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Resumen Para el Segundo Parcial |  Historia Económica y Social Argentina (Cátedra: Musacchio  - 2019)  |  Cs. Económicas  |  UBA

PARTE ECONÓMICA UNIDAD 5

1)  Explique cómo funcionó la primera etapa de la economía peronista (1946-1948). Tenga en cuenta:

  1. La política de distribución de ingreso: el aspecto que caracterizó al peronismo fue la particular política de ingresos fomentada por un vasto conjunto de leyes y medidas. Consideraban que el funcionamiento del capitalismo de libre comercio conducía a una creciente desigualdad en la distribución de los ingresos que debilitaba la demanda. Como consecuencia de ello, se reavivaba el problema del desempleo. La política de ingresos del peronismo era vista como un medio para el crecimiento sostenido de la producción dentro del sistema capitalista. El Estado tenía un rol importante, estableciendo un conjunto de normas de regulación que apuntaban a morigerar la lucha entre capitalistas y asalariados por la distribución del excedente, evitando, por un lado, que una distribución muy asimétrica del ingreso generará una crisis de subconsumo y, por el otro, que un aumento excesivo de salarios disminuyera la tasa de ganancia de tal manera que redujera ostensiblemente la inversión y frenara el ritmo de acumulación. La primera era una redistribución del ingreso desde el capital hacia el trabajo, cuyo beneficiario directo era la clase obrera; la segunda, desde el sector agropecuario hacia las actividades urbanas, que sostenía tanto el salario real como las tasas de rentabilidad de los
  2. El comercio exterior: en los tres primeros años del peronismo, el comercio exterior siguió una tendencia positiva, continuando la de los años de la guerra. Los favorables términos de intercambio, que alcanzaron su pico en 1948, fueron una consecuencia de los altos precios internacionales que tuvieron los productos agrarios en la inmediata posguerra y permitieron mantener un nivel apreciable en el valor total de las exportaciones. A su vez, la composición de las exportaciones nos muestra, la preferencia dada a los productos que contribuían al proceso de industrialización. Uno de los aspectos más importantes del comportamiento de la balanza comercial fue el incremento de las importaciones desde los Estados Unidos, que convirtieron al país en el principal proveedor de la
  3. El rol del Estado: El Estado justicialista surgió para solucionar la crisis de la hegemonía oligárquica. El nuevo Estado asentó su estrategia en la movilización política y social de los trabajadores incorporándolos al sistema político, ampliando su participación e integrándolos a nuevas formas de consumo. No sólo en las relaciones entre los trabajadores y las organizaciones patronales, sino también, asumió una función reguladora de las necesidades de los sectores empresariales. Por otro lado, amplió el mercado interno mediante una fuerte redistribución del ingreso de los asalariados en función de tres elementos: la creciente dicotomía entre la expansión del mercado interno y el nivel de consumo de las masas; la ausencia de leyes laborales que garantizan mejores condiciones de vida y trabajo; el grado de importante de intervención del Estado en la economía con la consiguiente aplicación del aparato burocrático. Factores que Perón percibió, y constituyeron la base de su accionar político, y a los que agrego la “sindicalización por arriba” del movimiento obrero. El fortalecimiento del Estado, basado en una acumulación de capitales orientada hacia el mercado interno y sin recurrir, hasta los últimos años, al capital extranjero, le permitió también al gobierno sostener una política internacional con mayores márgenes de autonomía frente a las grandes potencias. El papel del Estado como empresario no sólo devino de las nacionalizaciones, también se reflejó en la creación de nuevas empresas y a la expansión de otras ya existentes. El transporte comercial aéreo y naval fue uno de los sectores que concentraron más atención estatal. En materia de política fiscal, el peronismo se caracterizó por una estrategia marcadamente procíclica. Así, en su primera etapa, el sector público acompañó y estimuló la expansión económica general a partir de un crecimiento significativo del gasto público

 

-          Política de distribución de ingresos

-          Comercio exterior

-          Rol del Estado

 

 

2)  Entre 1949 y 1952 son años de estancamiento y crisis para la economía peronista. Explique las causas de esto y las consecuencias implicadas.

Hacia 1949, comenzaron a manifestarse los primeros síntomas de una seria crisis económica que se advirtió por los desequilibrios crecientes del sector externo y el interno.

Causas:

 

desabastecimiento y, del proceso de nacionalizaciones y de rescate de la deuda externa.

Consecuencias:

 

Causas:

Sector externo:

  1. M. y su imposibilidad para recuperarse sola.

 

 

Lógica productiva:

 

Límites de la ISI:

 

3)  A partir de 1952 el peronismo intenta realizar modificaciones en el terreno económico. Describa dichas modificaciones y los resultados obtenidos.

La situación económica a principios de 1952 era por tanto crítica: escasas reservas e insuficiencia de saldos exportables se combinaban con la necesidad de incrementar la importación de bienes y productos industriales, y todo ello en momentos en que los precios internacionales de los bienes agropecuarios estaban en baja y se producía un serio deterioro de los términos del intercambio.

En una corrida inflacionaria, algunos de los precios se incrementaron más que otros. Así, por ejemplo, se produjo una importante devaluación real de la moneda; y dado que el tipo de cambio tiene una influencia determinante sobre los precios internos de los productos agropecuarios, estos también se incrementaron notablemente, aunque la variación en el tipo de cambio no pudo ocultar la caída de precios producida en el mercado internacional. Además, el gobierno introdujo un reajuste de las tarifas en los servicios públicos, si el retraso tarifario contribuye a la creación de un déficit fiscal que genera inflación, y esta afecta a los sectores que se beneficiaban de esa política, los beneficios no son tan evidentes. Por lo tanto, el objetivo de controlar más estrictamente el déficit y contener la inflación impulsó un cambio de política en materia de tarifas públicas. Por otro lado, el peso del cambio de la estructura de

 

precios relativos se descargó sobre el costo de los insumos importado y sobre los salarios que, a pesar de incrementarse nominalmente, se redujeron.

Finalmente, el gobierno formuló el Plan de Estabilización de 1952, modificando la orientación económica que había tenido vigencia en el periodo anterior mediante la aplicación de fórmulas más “ortodoxas”. El Plan contemplaba la implementación de una serie de medidas de emergencia destinadas fundamentalmente al control de la inflación y la recuperación del sector externo, y centradas en la restricción de consumo, el fomento del ahorro y el aumento de la productividad. Las principales medidas consistieron en la creación de la Comisión Nacional de Precios y Salarios, en el control de precios y en la extensión de la duración de los convenios colectivos de trabajo.

Política agraria:

Si bien la Argentina ya no dependía de la importación de bienes de consumo para satisfacer su mercado interno, esa dependencia se notaba ahora con los combustibles, los bienes de capital, insumos y materias primas necesarias para desarrollar la industria. La necesidad de importar estos elementos llevó a una desfavorable balanza comercial para 1952.

 

Plan de estabilización de 1952:

o  Se ligaba el aumento de los salarios con el aumento de la productividad.

 

Segundo Plan Quinquenal (1953-1957): (Mayor relación con el agro)

 

Resultados obtenidos:

 

4)  Desarrolle las causas de por qué la ISI se basó en una estrategia mercado internista.

En 1930, se dio el Crack de la bolsa de Wall Street, donde la sobreproducción generó una crisis productiva y financiera que fue acompañada de una caída de las acciones y bonos que obtuvo como desencadenante una gran disminución de la demanda. Como consecuencia, la economía mundial entró en una depresión económica lo cual generó que los países central comiencen a adoptar políticas económicas proteccionista para poder resguardar sus mercados y preservar a su población. Por ende, las economías periféricas debieron adaptarse a estas medidas, viéndose obligados a recurrir a una industrialización por sustitución de importaciones. Esto se debe a que las economías del tercer mundo, debido a su tendencia a la producción de materias primas y, en el caso de Argentina alimentos, dependen de la estabilidad económica de las potencias, debido a que ellas importan nuestros productos, viéndose muy vulnerables frente a las fluctuaciones económicas mundiales. En conclusión, el programa hacía especial hincapié en el desarrollo de las industrias livianas, en especial aquellas vinculadas a la utilización de insumos agropecuarios. A este tipo de industrias se le reconocían diversas ventajas: requería de una menor demanda de ahorro y permitiendo un mayor volumen de empleo; no necesitaba gran ayuda tecnológica desde el exterior; y las deficiencias en infraestructura, transporte, comunicaciones y oferta de mano de obra calificada se hacían sentir menos. Esta primera etapa de industrialización forzada desde 1930 a 1945, se debió básicamente a que el cierre del comercio internacional hizo que nos veamos obligados a fomentar nuestro mercado interno para poder abastecernos.

 

La estrategia de exportaciones industriales era inviable por diferentes motivos:

 

 

La estrategia mercado-internista hizo foco en el mercado interno, y ya no tanto en el externo. Esto permitía:

 

 

UNIDAD 6

1)  Desarrolle qué son los ciclos de Stop and go ¿Cuál es su relación con los planes de ajuste y las devaluaciones recurrentes?

Durante esta década en la economía argentina se había instalado lo que se denominaba ciclos de stop and go, en donde la expansión industrial requería cada vez de mayor volumen de materias primas importadas y al no poder sostener el mismo ritmo en las exportaciones se producía un desequilibrio en el balance de pagos y un estrangulamiento del sector externo. Entonces la economía debía parar el proceso expansivo para volver a retomarlo, una vez logrado el equilibrio de balance. Esto ocurrió en 1961, en un momento de restricción crediticia, altas tasas de interés y reducción de liquidez, disminuyendo la demanda agregada y llegando a la crisis que enfrentó el país en 1962 con el derrocamiento de Frondizi.

Supuestos esenciales de los ciclos de Stop and go:

  1. Un volumen fijo de producción agropecuaria;
  2. Una demanda interna de productos agropecuarios insensible a las variaciones de los precios relativos pero sensible a los cambios en el ingreso y en su distribución;
  3. Una demanda de importaciones poco elástica respecto de los cambios en los precios relativos y, por el contrario, muy elástica frente a las variaciones de la producción industrial;
  4. Una oferta de exportaciones compuesta exclusivamente de productos

En la fase ascendente del ciclo se incrementan las importaciones, ante el aumento de la producción industrial por las necesidades de compras de bienes de capital e insumos básicos, y se reducen las exportaciones debido a la mayor demanda de bienes de consumo originada por las subas en el salario real y en el nivel de ingresos. Pero se llega pronto a una crisis, producida por el déficit del balance comercial, al agotarse las reservas de divisas del Banco Central, lo que lleva a aplicación de un plan de estabilización con devaluación del peso y políticas monetarias y fiscales restrictivas. La devaluación provoca un incremento de los precios de los productos agropecuarios exportables en consonancia con la variación del tipo de cambio y de los precios de los productos industriales que utilizan insumos importados, aunque, en este caso, en proporción al empleo de esos insumos, lo que hace que los precios agropecuarios suban más que los industriales.

Estos cambios generan una transferencia de recursos a favor de los productores de bienes agropecuarios, sectores de ingresos más altos y que ahorran más, y en contra de los asalariados, que proporcionalmente consumen más, lo que provoca una caída de la demando global, afectando al sector industrial. Las consecuencias recesivas se acentúan por las políticas de estabilización, al achicarse el gasto público y la emisión monetaria, mientras que los efectos inflacionarios de la devaluación pueden verse reforzados si los aumentos de precios inducen a un incremento de los salarios nominales, con su consiguiente influencia sobre los precios industriales.

La disminución de la demanda global reduce la actividad industrial y el monto de inversiones en este sector, perjudicado también por el aumento de las tasas de interés y las restricciones crediticias debido a la contracción monetaria, lo que origina una caída del volumen de importaciones y hace posible que se restablezca el equilibrio en el balance de pagos. Además, la reducción de la demanda interna de productos agropecuarios, como consecuencia de la caída de ingresos, genera una suba de saldos exportables, reforzando el efecto positivo en el sector externo. Las condiciones vuelven a estar dadas para un nuevo ciclo ascendente, que se acompaña, generalmente, con una política fiscal expansiva. El proceso inflacionario continuará como consecuencia de un nuevo aumento en los salarios reales y la no modificación del volumen de la producción agrícola, inelástica a los cambios en los precios relativos generados por la previa devaluación. Esto hará inevitable una nueva crisis en el balance de pagos y la repetición del proceso.

 

Los ciclos de Stop and Go en la Argentina se daban bajo la lógica de una creciente expansión industrial, que requería cada vez un mayor volumen de importaciones para su desarrollo, y al no poder sostener el mismo ritmo en las exportaciones se producía un desequilibrio en el balance de pagos y un estrangulamiento del sector externo. La economía debía parar el proceso expansivo para volver a retomarlo una vez logrado el equilibrio del balance.

 

 

 

 

 

2)  Explique el diagnóstico y las medidas tomadas por el Desarrollismo de Frondizi ¿Cuál fue la relación entre el plan de estabilización y ajuste que aplicó, y la redistribución de ingresos que perjudicó a los sectores asalariados?

 

Frondizi implementó una política económica llamada “desarrollista”, ya que tenía como propósito construir un país moderno, de acuerdo con los ejemplos de los Estados Unidos y de la Europa de posguerra. Para ello era necesaria una expansión auto sostenida de la industrialización. Esto se veía obstaculizado, ya que el desarrollo industrial argentino se basaba en la industria liviana, orientada al consumo, cuyos insumos, maquinaria, combustibles debían

 

importarse. La situación daba como resultado una crisis de la balanza de pagos, lo que significa que la cantidad de bienes importados es mayor que las exportaciones, y como consecuencia el país sufre una escasez de divisas para continuar importando los insumos para las industrias. Por eso, para el desarrollismo era necesario centrarse en las industrias básicas y en el aprovechamiento de los recursos energéticos nacionales. En este proyecto, el Estado cumpliría un rol fundamental a través de la protección arancelaria, el otorgamiento de créditos y una política tributaria favorable, lo que en la práctica implicaba recurrir al crédito extranjero para obtener el presupuesto necesario. Buscó alcanzar el autoabastecimiento de petróleo, que en ese momento constituía un 25% del total de importaciones.

 

La política desarrollista produjo un aumento del gasto público, mientras que las importaciones de bienes de capital no lograban reducirse, ya que las inversiones aún no daban sus frutos. Para paliar el déficit fiscal, en 1958 Frondizi lanzó un Plan de Estabilización y Desarrollo que implicaba liberar el tipo de cambio (lo que en la práctica significó una devaluación), reducir el gasto público, restringir las tarifas aduaneras y controlar los salarios. En 1960 y en 1961 la política desarrollista logró un importante aumento de la productividad en las industrias. Sin embargo, creció la desocupación (ya que el trabajo industrial intensivo requería menos mano de obra), los salarios disminuyeron y persistió el déficit comercial.

 

Planteo:

 

 

el subdesarrollo devenía de la baja acumulación y de las dificultades en la generación local de tecnología, tal política resultaba insuficiente, e incluso la contracción del consumo podía desencadenar rápidamente una crisis de sobreproducción. Además, la disminución sustancial del nivel de vida causada por una redistribución del ingreso generaría tensiones sociales graves, de manera que la política de desarrollo solo  podría ser ejecutada con una fuerte represión que ponía en peligro el sistema democrático. Por eso, la opción de recurrir al capital  extranjero se vislumbraba como la mejor para sostener el ritmo deseado de expansión de las fuerzas productivas en un marco de paz social y legalidad.

 

Diagnóstico:

 

 

Medidas:

 

 

3)  Identifique las medidas económicas del gobierno de Frondizi.

Promoción de Inversiones: equiparar los capitales extranjeros a los nacionales, cuando las inversiones se dediquen a la promoción de nuevas actividades productivas, o a la ampliación y/o perfeccionamiento de las existentes, estableció el régimen destinado a crear y mantener las condiciones necesarias para dar seguridad al desarrollo integral y armónico de la producción industrial del país.

 

Acuerdos con el Fondo Monetario Internacional: el FMI aprobó un acuerdo stand by por 1 año, por u$s 75 M.

Política comercial: Cuando Frondizi se hizo cargo del gobierno, las importaciones estaban sujetas a restricciones cuantitativas. Al tiempo que las eliminó, estableció recargos de importación y retenciones a la exportación de mercaderías.

Precios y salarios: Se eliminarán los controles directos de precios a todos los productos, excepto a 10 artículos básicos de consumo, esto fue un compromiso asumido por el gobierno con el FMI.

Política monetaria y crediticia: el BCRA no incluyó a los bonos entre las reservas, pero hizo uso intensivo de cualquier otra alternativa para modificar los requerimientos legales de las reservas.

Política fiscal: El tarifazo aplicado al comienzo del gobierno de Frondizi apenas logró mantener las tarifas públicas en términos reales.

 

4)  Explique las medidas económicas del regreso de Pinedo al ministerio de economía en 1962.

Federico Pinedo en el Ministerio de Economía, estuvo a cargo de la implementación de un severo programa de ajuste que incluía una devaluación de casi el 30% y restricciones monetarias y crediticias (se liberalizó el mercado cambiario, se redujo el gasto público y se cancelaron los créditos al sector privado), con el objeto de eliminar lo que se consideraba como "demanda excesiva" y restringir la fuga de capitales. Pronto se produjo una crisis de iliquidez y Pinedo fue reemplazado.

Así, la política monetaria y fiscal tuvo serias consecuencias sobre el aparato productivo. La contracción de la demanda agravaba la recesión. La política monetaria restrictiva, por su parte, provocaba un aumento de las tasas de interés que incrementaba los costos y disuadía el emprendimiento de nuevas inversiones productivas, sin que ello pudiese detener la inflación, originada en la devaluación y no en un exceso de oferta de dinero. En noviembre de 1962, el ministro Alsogaray, convocó a las entidades empresarias con el objetivo de crear un Consejo Económico y Social, buscando un respaldo a su política económica. Sin embargo, sólo logró un rechazo unánime que precipitó su renuncia.

Guido nombró a Federico Pinedo en el Ministerio de Economía, quien estuvo a cargo de la implementación de un severo programa de ajuste que incluía una devaluación de casi el 30% y restricciones monetarias y crediticias (ej., se liberalizó el mercado cambiario, se redujo el gasto público y se cancelaron los créditos al sector privado), con el objeto de eliminar lo que se consideraba como "demanda excesiva" y restringir la fuga de capitales. Pronto se produjo una crisis de iliquidez y Pinedo fue reemplazado por Álvaro Alsogaray. Básicamente, los cuatro ministros que se sucedieron siguieron la misma orientación económica.

 

5)  Identifique las medidas económicas del gobierno de Illia.

 

En un contexto favorable el mercado interno crece, se reduce la deuda externa y aumentan los ingresos de las personas, por otra parte, aumentan las exportaciones y mejora el empleo.

 

Medidas económicas:

 

 

FRONDIZI (1958-1962)

ILLIA (1963-1966)

 

 

DIAGNÓSTICO:

DIAGNÓSTICO:

- Industrialización como el camino para

-Expansión global más que algunas ramas

alcanzar el desarrollo. Priorizar la industria

prioritarias. (No necesariamente las industrias

pesada frente a la liviana. El desarrollo de la

de base)

liviana    había     intensificado    el     problema

- Cuidar el mercado interno.

externo (al necesitar mayores importaciones).

- No es necesario recurrir al capital extranjero

Era necesario lograr el autoabastecimiento

o al endeudamiento. Anula los contratos

petrolero.

petroleros.

- Profundizar la ISI para superar los ciclos de

- Continuar el proceso de industrialización

Stop and Go.

- El problema era la vulnerabilidad del sector

- El problema era la insuficiencia de ahorro

externo. Es necesario usar mecanismos de

interno para sostener todo este proceso.

control y regulación.

Necesidad de recurrir al apoyo de capitales

 

extranjeros.

 

MEDIDAS:

MEDIDAS:

- Plan de ajuste

-Micro     devaluaciones    más     que     macro

- Liberación del tipo de cambio. Esto trajo una

devaluaciones.

fuerte devaluación.

- Administración del tipo de cambio más que

-     Suba     de     las     retenciones    para     los

su liberalización.

exportadores,      que       se       habían       visto

- Anula contratos petroleros.

beneficiados con la devaluación.

- Interviene industria automotriz.

- Apertura al capital extranjero

- Establece el salario mínimo vital y móvil.

- Prioridad a las industrias de base

- El control de importaciones

- Endeudamiento como forma de sortear la

- La ley Oñativia

restricción externa.

- El plan de desarrollo de la CONADE

RESULTADOS:

RESULTADOS:

-No hubo shock inflacionario.

Años de alto crecimiento y sin desequilibrios externos.

Mejoras en la distribución del ingreso. Se da un poco de recupero de los asalariados.

-   Superávit externo (por suba de los precios externos, y por control de las importaciones – a diferencia de F).

-  Aumento de los salarios.

-  Tendencia al pleno empleo.

-  Reducción del endeudamiento.

La conflictividad social la generan los sindicatos

-     Fuerte    caída     del    PBI     (luego    notoria

recuperación, aunque breve)

- Shock inflacionario.

- Redistribución del ingreso, en perjuicio de

los asalariados.

- Aumento del desempleo. Disminución de los

salarios.

- Radicación de varias empresas extranjeras.

- Continuidad del proceso de industrialización.

- Autoabastecimiento petrolero.

- Déficit externo por liberalización comercial.

- Suba del endeudamiento externo.

- Fuerte conflictividad social.

 

UNIDAD 7

1)  Describa cuáles fueron las medidas tomadas por la política de Krieger Vasena y señale cuáles fueron las similitudes y diferencias con respecto a los planes de ajuste y estabilización ortodoxos.

La llegada de Krieger Vasena al gabinete recibió el apoyo de las principales organizaciones empresariales y rurales. Él se dispuso a implementar su programa económico sustentado sobre una fuerte base de poder.

Uno de los elementos que mayores diferencias establecerían respecto de las clásicas políticas liberales y de estabilización instrumentadas por otros planes de ese signo era la intención de evitar movimientos bruscos y de corto plazo en la distribución del ingreso.

Desde la óptica de Vasena, los problemas económicos argentinos se debían a los elevados índices de ineficiencia existentes tanto en el sector público como en el privado. Para acabar con tales problemas era necesario realizar una redistribución de recursos, pero no entre los distintos sectores económicos, sino entre las actividades de cada sector.

En cierta forma, el plan de Vasena anticipaba algunos lineamientos que se constituirían en el núcleo central de los programas económicos del liberalismo a partir de mediados de la década del `70, tales como el establecimiento de un tipo de cambio fijo, la apertura al flujo de capitales externos, una política monetaria pasiva donde el principal factor influyente en la cantidad de dinero en circulación era el saldo de los movimientos de divisas con el exterior, y la disminución de aranceles para “estimular” la eficiencia de las empresas locales. Dado que el programa demandaba un ingreso continuo de capitales externos, la tasa de interés debía situarse por encima de los niveles internacionales, lo que resultaba atractivo para préstamos al gobierno, inversiones de corto plazo o compra de empresas con un probado potencial de ganancias, pero desestimulaba el ingreso de capitales de riesgo de largo plazo.

Sin embargo, la política de Krieger no apuntaba todavía a una transformación estructural de la economía argentina. Si bien no trataba de profundizar la sustitución de importaciones hasta completar la matriz de insumo-producto, tampoco cuestionaba radicalmente la orientación del proceso de industrialización previo. La estrategia exportadora, por ejemplo, se dirigía a la colocación de bienes no tradicionales para evitar los estrangulamientos cíclicos de la balanza comercial, pero sin cuestionar el rol esencial del mercado interno como base de la expansión económica. De allí que la puja distributiva era encarada fundamentalmente en el marco de mantener la demanda interna sin afectar las tasas de ganancias de las empresas. Los programas liberales del futuro, en cambio, consideran a los exportadores como la base de un nuevo modelo, en el que la demanda exterior será el mercado más relevante.

Finalmente, a diferencia de otras gestiones económicas de corte liberal ortodoxo, la política de Krieger no produjo una recesión, lo que puede ser atribuido en parte a la particular política monetaria.

Para Vasena, los problemas económicos argentinos se debían a los elevados índices de ineficiencia existentes tanto en el sector público como en el privado. Para acabar con tales problemas era necesario realizar una redistribución de recursos entre las actividades de cada sector. El plan implementado a partir de enero de 1967 contenía un conjunto de medidas entre las que se destacaba una "sobre devaluación compensada" del peso, del orden del 40%.

De este modo se intentaba acabar con la dinámica especulativa, ya que esa sería la última devaluación y a partir de ese momento se mantendría el tipo de cambio nominal fijo. Esta devaluación tenía también por objeto la atracción del capital extranjero, en tanto generaba un "efecto riqueza" para los tenedores de divisas que tuvieran la intención de invertir en el país.

La devaluación provocaba una profunda alteración de los precios, por lo que se trató de compensar sus efectos: se destacó la implementación de un impuesto a las exportaciones que oscilaba entre el 16 y el 25% y afectaba, en particular, a las exportaciones tradicionales. Al descontar el tributo, los exportadores no recibían gran parte del incremento del ingreso

 

provocado por la devaluación, y el Estado se apropiaba de ese excedente. La devaluación encarecía los productos importados y colocaba en una mejor posición competitiva a la industria nacional.

 

Medidas tradicionales de los planes de ajuste ortodoxos:

 

Medidas diferentes a los típicos planes de ajuste ortodoxos:

 

 

2)  Explique cuáles fueron los objetivos y medidas de la política económica de Gelbard durante el tercer gobierno peronista. ¿Cuáles fueron los problemas que tuvo su plan económico?

El sustento de la política económica de Gelbard partió entonces de la formulación de un acuerdo político que tuvo como actores principales de la CGE y CGT.

Medidas y objetivos:

 

El éxito de la gestión dependería en gran medida de la capacidad de los dirigentes sindicales para contener mayores demandas salariales de los trabajadores, de la confianza de los industriales en el equipo económico gobernante y del apoyo de los sectores rurales.

Problemas:

inflación, aun cuando los precios se encontraban reprimidos.

 

Objetivos:

 

 

Medidas:

 

Problemas:

 

3)  Describa en qué consistió el Rodrigazo

 

El 2 de junio de 1975, asumió Celestino Rodrigo como ministro de economía bajo la presidencia de Isabel Perón y con conflictos que habían recrudecido cuando se debía abrir una nueva instancia de negociación salarial. El nuevo ministro trató de sincerar las variables macroeconómicas de una manera repentina. El objetivo del programa, que pasó a la historia como el Rodrigazo, era tratar de combatir la aceleración inflacionaria, pero no se proponía avanzar sobre una transformación de las estructuras productivas. De allí, que se atacar la inflación como un fenómeno puramente monetario y fiscal, un acontecimiento autónomo y sin vínculos con otros aspectos de la economía. Esta concepción hacía recordar los preceptos del monetarismo.

 

Pero en la medida en que los aspectos productivos y monetarios se entrelazaban estrechamente, los resultados del Rodrigazo no podían ser exitosas. La inflación se disparó con violencia, mientras los salarios reales se contraían y provocan un recrudecimiento de la puja distributiva. Los argentinos comenzaron a desprenderse de un dinero que perdía valor casi día a día, para refugiarse en monedas extranjeras. La contracción de la demanda de moneda local aceleraba la inflación y alentaba la especulación en el mercado negro de divisas, el cual disminuía las reservas del gobierno y agravaba la precaria situación.

 

El círculo vicioso se completó con la ruptura entre el gobierno y su tradicional base política, cuando el 29 de junio la presidenta resolvió anular los convenios laborales que habían sido acordados en los meses precedentes, al tiempo que reducía los aumentos salariales. En respuesta a estas decisiones, los sindicatos provocaron la renuncia de Rodrigo.

 

El 2 de junio Gómez Morales fue desplazado del Ministerio de Economía, ocupando su lugar Celestino Rodrigo. Tomando en cuenta la distorsión en la estructura de precios relativos, el nuevo ministro trato de sincerar las variables macroeconómicas comenzando por una devaluación del 160% para el tipo de cambio comercial y del 100% para el financiero. El objetivo del programa era tratar de combatir la aceleración inflacionaria. Los resultados del Rodrigazo no podían ser exitosos. La inflación se disparó con violencia, mientras los salarios reales se contraían y provocaban un aumento de la puja distributiva (los argentinos empezaban a desprenderse de un dinero que comenzaba a perder el valor día a día y una aceleración inflacionaria reducía los ingresos públicos). Uno de los desequilibrios mayores se encontraba en el alto déficit fiscal. De esa forma, la inflación incrementaba el déficit, esta impulsaba a la oferta monetaria y con ella crecía la tasa de inflación.

 

o  Toda esta hiperinflación termina sirviendo para licuar las deudas empresariales (que estaban en pesos)

-

Unidad 8

En la teoría, objetivo oficial de la reforma financiera de 1977 fue: crear un gran mercado de capitales, favorecer el ahorro interno, optimizar la asignación de recursos y cambiar el comportamiento cultural. En la práctica, las medidas pudieron variar:

 

afectados por las privatizaciones periféricas, tuvieron exceso de personal y cayó la inversión en mantenimiento.

Esta serie de medidas trajeron consecuencias complicadas

 

La reforma financiera fue una de las etapas de la política económica implementada por Martínez de Hoz durante el gobierno militar. Pasó a ubicar al sector financiero en una posición hegemónica en términos de absorción y asignación de recursos.

 

 

 

 

 

Teóricamente, la tablita de 1978, hacia un enfoque monetario del balance de pagos para combatir la inflación, para solucionarlo se debía adelantar al mercado las tasas devaluatorias para terminar con la incertidumbre y abrir más la economía. La tablita se caracteriza por ser una apreciación cambiaria regulada, osea, un tipo de cambio semifijo y atrasado, necesitó de una apertura económica más agresiva, produjo un violento cambio de costos y rentabilidades sectoriales y hubo un mayor peso del financiamiento en los costos. En consecuencia, la apreciación cambiaria, la apertura económica, el aumento de las importaciones, la mayor desindustrialización y el protagonismo de las finanzas conllevo a una suba del déficit externo.

 

o  Esto llevó a una menor industrialización y mayores importaciones.

 

 

El déficit fiscal por la suba del gasto público para expandir la economía y evitar el malestar social y político, la fuga de capitales por la especulación y liberalización financiera con la reforma de abril de 1977, y el déficit externo por la apertura y la apreciación cambiaria con la tablita de diciembre de 1978, hicieron que el endeudamiento externo suba a niveles impensados y se multiplique cinco veces. Esta deuda externa se destinó, a su vez a, el mundial de 1978, la compra de armas, el turismo y los consumos de “la plata dulce”, la no inversión productiva o pública, la estatización de deudas privadas y a pagar deuda con más deuda.

 

 

Debido al plan económico efectuado por Martínez de Hoz, que no estaba apuntado al desarrollo productivo, sino a la especulación financiera. Gran parte de estos movimientos que fomentaban la especulación se hallaban respaldados por el Estado (como en el caso de la

 

reforma financiera, en la cual el Estado respondía ante los altos costos de los bancos), e implicaron una agresiva apertura económica que desfavoreció la balanza comercial del país, incrementando sobremanera las importaciones.

 

Mucha de esa deuda externa se utilizó para mantener vigente a la dictadura en el poder, financiando:

 

 

Antes de la dictadura, la restricción externa típica de los países subdesarrollados era coyuntural y estaba ligada al crecimiento industrial y productivo, a su vez, se caracterizaba por decreciente influencia del sector primario. Pero con el pasar de la dictadura, esta concepción muto fuertemente. Durante la dictadura militar, la restricción externa, pasó de una política coyuntural a una estructural y recurrente ligada al crecimiento de la deuda externa y la fuga de capitales, por otro lado, hubo un resurgimiento de la importancia del sector primario y precios externos, y finalmente, comenzó a haber una dependencia volátil del capital financiero.

Restricción externa: Hace referencia al problema de disponibilidad de divisas, o de desbalance externo que enfrenta periódicamente un país y que interrumpe su crecimiento.

 

Previo a la dictadura, la restricción externa estaba asociada a:

 

 

Post dictadura, se la asociaba con:

 

 

Unidad 9, Gobierno de Alfonsín (1983-1989)

 

Herencia: la dictadura dejó una deuda externa de 45 mil millones de dólares que representaba 6 veces las exportaciones, por otro lado había solos 100 millones de reservas, las tasas de interés externas estaban muy altas, había un atraso de pago de 2 mil millones y 20 mil millones vencían en un año, el déficit fiscal era del 12,7‰ del PBI, la inflación del 400‰ y faltaban datos y había manipulación estadística.

Diagnóstico: en primer lugar, el bajo nivel de actividad se debía a los bajos salarios y la alta capacidad ociosa para salir habría que alentar la demanda interna; en segundo lugar, el déficit fiscal podría solucionarse con la reactivación, una mejor recaudación y una reforma tributaria; en cuanto a la deuda externa, habría buena voluntad en el exterior para renegociar y ayudar a la naciente democracia, esto debía ser acompañado de una suba de los aranceles para ahorrar divisas y la posible creación de un club de países deudores; por último, la inflación se debía a las tensiones monopólicas y a la CMR, para resolverla se debían aplicar controles de precios, bajar la emisión por la reducción del déficit fiscal y terminar con la reforma financiera.

Objetivos: para la solución y estabilización de la economía argentina

·         Desacelerar la inflación

Límites económicos: en cuanto a la inflación, decreció su ritmo pero persistió con valores altísimos. En segundo lugar, el déficit fiscal bajo pero no por suba de lo recaudado sino por disminuir el gasto corriente, de capital, en personal, la inversión pública, construcción y postergando el pago a proveedores. Entorno al sector externo, cayeron los precios argentinos debido al aumento del proteccionismo europeo, la crisis de la URSS y la caída en los ingresos de divisas del saldo comercial. Por otro lado, las recaudaciones se vieron afectadas debido a la baja en las retenciones, el gasto mostraba mucha inercia, sobre todo en el caso de los salarios, lo que hacía que se vuelva débil como motor expansivo y conllevo a que la economía se desacelere y comience a caer.

Límites políticos: el ataque contra la CGT salió mal debido a la derogación de la Ley Mucci, a que los salarios dejaron de ganarle a la inflación y a la suba de los conflictos laborales y los paros, todo estos factores hicieron que se perdiera el apoyo de los obreros. Por otro lado, no hubo benevolencia con respecto a la deuda externa, el FMI no dio ayudas, sino que pidió por un duro ajuste; los bancos presionaron sólo por cobrar y pedían ajustes; y a su vez, el club de países deudores fracaso. Y por último, los grandes grupos económicos actuaron diferente a lo previsto, se quejaban por los controles de precios, no intervinieron el crecimiento de la demanda, fugaban capitales y tenían un mayor control del mercado, así es como reclamaban menos intervención estatal. En conclusión, así es como sin apoyo interno ni externo, se unieron todos para pedir un cambio de política económica.

 

 

Herencia:

 

 

Diagnóstico:

 

Objetivos:

 

Medidas:

 

Si bien estas medidas trajeron algunos resultados positivos, no fueron suficientes.

 

Límites:

Económicos:

 

 

Políticos:

 

 

2)      Describa qué fue el plan austral y cuáles fueron sus problemas.

 

El plan austral se extendió de junio de 1985 a agosto de 1988, bajo un contexto de político con Alfonsín al poder y muy bien ubicado. Se había logrado juzgar a la Junta Militar, el PJ estaba dividido, la UCR triunfó en las elecciones y se habían desencadenado varios éxitos económicos.

El plan buscaba por un lado, realizar un ajuste positivo donde se fomente un crecimiento en base a la exportación y la inversión, y se aumente la demanda externa. Por otro lado, al haber peligro de caer en una hiperinflación, se debía romper la inercia inflacionaria y atacar las expectativas. Finalmente, la necesidad de contar con apoyo externo y empresario, hizo que se bajara el costo financiero para subir la ganancia empresarial y que se aplicarán ajustes y medidas ortodoxas como decía el FMI.

Los desequilibrios se dieron a la luz, cuando se vio que no había válvulas de escape provisorios para descomprimir y la dinámica del plan comenzó a crear problemas como:

A su vez, se desarrollaron problemas externos en 1987. Los precio externo volvieron a caer, diversas inundación restaron saldos exportables y los subsidios a agropecuarios en Estado Unidos. Estos factores llevaron a un fuerte caída de las exportaciones, falta de dólares para pagar la deuda, mayores presiones inflacionarias por la suba del dólar y, por ende, a una recesión y caída económica.

 

El plan austral se planteó como un plan para realizar un ajuste en la economía, que se focalizara en el crecimiento en base a las exportaciones y la inversión, buscando frenar la inflación (rompiendo con la inercia inflacionaria), y buscando un claro apoyo externo y del empresariado.

 

 

Medidas ortodoxas:

 

 

Medidas heterodoxas:

 

El plan contó con ciertas mejoras de la economía, pero rápidamente salieron a la luz los problemas.

 

Problemas:

o

3)      El sobreendeudamiento estatal que heredó el alfonsinismo generaba como consecuencia mayor endeudamiento estatal y fomentaba la fuga de capitales a partir de la lógica de la especulación financiera. Explique cómo y por qué.

 

El estado necesita muchas divisas para pagar la deuda externa, para ello sube la tasa de interés de los bonos y recibe dólares, lo que genera un mayor endeudamiento a futuro y una caída de la economía por la baja de la inversión real. Dicha medida, alienta y motiva a la especulación financiera y golpea a la economía real, los ahorristas deciden endeudarse afuera y prestarle al Estado aprovechando la alta rentabilidad y así consiguen ganancias fáciles sin necesidad de arriesgarse a invertir en una economía tan golpeada.

Por otra parte, el aumento de la demanda de dólares por parte del Estado genera una suba en el tipo de cambio y conlleva a un aumento de los precios. La  inflación obtenida hace que caiga la recaudación fiscal por el efecto Olivera - Tanzi y se genere así un déficit fiscal que será financiado por el ajuste del gasto público.

 

El Estado para pagar la deuda necesita fondos. Cada vez que necesita acceder a nuevos fondos para pagar, las tasas de interés aumentan. Esto hace que se encarezca el costo de la deuda, ya que tiene que pagar mayores tasas. A la vez, la suba de las tasas enfría la economía, ya que

 

impide que esa plata vaya a inversión o consumo, por lo que termina haciendo caer la recaudación (se consume menos, por lo que el Estado recauda impositivamente menos). Aumenta el déficit fiscal.

 

Por otro lado, el Estado para recaudar sale al mercado con bonos. Los sectores financieros realizan sus ganancias a costa de estos bonos, y especulan con reinvertir en más bonos o convertir su dinero a dólares y sacarlos del país mientras aún sea posible (a eso se lo llama fuga de capitales). El problema con este modelo de especulación financiera, es que resulta más rentable prestarle dinero al Estado (haciendo que éste se endeude cada vez más), que invertir.

 

4)      ¿Cuáles fueron las explicaciones dadas por el pensamiento ortodoxo sobre la hiperinflación de 1989? ¿Qué elementos no fueron considerados por dichas explicaciones?

La explicación principal dadas por el pensamiento ortodoxo sobre la hiperinflación fue la gran intervención estatal dentro del Plan Primavera, en pos de ganar las elecciones de 1989. El déficit público, la irresponsabilidad fiscal y el tamaño del Estado, fueron símbolos de un gobierno radical debilitado tanto por movimientos políticos y por una gran caída económica que buscaba a partir de dichas medidas llegar con algo de aire a las elecciones. La suba de la emisión monetaria y las subas salariales desmedidas contribuyeron a una caída de la demanda de dinero y al incremento de los precios. El modelo de sustitución de importaciones populista y estatista, había llegado a un fin y debía ser reemplazado por un plan económico distinto que sigan las ideas que acompañen las ideas ortodoxas de la época.

Pero, los conservadores, no tuvieron en cuenta dentro de su análisis diversos elementos como:

 

Explicaciones de la hiperinflación según el pensamiento ortodoxo:

 

 

Elementos no considerados por estas explicaciones:

 

 

 

Parte política:

Unidad 5: (1943-51:2da Guerra y golpe de 1943. Primer gobierno peronista)

1)      Durante la década de 1930 la relación política de Argentina y EE.UU. tuvieron acuerdos y enfrentamientos. ¿Qué características tuvo esta relación durante la 2da. Guerra? ¿Qué actitud asumió EE.UU. respecto de la posición argentina? En 1945 las relaciones entre los dos países dieron un vuelco, ¿qué consecuencias trajo en la política interna de nuestro país?

Durante el gobierno de Ortiz, iniciada la Segunda Guerra Mundial, la política exterior argentina comenzó a adquirir perfiles más marcados. Ortiz declaró en 1939 la neutralidad.

En 1940, una iniciativa tomada por el canciller Cantilo, pareció ser el origen de cierta inflexión en materia de política exterior. El gobierno de buenos aires propuso al departamento de estado estadounidense que los países americanos asumieran el estatuto de no beligerantes, lo que los podría apartar de una estricta neutralidad, favoreciendo las relaciones con los aliados. Pero el rechazo de la propuesta por parte del gobierno de los EEUU, reforzó las tendencias neutralistas y agregó nuevos roces.

La situación en el frente europeo, en junio de 1940, precipito otro desacuerdo con el gobierno de los EE.UU. La caída de Paris en mano de los alemanes y la intervención de la guerra de Italia, llevo al gobierno de Roosevelt a practicar una política más comprometida. Busco apoyo en américa latina y requirió al gobierno de Buenos Aires su opinión acerca de planes de defensa continental, incluso la instalación de bases militares en territorio argentino. La cancillería local desestimo esos planes, dando lugar a la primera divergencia sobre el tema.

La Segunda conferencia de cancilleres en 1940 para establecer acuerdos de defensa continental agrego nuevos motivos de discrepancia. El delegado argentino Leopoldo Melo y el secretario de Estado, Cordell Hull, tenían al respecto posiciones divergentes sobre todo en la concreción de una organización económica, política y militar panamericana. La cancillería argentina consideraba que constituía la consolidación del liderazgo estadounidense (Argentina terminaba firmando la declaración de La Habana).

Ortiz, ya muy enfermo, delegó su mando en el vicepresidente Castillo. Mientras Ortiz pareció estar dispuesto a llegar a un mayor entendimiento con los EEUU y a adherir al panamericanismo, Castillo mantenía la actitud antinorteamericana predominante en la oligarquía tradicional, siempre inclinado hacia Gran Bretaña y Europa.

La política exterior argentina pasó a constituirse en un problema cuando EEUU se vio obligado a participar de la Guerra luego del bombardeo a Pearl Harbour. A partir de allí, según Cordel Hull, Argentina se transformó en un “mal vecino” y un factor de discordia entre EE.UU. y Gran Bretaña.

En la Tercera Reunión de Cancilleres de las Repúblicas Americanas, EE.UU. tenía como objetivo obtener una ruptura colectiva de las relaciones de todos los países del continente con los países del eje: Alemania, Italia, Japón. No logro esta idea y esa ruptura quedo librada adentro de cada país y el gobierno argentino pudo mantener su neutralidad.

El acuerdo no satisfizo a Washington y su primera respuesta consistió en dejar a la argentina al margen de cualquier ayuda económica o militar. El Departamento de Estado considero que la política exterior argentina conducida por el gobierno conservador de Castrillo, era pro nazi y denuncio a la Argentina ante las demás nacionales latinoamericanas. El Departamento de Estado también uso congelar los fondos argentinos en dólares existentes en EEUU y también prohibieron la venta de ciertos productos norteamericanos hacia la argentina.

 

Aun con el cambio de gobierno, Farrell, con el coronel Perón a su lado, el departamento de Estado, consideró que nuevo grupo en el poder era más aun pro nazi que el anterior y había que reemplazarlo por un nuevo gobierno más amistoso. También se aplicaron severas sanciones con el objeto de aislar económicamente al país que condicionaron y limitaron económicamente a la argentina.

En los primeros meses de 1945 las relaciones entre los dos países dieron un vuelco decisivo con la renuncia de Cordell Hull y el nuevo secretario de asuntos latinoamericanos Rockefeller, realizó un cambio de rumbo en la política iniciando un acercamiento con el régimen militar. Rockefeller representaba intereses industriales y financieros que veían a la Argentina como un gran mercado en la posguerra e intereses políticos y estratégica que consideraban que con el fin de la guerra el principal enemigo seria la Unión Soviética y que necesitaba la cooperación política de Latinoamérica.

Finalmente tras un acuerdo secreto entre funcionarios argentinos y norteamericanos el régimen militar se reintegró al sistema panamericano y reestableció sus relaciones diplomáticas con los EE.UU., al tiempo se levantaron la mayoría de las sanciones económicas que se le habían impuesto.

Sin embargo tras la muerte repentina de Roosevelt y la llegada al poder de Harry Truman, se revirtió la política anterior y volvieron las actitudes “duras” en las que se consideraba a la Argentina. El nuevo embajador (Braden) se transformó en el líder de los sectores política que se oponían al régimen militar y en particular a Perón. El 9 de octubre se produce un golpe de Estado que logro destituir a Perón de todos los cargos.

 

2)      ¿Cuál fue la “jugada política” de Perón que culminó en la creación del Partido Peronista?

 

El nuevo presidente decidió asegurar su éxito electoral apoyándose en el respaldo mayoritario que le habían dado los sectores populares, y en particular, los trabajadores. Consideraba que su conducción debía desempeñar un rol central que impidiera la desarticulación y la polarización de las distintas fuerzas sociales. Por otra parte, el bloque político que lo acompañaba aún era frágil y la oposición pese al desconcierto de la derrota, mantenía su encono frente al sindicato triunfante. En consecuencia, en mayo de 1946, Perón dispuso la disolución de los partidos que lo apoyaban y la organización de uno nuevo provisoriamente

denominado “Partido Único de la Revolución Nacional”. Los radicales renovadores y los independientes se allanaron a la decisión; pero los laboristas la rechazaron intentando preservar su autonomía frente a su líder político. Sin embargo, los sindicalistas que integraban el laborismo debieron aceptar que el triunfo electoral se había debido fundamentalmente, a la popularidad del candidato más que a su propia acción partidaria. Cuando se creó el Partido Peronista, en 1947, los laboristas se incorporaron al mismo y, de hecho, disolvieron su propia agrupación facilitando el paso a la hegemonía del nuevo partido.

 

3)      ¿Por qué el ámbito judicial constituyó políticamente uno de los objetivos del gobierno peronista? ¿A qué instrumentos recurre para justificar el intervencionismo? ¿Cuáles son los objetivos de la Convención Nacional Reformadora, que convalidó esta Convención? Explicite las nuevas concepciones políticas, económicas y sociales.

 

El control de la justicia se constituyó en otro objetivo del gobierno peronista. La Suprema Corte de Justicia constituía un baluarte opositor y era notoria la vinculación de sus miembros con el antiguo régimen conservador. Desde 1944, la Corte venia impugnando medidas de la Secretaria de Trabajo y Previsión. Se negó a tomar juramento a los magistrados de los Tribunales de Trabajo creados en ese año y, a escasas semanas de las elecciones de 1946, declaró la inconstitucionalidad de las delegaciones regionales de la STP que para entonces se habían constituido, más allá de sus funciones específicas, en maquinarias electorales de Perón enfrentadas a las sólidas estructuras partidarias provinciales de la Unión Democrática. El

 

flamante Presidente de la Nación considero que la justicia debía acompañar “el

desenvolvimiento social” por lo que promovió el juicio político con la intención de remover a los jueces de la Corte.

 

El proyecto legislativo respectivo despertó la protesta de la oposición, de varias asociaciones profesionales y de los colegios de abogados. El propósito de adecuar la función de los jueces a la nueva realidad política se vio desnaturalizada por los métodos a los que se recurrió para su desplazamiento. El argumento jurídico para el enjuiciamiento era poco convincente, ya que se basaba en el cuestionamiento a la legitimidad otorgada por la Corte a los gobiernos de facto de 1930 y 1943, siendo los acusadores los usufructuarios de este último. El debate del juicio público culminó con la destitución de cuatro miembros de la Corte y del procurador General de la Nación. En consecuencia, la culminación de esta fase intervencionista comenzó a plasmarse con la convocatoria a una Convención Nacional Reformadora.

 

Las reformas aprobadas por la Convención Reformadora convalidaron las nuevas concepciones políticas, económicas y sociales acerca del Estado. En el terreno político, consagraron, no sin ambigüedades, a un estado de características autoritarias que expandió sus potestades en desmedro de los derechos individuales y de la autonomía de los derechos sociales. Por una lado, se constitucionalizaron principios de la jurisprudencia penal, como el de aplicación de la ley más favorable al imputado, y recursos procesales, como el habeas corpus a fin de garantizar los derechos humanos enumerados en la anterior Constitución; por otro, se aprobaron disposiciones claramente restrictivas de esos mismos derechos y preventivas de eventuales movilizaciones sociales que comprometieran el orden imperante.

 

En el campo social se perfiló un Estado de corte igualitarista. Los nuevos preceptos constitucionales impulsaban la redistribución de la riqueza a favor de los sectores asalariados, a quienes se les reconocía, asimismo, una importante gravitación en las empresas y en el propio Estado. Acorde con estos propósitos, se incorporaron cláusulas que establecían los derechos especiales del trabajador, de la familia, de la ancianidad, y de la educación y de la cultura. Igualmente se regulaba el mercado de trabajo institucionalizando el conjunto de organismos y dispositivos sociales, sindicales, salariales, provisionales, etc. Impulsados desde el Estado a partir de 1943. Pero entre los “derechos sociales” se excluyó el derecho a huelga.

 

La nueva Constitución plasmó asimismo un Estado económicamente nacionalista e intervencionista en las esferas de la distribución, comercialización y servicios. El art. 40 consagró el monopolio estatal del comercio de importación y exportación, y la explotación de los servicios públicos, así como la propiedad inalienable e imprescriptible de la Nación sobre sus recursos públicos. Otras cláusulas establecían la función social de la propiedad, el capital y la actividad económica. De hecho, se institucionalizaba una estatización en aquellos sectores de la producción vinculados a la defensa nacional o que, por sus necesidades de capital, eran inaccesibles al capital privado nacional.

 

 

4)      ¿Qué características asume la relación de Perón con las FF.AA?

 

En la relación entre el gobierno peronista y los militares pueden distinguirse dos fases. Hasta 1949, dada la considerable influencia política de las FFAA, el gobierno trató de neutralizarlas políticamente intentando reavivar el sentido de profesionalismo y restaurando la disciplina. En parte lo consiguió mediante el aumento de las remuneraciones, el mejoramiento de las condiciones de vivienda y otros beneficios sociales, y con el decidido apoyo dado a la adquisición de armamentos y la construcción de nuevas instalaciones militares. Por otra parte,

 

el ministro de Guerra y los oficiales superiores enfatizaron los valores tradicionales de la obediencia y la disciplina, logrando que dentro de la oficialidad no hubiera reacciones colectivas o uniformes frentes a las medidas del gobierno.

 

Pero la vinculación entre las autoridades y ejército comenzó a agrietarse durante la crisis económica de 1949. Las divisiones políticas adentro del gobierno y los cambios en el gabinete coincidieron con las presiones militares que buscaban recortar el rol político de Eva Perón. Este había ido aumentando con la creación de la Fundación Eva Perón, pero sus propios discursos y posiciones políticas, en donde se acentuaban los rasgos sociales y populares del gobierno, habían convertido a Evita en una referente importante del peronismo, que gradualmente iba teniendo sus propios canales de adhesión. Por eso, si gran parte de la oficialidad había

cuestionado como “dudoso pasado” de Evita, ahora, el ministro de Guerra (apoyado por algunos oficiales en actividad y en retiro) cuestionaba su influencia política tanto dentro del gobierno como su accionar para movilizar los estratos más bajos contra las clases más altas. Perón se comprometió, vagamente, a limitar las actividades de su esposa al ámbito del bienestar sociales. Por otra parte, comenzó a replantear la relación del gobierno con las FF.AA.

 

Hacia 1950, la sensación de malestar adquirió proporciones significativas en algunos sectores de las FF.AA. Varios factores contribuyeron a dicha situación y a la polarización entre los peronistas y la aun minoritaria oposición civil: el rechazo de sectores de la oficialidad a comprometerse con la politización promovida por el gobierno, la preparación de la reelección de Perón, el alarmante propósito de designar a Evita como compañera de fórmula, el aumento de la vulnerabilidad de Perón a una oposición unificada, los conflictos gremiales y el descontento de los nacionalistas frente al acercamiento a los EEUU. La acción propagandística de los oficiales retirados y grupos civiles contra lo que consideraban el totalitarismo de Perón comenzó a encontrar eco entre algunos oficiales en actividad.

 

 

 

5)      Evita asume un rol insoslayable durante los gobiernos peronistas hasta su fallecimiento en 1952. Detalle su desempeño.

 

La atención a los sectores socialmente más desprotegidos estuvo, en particular, a cargo de la fundación creada y presidida por Eva Perón, en 1948, financiada por el Estado y por donaciones de trabajadores y empresarios aunque estas últimas no siempre voluntarias, ya que dieron lugar a conflictos con algunas empresas, que llevaron incluso a su cierre.

La asistencia social desarrollada por la Fundación abarcó diversos aspectos. Por un lado, se atendió a las necesidades individuales mediante la distribución, personal o colectiva, de indumentaria, textos escolares y elementos para el hogar. Por otro, se crearon distintas instituciones, como hogares para la atención y orientación de mujeres y niños abandonados. La asistencia a la niñez-considerada por el peronismo como la única privilegiada- y a la juventud en general adquirió especial significación. Con este fin se crearon comedores escolares y hogares-escuela, y se organizaron competencias deportivas, como los Campeonatos Infantiles Evita. Que reunían anualmente a 100.000 niños para la práctica de fútbol y otros deportes, y constituyeron elementos importantes para reforzar la popularidad del gobierno. La Fundación creó la Escuela de Enfermeras (1950), orientada a la especialización en la atención médica y social, mientras que, para el cuidado de los ancianos, se crearon varios hogares en Buenos Aires, Córdoba, Santa re y Tucumán. Si bien a través de su Fundación, Evita canalizó el efecto de los “descamisados" y construyó un vehículo poderoso de propaganda política, la ayuda social prestada contribuyó al mejoramiento de la calidad de vida de sectores postergados de la población.

 

6)      El movimiento sindical argentino comenzó a desarrollarse a fines del SXIX, sin embargo, a partir de la aparición de la escena política su desarrollo se aceleró. Indique: conformación, organización, relación con el régimen, conquistas.

 

El crecimiento del sindicalismo vivió su momento más dinámico durante el gobierno peronista. Si desde la Secretaria de Trabajo y Previsión Perón tuvo éxito en el estímulo a la creación de nuevos sindicatos, careció, en este momento inicial, del necesario respaldo político para contrarrestar la resistencia patronal al desarrollo de la sindicalización de los trabajadores. Una vez en el gobierno, el peronismo estimuló el papel económico y político del movimiento obrero. La extensión de la vasta red de organizaciones sindicales y el alto grado de movilización de los trabajadores provocando un notable incremento de la tasa de sindicalización después de 1945.

El periodo en el que se verificó la afiliación más intensa fue el comprendido entre 1947 y 1948. La sindicalización sin precedentes de los trabajadores urbanos y la febril actividad organizacional de los sindicatos auspiciada por el gobierno, se tradujeron en una expansión impresionante del movimiento obrero organizado. Las afiliaciones masivas modificaron notablemente el tamaño de los sindicatos que antes de 1943, constituían pequeñas organizaciones de menos de 15.000 miembros

También se produjo un cambio en la composición interna del movimiento sindical. Ya en 1948 los trabajadores industriales habían desplazado a los del sector industrial como grupo predominante. Solo después de 1950 los estatales lograron un nivel similar de organización, pero, en este caso, ello se debió a la obligatoriedad de afiliación que se impuso a los empleados del Estado.

La masiva sindicalización de la clase obrera después de 1946 respondió a varios factores. En primer lugar, al aporte del Estado, que creó un marco institucional hasta entonces inexistente en las relaciones laborales. Luego, al dinamismo de los sindicatos durante el periodo comprendido entre 1946 y 1948, cuando dichas organizaciones disfrutaron de mayor autonomía con respecto al estado. Finalmente, a la capacidad organizativa de los líderes sindicales y al alto grado de movilización obrera. Entre aquéllos se destacaron ex dirigentes socialistas y sindicalistas que secundaron la política laboral oficial ocupando cargos clave en la CGT y en los sindicatos dominantes.

La estructura del sindicalismo respondió al modelo organizativo desarrollado con anterioridad a la llegada de Perón al poder. A partir de 1946, el Estado le proveyó respaldo político y legal. Y, de manera más decisiva, intervino en la implementación de un sindicato único por actividad bloqueando la formación de agrupaciones rivales. La dominación del movimiento obrero por organizaciones únicas por industria- que reunían a los trabajadores ocupados en los sectores clave de la economía- garantizó una estructura sindical con alto grado de cohesión y de homogeneidad. El alineamiento alrededor de una confederación nacional (la CGT) reforzó esos aspectos y distinguió al movimiento obrero argentino del correspondiente a los restantes países de Latinoamérica.

Una característica innovadora con respecto al modelo organizativo preexistente fue el desarrollo de las comisiones internas. Insertadas en las plantas, bajo control sindical, dichas comisiones aseguraron importantes beneficios tanto al obrero como al sindicato. Garantizaban la aplicación efectiva de la legislación laboral y de los convenios colectivos y negociaban con los patrones las demandas de los trabajadores. Si bien carecieron de cobertura legal y los patrones se opusieron a su implementación, "su amplia difusión puede ser vista como u no de los logros más importantes del movimiento obrero después de 1945".

La estructura de poder del movimiento sindical era muy centralizada. La relativa autonomía qué tenían las seccionales locales en el pasado fue progresivamente anulada por los sindicatos nacionales mediante el control de los fondos, distribuidos desde las oficinas centrales, y aplicando el poder de intervención. Los sindicatos nacionales, a su vez, terminaron controlados por la CGT, con lo que se extremó la centralización del poder a nivel nacional. En consecuencia,

 

la unidad del movimiento obrero se mantuvo a costa de la autonomía de sus organizaciones sindicales. También se modificó el rol de la CGT. Si hasta 1943 la central obrera se había limitado a coordinarla política de sus entidades miembro, bajo el régimen peronista asumió la función de mediadora entre los sindicatos y el Estado. Gradualmente, a medida que cayó bajo el control estatal, "aquella función fue sustituyéndose, pero nunca eliminada, por un nuevo y más represivo rol: el de ejecutar las políticas gubernamentales en el movimiento sindical”.

 

7)      Perón organizó su fuerza política en el Partido Peronista. ¿Cuál fue su fundamento doctrinario y cual su relación con los restantes partidos políticos?

 

El Partido Peronista se constituyó cuando Perón se encontraba en el ejercicio de su primer mandato presidencial. Su creación respondió a la necesidad de las rencillas internas entre los componentes del frente que lo respaldó en superar las elecciones presidenciales. Fundado en diciembre de 1947, su jefatura fue ejercida por el propio Perón. A diferencia de la mayoría de los partidos políticos argentinos, formados en prolongados períodos de oposición, el peronismo se organizó para mantener el poder

En la concepción de Perón, el peronismo más que un "partido", en el sentido tradicional de la palabra, era un "movimiento" revolucionario. En tanto estaba destinado a superar a los "viejos" partidos y a estructurar una escena política novedosa, reproducía la concepción "movimientista” del nacionalismo popular yrigoyenista. Pero, entre esta concepción y su práctica política surgió una tensión.

Por un lado, el peronismo aspiraba a involucrar a la totalidad de los argentinos tras las banderas de una "Nación socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana". Por otro, "la constante identificación del movimiento peronista con la nación no era fácilmente conciliable con el normal funcionamiento de un sistema pluralista de partidos"

La conducción personalista de Perón no impidió que el movimiento peronista presentara una complejidad y una diversidad internas muy pronunciadas. Así albergó en sus márgenes franjas ideológicas de izquierda y de derecha. Debió afrontar constantes disputas internas y experimentar una crisis permanente, lo que llevó a su conducción a implementar una política interna de verticalidad. De hecho, los sindicatos asumieron muchas de las funciones políticas del peronismo, y Perón gobernó casi prescindiendo de su partido. Por otra parte, las masas lo apoyaban electoralmente a él, y no al Partido Peronista.

Perón no sólo organizó en forma política a sus fuerzas, sino que desarrolló los aspectos doctrinarios. Fundamentó el justicialismo en el cristianismo y el humanismo propios de la tradición de la civilización occidental. Por un lado, (integró aspectos de diferentes ideologías políticas -fascismo, comunismo, socialismo, anarquismo y por otro, procuró aplicarlas en un movimiento policlasista.

Legitimó las reformas sociales y planteó la justicia social como núcleo de la doctrina. El objetivo era lograr la armonía de intereses entre el individuo y la sociedad en el marco de lo que se denominaba la "Comunidad Organizada” este modelo, superador del capitalismo y del comunismo, suponía la planificación para ordenar el capitalismo y la humanización de las condiciones de vida y trabajo de los asalariados.

Los partidos políticos que, integrados en la Unión Democrática, enfrentaron a Perón en las elecciones presidenciales de 1946 ignoraron las profundas transformaciones que se estaban produciendo en el país. Lejos estuvieron de entender las reformas sociales que impulsaba Perón para dar una mayor participación a los trabajadores en la vida económica y política nacional. Por el contrario, caracterizaron al peronismo como una amenaza para las instituciones demoliberales por su tendencia básicamente "fascista”. En consecuencia, no terminaron de aceptar la derrota electoral de febrero de 1916, lo que constituyó un elemento decisivo para analizar la oposición política al gobierno de Perón.

La conducción alvearista-unionista de la UCR, que había articulado el frente opositor, debió afrontar las consecuencias de la derrota electoral. El sector representado por el Movimiento

 

de Intransigencia y Renovación (MIR) originado a mediados de la década del '30 para actualizar al radicalismo y enfrentar a la conducción conservadora de ALVEAR-consideró que la UCR ya no interpretaba políticamente a la sociedad e impulsó el desplazamiento de aquella conducción.

La pugna entre unionistas e intransigentes comenzó a definirse en 1948 cuando estos últimos ganaron el control del partido.

Los intransigentes incorporaron a la plataforma partidaria principios que consideraban esenciales para la renovación del radicalismo. Planteaban la nacionalización de los servicios públicos, la reforma agraria y una revisión sustancial de la política de radicación de capitales extranjeros. De esta manera, pretendían la recuperación del radicalismo como movimiento popular. Afirmaban un sesgo izquierdista y se presentaban como una avanzada frente a las reformas promovidas por el peronismo, a las que consideraban insuficientes.

Durante el periodo peronista, el radicalismo se mantuvo dividido en tres tendencias que competían para hegemonizar al partido. El MIR en el que sobresalían Lebensohn, Balbín y Frondizi, proponía una táctica superadora del peronismo y denunciaba los abusos del gobierno. El unionismo desplazado de la conducción partidaria, proponía un abierto enfrentamiento con el gobierno peronista, apelando a las Fuerzas Armadas para que derrocaran a Perón y predicaba, en el seno del partido, la abstención electoral. Completaba el cuadro el radicalismo cordobés, encabezado por Sabattini, que terminó adhiriendo a las posiciones del unionismo.

El Partido Socialista fue uno de los más enconados adversarios del peronismo.

Después de cuarenta años de presencia en el Parlamento, los socialistas no pudieron obtener bancas. Por otra parte, perdieron ascendiente en el gremialismo y siguieron alejados de las masas obreras, fueron defensores acérrimos de las instituciones demoliberales y, en defensa de la Constitución de 1853, se abstuvieron de concurrir a los comicios para elegir convencionales constituyentes e invitaron al pueblo a no votar o a hacerlo en blanco.

En cuanto a los conservadores, víctimas de las críticas verbales que prodigaban Perón y Evita a la oligarquía, se sintieron agraviados por los desbordes populares que estimulaba el peronismo. Las modificaciones políticas y sociales introducidas por el gobierno bastaron para hacer recrudecer sus afanes golpistas.

Muchos de sus dirigentes conspiraron junto a aquellos líderes radicales y socialistas que compartían la censura liberal al gobierno.

EI Partido Comunista, tras el fracaso de la Unión Democrática, modificó su táctica frente al peronismo. Pasó a "apoyar lo positivo y criticar lo negativo” del nuevo gobierno. Cambió la

caracterización de Perón: el presidente dejó de ser "fascista para transformarse en populista”. Su férrea organización le permitió sobrellevar el status legalizado que le otorgó el gobierno, pero que incluyó clausuras a sus periódicos, detenciones y torturas a sus militantes, así como el hostigamiento de la policía y de los servicios de informaciones. Al igual que los

Socialistas, dejaron de tener influencia en el gremialismo y entre los trabajadores.

Su participación electoral se mantuvo estable en el periodo y su mejor performance recogió el 3 %o de los sufragios.

 

8)      La expansión de la actividad económica generó entre otros, cambios en la localización de la población, en las condiciones de vida y en la educación. Detalle los más significativos en cada una de las áreas.

La política social del peronismo contribuyó decisivamente a su arraigo entre los sectores populares, en general, y la clase obrera, en particular. En su concepción, la justicia social significaba la redistribución del ingreso en favor de los sectores más desposeídos e implicaba mucho más que el incremento de los salarios nominales. Así la derivación de flujos de ingreso en beneficio de dichos sectores también se efectivizó a través de diversos "gastos sociales”: una vasta legislación laboral que incluía indemnizaciones, vacaciones pagas, disposiciones sobre horarios de trabajo, etc.: un conjunto de instituciones benéficas, como la Fundación Eva

 

Perón, destinadas a atender determinadas carencias sociales: la ampliación del acceso a la vivienda propia, y la elevación general de la dotación sanitaria y educativa.

Del análisis de la política de ingresos puede concluirse que, pese a las discrepancias entre los distintos autores, los salarios reales experimentaron un apreciable crecimiento.

Particularmente, se vieron favorecidos los asalariados urbanos incluidos en los regímenes de convenciones colectivas de trabajo, en el mismo sentido, operó la política estatal de subsidios a los alimentos, de tarifas de los servicios públicos, de congelamiento de los alquileres urbanos. etc. De esta manera, la participación de los asalariados en el ingreso nacional creció hasta 1949-1950, y luego de una caída hacia 1951, tendió a ascender y luego estabilizarse hasta 1955, como veremos más adelante.

El problema de la vivienda fue uno de los legados ingratos que heredo el gobierno peronista. Los resultados del Censo Escolar del Analfabetismo y de la Vivienda de 1943, efectuado en sesenta ciudades del país, mostraron que el hacinamiento era uno de los más graves problemas de índole social y moral.

En consecuencia, la necesidad de resolver este problema se transformó en un objetivo social prioritario para la gestión de las autoridades que asumieron en 1946.

Un instrumento importante para la política de viviendas del peronismo fue la nacionalización del Banco Central. A juicio del gobierno, la acción estatal debía estimular y promover la construcción de la vivienda propia mediante el crédito bancario y el ahorro, por lo que el control de los depósitos bancarios puso en manos del Estado una considerable masa de recursos para canalizarlos a favor del crédito hipotecario, en este sentido, el Banco Central facilitó gran parte de esos recursos al Banco Hipotecario Nacional que no sólo hizo más fluido el otorgamiento de préstamos hipotecarios, sino que rebajó los intereses. En la misma dirección se destacaron organismos gubernamentales, como el Instituto Nacional de Previsión Social, numerosos sindicatos y asociaciones de distinto tipo que encararon la construcción de conjuntos residenciales, e incluso complejos vacacionales, como el de Chapadmalal, aprovechando el establecimiento de las vacaciones pagas y el turismo sindical. El resultado fue un incremento de la demanda crediticia y de la construcción de viviendas, pudiendo estimarse que durante el periodo se edificaron más de 300.000. La política de viviendas fue una de las realizaciones más significativas del gobierno peronista.

La política de salud constituyó otro capítulo especial de la gestión peronista. En este aspecto, la atención sanitaria tuvo su principal inspirador en el primer ministro de Salud Pública de Perón, Ramón Carrillo, Premio Nacional de Ciencias de 1937, este funcionario planteó como eje de su accionar al frente del Ministerio, la prevención sanitaria, en pocos años la infraestructura hospitalaria creció logrando la duplicación del número de camas entre 1946 y 1951, construyéndose veintiún hospitales con capacidad aproximada de 22.000 camas. Entre estas construcciones se destacan los policlínicos de Avellaneda (1951) y Lanús (1952). La gestión de Carrillo promovió la creación, entre otros, de los Institutos de Cirugía Torácica

Y Tuberculosis y de Hemoterapia, y la modernización de establecimientos y centros hospitalarios regionales. La lucha contra las enfermedades endémicas fue un objetivo principal; por ejemplo, logró erradicarse el paludismo. Los sindicatos complementaron la acción estatal, porque favorecidos por el apoyo creditico del sistema bancario oficial, los ferroviarios construyeron su propio policlínico, al igual que los bancarios (en 1950), los obreros de la industria del vidrio (en 1952) y los de Obras Sanitarias.

Los recursos destinados a la educación también crecieron, especialmente a través de la construcción de escuelas primarias y secundarias. Por otra parte, hubo un énfasis especial en la enseñanza técnica de los oficios y artes manuales a los trabajadores, para lo cual se crearon escuelas-fábrica, escuelas de medio turno, escuelas de capacitación obrera para adultos y escuelas de capacitación profesional para mujeres. En este último nivel, la estructuración de un sistema de enseñanza adecuado a las necesidades de los sectores laborales culminó con la creación de la Universidad Obrera Nacional (actual Universidad Tecnológica Nacional) con facultades regionales que priorizaban una enseñanza técnica acorde con los respectivos

 

lugares de localización. Asimismo, se construyeron edificios para las facultades de Odontología, Medicina y Derecho. Esta política amplió el grado de inclusión de los sectores sociales a la capacitación. La matrícula primaría se incrementó un 34 % entre 1945 y 1955, mientras que la secundaria lo hizo en un 134 %, destacándose el crecimiento de la matrícula en las escuelas industriales, que alcanzó un 220 %. En este nivel, comenzó a manifestarse la presencia de alumnos de origen obrero o de baja clase media. Por su parte, la matrícula universitaria se triplicó sin que se produjera una democratización tan intensa como en el nivel medio. En el ámbito universitario, en noviembre de 1949 se decretó la eliminación de los aranceles atendiendo, según el Poder Ejecutivo, a la función social del Estado en amparo de la enseñanza universitaria.

En síntesis, aunque la noción acerca de la responsabilidad del Estado en la resolución de los problemas sociales no era desconocida por algunos gobiernos anteriores, la concreción de la misma a escala hasta entonces desconocida generalizándola hasta abarcar vastos sectores populares, singularizó la gestión de la administración peronista. Es indudable que la política social, ampliamente publicitada, así como el manejo de los resortes del Estado a nivel educativo y el dominio de los medios de información, proporcionaron al gobierno grandes réditos políticos y un nivel de adhesión popular significativo, pero también es cierto que nunca el Estado se había mostrado tan decidido a mejorar las condiciones sociales y económicas de los sectores populares en general y de los trabajadores en particular.

 

 

 

Unidad 6: 1951-1955

 

1) ¿A qué recursos apeló Perón al principio de su segundo mandato ante la crisis económica para conservar su base de sustentación política?

Cuando Perón asumió su segundo mandato (4 de junio de 1952), la crisis económica deterioraba las bases de sustentación del Peronismo. La orientación política del gobierno debió enfrentar un cuadro que ponía en cuestión su supervivencia. Entonces apeló a movilizar su respaldo popular y a acentuar los controles represivos. La política de agitación del peronismo adquirió un tono marcadamente nacionalista y anti oligárquico. El Partido Peronista, dado su aporte electoral a la victoria de Perón, adquirió un tono más relevante, lo que intensifico la radicalización política del país.

La crisis política en curso se agravo con la muerte de Eva Perón. Con esta pérdida Perón se vio privado de un significativo sostén político y de una figura fundamental para el logro de consenso entre los sectores más necesitados de la población. Todo ello cuando la política de austeridad castigaba los consumos populares y provocaba el descontento en la base del peronismo.

A partir de 1953, la situación política se tornó muy inestable. Las denuncias sindicales con respecto al aumento del costo de vida, la oleada de rumores y denuncias sobre la corrupción en el gobierno.

 

2- Considerando que la Iglesia Católica es otro factor de poder indique que tipo de relaciones mantuvo con el primer gobierno de Perón y cuáles fueron los conflictos que emergieron a partir de 1954.

Las relaciones en el primer mandato se habían desarrollado en un marco de cordialidad. Una carta pastoral previa a las elecciones de 1946 recomendó a los católicos votar en contra de los partidos que auspiciaban la separación de la Iglesia y el Estado, la enseñanza laica y el divorcio. De esta manera la Iglesia se manifestó a favor de Perón y en contra de la Unión Democrática, cuyo programa de reformas contemplaba tales aspectos. Tras la Asunción de Perón la Cámara de Diputados ratificaría un decreto por el cual se implementa la enseñanza religiosa.

 

En 1954 se inició un enfrentamiento entre el gobierno peronista y la Iglesia, cuyo pico se alcanza en 1955. La Iglesia Católica Argentina, en respuesta de la estrategia vaticana de impulsar la creación de partidos demócratas cristianos anticomunistas y Pro occidentales, fomento el desarrollo de organizaciones de tipo político y gremial que intentarían restar fuerzas al peronismo. Así en 1954 se funda el Partido Demócrata Cristiano. Desde la perspectiva opositora, el conflicto facilito la apertura de un frente político en el que confluyeron fuerzas heterogéneas: nacionalistas y liberales, clericales y laicistas, derechistas e izquierdistas.

En este frente político adquirieron protagonismo sectores tradicionales del nacionalismo católico, con peso en el Clero y las FFAA. Mientras el gobierno se deterioraba políticamente en su enfrentamiento con la iglesia, los nacionalistas sumaron fuerzas a las corrientes liberales de la coalición opositora, creando nuevas fisuras dentro de las FFAA

El conflicto que se había iniciado con la crítica gubernamental a las actividades políticas de algunos clérigos, pronto adquirió niveles institucionales. En busca de una mayor cohesión de sus fuerzas y de obtener consenso para los nuevos rumbos de la política económica, el gobierno respondió a la oposición con una serie de medidas repudiados por la Iglesia: Logro la sanción de las leyes que establecían al divorcio absoluto, la equiparación de hijos legítimos y extramatrimoniales. Faculto a los gobiernos provinciales y a la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires para permitir la apertura y funcionamiento de prostíbulos. Derogo la enseñanza religiosa en la educación pública. Todas estas medidas iban ser coronadas en 1955 con la aprobación de un proyecto de ley que introducía la separación entre la Iglesia y el Estado.

 

3- Caracterice la actitud del movimiento obrero a partir de la recesión de 1950, su relación con el Presidente y el rol de la CGT.

 

Después de 1950, el proceso de sindicalización llegó a su punto máximo. El movimiento obrero pasó a ser dominado por organizaciones masivas que representaban a más de la mitad de los trabajadores organizados. Hacia 1954, las organizaciones obreras habían cuadruplicado su tamaño abarcando a la mayoría de los gremios localizados fuera del sector agrícola.

Junto a la creación de gran número de sindicatos de masa, la institucionalización de las relaciones obrero-patronales, promovida por el peronismo, estimuló una considerable burocratización de las organizaciones sindicales, que se transformaron en entes multifuncionales. Participaban en la negociación de las convenciones colectivas, eran parte importante en la implementación de las leyes laborales sancionadas por el gobierno, intervenían en los mecanismos creados para mediar en los conflictos entre el capital y el trabajo-comisiones paritarias y tribunales de trabajo-y, en especial después de 1948, desarrollaron importantes funciones en el campo de la seguridad social como la provisión de alimentos y la prestación de servicios turísticos. Estas funciones requirieron la expansión del aparato burocrático de los sindicatos y llevaron a sus líderes a desarrollar gran variedad de habilidades y a contar con un cuerpo de expertos técnicos y legales.

Por otra parte, los sindicatos perdieron la vitalidad característica de los años precedentes. Después de 1950, su papel comenzó a cambiar. La magnitud de los logros del periodo anterior, la neutralización por parte del gobierno de los líderes más combativos, la burocratización arriba mencionada y el pragmatismo de los dirigentes limitaron el desafío sindical al gobierno. No obstante, si bien muchos trabajadores criticaban a sus organizaciones, los sindicatos conservaron su legitimidad y fueron las únicas organizaciones que sobrevivieron a la derrota del régimen peronista. La movilización obrera volvió a incrementarse con motivo de la recesión de principios de los años '50. No alcanzó los niveles de 1946-1947 y su disparador fueron las amenazas a las conquistas económicas de los trabajadores. Entre 1949 y 1951 se produjeron importantes conflictos obreros en los frigoríficos, en la industria azucarera, en los gremios gráfico, ferroviario y bancario. Por su parte, el Estado logró evitar el desborde de los conflictos obreros apelando a la represión, pero al costo del abandono de aspectos de su política

 

financiera restrictiva. Estas luchas, protagonizadas por el sindicalismo peronista o por grupos sindicales sin definida identidad política, parecieron insinuar la ruptura de la alianza entre el movimiento obrero y el Estado.

Desde 1952, se incrementó la participación de los trabajadores en las actividades sindicales. Al tiempo que la inflación reducía sus ingresos reales, se produjo una mayor implicación de los trabajadores en las actividades sindicales sin legar alcanza los niveles de 1946 y 1947. Por otra parte, la presión para resarcirse de las pérdidas económicas se tradujo en el resurgimiento de los conflictos laborales en 1954, cuando la recuperación económica era evidente.

Sin embargo, los trabajadores no consideraron la nueva actividad huelguística como un ataque a Perón. Se trataba de un enfrentamiento con los patrones y se estaba muy lejos de una ruptura entre el régimen y el movimiento obrero.

 

4- La reorientación de la política económica ante la crisis puso de manifiesto la hostilidad de la burguesía agropecuaria e industrial. Identifíquelas y sintetice sus reorientaciones.

A partir de 1949 se fue creando un espacio más propicio para que el Estado procesara las demandas de los sectores económicos predominantes. La reorientación de la política económica ante la crisis, en tanto procuraba reasignar recursos en favor del campo, a través incluso del IAPI, hizo posible la satisfacción de los reclamos de la burguesía agropecuaria. La mejora de los precios, el apoyo crediticio y el estímulo a las exportaciones agropecuarias merecieron el reconocimiento y la disposición a colaborar con el gobierno por parte de la SRA. Por otra parte, en 1953, Perón -buscando disipar las incertidumbres de los terratenientes frente a sus iniciales reivindicaciones de reforma agraria-aseguraba que la gran propiedad no era un obstáculo para el desarrollo económico. Sin embargo, el beneplácito público de la SRA ante esas manifestaciones y la conformidad con el giro de la política económica apenas disimulaban la hostilidad encubierta la burguesía agropecuaria enrolada en la SRA mantenía hacia el que gobierno peronista.

En 1952 culminó su organización la Confederación General Económica (CGE), expresión de la nueva burguesía industrial. El gobierno peronista favoreció la organización de las medianas y pequeñas empresas industriales, en particular de las radicadas en el interior, en busca de respaldo a la reorientación de la política económica justamente cuando, ante la crisis económica que afectaba sus intereses, los empresarios reclamaban una mayor productividad y una modificación de las relaciones de poder, hasta entonces favorable a los trabajadores. Los orígenes de la institución se remontan a 1950 cuando se iniciaron contactos entre la Confederación Argentina de la Producción, la Industria y el Comercio (CAPIC) y la Confederación Económica Argentina (CEA). La primera expresaba los intereses del norte argentino en lo referido a los problemas de los sectores que la integraban, a la necesidad de la descentralización económica del país y apuntaba a una integración regional. Por otra parte, aspiraba al desarrollo económico y social del país como condición para constituir un mercado interno que llevara a la modernidad. La CEA era una entidad que aglutinaba a los grandes empresarios bonaerenses, adheridos a las políticas del gobierno peronista y con intereses asimilables a os de la intervenida UIA. Por fin, en diciembre de 1952, con la decisiva intervención de PERON, se articularon los intereses del interior y los de la Capital Federal y se constituyó la CGE, aunque recién en agosto del año siguiente se elegiría como su presidente al empresario José B. GEL BARD.

La primera cúpula que dirigió la CGE hasta 1955 tuvo un sesgo ambiguo. A despecho del indisimulado apoyo al peronismo y de los elogios públicos de Gelbard a PERON, sus pretensiones no diferían sustancialmente de las expuestas al gobierno por la Bolsa de Comercio. Reclamaba la derogación de los precios máximos, exigía el aumento de las importaciones de insumos, combustibles y bienes de capital, solicitaba la liberalización de la política crediticia y la reducción de los impuestos y se quejaba de las excesivas cargas sociales y del sistema de las cajas de jubilaciones. Pedía la reducción de la intervención estatal y, lejos de oponerse a las inversiones directas extranjeras-como era esperable de una burguesía nacional

 

simplemente solicitaba que no entraran en competencia con la industria local. Sólo en un aspecto difería de los planteos de los grupos económicos tradicionales: insistía en la descentralización de la estructura económica del país. Asimismo, al igual que dichos grupos, luego del armisticio celebrado con PERON tras su reelección, aguardaba que el cambio de política económica fuera seguido por la caída del presidente.

 

5- Indique las aspiraciones de la "Tercera Posición" propuesta por el peronismo y el posicionamiento internacional del país.

El gobierno peronista debió diseñar su política exterior en un contexto poco propicio. La declinación de Gran Bretaña -tradicional aliado de la Argentina-, la herencia que significaba las conflictivas relaciones con los Estados Unidos, el aislamiento diplomático padecido por el país durante la Segunda Guerra Mundial y las presiones emergentes de la Guerra Fría, constituyeron factores que las autoridades debieron contemplar para formular una política exterior que lograra ciertos márgenes de autonomía en el escenario internacional, y que fue denominada de la Tercera Posición”.

La propuesta doctrinaria aspiraba al desarrollo de una política exterior que no significara un alineamiento automático con los bloques en conflicto. Si bien reconocía la pertenencia cultural y geográfica a Occidente y se definía en la Guerra Fría con el bloque occidental, rechazaba toda subordinación a los intereses de los Estados Unidos Por otra parte, afirmaba la no intervención en los asuntos internos de otros países, la integración con los países vecinos, la necesidad de la unidad latinoamericana, la preeminencia de la paz internacional por sobre los intereses coyunturales de las naciones y la no participación en conflictos bélicos y/o económicos que comprometieran la seguridad argentina. Descartando toda ruptura del orden internacional, se desechaba una "asociación" estable con la potencia hegemónica que impusiera una subordinación periférica irreversible.

Como señala WHITAKER, la política peronista de la Tercera Posición en el plano internacional constituía la búsqueda de aumentar el "poder de regateo" o, más aun, la "posibilidad de negociar" con propósitos nacionalistas, aprovechando la ruptura Este-Oeste, pero sin apartarse de Occidente.

Como corolario a los presupuestos universalistas de la doctrina de la Tercera Posición, la política económica aspiraba, a nivel internacional, a la diversificación de los mercados compradores y vendedores. Así se propiciaban convenios bilaterales con todos los países en abierta contradicción con el multilateralismo que los Estados Unidos pretendían imponer en la economía mundial, y en esta línea la Argentina no adhirió durante el peronismo a los organismos financieros internacionales establecidos durante la guerra en la Conferencia de Bretton Woods, como el FMI y el Banco Mundial. El gobierno peronista tenía, en cambio entre sus metas de mediano plazo, el fortalecimiento del comercio con los países del Cono Sur, tras el objetivo ulterior de lograr una mayor integración económica y política regional.

Debemos señalar, sin embargo, que, en los hechos, la Argentina de la época no iba a contramano de lo que ocurría en el mundo. Pues con el programa de reconstrucción europea, el FMI y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento redujeron sus operatorias, no se pudo crear una organización internacional de comercio y los mismos EE.UU. establecieron cuotas de importación para productos agrícolas. De ese modo, el acento se desplazó del multilateralismo sobre bases universales, a través de las instituciones de Bretton Woods, al objetivo de la "recuperación europea” y la liberalización en el seno de bloques determinados, predominando todavía, hasta mediados de la década de 1950, los mecanismos bilaterales.

La política exterior del gobierno peronista osciló así entre la confrontación nacionalista y el pragmatismo negociador, aspectos que estuvieron presentes de manera permanente, aunque el predominio de uno u otro, en los diversos periodos, reflejó los alcances del programa reformista del gobierno, la variación de su fuerza interna y los cambios de los márgenes que le brindaba el escenario internacional y latinoamericano.

 

De esta manera, se desarrollaron nuevos ejes en el posicionamiento internacional del país, tales como el impulso a las relaciones económicas con la URSS otras naciones del este europeo y las iniciativas de unidad regional en América Latina. Se buscaba también contrapesar las relaciones con la potencia norteamericana a través del fortalecimiento de los vínculos existentes con Gran Bretaña y otros países de Europa Occidental.

Esa "pendularidad” reflejaba la intención de aprovechar, desde una posición autonómica, la competencia y rivalidades extremas-y entre sectores internos que favorecían una u otra relación- para negociar en mejores condiciones. Pero si en los comienzos de su gobierno esta política había dado réditos a PERON, debido sobre todo al mayoritario apoyo interno con el que contaba, a mediados de los años '50, cuando ese apoyo comenzó a debilitarse, las relaciones exteriores se convirtieron en un ejercicio de supervivencia en el marco de una espiral de presiones contrapuestas que contribuyeron al debilitamiento y caída del gobierno.

 

6- Las tensiones con la Iglesia, el deterioro de la situación política fueron ampliando los conflictos con la oposición estallando en septiembre de 1945. ¿Quiénes conspiraron en el Golpe de Estado?, ¿Qué reacción tuvo Perón ante el clima conspirativo? ¿Qué factores contribuyeron al éxito del golpe?

A partir de 1949 se fue creando un espacio más propicio para que el Estado procesara las demandas de los sectores económicos predominantes (agro e industria). La reorientación de la política económica ante la crisis, procuraba resignar recursos a favor del campo que hizo posible la satisfacción de los reclamos de la burguesía agropecuaria. La mejora de los precios, el apoyo crediticio y el estímulo a las exportaciones agropecuarias merecieron el reconocimiento y la disposición a colaborar con el gobierno por parte de la SRA (Sociedad Rural Argentina).

Al igual que la entidad ruralcita, la Bolsa de Comercio manifestó su acuerdo con el nuevo rumbo de la política económica, sin embargo consideraba necesario un mayor apoyo a la libre empresa y un recorte más profundo de la intervención estatal en la economía. También consideraba que el desarrollo económico del país requería el restablecimiento de la vinculación con los capitales y bienes de los centros económicos internacionales.

En 1952, culmino su organización la Confederación General Económica (CGE), expresión de la nueva burguesía industrial. El gobierno peronista favoreció la organización de las medianas y pequeñas empresas industriales y en particular las del interior, en busca de respaldo a la reorientación de la política económica justamente cuando, ante la crisis, los empresarios reclamaban una mayor productividad y una modificación en las relaciones de poder (hasta entonces favorables para los trabajadores).

Los orígenes de la CGE, se remontan a 1950 cuando se iniciaron contactos entre la Confederación Argentina de la Producción, la Industria y el Comercio (CAPIC) y la Confederación Económica Argentina (CEA). La primera expulsaba los intereses del norte argentino, a la necesidad de la descentralización económica del país y apuntaba a una integración regional, por otra parte aspiraba al desarrollo económico y social del país como condición para constituir un mercado interno. La CEA era una entidad que reunía a los empresarios bonaerenses, adheridos a las políticas del gobierno peronista. En 1952 con la intervención de Perón, se articularon los intereses del interior y los de la Capital Federal y se constituyó la CGE.

La primera cúpula que dirigía la CGE tuvo un sesgo ambiguo. A pesar del indisimulado apoyo al peronismo, sus pretensiones no diferían de loas expuestas por la Bolsa de Comercio.

Reclamaba la derogación de los precios máximos, exigía el aumento de las importaciones de insumos, combustibles y bienes de capital, solicitaba la reducción de impuestos y se quejaba de las excesivas cargas sociales y del sistema de las cajas de jubilaciones, pedía la reducción de la intervención estatal y no se oponían a las inversiones directas extranjeras, simplemente solicitaban que no entren en competencia con la industria local.

 

Unidad 7: 1955-1966

El golpe de Estado organizado por la oposición a Perón contó con la decisiva participación de oficiales del Ejército y la Armada, fue encabezado por el Gral. Lonardi, representante de los sectores católicos y nacionalistas, el 16 de setiembre de 1955 y tuvo su epicentro en Córdoba. Pese a que las fuerzas militares leales al gobierno eran notoriamente superiores, el foco rebelde logró mantenerse aunque sin llegar a extenderse. El 19 de setiembre, cuando la situación militar distaba de ser desfavorable para el gobierno, el presidente Peraaaaón ofreció la posibilidad de su renuncia al Ministro de Ejército, Gral. FRANKLIN LUCERO. Este formó una junta de generales para negociar con los sublevados, lo que provocó el desmoronamiento del dispositivo militar leal al gobierno y precipitó el 20 de septiembre la capitulación frente a los golpistas. PERON debió refugiarse en la embajada del Paraguay, punto inicial de un prolongado exilio que lo llevara a países como Venezuela, Panamá y la República Dominicana, para afincarse finalmente en su residencia de Puerta de Hierro, en Madrid.

Triunfante el golpe, su cabecilla, el Gral, Lonardi se declaró presidente provisional el 21 de setiembre de 1955. Ignorando las relaciones de fuerza del momento, se dispuso a desarrollar una política de concordia con los vencidos en el terreno militar y civil. Esta actitud conciliatoria le valió la oposición de la oficialidad liberal, de los partidos políticos tradicionales y de los grupos de presión que aspiraban a una depuración del Estado y de la sociedad argentina eliminando todo rastro de peronismo. Sin llegar a cumplir dos meses en el ejercicio de la presidencia (bajo la presión de un grupo de oficiales, en su mayoría golpistas de 1951, Lonardi fue obligado a renunciar). De esta manera, comenzó un periodo de represión política del peronismo que "encubría muchas veces un odio social, un enfrentamiento de clases que el Gral. Lonardi ignoraba por completo".

EI Gral. Pedro E. Aramburu, elegido nuevo presidente mediante un acuerdo entre oficiales del Ejército y la Marina, se mostró decidido a eliminar todo vestigio del régimen peronista. Por el mismo acuerdo, la Armada ratificó al Almirante ISAAC F ROJAS expresión de los sectores ultraliberales como vicepresidente. El nuevo gobierno de la “Revolución Libertadora", argumentando la defensa de la democracia, intervino la CGT, disolvió al Partido Peronista y la CGE, proscribió las actividades políticas de los peronistas, prohibió el uso de sus símbolos y arresto a muchos de sus dirigentes. Anuló, por decreto, la Constitución de 1949 y reinstauró la de 1853. Por otra parte, bajo consignas democratizantes se encubrió el retorno al liberalismo económico y social atestiguado por la composición del gabinete en el que estaban presentes hombres provenientes de los grupos oligárquicos y del mundo de los negocios. Así, los grupos dirigentes desplazados por Perón volvieron a ocupar posiciones en el Estado.

El gobierno revolucionario creó un órgano de asesoramiento denominado Junta Consultiva Nacional en funcionamiento desde la asunción de LONARDI Y presidida por el vicepresidente Rojas, estaba integrada por veinte miembros representantes de los partidos políticos antiperonistas. De esta manera, dichos partidos obtuvieron una participación marginal en las decisiones de poder. En la práctica, la Junta actuó como caja de resonancia de los problemas políticos que debía enfrentar el gobierno militar y se transformó en un foro de debate entre partidos políticos cada vez más competitivos.

 

 

2- Explique los motivos por los cuales el objetivo de "desperonizar" al país fracasaron, el rol jugado por la "resistencia peronista" y los objetivos de la Convención Constituyente de 1957.

Paulatinamente la situación del gobierno fue tornándose delicada. Entre los peronistas se organizó la resistencia: huelgas severas, sabotaje de la producción y desobediencia civil enrarecieron la atmósfera social. El 9 de junio de 1956 se originó una rebelión amada contra el

 

gobierno encabezada por el Gral. Juan J. Valle y apoyada por grupos de civiles. Falto de preparación y organización, el levantamiento fue aplastado en pocas horas y se produjeron cerca de mil arrestos. El gobierno implantó la ley marcial, aplicó un procedimiento sumario a los supuestos líderes de los rebeldes y a simples sospechosos, condenándolos al fusilamiento. Se ejecutó a treinta y ocho civiles y militares, entre ellos al Gral. VALLE, único golpista argentino a quien se aplicó la pena máxima por rebelión amada. La dura represión ahondó y transformó en drama la división política entre peronistas y antiperonistas.

En 1957 el gobierno convocó a una convención constituyente como paso previo a las elecciones nacionales para elegir nuevo presidente. La elección de los convencionales fue un test que apuntaba a evaluar la correlación de fuerzas entre los distintos partidos y, fundamentalmente, la orientación del electorado peronista.

Los resultados adjudicaron la representación mayoritaria a los partidarios del gobierno. Sin embargo, los votos en blanco, básicamente peronistas, superaron a los de la primera minoría (la UCR del Pueblo). La Asamblea Constituyente sesionó a fines de agosto de 1957 y el resultado más significativo de las deliberaciones fue a declaración de la vigencia de la Constitución de 1853, excluyendo las reformas de 1949 y la incorporación del art. 14 bis, garantizando varios derechos sociales básicos, entre ellos el de huelga. La segunda minoría, expresión del radicalismo frondizista, impugnó la asamblea y se retiró del recinto, convirtiéndose en portavoz del voto en blanco. Por su parte, los partidarios del gobierno, durante la asamblea rivalizaron entre sí formulando propuestas destinadas a captar al electorado peronista. El objetivo de desperonizar al país estaba a punto de fracasar.

La elección presidencial, convocada para febrero de 1958, quedó reducida en la práctica a una confrontación entre los dos sectores en que se había dividido el radicalismo. La fórmula de la UCR Intransigente, encabezada por Frondizi derrotó al binomio de la UCR del Pueblo, encabezado por Balbín y apoyado por el oficialismo.

Para sorpresa del gobierno, que apostaba al triunfo de este último, FRONDIZI se impuso con el 45 % de los votos. El aporte del voto peronista resultado de un acuerdo con Perón decisivo para la victoria intransigente. Los militares debían abandonar el gobierno resentidos contra el candidato triunfante que había utilizado la proscripción de los peronistas en contra de la Revolución Libertadora.

 

3- ¿A qué se llamó "gobiernos tutelados" o "Democracias restringidas"? ¿Quiénes los ejercieron y cuáles las decisiones en pugna con militares y aliados civiles que provocaron el alzamiento de jefes castrenses?

Se llamó “gobiernos tutelados” al periodo con la autodenominada “Revolución Libertadora” porque fue una forma particular de régimen entre 1955-1966 en el que las Fuerzas Armadas tuvieron un rol protagónico. En esta etapa predominaron gobiernos débiles tanto militares como civiles.

Frondizi: Las relaciones del Poder Ejecutivo con los militares siguieron siendo críticas. La autonomía de las FFAA, respecto del poder civil estaba institucionalizada y los derrotados por Frondizi querían su revancha estimulando dicha autonomía. Las FFAA asumieron su tutelaje sobre el gobierno expresado a través de más de treinta planteos institucionales orientados a asegurar el control de las fuerzas en manos de oficiales “libertadores” o a promover personajes del conservadorismo en el gabinete. El gobierno opto por ceder a las exigencias de los militares y se tradujo en un nuevo avance del poder militar sobre el poder civil.

El contexto internacional contribuyo a reforzar y justificar la intrusión militar en la vida política. El enfrentamiento entre EEUU y la Cuba Castrista, instalo la Guerra Fría en el continente americano. Para los uniformados argentinos ultraliberales, los comunistas y los peronistas eran dos modalidades del mismo totalitarismo a combatir. Los organismos de seguridad e información controlados por los militares se multiplicaron y crecieron tratando de controlar a las actividades políticas. Para satisfacer a las FFAA el gobierno decidió aplicar el plan CONINTES, que otorgaba amplios poderes a los jefes militares en la lucha antisubversiva.

 

Las elecciones dieron el triunfo al Frente Justicialista, la primera reacción gubernamental fue la intervención federal en las provincias donde había triunfado el justicialismo. Esta medida, acordada con los militares, no impidió que los jefes castrenses dispusieran el derrocamiento del presidente, argumentando la necesidad de asegurar los ideales de la “Revolución

Libertadora”. Con el nuevo golpe las FFAA ratificaban su autonomía con respecto al poder civil en el marco de sus nuevas funciones de preservación del orden social y económico frente a los totalitarismos.

José María Guido: Mientras los sectores más peronistas pretendían implantar un gobierno de facto, aquellos que propugnaban mantener mayores márgenes de legalidad no deseaban comprometer a las instituciones militares en el manejo del gobierno nacional. Con el apoyo de estos últimos, personalidades civiles vinculadas al mandatario derrocado lograron que Guido, presidente del Senado, asumiera la magistratura. El nuevo Gobierno nació debilitado y fuertemente condicionado por la tutela de las FFAA. Los comandantes impusieron a Guido un gabinete con marcadas tendencias antiperonistas, antifrondizista y reaccionario.

El gobierno sanciono un Estatuto de los partidos políticos en vista de las elecciones programadas para octubre de 1963. El Estatuto proscribía al peronismo calificado como “totalitario” y a los partidos de izquierda, estableció restricciones para partidos políticos menores y de hecho solo dos radicalismos (UCRI y UCRP) y la Democracia Cristiana quedaban habilitados para las elecciones. El gobierno Cívico-Militar había dado el paso más firme hacia una dictadura tutelada por la facción “gorila”.

El ejército se dividió en dos facciones: los azules y los colorados. Los azules, legalistas, cuestionaban la indisciplina de los altos mandos ultraliberales y la injerencia de la Marina en los problemas internos del Ejército. Su Antiperonismo era “profesional” y consideraban que, pese a los excesos del pasado, el peronismo era una fuerza nacional y cristiana. Por el contrario para los colorados, el peronismo era un movimiento de clase sectario y violento que desataba el resentimiento obrero y distorsionaba los fundamentos de la jerarquía social como antesala del comunismo. Las dos facciones terminaron combatiendo y el bando azul en colaboración con la Aeronáutica logro vencer a los colorados.

El triunfo de los azules precipito un cambio de gabinete en el que se consolido una tendencia más moderada y negociadora. Se intentó una nueva estrategia legalista tendiente a integrar al peronismo a la vida política. Se trataba de organizar un frente Nacional y Popular con la UCR y la Democracia Cristiana, buscaban un “peronismo sin Perón”, no obstante, el proyecto fue inviable.

Luego la Marina se rebelaron para modificar la estrategia electoral del gobierno, la rebelión fue controlada, pero, con motivo de la crisis, los militares azules renunciaron a la política integracionista ya que no estaban dispuesto a prolongar los enfrentamientos ni negociar con Perón por una integración más sólida.

Arturo Illia: Con el apoyo de los conservadores, de varios partidos provinciales, de los demócratas cristianos, los socialistas demócratas, la candidatura del radicalismo del pueblo se consagro.

Las elecciones presidenciales de 1963 volvieron a crear las condiciones para una democracia restringida. Los militares azules proscribieron a los peronistas, el Frente se desmorono y Perón dispuso que sus partidarios votaran el blanco.

El gobierno radical surgió debilitado. Si bien tenía mayoría en el Senado, tenía minoría en la Cámara de Diputados. Había triunfado gracias a la proscripción del peronismo.

En cuanto a las relaciones con las FFAA, el hecho de que la UCRP eran aliados civiles de los colorados y que el ejército estaba en mano de los azules planteaba un interrogante sobre la viabilidad del gobierno en el futuro.

 

4- Detalle las características relevantes de la política exterior durante los gobiernos de factos y los tutelados. (Con EE.UU., Cuba, Brasil en el marco de la Guerra Fría).

ESTADOS UNIDOS:

 

Aramburu: Con el Presidente Aramburu, se firmaron una serie de acuerdos de cooperación mediante los cuales el gobierno acepto el funcionamiento permanente de una misión militar norteamericana con el objetivo de coordinar y uniformar los armamentos que serian utilizados en la defensa del continente.

La Argentina recibió también créditos para la compra de equipamientos navales, la adquisición de un portaaviones y varios destructores y submarinos (unidades que estaban fuera de servicio en la Armada de EEUU).

Sin embargo las relaciones no fueron tan fluidas con EEUU, la cancelación del contrato con la Standard Oil de California y la suspensión de negociaciones contras compañías no cayeron bien en el país del Norte. También hubo dificultades para obtener de organismos financieros como el Eximbank el monto de los créditos que solicitaban.

También hubo una “ruptura” de la política pro occidental en la que Aramburu envío al Ministro de Industria y Comercio a Moscú para comprar equipos para la industria del petróleo y la construcción vial y para aprovechar créditos pendientes con la URSS. Esta misión no fue bien apreciada en los EEUU y el secretario de Estado hablo de una posible “ofensiva soviética” en América del Sur.

Frondizi: Procuro, por un lado, adoptar la conducta internacional del país a los principios, que, consideraba prioritarios, del desarrollo económico. Eso explico su interés por atraer capitales extranjeros de cualquier origen y sus intentos por consolidar los lazos económicos con EEUU. Pero al mismo tiempo intento mantener grados de autonomía en las relaciones con el mundo que lo iban a llevar a actitudes “comprensivas” hacia el régimen cubano.

El acceso de Kennedy a la presidencia de EEUU coincidió con el desafío de Cuba liderada por Fidel Castro, le dio a Frondizi la oportunidad de ejercer un papel más relevantes en los asuntos del continente, invocando a los tradicionales principios de la Argentina sobre política exterior, tales como el respeto a la autodeterminación, la no intervención en asuntos internos de otros países y la búsqueda de soluciones pacíficas en las disputas internacionales, el presidente argentino formulo una política exterior que aunque procuraba dar pruebas de amistad con EEUU, manifestaba al mismo tiempo una renuncia a tomar medidas precipitadas contra Cuba. El accionar de la diplomacia argentina fue fuertemente criticado por el ejército y fue uno de los factores que contribuyeron a su derrocamiento.

José María Guido: Con la crisis financiera que atravesaba la Argentina y el riesgo de expansión del comunismo en la región determinaron que los EEUU prestarían no solo ayuda militar, sino también apoyo económico al gobierno de Guido, que adopto una política más complaciente hacia EEUU.

El país colaboro militarmente con EEUU en la crisis provocada por la instalación de misiles soviéticos en Cuba, participando del bloqueo a la isla caribeña con el envío de naves de guerra y aviones de patrullaje, abandonando el principio de autodeterminación de los pueblos alineándose tras la política hemisférica estadounidense.

Arturo Illia: Delineo una política exterior con la línea de pensamiento del Yrigoyenismo. Su gestión se orientó hacia posiciones de mayor autonomía nacional y de estímulo a los procesos de integración regional, siendo partidario de los viejos principios de no intervención y el rechazo a la doctrina de “fronteras ideológicas”.

Una cuestión que va a tensar desde un principio la gestión de Illia con EEUU es la anulación de los contratos petroleros firmados con empresas norteamericanas en la época de Frondizi.

También la cuestión de la Ley de los Medicamentos, que afectaba a laboratorios norteamericanos fue motivo de conflicto entre los dos países. Otro tema fue la crisis política en República Dominicana que EEUU decide intervenir presionando a los países de América Latina para que apoyaran esa intervención. El gobierno de Illia vota favorablemente en la OEA respaldando esa intervención, pese a la firma no envío tropas a la Republica Dominicana.

 

Relaciones con Brasil y la Cuestión Cubana:

 

El programa de gobierno de Frondizi le otorgo prioridad a la industrialización considerada fundamental para el desarrollo económico de la Argentina, Brasil tenia objetivos similares, esto le permitió a los dos países establecer un mayor nivel de entendimiento. Luego de que Frondizi apoyara la Operación Panamericana (OPA), creo un clima de comprensión y convergencia favorable con Brasil, posibilito la creación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y de la ALALC (Asociación Latinoamericana de Libre Comercio).

Al asumir Jamio Quadros a la presidencia de Brasil ambos mandatarios comprendieron que debían dejar de competir para influenciar a los países vecinos y orientar sus esfuerzos en el desarrollo de la región. El interés de Frondizi consistía no solamente la venta de cereal al mercado brasileño, sino también productos argentinos industrializados.

La cuestión de Cuba tuvo significativas repercusiones en la Argentina cuando Frondizi concedió una entrevista a Ernesto “Che” Guevara, este último ratifico la intención de su país de mantenerse en el sistema interamericano y subrayo que aunque la Revolución tenía un carácter socialista era independiente de la URSS. Por su parte Frondizi rechazo toda solución violenta y se comprometió a defender la permanencia de Cuba en el sistema. Esto fue una gran preocupación para las FFAA argentinas ya que según su concepción, toda actitud que no sea opositora a la Cuba castrista, era considerada como una adhesión al comunismo.

 

5- La CIA y la Doctrina de la Seguridad Nacional fueron sujetos partícipes de los Golpes de Estado. Explique su rol.

Un factor importante en el golpe de Estado que derrocó a Illia tuvo que ver con la actitud del empresariado industrial transnacionalizado. Tanto la anulación de los contratos petroleros como el proyecto de ley de medicamentos y la regulación de la industria automotriz fueron considerados desafortunadas intervención es del Estado en la actividad económica privada. La primera medida determinó que el gobierno de los EE UU enviara un delegado especial para presionar al gobierno argentino. En el plano interno, ALSOGARAY criticó públicamente la decisión de las autoridades en tanto podía redundar en una actitud negativa por parte de los organismos internacionales y de los grandes inversores. Por su parte, La Ley de Medicamentos, destinada a regular y controlar los precios de dichos productos en sus etapas de producción y comercialización, fue cuestionada por los grandes laboratorios transnacionales mediante solicitadas en los diarios. En este contexto es muy probable que los intereses transnacionales hayan estado vinculados "a la campaña ideológica que se desató a través de los principales medios de difusión contra el gobierno de la UCRP.

Los servicios de inteligencia estadounidenses estaban al tanto de los planes golpistas. A fines de mayo de 1965, la Agencia Central de Inteligencia Norteamericana (CIA) tenía conocimiento de la decisión de los altos mandos militares de encarar un golpe de Estado. Al respecto, dicho organismo reseñaba en un informe a responsabilidad y "seriedad de los objetivos del futuro gobierno militar tal como los había enunciado el comandante del Primer Cuerpo de Ejército, Gral. JULIO ALSOGARAY La agencia norteamericana involucraba en la actividad golpista a los Generales Juan CARLOS ONGANIA, PASCUAL PISTARINI, ALEJANDRO Lanusse, Osiris VILLEGAS y al mencionado ALSOGARAY.

Sin embargo, el secretario adjunto del Departamento de Estado, Lincoln GORDON, tenía sus recelos sobre el futuro institucional del país a pesar de su respaldo básico al golpe en ciernes y de que el Gral. Onganía, que encabezaba el movimiento, era el hombre de mayor proximidad a las posiciones norteamericanas.

No se debe olvidar la aplicación de la Doctrina de la Seguridad Nacional, que estaba en aquella época difundiéndose entre los militares latinoamericanos en función de mantener el orden interno de sus respectivos países frente a la amenaza comunista y sobre todo a la Revolución Cubana, y justificaba las actitudes golpistas. Como señalaba un documento norteamericano de la época, el rol principal de las Fuerzas Armadas en América Latina "se traduce en la necesidad no solo de defender a la nación de ataques externos y preservar el orden interno, sino

 

también en la remoción de los líderes gubernamentales de sus puestos. En cualquier momento en que el ejército considere su conducta perjudicial para el bienestar de la nación”.

 

Unidad 8: 1966-1976

 

El régimen emergente del golpe militar de junio de 1966 se autodenominó “Revolución Argentina". Los golpistas no sólo destituyeron a los miembros del Poder Ejecutivo Nacional, sino también a las autoridades provinciales, las municipales y los miembros de la Corte Suprema. Las legislaturas nacionales provinciales fueron disueltas la actividad de los partidos políticos fue prohibida y sus bienes, confiscados. Los militares consideraron que para solucionar la crisis de autoridad, la intranquilidad de las fuerzas laborales y la indisciplina social, características del periodo 1955-1966, debían abandonar el modelo de intervención tutelar y participar directamente en los asuntos de gobierno.

El documento más importante de la Junta de Comandantes de las Fuerzas Armadas, promotora del golpe, fue el denominado "Estatuto de la Revolución Argentina". Este eliminaba la división de poderes tal como estaba prescripta en la Constitución: los poderes ejecutivos y legislativos se concentraban en la persona designada como presidente de la Nación. El presidente estaba facultado para nombrar gobernadores provinciales, los que, a su vez, ejercían los poderes ejecutivos y legislativos locales. Además, el Estatuto establecía que los nuevos jueces designados para la Corte Suprema de Justicia debían jurar priorizando sus disposiciones por sobre las de la Constitución. El documento no fijaba límites temporales al ejercicio de la presidencia, aunque disponía que, en caso de muerte o incapacidad de su titular, los comandantes en jefe nombrarían a su sucesor. De esta manera, bajo la premisa que significaba el control autoritario del país, la Junta se autoasignaba poderes constituyentes.

 

 

2- Qué objetivo se planteó dicha “revolución” ¿En qué consistió el esquema de los" tres tiempos" de Onganía?

Los objetivos de la "revolución" habrían de plasmarse según un esquema que debía transitar por tres tiempos. El primero, el "tiempo económico", buscaría destrabar el desarrollo industrial, facilitando la acumulación en los sectores más modernos. Estos, al disminuir los costos operativos, constituirían un aparato productivo más eficiente, acabando con la inflación y con los recurrentes ciclos depresivos. En ese momento, se abriría el "tiempo social", destinado a distribuir la riqueza acumulada en la etapa anterior, superando el carácter regresivo, inevitable en el "tiempo económico", y eliminando los conflictos sociales.

Finalmente, se llegaría al "tiempo político", que, en un futuro lejano y difuso, permitiría la apertura a la participación de la sociedad en el marco de un incógnito sistema institucional distinto del vigente hasta 1966, caracterizado por las antiguas antinomias como la que enfrentaba a peronistas y antiperonistas.

Hasta la llegada del "tiempo político", el gobierno no sería permeable a manifestaciones de oposición, como se reveló rápidamente. El ámbito universitario fue el primer frente de tormenta que puso al desnudo las intenciones gubernamentales. Interpretando que la "politización" de las universidades constituía un terreno propicio para la "infiltración marxista", el gobierno -a fines de julio- decidió eliminar la autonomía de esas casas de estudio. A manera de respuesta, numerosos profesores de la UBA presentaron sus renuncias y se exiliaron antes de que el gobierno decidiera sus cesantías. Los centros estudiantiles fueron desalojados mediante la violencia, y la reacción de los jóvenes derivó en enfrentamientos con la policía, que asaltó la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA durante la denominada "noche de los bastones largos, en la que fueron golpeados y arrestados profesores y alumnos.

 

3- El perfil ideológico del gobierno fue bifronte: antiliberal en lo político y liberal en lo económico. Explique en qué consiste cada concepto.

El perfil ideológico del gobierno era bifronte: antiliberal en lo político y liberal en lo económico. La presencia en el gabinete de nacionalistas católicos de derecha impulsaba fórmulas neocorporativas en reemplazo del orden político tradicional, considerado anticuado y caduco. Este era el "cambio de estructuras" prohijado y que generaba escozor entre los sectores identificados con la tradición política del liberalismo. De todos modos, Onganía complementaba esta perspectiva con un manejo liberal del orden económico. En definitiva, todos debían contribuir al desarrollo y a la "modernización" del país, objetivos que no tenían que estar sujetos al de bate político y a la arbitrariedad del conflicto social.

Para el cumplimiento de dichos objetivos de política económica se acentuó el autoritarismo. Así, se promulgaron distintas leyes de corte represivo que reglamentaban las atribuciones de los organismos encargados de la seguridad nacional, disponían la movilización de la población civil en caso de perturbaciones del orden interno, ampliaban las prerrogativas del Consejo Nacional de Seguridad (Conase) y de la Secretaria de Inteligencia del Estado (SIDE) y reprimían las actividades comunistas. También se intervinieron los medios de comunicación, se restringió la libertad de prensa y se censuraron varias manifestaciones de la cultura. Todo el despliegue represivo apuntó, fundamentalmente, a prevenir las reacciones de los sectores que serían victimas del ajuste requerido por la "racionalización económica”.

La ofensiva racionalizadora se descargó, en un principio, sobre los trabajadores de los sectores del transporte y la energía. Portuarios, ferroviarios, personal de los servicios de electricidad y petroleros sufrieron, en algunas oportunidades, la intervención o la pérdida de la personería gremial de sus sindicatos. En otros casos, el recorte de conquistas gremiales dio lugar a reacciones huelguísticas que fueron severamente reprimidas con el arresto de los delegados sindicales y el despido o sanción a los trabajadores.

Mientras el reordenamiento laboral se hacía extensivo a la clase obrera, otros sectores sociales sufrieron los efectos de la modernización económica. Los comerciantes, las pequeñas y medianas empresas, los funcionarios y empleados del sector público, los agricultores y, finalmente, los grandes productores rurales padecieron las consecuencias de una política económica tendiente a favorecer a la gran industria y a las empresas extranjeras. Las tensiones sociales se fueron acumulando y la inexistencia de mecanismos representativos que permitieran su canalización creó las condiciones para un estallido popular.

 

4- Hacia 1969 el gobierno de Onganía evidenciaba sus fracasos. ¿Cómo se reflejó este deterioro en la sociedad civil y las FF.AA? En esa coyuntura: ¿Quiénes aparecen en primera plana?

A tres años de su imposición, el deterioro del gobierno de Onganía alcanzó su punto máximo. Las calles pasaron a constituirse en el escenario de movimientos populares de protesta, inspirados también por el clima internacional desencadenado desde el "mayo francés" y las movilizaciones contra la Guerra de Vietnam en los EE.UU. En mayo de 1969, la movilización popular se inició en Corrientes con motivo del asesinato de dos estudiantes por parte de la policía. Las manifestaciones de solidaridad de los estudiantes rosarinos fueron a su vez reprimidas, provocando la muerte de otro estudiante. Las movilizaciones se reprodujeron en Tucumán y La Plata. Pero el gran estallido social tuvo lugar en Córdoba y se lo conoció como "el Cordobazo”. El 29 de mayo, una marcha de protesta de organizaciones obreras y estudiantiles, en repudio a un intento corporativista del gobierno provincial ya la supresión del "sábado inglés" -vigente desde 1932-, enfrentó y rebasó a las fuerzas policiales que intentaban reprimirla. Los manifestantes tomaron el control de la ciudad con el apoyo de gran parte de la población. La ulterior intervención represiva de tropas militares dio lugar, durante tres días, a numerosos enfrentamientos callejeros. Recién el 3 de junio la situación quedó bajo control militar. Como consecuencia de los enfrentamientos, el gobierno reconoció un saldo de

 

dieciséis muertos, numerosos heridos y más de dos mil detenidos, además de costosos daños a bienes e inmuebles y pérdidas de salarios y jornales. Con el Cordobazo comenzó la cuenta regresiva para el régimen de Onganía.

Desde el comienzo de su mandato, Onganía había tratado de apartar a las FF.AA. de toda participación en las decisiones gubernamentales procurando asegurarse la obediencia de los comandantes. Sin embargo, la prohibición de las actividades políticas propició la politización del ejército, con lo que se revirtió la profesionalización de los cuadros militares lograda a partir de 1963 por el bando azul. Los líderes militares se convirtieron en interlocutores de grupos de opinión y políticos que requerían su influencia para oponerse al rumbo político o económico del gobierno, para manifestar su desacuerdo con algunos funcionarios o para reclamar la revolución nacional anunciada por Onganía .El presidente, que no había precisado la duración de su mandato, dio a entender que necesitaba una década para llevar a cabo la transformación económica y social y arribar finalmente a la institucionalización política sobre nuevas bases.

Pero las tensiones sociales recrudecieron tras el Cordobazo y el pedido de prórroga de su mandato fue respondido con la insubordinación de los comandantes de las tres fuerzas.

 

 

5- El clima de efervescencia internacional también golpeó nuestro país. ¿A través de que organizaciones se manifestó?, ¿Cuáles eran sus antecedentes políticos?

Varios factores convencieron a los altos jefes militares para deponer a Onganía la extranjerización de la economía argentina como resultado del programa económico y el rechazo que éste había recibido desde el Cordobazo, las vagas perspectivas políticas de un gobierno que había pretendido soslayar a los partidos tradicionales, la incorporación a las filas de la oposición de sectores rurales desplazados por los intereses industriales y de las corporaciones transnacionales y la aparición en primera plana de la guerrilla, en mayo de 1970, a través del secuestro y posterior asesinato del ex presidente provisional Aramburu.

La agrupación que organizó el secuestro de Aramburu se denominaba Montoneros y su principal dirigente era Mario Firmenich. Los antecedentes políticos de los Montoneros, que se reconocían como el brazo armado del peronismo revolucionario, eran muy variados. Una parte provenía del nacionalismo de derecha, más propiamente de una organización denominada “Tacuara", que había nacido después del golpe militar de 1955 integrada por sectores de clase media y clase media alta. Pero la ideología de algunos de ellos se fue radicalizando y virando hacia la izquierda, debido al influjo de la Revolución Cubana. Otras fracciones procedían del catolicismo, influenciadas en especial por la corriente más progresista de los sacerdotes del Tercer Mundo; finalmente, se unirían también militantes originarios de partidos políticos de izquierda. Aunque el objetivo final de los Montoneros era construir una sociedad socialista, se encuadraban dentro del peronismo y asumían, a su modo sus principales banderas.

Protagonista de numerosas acciones armadas, el momento de mayor apogeo de la organización fue durante el gobierno de Campora, para terminar siendo expulsada del peronismo por el propio Perón.

El asesinato de ARAMBURU marcó el inicio de la presencia, a través de diferentes manifestaciones, populares o armadas, y con una considerable repercusión pública, de organizaciones guerrilleras de distinto signo, provenientes de sectores nacionalistas y revolucionarios del peronismo y de fracciones marxistas escindida del PC o de origen trotskista, e influenciadas todas ellas por la Revolución Cubana (especialmente por el CHE GUEVARA) y por el mayo francés", con una extracción social predominante, asentada en sectores medios y del ámbito universitario. Su expresión más importante, además de Montoneros, fue el Ejército Revolucionar del Pueblo (ERP), dirigido por MARIO R. SANTUCHO, que procedía de un partido trotskista, el PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores), mientras que otra organizaciones menores se denominaban Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). Al contrario de los Montoneros, el ERP, base marxista,

 

rechazaba concebir al peronismo como un movimiento de "liberación nacional", y la revolución constituía, para ellos, sólo una parte de la lucha general de los pueblos contra el imperialismo. Las acciones guerrilleras, que fueron desde la toma de pueblos hasta el secuestro extorsivo y asesinato de hombres de negocios (donde obtuvieron financiamiento para sus actividades), jefes militares o policiales y líderes políticos y sindicales, y que continuaron, salvo momentos ocasionales, con el retorno del peronismo, contribuyeron sin duda a la desestabilización política. Pero la acción del terrorismo de Estado o de organizaciones paramilitares, como la Triple A, y finalmente, el desencadenamiento del golpe de Estado de 1976 terminaron por aniquilarlas. La estrategia de la violencia, que no estaba desprovista de objetivos políticos de signos ambiguos vinculados a una perspectiva de poder (dirigidos no sólo contra el sistema en general, sino también contra ciertos sectores militares, políticos o de la burocracia sindical, como, por ejemplo, los asesinatos de ARAMBURU el radical Mor ROIG o el peronista Rucci), dio lugar, sin embargo, a una espiral sin control que no podía dejar de desembocar, como lo hizo, en una violencia mayor y en la destrucción del Estado de Derecho.

Las FF.AA. no parecían, mientras tanto, estar dispuestas a acompañar la propuesta de ONGANIA de acentuar la política represiva sin realizar cambios políticos profundos. Así, el 8 de junio de 1970, la Junta de Comandantes destituyó al presidente y decidió afrontar el problema de continuar gobernando asumiendo un mayor compromiso institucional en el gobierno.

 

6- Derrocado Onganía, Levingston intentó replantear la economía pero no contó con el apoyo de trabajadores y sindicatos. Derrocado por un golpe de palacio asumió Lanusse quien decidió restablecer la actividad política. ¿En qué consistió el GAN?,

¿Qué intentó negociar con Perón? ¿Cuál fue la respuesta del líder?

El general ROBERTO M. LEVINGSTON, militar "azul” desconocido por la opinión pública, fue designado presidente por la Junta, pero el nuevo mandatario no se propuso restituir el espacio para las actividades políticas, sino profundizar la revolución. Respondiendo a la presión de los cuadros del ejército, influidos por la oleada nacionalista en el continente y, sobre todo, por el malestar de los sectores rurales, del comercio y de las clases medias, replanteó la política económica. Tomó una serie de medidas moderadamente nacionalistas tendientes a limitar la penetración extranjera y a favorecer a las empresas nacionales públicas y privadas y adoptó una política laboral menos rigurosa Con respecto a las Fuerzas Armadas, al igual que Onganía, procuró afirmar su autoridad ante la Junta.

El nuevo intento derivó en otro fracaso para el régimen militar.

LEVINGSTON no logró superar el escepticismo de la opinión pública frente a los cambios de dirigentes en el interior del régimen. Tampoco consiguió el respaldo de los trabajadores ni de los sindicalistas. Su propósito de lanzar un movimiento nacional y popular que lo secundara contó con escasos apoyos entre los políticos. Estos sin esperar la autorización gubernamental, reanudaron sus actividades, mientras la represión de las manifestaciones de descontento y la acción guerrillera deterioraron la imagen del presidente. Un nuevo alzamiento popular en la ciudad de Córdoba-denominado "el viborazo”, no menos generalizado y violento que el del año anterior, decidió la suerte de LEVINGSTON, a poco más de nueve meses de su asunción, el 22 de marzo de 1971, el jefe de Estado debió renunciar.

En esta oportunidad la Junta de Comandantes resolvió conservar el poder, y el del Ejército, Gral. Lanusse, asumió la primera magistratura. Ante las peligrosas tensiones emergidas a parir de 1969, las Fuerzas Armadas debían optar entre una dictadura de imprevisibles consecuencias y una salida electoral controlada. En el transcurso de la Revolución Argentina se había podido compro bar que no era posible gobernar sin legitimidad y sin el consenso de las masas populares. En consecuencia, Lanusse decidió restablecer la actividad de los partidos políticos y anunció la celebración de elecciones generales, a corto plazo y sin proscripciones. Para asegurar que la retirada del Ejército, en medio de una creciente impopularidad, se efectuara en las mejores condiciones, intentó subordinar el llamado a elecciones a la concreción previa de un Gran Acuerdo Nacional (GAN) de todos los partidos políticos avalado por las FF.AA se

 

trataba de garantizar la estabilidad de las instituciones mediante un acuerdo para una transición pacífica que impulsara la candidatura presidencial del propio Lanusse. La agitación generalizada contra el régimen, la negativa de Perón, exiliado en España, a negociar oficialmente con el gobierno las condiciones de la transición y la disconformidad de los sectores antiliberales del Ejército debilitaron las tentativas acuerdistas.

Mientras tanto, las manifestaciones de protesta de los sectores medios y de los obreros se multiplicaron y las acciones guerrilleras adquirieron mayor espectacularidad. El endurecimiento de la represión y los procedimientos ilegal es que comenzaban a caracterizarla afectó a amplios sectores de la opinión pública que sin embargo no sentían ninguna simpatía por los guerrilleros. Estos protagonizaron, además, en agosto de 1972, una espectacular fuga de la cárcel de Trelew, lo que permitió escapar a algunos de sus principales dirigentes que habían puestos en prisión, entre ellos Santucho, aun cuando se produjo la captura y ejecución posterior de dieciséis de ellos. Todo contribuía a aumentar la inquietud de amplios sectores sociales que veían en la retirada de los militares del poder la única garantía para restablecer el orden institucional.

En los medios militares y económicos había preocupación por las amenazas que parecían afectar al orden económico y social. Se temió la convergencia entre las "insurrecciones urbanas" espontáneas y la acción de los grupos guerrilleros, con el refuerzo militante de la Juventud Peronista (JP). Frente a este escenario, Peón apareció como el único político capaz de encauzar la rebelión popular y pacificar los ánimos. El regreso del viejo líder pasó a constituirse en la alternativa para salvar al país de la conmoción social.

Ante la negativa de PERON a negociar con los militares y sumarse al GAN, Lanusse se vio obligado a un cambio de táctica. A principios de Julio de 1972, desafió al líder justicialista a regresar al país como condición para no ser proscripto en las elecciones previstas para 1973. A la vez, el propio LANUSSE decidió su autoproscripción, asumió la responsabilidad del proceso político y reservó para el gobierno la fijación de las condiciones, los plazos y los objetivos de la salida democrática. Asimismo, el gobierno reformó la Ley Electoral estableciendo el sistema de balotaje para la elección del presidente y vicepresidente. Según los cálculos militares, el peronismo no iba a alcanzar la mayoría absoluta en la primera vuelta y sería derrotado en la segunda por la alianza de las fuerzas políticas no peronistas.

En el transcurso de la Revolución Argentina se comprobó que no era posible gobernar sin legitimidad y sin el consenso de las masas populares. En consecuencia Lanusse decidió restablecer la actividad de los partidos políticos y anuncio la celebración de elecciones generales a corto plazo y sin proscripciones. Para asegurar la retirada del Ejército, en medio de una impopularidad creciente, se efectuara en mejores condiciones, intento subordinar las elecciones para que se concretara previamente un Gran Acuerdo Nacional (GAN) de los partidos políticos avalados por las FFAA. Se trataba de garantizar la estabilidad de las instituciones mediante un acuerdo para una transición pacífica que impulsara la candidatura presidencial del propio Lanusse. La agitación generalizada contra el régimen, la negativa de Perón a negociar oficialmente con el gobierno las condiciones de transición y la disconformidad de los sectores antiliberales del Ejército debilitaron las tentativas acuerdistas. En los medios militares y económicos había preocupación por la amenaza que parecía afectar al orden económico y social, el regreso del viejo Líder paso a constituirse en la alternativa para salvar al país de la conmoción social.

Ante la negativa de Perón de negociar con los militares y sumarse al GAN, Lanusse se vio obligado a un cambio de tácticas.

 

 

7- La intención de regreso en el país fue la de lograr consenso para retornar al orden democrático, sin embargo, con la asunción de Cámpora se agudizaron los conflictos. ¿En qué consistió la "interna peronista", ¿Qué se propuso Perón al asumir la primera magistratura en

 

octubre de 1973?, ¿Qué condujo al enfrentamiento que se produjo en la Plaza de Mayo el 1 de mayo de 1974?

Con la Asunción de Campora se agudizan los conflictos internos del peronismo. Los sectores revolucionarios (protagonistas de la campaña electoral) intentaron arreglar su controversia con la desplazada burocracia sindical. Las demostraciones de fuerza de la izquierda peronista terminaron provocando una crisis de autoridad.

El retorno de Perón (23 de junio de 1973) presuponía una fiesta, en lo que se transformó en la “masacre de Ezeiza”. En las proximidades del aeropuerto se produjo un sangriento enfrentamiento entre los sectores revolucionaros del peronismo y los más ortodoxos, vinculados a la extrema derecha nucleadas en torno a López Rega, secretario personal de Perón, con un saldo indeterminado de muertos. Las demandas de los sectores radicalizados, partidarios de una “patria socialista” no podían ser asimiladas dentro de los límites del proyecto político del peronismo.

Perón asume el gobierno el 12 de octubre de 1973 y se propuso la reorganización del poder estatal. Estaba dispuesto a conducir la nación sin atender a los intereses partidarios y sin condicionamientos ideológicos. Mediando entre las fuerzas sociales en pugna, su proyecto de poder exigía el fortalecimiento del poder estatal frente a los actores sociales y económicos y a la vez como recurso clave para disciplinar a las FFAA. Para ello proponía una democracia integradora que encabezara los conflictos sociales, controlara las relaciones entre trabajadores y capitalistas y garantizara la estabilidad política del régimen.

Las palabras de Perón a la Juventud Peronista y a los grupos armados para desistir la violencia como recurso político y a aceptar su conducción fueron respondidas por los Montoneros con su disposición a dar batalla ideológica a la burocracia sindical, en el mismo momento que esta era respaldada por el propio Presidente. En enero de 1974 el ERP ataco una parte del Ejército asesinando al jefe de la unidad y a su esposa. Ante este hecho Perón destituyo al gobernador bonaerense, Oscar Bidegain, ligados a los sectores radicalizados del peronismo. Dos meses después, el jefe de policía cordobés (con el aval de Perón) destituyo al gobernador y vicegobernador de la provincia perteneciente a la izquierda peronista.

El enfrentamiento entre el Presidente y la izquierda de su movimiento tuvo su pico máximo el 1 de Mayo de 1974, en un acto celebrado en Plaza de Mayo, Perón, desde los balcones de la Casa Rosada, descalifico y expulso a dichos sectores, que abandonaron masivamente la Plaza.

 

 

8) A la muerte de Perón, continuaron agudizándose los conflictos y la violencia política. Isabel, López Rega, grupos de extrema derecha, FF.AA, pasaje a la clandestinidad de Montoneros, fueron personajes de la violenta situación nacional del momento. Desarrolle las relaciones entre estos sujetos que desoyendo a la población civil llevaron al Golpe de 1976.

Isabel Perón y su entorno (en el que adquirió preeminencia José López Rega, ministro de Bienestar Social y secretario privado de la Presidencia), en lugar de la estrategia de convergencia impulsada por Perón, definieron un accionar basado en el sectarismo y el aislamiento. Empezaron a desplazar a tanto como a la izquierda peronista como a los sectores empresariales y políticos vinculados a Gelbard, que era acusado de comunista (fueron excluidos de la lucha por el poder).

El aislamiento del gobierno de Isabel Perón respecto de la sociedad civil tuvo otras consecuencias dramáticas. No solo se intensificaron las pugnas internas en el movimiento peronista, sino que también recrudecieron las actividades guerrilleras y se multiplico la violencia de la derecha. En un marco de creciente ingobernabilidad, las autoridades lanzaron un operativo para eliminar a la izquierda dentro y fuera del peronismo. Un grupo de terroristas de ultraderecha, protegido y armado por López Rega y denominado “Triple A” (Alianza Anticomunista Argentina) desplegó una represión política y cultural terribles.

Tras la muerte de Perón la izquierda peronista decidió enfrentar directamente al gobierno. En

 

septiembre de 1974, Mario Firmenich, jefe de Montoneros, anuncio el pasaje a la clandestinidad y reasunción de las actividades guerrilleras. Esta opción militar como respuesta a la represión era acompañada de una propuesta política orientada a dar al peronismo un perfil revolucionario y emergía como contrapartida a los sucesores de Perón que querían llevar la identidad política hacia la derecha.

Para asegurar su permanencia en el poder Isabel intento recostarse en las FFAA. El primer paso es cuando el Poder Ejecutivo forzó a renuncia del Comandante del Ejército, designando al Gral. Laplane, partidario del “profesionalismo integrado”, el nuevo comandante pretendía comprometer a la institución militar con la política del gobierno. Las jerarquías militares en alineamiento con la oposición contribuyeron en la caída de López Rega.

En agosto de 1975, durante la reorganización del gabinete, nombran al Cnel. Damasco como Ministro del Interior. La designación no fue bien recibida por las jerarquías militares, que manifestaron su “total independencia” del nuevo gabinete e impusieron el retiro de Damasco. También lograron el relevo de Laplane. La designación recayó en el Gral. Rafael Videla quien se comprometió a respeta el orden constitucional. En el transcurso de estos acontecimientos se acrecentaron los rumores del golpe militar y la CGT declaro estado de alerta. Los militares siguieron la línea de “profesionalismo prescindente”, doctrina tras la cual se ocultaban propósitos golpistas, se estaba forjando el golpe.

 

9-Respecto de la política exterior: 1-¿Qué rol jugó Argentina ante el TIAR y qué propuso?, 2-

¿Qué logros se obtuvieron con respecto a América latina a despecho de EE.UU. y cuáles las decisiones contradictoras?

 

 

Unidad 9: El Golpe de Estado de 1976: la Dictadura.

 

A partir de noviembre de 1975, al tiempo que las operaciones antisubversivas alcanzaban una escala hasta entonces desconocida, los militares pasaron a ocupar el centro de la escena política, en un marco cargado de rumores de golpe de Estado. De hecho, el golpe se encontraba en marcha, aunque no estaba decidido el momento de su concreción. El 9 de diciembre, el dirigente liberal Álvaro ALSOGARAY, influyente entre las Fuerzas Armadas, en un artículo periodístico pidió paciencia a los militares por un tiempo, hasta que quedara claro que la única alternativa para el caos económico y político vigente era una Intervención militar.

En su mensaje de Nochebuena, el general VIDELA, a manera de ultimátum, exhortó a los civiles a buscar una salida política negociada para solucionar los problemas del país. Mientras los militares seguían su combate contra la guerrilla, VIDELA anticipaba la legitimidad del golpe si los políticos fracasaban en su cometido.

Comenzaban los últimos noventa días del gobierno de ISABEL.

Un nuevo equipo económico, encabezado por Antonio CAFIERO, intentó recrear la política de concertación, pero naufragó ante la imposibilidad de contenerla lucha por la distribución del

 

ingreso, las demandas salarial es que los jefes sindicales no podían frenar y el desinterés de los empresarios, que, a través de una nueva organización, la APEGE (Asamblea Permanente de Entidades Gremiales Empresarias), trataban de desestabilizar la economía y crear un clima de caos. Los gremios rezagados en la recomposición salarial desarrollaron huelgas, y sus negociaciones a menudo eran entorpecidas por la acción de los guerrilleros que secuestraban o asesinaban a los directivos de las empresas que negociaban con sus obreros. A su vez, estas acciones desencadenaban represalias violentas por parte de grupos parapoliciales contra los delegados obreros. Por su lado, los productores rurales dispusieron paros ganaderos suspendiendo el envío de hacienda a los mercados. El equipo económico no podía controlar la inflación, la especulación y el déficit fiscal.

Al comenzar el nuevo año, ISABEL emprendió una drástica reorganización de su gabinete. En un postrer intento por recuperar la iniciativa política y demostrar su poder de veto frente a sindicalistas y políticos desplazó a los ministros ligados al sindicalismo y a los políticos del peronismo dispuestos al diálogo y la concertación.

Los cambios ministeriales aparentaron formar parte de una estrategia tendiente a neutralizar el previsible golpe militar. La presidenta-a principios de enero de 1976 había rechazado una exigencia de los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas para que renunciara y evitara un golpe. En cambio, la promesa de rectificación hecha a los jefes militares pareció traducirse en los cambios ministeriales.

La embajada de los EE.UU. realizó un pormenorizado relevamiento de los acontecimientos que precedieron al derrocamiento de ISABEL PERON. La desclasificación de más de un centenar de documentos secretos enviados por el embajador ROBERT HILL al Departamento de Estado reveló que, al menos con un mes de anticipación, dicha embajada sabía que el golpe militar seria sangriento. Que el presidente de facto iba a ser el Gral. VIDELA, que el gobierno, con la excepción del Ministerio de Economía, se integraría con militares, que el Congreso seria disuelto, que los partidos políticos se opondrían al golpe hasta último momento y que la gestión militar seria propicia a los intereses estadounidenses en el país.

En la visión de la embajada, la decisión de la presidenta de retomar el gobierno, tras su transitoria licencia (entre setiembre y octubre de 1975), constituyó el principio de la cuenta regresiva que culminaría con su derrocamiento.

A partir de entonces, el embajador Hill modificó el lenguaje con el que se venía refiriendo a aquélla, comenzando a llamarla "ella y su camarilla", a considerarla no adecuada para gobernar y a juzgar que "la rapiña y la arrogancia con las que el pequeño entorno de la señora de PERON se abalanzó sobre el Tesoro Nacional no tiene precedentes en la historia argentina". Compartía la idea de reemplazar a la titular del Poder Ejecutivo, y, en esa línea, al analizar una rebelión de la Fuerza Aérea, conjurada por el comandante en jefe del Ejército en diciembre de 1975, prodigó un encendido elogio del Gral. VIDELA, a quien percibía como defensor de la Constitución y las instituciones. Cuando el golpe era inminente, Hill en un mensaje a su colega en Uruguay, le manifestó que había asegurado a los militares argentinos que “...los EE.UU. reconocerán cualquier gobierno que reúna los requisitos necesarios". Este compromiso del embajador suponía que tanto el secretario de Estado, Kissinger, como el subsecretario de Asuntos Latinoamericanos, WILLIAM D. Rogers, habían garantizado el reconocimiento diplomático del futuro gobierno militar.

 

2)  El 24 de marzo la Junta Militar asumió el gobierno del país. ¿Qué objetivos se proponía, de qué forma intentó legitimarse? Explicite las arbitrariedades que se aplicaron a la sociedad en los ámbitos políticos y culturales.

Qué objetivos se proponía:

El 24 de marzo de 1976, una Junta Militar asumió el gobierno del país. Estaba integrada por quienes hasta el día anterior habían sido los comandantes en jede del gobierno constitucional: el teniente general Jorge Rafal Videla (del ejercito), el almirante Emilio Eduardo Massera (de la armada) y el brigadier Orlando Ramón Agosti (de la fuerza aérea), quienes juraron hacer

 

observar fielmente los objetivos básicos y los “estatutos para el proceso de reorganización de la Nación Argentina”. Los golpistas justificaron la interrupción del funcionamiento de las instituciones argumentando “el propósito de terminar con el desgobierno, la corrupción y el flagelo subversivo”.

De qué forma intentó legitimarse:

El día de la asunción se suscribió un acta donde fijaban el propósito y los objetivos básicos del que se denominó “proceso de reorganización nacional”. El documento señalaban que los objetivos de la nueva etapa iniciada eran: “restituir los valores que sirven de fundamento a la conducción integral del Estado , enfatizando el sentido de moralidad, idoneidad y eficiencia imprescindibles para reconstruir el contenido y la imagen de la nación, erradicar la subversión y promover el desarrollo económico de la vida nacional basado en el equilibrio y participación responsable de los distintos sectores, a fin de asegurar la posterior instauración de una democracia republicana, representativa y federal, adecuada a la realidad y exigencias de solución y progreso del pueblo argentino”

En la misma acta se dispusieron las primeras medidas de gobierno. Se declaró la caducidad de los mandatos de las autoridades constitucionales en los ámbitos nacional, provincia, municipal; la cesación de las funciones de diputados y senadores y de los consejos deliberantes comunales de todo el país, la remoción de los miembros de la Corte Suprema de Justicia y la suspensión por tiempo indeterminado de las actividades políticas y gremiales. Se intervinieron la CGT y la GCE. Personal de las FFAA se hizo cargo de los gobiernos provinciales y municipales, al tiempo que se producían arrestos masivos de funcionarios del gobierno depuesto.

 

Arbitrariedades que se aplicaron a la sociedad en los ámbitos políticos y culturales:

La persecución se hizo extensiva, de otra manera, al campo de la cultura. La censura afectó a los medios de comunicación de masas controlados (férreamente por el Estado, los canales de televisión y las radios fueron repartidos entre las Fuerzas Armadas, en una puja por el control de los medios que incluyó a la Secretaria de Información Pública (SIP) conducida alternativamente por la Armada y el Ejercito. Cada canal o emisora ejercía la censura mediante disposiciones internas, recomendaciones, sugerencias o "listas negras” normalmente sin firma. El severo control ideológico y policial abarcó desde el cancionero popular hasta la actividad editorial, teatral y cinematográfica. Revistas, diarios y editoriales debieron cerrar sus puertas. Los Intelectuales y periodistas que discrepaban con el régimen comenzaron a recibir amenazas o fueron censurados, situación que afectó también a personalidades del ambiente artístico.

Numerosos actores y directores sufrieron discriminación ideológica y fueron obligados a abandonar el país. El Ente Nacional de Cinematografía multiplicó la prohibición de exhibiciones y efectuó cortes a gran cantidad de películas nacionales y extranjeras. El inflexible control ideológico apuntaba, entre otros objetivos, a un cambio de la mentalidad de los argentinos: debía quebrarse la memoria colectiva en tanto estaba ligada a las identidades sociales y políticas de un ciclo histórico a cuya clausura definitiva aspiraba el Proceso.

El ámbito educativo también fue sometido al mismo control asfixiante. Para el régimen militar, la subversión tenía una de sus raíces ideológicas en los colegios y universidades. Un folleto instructivo del Ministerio dc Educación, cuya lectura y su posterior comentario eran obligatorios, sostenía la necesidad de actuar en la educación para erradicar la subversión, mostrando la falsedad de las doctrinas y concepciones inculcadas durante años. Con ese criterio se llegaron a cuestionar principios de la matemática moderna y se prohibieron libros de cuentos Infantiles.

Por otra parte, una verdadera caza de brujas se desató en todos los niveles de la comunidad educativa. Se prohibió a los alumnos varones de enseñanza media llevar el cabello largo y usar barba, se les impuso el uso obligatorio de saco y corbata y se proscribió, a alumnos de ambos sexos, el uso de pantalones vaqueros.

 

3)  La represión ilegal sobre los asalariados se ejerció durante todo el período dictatorial.

¿Cómo afectó a la actividad sindical? ¿Cuál fue la respuesta de la CGT y del movimiento obrero en su conjunto?

La política del llamado "Proceso de Reorganización Nacional" apuntó a desarticular la organización sindical y la movilización de los trabajadores. Tres fueron los aspectos de esa política: en primer lugar, la política económica que, en la medida en que procuró reestructurar la industria, afectó a los trabajadores del sector; en segundo lugar, mediante una legislación de excepción duramente aplicada y, sobre todo, con la represión ilegal con las que se procuró el amedrentamiento de los dirigentes y de los trabajadores; finalmente, se dictaron normas laborales de contenido regresivo y se buscó reglamentar la actividad sindical para reducirla al ejercicio de las reivindicaciones estrictamente económicas.

De inmediato, tras el golpe militar, toda una batería de leyes prohibitivas se puso en marcha. Se suspendió la actividad sindical y se prohibió el derecho constitucional de huelga. Fue decretada la intervención militar a la CGT y declarada la ilegalidad de las "62 Organizaciones". El mismo día del golpe se suspendieron doce sindicatos, una cifra que se fue ampliando con posterioridad hasta abarcar varios centenares. Varias entidades gremiales fueron intervenidas, entre ellas la UOCRA (gremio de la construcción), la UOM (metalúrgicos), la AOT (textiles) y FOETRA (telefónicos). Muchos dirigentes sindicales fueron detenidos: algunos, incluidos en las Actas de Responsabilidades Políticas, otros, puestos a disposición del Poder Ejecutivo o desaparecidos.

La represión del movimiento obrero fue ejercida de manera selectiva. Por un lado, se trató de eliminar los sectores combativos o clasistas localizados en las comisiones internas de determinadas empresas. Numerosos dirigentes medios y activistas fueron secuestrados o asesinados clandestinamente. Por otro, se puso en prisión o amenazó a los dirigentes nacionales de los sectores moderados u ortodoxos, acusándolos de corrupción. Nunca el movimiento obrero argentino había experimentado una persecución tan encarnizada.

Paralelamente a la represión, la dictadura no desestimó la posibilidad de montar un aparato sindical dócil a sus propósitos. Para ello buscó la cooptación de dirigentes gremiales de organizaciones no intervenidas. Fueron éstos los que acompañaron la decisión gubernamental de participar en la Conferencia Anual de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), integrando la delegación argentina junto a los representantes del Estado y los empresarios.

A un mes del golpe, comenzó a recortarse la legislación protectora del sector laboral. Con un criterio regresivo, se derogaron veinticinco artículos de la Ley de Contrato de Trabajo, considerados excesivamente permisivos. Los trabajadores estatales fueron puestos en comisión y se inició el estudio y la elaboración de proyectos de ley relativos a la reglamentación del derecho de huelga, régimen de trabajo rural, regulación de los estatutos legales especiales de trabajo y el Código de Trabajo. Con posterioridad, se derogaron las leyes y decretos que establecían regímenes especiales de trabajo para el personal de la DGI, Aduana, bancos oficiales, Vialidad y otros.

El cercenamiento de las conquistas sociales y las consecuencias de la política económica provocaron las primeras reacciones en el movimiento obrero. En setiembre de 1976, en un memorial entregado en Córdoba al ministro de Trabajo varios dirigentes de organizaciones gremiales solicitaban mejoras salariales, pedían por los gremialistas detenidos y por el cese de los despidos injustificados.

Señalaban la depreciación de los salarios, las ganancias desorbitadas de ciertos sectores empresarios y los perjuicios que experimentaban otros empresarios por la contracción del mercado interno. Ese mismo mes, a despecho del marco represivo, los trabajadores de las empresas automotrices de la Capital Federal y Gran Buenos Aires protagonizaron las primeras huelgas en demanda de mejoras salariales y en rechazo de la suspensión de personal por reprogramación de la producción. Al mes siguiente, los obreros del Sindicato de Luz y Fuerza, frente al intento del gobierno militar de modificar el convenio de trabajo, iniciaron acciones de protesta.

 

Unidad 10: 1976-1983.

 

La solidaridad Argentina con la estrategia global norteamericana fomento un serio equivoco. La cúpula militar creía ingenuamente que su colaboración con los Estados Unidos sería correspondida con una devolución de lealtades durante una posible acción para recuperar las Islas Malvinas. El propio gobierno estadounidense contribuyo a desarrollar esa percepción de la realidad al privilegiar las relaciones militares en función de políticas altamente ideologizadas y al brindar a Galtieri una amistad preferencial en torno a la visión compartida de un mundo dividido en dos bloques.

Tras la ocupación de las Malvinas, la diplomacia militar realizo un cambio sustancial de su política internacional. Ante las sanciones económicas y militares de los Estados Unidos y el apoyo norteamericano a Gran Bretaña, el gobierno de Galtieri, que había exaltado su carácter de “bastión de Occidente”, se declaró dispuesto a recibir ayuda inclusive de la Unión Soviética. La Guerra de Malvinas sumo complicaciones a las relaciones con la Comunidad Europea (CE). Los países europeos terminaron respaldando a Gran Bretaña y dando la espalda a los reclamos de soberanía efectuados por la Argentina. El apoyo al Reino Unido tuvo su primera expresión cuando varios países europeos que nos habían vendido armas a la Argentina (Francia, Italia, Alemania) dispusieron la suspensión de material bélico. Poco después la CE impuso un embargo comercial contra la Argentina.

 

2- Durante la Guerra de Malvinas, las históricas estrategias geopolíticas fueron abandonadas.

¿Qué actitud asumieron Brasil y Bolivia al respecto?

Con respecto a América Latina, la política exterior del Proceso abandonó la perspectiva del proyecto peronista. Los planteos integracionistas fueron desplazados en favor de una visión "comercialista" y los principios de no intervención y de libre determinación de los pueblos quedaron soslayados en función de las estrategias geopolíticas que planteaban la subordinación de las fronteras nacionales a las exigencias que planteaban la defensa de las fronteras ideológicas.

En este contexto, la relación con el Brasil resultó una excepción en la política exterior latinoamericana del Proceso, pues la diplomacia de los militares adoptó un criterio pragmático, que suponía, al contrario de lo que sucedió con respecto a Chile o de su intervencionismo en Bolivia o Centroamérica, el desplazamiento de las hipótesis de conflicto, internas o externas, en favor de la cooperación.

Los criterios que guiaron a la dictadura militar para llegar a un acuerdo con el Brasil fueron los siguientes: en primer lugar, la Argentina debía enfrentar el problema de la insurgencia interna para lo cual no era conveniente mantener abierto un conflicto potencial con el Brasil, convertido en el país más importante de la región. En segunda instancia, existía una coincidencia ideológica básica entre ambos regímenes militares que facilitaba un entendimiento. Finalmente. La Argentina, a raíz del diferendo del Beagle comienza a percibir a Chile como una amenaza mayor.

El acercamiento también respondía a modificaciones en la política exterior brasileña. Durante el gobierno del presidente Joao Fiaueiredo se enfatizó la necesidad de mejorar las relaciones y evitar las fricciones con el resto de América Latina. En el Brasil, a medida que se reducía el ritmo del crecimiento económico y se desdibujaban las aspiraciones a transformarse en una gran potencia, crecía el consenso acerca de la necesidad de un estrechamiento de las relaciones económicas y políticas con los países vecinos.

A partir de setiembre de 1977, se dieron los primeros pasos hacia la uniones tripartitas y encuentros a nivel de A partir de setiembre de 1977, se dieron los primeros pasos hacia la cooperación. Luego de varias reuniones tripartitas y encuentros a nivel de asesores, el 19 de

 

octubre de 1979, Argentina, Brasil y Paraguay firmaron el Acuerdo Tripartito sobre Corpus e ltaipú, por el cual se definía la cota de la represa hidroeléctrica de Corpus y se establecía el potencial a utilizarse de la represa de Itaipú. También se firmó en 1980, en Buenos Aires, un acuerdo para el desarrollo y usos pacíficos de la energía nuclear. Estos acuerdos abrieron las perspectivas para avanzar más firmemente en el terreno de la cooperación bilateral y despejaron cualquier situación conflictiva. El gobierno militar pareció así reconocer, según Russell, las disparidades existentes entre los dos países como consecuencia del "milagro económico brasileño y el estancamiento argentino, desplazando” progresivamente el viejo esquema geopolítico de la rivalidad bilateral y teniendo en cuenta la necesidad de frenar una competencia que llevaba al país a la condición de irremediable perdedor (86). La Guerra de Malvinas, en la que el Brasil se solidarizó abiertamente con la causa argentina, fue otro motivo de acercamiento, aunque luego de la derrota de los militares argentinos, el gobierno brasileño asumió una actitud de cautelosa espera hasta el retorno de la democracia, y el inicio del proceso de integración entre los dos países se haría recién bajo el mandato de presidentes civiles.

La intervención en Bolivia constituyó, a su vez, un aspecto relevante en la diplomacia del Proceso, que volvía a replantear las ideologías predominantes en su seno. En julio de 1980, el triunfo electoral de la Unión Democrática Popular de HERMAN SILES SUAZO, que incluía a los sectores más importantes de la izquierda boliviana- fue percibido por el gobierno argentino como una amenaza para la seguridad regional en tanto institucionalizaba la "subversión internacional. Por otra parte, desde la óptica de algunos sectores de las Fuerzas Armadas argentinas existía en el Cono Sur latinoamericano un "vacío de poder" generado por la disminución del poder relativo de los Estados Unidos que obligaba a este país a reducir sus compromisos en la región. Desde esta perspectiva, correspondía a los militares argentinos la ocupación de ese espacio. En consecuencia, el régimen castrense apoyó al Gral. GARCIA MEZA en el golpe mediante el cual las fuerzas armadas bolivianas impidieron la asunción del gobierno electo encabezado por SILES SUAZO. La Argentina fue el primer país del mundo que reconoció al gobierno de facto emergente del golpe militar, lo asistió mediante la organización de grupos antiguerrilleros, envió personal militar especializado en tareas "antisubversivas y le proporcionó asistencia económica. Sin embargo, la inestabilidad política, la crisis económica y la corrupción de las fuerzas armadas derivaron pronto en la desintegración del régimen militar boliviano. GARCIA MEZA debió renunciar luego de un año de gobierno y abrió el camino para la asunción de SILES SUAZO. A partir de entonces la relación entre el régimen militar argentino y el gobierno democrático de Bolivia ingresó en una etapa de estancamiento.

 

3- El Acta de Puerto Mont, el Laudo Arbitral y el Acta de Montevideo fueron mojones en el tema Beagle entre Pinochet y la Junta Militar. Desarrolle los términos de la mediación hasta el fin de la cuestión.

El Laudo Arbitral sobre el diferendo del Beagle fue conocido a principio de mayo de

  1. Mientras duro el proceso arbitral la Argentina tuvo grandes dificultades para defender su posición debido a la mala o inexistente organización de los archivos locales, especialmente de la Cancillería. En cambio Chile presento una gran cantidad de cartas geográficas de origen argentino que legitimaban la posición chilena y presento una frondosa documentación de sus actos de posesión. Estos antecedentes determinaron que la corte arbitral favorecía los reclamos chilenos. A partir de entonces el gobierno militar intento negociar con el país trasandino. Sin embargo, el gobierno de Pinochet rechazo las propuestas argentinas, se afirmó en el Laudo e inclusive amenazo a recurrir a la Corte de la Haya.

Finalmente, el gobierno argentino declaro la nulidad del Laudo Arbitral, argumentando errores esenciales de derecho, contradicciones y parcialidad. La Cancillería Argentina anuncio la impugnación de la decisión arbitral. Por su parte la Cancillería Chilena expreso su rechazo a la “insólita declaración de nulidad”.

 

Luego, ambos gobiernos se reunieron en Puerto Montt, donde los generales Videla y Pinochet firmaron un acta, el 20 de febrero de 1978, en la cual se comprometían a evitar en la zona austral “acciones o actitudes contrarias al espíritu de pacífica convivencia que debe mantenerse entre ambos países”. Luego de varios encuentros entre las delegaciones de los dos países, los argentinos propusieron negociar aguas y zonas comunes, resignando algunas de sus pretensiones sobre tierras e introduciendo una novedosa proposición de establecer “zonas compartidas” en zonas marítimas. Sin embargo la delegación chilena rechazo el planteo de los argentinos y se fueron incrementando las tensiones de ambos lados.

Cuando la guerra estaba a punto de estallar, el gobierno argentino envío misiones secretas a Washington, la Santa Sede y Moscú. Los enviados argentinos a EEUU no obtuvieron respaldo a sus posturas, pero el embajador norteamericano ante el Vaticano le pidió al Papa su intervención. Juan Pablo II designo al Cardenal Antonio Samore.

El 8 de enero de 1979, en las denominadas Actas de Montevideo, los cancilleres de Chile y la Argentina aceptaron someter el litigio a la mediación del Papa. En un segundo Acuerdo las partes se comprometieron a no hacer uso de la fuerza.

Lo acordado en Montevideo Apuntaba a objetivos más ambiciosos. No solo se sometía a la mediación del denominado “martillo” (polígono que incluía a todo el Canal de Beagle y al triangulo oceánico contiguo), sino a la totalidad de la zona austral.

El dictamen papal se demoró dos años. La propuesta convalidaba básicamente el Laudo Austral (por ende favorecía a chile).

 

4- El pragmatismo de la diplomacia militar de la Junta de Comandantes pudo observarse respecto de las relaciones internacionales. ¿Cómo se desarrolló respecto de la URSS Y los países del este europeo?

Un aspecto importante de la diplomacia militar fue el paulatino crecimiento de la importancia de las relaciones con la Unión Soviética y los países del Este. A pesar del clima de Guerra Fría y del Pro Occidentalismo del que hacía gala el régimen, que se acompañaba con la represión indiscriminada de toda manifestación de izquierda la Argentina del Proceso mantuvo estrechos contactos económicos y políticos con el principal “enemigo” de Occidente. Por razones de diferentes tipos: históricas, económicas porque la angustiosa necesidad de mercados para las exportaciones agropecuarias favorecían las relaciones con países compradores, entre los cuales cobro relevancia la URSS. Políticas porque el gobierno trataba de contrapesar las relaciones con los EEUU y Europa por medio de los acuerdos soviéticos.

En 1977, con Videla, las exportaciones hacia Moscú se duplicaron mientras siguieron en ejecución obras hidroeléctricas con participación soviética.

También adquirieron cierta importancia los vínculos políticos y militares. Se iniciaron intercambios de misiones militares.

El tema de los DDHH fue otro terreno de acercamiento entre los dos regímenes autoritarios. La URSS se opuso en forma sistemática a que el cuestionamiento a la Argentina fuera debatido en los organismos en los que ambos países formaban parte (todo lo contrario a EEUU que criticaba a Argentina en foros internacionales). El canciller argentino también reconoció el apoyo de los países del Este en el terreno de los DDHH.

Martínez de Hoz cuya política económica era denunciada internamente como favorable a los intereses económicos norteamericanos, jugo un papel decisivo. En verdad dicha política privilegiaba a una estructura predominantemente agropecuaria, la captura de un mercado grande como el soviético era fundamental. Para aprovechar los altos precios ofrecidos por los soviéticos, se redujo el comercio con mercados tradicionales. De esta manera la URSS se transformó en el principal comprador de la Argentina.

Los lazos económicos abarcaron muchos otros aspectos. Se inició la colaboración en materia nuclear, se acordó la concreción de distintos tipos de proyectos de infraestructura (centrales hidro, termoeléctricas, gas, carbón, petróleo, etc.) y se compraron maquinarias y vehículos soviéticos de distinto tipo.

 

Las relaciones económicas con el Este Europeo también se estrecharon. No solo se amplió el comercio con la mayoría de los países de Europa Oriental, sino que se firmaron importantes convenios pesqueros con varios países de esa región.

 

Unidad 11: 1983-1989

 

En el tema de los derechos humanos se comprometió a derogar la Ley de Amnistía promulgada durante la dictadura; a juzgar a los culpables de violación de dichos derechos y a combatir los métodos violentos de derecha e izquierda.

Con respecto al sindicalismo propuso la existencia de un sindicato único por actividad y el quite de la personería jurídica a las agrupaciones sindicales que hicieran política partidaria. En cuanto a la universidad, aseguró el retorno al gobierno tripartito. Se comprometió a la eliminación de las listas negras en el terreno cultural. En el campo militar propuso el

reemplazo de la Doctrina de la Seguridad Nacional, la subordinación de las FFAA al poder civil y la reducción del número de conscriptos. En el ámbito de la política exterior, anticipo el desarrollo de una estrategia independiente, la solución pacifica de los conflictos y la profundización de las relaciones con los países de América latina.

El gobierno creo la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), la cual se encargaría de investigar las violaciones a los ddhh, con atribuciones para recoger información en todo tipo de entidades, inclusive las FF.AA.

En diciembre de 1983, una iniciativa del ministro de Defensa conto con el apoyo de gran parte de la población

 

2- Durante su gobierno, la relación con los sindicatos fue de enfrentamiento. ¿Que implicancias políticas tuvo?

El triunfo electoral del radicalismo puso en cuestión la estrategia del sindicalismo peronista. Además debía acomodarse a una restablecida democracia que presentaba como novedad a un gobierno no peronista surgido de elecciones libres y sin proscripciones.

Por su parte, el nuevo gobierno se propuso la democratización de las organizaciones sindicales en manos del peronismo. El poder ejecutivo presento al parlamente un proyecto de ley de reordenamiento sindical tendiente a producir un cambio en la conducción del movimiento obrero.

El ministro de trabajo Casella modificó la estrategia gubernamental hacia el movimiento sindical. A partir de 1984, en lugar de confrontar con los sindicalistas, los reconoció como interlocutores válidos para desarrollar una política de concertación y comenzó a mantener fluidos contactos con los dirigentes cegetista, se formó un Comité de Trabajó, para mantener conversaciones entre varios ministros y sectores empresariales y del trabajo. Los objetivos del dialogo eran luchar contra la inflación, aumentar los salarios reales y diseñar una política de crecimiento.

Cuando el gobierno finalizo su gestión, el balance de la acción cegetista había registrado catorce paros generales, no siempre satisfactorios en cuanto a sus efectos movilizadores e impotentes para evitar el deterioro de las condiciones salariales y laborales de los sectores trabajadores. En suma, las huelgas generales adquirieron un carácter cada vez más ritualizado y, a diferencia del pasado, no lograron encrespar el clima social.

 

3- La solidez del gobierno constitucional se vio ensombrecida por asonadas militares. ¿Cómo se desarrollaron y qué papel le cupo a la población civil?

 

A fines de abril de 1985, Alfonsín reunió a una multitud de la Plaza de Mayo. Habían circulado rumores de descontento en el frente militar y el presidente denuncio la existencia de amenazas golpistas.

Durante 1986, nuevas iniciativas para juzgar a militares comprometidos en la represión durante la dictadura generaron descontento entre los cuadros de las FF.AA. Alfonsín intento remediar la situación presentando el proyecto de “Ley de punto Final” que fijaba un plazo de

sesenta días para incoar nuevas acusaciones contra quienes habían participado de la represión ilegal.

En los primeros meses de 1987 se multiplicaron los procesos tratando de adelantarse al vencimiento del plazo establecido por la ley, las acusaciones comenzaron a recaer sobre oficiales subalterno, lo que incremento la disconformidad de la oficialidad joven. Este sector consideraba que, según el Código de Justicia Militar, los oficiales superiores eran responsables de los actos de sus subordinados y afirmaban que los altos mandos no habían nada para defenderlos de las acusaciones.

Aldo Rico que era teniente coronel, sublevo a la Escuela de Infantería de Campo de Mayo, el “levantamiento de los carapintadas” durante la Semana Santa. Rico negó que sus intenciones fueran golpistas, desafió a sus superiores a que fueran a desalojarlo, pidió una solución política al problema de los juicios contra los militares y el desplazamiento del generalato ligado al proceso de Reorganización Nacional.

Nuevos episodios pusieron a prueba la solidez del gobierno constitucional. En enero de 1988, Rico sublevo tropas en Monte Caseros. El feje de los “carapintadas” reclamaba la reivindicación de los militares.

 

4- La relación entre EE.UU. y nuestro país osciló entre acuerdos e incertidumbre. Explicite en que consistieron esos vaivenes.

La diplomacia argentina diferencio dos niveles en la relación con WASHINGTON. Por un lado, las “convergencias esenciales” alrededor de principios y valores compartidos como la democracia, el pluralismo, la dignidad del hombre, los derechos humanos, la libertad y la justicia social. Por el otro, los “disensos metodológicos” debido a los intereses nacionales encontrados fuera del eje de la confrontación Este-Oeste y también acerca de los medios más adecuados para lanzar el desarrollo, afinando los principios y valores del mundo occidental.

Para el gobierno argentino el apoyo de los Estados Unidos era necesario para alcanzar un doble objetivo. Por un lado, consolidar el proceso democrático en momentos en que la Administración Reagan favorecía la implantación o fortalecimiento de democracias moderadas que no cuestionaran sus intereses fundamentales. Por otro, renegociar la deuda externa en mejores condiciones, contando con la asistencia de Washington. En este caso, el gobierno argentino abandono su propósito de politizar la cuestión de la deuda externa y su cuestionamiento al orden económico internación. De esta manera, se concretó un “giro

realista”, y el gobierno de los EE.UU. logró alinear a la Argentina con el resto de los deudores “confiables”.

A principios de 1989, las autoridades norteamericanas comenzaron a manifestar cierta reticencia ante el gobierno argentino. A mediados de enero, cuando era evidente la vulnerabilidad del Plan Primavera, Washington dejo trascender su retiro de respaldo de Alfonsín. De inmediato, el Banco Mundial anuncio que no desembolsaría un préstamo a la argentina de 350 millones de dólares, argumentando el incumplimiento de las metas programadas en dicho Plan. A partir de entonces, la continuidad democrática y el relativamente tranquilo traspaso de mando entre dos gobiernos de distinto signo abrieron un espacio expectativas en la relación entre ambos países.

 

5- Los contactos con Europa Occidental no lograron los acuerdos esperados. ¿Sobre qué puntos se negoció?

 

La recomposición de los contactos con Europa Occidental constituyo otro pilar esencial en la estrategia de diversificación de las relaciones exteriores del gobierno radical. La “conexión

europea” resultaba fundamental dada la cercanía de las visiones del escenario internacional de los dirigentes euro-occidentales con las de la diplomacia argentina. Por otra parte, se suponía que la vuelta a la democracia generaría una mayor confianza en el país y que la afinidad ideológica del presidente Alfonsín y de la mayoría de los partidos gobernante en Europa facilitaría un relacionamiento más intenso.

Sin embargo, las expectativas gubernamentales acerca de este relacionamiento en el terreno económico no tuvieron una contrapartida satisfactoria en los hechos. El gobierno argentino esperaba, frente a las rígidas posturas norteamericanas, el apoyo europeo en la renegociación de la deuda externa. Empero, tanto sectores privados españoles como los gobierno de Alemania Federal, Francia Italia, condicionaron la canalización de inversiones para la reactivación de la economía argentina a un acuerdo precio con el FMI sobre la deuda externa. En definitiva, la posición de los europeos no difirió fundamentalmente de la sustentada por la administración norteamericana y su apoyo quedó subordinado al logro de la estabilidad económica y la firma de un acuerdo con los organismos multilaterales.

A partir de esta comprobación, la orientación de la política exterior hacia Europa experimento un cambio., la acción se encaminó en la búsqueda de asociaciones particulares, privilegiando las inversiones en el aparato productivo argentino en lugar del sector público.

 

6- Respecto de América Latina ¿Qué intentó articularse? Indique saldos positivos y negativos de las diversas gestiones llevadas a cabo.

El gobierno radical buscó la convergencia entre los intereses políticos y económicos del país y los de América Latina. Los objetivos en pos del beneficio multilateral eran: impulsar la integración latinoamericana, revigorizar las instituciones regionales, fortalecer la paz y desalentar la carrera armamentista en el área, oponerse a toda doctrina que subordine los interese de América Latina a los objetivos estratégicos del conflicto entre las superpotencias, concertar políticas para " regionalizar los problemas y sus soluciones" y fortalecer las formas representativas de gobierno.

La deuda externa latinoamericana se fue convirtiendo en el tema más importante de la agenda externa del país a nivel regional.

El objetivo principal de la Argentina era adoptar medidas concretas para alcanzar transformaciones en la política financiera y comercio internacional. Ante esto, el presidente argentino propuso la reunión cumbre del Grupo de los Siete (G7) para la realización de un diálogo constructivo para aliviar la carga de la deuda externa.

Sin embargo los países latinoamericanos no lograron superar el plano discursivo.

 

7- Argentina ratificó su pertenencia al Movimiento de los No Alineados. Indique la tarea desarrollada por la Cancillería.

El gobierno de Alfonsín planteó su rechazo a todo alineamiento en los términos de la confrontación estratégica mundial. Por lo tanto, la pertenencia argentina al Movimiento de los No Alineados se asentó en la necesidad ética de rescatar los valores fundamentales de la organización, es decir, el rechazo a la política de bloques y la negativa a integrar alianzas militares. Se trataba de evitar la presencia de armas nucleares en la región e impedir que la OTAN estuviera preparada para intervenir en países extraeuropeos.

En este marco, la diplomacia argentina desarrolló una activa militancia a favor del desarme mundial.

En cuanto a la política nuclear, el nuevo gobierno no varió la postura que el país venía sosteniendo en la materia. La Argentina no ratificó el Tratado para la Proscripción de Armas Nucleares en América Latina. A nivel internacional, tampoco firmó el tratado de No Proliferación.


 

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