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Sociología y Antropología
del Arte
Resumen de "Cultura e Imperialismo" |
Sociología y Antropología del Arte (Cátedra: Lobeto - 2022) |
Filo. y Letras | UBA
Sociología y Antropología del Arte
(Prof. Claudio Lobeto)
Carrera de Artes
Facultad de Filosofía y Letras – UBA
Said, Edward. (1997). Cultura e Imperialismo. Barcelona, Anagrama, (Cap. 2 "La
visión consolidada").
Guía de lectura:
1. ¿Qué implica la lectura en contrapunto de las obras literarias creadas en
contextos de colonización y qué develan las relaciones entre los textos y el
imperialismo?
La obra en cuestión es un ensayo que, desde la historia
de las ideas y el análisis literario, se adentra en las relaciones recíprocas
existentes entre el proceso de dominio imperial y las producciones culturales
coetáneas. Said como palestino de fe protestante y nacionalizado estadounidense,
vivió toda su vida con un pie en el mundo occidental dominante y con otro en las
tierras periféricas de los dominados; de hecho, fue un incansable activista
pro-palestino y llegó a ser miembro del Consejo Nacional Palestino. Said, quien,
además de llegar a ser profesor y catedrático de literatura comparada en la
Universidad de Columbia y
miembro de varias instituciones académicas norteamericanas, legó una ingente
obra que establecería los cimientos de los llamados estudios postcoloniales.
Orientalismo, es una disertación en torno la imagen estereotipada del islam
construida por las relaciones de poder impulsadas desde Occidente, sería uno de
los libros que más renombre dio a Said.
2. Said afirma que sin imperio no existiría la novela europea, artefacto
cultural de la sociedad burguesa. ¿Por qué? ¿De qué manera la novela
decimonónica consolida y articula la autoridad y el statu quo?
Partiendo de una noción de “cultura” entendida como toda práctica pensada
para el placer y “relativamente autónoma” de las esferas económicas, sociales y
políticas, el autor presenta básicamente dos ideas principales. En primer lugar,
afirma que desde un punto de vista cultural el imperialismo se tiene que
percibir como una experiencia histórica común e interdependiente entre
dominadores y dominados. En segundo lugar, Said defiende que, actualmente, en
base a la reflexión surgida de esta relación entre cultura y dominio imperial,
es necesario crear una nueva conciencia intelectual y política comprometida.
Para desarrollar la primera hipótesis, las tres primeras partes del libro se
sumergen en el análisis literario de diversas obras seleccionadas (básicamente
novelas realistas
británicas), concebidas como creaciones individuales y, a la vez, expresiones de
la
experiencia histórica vivida. A partir del estudio de estas fuentes, Said
construye un
esquema general de la cultura imperial, pero también de la experiencia histórica
de las
resistencias frente al imperialismo.
Said cree conveniente hacer algunas consideraciones de tipo teórico y
metodológico. No en vano, estas aclaraciones resultan esenciales para entender
todo el hilo discursivo del libro. De ahí que el autor, después de diferenciar
entre imperialismo y colonialismo,
entendidos como práctica el primero y como consecuencia de éste el segundo, que
tales fenómenos necesitaron formaciones ideológicas para justificar y mostrar
como
necesario el dominio imperial. Para conseguir tal “compromiso imperial” se
desplegaron
varios mecanismos culturales que Said rastrea con una metodología propia, basada
en la “lectura contrapuntística” de distintas producciones culturales; es decir,
leer y analizar
teniendo presente que el autor, más allá de lo meramente artístico, vierte y
excluye,
simultáneamente, registros del proceso imperialista y de sus resistencias. De
esta forma, Said puede detectar las “estructuras de actitud y referencia” que
alimentaron el relato justificador o condenatorio del imperialismo, siempre
teniendo en cuenta que se tejieron en un escenario transnacional de historias
entrecruzadas y superpuestas entre metrópoli y periferia. Solo con esta
metodología Said puede encontrar de forma amena y extremadamente lúcida
elementos que habían pasado desapercibidos para la crítica
literaria tradicional.
3. La lectura de ciertas novelas como parte de la estructura de la expansión
capitalista deja entrever:
A- Las normas morales y económicas que subyacen al orden europeo (local) son
negadas en un orden extranjero (colonia, territorio dominado y subordinado).
B- La división geográfica del mundo, el género y la clase social están cargados
de sentido político.
C- La consolidación del capitalismo ha sido alimentada por la esclavitud y el
imperio, constituidos como poderoso sistema ideológico.
D- La experiencia codificada de la interdependencia entre la metrópolis y la
colonia.
4. ¿Cómo se traducen las diferentes experiencias colonizadoras de Francia e
Inglaterra en sus producciones literarias?
Tanto Londres como París tienen gran cantidad de inmigrantes provenientes de las
antiguas colonias. Estas poblaciones conservan en su vida cotidiana amplios
vestigios de las culturas británica y francesa. Las bien conocidas cuestiones de
la imagen de la Antigüedad clásica o de la tradición como determinantes de la
identidad nacional. Los estudios Black Athena, de Martin Bernal, o The Invention
of Tradition, de Eric Hobsbawm y Terence Ranger, han enfatizado la
extraordinaria influencia de las preocupaciones y puntos de conflicto actuales
en las imágenes puras (y hasta purgadas) que nos construimos de un pasado
privilegiado, genealógicamente útil, un pasado del que excluimos elementos,
relatos o vestigios incómodos.
A- El silencio del nativo subyace como premisa común, funcional al proyecto de
dominación. Los territorios representados son interpretados de acuerdo al
esquema de superioridad de la raza blanca (la naciente Antropología adhiere). La
cultura oficial como formadora de la dinámica imperial.
la civilización griega hunde sus raíces en varias culturas del sur y del este,
semíticas y egipcias, durante el curso del siglo XIX fue calificada como «aria»,
al tiempo que sus raíces semíticas o africanas eran metódicamente purgadas y
ocultadas. A pesar de que los escritores griegos reconocieron abiertamente el
pasado híbrido de su cultura,
los filólogos europeos adquirieron el hábito ideológico de pasar de largo
sobre esos embarazosos pasajes sin comentarios, en interés de la pureza ática.
todos los emblemas de la autoridad europea fueron moldeados y reforzados durante
el siglo XIX.
B- Las reglas imperiales hacen a: la distinción ontológica entre Occidente y el
resto del mundo, la aparición de la etnografía con sus consecuentes esquemas
evolucionistas, los discursos universalizadores de la cultura, la producción de
imágenes orientalistas intelectual y estéticamente autónomas.
En la era en que los antiguos nexos y organizaciones
que sostenían las sociedades premodernas habían empezado a
desestructurarse por dentro, cuando a la vez aumentaban las presiones
sociales derivadas de la administración de numerosos territorios de ultramar y
del crecimiento de las circunscripciones domésticas, las élites dirigentes
europeas vieron claramente la necesidad de proyectar su poder hacia atrás en
el tiempo, otorgándole esa historia y esa legitimidad que solo tradición y
longevidad pueden dispensar. en 1876, la reina Victoria fue proclamada
emperatriz de la India, y su virrey, lord Robert BulwerLytton, enviado de
visita, fue recibido y agasajado en ceremonias y fastos «tradicionales» a lo
largo del país y también en la gran Asamblea Imperial de Nueva Delhi, como si el
gobierno de la reina no se asentara sobre todo en el poder inglés y en su
afirmación unilateral, sino en una costumbre nativa ancestral.
Del lado opuesto, los «nativos» insurgentes han pergeñado similares
construcciones acerca de su pasado precolonial, como en el caso de Argelia
durante su guerra de independencia (entre 1954 y 1962), cuando la
descolonización impulsó a argelinos y musulmanes a crear imágenes de lo
que supuestamente ellos habían sido antes de la colonización francesa. Tal
estrategia forma parte de los mecanismos que muchos poetas y gentes de
letras ponen en marcha durante las luchas de independencia o liberación en
cualquier sector del mundo colonial. Quiero subrayar el poder movilizador de
las imágenes y tradiciones así construidas, así como su cualidad fantástica,
sino ficticia, y, al menos románticamente coloreada.
5. De qué manera Oriente es construido como lugar de promesa y poder, por qué
puede asociarse con el ocio del consumidor europeo y cómo la intención estética
del artista se halla teñida de una mirada imperialista (Aida, de Verdi).
Es interesante constatar que lo que más tarde los académicos y críticos han
postulado de aquellos textos europeos nacidos, desde el punto de vista
literario, de la consolidación de la conquista de Oriente realizada en la
Description es una función hasta cierto punto atenuada y altamente implícita
de aquella primera impugnación de Jabarti. Aunque afirmando esto reincida
en la discrepancia simbólica entre Fourier y Jabarti, he de decir que escribir
hoy acerca de Nerval y de Flaubert, cuya obra depende tantísimo de Oriente,
es trabajar en un territorio originalmente fijado por la victoria imperial
francesa, seguir sus pasos y extenderlos a ciento cincuenta años de
experiencia europea. La conquista imperial no consistió en la rasgadura del
velo de una vez por todas, sino en una presencia continua, institucionalizada
y reincidente en la vida francesa, en la que la respuesta a la silenciosa e
interna disparidad entre Francia y las culturas subyugadas adoptó una
variedad de formas.
A- La conciencia metropolitana es anestesiada por la estetización del encuentro
colonial e imperial.
6. Qué opciones se abrían a los europeos ante la subordinación y victimización
del nativo (uso del poder, “misión civilizadora”, etc) y qué impacto tendrían en
las artes de la narración.
7. ¿A qué refiere la figura liminar?
La figura liminar ayuda a conservar el equilibrio de la sociedad y este
procedimiento es el que Kipling pone en acción en el momento culminante de la
intriga y de la
transformación de Kim. Para desarrollar esos aspectos, Kipling desarrolla a la
vez el tema de la enfermedad de Kim y la desolación del lama.
Quienes hayan leído las teorías antropológicas de Victor Turner reconocerán en
los desplazamientos, en los disfraces y en las mutaciones generalmente
beneficiosas de Kim las características esenciales de lo que Turner denomina «lo
liminar». Algunas sociedades, dice Turner, necesitan de mediadores que
establezcan los lazos de unión de la comunidad, convirtiendo a esta en algo más
que una reunión de estructuras legales o administrativas.
A- La orientalización en función de la perpetuación del dominio imperial.
Said defiende que, actualmente, en base a la reflexión surgida de esta relación
entre cultura y dominio imperial, es necesario crear una nueva conciencia
intelectual y política comprometida. después de diferenciar entre imperialismo y
colonialismo, entendidos como práctica el primero y como consecuencia de éste el
segundo, asevere que tales fenómenos necesitaron formaciones ideológicas para
justificar y mostrar como
necesario el dominio imperial.
Cultura e imperialismo es algo más que una disección literaria de la cultura y
sus relaciones con el imperialismo. La obra de Said es, también, una reflexión
histórica en torno a los sistemas de dominación y, además, una muestra de
primera categoría de la incerteza e inquietudes que produjo el fin de la Guerra
Fría.
B- La cultura como parte del imperialismo: el silenciamiento del Otro y la
representación de los dominios según la imaginación de la potencia ocupante.
Partiendo de una noción de “cultura” entendida como toda práctica pensada
para el placer y “relativamente autónoma” de las esferas económicas, sociales y
políticas, el autor presenta básicamente dos ideas principales. En primer lugar,
afirma que desde un punto de vista cultural el imperialismo se tiene que
percibir como una experiencia histórica común e interdependiente entre
dominadores y dominados. En segundo lugar, Said defiende que, actualmente, en
base a la reflexión surgida de esta relación entre cultura y dominio imperial,
es necesario crear una nueva conciencia intelectual y política comprometida.
C- El plan civilizatorio, el deseo de exterminio del bárbaro y la consiguiente
necesidad de convertir a los nativos en pueblos necesitados de la presencia
europea.
D- Camus: el hombre moral en situación inmoral.
El autor muestra cómo algunos cuentos y narraciones de Albert Camus, además de
ser pilares fundamentales del existencialismo fueron también reclamos coloniales
de la geografía argelina, ofreciendo la posibilidad de una identificación plena
entre el francés y su territorio de ultramar.
Nos encontramos así con un hombre moral en una situación inmoral. Camus se
centra en el problema individual en medio de un paisaje social, tanto en El
extranjero como en La peste y en La caída. Allí se ensalzan la madurez
desilusionada, el autodominio y la justicia moral en medio de una situación
confusa.