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Resumen de Unidad I  |  Sociedad y Estado (Cátedra: Carassai - 2021)  |  CBC  |  UBA

O’Donnell

Fenómeno regional: Desde los mas cercanos a los más lejanos en Latinoamérica hay renovación de la metodología neoliberal para imponer sus planes, renovación posible gracias a las masacres en Latinoamérica a mediados del SIGLO XX. Las sociedades se posicionan ante la violencia política y ante el terrorismo de estado, con memoria, resistencia y dolor. A veces ese “no quiero sufrir más” lleva a elegir el mal menor. Refiere al Estado burocrático autoritario, sobre la teoría de la democracia y las características de los procesos de transición a la democracia.

Preocupado por dar aportes a los estados latinoamericanos

O´Donnell habla sobre la cuestión de las democracias en América Latina, y denota una preocupación al ver a los estados Latinoamericanos y sus gobiernos, débiles al intentar democratizase, incitando a los interlocutores a que se acerquen a responder las preguntas sobre “para qué” y “para quienes” son las reformas que esos estados estaban implementando en el contexto donde se enfoca. Su preocupación también pasa porque ve a América latina presionada por intereses transnacionales en lo económico (quienes presionan a los gobiernos en función de que dicten ciertas políticas públicas que los beneficien), por lo que el estado necesita un aparato burocrático, y la burocracia estatal es un problema ya que las reformas en Latinoamérica están atravesadas por el autoritarismo, para dar un ejemplo).

Hace una breve genealogía del capitalismo y del Estado moderno, diciendo que las sociedades modernas responden a determinadas características: antes figuras simbólicas como reyes en las monarquías, cayeron y hoy conocemos a las sociedades modernas con una racionalidad moderna capitalista, donde se pasa la legitimación del pensamiento, se deja de pensar en el poder divino y ahora hay una racionalidad para explicarlo. El autor hace un análisis focal, no solo en tratar de definir qué es el estado, sino también en qué debería ser estado.

El autor explica que el Estado surge con el capitalismo emergiendo tras largas y violentas luchas, incluyendo varios logros hechos por medio de la burocratización y de una creciente homogeneización de la legalidad estatal (logros como la expropiación de asociaciones políticas, de sus medios de administración y los medios de legalidad), sin dejar de lado el cementerio de estados fallidos que fueron derrotados y absorbidos. Trata de definir al estado como un conjunto de organizaciones/asociaciones que se proclama como referente del bien común (estados-para-la-nación o para-el-pueblo), penetrándose en múltiples relaciones sociales, apuntando directamente al tema de concentración de poder (mejor dicho, poderes). Una de las características principales que hace sobre el Estado moderno es que este controla un territorio y su población ya que es poseedor de un poder político, el monopolio de la fuerza (poder de hacer leyes, hacerlas cumplir y reprimir a quien no las cumple).

DIMENSIONES DEL ESTADO

La conformación del estado incluye tres dimensiones: Primero, su burocracia estatal, que sería poner un orden que establezca las reglas de juego que tienen legalmente asignadas responsabilidades apuntadas a proteger intereses de carácter público, o sea, una dimensión burocrática organizada por relaciones de comando y obediencia jerárquicamente organizadas de acuerdo con reglas (trato autoritario=desigualitario). Lo encontramos “físicamente en los edificios, por ejemplo, ANSES, AFIP. Segundo, un aparto legal, aquellas reglas que legitiman y regulan las acciones dentro del sistema, y, por último, la identidad colectiva, donde el autor hace foco estableciendo que una repetida simbología se nos presenta para generar un estado de pertenencia (ese poder corporizado en el estado), con el fin de generar una formación de idea colectiva que debería prevalecer sobre los conflictos y clivajes sociales. Destaca que estas tres dimensiones del Estado son históricamente circunstanciales, ya que, de acuerdo con el contexto, va variando el fortalecimiento o debilitamiento de esas partes. Las tres dimensiones pueden ser llamadas la eficacia, la eficiencia y la credibilidad del Estado. Todo este sistema refleja una doble cara del sistema legal del estado moderno: garantía y derechos, por un lado, control por el otro.

EL ESTADO CELOSO, ABSORVENTE Y MASCULINO

O´Donnell va a decir que el estado es celoso (no permite, o no quiere permitir, que nadie acceda, apuntando a ser un foco amplio y firmemente compartido de identidad colectiva), es absorbente (ya que penetra, regula e intenta controlar a través de su sistema legal diversos aspectos de toda asociación, grupo e individuo en el territorio que demarca, por lo que es difícil salir), y es masculino (dicho género está ubicado en la cúpula). Desde la segunda parte del siglo XX los Estado en Latinoamérica han sido analizados, y dan cuenta de que muchas veces la burocracia estatal es eficaz para reprimir y censurar, pero no siempre goza de la credibilidad de la identidad colectiva, por lo que menciona una ciudadanía latinoamericana de doble faz ante lo que se emite desde el estado: actitud pasiva, acaparando, respetando, legitimando toda la representación social que irradia del Estado; y una actitud activa, donde en ocasiones en la historia de los estados se generó una participación colectiva, una reacción inmediata, espontánea, por la lucha y defensa de los derechos.

CONCLUSIÓN

El estado, esta asociación no voluntaria basada en un territorio, altamente burocratizada y legalizada, es cristalizada del régimen democrático. Responder, aunque fuera aproximadamente a las preguntas para qué y para quienes que se plantea el autor al principio de su discurso, es condición necesaria para emprender reformas del estado, y concluye desarrollando diez tesis con la finalidad de que susciten discusión al respecto.

Hirsch

Marxismo: correr el velo a la realidad

Autor marxista que critica al marxismo clásico porque encuentra falencias en el postulamiento por lo que plantea ideas para que se dé una revolución más eficaz. El autor dice que el estado no siempre fue como lo conocemos en la actualidad, que naturalizamos aspectos que están presentes en edificios y personas, y, como ente burocrático y político, tiene vida gracias a personas que lo componen: el estado no podría existir sin que se desarrollara ese sistema burocrático. Tanto dentro como fuera de él hay contradicciones de clases e intereses diferentes. El Estado es una forma económica y política, y se pone a sí mismo como el único autorizado para hacer cumplir las reglas, por ende, es un ente social que puede ejercer la violencia ya que legalmente está justificada (monopolio de la fuerza antinatural ya que es propio de la forma histórica capitalista). La estructura del Estado es discursiva, causa un efecto en las personas, a la forma de platear realidades como si fueran naturales (como la democracia política: el votar, por ejemplo) son ilusiones porque no estas decidiendo, estas eligiendo (enajenación). Contra esa estructura y lo establecido hay que ir. Hirsch muestra al estado y a la sociedad civil como dos esferas que están en contradicción y a la vez atravesadas (el estado te enferma y te cura; te arruina financieramente y te ayuda), por lo cual esta relación es más compleja que lo que Marx postulaba, como así también lo es las luchas de clases porque se suma otro tipo dereivindicaciones en la sociedad, como las luchas de género, raciales, ecologistas, que existen desde antes del capitalismo, en donde el autor pone énfasis ya que resalta que estas no son luchas secundarias ni menores y a las que no hay que dejar de lado. Además, para el autor, el estado no se presenta separado a la economía ni a la política. El mercado y el estado son dos categorías propias de la modernidad en las cuales se presenta una relación atravesada en donde el mercado presta plata a los países en crisis sabiéndose que no se lo puede devolver, ambos lo saben, y mediante esto el mercado controla bajo condicionamientos sobre las políticas de ese estado.

EL ESTADO IMPOSITIVO, ENGAÑOSO, ILUSORIO, RACISTA, PATRIARCAL Y EXTRACTIVISTA

El estado es impositivo (se impone en la estructura social), engañoso (realidades tapadas por discursos), ilusorio (representación social engañosa), racista, patriarcal (atraviesa todo el cuerpo social) y extractivista (saca recursos con tal de generar ganancias y acumular riquezas), no solo por ser aparato burocrático y político, sino también por tener el monopolio de la “violencia legal”, la fuerza oculta detrás de ese fetiche de hacer el bien común.

CONCLUSIÓN

Las organizaciones sociales, la lucha de clases, los partidos revolucionarios, hay que mirar estas cosas, dice Hirsch, analizarlas para ubicar el fondo del problema que es el capitalismo como sistema. Pensar que las cosas podrían ser diferentes, re-pensar en los que se llaman revolucionarios, haciéndoles notar que están repitiendo la misma dinámica que están discutiendo. Hay que pensar en destruirlo desde la práctica cotidiana.

Evans

EL ESTADO COMO PROBLEMA Y COMO SOLUCIÓN: COMO PROBLEMA EL ESTADO PREDADOR, COMO SOLUCION EL ESTADO DESARROLLISTA.

Dentro de la globalización, unos estados pueden ser más exitosos por medio del desarrollo. Interés geopolítico puesto en Latinoamérica.

PENSAMIENTO DESARROLLISTA

Evans plantea el denominado “pensamiento para el desarrollo” desde la escuela norteamericana de sociología estructural funcionalista, financiada por Estados Unidos y desde ahí analiza a los estados vulnerables, conformado por otros intelectuales , analizando las políticas en marcha de los estados Tercermundistas de los años 50 y 60 en adelante , donde denotaron que el común denominador en aquellos países subdesarrollados era el interés por el desarrollo: ánimo desarrollista que Estados Unidos apoyaba al garantizarles su influencia política y económica, y a su vez esos estados veían que se sucedían situaciones de corrupción, clientelismo y degradación, por parte de estados cleptócratas y predadores, por lo que el estado era percibido por la sociedad como un problema lo que sirvió de argumento o excusa para las políticas neoliberales de privatización de empresas públicas. Evans hablaba de Estados Desarrollistas, predadores e intermedios.

ESTADO PREDADOR-TECTOCRACIA: Gobierno de los ladrones sin importarle el desarrollo del país sino obtener la mayor cantidad de ganancia en el menor tiempo posible con políticas extractivistas (países ricos en recursos naturales), mediante políticas de extracción.

ENRAIZAMIENTO: Modo de relación entre el estado y la sociedad civil, donde el Estado no pierda ni la autonomía ni la capacidad de sus funcionarios. La relación del vinculo entre el Estado y las elites mas importantes (los sectores mas poderosos de la sociedad civil). En el enraizamiento esta la clave de un estado desarrollista que esta pensando en un desarrollo económico de un país. Tipo de relación entre el estado y la sociedad civiles donde uno de ellos respete los intereses del otro y viceversa y que se puede llegar a logarr una relación mas armoniosa posible en beneficio del desarrollo económico, social y político de una nación. Tipo de relación en done el Estado conserve su autonomía pero también reconozca y favorezca los intereses de toda la sociedad. ¿Dónde existe un país donde exista ese acuerdo? No existe, porque Evans habla desde un lugar tan abstracto que en la historia no encontramos ejemplos como el que el plantea.

Se dieorn cuenta de que el camino para mejorar el bien humano era invertir en la gente (opresión abstracta-fetichsimo del discurso) en las capacidades humanas, mas que pensar en los bienes pensar en los servicios parala población. Así refieren a un re enraizamiento o nuevo tipo de enraizamiento.

NUEVO ENRAIZAMIENTO: Que hayan procesos deliberativos, que todos puedan participar en la decisión sobre lo que la sociedad necesita, para cumplir y respetar los intereses: coproducir en conjunto con la sociedad civil. PROBLEMA: Los que están acostumbrado s atener ,as beneficios, vana estar molestos si los pierden o se les reduce.

Ante todo este panorama, sabiéndose que dentro del estado hay por un lado, una sociedad civil (trabajadores, estudiantes, etc. ) y, por otro, las elites industriales (aquellos sectores más importantes en cuanto a producción), el autor y la escuela funcionalista, determinaron que el mejor camino no era la relación del estado con el mercado, sino la de expandir las capacidades de la gente, por lo que propone el enraizamiento, agarra, arraigar, como un tipo de relación entre el estado y la sociedad civil como condición necesaria para el desarrollismo, en donde cada uno de ellos respete los intereses del otro, camino que llevaría a lograr una relación en beneficio del mayor desarrollo económico, social y político de una nación ya que tendería a mejorar el bien humano invirtiendo en la gente, en las capacidades humanas. Mas que pensar en bienes, pensar en servicios para la población. Evans fue más allá y propone un nuevo tipo de enraizamiento entre el estado y la sociedad, en el que este último sea más participativo, que la gente pueda deliberar sobre las políticas de estado a implementar para poder armar así políticas públicas. Ese nuevo tipo de enraizamiento, podría ser la solución (si se logra), ya que es aquel que desarrolla una buena relación entre el estado y toda la sociedad civil para que así se vean cubiertas todas las necesidades de la sociedad donde se incluyan procesos deliberativos, con la participación de todos: coproducir en conjunto con la sociedad civil.

AUTONOMIA DEL ESTADO EN TANTO SU BUROCRACIA ESTATAL SEA COHERENTE Y COMPETENTE

Evans entonces plantea que un aparato burocrático muy grande lo tiene cualquier estado, pero para que funcione bien, y no se convierta en un problema, la capacidad transformadora del estado requiere una mezcla de coherencia interna y de conexiones externas, a la que él denomina autonomía enraizada; que la burocracia del estado esté influido lo menos posible por los intereses de los sectores poderosos de la sociedad, que sea coherente (que no haya contradicciones en sus postulaciones porque si son incongruentes no se podrían llevar a cabo) y competente (donde sus funcionarios estén lo mejor preparados, capacitados, en las diversas áreas dentro del estado estatal a la hora de tomar decisiones y no estén allí meramente por una relación de conveniencia o interés económico). Por lo que, Evans cuestiona la tendencia al ver la capacidad estatal como sinónimo de aislamiento respecto de la sociedad civil, y concibe que esos estados tercermundistas llegarían a ser estados ideales si reúne en el aparato burocrático estas condiciones, si desarrollan su autonomía enraizada. Un país es autónomo en cuanto cumpla esas funciones, en cuanto se consulte a los sectores involucrados, que se dialogue y en base a eso se construya la política pública.

Evans dice que el estado como problema en el proceso de privatización de empresas publicas, de servicios pulicos, finciono la idea del estado como un problema, ya que el Estado impedía el progreso del país. El estado puede ser una solución si logra acceder, los del tercer mundo, a una situación de autonomía enraizada, propone un nuevo tipo de enrraizamiento en la que sea mas participativa, que la gente tenga mas participación sobre las polticias para armar política spublicas.

Coincidencias/diferencias entre autores a partir de como describe cada uno de ellos al estado, y de las soluciones que propone

Todos los autores concuerdan al establecer que no hay construcción en lo social en la que no se desarrollen conflictos, ya sea por la diversidad de posturas y/o perspectivas personales, como así también manifiestan que el estado, entendido como conjunto de instituciones físicas, reguladas cada uno por su reglamento con su propia cultura de contexto y relaciones sociales, penetra, estructura y controla el territorio (aparato burocrático). Por ende, están de acuerdo, de una u otra manera, explícita o implícitamente, en que el estado interviene, en menor o mayor medida, en la vida social de las personas, que la atraviesa, dándose así una relación/contradicción entre el estado y la sociedad (te enferma y te cura, te arruina financieramente y te ayuda), entre el estado y el mercado (el Mercado presta plata a los estados en crisis, y como no pueden devolvérselo, condicionan sus políticas de estado), y entre el estado y la sociedad civil (O´Donnell con ciudadanía de doble faz: aceptamos normas o saltamos en colectivo espontáneamente defendiendo nuestros derechos). Así, desde diferentes lugares, delimitan están cuestiones en donde establecen que el estado impregna todas las actividades humanas en la sociedad, hasta mismo dentro de organizaciones sociales como lo son los sindicatos donde se regulan las relaciones laborales dictando normas de seguridad e higiene, por dar un ejemplo.

Los autores conciben que el estado, sin ser presentado separado a la economía o a la política, tiene vida gracias a personas que lo componen, y a un aparato burocrático que establece las reglas del juego, y, para que este funcione y se sostenga en el tiempo, busca crear legitimidad, crear consenso, sentimiento de pertenencia, para así generar hegemonía, con intelectuales orgánicos detrás que le da argumentos al poder para legitimar las decisiones, o sea, justifican su existencia. O´Donnell postula que toda autoridad de una asociación que argumenta que sus decisiones y su existencia son para el bien de la asociación en su conjunto, tiende a aceptar la existencia de asociaciones que ejercen poder sobre la sociedad. Sumado a eso dice que la legitimidad del estado puede perdurar en la medida en que los individuos piensen que es el “mejor camino” si comparan otras posibilidades, por eso crear un foco de identidad colectiva es el medio para obtener su fin. Hirsch agrega que el aparato burocrático del estado tiene, además, el “monopolio de la fuerza”, en donde se da de modo silencioso la explotación y la apropiación. Los tres autores hacen mención que una de las características a prestar atención del estado moderno capitalista, es que el aparato burocrático. O’Donnell plantea que la burocracia se va alejando cada vez más de la realidad de la sociedad civil, por lo que Hirsch y Evans, proponen que, el aparato burocrático estatal, además de requerir la institucionalidad y generar sentimiento de pertenencia, para que funcione eficazmente necesita que haya lo menos posible de contradicciones internas (las va a haber porque siempre hay conflicto, pero se espera que lo menos posible, plantea Hirsch), y el mejor profesionalismo de los agentes (Según Evans en virtud de si esos funcionarios que la componen saben de la función a desempeñar -experiencia teórica- y además de las necesidades de la sociedad - experiencia práctica-.

El estado, su poder para vigilar, controlar y castigar (poder de policía en Hegel), su aparato burocrático buscando establecer un sentimiento de pertenencia, la forma de trabajo dentro del capitalismo y sus modos de producción, la plusvalía, la acumulación de capital, sus contradicciones atravesadas por relaciones sociales las cuales están determinadas por las condiciones materiales de existencia, todo eso, lo visible y a la vez oculto, genera una situación de enajenación que cubre la explotación, la desigualdad, los fetichismos en el discurso o en la mercancía, bajo el manto de relaciones “naturales” en pos de la voluntad general, cuando el fin real de los estados es el de existencia, acumulación de riquezas y perdurabilidad, por lo que las relaciones son tan fetiche como las mismas mercancías. Dicho de otro modo, los autores, en varias partes de sus enunciados, dejan “visible” lo oculto: que el aparato burocrático del estado disfraza con buena oratoria (poder de la elocuencia según Hegel), una realidad de opresión, de desigualdad, bajo ese discurso fetichista.

O’Donnell plantea que es muy costoso, difícil o hasta imposible salir del estado moderno, capitalista, y, como sostiene Hirsch, parece que el capitalismo siempre se mejora a fin de sostenerse . Ambos autores, utilizan diferentes términos para atender la misma idea: Para Hirsch el estado esextractivista, patriarcal y machista, y para O’Donnell es celoso, absorbente y masculino.

Tanto O’Donnell, como Hirsch y Evans mencionan los estados latinoamericanos débiles y la incidencia de los intereses transnacionales, pero poniendo foco en diversos puntos y desde diferentes países. O’Donnell, situándose en los países latinoamericanos en el contexto de los años 90, se pregunta, a modo de incitar discusión, para qué y para quienes son las reformas que se sucedían en esos estados, visualizando que se modifican, pero no cambian la situación de la nación, y la presión de los intereses económicos transnacionales hacia esos gobiernos en función de que se dicten ciertas políticas públicas que los beneficien. Por su lado, Hirsch explicita el carácter fetichista de la entidad del mercado internacional que le presta plata a los estados latinoamericanos en crisis sabiendo que estos no se lo pueden devolver y, basándose en ese préstamo, controla y condiciona las políticas de dichos estados. Menciona al sistema neoliberal como crítica, ya que empeora el trabajo físico de las personas, medio por el cual el capitalismo se saca la careta y se muestra tal como es. Luego está Evans, haciendo un recorrido desde los 50 en adelante, tomando los 90 en los estados latinoamericanos (“tercermundistas” como refería él), donde el estado era percibido por la sociedad como problema lo cual sirvió para el ingreso de políticas neoliberales. Estos estados, con un incipiente deseo de desarrollarse, fueron foco de análisis para que Evans postule su pensamiento del desarrollo, explorando las condiciones para reforzar la capacidad estatal, en donde el aparato burocrático sea autónomo enraizado, y no esté enviciado con ciertos sectores poderosos económicamente, sino que la gente tenga más poder de deliberación.

Evans en su postulado, no menciona las cuestiones históricas en cuanto a esos estados que se oponían a la política que se les quería imponer, a las “coincidencias” que se dieron entre esas políticas neoliberales que se implantaron y los golpes de estado y dictaduras con el financiamiento del extranjero de por medio. No solamente por la fuerza se implantó ese condicionamiento, sino que, en casos, se lo impuso por intelectuales orgánicos para irradiar un mensaje a la comunidad latinoamericana para que estos asumieran las políticas que Norteamérica ponía en sus estados. Evans no lo nombra, pero se ve. Ese fetichismo se puede ver claramente cuando decían que estaban pensando en el desarrollo económico del país, cuando en realidad le interesaba la riqueza natural de esos estados. A diferencia de esto, O’Donnell sí menciona las asociaciones que lucharon y fueron derrotadas por otros estados, de los cuales se expropiaron de su administración y sistemas de legalidad, dejando un cementerio de estados fallidos, como así también destaca esa actitud activa que tienen los ciudadanos latinoamericanos cuando colectivamente ven que sus derechos no son respetados y resalta automáticamente su defensa (ciudadanía de doble faz).

Además de todo lo detallado, cada autor en su postulado se enfoca en algunos puntos diferentes acerca del estado y sus soluciones en cuanto a los problemas que encierra ese sistema. O´Donnell apunta a la escasa capacidad para democratizar que tienen los estados en América Latina, postulando la pregunta acerca de para qué y para quienes son las reformas que se hacían por ese entonces con el fin de que susciten discusión, sin la idea de expresar soluciones, sino que propone que piensen y se acerquen a respuestas aproximadas como condición necesaria para emprender reformas del estado. Hirsch, por su parte, siguiendo la herencia marxista, sigue su postulado por el camino hacia el rompimiento de las estructuras de explotación capitalista, pero dice que la superación revolucionaria será cuando las luchas de género, del racismo o ecologistas, comiencen a enfocarse, no meramente en luchar por esos ideales, sino en tirar abajo al sistema. En Evans, en cambio, no existe esa mirada de abolición del estado, no lo menciona ni le importa pareciera hacer hincapié en ese aspecto y en tantos otros, sino que le interesa plantear hacer modificaciones en los estados tercermundistas apuntando a que estos eviten las deficiencias en sus burocracias. Dicho en otras palabras, a Evans le interesa dejar plasmada su postulación de pensamiento desarrollista basándose en una autonomía enraizada, donde la sociedad se haga presente en las deliberaciones para armar políticas públicas que atiendan sus intereses, pasando por alto muchas cuestiones en la historia de esos estados que no menciona, pero aparecen.


 

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