Transformaciones en la prensa entre la política y el mercado
Román “Don Quijote (1884-1902): La prendas satírica, entre el público y el pueblo”
• El desembarco de Don Quijote (1884-1893)
Su editor y dibujante, Sojo, era un periodista caricaturista y militante republicano español. Luego de la caída de Rosas, la prensa satírica porteña solía atacar una persona, una serie de acciones, o a un grupo que ocupara algún espacio de poder. Pero ninguno se había puesto en el polo ajeno y opuesto, desde el cual podía legítimamente criticarlo y fustigarlo, lo cual explica por qué hasta este momento, ninguno había sido censurado, multado o suspendido. Don Quijote sería el caso excepcional.
• La novedad de los clásicos: retórica visual y potencia satírica
Don Quijote se caracterizó por su tenacidad en el tono violento e hiperbólico, Sus caricaturas representaban algo novedoso y desafiante en su adaptación al contexto local. A diferencia de otros como “El Mosquito”, Sojo no copiaba, sino que creaba un código en el que a cada elemento significante le correspondía un único significado o sentido (Ej.: A Celman lo identificaba con un celemín, a Pellegrini con un pelele, a Roca con un burro, y a Alvear con una palmera). Además, dentro de sus características visuales, poseían singularidades. Por ejemplo, las mujeres que simbolizaban la Patria, CABA, o la República, eran alegóricas, no expresaban sufrimiento, a pesar de que sufrían opresión, etc. a mano de bestias políticas. Otro ejemplo seria el pueblo representado siempre como un objeto viril y primitivo.
• Intervención política y conflicto por el mercado: estrategias de Don Quijote frente a la prensa periódica y frente a las fuerzas políticas
Los periódicos de esa época resultaban imprescindibles para el sostén, reproducción y dinámica de intercambios entre sectores y fuerzas. Los periódicas satíricos no solo hacían visibles personajes y acontecimientos, sino que además daban la posibilidad de intervenir en conflictos de firma rápida y eficaz. A pesar de que Sojo tenía la intención de permanecer autónoma de las fuerzas partidarias, esto no le impidió tener conflictos con el gobierno. El primero de ellos, en 1887, fue con Celman quien empezó a presionar a los dibujantes debido a la ridiculización de funcionarios juaristas del poder ejecutivo en el congreso. Sojo es encarcelado, pero debido a la solidaridad (y presión) de algunas autoridades y colegas, es puesto en libertad. Sin embargo, los diarios oficialistas (entre ellos el Mosquito) condenaban, aunque con argumentos contradictorios, la posición de Sojo. Las clausuras y censuras siguieron por un tiempo.
• Frente a la revolución de 1990: del público al pueblo
La revolución del ’90 fue considerada un triunfo de Don Quijote y su autor, debido a la apropiación popular del pueblo, de símbolos propios del diario. Entre ellos la rotura de faroles (símbolo con el que Sojo identificaba al juarismo) y la entonación del cantito “Ya se fue, ya se fue, el burrito cordobés”.