DELEUZE E

POSDATA SOBRE LAS SOCIEDADES DE CONTROL

I Historia

Foucault analizó el proyecto ideal de los lugares de encierro; en la fábrica: concentrar, repartir en el espacio, ordenar en el tiempo, componer en el espacio tiempo una fuerza productiva cuyo efecto debe ser superior a la suma de las fuerzas elementales. El modelo sucedía a las sociedades de soberanía, cuyas funciones y objetivos eran recaudar más que organizar la producción, decidir la muerte más que administrar la vida. Pero las disciplinas a su vez sufrían una crisis tras la Segunda Guerra mundial: las sociedades disciplinarias eran lo que ya no éramos, lo que dejamos de ser.

Estamos en una crisis generalizada de todos los lugares de encierro: prisión, hospital, fábrica, escuela, familia. La familia es un interior en crisis como todos los interiores. Los ministros reforma en la escuela, la industria, el hospital, el Ejército, la prisión: pero todos saben que estas instituciones están terminadas, sólo se trata de administrar su agonía y de ocupar a la gente hasta la instalación de las nuevas fuerzas. Son las sociedades de control las que están reemplazando a las sociedades disciplinarias.

II Lógica

Los espacios de encierro por los cuales pasa el individuo son variables independientes: el lenguaje común de todos estos lugares existe, pero es analógico. Los aparatos de control son variaciones inseparables, forman un sistema variable cuyo lenguaje es numérico. Los encierros son moldes, módulos distintos, pero los controles son modulaciones. En una sociedad de control la empresa ha reemplazado a la fábrica y la empresa es un alma. El principio modular del salario al mérito no ha dejado de tentar a la educación nacional: la formación permanente tiende a reemplazar a la escuela y la evaluación continua al examen.

Las sociedades disciplinarias tienen dos polos: la firma, que indica el individuo; y el número de matrícula, que indica su posición en una masa. El poder es masificador e individualizador, constituye en cuerpo aquellos sobre los que se ejerce y moldea la individualidad de cada miembro del cuerpo. En las sociedades de control lo esencial es una cifra: la cifra es una contraseña. El lenguaje numérico del control está hecho de cifras que marcan el acceso a la información, o el rechazo. No encontramos una masa-individuo. Los individuos se han convertido en “dividuos” y las masas en muestras, datos, mercados o bancos. El viejo topo monetario es el animal de los lugares de encierro, pero la serpiente es el de las sociedades de control.

El capitalismo del siglo XIX es de concentración para producción y de propiedad; en la fábrica es el capitalista el dueño de los medios de producción y en cuanto al mercado; es conquistado por especialización, colonización, por baja de los costos de producción. En la situación actual, el capitalismo ya no se basa en la producción. Es un capitalismo de superproducción. No compra materias primas y vende productos terminados: compra productos terminados. Lo que quiere vender son servicios y lo que quiere comprar son acciones. Ya no es un capitalismo para la producción, sino para el producto, para la venta y para el mercado. La fabrica sede su lugar a la empresa.

Las conquistas de mercado se hacen por temas de control y no ya por formación de disciplina, por fijación de cotizaciones mas aun que por baja de costos, por transformación del producto más que por especialización de producción. El servicio de venta se ha convertido en el centro o el ala de la empresa. Se nos enseña que las empresas tienen un alma y es el marketing ahora el instrumento de control social. El control es a corto plazo y de rotación rápida, pero continuo e ilimitado. Mientras que la disciplina era de larga duración, infinita y discontinua. El hombre ya no es el hombre encerrado, sino el hombre endeudado.

III Programa

En el régimen de la empresa son los nuevos tratamientos del dinero, los productos y los hombres (que ya no pasan por la vieja forma-fabrica). Son ejemplos que permiten comprender la crisis de las instituciones y la instalación, progresiva y dispersa, de un nuevo régimen de dominación.

Los jóvenes reclaman formación permanente; pero a ellos corresponde descubrir para que se los usa, como sus mayores descubrieron no sin esfuerzo la finalidad de las disciplinas. Los anillos de una serpiente son aun mas complicados que los agujeros de una topera.