Altillo.com
> Exámenes >
UBA
- Cs. Sociales - Ciencias Políticas >
Sistemas Políticos Comparados
Resumen de "Estrategia de Casos Comparables en la Investigación" | Sistemas Políticos
Comparados (Cátedra: Aznar Saguir - 2017) | Cs.
Sociales | UBA
Dificultades del artículo anterior
Definición del método comparado
Ventajas
Críticas
Lijphart: La estrategia de casos comparables en la investigación
El autor comienza indicando las dificultades de su explicación anterior.
Primero, señala que el método comparado sirve para testear hipótesis empíricas
pero también puede ser útil en el descubrimiento.
Otra dificultad es la falta de una división clara entre el método estadístico y
el comparado.
Otro problema es que la cuarta solución a los problemas del método comparado
implica que se pueden usar los procedimientos del método estadístico. De manera
tal que Lijphart considera que al fin y al cabo existen esencialmente dos
soluciones al problema del N pequeño: 1) maximizar el número de casos y
manipular estadísticamente los datos a fin de testear hipótesis empíricas
ejerciendo el control por medio de correlaciones parciales y 2) seleccionar
casos comparables para el análisis y obtener el control como un resultado de su
comparabilidad.
Luego de esto, Lijphart define al método comparable como “el método de testear
relaciones empíricas entre variables sobre la base de la misma lógica que guía
al estadístico, pero en el que los casos son seleccionados de tal forma que se
maximiza la varianza de las variables independientes y se minimiza la varianza
de las variables de control” (pág. 11).
Para el resto del artículo, Lijphart se centra en las ventajas del método
comparado por sobre el estadístico.
Primero, soluciona los sesgos del método estadístico cuando este se enfoca en
naciones enteras. El método comparado suele fijar su atención en los problemas
subnacionales.
Segundo, el método comparado es más útil para solucionar el problema del
estiramiento conceptual.
Tercero, soluciona el “problema de Galton” que consiste en ver como una relación
causal lo que en verdad es el resultado de conocimientos históricos, es decir,
determinadas características que simplemente de difundieron juntas.
Finalmente, Lijphart señala las tres críticas principales hechas al método
estadístico.
Primero, que nunca se encontraran casos similares suficientes para utilizar los
métodos de diferencia y similitud.
Segundo, que sólo se arriba a generalizaciones parciales.
Tercero, que no esta claro si las decisiones con respecto a qué comparar pueden
estar dictadas por la preferencia del investigador o la disponibilidad fortuita
de ciertos casos.
Marco teórico
Hipótesis
Unidades de análisis
Modelos
Lijphart: Cáp. 14
Repasando lo que ha hecho Lijphart hasta aquí. Primero, el autor rechaza la
postura de la teoría democrática clásica que sostiene que solo puede haber
democracias estables en sociedades homogéneas. Para Lijphart, existen tanto
modelos de mayoría como de consenso, y en esto se basa su marco teórico.
Segundo, establece como hipótesis que en vista de una democracia estable, si la
sociedad es segmentada es más apropiada una democracia consociativa
Tercero, para definir las unidades de análisis, Lijphart toma en cuenta la
estrategia de casos comparables y la escala de abstracción de Sartori. Empezando
por esta última, establece como nivel de abstracción alto al régimen político,
como medio a los regímenes democráticos y como bajo a los regímenes políticos
democráticos estables.
Ahora bien, su estrategia requiere buscar unidades de análisis que tengan
determinadas características que pueden ser pensadas como constantes para poder
realizar una comparación en base a las variables de la comparación. Lijphart
observa, entonces, que los 25 países que componen sus unidades de análisis
tienen como características comunes: a) un alto nivel de desarrollo; b) un alto
nivel de bienestar; c) la misma cultura política; d) estar en una misma área
geográfica (Atlántico Norte). Tomar a estos aspectos como común denominadores a
todos los casos es fundamental para poder concluir que las dos variables
determinan la estabilidad sin que haya otras variables intervinientes.
Al comenzar el capítulo 14, Lijphart establece que sus modelos de democracia de
mayoría y de consenso pueden pensarse como modelos racionales, como modeles
establecidos y como modelos empíricos. Las 8 características para las primeras
eran:
1) Concentración del poder ejecutivo: gabinetes de un solo partido y estricta
mayoría.
2) Fusión de poderes y dominio de gabinete.
3) Bicameralismo asimétrico.
4) Bipartidismo.
5) Sistema de partidos unidimensional
6) Sistema electoral de mayoría relativa.
7) Gobierno unitario y centralizado.
8) Constitución no escrita y soberanía parlamentaria.
Y para las de consenso:
1) Participación en el poder ejecutivo: grandes coaliciones.
2) Separación formal e informal de poderes.
3) Bicameralismo equilibrado y representación de la minoría.
4) Sistema pluripartidista.
5) Sistema de partidos multidimensional.
6) Representación proporcional.
7) Descentralización y federalismo territorial y no territorial (hace referencia
a ciertos grupos sociales).
8) Constitución escrita y veto de la minoría.
Con respecto a que sean modelos de mayoría, “los modelos de democracia
mayoritario y de consenso son, en primer término, modelos racionales y con
lógica interna” (pág. 12).
Modelo racional
Establecidos
Empíricos
Dos dimensiones
Grupos
Cruce con segmentación
Excepto por algunas variables , cada categoría puede pensarse como los extremos
lógicos de cada dimensión, “siendo impuestos los límites tanto por lo que es
práctico como por lo que es apropiado por cada país en particular” (pág. 13).
Con respecto al hecho de que sean modelos establecidos, lo son “ya que suponen
toda una serie de alternativas fundamentales sobre las que deben resolver los
redactores de Constituciones en países que pretenden introducir o fortalecer un
régimen democrático” (pág. 13). Pero existen diferencias entre ambos modelos. El
mayoritario supone prácticamente un borrador de una Constitución ya que todo
supone una mayor concentración de poder y es más fácil de aplicar. Ahora bien,
los de consenso suponen solamente principios generales, por lo que luego se debe
optar entre distintas alternativas. Aunque, por otro lado, el modelo de consenso
tiene la ventaja de poder ser aplicado a distintos contextos.
Para Lijphart, existen dos condiciones para pasar a la democracia consociativa.
Primero, que los arreglos sean acordados por la élite política. Segundo, que esa
élite tenga representatividad en las bases sociales.
Queda el tema de cómo es que son modelos empíricos. El método que optar Lijphart
es reducir a las 8 variables a una serie de factores comunes; es decir construye
macrovariables, concretamente dos.
Así, los gabinetes de mayoría estricta, el predominio del ejecutivo, el
unicameralismo y el número efectivo de partidos pasan a formar la Dimensión I
que es política.
En tanto, el número de dimensiones políticas, la falta de proporcionalidad
electoral, la centralización y la flexibilidad constitucional forman la
Dimensión II que es geográfica.
Lijphart pasa a entonces a elaborar un índice para cada dimensión que va del -2
al 2. Dependiendo de si los dos dan positivo, uno, otro o ninguno, Lijphart
separa a los países en cuatro grupos:
• Mayoritarios
• Mayoritarios-federales
• Consensual-unitarios
• Consensuales
Si bien esta clasificación es útil, Lijphart es conciente de que tiene sus
limitaciones. Entonces, decide cruzar las dos dimensiones colocándoles tres
categorías a cada una: mayoritarios, intermedios y de consenso. Quedan los
países repartidos, entonces, en nueve grupos.
Para terminar, queda marcar la relación entre el grado de pluralismo –la
segmentación del país- y el tipo de régimen. Al cruzar la primera variable con
la tabla, Lijphart comprueba que, salvo un par de excepciones- los regímenes de
consenso se dan en países segmentados.