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Resumen de Aroskind y Gordillo  |  Sociedad y Estado (Cátedra: Berrotarán - 2015)  |  CBC  |  UBA

AROSKIND

El contexto económico de la posguerra era optimista y expansivo, las corporaciones multinacionales –especialmente norteamericanas- se extendían hacia la periferia, acelerando la interrelación de las economías. Existía un amplio consenso en torno a la ECONOMÍA MIXTA, los aranceles altos decrecientes, el establecimiento de controles cambiarios y monetarios, la construcción de empresas estatales “estratégicas”, la regulación de los mercados según las prioridades políticas y las formas intermedias de planificación económica.

La “contención del comunismo” en los países atrasados se vinculaba a la preocupación de elevar los estandartes de vida de las masas pauperizadas. El FMI, poco adepto al populismo, pedía reformas agrarias que eran ignoradas, mientras las altas tasas de crecimiento daban la idea de poder cerrar la brecha. El mundo se dividía en países desarrollados que creaban tecnología y periféricos que avanzados que desarrollaban industrias duras. El ALALC (1961) intentaba profundizar la integración regional con discretos resultados por el nacionalismo localista de los dirigentes.

Quienes impulsaron la modernización económica la entendían como “modernización imitativa”, lo que quizás derivó en el descuido del desarrollo de capacidades tecnológicas locales, y el abandono de esfuerzos de largo plazo para lograrlos. Tanto consumo como inversión aumentaron durante el período, aunque además de expansiones hubo contracciones; muchas políticas económicas fracasaron por no evaluar correctamente la magnitud de las fuerzas puestas en juego a partir de decisiones técnicas o administrativas.

Si bien disminuyeron las características intervencionistas y estatistas, el modelo era diferente:

La participación de los asalariados osciló en torno al 40% del PBI
Aunque el estancamiento de la producción agropecuaria siguió siendo una traba, el estado continuó captando recursos del sector para financiar sus prioridades
El retraso tecnológico fue solo superado parcialmente con capitales extranjeros, lo que mantuvo la dependencia
Las industrias livianas vieron su frontera en el mercado interno y su dependencia de insumos y combustibles extranjeros
El estado se vio como deficitario y proveedor de bienes y servicios
Las empresas siguieron teniendo créditos subsidiados y hubieron escasos incentivos al ahorro bancario
Inflación alta y desempleo bajo
SOBRE EL ESTANCAMIENTO DEL CAMPO:

Liberalismo: ofrecerle al sector un tipo de cambio elevado, que estimulara a ampliar su producción; reducción de impuestos

Reformistas: culpaban a la mala distribución de la tierra (latifundio) que no permitía realizar inversiones significantes; si se fracciona la tierra se dan unidades productivas más eficientes.

**El sector comenzó a dinamizarse con la intervención del INTA, que transfería gratuitamente conocimientos y técnicas.


SOBRE EL CRECIMIENTO INDUSTRIAL:
Si bien el sector nunca contó con una representación corporativa unificada, fuerte y coherente, los gobiernos favorecieron su expansión. Para 1966 su producto representaba 2.2 veces el del agro.

Frondizi apeló al capital multinacional como aprovisionamiento de tecnología y bienes de capital modernos, buscando orientarlo hacia ramas complementarias del tejido industrial existente. Durante la Revolución Argentina no hubo intento de orientar el capital extranjero a industrias específicas, pero se realizó una presión eficientista y se impulsaron algunos sectores productores de bienes de capital, luego del ministro Krieger Vasena se estimuló al capital industrial nacional, fortaleciendo petroquímicas, papeleras, plantas de celulosa, aluminio, se creó el Banco Nacional de Desarrollo y se dictó la ley de “compre nacional.”

Durante el gobierno de Illia (63-66) se realizaron obras hidroeléctricas y nucleares (con apoyo de la Comisión Nacional de Energía Atómica). El desarrollo de las capacidades científicas y tecnológicas no tuvo carácter prioritario en los principales actores sociales, que estaban acostumbrados a maximizar sus beneficios con resguardos y transferencias estatales.

La Ley de Promoción Regional y Sectorial de 1973 buscó revertir la situación de las economías regionales (falta de crédito, elevadas tasas de interés y vaivenes macroeconómicos, que llevaban al despoblamiento rural).

En 1956 el 30% de la inversión bruta fija era efectuada por el Estado. Se fijaron las tarifas de las empresas públicas con criterios de subsidios a consumidores para estabilizar los precios o para aumentar la recaudación general del Estado, según fuera necesario.

El caso más negativo del período lo constituyeron los ferrocarriles, cuto déficit representaba el 25% del déficit total. Durante la época frondizista se privatizó el transporte urbano y los ferrocarriles fueron achicados por razones presupuestarias y para aumentar las industrias automotriz y petrolera.

El sector privado se vio beneficiado por la protección arancelaria y los créditos baratos. Las que más se desarrollaron fueron las farmacéuticas, electrónicas y metalmecánicas, y todas insumieron sustanciales inversiones estatales en infraestructura.

El país se hizo miembro del FMI en 1956 y estableció relaciones con el Club de Paris y el BIRF (futuro Banco Mundial).

Las multinacionales se instalaron en actividades dinámicas como la química, petroquímica, automotriz y maquinaria agrícola. Permitieron dinamizar diversas regiones del país y tuvieron efectos potenciadores sobre otros emprendimientos locales. Dieron menos empleo, pero más remunerado. Favorecieron las posturales liberales, aunque acompañaron el proteccionismo ya que sus actividades estaban orientadas al mercado interno.

Los primeros acuerdos con el FMI se realizaron en 1958, luego en 1963 y 1975, siempre en situaciones de desequilibrio comercial que derivaron en la caída de las reservas internacionales del país. Los planes de FMI pedían estabilización monetaria y contracción, medidas que representaban al sector minoritario que desconfiaba de las medidas industrialistas y redistributivas.

La argentina veía con desconfianza la integración regional, dando prioridad a la consolidación interna en el período 1957-66. En el período 1963-74, con excepción de 1971, no hubo saldos comerciales negativos ni fueron necesarios préstamos internacionales.

Los impuestos al comercio exterior (aranceles a la importaciones, retenciones) fueron fuente de recursos. El 75% de las exportaciones eran agrícolas primarias, o con un mínimo de elaboración.

El impacto económico internacional de la decisión de la OPEP de triplicar el precio del barril de petróleo (1973) tuvo una fuerte repercusión en el país, ya que este no se autoabastecía y requería del producto para la industrialización. A nivel internacional, afectó a los países compradores de Argentina, por lo que tuvo efectos negativos sobre los bienes exportados. El mercado europeo cerró sus puertas a la carne argentina en 1975 por la aftosa.

STOP AND GO: La imagen de frenar y arrancar buscaba transmitir la sensación de que la economía no podía avanzar continuamente por su dinámica, si no que debía ser frenada para ordenar los desequilibrios.

Lo que sucedía era que el sector más dinámico, la industria, consumía las divisas obtenidas por el sector que no mostraba capacidad de producir más, el campo, lo que llevaba a cuellos de botella. Las políticas aplicadas por los liberales contraían reduciendo salarios, consumo, inversión y gasto público. Todo esto era expresión de las limitaciones productivas, tecnológicas, organizativas y políticas internas. Las devaluaciones potenciaron la inflación, que fue de un promedio del 20/30% anual. El intento más serio de estabilización se realizó durante la gestión de Krieger Vasena, que la redujo a un 10% anual.

Hacia el final de la Revolución Libertadora se dejaron de lado los objetivos antiinflacionarios, mediante la expansión desordenada del gasto público y la emisión monetaria.

Durante el peronismo se congelaron o controlaron precios, y hacia marzo de 1976 aumentó la inflación por exceso de gasto público.

Las devaluaciones de la moneda producían inflación, que se revertía con el freno al cambio, lo que generaba nuevas expectativas de devaluación. Se creaban corridas cambiarias o compras desproporcionadas de divisas en forma especulativa, que luego traía fuga de capitales, retiro de ese dinero al extranjero, que se reflejaba en la caída de las reservas del Banco Central y forzaba a esa entidad a realizar una devaluación para reducir la pérdida de divisas.

Impactos de la devaluación:
Alza del precio de las exportaciones => Alza del precio de las importaciones (necesarias para la industria) => alza del precio de los productos industriales finales => inflación => protestas sindicales para recuperar poder adquisitivo => aumento de las tarifas de los servicios públicos (para equilibrar las empresas del Estado).

El sistema financiero contó con una fuerte presencia reguladora del Estado, como tasas de interés negativas para los tomadores de crédito. Los ahorristas resultaban perjudicados porque así como las deudas de las empresas se reducían por el solo paso del tiempo, lo mismo le pasaba a sus ahorros. Aparecieron formas de ahorro informal en circuitos irregulares, no bancarios, como inversiones en tierra o inmuebles.

La tasa de cambio era inconstante (normal: fijo; negrita: devaluado)

1959-1960-1961-1962-1963-1964-1965-1966-1967-1968-1969-1970-1971-1972-1973-1974-1975

Las pujas por la distribución de la riqueza eran de distintos lados:

Capital-trabajo

Campo-industrial

Nación-provincia

Los salarios se mantuvieron hasta 1959 que retrocedieron un 20%, y volvieron a subir hasta 1975 que volvieron a bajar. En el caso de los empleados públicos (alrededor del 20% de los asalariados) fueron sumamente afectados por las políticas de estabilización. El desempleo era de un 4% anual con picos de 9% (1963) y 2.3 (1973).

DEBILIDAD ESTRUCTURAL ESTATAL: Despilfarro de recursos. Políticas discontinuas. Incapacidad de acumular experiencia y conocimiento. Burocracia clientelista. Incapacidad para hacer políticas eficientes. CONADE: para proyectar desarrollo a largo plazo; el Estado no la dotó de un cuerpo burocrático eficaz.

GASTO PÚBLICO: Las erogaciones del Estado, que eran del 30% del producto en el quinquenio justicialista, cayeron a un 25% con el desarrollismo, siguió bajando con Guido, volvió a subir con Illia y bajó de nuevo con la Revolución Argentina, para volver a subir con el peronismo. Entre 1955 y 1975 se vio un déficit estatal del +- el 3% del PBI.

EMPLEO PÚBLICO:

EN: no aumentó, incluso se racionalizó y descentralizó con el desarrollismo.

EP: Aumentó, probablemente para atenuar el desempleo por la baja dinámica productiva y como herramienta electoral.

La Universidad vio su esplendor entre 1956 y 1966, año de la noche de los bastones largos. Dio importantes avances en campos científicos y fue un elemento clave para el desarrollo. CONICET, INTA, INTI, CNEA.

DESARROLLISMO: 1958-62. Frondizi quiso avanzas con su proyecto de desarrollo en desmedro de las preocupaciones de la sociedad.

A partir de 1959 se lanzó una decidida política de estabilización y de estímulo al ingreso de inversiones extranjeras en sectores prioritarios. Para ello se fijó el tipo de cambio, se redujeron los impuestos y aranceles a las importaciones de bienes de capital, créditos a tasas preferenciales y se redujo el sector público (cierre de vacantes y baja de sueldo). Aumentaron tanto la inversión como la deuda externa. Para 1962 el país se autoabastecía en petróleo. La instalación de empresas automotrices no fue bien organizada y acrecentó la balanza de pagos.

GUIDO: 1962-63: El Ministerio de Economía fue manejado por Federico Pinedo, Álvaro Alsogaray, Eustaquio Méndez Delfino, José Alfredo Martínez de Hoz, que quisieron resolver el atraso cambiario provocado por el desarrollismo, reducir la inflación y equilibrar las cuotas del sector público, sin embargo, produjeron contracción de la actividad económica, aumento de la capacidad ociosa de la industria (+- 40%), aumento del desempleo (8.8%), inflación pero mejoras en la balanza comercial (superavitaria por la contracción del mercado interno).

ILLIA: 1963-66. Impulsó el consumo (más créditos, mejores salarios), moderó la inflación, se apeló a un sistema de actualización cambiaria, las mejoras en el mercado agrario permitieron un crecimiento de la economía del 9% anual (1964-1965). El sindicalismo se mostró combativo pese a las mejoras y los capitales extranjeros no vieron con agrado el cierre de la política petrolera, la disminución del endeudamiento estatal.

ONGANÍA. A principios de 1967 convoca a Adalbert Krieger Vasena, que introdujo algunas innovaciones en las tradicionales medidas de estabilización y no respondió a las habituales recomendaciones de la derecha conservadora. Realizó una devaluación compensada, que tomó ingresos adicionales de los sectores exportadores para mejorar las cuentas públicas y evitar el impacto sobre los precios internos. Redujo el déficit fiscal aumentando los impuestos, recomponiendo las tarifas de los servicios públicos y reduciendo el número de empleados del Estado. Crecieron las exportaciones industriales. No buscó dirigir las inversiones, estas se caracterizaron, empero, en comprar empresas ya existentes. La inversión creció a tasas importantes (10%) y las importaciones crecieron por la falta de barreras. La deuda creció diez veces, hasta alcanzar los 5.100 millones en 1972.

Onganía no logró capitalizar los éxitos del plan por su incapacidad política, no logró captar los sectores mayoritarios a su lado, ni a las empresas ajenas al plan, que al no haber sido consideradas estaban en plan de quiebra.

PERÓN: Gelbard apeló a un acuerdo social entre sectores empresariales, gremiales y el Estado para estabilizar la economía y mejorar la participación de los asalariados en la redistribución del ingreso. Se estimularon las pequeñas y medianas empresas y el resultado fue una expansión de la actividad económica, que redujo a cifras mínimas la desocupación y llevó a récords históricos el nivel de producción industrial. La puja distributiva se reflejó en el presupuesto estatal, en tanto las erogaciones, salarios, compras y subsidios se incrementaron, los ingresos se mantuvieron. El empleo público creció en un 25% N y 30% P. Subieron las importaciones y bajaron las exportaciones.

A diferencia del aumento en el consumo, la inversión se redujo notablemente. La agudización del conflicto económico coincidió con los reclamos sociales y la aparición de guerrillas y grupos asesinos de extrema derecha, en un contexto en el que muere el carismático presidente.

RODRIGAZO:
junio de 1975. El ministro de economía Celestino Rodrigo decide devaluar la moneda un 160%, aumentar los combustibles un 172% y aumentar los salarios con un tope del 38%. Estas medidas apuntaban a disminuir el déficit externo. Los sindicatos peronistas hicieron paro general de dos días y obtuvieron aumentos del 100%. Hubo un ciclo inflacionario tradicional y el alza de los precios en los dos meses siguientes superó el 60%. El año terminó con 183% de inflación y un déficit del 15%.

Políticamente todo se medía en peronismo-anti peronismo y comunismo-anticomunismo. Las FFAA hicieron cruzadas contra un comunismo inexistente. La inestabilidad política aumentó la imprevisibilidad de las reglas de juego económicas, que redujo la inversión a largo plazo, estimulando la propensión al consumo a expensas del ahorro y debilitando el potencial crecimiento económico.

La economía mixta no estaba adecuadamente articulada. La puja distributiva fue un problema porque se siguieron captando divisas del agro para dividir entre otros sectores, sin importar su real productividad. La especulación sobre los ciclos económicos ganó al ingreso por empresas productivas. Se quería achicar al Estado.

La industria creció más que el agro (172% a 28%). Cesa el stop and go por el incremento de la producción petrolera. Crece la tecnificación.

GORDILLO

Tres períodos:


1956-69: Resistencia y protesta obrera con distintas formas, sumado a la emergencia de sectores juveniles
1969-1970: Explosión, movilización violenta contra el régimen.
1971-73: Pasaje a la acción política

El golpe quería eliminar todo vestigio de ideología peronista; por un decreto disolvió el partido, inhabilitó de cargos públicos a sus dirigentes, prohibió el uso de los símbolos peronistas y nombrara a perón o a Eva en forma pública o privada. Contrariamente a lo esperado, se reforzó la identidad, pues se llamó a resistir hasta lograr que Perón vuelva del exilio, idea que sirvió de aglutinante para la resistencia. A la vez que esto produjo una resistencia, incitó al gobierno a aumentar sus medidas represoras.

Frondizi llegó al poder en 1958 por un acuerdo con perón en el que se comprometía a desproscribir el partido y restablecer la legislación suspendida por la Revolución Libertadora. Hizo lo segundo, pero no lo primero, por lo que se volvió a la protesta violenta, incitada también por las medidas desarrollistas.

CULTURA: Contestataria. Se nutre de distintos imaginarios, y apuesta por la acción directa. Varios factores favorecen su acción: proscripción del peronismo, debilidad del sistema político, desilusión con Frondizi, influencia de los movimientos de liberación en el mundo, las ideas existencialistas. Surge la idea de una necesidad de cambio de estructuras políticas, pasar de la débil democracia de la burguesía a una que represente más a los sectores populares, de estructuras económicas y sociales: sistema dónde los sectores populares participarán del gobierno, luchar contra el imperialismo, personificado en las empresas monopólicas y extranjeras radicadas en el país a partir de 1955.

El discurso peronista de resistencia tiene fuertes componentes de lenguaje militarista: el país era un “territorio ocupado” y los distintos gobiernos eran “ejércitos de ocupación.” Al ver esto así, justificaban cualquier tipo de acción.

Con la apertura democrática, el peronismo se fracturó en los que buscaron amoldarse al nuevo sistema y los intransigentes, entre los que se destacaba John William Cooke, que una vez que hubo endurecido las relaciones con el gobierno, alentó y participó en la guerrilla rural peronista de Tucumán entre fines de 1959 y principios de 1960. A mediados del año 1960 se encontró otra célula guerrillera en Catamarca, el ELN, que parecía cercano a Cuba (ejemplo que incentivó el nacionalismo en las organizaciones).

En 1963 se realiza un Golpe de Estado que pone a Guido como interino, y en las elecciones gana Illia, con más votos en blanco que a favor. El Movimiento Obrero se impone nuevamente como factor de poder, eclipsando el ala política peronista. En esta etapa su acción fue mucho más organizada. Todo apuntaba a reforzar disciplina y verticalidad. Se organizaron todo tipo de protestas: marchas, movilizaciones, ocupaciones, hasta actos conmemorativos de fechas del peronismo.

En 1965 los canales de comunicación con el gobierno se cerraron y surgieron distintas alternativas: la incorporación autónoma del MO dentro del sistema político (como partido o corporación), una salida revolucionaria de izquierda (que en ese momento todavía era minoritaria) y una autoritaria (apoyada por los dirigentes sindicales).

COMPROMISO DE LA JUVENTUD: Aprovechando que durante el gobierno de Illia estuvieron abiertos los canales democráticos universitarios, tuvieron una participación comprometida con la realidad nacional e internacional. En este período entró en acción la Reforma Universitaria (gobierno tripartito, cargos por concurso, libertad de cátedra autonomía universitaria). Primero reclamaban aumentos presupuestarios. Luego, cuando su plan de lucha fue más general, junto al MO; se dieron cuenta de que el gobierno, a pesar de tener una legalidad formal, no era representativo, por lo que había que apoyar las luchas populares, acompañando y orientando su dirección (CGT). Más tarde, será de los primeros en reaccionar frente al gobierno de Onganía por el ataque a la autonomía universitario como experiencia previa de movilización y participación en la época de Illia.

Surge la nueva izquierda= peronistas+izquierda

Cuando en 1966 se limita la autonomía universitaria, docentes y alumnos protestan en lo que termina con la intervención de todas las universidades.

En argentina se recibió influencia del Mayo Francés (1968).

Luego de 1966 se luchó por recuperar los centros de estudiantes y se evaluó el cambio de sistema político. La tendencia no era luchar por el cogobierno, si no cambiar el sistema, la revolución a la que se llegaría por distintos medios.

La CGT de los Argentinos empezó a horizontalizar sus protestas y a incluir a los jóvenes en distintas actividades (picnics en los bosques de Palermo para el día de la primavera, y chocolate caliente con vainillas para el día del trabajador, porque era en invierno). También atrajeron al movimiento de sacerdotes del tercer mundo. La Argentina tercermundista lucha por la liberación nacional, entendida como lucha contra el capitalismo y los imperialistas. Los curas tercermundistas empezaron a actuar en todo el país con actividades en barrios obreros y marginales, creando fuertes lazos de solidaridad y compromiso, y robusteciendo la idea de necesidad de participación colectiva.

Muchos grupos conformaron un brazo armado, algunos ya lo tenían pero en la época de Onganía definieron su acción. (FAR, ELN, ERP).

La CGT construyó las representaciones contra la dictadura. Marcó el “nosotros” y el “ellos.”

En 1969 el sector obrero comenzó a expresar su descontento en una forma conflictiva. Hubo múltiples huelgas de hambre. Córdoba se transformó en el centro de la actividad de los sectores de la sociedad, ya que esta provincia tuvo una acción autónoma de la CGT en materia sindicalismo. Algunas protestas fueron por el retiro del sábado inglés, las quitas zonales, etc. En mayo hubieron muertos en protestas, lo que generó más protestas y lo que algunos llamaron la “semana rabiosa de múltiples protestas en la provincia y en rosario, que terminaron con un paro activo a fines de mayo.

El “Cordobazo” fue la movilización que siguió a ese paro. Cuando los obreros marchaban obtuvieron el apoyo espontáneo de estudiantes y ciudadanos, hasta que la policía abrió fuego matando a un obrero, noticia que corrió rápido y movilizó aún más a la sociedad. Para las dos de la tarde la policía se había tenido que retirar. Se atacaron y quemaron símbolos del imperialismo. A la media tarde se dispersaron la mayoría de los obreros y luego intervino el ejército contra los estudiantes.

Al otro día Córdoba era una ciudad tomada, pero de todas formas hubo marchas y protestas. Se encarcelaron dirigentes sindicales. Hubo doce muertos y más de noventa heridos. La noticia tuvo fuerte impacto, el gobernador tuvo que renunciar y la posición del régimen comenzó a ser cuestionada fuertemente. Además puso en manifiesto una crisis de autoridad en las organizaciones de la sociedad civil, encontrada con una juventud que quería reconstruir el país.

La conformación del movimiento contó con vehículos formales (organizaciones preexistentes) e informales (las nuevas redes sociales y los recursos que brindaron). Se construyeron socialmente pilares básicos para la acción colectiva: 1) percepción de injusticia; 2) convencimiento de la posibilidad de revertir la situación a través de la acción colectiva; 3) identidad.

La contundencia de la movilización hizo que el gobierno buscara normalizar la CGT y recuperar los mecanismos de concertación colectiva de los sindicatos.

ROSARIAZO:
La CGT de Rosario decretó paro activo de 38 horas a partir del 16 de septiembre. El gobierno decretó el Estado de Sitio y alertó a la población, de todos modos, los estudiantes se unieron. Con la experiencia del Cordobazo, las fuerzas policiales fueron reforzadas por Gendarmería Nacional y por contingentes de lucha antisubversiva y se desplegaron sobre la zona céntrica y barrios fabriles para retener las protestas. Sin embargo, esos lugares ya estaban ocupados por los obreros. En su desplazamiento incendiaron autos y ómnibus para impedir el paso de la policía, atacaron comercios y se enfrentaron con la autoridad. Para la media tarde se comenzaron a desplazar a las zonas fabriles con una participación popular notable. Se incendiaron estaciones de tren y para la noche varias zonas quedaron sin luz y se bloquearon rutas provinciales y nacionales. Al otro día continuaron los ataques y una vez que culminó la huelga la lucha siguió en manos de obreros ferroviarios, provocando la expansión del conflicto por todo el país (Tucumán, Bahía Blanca, Córdoba) en los días siguientes.

El rosariazo marcó, con respecto al Cordobazo, no solo una mayor acción si no que mostró los cambios políticos que se estaban definiendo y los cambios en las reivindicaciones hasta convertirse en cuestionamientos a la dirigencia sindical (cosa que puede verse en los cambios de dirigencia de las organizaciones más importantes de Fiat)

En todos los casos de movilización y cambio, la acción fue promovida por las bases o los sectores intermedios obreros, pero luego comenzaron a disponer de redes sociales más amplias con mayores recursos: medios de comunicación, cobertura en los medios, locales en las facultades para dar a conocer las demandas, etc.

Estos hechos cambiaron la forma de negociación de conflicto porque la intención era llevar la disputa al centro de la producción, con los trabajadores, sin mediación de los sindicatos, buscando soluciones con su fuerza de trabajo y la apropiación momentánea de las herramientas y espacios de producción. A esto agregaban toma de rehenes y acciones más violentas como amenazas con explosivos, que subvertían el principio de la propiedad y autoridad sobre la fábrica del empresariado.

Se buscaba tomar medidas originales, como la huelga de hambre. Se hizo una para la navidad de 1970, que tuvo amplia repercusión. A su vez, se hicieron públicas por primera vez tres organizaciones armadas:

-MONTONEROS : Varios de sus fundadores provenían de grupos nacionalistas católicos, que con la acción del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo tuvieron un acercamiento con los sectores desposeídos. Su primera aparición pública fue para el aniversario del Cordobazo y día del ejército, cuando secuestraron y asesinaron a Aramburu, medida sumamente arriesgada ya que la organización tenía solamente doce miembros. Como consecuencia, diez años días después, Onganía fue reemplazado por Livingston. Montoneros no tenía una definición ideológica: amalgamaba a quienes solo querían la vuelta de Perón y a quienes además quería la patria socialista.

**los grupos peronistas de izquierda, la tendencia revolucionaria, creían que la patria socialista se iba a conseguir con el retorno de perón, los que se alejaban de ese movimiento para acercarse al MO, siendo aún revolucionarios fueron el peronismo de base**

-ERP: Sus medidas eran el secuestro en reclamo de alguna causa (liberación de presos políticos, etc.) y reclamo de dinero para repartir en ropa y alimentos a los pobres. Cuando secuestraron al director general de Fiat por despedir a obreros y en reclamo de la libertad de guerrilleros, fueron encontrados por la policía y lo mataron.

-FAR: Su origen se remonta a 1966, cuando un grupo aspiraba a ser el brazo argentino de la lucha del Che Guevara en Bolivia. Cuando muere el Che, se peroniza y a fines de 1972 se une a Montoneros.

Estos grupos, más que enfrentamiento directo, hacían propaganda armada hacia la sociedad para captar recursos. Usaron la violencia ofensiva con blancos determinados, como representantes del régimen y empresarios en conflicto, nunca al azar.

VIBORAZO: En enero de 1971 se realizó una protesta contra Fiat por despidos, que terminó con la ocupación militar de la ciudad. En marzo Livingston designa a José Camilo Uriburu, aristócrata de la derecha católica, como Gobernador de Córdoba. En respuesta, el movimiento obrero cordobés programa una acción conjunta de sindicatos que no logra concertarse bien. La acción fue desordenada, hubo un muerto, que produjo ira colectiva y transformó la protesta en masiva. Esta duró tres días más, para los cuales se sumaron más ciudadanos comunes y estudiantes. Ocurren destrozos peores que los del Cordobazo. Tres días después el conflicto sigue: interviene el ejército y se reemplaza a Livingston por Lanusse. A diferencia del Cordobazo, fue mucho más obrero y contó con el apoyo de las organizaciones armadas.

Por todos estos sucesos, Lanusse promete la apertura electoral. Las cúpulas sindicales que buscaban ocupar un lugar dentro de la nueva reorganización del movimiento peronista y el sindicalismo combativo de Córdoba optaron por un proyecto de socialismo nacional que uniera al sector popular que pudiera, o no, tomar una vía democrática.

El lanzamiento del Gran Acuerdo Nacional de Lanusse (originado en La Hora del Pueblo de 1970) para abrir el sistema político y reformar el económico-social). Fue seguido por la rehabilitación de los partidos políticos.

El sindicalismo peronista cordobés sufrió una tensión entre el plan de Perón y el de los gremios combativos, de luchar contra el gobierno de Lanusse.

La apertura política disminuyó la lucha obrera, se empezaron a canalizar nuevamente las demandas a través de los sindicatos, y las esperanzas del movimiento obrero desindicalizado se perdieron cuando el tercer gobierno peronista emprendió una campaña verticalizadora.

El contexto preelectoral de 1972 cambió la lucha política con represión para sofocar manifestaciones de rebelión popular (de las organizaciones armadas, algunas por no reconocer la vía electoral, y otros (Montoneros) porque lo tomaban como medida de refuerzo de su desconfianza al gobierno.

Montoneros se mantuvo intransigente hasta fines de 1972, llegada de Perón. En las elecciones se postula a Héctor Cámpora. Para entonces solo algunos grupos se oponían a la salida electoral, ya que esta fue valorada de distintas formas (como fin en sí mismo por los peronistas y como vía para llegar a la patria socialista).

En el período 1966-73 unas 100 personas murieron y 500 fueron encarceladas por razones políticas, sin embargo el retorno de perón no trae la paz, si no que aumenta los antagonismos, el autoritarismo y la intolerancia de los grupos, lo que conduce a una espiral de violencia para definir qué proyecto debe aplicarse.


 

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