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Resumen de "La Modernidad como Problema" |
Sociedad y Estado (Cátedra: Messynger - Melo - 2017) |
CBC | UBA
LA MODERNIDAD COMO PROBLEMA – Marcelo Raffin
Teniendo en cuenta el contexto propio de la filosofía y las ciencias sociales en
el que la cuestión o el problema de la modernidad se plantea, el autor
desarrolla sus significados, contenidos y debates básicamente en tres sentidos:
¬ — En un sentido epocal, como aquella época correspondiente al capitalismo.
— Como autoconciencia de lo nuevo y de lo presente.
— En un sentido de historicidad, como experiencia de un tiempo que es nuevo y
presente, pero al mismo tiempo ya clásico.
El primer sentido ha sido desarrollado por filósofos, economistas,
historiadores, sociólogos, etc. con el fin de dar cuenta de la época histórica
del surgimiento, desarrollo y consolidación del capitalismo, y con este sentido
se designa (Marx) el modo de producción social capitalista.
El segundo sentido es propio de la era capitalista, la modernidad se presenta
como una cierta experiencia de comprensión de la vida particularmente propia,
individual y presente. Se trata de una relación particular del sujeto consigo
mismo, pero a su vez también con el tiempo y la historia. Esta experiencia
refiere a como experimenta su vida, como la vive.
El tercer sentido, Hegel lo define como la oposición de lo antiguo, exactamente
a la oposición del mundo medieval, pero sin despegarse completamente del mundo
clásico. Es más, busca su utopía en el mundo clásico.
La modernidad como historia del capitalismo
Generalmente, la modernidad se ve identificada con el momento de la victoria de
la burguesía en la toma del poder político. Es la consagración del Estado de
derecho, libertades públicas y separación de poderes. Es el despliegue más
exacerbado de la revolución de la industria y de la entronización de la
mercancía. Es hora en que se le da valor a las cosas por su utilidad. En este
tiempo, el ser humano desplazara la religión y las explicaciones de la fe por lo
lógico, lo real. Y la única posibilidad de lo real será lo medible.
Además de ser el momento del nacimiento de una economía ilimitada que está en
función del valor, el nacimiento del capitalismo fue el tiempo del nacimiento de
las clases sociales por oposición a los estamentos de la sociedad feudal. En
esta nueva conformación de la sociedad, el hombre se encuentra aislado y
separado de los medios de producción y de la naturaleza, de los otros hombres y
del producto de su trabajo. El hombre solo se tiene a sí mismo y nadie más que
él debe velar por sí mismo. Y solo tiene su fuerza de trabajo para ofrecer.
(concepto de alienación)
Ya no se trata de la contemplación sino de la dominación del cosmos como
prolongación del individuo. Camino de la libertad por medio del conocimiento.
Antecedentes: el feudalismo
Momentos de apogeo: Siglos IX, X y XI. El núcleo de esta sociedad se basaba en
la relación sinalagmática trabada entre señores y siervos: los primeros dueños
de la tierra, tenían el derecho a la guerra y brindaban protección a los siervos
ante ataques invasores; los segundos, que vivían en las tierras de los señores
feudales, aledañas al castillo-fortaleza, debían trabajarlas para este en
función de protección debida. Este mundo se desarrollaba en un microcosmos que
encontraba sentido en el pensamiento religioso cristiano y cuyo ethos
representaba la naturaleza. Se produce lo que se necesita y nada más (economía
cerrada). Es aquí donde un nuevo personaje el mercader trashumante empezara a
vulnerar el modo de producción feudal ocupándose de la producción excedente, es
decir aquello que no se produce en el predio señoral. Estos son los primeros
antecedentes de la burguesía moderna.
La revolución comercial
Es en la época la cual suele ser nombrada como la Baja Edad Media (S. XII a XIV)
cuando aparece un incipiente tráfico comercial entre ciudades libres y entre
mercados o ferias, y la figura que se consolida es ahora la del comerciante u
hombre de negocios. [es en el siglo XII cuando los burgueses consiguen que los
señores les concedan cartas privilegios por las cuales estos se comprometían a
renunciar a los privilegios que tenían sobre los burgos o ciudades, lugar de los
burgueses, ciudades que son bautizadas con el calificativo de libres por estar
libres del poder de cualquier señor feudal. Estas ciudades tienen una virtud
mágica: consiguen que los siervos se transformen en hombres libres; todo siervo
que logre huir de su señor feudal y permanezca en ella sin ser capturado durante
un año y un día, conseguía la calidad de hombre libre. Pero esta libertad solo
tenía sentido frente a los burgueses quienes necesitaban mano de obra para la
producción que comenzaba a desarrollarse en las ciudades.]
Hacia el siglo XIII los burgueses innovan con un nuevo sistema de producción el
cual rompe con el anterior y consiste en pasar por las aldeas, dejar
herramientas y al cabo de dos o tres meses recoger lo producido. Este sistema
presento algunos problemas con el paso del tiempo y es por ello que se decidió
adoptar una medida que unificara tantas dificultades: concentrar a los aldeanos
en grandes talleres. Surge así un nuevo burgués que se transforma en patrón y el
campesino en obrero que trabaja a cambio de un salario. Como consecuencia de
esto se produjo un éxodo de los campesinos a las ciudades, quienes no tienen
nada más que ofrecer aparte de su fuerza de trabajo.
Al mismo tiempo, surgen cambios en la actividad financiera, surge la actividad
bancaria y aparecen nuevos medios de crédito como la letra de cambio que permite
evadir la prohibición del cobro de intereses que imponía la iglesia y emprender
la actividad comercial sin tener ningún capital. También aparecieron nuevas
figuras asociadas al mercader: el cambista que se sentaba en la plaza donde se
desarrollaba el marcado y efectuaba prestamos, el notario que daba fe de las
operaciones de los comerciantes que en general eran iletrados y tenían que
recurrir a estos personajes que sabían leer y escribir, los banqueros cuya
función era prestar dinero y financiar las grandes empresas reales
(especialmente las de la guerra).
La manufactura (mediados de siglo XVI y XVII)
Durante estos siglos los distintos trabajadores individuales trataban de
competir en el mercado con sus productos, básicamente, manufacturas. Se requería
un Estado fuerte, autoritario, capaz de imponer la voluntad de la nueva clase en
ascenso. Ese es el estado absolutista, el primer Estado surgido por obra de la
burguesía.
El maquinismo y la gran industria (siglos XVIII Y XIX)
Con el fin de incrementar cada vez más el volumen de riqueza, las exigencias de
la productividad se harán más acuciantes. Es entonces cuando hace su entrada en
escena la máquina y con ella la industrialización. Es la etapa del ‘maquinismo’
y la ‘gran industria’ en la que el capital adopta la forma industrial, y en la
que el trabajador quedará encerrado en una fábrica ocupándose no ya no del
proceso de producción completo sino solo de una parte de este, que repetirá
indefinidamente hasta la alienación.
La separación del productor respecto a sus medios de producción provoca a su vez
la separación entre la sociedad civil y la sociedad política o Estado. Los
individuos, antes integrantes de una totalidad, ahora quedan dispersos como
átomos en lucha entre sí para asegurar sus condiciones de vida.
Al Estado ahora no se le pedirá que intervenga directamente en la economía como
debió hacerlo el Estado absolutista. Ahora se le pide que se retire y vigile, a
la economía debe dejársela desarrollar según sus propias leyes.
Los capitalistas o burgueses ahora (en el último tercio del siglo 18) trataran
de tomar el poder político, es la hora de la revolución burguesa. La Revolución
Norteamericana y la Revolución Francesa (junto con la R. Gloriosa Inglesa y la
R. Holandesa un siglo antes), son las expresiones de dicho movimiento. La
primera mitad del siglo XIX será testigo de la lucha en todo el continente
europeo, entre las nuevas fuerzas sociales que pretenden imponerse de manera
hegemónica en la sociedad y el orden tradicional conservador monárquico, de la
cual saldrá victoriosa la burguesía.
Esta primera mitad del siglo XIX es también la época de la llegada a primer
plano de la actividad bancaria y financiera. Se produce entonces una alianza
entre el capital industrial y el capital bancario, unión que da lugar a una
nueva forma del capital, el financiero.
La era del imperialismo
En la segunda mitad del siglo XIX el capitalismo se consagra plena y
definitivamente en toda Europa. Cada estado europeo crece ahora a ritmo
acelerado tratando de conseguir la mayor productividad y adquirir la mayor
cantidad de riquezas. En ese aumento de volumen también se incluyen tierras y
pueblos, y siguiendo la lógica expansionista que las potencias europeas venían
practicando desde el siglo XV, el mundo quedo repartido entre las nuevas
potencias. Dicho evento tiene un lugar y momento precisos: El Congreso del
Congo, celebrado en la ciudad de Berlín en el año 1885.
El planeta ahora gira siguiendo nuevas leyes: internacionalización del capital
(o creación del mercado mundial), exportación de capitales en lugar de
mercancías, formación de uniones monopólicas y culminación del reparto del mundo
en manos de las grandes potencias europeas. Los principios de la libre
competencia y mercado quedan abolidos por el monopolio y la explotación de
sectores del propio capital (medianos empresarios).
La puja en la carrera desenfrenada de los monopolios lleva a una gran
confrontación en el plano de las armas: la gran guerra en la que las potencias
europeas medirán sus fuerzas.
BERNARDINO PACCIANI – La mundialización: antecedente histórico de la
globalización
A comienzos de este texto, la problemática planteada por Pacciani es: si la
globalización constituye un fenómeno reciente, si sus orígenes se remontan a la
expansión europea de fines del siglo XV y XVI, si es solo una etapa más dentro
del proceso de internacionalización del capitalismo o si se trata de un periodo
de transición hacia otro modelo dentro de capitalismo cualitativamente distinto
a los anteriores.
En este trabajo partimos de concebir a la globalización como un momento dentro
de la evolución del capitalismo.
Algunos conceptos en torno al capitalismo:
» Propiedad privada de los medios de producción.
» La presencia del trabajo asalariado formalmente libre
» Dos clases: burguesía y proletariado.
» Mundialización: fenómeno de internacionalización de las relaciones económicas.
» Globalización: la nueva etapa del capitalismo iniciada el siglo pasado.
Mundialización y transición hacia el capitalismo
Es este el momento histórico donde se da la expansión del comercio europeo hacia
otros continentes por la vía de ultramar, considerado por Wallersetern “economía
mundo-europea” este autor define esta economía no como una entidad económica no
tanto por su alcance planetario, sino porque está por encima de las unidades
políticas. Esta economía-mundo surgida en la modernidad, se apoyó en prácticas
capitalistas modernas que le permitieron la consolidación y expansión sin
necesidad de una estructura política unificada.
La revolución industrial y la mundialización del capitalismo
A fines del siglo XVIII, el modo de producción feudal, que dominaba la economía
europea, entro en crisis en el occidente del continente y nuevas relaciones
sociales de producción reemplazaron a las viejas. La transición del feudalismo
al capitalismo llego a su fin. El mercantilismo dejo paso a nueva doctrina
económica y el liberalismo se convirtió en la ideología dominante. Con la Rev.
Industrial surgieron nuevos centros y se sumaron nuevas sociedades a la economía
mundial, que acentuaron su proceso de integración.
La revolución industrial
En la etapa de la transición del feudalismo al capitalismo, venían madurando las
relaciones entre el capital y los asalariados, que con la industrialización
terminaron por definirse. La estructuración de una sociedad en clases a partir
de su vínculo con los medios de producción, la acumulación del capital en poder
de la clase proletaria, el proceso de urbanización como consecuencia de la
desvinculación de los campesinos de la tierra, la concentración de la producción
de fábricas, el avance científico-técnico aplicado a la producción y a los
medios de transporte entre otras características de la sociedad capitalista,
fueron producto de la Revolución Industrial. Para este proceso también
adquirieron gran relevancia los estados y el aporte ideológico del liberalismo.
Estado nacional y liberalismo
La ideología que legitimo al sistema capitalista y a los estados nacionales fue
el liberalismo, cuyas medidas favorecieron las actividades económicas de la
burguesía al tiempo que eliminaron los gremios medievales y la servidumbre
feudal. La teoría liberal limito el estado al mantenimiento de instituciones
militares, políticas, judiciales y educativas. Las relaciones sociales y la
actividad económica quedaron libradas al desarrollo ‘natural’ del mercado.
Principales objetivos: garantizar las condiciones de funcionamiento del
capitalismo: propiedad privada, mercados unificados, mano de obra libre, etc.
Los principios en que se fundó este estado fueron la libertad económica, la
igualdad jurídica (buscaba terminar con los privilegios de la nobleza) y la
soberanía política del pueblo. El estado debía garantizar la libertad económica
que implicaba la libertad de empresa y métodos de producción, el libre juego de
oferta-demanda aplicable a los bienes y al trabajo, y el libre comercio entre
naciones.
La división internacional del trabajo
A mediados del siglo XIX (luego de la extraordinaria expansión de la industria
siderúrgica, sumada al surgimiento de nuevas industrias que por primera vez
unieron la ciencia y la producción (química), el descubrimiento de nuevas
fuentes de energía (petróleo) o formas de transmisión energética (electricidad)
profundizaran el proceso de industrialización) y en concordancia con el
liberalismo se impuso la aplicación del concepto de la división internacional
del trabajo. Las potencias europeas se concentraron en la producción industrial
y los demás países (a excepción de EUA y Japón) se integraron en la economía
mundial con la función de abastecer de materias primas y alimentos a los países
industrializados, a la vez que se convirtieron en mercados de los productos
manufacturados y de los capitales excedentes. Para ello, de la mano de sus
elites dirigentes, muchos países, en especial latinoamericanos, adecuaron sus
estructuras productivas y generaron el marco jurídico necesario para su
inserción en el mercado mundial.
En este proceso tuvo un papel preponderante el desarrollo de los medios de
transporte y de comunicación: ferrocarriles, barcos de vapor y el telégrafo. El
barco de vapor acelero los tiempos de los viajes interoceánicos, mientras que el
ferrocarril comunico con el interior de los países con los puertos e íntegro
regiones aisladas. Por otro lado, el ferrocarril significo la más importante
fuente de despegue de la producción industrial, al impulsar el desarrollo de la
industria pesada. La construcción de los vagones, máquinas y rieles impulsaron
la industria metalúrgica y siderúrgica, a la vez esto hizo que los países ricos
en hierro impulsaran su actividad minera.
La crisis de 1873 y la recuperación
Esta crisis se debió a que la producción creció a ritmo más acelerado que el
mercado de consumo para sus productos. A eso se le sumo la competencia de las
nuevas potencias industriales que provoco una saturación de los mercados. La
crisis provoco la caída estrepitosa de los precios de los productos industriales
y arrastro los precios de la agricultura. La situación de miseria de los
sectores populares, en especial del campesinado, fue una de las causas de la
emigración masiva.
Frente a esta situación los países industrializados comenzaron a abandonar las
prácticas de libre competencia que el liberalismo sostenía, al promover medidas
aranceladas de carácter proteccionista, sin que esto afectara el comercio
mundial. Comenzaron a intervenir en los asuntos económicos.
En cuanto a la reorganización de la producción, su objetivo era reducir los
costos. El ingeniero norteamericano Taylor fue quien propuso la gestión
científica de la producción. El método tuvo por finalidad lograr que los
trabajadores aumentaran su ritmo y su eficiencia y consistió en la
descomposición del proceso de fabricación en múltiples y sucesivas etapas, cada
una de ellas a cargo de un obrero. De este modo el conocimiento y control de la
producción paso del trabajador a la gerencia.
Imperialismo
Esta fue otra respuesta por parte de los países europeos para salir de la
crisis. La solución consistió en profundizar la tendencia que ya se había dado
bajo la forma de DIT, pero adquirió un carácter menos sutil y más agresivo
mediante la conquista directa o por medio del dominio económico de amplias zonas
del planeta. Este proceso adquirió dos formas: colonización (que consistió en la
conquista militar de sociedades a las que sometieron política y económicamente)
y otra caracterizada por una forma de dominación consistente en el ejercicio de
la presión económica sobre estados que mantienen su independencia política.
La justificación ideológica del imperialismo colonialista está contenida en la
idea de progreso de la filosofía positivista y en una particular interpretación
del darwinismo que concebía la idea de la superioridad racial de los pueblos
europeos.
A fines del siglo XIX la prosperidad que trajo la recuperación económica hizo
olvidar la crisis y genero entusiasmo generalizado en los países
industrializados. Sin embargo, los conflictos sociales protagonizados por los
obreros estuvieron a la orden del día. El movimiento obrero y los partidos
socialistas contaron con un considerable aumento en el número de adeptos, la
emigración favoreció la internacionalización de las ideologías.
Capitalismo y mundialización en crisis
La concentración del capital en manos de la burguesía de los países europeos
industrializados y de EUA marco claramente una distinción entre las distintas
regiones del planeta. A lo largo del siglo XX, distintas teorías, como la teoría
del desarrollo o la teoría de la dependencia, encontraran en esta etapa de la
mundialización los orígenes de la desigualdad entre las naciones.
Dos acontecimientos significaron, de alguna manera, un punto de inflexión en la
historia en general y en la mundialización en particular: La Primera Guerra
Mundial y La Revolución Rusa. En gran medida podemos rastrear sus causas en los
procesos por los que venía atravesando Europa en las últ. décadas del siglo XIX
y en las primeras de XX.
La Gran Guerra y la Revolución Rusa
GG: durante los años que abarco la guerra (1914 – 1918) la economía de los
países involucrados fue puesta al servicio del conflicto. Los recursos humanos y
materiales de las naciones fueron subordinados a la producción militar. La
producción, el transporte y la mano de obra quedaron supeditados al
abastecimiento de los ejércitos. Se bloquearon puertos marítimos. Para financiar
la guerra, los estados recurrieron a los prestamos (EUA) y a la emisión de
moneda. El endeudamiento y la inflación, fueron el resultado de esa política,
cuyas repercusiones se harán sentir en la posguerra.
RR: significo por primera vez el éxito de un movimiento revolucionario bajo la
inspiración de ideas socialistas. El plan de Lenin consistió en realizar una
serie de reformas paulatinas con el fin de sacar adelante la difícil situación
por la que atravesaba ese país. La nacionalización de los bancos, ferrocarriles,
la flora y el rechazo a el pago de la deuda externa fueron algunas medidas
tomadas. Pero la propiedad privada del sector industrial y de una parte del
sector agrario no fue abolida desde un primer momento. La nueva política
económica (NEP) impulso un singular sistema de economía mixta en el cual se
combinaron elementos capitalistas y socialistas. Se restablecieron mecanismos
del mercado para la economía rural que permitió que los propietarios de campos
recuperaran en parte sus propiedades. El Estado mantuvo el control en sectores
claves, al retener en sus manos la banca, la industria y el comercio exterior.
Tras la muerte de Lenin en 1924, lo sucedió Stalin representante de la idea de
afianzar la revolución dentro del país, para luego pasar a la
internacionalización, su triunfo significo, además, la consolidación de un
Esqueda de poder burocrático estructurado alrededor del Partido Comunista. En
este mismo plano político se estableció la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas. La denominada vía acelerada fue la seguida por el gobierno salinista
en cuanto a economía, cuyo objetivo se basaba en priorizar la industria pesada.
La economía de la posguerra
Durante los primeros años de la posguerra, Europa estuvo convulsionada de
conflictos sociales que desencadeno la situación económica. Alemania, luego de
las duras condiciones que le impuso el Tratado de Versalles, atravesó una crisis
caracterizada por la pérdida del valor de la moneda, la hiperinflación y la
desocupación. Procesos similares se dieron en el resto de los países de ese
continente. Japón, continuo su expansión industrial.
El fenómeno más interesante de la posguerra lo hayamos en EUA, ya que su
territorio no fue escenario de guerra y que por tanto quedo indemne de los
destrozos materiales. Mientras que su rol de gran acreedor de Europa, junto con
las grandes reservas de oro, le permitió fortalecer su moneda de tal manera que
desplazo la libra esterlina del comercio internacional. Debido a la tremenda
potencia de su economía, EUA podía permitirse el aislacionismo político. Durante
la década del 20 la economía experimento un desarrollo prácticamente
ininterrumpido como consecuencia de unas inversiones masivas que a su vez se
basaban en una fuerte demanda de artículos de consumo que duraran muchos años y
en una expansión acelerada de los sectores de construcción y servicios. El modo
de producción fordista, el cual organizaba la cadena de montaje con la cinta sin
fin, eliminó el tiempo de trabajo muerto e incremento la productividad. Otra
medida que tomo el país norteamericano, fue el aumento de sueldo a sus empleados
para generar mayor consumo.
La gran crisis
Las principales posturas que explican la razón de la crisis mas grande que tuvo
el capitalismo la cual dio lugar en EUA son: superproducción y especulación en
el mercado de valores.
En octubre de 1929 cae la bolsa de valores de Nueva York desencadenando un
efecto domino que arrastro bancos, industrias y en general a todos los sectores
económicos. Al estacionarse los salarios (por estar en época de prosperidad),
los beneficios aumentaron de manera desproporcionada y el sector acomodado fue
el mas favorecido. Pero al no existir un equilibrio entre la demanda y la
productividad del sistema industrial, el resultado fue superproducción y
especulación.
El autor explica que es mas adecuado referirse a ‘sobreinversión’ que a
‘subconsumo’.
HUGO QUIROGA – ESTADO, CRISIS ECONOMICA Y PODER MILITAR (1880 – 1981)
¿Qué es el Estado?
Adherimos a aquella posición que considera al Estado moderno como la expresión
de una RELACION SOCIAL, es decir, como una forma particular de las relaciones
sociales capitalistas.
Consideramos al Estado como una forma específica de las relaciones sociales de
explotación y dominación del modo de producción capitalista. Nos parece
conveniente adoptar la definición de Engels sobre el estado Moderno como:
‘capitalista colectivo ideal’.
Desde esta concepción del Estado aparece como protector de los intereses
generales del capitalismo, protege el modo de producción en su conjunto, en
contra y por encima de los intereses conflictivos de los capitalistas
individúales.
Según Pasuakanis el Estado aparece como un poder público impersonal, un poder
que no pertenece a nadie en particular, que se sitúa por encima de todos y que
se dirige a todos. Se trata de un aparato estatal oficial, situado por encima de
cada capitalista individual y que aparece como fuerza impersonal. El poder del
estado reviste así la forma del Poder Publica. Es este autor que considera a la
sociedad capitalista ante todo como una sociedad poseedora de mercancías.
Las decisiones de esta autoridad pública no son neutrales en relación a las
clases dominantes. Al contrario, están profundamente comprometida con sus
intereses y destino. Sin duda que esas decisiones beneficiaran a uno u otro
sector hegemónico de la burguesía. Los limites están dados, porque, por un lado,
el Estado organiza la dominación de clases, y por otro, esa forma de
organización encuentra una hegemonía en una u otra de las fracciones de la
burguesía. En este sentido Pasukanis plantea que el aparato de estado ha sido
siempre creado por la clase dominante, lo construyeron con sus propias manos.
Gramsci por su parte concluye que el estado organiza la dominación de clases y
unifica políticamente al conjunto de la burguesía, bajo la hegemonía de una u
otra de sus fracciones.
Aparece el Estado moderno en la realidad histórica en su doble aspecto de
entidad abstracta y concreta, encontrando su fundamentación en las relaciones
sociales de producción capitalista.
Por consiguiente, se pueden señalar tres características que siempre están
presentes en el Estado. 1) su carácter organizador de la dominación de clase. 2)
el poder del estado se materializa en los aparatos institucionales y en los
regímenes políticos. 3) el estado revise siempre la forma de aparato público
impersonal que aparece, por ende, por encima de la sociedad.
Distinción entre Estado y régimen político.
En una primera aproximación decimos que el régimen político no se define
solamente por la forma particular que tiene un país de organizar sus
instituciones, sino también por la importancia que cobra lo político, por la
dinámica política concreta impresa a esas instituciones encada momento
histórico.
Creemos que el concepto de régimen define el perfil político y las modalidades
que adquiere en la realidad histórica la organización de la dominación de
clases. Define, en otras palabras, el perfil y las modalidades políticas que
reviste la “materialidad constitucional” del estado en el interior de la lucha
de clases de un país determinado. Régimen traduce en la escena política la forma
concreta, material, manifestación de las relaciones sociales de dominación y
explotación del capitalismo en un momento determinado. Se trata, en definitiva,
de la forma político institucional en que se traducen las relaciones sociales de
explotación del capitalismo y, por ende, de la organización de la dominación de
clase.
Se dijo que el estado en tanto capitalista colectivo ideal protege los intereses
generales del capitalismo, es el garante de la reproducción de las relaciones
sociales capitalistas, pero la concreción de esa protección y garantía se
efectivizara de una u otra manera por las medidas que tomen los diferentes
regímenes políticos.
La intervención estatal, asociada a la producción y circulación capitalista, se
realiza a través de la política económica que deciden los representantes del
régimen político.
Funciones del Estado
Función económica: El papel económico del Estado es el proceso de producción y
reproducción del capital, pasando a ser así un arma fundamental para
contrarrestar la baja tendencial de la tasa de beneficios.
Función política ideológica: Se trata de la función de organización de la
dominación de clases por partes del estado. El Estado es un órgano de
inculcación ideológica, de integración de las clases subordinadas a la lógica de
la sociedad capitalista, pero al mismo tiempo sirve para disciplinar y unificar
a la burguesía, es decir, organizar su dominación.
Función represiva: Se trata de la utilización de la coerción, en otras palabras,
del ejercicio de la violencia legítima por el Estado para impedir cualquier
amenaza del sistema o bien imponer autoridad de la clase dominante por sobre las
clases subordinadas.
La crisis y el Estado: Las crisis económicas de los países capitalistas son
provocadas, en última instancia, por la baja tendencial de la tasa de ganancia,
manifestándose de manera general a través de una interrupción del proceso normal
de desarrollo de la producción. Así la crisis capitalista aparece como una
crisis de superproducción de los valores de cambio, lo cual se explica por la
insuficiencia de la demanda. En otras palabras, la crisis de superproducción se
manifiesta en disminución del poder adquisitivo de las clases populares.
Las crisis económicas son necesarias para la continuidad y reproducción misma
del capitalismo. A pesar del otro aspecto de la crisis: el de revelar la
relación social de producción; la función de la crisis es regenerar el capital.
Pero, además, se ha dicho, el Estado actúa sobre la crisis desde el exterior con
la finalidad de limitar sus efectos destructores, tratando de reencauzarla.
La mayor intervención del Estado en países periféricos
Una de las características del Estado en los países periféricos es que
intervienen masivamente en la vida pública. Lo que confiere a esos estados su
naturaleza capitalista, desde la mitad del siglo XIX, no es su propio desarrollo
interior, sino su inserción en el mercado mundial. Son países que no conocieron
el modo de producción feudal y la revolución burguesa.
Las clases dominantes en América Latina no conquistaron el poder en una lucha
nacional contra la monarquía absoluta. Las guerras de la independencia se
enmarcan en una lucha contra un poder colonial ejercido por una potencia
extranjera. No se trata entonces de una lucha entre clases sociales de un mismo
país que representan modos de producción diferentes sino de las luchas de un
país por su liberación nacional.
Con respecto a la economía mundial, se produce un ensanchamiento de la
intervención del estado. El estado en nuestro continente tiene una función
suplementaria que resulta de la división internacional del trabajo, y que por
tanto deberá someterse a esos mecanismos.