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UNIDAD 3
Huntington
Brecha política-
La diferencia política más importante entre los países, se refiere: no a su forma de gobierno sino al grado de gobierno con que cuentan.
Por ej.: EE.UU, Gran Bretaña y la Unión Soviética tienen formas de gobierno diferentes pero en los tres, el Estado cumple su función específica.
En cada país hay una comunidad política en la que impera un consenso absoluto sobre la legitimidad del sistema.
África y América Latina además de carecer de muchas cosas, tienen un déficit de comunidad política, de gobierno eficaz, representativo.
La brecha económica entre países desarrollados y subdesarrollados está íntimamente relacionada con la brecha política.
Si bien algunos países con economía subdesarrollada pueden poseer sistemas políticos altamente evolucionados, en el siglo XX el foco principal del subdesarrollo político a la par que el económico, tiende a centralizarse en países de Asia, África y América Latina en proceso de modernización.
Después de la Segunda Guerra Mundial, su evolución política se caracterizó por crecientes conflictos étnicos y clasistas, violencia popular, frecuentes golpes de Estado militares, amplia y flagrante corrupción de ministros y empleados públicos, violación arbitraria de los derechos y libertades de los ciudadanos y la fragmentación de partidos políticos con amplias bases de afiliados, etc.
Durante las décadas de 1950 y 1960 a todo lo largo de Asia, África y América Latina se produjo una declinación del orden político, el deterioro de la autoridad, eficacia y legitimidad de los gobiernos. Esto fue el resultado del rápido cambio social y de la veloz movilización política de nuevos grupos, junto con el lento desarrollo de las instituciones políticas.
Cuando se produce un cambio económico y social (urbanización, alfabetización, etc.) se amplía la conciencia política, se multiplican las demandas y se ensancha su participación. Estos cambios socavan los fundamentos tradicionales de la autoridad y complican la creación de nuevas bases o instituciones políticas que cohesionen legitimidad y eficacia. Por lo tanto, si el ritmo de movilización social es alto y el de organización bajo, el resultado será inestabilidad y desorden.
Es decir, que el principal problema de la política es el atraso en el desarrollo de instituciones que puedan respaldar estos cambios.
Durante las dos décadas que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, algunos funcionarios norteamericanos admitieron que Estados Unidos tenía primordial interés en la creación de regímenes políticos viables en los países en vías de modernización. Aunque esto nunca se concretó directamente. La falla se encuentra en la experiencia histórica americana, que a lo largo de su evolución fue favorecido por la abundancia económica, el bienestar social y la estabilidad política. Esto llevó a los norteamericanos a creer que todas las cosas buenas van de la mano y la ayuda económica promueve el desarrollo económico y este promueve la estabilidad política.
En 1961, con la Alianza para el Progreso, la reforma social, se unió al desarrollo económico como un objetivo consciente y explicito de la política norteamericana hacia los países en vías de modernización.
Una vez más la estabilidad política seria el subproducto del logro de otro objetivo socialmente deseable. En ciertas circunstancias las reformas pueden aplacar tensiones y estimular un cambio pacífico en lugar de uno violento, pero en otras es muy probable que las exacerben.
En muchos de los países a los que nos referimos, las elecciones libres e imparciales solo sirven para aumentar el poder de fuerzas sociales perturbadoras y a menudo reaccionarias.
Puede haber orden sin libertad pero no libertad sin orden. La vigencia de la autoridad es previa a su limitación y principalmente la autoridad es lo que escasea en esos países.
La historia demuestra concluyentemente que los gobiernos comunistas no son mejores que los liberales. Pero hay una cosa que los comunistas pueden hacer y es gobernar, disponen de autoridad efectiva para ello. Su ideología les proporciona una base de legitimidad y la organización partidaria les da el mecanismo institucional para movilizar el apoyo necesario. Son muy capaces para formar gobiernos. Tal vez no concedan libertades pero si ofrecen autoridad. Crean gobiernos que pueden gobernar.
El nivel de comunidad política que alcanza una sociedad refleja la relación entre sus instituciones políticas y las fuerzas sociales que la integran. La modernización implica la diversificación de las fuerzas sociales en la sociedad.
Una organización o procedimiento político son un dispositivo para mantener el orden, resolver discusiones, etc.
En una sociedad heterogénea y compleja, ninguna fuerza social puede dominar y menos aun crear una comunidad si no crea instituciones políticas que posean cierta existencia independiente de las fuerzas sociales que las originaron. Cuando el conflicto social falta por completo las instituciones políticas son innecesarias, cuando hay ausencia total de armonía, son imposibles.
Entre los que componen una sociedad debe existir cierta compatibilidad de intereses. Cuando la sociedad es compleja la comunidad implica la relación de individuos o grupos con algo que está fuera de ellos. La obligación se establece respecto de algún principio, tradición, mito, etc. El agrupamiento de la comunidad debe ser regularizado, estable y permanente. Debe estar institucionalizado. El tercer elemento necesario para el mantenimiento de la comunidad es la creación de instituciones políticas que impliquen y reflejen el consenso moral y el interés mutuo.
El grado de comunidad de una sociedad compleja depende de la fuerza y envergadura de sus instituciones políticas. En las sociedades simples la comunidad puede existir sin actividad política o sin instituciones muy diferenciadas.
Criterios de institucionalización política
La fuerza de las organizaciones de una comunidad política está subordinada al alcance del apoyo con que cuentan y a su nivel de institucionalización.
La institucionalización es el proceso por el cual adquieren valor y estabilidad las organizaciones y procedimientos. Los sistemas políticos pueden ser comparados en términos de sus niveles de institucionalización.
Adaptabilidad-Rigidez: cuanto más adaptables y menos rígidos son, mayor nivel de institucionalización y viceversa. Es más adaptable cuanto mayor es su antigüedad y más frecuentes los desafíos que surgieron en su medio. La rigidez es más características de las organizaciones jóvenes. Esta adaptabilidad se puede medir de forma cronológica (cuanto más prolongada ha sido la existencia de una organización o procedimiento, mayor es su nivel de institucionalización.), a veces ciertos tipos particulares de experiencia pueden reemplazar el tiempo. La otra forma de medir es la edad generacional (si sigue siendo ejecutada por quienes lo hicieron inicialmente, su adaptabilidad es dudosa). Y por último también se puede medir en términos funcionales (si fue capaz de adaptarse a los cambios producidos en su ambiente y ha logrado sobrevivir).
Ej.: un partido incapaz de cambiar su electorado o de llegar al poder es menos institucional que otro en condiciones de si hacerlo.
Complejidad-Simplicidad: La complejidad acá tiene que ver con la multiplicación de subunidades organizativas, en el plano jerárquico y funcional, como la diferenciación de varios tipos de esas subunidades. Una organización que tiene muchos objetivos puede adaptarse mejor a la perdida de cualquiera de ellos, en comparación con la que se fijó solo en uno. El sistema político más simple es aquel que depende de un solo individuo. Es también el menos estable.
Autonomía-Subordinación: en el sentido de la autonomía esto significa el desarrollo de organizaciones y procedimientos políticos que no sean simples expresiones de los intereses de determinados grupos sociales. Esto es evaluable por el grado en que sus propios intereses y valores se pueden distinguir de los de otras instituciones y fuerzas sociales. En un sistema político desarrollado la autonomía es protegida por mecanismos que reducen y moderan el impacto de nuevos grupos.
Coherencia-Desunión: una organización efectiva requiere por lo menos un consenso sustancial en cuanto a los límites funcionales del grupo y acerca de los procedimientos para resolver las disputas que se suscitan dentro de ellos. La autonomía se convierte en un medio para lograr la coherencia, y permite a la organización desarrollar un espíritu y un estilo que se convierten en las señales distintivas de su conducta. El aumento rápido o sustancial de los miembros de una organización o de los participantes en un sistema tiende a debilitar la coherencia.
Instituciones políticas e intereses públicos
Las instituciones políticas tienen dimensiones morales tanto como estructurales. La capacidad para crear instituciones políticas equivale a la necesaria para crear intereses públicos.
El interés público no es algo que exista a priori en la ley natural o en la voluntad del pueblo. Es todo aquello que fortalece las instituciones gubernamentales. El interés público es el de las instituciones públicas. Los demócratas tienden a pensar que las instituciones de gobierno tienen funciones representativas y olvidan que dichas instituciones tienen sus propios intereses. Estos intereses, difieren de los correspondientes a los individuos que integran las instituciones. Los intereses individuales son por fuerza de corto alcance, los institucionales se prolongan en el tiempo.
El interés institucional coincide con el interés público. Se puede determinar la legitimidad de las acciones gubernativas por la medida en que reflejan los intereses de las instituciones gubernamentales.
El interés de la presidencia no coincide con el de nadie. Su interés no nace de su representatividad de interesas de esta clase, grupo o lo que fuere.
La existencia de instituciones políticas capaces de dar contenido a los intereses públicos distingue a las sociedades políticamente desarrolladas de las subdesarrolladas.
Por otro lado, las sociedades carentes de un gobierno estable y eficaz tienen deficiencias en lo referente a la confianza mutua entre sus ciudadanos, a la lealtad hacia los intereses nacionales y públicos. En América Latina han existido tradiciones de individualismo egocéntrico y de odio y desconfianza hacia otros grupos sociales. Cuando este fenómeno se produce, cada dirigente, cada individuo, grupo, persigue sus propios intereses.
Modernización y conciencia política
La modernización es un proceso multifacético que implica una serie de cambios en todas las zonas del pensamiento y la actividad humana. En el plano psicológico, la modernización implica un cambio fundamental en los valores, actitudes y expectativas. En el campo intelectual, significa la expansión del conocimiento del hombre sobre su ambiente, la difusión de alfabetización, la educación, los medios, etc. También se produce una notable mejoría en la salud de la población y en sus expectativas de vida. En el plano económico se produce una diversificación de actividades, la aparición de un mercado, fuentes de capital, etc.
En lo que más atañe a la política se produce la movilización social, donde la gente queda disponible para adoptar nuevas pautas de socialización y conducta. Paralelamente el crecimiento de la actividad y producción económica total de una sociedad. Esto deriva en cambios en las aspiraciones de los individuos y el desarrollo económico cambios en sus capacidades.
La modernización significa la integración nacional y la centralización o acumulación del poder. Las jerarquías administrativas se vuelven más elaboradas, más complejas y disciplinadas. Hay inclinación a creer que si se produce una modernización social también debe producirse la modernización política.
La disolución de las instituciones tradicionales puede conducir a una desintegración psicológica y anomia, pues dichas condiciones crean también la necesidad de nuevas identificaciones y lealtades. Modernización significa que todos los grupos tanto viejos como nuevos empiezan a adquirir conciencia de sí como tales. Una sociedad tradicional puede poseer muchas fuentes potenciales de identidad y algunas de ellas son destruidas por los procesos de modernización.
Modernización y violencia
Se puede decir que el nivel de movilización social y el de desarrollo económico tienen vinculación directa con la estabilidad política. Es elevada la relación directa entre alfabetismo y estabilidad. Es evidente que los países con altos niveles de movilización social y desarrollo económico son políticamente más estables y pacíficos. La modernidad va acompañada de estabilidad. La modernidad origina estabilidad, pero la modernización abre los cauces de la inestabilidad. Pero, lo que produce desorden político no es la ausencia de modernidad sino el afán por lograrla. Es decir, los países pobres no son inestables por ser pobres, sino por tratar de enriquecerse.
Las naciones más ricas tienden a ser más estables que las que no lo son tanto, pero las paupérrimas, son menos propensas a la violencia e inestabilidad que los países que están apenas por encima de ellas.
En América Latina, los países más ricos se encuentran en los niveles medios de modernización. En los países que están en vías de modernización, la violencia, el desorden y las manifestaciones son más frecuentes en las partes ricas del territorio que en las más pobres. En Europa y Norteamérica, la modernización se expandió a lo largo de varios siglos, en cambio en América Latina, la historia es otra, ya que el proceso se da en simultáneo, y no de forma consecutiva. El “efecto de demostración” que los primeros modernizadores ejercen, intensifica las aspiraciones y luego exacerba las frustraciones.
Movilización social e inestabilidad
La urbanización, el incremento de índices de alfabetismo, educación, acceso a los medios de comunicación, crean elevadas aspiraciones y expectativas que si no son satisfechas, galvanizan a individuos y grupos y los empujan a la acción política. Estos aumentos en la participación traen aparejada la inestabilidad y la violencia. Cuanto mayor es el nivel de educación de los desocupados, desubicados o insatisfechos, más extremo es el tipo de conducta perturbadora que adoptan.
Desarrollo económico e inestabilidad
Las consecuencias de un crecimiento económico rápido:
a) Desorganiza agrupamientos sociales tradicionales y aumenta el número de individuos desclasados. Quienes entran así en circunstancias conducentes a la protesta.
b) Produce nuevos ricos, que se adaptan de forma imperfecta al orden existente.
c) Aumenta la movilidad geográfica, que deteriora aun más los vínculos sociales.
d) Ensancha la brecha entre ricos y pobres.
e) Eleva los ingresos de algunas personas en forma absoluta pero no relativa, lo que acentúa su insatisfacción con el orden existente.
f) Exige una restricción general del consumo.
g) Eleva las aspiraciones por encima de los niveles que permitirían satisfacerlas.
h) Agrava los conflictos étnicos y regionales.
i) Acrecienta la capacidad de organización de grupos.
En la medida que estas relaciones se producen, el crecimiento económico eleva el bienestar material a un ritmo determinado y la frustración social a otro mucho más rápido.
Es necesario cierto grado de crecimiento económico para que se produzca inestabilidad. Ya que la gente pobre es lo realmente pobre como para actuar en política o protestar.
La hipótesis de la brecha
La urbanización, el alfabetismo, educación, etc., son factores que exponen al hombre tradicional a nuevas formas de vida, a nuevos niveles de disfrute, a nuevas posibilidades de satisfacción. Estas aspiraciones crecen con mayor rapidez que la capacidad de una sociedad en transición a satisfacerlas. Entonces, se produce una amplia separación entre aspiraciones y expectativas. La razón es la ausencia de dos variables potenciales: oportunidades de movilidad económica y social, e instituciones políticas adaptables.
Desigualdad e inestabilidad
El desarrollo aumenta la desigualdad económica al mismo tiempo que la movilidad social disminuye la legitimidad de esta. Ambos aspectos de la modernización se combinan para producir inestabilidad política. La riqueza y la renta están distribuidas por lo general de modo más irregular en los países pobres que en los que obtuvieron un alto desarrollo económico. La movilización social acrecienta la conciencia de ese hecho y el resentimiento que provoca.
Modernización y corrupción
La corrupción es un indicador de la falta de institucionalización política efectiva. La modernización engendra corrupción. Deviene de la desviación respecto de las normas aceptadas y de que éstas se apartan de las pautas establecidas de conducta. El conflicto entre las pautas modernas y las tradicionales posibilita comportamientos que ni las unas ni otras justifican. La corrupción es un producto de la diferenciación entre el bienestar público y el interés privado, que surge con la modernización. Es un producto directo del ascenso de grupos con nuevos recursos y de sus esfuerzos para afirmarse en la esfera política. La relativa ausencia de una clase alta arraigada implica también la carencia relativa de una ética de clase gobernante. En todas las sociedades la escala de corrupción aumenta a medida que se asciende en la jerarquía burocrática o la escala política. La corrupción tiende a debilitar la burocracia gubernamental. Es incompatible con el desarrollo político pero algunas de sus formas pueden contribuir a él cuando ayudan a fortalecer a los partidos. Ya que cuando el funcionario lo hace, está subordinando un interés público a otro más necesitado.
La brecha ciudad-campo
La modernización se mide en gran parte, por el crecimiento de la ciudad. Los sentimientos de superioridad intelectual del habitante urbano y la envidia que siente por el embaucador ciudadano. La ciudad y el campo son naciones diferentes. En los países que se hallan en proceso de modernización el movimiento es menos drástico, y la brecha disminuye. Los elementos urbanos se afirman a la larga y derrocan a la élite rural gobernante lo que señala el final del sistema político tradicional. La sincronización, el método y los auspicios de la Rebelión Rural influyen de modo decisivo sobre la evolución política de la sociedad. La fuerza rural del régimen le permite sobrevivir a la hostilidad urbana en las primeras fases de la modernización.
SISTEMA CÍVICO-SISTEMA PRETORIANO
Los sistemas políticos pueden distinguirse, entonces, por sus niveles de institucionalización política y de participación política. En un sistema de gobierno con alto grado de participación tanto la élite como la clase media y el pueblo intervienen en gran medida en la actividad política. Los sistemas de gobierno modernos se diferencian de los tradicionales por su nivel de participación política y los sistemas desarrollados se distinguen de los subdesarrollados por su nivel de institucionalización política.
Cuando se da un bajo nivel de institucionalización y elevados niveles de participación, el sistema político recibe el nombre de PRETORIANO. A la inversa: alto grado de institucionalización con respecto a la participación, recibe el nombre de CÍVICO. Las formas de gobierno cívico, tienen modelos de autoridad institucional estables, identificables y apropiados para su nivel de participación política. El desarrollo de un sistema de gobierno cívico puede tener alguna relación con la etapa de modernización y participación política pero no depende de ella.
La institución que caracteriza el sistema de gobierno moderno es en consecuencia el partido político y aparecen porque éste necesita instituciones que organicen la participación de las masas en la política.
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