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Comunicación I |
Resumen del Texto de Appadurai |
Cátedra: Entel |
2° Cuat. de 2009 |
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Aquí y ahora
La modernidad pertenece a esa
pequeña familia de teorías que, a la vez, declaran poseer y desean para si
aplicabilidad universal. A lo largo del texto se planteara la discusión acerca
de la relación entre la modernización como un hecho observable y la
modernización como teoría.
El ahora global
Todas las grandes fuerzas sociales tienen sus precursores, precedentes, análogos y raíces en el pasado. Son estas genealogías las que frustraron las aspiraciones de los modernizadores. El mundo en el que vivimos hoy (en el cual la modernidad esta desbordada) supone un quiebre general con todo tipo de pasado.
Este trabajo presente una teoría de ruptura que adopta a los medios de comunicación y a los movimientos migratorios como principales ángulos desde donde ver el cambio y explorar los efectos de ambos fenómenos en el trabajo de la imaginación. Los medios de comunicación electrónicos transforman el campo de la mediación masiva ya que ofrecen nuevos recursos y nuevas disciplinas para la construcción de la imagen de uno mismo y de una imagen del mundo. La multiplicidad de formas que adoptan (TV, cine, pc, etc) y la velocidad con que avanzan y se instalan en la rutina diaria de las personas, brindan a estas recursos y materias primas para hacer de la construcción de la imagen del yo un proyecto social cotidiano.
Las migraciones, por su parte,
sumadas al flujo de imágenes por los medios masivos, generan un nuevo orden de
inestabilidad en la producción de las subjetividades modernas.
El trabajo de la imaginación
En los últimos tiempos, gracias en gran parte a los aportes tecnológicos, la imaginación se torno un hecho social y colectivo. A pesar de esto, la imaginación juega un papel significativo nuevo en este mundo, lo que se puede ver en estas 3 distinciones:
La mirada antropológica
Para Appadurai, la globalización
no es un proceso de homogenización cultural, desde el punto de vista
antropológico, ya que las diferentes sociedades se apropian de manera distinta
de los materiales de la modernidad. Intenta despegarse de la idea de relacionar
la cultura con un pueblo específico o una etnia (a la cual considera
esencialista), e trata de pensarla no solo como una forma de identificar sino
como una forma de diferenciar. En relación a esto ultimo, plantea la cultura
como una dimensión infatigable del discurso humano que explota las diferencias
para crear diversas concepciones de la identidad de grupo. Estas evolucionan a
través de los procesos históricos (migraciones, procesos económicos, etc). A
partir de su idea de cultura, plantea el concepto de culturalismo
(política de afirmación y de diferenciación que llevan a cabo distintos grupos;
es la forma en que estas tienden a adoptar, en la era de los medios masivos de
comunicación, las migraciones masivas y la globalización).
Como se estudian las regiones del mundo
Habla de la forma en que los
Estados Unidos ven al resto de las culturas y de la imagen del mundo que este
elabora. Bastante alpedo.
Las ciencias sociales después del patriotismo
Según la visión del autor, el tiempo de los Estado-Nación como forma política moderna compleja esta llegando a su fin. A pesar de que cada E-N es particular, todos comparten el hecho de que solo tienen sentido como partes de un sistema, el cual se presenta muy pobremente equipado para lidiar con el fenómeno interconectado de pueblos e imágenes en diáspora que caracteriza a la modernidad. Para Appadurai, los E-N no serán quienes vayan a arbitrar, a largo plazo, la relación entre la globalidad y la modernidad; esta es la razón por la que habla de una modernidad desbordada (buena pregunta de parcial). Para explicar esta teoría de degradación de los E-N se hace una distinción entre el plano ético y el plano analítico de la argumentación. En relación al primero, se expone que cada vez más aparatos gubernamentales se vuelven corruptos. En cuanto al plano analítico, basta con evidenciar que en muchos de E-N actuales (incluso en algunos aparentemente tan sólidos como EEUU o Japón) la legitimidad misma del Estado se halla no asegurada.
Teniendo en cuenta que los E-N se
encontraran en su fase terminal, podemos creer que los materiales para la
elaboración de un imaginario posnacional (nuevo orden posible) ya deben estar
aquí, a nuestro alrededor. Es por esto que Appadurai nos insita a prestar
especial atención a la relación entre los medios masivos de comunicación y las
migraciones. Las esferas publicas diasporicas (relación entre las personas que
“se quedaron” y las que “se fueron”), las cuales son muy diversas, son el
recipiente donde se cocina un nuevo orden político posnacional. Los motores de
su discurso son los medios masivos y los movimientos de estudiantes, refugiados
y activistas (migraciones).
Dislocación y diferencia en la economía cultural global
El autor comienza esta segunda
parte de su estudio haciendo una mención al denominado capitalismo de
imprenta, el cual permitió una libertad en relación a la comunicación cara a
cara. Posteriormente, a este se le sumaron avances tecnológicos, sobre todo en
el transporte y la información, lo que llevo a la concepción actual de mundo.
Aparatos como la computadora o el teléfono generaron una condición de vecindad
completamente nueva la cual llevo a ciertos individuos a hablar de una “aldea
global”.
Homogenización y heterogeneización
El problema central de las interacciones globales en la actualidad es la tensión entre la homogenización y la heterogeneización cultural.
Appadurai plantea que la simplificación de las distintas fuerzas que buscan operar una homogeneización puede ser explotada por los E-N con respecto a sus propias minorías, presentando la mercantilización global como más real que la propia amenaza de sus propias estrategias hegemónicas.
El autor plantea la idea de dislocación de los lugares de la modernidad clásica por los procesos de globalización. Para explorar esta dislocación propone prestar atención a la relación entre cinco planos o dimensiones de flujos culturales globales:
Estos paisajes vienen a ser “bloques” elementales con los que se construyen los mundos imaginarios (múltiples mundos que son producto de la imaginación históricamente situada de personas y grupos dispersos por todo el globo).Estos muestras distintos circuitos o flujos a través de los cuales circulan los materiales culturales, atravesando fronteras nacionales.
La relación global entre el paisaje étnico, el tecnológico y el financiero se nos presenta como profundamente dislocada e impredecible porque cada uno de estos paisajes esta sujeto a sus propios condicionamientos e incentivos. Por su parte, los paisajes mediáticos e ideológicos, al ser ambos paisajes de imágenes, se encuentran muy relacionados.
En relación al paisaje étnico, este presenta una paradoja, lo primordial se globalizo. Es decir, los sentimientos, cuya mayor fuerza reside en su capacidad para producir intimidad hacia un Estado político y convertir la localidad en un escenario para la puesta en escena de la identidad, se extendieron y se hallan dispersos por espacios vastos e irregulares en razón de que, si bien los grupos se mueven y se mudan (migraciones), se mantienen vinculados unos con otros a través de sofisticadas capacidades mediáticas (nuevos medios de comunicación).
La nueva economía global produjo, a la vez, una nueva relación entre la producción y el consumo. En este punto, el autor parte del concepto marxista de fetichismo de la mercadería y propone dos descendientes actuales: fetichismo de la producción y fetichismo del consumidor.
El primero se relaciona con la ilusión creada por los sitios donde tiene lugar la producción transnacional contemporánea. La localidad torna un fetiche que encubre y desfigura las fuerzas dispersas por todo el globo, las cuales son las que en realidad llevan a cabo la producción. Un ejemplo de esto seria grandes empresas como Nike las cuales hacen la mayoría de su producción en lugares como Malasia.
En cuanto al fetiche del consumidor, este se relaciona con el hecho de que el consumidor fue transformado por obra de las mercancías. La publicidad global juega un papel fundamental en esta transformación.
Para finalizar con esta cuestión, la
globalización de la cultura no significa homogeneización de la cultura, pero
incluye la utilización de una variedad de instrumentos de homogeneización
(técnicas publicitarias, modas, hegemonías lingüísticas, etc).
La obra de la reproducción en la era del arte mecánico
En este punto, el autor intenta plantear la obra de la reproducción cultural en el marco de los nuevos lugares de residencia (de las personas desterritorializadas) y como esta se complica terriblemente. Estas dificultades no son en absoluto allanas o facilitadas por los efectos del arte mecánico (medios masivos) ya que estos medios, según Appadurai, son poderosas usinas y recursos para la construcción de nodos de identidad contrarios que los jóvenes pueden adoptar, en contraposición a las esperanzas de los padres.
Las comunidades desterritorializadas y las poblaciones desplazadas no escapan a tener que adoptar y representar hasta el final los deseos y fantasías contenidos de esos nuevos paisajes étnicos en que se encuentran inmersos.