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Introducción al Diseño y la Arquitectura Moderna | Resumen de Morris y las Arts and Crafs | Cátedra: Feltrup | 2º Cuat. de 2008 | Altillo.com |
Morris y las Arts and Crafs
- Introducción:
El movimiento de artes y oficios se desarrollo en Inglaterra a modo de protesta contra el carácter de los productos fabricados a mediados del período victoriano.
Entre 1850 y 1920 evolucionó como una campaña internacional para la reforma del diseño.
Sus seguidores sostuvieron que el diseño afecta a la sociedad y que el carácter del ambiente laboral y hogareño determina el carácter del individuo.
Estos seguidores decían que el diseño de mitad de siglo IXX había perdido el rumbo. Condenaban los productos por su manufactura de imitación, uso indiscriminado de materiales y la elaborada ornamentación. Creían que tales objetos tenían un efecto negativo sobre la sociedad.
A través de la puesta en marcha de un programa de reforma esperaron mejorar la calidad del diseño y fortalecer el carácter del individuo y de la sociedad en su conjunto.
Lucharon por asegurar que:
- Los métodos artesanales sobrevivieran a la competencia que la producción de la maquina les ofrecía.
- Mejorar las condiciones de trabajo de los artistas y artesanos.
- Y alentar la colaboración artística hacia los obreros.
Su intención era mejorar la calidad de vida restaurando la integridad de los objetos comunes a la vida diaria.
Las grandes exposiciones (celebraciones a la tecnología industrial y a la potencialidad de la maquina) fueron testimonios de los cambios estéticos y técnicos de la era. Exponiendo sus mejores productos invitaban a la comparación y competencia, y a su vez proveían los medios para que pueda ser juzgado el impacto de la Revolución Industrial sobre cada aspecto de la vida cotidiana. Los productos variaban desde utensilios de uso diario a presentación de piezas únicas.
Pero a pesar de que estas ferias pretendían glorificar los avances de la Era de la Máquina, éstas invitaban a los reformista del diseño a la crítica más que a la aprobación.
Estos críticos cuestionaron lo apropiado o desapropiado en utilizar nuevos materiales y procesos de fabricación para crear piezas.
Pusieron en duda el modo cómo se seleccionaba y utilizaba el material. Y objetaron el hecho de que la mayor parte de los productos estaba fabricado en etapas (según el llamado método de “división del trabajo”).
Los efectos negativos de esta metodología fueron descriptos por un diseñador reformista de Boston, Frederick Allen Whiting.
Whiting escribió una vez: “Cada silla era trabajada a mano por un hombre que estaba interesado en su trabajo por la tarea en si misma, quien creía que todo posee una belleza inherente, y que caía en el artesano no solo la obligación sino el privilegio de traerla a la luz. Una silla realizada bajo estas circunstancias y tradiciones, por un artesano semejante era apta para dos siglos de uso y albergaba en cada una de sus líneas la evidencia del pensar y sentir del hombre. Hoy tenemos un cuadro muy diferente, es el de un empleado administrativo quien en su oficina recibe una orden por 100 unidades del modelo Nº 674, el cual pasa a un encargado, quien distribuye distintas ordenes: a John por patas, a Silas por respaldos y así sucesivamente. Cada hombre produce la parte asignada en su maquina particular. Luego las diferentes piezas son enviadas al área de ensamblado para ser armadas por especialistas, para ser luego enviadas nuevamente a otro operario, quien lija, masija, etc. Esas sillas son tan idénticas y perfectas como la precisión de la máquina ha de poder hacerlas, pero casi sin ningún toque de interés humano dejado por alguna de las tantas manos por las cuales han pasado”.
Whiting denunciaba la abolición de la individualidad. Decía que la visión comprensiva del artesano independiente había sido reemplazada por la limitada perspectiva de un operador de una máquina que trabajaba en la relativa soledad.
Raramente tenían los diseñadores contacto con los artesanos que implementaban sus ideas y pocos obreros veían el producto terminado. Los productores tenían poco contacto con los consumidores que usaban sus utensilios, sin poder predecir entonces sus reacciones.
Los reformistas esperaban reformar el diseño a través de la restauración de las condiciones que ellos consideraban características previas a la Revolución Industrial. Se referían a temas como el entrenamiento, la educación y las condiciones de trabajo del diseñador o artesano, los atributos técnicos y estéticos del producto final y el modo cómo se ofertaba al público.
Todos estos reformistas esperaban el mismo resultado:
- La restauración de la dignidad del trabajador.
- La integridad del producto.
- La consideración por el usuario.
- La cooperación artística a lo largo del proceso del diseño.
La principal premisa de los reformistas sostiene que el carácter del ambiente en el cual se trabaja y habita determina el carácter del individuo. Esto, evoluciona de una idea promulgada por Pugin en 1830. Este diseñador y escritor creía que el carácter de una nación se expresaba a través de la arquitectura y de las artes aplicadas.
Pugin desarrollo este punto con devoción en obras tales como Contrastes y Los principios verdaderos de la arquitectura gótico-cristiana. Él recomendaba a arquitectos y diseñadores estudiar las obras de sus predecesores medievales, para que pudieran aprender lecciones valiosas.
Al igual que Pugin, John Ruskin, (crítico en arquitectura y profesor en Oxford), comparaba el carácter de una nación con aquel de su arquitectura. Sostenía que la naturaleza de la arquitectura británica contemporánea podía mejorar si se diseñaba expresando cualidades ejemplificadas en los estilos gótico y romano.
Para él la arquitectura debía reflejar el pensamiento y el sentir de cada individuo que había estado involucrado en su construcción. Visualizaba cada cualidad como una extensión de la personalidad del artesano, y cada una era esencial para poder alcanzar una arquitectura con carácter.
(Comentario: Ruskin decía: “yo creo en una pregunta correcta sobre el ornamento, y es simplemente esta: ¿Fue hecho con placer?”).
Alentaba modificar el proceso de diseño a través de la procuración de un ambiente de trabajo saludable y noble; para lo cual planteo 3 reglas:
- No alentar la manufactura de un articulo que no sea absolutamente necesario.
- No pretender lograr una terminación superficial precisa por el hecho de si mismo, sí cuando ésta sea necesaria para un fin práctico.
- No incentivar la copia o imitación, excepto si ésta se realiza con el fin de preservar la documentación de grandes obras.
Ruskin estableció un ideal, y por los siguientes 70 años siguió inspirando a más reformistas, uno de los lideres principales entre ellos fue William Morris.
William Morris comenzó sus estudios en Oxford (1853), dos años después de la Gran Exhibición de Londres.
Morris desarrollo un profundo afecto por la cultura de la Edad Media. Fue estimulado por su familiaridad con la obra de Ruskin, sus apreciaciones por la arquitectura medieval de Oxford y sus viajes a Francia (donde visito las catedrales de la ciudad).
No fue un revolucionario, le intereso profundamente la Edad Media y amó la naturaleza y los campos, detestando las grandes ciudades. (Al principio su odio se ciño al aspecto visual, pero luego abarco también el social).
Definía el arte como la expresión por parte del hombre al placer que halla en su trabajo.
En Oxford, conoció a quienes serian luego miembros de la hermandad de los Pre-rafaelitas: Edward Burnes-Jones (pintor) y Dante Gabriel Rossetti (poeta y pintor).
El compromiso de estos amigos hacia la artesanía y el ambiente de la Edad Media fue tangible. Expresado en la Red House (no se que es esto??!!), el hogar marital de Morris y su esposa y diseñado por Philip Webb. El esfuerzo de colaboración manifestado en la Red House propició la formación en 1861 de la Morris, Marshall, Faulkner & Co. Obreros artistas en Pintura, Tallado, Muebles y Metales.
La compañía se especializó en trabajos eclesiásticos y residenciales. Sus miembros desarrollaron sus diseños encarándolos hasta su total creación, colaborando unos con otros, y tratando directamente con el cliente. Estos encontraron satisfacción no solo a lo largo del proceso de elaboración sino a su vez en el resultado final.
En l875, Morris, asume la responsabilidad total de la firma (Morris & Co.). La empresa produjo una amplia gama de mobiliario, materiales de revestimiento y accesorios, y brindó asesoría en decoración de interiores.
Como diseñador, artesano, y empresario su meta era ambiciosa: proveer una alternativa accesible de buen gusto a los productos de la revolución industrial, los cuales consideraba como “masa sórdidas y miserables”.
A lo largo de su carrera, luchó para conciliar sus ideales artísticos con sus inclinaciones políticas. Su compromiso por crear productos que reflejaran los estándares mas altos del diseño, parecía estar en conflicto constante con su deseo de producirlos a costos accesibles.
Su dedicación por utilizar la técnica y estética de los artesanos en su totalidad, en una atmósfera Ruskiniana (de trabajo sano y noble), se oponía a la necesidad de utilizar maquinaria para la eliminación de trabajos dificultosos, o la reducción de los costos de producción.
A pesar de que la firma no fue un éxito desde el punto de vista económico, sirvió como testimonio de los meritos de la cooperación artística, inspiró a seguidores de toda Inglaterra. La mayor parte de ellos, ofrecía regularmente exhibiciones para promover el trabajo de sus miembros, y elevar el gusto del público.
La organización mas venerada fue la Sociedad de Artes y Oficios. Durante la vida de Artes y Oficios, varios gremios y asociaciones similares se desarrollaron en Gran Bretaña, Europa y Norte América. Y Fueron los medios primarios a través de los cuales se diseminaron los ideales del movimiento.
Una de las mas antiguas e influyentes organizaciones americanas, fue la Sociedad de Arte y Oficios de Boston, fundada en l897, y aún en vigencia.
El desafío por estos seguidores, residía primero en traducir sus ideales en realidad y luego convencer al público de las ventajas que ofrecían los productos del movimiento. Uno de los medios para lograr la promoción fueron las exhibiciones públicas de artesanías.
En el cambio de siglo, muchas organizaciones, dedicadas a la reformas del diseño se fundaron en Europa. A pesar de diferenciarse en estructura y asociados, todas estas promovieron altos estándares de diseño, manufactura y la cooperación artística. Al hacer esto no solo continuaron la campaña iniciada por Pugin, Ruskin y Morris, sino que además anticiparon la unión entre el arte y la industria, foco de atención de los reformistas futuros del siglo XX.