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Resumen para el Final  |  Economía II (Cátedra: Teubal - 2016)  |  Cs. Sociales  |  UBA

ADAM SMITH: investigación sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones.

Introducción y plan de obra:

El trabajo anual de cada nación es el fondo que la provee de todas las cosas necesarias y convenientes para la vida y que anualmente consume el país.

Dicho fondo, en proporción del consumo del mismo dará como resultado que una nación estará mejor o peor surtida de las cosas necesarias y convenientes. Esta proporción se regula en toda la nación por dos circunstancias diferentes:

CAPÍTULO I De las causas del progreso en las facultades productivas del trabajo

El progreso más importante en las facultades productivas del trabajo, de la destreza y sensatez con la que ésta se aplica o dirige parece ser consecuencia de la división del trabajo.

Smith empieza a analizar los efectos de la división del trabajo considerando la producción de algunas manufacturas, y toma la fabricación de alfileres como ejemplo de un producto simple pero que con la división del trabajo termina dividiéndose en diversos puestos donde cada operario se ocupa sólo de una tarea puntual. Así compara el resultado de la producción con división del trabajo y la producción sin ella, el resultado es que la división, especialización y combinación de las diferentes operaciones es conveniente porque aumenta la cantidad final.

“La división del trabajo, en cuanto puede ser aplicada, ocasiona un aumento en las facultades productivas del mismo. Esta división se produce con más aptitud en aquellos países que han alcanzado un nivel más alto de laboriosidad y progreso. Es generalmente obra de muchos en una sociedad culta lo que hace uno solo en un estado atrasado.”

Luego analiza la agricultura, dice que por su propia naturaleza no admite tantas subdivisiones del trabajo, en este caso una misma persona tiene la oportunidad de realizar diferentes trabajos en el transcurso de las estaciones del año. Es imposible realizar una separación tan completa de las diferentes ramas de labor de la agricultura, por lo tanto el progreso de las aptitudes productivas del trabajo en la agricultura no corre el mismo nivel de paridad que en las manufacturas. La agricultura es una excepción a esta regla de las sociedades cultas/atrasadas, porque el trabajo de país rico no siempre es mucho más productivo que el del país pobre.

El aumento considerable en la cantidad de productos que un mismo número de personas puede confeccionar (como consecuencia de la división del trabajo) procede de 3 circunstancias distintas:

La gran multiplicación de productos en todas las artes, originadas por la división del trabajo da lugar a la difusión de abundancia en todos los rangos de la sociedad, dado que cada uno intercambia lo que necesita.

CAPITULO II Del principio que motiva la división del trabajo.

La división del trabajo se deriva de la propensión humana al cambio, esta inclinación a la permuta es el principio que motiva esta división.

Esta división del trabajo, que tantas ventajas reporta, no es en su origen efecto de la sabiduría humana, que prevé y se propone alcanzar aquella general opulencia que el se deriva. Es la consecuencia gradual, necesaria, aunque lenta, de una cierta propensión de la naturaleza humana que no aspira a una utilidad tan grande: la propensión a permutar, cambiar y negociar una cosa por otra.

La conseguirá con mayor seguridad interesando en su favor el egoísmo de los otros y haciéndoles ver que es ventajoso para ellos hacer lo que les pide. Dame lo que necesito y tendrás lo que deseas, y asi obtenemos de los demás la mayor parte de los servicios que necesitamos. De la misma manera que recibimos la mayor parte de los servicios mutuos que necesitamos, por convenio, trueque o compra, es esa misma inclinación a la permuta la causa originaria de la división del trabajo. Se halla estimulada por el egoísmo y conduce a la división del trabajo.

La certidumbre de poder cambiar el exceso del producto de su propio trabajo, después de satisfechas sus necesidades, por la parte del producto ajeno que necesita, induce al hombre a dedicarse a una sola ocupación, cultivando y perfeccionando el talento o el ingenio que posea para cierta especie de labores.

A causa de la división del trabajo, los talentos más dispares se caracterizan por su mutua utilidad porque los productos de sus talentos se aportan a un fondo común para que se dé la permuta, así cada quien puede comprar la parte que necesita del producto ajeno.

CAPITULO III   La división del trabajo se halla limitada por la extensión del mercado.

Así como la facultad de cambiar motiva la división del trabajo, la amplitud de esta división se halla limitada por la extensión del mercado. Cuando este es muy pequeño, nadie se anima a dedicarse por entero a una ocupación, por falta de capacidad para cambiar el sobrante del producto de su trabajo, en exceso del propio consumo, por la parte que necesita de los resultados de la labor de otros.

Existen ciertas actividades económicas que no pueden sostenerse sino en grandes poblaciones. Por ejemplo, en el campo se ven obligados la mayor parte de las veces a aplicarse en todos aquellos ramos del oficio que sean más afines en lugar de dedicarse a una única actividad.

Las vías fluviales abren a las distintas clases de actividades económicas mercados más amplios que el transporte terrestre, históricamente los primeros progresos se registran en la navegación costera o en los ríos navegables. 

CAPITULO IV   Del origen y uso de la moneda.

Una vez implantada la división del trabajo, el hombre vive en régimen de intercambio, sólo una pequeña parte de las necesidades de cada hombre se satisface con el producto de su propio T.

El hombre subviene a la mayor parte de sus necesidades cambiando el remanente del producto de su esfuerzo, en exceso de lo que consume, por otras porciones del producto ajeno, que el necesita. El hombre vive asi, gracias al cambio, convirtiéndose, en cierto modo, en mercader, y la sociedad misma prospera hasta ser lo que realmente es, una sociedad comercial.

Las dificultades del trueque inducen a adoptar un bien económico como dinero, por ejemplo, cabezas de ganado, sal, conchas, bacalao, tabaco, azúcar, cueros y clavos.

A fin de evitar inconvenientes de esta naturaleza, todo hombre razonable, en cualquier periodo de la sociedad, después de establecida la división del trabajo, procuro manejar sus negocios de tal forma que en todo tiempo pudiera disponer, además de los productos de su actividad peculiar, de una cierta cantidad de cualquier otra mercancía, que a su juicio escasas personas serian capaces de rechazar a cambio de los productos de su respectivo esfuerzo.

En ocasiones se dio preferencia a los metales, por ser duraderos y divisibles. Hierro, cobre, oro y plata se usaron inicialmente en barras sin contraste; después, con él para indica la cantidad y el grado de pureza.

Estas barras groseras hacían, pues , en aquellos tiempos, las funciones de moneda. El uso de metales, en esta forma rudimentaria, tropezaba con dos inconvenientes muy grandes; primero, la incomodidad de pesarlos y segundo, la de contrastarlos.

Para evitar abusos, facilitar los cambios y fomentar el comercio y la industria se consideró necesario colocar un sello público sobre cantidades determinadas de aquellos metales que acostumbraban a usar esas naciones para comprar todo género de mercancías. Éste es el origen de la moneda acuñada y de los establecimientos llamados “Casas de moneda”


[Procede a examinar las reglas que determinan el valor de cambio]

Debemos advertir que la palabra VALOR tiene dos significados diferentes, a veces expresa la utilidad de un objeto particular, y, otras, la capacidad de comprar otros bienes, capacidad que deriva de la posesión del dinero. Al primero lo podemos llamar “valor en uso”, y al segundo, “valor en cambio”. Las cosas que tienen un gran valor en uso tienen comúnmente escaso o ningún valor en cambio, y por el contrario, las que tienen un gran valor en cambio no tienen, muchas veces, sino un pequeño valor en uso, o ninguno.

Para investigar los principios que determinan el valor en cambio procura poner en claro:

  1. En que consiste el precio real de los bienes.
  2. Cuáles son los distintos componentes de ese precio.
  3. Por qué discrepan a veces el precio real y el precio de mercado.

CAPITULO V   Precio real y nominal de las mercancías

Todo hombre es rico o pobre según el grado en que pueda gozar de las cosas necesarias, convenientes y gratas de la vida. Una vez establecida la división del trabajo sólo una pequeña parte de las mismas puede conseguirla por esfuerzo personal, ahora las consigue mediante el trabajo de otras personas. El trabajo es la medida real del valor en cambio, y el primer precio pagado por todas las cosas.

El precio real de cualquier cosa, lo que realmente le cuesta al H adquirirla son las penas y fatigas que su adquisición supone, lo que se compra con dinero u otros bienes se adquiere con el trabajo. El dinero, por su parte contiene el valor de una cierta cantidad de trabajo que cambiamos por lo que suponemos que encierra la misma cantidad de trabajo. El trabajo fue el precio primitivo que sirvió para comprar y pagar todas las cosas. Es caro lo que cuesta mucho adquirir u obtener y barato lo que se adquiere con más facilidad o menos trabajo.

TEORÍA DEL VALOR: El trabajo, al no cambiar nunca de valor, es el único y definitivo patrón efectivo por el cual se compran o estiman los valores de todos los bienes.

El trabajo es su precio real  (consiste en la cantidad de cosas necesarias y convenientes que mediante él se consiguen) y la moneda es únicamente el precio nominal (la cantidad de dinero). El trabajador es rico o pobre según el grado de proporción al precio real que ejecuta.

El mismo precio real representa siempre el mismo valor, pero el mismo precio nominal puede tener valores distintos por la variación del precio del oro y la plata. El precio real del trabajo cambia según las circunstancias: es más abundante en una sociedad progresiva que en otra estacionaria.

CAPITULO VI Sobre los elementos componentes del precio de las mercancías.

En la sociedad precapitalista (previa a la acumulación de capital y a la apropiación de la tierra) la única manera de medir el valor en cambio fue la proporción entre las diferentes clases de trabajo que se necesitan para adquirirlos.

Pero en éste estado el producto íntegro del trabajo le pertenecía al trabajador, ni bien el capital se acumula en el poder de determinadas personas, éstas procuran emplearlo en dar trabajo a gente laboriosa, suministrando materiales y alimentos y así sacar provecho de la venta de su producto.

Al cambiar un producto acabado por otras mercancías además de lo que sea suficiente para pagar el valor de los materiales y el salario de los obreros es necesario que se dé una ganancia que le corresponde al empresario, dado que éste no tendrá interés alguno en emplearlos si no esperase alcanzar de la venta de sus productos “algo más” que lo suficiente para reponer su capital. Por lo tanto, el beneficio del capital forma parte del precio de las mercancías. En éstas circunstancias el trabajo ya no regula por si sólo el valor de las mercancías.

Ahora, ni bien las tierras de un país se convierten en propiedad privada de los terratenientes, éstos exigen una renta por el producto natural del suelo.

El valor real de todas las diferentes partes que componen el precio de las mercancías se mide por la cantidad de trabajo que cada una de esas porciones dispone o adquiere. En esta sociedad capitalista, el trabajo no sólo mide el valor de aquella parte del precio que se resuelve en trabajo, sino también el de aquella otra que se traduce en renta y el beneficio.

TEORÍA DE LOS COSTOS DE PRODUCCIÓN: el precio del producto anual conjunto se resuelve en salarios, beneficios y rentas. El total de lo que anualmente se produce u obtiene por el trabajo de la sociedad se distribuye de este modo entre los miembros que la componen.

CAPITULO VII Del precio natural y del precio de mercado de bienes.

En toda sociedad existe una tasa promedia de salarios, beneficios y de renta, estos niveles corrientes o promedios se pueden llamar tasas naturales de los salarios, beneficios y renta.

Cuando el precio de una cosa es ni más ni menos que el suficiente para pagar la renta de la tierra, los salarios del trabajo y los beneficios del capital empleado (de acuerdo con los precios corrientes) aquella se vende por su precio natural. El artículo se vende por lo que precisamente vale o por lo que realmente cuesta llevarla al mercado.

El precio efectivo a que corrientemente se venden las mercancías es lo que se llama precio de mercado, y puede coincidir con el precio natural o ser superior a éste. El mismo se regula por la proporción entre la cantidad de ésta que realmente se lleva al mercado y la demanda (demanda efectiva) de quienes están dispuestos a pagar (compradores efectivos) el precio natural del artículo.

Cuando la cantidad transportada al mercado queda por bajo la demanda efectiva, el precio de mercado se eleva sobre el precio natural (se genera competencia) cuando la cantidad llevada al mercado excede la demanda efectiva, el precio de mercado bajará más o menos respecto del precio natural; cuando es exactamente igual a la demanda efectiva coinciden el precio de mercado y el natural.

La cantidad se ajusta naturalmente a la demanda efectiva. Cuando excede dicha demanda, algunos de los componentes del precio están por bajo de su tasa natural; cuando la cantidad es insuficiente, algunos de los componentes del precio están por encima de su tasa natural.

El precio natural es el centro en torno al cual gravitan los precios reales.

La actividad económica se adapta por si misma a la demanda efectiva, pero, en cambio, fluctúa la cantidad producida por determinado volumen de actividad.

Las fluctuaciones afectan más a los salarios y utilidades que a las rentas, afectándolos en proporciones distintas, según la oferta de artículos y de mano de obra.

Sin embargo, el precio de mercado puede mantenerse durante largo tiempo por encima del precio natural a causa del deficiente conocimiento general de la obtención de elevados beneficios, o como consecuencia del empleo de técnicas secretas en las manufacturas, que pueden operar durante largo tiempo, o porque la disponibilidad de tierras de especial cantidad, es escasa, circunstancia que luego puede operar eternamente. El precio de mercado raras veces se sitúa durante largo tiempo por debajo del precio natural.

El precio natural oscila con la tasa natural de salarios, beneficios y rentas.

 

DAVID RICARDO: POLITICA ECONOMICA.

PREAMBULO:

La determinación de las leyes que rigen la distribución de la riqueza, es el problema primordial de la Economía Política.

CAPITULO I:  Sobre el Valor.

El valor de un artículo, o sea la cantidad de cualquier otro artículo por lo cual puede cambiarse, depende de la cantidad relativa de trabajo que se necesita para su producción, y no de la mayor o menor compensación que se paga por dicho trabajo.

Smith observa que la palabra valor tiene dos acepciones diferentes, a veces expresa la utilidad de un objeto en particular (valor de uso) y otras la capacidad de comprar otros bienes (valor de cambio) que deriva de la posesión de dinero.

La utilidad no es la medida del valor en cambio, aunque es absolutamente esencial para éste. Si un bien no fuera, de ningún modo, útil no tendría ningún valor en cambio, por escaso que pudiera ser, o sea cual fuere la cantidad de trabajo necesaria para obtenerlos. Por poseer utilidad, los bienes obtienen su valor en cambio de dos fuentes: de su escasez y de la cantidad de trabajo requerida para obtenerlos. Existen ciertos bienes cuyo valor está determinado tan solo por su escasez. Ningún trabajo puede aumentar la cantidad de dichos bienes y por tanto, su valor no puede ser reducido por una mayor oferta de los mismos.

En las etapas iniciales de la sociedad, lo único que determina el valor en cambio de diferentes artículos es la proporción entre las distintas clases de trabajo que se necesitan para adquirirlos.

Si la cantidad de trabajo cristalizada en los bienes determina el valor de cambio, cualquier aumento en la cantidad de trabajo debe elevar el valor de éste bien, así como su disminución debería reducir su valor.

El trabajo varía su valor a causa de las fluctuaciones del oro y plata. Ricardo, acá refuta la teoría del valor de Smith dice que la cantidad comparativa de bienes producidos por el trabajo es la que determina su valor relativo presente o pasado, y no las cantidades comparativas de bienes que se entregan al trabajador, a cambio de su trabajo.

SECCION II Las distintas calidades de trabajo son remuneradas de diferente modo. No es, esta, una causa de variación del valor relativo de los bienes.

Si una pieza de paño tiene ahora el valor de dos piezas de lino, y si, de aquí a diez años, el valor ordinario de una pieza de año llega a ser de cuatro piezas de lino, podemos concluir lógicamente, que o bien se requirió más trabajo para fabricar el paño, o menos trabajo para fabricar el lino, o que ambas causas han operado.

Cualquier desigualdad que originariamente pudiera haber existido en ellas, cualquiera que sea el ingenio, la destreza, o el tiempo necesario para la adquisición de ciertos tiempos de habilidad manual superiores a otras dichas desigualdades seguirá siendo casi la misma de una generación a la siguiente o por lo menos que la variación es ínfima de un año a otro, y por consiguiente, puede influir muy poco, a la corta, sobre valor relativo de bienes.

SECCION III El valor de los bienes no solo resulta afectado por el trabajo que se les aplica de inmediato, sino también por el trabajo que se empleó en los instrumentos, herramientas y edificios con que se complementa el trabajo inmediato.

Aun en aquella etapa inicial a que se refiere Adam Smith, cierto capital, posiblemente logrado o acumulado por el propio cazador, sería necesario para permitirle matar su presa. Sin arma alguna, ni el castor ni el venado pueden ser casados, y por tanto el valor de dichos animales dependerá no solamente del tiempo y del trabajo necesario para su captura, sino también del tiempo del trabajo indispensable para que el cazador se provea de su capital, del arma con cuya ayuda efectuó la cacería.

El ahorro en el uso de la mano de obra nunca deja de reducir el valor relativo de un bien, ya se realice el ahorro en el trabajo necesario para la fabricación del bien mismo, o en el requerido para la formación de capital, con cuya ayuda se produce dicho bien. El valor de cambio de los bienes producidos será proporcional al trabajo empleado no sólo en su producción inmediata sino también en todos aquellos elementos o maquinarias requeridas para llevarlo a cabo.

El valor comparativo del pescado y de la pieza cazada dependería enteramente de la cantidad de trabajo gastado en cada caso, cualquiera que haya sido la cantidad producida, o por más altos o más bajos que fueren los salarios y las utilidades generales.

La proporción que debería pagarse en concepto de salarios es de importancia máxima en lo que atañe a las utilidades, pues bien se comprende que las utilidades serán altas o bajas, exactamente en proporción a que los salarios sean bajos a altos; en cambio, no puede afectar en lo más mínimo el valor relativo de la pesca y de la caza, ya que los salarios resultarían simultáneamente elevados o reducidos en ambas ocupaciones.

Si existiera algún otro bien cuyo valor fuera invariable, podríamos precisar, mediante la comparación el valor del pescado y del venado con dicho bien, cuál sería la variación atribuible a una causa que afecto al valor del pescado, y cual a una causa que afecto el valor de la caza.

Ninguna alteración en los salarios de la mano de obra podría ocasionar una alteración del valor relativo de dichos bienes ya que, suponiendo que estos aumenten, no se requerirá la mayor cantidad de trabajo en ninguna de las ocupaciones en cuestión, sino que el trabajo se remunerara a un precio más elevado, y las mismas razones que impulsarían al cazador y al pescador para elevar el valor de la caza u la pesca respectivas, harían que el propietario de la mina aumente el valor de su oro.

El valor de cambio del pescado subiría o bajaría tan solo porque se requirió más o menos trabajo para obtener una cierta cantidad del mismo y nunca subiría o bajaría más allá de la proporción del aumento o disminución de la cantidad de trabajo requerido.

SECCION IV El principio de la cantidad de trabajo de tiempo empleada en la producción de bienes determina su valor relativo, considerablemente modificado por el empleo de maquinaria u otro capital fijo y duradero.

Las variaciones del valor relativo del venado y del salmón dependían únicamente de las cantidades variables de trabajo necesario para obtenerlos; los edificios y maquinaria utilizados en distintas industrias pueden tener varios grados de durabilidad y su producción puede requerir diferentes porciones de trabajo.

La diferencia en el grado de durabilidad del capital fijo y la variabilidad en las proporciones que ambas clases de capital pueden combinarse introducen otra causa (además de la cantidad mayor o menor de trabajo necesario para producir los bienes) para la variación del valor relativo; dicha causa es el aumento o reducción del valor del trabajo.

Según la rapidez con que perece el capital y requiere frecuentes reproducciones es (circulante) o es de consumo lento (fijo).

Dos industrias pueden entonces emplear la misma cantidad de capital: pero este puede estar muy diversamente repartido con respecto a la porción fija y a la circulante.

Si para producir, los hombres no se sirvieran de maquinaria sino tan solo del esfuerzo humano, y si el lapso de tiempo transcurrido antes de colocar sus bienes en el mercado fuese de la misma duración, el valor de cambio de sus bienes seria exactamente proporcional a la cantidad de trabajo empleada.

Los capitalistas pueden emplear la misma proporción de trabajo anual para la producción de sus bienes y, sin embargo, los bienes que producen difieren en su valor debido a las distintas cantidades de capital fijo o de trabajo acumulado respectivamente para cada uno.

El valor del trabajo no puede aumentar sin una reducción de las utilidades. El grado de alteración del valor relativo de los bienes, ocasionado por una aumento o reducción del trabajo dependerá de la proporción del capital global empleado como fijo. Todos los bienes que se producen con maquinaria muy valiosa o en edificios costosos o que requieren un lapso de tiempo más largo antes de llevarlo al mercado disminuirán en su valor relativo, mientras que todos aquellos que fueron obtenidos mediante producción inmediata verán aumentado su valor relativo. A mayor capital fijo, mayor reducción del valor en cambio.

SECCIÓN V el principio de que el valor no varía con el aumento o la reducción de los salarios, queda modificado también por la durabilidad desigual del capital y por la desigual rapidez con la cual vuelve a quien lo utiliza.

A medida que el capital fijo es menos duradero se acerca más a la naturaleza del capital circulante. Proporcionalmente a la preponderancia del capital fijo en una industria, cuando los salarios aumentan, el valor de los bienes producidos en dicha industria es menor que el de los bienes producidos en otras manufacturas donde prepondera el capital circulante. Si el capital fijo no es de índole duradera requerirá anualmente una mayor cantidad de trabajo para mantener su estado de eficiencia, el trabajo así empleado deberá tener un valor proporcional a dicho trabajo.

En cambio, un aumento en el salario de los obreros no afectará igualmente a los bienes producidos con maquinaria de consumo rápido (una gran proporción del trabajo quedará transferida continuamente al bien producido) y a los bienes producidos con maquinaria de consumo lento (la transferencia es mínima) por lo tanto, cada aumento de salarios reduciría el valor relativo de los bienes producidos con un capital de índole durable y elevaría los producidos con capital menos perecedero. Una reducción de salarios ocasionaría lo contrario.

Desde la introducción de maquinaria costosa y duradera los bienes producidos mediante el empleo de capitales iguales tuvieron un valor desigual ocasionado por el aumento y disminución de salarios y utilidades.

También en proporción a la durabilidad del capital los precios relativos de aquellos bienes en los que se empleó dicho capital duradero variarán inversamente a los salarios: bajarán al aumentar los salarios y aumentarán cuando los salarios bajen. Al contrario, los producidos a base de trabajo y capital menos fijo aumentarán al subir los salarios y bajarán cuando los salarios se reduzcan.

SECCIÓN VI Sobre una medida invariable del valor

Los perfeccionamientos de la mano de obra pueden aplicarse a la producción y así disminuir el valor relativo respecto a otros bienes, por lo tanto, la mayor facilidad con la que se puede producir. No es posible comparar bienes producidos en distintas circunstancias dado que desconocemos la combinación de capital fijo y circulante que lleva dentro. Ricardo ya demostró que cualquier alteración de la tasa permanente de utilidades tendría algún efecto sobre el valor relativo de los bienes independientemente de la cantidad de trabajo empleado en su producción. Sin embargo, es relativamente leve el efecto en la variación de las utilidades sobre los precios relativos de las cosas, los efectos más importantes son ocasionados por las variables cantidades de mano de obra requeridas para su producción.

Los valores relativos dependerán de las cantidades relativas de mano de obra empleadas en su producción.

SECCIÓN VII distintos efectos ocasionados por la alteración del valor del dinero, medio conforme al cual siempre se expresa el precio, o por la alteración en el valor de los bienes que el dinero adquiere.

Ya que el dinero es un bien variable, el aumento de los salarios en dinero será frecuentemente ocasionado por la baja del valor del dinero, por lo tanto, un aumento en los salarios debido a ésta causa irá invariablemente acompañado del aumento en los precios de los bienes

CAPÍTULO II:  Sobre la renta

La renta es aquella parte del producto de la tierra que se paga al terrateniente por el uso de las energías originarias e indestructibles del suelo.

Si toda tierra tuviera las mismas propiedades y su cantidad fuese ilimitada su uso no ocasionaría ningún cargo, sólo se paga por el uso de la tierra cuando ésta es de propiedad privada.

Smith considera renta al precio que se paga por el uso de la tierra, el mismo es un precio de monopolio, no guarda proporción con las mejoras que el propietario pudiera haber realizado ni con lo que la tierra puede rendir, sino con lo que el colono esté dispuesto a pagar. Ricardo a diferencia considera que la renta de la tierra es la compensación que se paga por el uso de sus energías originarias e indestructibles.

Sólo por el incremento de la población la tierra de inferior calidad o peor situada debe ponerse en cultivo. Cuando se inicia el cultivo de la tierra de segundo grado principia inmediatamente la renta de la tierra de primera calidad y la magnitud de dicha renta dependerá de la diferencia en la calidad de éstas dos tierras. Y a su vez, cuando se inicia el cultivo de la tierra de tercera calidad la renta comienza con la segunda y está regulada por las diferencias en sus energías productivas. Con cada nueva etapa del progreso de la población, que obliga a un país a recurrir a tierras de peor calidad la renta aumentará en la totalidad de las tierras más fértiles.

 

MARX, EL CAPITAL

SECCION PRIMERA: MERCANCIA Y DINERO

CAPITULO I

LA MERCANCIA.

La riqueza de las sociedades capitalistas aparece como un “enorme cúmulo de mercancías”. La mercancía es, en primer término, un objeto exterior, una cosa apta para satisfacer necesidades humanas.

La utilidad de un objeto lo convierte en valor de uso, pero esta utilidad de los objetos no flota en el aire. Está condicionada por las cualidades materiales de la mercancía y que no puede existir sin ellas. El cuerpo mismo de las mercancías (el hierro, el trigo, el diamante) es un valor de uso o un bien.

Al apreciar un valor de uso, se lo supone siempre concretado en una cantidad (una docena de relojes). El valor de uso se efectiviza únicamente en el uso o consumo de los objetos. Los valores de uso forman el contenido material de la riqueza, cualquiera que sea la forma social de esta. En el tipo de sociedad que nos proporcionemos estudiar los valores de uso son, además, el soporte material del valor de cambio.

A primera vista el valor de cambio aparece como la relación cuantitativa, la proporción en que se cambian valores de uso de una clase por valores de uso de otra clase, relación que varía constantemente con los lugares y los tiempos. Parece, pues, como si el valor de cambio fuese algo puramente causal o relativo y un valor de cambio interno, inmanente a la mercancía. Lo cual resulta ser una contradicción entre el término y su atributo.

Al comparar 2 artículos para intercambiarlos entre sí, notamos que: Resulta preciso reducir los valores de cambio de las mercancías a algo que les sea común, lo único que comparten y que es el hecho de ser productos del trabajo. A su vez, al hacer abstracción del valor de uso, también se abstraen los componentes y formas que hacen de él un valor de uso, se desvanecen así las diversas formas concretas del trabajo que encierra, que lleva contenido, sólo se reducen a trabajo abstractamente humano. Una vez que se ha hecho abstracción del valor de uso que tienen los productos del trabajo, surge el común que se manifiesta en la relación de intercambio, su valor.

Por lo tanto, un valor de uso sólo tiene valor porque en él está objetivado o materializado trabajo abstractamente humano. Pero, ¿cómo medir la magnitud de su valor? Por la cantidad de trabajo que lleva contenida ese valor de uso. La cantidad de trabajo se mide por su duración y a su vez ésta se mide por determinadas fracciones temporales (día, hora)

Tiempo de trabajo socialmente necesario.

Es el requerido para producir un valor de uso cualquiera en las condiciones normales de producción vigentes en una sociedad y con el grado social medio de destreza e intensidad de trabajo. Es éste tiempo de trabajo socialmente necesario para la producción de un valor de uso lo que determina la magnitud del valor.

La magnitud del valor de una mercancía se mantendrá constante si también lo sea el tiempo de trabajo requerido para su producción, pero éste varía con todo cambio en la fuerza productiva del trabajo. Cuanto mayor sea la fuerza productiva del trabajo menos será el tiempo de trabajo necesario para la producción de un artículo, menor la masa de trabajo cristalizada en él, menor será su valor. Y, al contrario, cuanto menor sea la fuerza productiva del trabajo, mayor será el tiempo de trabajo necesario para producirlo y mayor será su valor. Por lo tanto, la magnitud de valor de una mercancía varía en razón directa con la cantidad de trabajo efectivizado en ella e inversa a la fuerza productiva de ese trabajo.

Marx, a diferencia de Ricardo dice que una cosa puede útil y además ser producto del trabajo humano y no ser mercancía (alguien que con su producto satisface su propia necesidad). Para producir una mercancía no sólo se debe producir valor de uso, sino valores de uso para otros, valores de uso sociales. Es decir, para transformarse en una mercancía el producto ha de transferirse a través del intercambio a quien se sirva de él como valor de uso.

Marx es el primero en exponer ésta naturaleza bifacética del trabajo contenido en la mercancía, por su valor de uso y su valor de cambio.

Para producir cualquier valor de uso con el fin de satisfacer una necesidad específica, se requiere determinado tipo de actividad productiva (que está determinada por su finalidad, modo de operar, objetivo). Se llama trabajo útil al trabajo cuya utilidad se representa en que su producto sea un valor de uso (que tenga efecto útil).

Para que dos mercancías se enfrenten entre sí deben tener valores de uso diferentes; sólo los productos de trabajos privados, autónomos e independientes se enfrentan entre sí como mercancías. La división social del trabajo es la que constituye la condición para la existencia misma de la producción de mercancías.

Los valores de uso son combinaciones de dos elementos: material natural y trabajo. El trabajo humano en sí no es la única fuente que produce valores de uso, también está la riqueza natural.

Por su parte, el trabajo humano (a pesar de diferir en el grado de desarrollo) representa el valor de la mercancía de forma pura y simple. Toda fuerza de trabajo queda considerada como fuerza de trabajo simple.

VALOR DE USO: el trabajo contenido en las mercancías sólo cuenta cualitativamente, interesa la clase y calidad.

MAGNITUD DE VALOR: sólo cuenta cuantitativamente interesa su cantidad y duración.

Éstos dos aspectos se entrelazan entre sí, dado que la masa creciente de la riqueza material puede corresponder en simultáneo a una reducción de la magnitud del valor. Es lo que Marx llama el carácter bifacético del trabajo. La fuerza productiva es siempre fuerza productiva de trabajo útil, por lo tanto, es en razón directa al aumento o reducción de ésta fuerza que el trabajo útil deviene fuente productiva más abundante o exigua.

El mismo trabajo por más que cambie la fuerza productiva rinde siempre la misma magnitud de valor en los mismos espacios de tiempo. Pero el mismo espacio y tiempo suministra valores de uso en diferentes cantidades: más cuando aumenta la riqueza menos cuando disminuye. Cuando el trabajo se vuelve más fecundo, aumenta la masa de valores de uso proporcionados por éste lo que hace que reduzca la magnitud de valor de esa masa total acrecentada, dado que se acorta la suma del tiempo de trabajo necesario para la producción de dicha masa.

Las mercancías vienen al mundo revistiendo la forma de valores de uso o cuerpos de mercancías (hierro, lienzo, trigo) ésta es su forma natural. Pero ya sabemos que sólo son mercancías por poseer dualidad (son objeto de uso y a la vez portadoras de valor) ésta es su forma de valor.

Las mercancías poseen objetividad como valores en la medida que son expresiones de la misma unidad social (del trabajo humano), que son objetividad en cuando a valores. Podemos argumentar que son de naturaleza social.

Volviendo a la relación de intercambio de las mercancías, sabemos que dos M se relacionan entre sí a través de la forma dinero. Que es la expresión más simple del valor de una mercancía.

  1. La forma simple o singular del valor:

Como ya dijimos, la relación de valor entre dos mercancías constituye la expresión ms simple de valor de una mercancía. Enfrentando 2 mercancías, a la primera le corresponde un papel activo (valor relativo), a la segunda uno pasivo (forma equivalente). Éstos dos aspectos se condicionan de manera recíproca, pero son a la vez ejes contrapuestos. La mercancía que es el equivalente no puede revestir al mismo tiempo la forma relativa del valor, porque ella no expresa su propio valor sólo se reduce a expresar el valor de la otra mercancía.

Para que las magnitudes de objetos distintos puedan ser cuantitativamente comparables entre si, es necesario ante todo reducirlas a la misma unidad. Solo representándonoslas como expresiones de la misma unidad podremos ver en ellas magnitudes de signo igual y, por tanto, conmensurables.

En cada una de estas relaciones se sobrentiende que el lienzo y las levitas son, como magnitudes de valor, expresiones distintas de la misma unidad, objetos de igual naturaleza. Lienzo = Levita he ahí la fórmula que sirve de base a la relación.

La antítesis interna de valor de uso y valor que se alberga en la mercancía toma cuerpo en una antítesis externa, es decir en la relación entre dos mercancías, de las cuales la una, aquella cuyo valor trata de expresarse, solo interesa directamente como valor de uso mientras que la otra, aquella en que se expresa el valor, interesa solo directamente como valor de cambio. La forma simple del valor de una mercancía es, por tanto, la forma simple en que se manifiesta la antítesis de valor de uso y de valor encerrada en ella.

Por medio de esta forma, el valor de una mercancía, a solo puede expresarse, indudablemente, en una mercancía de otro género. Cual sea el género de esta otra mercancía, si levitas, hierro, trigo, etc. No hace al caso. Por consiguiente, según que aquella mercancía se encuadre en una relación de valor con esta o la otra clase de mercancías, tendremos distintas expresiones simples de valor de la misma mercancía.

  1. Forma relativa del valor desarrollada.

El trabajo creador del valor se representa ahora explícitamente como un trabajo equiparable a otro trabajo humano cualquiera que sea la forma natural que revista, ya se materialice, por tanto, en levitas o en trigo, en hierro o en oro, etc.

Como se ve, su forma de valor pone ahora al lienzo en relación, no ya con una determinada clase de mercancías, sino con el mundo de las mercancías en general. Considerando como mercancía, el lienzo adquiere carta de ciudadanía dentro de este mundo. Al mismo tiempo, la serie infinita de sus expresiones indica que el valor de las mercancías le es indiferente la forma específica de valor de uso que pueda revestir.

La forma equivalencial concreta.

Toda mercancía, levita, té, trigo, hierro, etc. Desempeña, en la expresión de valor de lienzo, papel equivalente y por tanto de materialización del valor. Ahora, la forma natural concreta de cada una de estas mercancías es una forma equivalencial dada, al lado de muchas otras. Y lo mismo ocurre con las diversas clases de trabajo útil, concreto, determinado, que se contienen en las diversas mercancías materiales: solo interesan como otras tantas formas especificas de realización o manifestación del trabajo humano en general.

La materialización del valor de las mercancías, por ser la mera “existencia social” de estos objetos, solo puede expresarse mediante Su relación social con todos los demás que por tanto su forma de valor, y ha de ser, necesariamente, una forma que rija socialmente.

Las mercancías se nos revelan ahora, no solo como factores cualitativamente iguales, como valores en general, sino también como magnitudes de valor cuantitativamente comparables entre sí.

Se convierte el trabajo textil en forma general de manifestación del trabajo humano, cualquiera que el sea. De este modo, el trabajo materializado en el valor de las mercancías no se representa tan solo d un modo negativo, como trabajo en que se hace abstracción de todas las formas concretas y cualidades útiles de los trabajos reales, sino que con ello ponemos de relieve, además, de un modo expreso, su propio carácter positivo. Lo que hacemos es reducir todos los trabajos reales al carácter de trabajo humano común a todos ellos, a la inversión de fuerza de trabajo.

Relación entre el desarrollo de la forma relativa de valor y el de la forma de equivalente.

El desarrollo de la forma equivalencial no es más que la expresión y el resultado del desarrollo de la forma relativa de valor. La forma simple o aislada del valor de una mercancía convierte a otra mercancía en equivalente individual suyo.

Pero en el mismo grado en que se desarrolla la forma del valor en general, se desarrolla también la antítesis entre sus dos polos, entre la forma relativa del valor y la forma equivalencial.

Las mercancías son objetos muy intrincados, el carácter misterioso de las mismas no deriva de su valor de uso, son simplemente para satisfacer las necesidades del hombre. Es evidente que la actividad del hombre en sociedad hace cambiar a las materias naturales de forma para servirse de ellas. Tan pronto como los hombres trabajan unos para otros su trabajo adquiere una forma social. El carácter místico de las mercancías surge acá, la igualdad de los trabajos humanos asume la forma material de una objetivación igual de valor de los productos del trabajo, el grado en que se gaste la fuerza humana de trabajo, medido por el tiempo de su duración, reviste la forma de magnitud de valor de los productos del trabajo y las relaciones entre unos y otros productores. Dentro del proceso de intercambio, las mercancías revisten la forma de una relación social entre los productos del trabajo.

El carácter misterioso de la forma mercancía consiste en que la misma refleja ante los hombres el carácter social de sus propios trabajos como caracteres inherentes a los productos del trabajo como si fueran propiedades naturales de dichas cosas. Se ve como una relación entre objetos al margen de los productores. Es así justamente como los productos del trabajo humano se convierten en mercancías.

La forma mercancía y la relación el valor de los productos del trabajo, no tiene absolutamente nada que ver con su carácter físico ni con las relaciones materiales que de este carácter físico ni con las relaciones materiales que de este carácter se derivan.

Lo que aquí reviste, a los ojos de los hombres, la forma fantasmagórica de una relación entre objetos materiales no es mas que una relación social concreta establecida entre los mismos hombres. Por eso, si queremos encontrar una analogía a este fenómeno, tenemos que remontarnos a las regiones neblinosas del mundo de la religión, donde lo productos de la mente humana semejan seres dotados de vida propia, de existencia independiente, y relacionados entre sí y con los hombres.

A esto llamo fetichismo bajo el que se presentan los productos del trabajo tan pronto como se crean en forma de mercancías y que es inseparable, por consiguiente, de este modo de producción.

Este carácter fetichista del mundo de las mercancías responde, como genuino y peculiar del trabajo de productor de mercancías. 
Si los objetos útiles adoptan la forma de mercancías es, pura y simplemente, porque son productos de trabajos privados independientes los unos de los otros. El conjunto de estos trabajos privados forma el trabajo colectivo de la sociedad. Como los productores entran en contacto social al cambiar entre si los productos de su trabajo, es natural que el carácter específicamente social de sus trabajos, solo resalte dentro de este intercambio. 
Los trabajos privados solo funcionan como eslabones del trabajo colectivo de la sociedad por medio de las relaciones que el cambio establece entre los productos del trabajo y, a través de ellos, entre los productores. Por eso, ante estos, las relaciones sociales que se establecen entre sus trabajos privados aparecen como lo que son; es decir, no como relaciones directamente sociales de las personas en sus trabajos, sino como relaciones materiales entre personas y relaciones sociales entre cosas.

 

SECCIÓN II- LA TRANSFORMACION DEL DINERO EN CAPITAL:

CAPITULO IV La fórmula general del capital.

La producción de mercancías, la circulación mercantil y una circulación desarrollada, el comercio, constituyen los supuestos históricos bajo los cuales surge aquel. 
Si hacemos caso omiso del contenido material de la circulación mercantil, si prescindimos del intercambio de diversos valores de uso, limitándonos a examinar las formas económicas que ese proceso genera, encontraremos que su PRODUCTO ULTIMO es el DINERO. Ese producto último de la circulación de mercancías es la primera forma de manifestación del capital.

Todo nuevo capital entra por primera vez en escena (en el mercado: mercado de mercancías, de trabajo o de dinero) siempre como dinero, dinero que a través de determinados procesos habrá de convertirse en capital.

El dinero en cuanto dinero y el dinero en cuanto capital sólo se distinguen en principio por su distinta forma de circulación.

La forma directa de circulación mercantil es M-D-M, conversión de mercancía en dinero y reconversión de este en aquella, vender para comprar.

La forma D-M-D, conversión de dinero en mercancía y reconversión de mercancía en dinero, comprar para vender. El dinero que en su movimiento se ajusta a ese último tipo de circulación, se transforma en capital, deviene capital y es ya, conforme a su determinación, CAPITAL.

La circulación mercantil simple comienza con la venta y termina en la compra; la circulación del dinero como capital comienza en la compra y finaliza en la venta. Allí es la mercancía la que construye tanto el punto de partida como el término del movimiento; aquí, el dinero. En primera forma es el dinero el que media el proceso global, en la inversa, la mercancía.

A la inversa en la forma D-M-D. No es la misma pieza de dinero la que aquí cambia por dos veces de lugar, sino la misma mercancía. 
El comprador la obtiene de manos del vendedor y se desprende de ella, cediéndola a otro comprador. Así como en la circulación mercantil simple el doble cambio de lugar de la misma pieza de dinero ocasionaba su transparencia definitiva de unas manos a otras, en este caso el doble cambio de lugar de la misma mercancía implica el reflujo del dinero a su punto de partida inicial. 
El reflujo del dinero a su punto de partida no depende de que se venda la mercancía mas cara de lo que se la compro el fenómeno del reflujo se opera no bien se revende la mercancía. Esta circunstancia solo ejerce su influjo sobre la magnitud de la suma de dinero que refluye. El fenómeno del reflujo se opera no bien se revende la mercancía comparada, con lo cual se describe íntegramente el ciclo D-M-D. Es ésta, pues, una diferencia sensorialmente perceptible entre la circulación del dinero como capital y su circulación como simple dinero.

En su condición de vehículo consciente de ese movimiento, el poseedor de dinero se transforma en capitalista. Su bolsillo, es el punto de partida y retorno del dinero. El contenido objetivo de esa circulación –la valorización del valor- es su fin subjetivo, y solo en la medida en que la creciente apropiación de la riqueza abstracta es el único motivo impulsor de sus operaciones, funciona él como capitalista, o sea personificado, dotado de conciencia y voluntad. Nunca, debe considerarse el valor de uso como fin directo del capitalista, si al dinero: que es su objetivo último.

Es en esta fórmula D-M-D que nace el plusvalor. Es donde el valor adelantado incrementa su magnitud a la misma mercancía, la valoriza. Este movimiento transforma dinero en capital.

El dinero como valor originario se distingue de sí mismo como plusvalor, puesto que son en virtud del plusvalor de 10 a las 100 adelantadas se transmutan en capital, y así que esto se efectúa, así que el hijo es engendrado y a través de él el padre, se desvanece de nuevo su diferencia y ambos son uno, 110.

El valor, pues, se vuelve valor en proceso, dinero en proceso y en ese carácter, capital. Proviene de la circulación, retorna a ella, se conserva y multiplica en ella, regresa de ella acrecentando y reanuda una y otra vez, siempre, el mismo ciclo. D-D´, dinero que incuba dinero. 
Comprar para vender o, dicho con más exactitud comprar para vender más caro. D-M-D´. Ésta es la fórmula general del capital.

Contradicción de la fórmula general antes planteada. Dado que contradice todas las leyes sobre la naturaleza de la mercancía (del valor, del dinero y de la circulación misma).

Notamos entonces que el plusvalor no puede surgir de la circulación, por lo tanto, al formarse tiene que ocurrir por fuera de ella.

El capital, no puede surgir de la circulación, y es igualmente imposible que no surja de la circulación. Tiene que brotar al mismo tiempo en ella y no de ella. 
Se ha obtenido, pues, un doble resultado. 
La transformación del dinero en capital ha de desarrollarse sobre la base de las leyes inmanentes al intercambio de mercancías, de tal modo que el intercambio de equivalentes sirva como punto de partida. Nuestro poseedor de dinero (el capitalista) tiene que comprar las mercancías a su valor, venderlas a su valor y, sin embargo, obtener al termino del proceso más valor que el que arrojo en el mismo. Su metamorfosis en mariposa debe efectuarse en la esfera de la circulación y no debe efectuarse en ella. Tales son las condiciones del problema.

Compra y venta de fuerza de trabajo 

El cambio en el valor del dinero que se ha transformado en capital como dijimos no puede transformarse en el dinero mismo. Buscando el punto donde nace este plusvalor Marx plantea que la modificación surge de su valor de uso, es decir de su consumo. El poseedor de dinero (capitalista) debe descubrir dentro de la esfera del mercado una mercancía cuyo valor de uso posea la peculiaridad de ser fuente o creación de valor. Esa mercancía es la fuerza de trabajo.


Por fuerza de trabajo o capacidad de trabajo entendemos el conjunto de facultades físicas y mentales que existen en la corporeidad, en la personalidad viva de un ser humano y que él pone en movimiento cuando produce valores de uso de cualquier índole.

Para que el capitalista encuentre la fuerza de trabajo en el mercado deben cumplirse ciertas condiciones:

¿Cómo se determina el valor de la F de T? al igual que todas las M por el tiempo de trabajo necesario para la producción. Una vez dada dicha existencia, la producción de la fuerza de trabajo consiste en su propia reproducción o conservación.  Para su conservación el individuo requiere cierta cantidad de medios de subsistencia. Las necesidades imprescindibles son de índole histórica y dependen del nivel cultural del país.

Como el propietario de la F de T es mortal, ha de perpetuarse a través de la procreación. La suma de los medios de subsistencia necesarios para la producción de la fuerza de trabajo que incluye también los medios de subsistencia de los sustitutos, los hijos, futuros obreros. El dinero del comprador desempeña la función de medio de pago. La F de T sólo se paga después que ha funcionado durante el plazo establecido.       

Sin embargo, queda dilucidar la forma en la que el comprador de la F de T obtiene el valor de uso de la M que adquirió dentro del proceso de consumo efectivo de la fuerza de trabajo. El capitalista compra en el mercado todas las cosas necesarias para el proceso (materia prima, maquinaria, insumos). El proceso de consumo de la fuerza de trabajo es al mismo tiempo el proceso de producción de la mercancía y el plusvalor. Éste consumo se efectúa fuera del mercado o de la esfera de circulación.

PLUSVALIA cantidad de valor que no es remunerado al trabajador dentro de su salario.

El capital, justamente, se define por la concentración de fuerza de trabajo que es la única que genera valorización del dinero. La producción capitalista no sólo es producción de mercancía, es en esencia producción de plusvalor, dado que el obrero no produce en esencia para sí mismo sino para el capital. Sólo es productivo el obrero que produce plusvalor para el capitalista.

La jornada laboral está dividida en dos partes: la primera, el tiempo necesario, la segunda el tiempo excedente. (Ejemplo, el obrero trabaja 8 horas, pero de esas ocho le son remuneradas sólo 4, lo demás es plusvalía: explotación capitalista).

Plusvalía: absoluta y relativa:

Absoluta: consiste en la prolongación de la jornada laboral más allá de los límites de tiempo de trabajo necesarios para la subsistencia del propio obrero y por lo tanto de la apropiación del plustrabajo por el capital.

Se intenta aumentar directamente el trabajo excedente por medio de un aumento en la intensidad del trabajo (reducir tiempos muertos) o de un alargamiento de la jornada laboral (aumentar el trabajo que no es remunerado en el salario).

Para que se de sólo es necesaria la subsunción formal del trabajo en el capital.

Esta plusvalía tiene límites naturales, es decir no se le puede hacer trabajar al obrero más de una cierta cantidad de horas.

Relativa: Su finalidad es el acrecentamiento del plusvalor por medio de la reducción del tiempo de trabajo necesario, independientemente de la jornada laboral. Es decir, se intenta reducir el trabajo necesario y aumentar el excedente. Hay dos formas:

  1. Incrementar la productividad del trabajo: incorporando nuevos bienes de capital/tecnología u organizando más eficientemente el proceso de producción.
  2. Abaratamiento de los medios de subsistencia del trabajador: abaratamiento del salario: baja del trabajo necesario y se aumenta indirectamente el trabajo excedente.

 

Tasa de plusvalía: O tasa de explotación, mide la proporción de trabajo excedente con respecto al trabajo necesario. Es determinada por tres factores:

-la duración de la jornada de trabajo

-cantidad de productos que entran en el salario real

-productividad

Marx considera que Ricardo nunca se interesa por el origen del plusvalor, lo trata como cosa inherente al modo de producción capitalista, el cual es a sus ojos la forma natural de la producción social. Cuando se refiere a la productividad del trabajo no busca en ella la causa de que exista el plusvalor, sino únicamente la causa que determina la magnitud de éste. Su escuela ha proclamado que la causa de que surja la ganancia (plusvalor) es la fuerza productiva del trabajo. Pero sólo se limitó a eludir el problema en vez de resolverlo.

 

ESCUELA NEOCLASICA- MARGINALISMO

1) INTRODUCCION: Se plantean las nociones elementales de la doctrina ortodoxa. 
No se hace critica porque aquellas contradicciones y limitaciones que Marx señala como propias de la economía política clásica, se aplican y en mayor medida, al pensamiento neoclásico.

6 aspectos tomados del texto de Screpanti y Zamagni en los que el sistema neoclásico se distancia de la economía política clásica y su crítica marxiana.

1) La problemática se centra en la asignación eficiente de recursos entre sus usos alternativos. Se abandona así el interés por el desarrollo económico característico de la escuela clásica. El concepto clave es entonces el equilibrio.

2) Se adopta un enfoque utilitarista según el cual el comportamiento humano puede reducirse a un principio universalmente valido: el cálculo racional dirigido a la maximización de la utilidad (satisfacción)

3) Postulan el llamado principio de sustentabilidad: que se encuentra en directa contradicción con el pensamiento clásico. Para asegurar la posibilidad de elección tanto del productor como del consumidor se supone que en el consumo los bienes son siempre reemplazables los unos por los otros y lo mismo ocurre con los factores en el proceso productivo.

4) La unidad económica es el agente individual, productor-empresa o consumidor- familia. Se trata de la unidad ya que es capaz de tomar decisiones de forma autónoma e independiente. Todos los antecesores de la escuela neoclásica consideraban a la sociedad capitalista como dividida en clases sociales.

5) La economía es equiparada a las ciencias naturales, de ésta manera se pasa por alto el carácter histórico de las leyes económicas. Al caracterizar a la economía como una ciencia cuyo problema fundamental es la escasez, las leyes y las categorías se postulan como validez universal. 
Esta necesidad los lleva a tratar como genéricas a categorías como el capital, el interés, el empresario, el salario, propias del sistema capitalista.

6) Se abandona definitivamente la teoría del valor trabajo.

1.2) Surgimiento de la Escuela Neoclasica.

Tiene su origen en la revolución Marginalista 1870-1880

2) CUESTIONES GENERALES ACERCA DE LA DETERMINACION DEL NIVEL DEL SALARIO Y EL NIVEL DE EMPLEO EN LA TEORIA NEOCLASICA.

2.1) LA CONCEPCION DEL MERCADO DE LA ESCUELA NEOCLASICA.

El mercado es un mecanismo autorregulado en el que interactúan oferentes y demandantes, donde el resultado de esta interacción es hacer que aquel siempre “tienda” automáticamente hacia posiciones de equilibrio.

Los demandantes son los consumidores cuya conducta en el mercado puede representarse mediante la curva de demanda que indican cuanto están dispuestos a adquirir a cada nivel de precios. Por su parte el comportamiento de los productores se encuentra implícito en la curva de oferta. Las curvas de oferta y demanda, las características de estas representaran la forma del comportamiento de los agentes en el mercado. La curva de demanda tiene pendiente negativa: significa que, ante un aumento en el precio de un bien, la cantidad demandada disminuye. La curva de oferta tiene, pendiente negativa: implica que, si el precio del mercado de su producto aumenta, el productor aumenta la cantidad producida. La intersección entre la curva de oferta y demanda es el punto de EQUILIBRIO.

Las curvas de oferta y demanda reflejan la actividad en el mercado de agentes individuales que toman decisiones racionales en forma aislada, esto es, en ausencia total de coordinación previa. Las conductas de los agentes son optimizadoras. 
La curva de demanda indica cuanto planea consumir el demandante para cada nivel de precios para obtener la máxima satisfacción posible. La curva de oferta muestra cuanto planea ofrecer el productor a cada nivel de precios de modo de obtener el máximo beneficio monetario posible. Éstas curvas, entonces reúnen los PLANES OPTIMOS DE PRODUCCION Y CONSUMO. 
En el punto de equilibrio, todo el que quiere vender, vende en la cantidad que desea y todo el que quiere comprar compra. 
si todos los mercados se encuentran en equilibrio reina la armonía.

Cuando lo que se ofrece es mayor a lo que se demanda, el precio tiende a bajar ya que se registra un exceso de oferta. Lo contrario sucedería si el precio fuera menor al de equilibrio. El exceso de demanda pondría en marcha un movimiento ascendente del precio.

EL UNICO PRECIO ESTABLE ES EL DE EQUILIBRIO.

El argumento neoclásico es que, si el mercado se ajusta solo, el Estado debe mantenerse al margen del proceso.

2.2) DE LA CONDUCTA INDIVIDUAL AL MERCADO:

A partir de la conducta individual se obtienen la curva de oferta y demanda individuales para cada producto. Para construir la oferta y demanda de mercado (total) para ese producto, se procede por la vía de la agregación, es decir, sumando las cantidades que cada uno de los agentes ofrecerá (o demandará) para cada nivel de precios. 
Para llegar a esas curvas agregadas debemos, primero, estudiar los dos pilares de la teoría microeconómica neoclásica: la teoría del productor (a partir de la cual se llega a la oferta) y la del consumidor (base de la demanda).

3) LA TEORIA DEL PRODUCTOR COMO EXPLICACION DE LA DEMANDA DE TRABAJO:

Son las empresas las encargadas de tomar las decisiones de que, como y cuanto producir. Para esto, contratan “factores de producción”: Tierra-trabajo-capital. Cada factor recibe por su participación una remuneración a su contribución al producto. Tierra=Renta, Trabajo= Salario, Capital= Beneficio.

¿Cómo se mide la contribución? Según la medida del producto MARGINAL de ese factor, el cual se define como el incremento en la cantidad producida (física) atribuible al aumento en una unidad de la cantidad utilizada de ese factor. El producto marginal del TRABAJO muestra cuanto aumenta la producción al contratar una unidad más de trabajo (obrero). 
El empresario contrata unidades de cada factor hasta el punto que su remuneración es exactamente igual al ingreso adicional que genera, es decir el valor del producto marginal.

Si se demuestra que la remuneración de cada factor de la producción es igual a su producto marginal se estará afirmando que cada cual recibe a cambio su aporte estrictamente “justo”, es decir, el “valor” económico (salario) de su contribución física (producto marginal) al proceso productivo. Si al optimizar el empresario iguala el salario real el producto marginal, y este constituye una remuneración “justa” desde el punto de vista económico ya que cada uno es retribuido según su contribución, entonces, nuevamente, nadie debe intervenir en el proceso de fijación del salario y de contratación de mano de obra.

3.1) LA MAXIMIZACION DE BENEFICIOS COMO OBJETIVO DEL PRODUCTOR.

Se supone que éste hace lo mejor posible con las restricciones que tiene, el análisis del comportamiento tiene dos elementos: lo que éste quiere y lo que puede. La condición optima es la que articula de la mejor manera posible ambos elementos.

Los marginalistas suponen, que el productor actúa en un mercado de competencia perfecta.

  1. a) Implica que tanto el precio del producto como el de los insumos, son para él un dato. No fija el precio de su producto, lo toma “del mercado” según el precio puede colocar la cantidad que desee.
  2. b) El producto de todos los productores debe ser indistinguible, homogéneo.
  3. c) La tecnología está disponible para todos los agentes.

La competencia perfecta implica entonces que el productor no puede influir sobre el precio, esto se debe a que la cantidad máxima puede llevar al mercado es la mínima con respecto al total que se negocia.

Las restricciones a las que se enfrenta son dos: su tecnología y los precios de mercado.

3.2) EL MOTIVO DEL PRODUCTOR:

BENEFICIO= INGRESOS – COSTOS.  El beneficio es la diferencia entre el ingreso y el costo.
(B)=(I)-(C)

INGRESOS=PRECIOxCANT VENDIDA. Se obtiene como el producto del precio por la cantidad (I)=(p)x(y)

COSTOS = CANT DE INSUMO . REMUNERACION x u. 
(C)=(x)x(w)

Si contratáramos una unidad más de insumo y no se incrementara el producto, el beneficio disminuiría. La pendiente de las rectas de isobeneficio es positiva ya que para mantener constante el beneficio cuando se incrementa (X) hay que aumentar las ventas del producto final (Y).

3.3) LA RESTRICCIÓN TECNOLÓGICA

La función de producción es la forma en que la empresa puede transformar insumo x en producto y.

Contratando una cantidad x1 de insumo obtengo una cantidad y1 de producto si se grafica una curva ms alta, se esta representando un “avance tecnológico” ya que con la misma cantidad de insumo se obtiene una cantidad mayor de producto y2

La única propiedad que aparece como requisito es que toda función de producción cumple con la denominada ley de los rendimientos marginales decrecientes, esto significa:

  1. a) Cada unidad adicional de insumo, incrementa el nivel de producto, pero cada vez en menor medida.
  2. b) Es una generalización del análisis de Ricardo. Cada parcela adicional de tierra que se utilice tiene un rendimiento menor que la anterior.
  3. c) Se define como producto marginal al aumento del producto ante el incremento en una unidad en la cantidad utilizada de insumo PMx
  4. d) La ley de los rendimientos marginales decrecientes implica que el producto marginal es positivo (siempre aumenta el producto) pero decreciente (cada vez lo hace en menor medida) ESTO ES ASI PORQUE LA PENDIENTE DE LA FUNSION DE PRODUCCION ES IGUAL AL PRODUCTO MARGINAL DEL INSUMO.

3.4) SOLUCION GRAFICA DEL PROBLEMA DEL PRODUCTOR. 
Es encontrar la función de producción que toca la curva de isobeneficio mas alta. En ese punto de obtiene el máximo beneficio posible. Allí la curva de isobeneficio es tangente a la función de producción (se tocan en un solo punto) cuando una recta es tangente a una curva sus pendientes se igualan en ese punto. La pendiente de la función de producción (PM) se iguala a la de las isobeneficios (W/P). 
La conducta que debe seguir el productor de forma de comportarse racionalmente: debe producir la cantidad que iguale el producto marginal al salario real. 


3.6) EJERCICIO DE CAMBIO DE PRECIO:

El ejercicio de estática comparada sirve para ver qué pasa con el óptimo cuando varía alguno de los parámetros, en éste caso el precio de mercado.

Ante una caída del precio del producto el nivel de insumo contratado y en consecuencia el nivel del producto obtenido es menor para el nuevo estado de equilibrio.

3.7) DERIVACION DE LA FUNCION DE OFERTA DE PRODUCTO DE LA EMPRESA:

A partir de la conducta racional de los empresarios, cuando sube el precio éste ofrecerá una cantidad mayor de su producto para obtener el máximo beneficio posible.  Cuando sube el precio el productor aumenta la oferta.

3.8) EJERCICIO CAMBIO EN EL SALARIO.

Cómo reacciona el productor ante un aumento (caída para él) del salario. Si baja el salario sube la productividad. Ante una reducción en el salario, el capitalista incrementara su ganancia si contrata un número mayor de trabajadores.

3.9) DERIVACION DE LA CURVA DE DEMANDA DE TRABAJO

Cuando los salarios bajan el empresario va a contrata más empleados, va a aumentar el nivel de producción. La curva de demanda tiene pendiente negativa, como toda curva de demanda.

3.10) CONTENIDO INTUITIVO DE LA TEORIA DEL PRODUCTOR:

El aporte del marginalismo consiste en afirmar que los agentes económicos toman decisiones en el margen, deciden mirando la última unidad, no el monto total. Para decidir cuantos obreros contratar el empresario observa la contribución marginal (de la última unidad) al producto.

EN EL OPTIMO, EL COSTO DE CONTRATAR EL ULTIMO OBRERO SE IGUALA AL APORTE QUE ESTE REALIZA, ES DECIR, AL VALOR DE SU PRODUCTIVIDAD MARGINAL (P.PM=W) EFECTIVAMENTE, MIRANDO SOLO LA ULTIMA UNIDAD PUEDE EL EMPRESARIO TOMAR SU DECISIÓN PRODUCTIVA.

4)LA TEORIA DEL CONSUMIDOR COMO EXPLICACION DE LA OFERTA DE TRABAJO. 
La decisión que el consumidor debe tomar esta entre el trabajar mucho y por ende disfrutar de mucho consumo y poco ocio o trabajar poco y disfrutar de menos consumo y más ocio.

La racionalidad del consumidor pasa también por hacer lo mejor (maximizar la satisfacción) dado lo que tiene (presupuesto determinado por su ingreso o renta pero también por los precios de mercado),el bien particular se supone que es el ocio (el trabajo se considera un mal, es decir, un bien cuyo consumo reduce el bienestar del individuo).

4.2) MAXIMIZACION DE LA UTILIDAD, SUJETA A LA RESTRICCION PRESUPUESTARIA.

4.3) LA RESTRICCION DEL PRESUPUESTO (LO QUE EL INDIVIDUO PUEDE)

Hay dos bienes disponibles en toda la economía, x1 y x2, (p1; p2) consideramos que el consumidor agota su ingreso en el consumo de los dos bienes. De esta forma, podemos respetar las posibilidades de gastos de ese ingreso en el consumo de los mismos. (la pendiente es negativa)

4.6) FUNCION DE UTILIDAD:

El orden de preferencias a través de una función de utilidad, que asigna un número acorde al orden de preferencias a cada canasta.

CURVAS DE INDIFERENCIA a lo largo de las curvas se encuentran combinaciones de ambos bienes que reportan al consumidor la misma satisfacción (utilidad).

La teoría del consumidor afirma que la utilidad marginal es decreciente, lo que quiere decir que la satisfacción obtenida por el consumo de una unidad adicional de un bien es cada vez menor. Si simultáneamente se cumple el llamado principio de la no saciedad: La UM es decreciente pero siempre positiva. Nunca me provoca una DISATISFACCION el consumo de una unidad adicional (positiva), pero cada vez me provoca un aumento menor en la utilidad (decreciente)

La tasa marginal de sustitución indica cuantas unidades del bien 1 requiero para compensar la disminución en una unidad en el consumo del bien 2. Como la unidad marginal es decreciente, la tasa marginal de sustitución es también decreciente.

4.7) LA SOLUCION GRAFICA AL PROBLEMA DEL CONSUMIDOR.

El consumidor debe obtener la máxima utilidad, sujeto a su restricción presupuestaria. Gráficamente, el problema se reduce a encontrar la curva de indiferencia más alta que toque su restricción presupuestaria.

 

KEYNES-TEORÍA GENERAL DE LA OCUPACIÓN, EL INTERÉS Y EL DINERO

CAPITULO I

Resalta el sufijo general de su teoría. Los postulados de la teoría clásica sólo son aplicables para un caso particular (la de equilibrio) y no en general, porque las condiciones que supone son un caso extremo de todas las posiciones de equilibrio. Los postulados que suponen ya no son los de la sociedad económica actual.

La teoría clásica se basa en la concepción de que el capitalismo tiende hacia un equilibrio general de los mercados, si bien acepta ciertos desajustes, el mismo sistema dispone de un mecanismo interno de autorregulación. Éstos clásicos se adhieren a la Ley de Say que postula que toda oferta genera su propia demanda.

Con respecto al mercado de trabajo, la teoría clásica de la ocupación sostiene que la oferta de trabajadores es igual a la demanda laboral, la variable de ajuste es el salario real.

Es decir, el sistema económico crea las condiciones suficientes para la plena ocupación, para ellos la economía funciona con el pleno empleo de los recursos.

La teoría clásica ortodoxa admite que pueden existir desajustes entre la oferta y la demanda de trabajo que son dos:

Desocupación voluntaria: negativa o incapacidad de un trabajador para aceptar una remuneración correspondiente al salario ofrecido. Es decir, un trabajador que se encuentra en la búsqueda de empleo, al momento de conseguirlo decide permanecer desocupado debido a que la recompensa ofrecida le es insuficiente para vencer su resistencia al trabajo.

Desocupación friccional: retardos en la transferencia de hombres de una ocupación a la otra, es el período de tiempo en que un trabajador se encuentra en el tránsito entre un empleo y otro.

Por lo tanto, la teoría general no admite la desocupación involuntaria.

Keynes critica por 4 motivos a la ley de say:

Aspecto teórico: incapacidad para explicar el desempleo involuntario que es cuando un trabajador se ofrece al mercado laboral a cualquier precio y aun así no logra emplearse.

Aspecto empírico: la teoría clásica sólo puede explicar que la economía funciona en el caso de equilibrio de plena ocupación de los recursos en un caso particular, no es real.

Aspecto histórico:  la teoría general pasa por alto las transformaciones de la economía, su modelo de análisis es de un capitalismo individualista.

Crítica ideológica: la ley de say rige en el universo del trueque, pero resulta insostenible en la economía monetaria. Para Keynes los trabajadores carecen de mecanismos efectivos para disminuir el salario real, el sistema no crea suficientes puestos de trabajo.

 

CAPITULO II

Para Keynes la teoría clásica de la ocupación descanso en dos postulados fundamentales:

  1. El salario real es igual al producto marginal del trabajo: es decir, el salario real de una persona ocupada es igual al que perdería si la ocupación se redujera en una unidad. Este postulado da la curva de la demanda de la ocupación. Esto supone que los obreros están en condiciones de fijar por sí mismos su salario real, aunque no el volumen de ocupación que de él se deriva.
  2. La utilidad del salario, cuando se usa determinado volumen de trabajo es igual a la desutilidad marginal de ese mismo volumen de ocupación: el salario real de una persona ocupada es el que basta para provocar la ocupación del volumen de mano de obra realmente ocupada. Éste postulado da la curva de oferta. El volumen de ocupación se fija donde la utilidad marginal del producto compensa la desutilidad de la ocupación marginal.

SALARIO REAL= DESUTILIDAD MARGINAL DE LA OCUPACIÓN

El nivel presente de salarios reales no mide con precisión la desutilidad marginal del trabajo, porque, aunque el nivel existente de salarios nominales ocasionara el retiro de trabajo no significa que una baja en el valor del salario nominal (medido en artículos para asalariados) producirá el mismo efecto si fuera debido a un alza de las mercancías para asalariados. Lo que los obreros reclaman es un mínimo de salario nominal (dinero) y no de salario real (artículos que pueden comprar)

La escuela clásica ha supuesto que esto no significa una variación importante en su teoría, pero, sin embargo, si la oferta de mano de obra no es función del salario real como única variable, su argumento se derrumba entero.

Los trabajadores estipulan un salario nominal y no real, si bien suelen resistirse a una reducción de su salario nominal, no acostumbran a abandonar el trabajo cuando suben los precios de los artículos que deben comprar.

Ante alteraciones en el nivel general de los salarios la modificación entre el real y el nominal ocurrirá en sentido inverso. Cuando los salarios nominales se eleven los salarios reales bajan, y cuando aquellos bajan, éstos suben.

Objeciones al 2do postulado:

En relación a la conducta real de los obreros: una baja en los salarios reales debido a un alza en los precios (de los artículos para asalariados) permaneciendo iguales los nominales no produce una disminución de la oferta de mano de obra disponible al nivel del salario nominal.

Para la T clásica se supone que el nivel general de los salarios está determinado directamente por los convenios sobre salarios. Sin embargo, los obreros en su conjunto no disponen de un medio que les permita hacer coincidir el equivalente del nivel general de los salarios nominales con la desutilidad marginal del volumen de ocupación existente.

El 2do postulado presupone que hay igualdad entre el salario real y la desutilidad marginal de la ocupación, por lo tanto, hay ausencia de desocupación involuntaria, que se da cuando la oferta de mano de obra y la demanda total son mayores que el volumen de ocupación existente. La teoría clásica es aplicable sólo al caso de ocupación plena.

SUPUESTOS DE LA TEORÍA CLÁSICA:

 

 

CAPÍTULO III: El principio de la demanda efectiva.

El empresario tiene dos clases de gastos:

  1. Costos de factores del volumen de ocupación: cantidades que paga a los factores de producción.
  2. Costos de uso del nivel de ocupación dada: sumas que paga a otros empresarios por lo que les compra juntamente con el sacrificio que hace al emplear su equipo en vez de dejarlo inactivo.

El excedente que da la producción resultante sobre la suma del costo de factores y el costo de uso es la ganancia (ingreso del empresario).

El costo de factores y las ganancias del empresario juntos dan el ingreso total derivado del empleo proporcionado por el empresario. Las ganancias don la cantidad que el empresario procura elevar al máximo cuando decide que volumen de ocupación ofrecerá.

Dados la técnica, los recursos y el costo de factores por unidad de empleo, el monto de éste depende del producto que los empresarios esperan recibir de la producción correspondiente. Porque éstos se esforzarán por fijar el volumen de ocupación al nivel del cual esperan recibir la diferencia máxima entre el importe del producto y el costo de factores.

El precio de la oferta global es la expectativa de los resultados que se espera obtener y que hará costeable a los empresarios dicha ocupación.

Si para cierto valor de x hombres trabajando el importe que se espera recibir es mayor que el precio de la oferta global habrá un estímulo para los empresarios en el sentido de aumentar la ocupación por encima de loa hombres empleados y si es preciso aumentar los costos compitiendo entre sí por los factores de producción.

Por lo tanto, el volumen de ocupación está determinado por la intersección de la función de la demanda global y la función de la oferta global, porque es el punto donde las expectativas de ganancia del empresario alcanzan al máximo.

Keynes plantea que cuando aumenta la ocupación también lo hace el ingreso global real de la comunidad. Sin embargo, cuando aumenta el ingreso real el consumo total crece, pero no tanto como el ingreso (ley psicológica).

La relación entre el ingreso de la comunidad y lo que se espera que gaste en consumir es lo que denomina propensión a consumir. El consumo dependerá del nivel de ingreso global y del nivel de ocupación.

Teoría general de la ocupación: El volumen de trabajo que los empresarios deciden emplear depende de la demanda efectiva. Por lo tanto, en un estado de equilibrio, el volumen de ocupación depende de la función de la oferta global, de la propensión a consumir y del volumen de inversión.

Como vemos, el volumen de ocupación no está fijado por la desutilidad marginal del trabajo medida en salarios reales, como suponen los clásicos.

Si la propensión a consumir y el coeficiente de inversión se traducen en una insuficiencia de la demanda efectiva el volumen real de la ocupación se reducirá hasta quedar por debajo de la oferta de mano de obra potencialmente disponible al actual salario real.


 

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