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Teoría del Estado | Apuntes Generales de la Materia | Cátedra: Ortiz - Gabriel | 2º Cuat. de 2010 | Altillo.com |
Apuntes
· Período ontológico: del año 585 a. C al año 322 a. C. Este período se refiere al ser o a la realidad, que viene del verbo griego "toon", que es interpretado como "ser". Lo ontológico está unido a la gnoseología, que es el conocer o el saber. La realidad está unida a la forma de conocerla o saberlo.
· Período eupedonológico: del año 322 a. C al año 529 d. C. La palabra eupedonológico viene de "eudaimonia", que es la felicidad.
Estos dos períodos se separan, porque hasta la muerte de Aristóteles, la polis era el centro de atención y contención. Luego de la muerte del filósofo, la gente huye de la polis para comenzar a independizarse de la política, ya que la polis comienza a decaer; cambiando el concepto de felicidad, ya que era impensable ser feliz sin ser virtuoso.
· Período cosmológico: del año 585 a. C. al año 463 a. C. El cosmos alude al orden y al universo, es decir, los cosmólogos se ocupaban de descubrir el orden del universo. El más importante de los cosmólogos es Heráclito, quien afirmaba que el último elemento del universo era el fuego, aludiendo al "logos", es decir, discurso, razón, realidad. En este período, no hay distinción entre el orden social, natural y cósmico; todo lo dado por la naturaleza se refiere a la "physis", que alude a alas cosas de la naturaleza y a la naturaleza de las cosas (esencia de las cosas). El "logos" es lo que rige a la "physis".
· Período humanista o antropológico: del año 463 a. C al año 399 a. C. En este período, Grecia pasa a ser el centro de la filosofía, y aparecen Sócrates y los sofistas. Esta etapa, está relacionada con el macrocosmos. Los planteos metafísicos son de Platón, a partir de los diálogos de Sócrates, manteniendo las ideas de éste último. Las virtudes éticas se refieren a la filosofía práctica; conformada por la estética, la política, la ética y la antropología. La filosofía teórica se refiere a la metafísica de Platón.
· Período de grandes sistemas: del año 399 a. C. al año 322 a. C. Aristóteles, al igual que Platón, es un filósofo sistemática. Su filosofía teórica se refiere a la metafísica. La filosofía práctica, proyecta la filosofía teórica.
· Período de luchas entre escuelas: del año 322 a. C. al año en que comienza el período del escepticismo. El estoicismo, trata del ejercicio de la virtud, lo que implica dejarse llevar por la razón.
El epicureísmo, afirma que la felicidad refiere a la "ataraxia", es decir, la paz espiritual, que se logra cuando no existe el temor a la muerte ni a los dioses.
Para el escepticismo, la verdad no se consigue a través de los sentidos, la emoción ni la imaginación; y su teoría consta de dos partes:
i. Parte teórica: no hay nada firme o verdadero
ii. Parte práctica: invalida determinadas cosas consideradas como verdaderas, con el objetivo de llegar a la verdad suprema.
· Período de escepticismo: hasta el siglo II d. C. Los miembros de esta etapa, intentaron tomar lo mejor de cada teoría, pero sin tener en cuenta sus respectivos problemas. Esta acción, se conoce como sincretismo, es decir, como falta de interpretación.
· Período neoplatónico: del siglo II d. C. al año 529 d. C. Se lleva a cabo una reposición de Platón, encaminada por Plutonio, quien habla de uno (dios), que expresa emanaciones (seres humanos).
Fuentes de la filosofía
· Fuentes directas: tal como las escribió el autor de "puño y letra".
· Fuentes indirectas: reconstrucciones de lo que escribió el autor.
Las obras están compuestas por un principio, un nudo y un desenlace. Los fragmentos, son citas literales del autor, y los testimonios, tienen más interpretación, aunque son paráfrasis.
· Obra exotérica: destinada al gran público; por ejemplo, las obras de Platón.
· Obra esotérica: destinada a particulares, a los discípulos; por ejemplo, las obras de Aristóteles.
La filosofía teórica, que engloba a la gnoseología y a la metafísica, está por encima de la filosofía práctica, que está conformada por la política, la estética y la ética.
Heráclito es natural de Éfeso, Asia menor, que hoy es Turquía. Es un filósofo jonio, que tiene una doble vertiente:
1. Filosofía jónica: se ocupa de entes materiales principalmente, y tiene como primordial, el arché, el principio último del universo, que es el fuego (lo toma como metáfora).
2. Filosofía itálica (influencia pitagórica): se ocupa de entes abstractos, especialmente de la matemática; Heráclito habla del logos, representado por el fuego. Hay muchas traducciones para logos, dependiendo del contexto en que se lo utiliza; a saber, discurso, orden, proporción, legalidad, armonía, etc.
El logos en Heráclito, tiene una estructura única. También se dice, que éste filósofo florece, llega al apogeo de su vida, entre los años 504 a. C y 501 a. C, es decir, nació en el 540 a. C. Cuando habla de dios, se refiere a Zeus, era politeísta. Heráclito, escribió un libro dividido en cosmología, teología y política. Los fragmentos que “sobrevivieron”, corresponden a las dos primeras partes; y sólo de política, queda el fragmento 114, a partir del cual Cordero reconstruye su idea política.
Heráclito era conocido como “el oscuro”, porque era enigmática, ambiguo; su forma de filosofar era indirecta, decía las cosas de manera oblicua; exigía por parte del intérprete algún esfuerzo intelectual importante; que eran apogemas orales (aquellas formas de oralidad, fáciles de recordar). Este filósofo, decía que la physis, amaba ocultarse; alude a la naturaleza de las cosas; no es aprehensible de manera directa, reclama un esfuerzo intelectual; intenta acompañar esta forma enigmática en que se presenta la physis; la esencia de las cosas, ama ocultarse; por lo que, Heráclito, acompaña ese ocultamiento de las cosas.
Para Heráclito, el conocimiento empieza por los sentidos, haciendo una interpretación inteligente de los datos que aportan los sentidos; los que no son capaces de hacer esa interpretación, los llama “almas bárbaras”, la mayoría de los hombres. La interpretación inteligente era el reconocimiento del logos.
“Aunque este logos existe, siempre, los hombres son capaces de comprenderlo”
El adverbio “siempre” puede referirse al logos, de modo que la eternidad puede ser un discurso de plano lingüístico o un discurrir o devenir de la realidad en un plano ontológico de ser o realidad. El adverbio también puede referirse a los hombres de almas bárbaras.
“No escuchándome a mí sino al logos es necesario convenir que todas las cosas son una”
Captando la realidad misma, es necesario convenir que todas las cosas son una; la multiplicidad es igual a uno. Multiplicidad = uno. Lo que da la multiplicidad, son los sentidos, el uso de éstos; lo “uno” lo da el intelecto.
La multiplicidad en Heráclito, está dada por una lucha de opuestos, que llevan a una unidad. La lucha de opuestos, conforma una toma de la realidad, que hace que todo pueda verse como una unidad. Cuando uno de los opuestos avasalla al otro, se rompe la unidad, se produce la hybris, que es la desmesura y la extralimitación. La multiplicidad está dada por los sentidos, tiene una estructura armónica, que surge de la lucha de opuestos. El logos se capta a través de la interpretación inteligente de los sentidos; el logos es la unidad. Para Heráclito, no todos pueden interpretar el logos.
Logos = uno = Armonía = legalidad
Heráclito plantea si el logos es inmanente o trascendente. Lo trascendente es lo que está separado del mundo, entendiéndolo llanamente. Lo inmanente es lo que está en el mundo, en la vida. Si el logos es trascendente, como legalidad, está impuesto por Zeus en el mundo inmanente. El logos, para Heráclito, es trascendente; pero también puede interpretarse como inmanente, porque las cosas mismas, obedecen a cierta proporción o medida y se armonizan.
Guerra = lucha de opuestos = justicia = dike = armonía = logos
Fragmento 114
“(Los que han de hablar con comprensión es necesario que se afirmen en lo que es común a todos A)1 (así como una polis en su ley (nomos) y mucho más firmemente aún B todas las leyes (nomoi) humanas en efecto se nutren de una ley divina única (nomos divino único) extiende está su poder tanto como quiere y es suficiente para todos C y aún excede D)2
1. Parte general a todos
2. Parte política
A. Logos
B. El hombre en el logos
C. Hombres, ciudadanos de una polis
D. Para la naturaleza
Tiene que asegurarse lo que “es necesario que se afirmen en lo que es común a todos”, para proyectar “una polis en su ley”.
Nomos divino único = logos o un aspecto regulativo de éste. Logos à nomos divino único à nomoi humanos.
El logos se identifica con el nomos divino único, es el alimentador trascendente de las leyes humanas. Heráclito, no distingue el ámbito humano y el natural; por eso, el logos rige en ambos ámbitos, humano y natural, e incluso en el orden armónico, el universo.
El logos es la unidad conformada por una multiplicidad de opuestos. La hybris, es la desmesura; la physis es la naturaleza, que es la esencia del logos, el cual es universal. Lo natural, se opone a lo artificial. El logos es necesario, es decir, no puede ser de otra manera; lo necesario es lo contrario de aquello que puede ser de otra manera, admite variaciones; mientras que lo necesario no admite variaciones. El logos se identifica con la physis, y es el nomos divino único, que nutre las leyes humanas; por eso para Heráclito, el logos y las leyes tienen carácter necesario. Las leyes, son también naturales porque provienen del orden natural de las cosas, porque tienen la misma naturalidad de una ley física, porque no son producto del hombre. Rigen de una manera en la cual no son intervenidas porque aquellos que las hacen cumplir.
Metafísica de Heráclito
Cordero dice que Heráclito es:
· Aristocrático: aristocracia de sabios, que son los que captan el logos. Para Heráclito, los que tienen que gobernar con los sabios, que en su época eran los de la clase alta.
· Conservador: defensor del status quo, es decir, que las cosas queden como están; “todo cambia para que todo siga igual”. Hay disidencias respecto de esta opinión de Cordero para con Heráclito.
Afirmación à Negación
Concordia à Discordia
Unión à Lucha – oposición
Justicia (dike) à Lucha – guerra
Armonía à Contraste
Heráclito, enfatiza el aspecto positivo de su filosofía; se basa en la afirmación, para luego seguir con la negación. Otros autores, dicen que Heráclito, es pro progresista, lo contrario de la opinión de Cordero de caracterizarlo como conservador. Es considerado, por estos autores, como el primer filósofo en ver las afirmaciones a partir de las negaciones.
Según Heráclito, lo divergente discrepa consigo mismo; por eso Aristóteles, dice que la filosofía de Heráclito, viola el principio de contradicción; los principios de la filosofía de Aristóteles son:
a) No contradicción à convergente y no convergente
b) Tercero excluido à “llueve o no llueve”
c) Principio de identidad à a = a
Aristóteles dice que si alguno de estos ítems, no se cumple, se cae el principio que viola la no contradicción.
Sofistas
Se sitúan en Atenas, Grecia, en el siglo V a. C.
El areté es la virtud, que apuntaba al convencionalismo y a la persuasión; que indicaba lo verosímil. Estos sofistas, fueron muy criticados por Platón y Sócrates. Gorgias y Protágoras, son los sofistas mayores, ya que tienen su propia filosofía. Se los consideraba inmorales, debido a que reclamaban una paga por brindar su filosofía.
La sophia, es la sabiduría; mientras que la sophizsteia, eran los sabiondos (sentido peyorativo, con que se llamaba a los sofistas). El sophoi, eran los sabios (Platón, Aristóteles).
Protágoras, plantea su filosofía en base al “homos mensura”, es decir, el hombre es la medida perfecta. Esto lleva al relativismo; una norma relativista, puede regir tanto para el individuo como para la comunidad. Lo opuestos al relativismo, es el universalismo, cuando todos los seres humanos tienden a ver las cosas de la misma manera. Hay dos maneras de entender esta cláusula de Protágoras, por la cual se lo llama relativista:
1. El hombre individual es la medida de todas las cosas
2. La comunidad de hombres es la medida de todas las cosas
El ciudadano, como hombre individual, decide, por ejemplo, si ir o no ir a la guerra, participando en el ágora, creando una ley (nomos), que podría haber sido de otra manera, es contingente y artificial.
Desaparece el término logos con el sentido de Heráclito. Para Platón y Aristóteles, tiene dos sentidos únicos:
i. Como razón
ii. Como discurso o lenguaje. Los usos y costumbres de los pueblos varían, por lo cual, se afirma el relativismo. La religión también cambia, ya que los griegos son politeístas y los persas monoteístas. Se refuerza la convicción del relativismo.
Con los sofistas, se rompe el naturalismo de las leyes humanas, con el logos y con el nomos divino único, que es la esencia de la physis. Se produce una quiebra entre la physis y las leyes humanas; la primera queda recluida al ámbito de la naturaleza y las segundas rigen en la sociedad de los hombres.
Libro I. La República
Trasímaco, dice que la justicia es el derecho del más fuerte, éste hace lo que quiere para su propio beneficio. Glaucón, ve primero el origen de la justicia, ésta se cumple “voluntariamente”, afirma que es mejor la vida del injusto que del justo.
El origen de la justicia, según Glaucón, surge a partir de las convenciones o pactos entre los hombres, que son una figura artificial y contingente. El hecho de que la justicia se cumple “voluntariamente”, quiere decir que para los sofistas, el hombre es naturalmente injusto (antropología negativa). Glaucón, afirma que la vida es mejor para el injusto, que para el justo; por lo cual refuerza la antropología negativa, el débil prefiere respetar la justicia, porque no es capaz de enfrentarse a ella, como sí lo hace el injusto.
DICCIONARIO Teoría del estado
Diccionario para la primera clase
· Gnoseología: sinónimo de teoría del conocimiento. Es la ciencia del conocimiento; es la reflexión filosófica sobre la posibilidad, origen, naturaleza, justificación y límites del conocimiento.
· Eclecticismo: corriente filosófica formada en el período helenístico, basada en escoger o seleccionar tesis pertenecientes a distintas escuelas de pensamiento para sintetizarlas en una nueva doctrina. El eclecticismo denota falta de originalidad.
· Epicureísmo: defiende el hedonismo, y sostiene que el fin de la vida humana es el placer, pero no se trata del placer materia, sino que es más bien de índole espiritual y afectivo y, por tanto, tranquilo y duradero. El epicureísmo, recibió numerosas críticas; el auténtico placer sólo se alcanza cuando se consigue la autarquía, el pleno dominio de uno mismo, de los propios deseos y afecciones. Esta autarquía es la eliminación de los obstáculos que se oponen a la felicidad: los temores y las preocupaciones, las penas y dolores. El sabio será aquel que conozca las verdaderas necesidades, que deben reducirse a lo indispensable para que no nos inquieten los deseos de poseer más, ya que el verdadero placer no se halla en los bienes materiales, sino en el saber y la amistad. El cuidado de estos bienes, así como la consecución de los placeres, producen la ataraxia, es decir, la serenidad y el equilibrio del ánimo. Los placeres materiales deben saber dosificarse y han de ordenarse en función de los placeres espirituales, que son de mayor valía. Se eliminan los otros dos obstáculos que impiden la felicidad: la búsqueda desordenada de placeres y el miedo al dolor.
· Escepticismo: es una corriente de la filosofía helenística; ni los sentidos ni la razón pueden suministrarnos un conocimiento verdadero, por lo que lo más sabio, si se quiere llegar a la ataraxia, es permanecer indiferentes a todo absteniéndose de hacer juicios; los estoicos llamaron a esta suspensión de juicios epojé.
· Estoicismo: la historia de la escuela estoica suele dividirse en tres grandes períodos: el estoicismo antiguo (siglo III a. C), el estoicismo medio (siglo II a. C) y el estoicismo de la época imperial (siglos J y II d. C); si bien la doctrina estoica de la ley natural se encuentra presente en el primer período, será durante la época imperial, donde encontrará su máxima expresión. Para los estoicos, en el universo entero podemos distinguir dos aspectos ó principios básicos: el principio activo (to poioún), fuego que se identifica con dios, con Zeus, con el logos o razón universal, y el principio pasivo (to pàshon), materia. El universo se rige por la ley cósmica de la naturaleza, el logos o ley universal, a la que todo se subordina y que todo lo predetermina. En tanto conocedor y cumplidor de la ley cósmica, que es su propia ley, el universo es sabio, ordenado, autónomo y uniforme.
Los estoicos consideran al ser humano como un universo miniatura, un microcosmos cuya estructura es reflejo del macrocosmos. Es por ello que el alma humana, que es un soplo cálido (pneuma) pero corpóreo, posee a su vez una chispa del fuego divino, del principio ordenador del universo, su razón o inteligencia. En su calidad de microcosmos los seres humanos deben tratar de hacerse sabios, conociendo y aceptando la ley cósmica, que es también su propia ley, y entregarse al destino- providencia identificando su alma con el logos. Deben hacerse tan ordenados, autónomos y uniformes como el universo mismo.
Como el elemento dominante o hegemónico de la naturaleza es la razón y en nuestra alma hay algo del alma del universo, quien vive conforme a la razón, vive conforme a lo mejor y más dominante de sí mismo. Sólo al vivir de acuerdo a la razón, no dejándose arrastrar por el influjo de las pasiones, los humanos gozarán de la apátheia (imperturbabilidad, impasibilidad, paz espiritual), la euthimia (buenos ánimos, alegría serena) y la eudaimonía (felicidad); a su vez estos estados se alcanzan mediante la inquisición de las virtudes que, aunque pueden dividirse conceptualmente en prudencia, valentía, justicia y templanza, conforman una suerte de complejo inescindible. Es por eso que no se puede poseer una virtud sin poseer las demás, ni se las puede poseer parcialmente: se es virtuoso o no se lo es.
El que posee la virtud es el sabio. Y sólo el hombre sabio es libre ya que, tras sintonizar su parte racional y divina con la razón universal del cosmos, sólo él llega a aceptar libre y conscientemente el destino inexorable. Pero como el sabio estoico es ciudadano del mundo (cosmopolita), es benévolo (philostorgos), y por lo tanto, goza de sentido de la comunidad y de la imparcialidad. Es por eso que no debe limitarse a buscar su propio bien, sino también el de los demás hombres, que son sus hermanos por ser todos hijos del mismo dios o logos universal. La fraternidad universal se fundamenta en el hecho de que todos albergan en su interior una chispa del fuego divino y son, por lo tanto, copartícipes del logos cósmico, de la divinidad. Todos somos parientes, con igual origen y destino, sujetos a la misma ley, la ley de la naturaleza. Esta ley natural, en tanto mandatos universales de la razón divina, es superior y anterior a la ley positiva, a las costumbres y tradiciones puramente locales. Es por esta razón que las leyes positivas, las leyes convencionales de los estados, deberán guardar correspondencia con esta ley moral de carácter universal, la ley de la ciudad del cosmos.
Aun cuando la idea del derecho natural no produjo en manos de los estoicos ninguna consecuencia verdaderamente extraordinaria, tendría un gran fruto tanto dentro del pensamiento cristiano (iusnaturalismo teológico) como dentro del movimiento iluminista (iusnaturalismo racionalista)
· Eudemonismo: del griego eudaimonía: felicidad, posesión de un demonio bueno, de eudaimon, feliz. Teoría que sostiene que el fin de la acción humana es la felicidad, entendida ésta como la mejor vida que puede vivir el hombre; eudaimonía es, por lo mismo, la “vida buena”, y se refiere a la calidad sustancial de la vida, no a una simple característica o propiedad de la misma.
· Ontología: del griego tou ontos logos: estudio de lo que existe. Etimológicamente, estudio del ente, entendiendo por tal lo existente en cuanto existente. Se ocupa de la característica más común de todo cuanto existe, al ser, e intenta responder a la pregunta de qué es necesario para que algo sea o exista y si hay diversas maneras de existir o ser.
· Sofística: uno de los núcleos de la reflexión de los sofistas es la oposición entre Physis (cosas de la naturaleza y naturaleza de las cosas) y nomoi (normas de conducta), ya que estos autores defienden que todas las leyes, normas sociales, valores morales e instituciones políticas son fruto de una convención humana y no derivan de la naturaleza. La mayoría de los sofistas oponen nomos (conjunto de leyes y ordenaciones sociales) a Physis (naturaleza), con lo que, a la vez que se oponían a la tesis del fundamento natural de las leyes y costumbres, y a su pretendido origen en una ley eterna u orden universal del que las leyes humanas serían meros desarrollos, también rechazaban las concepciones míticas y religiosas que hacían derivar el poder y las leyes de los dioses. Sustentaron que las normas morales son convencionales, y declararon que lo único que hay de natural en el comportamiento humano es el ansia de placer y la ley del más fuerte, que queda negada por las leyes convencionales.