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Historia
Económica y Social General
Resumen de "China"
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Historia Económica y Social General (Cátedra:
Ferronato - 2017) |
Cs. Económicas | UBA
CHINA
China se encerró en sí misma, con imperios despóticos, murallas interminables e
inútiles, invasiones permanentes, luchas intestinas, desigualdades extremas.
Creía que el mundo terminaba en sus fronteras.
Pero el Occidente y su vecino en vías de expansión forzaron a la apertura de
esas fronteras. Como consecuencia de ello, el territorio chino fue arrastrado a
las llamadas "guerras del opio" y a la destrucción del viejo imperio. Los
ingleses controlaban el comercio de la droga. A partir de 1842 Shangai abrió sus
puertas al comercio británico. El control del tráfico de drogas estaba
asegurado.
La segunda "guerra del opio", en 1858, terminó también con una derrota china,
pero involucró a Francia. Los extranjeros disponían de barrios cerrados con una
combinación de lujo asiático con occidental en medio de una nación en llamas.
La industrialización de Occidente y de Japón se basó en el dominio de China. La
naciente industria china fue ahogada por la importación de productos.
En 1912 con la dirección de Sun Yat Sen, sectores chinos más democratizados
derribaron el imperio y establecieron la República, al tiempo que se creaba un
partido político nacionalista, el Kuomitang, y poco después, el Partido
Comunista.
Hasta 1949 China sufría varias invasiones japonesas y la guerra civil entre
nacionalistas y comunistas. Ese año vivó la llegada al poder del Partido
Comunista chino, liderado por Mao Tse-tung, quien daría a la nueva República
Popular una notoria presencia en el mundo. Los cambios económicos y sociales
llevados a cabo por el nuevo gobierno iniciaron un acelerado proceso de
industrialización y colectivización del agro. Hubo conflictos internos y
paralización de la economía y al mismo tiempo, China se apartó de la Unión
Soviética.
A partir de 1978 bajo la dirección de Deng Xiaoping, China comenzó un proceso de
reforma económica que produjo un mayor grado de apertura al exterior.
Den Xiaoping empezó por privatizar parcialmente la agricultura, permitiendo a
los productores guardar parte de sus cosechas para consumir o vender.
Incrementaron significativamente la oferta de alimentos, los ingresos de los
campesinos y también las condiciones de vida de los sectores urbanos.
Las empresas trasladaron los aumentos salariales a los precios al consumidor,
incrementando la inflación. El descontento se manifestó masivamente hacia 1989,
y fue reprimido con brutalidad.
Como política industrial, China había implementando un proceso de sustitución,
similar al de Latinoamérica previo a la ola neoliberal. A fines de 1980 sufría
grandes déficits comerciales. La balanza se enderezó con la creación de zonas
francas en áreas costeras.
Las compañías chinas se asociaron o se repartieron mercados dentro y fuera de la
República Popular con empresas de otras grandes potencias. Así comenzó el boom
capitalista: para comienzos del 2000, China ya era un gran exportador mundial de
manufacturas.
Estos cambios se plasmaron en un acelerado crecimiento, mientras el país se
expandía su participación en el comercio internacional aumentaba el consumo
interno y la formación de capital productivo.
El despegue chino tiene sus lados oscuros. Hubo brechas entre geografías. Por
otra parte, con el tiempo la sociedad se tornó mucho más desigual. Partiendo de
una distribución muy equitativa a comienzos de los 80, cuando todo el mundo era
pobre, el ingreso se concentró en unos pocos grupos de altísimos ingresos y
riqueza, mientras que la vida de las poblaciones rurales se deterioró y la
desregulación laboral alimentó el surgimiento de mano de obra barata.
Las tensas relaciones con Estados Unidos habían mejorado, con la reanudación de
los vínculos comerciales entre los dos países.
Paradójicamente, existe una dependencia mutua entre las economías china y
estadounidense: un 35% de las reservas internacionales de China se hallan
colocadas en los bonos del Tesoro de EE.UU de ese modo, el gigante asiático
financia en forma significativa el déficit estadounidense. Si bien China
financia el déficit de Estados Unidos vía bonos, este país también invierte
capital en empresas que forman parte de su propio sistema productivo y tienen
una alta rentabilidad.
La influencia de China sobre el crecimiento económico mundial ha ido en aumento.
Por un lado, permitió aumentar la rentabilidad de las empresas occidentales
relocalizando todo o parte de la producción en territorio chino, y creó la
amenazada de desempleo: si los trabajadores de otros países se rehúsan a aceptar
los bajos salarios, el capital podría desplazar sus plantas u oficinas a otros
sitios más baratos, como China. Además hubo una mejora del bienestar de los
consumidores.
La demanda de exportaciones impulsa el crecimiento, mientras que la demanda
doméstica masiva permanece debilitada, como modo de mantener los salarios
bajísimos, condición necesaria para que los productos lleguen baratos a los
países centrales.