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Partidos y sistemas de partidos: Stefano Bartolini
El concepto de partido político es concebida como un instrumento necesario de modernización política. Incluso donde regímenes autoritarios los han prohibido y restringido, los partidos hacen referencia a fuerzas clandestinas o fuerzas ideologicas opuestas a las ideas dominantes. El partido termina por definirse como cualquier forma de conformidad y cooperación basada sobre algunas lealtades y/o metas comunes por parte de los individuos implicados o que aspiran a ser implicados en decisiones políticas, en dicho sentido los partidos han existido y existieron siempre.
La existencia de elecciones libres determina una interaccion competitiva entre las unidades partidistas de un sistema que influye de una manera decisiva en su naturaleza tanto ideologica como organizativa. En primer lugar, La naturaleza del partido difieren según sean sus relaciones con los demás partidos del sistema partidista, o según el modelo de interacciones competitivas que se establecen entre este y los demás partidos en base a factores tales como su numero, su fuerza electoral, su afinidad ideologica, las posibles coaliciones gubernamentales, etc. En segundo lugar un partido difiere según sus relaciones con las distintas instituciones del sistema político en su conjunto – leyes electorales, parlamentos, gobiernos, etc- y según el tipo y las funciones que desempeña dentro de este y según la profundidad con la que los desempeña. En tercer lugar, los partidos pol difieren según sus interacciones con el ambiente social: las bases de su apoyo electoral, las relaciones con los grupos de presión y los movimientos sociales, etc. En cuarto lugar, lo que es un partido varia según en lo que se lo estudia. Los partidos pueden concebirse como actores unitarios e individuales, o bien pueden analizarse como interacciones subunitarias entre los grupos y órganos de una org.
Definicion de los sistemas de partidos:
Un sistema partidista es el resultado de las interacciones entre las unidades partidistas que lo componen, es decir, es el resultado de las interacciones que resultan de la competición político-electoral. El sistema de partidos se caracteriza por una serie de propiedades autónomas que no son típicas o propias de las unidades partidistas tomadas aisladamente. Es algo mas complejo que la suma de partidos que lo componen. El sistema de partidos esta influido y determinado por la naturaleza de los partidos que lo componen, al mismo tiempo el modelo de interaccion típica del sistema influye en la naturaleza y el comportamiento de sus unidades particulares. Un partido como unidad individual se encuentra siempre dentro de un sistema que le es preexistente.
Enfoques genéticos:
Una primera aproximación a los sistemas de partidos es de tipo genético. Este enfoque analiza los procesos a través de los cuales se desarollan y cristalizan los sistemas partidistas en una configuración concreta especifica. Este proceso de estructuración originaria tiene lugar, por lo general, en el periodo comprendido entre la segunda mitad del siglo pasado y la primera guerra mundial y se deriva de los procesos de democratización y de extensión del sufragio que sientan las condiciones de base sobre las cuales se basa la competición partidista moderna.
Una clasificación de las dimensiones de conflicto en el seno de una formación política como el Estado moderno distingue dos dimensiones fundamentales. La primera es una dimensión territorial, en un polo de esta se situan los conflictos que oponen en el interior de un estado, a la periferia o las periferias del centro de formación nacional, representado por las elites de los fundadores del estado y por su aparato político-administrativo. En el polo opuesto del eje terrtorial se situan los conflictos del centro que se desarrollan dentro de las propias elites nacionales. La segunda dimensión de conflicto tiene por el contrario, un carácter funcional, y presupone para expresarse un minimo de consolidación territorial del estado y de movilización social y comunicación entre los ayuntamientos y las regiones. En un polo de este eje de conflicto se situan los conflictos inherentes a los recursos económicos y a su distribución; en el otro, los conflictos sobre los principios morales y sobre las visiones e interpretaciones de la historia. En otras palabras, el primer caso hace referencia a conflictos entre grupos de interés específicos, y en el segundo caso refiere a conflictos entre grupos cuya solidaridad tiene una base mas difundida y que toman la forma de enfrentamientos entre movimientos de carácter religioso e ideologico.
Stein Rokkan, en base a este sistema analítico identifico cuatro grandes fracturas históricas en el desarrollo político europeo que han dado origen a coaliciones o líneas de ruptura sobra las cuales están estructurados los sistemas de partidos europeos. Las dos primeras fracturas surgen del proceso de formación de las naciones. Es una fractura entre centro y periferia que da lugar a conflictos internos y externos a los estados en referencia a las identidades culturales y religiosas de las poblaciones y que opone la cultura dominante de las elites políticas de los nuevos estados a la resistencia de grupos particulares periféricos diferentes desde el punto de vista étnico, linguistico y religioso. La segunda fracturde la formación a se origina en el periodo de las revoluciones nacionales y de la formación de los estados nacionales en el area postnapoleonica. Esta opone los esfuerzos de estandarización de los nuevos estados nacionales a los tradicionales privilegios de la iglesia y da lugar en todas partes a agudos conflictos entre el Estado y la Iglesia que busca sobre todo el control eclesiástico de la vida social y de la instrucción que se amplia.
Luego, de la revolución industrial del siglo XIX surgen otras dos fracturas de gran importancia para la estructuración de los sistemas partidistas. La primera opone los intereses urbanos comerciales e industriales emergentes del desarrollo económico a los intereses agrarios y campesinos dando lugar a una oposición entre el sector primario y secundario que se expresara principalmente en los problemas de las políticas de aranceles. La segunda fractura propia de la rev ind opone a los trabajadores industriales a los ofertores de trabajo-propietarios; es decir, al liberalismo y la defensa de la propiedad y del mercado contra el movimiento sindical, la cooperación y los movimientos obreros. Es la clásica distinción entre izquierda y derecha. La ultima fase determina la fractura entre comunismo y socialismo.
La revolución nacional y la formación de los estados nacionales, la revolución industrial y la revolución internacional dan lugar a una serie de líneas de ruptura entre centro y periferia, estado iglesia, sector primario y secundario, trabajadores y propietarios, comunismo y socialismo que constituyen la base sobre la cual en el proceso de democratización y extensión del sufragio se constituyen los sistemas de partidos europeos. De las reacciones de las periferias, de los modelos culturales y de los estándares impuestos por los centros unificadores del estado han surgido los movimientos y los partidos étnicos, linguisticos y de protesta religioes que están presentes en muchos países europeos. Del enfrentamiento Iglesia-estado sobre el control de la vida social y cultural ha nacido la oposición originaria entre elites liberales y partidos religiosos. De los conflictos entre intereses urbanos y agrarios surgieron los partidos campesinos y de defensa agraria. De los conflictos industriales han surgido los partidos y los movimientos obreros divididos sucesivamente en torno al problema de la revolución industrial comunista.
Tales facturas se han agregado y combinado con frecuencia entre si, dando lugar a configuraciones de alianzas entre grupos sociales muy diferentes las unas de las otras y a la pluralidad y diversidad de los sistemas partidistas europeos. Las configuraciones de base del conflicto se han transformado en sistemas de partidos según alianzas especificas y oposiciones entre los principales grupos influidos por las complejas condiciones nacionales.
Los países europeos difieren en el carácter y la intensidad de las líneas de ruptura que están en la base del conflicto político organizado, pero por lo general, estas diferencias se derivan de las circunstancias y del grado en que ciertas líneas de ruptura se han politizado. Las líneas de ruptura como las de clase o las religiosas están politizadas en mayor o menor medida según los países, y estas alianzas emergen con mas o menos fuerza y profundidad (la cual depende de la estructura de las líneas de ruptura preexistentes y su grado de moviliazion y politización)
Si una línea de ruptura se caracteriza como una coalición a largo plazo entre ciertos sectores de la población y ciertas organizaciones partidistas, un conjunto de líneas de ruptura se convierte en un “sistema” cuando dichas coaliciones poseen importantes consecuencias no solo para las relaciones entre grupo y partido, sino también para todos los demás grupos externos. La existencia de una determinada coalición entre grupo y partido reduce la posibilidad de alianza de los demás grupos.
Los sistemas de partidos occidentales están extremadamente diversificados y se los puede clasificar según la complejidad de las estructuras de las líneas de ruptura que los caracteriza. Existen sistemas de partidos en los cuales desarrollos históricos concretos han hecho que el sistema se estructure sobre la base de una línea de ruptura predominante (normalmente la de origen económico) inherente a los conflictos productivos y de distribución.
Las líneas de ruptura señaladas se forjan con la estructura social especifica mas un proceso de interaccion entre la estructura social y la organización política (partido o movimiento) e ideologica. Esto refuerza su naturaleza y fija su identidad, hablando de una congelación de los sistemas de partidos europeos según líneas de ruptura y líneas de división política que dominarion la competición política en la época del desarrollo del sufragio universal. Los actuales sistemas de partidos están todavía mas o menos estructurados según las líneas fundamentales de conflicto que han surgido a fines de la primera guerra mundial, a pesar de la impresionante transformación de la estructura social que ha caracterizdo a las sociedades de este periodo. Tambien existe el proceso detransformacion de los sistemas de partidos de la postguerra, donde dicha transformación puede configurarse en términos de atenuación y perdida de relevancia política de las líneas de ruptura.
Algunos países han asistido a un renacimiento de los conflictos entre el centro y la periferia presentados en ocasiones como simples demandas de autonomías locales y de reconocimiento de identidades etnicoculturales diversas y otras veces de manera mas profunda y dando lugar a la emergencia de poderosos movimientos autonomicos.
Enfoques morfológicos:
El sistema bipartidista y la competición electoral entre dos partidos con ambiciones gubernativas se han considerado como un modelo deseable y eficaz de organización de la vida política democrática de un país, subrayando como ello favorece al máximo la influencia de los electores en el sentido de su capacidad de determinar directamente por medio del voto quien gobierna, y por lo tanto de penalizar a quien gobierna mal. La competición entre dos partdos debería impulsarlos a adoptar una línea política realista y moderada apta para atraer precisamente al electorado indeciso entre ambos. Las mismas posibilidades de poder formar con verosimilitud en un breve plazo un gobierno alternativo actua sobre el partido de oposición en el sentido de frenar las posiciones mas extremas y de empujarlo a una oposición responsable y pragmática. El bipartidismo proporciona las condiciones para los procesos políticos característicos por la alternancia en el gobierno proponiendo mayorías gubernamentales cohesionadas y unitarias a asumir claras responsabilidades políticas para la gestión de la cosa publica.
El sistema mutipartidista es caracterizado por la competición entre un elevado numero de partidos que da lugar a coaliciones multipartidistas extensas y heterogeneas resultado de largas consultas postelectorales y por lo tanto no determinadas directamente por el voto de los electores. Este elevado numero de partidos de coaliciones determina también una mayor inestabilidad gubernamental y una atribución mas difícil por parte de los electores de merecimientos y responsabilidades políticas.
La categoría multipartidismo se aplica a sistemas entre 3 y 10 partidos donde las diferencias en las modalidades de competición pueden ser enormes. El simple criterio numero carece de capacidad discriminatoria con respecto a la influencia que tiene sobre la interaccion competitiva entre partidos su dimensión electoral.
Duverger clasifica a los partidos según la fuerza que tienen en relación a su potencial rol gubernativo. Distingue a los partidos de:
vocación mayoritaria – aquellos que tienen una dimensión tal como para aspirar legítimamente a obtener una mayoría de votos partidos grandes –que pueden alcanzar mayorías gubernamentales con algún apoyo externo- los partidos medios –compañeros de segundo plano que tanto en el gobierno como en la oposición, no pueden situarse como centro de agregación los partidos menos cuyo papel es insignificante tanto en el gobierno como en la oposición
Otros intentos de valorar la fragmentación del sistema partidista teniendo en cuenta en conjunto el numero de partidos y su fuerza respectica son directamente mas sistémicos.
Rokkan trato de clasiicar los sistemas de partidos europeos según la distancia media en puntos porcentuales que separa al partido mas fuerte de la mayoría absoluta, al segundo del primero, al tercero del segundo y asi sucesivamente, obteniendo una clasificación de los sistemas partidistas en base a algunos índices que proporcionan informaciones numéricas y relaticas a la distribución de las fuerzas. Lijphart sigue la misma lógica en un intento de clasificación basado en la suma de los votos de los partidos en orden de fuerza decreciente.
Rae desarrollo un índice de fragmentación del sistema donde resume en una medida única que varia de 0 a 1 estas dos dimensiones (ya sea con relación al numero de sus componentes como a la distribución de su fuerza electoral) E. índice posee el valor 0 en la situación que todos los voyos van a un solo partido, y posee valor 1 si cada uno de los electores representa a un partido distinto. Este índice representa la probabilidad de que cada elector elegido alazar se encuentre en partidos distintos en cada elección concreta. Ambos criterios (numero y fuerza electoral) lo han expuesto a muchas criticas, ya que pueden variar de modo independiente , valores iguales o similares del índice pueden derivarse de combinaciones algo diferentes.
En relación al criterio numérico, se mantiene el problema de cómo contar el numero de partidos importantes, es decir aquellos que poseen un impacto relevante sobre las funciones desempeñadas por el sistema de partidos de encauzamiento electoral, formación de las mayorías y gobiernos, etc. El criterio de dimensión electorla es necesario pero no suficiente.
Sartori propone criterios cualitativos para alorar cuando los partidos menores pueden considerarse irrelevantes. El primer criterio es que un partido puede ser considerado irrelevante si continua siendo superfluo a lo largo del tiempo, es decir no necesario para la puesta en marcha de cualquier coalición gubernamental. La segunda regla sugiere que un partido debe ser considerado relevante para los fines del análisis del sistema cuando su presencia tiene influencia en las tácticas de competición de los demás partidos, en el sentido de alterar la dirección de la competición partidista de los partidos de carácter gubernamental. Esta regla hace referencia a los partidos extremos o extremistas con una visión antisistemica y de chantaje que no buscan participar en las coaliciones gubernamentales.
La clásica distinción entre bi partidisimo y multi partidisimo fue sometida a criticasy revisiones no solo por su capacidad descriptiva de las distintas configuraciones de numero y de distribución de las fuerzas que caracterizan justamente a los sistemas de partidos, sino también desde el punto de viste desde su rendimiento y la función democrática que estos tipos de partidos proponen. No todos los sistemas multipartidistas se caracterizan por tener una similar modalidad de funcionamiento. Entre los distintos sistemas multipartidistas se planteo la distinción entre multipartidismos que funcionan (aquellas pequeñas democracias europeas) y los inmovilistas atribuyendo la distinta actuación en términos de funcionamiento democrático al carácter mas o menos homogéneo de la cultura política del país. Algunos sistemas multipartidistas se fundamentarían sobre culturas políticas homogéneas con respecto a los valores democráticos fundamentales y a las reglas del juego, mientras que otros estarían caracterizados por profundas fracturas y discontinuidades en la cultura politlica que ponen las reglas de juego. En los primeros la fragmentación del sistema no crea aquellos efectos negativos de inestabilidad e inmovilismo que se encuentran en los segundos.
En referencia a casos como los de Suiza, países Bajos o Belgica (donde no poseen culturas políticas homogéneas y secularizadas y si tienen profundas divisiones subculturales de carácter religioso y étnico) se introdujeron nuevas dimensiones de análisis que hacen referencia a la capacidad de las elites políticas partidistas de desarrollar actitudes de cooperación, compromiso y negociación manteniendo el apoyo de las respectivas subculturas organizadas. Estos sistemas caracterizados como democracias consociativas, la profundidad de líneas de ruptura tradicionales y la organización y cohesion de las respectivas subculturas es tal que las elites políticas que los representan pueden desarrollar procedimientos de negociación consensual sin temor a perder el apoyo de los electores y activistas o bien en realidad tales divisiones han sido históricamente tan profundas y organizativamente encapsuladas y aisladas como para no producir de hecho conflictos y facilitar la solución consociativa.
Sartori propone una distinción cualitativa para el conjunto de multipartidismos basada en la introducción de una dimensión diferente: Lo que separa a los partidos en competencia es la distancia ideologica. Esto produce dos tipos de sistemas multipartidistas: el moderado y el polarizado, caracterizados por un numero medio-bajo de partidos y por una escasa distancia ideologica entre si en términos de derecha izquierda y por un numeor elevado de partidos y una fuerte distancia ideologica entre si. Sobre la base de la configuración numérico ideologica, las modalidades de funcionamiento de estos dos tipos resultan extremadamente diferentes. El moderado se asemeja al bipartidismo por su competición partidista bipolar de bloques, cetripeta y por lo tanto moderadora, el polarizado en cambio se caracteriza por una competición multipolar y centrifuga que produce los peores efectos del multipartidismo: coaliciones cetristas bloqueadas, oposiciones bipolares, dificultad de alternancia gubernamental, tendencia a un gobierno y una oposición que no se comportan de manera responsable frente a los electores.
Sartori agrega a estos dos modelos de multipartidismo uno mas, el sistema de partidos predominante, donde un único partido y a lo largo de un periodo de tiempo prolongado mantiene una posición de mayoría absoluta en el sistema. El criterio numero pasa a un segundo plano con respecto al de la dimensión electoral, ya que el sistema de partidos predominante es independiente al numeor de partidos que lo componen.
Modelos de competencia:
El enfoque de modelos de competencia espacial tiene entre sus principales precursores a Schumpeter y Downs, dos economistas. La analogía entre el mercado político y el mercado económico sirve para formular los modelos de la interaccion competitiva entre unidades partidistas basados en una serie de temas. Se pone énfasis en la competencia en el mercado político entre los partidos y los lideres que aparecen como empresarios que calculan racionalmente sus estrategias de maximización de los votos escogiendo los programas con este fin. Los electores son los consumidores que escogen a los partidos mediante el voto, valorándose la proximidad a las propias posiciones políticas. La analogía entre la competencia del mercado y la competencia partidista permite representar a la segunda en términos espaciales, como búsqueda de posiciones de máximo beneficio en términos de votos sobre un contunuum que representa un espacio común sobre el que se situan tanto los electores con sus preferencias individuales como los partidos que buscan su apoyo. La dimensión espacial postula que cada elector votara por el partido que se situa mas cerca de la propia posición. Los partidos competirán para alcanzar y mantener las posiciones espaciales que garantizan el mayor numero de votos posible.
En este enfoque el elemento dinamico explicativo esta compuesto por las opiniones y las elecciones de los electores que se describe como preferencias de derecha izquierda en referencia a la intervención del estado en la esfera económica. En todo sistema de partidos las tácticas de competición depende de la situación del electorado. Estos modelos permiten desarrollar una serie de previsiones e interpretaciones de la dinámica competitiva de un sistema, según la distribución de las posiciones de los electores y del numero y de la posición de los partidos. Estas distribuciones llevaran mas al centro o mas a los extremos. Esto es fundamental ya que en todo cuerpo electoral existe un partde del electorado solidamente ligada a ciertos partidos y otra parte cuyo comportamiento electoral es mas elástico y susceptible de modificarse, por lo que es fundamental para los partidos identificar la situación de estos últimos a fin de que las táctica de competición se orienten a su conquista. Si estos sectores se mantienen en el centro será mas posible captarlos y traerlos para vuestro lado, si estos electores en cambio están con algunos de los partidos y/o ideas de un extremo, será mas difícil.
La relación electores partidos esta caracterizada por concretas experiencias históricas qe generan vínculos de fidelidad ideologica y de identificación emotiva profunda y estable en el tiempo. En muchos casos el elector define su posición en relación a la posición que percibe del partido, con el cual esta hace mucho tiempo identificado, pero quizás no define su propia posición en el espacio político. Entonces, en todo sistema electoral existen fieles a los partidos, pero también votos elásticos donde hay que ver que tan dispuesto a cambiar esta en relación a los partidos. Estos votos elásticos crean la competencia, donde los partidos buscaran atraerlos para su lado, responden a sus preferencias en mayor medida incluso que lo hacen con aquellos que ya están “identificados” como propios del partido. En conclusión son los votos de la minoría (los flexibles) los que pueden cambiar la dirección de una competencia electoral.
Las dimensiones de competición en todo sistema de partidos son plurales (laico-religion, centro-periferia, etc) Entre las distintas dimensiones una posee un carácter dominante para la competición partidista y por lo tanto es la única significativa para la dinámica del sistema. Se plantea una clara distinción entre la multidimensionalidad de los problemas políticos concretos y la unidimensionalidad competitiva del sistema en su conjunto o que finalmente sea cual fuere el numero de dimensiones políticas importantes para explicar los alineamientos políticos, la mayor parte de estos como los étnicos, los religiosos o linguisticos son dimensiones de identificación mas que de competencia.
Formas de caracterizar a los partidos:
Los sistemas de partidos pueden analizarse desde distintos criterios, desde el punto de vista de de su dinámica electoral se puede distinguir entre los sistemas que muestran desarrollos caracterizados por una tendencia clara y sistemas partidistas cuya dinámica en el tiempo no evidencia ninguna tendencia o muestran gran estabilidad. Tendencias temporales importantes para la caracterización de un sistema pueden aparecer tanto en la fragmentación del sistema como en el sentido de una tendencia a la concentración de los votos en torno a algunos partidos.
En otro sentido se puede hablar de “pattern trend” haciendo referencia a la integración del sistema: casos en que los cambios electorales adquieren a lo largo del tiempo un sentido en referencia hacia la polarización (aumentan las fuerzas de los partidos extremos y externos) o de integración centrípeta, reforzando el electorado de los partidos que se situan en posiciones centristas y moderadas.
Los sistemas de partidos pueden también caracterizarse por la mayor o menos fluidez en la fuerza y la presencia de los partidos, aunque esto no haga referencia al numero de sus unidades, la distribución de sus fuerzas electorales o su integración.
Desde otro punto de vista, los sistemas de partidos pueden diferenciarse según los tipos y modalidades de funcionamiento de las coaliciones gubernamentales y de las mayorías parlamentarias que surgen de estas. En efecto, el sistema de partidos es por un lago la expresión y organización de las opiniones políticas de los ciudadanos y por otro, un mecanismo para producir mayorías y para mantener gobiernos. Para la caracterización de los sistemas de partidos, es mas importante las modalidades de funcionamiento del sistema de partidos en relación al objetivo de agregar mayorías y coaliciones gubernamentes, que la teoría de las coaliciones en si.
La semialternancia se trata de una configuración en la cual en lugar de existir una verdadera alternancia de partidos distintos existe un recambio solo parcial. En una sociedad con tres partidos, donde dos de ellos son los mas relevantes, el tercero (el mas chico de los tres) es el que ira variando.
El recambio periférico hace referencia a una situación en la que las mayorías gubernamentales se caracterizan por la permanencia continua de algunos partidos y por un recambio de los aliados perfericos que determina el cambio de un gobierno a otro. Otro modelo de coalición es aquel en el que todos los partidos o al menos los principales, pueden entrar en coaliciones con cualquiera de los demás sin que ecistan alineamientos privilegiados y bloqueados. En estos casos las modalidades de formación de las mayorías parlamentarias son totalmente libres de coaliciones.
Otra situación distinta es la de la gran coalición, aquella done las coaliciones tienen una elevadísima fuerza electoral claramente superior a la necesaria para alcanzar la mayoría absoluta. Estos casos generalmente asistieron a la formación de gobiernos con la participación parlamentaria de los comunistas junto a los democristianos. Otro sistema parecido pero mas complejo es el de “ajustes proporcionales” tipocos, donde las coaliciones gubernamentales bastante amplias, cuyo interior la distribución de las fuerzas esta determinada en base a acuerdos que dejan lugar a la representación de todas las orientaciones según rigidos criterios proporcionales fijados por una larga tradición de experiencias de negociación y de compromiso.
Por ultimo podemos considerar un modelo donde únicamente un partido esta en condiciones de obtener una mayoría de los votos y se encuentra frente a un grupo de partidos que solo aliándose todos juntos pueden esperar alcanzar la mayoría. Esto situa al partido mayor como muy fuerte, dado que la alianza de todos los opositores es difícil y da lugar a altenativas heteroeneas e inestables.
Los enfoques genéticos llaman la atención sobre el tipo, el numero y la intensidad de las principales líneas de división histórica que estructuran el sistema de partidos. Los morfológicos ponen en relevancia la importancia del numero de unidades en competición, y de la distribución de sus fuerzas. Los espaciales ponen el acento en las direcciones y las tendencias de la competición. Las variables de cada uno de los enfoques influye respectivamente en el debate sobre la funcionalidad y el rendimiento democrático de los distintos sistemas de partidos.
El debate sobre la democracia consociativa puso en evidencia una elevada fragmentación partidista donde pueden surgir una variedad de factores y no causales y no expresa siempre una polarización ideologica. Sartori en su análisis de las propiedades de funcionamiento de los distintos multipartidismos y de su rendimiento se aplica en relación a la fragmentación partidista que se origina y expresa en la distancia y polarización ideologica, mientras pierde relevancia en aquellos sistemas donde el elevado número de partidos es la expresión de y refleja profundas divisiones históricas, culturales, religiosas y étnicas, es decir se basa en la segmentación cultural que crea aéreas de identidad ampliamente aisladas y no necesariamente en conflicto ideológico.
Los partidos: origen y rol
El sistema partidista esta compuesto por unidades partidistas cuyas formas están determinadas conjuntamente por el sistema y lo determinan. Lo que respecta al origen de los partidos modernos, se pueden distinguir diversos enfoques. Desde un punto de vista histórico-conflictivo se pone el acento en la formación de divisiones socio-estructurales fundamentales, sobre todo aquellas relativas a los procesos de formación del estado y de desarrollo industrial que constituyen la base para la existencia de identidades colectivas y de grupos y movimientos potencialmente en conflicto. Desde otro punto de vista, se da importancia a variables fundamentalmente de tipo institucional. Primero, el origen y desarrollo de los partidos se hace remontar a la ampliación del sufragio, que pone las condiciones para la disponibilidad de un amplio mercado electoral y por lo tanto, da lugar a tendencias competitivas con fuertes consecuencias organizativas en los partidos políticos. En segundo lugar, están relacionadas con el desarrollo de las instituciones democrático-representativas y en particular al de los parlamentos y concluye con el pleno reconocimiento de la responsabilidad parlamentaria del gobierno y la vinculación institucional entre mayoría parlamentaria del gobierno y la vinculación institucional entre mayoría parlamentaria y poder gubernativo.
En aquellos países donde la democracia de masas tiene una evolución gradual en base a sociedades caracterizadas por un elevado nivel preexistente de pluralismo religioso, regional, local o ideologico, los grupos políticos se forman con relativa rapidez y el aumento del poder de las instituciones parlamentarias tiende a aproximarlos a los centros de decisión política.
En 1742, hume distingue a los partidos como partidos de interés (mas comprensibles y razonables) partidos de principio (basados en principios abstractos y especulativos, incomprensibles y dañinos). Dos obras fundamentales sobre la organización de partidos (la d eOstrogorski y la de Michels) inician el estudio tipológico de los partidos modernos. Ostrogorski analiza los partidos maquinaria electoral de los EEUU y los partidos ingleses liberal y conservador. Michels el partido socialdemócrata alemán, el prototipo del partido de masas clasista.
Weber en cambio, distingue a los partidos de patronaje (pendientes exclusivamente a conseguir una posición de poder para su jefe y cargos adm para sus seguidores) de los partidos de clase o de grupo social (aquellos que atuan conscientemente en interese de estos) de los partidos inspirados en una intuición del mundo (ideologicos) organizados en base a principios abstractos referidos a una particular visión del mundo y de su futuro. En la concepción de Weber, todos los partidos aspiran al poder del o de los jefes, el interés personal por el poder y los argos y que la tutela de los intereses del electorado se vuelca al segundo plano. Al mismo tiempo, subraya la importancia en el modo de su financiación para comprender la naturaleza de los partidos, si los gastos electorales los bancan los candidatos, se convierte en una plutocracia, en cambio si los fondos vienen de grupos industriales y económicos el partido se presenta como representante de intereses específicos, y si la financiación se obtiene mediante el aparato del partido, los candidatos dependerán de los funcionarios del partido.
Weber distingue al partido de notable de los de masas. El primero esta basado en personal político básicamente de notables, que por su posición económico se dedica a la act política como actividad secundaria. Los miembros de este partido se reúnen periódicamente en épocas de elecciones para preparar las listas electorales y la campaña. El partido de notables es una asociación basada esencialmente en los estratos burgueses y poseedores en una situación de competición electoral restringida. Los partidos de masas en cambio, tienen una organización fuerte y diferenciada que crea un personal político profesional y a tiempo completo. La org del partido de masas copia la de la burocracia estatal y presenta sus mismos atributos: rapidez de decisión, uniformidad, jerarquía formal, disciplina, etc. Estos atributos lo convierten en un instrumento político mucho mas eficiente y eficaz que los partidos de notables.
Sigmund Neumann distingue entre partidos de representación individual y partidos de integración, subdividiendo a estos últimos en partidos de integración democrática y de integración total. El partido de integración individual repite las características de los notables de Weber. El tipo de integración que ofrece este partido con sus miembros es mucho mas comprometido. Implica además de la financiación directa por medio de la afiliacion, también una influencia sobre la vida de ada dia del militante en cuanto al conjunto de sus organizaciones y actividades acompaña e implica a sus miembros desde que nace hasta que muere. El partido de integración social se dirige a grupos sociales específicos, a los que trata de movilizar e incorporar a la vida del partido. Su organización es dependiente bajo los auspicios del partido y tratan de responder a los intereses de atraer y vincular al partido categorías especificas de ciudadanos: mujeres, jóvenes, sindicalistas, aquellos que buscan formas especificas de recreo, etc. Sus principales recursos son los afiliados y sobre todo los militantes. El partido tiende a transformar a cada elector en afiliado y a cada afiliado en militante. En definitiva, es una respuesta político organizativa al desarrollo de la política de masas que conlleva la necesidad de organizar y movilizar a nuevos grupos de electores antes excluidos de la competición política. Los partidos socialistas y religiosos son los principales. La diferencia que plantea Neumann entre integración democrática y totalitaria, reside en el nivel de la inclusividad y en la tasa de integración que exigen los dos tipos de partidos. En el primero implica una adhesión total e incondicional para con el partido.
Duverger post segunda guerra mundial, distingue a los partidos de origen interno – aquellos que se desarrollan desde el grupo parlamentario hacia abajo, ampliando la org electoral a la sociedad – y partidos externos –surgen en el exterior de las instituciones parlamentarias y se organizan en la sociedad para acceder a estas. Tambien distingue al partido de estructura directa e indirecta. El primero es aquel basado en una adhesión individual y directa al partido, el segundo tiene una estructura constituida por una serie de asociaciones como sindicatos, cooperativas, org profesionales y demás, y están únicas a una única organización electoral. En este caso la adhesión no es individual, es colectiva y a veces obligatoria.
Tambien pueden existir situaciones mixtas, puede tener una naturalez directa con afiliados individuales y indirecta con afiliados colectivos. Históricamente la sección es la unidad de base típica de los partidos socialistas europeos. Esta tiene una base territorial y tiende a reagrupar a los miembros del partido en un territorio determinado y a ser responsable de la actividad del partido en este. La organización basada en la sección fue adoptada por casi todos los partidos políticos.
Por otro lado, los partidos pol americanos no han tenido jamás una estructura ormal basada en una jerarquía de unidades organizativas. Son alianzas de comités electorales locales y los órganos centrales están interesados y activados escencialmente en la propaganda electoral y no controlan la maquinaria del partido en su conjunto. Esto genera una disciplina débil de partido en los cuerpos legislativos y casi inexistente a nivel local. En EEUU la línea de distinción entre afiliados y electores esta borrada por el recurso a procesos electorales abiertos a los simpatizantes para la elección de delegados o de candidatos. La forma organizativa de los partidos estadounidenses se ve influida fuertemente por las leyes que regulan las funciones publicas en el comportamiento de las eleccions primaris, en el registro de los partidos, en sus finanzas y en el acceso al voto por parte de los ciudadanos.
La ultima estructura que indica Duverger es la de la milicia, una organización privada de carácter militar, disciplinada y con frecuencia caracterizada por una simbología de uniformes e insignias. Marca el punto de ruptura del partido con la acción electoral y parlamentaria, representa un instrumento típico tendiente a derrocar a un régimen y su organización interna corresponde a la militar. Incluso en los movimientos fascistas la milicia no es un principio organizativo puro. Duverger diferencia los partidos con articulación fuerte o débil, vertical u horizontal, centralizada o descentralizada.
Almond por su lado, propone una clasificación de los partidos claramente vinculada con el enfoque funcional del sistema político. Los partidos se ven como estructuras que deben agregar intereses articulados por otros grupos y se distinguen según el estilo con el que la estructura cumpla con la función de agregación. Los partidos pueden estar orientados a la contratación pragmatica, es decir a la agregación de varios intereses en algunas alternativas políticas, por medio de mecanismos de negociación y conciliación en una atmosfera de compromiso. El opuesto típico ideal es el partido ideologico, cuyo estilo de agregación se orienta en valores absolutos y que se caracterizan por un programa político que surge como consecuencia lógica y racional de una cierta visión del mundo. Almond añade un tercero, el partido particularista tradicional, que recuerda al concepto weberiano de legitimación tradicional del poder. Este partido infiere sus objetivos de la tradición y del pasado, y es típico de situaciones donde todavía predomina alguna forma de poder tradicional.
Kirchheimer hizo una tesis sobre los partidos “atrapatodo”. Esta tesis se basa en los partidos políticos de masas surgidos postguerra que tienen presiones por modificar su carácter ideológico y organizativo. Estos cambios proponen una atenuación o un abandono de la tradicional idolología originaria de los partidos. Luego un reforzamiento de vértices y de liderazgos de los partidos, donde este liderazgo necesita una autonomía de la organización partidista para aspirar al aumento del apoyo. En tercer lugar, una redimension del papel de los afiliados y de los activistas. Cuarto lugar una tendencia sobre la relación del partido con una clase especifica o con una clientel particular a favor de un partido que tiende a reclutar votos en todos los sectores de la población. Y por ultimo, una creciente apertura hacia una gran variedad de grupos de intereses autónomos respecto al partido. El partido que emerge seria el “atrapatodo” cada vez mas pragmático, confiado en la imagen de mases de los lideres y en la política de los medios de comunicación mas heterogeno socialmente y abierto a la penetración por parte de los grupos de interés.
Los partidos difieren entre si tanto por su ideología como por el papel que cada uno desempeña en su país. Pueden ser mas o menos importantes, tener mas o menos influencia, o un rol mas o menos cercano con los demás actores, etc. Entre todas las instituciones políticas, los partidos son los que mas actividades desarolloan, son multifuncionales. EL radio de su actividad social de la política a lo mecanismos de formación y gestión de las políticas, haciéndose sentir en todos los mecanismos del sistema. En lo que es la historia, los partidos desempeñaban tareas distintas a las que se le reconocen hoy en dia. Como instituciones modernas debieron reconocer su legitimidad y luchar contra otras instituciones y grupos como fueron las monarquías, las burocracias civiles y militares, etc. Estos resultados fueron muy distintos según cada caso, por una parte concluyo en partidos y sistemas de partidos que sin encontrar grandes resistencias aumentaron sus logros y su reconocimiento en el proceso político, y han logrado integrar exitosamente las elites tradicionales. En otros casos, elites e instituciones tradicionales han permanecido ajenas a los nuevos partidos, movilizándose contra sus recursos y oponiendo obstáculos y barreras a su desarrollo. El proceso político siempre lleva primero a los partidos al logro del derecho a la existencia y sucesivamente a la representación en los parlamentos, a la responsabilidad de los ejecutivos hacia ellos y finalmente al acceso directo a los órganos ejectuvios y hasta a la penetración en las burocracias estatales. EL rol mas importante de los partidos es el de la estructuración del voto, y es justamente donde los partidos surgen como monopolizadores. Las elecciones y las campañas están actualmente controladas por partidos políticos de un modo casi absoluto. No es tan importante que el voto vaya al partido o al candidato, sino que el partido sea el principal elemento autónomo de orientación de las opiniones en relación a otras potenciales agencias. Las identificaciones partidistas (ya sea para con una idea, un candidato o un partido) tienden a permanecer como estables en el tiempo para un individuo y a transmitirse entre generaciones. En ciertos países la personalidad individual de los candidatos juega un papel mucho mayor que en otros sobre todo si el sistema electoral, prevé circunscripciones uninominales. En algunos casos el porcentaje del electorado no identifica fuertemente con los partidos como para obligar a estos últimos a tomar claramente postura frente a los problemas ante los que este electorado es mas sensible. En estos casos, el voto se expresa siempre necesariamente a través de los partidos, se estructura mediante los candidatos y por medio de los problemas políticos concretos y para la orientación de muchos electores hacia estos puede ser mas determinante el papel de los medios de comunicación de masas que el del partido. Todo electorado nacional o de partido puede caracterizarse por su composición en términos de electorado de identificación y de electorado de opinión. Una segunda función típica de los partidos es la de integración movilización y participacion como aspectos de un mismo proceso. Los partidos tienen la capacidad de movilizar mediante sus militantes a sectores especificos de la población y ofrecer un acceso y una estructura d ecanalizacion a la participación de los políticamente activos. Desde los sesenta, mediante una fuerte presión juvenil y obrera, se comenzó una “nueva política” con un fuerte activismo de los nuevos movimientos y grupos espontaneos mas aptos que los partidos para satisfacer las exigencias de participación de los ciudadanos.
Una tercera función de los partidos modernos es la del reclutamiento del personal político (personal que ocupa posiciones representativas) Se debe explicar en que medida está compuesto por sus miembros, y también es necesario controlar si y en que medida dicho personal es escogido por los propios partidos, por los jefes de gobierno o por los presidentes o si justamente quienes lo componen no están asociadas instrumentalmente al partido. Si en el proceso de reclutamiento se incluye también la elección de individuos para posiciones politlics no electivo representativas, como por ejemplo los altos niveles de la burocracia estatal, los adminstrativos de las empresas económicas y de las bancas nacionalizadas o de interés nacional, los jueces constitucionales y de rango elevado entonces la valoración del papel de los partidos en el reclutamiento político se hace todavía mas compleja.
En los últimos tiempos, tuvo un prceso de creación y desarrollo de burocracias gubernativas o bajo control gubernamental paralelo a la extensión de la intervención estatal en todos los campos.
Otra función de los partidos es la de agregación de los intereses y de las demandas que surgen de a sociedad en forma de políticas y programas generales. Los partidos deben tomar y transformar dichas demandas. Los grupos de presión por su lado, crecieron frecuentemente y vieron conveniente atenuar los vínculos con los partidos o bien mantener mejores relaciones con los gobiernos multipartidistas, o para tener mejor acceso a las agencias burocraticas que con frecuencia prefieren orecer una imagen neutral, o para mejorar su representatividad dañada por una asocicion demasiado estrecha con un partido o para tener mayor libertad de recurrir a acciones directas en lugar de mediadas por partidos, porque estas ultimas han demostrado ser mas provechosas. Por las mismas razones los partidos han preferido por su parte proyectar imágenes mas generales y orientadas al electorado global frente a las de defensa de intereses específicos.
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