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Estado
y Políticas Públicas
1º Parcial A | Estado y Políticas
Públicas (Cátedra: Raus - 2021) | Cs.
Sociales | UBA
1. ¿Cuál es el tratamiento de la propiedad privada en Locke? ¿Hay límites?
¿Existe el derecho a la rebelión? ¿Y en Hobbes?
Locke describe el estado de naturaleza como armónico, donde la propiedad
privada, junto con la libertad y el derecho a la vida, son un derecho innato. El
trabajo de su cuerpo y la obra de sus manos, son propiedad de cada ser humano.
De esta manera, si bien la tierra y sus frutos han sido entregados por Dios a
todos los hombres, Locke sostiene que cualquier cosa que sea modificada por
medio del trabajo de alguien puede decirse que es sacada del estado en que se
encuentra naturalmente. Al hacer esto, esa persona le agrega su propio trabajo
humano, quedando así, excluido el derecho de otros sobre esa cosa y
constituyéndose en su propiedad. Los límites de la propiedad privada de los
bienes consisten en que el hombre no puede acumular tanto como quiera, sólo
puede apropiarse de lo que quisiese antes de que esto se eche a perder, ya que
nada fue creado por Dios para que el hombre lo eche a perder o se destruyera.
Así, ningún ser humano puede apropiárselo todo, como tampoco invadir el derecho
ajeno o adquirir una propiedad en perjuicio de su vecino.
En Locke sí existe el derecho de rebelión, en los pactantes. El poder supremo no
puede quitar a ningún ser humano, parte de su propiedad sin su consentimiento.
Los individuos aceptan vivir bajo la protección de un Estado a cambio de una
cesión de poderes para ser utilizados para el bien común. Cuando no es así, el
pacto entre los individuos se rompe y tienen derecho a rebelarse ya que su
derecho es hacer que el juez imparcial cumpla su función. En cuanto al estado de
Hobbes no tienen derecho a esto ya que su pacto es irrevocable.
Hobbes sostiene que en el estado de naturaleza no existe la propiedad privada.
Los hombres tienden a la posesión absoluta ya que la naturaleza da bienes
escasos. De esta manera, si dos humanos desean lo mismo y no pueden poseerlo
ambos, se vuelven enemigos y tratan de aniquilarse uno a otro. Esto los hace
vivir en estado de inseguridad constante.
La justicia y la propiedad comienzan con la constitución del Estado, donde con
el fin de asegurar la paz, los hombres ceden su derecho natural a un monarca. Al
realizar un pacto irrevocable, le confieren todo su poder y fortaleza a cambio
del cuidado de su propia conservación y el logro de una vida armónica. El
monarca cuenta con poder absoluto, nada que haga puede ser castigado por los
súbditos. Así, los humanos quedan obligados, mediante un poder coercitivo, al
cumplimiento de sus pactos.
2. Explicá las tareas del proletariado tras la Revolución según Lenin y
relacioná la preponderancia que se le da a la educación con el concepto de
coacción simbólica que desarrolla O’Donnell
Marx dedujo de toda la historia del socialismo y de las luchas políticas que el
Estado deberá desaparecer y que la forma transitoria para su desaparición será
el "proletariado organizado como clase dominante". Sólo en la sociedad
comunista, cuando se haya roto ya definitivamente la resistencia de los
capitalistas, sólo cuando no haya clases, sólo entonces "desaparecerá el Estado
y podrá hablarse de libertad".
El objetivo entonces de la revolución socialista es consolidar un proyecto y,
para eso, se le asignan responsabilidades al proletariado: es necesario reprimir
a la burguesía y vencer su resistencia. Si La Comuna falló en ser indulgente con
el enemigo, para hacer una revolución hay que aniquilarlo. Para eso, es
necesario que el pueblo tome las armas y forme un nuevo ejército, un ejército
popular, que reemplace el ejército y la burocracia y contrarreste cualquier
intento de contrarrevolución.
Al llegar al poder la clase obrera, no puede seguir gobernando con la vieja
maquinaria del Estado. El proletariado debe organizarse para hacerse cargo de la
política para llevar a la extinción de toda administración burocrática. Cuando
el proletariado se organiza políticamente, el parlamentarismo desaparece, pero
no las instituciones representativas y la elegibilidad, sino que el parlamente
se transforma en corporaciones ligadas al trabajo. El proletariado debe destruir
el poder de la Iglesia para lograr la conformación de un Estado laico.
Los funcionarios deben ser reducidos al papel de simples ejecutores de las
directivas del proletariado. Serán elegidos por asamblea popular, y sus mandaros
serán revocables y responsables (si no cumplen su labor asignados, pueden ser
quitados del cargo). A su vez, cobrarán el mismo salario que gana la media de
los obreros, y su labor será de ejecutivos y legislativos a la vez.
Otra de las tareas del proletariado es organizar ellos mismos la producción,
haciéndose cargo de las fábricas. La propuesta es que todos los trabajadores
realicen tareas de registro y control, que todos conozcan el circuito
productivo. Las tareas son sencillas y las responsabilidades van rotando.
Para garantizar la alimentación de las familias, es necesaria también una nueva
distribución de bienes una vez expropiados
Todo esto, debe ir acompañado de una educación de la clase trabajadora, que
permita reproducir la ideología, transmitiéndole a las generaciones una forma de
pensar. El objetivo es instruir y seguir convenciendo al pueblo de este modo de
producción. El control ideológico es necesario para que la población asuma como
natural el sistema del que es parte para que no lo cuestione. Esto se relaciona
estrechamente con el concepto de coacción simbólica que plantea O’Donnell como
elemento necesario para la dominación del sistema capitalista.
El mayor logro del capitalismo es que el trabajador asalariado no perciba el
acto de explotación al que es sometido, ni la relación de desigualdad que posee
frente a los dueños de los medios de producción. El recurso más eficiente es el
control ideológico, que implica consentimiento del dominado a esa relación. El
trabajador se siente convencido de que el hecho de ser empleado por un
capitalista y que éste le pague un salario, ser parte del sistema capitalista,
es lo mejor que le puede pasar.
La coacción simbólica es función del Estado y sus instituciones y es necesaria
para acolchonar y articular las relaciones entre clases sociales. Actúan
mostrando a ambas partes sus límites, derechos y obligaciones, y mostrándolos
como jurídicamente iguales ante la ley; ocultando la desigualdad estructural
para que se perpetúe el sistema de acumulación.
En la revolución socialista, este control ideológico es igual de importante para
poder sostener la nueva estructura de Estado