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La crisis de 1866 y el proteccionismo argentino de la década del 70 | Cátedra: Villaruel |
2º Cuat. del 2008 |
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La crisis de 1866 y el proteccionismo argentino de la década del 70
José Carlos Chiaramonte
En octubre de 1875, el Congreso de la nación aprobar el proyecto de ley de aduanas con esto el presidente avellaneda trató de promover el desarrollo industrial de Argentina.
La época de la lana
La segunda mitad del siglo XIX, hasta fines del mismo-cuando se impongan los seriales y la carne congelada-puede considerarse como la época de la lana en la economía argentina. No significa esto que la producción de los saladeros declinase en estos años. Lejos de ello, a de seguir creciendo hasta la penúltima década del siglo. Desde la primera introducción conocida de animales de raza para mejorar la calidad del ovino criollo, diversas tentativas similares se sucedieron para adaptar el tipo de vellon y animal a las exigencias del mercado europeo. El predominio de la lana en la economía agropecuaria significaba progreso técnico y económico que ha sido destacado por el impulso que otorgó a la economía argentina. El tasajo se exportaba principalmente a Brasil y Cuba al alimento los esclavos. La lana vinculaba el país a mercados como Bélgica, Alemania, Inglaterra, Estados Unidos y Francia. El mestizaje, el acercamiento y luego el alambrado de los campos, y otros detalles técnicos, eran otras tantas características que denotaban una intervención más asidua del hombre en el proceso de la producción ganadera. Una mayor demanda de mano de obra y el consciente aumento de la progresión rural son indicios del cambio. Todo ello se traduce en la formación de un nuevo tipo de estanciero, propietario reciente de campos menos extensos que las grandes estancias. Parísh notó que la calidad de la lana en algunas partidas igualaron casi a las mejores que si avala el mercado inglés. El diplomático británico atribuye el progreso al esfuerzo de los extranjeros ingleses, y otros extranjeros radicados en el país, gracias a la protección liberal que se les dispensó.
"El norte en la región que los irlandeses pretenden monopolizar desde hace 20 años el creador francés se encuentra, más generalmente, al oeste y el sur de Buenos Aires. En 1842, en la provincia de Buenos Aires, se impulsaba el desarrollo de la ganadería de ovinos. El ejemplo de rápidas y fáciles fortunas magnetizo a Buenos Aires. Se produjo entonces un movimiento hacia la cría del ovino que se comparó con la fiebre del oro californiana. Habitante de la capital y miraron a la campaña; estancieros que no posean ovinos vendían campos o vacunos para comprarlos.
El crecimiento de la cría de ovejas determinar el grado al desalojo de los vacunos de las mejores tierras (las más cercanas al puerto de la capital). Además de factores internos, algunas circunstancias internacionales, como la incidencia de la guerra de Crimea, favorecieron el auge del lanar.
En 1852-53 las ovejas daban a la exportación un equivalente, por su valor, a la cuarta parte de los productos vacunos exportados. Diez años después (1862-63), igualaban en valor a las exportaciones vacunas. Y otros diez años tarde el lanar produce más que el vacuno.
La cría del ganado mayor había decaído notablemente. Hacia 1865, la mayor utilidad que prestaba el ganado vacuno a sus criadores era la de preparar los campos incultos para la explotación del ovino. Para que se dieran en ellos los pastos tiernos que necesitaba la oveja, era necesario, previamente,1 periodo de 25 a 30 años de ocupación por el vacuno, el cual, por distintos motivos consumaba la transformación requerida. Las fronteras se deseaban entonces ocupadas por ganado vacuno, destinados a sí para tal fin.
Entre 1830 y 1850 los ovinos se triplican en el país, mientras que en los otros 20 años subsiguientes, 1850-70, aumenta casi seis veces.
La crisis de 1866
Conviene advertir, primero, la lógica incidencia de la suerte de la producción lanera en el curso de la crisis, de acuerdo a su importancia en el conjunto de economía. El cuero tuvo una crisis débil, respecto del tasajo si bien se hace en declinación, la misma que no alcanza, ni mucho menos, las proporciones de la lana. En cuanto al sebo y grasa, su moderada valorización con un fuerte aumento de las cantidades exportadas, debe atribuirse a la de la matanza de ovejas debido a la desvalorización de la lana.
Si nos atenemos a las cifras de exportación y en la serie de precios de la lana, la crisis estalla en Buenos Aires hacia 1867.
A) Perturbaciones monetarias
Dado el notable aumento de la producción se agravaron las consecuencias de su escasez, un índice lo cual lo constituyen los altos intereses del 18 y 24 por ciento anual que llegó cobrarse por los préstamos. Las emisiones para afrontar los gastos militares constituían un recurso obligado por parte de los gobiernos, práctica cuyo abuso llevó a generar una enorme masa de circulante. Entre 1859 y 1862, sobre todo, se habían efectuado grandes emisiones de papel inconvertible, hasta la cantidad de 185.000.000. El total en circulación, a fines de 1861, llega a 300.370.345 pesos moneda corriente, "suma elevadísima que excedía en mucho a la exigida por la circulación de los valores".
El peso papel estuvo a niveles récords de desvalorización, para tener una idea de lo brusco y exento de las agresiones debo considerar que durante los primeros 15 días de noviembre el promedio fue de $ 412, para subir luego a $ 439 el día 27 y cerrar el mes, el día 30, con $ 428,50. Según Hinchliff, refiriéndose a los días anteriores a Pavón, insiste: el barómetro político (precio onzas y su valor en pesos papel) indicaba tormenta, la onza de oro subió en dos días de 380 a casi 400 pesos papel. Esas fluctuaciones, eran fatales porque exponían la economía a un continuo agio, "desconcertando los cálculos, estorbando las empresas y desalentando los planes del porvenir".
El gobierno de la provincia de Buenos Aires en Sergio algunas medidas para defender el papel moneda, tratando de imponer su uso en diversas operaciones, como los pagos de la administración provincial. También se solicitó a los saladeros la utilización del papel moneda en sus operaciones comerciales.
El poder ejecutivo provincial en la ley del 27 de octubre de 1864, declaró públicamente en lo sucesivo no efectuaría más emisiones, declaración que tendía a promover la confianza interna en el papel moneda.
Es así como comienzos de 1863 hay "síntomas de un grave pánico financiero". La onza, en el mes de enero, siempre el curso de apreciación, se cotizó alrededor de los 410, llegó, en apenas una semana (la primera de febrero), a 440,50 pesos papel. Las previsiones eran sombrías. El déficit presupuestario, la deuda pública y los nuevos problemas del gobierno constitucional agravan el caos monetario.
B) Valorización del peso papel
Desde comienzos de 1804, seis contiene la desvalorización del papel moneda para dar lugar, al poco tiempo, a un proceso inverso. Conviene tener en cuenta que, mientras después Emisiones de 61, la circulación no había crecido. Mientras que la producción había continuado en fuerte y constante ascenso.
Esta valorización del papel moneda provocaba vivas reacciones de disgusto entre los ganaderos. "La baja en el cambio, es decir, la apreciación de la moneda corriente, arribaba la fuente de riqueza del país: la campaña. Con el desnivel que se producía entre el valor de los productos y los gastos de explotación en la agricultura y ganadería, la reina el inevitable en poco tiempo. De allí que se ha visto con muy buenos ojos el proyecto de creación de una oficina de cambio". Por otra parte, quejabanse de los ganaderos, los gastos de explotación crecían a la par que las deudas aumentaban su peso en los mismos. Los salarios pagados en papel moneda, aún manteniendo su valor nominal, representan un aumento para el trabajador, mientras que al vender las mercancías al extranjero se recibió en la moneda desvalorizada.
Como es lógico, la busque una solución por medios legales lleva a la argumentación de los sectores interesados a la crítica de la política económica liberal del gobierno de Mitre, preludio a las soluciones proteccionistas demandadas más adelante.
C) La crisis
Cuando más, encontraremos informaciones sobre las perturbaciones monetarias a reseñadas o sobre la desfavorable repercusión de la guerra del Paraguay. Por una parte, debemos considerar que la crisis del 66 fue mucho menos aguda, en el continente europeo, el anterior y la inmediatamente posterior. Los fenómenos monetarios inmediatamente anteriores a la crisis y la incidencia de la guerra del Paraguay son, entonces, los dos rasgos que caracterizan a esta crisis en el Plata. El primero de ellos, que tiende a acentuar la, lo hemos abordado ya al describir la situación monetaria luego del periodo de guerras civiles, y algunas complicaciones financieras del estado durante la presidencia de Mitre. Los años 1805 y 66 son, años de auge para la economía europea, en este periodo dominado por dos hechos fundamentales: el triunfo al desarrollo del libre cambio en Inglaterra y Francia y la guerra civil norteamericana. En Inglaterra, observemos por último, los títulos monetarios se vieron provocados, también, por la existencia de la circulación monetaria relativamente constante, junto a un sostenido y fuerte aumento de las exportaciones.
Otros factores anteriores a la crisis misma, agravan la situación de los ganaderos. Por ley de noviembre de 1864, se disponía la venta de las tierras públicas existentes dentro de la línea de fronteras. En el caso de estar ocupadas por arrendatarios (casi todas asilo estaban) se establecía un plazo de seis meses para que se presentasen a solicitar la compra de sus campos, vencido el cual, éstos iban a subasta. El precio fijado por la ley era imposible de ser pagado. En medio de todo esto, la guerra del Paraguay obligaba al reclutamiento de la población rural, con lo cual la crónica escasez de brazos, así agravada por la guerra, dificultaba aún más las tareas ganaderas y elevan los gastos de explotación.
La serie de precios de la lana en Buenos Aires marcó el estallido de la crisis de 1867.
Había un deseo a dos características peculiares de la crisis en el Río de la Plata. Una de ésas, son las circunstancias locales que la preparan y acentúan, acabamos de verla. La otra es el más su interés por la forma diversa en que se ha sido interpretada. Se trata de la guerra del Paraguay y sus efectos en la economía argentina. "Las tierras se valorizaban con el re puente de los precios a causa de la guerra, pues hubo cotizaciones hasta de $ 10 para los caballos y de ser reales por arroba de maíz”.
El protegemos se caracteriza por dos hechos de relieve: haber logrado una victoria parcial de la importancia de 1875, y ensamblarse en todo un programa de desarrollo industrial moderno, como es sostenido por el grupo dirigido por Vicente F. López.
La ruina de la provisionalidad, debido a la crisis del 66, alienta la crítica del liberalismo económico imperante y estimula los proyectos proteccionistas.
La diversificación de la producción, síntoma de capitalismo en el campo, es uno de los primeros recursos esbozados durante la crisis.
La cría de animales domésticos (cerdo, cabra de angora, aves, gusano de seda, etc.) y de la plantación de bosques como un medio para proteger la tierra contra la erosión, son innovaciones que caracteriza al programa del grupo estancieros que en 1866 funda la Sociedad rural Argentina. El trabajo sobre la industria rural en 1867, Olivera Analiza a otros medios de promover el desarrollo capitalista de campo: rebajar el precio de la tierra para que los intereses empleados en esa lapso con sus productos, abaratar la mano de obra respetando el trabajador y haciendo que las garantías individuales sean una verdad disminuir los fuertes impuestos que pesan sobre la producción rural, hacer desaparecer el alto interés para la agricultura, junto con los cortos plazos de 60 y 90 días y establecer, al respecto, el crédito territorial.
Los fines de la fábrica de paños son expuestos también en un proyecto del diputado montes de Oca destinado a proteger la fabricación de tejidos de lana. Bajo el título de "gran proyecto del diputado montes de oca", sostiene que la crisis (provocada por una desenfrenada especulación que alentó sin cesar a la producción) no solía elaborar en el país esa materia prima, que no encuentra colocación por exceder las necesidades de los mercados, y competir y con las fábricas extranjeras.
Recias ante la crisis que acabamos resumir, esbozan señaló que la tibia política del grupo dirigido por López, junto a la labor doctrinaria del historiador, habrán de impulsar a otro plano de mayor trascendencia. El resurgimiento del proteccionismo en Europa, al compás de la crisis del 73, que dará aliento a los esfuerzos para socavar el prestigio del liberalismo económico en el Plata, contribuir a impulsar el movimiento proteccionista argentina de esos años.