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Historia - Segundo Parcial
El Desarrollismo
El desarrollismo, es una teoría económica surgida en América Latina a fines de la década del ’40 y principios de los ’50. Sostiene
que el deterioro de los términos de intercambio en el comercio internacional, con un esquema centro industrial-periferia agrícola, reproduce el subdesarrollo y
amplía la brecha entre países desarrollados y países subdesarrollados. Adhiere a la idea de que los países no desarrollados deberían tener Estados activos,
con políticas económicas que impulsen la industrialización para
alcanzar una situación de desarrollo autónomo. El resultado de la aplicación de estas políticas económicas fue el establecimiento del capital privado
extranjero en la estructura productiva interna y un endeudamiento creciente.
Su punto de arranque fue un informe económico divulgado en 1950 por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL). El objetivo de estas
comisiones era estudiar los problemas económicos y sociales de cada una de esas regiones y proponer políticas de desarrollo. Su misión fundamental fue
elaborar y difundir la llamada “teoría de desarrollo”, en el contexto de la política de domesticación ideológica que los países imperialistas
contrapusieron a las demandas de los países del Tercer Mundo.
En la Argentina, la corriente de pensamiento desarrollista se constituyó a mediados de la década del ’50 alrededor del candidato de la UCRIArturo Frondizi. Para él y su grupo la economía argentina era subdesarrollada y desintegrada. El logro de un desarrollo pleno e integrado, requería dos condiciones:
1,
avanzar aceleradamente en la ISI
, es decir, en la producción local en rubros en los que la economía argentina era importadora, pero orientada a la industria pesada, como bienes
industriales básicos, combustibles, acero y automóviles. (ISI difícil)
2,
una mayor atracción de capitales extranjeros
. La política de plena apertura al capital extranjero se justificó estableciendo una distinción teórica entre “nacionalismo de fines” y “nacionalismo de
medios”, y sosteniendo la utilidad del capital extranjero, orientado por el Estado a las áreas prioritarias para alcanzar el autoabastecimiento en bienes
imprescindibles y el desarrollo autónomo.
Arturo Frondizi (1958-1962)
Frondizi y Frigerio
aprobaron a fines de 1958 las leyes de Inversiones Extranjeras y de Promoción Industrial, abriendo el cauce al ingreso masivo de capitales
estadounidenses y europeos, y al crecimiento de grupos económicos locales de capitales ligados a la Unión Soviética. Con estas leyes, el gobierno intentaba
promover el desarrollo de la industria nacional, otorgando beneficios a los inversores extranjeros (como por ejemplo, la devaluación de la moneda y una
baja en los aranceles de importación), y se le daba trato especial a las empresas de petróleo, siderurgia y petroquímica para facilitar su radicación en el
país.
Con el desarrollismo, cambió el “modo de acumulación”. Con el Peronismo la base del desarrollo estaba centrada en el empleo y el capital nacional, con sus
políticas mercado-internistas y nacionalistas; ahora con Frondizi la base estaba en los capitales extranjeros. Era el elemento que permitiría la
dinamización de la economía, siendo tarea del Estado la captación de dicho capital y su orientación a los sectores claves como la industria metalúrgica,
petrolera, petroquímica, de energía eléctrica, etc. De esta manera, promovió y logró avances en la
producción de bienes intermedios (petróleo y acero) y bienes complejos (automóviles, maquinarias).
Por otro lado, en 1958 se firmaron contratos con empresas petroleras estadounidenses para que estas operaran por cuenta deYPF. El propósito era lograr el autoabastecimiento de hidrocarburos y terminar con la necesidad de comprarlos afuera. Con ello,
se logró un aumento del 150 % en la producción de petróleo y gas natural en
Argentina; se logró el autoabastecimiento de petróleo, y Argentina pasó de serimportador a serexportador de petróleo. https://es.wikipedia.org/wiki/Arturo_Frondizi - cite_note-propuesta-32
A raíz de las políticas desarrollistas, los países latinoamericanos experimentaron un tipo de crisis propio de la industrialización dependiente, conocido como “stop and go”. Para detener el creciente déficit de la balanza de pagos, los gobiernos debían
“enfriar” la economía (“stop”), postergando los niveles salariales para achicar la demanda, y frenando el proceso industrializador para que la disminución
de las importaciones y el mantenimiento o aumento de las exportaciones generen nuevamente el saldo comercial positivo, que permita reanudar la importación
de los equipos y maquinarias imprescindibles (“go”).
El freno a la actividad industrial tiene como consecuencia la desocupación, y con ella, el empeoramiento aún mayor de las condiciones salariales. Esto,
sumado al lanzamiento del Plan Larkin, donde se redujeron las vías ferroviarias, y por lo tanto, se despidieron a cientos de trabajadores, provocó la
oposición del movimiento obrero a las políticas desarrollistas, argumentando que estas hacían penetrar el capital industrial extranjero, con nuevos métodos
de producción que requerían menos mano de obra. Así, los obreros organizan un Plan de Lucha en defensa del salario y de las fuentes de trabajo, que luego
será reprimido por el Plan CONINTES (Conmoción Interna del Estado), un plan de represión militar frente a la toma de fábricas por parte de los obreros.
La implementación de estas políticas económicas, lleva a una deformación del tipo de desarrollo, ya que las maquinarias no se producían internamente, sino
que se importaban. Fue un tipo de desarrollo dependiente del exterior y no integrado, las ramas industriales no se abastecían entre sí. Además, creció
fuertemente la salida de capitales por las políticas de apertura, y se produjo una gran devaluación para fomentar las exportaciones y favorecer al capital
extranjero, agravando el desequilibrio en la balanza de pagos, produciendo la crisis “stop and go”. Se llevó adelante el desarrollismo en detrimento de la
clase obrera, el salario, el empleo, el mercado interno, el capital nacional, etc.
José María Guido (1962-1963)
El nuevo gobierno nació debilitado y fuertemente condicionado por la tutela de las FF.AA. Los comandantes en jefe de las tres armas impusieron a Guido un
gabinete con marcada tendencia antiperonista, antifrondizista y reaccionario. El gobierno sancionó un Estatuto de los Partidos Políticos, donde se
proscribía al Peronismo y a los partidos de izquierda. El Ejército se divide en azules y colorados. Ambos eran anti-peronistas, pero los azules
consideraban que el Peronismo era un movimiento nacional y cristiano y que frenaba la aparición del comunismo en Argentina. Los colorados, más
anti-peronistas, consideraban que el Peronismo iba a fomentar la aparición del comunismo en el pueblo y el movimiento obrero. Se enfrentaron y ganaron los
azules.
Guido llama a elecciones, con el Peronismo todavía proscripto, que votará en blanco. Gana Arturo Illía (UCRP).
Arturo Illía (1963-1966)
Las elecciones presidenciales de Julio del ’63, recrearon las condiciones para una democracia restringida. Los militares azules proscribieron a los
peronistas, el Frente se desmoronó y Perón dispuso que sus partidarios votaran en blanco.
El gobierno radical, que asumió el 12 de Octubre, surgió debilitado. En cuanto a la relación con las FF.AA., el hecho de que los radicales del pueblo eran
aliados civiles de los colorados y que el ejército estaba en manos de los azules, planteaba un interrogante sobre la viabilidad futura del gobierno.
Los problemas del frente sindical contribuyeron a erosionar la frágil legitimidad del gobierno. Los sindicalistas peronistas iniciaron, en Mayo del ’64, un “plan de lucha” que incluía la ocupación de los lugares de trabajo. Si bien el plan fue una prueba de fuerza del poder sindical, hacia fines de ese
año la lucha decreció. El gobierno no reprimió y permitió la ofensiva sindical esperando su agotamiento.
El Plan Económico del gobierno fue bueno, apostó a aumentar los salarios y la emisión de dinero para mejorar el crédito, destinado a la industria y al
agro.
Se dictó la Ley del Salario Mínimo Vital y Móvil, que fue cuestionada por la UIA y la SRA. Además la anulación de los contratos petroleros
firmados por Frondizi fue una de las primeras decisiones del gobierno, que confirmaron la negativa de los inversionistas y los industriales extranjeros.
En Septiembre del ’64, se conoció la decisión de Perón de volver al país. La noticia generó un repudio entre las FF.AA., y los sectores “gorilas”. Así
Perón desde Madrid inició el “operativo retorno”.
Un factor importante en el golpe de Estado que derrocó a Illía, tuvo que ver con la actitud del empresario industrial transnacionalizado. Tanto la
anulación de los contratos petroleros como el proyecto de la ley de medicamentos y la regulación de la industria automotriz, fueron considerados
desafortunadas intervenciones del Estado en la actividad económica privada.
“Revolución Argentina” – Golpe de Estado del ’66.
La Junta Militar del golpe del ’66, designó como presidente al general Juan Carlos Onganía (1966-1970), líder de los azules. Los
objetivos de la “revolución” se basaba en tres tiempos: el tiempo económico, donde buscaría destrabar el desarrollo industrial, facilitando la
acumulación en los sectores más modernos de la economía; estos sectores constituirían un aparato productivo más eficiente, acabando con la
inflación y con los ciclos depresivos. Luego se abriría el tiempo social, destinado a distribuir la riqueza acumulada en la etapa anterior y
eliminando los conflictos sociales. Y finalmente, se llegaría al tiempo político, que en el futuro permitiría la apertura a la participación de la
sociedad en el marco de un incógnito sistema institucional distinto al vigente hasta 1966.
Plan Económico de Krieger Vasena.
Fue quien lanzó el llamado Plan Económico; desde su óptica, los problemas económicos argentinos se debían a los elevados índices de ineficiencia
existentes tanto en el sector público como en el privado. Para acabar con tales problemas, era necesario realizar una redistribución de los recursos entre
las actividades de cada sector.
El plan implementado a partir de Enero del ’67, contenía un conjunto de medidas entre las que se destacaba una “sobrevaluación compensada” del peso del 40%, con el objetivo de estabilizar la moneda y de ese modo terminar con la especulación y estimular la
llegada de inversiones extranjeras. Se destacó la implementación de un impuesto a las importaciones que oscilaba entre el 16 y el 25% y afectaba a las
exportaciones tradicionales; el Estado se apropiaba de ese excedente que habrían obtenido los terratenientes.
La devaluación encarecía los productos importados y colocaba en una mejor posición competitiva a la industria. Para evitar que eso disminuyera la
eficiencia, se redujeron los aranceles aduaneros para enfrentar la competencia externa y poder importar bienes de capital.
La devaluación, las retenciones y las modificaciones de aranceles, tenían un efecto similar al de la introducción de un doble tipo de cambio. En primer
lugar, un tipo de cambio más bajo para la exportación de productos primarios y la importación de materias primas; y en segundo lugar, un tipo de cambio más
alto para la exportación de productos industriales, la importación de bienes de consumo final y las transacciones financieras. Por último, se
instrumentaron medidas fiscales y de racionalización en el sector público: aumento de las tarifas de los servicios públicos, el incremento de los impuestos
sobre las ventas y las propiedades, y la reducción o redistribución del empleo público.
Además, se suspendieron de los convenios colectivos de trabajo, se sancionó una ley de hidrocarburos (que permitía la participación de las empresas
privadas en el negocio del petróleo). Tambiénse suspendieron los aumentos de los salarios por el término de 2 años; se congelaron tarifas públicas y de combustibles y se estableció un acuerdo de precios con las empresas líderes.
Todo este conjunto de políticas llevadas adelante por Onganía, junto con las políticas económicas implementadas por Krieger Vasena, pro-empresariales,
pro-terratenientes y pro-capital extranjero, fueron golpeando a todos los sectores populares. En 1966 Onganía puso fin a la autonomía universitaria, por
temor de que haya infiltraciones comunistas. Es por esto que alumnos y profesores ocuparon algunas universidades y la policía terminó reprimiendo con
extrema dureza, lo que se conoció como la “noche de los bastones largos”.
El clima político y social generado por las determinaciones del gobierno de facto fue agravándose paulatinamente, surgiendo en forma creciente actos de
protesta y huelgas en todo el país, como en Rosario (Dos “Rosariazos”), Corrientes y Mendoza, hasta el estallido de la gran movilización en
Córdoba.
Esta provincia se había convertido en un centro industrial muy importante, donde la mayoría de las empresas eran automotrices (como Fiat y Renault) y donde
había mayor concentración de obreros industriales.
Este movimiento fue organizado por los sindicatos de automotores y transporte, el sindicato de luz y fuerza y la unión de trabajadores ferroviarios, con el
apoyo del movimiento estudiantil y el apoyo de los sectores medios. El 29 de Mayo de 1969, a raíz de una huelga general, obreros y estudiantes
poblaron las calles cordobesas, los cuales fueron duramente reprimidos por orden de las autoridades militares provinciales y nacionales del gobierno
dictatorial.
El Cordobazo
, tuvo un efecto multiplicador de manifestaciones violentas contra el gobierno militar y contra la burocracia sindical peronista en otras ciudades del
país, y fue el punto de partida del resurgimiento de la corriente clasista en las fábricas. Constituyó un factor determinante para el debilitamiento y la
posterior destitución de la dictadura de Onganía, abriéndose a partir de allí un
período de transición, incertidumbres y decadencia del régimen militar. Fue una huelga política, anti-dictatorial, y fue un punto de inflexión en las
luchas populares argentinas.
Además se produjo la separación de Krieger Vasena como ministro de
Economía y el fin de su plan. En Junio del ’70, hubo un golpe interno a la dictadura, donde se reemplazó a Onganía por Levingston.
Héctor José Cámpora
Desde el punto de vista político, representó el fin de una dictadura, y significó una enorme conquista democrática.
Su gobierno tuvo tres grandes pilares:
1-
Pilar Económico:
Ministro de Economía José Gelbard
, vinculado a capitales rusos con enorme influencia política y económica (vinculados también a Lanusse). Puso en práctica un programa económico con medidas
distribucionistas, mercado-internistas, con congelamientos de salarios, brindando créditos a la industria nacional, se nacionalizaron los depósitos
bancarios y se firmaron acuerdos económicos con la Unión Soviética.
2- Pilar Político:
sector de los Montoneros
. Fue un grupo político-militar, juvenil y estudiantil, con aspiraciones revolucionarias pero ligada al grupo de Gelbard y al grupo económico de Lanusse a
través de Carcagno. Fueron quienes controlaron la Juventud Peronista y pasaron a controlar los principales ministerios y gobernaciones de las provincias
(Bs.As., Córdoba, Mendoza, Salta, Santa Cruz.)
3- Pilar Militar:
Comandante en Jefe designado por Cámpora: Carcagno.
La llegada de Alejandro Lanusse (1971-1973) al gobierno, significó un viraje global en las políticas de la dictadura,
empezando por los alineamientos internacionales.
Este viraje se expresó en el plano económico/internacional: Lanusse firmó tratados con la URSS y con la Comunidad Económico Europea con el objetivo
de debilitar los vínculos económicos con EE.UU. Se pasó a favorecer a los grupos económicos multinacionales rusos en Argentina, se dieron concesiones,
privilegios y ventajas impositivas. Antes, con Onganía, el grupo hegemónico era el vinculado a los Estados Unidos; ahora con Lanusse, pasó a predominar el
grupo vinculado con la Unión Soviética.
Finalmente se armó una salida electoral condicionada, para la que Lanusse convocó al Gran Acuerdo Nacional (GAN); pero la profundidad del
proceso abierto con el Cordobazo y las puebladas de los ’71 y ’72, impidió a los sectores del social imperialismo imponer a Lanusse como candidato del GAN,
y los obligó a llegar a acuerdos con Perón y Balbín.
El 11 de Noviembre del ’72, Perón volvió transitoriamente al país para realizar un acuerdo político con el Radicalismo y volvió a España. Se formó el
nucleamiento con el que Perón competiría en las elecciones del ’73, el FREJULI (Frente Justicialista de Liberación) con la fórmula Héctor Cámpora-Solano
Lima. Cámpora ganó y asumió el 25 de Mayo de 1973.
Perón-Perón (1973-1976)
El 20 de Junio del ‘73Perón vuelve a la Argentina. Cámpora y Solano Lima fueron forzados a renunciar, asumiendo en forma provisional el 13 de Julio Raúl
Lastiri. En las elecciones del 23 de Septiembre de 1973, se presenta la fórmula del FREJULI, Juan D. Perón y María Estela Martínez de Perón y obtienen el
62% de los votos.
Dos días después de que asuma Perón, los Montoneros asesinan a Rucci (Secretario General de la CGT, mano derecha de Perón), así quedó a la cabeza de la CGT
Herreras, más vinculado a Gelbard que a Perón. Los Montoneros, con Carcagno en el Ejército, con Gelbard en Economía y Bidegain en Bs.As., iniciaron el
“operativo Dorrego” para impedir que Perón desplazara a Carcagno. Finalmente en Diciembre, Perón lo logra desplazar pero no logró imponer su dirección
sobre el Ejército.
Desplazó a casi todos los Ministros del gobierno de Cámpora, y a la mayor parte de los gobernadores vinculados con los Montoneros.
Se creó la “Triple A” dirigida por López Rega (Ministro de Bienestar Social en Cámpora, Perón e Isabel). Fue una organización terrorista que secuestró,
asesinó e hizo desaparecer a militantes de la guerrilla, obrero e intelectuales.
En Diciembre de 1973, Perón presentaba el “Pacto Social”. La estrategia económica diseñada por el ministro Gelbard, constituía la
expresión del proyecto político de Perón en esa área.
En torno al mismo, basado en el acuerdo entre las direcciones de la Confederación General del Trabajo y la Confederación General Económica, se
implementarían una serie de leyes específicas definido como
“Plan Trienal para la Reconstrucción y la Liberación Nacional”.
El plan buscaba estimular el crecimiento económico autónomo, la unidad nacional, reconstrucción del Estado, integración latinoamericana, incrementar la
participación del sector productivo nacional (especialmente la industria), abrir nuevos mercados para exportar, con especial énfasis en los países
comunistas de Europa Oriental, incrementar la calidad de vida mejorando la distribución del ingreso. El mecanismo previsto para avanzar en esto, era el de
producir ajustes salariales por encima del incremento de los precios, controlando estos últimos a través del Pacto Social.
Las medidas de control sobre los efectos nocivos que provocan el dominio del capital monopolista imperialista, se referían al manejo del crédito y del
comercio exterior. Con respecto al crédito, se establecía la nacionalización de los depósitos, con lo que el gobierno podía orientar parte del crédito
hacia los sectores que le interesaba beneficiar, y manejando parte de los fondos prestables por el Banco Central; dichos fondos y beneficios serían
canalizados a favor del “empresariado nacional”. Con respecto al comercio exterior, se planteaba el control de las exportaciones de granos y carnes,
pudiendo intervenir las juntas respectivas cuando sea necesario.
También se reformaba la legislación impositiva y financiera; se lanzó una nueva Ley de Inversiones Extranjeras, que se proponía corregir los efectos
desnacionalizadores o los excesos de fuga de divisas, tratando de que los sectores de la gran burguesía argentina tuvieran una mayor participación en
dichas inversiones. Esta ley aceptada la filosofía desarrollista acerca de la necesidad de las mismas y su importancia para el desarrollo; intentaba
favorecer la asociación de sectores de gran burguesía (gelbardismo) con los monopolios imperialistas.
La vigencia del Pacto Social, significaba en los hechos el mantenimiento de los salarios congelados, con el pretexto de que son los aumentos de salarios
los que provocan la inflación.
Lo que intentó el gobierno justicialista instalado en 1973, fue avanzar controlando algunos mecanismos del sistema, pero sin romper con la matriz
latifundista y dependiente que comprime y deforma el desarrollo de las fuerzas productivas de nuestro país.
En el Plan Trienal se pueden reconocer políticas reformistas, mercado-internistas, nacionalistas y distribucionistas; pero estaba muy lejos de las medidas
industrialistas, no hay nacionalización de empresas extranjeras, ni grandes inversiones del Estado en la creación de empresas estatales.
En Mayo del ’74 Gelbard encabezó una misión económica a Moscú y allí negoció y acordó una serie de convenios, no sólo comerciales, sino que
también implicaban inversiones de la URSS dentro de la economía argentina. Estos convenios acordaban la venta de cereales argentinos a la URSS, y la compra
argentina de maquinarias, automotores, transportes urbanos y grandes turbinas para empresas hidroeléctricas de la URSS.
Límites del proyecto peronista
Uno de sus límites fue su propia política reformista. Perón volvía a confiar sus objetivos de autonomía nacional, de redistribución del ingreso, de
nacionalismo y reactivación industrial, hacia Europa, América Latina y a la URSS.
El contexto internacional tampoco ayudó; desde 1971, con la “crisis del dólar”, EE.UU. redobló las exportaciones de cereales y carnes a Europa para
compensar su pérdida de divisas; así comenzó a competir fuertemente con Argentina respecto de esas producciones. Esto se oponía a la idea de Perón de
intensificar las exportaciones primarias hacia Europa. Además, en 1973 a partir de la “crisis del petróleo”, la OPEP cuadruplicó su precio, lo que
desfavoreció a la Argentina, ya que era un país importador de petróleo.
Luego de Frondizi y Onganía, la Argentina tenía la mitad de su estructura económica extranjerizada, debido a que promovieron políticas de apertura al
capital financiero. Ahora las principales “palancas” económicas de la industria argentina estaban en manos extranjeras y no del Estado.
Por otra parte, los sectores de las clases dominantes del país (oligarquía terrateniente, industrial, comercial y financiera) pugnan, no sólo por el
redireccionamiento comercial del país, sino que buscan también un redireccionamiento global a la Unión Soviética; es decir, traccionan al país para ir
alejándolo de Estados Unidos, e ir incluyéndolo cada vez más dentro de la esfera de influencia de la URSS.
Isabel Perón
El 1° de Julio de 1974, muere Perón, lo que significó un punto de inflexión y de viraje de la situación política argentina. Asume la que era su vice,
Isabel Perón. Los cambios que se produjeron en la sociedad argentina durante su gobierno, fueron determinantes en el agotamiento del régimen democrático
inaugurado en 1973, y su derrota por el golpe militar.
A comienzos del ’75 se produjo un agravamiento de la situación económica, causada por la suspensión en el Mercado Común Europeo de las compras de carnes
argentinas, lo que llevó a la devaluación del peso, a la caída de los salarios reales y el aumento de los reclamos sindicales. Esto ocasionó la renuncia
del Ministro de Economía, y la designación de su reemplazo por Celestino Rodrigo, a quien se le encargó instrumentar un plan económico. Las medidas
anunciadas el 4 de Junio, incluyeron una devaluación del 60%, el aumento del precio de los combustibles del 175%, de las tarifas eléctricas el 75% y otros
servicios públicos, y el congelamiento de los salarios. Estas medidas fueron conocidas como el “Rodrigazo” y como consecuencia, se produjeron grandes
manifestaciones sociales y obreras en su contra. Para imponer las medidas y frenar las protestas, un sector del gobierno se dedicó a perseguir
intelectuales, artistas y activistas sindicales considerados de izquierda; esto fue llevado a cabo por elementos clandestinos organizados en la Triple A
dirigidos por el Ministerio de Bienestar Social, López Rega.
El gobierno de Isabel fue una etapa de inestabilidad, de grandes conflictos sociales, violencia política, actividades guerrilleras y terroristas, impacto
inflacionario y déficit en la balanza de pagos por la crisis de 1975, y el aislamiento del gobierno de los asuntos sociales.
Todo este clima de tensión y conflicto fue utilizado por los militares para realizar el golpe del 24 de Marzo de 1976.
Golpe de Estado (1976-1983)
El 24 de Marzo de 1976 una Junta Militar asumió el gobierno del país, integrada por Jorge Rafael Videla, Eduardo Massera y Ramón Agosti. Se
autodenominó “Proceso de Reorganización Nacional”. Se lanzó un acta el día de la asunción donde fijaban los propósitos y los objetivos básicos del
golpe: se declaró la caducidad de los mandatos de las autoridades constitucionales en los ámbitos nacional, provincial y municipal, la cesación de las
funciones de diputados y senadores, la remoción de los miembros de la Corte Suprema y la suspensión de las actividades políticas y gremiales. Se
intervinieron la CGT y la CGE, y la ex presidenta fue llevada a Neuquén detenida junto con ex ministros, legisladores, gobernadores y funcionarios. Se
suspendió el derecho a la huelga, se eliminó el fuero sindical y se dictó una Ley de Prescindibilidad para depurar el personal de la administración
pública.
La Junta designó como presidente a Videla (1976-1981), como Ministro de Economía a Martínez de Hoz y como Ministro del Interior a Harguindeguy.
El objetivo primordial de la dictadura era lograr la vuelta a una Argentina agro-exportadora mediante la desindustrialización nacional y la entrada indiscriminada de capitales extranjeros. Pero para lograr esto
necesitaba destruir el poder que la clase obrera había adquirido, por ello instaura un plan de represión extrema, de crueldad, terror y de la desaparición organizada y sistemática de personas, logrando una parálisis social. Expresó una
política pro-terrateniente. Con el nuevo plan económico, el endeudamiento externo y la especulación financiera, permitieron acrecentar grandes rentas
obtenidas por la clase terrateniente y los grandes monopolios exportadores. Los grandes terratenientes y burgueses intermediarios se vieron ampliamente
favorecidos por la orientación de la nueva política económica.
La estrategia de desindustrialización tenía por objetivo encontrar una solución a la crisis periódica de la balanza de pagos y terminar con la
dependencia argentina de las grandes potencias extranjeras.
Los ejes en los que se basó el Proceso fueron la A) apertura comercial y financiera, la implementación de una B)política de asociación comercial con el Este (URSS) y de asociación financiera con el Oeste (EE.UU. y Europa), y una C) gran reforma financiera.
A) Apertura comercial y financiera
. Se desregularon las inversiones extranjeras, no sólo para favorecer la entrada sino también la salida del capital extranjero, es decir, que succionan
bienes y capitales y se los llevan a sus países, sin ningún tipo de control del Estado, lo que facilitó la fuga de capitales al exterior. Se liberalizaron
todos los mercados, menos el laboral; se congelaron los salarios, se eliminaron las negociaciones colectivas de trabajo, se prohibieron las huelgas, y el
sector obrero fue fuertemente alcanzado por la represión y la desaparición de personas.
Con respecto a lo comercial, se produjo una baja generalizada de los aranceles de importación y se suprimieron todas las protecciones en defensa del
mercado interno: se abrieron las puertas a la importación masiva de bienes extranjeros para que compitan con los nacionales.
El primer gran efecto de esta política fue la quiebra masiva de las pymes locales, que desembocó en la primera oleada de desocupación y produjo una caída
en los ingresos fiscales, además del endeudamiento comercial por créditos y préstamos; cuanto más déficit fiscal, mayor dependencia de las exportaciones
agrarias.
B) Asociación comercial con el Este
. La relación entre Argentina y la URSS venía creciendo desde 1971 y se transformó en el principal comprador externo de las exportaciones argentinas hacia
1975. Martínez de Hoz no sólo promovió la reorientación comercial hacia la URSS, sino también económica, diplomática y militar; esto le permitió a las
clases dirigentes de Argentina acrecentar la renta obtenida por los grandes terratenientes y los grandes monopolios importadores y exportadores.
Fue la dictadura quien ratificó los convenios de Moscú firmados en Mayo del ’74 por Gelbard, convenios no sólo comerciales, sino que también
implicaban inversiones de la URSS dentro de la economía argentina. Estos convenios acordaban la venta de cereales argentinos a la URSS, y la compra
argentina de maquinarias, automotores, transportes urbanos y grandes turbinas para empresas hidroeléctricas de la URSS.
EE.UU. estableció un bloque cerealero contra la URSS y obligó a que los demás países se adhirieran. Argentina se negó, y renovó los convenios cerealeros de
Gelbard por 5 años en 1980. Para 1981, la URSS era la compradora del 80% de las exportaciones cerealeras argentinas, 20% de las carnes; más del 40% del
TOTAL de las exportaciones argentinas dependían de la URSS.
Además, en 1982 estalló la Guerra de Malvinas, en la cual EE.UU. apoyaba a Inglaterra, y la URSS apoyaba a Argentina. Se trasladó la Guerra Fría, ya
caliente, a la guerra por las islas.
Con esta asociación comercial hacia la URSS y la financiera hacia EE.UU., se conforma una nueva relación triangular entre Argentina y las dos potencias
extranjeras; los norteamericanos como los proveedores de capitales, y los soviéticos como los compradores de nuestras exportaciones.
C) Reforma Financiera
. En Junio de 1977, Martínez de Hoz anunció una reforma financiera con el propósito de ir hacia laliberalización del mercado financiero. Se sancionó la Ley de Entidades Financieras,
una ley que establecía la desregulación de las finanzas nacionales, de las tasas de interés y del crédito. Esto creó amplias facilidades para la
instalación de nuevas entidades bancarias y financieras entre 1978 y 1979. Por otra parte, establecía la garantía de los depósitos a cargo del Banco Central y fomentaba los depósitos a
interés. Además, la implementación de una política de dólar barato, favorecía a las importaciones y, sobre todo, a la salida de capitales extranjeros. Así,
Martínez de Hoz estableció un programa de devaluación del peso prefijada y a tasa decreciente, convirtiendo el dólar caro en barato.
Para sostener esta política era necesario que haya dólares en el país; como no los había, los obtenían a través del establecimiento de una política
sistemática de endeudamiento externo; primero ese endeudamiento fue comercial, después militar (por la compra de armas a Francia y Alemania para la posible
guerra con Chile) y luego financiero (se compraban dólares, se pedían préstamos o se hacía endeudar a las empresas estatales).
Con la dictadura, la deuda externa Argentina se quintuplicó con respecto del gobierno de Isabel Perón, y fue considerada ilegítima (porque sólo el Congreso
puede contraer deuda, y en la dictadura no habían Congreso), fraudulenta (por los mecanismos fraudulentos y de estafa al país) y usuraria (por la
imposición de altas tasas de interés).
La devastación impuesta por la dictadura en la industria y en el agro, se manifestó con crudeza en los años ’80, en una etapa de crisis estructural, que se
inauguró con la crisis de la deuda externa, y donde se mantuvo un estancamiento de la producción y del mercado interno.
Carlos S. Menem (1989-1999)
En 1989 hubo elecciones nacionales y ganó con el 50% de los votos Carlos Saúl Menem. Desde el punto de vista político e ideológico, apareció como
una traición. Menem hizo toda su campaña levantando las banderas históricas del Peronismo (nacionalismo, mercado-internismo, industrialismo, etc.).
Asumió con el lema de “revolución productiva y salariazo”, esto es, volver a levantar las persianas de las fábricas (producto de la
desindustrialización de la dictadura) y resolver los problemas del salario. Asumió en Julio de 1989 y dos días después traicionó todo lo que había
prometido; adoptó un programa ultraliberal.
El eje del programa económico de Menem y Cavallo (su Ministro de Economía), ya no pasaba por las exportaciones agrarias, como los gobiernos anteriores,
sino que ahora pasaban por atraer masivamente capitales extranjeros con políticas ultraliberales. El plan económico de Menem no tenía nada que ver
con el proyecto peronista, es un plan dirigido al sector financiero, y particularmente, al capital financiero. Los grandes beneficiarios no van a ser los
grandes terratenientes ligados a la producción agropecuaria, sino que van a ser lasgrandes compañías extranjeras ligadas a las finanzas, y las compañías privatizadas y los bancos. Con la llegada de Menem y Cavallo, se produce un cambio de hegemonía de las clases dirigentes en Argentina.
Los ejes básicos de la política menemista fueron:
- Por un lado la política de la convertibilidad. Establecía una paridad fija entre la moneda nacional y la estadounidense, a razón
de un dólar estadounidense por cada peso, se llamó
popularmente "el uno a uno". Tenía como objetivo principal el control de la hiperinflación.
Con la Ley de Convertibilidad, el Banco Central
tenía la obligación de respaldar a cada peso en circulación con un monto equivalente de oro o divisas, de manera que cada peso en circulación pudiese ser
canjeado, en cualquier momento, por un dólar estadounidense. De esta manera, se procuraba
evitar que el Estado emita dinero para solventar el déficit público. La creación y la absorción de dinero quedan limitadas al ingreso y egreso de divisas,
lo que transforma la oferta monetaria en una variable externa, que no puede ser controlada por la política económica.
Consecuencias
: efectivamente se cumplió el objetivo principal, que era detener la inflación. Pero al impedir la devaluación de la moneda, se produjo el abaratamiento de
la fuerza de trabajo, es decir, se devaluó el trabajo, los salarios, las condiciones laborales.
La Argentina se hizo “competitiva” sobre la base del hambre, la desocupación masiva, del recorte salarial, de la eliminación de las conquistas laborales y
de protección social, de la precarización y flexibilización laboral, de los despidos, etc.
La política del dólar barato por la paridad fija, desfavoreció a las exportaciones y favoreció a las importaciones, dejando un mercado interno deteriorado,
invadido por los productos extranjeros. Además para sostener esta política de convertibilidad libre, se necesitaba tener constantemente dólares en el Banco
Central, lo que provocó el endeudamiento externo para garantizar el libre cambio de pesos a dólares (la deuda externa argentina subió de 60m dólares a
160m). El Estado lo que hizo fue legalizar la fuga masiva de capitales y la Convertibilidad fue la responsable del vaciamiento de las reservas del país.
- Por otro lado, se llevó adelante la política de las privatizaciones. Se privatizaron las empresas públicas, con la justificación
de que tales empresas se encontraban endeudadas y creaban déficit. Las empresas estatales que sufrieron este proceso fueron, Aerolíneas Argentinas, los
servicios públicos, como el agua, la electricidad, el gas, el teléfono; también los canales de televisión, los ferrocarriles, subtes, los puertos, las
rutas, el petróleo, empresas siderúrgicas, el correo argentino. Además se privatizó la educación pública, es en estos años donde nacen las universidades y
colegios privados: la educación se convierte en un negocio, dejó de ser una responsabilidad pública. Y se privatizó la salud pública, las AFJP
(jubilaciones y pensiones).
Consecuencias
: De esta manera, el Estado quedó sin control sobre sus fuentes energéticas, su transporte, sus principales producciones y servicios públicos. Se produjo
una diversificación y multiplicación de la dependencia argentina, porque no sólo las empresas públicas fueron compradas por los estadounidenses, sino
también por franceses, italianos, chinos, rusos, ingleses y españoles. Aumentó enormemente el peso del capital extranjero e implicó la pérdida de soberanía
nacional en esferas de decisión estratégica del país. No sólo fue un proceso de privatización, sino también de extranjerización del aparato productivo; fue
la entrega de la soberanía económica nacional.
- Se implementó la política de desregulación o apertura comercial y financiera. Se aplicaron medidas tendientes a eliminar toda
protección comercial, como por ejemplo, se bajaron drásticamente los aranceles de importación, y así el mercado interno comenzó a ser invadido por los
productos importados. Fue un período en el que, lejos de industrializarse, se agrava y profundiza la política de desindustrialización de la dictadura. Se
desregularon las finanzas también, para favorecer el libre ingreso y sobre todo, el egreso de los capitales extranjeros, garantizado ello por la política
de Convertibilidad y de paridad fija y dólar barato.
Se produjo un retroceso y el no reconocimiento de las conquistas laborales al aplicar la flexibilización y precarización en el mercado laboral, con la justificación de que abaratar la mano de obra en el país era
importante para atraer mayores capitales extranjeros. Aquí es donde se termina de destruir los principios del Peronismo clásico. Se destruyeron los
convenios colectivos de trabajo y la mayoría de los derechos ganados por el Movimiento Obrero Argentino.
Comparación entre Perón y Menem. (posible pregunta de parcial)
Estas dos presidencias pueden diferenciarse en varios aspectos: políticas industrialistas, políticas respecto de la clase trabajadora y las tres banderas
históricas del Peronismo: la soberanía política, la independencia económica y la justicia social.
Nada de lo que Perón implementó en su momento se vio reflejado en la presidencia de Menem. Perón se caracterizó por las intensas políticas
de beneficios sociales otorgados a los trabajadores, como aumentos salariales, vacaciones, aguinaldo, indemnizaciones, etc. Llevó adelante la promoción de
la sindicalización dentro de las fábricas; realizó una reforma constitucional donde incorporaba los derechos de los trabajadores, los derechos de la
familia, de la ancianidad, de la educación, etc. Por el contrario, Menem llevó adelante la política de flexibilización y precarización
laboral, que significó la eliminación de las conquistas laborales ganadas por el Movimiento Obrero en los años ’40 y ’50; se destruyeron los convenios
colectivos de trabajo y los derechos de los trabajadores: los obreros son empleados por tiempo determinado y a prueba, se los despide sin indemnizaciones,
no adquieren antigüedad, no tenían ningún beneficio.
Por otro lado, Perón impulsó medidas industrialistas, como por ejemplo, el otorgamiento de crédito industrial y también al agro para
impulsar la industria liviana a favor del mercado interno, nacionalizó el Banco Central (para reorientar el crédito mediante el control de cambios) y demás
empresas estatales, y creó el Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio, organismo regulador que orientaba los ingresos fiscales hacia las
políticas sociales y la industria. Aplicó una política proteccionista, mercado-internista, industrialista y redistribucionista, favoreciendo los intereses
de la burguesía industrial nacional. Menem, hizo todo lo contrario, privatizó y extranjerizó las empresas estatales, en su mayoría creadas
en los años del Peronismo “puro”, impulsó la industria pesada para favorecer el comercio con el exterior, favoreció al capital extranjero antes que el
nacional. Aplicó una política ultraliberal, dirigida al mercado externo y favoreciendo a la burguesía intermediaria (subordinada y asociada a distintos
capitales extranjeros).
Con respecto a la soberanía política, Perón en su primera presidencia trató de mantenerse fuera de las políticas de apertura, de
endeudamiento y de ajuste planteadas por el FMI. Mantuvo lo que él llamo la “tercera posición”, una posición de independencia a escala mundial que le
permitió tener cierta autonomía respecto de Estados Unidos. También se nacionalizaron los servicios públicos, como el gas, teléfono, aerolíneas argentinas,
fábricas navales, ferrocarriles, empresas de energía atómica, empresas químicas, YPF, que formaron parte de las empresas capitalistas en manos del Estado;
estableció la prohibición de la extranjerización de los servicios públicos y recursos del subsuelo, provocando que disminuya el peso del capital extranjero
en el país. Por otra parte, con los excedentes del IAPI y del Banco Central, se logró adelantar el pago de la deuda externa.
En contraposición con ello, Menem, lejos de mantenerse fuera de las políticas estadounidenses, mantuvo “relaciones carnales” con dicho
país; se alineó a las políticas del Consenso de Washington, que incluían la liberalización financiera y comercial, apertura a las inversiones extranjeras,
privatización de las empresas estatales, desregulación de los mercados, etc.
Lo más destacado del gobierno de Carlos Menem, fue la privatización y extranjerización de las empresas públicas (nacionalizadas por Perón), como agua, gas,
teléfono, electricidad, puertos, ferrocarriles, subtes, rutas, correo, petróleo, aerolíneas argentinas, la educación pública, la salud pública, canales de
televisión, las AFJP, etc. El gobierno adoptó una política ultraliberal y de apertura comercial y financiera, que favoreció la fuga masiva de capitales al
exterior y que además sus políticas llevaron a un aumento muy importante de la deuda externa del país.
Menem inició su campaña levantando las banderas históricas del Peronismo de los años ’40, pero al asumir su presidencia hubo un viraje en su conducta
política que lo llevó a “traicionar” el modelo peronista.
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