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Hist. Ec. y Soc. Gral. | Resumen para el 2do Parcial | Cátedra: Beremblum | 1er Cuat. de 2011 | Altillo.com |
Las transformaciones producidas desde 1914
Crecimiento demográfico
Comienzo en 1870
Descenso de mortalidad-natalidad alimentacion
progresos medicos (vacunas)
Asia, africa y America: multiplica su poblacion, explocion demografica; baby
boom
Europa : disminucion de poblacion; insercion femenina en la eco. , guerra
civil: inmigracion al resto del mundo
Estructura del empleo
Despoblacion en el campo; excepto: africa y china.
progreso tecnologico paises desarrollados exportadores agricolas
macanizacion del campo Rev. verde (1960) en regiones pobres
fue parcial
bancarios, serv.
atrasado desarrollo urbano sectores marginales – alrededor de las ciudades.
Aumento de la productividad
Transformaciones tecnicas
impulsaron el desarrollo eco. : taylorismo, fordismo; modificaciones en el
sector empresarial.
institucionalizacion de la innovacion
1970- agotamiento del ciclo ecologico genera condiciones p/la 3º Rev. Indus.
Mejoramiento de las habilidades humanas
mejoramiento del capital humano
mayot nivel educativo de la poblacion
Comercion internacional
Difusion de nuevas tecnologias y productos
Exportaciond e recursos naturales
Los flujos internacionales de capitales contribuyen a la transmicion de los
progresos tecno. e inter.
La importacion del comercio exterior depende del tamaño de una Eco.
Evolucion del sis. monetario
Siglo XIX: sis. eco. basado en el patron oro moneda de intercambio inter.
(libra esterlina)
estabilizador y regulador (banco de inglaterra)
1º guerra sis. entra en crisis
Post guerra medidas proteccionistas
Depresion desintegracion del patron otoro
destabiliza los mov. Capitales
2º Post guerra Sis Bretton Woods acuerdo dólar-oro
operación FMI vigila la politica eco.
Rol del Estado
E de bienestar crecimientod del papel del E regula precios y salarios
inverciones publicas
politica contra el desempleo
gran demanda de recursos produc. alimentos de consumo masivo
necesidades belicas
Depresion internacional fuerte intervenion del E en sectores pol. y soc.
1945 – Eco. mixta y politicas publicas
Rev. Bolchevique (1917) y URSS control de medios de produc. por parte del E
Aspectos Económicos Y Sociales De La Primera Guerra Mundial
La primera guerra mundial (1914-1918) fue un conflicto europeo q tomo países
como Estados Unidos. La consecuencia de la guerra fue un drástico desplazamiento
del poder económico.
Ruptura De Las Relaciones Económicas
EL 28 de Junio de 914 el heredero al trono del Imperio Austrohúngaro y su mujer
murieron en Sarajevo, victimas de un atentado por terroristas de Servia,
entonces le declararon la guerra. Los acontecimientos que arrancaron en 1914
llevaron a que se interrumpiera la fase de crecimiento. Esta guerra sacó de
lugar las relaciones económicas internacionales, que intentaron desalojarse del
mercado por medio de bloqueos, la consecuencia fue que el comercio internacional
se transformó con el aumento de los fletes, esto obligó a un esfuerzo importador
de países en guerra con intervención del estado. Los países neutrales tuvieron
incremento en la producción, pudieron sustituir las importaciones y proveer a
los países en guerra de mercaderías.
La Gestión De Las Economías En Guerra:
La guerra de 1914-1918 fue la primera que exigió a los gobiernos resolver
cuestiones económicas, lo que la política económica consistía en desplegar una
política financiera.
La Producción:
El estado con los procesos productivos se limitaba al control, apuntaba a
incidir en la producción por mecanismos distribuidores de materias primas,
controles de mano de obra y revisión de gestión empresaria. Un problema fue la
mano de obra ya que se reclutaban jóvenes en edad de trabajar. Los países
recurrieron a la mano de obra femenina que aportó un cambio salarial. Las
potencias coloniales reclutaron hombres de sus imperios. El gobierno Alemán
instauró un control sobre los ciudadanos entre 7 y 60 años a tareas de un
departamento Imperial de Colocaciones. En el sector agrario se trató de aumentar
la producción. En Alemania se estableció obligatoriedad cultivar tierras
comunales y los británicos multaban los terrenos baldíos.
La Distribución:
Los problemas de distribución de materias primas y alimentos se fueron
agudizando, la producción interior obligó a compras en el exterior. Los
controles de precios se pusieron en práctica por el Estado Alemán. En el rubro
alimentos hubo un aumento de precios y en agosto de 1914 se autorizó al
municipio a fijar precios al consumo cotidiano. En 1915 se introdujeron las
cartillas de racionamiento para el pan y harina. En G. Bretaña, cuna del
liberalismo en 1917 se creó un organismo de control de alimentos, para evitar
despilfarro y aumentos injustificados de precios.
Los Intercambios:
Los problemas de transporte interno fueron serios. Pero más graves fueron las
dificultades del comercio exterior, más que hablar de proteccionismo se hablaba
de Prohibición. Los países de la Entente crearon una Comisión Internacional de
Abastecimiento, destinada a coordinar intercambios. Los gobiernos siguieron una
política de incremento de flotas. El resultado fue un exceso de equipamiento
mundial de buques.
La Financiación De La Guerra:
Esto significó para los estados aumento del gasto público, esos incrementos
tenían inflación. Esta explosiva demanda de dinero debió enfrentarse con
sistemas impositivos anticuados, entonces los Estados se vieron enfrentados a
desafíos que obligaron a diversificar y modernizar los mecanismos de obtención
de recursos. Las teorías eran: emitir moneda, recaudar más impuestos, endeudarse
en préstamos internos y la ayuda del exterior. La inflación afectó a todos los
países, finalizada la guerra se volvió a pensar en restablecer el efectivo en
patrón oro. La idea era que cuando finalice la guerra las facturas las pagaría
el enemigo derrotado. Entonces se recurrió a la suscripción de empréstitos
(prestamos q toma el estado). Se demostraron: primero el régimen fiscal era
inadecuado y regresivo, y segundo que cualquier modificación de intereses de los
industriales no debían ser afectados. La renta sufrido modificaciones. El banco
de Inglaterra emitió moneda y se suscribió el primer empréstito de guerra a
corto plazo. Francia, al igual que Alemania, estaba generalizada la idea de que
la guerra la pagarían los vecinos, entonces bonos de tesoro, empréstito y el
crédito exterior, emisión, aportaron el grueso de los fondos para sostener la
guerra para ser financiado con los impuestos.
La Financiación Exterior:
Las necesidades de los países beligerantes se satisficieron por países de la
entente a partir del crédito exterior. Gran Bretaña se convirtió en banquero de
sus aliados, Francia tbn dio créditos, pero luego g. Bretaña tuvo dificultades y
empezó a arbitrar para obtener dinero en los EEUU. En 1917 entran a la guerra
los norteamericanos. Estados Unidos procedieron a finalizar sus exportaciones de
alimentos y productos manufacturados. Al finalizar el conflicto, las deudas
interaliadas habían alcanzado un enorme volumen.
Los Cambios Tecnológicos Y Empresariales:
La guerra constituye tbn un factor que promueve la innovación y el crecimiento.
Los beneficiarios reales de la guerra fueron una serie de nuevas industrias que
proveían bienes y servicios al ejército. El crecimiento de la demanda Bélgica
favoreció el perfeccionamiento de técnicas de trabajo “estandarización”,
producidos en serie. El estado asumió responsabilidad de investigación
científica con aplicación a la industria. En G. Bretaña se creo en 1915 del
Departamento de Investigaciones Científicas e Industrial. El empresario se vio
enfrentado a una nueva realidad: el poder de los empresarios perdió
legitimación, surgió una nueva clase de técnicos y administradores, vinculada
con la especialización exigida por las nuevas técnicas de producción. La guerra
constituyó una etapa más en el proceso de concentración económica, ostentaban
las grandes empresas.
La Guerra Y El Resto Del Mundo:
La guerra fue un importante factor en la expansión económica de algunos situados
fuera del escenario. Los dominadores del mercado tradicionales abrieron
perspectivas de explotación para cubrir una demanda distorsionada. Estados
Unidos al ser el único país industrializado fuera de Europa, abasteció la
demanda de los que peleaban. El retiro del capital británico, permitió afianzar
los capitales privados norteamericanos. Canadá se benefició exportando trigo,
carne y materiales de guerra. Para América Latina la guerra tuvo 2
consecuencias: primero se expandió la exportación de materias primas y
alimentos, tuvo incremento en el ingreso de divisas; otras materias primas
comenzaron a ser explotadas para la exportación como el petróleo de Venezuela;
segundo la industria textil, alimentaria y otras tuvo un impacto de sustitución
de importaciones. Con la explotación de oro y diamante fue el desarrollo de la
producción minera en África orientada a la obtención de cobre, sobre todo.
La Guerra Y La Sociedad:
En los países industriales las clases sociales tuvieron enfrentamientos, hasta
se hablaba de naciones diferentes. Pero se desvaloró el sentimiento patriótico
de las masas. Se manifestó la “unión sagrada” de todo el pueblo que votaron que
algunos socialistas se incorporaran al gobierno en Francia y Bélgica. La
movilización y concentración iniciales de tropas se efectuaran en medio del
entusiasmo popular. El efecto negativo de una guerra larga y mortífera afectó a
los combatientes y tbn a los q vivían más alejados. Gracias a la especulación
acabaron provocando una profunda crisis política y social con la suma de
dificultades económicas. En lo político se agudizaron las divergencias entre
gobernantes y el conjunto del pueblo, a partir de 1915 se produce el fin de la
“unión sagrada”. El deterioro de la política fue acompañado por inflación de
niveles salariales hasta 1917, con inferior incremento de los precios, que esto
aumentaba el mercado negro. La diferencia entre trabajadores calificados y no
calificados y la producción en serie; permitieron a mujeres y trabajadores no
calificados puestos en escalas salariales. Tuvo una enorme repercusión del
triunfo bolchevique en Rusia sobre el escenario de la guerra, fue una revolución
anticapitalista, con principios marxistas. La idea de que una revolución social
era posible en Occidente ocupó un lugar superior en el clima social y político
luego de la guerra.
Orígenes de la depresión de 1929
Dada la combinación de duración, intensidad y alcance ampliamente mundial, la
crisis de 1929-1932 puede considerarse como un caso más bien especial, merecedor
de una particular atención.
Los orígenes reales de la depresión deben localizarse en Estados Unidos. Estados
Unidos provocó dos fuertes tensiones en el sistema económico mundial en una
época en que éste era más vulnerable y por tanto menos capaz de resistirlas. La
sacudida inicial vino con la reducción del préstamo exterior en 1928-1929 y la
segunda con el punto máximo del auge americano en el verano de 1929.
La primera de ellas tuvo repercusiones para los países deudores. Puede dudarse
poco de muchos países deudores, en Europa central y oriental y en otras partes,
especialmente en Latinoamérica, estaban en una situación financiera precaria en
la última mitad de la década de los 20. Se habían endeudado generosamente y
habían acumulado obligaciones masivas que en su mayor proporción no eran
autoliquidables. En consecuencia, dependían de importaciones de capital
continuas para mantener el equilibrio exterior.
Fue a través de la balanza de pagos que el impacto se sintió en primer lugar,
porque la mayoría de los países deudores dependían de las importaciones de
capital para cerrar la brecha de su balanza de pagos. De ahí que una vez que las
importaciones de capital descendieron, el único camino para ajustar sus cuentas
exteriores fuera echar mano a sus limitadas reservas de oro y divisas para
amortiguar el impacto.
El proceso de agotamiento en la producción primaria de los países deudores se
completó cuando los precios de las mercancías descendieron dramáticamente. Estos
países se enfrentaron con un grave deterioro de sus balanzas comerciales, ya que
los valores de exportación disminuyeron más deprisa que los de importación,
mientras que las obligaciones de sus intereses exteriores, que estaban fijados
en términos de oro, aumentaron enormemente en proporción a sus ingresos por
exportaciones. Los intentos para compensar la deficiencia, dando salida hacia el
mercado a existencias de mercancías que era costoso mantener, sólo empeoraron
las cosas porque agravaron la caída de los precios. Así, con reservas menguantes
e incapacidad para seguirse endeudando, los países deudores de Europa y ultramar
se vieron obligados a tomar medidas drásticas para restañar la sangría de
fondos. La salida de esta situación se buscó a través de deflación, devaluación,
medidas restrictivas e impago de deudas. La deflación inicial se transmitió
rápidamente a través de los vínculos fraguados por los tipos de cambios fijos
del patrón oro, pero la deflación no podía ser nunca más que un expediente
temporal, porque para hacer frente a las obligaciones exteriores habrían sido
necesarias dosis políticamente intolerables de deflación. En consecuencia, la
solución más fácil era romper los vínculos abandonando el patrón oro.
Dos vías de acción se habrían requerido de Estados Unidos: primero, invirtiendo
la contracción del préstamo exterior y, segundo, tomando medidas para
realimentar el auge. El error en los años 20 fue que las naciones acreedoras
habían sido demasiada generosas con sus fondos: se había permitido que los
deudores se endeudasen en exceso y, en consecuencia, ellos no se habían
esforzado en ajustar sus economías para desarrollarse con sus medios.
En cuanto a la segunda vía de acción, probablemente lo último que las
autoridades iban a hacer en 1929 era actuar para revitalizar el auge.
Depresión creciente y crisis financiera
La crisis financiera europea puede verse como un fracaso general por parte de
los países acreedores para proporcionar una financiación complaciente para
superar los efectos de la depresión. El subsiguiente hundimiento de la confianza
se reflejó en una virtual interrupción del préstamo y en un intento por parte de
los acreedores de exigir el reembolso de los préstamos anteriores. Bajo estas
presiones, los países deudores fueron obligados a perseguir políticas
deflacionistas y/o a repudiar sus obligaciones internacionales que, estando
nominadas en términos de oro, se habían convertido en mucha más onerosas en
1930-1931.
Consecuencias de la crisis
A medida que el pánico se extendía de un país a otro, se tomaron apresuradamente
medidas de defensa económica nacional y éstas se tradujeron inevitablemente en
un daño adicional a la actividad económica y a las relaciones económicas
internacionales. Los países de producción primaria no sufrieron tanto la
disminución de la producción, pero se vieron afectados con mayor severidad por
la caída de los precios de los productos primarios. El sector más afectado de la
economía mundial fue el del comercio internacional.
La mayoría de los países, con el tiempo, abandonaron el patrón oro y devaluaron
sus monedas. Entonces, para proteger las economías nacionales de las influencias
exteriores se empleó una batería de restricciones proteccionistas, incluyendo
aranceles, cuotas de importación, controles de cambio y mecanismos especiales
para suprimir las fluctuaciones de los cambios. Esto anunciaba el final del
sistema prebélico de comercio y pagos multilaterales y la libre circulación de
mercancías, capital y trabajo a través de las fronteras nacionales. En su lugar,
las políticas económicas nacionalistas y las monedas manipuladas se convirtieron
en el orden del día.
Los beneficios que produjo el abandono general del patrón oro fueron diversos.
Es cierto que la adhesión al sistema de tipos de cambio fijos había ayudado a
propagar la difusión de la depresión, porque para los países enfrentados con
problemas de la balanza de pagos significó un recurso a medidas deflacionistas
que sencillamente agravaron la depresión. Así, para cada país en particular, la
desvinculación del patrón oro y la depreciación de la moneda lo alivió de las
presiones deflacionistas y proporcionó un impulso a las exportaciones. Un
segundo posible beneficio surgió del hecho de que algunos países vieron reducida
la carga de la deuda exterior en la medida en que su deuda se mantenía en
monedas que se habían depreciado.
Los problemas derivados del exceso de endeudamiento obligaron a muchos países a
anular deudas, suspender el pago de intereses de las mismas o imponer rígidos
controles de cambio, en un esfuerzo por conseguir la estabilidad monetaria y
salvaguardar las cuentas exteriores.
El alcance de la recuperación
La diversidad de factores implicados dificulta la generalización sobre las
fuerzas desencadenantes, aunque es posible hacer algunas observaciones de
carácter general. Lo primero que puede decirse es que la recuperación no debió
virtualmente nada a la acción internacional. Los intentos internacionales para
proporcionar una solución fueron raros y no tuvieron éxito.
Un factor común a todos los países fue el aumento de la participación del
gobierno en la economía. Los primeros años 30 se caracterizaron por una ola de
devaluaciones monetarias, seguida por la imposición de severas restricciones
sobre comercio, pagos y movimientos de capital. Éstas fueron ante todo medidas
defensivas diseñadas para aislar las economías nacionales de las influencias
exteriores desfavorables. En algunos países la planificación del comercio
exterior vino a ser más ampliamente aceptada como una función normal del Estado.
Tales políticas han sido consideradas como reaccionarias y restrictivas.
La recuperación se basó en el mercado interior más que en los de exportación.
La recuperación en los países industrializados
Los cinco países seleccionados para ser tratados en esta sección muestran todos
ellos características diferentes: Gran Bretaña experimentó un crecimiento
completamente vigoroso basado ampliamente en el mercado interior, con una
política gubernamental que contribuyó muy poco a la recuperación; Francia tuvo
una recuperación fracasada, en gran parte a causa de medidas políticas
equivocadas; Suecia avanzó constantemente bajo la influencia de las
exportaciones, un auge de la construcción y las políticas gubernamentales
ilustradas; Alemania consiguió un gran éxito, pero éste tuvo un precio, tanto
política como socialmente; mientras que Austria tuvo una recuperación muy
accidentada, a causa de fuerzas y políticas en conflicto. El único rasgo común a
todos fue la influencia creciente del rearme en el mantenimiento de la
recuperación.
La política de recuperación interior de Gran Bretaña fue notablemente ortodoxa.
Se depositó confianza en medidas indirectas tales como el dinero barato,
protección y otros controles del comercio, y los planes de reconstrucción
industrial se orientaron a apoyar las viejas industrias de productos
importantes.
La política gubernamental tuvo sólo una influencia marginal en la recuperación
económica de Gran Bretaña. Los beneficios de la devaluación fueron débiles y
duraron poco, mientras que el impacto de la protección arancelaria y de las
medidas de ayuda industrial, fue de poca importancia. El dinero barato
probablemente dio un mayor impulso al mercado de la construcción que a la
inversión industrial, aunque no puede considerarse como el principal factor
causal, responsable del auge de la construcción de los años 30. Se dieron varios
estímulos importantes a la construcción, incluyendo la disminución de costos y
el aumento de las rentas reales, en parte como resultado de la evolución
favorable de la relación real de intercambio y un cambio de los gustos del
consumidor. Tampoco la política fiscal hizo ninguna contribución notable a la
recuperación. La política fiscal fue en el mejor de los casos neutral.
Con el tiempo se apoyó más ampliamente en las exportaciones y algunas de las
industrias de productos importantes experimentaron una reanimación,
especialmente a finales de la década de los 30, cuando el rearme adquirió
importancia.
Francia se encontraba en una posición lo suficientemente fuerte para mantener el
patrón oro, y su temor de las consecuencias inflacionistas significó que era
improbable que lo abandonase de buena gana. Esta línea de acción tuvo
consecuencias desafortunadas, porque para mantener los costos y precios
franceses de acuerdo con los niveles mundiales fue necesario recurrir a una
fuerte deflación. Entre 1931 y 1936 se siguieron implacablemente políticas
deflacionistas. Se impusieron diversas restricciones al comercio para proteger
las cuentas exteriores. Estas políticas provocaron el efecto contrario al que se
deseaba, ya que hasta 1936 la producción y el empleo continuaban disminuyendo.
El mantenimiento del patrón oro en una época de devaluación general significaba
que el peso del ajuste se echaba sobre la economía interior. Esto suponía
elevados tipos de interés que hicieron poco por restaurar la confianza en los
negocios. En segundo lugar, las medidas de economía y las fuertes reducciones
del gasto gubernamental sólo sirvieron para agravar la depresión. En tercer
lugar, los esfuerzos realizados para reducir costos y precios fueron en parte
contraproducentes, porque las reducciones de salarios disminuyeron la demanda
efectiva a corto plazo hasta que los precios se hubieron ajustado.
Entre junio de 1936 y marzo de 1937, el nuevo gobierno de Blum introdujo lo que
puede describirse como un experimento New Deal en miniatura. Suponía el abandono
del patrón oro y la devaluación del franco, un programa moderado de obras
públicas, aumento de los salarios monetarios y una reducción de las horas de
trabajo. Seguidamente, las políticas de Blum se modificaron, pero para invertir
la tendencia de la actividad económica hubo que esperar al rápido aumento de los
gastos militares en 1938-1939.
Suecia evitó los errores de muchos otros países, ya que no recurrió a medidas
extremas de protección ni siguió la vía deflacionista de los países del bloque
oro. Aun mejor, el gobierno intentó estructurar por etapas su gasto público, a
fin de compensar las fluctuaciones de la actividad económica.
Se instrumentó un amplio programa de obras públicas y el déficit presupuestario
resultante debía financiarse mediante préstamos amortizables a lo largo de un
período de cuatro años.
La devaluación monetaria ciertamente dio un impulso inicial a las exportaciones,
que mostraron un crecimiento vigoroso a mediados de 1933, aunque con el tiempo
el estímulo principal vino de la demanda exterior de materiales industriales
suecos, a medida que la recuperación industrial tenía lugar en otras partes, y
más adelante a causa del rearme. El dinero barato proporcionó un impulso al
mercado de la construcción y a la inversión industrial, que avanzó después de
1933. Suecia fue el primer país en conocer y utilizar una política fiscal
anticíclica, y en los últimos años 30 se hicieron preparativos para continuar
con el procedimiento en cualquier depresión futura.
La economía alemana tuvo dos características únicas en los años 30; la fuerza de
su recuperación y el grado de intervención del Estado en los asuntos económicos.
Después de la toma nazi del poder en 1933, la economía fue regularmente
transformada en un prototipo de control rígido y se convirtió, en la última
parte del período, en una economía dominada por los motivos bélicos.
Se impuso un mecanismo de planificación integral, que no era de ningún modo muy
eficiente, a una economía en la que la propiedad privada no era expropiada, en
la que la distribución de la renta nacional se mantuvo sin cambios sustanciales
y en la que los empresarios privados conservaron algunas de las prerrogativas y
responsabilidades del capitalismo tradicional. La economía alemana llegó a
ejercer una influencia considerable sobre las economías de Europa central y
sudoriental.
Los nazis ampliaron la política de ayuda, inaugurando un programa masivo de
obras públicas que implicaba un gasto de unos seis millones de marcos. Los
efectos de este gasto en la creación del empleo pusieron en marcha pronto la
recuperación y absorbieron un notable volumen de desempleo, aunque antes de que
hubiera gastado del todo aquella suma se alteraron dramáticamente las bases de
la política económica.
Los principales beneficiarios fueron quienes ahora estaban trabajando y que
habían estado antes desocupados y el sector de negocios, que disfrutaba de los
pedidos de carácter militar. Gran parte del aumento del gasto público se
financió mediante el aumento de la presión fiscal y el endeudamiento.
La red de controles se complementaba con extensas regulaciones sobre el
comercio, los pagos y los cambios. El principal objetivo de ésta era restringir
las importaciones no esenciales y donde era posible estimular las exportaciones
y asegurar los beneficios de una relación de intercambio favorable. Los
resultados en términos de exportaciones fueron decepcionantes. La política de
importación tuvo más éxito, representando las primeras materias esenciales una
proporción creciente del total de las importaciones.
Alemania fue el único país que eliminó la desocupación, y su marca en el
producto agregado fue impresionante. Debe advertirse que la creciente
participación del Estado en la economía fue motivada en gran medida por
consideraciones políticas más que por los dictados de la teoría moderna del
ciclo económico. La motorización de la economía alemana, la difusión del uso de
vehículos de motor y el programa de construcción de carreteras, fueron muy
importantes en este período y desempeñaron una parte significativa en el
mantenimiento del movimiento al alza de la economía alemana.
Durante los años 20 Austria había tenido muchos problemas, incluyendo el
agotamiento de la guerra y la tarea de la reconstrucción, deficiencias
estructurales en la economía, la pérdida de áreas industriales en
Checoslovaquia, la pérdida de grandes ventas en un mercado libre para sus
productos y un asalto de la hiperinflación. Austria se sumergió en la depresión.
La subsiguiente huida de capital de Austria y el consiguiente drenaje de sus
reservas de divisas obligaron al gobierno a tomar medidas drásticas en la última
mitad de 1931. Ello supuso la adopción del control de cambios, de importaciones,
de otros controles del comercio y de un conjunto de medidas deflacionistas.
La situación económica de Austria era extremadamente seria en 1932. El sistema
monetario se había desintegrado a consecuencia de la ola de quiebras bancarias,
el gobierno tenían un grave problema fiscal a causa del hundimiento de la
recaudación de impuestos y la situación de las divisas era grave, mientras que
la entrada en los mercados tradicionales había sido cerrada por la protección.
La política fiscal y monetaria se mantuvo deflacionista y los elevados tipos de
interés que la acompañaron desalentaron la inversión en los negocios.
Nunca le fue posible al gobierno llevar adelante un amplio programa de gasto
estatal para estimular la economía, y las fuerzas reales distaron de ser
sólidas. En consecuencia, la recuperación fue débil y errática, y era
determinada en gran medida por las irregularidades de la demanda de exportación,
el impacto del limitado programa de obras públicas y por el rearme.
Estancamiento en Europa oriental
Dependían fuertemente de la agricultura, que comparada con la del oeste estaba
mal organizada y era ineficiente; demasiadas pequeñas explotaciones, capital
limitado y baja productividad.
La vulnerabilidad de Europa oriental para cambiar la suerte de la agricultura
puede apreciarse fácilmente. Durante la crisis económica, los precios de los
productos primarios se hundieron. La carga de la deuda aumentó proporcionalmente
a la renta y la desgracia se agravó por el hecho de que los precios agrícolas
cayeron más deprisa que los de los productos industriales adquiridos por el
campesino.
La situación era igualmente grave en el frente exportador. Las exportaciones
agrícolas fueron golpeadas por la caída de los precios, la fuerte competencia y
la creciente autosuficiencia y protección en los antiguos mercados.
Un problema adicional importante fue el endeudamiento internacional de la zona.
La mayoría de los países se habían apoyado fuertemente en el crédito exterior de
una u otra clase en los años 20. La interrupción del préstamo exterior entre
1928 y 1931 ocasionó graves problemas porque el servicio de las deudas
anteriores dependía de la capacidad para obtener nuevos préstamos. Las
consecuencias de la crisis en términos de acontecimientos y de la política
posteriores pueden resumirse como sigue: 1) medidas de emergencia para tratar la
situación inmediata; 2) ascenso de regímenes dictatoriales o semidictatoriales,
inclinados a promover el desarrollo a lo largo de líneas autárquicas, y 3)
dominio creciente ejercido por Alemania sobre el futuro económico y político de
la zona.
Entre las medidas drásticas hubo cierres temporales de instituciones bancarias,
control de cambios riguroso, limitación de los pagos por deuda y aranceles,
cuotas y prohibiciones de importación.
El saldo ventajoso fue del lado de Alemania. En primer lugar, Alemania pudo
dictar los precios que debían pagarse por los productos primarios de la zona y
al mismo tiempo acumuló grandes superávits de importación con los países que no
equilibraban las exportaciones alemanas. Los atrasos acumulados en la oferta
alemana de bienes en realidad significaron que Alemania estaba financiando sin
intereses parte de su rearme a costa de sus proveedores del este. Y aunque los
países orientales aseguraron algún capital de equipo por parte de Alemania, fue
demasiado poco y llegó demasiado tarde para hacer mucho en el camino de la
transformación de la estructura de sus economías. Finalmente, la penetración
económica preparó el camino para la definitiva conquista militar y política de
los vecinos orientales de Alemania.
Hitler adoptaba métodos alternativos que incluían presión abierta y chantaje
militar, bloqueo económico, prohibición a los turistas alemanes de visitar estos
países, limitaciones al comercio exterior y conquista de los mercados
proporcionados por estos países. El dominio económico y político de Alemania
sobre Europa central y oriental era casi completo porque todos los Estados del
área habían sucumbido ante su ofensiva, aunque las ambiciones alemanas sobre el
área en su conjunto sólo se realizaron por completo durante el curso de la
guerra.
El hecho de que la crisis económica originara dictaduras o cuasi dictaduras en
estos países no era necesariamente un obstáculo a estas ambiciones, porque los
nuevos regímenes tendieron a estar más favorablemente dispuestos hacia los
intereses alemanes y más receptivos ante las presiones que sus oponentes
democráticos de los años 20. Además, a pesar de los esfuerzos para promover la
industrialización, sus economías se mantenían débiles, y estructuralmente
defectuosas.
La depresión reforzó los sentimientos nacionalistas en Europa oriental y originó
una creciente injerencia del Estado en los asuntos económicos. El impulso hacia
el étatisme tomó formas diferentes, pero básicamente el objetivo común era
mejorar los resultados económicos de los países en cuestión. Aparte de medidas
específicas de protección, subsidios y otras semejantes, esta política implicó
un aumento del sector público de la actividad económica. Un rasgo notable de
algunos países orientales fueron los experimentos hechos en la planificación del
desarrollo económico a medio plazo.
El avance en el frente industrial no fue espectacular, si se recuerda lo pequeño
que era el sector industrial en las economías de Europa oriental. Más
concretamente ciertos aspectos del modelo de desarrollo fueron motivo de
preocupación. Por una parte, la política estatal tendió a promover inversiones
improductivas y antieconómicas. En segundo lugar, los recursos financieros del
Estado eran limitados; no podía reemplazar el papel del capitalista extranjero
cuando los préstamos de ultramar se interrumpieron a principios de los años 30,
y la política de nostrificación diseñada para desanimar la entrada de fondos y
propiedades extranjeras no sirvió de ayuda. En tercer lugar, los esfuerzos para
movilizar los recursos interiores fueron anulados frecuentemente por las
políticas monetarias y fiscales restrictivas, incluyendo una mayor presión
fiscal. En cuarto lugar, la dirección de la inversión no conducía especialmente
a promover un desarrollo rápido. Con frecuencia se canalizó hacia los textiles,
las industrias alimentarias y las eléctricas, donde el potencial de crecimiento
era bajo, y hacia las industrias comparativamente carentes de una base
científica moderna.
Europa oriental también conservó su tradicional estructura dual, es decir,
muchas empresas ineficientes de pequeña dimensión compitiendo con unas pocas
empresas modernas de gran tamaño. Durante el período de entreguerras, la pequeña
empresa era más viable que nunca, en parte a causa de la debilidad de las
grandes empresas, la abundante oferta de trabajo y el predominio de las
actividades industriales en que las pequeñas empresas tienden a desarrollarse.
En este período también la agricultura actuó como obstáculo para el progreso
económico. Antes de la guerra, aunque todavía muy por debajo de los patrones
occidentales, el sector agrícola había realizado progresos significativos, en
parte como resultado de la difusión gradual de la agricultura capitalista; de
ahí que representara cierto estímulo para la economía en general.
La baja productividad, la escasez de capital, las rentas bajas y la
sobrepoblación agraria formaron un círculo vicioso que sólo podía romperse
mediante cambios radicales en las condiciones de mercado. Pero la perspectiva de
que esto ocurriera era escasa, porque la sobrepoblación, las rentas bajas y un
sector industrial débil significaban un mercado interior limitado. Además, los
antiguos mercados para la exportación de productos agrarios desaparecieron a
causa de la protección y el reducido consumo de cereales en el oeste; de ahí el
atractivo de los vínculos comerciales con Alemania.
La agricultura se estancó durante la mayor parte del período, mientras que en el
frente industrial sólo se realizaban pequeñas ganancias. El progreso de este
último no produjo ningún cambio significativo en la estructura de las economías
orientales. En términos de generación de renta nacional, el desplazamiento de la
agricultura hacia la industria fue un poco más pronunciado, pero en los países
balcánicos la proporción de la renta producida por la industria se mantuvo por
debajo de una cuarta parte.
Política, económica y socialmente eran atrasados y débiles, en lucha con sus
tensiones internas y sus contradicciones, y con pocas perspectivas, a medida que
se acercaba la guerra, de resolver sus problemas fundamentales.
Europa en vísperas de la Segunda Guerra Mundial
La recuperación después de la recesión fue lenta y desigual e incluso a finales
de los años 30 muchas economías continuaban operando por debajo de su plena
capacidad. Irónicamente, fue la concentración en el rearme y la guerra lo que
finalmente proporcionó una solución a este problema.
Finalmente, ni el oeste ni el este eran capaces de resistir solos los planes de
Alemania, mientras que después de 1945 los países orientales se convirtieron en
la presa de una nueva potencia mundial, la Unión Soviética.
En vísperas de la Segunda Guerra Mundial, unas dos terceras partes de la
producción industrial de Europa eran obtenidas por el Reino Unido, Alemania y
Francia, y la participación de los dos primeros países en la producción
industrial era más del doble de la proporción de su población sobre la total de
Europa.
De hecho, en todos los países de Europa central y oriental la renta per cápita
estaba por debajo de los doscientos dólares del promedio per cápita de los
veinticuatro países europeos. Aunque tales comparaciones de rentas en dólares
constantes no pueden proporcionar una guía precisa del nivel de vida en cada uno
de los países, dan una idea aproximada de la disparidad entre los niveles de
renta entre el oeste y el este, disparidad que era probablemente tan grande en
1937 como la había sido en 1913.