxito de los demagogos adiestrados en la explotación de los sentimientos primarios”.

La reelección de Yrigoyen en 1928 había sido el producto natural de un sistema pésimo y significaba un nuevo argumento contra el sufragio universal. No sólo el sufragio era el problema de la democracia, también los partidos políticos. Según La Nueva República se convierten en asociaciones de intereses que no responden a la necesidad social. Al antisemitismo, la Nueva República no tardó en agregar el culto a la virilidad y a la violencia. La concepción de la sociedad se dividía en dos clases: la de los productores y la de los administradores, unos producen para todos mientras los otros administran, distribuyen y ordenan, a éstos últimos les estaba reservado el control del Estado. El yrigoyenismo se había apoyado en un sector nuevo: las muchedumbres improductivas de las ciudades. Según La Nueva República los poseedores de la tierra representan la verdadera conservación, la suma de intereses particulares más coincidentes con el interés general del país; se proponía realizar una campaña de significación social, de depuración de todos los elementos contrarios a la unidad espiritual, reconoce que sólo por la religión se obtiene fácilmente la obediencia… Uno de sus objetivos sería inculcar a la juventud el respeto a la Iglesia y en problemas como el de la libertad de enseñanza y el divorcio estaremos más allá. La tarea que se asignaba sería reivindicar a la Iglesia como factor de obediencia en la sociedad civil y defender la familia tradicional. 
 
 

¿Y EL EJÉRCITO?

Hacia 1930 cuando avanzaba la conspiración militar uriburista a la que se hallaban vinculados, los hombres de La Nueva República encontraron un papel para el ejército. Este debía poner en su lugar el principio de autoridad desplazado por la influencia populachera para sostener el orden alterado por el instrumento de una ley absurda (S. Peña). En 1930 el gobierno había sido copado por los liberales. La Argentina inició un largo camino hacia el autoritarismo.  
 
 

EL DIAGNÓSTICO LIBERAL

Entre 1930 y 1932 Justo diseñó una coalición política heterogénea (Concordancia) y concitó el apoyo de los sectores socioeconómicos predominantes así como el de la mayoría de los oficiales del ejército. Radicales antipersonalistas, socialistas independientes y conservadores aportaron lo suyo al gobierno justista. Justo procuró dar a su futuro gobierno y a su propia gestión personal, un carácter netamente civil, con la intención de disociar su administración de la imagen militar que evocaba el gobierno de facto precedente. Con el argumento de restituir a las fuerzas armadas a su normal nivel de eficiencia, Justo proclamó la necesidad de que ellas fueran apartadas de toda función ajena a sus misiones y que rija su vida las más severa disciplina.

El personalismo yrgioyenista condujo a la carencia de partidos orgánicos de principios. Justo invitaba al radicalismo yrigoyenista a reorganizarse en la paz y tranquilidad social mediante una rigurosa selección de elementos en sus filas. La abstención electoral, principio que el Partido Radical cumplió durante la vigencia del régimen conservador había reaparecido desde 1931 y ello significaba para el Presidente, el síntoma de un peligro de regresión que debe evitarse.

Justo vinculaba la normalidad y el orden que el sistema político argentino debía exhibir. La obra de pacificación del gobierno perseguía el propósito de unir a todos los argentinos en una sola voluntad de labor y de progreso. Asignaba parte de la responsabilidad de la depresión al gobierno radical depuesto, cuya prodigalidad e imprevisión habían agravado el impacto natural de la crisis. Las carnes y los granos encontraban crecientes dificultades para colocarse en los mercados internacionales. Debía negociarse con los países. El único medio disponible para equilibrar el presupuesto y para hacer frente a los compromisos financieros internacionales eran reducir drásticamente el gasto estatal. La perplejidad del gobierno frente al conjunto de dificultades económicas que sufría nuestro país y la recurrencia a medidas de corrección ya aplicadas en el pasado, ponía de relieve tres fenómenos:

* La ausencia de una información sistemática y detallada acerca de los efectos locales de la debacle económica mundial y de la situación real de las finanzas argentinas

* Una interpretación algo superficial de la crisis global de la economía capitalista

* La errónea evaluación de la naturaleza y de los mecanismos de la depresión era producto de la incapacidad de la ciencia económica de esos años para ofrecer a los operadores políticos instrumentos adecuados de conocimiento de previsión  y de ejecución. 
 
 

B) OBJETIVOS E INTERESES DE LOS PRINCIPALES ACTORES SOCIALES

El poder legislativo había revelado una excesiva dependencia respecto del Ejecutivo y una escasa identificación entre los intereses de los representados y los actos de los representantes. Durante la década de 1930 las representaciones parlamentarias no cumplieron plenamente su rol de vehículos de las expectativas de los sectores o partidarios que los habían elegido con ese propósito. La brecha entre los gobernados y gobernantes que la detección del Congreso y de los partidos producía, fue ocupada por instituciones de naturaleza no política pero que, desde fuera del Estado, presionaban sobre él en la búsqueda de soluciones sectoriales.

Muchos votos radicales en 1931, se volcaron a favor de la Alianza Civil que enfrentó a Justo y los partidos Socialista y Demócrata Progresista que la integraban alcanzaron en esa década una representación parlamentaria como nunca tuvieron. La suma de los efectos de las diferentes crisis de identidad, de distribución y de participación produjo la crisis de legitimidad entendida como la incapacidad del sistema político para dar una respuesta eficaz y global a los desafíos y dificultades que debió enfrentar la comunidad argentina en su conjunto. Fracasado el proyecto político uriburista, el grueso del ejército prefirió alinearse detrás de Justo.  
 
 

C) DINÁMICA SOCIOPOLÍTICA Y ECONÓMICA 
 

URIBURU Y SU PROPUESTA POLÍTICA

Su intención era instaurar un régimen de corte corporativista sobre la base del reconocimiento del papel que jugaban las fuerzas vivas en la sociedad y en la economía argentinas, reformar la Constitución y suprimir la ley de sufragio universal. Caracterizan al fascismo: nacionalismo, militarismo, anticomunismo, antiliberalismo y racismo. Al uriburismo le faltaba un componente fundamental del fascismo el extremismo de derecha apoyado en movimientos populares de masas. Uriburu era respetado como líder militar y por su ascendiente patricio, pero no poseía un carisma significativo para las masas populares. Se lanzó a la tarea de difundir sus proyectos en dos frentes: el ejército y las fuerzas partidarias próximas a la revolución. En el primero se lo escuchó con tibieza al principio y con resistencia después. El primer objetivo de Uriburu con la Federación Nacional Democrática, integrada por los partidos Conservador, Radical Antipersonalista y Socialista Independiente. En mayo de 1931 surgió la Legión Cívica Argentina.

Fueron los conservadores los que advirtieron la conveniencia de llevar a un general en su fórmula presidencial y los que acogieron la nominación de Justo con entusiasmo. La revolución radical encabezada por Pomar que estalló y sucumbió en julio de 1931, facilitó los planes de Justo. El hombre de la Concordancia había pasado a ser también el del gobierno que al fin y al cabo prefería el triunfo de un camarada de armas y contó con el aporte de la experiencia de los funcionarios conservadores. Las elecciones del 8 de noviembre dieron el triunfo al general Justo. 
 
 

EL LEGADO DE LA REVOLUCIÓN 

No quedó limitado a la clase alta conservadora, abarcó a sectores medios urbanos como tampoco fue una reacción de corte político sino también social. La revolución no estuvo dirigida solamente a derribar al yrigoyenismo sino a recoger aquella herencia infecta para evitar que la turba entrase por la Casa de Gobierno a un verdadero saqueo social. Los enemigos de la revolución: los radicales y los partidos políticos ensoberbecidos por el sufragio universal en mala hora establecido por Sáenz Peña. Las reformas constitucionales alentadas por Uriburu y su grupo tendían a eliminar las condiciones políticas que habían permitido el acceso al poder de los políticos, eternos profesionales del voto.

Mientras las fuerzas tradicionales se entretenían jugando a los partiditos los turcos, que etsa vez son los judíos comunistas, trepan las murallas y llegan al corazón mismo de la patria al conquistar la escuela y la universidad, la prensa y la administración, el Parlamento y la comuna, la industria y el comercio. El paradigma liberal no sólo se revelaba insuficiente para contener el avance de las fuerzas siniestras sino que era el principal responsable.

Los oficiales presentes podían estar tranquilos acerca de su futuro, por dos razones: porque el gobierno va a pasar a manos de Justo y, porque volver a los cuarteles no es desentenderse de la tarea de custodiar el orden, que constituye toda la razón de ser del ejército. El ejército había sido el responsable de la revolución, había devuelto al país a la normalidad, esa debía ser mantenida y controlada por él mismo, frente a la ineptitud a la corrupción o a los fatales designios de los políticos civiles. Oposición a los partidos, antiliberalismo, antirradicalismo, anticomunismo, antidemocratismo y antisemitismo identificaban, como valores negativos, a militares civiles y eclesiásticos vinculados a la revolución. Los unía la común devoción a la familia, a la patria y a Dios.  
 
 

JUSTO FRENTE A LA POLÍTICA

Encontró un apoyo con la coalición de fuerzas partidarias de la Concordancia. Los sectores populares, representados por el movimiento obrero y por los partidos políticos democráticos, no parecían hallarse en condiciones de articular una oposición sistemática. Después de la Revolución de septiembre de 1930 había surgido la Confederación Gral del Trabajo. La reactivación del movimiento obrero a partir de 1932 renovó la disputa interna que enfrentaba a los sindicalistas con los socialistas. Si los primeros preferían actuar independientemente de los partidos políticos y guardaban un escepticismo con respecto a la gestión parlamentaria de aquéllos, lo segundos tendían a destacar la importancia de cooperar con las agrupaciones partidarias, especialmente con el Partido Socialista, y esperaban de la actuación de éste en el Congreso, tangibles beneficios.

El enfrentamiento entre las dos tendencias cobró creciente intensidad por la acción de diversos factores convergentes:

* el aumento de la representación del Partido Socialista en el poder legislativo

* la labor parlamentaria de los socialistas produjo la sanción de una legislación social considerable destinada a aliviar el problema de la desocupación

* la estrategia de los dirigentes obreros socialistas que alentaban en el seno de la CGT un estrechamiento de relaciones con los partidos

* la reacción frente al fenómeno del fascismo 
 

Hacia fines de 1935 el conflicto culminó con el golpe a la CGT, cuando los principales dirigentes socialistas ocuparon la oficina de la entidad en la calle Independencia y depusieron a los líderes sindicalistas quienes se reagruparon en una sede de la calle Catamarca.

El movimiento obrero sufría otras transformaciones no menos significativas a mediano plazo, vinculadas con la crisis económica y con las políticas aplicadas para enfrentarla durante la década de 1930. El Tratado Roca-Runciman, el monopolio de los frigoríficos, denunciado por Lisandro de la Torre y los proyectos del oficialismo sobre la coordinación de transportes nacionales y la creación de la Corporación de Transportes de la Ciudad de Bs As abonaron, el cambio de orientación que exhibía una dirigencia sindical internacionalista.  
 
 

¿QUÉ OCURRIA CON LOS PARTIDOS POLÍTICOS?

Abstenido el radicalismo de las contiendas electorales desde 1931, los socialistas y demócratas progresistas sufrieron las violencias del aparato conservador: los asesinatos. Crisis del partido radical. La UCR de Alvear proporcionó apoyo a los intentos cívico-militares dispuestos a recuperar el poder. El retorno del radicalismo al ruedo electoral complicó el panorama político del gobierno. En Córdoba donde la UCR contaba con partidarios jóvenes y decididos, el fraude se tornó inaplicable y en las elecciones de gobernador triunfó el candidato radical. A mediados de 1935 se lanzó la contraofensiva oficial.

Los primeros efectos positivos del reflujo de la crisis económica mundial se hacían sentir en nuestro país, el Presidente contaba con el apoyo de una coalición de fuerzas políticas y del ejército y manejaba un desarrollado servicio de informaciones que les permitía conocer al detalle la actividad de sus opositores. Lisandro de la Torre, lanzado a un choque frontal con el oficialismo no se cansó de denunciar los aspectos más oscuros de la política de carnes que, a través del pacto Roca-Runciman, favorecía exclusivamente a los frigoríficos extranjeros y a un grupo exclusivo de los ganaderos. Las tres versiones de la crítica al justismo eran la del liberalismo conservador De la Torre, la del nacionalismo de los Irazusta y la del incipiente populismo de FORJA adolecían de idénticas limitaciones: una visión ideológico cultural de la oligarquía que eliminaba la interpretación socioeconómica de sus verdaderas motivaciones y que, implicaba la esperanza de que esta clase conveniente orientada por ellos, pudiera auto regenerarse en un sentido nacional.  
 
 

JUSTO Y EL EJÉRCITO

Justo y su ministro de Guerra, general Manuel Rodríguez, procuraron acentuar el carácter profesional de la institución. Se inició un programa de reequipamiento y de grandes construcciones militares. Pretendió despolitizar al ejército. Rodriguez exigió un riguroso cumplimento de los reglamentos e hizo un culto del deber y de la obediencia. Hacia 1932 las opiniones militares se encauzaban en tres tendencias fundamentales: oficiales yrigoyenistas, uriburistas y justistas. El nuevo régimen debía procurar una efectiva justicia económica y social, y darle atención preferencial  a las demandas de los sectores de menores ingresos, especialmente los asalariados. Los militares que reclamaban la herencia ideológica de Uriburu se sintieron tempranamente traicionados por el régimen de Justo y amenazados por la perspectiva de un retorno de los radicales al poder. Éstos creían que de triunfar el complot nacionalista varios dirigentes de su partido, incluido Yrigoyen, serían ejecutados.

La ausencia de un comando militar unificado y la tendencia a la permanente división que exhibió aún en su ala civil, fueron factores que conspiraron contra la eficiencia golpista del sector uriburista. En 1936 Molina se convirtió en la cabeza militar visible de un nacionalismo argentino influido por el ejemplo nazi alemán. La resonancia que suscitó la actitud civilista del oficial superior en los medios universitarios y políticos y el prestigio de que gozaba Molina en el ejército, sugirieron a Justo adoptar una medida drástica. Molina fue arrestado y pasado a retiro. Justo terminó reconociendo el poder autónomo de las Fuerzas Armadas. Y en el ejército, ese poder se identificaba con el avance de los nacionalistas que habían logrado el control ideológico del arma.

La cuestión de los armamentos y de la Independencia en materia de equipamiento se convirtieron para el ejército en temas de alta prioridad. Los nacionalistas desconfiaban del Presidente y conspiraban contra él en el seno del ejército donde tendían a sobrevalorar su propio influjo.  
 
 

ORTIZ Y SU INTENTO DEMOCRÁTICO

La prédica inicial sobre la necesidad de instaurar un régimen político basado en la verdadera voluntad popular, fue transformándose en una práctica efectiva para lograrlo. Se preocupó de proveer recursos a la institución, reorganizar la estructura de mandos, ampliar el número de unidades y mejorar la formación profesional de los oficiales. Ejecutó un hábil y equilibrada política de ascensos, traslados y retiros. La UCR estaba dispuesta a colaborar con los planes del Presidente.

El siguiente objetivo de Ortiz fue la provincia de Bs As. En marzo de 1940, planeada y ejecutada como una operación militar, la intervención federal cayó y también sobre el primer estado argentino. El fin de la era del fraude patriótico y de la década infame parecía inminente. Por una parte, Ortiz había obtenido la colaboración de las Fuerzas Armadas para aplicar su política de saneamiento; por otra, la fuerza partidaria que ahora se alejaba indignada de su lado podía ser reemplazada por la del partido Radical, que con elecciones limpias alcanzaba la mayoría en la Cámara de Diputados y estrechaba sus vínculos con el Ejecutivo. Estallido de la Segunda Guerra Mundial y sus efectos en la Argentina, deterioro de la salud del presidente y contraofensiva conservadora nacionalista. El gobierno nacional declaró la neutralidad de nuestro país en la guerra y presentó un proyecto de ley que establecía la compra de armamentos por una suma de mil millones de esos para las Fuerzas Armadas Argentinas.

Los problemas de salud llevaron al Presidente a delegar el mando en el vice Castillo en julio de 1940. En medio de versiones que indicaban la inminencia del estallido de un golpe de los sectores democráticos dirigido contra Castillo, los ministros vinculados con el Presidente presentaron sus renuncias en masa.  
 
 

RETORNO DEL FRAUDE U DEL AUTORITARISMO

Pinedo intentó poner en práctica un plan de reactivación económica de características novedosas que requería el apoyo legislativo de los radicales. El retorno del fraude en las elecciones de diciembre de 1940 en la provincia de Bs As. En octubre de 1941 se crearon la Flota Mercante del Estado bajo el control del Ministerio de Marina y la Dirección Gral de Fabricaciones Militares, dependiente de la cartera de Guerra. Castillo buscaba el apoyo de la derecha nacionalista antiliberal del ejército para eliminar a los sectores justistas proaliados y para impedir cualquier avance del Partido Radical. Los aliados circunstanciales: los caudillos conservadores de las provincias, los sectores nacionalistas del ejército, a los que Castillo confiaba mantener fieles a través de una serie de medidas entre las que se destacaba la persistencia de la política de neutralidad.  
 
 

LA POLÍTICA DE NEUTRALIDAD

La tenaz resistencia argentina a colocarse bajo la órbita norteamericana no impidió acuerdos circunstanciales y acercamientos momentáneos. A partir de la entrada de los EE.UU. en la guerra mundial con motivo del ataque japonés a Pearl Harbour en diciembre de 1941, las relaciones argentino-norteamericanas iniciaron un proceso de deterioro sin precedentes. El gobierno nacional había declarado la neutralidad en la contienda apenas ésta se inició. La neutralidad de nuestro país en la guerra fue pro británica, al tiempo que salvaguardaba los intereses económicos de los ganaderos y de los exportadores nacionales.  
 
 
 

CONSOLIDACIÓN DE CASTILLO: EL PRINCIPIO DEL FIN

Por la negativa estadounidenses de proporcionar armas al Ejército argentino el gobierno nacional inició, durante 1942, activas pero secretas gestiones con los alemanes para adquirir equipos y armamentos hacia fines de año el intento estaba agotado.

Cuando en agosto de 1942 Brasil entró en la guerra, Justo aprovechó la nueva ola rupturista que ello provocó, para publicitar el ofrecimiento que de sus servicios militares hacia el gobierno de Getulio Vargas como gral honorario de la nación hermana. La muerte repentina de Justo, ocurrida en enero de 1943, aclaró aún más las perspectivas políticas de castillo. Este podía imponer ahora un control más estrecho del ejército y aprovechar el desconcierto que la desaparición del posible candidato producía aún entre algunos dirigentes radicales resignados, al parecer, a unirse a las huestes del ex primer mandatario. Castillo había considerado la neutralidad como una especie de definición político ideológica de su régimen. Se hallaba decidido a impedir siquiera la posibilidad de que el radicalismo retornara al poder para ello retomó los usos electorales de la hora más decadente del Régimen y definió su sistema de gobierno como “la unanimidad de uno”, la de él mismo.                         
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

LA ECONOMÍA EN CRISIS EN “ESTADO, CRISIS ECONÓMICA Y PODER MILITAR” 
 

LA ARGENTINA EN CRISIS

La inestabilidad política y la discontinuidad institucional no han podido ser desterrados todavía de esta sociedad conflictiva. En cincuenta años de vida institucional el país conoció seis golpes de Estado, en 1930, 1943, 1955, 1962, 1966 y 1976, que interrumpieron abruptamente gobiernos constitucionales. Con la inserción estable del país en el mercado mundial a mediados del siglo pasado comienza un período de creciente expansión basado en las exportaciones agropecuarias, se derrumba en 1930 como consecuencia de la crisis internacional. La crisis lleva al Estado  efectuar una mayor intervención a aumentar su acción económica a los efectos de contrarrestar la caída de la tasa de ganancia. 
 
 

I) LA ORGANIZACIÓN DE LA HEGEMONÍA EN LA ARGENTINA 
 

a)1880-1930: La hegemonía oligárquica

Durante ella el país conoció un progreso sorprendente a través de la inmigración, el capital extranjero y la demanda internacional de materias primas. En el terreno político, la clase conservadora se apoya entre 1880 y 1912 en un régimen democrático restringido, al mantener un mercado político semicerrado. El período abierto en 1916 significará la apertura de un paréntesis en el sistema político oligárquico al extenderse de la participación popular. 
 

Modalidad de intervención

Período de 1880-1930 se caracteriza por la presencia de un Estado liberal oligárquico. Es el Estado de la capa social hegemónica: la oligarquía agroexportadora. Es un Estado liberal porque su acción principal es dejar en libertas al mercado, favorecer la libre empresa y el libre comercio. La especificidad de ese Estado que pone énfasis en el autonomismo del mercado tiene que ponerse al servicio del desarrollo capitalista, creando obras de infraestructura, medios de transporte, comunicación, etc. El Estado no era tan sólo el árbitro y guardián del orden público, juega un papel activo en la formación de las empresas privadas, principalmente en la promoción de las extranjeras.

El Banco de la Nación que reemplaza al Banco Nacional después de la crisis del 90 era como afirmaba Ortiz, un banco privado bajo tutela del Estado. Creación en 1922 de la empresa pública YPF bajo la dirección de Mosconi, lo cual inaugura la larga trayectoria del Estado en las actividades productivas. Necesaria exclusión de la actividad política de la mayoría de la población. En esto consistía el sistema: restringir la participación política de las mayorías en un régimen democrático. La primera ley de elecciones nacionales de 1857 establecía el voto universal para los varones, sin calificación por posesión de bienes o por problemas de analfabetismo. El período que corre de 1857 a 1912 se caracteriza por la exclusión política de la mayoría.

El Estado liberal oligárquico se asienta sobre un régimen democrático con participación restrictiva, que no resuelve la contradicción entre un contenido oligárquico y autoritario con una forma de gobierno democrática más amplia. El régimen radical no sale de la modalidad que caracteriza al Estado liberal, aunque si bien produce una fisura en el interior de la República conservadora como expresión de la crisis de ese Estado liberal.  
 
 

b) 1930-1943: La crisis de hegemonía de la oligarquía

Hace perder a la Argentina la inserción estable que tenía en el mercado mundial. El viejo conservadurismo llega al gobierno merced al fraude electoral, es la época de la abstención del partido mayoritario de ese momento. Con Justo se inicia la década del 30 y con ella una serie de transformaciones que nos permitirán afirmar que la Argentina  moderna nace de la crisis de los años 30. Se definen: el crecimiento industrial; la intervención estatal sobre todo a partir de 1933 con Pinedo en el ministerio de Hacienda; el crecimiento de la clase obrera; el nacimiento de una nueva fracción de la burguesía industrial.

Con Justo entra al gobierno la fracción más poderosa de la burguesía agraria (los invernadores) que busca reconstruir el capitalismo argentino sobre la base de su aflorado país oligárquico. Se impulsa un proceso de desarrollo industrial por sustitución de importaciones. En este período la oligarquía no logra recomponer en la sociedad su quebrada hegemonía. En el terreno económico social van surgiendo condiciones estructurales para que nuevos agentes sociales produzcan un cambio real en la política del país a partir del golpe de 1943. En el terreno político se evidencia la incapacidad de ese grupo social en dirigir la sociedad mediante el Estado de derecho, la justicia y la democracia.   
 

Modalidad de intervención

Período 1933-1943: Con la caída de Yrigoyen en 1930 se pone fin al Estado liberal de la república oligárquica. El crecimiento industrial de la clase obrera y de la población urbano como las nuevas modalidades de intervención del Estado son definidas en esta década. Desde 1935 y más allá de las contradicciones de la clase conservadora se va definiendo una política económica que pone el acento en la industria como elemento dinámico de la economía. Nace el Estado intervencionista que define una política más clara en materia de obras públicas como así también en un conjunto de organismos llamados Juntas Reguladoras que adoptaron medidas concretas de reglamentación y contralor de las principales actividades agropecuarias del país.

La principal función que cumplió el Estado en este período fue financiera. Objetivo inmediato la estabilidad monetaria. La intervención creciente del Estado se explica por la función anticrisis que se le hace jugar a fin de paliar los efectos de la crisis. Será el gobierno peronista de 1946 el que da nacimiento a una nueva relación entre Estado y sociedad, adquiriendo el Estado intervencionista una nueva modalidad como “Estado benefactor”.  
 
 

c) 1945-1955: La reconstrucción de una nueva hegemonía

El gobierno peronista de 1946 logrará organizar un orden político legítimo y estable. Con la aplicación de un modelo de acumulación basado en la ampliación del mercado interno, podrá extender las funciones del Estado y modificar el patrón de distribución social. El golpe militar de 1955 desalojará al peronismo del poder del Estado pero no podrá desintegrarlo como movimiento de masas y como dirección de los sectores populares. Ni la vieja clase conservadora ni las nuevas fracciones sociales surgidas del desarrollo industrial podrán llenar el vacío hegemónico imperante en la sociedad.  
 

Modalidad de intervención

La burguesía se apodera del aparato del Estado definiendo y planificando por primera vez en la historia del país una verdadera política industrialista. El populismo expresión de esa nueva alianza de clases será el régimen que modificará el patrón de distribución social. Financia el desarrollo industrial a través del traslado del sector agrícola al manufacturero, para ello se crea un organismo estatal el IAPI que monopoliza las exportaciones. La industria goza de una política proteccionista, de un régimen arancelario y crediticio jamás conocido. Al nacionalizar el Banco Central y centralizar el sistema de seguros, el Estado ejerce el control de los recursos financieros del país.

El Estado benefactor es distribucionista que cubre riesgos sociales: enfermedad, maternidad accidente de trabajo, vivienda, educación, etc. El régimen populista fundará un orden político consensual, ampliará las funciones del Estado y modificará el patrón de distribución social a través de un nuevo modelo de acumulación basado en la ampliación del mercado interno.  
 
 

d) 1955-1981: La crisis de hegemonía del conjunto de la clase dominante

Los golpes de 1966 y 1976 apuntaron a estabilizar institucionalmente y de manera estable a los sectores más concentrados de la burguesía en el poder del Estado y la sociedad. La caída, en 1955, del régimen peronista suscita una crisis de hegemonía en el interior de la clase dominante. En realidad el origen de esa crisis se encuentra en la crisis económica de 1952-1953, expresión del agotamiento del modelo distribucionista. De esa crisis nacerá la política desarrollista en Argentina. La irrupción de esa crisis hegemónica que comprende el conjunto de las clases dominantes se refleja en toda la sociedad civil, la que se verá de allí en adelante acorralada por la supremacía del Estado. El golpe de 1955 ratifica la crisis del sistema hegemónico estructurado alrededor del sistema de representación de partidos. Este sistema político mostrará su debilidad para dirigir de manera estable la sociedad toda. Desde 1952 hasta el golpe de 1976 ninguno de los cuatro gobiernos civiles elegidos por las urnas pudo terminar su mandato constitucional.  
 

Modalidad de intervención

Período de 1958-1973. Para comprender la caída del peronismo y el inicio del nuevo proceso de industrialización hay que tener en cuenta la convergencia de factores nacionales e internacionales. Por un lado la coyuntura internacional de la década del 50 demostraba que después de los años de reconstrucción, Europa Occidental se encerraba en una política proteccionista. La creación del Mercado Común Europeo con sus barreras aduaneras impedía competir a los productos agrícolas extranjeros. Inglaterra fuera del mercado común privilegiaba sus relaciones comerciales con Canadá, Nueva Zelanda, etc. De alguna manera, Argentina quedaba fuera de la reestructuración del mercado internacional. En el plano interno la crisis económica de 1952, expresión del agotamiento del régimen populista repercute en el balance de pagos, decae la inversión privada y se estanca el crecimiento del PBI.

La etapa de industrialización iniciada en 1958 se caracteriza por el control que sobre este proceso ejercen las firmas multinacionales y por su orientación hacia el mercado interno. El Estado juega un rol fundamental en el apoyo y ampliación del esfuerzo industrializante como en la política de ingresos que reduce los costos salariales. El Estado invertirá en los sectores de infraestructura pesada, en los subsectores energéticos, en los productos de base transportes del sector que convengan a los intereses de las grandes firmas internacionales. Krieger Vasena, ministro de economía entre 1967 y 1969. El sistema económico implementado desde 1958 se caracterizará por la concentración del ingreso en un cuarto de la población y por la creciente concentración de capital en la industria.

La única salida a la encrucijada política era el recurso al estatuto prescriptivo. La mayoría de la población argentina carece de representación política legal. EL régimen frondicista que llega al gobierno con el apoyo del voto peronista va a organizar el ingreso de capital extranjero, aplicará un plan de concentración monopolista y de restricción del salario de los trabajadores. La represión al movimiento obrero y el Plan Conintes fueron también los componentes de este gobierno.

El gobierno radical de Illia constituye un intento moderador de la política desarrollista y modernizante de Frondizi. El triunfo radical se debe al vacío político dejado en el escenario nacional por la proscripción del peronismo. Este período se caracteriza por la debilidad del sistema de representación de partidos en el cual el Estado no puede ofrecer más que un mercado político semicerrado al proscribir al peronismo, dificultando a la clase política la tarea de estructuración de un sistema político hegemónico acorde con la nueva etapa de acumulación de capital. 
 
 

e) La base material

Las necesidades crecientes de la industria (insumos, equipos, tecnología, etc) solo pueden ser adquiridos con las divisas provenientes de las exportaciones agrícolas. El estancamiento de las exportaciones agrarias (debido a la concentración territorial a las técnicas de explotación extensivas a la renta del suelo) frena las posibilidades de la expansión industrial, lo qu elimita la reproducción ampliada de capital.  
 
 

II) LA CRISIS ECONÓMICA 
 

a) Las estructuras agraria e industrial en la economía argentina

Ambos tienen un comportamiento diferenciado, pero están íntimamente relacionados en los mecanismos de funcionamiento de la economía. La disminución de la capacidad de exportación del país provoca serios déficits en la balanza de pagos. Flichman decía “ la Argentina sigue conectándose económicamente con el mundo a partir de la exportación de productos agropecuarios o de base agropecuaria. Además las condiciones de la producción agropecuaria desempeñan un papel fundamental en la determinación interna de los salarios y de su poder adquisitivo. El sector industrial ha estado desde el siglo pasado ligado al sector agrario, como es el caso de la industria más importante de la época: la frigorífica. El desarrollo industrial que nace en 1946 está basado en una política económica diferente, industrialista, donde el Estado juega un papel fundamental. Está basado en una redistribución del ingreso del agro a la industria, en la aplicación de aranceles protectores a esta actividad, en los créditos baratos, etc. Mientras el sector agrario produce tanto para el mercado interno como para el externo, la industria lo hace sólo para el interno.  
 
 

b) Tendencia a la disminución de la participación del agro en la actividad económica

Se remonta a la crisis mundial de 1930. La crisis mundial afecta la división internacional del trabajo, modificándose el comercio de los productos agropecuarios. Los precios de estos productos se deterioran en relación a aquellos de los productos industriales. En consecuencia, se origina en la Argentina una tendencia a la disminución de las exportaciones. El tratado firmado con Gran Bretaña en 1933 (Roca-Runciman) no mejora en nada la capacidad de importación del país. El lento crecimiento de la actividad agropecuaria tiene que ver con la evolución económica de la región de la pampa húmeda, las tierras más fértiles que posee la Argentina.  
 
 

c) Causas del estancamiento agropecuario

* Contracción del mercado interno: la crisis de 1929, la política proteccionista de los países centrales y la formación de bloques.

* El estancamiento de la producción pampeana

* El aumento de la demanda interna: está provocado por el crecimiento de la población y el proceso acelerado de urbanización.

* Diversificación de la producción agropecuaria: como consecuencia del aumento de la demanda interna, sea por el consumo directo de la población o bien por las necesidades de la industria agro alimenticia.

* Régimen de tenencia de la tienes y la técnica de explotación: se trata de las grandes explotaciones (latifundios) y del sistema de arrendamiento.

Si miramos el problema desde una óptica “capitalista progresista” será entonces en la organización de la propiedad de la tierra en grandes extensiones (latifundios) como en las técnicas de explotación (cultivo extensivo, escasa tecnología incorporada) que de ellas de deriva. La estructura agraria basada en el latifundio constituye uno de los límites principales que traban el desarrollo del capitalismo dependiente. Por un lado la concentración de grandes extensiones de tierra en manos de pocos propietarios determinan el estancamiento de la producción agropecuaria. Y por otro, porque esa afta concentración de las mejores tierras determina que adquiera una importancia fundamental la renta del suelo.  
 
 

d) Las etapas de la industrialización

La primera etapa del proceso de industrialización comienza en los primeros años de la década del 30 para terminar alrededor de 1945. Es el resultado de la crisis mundial de los años 30 y de la modificación de la división internacional del trabajo. La disminución de la capacidad de importar de la Argentina obliga a la clase dirigente a iniciar un proceso de industrialización llamado de sustitución de importaciones. Se comienza a producir localmente aquellas mercancías que normalmente te importaban. Se caracteriza por una industrialización que se limita a sustituir o reemplazar las mercancías que anteriormente se importaban, reduciéndose a la industria liviana. La segunda etapa comienza alrededor de 1945 y termina en 1958. Con la llegada en 1946 del peronismo al gobierno se fomenta la producción de bienes de consumo masivo, a través de la incorporación de los sectores populares al proceso. En esa nueva etapa el Estado juega un rol fundamental.

Las inversiones se realizarán en los sectores más dinámicos de la economía: industria, química, petroquímica, siderurgia, metalurgia, automóviles, material de transporte, etc. La concentración es un aspecto fundamental en esta etapa. Las empresas extranjeras actúan en mercados en los que operan un pequeño número de empresas, en los que a su vez predomina un alto nivel de concentración y en los que en general la participación de las empresas locales es secundaria. Entre 1958 y 1962 ola de inversiones que lleva a la creación de nuevas industrias. En 1967-68 durante el ministro Krieger Vasena bajo la Revolución Argentina se produce otra ola de inversiones que tendrá características diferentes, Ahora el ingreso de capital no está dirigido centralmente a la creación de industrias, sino a la compra de paquetes accionarios existentes. El único camino que le quedaba al gobierno peronista después de la crisis de los años 52 53 era la apertura de la economía. Por eso la ley de inversiones extranjeras y el ingreso de este capital. En la Argentina el sector industrial encuentra un conjunto de límites a su expansión. Por un lado, el carácter atrasado de la estructura industrial, sobre todo de aquellas industrias instaladas entre 1930 y 1952, las mismas empresas multinacionales incorporan tecnología en proceso de obsolencia.

Por otro lado la estrechez del mercado argentino limita la expansión de la industria ya que ésta produce para el mercado interno. 
 
 

e) Algunos rasgos específicos del desarrollo económico argentino

El estancamiento del país se explica por la insuficiente capitalización de los sectores básicos de la economía por el creciente atraso relativo del interior del país y por la subsistencia de un régimen de tenencia de la tierra que obstaculiza el desarrollo del sector rural. Para Oscar Braun el crecimiento insuficiente de las exportaciones en los últimos años es la causa principal del lento crecimiento de la economía.

Flichman señala la renta del suelo como uno de los problemas fundamentales que traban el crecimiento económico.

Para Ikonicoff  el sistema de funcionamiento industrial argentino sufre de crisis, cuyo origen se encuentra en la estrechez estructural de la demanda interna y en el déficit exterior, las limitaciones en la oferta de las exportaciones, los problemas financieros externos, el debilitamiento de la infraestructura y el déficit fiscal generan una fuerte presión inflacionaria.

El carácter dependiente del capitalismo argentino ha dado lugar a un desarrollo deformado y limitado de su economía. Este capitalismo ha necesitado de la intervención creciente del Estado para poder darle continuidad a su desarrollo. La participación estatal no se desvincula del crecimiento de las clases poseedoras. La dependencia externa de los bienes de capital e insumos esenciales ligado al problema del estancamiento de las exportaciones tradicionales y al intercambio desigual, provoca una reproducción ampliada de capital insuficientes para alentar un crecimiento económico sostenido.        
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

HISTORIA ECONÓMICA, POLÍTICA Y SOCIAL DE LA ARGENTINA  
 

EL PROCESO DE INDUSTRIALIZACIÓN 
 

LOS ESTÍMULOS: POLÍTICA Y MERCADOS

La política de comprar a quien nos compra afectaba las exportaciones norteamericanas. El agregado comercial del Reino Unido destacaba que existe en la Argentina mano de obra buena y barata. Otro importante estímulo para algunos sectores provino de la propia actividad del Estado. Durante la década del 30 se desarrolló un intenso plan oficial de construcción de caminos. El crecimiento de los volúmenes de empleo y el avance en el proceso de urbanización contribuyeron a incrementar la demanda efectiva. 
 
 

EL CRECIMIENTO INDUSTRIAL

En 1933 se inició la recuperación que redujo la capacidad ociosa y alentó una nueva ola de inversiones. Hasta la década de 1930 la industria había crecido al compás del resto de la economía. Se produjo una transformación en la estructura de la producción que aceleró el proceso de sustitución de importaciones que caracterizará a la industria nacional en la posguerra. “Sustitución fácil de importaciones” estaban compuestas por bienes de consumo que reducían el peso del déficit comercial con el exterior, contribuían a canalizar una porción de la renta agraria a través de inversiones industriales y ofrecían una salida a la producción agropecuaria que hacía posible disminuir la dependencia de las fluctuaciones de los mercados externos. Las ramas de mayor crecimiento eran aquellas que producían bienes de consumo finales con mayor intensidad en la utilización de mano de obra que en bienes de capital. El crecimiento de la producción impulsaba un incremento de las importaciones.

Las ramas tradicionales vinculadas al modelo agroexportador como alimentos y productos pecuarios, crecieron perdiendo participación en el conjunto de la industria.  
 
 

LA EVOLUCIÓN DE LA INVERSIÓN INDUSTRIAL

La mayor parte de la industria argentina era, hacia 1935, la propiedad extranjera. Diversos grupos nacionales contribuyeron a sustentar la expansión industrial. La disminución de la rentabilidad y de la demanda en el sector agropecuario impulsó a terratenientes a volcar su renta agraria al sector industrial. Se produjo una expansión de pequeñas y medianas empresas, muchas apuntaban a satisfacer demandas específicas y algunas de ella lograrían en el futuro una importante evolución. La consolidación de estos empresarios como grupo de interés, años mas tarde les permitía crear una organización corporativa que representaría sus intereses, la Confederación Gral Económica y los convertiría en un punto de apoyo importante del régimen peronista.  
 
 

LA INDUSTRIA Y LOS PROBLEMAS REGIONALES

El proceso de industrialización va acompañado al de urbanización y la concentración de la mano de obra. El Gran Bs As se convirtió en el centro de localización industrial por la existencia de un mercado numeroso, concentrado y con buen poder adquisitivo, abundancia de mano de obra, fácil acceso desde el interior por el ferrocarril y hacia el exterior por el puerto y la presencia de una gran infraestructura. Bunge veía a Argentina como un país abanico, “se trataba de un proceso histórico moldeado por las especiales estructuras económicas y políticas que fueron desarrollándose a lo largo del tiempo, en el que se privilegiaron los vínculos con ultramar por sobre los intrarregionales.

El grueso de la industria nacional se localizó en el Gran Bs As y otros centros urbanos. La localización cercana al puerto de los nuevos establecimientos era más un parámetro que una alternativa a evaluar.  
 
 
 

LOS LÍMITES DE LA INDUSTRIALIZACIÓN

La década de 1920 y la del 30 se caracterizaron por un intenso crecimiento industrial. Los productos con que se iniciaba la sustitución de importaciones eran copias de un diseño extranjero rezagado con respecto al desarrollo tecnológico internacional vigente. El equipamiento físico de muchas plantas fabriles estaba compuesto por máquinas usadas con un alto grado de obsolencia física y tecnológica. Falta de subcontratistas y abastecedores de insumos, partes y componentes. Un ejemplo de empresario de la época fue Torcuato Di Tella. Felix Weil acuño el término de “proteccionismo al revés”, las industrias que utilizaban materias primas importadas se encontraban en desventaja a la hora de competir con las importaciones de productos similares, ya que debían hacer frente a un sobrecosto aduanero que no padecían esas importaciones. El origen de este se relacionaba con posibles errores técnicos en la confección de las categorías arancelarias.

La industrialización era un aggiornamento sofisticado de los intereses agropecuarios, que se complementaba con la expansión de un conjunto de firmas multinacionales, responsables en la instalación de industrias no tradicionales como la automotriz o la química. Los límites político-sociales derivaban en límites técnicos, financieros y comerciales que contribuían a trabar el crecimiento industrial y a disminuir su impacto en la transformación estructural del aparato productivo.       
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

ECONOMÍA ARGENTINA. DESDE SUS ORÍGENES HASTA PRINCIPIOS DEL SIGLO XXI 
 

EL GOBIERNO PERONISTA 
 

A) LA CONCEPCIÓN ECONÓMICA DEL PERONISMO

La economía se encontraba subordinada a una lógica política que pretendía evitar la lucha de clases, promoviendo la justicia social mediante la intervención del Estado. El incremento del poder adquisitivo de los asalariados era entendido como condición imprescindible para el desarrollo social, y la transferencia de ingresos a favor de ese sector fue el comienzo de una de las líneas fundamentales de la política económica peronista. Al comienzo de su gobierno el discurso peronista estaba imbuido de “subconsumismo”.

Un aspecto sustancial de la concepción justicialista se refería a la independencia económica. En sus primeros años de gobierno, Perón afirmaba: “a nosotros no nos hacen falta capitales, capital tenemos nosotros. Antes que dar preferencia al capital que viene aquí a alzarse con el santo y la limosna, prefiero dársela a los capitales argentinos que producen acá, que reditúan y se quedan en el país”.  
 
 

B) LA PRIMERA FASE DEL GOBIERNO PERONISTA

Al iniciar su gestión en 1946 heredó una economía descapitalizada. Durante el trienio 1946-48, el gobierno llevó a cabo la fase clásica del proceso de sustitución de importaciones. La oferta monetaria aumentó el gasto público, también aumentaron los salarios y los beneficios sociales. Ejecutó una política de nacionalización de servicios públicos y repatriación de la deuda pública. Se produjo la expansión de la demanda de consumo y una fuerte redistribución de ingresos a favor de los grupos de menores ingresos. Las importaciones crecieron, hubo una fuerte caída de las reservas internacionales, reformas de la legislación social y ampliación del área de control del gobierno sobre el sistema económico, aplicación de los convenios laborales por industria, creación de los tribunales de trabajo y un régimen de asociaciones profesionales que sentó las bases del poder de los sindicatos. Reforma financiera de 1946 que nacionalizó el Banco Central.

El IAPI tenía como función primordial realizar las operaciones comerciales con el exterior, tanto las exportaciones como importaciones. Tenía un amplio control del uso de las divisas y alentaba o desalentaba las actividades productivas de acuerdo con las orientaciones que imponía el gobierno. En la antinomia peronismo-antiperonismo figuraban los herederos del pasado régimen conservador, amplios sectores medios y populares que rechazaban la naturaleza autoritaria del régimen. Culminó con su derrocamiento en 1955.  
 
 

C) LA SEGUNDA FASE DEL GOBIERNO PERONISTA

La crisis de la política peronista se extiende hasta 1952. En 1949 cayeron las exportaciones e importaciones. A pesar de algunos intentos por controlar la política crediticia, el gobierno mantuvo hasta los inicios de la década de 1950 su política monetaria, fiscal y salarial expansiva. Presión de la demanda global. El nuevo programa económico incluyó una severa política de ingresos con la creación de una comisión nacional de precios y salarios, la concertación de convenios laborales cada dos años, en lugar de las renovaciones anuales realizadas durante los años anteriores, y el mantenimiento de un estricto control de precios.

La política de ingresos logró evitar caídas sustanciales en los salarios reales y mantener la participación de los trabajadores en el ingreso nacional. El gobierno siguió apelando a fuertes subsidios para abaratar los precios internos de los artículos agropecuarios de consumo popular. El gobierno estimuló la formación de ahorro a nivel local. Esta política buscaba disminuir el consumo en tanto mejoraba los saldos exportables y contenía la presión sobre los precios, y por intermedio del ahorro local, se podría impulsar la inversión sin generar una extrema dependencia del capital extranjero. En octubre de 1954, un Plan de Acción para el Equilibrio Económico Nacional llamó a promover el ahorro interno y a incrementar la productividad de los trabajadores.

Énfasis durante el gobierno peronista en el estrechamiento de los vínculos con los países latinoamericanos. La política fue articulada a través de acuerdos bilaterales. Enfrentamiento con la Iglesia. El 16 de septiembre de 1955 cae Perón. Surgieron nuevas fuerza sociales que entraron a disputar el reparto del ingreso con los sectores tradicionales y una estructura productiva en la cual las actividades urbanas concentradas en la industria y los servicios adquirieron una participación preponderante en la economía argentina.    
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

EL PERONISMO Y LA CLASE TRABAJADORA, 1943-55 
 

EL TRABAJO ORGANIZADO Y EL ESTADO PERONISTA

Si bien la economía industrial se expandió rápidamente, la clase trabajadora no fue beneficiada por ese proceso. La legislación laboral y social era escasa y su cumplimiento obligatorio se imponía esporádicamente. Perón desde su posición como secretario de Trabajo y después vicepresidente del gobierno militar instaurado en 1943, se consagró a atender algunas de las preocupaciones fundamentales de la emergente fuerza laboral industrial. Durante 1946-55 se asistió a un considerable aumento de la capacidad de organización y el peso social de la clase trabajadora. Los convenios firmados en toda la industria argentina en el período 1946-48 regulaban las escasas de salarios y las especificaciones laborales e incluían un conjunto de disposiciones sociales que contemplaban la licencia por enfermedad, la licencia por maternidad y las vacaciones pagas.

La estructura de organización impuesta a la expansión sindical fue importante en el sentido de que moldeó el futuro desarrollo del movimiento gremial. La sindicalización debía basarse en la unidad de actividad económica. En cada sector de ella sólo se otorgó a un sindicato el reconocimiento oficial que lo facultaba para negociar con los empleadores de esa actividad. Los empleadores estaban obligados por ley a negociar con el sindicato reconocido, y los salarios y condiciones establecidos por esa negociación se aplicaban a todos los obreros de esa industria. El Ministerios de Trabajo era la autoridad estatal que otorgaba a un sindicato el reconocimiento que lo facultaba para negociar con los empleadores. El decreto 23.852 de octubre de 1945, conocido como Ley de Asociaciones Profesionales, que estableció ese sistema estipulaba el derecho del Estado a supervisar vastas áreas de la actividad sindical. En esta forma la estructura legal aseguraba a los sindicatos, ventajas: derechos de negociación, protección de los funcionarios sindicales contra la adopción de medidas punitivas que los afectaran, estructura sindical centralizada y unificada, deducción automática de los sueldos y salarios de las cuotas sindicales y aplicación de éstas a vastos planes de bienestar social.  Otorgó al Estado las funciones de garante y supervisor final de este proceso y de los beneficios derivados de él. Los sindicatos de incorporaron a un monolítico movimiento peronista y fueron llamados a actuar como agentes del Estado ante la clase trabajadora, que organizaban el apoyo político a Perón y servían como conductos que llevaban las políticas del gobierno a los trabajadores.  A medida que la industria argentina se expandía, impulsada por incentivos estatales y una situación económica internacional favorable, los trabajadores se sintieron beneficiados.  
 
 

LOS TRABAJADORES Y LA ATRACCIÓN POLÍTICA DEL PERONISMO

El peronismo desde el punto de vista de los trabajadores fue una respuesta a las dificultades económicas y la explotación de clase. Era también un movimiento representativo de un cambio decisivo en la conducta y las lealtades políticas. Gareth Stedman Jones: “un movimiento político no es simplemente una manifestación de miseria y dolor, su existencia se caracteriza por una convicción, común a muchos, que articula una solución política de la miseria y un diagnóstico político de sus causas”.  
 
 

LOS TRABAJADORES COMO CIUDADANOS EN LA RETÓRICA POLÍTICA PERONISTA

Fue un aspecto poderoso del discurso peronista un lenguaje de protesta de gran resonancia popular, frente a la exclusión política. En la “década infame” que se extendió desde 1930 hasta el golpe militar de 1943, se asistió a la reimposición y el mantenimiento del poder político de la elite conservadora mediante un sistema de fraude y corrupción institucionalizados. Era la época del “ya votaste, rajá pronto para tu casa”. El peronismo pudo reunir capital político denunciando la hipocresía de un sistema democrático formal que tenía escaso contenido democrático real. El discurso político del liberalismo estaba estructurado en términos de libertad, democracia, la constitución, elecciones libres, libertad de palabra, etc. Perón decía “si algunos piden liberta, nosotros también la pedimos… pero no la libertad del fraude… ni tampoco la libertad de vender el país ni la de explotar al pueblo trabajador”.

La clase trabajadora como fuerza social autónoma, había de tener acceso directo y por cierto privilegiado al Estado por intermedio de sus sindicatos. Perón le habló a los obreros como a una fuerza social cuya organización y vigor propios eran vitales para que él pudiera afirmar con éxito, en el plano del Estado, los derechos de ellos. La retórica peronista contenía fuertes elementos de caudillismo personalista, asociados a las figuras de Perón y Evita. Términos como “cipayo” y “vende-patria” se incorporaron al lenguaje político peronista para designar aquellas fuerzas que deseaban mantener a la Argentina dentro de la órbita económica de los Estados Unidos y Gran Bretaña como proveedora de productos agropecuarios.   

La verdadera cuestión en juego en la década 1940-50 era la intervención estatal versus laissez-faire. Hacia fines de la campaña electoral de 1946 ya era un hecho establecido la identificación del peronismo con el progreso industrial y social y con la modernidad. Perón establecía como premisa del concepto mismo de desarrollo industrial la plena participación de la clase trabajadora en la vida pública y justicia social. En la retórica peronista, la justicia social y la soberanía nacional eran temas interrelacionados.  
 
 

UNA VISIÓN DIGNA DE CRÉDITO: CARÁCTER CONCRETO Y CREÍBLE DEL DISCURSO POLÍTICO DE PERÓN

Gareth Stedman Jones señala “un vocabulario político particular debe proponer una alternativa general capaz de inspirar una esperanza factible y proponer a la vez un medio de realizarla que, siendo creíble, permita a los posibles reclutas pensar en esos términos“. El pueblo muchas veces se transformaba en el pueblo trabajador de modo que “el pueblo”, “la nación” y “los trabajadores” eran intercambiables entre sí. El nacionalismo de la clase trabajadora era invocado principalmente en función de problemas económicos concretos. La atracción política del peronismo era esencialmente plebeya: ignoraba la necesidad de una elite política particularmente iluminada y reflejaba e inculcaba un profundo intelectualismo. “descamisado”.

Perón evocó a su madre “ por eso hace poco les dije que los abrazaba como abrazaría a mi madre. Porque ustedes han tenido los mismos dolores y los mismos pensamientos que mi pobre vieja habrá sentido en esos días”. El tema de la amenaza a las obreras y de la necesidad de proteger a sus mujeres, era un tema constante del tango y otras formas de cultura popular. La retórica peronista incluía un reconocimiento tácito de la inmutabilidad de la desigualdad social, una resignada aceptación. Perón dijo “queremos que desaparezca de nuestro país la explotación del hombre por el hombre y que cuando ese problema desaparezca dicho ya en este país hombres demasiado pobres ni demasiado ricos“. En 1945 ya había empezado a circular entre los trabajadores la consigna que había de simbolizar esa credibilidad “¡Perón cumple!”. 
 
 

EL HERÉTICO IMPACTO SOCIAL DEL PERONISMO  
 

SIGNIFICADO DE LA DÉCADA INFAME: RESPUESTAS DE LA CLASE OBRERA

La década infame experimentada por muchos trabajadores como un tiempo de frustración y humillación profundas, sentidas colectiva e individualmente. Situación de dominio por el empleador. Angel Perelman recuerda “jornadas sin horario.. La hora de salida la fijaba el patrón. Toda la felicidad para una familia obrera consistía en conservar el trabajo”. Otro autor dice “el miedo a la desocupación en esa época lleva a la humillación. Al callarse y no hablar, la falta de acciones de defensa elementales lleva a la declinación moral, al escepticismo. Dentro de una fábrica de un establecimiento, el obrero estaba solo desintegrado de toda conciencia social”. En muchos tangos de Discépolo la figura crucial es el iluso que trata de vivir honestamente o es lo bastante ingenuo como imaginarse que podrá cambiar un mundo injusto. Luis Danussi tras llegar a Bs As en 1938 vio una ciudad “tumultosa y con febril actividad sindical, ofrecía un amplio campo de acción, congresos nacionales, zonales, comarcales, asambleas de personales y de gremios”. Aún se encontraba presente la característica militante que la cultura de la clase trabajadora había tenido en una época anterior.

Aumento de la actividad gremial y la asistencia a las reuniones sindicales a findes de 1930-40. La afiliación gremial respondió a un clima nacional e internacional mejor y aumentó entre 1941 y 1945.  
 
 
 

EXPERIENCIA PRIVADA Y DISCURSO PÚBLICO

El poder del peronismo radicó en su capacidad para dar expresión pública a lo que hasta entonces solo había sido internalizado, vivido como experiencia privada. El poder social herético que el peronismo expresaba se reflejó en su empleo del lenguaje. Términos que traducían las nociones de justicia social, equidad, decencia, habían de ocupar ahora posiciones centrales en el nuevo lenguaje del poder. El peronismo adoptó el término “descamisado” e invirtió su significado simbólico, transformándolo en afirmación del valor de la clase trabajadora. La elite tradicional designaba “los negros radicales” a quienes respaldaban a Yrigoyen. Uno de los muchos estribillos dirigidos a los estupefactos espectadores que observaban la aparición de la “Argentina invisible”, decía así: “Salite de la esquina oligarca loco, tu madre no te quiere y Perón tampoco”. El hecho de que la manifestación culminara en la Plaza de Mayo fue por sí solo significativo. Hasta 1945 esa plaza, situada frente a la Casa de gobierno, había sido en gran medida un territorio reservado a la “gente decente” y los trabajadores que se aventuraban allí sin saco ni corbata fueron más de una vez alejados o incluso detenidos.  
 
 

LOS LIMITES DE LA HEREJÍA: AMBIVALENCIA DELLEGADO SOCIAL PERONISTA

Consigna fundamental dirigida por el Estado a los trabajadores “De casa al trabajo y del trabajo a casa”. La ideología peronista predicaba la necesidad de armonizar los intereses del capital y el trabajo dentro de la estructura de un Estado benévolo, en nombre de la nación y de su desarrollo económico. Del Primero de Mayo de 1944, Perón había dicho: “buscamos suprimir la lucha de clases suplantándola por un acuerdo justo entre obreros y patrones al amparo de la justicia que emana del Estado” La ideología peronista distinguía entre el capital explotador e inhumano y el capital progresista, socialmente responsable, comprometido con el desarrollo de la economía nacional. De éste los trabajadores no tenían nada que temer: “el capital internacional es instrumento de explotación, y el capital patrimonial lo es de bienestar, el primero representa por lo tanto la miseria mientras que el segundo la prosperidad”.

Goldar “el día de los trabajadores durante la década infame será de lucha, represión, consignas internacionales, rebelión impotente, tu hambre, el odio de esta gente, la miseria de ustedes, la espera, la ropa sucia y rota, el pellejo latigado, las voces roncas. Luchando para que la vida no fuera otra cosa que cansancio y sueño viejo”. La imagen que se asoció después de 1946 fue la de una tranquilidad en cuyo marco aquel día era la fiesta del trabajo y las manifestaciones que terminaban con efusión de sangre se desvanecían en el recuerdo del pasado. La clase trabajadora fue constituida por Perón, su propia identificación como fuerza social y política dentro de la sociedad nacional fue construida por el discurso político peronista, que ofreció a los trabajadores soluciones viables para sus problemas y una visión creíble de la sociedad argentina y el papel que les correspondía en ella.

El desarrollo de un movimiento sindical centralizado y masivo confirmó la existencia de los trabajadores como fuerza social dentro del capitalismo. El peronismo aspiraba a lograr una alternativa hegemónica viable para el capitalismo argentino, quería promover un desarrollo económico basado en la integración social y política de la clase trabajadora. Son acertadas las comparaciones del peronismo con el New Deal de Roosevelt y con el desarrollo del capitalismo bajo un Estado benefactor en Europa occidental después de 1945, todos esos sistemas proclamaron los derechos civiles económicos de la clase trabajadora, a la vez que confirmaban y la continua existencia de las relaciones de producción capitalistas. Hablar del peronismo como movimiento monolítico más bien oscurece que esclarece. Las fuerzas económicas y sociales que prevalecían en la sociedad argentina, que inicialmente habían debido tolerar el peronismo reconocieron a principios de la década 1950-60 el peligro inherente a aquella ambivalencia.           
 
 
 
 

EL PREDOMINIO MILITAR Y LA PROFUNDIZACIÓN DEL AUTORITARISMO 
 

Las fórmulas políticas ensayadas a partir de 1966 tuvieron un carácter más totalizador. Cada corte institucional redefinió cualitativamente el material político a disposición de los actores fundamentales de la sociedad argentina. 
 
 

EL GOLPE DE 1966: LA SUPLANTACIÓN DE LA POLÍTICA POR LA ADMINISTRACIÓN

En junio de 1966 Onganía apoyó el golpe militar que derribó a Illia. Los objetivos que se propuso la “Revolución argentina” fueron congruentes con el aludio diagnóstico: por un lado, suspender sine die las actividades de los partidos políticos y de las instituciones parlamentarias, por el otro, consagrar expresamente la desvinculación de las Fuerzas Armadas del gobierno disponiéndose que éstas “no gobernarán ni cogobernarán”. El gobierno se anotó los triunfos políticos: los partidos cayeron en un pozo de irrelevancia e inactividad, los sindicatos fueron forzados a aceptar sucesivamente la abolición, en la práctica del derecho de huelga y la intervención gubernamental de los gremios industriales más importantes como resultado del rotundo fracasado del “Plan de Acción” de comienzos de 967 y Perón fue convirtiéndose en una especie de muerto político.

Como el “Estatuto de la Revolución Argentina” no había fijado plazos a la gestión del presidente ni había previsto transiciones, el gobierno de Onganía no tuvo “fusibles”, por lo cual el riesgo de que el juego adquiriera rápidamente un carácter de todo o nada ante una situación de crisis era enorme.

Durante 1968-69 el vandorismo comenzó a perder buena parte de esa capacidad al ser flanqueado por la derecha y desbordado por la izquierda. Los “blandos” que inspirándose en la jerga oficial fueron rebautizados como participacionistas, se fortalecieron significativamente en la medida que, favorecidos por el patrocinio estatal, mantuvieron plenamente el control de la maquinaria y los recursos de los gremios en que predominaban. Debido a la represión oficial como resultado de sus tácticas erráticas, la CGT de los Argentinos dirigida por Ongaro, fue perdiendo rápidamente la adhesión de la mayoría de los sindicatos que originariamente la habían integrado. Las insurrecciones populares de 1969, que tuvieron más significativo en el Cordobazo, fusionaron obreros, empleados, estudiantes y pobres urbanos. El intento de Onganía de eliminar las trincheras del juego político, clausurando los múltiples mecanismos institucionales y extrainstitucionales a través de los cuales el compromiso había predominado en la sociedad y en la política argentinas y pretendiendo canalizar y ordenar los diversos intereses y orientaciones sociales desde un Estado supuestamente omnisciente y jerárquico, terminó por producir lo que había venido a erradicar como posibilidad en Argentina.

A partir de 1969 se superpusieron dos crisis: la del régimen militar autoritario, crisis cuyo despliegue pasó a ser gobernado por el entrecruzamiento de los conflictos internos de las Fuerzas Armadas y las interrelaciones entre un gobierno cada vez más acorralado y un frente de oposiciones políticas que fue progresivamente convergiendo en torno a la persona de Perón y la crisis de la dominación social. Los proyectos de Onganía y Levingston de entrar en el “tiempo social” y de promover la creación de un “movimiento nacional” que seguiría postergando a los partidos y se basaría en un reacercamiento con los sindicatos, respectivamente, continuaron ocupando el centro de la escena política. Con la desaparición de Aramburu y la “pérdida de tiempo” ocasionada por la “profundización” ensayada por Levingston, la única opción restante fue la de una promesa de democratización en la que los militares consistieran en traspasar el poder a un gobierno surgido de elecciones. La reorientación y rearticulación de la crisis no resultó ajena a la cooperación gubernamental inaugurada por Lanusse. A partir de marzo de 1971 las oposiciones capturaron la iniciativa política. Se pasó de una situación en la cual el gobierno fue desbordado y las acciones sociales quedaron sin cauces definidos, a otra en la que dichas acciones se fueron “organizando” en torno a nudos generados a partir de las iniciativas de actores políticos o menos constituidos.

En la Argentina de 1971 a 1973 las prácticas de los agentes políticos, y particularmente de aquellos que componían el campo de la oposición política, contribuyeron a reabsorver o conjurar la crisis social. La recaptura del centro de la escena política por parte de Perón consagró el fracaso de la transición a la que aspiraban Lanusse y los militares. En mayo de 1973 cuando el peronismo triunfante accedió al poder, la situación política era muy diferente a la de 1966.  
 
 

RETORNO DE PERÓN Y FRACASO DE SU PROYECTO DE INSTITUCIONALIZACIÓN POLÍTICA

El problema de la Argentina era de carácter político mientras que Onganía trató de abolir la política, Perón se propuso encauzarla institucionalmente. La Unión Industrial Argentina que se autodisolvió fusionó a la CGT. Si bien la suerte de los sindicalistas y de sus enemigos de dentro y fuera del peronismo comenzó a revertirse a partir del golpe palaciego en contra de Cámpora que los mismos sindicalistas contribuyeron a producir los primeros meses del gobierno peronista se caracterizaron por un auge de las movilizaciones de trabajadores, que a menudo se orientaron en contra de los gremialistas de cuño vandorista. El propósito era convertir al Parlamento en un ámbito real de negociación entre partidos, revirtiendo así la tendencia del peronismo a conferirles un aura de ilegitimidad tanto a las críticas opositoras como a las aspiraciones de los partidos de oposición de invocar intereses y orientaciones populares. Los principales apoyos estuvieron fuera del peronismo, el radicalismo Balbín, la Alianza Popular Federalista y la Alianza Popular Revolucionaria. La propuesta de Perón contempló la redefinición del rol de las Fuerzas Armadas.

La resolución de los sucesivos enfrentamientos entre los distintos contendientes internos del peronismo se fue produciendo a costa de hacer estallar “desde adentro” a los mecanismos parlamentarios y corporativos, determinando su vaciamiento como posibles canales de negociación de los conflictos y para el procesamiento de acuerdos.

Hacia mediados de 1975 ya habían sido excluidos de la lucha por el poder y pulverizados políticamente, la izquierda peronista y los sectores empresariales y políticos vinculados a Gelbard. A partir del tercer trimestre de 1975, los militares, que ya habían ganado un espacio considerable desde principios de ese año al serles asignada la responsabilidad de la represión de la guerrilla en la provincia de Tucumán, empezaron a manejar el tiempo de la política en función de un proyecto de liquidación del régimen democrático que iba mucho más allá de la coparticipación que les ofrecía Isabel Perón. Los comportamientos económicos de las principales clases sociales mantuvieron un paralelismo con la política: la búsqueda de la negociación y el acuerdo cesó prácticamente por completo y tanto los trabajadores como los empresarios tornaron a vivir al día. 
 
 

EL GOLPE DE 1976: REVOLUCIÓN BURGUESA EN CONTRA DE LOS PROLETARIOS… Y DE LOS BURGUESES

En 1976 la ideología del golpismo fue todavía más revolucionaria. Al proyecto de establecer un gobierno de las Fuerzas Armadas, y no meramente apoyado por ellas, se agregó la visión de la necesidad de producir un cambio profundo en la sociedad argentina. Para el diagnóstico de los militares de 1976 una de las pruebas más contundentes de los límites del desarrollismo y en definitiva de su confluencia con la premisa básica del populismo, fue su política de propiciar un pacto con el sindicalismo peronista, demandándole o imponiéndole sacrificios, pero al mismo tiempo sentando las bases para la creación y expansión de su formidable poder organizativo: Frondizi en 1958-62 al sancionar la ley de asociaciones profesionales, que refirmó la vigencia del principio del sindicato único por rama de actividad y de la central obrera única y devolviendo la CGT a los sindicalistas peronistas: Onganía en 1966-70 al no derogar aquella ley y expandir significativamente el sistema de obras sociales que otorgó a los sindicatos el control de una voluminosa masa de recursos.

Los viejos preceptos liberales, es decir, la reivindación del mercado como mecanismo exclusivo de asignación de recursos y la crítica de las industrias “artificiales” y del “excesivo” intervencionismo estatal, tendieron a armonizarse con el pensamiento militar. El recetario liberal de 1976 enfatizó la idea del Estado fuerte. El Estado se perfiló como el instrumento fundamental en subversión del “viejo orden” populista interviniendo activamente para destruir el modo de acumulación hacia el cual la economía se inclinaba naturalmente después de más de 40 años durante los cuales las distintas clases habían internalizado gradualmente comportamientos que presuponían entre otras cosas, el Estado tutelar los precios sociales, la economía semicerrada y el mercado de capitales regulado. La disolución simultánea de la CGT y la CGE alteró radicalmente el tanteador de la puja social a favor de la burguesía debido a una razón más general.

Una de las instancias decisivas fue la reforma financiera sancionada en junio de 1977, que implicó prestar atención excluyente al problema inflacionario. Fracaso de la reforma promovida por Martínez de Hoz entre 1978-81. No hizo más que resaltar la resistencia del viejo modelo, el de la economía semicerrada y el Estado asistencialista, a ser destruido. 
 
 

EL FIN DEL AUTORITARISMO: VIEJOS Y NUEVOS DILEMAS

Bajo la presidencia de Viola, los militares fracasaron en su intento de orientar en su favor la liberalización política de un régimen autoritario. Viola intentó imponerle un tempo reposado a la política y fue barrido por los embates producidos a raíz del descalabro del proyecto económico y las urgencias de sus compañeros de armas. Su verdugo y sucesor, Galtieri, tras fracasar rápidamente en sus pasos iniciales, en los cuales aspiró a retomar la ortodoxia económica liberal con el nombramiento de Roberto Alemann como ministro de Economía, apostó al todo o nada con la aventura de las Malvinas. Las elecciones de octubre de 1983 en las cuales la UCR vencería por primera vez en su historia al peronismo, frustraría las intenciones de las Fuerzas Armadas de enterrar el tema de las violaciones a los derechos humanos.  
 
 

LA DESARTICULACIÓN DEL PACTO FISCAL

Estuvo vinculado al estallido de los consensos políticos implícitos sobre los que se sostuvo el modelo de economía dirigista y autárquica. En la coyuntura de 1981-82 confluyeron factores externos e internos para hacer estallar la crisis. El factor interno más importante tuvo que ver con la acelerada deslegitimación que sufrió el gobierno militar desde 1981. Se sucedieron pronunciados virajes políticos: marzo de 1981 (reemplazo de Videla por Viola), diciembre de 1981 (golpe de Galtieri en contra de Viola), abril de 1982 (invasión de las Islas Malvinas), junio de 1982 (reemplazo de Galtieri). Estos coincidieron con medidas económicas contrapuestas y cada vez más desesperadas, que sumadas a los cambios políticos alimentaron un fenómeno de total pérdida de confianza en el gobierno y en su capacidad para manejar la economía.

Se produjo la licuación de una porción significativa de la deuda privada al ser transferidas las deudas externas e internas de las empresas al sector público. Estas operaciones, al permitir que las empresas privadas recuperaran su viabilidad, lo hicieron a costa de agravar aún más la vulnerabilidad de las finanzas públicas.                
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

REVOLUCIÓN LIBERTADORA

Tenemos que distinguir entre el movimiento revolucionario de 1955 que se autocalificó como Revolución Libertadora y el gobierno posterior como gobierno de la Revolución Libertadora.  
 
 

SEPTIEMBRE DE 1955

Perón estaba anímicamente vencido en septiembre de 1955, mientras que Lonardi y los suyos estaban decididos a triunfar a cualquier costo. Perón no armó a los sindicatos como tantas veces había dicho, permaneció en silencio y virtualmente no dirigió las operaciones de la represión. El hijo de Lonardi relata que la consigna impartida por su padre al iniciar el movimiento fue la de “actuar con la máxima brutalidad”. El poder peronista se derrumbó en 4 días. El 16 de septiembre, Lonardi, se instalaba en un regimiento cercano de la ciudad de Córdoba, y el 21 Perón se aislaba en la Embajada del Paraguay. La Revolución Libertadora había triunfado.

Cuando Perón pidió asilo reconoció su derrota. El canciller Mario Amadeo ayudó personalmente al ex presidente para que el derecho de asilo se respetara en todo su alcance.  
 
 

LONARDI, UN PROYECTO FRUSTRADO

El 22 de septiembre, Lonardi juró el cargo de presidente provisional. Lo acompañaban desde liberales acendrados hasta católicos nacionalistas. Su provisorato debía ser corto, no habría vencedores ni vencidos y se buscarían soluciones que no lastimaran al peronismo. Era un programa imposible de cumplir. Los militares dados de baja y encarcelados por el golpe de 1951 exigían su reincorporación a las filas: los antiguos dueños del diario La Prensa reclamaban la devolución de su propiedad: los cesantes de la administración pública por razones políticas pedían el regreso. Y las líneas mas duras del antiperonismo presionaban para que se intervinieran el partido Peronista, la CGT y los principales sindicatos, presiones resistidas por Lonardi reiteradas veces.

A principios de noviembre su ministro de Guerra tuvo que renunciar desbordado por la presión de sus camaradas, que pedían medidas enérgicas para desperonizar el país. Lonardi fue entonces apremiado para compartir el poder con el generalato. Se negó y fue derrocado sin ofrecer resistencia. Meses más tarde falleció.  
 
 

ARAMBURU, O EL FIN DE LAS AMBIGÜEDADES

Aramburu declinó la jefatura. Hubo vencedores y vencidos. Se intervino el partido peronista y la CGT, así como la mayoría de los sindicatos: se activó la labor de las comisiones investigadoras que debían examinar lo actuado por el régimen peronista para llevar a la justicia a los responsables: se prohibió el uso de símbolos relativos al régimen depuesto y se detuvo a muchos dirigentes políticos y gremiales. En cuanto a la salida institucional del régimen de facto. Aramburu se limitó a afirmar que habría elecciones ni un minuto antes ni un minuto después. Después de un lapso prudencial, el pueblo dejaría de ser peronista y entonces podría convocarse a elecciones con la razonable certeza de que el futuro presidente constitucional sería un amigo de la Revolución Libertadora y un custodio de sus valores.

El pueblo peronista no declinó su adhesión al líder exiliado. El propio ex presidente, desde caracas y después en Santo Domingo, enviaba instrucciones demenciales sobre resistencia armada, sabotaje y atentados contra el gobierno de facto. En mayo de 1956 el gobierno provisorio anuló por decreto la vigencia de la Constitución de 1949 y reimplantó la de 1853. En junio de 1956 un grupo de militares retirados de filiación peronista intentó un golpe en distintos puntos del país. El gobierno provisional impuso la ley marcial y decretó el fusilamiento de quienes fueran encontrados con las armas en la mano. Para los dirigentes de la Revolución Libertadora este costo de sangre significó la evidencia de un irrevocable compromiso con sus objetivos finales.  
 
 

LOS GRANDES TEMAS

Estallido de la libertad de expresión. Grandes temas que debía afrontar el país: el futuro del papel del Estado en el juego económico, el abastecimiento del petróleo, el papel de los capitales extranjeros, la educación, la política industrial y agraria, la ubicación del país en el contexto internacional, etc. Disolvió el IAPI, el aparato estatal montado por Perón. Adhirió al Fondo Monetario Internacional, pero su política internacional fue muy contradictoria. Creó una zona franca en la Patagonia que fue muy criticada. Vio con simpatía el Plan Yadarola para convertir YPF en contratista de empresas petroleras extranjeras, pero no avanzó en este camino. El socialismo se partió en dos fracciones, el conservadorismo en tres y la UCR en dos el que lideraba Balbín tendiente a apoyar al gobierno de la Revolución Libertadora y el que dirigía Frondizi enfrentado al gobierno de facto.  
 
 

RECUENTO GLOBULAR Y ELECCION PRESIDENCIAL

Perón había ordenado a sus fieles votar en blanco, y en efecto, este sufragio de rechazo obtuvo el 24 por ciento de las voluntades. El Radicalismo del Pueblo de Balbín y el Intransigente de Frondizi. A la Constitución de 1853 se le agregó el articulo 14 bis con normas de tipo social. Frondizi activaba solicitaciones al peronismo ara lograr el apoyo electoral que le era indispensable y repujaba un programa capaz de satisfacer a los sectores mas diferentes: laicos y católicos, industrialistas y liberales, partidarios de una posición internacional pro occidental y simpatizantes de izquierda. Perón ordenó que se votara a Frondizi. El 23de febrero de 1958 el 49 por ciento del electorado ungió a Frondizi. Había conseguido todas las gobernaciones, la totalidad del Senado y dos tercios de los diputados.  
 
 

UNA PESADA HERENCIA

El peor saldo de la Revolución Libertadora reside en la actitud asumida por las Fuerzas Armadas en el sentido de verse como custodios de una cerrada vigilancia antiperonista. En 1962 derrocamiento de Frondizi. El peligro de un nuevo triunfo peronista impulsó el derrocamiento de Illia. De la Revolución Libertadora surgieron unas Fuerzas Armadas dispuestas a no permitir el menor atisbo de reaparición del peronismo. La CGT o las 62 Organizaciones se convirtieron en el partido peronista que la legislación dictada por la Revolución Libertadora había abolido. El movimiento sindical presionó, atacó, hostilizó y se manejó en la misma forma en que se habría manejado una oposición política pero sin el control institucional que limita y condiciona la actuación de los partidos.             
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

AUTORITARISMO Y DEMOCRACIA (1955-2006) 
 

INTRODUCCIÓN

Lo que si caracterizó a la sociedad argentina con posterioridad a 1955 fue una situación de equilibrio dinámico en la que deben distinguirse dos etapas. La primera de 1955 a 1966 correspondió al establecimiento de una fórmula política dual, cada gobierno se caracterizó por el hecho de que su perdurabilidad estuvo en jaque desde el momento mismo de su inauguración y que implementó mecanismos que fueron límites a las capacidades de acción de los distintos contendientes sociales. La segunda etapa, de 1966 en adelante, fue dominada por los intentos de unificar el campo de la política. En la primera dominaron los gobiernos débiles. El despliegue de los sucesivos proyectos de establecimiento de una semi democracia tuvo consecuencias: proveyó el marco para la definición de un estilo de funcionamiento de la sociedad, en la cual los procesos económicos, culturales y corporativo-institucionales, fueron bastante autónomos de las iniciativas de transformación “desde arriba”. Un sistema político dual, funcionaron, por un lado los partidos no peronistas y el Parlamento; y por otro operó un sistema de negociaciones y presiones extraparlamentarias y extrapartidarias. En la segunda etapa predominaron gobiernos fuertes que se propusieron transformaciones radicales de la política e incluso de la sociedad argentina y que se basaron rn consensos de terminación. 
 
 

CAPITULO I “EL FRACASO DE LA SEMIDEMOCRACIA Y SUS LEGADOS”

Los líderes del golpe de Estado de 1955 caracterizaron al régimen peronista como una dictadura totalitaria y levantaron los estandartes de la democracia y la libertad, proponiéndose como objetivo el restablecimiento del régimen parlamentario y el sistema de partidos. Se frustró en 1957. En 1962 los militares derrocaron al presidente Frondizi elegido constitucionalmente 4 años antes, en 1966 volvieron  intervenir para derrocar a Illia. La forma de como se fueron definiendo los modos de hacer política, se exploran 3 elementos:

* el surgimiento de desfasajes significativos entre el nivel de los intereses socioeconómicos, por un lado y, el de los bloques políticos

* la formación de un movimiento sindical peronista con características nuevas, que se constituyó en un actor político autónomo y articuló progresivamente una estrategia defensiva y de oposición

* el ingreso de los militares a la arena política, asumiendo un rol tutelar en el marco de regímenes semidemocráticos y expandiendo su esfera de intervención con el objetivo de acabar con las prácticas democráticas y las instituciones parlamentarias 
 
 

ARGENTINA POST 1955: UNA COMUNIDAD POLÍTICA DESARTICULADA

El corolario de la exclusión del peronismo, tanto del plano electoral como de la acción política legal, introdujo una profunda disyunción entre la sociedad y el funcionamiento de la política en la Argentina. El sector popular quedó privado de toda representación tanto en las instituciones parlamentarias semidemocráticas como en la maquinaria institucional del Estado. Las presiones ejercidas por el sector popular fueron de carácter extrainstitucional. La presión popular se redujo a la capacidad de desestabilizar a cada uno de los regímenes civiles y militares que se sucedieron durante el período. Una disyunción dentro de la disyunción y afectó al antiperonismo.

Las diferentes posiciones comprendieron un espectro que iba desde el integracionismo hasta el gorilismo con su nunca abandonado propósito de extirpar completamente el cáncer peronista de la sociedad argentina. A partir de 1956 fueron emergiendo tres posiciones divergentes en el campo del antiperonismo: la del populismo reformista, la desarrollista y la liberal. La primera alentó la posibilidad de promover los intereses de la clase obrera y la burguesía urbana, y propuso una política nacionalista moderada, que impidiera la presencia del capital extranjero en sectores tales como energía, comunicaciones, y la producción de bienes de capital. Las consignas del populismo reformista fueron promovidas por el radicalismo, que se había transformado en laa única oposición partidaria organizada después de 1946. En 1956 el partido se dividió un ala, la Radical Intransigente o frondizista, partidaria de una gradual legalización del peronismo, la otra, los Radicales del Pueblo, permanecieron cercanos a la posición proscriptiva de los militares.

Cuando Frondizi fue elegido presidente en 1958, redefinió la orientación económica del partido, articulando una posición enteramente distinta, la desarrollista y la otra fracción mantuvieron su apoyo a los postulados del populismo reformista. Los desarrollistas sostuvieron que el estancamiento económico de la Argentina se debía principalmente a un retardo en el crecimiento de las industrias de base.  

El desarrollismo sostuvo que se requería una incorporación masiva de capital extranjero a la economía. Los liberales no sólo criticaron el modelo de conciliación de clases, también la premisa según la cual el desarrollo industrial debía constituir el núcleo dinámico de una economía cerrada. Argumentaron el progresivo deterioro de la disciplina de los trabajadores y la ineficacia de amplias franjas de la burguesía industrial. A partir de 1955, los partidos políticos, organizaciones corporativas y corrientes ideológicas, a través de los cuales se expresaron el reformismo populista, el desarrollismo y el liberalismo, entraron en numerosas alianzas y conflictos. Tanto los apoyos que tales partidos y organizaciones recibieron, como las oposiciones que suscitaron, tuvieron que ver con las predicciones de las consecuencias que previsiblemente tendría la implementación de las políticas económicas alternativas en relación con los intereses económicos de cada clase o sector social, y el modo en que la retórica, las plataformas y la ideología de cada partido o corriente aludieron a la cuestión del peronismo. Con respecto al peronismo los Radicales del Pueblo tendieron a asumir posiciones cercanas al gorilismo. Los Radicales Intransigentes nunca abandonaron los objetivos integracionistas que anunciaron desde 1956. Trataron de reforzar el predominio peronista en el movimiento sindical, pero indujeron a los líderes sindicales a actuar responsablemente, lo cual significaba * contener las excesivas demandas salariales de las bases y * distanciarse del liderazgo ejercido por Perón.

Las negativas del gobierno frondizista a desmantelar la CGT y las idas y vueltas con respecto a la proscripción del peronismo en los comicios legislativos y provinciales agudizaron la tensión entre liberales y desarrollistas. Tanto en 1958 como en 1962 los Radicales del Pueblo ofrecieron una plataforma antiperonista y antiintegracionista. Cada vez que el populismo reformista tuvo oportunidad de aplicar su programa económico los liberales se sintieron profundamente contrariados por políticas que no dejaban de asemejarse a las del peronismo. La estrategia liberal puso énfasis en la necesidad de eliminar aquellas mediaciones políticas, los partidos y los mecanismos parlamentarios que habían impedido por más de una década la implementación del programa liberal. 
 
 

LOS SINDICATOS PERONISTAS EN LA OPOSICIÓN

Los desafíos abiertos a la autoridad de Perón no constituyeron la única manifestación de las transformaciones que su liderazgo sufrió a partir de 1955. Las connotaciones ideológicas del peronismo se fueron librando en parte de su influencia. El voto de los trabajadores se transformó en un instrumento de presión y negociación, comparable a los paros y huelgas. A partir de 1959 la economía fue transformada por la expansión de los sectores industriales productores de bienes intermedios y de consumo durable. Los sindicatos argumentaron que las políticas económicas y laborales de los regímenes no peronistas no sólo perjudicaban los intereses inmediatos de los trabajadores, sino que además socavaban la posibilidad del retorno a la época dorada del peronismo. Las prácticas políticas del movimiento sindical combinaron dos elementos:

* un patrón de esporádicas penetraciones en los mecanismos de representación parlamentaria que se manifestó a través de la limitada capacidad de los líderes sindicales para influir sobre la conducta electoral de los trabajadores

* una acción de desgaste a largo plazo que se ejerció contra regímenes políticos que excluyeron al peronismo, al costo de ser altamente vulnerables a ataques cuestionadotes de su representatividad y legitimidad

Que el poder del sindicalismo se manifestara principalmente a través de la imposición de restricciones a las acciones de otros actores, ocultó su incapacidad para formular un diagnóstico propio de la crisis estructural que afectaba a la economía argentina desde fines de la década de 1940 y para proponer respuestas. La resistencia sindical no pudo revertir algunos de los cambios introducidos en la economía. Durante el período 1959-61 se dio una importante expansión de los sectores industriales caracterizados por ser capitales intensivos y contener una presencia predominante del capital extranjero.  
 
 
 

LOS MILITARES DEL PERÍODO POSTERIOR A 1955: NUEVOS ESTILOS DE INTERVENCIÓN POLÍTICA

Durante una primera etapa desarrollaron un estilo de intervención tutelar que resultó en la exclusión del peronismo del proceso electoral y de las instituciones representativas del Estado y, el ejercicio de presiones y de su poder de veto sobre las medidas e iniciativas políticas del gobierno constitucional instalado en 1958, con el propósito de imponer sus propias preferencias en los asuntos políticos. A principios de la década de 1960 importantes sectores de las Fuerzas Armadas comenzaron a darse cuenta de que los beneficios obtenidos mediante la intervención tutelar eran inferiores a los costos ocasionados por ésta. La fragmentación militar alcanzó su punto más crítico entre los años 1959 y 1963, a raíz de confrontaciones entre facciones opuestas que, en dos ocasiones, culminaron en enfrentamientos armados.

El golpe militar y la posibilidad de fundar un régimen no democrático, permanente y estable, apareció los liberales como una opción tentadora.  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

EL ASCENSO DEL NEOLIBERALISMO. NOTAS SOBRE IDEOLOGÍA Y PROCESO AUTORITARIO. 
 

INTRODUCCIÓN

Concepto de ideología: como sistema de ideas, concepción de la realidad que impulsa un vasto programa de cambio social. Y como pensamiento justificador y parcial que reivindica la universalidad. 
 
 

EL DISCURSO DEL AUTORITARISMO

Siendo una de sus características principales el estar constituido por una multiplicidad discursiva, hay en él una complementación, yuxtaposición e inclusive contradicción de elementos provenientes de diversas doctrinas e ideologías: del nacionalismo, liberalismo, integralismo católico, conservadorismo, etc, lo cual dará lugar a diversas interpretaciones sobre el mismo. Es posible distinguir dos corpus, aquel elaborado sobre el concepto central de la seguridad interna y que tiene como referente a la corporación militar, sujeto y protagonista principal del proceso, y que se relaciona con su rol en el poder y en la sociedad: el “discurso de la seguridad nacional”. Y el proveniente de las elites que elaboran y ponen en ejecución el plan económico durante los primeros 5 años centrado en una referencia a la libre competencia, a la reorganización del aparato productivo y a un cambio de mentalidad: el “discurso del mercado”.  
 

EL DISCURSO DE LA SEGURIDAD NACIONAL

La intervención de las FF.AA. ha constituido la única alternativa posible frente al deterioro provocado por el desgobierno, la corrupción y la complacencia. A partir de la década del 40, momento en el cual nuestra sociedad “perderá su rumbo”, dando lugar a un marcado y extendido sentimiento de “frustración nacional”. Pérdida de posiciones del país dentro de la jerarquía internacional. El rechazo de este pasado se realizaba considerando al Proceso de Reorganización Nacional (P.R.N) como el comienzo de una nueva etapa. El estado en que habría caído el país, víctima de la subversión marxista y de la falencia de las instituciones para resolver la crisis, constituía un “estado de necesidad” que legitimaba de “origen” al proceso, el cual eliminaría los vicios del pasado para dar lugar al surgimiento de una Argentina pujante y próspera, orientada a la consolidación de una democracia “moderna y estable”.  
 

EL DISCURSO DEL MERCADO

La inflación, el lento crecimiento y la falta de armonía en el desarrollo de los distintos sectores de la economía se derivaban del proteccionismo a ultranza impuesto a partir de entonces, proteccionismo señalado como causa fundamental del “retroceso” experimentado por el país. La búsqueda de la eficiencia y la competitividad de la economía trajo la guía de tres modelos: el Estado subsidiario en contraposición al Estado “paternalista y benefactor”, la soberanía del mercado y de sus leyes, por último, la sociedad libre y competitiva que debía reemplazar a la “masificante” e ineficiente anterior.  
 

UNA CONVERGENCIA IDEOLÓGICA

Estas contradicciones serán evidentes entre el proclamado nacionalismo de uno y el internacionalismo del otro, entre una concepción organicista de la sociedad, manifiesta en el discurso de la seguridad nacional, y el contractualismo del discurso del mercado. En la contradicción existente entre una visión que coloca al individuo y su realización  económica como valores últimos, y otra que, coloca a la nación y a su seguridad por encima de cualquier otra consideración. En el P.N.R. la existencia de estas dos lógicas diferentes existirán coherencias parciales, una convergencia basada en tres aspectos fundamentales:

* Ambos impugnarán no sólo un régimen o un partido gobernante sino el conjunto de paradigmas y valores que habían dado lugar al modelo de la sociedad industrial surgida a partir de la década del ’40. En el de la seguridad nacional se presenta una sociedad desintegrada, enferma. Una sociedad impedida de responder por sí misma, descalificada en sus distintos sectores y organizaciones para intervenir en la resolución de la crisis. En el discurso del mercado el elemento impugnador lo constituirá la invocación a un saber superior: el saber técnico. Este discurso se proveía de inmunidad ante las críticas. Como decía Martínez de Hoz “si todos critican es porque este programa no beneficia a nadie en particular”.

* Impugnación de la política y de los políticos. El ataque contra la “demagogia”, el “estatismo”, las “falencias institucionales” y la “complacencia” de los anteriores gobiernos antes los síntomas de indisciplina y desgobierno es un ataque que apunta a la política misma. En ambos discursos los políticos son los responsables del “desastre” y por tanto están invalidados de cuestionar los procedimientos reorganizadores.

* Manifestación de la necesidad de un replanteo de las bases de la sociedad, el propiciar una reorganización de fondo que dé lugar a una nueva sociedad, libre de los “vicios enquistados en la anterior”. El retorno a las reglas que habían dado lugar a la época de oro era la clave de esta interpelación que debía servir para ver con nuevos ojos las modificaciones impulsadas por el proceso reorganizador.

El programa de transformaciones propuesta favorecía a la sociedad que pugnaba por surgir de las “garras del Estado2, de la demagogia sindical y la indisciplina social, que buscaba en el retorno a las leyes naturales de a economía la respuesta a su destino de grandeza. Era recobrar el rumbo, el discurso del autoritarismo se legitimaba no sólo en función del “caos”, sino también a partir de esta premisa, mostrando que el capitalismo argentino tenía un brillante porvenir en la medida que pudiese asociarse, nuevamente, a la fórmula del éxito. 
 
 

UNA IDEOLOGÍA PREDOMINANTE O LA “FILOSOFÍA DEL PROCESO”

El discurso de la “seguridad nacional” tiene como referente a la doctrina cuya génesis se remonta del ’50, asociada a las ideas, instituciones y políticas de la Guerra Fría. La D.N.S identifica determinadas situaciones de la vida política del país (desgobierno, trastrocamiento en el equilibrio e independencia de poderes, terrorismo, vacío de poder, etc) como lesivas para la seguridad y la unidad nacionales. Se trataría de situaciones en las cuales las FF.AA. tienen el deber de hacerse cargo del poder para conjurar el peligro e impedir la disgregación nacional. Las FF.AA se subordinan a los “supremos intereses de la nación”. Es un doctrina militar que al exceder su campo y rol específicos se transforma en una doctrina política que guía el accionar de las FF. AA y para la cual éstas se colocan como instancia política decisiva del proceso nacional.  
 

LOS LÍMITES DE UNA DOCTRINA

“Hacia dentro” de la institución armada dotan a ésta de cierta impermeabilidad respecto de la influencia de otras ideologías. La D.S.N garantiza la unidad y coherencia de las FF.AA en la actuación política. La función ideológica “hacia fuera” es la de legitimación del proceso autoritario, ya que los valores y principios a salvaguardar mediante la intervención militar deben ser aceptados por toda la comunidad como propios y a la institución militar como responsable principal de su custodia y única opción para la superación de la crisis. Esta doctrina muestra límites:

* Porque ambas funciones, de identidad y legitimación, como también el conjunto doctrinal, no proponen de por sí una organización definida de la sociedad. No establecen pautas para el tipo de transformación que debe realizarse o sobre la institucionalidad a que debe dar lugar el proceso. El “Proyecto Nacional” será desplazado y junto con él la importancia adquirida por el Ministerio de Planeamiento. Se contraponía frontalmente al modelo de “sociedad del mercado” propuesto por la élite económica

* Tampoco esta doctrina ofrece una trama de valores y normas completa con las cuales socializar a la población dentro de un  nuevo orden. Es un discurso fundamentalmente de y para los miembros de las FF.AA

* Este discurso corresponde a un determinado momento del proceso, al de sus inicios, a la etapa signada por las medidas disciplinarias inherentes a una reorganización de la sociedad que debe realizarse sin demandas, reivindicaciones o actividad política alguna. La etapa en donde la “seguridad interna” constituye la norma única a través de la cual se definen las relaciones entre el poder y los ciudadanos. Una vez transcurrida esta etapa este discurso pierde su carácter principal y permanece en latencia, como reserva ideológica de los sectores más duros y nostálgicos de los primeros tiempos del régimen.  
 

EL DISCURSO CENTRAL

El discurso “del mercado” contará como referencia a las corrientes más matematizadas de la economía neoclásica y a la teoría monetaria de la Escuela de Chicago y al liberalismo.   Tendrá una decisiva significación dentro de la trayectoria teológica del P.R.N.

* Por el condicionamiento implícito que el plan económico, mal llamado de “estabilización” dado que el mismo configurará un verdadero plan de transformación socioeconómico del país, tendrá sobre el programa político llevado a cabo por el gobierno militar durante la primera etapa. En palabras de Canitrot: La virtud del planteo del liberalismo económico consistió en demostrar a las FF.AA que el esquema político institucional que procuraban reemplazar estaba ligado estrechamente al ordenamiento económico que le daba sustento.

* Hacia el conjunto de la sociedad, el “cambio de mentalidad” reclamado por este discurso se constituirá en la consigna principal de un intento de resocialización del hombre argentino. Tenderá a provocar la despolitización generalizada de la sociedad. Será llevado a cabo sobre tres ejes principales:

a) La desmitificación del Estado y el interés general. Se generó la creciente espectativa de la comunidad respecto de la acción del Estado. No sólo se pretende afectar en esta operación las representaciones generales de la población sobre el rol del Estado en la seguridad social, el desarrollo y la protección industrial, sino también sobre la noción misma del interés general. El único interés general válido será aquel producto o resultado de la introducción de la mayor cantidad posible de mecanismos de mercado.

b) La desmasificación. Disminución del grado de reconocimiento de las asociaciones intermedias como legítimas mediadoras de la voluntad política, sectorial y/o profesional de los individuos. Operación de desprestigio y crítica, de debilitamiento y eliminación de estas asociaciones que tenderá a reducir al individuo al ámbito privado, a provocar su repliegue sobre la esfera familiar, generando un efecto atomizador que tiende a disminuir de forma sistemática la confianza y la actitud de los individuos para su participación en cualquier asociación que tenga algún carácter o fin reivindicatorio.

c) Un cambio de ciudadanía. La identidad del ciudadano como sujeto de obligaciones y derechos políticos, tienda a resignificarse con la del consumidor. Pasó del énfasis en la cultura polítca al énfasis en la cultura económica. La ideología dominante del autoritarismo es aquella que se articula con la consigna principal de la recuperación de la sociedad de libre mercado.  
 
 

EL NEOLIBERALISMO

Friedman, máximo representante del movimiento neoliberal norteamericano. Von Hayek pertenece a la Escuela neoliberal Austríaca sus diferencias con Friedman no son sólo de método.  
 

UN RETORNO A LAS FUENTES

Se caracteriza por un retorno a la ortodoxia, a las bases teóricas y doctrinarias del liberalismo. Un marcado economicismo. Se intenta hacer prevalecer el análisis económico frente a los de tipo político, sociológico o psicológico. Para Friedman el político no mira más lejos que la elección siguiente. Para Hayek la razón de esta descalificación radica en que los intereses personales y partidarios de los políticos distorsionarían el proceso económico, anulando de esta forma su racionalidad intrínseca. Es el retorno al paradigma de la mano invisible por el cual cada hombre persiguiendo su interés personal contribuye automáticamente al progreso y a la prosperidad del conjunto. Es la vuelta y confirmación de pensadores clásicos como Smith, la restauración del mercado como única autoridad o como la autoridad social por excelencia y una reafirmación de la validez de la teoría de las ventajas comparativas como modelo para guiar la inserción de las economías nacionales en la división internacional del trabajo.

La acción estatal será vista como una amenaza para la libertad del individuo, la responsabilidad moral como un asunto puramente individual (Friedman) no social. Señala al Estado Protector como causante principal del desorden económico, político y social que se observa en las sociedades occidentales en los últimos años. El diagnóstico de la crisis del Estado Protector se articula con el de la ingobernabilidad de la democracia.  
 

ELEMENTOS CONSERVADORES

Los constructivistas se imaginan que una sociedad se construye como se construye una máquina, siguiendo un plano. Una de las claves conservadoras de este pensamiento es que el orden sea visto como el régimen que asegura el ejercicio incontrastado y pacífico de la autoridad política por parte de los mejores. Es también el rechazo al igualitarismo que trae apareado el proceso de democratización. Este pensamiento afirmará la libertad individual como el valor primordial, pero connotado éste como libertad económica, requisito previo para Hayek, de la política. El igualitarismo tendería a disminuir los intensivos para la superación individual, el desarrollo de la competencia y de la lucha por el logro de los mejores lugares. El sistema capitalista requeriría la existencia de una estructura diferenciada de ingresos que permita impulsar la competencia y el sentido de superación de los individuos.

La concepción se caracteriza por la búsqueda de la disciplina y obediencia de las masas a una moral del trato individual y el disciplinamiento económico que lleva a que, por el mercado, cada uno ocupe su lugar en la estructura social. A diferencia del conservadorismo clásico que surge como reacción a la Revolución Francesa, al industrialismo, éste surge con la revolución liberal de fines del siglo XVIII. En el “nuevo” no hay una propuesta de volver a la sociedad orgánica, comunitaria, jerárquica y religiosa que proponía el “clásico”, sino por el contrario a la atomística, individualista, secular y privada que surgiera entonces a la sociedad del mercado.  
 
 

UN NUEVO ORDEN

UNA REVOLUCIÓN POLÍTICA

Aumento del poder del Estado, que ampliando sus funciones comenzó a actuar como regulador, interventor y planificador de la economía y de la sociedad. La “revolución keynesiana” que diera lugar a un nuevo orden social, promoviendo la ampliación de la ciudadanía al conjunto de la población, la dinámica social ascendente, la mejora en las condiciones de vida y la participación de las clases trabajadoras en las decisiones públicas. Estas ideas estuvieron unidas en la experiencia del capitalismo central al New Deal rooseveltiano. Las mismas a diferencia de lo ocurrido en los países centrales tendrán relativa vigencia hasta mediados de la década del ’70, período éste en el cual las distintas intervenciones militares les harán perder coherencia y eficacia.  
 

CRISIS Y NUEVA RESPUESTA

La crisis se manifiesta a través de diversos indicadores, por una parte en que los anteriores mecanismos de reactivación económica no funcionen como entonces, si no que agraven aún más la inflación. La gran importancia alcanzada por los sistemas de protección social durante el período anterior, como la capacidad existente de presión y negociación sindical, dificultan la posibilidad de lograr tasas de crecimiento y de ganancia satisfactorias, lo cual dificultará la reinversión. De acuerdo con Gunder Frank, el mundo capitalista habría entrado desde fines de la década del ’60 en una prolongada crisis de sobreacumulación de capital y sobreproducción.

La crisis del petróleo agudizará el proceso inflacionario. El neoliberalismo presupone un intento por racionalizar el sistema, partirá de otros objetivos y poderes, contará con diferentes soportes sociales:

1) El objetivo principal será racionalizar el funcionamiento del conjunto mundial. La eliminación de las disfuncionalidades de signo económico.

2)  Partirá de las necesidades de expansión y de acumulación de las corporaciones, relacionadas con la obtención de mercados cada vez más amplios, homogéneos y a escala, que trabajen con su misma lógica, libre de trabas o valores que puedan colocarse por encima de estos intereses, y relacionados con la supresión del carácter intervencionista, regulador y proteccionista de los Estados.

3) Esta respuesta supondrá la primacía de una racionalidad de carácter técnico-económica. Estará basada en la necesidad de la aceptación de leyes e imperativos técnicos. Será necesario despolitizar, atomizar, privatizar y señalar los márgenes de gobernabilidad de la democracia.

4) Este proyecto de restructuración y reinserción capitalista, significará la existencia de nuevos soportes sociales. Sectores especializados en la producción y exportación de materias primas, financieros e importadores ligados a esta nueva división internacional del trabajo y al común interés político en la disminución del poder regulador económico estatal que instrumentaba el anterior orden.  
 
 

PROYECTO NEOLIBERAL Y TRANSFORMACIÓN ESTRUCTURAL

Será como dice Carretón: la transformación de las bases que hicieron posible determinados modos de estructurarse los movimientos sociales, la eliminación de un tipo de relación entre sociedad civil, sistema político y Estado, características de diversas formas de populismo y de Estado de Compromiso.

Transformación que se realiza sobre tres ejes: el de la organización social, el del Estado y su función en la sociedad y el de a estructura de legitimación.  
 

CONTRA LA SOCIEDAD “CORPORATIVISTA”

Disminución de la influencia de estas corporaciones sobre sus bases a través de la modificación de la ley de Asociaciones Profesionales, de la ley de Contrato de Trabajo, de la prohibición del derecho de huelga y de las restricciones hechas a la actividad sindical. Un cambio de “mentalidad” que elimine la concepción corporativa de las reivindicaciones “naturales” que deben regir la vida social y los intercambios entre los individuos.  
 

CONTRA EL ESTADO “PATERNALISTA”

El proyecto neoliberal apuntará a su reemplazo por el Estado subsidiario, en el cual desaparece la función reguladora y de garante social de la población. Esta modificación del carácter y de la función del Estado comenzará a llevarse a cabo a través del desmantelamiento del Estado empresario (privatización de empresas), de la apertura económica (eliminación de barreras proteccionistas de promoción industrial), y de la eliminación o debilitamiento de organismos estatales de planificación. Propuesta de eliminar la capacidad del Estado de emitir moneda. En su reemplazo propone la utilización de los medios de pago internacionales, empleando para ella el volumen financiero que circula a través del sistema internacional de las tarjetas de crédito.

El proyecto neoliberal contiene un modelo de Estado que debe eliminar de sí toda función que no pueda cumplir mejor que la iniciativa privada.  
 

CONTRA LAS DEMOCRACIAS “ILIMITADAS”

Su perspectiva de la democracia se halla en contraposición con el modelo estructurado bajo el principio de la soberanía popular, de la representación parlamentaria y de la importancia política de las masas. La crítica se funda en la observación de que la democracia misma sería distorsionada por la disolución de la autoridad de la ley a través del imperio de las mayorías, que pueden modificarla en función de su número, la desprotección de los derechos de las minorías y la pérdida de “libertad” por el creciente aumento de funciones ya atribuciones del Estado.

Las democracias ilimitadas es una concepción de libertad negativa que pone énfasis en todo aquello que limite los poderes políticos, impidiendo que éstos interfieran en los derechos del individuo. La ingobernabilidad estaría en estrecha relación con la creciente expansión de funciones y gastos estatales a que conduce el proceso de democratización. Necesidad de limitar la democracia, los caminos para ello son:

a) A través de la definición de lo que sería el régimen óptimo deseable y sus características principales, en donde el neoliberalismo enfatiza el concepto de la república por sobre el de democracia.   

b) A través de la disminución de los estándares en las expectativas de legitimación de la población. Generación de menores expectativas sobre la importancia de la acción pública y de mayor desinterés por parte de ésta respecto de la acción pública.

c) A través de las restricciones al principio de la soberanía popular, no será ya la soberanía del pueblo sino de la ley.

d) A través de las restricciones al principio de representatividad parlamentaria.

e) A través del intento de asimilar la política al mercado. El mercado para Friedman sería el lugar donde el individuo es plenamente libre, mientras que el voto daría lugar a un sometimiento sin unanimidad. 

La transformación estructural del proyecto neoliberal iniciada en el proceso autoritario está basada en la eliminación de la importancia de la organización social, en la modificación del Estado como regulador de la sociedad y garante de la seguridad social y en la transformación de la democracia en términos de eliminación de la validez del principio de la soberanía popular, y de la representatividad parlamentaria.  
 
 
 
 

CONCLUSIONES

Se trataría de un retorno al Estado guardián, instrumento del capital, y a la disminución o eliminación de los niveles de protección social y laboral.

       

         
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

DESPUÉS DEL SIGLO XX: UN MUNDO DE TRANSICIÓN 
 

I

A comienzos del siglo XXI, el mundo se caracteriza por 3 procesos principales:

* La enorme fuerza y ritmo acelerado de nuestra capacidad de producción, que puede cambiar la faz del planeta

* La globalización acelerada por la revolución de los transportes y las comunicaciones y que en sí misma también se acelerará. Deben señalarse dos cosas a) sus efectos más poderosos proceden directa o indirectamente de la globalización económica, y b) opera en todos los campos, excepto los del poder político y la cultura en la medida en que éstos se relacionan con el lenguaje

* El cambio en la distribución de la riqueza, el poder y la cultura respecto de la pauta establecida en el período 1750-1970.

El agotamiento de los recursos no renovables planteará problemas fundamentales en el siglo XXI.. En la segunda mitad del siglo XX la producción humana dejó de ser intensiva en mano de obra y pasó a ser intensiva en capital y, en información. La disminución espectacular de la población rural ha sido más que compensada por le aumento de la población urbana, que en el mundo en vías de desarrollo cobró la forma del auge de las grandes urbes. El incremento del sector servicios de la economía producido por el crecimiento económico no brinda una adecuada salida alternativa a este excedente de mano de obra masculina, rural o industrial, casi siempre poco instruida y carente de flexibilidad para su capacitación. El aumento en la capacidad de producción humana se ha basado crecientemente en el conocimiento y la información.

El surgimiento de ciertas regiones y el atraso de otras, así como las crecientes disparidades entre ellas, son sumamente evidentes. En el año 2005, los países más atractivos para invertir en I & D eran, en ese orden, China, EE.UU., la India, Japón, el Reino Unido y Rusia. Entre los países latinoamericanos, Brasil ocupaba el 19º lugar (después de Austria) y México el 23º. 
 
 

II

A mediados del siglo XIX las comunicaciones sufrieron una revolución, la globalización de la producción solo fue posible gracias a la revolución de las comunicaciones, que abolió virtualmente las limitaciones de espacio y tiempo. Década del setenta triunfó de un capitalismo que se basa en la libre movilidad mundial de todos los factores de la producción y gobiernos que no interfieren en la asignación de recursos por parte del mercado. En el “mundo capitalista avanzado” el mayor crecimiento del PBI per çápita se obtuvo en los años dorados de 1950 a 1973. Varios aspectos de esta globalización neoliberal tienen directa relevancia para la situación general del mundo a comienzos del siglo XXI. La desigualdad económica y social ha experimentado un franco aumento, tanto en el plano internacional como nacional.

La segunda característica ha sido el fuerte aumento de la inestabilidad económica, en particular el impacto de las fluctuaciones económicas. La tercera característica es que al sustituir un conjunto de economías nacionales interactuantes por una única economía global, reduce la capacidad de los gobiernos para influir en las actividades económicas que se desenvuelven en su territorio o lo afectan y aún más en su posibilidad de derivar ingresos de ellas. Desde que se puso fin a las economías  de planificación centralizada, todos los Estados, incluso los de mayor magnitud, están en mayor o menos medida a merced de “el mercado”. La globalización neoliberal ha debilitado mucho a los Estados nacionales como dueños del poder y elaboradores de las políticas públicas. El aspecto más preocupante de este debilitamiento es que priva a los Estados de lo que desde Bismark los gobernantes reconocen como el principal instrumento para mantener la estabilidad social y política: el Estado providente o benefactor.

Las únicas autoridades dueñas del poder de la ley y de la fuerza física son los Estados. Los Estados son la sede de la actividad política y ésta cuenta con considerable vigor internacional en una era en la que casi todos los países, democráticos o no y hasta teocráticos, deben tomar en cuenta lo que piensan sus ciudadanos. Por motivos políticos ningún Estado puede darse el lujo de dejar en manos del mercado la distribución del ingreso nacional. La actividad política, a través de la acción del Estado constituye un contrapeso frente a la globalización económica. La globalización económica opera a través de empresas transnacionales sin poder político y militar pero que funcionan en el marco establecido por estos países, sus políticas, alianzas y rivalidades. La creación de una economía mundial única, totalmente interconectada y no entorpecida por las fronteras nacionales, está aún en su infancia. Para medir la globalización social, toma en cuenta información relativa a contactos personales, como el tráfico telefónico, las transferencias, el turismo internacional, el porcentaje de extranjeros que viven dentro de un país y la cantidad de cartas internacionales per cápita, así como la relativa a los flujos de información, como los poseedores de sitios de Internet, los usuarios de Internet y de la televisión por cable, y las transacciones comerciales realizadas por vía de periódicos o radios.  
 
 

III

La economía del mundo moderno fue transformada por tecnologías occidentales, y por un sistema capitalista nacido y centrado en Occidente. En términos militares, la situación no estaba tan desequilibrada, pero ninguna potencia que careciera de los recursos técnicos y organizativos de Occidente era capaz de resistir a otra que los tuviera. Modernización significó occidentalización. La globalización fortaleció la situación de los centros primitivos de la industrialización y el desarrollo capitalista del Norte, lo cual multiplicó la distancia entre la riqueza per cápita de estos países y la de los del resto del mundo, y brindó a sus habitantes un extraordinario nivel de vida, de seguridad social y de oportunidades vitales en general.

Las principales regiones del planeta tienen en el siglo XXI una estructura demográfica muy diferenciada. Cuando desaparezcan los vestigios de la Guerra Fría, el futuro lógico de los países que sucedieron a los comunistas, incluida Rusia, estará en su asociación con Europa. La globalización no puede ser, como pretende el neoliberalismo, semejante al suave fluir de una corriente líquida. En esa corriente líquida hay tres grades masas sólidas, políticas y sociales. Las tensiones y desigualdades creadas por una globalización descontrolada ya ha provocado gran resistencia popular, que limita los alcances de los gobiernos neoliberales y endurece a los regímenes democráticos. Hoy estamos en una etapa de transición de una economía mundial dominada por el Norte. No acercará a la humanidad a la solución de la crisis ambiental mundial, que será intensificada por esas actividades. 

       
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

LA ARGENTINA EN EMERGENCIA PERMANENTE

LA RESTAURACIÓN DE LA DEMOCRACIA CONSTITUCIONAL 
 

LA REORGANIZACIÓN DE LAS INSTITUCIONES POLÍTICAS

 

LAS “ELECCIONES FUNDACIONALES” Y EL DISCURSO ÉTICO-POLÍTICO

El derrumbe de la dictadura militar de 1976 permitió a la sociedad ingresar en un nuevo período democrático con un horizonte de esperanza que la movilizó tras la prosecución de la renovación del sistema político y la reorganización de la economía. Demanda de orden. Alfonsín denunció la existencia de un pacto militar-sindical, entre un sector del Ejército y uno del peronismo. El discurso ético político que acompañó a Alfonsín durante la campaña electoral estuvo basado en dos ejes centrales: la Constitución Nacional y los derechos humanos. La “propuesta política” de la campaña giró en torno a esos postulados: democracia, Estado de derecho, justicia, derechos humanos. Aseguraba que con la democracia se come, se educa y se cura.

Los militares intentaron concertar con las fuerzas civiles sobre: 1) la no revisión de lo actuado en la lucha contra la subversión, 2) la inserción de las Fuerzas Armadas en el futuro Gobierno constitucional. La dictadura sancionó el 23 de septiembre de 1983 la Ley de Autoamnistía, por la que se declaraban extinguidas las acciones penales emergentes de los delitos cometidos en la lucha antisubversiva.  
 
 

LA DEMOCRACIA COMO ILUSIÓN

Fórmula Alfonsín-Martínez asumió el 10 de diciembre de 1983. Nacía la época de la democracia como ilusión. Mensaje presidencial: “tenemos una meta: la vida, la justicia y la libertad para todos los que habitan este suelo. Tenemos un método: la democracia para la Argentina. Tenemos un combate: vencer a quienes desde adentro o desde afuera quieren impedir esa democracia. Tenemos una tarea: gobernar para todos los argentinos sacando al país de la crisis que nos agobia”. Alfonsín no había obtenido mayoría en la cámara de senadores, sólo controlaba la cámara de diputados. Condición fundamental: la transformación de una cultura autoritaria y la eliminación del rol político de las Fuerzas Armadas en la vida nacional. El gobierno radical debía hacer frente a la decadencia económica y la inflación.  
 
 

LA NUEVA VIDA POLÍTICA: ENTRE EL PARLAMENTO Y LA PARTICIPACIÓN

Al asegurar los derechos civiles y garantizar la libertad política a través de las instituciones públicas, se abrió un período de lucha por la ampliación de la participación política. Se podría convenir en que la democracia participativa comienza a declinar su fortaleza a partir de las elecciones de septiembre de 1987 que causan una derrota electoral al partido gobernante. Las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, impulsadas por las presiones de los rebeldes militares limitando la acción de la justicia, corroen la credibilidad presidencial.

El gobierno de Alfonsín no pudo subordinar completamente las Fuerzas Armadas a la democracia. El fracaso del Plan Austral, las dificultades para reformar el Estado, la imposible reestructuración económica, clausuraron las posibilidades transformadoras del gobierno radical y lo dejaron inhabilitado para continuar en el ejercicio del poder. La democracia como ilusión dejaba lugar a la democracia como procedimiento. La política parecía no ser una cosa de pocos y la vida pública resultaba aceptable y digna. La gestión de Alfonsín ingresó en un proceso progresivo de rigidez, del que no podrá salir hasta llegar al descontrol provocado por situaciones hiperinflacionarias y anómicas, que lo obligaron a adelantar el traspaso del poder.  
 
 

LA INSUBORDINACIÓN MILITAR Y LOS DERECHOS HUMANOS

En la Argentina no hubo transición pactada. El efecto Malvinas fue concluyente: permitió iniciar el proceso de transición democrática sin necesidad de pactar el traspaso del poder. Reaparece la pretendida sentencia de impunidad y se cierra una etapa. Con la política de derechos humanos del gobierno de Kichner se reabre el ciclo de investigación de la justicia y el pacto postergado comienza a resquebrajarse. Con la modificación de la Ley de Ministerios. Se determinaba que los poderes de guerra y sus atribuciones constitucionales corresponderían al Ministerio de Defensa.

La política de Alfonsín buscaba un equilibro entre la ética de la convicción y la ética de la responsabilidad. La estrategia gubernamental descansaba en los siguientes puntos:

1) En función del juez natural se prevé la jurisdicción militar como instancia competente para los delitos cometidos entre el 24 de marzo de 1976 y el 26 de septiembre de 1983. Finalidad: procurar que la limpieza moralizante proviniese del interior de las propias fuerzas y que la misma no recayese sobre el conjunto del personal militar, para lo cual se irían a distinguir tres niveles de responsabilidad. Falta de disposición del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas de juzgar a sus pares en el mes de septiembre de 1984.

2) Niveles de responsabilidad:

a) los que planificaron y ejercieron la supervisión

b) los que actuaron sin capacidad decisoria cumpliendo órdenes

c) los que cometieron excesos en el cumplimiento de directivas superiores

3) Creación de la CONADEP por decreto presidencial del 15 de diciembre de 1983, con la finalidad de recibir denuncias y pruebas para ser remitidas a la justicia.

Entre la reforma del Código de Justicia Militar (feb de 1984) y la primera rebelión de abril de 1987 rondó la incertidumbre en el proceso de transición democrática. A partir del juicio a los responsables de la represión se abrió una tensa relación entre el gobierno radical y las Fuerzas Armadas. El sentido de la Ley de Punto Final era evitar tanto la proliferación de los juicios como disipar el estado de sospecha que pesaba sobre la institución militar, para lo cual se promovía la aceleración de las causas y la fijación de un término de prescripción de la acción penal. En junio de 1987, dos meses después de la rebelión de Semana Santa, se aprobó la ley que delimitaba la obediencia debida, en base a:

a) se presume de pleno derecho (sin admitir prueba en contra) que los oficiales jefes, oficiales subalternos, y suboficiales de las FF.AA. y de seguridad, no solo son punibles por los delitos cometidos en la lucha contra el terrorismo por haber obrado en virtud de obediencia debida.

b) la misma presunción se aplica a los oficiales superiores que no hubieran revistado como comandantes en Jefe, jefe de Zona, jefe de Subzona o jefe de las Fuerzas de Seguridad, salvo que en plazo de 30 días de promulgada la ley se resuelva judicialmente que tuvieron capacidad decisoria o que participaron en la elaboración de las órdenes.

En diciembre de 1990 el conjunto de las FF.AA. tuvo la garantía de Menem de indultar a los responsables del orden autoritario. La idea del gobierno radical fue el enjuiciamiento a un centenar de militares y no a la totalidad de los involucrados en los actos represivos. “Nuestro objetivo no podía ser el juicio y la condena a todos los que de una u otra manera habían vulnerado los derechos humanos, sino alcanzar un castigo ejemplificador que previniera la reiteración de hechos similares en el futuro.  
 
 

LA MODERNIZACIÓN DEMOCRÁTICA: PRIMER IMPULSO (1983-85)

Convocatoria al Congreso Pedagógico encargado de crear un estado de opinión y de elaborar propuestas para una nueva ley nacional de educación. Una de las propuestas más interesantes del proyecto renovador del radicalismo fue la democratización sindical. Se apuntaba a la libertad sindical y a la inclusión de las minorías en los órganos de conducción, al control de las elecciones por el Estado, a la limitación de la reelección de los dirigentes, y a la participación de las bases en la selección de los dirigentes. A fines de sept de 1986, en un plenario de la CGT, el gobierno radical fue acusado de ser la continuidad de la dictadura. Se sancionó la Ley de Reordenamiento Sindical que impedía el control gubernamental de las elecciones y la representación de las minorías en los órganos de conducción.

La CGT daba comienzo a un plan de lucha, la Iglesia católica elevaba su voz de disconformidad por el proyecto de Ley de Divorcio y las FF.AA. se resistían a ser juzgadas por la violación de derechos humanos. La vía de la concertación con los sectores empresariales y sindicales comenzó a desarrollarse formalmente en el mes de agosto de 1984.  
 
 

LA MODERNIZACIÓN DEMOCRÁTICA: SEGUNDO IMPULSO (1985-87)

El año 1985 marcó el momento de inflexión de la política radical. Tres realizaciones distinguen a este nuevo período que se clausura en 1987: el Plan Austral, el Consejo para la Consolidación de la Democracia y el discurso de Parque Norte. 
 

EL PLAN AUSTRAL

Modificaba el signo monetario, que tomaba el mismo nombre del plan. El gasto público sólo tendría un financiamiento genuino. Los éxitos iniciales del nuevo programa económico, al controlar la inflación, contribuyeron a que el radicalismo ganara las elecciones legislativas e noviembre de 1985. Mientras la CGT confrontaba con el gobierno (reclamando aumentos salariales imposibles de satisfacer), los empresarios (acostumbrados a vivir a expensas del Estado) presionaban para obtener mayores beneficios. El gobierno radical propuso un plan de estabilización heterodoxo. La nueva unidad monetaria estableció n cambio fijo de 80 centavos de australes por dólar y el Banco Central dejó de emitir dinero para financiar los desequilibrios del Tesoro Nacional.

En febrero de 1986, el ministro Sourrouille anunció el comienzo de la segunda etapa del Plan Austral. Se pensaba en la reforma del Estado y en la reestructuración industrial. Con nuevas reglas de juego, se perseguía la reestructuración de las empresas públicas y se promovía la reconversión industrial para mejorar el perfil exportador del país. Se reasignarían recursos económicos provenientes de un crédito del Banco Mundial y de la venta de las empresas públicas para constituir un “Fondo para la Modernización y Desarrollo Industrial”. A principios de 1986, plan de privatizaciones con el secretario de Promoción y Crecimiento, Bertaina. Revisión del Plan Austral que se condensó en un paquete de medidas económicas aplicadas a partir de febrero de 1987 y que se conocieron periodísticamente con el nombre de “australito”.  
 

CONSEJO PARA LA CONSOLIDACIÓN DE LA DEMOCRACIA

Fue creado por decreto presidencial en diciembre de 1985, con la misión de contribuir a la elaboración de un proyecto transformador fundado en la ética de la solidaridad y en la democracia participativa, en orden a la modernización de las estructuras culturales, científicas, educativas, productivas y estatales de la sociedad argentina. Alfonsín encomendó al Consejo, en marzo y abril de 1986, el estudio de la elaboración de un proyecto de reforma constitucional y el diseño de un proyecto de traslado de la Cap. Fed a Viedma-Carmen de Patagones. El gobierno radical promovía la elaboración de un proyecto de reforma constitucional de carácter semipresidencial que iría a reemplazar al clásico régimen presidencialista argentino.

El Consejo recomendó la adopción de un sistema mixto de gobierno, otorgándole mayor participación y responsabilidad al Congreso. Se establecieron principios que buscaban reafirmar y sostener el federalismo real e histórico, el que se aseguraba a través de un organismo institucionalizado que cumplía la función del control del uso de los poderes delegados, poderes no delegados y poderes concurrentes. Con la creación del Consejo para la Consolidación de la Democracia, se promovió la sustitución del régimen presidencialista por otro de carácter mixto, con el preciso objetivo de limitar la excesiva concentración del poder presidencial. 
 

EL DISCURSO DE PARQUE NORTE

Es el mensaje que Alfonsín leyó ante el plenario de delegados al Comité Nacional de su partido en el mes de diciembre de 1985. Era un conjunto sistematizado y ordenado de propuestas de acuerdos hacia dos dimensiones, una de garantías y otra de transformación económica y social llamada a “resolver dilemas sustanciales referidos al desarrollo económico y social y hacerlo de un modo innovador de las propuestas del pasado”. El lado institucional promovía una participación más directa del ciudadano en la vida política y mayor ingerencia de los partidos políticos. El segundo tenia como fin una ética de la solidaridad en beneficio de los más desprotegidos. El costado económico apuntaba a la modernidad cuyo valor estribaba que era funcional, como tercer lado, a los dos lados anteriores.  
 
 
 

LA DERROTA ELECTORAL DE 1987 Y EL ZIGZAG DE LA POLÍTICA OFICIAL

El gobierno de Alfonsín se fue desgastando, tanto en el plano económico como en el político, hasta llegar al traspaso adelantado del poder en julio de 1989. En el año 1987 debió enfrentar los sucesos de Semana Santa, el fracaso de la alianza con el Grupo de los 15, el malestar de los grupos económicos, el descontrol de la inflación, la derrota electoral de septiembre, las resistencias en el interior de su partido y la pérdida de legitimidad de apoyo. En agosto de 1988 Alfonsín puso en marcha el “Plan Primavera” que pretendió impulsar reformas estructurales, y se mantuvo hasta febrero de 1989 cuando se produjo el “golpe económico” que arrastró al gobierno nacional a la crisis final. Dos tipos de cambio: un mercado financiero, supuestamente libre, pero sometido a la regulación del Banco Central y un mercado comercial, fijado por las autoridades monetarias.  
 
 

LA IMPOSIBLE REFORMA DEL ESTADO

El Estado “asistencial” ingresaba en una nueva fase que ha sido llamada Estado contratista o subsidiador. El Estado se vinculaba mediante contratos con grandes empresas, lo que originó una especie de burguesía contratista, que vivió de los encargos del Estado. En 1989 se destacaban los siguientes mecanismos:

1) Subsidios ocultos en la “licuación” de la deuda privada interna

2) Subsidios ocultos en los seguros de cambio y en la estatización de la deuda privada externa

3) Regímenes de promoción industrial, con subsidios que en lugar de aparecer como gastos públicos se encubren en reducciones de impuestos debido a desgravaciones y diferimientos fiscales

4) Avales otorgados por el sector público para el endeudamiento del sector privado para la realización de obras públicas en algunos casos y grandes proyectos de inversión en otros que terminaron siendo pagados por el Estado

Los subsidios implicaban:

a) 2,75 veces lo que destina la Administración Nacional para cultura y educación

b) Casi 7 veces lo que la Adm. Nac. gasta en salud

c) Más de 7 veces del gasto en Seguridad de la Adm. Nac

d) El equivalente a 1,42 veces lo que se gasta por “bienestar social”

e) Más de 20 veces de lo que se destina a Justicia

f) Dos tercios de déficit de todo el sector público argentino

g) El 70% de toda la inversión real del sector público

h) El 37% del total de sueldos pagados por el sector público

i) Casi el 23% de la recaudación tributaria del sector público

El debate sobre las privatizaciones quedó reducido al problema de la ineficiencia de las empresas públicas. El gobierno radical quedó encerrado en la imperiosa necesidad de combatir la inflación para estabilizar la economía y legitimar la moneda.  
 
 

LA HIPERINFLACIÓN Y EL RETIRO ANTICIPADO DEL GOBIERNO

A fines de enero de 1989 acción terrorista del grupo “Movimiento Todos por la Patria” que atacó un cuartel militar en La Tablada, dejó un saldo de 28 muertos entre sus integrantes. En febrero, un colapso económico (calificado como el golpe de mercado) puso fin al Plan Primavera y a los intentos de privatización, descontrol financiero y monetario. Los empresarios abandonaron al Gobierno a su suerte y se retiraron de la alianza, para evitar la responsabilidad que les correspondía ante los fracasos de una política económica que habían compartido. Las elecciones presidenciales tuvieron lugar el 14 de mayo y el vencedor fue el candidato justicialista, Menem.

La propuesta elevada a Menem 1) facilitar la inmediata sanción de leyes económicas propuestas por el futuro Gobierno. 2) los actuales Ministros informarán de inmediato y en detalle a sus sucesores. 3) Constituir después de la transmisión del mando una delegación conjunta para negociar con los organismos internacionales de créditos. 4) Promover una exhaustiva investigación de todos los actos administrativos del actual gobierno radical.

La emergencia en un período de transición hace que la rigidez de una Constitución presidencial sea más problemática que la de un sistema parlamentario que favorece respuestas más flexibles. El Poder Ejecutivo decretó el 29 de mayo el Estado de sitio en todo el país por el término de 30 días. El dólar terminó gobernando la sociedad. Alfonsín renunció a su cargo seis meses antes de que venciera el mandato constitucional.  
 
 

AVANCES Y LÍMITES EN EL PRIMER TRAMO DE LA TRANSICIÓN

El gobierno radical procuró construir una democracia constitucional de respeto al derecho, ubicando a la Constitución como norma superior a la ley del propio Estado. De 29 decretos, 20 corresponden a temas económicos y fueron dictados a partir de la implementación del Plan Austral. Alfonsín dejó sin resolver la subordinación total de las FF.AA. al poder civil, por lo cual quedó inconclusa la transición política, y la estabilidad de la moneda, por lo que la hiperinflación no sólo quitó valor al dinero si no que también aceleró procesos de desintegración social.

 
 
 

     
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

25 AÑOS DE DEMOCRACIA EN ARGENTINA: ¿QUÉ TIPO SUPIMOS CONSTRUIR? 
 

I. ¿QUÉ ENTENDEMOS SOBRE EL CONCEPTO DE DEMOCRACIA?

La consolidación de los regímenes democráticos asume como necesaria la búsqueda de una convivencia estable de prácticas de balance y control de tipo horizontal y vertical, denominados accountability. Dos deseos necesarios: que los representantes elegidos por el pueblo lo deben hacer de manera efectiva y deben existir controles sobre dichos funcionarios para evitar que algunas decisiones sean nocivas para sectores de la sociedad. El accountability horizontal de balance supone un control mutuo o balance de poder entre diferentes agencias o poderes. El de asignación supone las funciones de prevenir supervisar, auditar o sancionar prácticas ilegales de otras agencias estatales: auditorías, fiscalías, defensorías del pueblo, etc.

El accountability vertical societal a través de asociaciones civiles o movimientos de ciudadanos y medios de comunicación, que instalan nuevos issues en la agenda pública o incentivan, a través de la difusión de irregularidades el accionar de agencias estatales inmersas en el circuito de control horizontal.  La confluencia de rasgos de regímenes democráticos y autoritarios en las nuevas democracias afectó el perfil de Estado y solo permitió el desarrollo de ciudadanías de baja intensidad. O’Donnel ha caracterizado “democracias delegativas”, la idea de delegación supone, no sólo la práctica sino también la concepción, de que el poder ejecutivo tiene el derecho, delegado por el electorado, de realizar lo que crea necesario para los destinos del país; carecen de un fortalecimiento de las instituciones políticas representativas. Este tipo de democracias han tenido una gran despolitización de la población, y han coexistido con períodos de profundas crisis económicas.  
 
 

II. LA DEMOCRACIA EN LOS TIEMPOS DE LA TRANSICIÓN: EL GOBIERNO DE ALFONSÍN

“Transición por ruptura”. El gobierno de Alfonsín tenía el desafío de asegurar la continuidad y validez del sistema democrático, construir su gobernabilidad afrontando temas como el nuevo rol del Estado que imponían las reglas ortodoxas de la economía, el modelo económico y la pobreza. Frente a los cambios en las condiciones de la economía internacional, los países de América Latina necesitaban una nueva inserción al mercado mundial de mercancías y capitales en el marco de la globalización. La pretensión del gobierno radical de poner en marcha alguna de las recomendaciones neoliberales en boga, como el ajuste fiscal y las privatizaciones de empresas de bienes y servicios públicos, recibió la más férrea de las oposiciones no sólo de las corporaciones de empresarios parasitarios de la antigua matriz estado céntrica, sino también de las asociaciones gremiales y sindicales, además del rechazo abierto y sistemático de la oposición política, en ese entonces el peronismo, que transitaba en su interior una aguda crisis después de la derrota electoral. El juicio a las Juntas Militares demostró la voluntad de la autoridad política de imponer castigo a los culpables de la desaparición de personas, torturas, apropiación ilegítima de niños y del patrimonio de las víctimas secuestradas. 

Los grupos económicos y los sindicatos no jugaron a favor de la estabilización, se opusieron una y otra vez a las propuestas e iniciativas del gobierno.  
 
 

III. LA DEMOCRACIA EN TIEMPOS DE LA REFORMA NEOLIBERAL: LA ERA MENEMISTA

La asunción del nuevo Presidente te realizó el 8 de julio de 1989. Con un discurso populista y haciendo hincapié en la “revolución productiva y el salariazo”. La ortodoxia liberal aseguraba que el cambio de patrón, en el nuevo ciclo de acumulación, y la minimización de la intervención del Estado en el mercado, daría por resultado el crecimiento económico y a partir de allí toda la estructura social gozaría del “efecto derrame”. Es decir se resolvería la crisis económica, se pagaría la deuda externa y los salarios aumentarían su poder adquisitivo. La Ley de Convertibilidad, 1 peso =  1 dólar, reorientación de los capitales a la importación antes que a la producción. El desempleo llegó a dos dígitos por primera vez en la historia.

La Reforma laboral, del segundo periodo menemista, si bien buscó aumentar el empleo, aumentó y expandió la precarización laboral en sus diferentes formas. La redistribución del ingreso fue excluyente para amplios sectores de la sociedad, la pobreza y la indigencia aumentaron considerablemente. Al conjunto de “pobres estructurales” se sumó la de “nuevos pobres”. El menemismo estableció alianzas con los sectores más conservadores internos y externos, en perjuicio de quienes lo habían llevado a la presidencia, malversando, entre otras cosas, uno de los símbolos históricos de su propio partido: la Justicia Social.

En el terreno político, y teniendo en cuenta el viejo desafío de subordinar a las FF.AA. al poder civil, el menemismo lo logra a cambio de costos político-institucionales y heridas sociales profundas: los responsables de la violación a los derechos humanos fueron indultados. El híper presidencialismo de Menem constituyó una Corte Suprema a su medida, aumentando el número de miembros del órgano más importante del Poder Judicial, para lograr la dependencia de la Institución al Poder Ejecutivo. Los actos de gobierno gozaron de la ausencia de prácticas de control dentro de lo que se denomina, accountability horizontal de balance. Las instituciones abocadas al accontability horizontal de asignación, como auditorías, fiscalías, defensorías del pueblo, tampoco brindaron garantías de una gestión pública controlada. En esta línea se destacan dos tipos de prácticas, el accontability legal, donde la nación está orientada a garantizar que los funcionarios públicos actúen dentro del marco de la ley y la Constitución, y el accontability política por medio de la cual los ciudadanos tratan o buscan, a través de diferentes formas no electorales, que las políticas gubernamentales respondan o se adecuen a sus preferencias.

El gobierno logró la Reforma Constitucional del año 1994 con el objetivo unívoco de incorporar en ella la cláusula que le permitiría la reelección presidencial. Las instituciones en vez de consolidarse democráticamente dejaban espacio para el clientelismo, el patrimonialismo y la corrupción. Por lo observado, la democracia como sistema político consolidado o delegado es decir con plena o baja institucionalidad, no garantizó, sino por el contrario, desprotegió las posibilidades de adquirir un contenido social. 
 
 

IV. LA DEMOCRACIA FRENTE A LA CRISIS DEL MODELO NEOLIBERAL: EL GOBIERNO DE LA ALIANZA

La fórmula De la Rúa- Chacho Alvárez asumió el 10 de diciembre. Continuó la política cambiaria de la convertibilidad y mantuvo su compromiso con el equilibrio fiscal. Dos años más tarde, el país atravesaba una crisis financiera y política terminal que se expresaba en un riesgo-país. Frente al escándalo que desató el caso de los sobornos pagados a senadores para aprobar la Ley de Flexibilización Laboral, la coalición de gobierno se rompió al renunciar a la Vicepresidencia de la Nación, Chacho Alvárez, dando inicio a la crisis política más grave de los últimos 25 años. En las elecciones del 14 de Octubre de 2001 surgió el “voto bronca”. De la Rúa renunció a su cargo, en medio de un cuadro de cacerolazos, saqueos y falta de respaldo político para continuar al frente del gobierno, el 20 de diciembre del 2001. Asumió Ramón Puerta, Presidente del Senado, la Asamblea designó al Gobernador de San Luis, Rodriguez Sáa, hasta el 5 de abril de 2002. A la semana renunció por falta de apoyo, y tras la asunción del Presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Caamaño, la Asamblea debió reunirse nuevamente para designar en este caso a un senador, Duhalde, para completar el período de De la Rúa, que concluiría formalmente en diciembre de 2003.  
 
 

V. LA DEMOCRACIA EN TIEMPOS DE RUPTURAS Y CONTINUIDADES: PRÍODO 2003-2007

El gobierno de transición que encabezó Duhalde sancionó la Ley 25561 de Emergencia Pública y Reforma del Régimen Cambiario, declarando al país “en emergencia social, económica, administrativa, financiera y cambiaria”. Kirchner asumió el 25 de Mayo del 2003. El nuevo patrón que apuntaló la recuperación económica, se desarrolló en el marco de un discurso con fuerte crítica al neoliberalismo, el cual a su vez resignifica nuevamente el rol del Estado. El pago de la deuda al FMI simbolizó la ruptura con los cánones del modelo anterior, sino también la recuperación de cierta soberanía política. En la nueva etapa, la relación del Estado con las empresas privatizadas sufrió modificaciones, las tarifas de los servicios quedaron congeladas a partir de los subsidios otorgados por el Estado a las privatizadas, con motivo de evitar la discusión acerca del aumento a las mismas. Alza en el porcentaje del empleo y en los aumentos salariales.

Cambios en la relación con las luchas sociales, la orientación del gobierno y al intervención del Estado. Recuperación del rol sindical en la movilización social. Las primeras señales de cambio en lo político vinieron de la mano de los derechos humanos y la renovación de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, haciendo un claro llamamiento a la lucha contra la impunidad.

En el 2003 el Congreso Nacional derogó las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. La Delegación conocida como “superpoderes” son facultades que el Congreso ha cedido y que el Gobierno Nacional utiliza para esquivar la participación parlamentaria en la definición y control de los gastos del Estado. La mención de estos aspectos indican que no sólo el accountability horizontal de balance de poderes continúa debilitado, sino que ciertas agencias elementales para el funcionamiento del accountability horizontal de asignación, no se consolidan en la vida política argentina.  
 
 

VI. LA DEMOCRACIA EN TIEMPOS DE UNA PRESIDENTA MUJER: LA ELECCIÓN DE CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER

El kirchnerismo supone varios peronismos, que no duda en producir la ruptura cuando las luchas partidarias son irresolubles.  
 
 

REFLEXIÓN FINAL: ¿QUÉ DEMOCRACIA TENEMOS?

En todos los períodos la democracia formal se expresó como Democracia Delegativa. La consolidación de la democracia implica la democratización y ampliación de los derechos de la ciudadanía. Un Estado con un sistema legal débil una burocracia ineficiente en la implementación de derechos, fronteras que no protegen el interés común, no sólo pierde credibilidad sino que posterga la posibilidad de un régimen democrático que actúe favoreciendo procesos de desarrollo económico que garanticen niveles de vida de mayor equidad, que sirvan a la disminución progresiva de la pobreza, la cual se presenta no sólo como un problema social urgente a resolver sino como obstáculo genuino para la construcción democrática de la ciudadanía.

El recorrido de los últimos 25 años de vida política-social y económica de argentino dejan ver la necesidad de modificar, mejorar, revertir y cambiar radicalmente, muchos aspectos que hacen al contenido y funcionamiento de la Democracia en su sentido más amplio.   
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

SOCIEDAD Y ESTADO EN LA ARGENTINA 
 

CÓMO SE IMPLEMENTÓ EL NEOLIBERALISMO EN LA ARGENTINA. EL CONSENSO DE WASHINGTON Y LAS POLÍTICAS PÚBLICAS.

El llamado discurso neoliberal o neoconservador comenzó a forjarse en la década del 40, en oposición al Estado keynesiano y al de Bienestar vigente en la posguerra, fundamentalmente al acuerdo entre el trabajo y el capital que este modelo requería. Los efectos del Estado de Bienestar pueden ser llamados de “desmercantilización”, “desproletarización” y “burocratización”. La burocratización del Estado, entendida como una ampliación de su administración, se trasladó a la sociedad entera al intentar regular relaciones sociales que se habían encontrado históricamente reguladas por actos privados. La automatización como nueva forma de producción logra bajar los costos industriales, pero su rápida incorporación por todas las grandes industrias no permite a ningún país desarrollado presentar ventajas comparativas importantes respecto a sus competidores. Decaen las condiciones de financiamiento de los Estados de Bienestar, imposibilitando la continuidad de su plena intervención en las relaciones sociales en el contexto de la caída de las tasas de empleo. Emerge el capital financiero como predominante y toma fuerza el discurso de la globalización que plantea una nueva etapa en el desarrollo de las relaciones económicas y sociales a nivel mundial.

Llegados los años ochenta la sociedad argentina ha sido desmovilizada y despolitizada y su estructura productiva desmantelada. Es decir, que se han eliminado todas las barreras al libre accionar del capital. Para el año 82, la llamada crisis de la deuda que golpeó a los países Latinoamericanos dejaba en evidencia la imposibilidad de hacer frente al endeudamiento externo, y abría las puertas al fortalecimiento de la intervención política de los países industrializados a través de los organismos de financiamiento internacional. Las nuevas condiciones impuestas por los acreedores a los países Latinoamericanos para lograr un crecimiento del producto bruto interno sostenible que les permitiera hacer frente al endeudamiento fueron sintetizadas en los que John Williamson reconoció como el Consenso de Washington.

Se abandonó el nacionalismo económico, cuyas bases eran el proteccionismo de la producción local y lo que se ha conocido como Estado Benefactor. Se propuso en cambio la liberación de ka economía y se menospreció el rol del Estado como garante de una distribución equitativa de la riqueza. El mal llamado C.W sentaría las bases de las nuevas políticas a implementarse en los países deudores, mismas que lograrían el crecimiento económico. Este paquete de medidas, basadas en la no intervención del estado en la economía y en la apertura del mercado, sería más tarde rescatado como el manifiesto de la política neoliberal. Medidas del gobierno menemista

* Disciplinar los gastos del fisco, exigía reducir los gastos del Estado, ajustarlos a los ingresos genuinos y no recurrir al mecanismo inflacionario. El desempleo es funcional al modelo de estabilización impuesto a través de la convertibilidad y el ajuste. La rigidez en la aceptación de las imposiciones internacionales, aceleró y profundizó la crisis en la que desembocaron la economía Argentina y la de parte de la región, países como México y Brasil han balanceado de otra manera las imposiciones del C.W y en el primer caso se mantuvo una paridad variable, con una mini-devaluación permanente. La reducción de los gastos del fisco, como medida a adoptar y con las características enunciadas, fue un condicionamiento extremo de la banca internacional, con lo cual se evitaría según ellos, engrosar la deuda no sólo no se pudo seguir pagando la misma, sino que los organismos insistieron con nuevos y diferentes créditos.

* Privatización de empresas estatales, los elementos del menemismo son: a) la obediencia al mandato internacional como única posibilidad; b) la paradoja de los resultados obtenidos mediante la implementación de recetas ortodoxas; c) la alteración de normas jurídicas pre-establecidas con fines espúreos; d) el enriquecimiento ilícito y e) la relativa dependencia de la justicia en general y de la Corte en particular, respecto del Poder Ejecutivo. Paradojas del modelo, favorecer por imposición o por acuerdo, sin ningún tipo de limitación, el ingreso y la permanencia, no sólo de capitales extranjeros sino de compañías transnacionales en búsqueda de mayores rentabilidades que las que les proporcionaba su propio mercado. Se privatizó, se expropió y desnacionalizó patrimonio del estado, se alteraron formas, contenidos y se desviaron recursos económicos con fines ilícitos, se cesantearon, despidieron o dejaron en disponibilidad recursos humanos y finalmente la deuda externa no sólo no disminuyó sino que aumentó casi triplicándose.

* Unificación de los tipos de cambio, los tipos de cambio recomendados eran los unificados, fijos y competitivos para procurar un crecimiento en las exportaciones no tradicionales y la manutención de la competitividad en el futuro. No se exportó como se había pensado y la supuesta competitividad venidera resultó incierta.  

* Liberalización del comercio, cuyo significado prioritario fue la eliminación de restricciones cuantitativas al comercio de importación y la imposición de aranceles, que fueran reduciéndose progresivamente hasta alcanzar un impuesto mínimo entre el 10 y el 20 por ciento. Permitió que nuevas empresas compitan en el mercado. La mayoría de las empresas nacionales, en plena agudeza de la globalización, no puede competir en el mercado mundial y su cotejo en el mercado interno es para unas pocas, realizando ésta, o sea la globalización un efecto centrífugo de expulsión.

* Liberalización financiera, la fijación de tasas de interés por la dinámica propia del mercado. Se aconsejó la eliminación de tasas preferenciales y el mantenimiento de tasas moderadas de interés reales positivas.

*Prioridades en el gasto público, atendiendo las prioridades del gasto público, los hospitales y centros de salud han sufrido un franco empobrecimiento. Respecto de la educación más que una reorientación del gasto público hubo una descentralización del servicio importante, por la cual los servicios educativos de gestión nacional fueron altamente reducidos, trasladando la obligatoriedad a los gobiernos provinciales y municipales. Se termina responsabilizando a la educación de la función de preparar para el trabajo y por ende instalándola de alguna manera, en instancias estructurales del sistema económico. La reforma tributaria basada en la ampliación de la base de la misma, debía incorporar o mantener la progresividad regulada y fundamentalmente disciplinar la administración y control de la tributación. Probablemente eliminar la tributación progresiva después de haberla indicado especialmente, sea un resultado de las quejas presentadas por los grupos económicos, nacionales y foráneos.

La segunda medida de la R.C.W considera que la educación no debería sufrir recortes presupuestarios y que la mano de obra calificada es el requisito previo para el desarrollo de un país.  
 
 

CONCLUSIONES

Se destruyó la industria nacional y se arruinó a la pequeña y mediana empresa, dando paso al ingreso sin prangón de cuanta empresa, negocio, manufactura y/o servicio pueda introducir el capital internacional.  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

LA FILOSOFÍA DECISIONISTA DEL ESTADO

LA REFORMA DEL ESTADO POR LEGISLACIÓN DE EMERGENCIA 
 

EL SENTIDO DE LA REFORMA

Przeworski analiza el proceso de reformas a partir de dos conceptos 1) la estabilización que consiste en la adopción de medidas de corto plazo destinadas a contener la inflación, reducir el déficit de la balanza de pago y el déficit fiscal; 2) el ajuste estructural, que es el conjunto de medidas destinadas a lograr una economía competitiva, integrada al mercado internacional.

Juan Carlos Torre ha señalado dos orientaciones de la política económica que resumen los signos de los nuevos tiempos, por la reducción del papel del Estado en la economía y la redefinición de las relaciones entre las economías nacionales y el mercado internacional, a favor de una mayor integración. Escribía “consecuentemente la opción por las reformas estructurales no fue el producto de la eficacia propia del libreto del C.W sino de las limitaciones del paradigma de desarrollo precedente para ofrecer salidas a la emergencia económica. Sin los problemas fiscales y externos de los años 80 muy probablemente la influencia de las ideas neoliberales no habría sido tan poderosa”.

Dos etapas en el proceso de reforma estructural implementados por el tercer gobierno peronista: *entre 1989 y 1996 orientada a obtener el equilibrio de las variables macroeconómicas, poner fin al proteccionismo, desregular los mercados y reducir el tamaño del Estado.

* entre 1996 y 1999 el propósito fue completar ka primera etapa, y concluyó con las privatizaciones periféricas, la creación de un fondo de reconversión laboral para los empleados públicos y la desregulación laboral y del sistema de salud.

Llach ha distinguido tres etapas en la reforma del Estado: (1989-1991), inició el proceso de privatizaciones y puso fuertes limitaciones a un conjunto de subsidios indiscriminados y gastos excesivos. (1991-1995) reconstruyó las instituciones fundamentales de la gestión económica del Estado: la moneda, el crédito público, impuestos eficientes y la sanción del presupuesto. (1995-) consistió en ofrecer buenos servicios de salud, educación, justicia y seguridad.

Reformar el Estado es cambiar el sentido de la relación entre Estado y mercado, entre Estado y sociedad civil, es modificar estilos de desarrollo, tradiciones, costumbres, representaciones y pautas culturales.    
 
 

LA CONVIVENCIA ENTRE DEMOCRACIA POLÍTICA Y ECONOMÍA DE MERCADO

Distinción entre la institución mercado (lugar de intercambio mercantil o espacio de trueque, compra y venta de mercancía) y el sistema de mercado (mecanismos de autorregulación). Smith representa a la sociedad de mercado. Para Weber la economía de mercado del capitalismo representaba el máximo de racionalidad formal, en cuanto permitía un cálculo racional en dinero y un control de rentabilidad. El Estado con su sistema de contribución en dinero, con la recaudación fiscal, y con la apelación a servicios personales para fines políticos y judiciales, ofrece al capitalismo racional ,orientado por el mercado, las probabilidades óptimas.

Entre las reformas económicas de Menem la estabilidad de la moneda es la que ha generado mayor adhesión, mucho más que la idea de economía de mercado. El poder legítimo que se instaló en la Argentina a partir de 1983 fue el resultado de la necesaria combinación de la democracia política con la economía de mercado. La evolución de la economía argentina en el siglo XX se ha caracterizado por la ruptura de tendencias y la desaceleración del crecimiento. Al final del proceso de transición en la Argentina, la democracia y la economía de mercado, en una combinación ineludible, deberán convivir buscando fórmulas de acción que favorezcan la continuidad de un poder legítimo, la igualdad social y un crecimiento sostenido.    
 
 

EL LUGAR DE LA POLÍTICA: SU RELACIÓN CON LA ECONOMÍA

No existe un vínculo simple, directo y funcional entre lo político y lo económico. La política se define por su objeto principal: el poder. Hoy pierde su función movilizadora, pierde autonomía frente a la economía y se aleja de la sociedad. La globalización nos obliga a repensar la relación entre democracia y capitalismo. La democracia y el capitalismo establecen diferentes sistemas de poder, basados en los valores casi opuestos: la igualdad y la ganancia.  El capitalismo global está por encima de las fronteras políticas, los mercados votan sin consecuencias políticas. La economía argentina no está sometida a las imposiciones y controles de los organismos multilaterales de crédito (FMI, Banco Mundial) sino también a las calificaciones que realizan las consultoras internacionales sobre la evolución del riesgo país. La política suscita problemas propios, motivados por el ejercicio del poder, que son irreductibles a los fenómenos económicos.

La disyuntiva es saber cómo compatibilizar la lógica de la democracia con la lógica del capitalismo en la construcción de una sociedad más justa. El sentido de la acción política es establecer una conexión adecuada entre el fenómeno de la mundialización y las diversas realidades nacionales.  
 
 

LA CULTURA ESTATISTA Y EL LIBERALISMO ECONÓMICO

Durante el gobierno de Menem, el Estado nacional fue sometido a una fuerte mutación que trastocó aquella tradición intervencionista que tuvo comienzo en los años 30 y que fuera afianzada y extendida por Perón al finalizar la Segunda Guerra Mundial. El capitalismo argentino favoreció un determinado comportamiento de los agentes económicos que los llevó a esperar todo del Estado, distorsionando su función de afirmación y expansión de la estructura productiva. Se fortaleció la acción de las organizaciones privadas sobre el poder político. El Estado pasó a ser un campo de batalla donde se enfrentaron los grupos por la distribución del excedente, presionando sobre los funcionarios para defender sus intereses y torcer las intenciones oficiales que los perjudicaban. En la era menemista, suspensión del modelo de industrialización sustitutiva. El pensamiento de izquierda en Argentina ha contribuido a abrir un espacio en el cual el Estado se convirtiera en el lugar de concentración del interés público. Rechazó todo intento de reforma democrática de un Estado subsidiante de sectores parasitarios acomodados en un modelo de capitalismo anacrónico.

Dos culturas enfrentadas en torno al papel del Estado: la liberal y la estatista. El discurso antidirigista sucumbió ante el pragmatismo consecuente y prebendalista de un capitalismo subsidiado por el Estado. Los empresarios liberales animaron discursivamente la privatización de la gestión pública, pero continuaron subsistiendo a costa del Estado. Se promocionó el abandono por parte del Estado de las funciones que lo comprometían con el bienestar social y la seguridad colectiva, para conservar de esta manera una mayor parte de los recursos públicos. La posición estatista corporiza una cultura pedigüeña que confía más en los recursos del Estado que en la propia fuerza de la sociedad civil.     
 
 

LA PRIVATIZACIÓN COMO EJE DE LA REFORMA NEOLIBERAL

La labor del gobierno de Menem se centró en la desestatización, en terminar con la propiedad directa del Estado, en delegar tareas y responsabilidades públicas en empresas privadas, sin definir una política de privatizaciones que fuera más allá de la reducción del déficit fiscal y la búsqueda del equilibrio macroeconómico. La decisión de privatizar ignoró dos cuestiones fundamentales: qué se privatiza, para dejar en manos del Estado empresas rentables, y cómo se privatiza, para permitir al Estado un efectivo control posprivatizador y para evitar, la poca transparencia en la venta de los activos públicos. Las medidas adoptadas en el proceso de desestatización que animó la transición entre un tipo de Estado y otro: 1)   la reducción del déficit fiscal; 2) el abandono estatal de funciones productivas y de prestación de servicios públicos; 3) la transferencia de esas funciones y servicios al sector privado, las provincias y los municipios (salud y educación).

La finalidad esencial de la Reforma es recuperar soberanía, autodeterminación y reintegrar a los ciudadanos la libertad y la iniciativa que les enajenó el Estado. Menem propuso terminar con el déficit fiscal y mejorar la calidad de los servicios públicos.  
 
 

LA PRIMERA ETAPA DE LA REFORMA

* Privatizaciones, dos tipos: el que comprendió tanto a las empresas dedicadas a las actividades productivas como a las que prestan servicios públicos; y el que abarcó funciones esenciales vinculadas a las políticas sociales.

* Desregulación, se buscaba suprimir aquellas leyes y reglamentaciones que trataban la libertad de los mercados. Se procuró limitar la intervención del Estado en la economía. La idea de que las regulaciones no son el producto del intervencionismo estatal sino el resultado de los intereses parciales que buscan favorecerse mediante un tratamiento privilegiado.

* Reforma administrativa, incluía tanto la reorganización de la administración central, mediante la supresión de secretarías y subsecretarías ubicadas en la órbita del Poder Ejecutivo, como la reducción del personal administrativo. La reducción del personal público se puso en marcha a través de tres medidas fundamentales: la jubilación inmediata, el retiro anticipado y la eliminación del doble empleo. Los bajos salarios fueron también una forma de desalentar la permanencia en la administración pública.

* Descentralización de servicios, el proyecto neoliberal transfirió los servicios de salud y educación a las provincias y a la municipalidad de Buenos Aires.  Se trató de una solución destinada a ordenar las cuentas fiscales y no a fortalecer la educación pública y los servicios de salud.  
 
 

LOS INSTRUMENTOS LEGALES DE LA REFORMA

Ley de Emergencia Económica y Social y Ley de Reforma del Estado. La primera puso el acento en la suspensión de las subvenciones al sector privado y la segunda hizo hincapié en las privatizaciones de las empresas públicas. Una tuvo su origen en la Secretaría de Hacienda y la otra en el Ministerio de Obras y Servicios Públicos. Los grandes empresarios, el Consejo Empresario Argentino que enucleaba a representantes de empresas multinacionales y el resto se pronunciaron a favor de las iniciativas; la Unión Industrial Argentina más o menos porque en varios artículos se suspende o limita el uso de importantes herramientas de Política Industrial tales como la promoción industrial o el compre nacional; la Sociedad Rural Argentina se pronunció abiertamente por la suspensión de los subsidios y regímenes de promoción que implican un gasto fiscal enorme.

Con las leyes de emergencia se asestó un golpe frontal al corazón del capitalismo asistido y se puso fin a un modelo de desarrollo basado en la expansión del sector público. La Ley de Emergencia Económica y Social suspendió por 180 días subsidios y subvenciones que afectaban los recursos del Tesoro Nacional y las cuentas del balance del Banco Central, por 180 días la vigencia de los regímenes laborales de determinación de las remuneraciones del personal de los poderes legislativos y judicial de la Nación y estableció la prescindibilidad del personal jerárquico de la administración pública. Se prorrogó mediante el Decreto 435/90 que suprimió Secretarías de Estado, pasó a disponibilidad a todo el personal en condiciones de obtener la jubilación, exigió una declaración jurada a los empleados para evitar el doble empleo, suspendió el pago por 60 días a todos los contratistas de obras públicas.

A través de la Ley de Reforma del Estado, las autoridades nacionales declararon la “emergencia administrativa” por el término de un año, prorrogable por una sola vez y por el mismo plazo. Si bien la ley hablaba de privatización, este término debía ser entendido con un sentido amplio, comprendía las concesiones, licencias y permisos, locación, administración, programas de propiedad participativa, etc. Creó en el ámbito del Congreso Nacional una comisión bicameral, integrada por seis senadores y seis diputados que tenían la función de ejercer la coordinación entre el Congreso y el Poder Ejecutivo nacional. La reforma del Estado, con su política de privatizaciones, autorizó a los grandes grupos a convertirse en beneficiarios de los antiguos monopolios públicos y obtener altas tasas de ganancia sin riesgo.  
 
 

EL CONSENSO PRIVATIZADOR

El sector mayoritario de la población pareció inclinado a demandar más mercado y menos Estado. La cultura estatista y populista de décadas empezó a resquebrajarse, abriéndose paso a otra raigambre librecambista y defensora de la iniciativa privada. Una de las características más salientes de la cultura política argentina es la simultánea presencia de actitudes individualistas y estatistas en el grueso de la población. Se verifica adhesión a metas de carácter individual y apoyo a un desempeño activo del Estado en distintas áreas económicas y sociales. Privatizaciones se explican por el defectuoso funcionamiento de los servicios públicos. Los usuarios eran las víctimas de aquellas empresas públicas que prestaban un servicio deficiente, y que no habían sabido preservar el capital de todos, el capital del Estado.  
 
 

LA SEGUNDA ETAPA DE LA REFORMA

Se inauguró oficialmente a mediados de 1996. La intención del Gobierno era terminar con las grandes privatizaciones que faltaban y con la supresión de los entes residuales, continuar con la racionalización de la administración pública y avanzar con la desregulación del mercado laboral y el sistema de salud. Mediante la ley 24.629 de principios de 1996 se autorizó al gobierno nacional a poner en marcha, un plan de fusión de organismos centralizados, que perderían su autarquía financiera y deberían figurar en el presupuesto. Se podían privatizar actividades relacionadas con la prestación de servicios periféricos y la gestión de producción de obras o bienes que se encontraran bajo la jurisdicción de la administración central. Se otorgó facultades al Poder Ejecutivo para la creación de un Fondo de Reconversión Laboral del Sector Público Nacional, con la finalidad de incorporar a los empleados cuyos cargos hubieran sido suprimidos.

En octubre de 1996 Menem presentó al parlamento el proyecto de flexibilización laboral que modificaba la Ley de Convenios Colectivos de Trabajo. Con el fin de posibilitar la libertad de negociación por empresa, conforme a su propia situación económica. Por un Decreto se puso en marcha el proceso de desregulación de las obras sociales. La idea era que el sistema de salud dejara de ser solidario y se rigiera por un esquema de mercado. Los que diseñaron este tramo del modelo de reforma del Estado aspiraban a un régimen de empleo público competitivo, donde los ministerios actuaran como empresas y con estímulos al ahorro en cada dependencia.  
 
 

EL ESCENARIO DE LA CONFRONTACIÓN

La reforma alimentó un conflictivo escenario en el que los intereses políticos y sindicales, que resistía el cambio, chocaban con las expectativas de buenos negocios que esperaban los inversores privados. Un sector importante del peronismo, tanto político como sindical, encauzó una fuerte oposición a Menem enmarcada sin duda en la lucha por la sucesión del poder de 1999.  
 
 

UNA DÉCADA DE ESTABILIDAD Y REFORMA. ALGUNAS CONCLUSIONES

El Estado se ha reducido, los mercados funcionan libremente, el programa de privatización se ha cumplido y la apertura comercial es considerable, si se tiene en cuenta el crecimiento relativo, las altas tasas de desempleo, la injusta distribución del ingreso y las profundas desigualdades sociales, los resultados no son satisfactorios. El logro de la década de gestión de Menem, fue la estabilidad macroeconómica, que abrió paso al control de la inflación y la estabilidad de la moneda. Lo que tampoco pudo vencer el gobierno de Menem fue la desaceleración del crecimiento económico. Entre 1991 y 1997 la reactivación estuvo vinculada a los ingresos en efectivo por las privatizaciones y al endeudamiento externo. Con un estilo decisionista Menem, antes que convocar a las instituciones gremiales (CGT-UIA) prefirió congregar a determinados dirigentes sindicales o a ciertos hombres de negocios alineados a su política, a los que repartió favores.

Mientras de mantuvo asegurada la estabilidad económica, se agravó la inseguridad social y la desconfianza colectiva en la clase dirigente. Los diez años de Menem no mejoraron las capacidades estatales, ni lograron el ansiado equilibrio fiscal, impulsaron un salto gigantesco en el gasto público y en el endeudamiento externo.              
 
 
 
 
 
 
 
 
 

EL PACTO DE OLIVOS Y LA REFORMA CONSTITUCIONAL 
 

CONSTITUCIÓN Y RÉGIMEN POLÍTICO

Hamilton decía en 1788 “la constitución de un gobierno civil de no formularse sobre la base de una estimación de las exigencias actuales, sino en vista de una combinación de éstas con las exigencias probables de los siglos por venir, de acuerdo con el curso natural y probado de los asuntos humanos. Hay dos aspectos a tener en cuneta en la consideración de la legitimidad de la reforma: el primero, está vinculado con el procedimiento legal y los órganos competentes para llevarla a cabo y, el segundo, hace referencia al consenso que se pueda obtener en la sociedad. Se puso en duda el carácter soberano de la Convención Constituyente, puesto que se obligó a los Convencionales a votar en forma cerrada el Núcleo de Coincidencias Básicas (que establecía los temas principales de la reforma) sin que se pudieran introducir modificaciones. En virtud de la denominada “cláusula cerrojo”, los Convencionales no podían discutir libremente el contenido y la orientación del Núcleo de Coincidencias Básicas, conforme al sentido del artículo 30 de la Constitución, ya que el Congreso excedido en sus facultades lo prohibió expresamente.   
 
 

LA REFORMA CONSTITUCIONAL: ¿UN PROYECTO COLECTIVO?

El pacto de Olivos fue el acuerdo político entre las dos fuerzas mayoritarias de la Argentina para reformar la Constitución. El 4 de noviembre de 1993 se realizó una reunión secreta entre Menem y Alfonsín en la que se establecieron las bases de la reforma: reducción del mandato presidencial a cuatro años, inclusión de la cláusula de reelección por un solo período, designación de un Jefe de Gabinete o Ministro Coordinador, levantamiento de la convocatoria al plebiscito propuesta por el Gobierno, tercer senador, creación de un Consejo de la Magistratura y presentador de un proyecto de reforma común. El acuerdo de dos dio lugar al Pacto que fue firmado el 14 de noviembre de 1993. Los radicales amenazaron con romper el acuerdo si no renunciaban antes del 3 de diciembre por lo menos tres miembros de la Corte Suprema, conforme al compromiso adquirido por Menem.

Alfonsín necesitaba este gesto para presentarlo como garantía del acuerdo en la Convención Nacional de la UCR. El 13 de diciembre de 1993 Menem y Alfonsín firmaron el “Acuerdo para la Reforma de la Constitución Nacional”, que estableció un Núcleo de Coincidencias Básicas que debía ser votado sin revisión y de una sola vez por la Asamblea Constituyente. El Pacto de Olivos abrió una crisis profunda en el interior de la UCR que puso al partido muy cerca de la ruptura.

La asociación con el oficialismo diluyó su rol de opositor, acentuó su debilidad política y motivó a sus sectores progresistas a pensar en una coalición antimenemista con otros sectores políticos igualmente progresistas. De esta idea nacerá la Alianza, coalición entre el Frepaso y la UCR que triunfaría en las elecciones de 1999 con las candidaturas de De la Rúa- Álvarez.   

Pensaba el acto político con los peronistas como un pacto de garantías que evitaría las hegemonías y la perpetuación y abriría los cauces de una democracia avanzada que modificaría el carácter extremo del sistema presidencialista argentino. El Frente Grande se ubicó en esas elecciones como la tercera fuerza política a nivel nacional, detrás del peronismo y el radicalismo. La distinción entre la forma constitucional, su diseño o configuración, y la práctica institucional, entre la Constitución escrita y la que se practica en la realidad.  
 
 

RÉGIMEN PRESIDENCIAL CON JEFE DE GABINETE

La principal característica del sistema semipresidencialista es la existencia de un poder compartido entre el Presidente y el Primer Ministro. La esfera del ejecutivo está integrada por tres instituciones: 1) El Jefe de Estado, el Presidente, elegido por sufragio universal, de manera directa o indirecta; 2) El Jefe de Gobierno, el Primer Ministro, requiere de una mayoría parlamentaria de la cual depende; 3) El Gabinete, son responsables políticamente ante el Parlamento y están sujetos a un voto de censura que los obliga a renunciar. Después de la reforma constitucional: 1) El Presidente y se le agrega la función de Jefe de Gobierno responsable político de la administración general del país; 2) El Jefe de Gabinete, ejercer la administración general del país, la reforma constitucional le concede expresamente al Presidente de la Jefatura de Gobierno; 3) El Gabinete, no alcanza a tener la característica de un cuerpo de tipo parlamentario. La designación de los Ministros forma parte de la competencia exclusiva del Presidente.

El Presidente delega ciertos poderes al Jefe de Gabinete, pero se reserva la titularidad de la jefatura de administración, mientras que al Jefe de Gabinete le incumbe el ejercicio de la misma. El Jefe de Gabinete hace recaudar las rentas de la Nación y ejecuta la Ley de Presupuesto Nacional, sin embargo el Presidente se reserva  la facultad de supervisar dicha tarea; el Jefe de Gabinete tiene atribuciones exclusivas, preside las reuniones de Gabinete cuando el Presidente está ausente, refrenda los decretos emitidos por el Presidente por delegación legislativa del Congreso; refrenda conjuntamente con los demás ministros los decretos de necesidad y urgencia y los decretos que promulgan parcialmente leyes. El Jefe de Gabinete puede ser sometido a juicio político por mal desempeño o por delito en el ejercicio de sus funciones, o por crímenes comunes.

En la medida en que el Presidente nombra y destituye libremente al Jefe de Gabinete sin la confianza del parlamento, su capacidad de decisión se reduce considerablemente y queda siempre subordinado al poder y a las políticas fijadas por su superior jerárquico.

En el segundo período gubernamental de Menem, la Jefatura de Gabinete contribuyó a hacer más eficaz la acción de gobierno a partir de mejorar la coordinación de funciones en la esfera del Ejecutivo y a volver más aceptable a la relación con el Congreso en un sistema presidencialista cuando el poder no es compartido como un régimen parlamentario.  
 
 

ELECCIÓN PRESIDENCIAL DIRECTA CON DOBLE VUELTA

La reforma de 1994 eliminó el Colegio Electoral que fue sustituido por el voto directo y distrito único en el territorio nacional, con un sistema de doble vuelta. Duración del 8 de julio de 1995 a diciembre de 1999. Se redujo la duración de los mandatos de los senadores de nueve a seis años y la renovación por tercios se efectuará cada dos años en lugar de tres. El diseño argentino del ballotage se aleja considerablemente del modelo francés en varios aspectos: a) el mecanismo sólo funciona a nivel Ejecutivo; b) el escrutino se realiza por fórmulas y no por personas, por un binomio compuesto por candidatos a Presidente y Vicepresidente; c) se puede ganar en el primer turno por mayoría relativa. 
 
 

LA AMPLIACIÓN DE LOS DERECHOS CONSTITUCIONALES

Los derechos subjetivos son una figura jurídica afín a los derechos del hombre y la personalidad, que encuentran su fundamento en el individuo, en su subjetividad. El pensamiento moderno adquiere primero la forma del derecho natural y luego toma la forma del binomio Estado y sociedad civil. La democracia moderna es representativa. La reforma de 1994 incorporó dos mecanismos de democracia semidirecta: 1) la iniciativa popular, mediante la cual los ciudadanos pueden presentar proyectos de ley en la Cámara de Diputados, y 2) consulta popular, que puede ser vinculante (el referendum), cuando se trata de proyectos de ley, y no vinculante (el plebiscito) para temas políticos no legislativos, del voto no obligatorio, por lo que se estableció una excepción a su carácter obligatorio. Artículos 41 y 42, al reforma incluyó los derechos de tercera generación, como son los derechos de los consumidores y usuarios de bienes y servicios y el derecho ambiental. Elevó a rango constitucional la acción de amparo y el habeas corpus e incorporó una nueva garantía el habeas data que protege el derecho a al intimidad.

Los derechos de la ciudadanía democrática están consagrados precisamente en la Constitución para actuar como límites al poder arbitrario del Estado. Los derechos sociales clásicos (al trabajo, educación y salud) reconocidos en nuestra Constitución, como también los derechos de tercera y cuarta generación, pueden ser considerados como titularidades como un medio de acceso a bienes y servicios garantizados constitucionalmente. Son titularidades, porque otorgan a los ciudadanos “pretensiones de legitimidad” a los bienes y servicios.  
 
 

AMBICIÓN HEGEMÓNICA Y REELECCIÓN PRESIDENCIAL

El Estado de derecho, que organiza el funcionamiento del régimen democrático definió los alcances del poder, su duración y distribución. Menem ensayó dos caminos paralelos (el parlamentario y el judicial) que podrían conducirlo a su tercer mandato. El primero resultó de entrada una hipótesis lejana, debido a la imposibilidad del Presidente de reunir los dos tercios necesarios de la Cámara de Diputados para iniciar el proceso de reforma. El segundo, relacionado con una interpretación constitucional de la Corte Suprema, aparecía como viable a sus sueños de perpetuidad. El alto nivel de desempleo, la recesión económica, la inseguridad urbana y las tensiones políticas fundamentaron las muestras de disconformidad social durante la campaña por la reelección. Los límites del poder tienen que ver también con la limitación de la duración de los mandatos, con el ejercicio temporal del poder, de eso se trata cuando se habla del principio de la reelección presidencial.  
 
 

LAS TENSIONES ENTRE EL PRINCIPIO DE LA MAYORIA Y EL IMPERIO DE LA LEY

La democracia organiza un sistema de designación legal y pacífica del poder, que se rige por la regla de la mayoría fundada en el procedimiento del sufragio universal. El Estado de derecho organiza un sistema de garantías de las libertades individuales, que fija límites al ejercicio arbitrario del poder público, mediante la sujeción al principio constitucional y el respeto a la división de poderes. La regla establece un modo de proceder, por el cual la mayoría toma las decisiones. El principio es la creencia según la cual la mayoría debe tomar decisiones colectivas, ya que en ella reside el poder soberano. El Estado de derecho precede a la democracia, no sólo como secuencia histórica sino también por establecer con anterioridad un sistema de límites a los poderes públicos. Las pretensiones hegemónicas ostentadas por Menem durante su mandato revelaron una concepción de poder que cuestionó la adecuada relación que debía prevalecer entre democracia y Estado de derecho.

La obra de Menem acentuó la tradicional dependencia del Poder Judicial respecto del poder político, al mismo tiempo que puso en riesgo a la institución y lesionó el principio de separación de poderes. Entre el poder político y el derecho hay una relación complementaria.  
 
 

PRODUCCIÓN LEGISLATIVA Y DIVISIÓN DE PODERES

Cuando en un Estado todos los poderes están concentrados en un solo titular la libertad pública está en peligro. La solución de este problema consiste en separar tres funciones estatales: legislativa, ejecutiva y judicial. Los poderes no sólo deben ser independientes sino iguales. El cuerpo legislativo es el único que puede sancionar reglas de derecho, la autoridad ejecutiva es la única que puede tomar decisiones particulares de gobierno y administración, y la justicia es el único órgano que puede aplicar las leyes en un procedimiento contencioso. La separación de poderes más que aludir a las funciones materiales, se refiere a los grados de potestad formal. Lo que prevalece es una gradación de poderes.

No hay otra forma de gobernar en las democracias contemporáneas que no sea por legislación, las decisiones políticas se transforman en leyes y la ejecución de la decisión tomada adquiere también la forma de ley. Si el Presidente no cuenta con una mayoría unificada en el parlamento, se le hará muy difícil gobernar mediante leyes y se verá tentado a recurrir al poder por decreto.         
 
 

LAS FACULTADES LEGISLATIVAS DEL PRESIDENTE DESPUÉS DE LA REFORMA

El Presidente tiene la facultad de iniciación de las leyes, su examen y promulgación y el veto total y parcial. La progresiva autonomía del Poder Ejecutivo en el proceso de producción de leyes constituye uno de los problemas de Estado de derecho a tener en cuenta en el análisis de la estabilidad institucional de la democracia y en el de las relaciones entre los poderes. Recién en 1995 el peronismo alcanzó la mayoría propia en ambas Cámaras. Debido a la indisciplina partidaria y a cierta resistencia de los legisladores oficialistas, no se puede caracterizar al gobierno de Menem como un gobierno unificado en el cual la presidencia corresponde al mismo partido que controla el Poder Legislativo. La legitimidad mayor recae en el Presidente, este es quien diseña y aplica las políticas públicas.

En cuanto a la relación entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo, llanos distingue tres fases: la delegativa, que nace con la emergencia de 1989, abarca el período de la delegación legislativa del Congreso al Ejecutivo para llevar adelante las reformas estructurales; la cooperativa, que nace con posterioridad a la hiperinflación y a las privatizaciones más relevantes, es aquella en la cual el Congreso busca recuperar el poder cedido al Ejecutivo; la conflictiva, muestra un mayor equilibrio entre el Ejecutivo y el Congreso. La fuerte autoridad de Menem y el aumento de la autonomía de la esfera del ejecutivo se apoyó en la utilización de tres recursos que lo facultaron, tras la reforma constitucional de 1994, a ejercer funciones legislativas directas:

* el veto parcial: por este medio el ejecutivo desecha una ley apoyada por el Congreso. El Poder Ejecutivo decide según su criterio que el proyecto es promulgable porque mantiene su autonomía normativa  y porque no se altera el espíritu ni la unidad del mismo.

* la delegación legislativa: el Congreso puede delegar en el Ejecutivo facultades de legislación en materias determinadas de administración o de emergencia pública.

* los decretos de necesidad y urgencia: las medidas de emergencia principalmente la delegación legislativa y los decretos de necesidad y urgencia, se adoptan en casos excepcionales porque modifican la división de poderes.

Frente a la emergencia del Estado de derecho cede y se apela al poder por decreto, creándose una situación de legalidad atenuada.  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

LA ARGENTINA EN EMERGENCIA PERMANENTE 
 

LA CRISIS DE REPRESENTACIÓN POLÍTICA

EL CICLO QUE NO FUE 
 

LAS FRUSTRADAS ESPERANZAS EN LA RENOVACIÓN POLÍTICA

La crisis del Estado presenta dos dimensiones: la primera alude a la relación del Estado con su “comunidad histórica”, con el pueblo; la segunda a la relación del Estado con los ciudadanos a través del sistema de representación. Un Estado sin política es un órgano que tendrá dificultades para unificar la sociedad y para actuar como árbitro que impida la colisión de fines e intereses particulares. Los argentinos hemos vivido en las dos últimas décadas momentos de intenso entusiasmo, el fundacional generado por la recuperación de la democracia, luego nacieron las expectativas con el segundo gobierno de la transición democrática, diez años más tarde renacieron las ilusiones con el gobierno de la Alianza y, finalmente, las esperanzas fueron depositadas en Kirchner. En el ámbito nacional, la Alianza obtuvo un triunfo contundente pero debió gobernar un país con las principales provincias (Bs.As, Santa Fe, Córdoba) en manos del justicialismo  
 
 

GOBIERNO, OPOSICIÓN Y ALTERNANCIA POLÍTICA

La salida anticipada de los presidentes Alfonsín y De la Rúa es un indicador de que la alternancia no se produce de forma completa si no parcial, peronistas y no peronistas alternan en el Gobierno, pero sólo los peronistas finalizan sus mandatos. Los justicialistas son parte responsable de la alternancia imperfecta, en tanto no son muy respetuosos del cumplimiento del período de gobierno del partido alternante. Un régimen de competencia partidario debe estimular la rotación de los partidos en el poder, con el definido propósito de anular las voluntades hegemónicas que siempre tienden a fragmentar y debilitar la oposición. La alternancia es un problema tanto de los ciudadanos, capaces de optar, como de los partidos que deben ofrecer alternativas creíbles. Un sistema de alternancia, es aquel en el cual dos o más fuerzas o coaliciones en competencia pueden rotar en el ejercicio del poder según las oscilaciones del voto de una franja importante del electorado que se inclina por un lado o por el otro, variando conforme a las circunstancias. Hasta 1989 la Argentina no conoció la alternancia política. Aaron ha definido al primer principio de la democracia como el respeto a la legalidad, un segundo principio: el sentido de compromiso, es encontrar una solución que sea aceptable para todos.  
 
 

EL SIGNIFICADO DE LAS COALICIONES Y LAS TENSIONES EN LA ALIANZA

Carlos Álvarez había conformado, en diciembre de 1994, el Frepaso (Frente del País Solidario), una coalición política con José Octavio Bordón (PAIS), los socialistas populares, los socialistas democráticos y la democracia cristiana. Una de las dificultades que debió esquivar la Alianza fue la pretensión de hegemonía que se instaló en ciertos lugares del radicalismo, principalmente en aquellos vinculados a De la Rua. La coalición se fue resquebrajando, mostró su impotencia, su fragmentación, su impericia en muchos terrenos, sobre todo después de la renuncia de Álvarez hasta llegar al final trágico de De la Rúa. De una coalición exitosa, la Alianza no pudo convertirse en una coalición gobernante estable y competente. Se pretendía moralizar la política, regenerar las instituciones públicas y ampliar la participación cívica. El respeto a las “reglas macroeconómicas básicas”, la continuidad de la convertibilidad, la desregulación de los mercados, las privatizaciones, el equilibrio fiscal. Cuando la sociedad percibió que no se modificarían las reglas, la Alianza se convirtió en verdadera opción de poder. 
 
 

LOS SOBORNOS EN EL SENADO Y LA RESPONSABILIDAD DE GOBERNAR

Chacho Álvarez renunció a la vicepresidencia de la Nación en octubre de 2000, diez meses después de haber asumido al cargo debido a las denuncias de sobornos contra senadores nacionales del peronismo y del radicalismo que habrían incurrido en ese delito para aprobar la Ley de Reforma Laboral. Enfrentamiento entre Álvarez y De la Rúa ante la resistencia del Presidente en llevar a fondo una investigación. La renuncia de Álvarez finalmente te la consideró un acto de irresponsabilidad y de abandono de un cargo electivo. La responsabilidad política significa hacerse cargo de las consecuencias previsibles de una acción. La autoridad pública debe ser responsable de sus decisiones, y debe medir las consecuencias de los actos de gobierno que le trascienden.

En palabras de Ignacio Sotelo: la legalidad descansa sobre el poder del Estado y la moralidad sobre el poder de la conciencia. La acción política está referida al bien común, al bien de la ciudad. La administración de Menem no ofreció un perfil de gobierno responsable, se desresponsabilizó de la ética de los resultados, La renuncia de Álvarez incluye la responsabilidad como compromiso con la vida pública, con ella se pierde la confianza depositada por los representados y se quiebra un pacto entre el dirigente y los ciudadanos, que dio lugar a una situación de frustración; se rompió la alianza gobernante y se agudizóla crisis en el gobierno nacional. Se fracturaron las esperanzas de una mayoría social.  
 
 

EL DESORDEN ECONÓMICO Y FINANCIERO

Ajuste fiscal de 1.860 millones mediante decretos de necesidad y urgencia, que incluía una reducción en el presupuesto para la educación de 800 millones. Renuncias de tres ministros: del Interior, Storani; de Educación, Hugo Juri y de Desarrollo Social, Marcos Makon. Cavallo reclamaba al Congreso “poderes extraordinarios”, prometía un ajuste con crecimiento y le proponía al Presidente hacer un acuerdo de unidad nacional. A fines de Agosto el Congreso aprobó por unanimidad y sin necesidad de debate la ley que declaró la intangibilidad de los depósitos bancarios, por la cual se prohibió expresamente al Poder Ejecutivo confiscar esos fondos y canjearlos por títulos públicos o cualquier otro activo. Se le impidió prorrogar el pago de los depósitos, alterar las tasas pactadas o la moneda de origen, tampoco podía reestructurar los vencimientos.

Se fijaron restricciones, era del “corralito”, por 90 días para retirar dinero en efectivo de las cuentas bancarias. Cada persona podía extraer hasta 250 pesos o dólares por semana. De la Rúa se limitó a tomar tres decisiones: a) declaración del estado de sitio; b) distribución de bolsas de comida y planes trabajar; c) renovación de la convocatoria a la clase política.  
 
 

LA CRISIS POLÍTICA Y EL VOTO SANCIÓN

Con las elecciones nacionales de octubre de 2001 se abrió un período denominado de impugnación de la política. La abstención y el voto negativo tuvieron un carácter masivo. Esa forma de votar fue un llamado de atención a la clase política, donde los ciudadanos hicieron valer su pequeña cuota de poder para interrogar a sus representantes. Se trata de no transformar a los ciudadanos en enemigos de la democracia, para lo cual ella debe comportarse como un régimen sabio en el momento de regular los conflictos que ponen en riesgo su propio sistema político.  
 
 

DECISIONISMO DEMOCRÁTICO Y COLAPSO INSTITUCIONAL

El decisionismo democrático funciona como una exigencia independiente del estilo político del presidente, de su propia voluntad decisionista, que se hace presente tanto en la excepción como en la normalidad, y que al ser permanentemente activado se convierta en regla. El peronismo discutía las alternativas frente a la crisis que golpeaba a De la Rúa: a) la designación de un presidente peronista para completar el mandato de él, ante un eventual retiro anticipado; b) la designación de un jefe de gabinete èronista con amplios poderes, con el presidente De la Rua como figura formal.

De la Rúa en un intento inútil convocó al peronismo a un cogobierno, en el cual se pondría a discusión modificaciones al sistema monetario, dejando abierta las puertas a la devaluación.