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Sistemas Políticos Comparados
Resumen de "Estructuras de División" | Sistemas Políticos
Comparados (Cátedra: Aznar Saguir - 2017) | Cs.
Sociales | UBA
Lipset y Rokkan: Estructuras de división…
Los autores –fuertemente influenciados por el estructural-funcionalismo- piensan
a los partidos políticos en términos de sociología política comparada. En este
sentido, articulan al público con el sistema político para ver porque surgieron
distintos tipos de partidos y, a partir de allí, poder dar cuenta de la génesis
de los sistemas políticos.
De manera tal que dan los siguientes puntos fundamentales a lo largo del texto:
1) Lipset y Rokkan hablan de estructuras de división (clivajes) que son puntos
de tensión que tienen consecuencias políticas; 2) los autores estudian las
condiciones que se tienen que cumplir para que estas divisiones sean estables
por eso se concentran en Estados nacionales ya constituidos y 3) buscan
comprender cómo se comportan las masas de ciudadanos en un sistema de partidos,
es decir, estudian el problema de la movilización políticas y suponen que los
ciudadanos se movilizan porque hay distintas opciones en el sistema de partidos.
De esto se deduce fácilmente que para estudiar el comportamiento de los partidos
hace falta darle una gran importancia a la dimensión histórica. Para los
autores, los partidos no se presentan a los ciudadanos como nuevos en cada
elección: “Cada uno de ellos tiene una historia, y también la tiene el conjunto
de alternativas que ofrecen al electorado” (pág. 100).
Los partidos serán entendidos en una doble oposición: expresan la conflictividad
y son instrumentos de integración al sistema social y político. Así, existe un
papel integrador de los conflictos políticos institucionalizados. Concluyen que
“lo que pretendemos en este análisis es abordar los partidos como alianzas en
conflicto sobre políticas y fidelidades a valores dentro de un cuerpo político
más amplio” (pág. 101).
Esto implica que los partidos tienen distintas funciones. Por un lado una
expresiva, que permite que elaborar un retórica para traducir los contrastes
sociales y por otro lado un función instrumental y representativa.
Para continuar, Lipset y Rokkan toman el modelo de Parsons de los sistemas.
Argumentan que hay que prestar mayor atención a la relación entre el cuadrante
de los objetivos y el de la integración ya que ahí se encuentran los clivajes. A
partir de allí será posible establecer la relación con los cuadrantes de
socialización y de adaptación. A partir de aquí pueden empezar a enumerar los
clivajes.
El primer clivaje se produce entre el centro y la periferia. En esta división
hay dos tipos de conflictos: por el lado del eje territorial (entre las élites
nacionales y las locales) y otro conflicto funcional (por el control del sistema
en su conjunto). Ambos conflictos no son exclusivos sino que las tensiones de
ambos van alimentándose. Con la ampliación del sufragio la división ya no puede
ser solamente territorial y el desarrollo del Estado amplia los conflictos
funcionales.
A medida que avanzan esos dos últimos procesos, nuevos clivajes aparecen que se
asociación con dos revoluciones: la nacional y la industrial. A su vez, cada una
de estas lleva a dos líneas de división. De manera tal que existen cuatro
clivajes:
• El centro con la periferia (Rev. Nacional)
• El Estado central contra la Iglesia (Rev. Nacional)
• Los terratenientes contra los industriales (Rev. Industrial)
• Los propietarios contra los obreros (Rev. Industrial)
Los conflictos que ocurrían antes eran contra la élite nacional establecida y
sus pautas culturales. Con estas dos revoluciones, las protestas pasan a
involucrar las redes de nuevas élites.
Ahora bien, los conflictos socioculturales no necesariamente dan lugar a
partidos. Para esto es necesario estudiar las condiciones de expresión de la
protesta y la representación de intereses en cada sociedad. Los autores dan
cuatro puntos que se deben tener en cuenta.
Primero, las tradiciones de toma de decisiones del Estado correspondiente.
Segundo, los canales de expresión y movilización de la protesta.
Tercero, las oportunidades, los resultados y los costos de las alianzas en el
sistema
Cuarto, las posibilidades, consecuencias y limitaciones del gobierno de la
mayoría en el sistema.
Estas cuestiones permiten entender cuatro umbrales que deben atravesar un
movimiento para sentar nuevas exigencias en el sistema político. Estos son: 1)
umbral de representación; 2) umbral de incorporación; 3) de representación y 4)
poder de la mayoría.
Al final del artículo, los autores indican que es cierto que ellos han detenido
su análisis en los años 20’. ¿Por qué no continuar? Porque consideran que “los
sistemas de partidos de la década de 1960 (cuando se escribió) reflejan, con
escasa pero significativas excepciones, las estructuras de división de la década
de 1920” (pág. 117).