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Clínica de adultos

Freud: Psicoanálisis, el Inconsciente, la Transferencia, Neurosis y Psicosis Cátedra: Tausk

Año 2008

Altillo.com

TEMA 2: 
 

FUNDAMENTOS DE LA CLÍNICA PSICOLÓGICA: Concepto de ICC 
 
 

FREUDNOTAS SOBRE EL CONCEPTO DE LO INCONSCIENTE

y PSICOTERAPIA DE LA HISTERIA 
 

Concepto de ICC.:

Una Representación (o cualquier otro elemento psíquico),  puede estar ahora presente en mi conciencia y un momento después desaparecer de ella,  puede reaflorar intacto después de un intervalo,  y hacerlo desde el recuerdo,  no como consecuencia de una nueva percepción sensorial.  Es por ello que es posible suponer que la Representación ha estado presente en nuestro espíritu también durante el intervalo,  aunque latente en cuanto a la conciencia.

Se denominará Conciente la Representación que está presente en la conciencia y de la que nos percatamos.  Las Representaciones latentes recibirán el nombre de Inconsciente (sentido descriptivo).

El experimento de la sugestión post-hipnótica nos enseña a insistir en la importancia de la distinción entre Conciente e Inconsciente.  Una persona es puesta en estado hipnótico y despertada luego.  Mientras se encontraba en estado hipnótico,  el médico le impartía la orden de ejecutar determinada acción en un momento preciso.  Despierta y ejecuta la acción con conciencia,  aunque sin saber por qué.  El designio estaba presente en la persona de manera latente o inconsciente,  hasta que llegó el momento fijado y devino conciente.  Pero no afloró a la conciencia íntegramente,  sino sólo la representación del acto a ejecutar.  La orden del médico permaneció inconsciente y por eso mismo fue inconsciente y eficiente.  La vida anímica de los neuróticos rebosa de estos pensamientos inconscientes y eficientes,  de ellos provienen todos los síntomas.

Se pensaba que todo pensamiento latente lo era a consecuencia de su debilidad,  y devenía conciente tan pronto como cobraba fuerza.  Ahora vemos que hay ciertos pensamientos latentes que no penetran en la conciencia por más intensos que sean.  Llamaremos Pre-Concientes a los pensamientos latentes del primer grupo,  e Inconscientes a los pensamientos del segundo grupo.

El término Inconsciente,  que hasta aquí era empleado en sentido descriptivo,  recibe ahora un significado más amplio.  No sólo designa pensamientos latentes en general,  sino pensamientos con un cierto carácter dinámico,  aquellos que a pesar de su intensidad y su acción eficiente se mantienen alejados de la conciencia.

El pensamiento Inconsciente es excluido de la conciencia por unas fuerzas vivas que se contraponen a su aceptación,  mientras que no estorban a otros pensamientos,  los Pre-Concientes.

Lo Inconsciente es una fase regular e inevitable en los procesos que fundan nuestra actividad psíquica.  Todo acto psíquico comienza como inconsciente y puede permanecer tal o bien avanzar desarrollándose hasta la conciencia,  según tropiece o no con una resistencia.  El distingo entre actividad                        Pre-Conciente e Inconsciente no es primario,  sino que sólo se establece después de haber entrado en juego la “defensa”.

Al comienzo,  lo Inconsciente pareció un mero carácter enigmático de un cierto proceso psíquico.  Ahora adquirió el valor de índice,  y de este modo ha superado en mucho a su significación como propiedad.  Se da el nombre de Inconsciente al sistema que se da a conocer por el signo distintivo de ser inconscientes los procesos singulares que lo componen.  Este es el tercer sentido que el término Inconsciente ha cobrado en el Psicoanálisis. 
 

En la Primera Tópica,  el Inconsciente es un sistema constituido por contenidos reprimidos a los que se les ha rehusado la posibilidad de pasar a la conciencia por efecto de la Represión Primaria.  Se reprimen los Representantes de la pulsión y se crea un núcleo inconsciente

Los caracteres esenciales del Inconsciente como sistema son: 
 

 
 

En este artículo Freud observa que levantando las resistencias se puede apreciar que el material psíquico estaba organizado.  En torno al núcleo hallamos una muchedumbre de material  mnémico de diferente índole que en el análisis es preciso reelaborar y que presenta un triple ordenamiento: 
 

 
 

Las más de las veces no se tiene un único síntoma histérico, sino un conjunto de ellos, en parte independientes entre sí, en parte enlazados.  No se debe esperar un único resultado traumático y como su núcleo una única Representación patógena,  sino que es preciso estar preparado para encontrarse con una serie de traumas parciales y encadenamientos de hilaciones patógenas de pensamiento.

Es totalmente infructuoso avanzar en forma directa hasta el núcleo de la organización patógena y aunque uno fuera capaz de colegirla,  el enfermo no sabría que hacer con el esclarecimiento que se le obsequia.  Es conveniente dejar en sus manos el desmontar materiales dentro del mismo estrato.  Uno toma a su cargo la apertura de estratos más internos,  el avance en sentido radial, mientras que el enfermo se encarga del ensanchamiento periférico.  Antes hay que adueñarse de un tramo de hilo lógico ya que sólo con su guía puede unos esperar adentrarse en el interior.

Si se toma con ojo crítico la exposición que ha llevado a cabo el enfermo,  se descubrirán en ella lagunas y fallas.  El médico hará bien en buscar por detrás de estos puntos débiles el acceso al material de los estratos más hondos.

Cuando con las tareas del análisis se encuentra la eliminación de un síntoma, durante el trabajo se observa el fenómeno de intromisión.  El síntoma en cuestión reaparece o surge con intensidad reforzada,  tan pronto como uno ha ingresado en la región de la organización patógena que contiene la etiología de este síntoma.  La intensidad del síntoma se incrementa cuanto más hondo se entre en uno de los recuerdos patógenos pertinentes.  Alcanza la altura máxima poco antes de que estos últimos sean declarados y disminuyen de repente tras una declaración completa. 
 

LEVI STRAUSS EFICACIA SIMBÓLICA Antropología Estructural:

La cura shamánica esta a medio camino entre nuestra medicina orgánica y las terapias psicológicas como el Psicoanálisis.  Tanto en la cura shamanica como en el Psicoanálisis,  el propósito es llevar a la conciencia conflictos y resistencias que han permanecido,  hasta ese momento,  inconscientes.  Estos conflictos y resistencias se disuelven,  no debido al conocimiento que el enfermo adquiere progresivamente,  sino porque éste conocimiento hace posible una experiencia específica en cuyo transcurso los conflictos se reactualizan en un orden y en un plano que permiten su libre desenvolvimiento y conducen a su desenlace.

En el Psicoanálisis,  ésta experiencia recibe el nombre de abreacción,  que tiene por condición la intervención no provocada del analista,  quien surge en los conflictos del enfermo por el doble mecanismo de la transferencia.

En la cura shamánica también se trata de suscitar una experiencia y,  en la medida en que esta experiencia se organiza,  ciertos mecanismos colocados fuera del control del sujeto,  se regulan espontáneamente para llegar a un funcionamiento ordenado.  El shamán tiene el mismo doble papel que desempeña el psicoanalista: 

La cura shamánica parece ser un equivalente exacto a la cura psicoanalítica,  pero con una inversión de todos los términos: ambas buscan provocar una experiencia y ambas lo consiguen,  reconstruyendo un mito que el enfermo debe vivir o revivir.  Pero en un caso se trata de un mito individual que el enfermo elabora con ayuda de elementos extraídos de su pasado y en el otro de un mito social,  que el enfermo recibe del exterior y que no corresponde al estado personal antiguo.

Para preparar la abreacción,  el psicoanalista escucha,  mientras que el shamán habla.  Cuando las transferencias se organizan,  el enfermo hace hablar al psicoanalista atribuyéndole supuestos sentimientos e intenciones,  en el encantamiento,  en shamán habla por su enfermo. 
 

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KORMAN: Transferencia,  cura psicoanalítica e Inconsciente 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

TEMA 3: 
 

MÉTODO PSICOANALÍTICO / ENCUADRE 
 

Método Psicoanalítico: 
 

En “Consejos al Médico sobre el tratamiento psicoanalítico”,  Freud propone una serie de reglas y técnicas que son producto de sus años de experiencia. 
 

1-  El médico deberá guardar en la memoria los innumerables nombres,  fechas,  detalles de recuerdos,  ocurrencias y producciones patológicas del paciente sin confundirlo con un material parecido proveniente de otro paciente.  Para lograr esto,  el médico no debe fijarse en nada en particular y prestar a todo lo que escucha la misma atención parejamente flotante”,  ya que tan pronto como uno tensa adrede su atención,  empieza también a escoger entre el material ofrecido,  guiado por expectativas e inclinaciones propias,  corriendo el riesgo de no hallar nunca más de lo que ya sabe.

El médico deberá abandonarse por entero a sus memorias Inconscientes,  deberá volver “hacia el Inconsciente emisor del enfermo su propio Inconsciente como órgano receptor”.

Por su parte,  el analizado deberá atenerse a una particular exigencia,  considerada la regla fundamental del psicoanálisis: referir todo cuanto se le ocurra,  sin críticas ni selección previa (Asociación Libre).

Así,  los elementos del material que ya se ensamblan en un nexo quedarán a disposición conciente del médico,  mientras que los elementos restantes,  todavía incoherentes,  surgirán en la memoria del médico tan pronto como el analizado presente algo nuevo al cual referirlo. 
 

2-  Desancoseja que en el curso de las sesiones se tomen notas extensas,  se redacten protocolos,  etc.,  ya que de esta manera se practicaría una dañina selección del material. 
 

3-  Mientras el tratamiento de un caso no esté cerrado no es bueno elaborarlo científicamente.  La conducta correcta del analista consistirá en no especular ni cavilar mientras se analiza,  someter el material adquirido al trabajo de pensamiento sólo después de concluido el análisis. 
 

4-  El médico no puede tolerar aquellas resistencias que aparten de su conciente lo que su inconsciente ha discernido,  para ello es lícito exigirle que se someta él mismo a un tratamiento psicoanalítico que le permitirá tomar conciencia de sus propios complejos que pudieran perturbarlo,  para aprehender lo que el analizado le ofrece.  Propio análisis,  vivenciar experiencias e impresiones que en vano buscaría en libros o conferencias. 
 

5-  Freud critica la actitud del médico que considera adecuado para superar las resistencias del enfermo,  dejar ver sus propios defectos y conflictos anímicos.  El médico no debe ser transparente para el analizado,  sino mostrar sólo lo que le es mostrado. 
 

6-  Ambición pedagógica: Freud se opone terminantemente a hacer del paciente un patrimonio personal,  a imponerle ideales y a complacerse por su obra luego de haberlo formado a su imagen y semejanza.  No se debe educar al enfermo para que se asemeje a nosotros,  sino para que se libere y consume su propio ser. 
 

7-  Abstinencia:  Frialdad de sentimientos exigible al analista,  crea condiciones más ventajosas.  Para el médico el cuidado de su propia vida afectiva y para el enfermo,  el máximo grado de socorro que hoy nos es posible prestarle. 
 

8-  Neutralidad 
 
 

ENCUADRE: 
 

En “Sobre la Iniciación del Tratamiento”,  Freud plantea una serie de reglas (que no adquieren carácter de obligatoriedad),  sino que han sido fruto de su experiencia y que han resultado les más adecuadas para su individualidad. 
 

1- Aceptar a los enfermos primero solo provisoriamente,  por una o dos semanas.  Durante ese lapso se toma conocimiento del caso y se decide si es apto para el psicoanálisis.  La interrupción dentro de ese lapso ahorra al enfermo la impresión de un intento de curación fallido.  La iniciación del tratamiento con un período de prueba tiene además una motivación diagnóstica. 
 

2-  Prolongadas entrevistas previas antes de comenzar el tratamiento,  así como un conocimiento anterior entre el médico y la persona por analizar,  traen consecuencias desfavorables: hacen que el paciente enfrente al médico con una actitud transferencial ya hecha. 
 

3-  Con respecto a la transferencia,  Freud asignaba a cada paciente una determinada hora.  La misma era suya y permanecía destinada a él aunque no la utilice.  Consideraba que tomar una actitud más tolerante,  las inasistencias ocasionales se multiplicaban.  Creía que aún interrupciones breves implicaban un prejuicio para el trabajo.

Una de las preguntas más desagradables que debía enfrentar el médico era:  ¿Cuánto durará el tratamiento?   Esta pregunta es de difícil respuesta ya que:

 
 

4-  El psicoanálisis requiere de lapsos más prolongados de los que el paciente espera.  Esto debe ser informado al enfermo antes de iniciar el tratamiento. 
 

5-  Respecto al dinero: consideraba que en la estima de dinero coparticipan poderosos factores sexuales.  Veía que la estima del enfermo por el tratamiento no se elevaba brindándoselo demasiado barato.  El analista tendría derecho a negar asistencia gratuita,  ya que la misma le sustrae una fracción considerable de tiempo de trabajo,  además muchas resistencias del neurótico se acrecientan por el tratamiento gratuito.  La relación toda se traslada fuera del mundo real y el paciente pierde un buen motivo para aspirar al término de la cura. 
 

6-  Aconseja hacer que el enfermo se acueste en un diván mientras el médico se sienta detrás de modo que él no lo vea,  a fin de no influir con ningún gesto en sus interpretaciones o comunicaciones. 
 

7-  ¿En qué punto y con qué material se debe comenzar el tratamiento?  No interesa con qué material se empiece,  con tal que se deje al paciente hacer su relato y escoger el punto de partida.

Hay que sancionar la conducta de aquellos pacientes que preparan su relato,  supuestamente para asegurarse un mejor aprovechamiento del tiempo,  ya que detrás de su conducta se esconde una actitud resistencial que le permite protegerse del afloramiento de ocurrencias indeseadas.

Ante aquellos pacientes que empiezan su cura diciendo que no se les ocurre nada de que hablar,  por ninguna razón debe cederse a su ruego de que se les indique aquello sobre lo cual debe hablar. 
 

8-  ¿Cuándo se debe empezar a hacer comunicaciones al analizado?  Sólo cuando se haya establecido en el paciente una transferencia operativa (buen rapport).  La primera meta del tratamiento sigue siendo allegarlo a éste y a la persona del médico.

Es necesario proceder con cautela para no comunicar una solución de síntoma y traducción de un deseo antes de que el paciente esté próximo a ello,  de suerte que solo tenga que dar un corto paso para apoderarse él mismo de esa solución. 
 

9-  Mientras las comunicaciones y ocurrencias del paciente afluyan sin detención,  no hay que tocar el tema de la transferencia,  hay que esperar hasta que haya devenido resistencia.  La transferencia a menudo basta por sí sola para eliminar los síntomas del padecer,  pero ello de manera solo provisional,  mientras ella misma subsista.  Así sería sólo un tratamiento sugestivo,  no un psicoanálisis.  Adquiriría este último nombre si la transferencia ha empleado su intensidad para vencer las resistencias.

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SIMOES: 
 

Las reglas son recomendaciones destinadas a preservar la atención flotante en el analista y evitar resistencia en el paciente.

Muchas de estas reglas,  consejos técnicos,  fueron convertidos en principios técnicos definitivos,  reglamentarios y transmitidos generación tras generación,  en los lugares de formación.  Todo indica que las instituciones perdieron la capacidad de orientar la práctica de sus miembros.

La práctica no sólo es contextuada sino determinada por la realidad social compartida.  Nuestra clínica no puede tener la pretendida pureza de nuestras teorías.

Los consultorios de hoy son muy distintos a lo que eran hace una década.  Cambiaron tanto los analistas como los pacientes y sus problemáticas,  así como cambiaron las relaciones con ellos y la actitud que tienen ambos frente al análisis.  Por ejemplo,  la frecuencia de las sesiones fue afectada por la realidad social.

Es la situación económica,  social,  que se nos mete en el consultorio interrumpiendo los tratamientos o la frecuencia de las sesiones.  Nos acostumbramos a los replanteos y reajuste de precios y retraso de los pagos.  Esta situación novedosa obligará a una reformulación de los criterios de neutralidad y abstinencia,  variables claves de la posición del analista. 
 
 

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PIERA AULAGNIER:   “Entrevistas preliminares” 
 

Uno de los constreñimientos del análisis es el tiempo que exige.  Es por eso que se puede decir que no es una terapéutica de la urgencia.  Si no ignoramos esta cuestión,  se tiene la obligación de reservar una libertad muy grande al tiempo de la interpretación,  no se puede prever cuando esta se hará posible,  ni que trabajo de preparación,  de elaboración hará falta para que el sujeto pueda apropiarse de ella y utilizarla en su provecho.  A la inversa,  el tiempo de que disponemos para decidir si aceptamos ocupar el puesto del analista con ese sujeto y para elegir nuestros movimientos de apertura lo tenemos acotado.  No se puede acrecentar demasiado la cantidad de entrevistas preliminares sin correr el riesgo de que nuestra negativa se produzca demasiado tarde y el sujeto haya hecho de nuestra persona el soporte de sus proyecciones.

Si la posibilidad de establecer una relación transferencial es una condición necesaria para el desenvolvimiento de una experiencia analítica,  lo inverso no es cierto.

La mayoría de los analistas conceden gran importancia a esas entrevistas preliminares ya que esperan encontrar en ellas los elementos que les permitan establecer el diagnóstico y distinguir lo analizable.  En este punto,  juzgar lo analizable es creer o esperar que la experiencia analítica ha de permitir traer a la luz el conflicto Inconsciente que está en la fuente del sufrimiento psíquico y de los sentimientos que señalan el fracaso de las soluciones que él habrá elegido y creído eficaces. 

Es preciso además que las deducciones que se pueden extraer de las entrevistas preliminares hagan esperar que el sujeto sea capaz de poner aquellas iluminaciones al servicio de modificaciones orientadas a su funcionamiento psíquico.  Es decir,  una vez finalizado el tratamiento analítico,  puedo poner lo que adquirió al servicio de objetivos elegidos siempre en función de la singularidad,  pero que responden a la finalidad de reforzar la acción de Eros a expensas de Tánatos.

Una vez que el analista se ha dado una respuesta,  y si ella es positiva,  todavía tendrá que decidir si tiene o no interés en proponerse a este sujeto como su eventual analista.  Esta segunda opción es independiente de la etiqueta nosográfica.  Apelará a lo que el analista conoce de su problemática psíquica,  sobre la posibilidad de realizar un autodiagnóstico.

Un tercer factor que interviene comprende la concepción del objetivo que el analista asigna a la experiencia analítica,  la cual dependerá de factores tales como opciones teóricas,  posiciones ideológicas,  la problemática inconsciente del propio analista,  etc.

La pregunta que la autora intenta responder buscando elementos en el transcurso de las entrevistas preliminares es: ¿Me puedo formar una idea del destino que éste sujeto dará a los descubrimientos,  develamientos,  construcciones que ha de aportarle al análisis?

Toda demanda de análisis responde a una motivación al servicio de un deseo de vida.

Otro de los aportes de las entrevistas preliminares es que ayudarán al analista a elegir los movimientos de apertura.  El puesto que se le ofrece al sujeto (cara a cara o en diván),  la frecuencia de las sesiones,  la fijación de los honorarios,  forman parte de la apertura.  Dentro de ella también se incluye la manera en que el analista entabla el diálogo.  Él podrá elegir una actitud más o menos alentadora,  favorecer el diálogo o soportar el silencio,  dar signos de interés o mantenerse muy vigilante,  etc.  De este modo el analista persigue un objetivo muy preciso: elegir la apertura más idónea para disminuir los efectos de los movimientos de resistencia.

Los movimientos de apertura son función de lo que el analista prevé y anticipa sobre la relación transferencial futura.  Para lograr esta anticipación, c entrará su atención en la intensidad y cualidad de los efectos movilizados en los dos partenaires.

Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.Siempre nos vemos precisados a elegir una apertura compatible con la singularidad del otro jugador,  con las particularidades de su propio movimiento de apertura. 
 
 
 
 
 
 

KORMAN

“Oficio del Analista - Transferencia,  Cura Psicoanálitica e Inconsciente” 
 
 

Hace referencia a las primeras entrevistas y refiere que la inmensa mayoría de las demandas que recibe son de personas en estado de sufrimiento,  que vienen a pedir alivio a su malestar.  En ese contexto inicial prefiere hablar de “consultantes” y no de pacientes ni de analizantes.  Con más o menos dificultades,  ellos suelen hacer la presentación de sus síntomas manifiestos: ansiedad,  angustia,  dificultades de relaciones,  perturbaciones laborales,  etc.  A veces explican espontáneamente los motivos posibles de esos malestares,  en otras ocasiones responden a sus preguntas orientadas a descubrir cuál es la teoría causal que ellos elaboran.  Suele existir en el consultante una cierta ruptura del equilibrio psíquico previo,  asociándose a esto un aumento de los montantes de sufrimiento.

Lo que conduce generalmente al analista,  además de la búsqueda de alivio,  es el enigma respecto de ese sufrimiento.  Intuyen que ellos están involucrados en sus propios síntomas.  Esta actitud no suele ser única ni pura,  se mezcla con hechos victimistas y paranoides: los otros son los que provocan su desasosiego.  Suelen esperar que para sus interrogantes existan distintas respuestas de las que ellos ya se dieron cuenta durante todo el tiempo en que dudaron en consultar.  Atribuyen al analista sabiduría  y le suponen capacidad para transformar la situación que están viviendo.

El sufrimiento determina habitualmente en el paciente la actitud de “espera creyente” frente al analista.  Otorga al analista un saber y un poder quedando dotado de una fuerza.  En este estado,  el paciente podrá,  en menor o mayor grado,  despojarse de su modo habitual de hablar y entregarse a nuestra solicitud de asociar libremente.

Con respecto a la asociación libre,  dice: la regla fundamental y el contexto analítico estimulan a que el lenguaje sea utilizado de forma distinta del habitual y que el paciente se vea entonces arrastrado por sus palabras.  El estado de asociación libre constituye una especia de trance en el que suele haber un decir disperso,  deshilvanado,  con hilos de fuga,  pero con anudamientos posibles en diferentes niveles.  Esta pérdida de control elemental sobre los decires provoca la irrupción de aquello que no se preveía.  El fenómeno en su reiteración produce un efecto de desubjetivación,  de pérdida de las coordenadas habituales que mantienen la unidad narcisista.  Si se pide al paciente que asocie libremente no es por puro formalismo,  es para que surja lo propio,  lo singular. 
 
 
 

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TEMA 4: 
 

INICIO DEL TRATAMIENTO Y TRANSFERENCIA 
 

FREUD: “Sobre la Dinámica de la Transferencia” 
 

Todo ser humano,  por efecto conjugado de sus disposiciones innatas y de los influjos que recibe de su infancia,  adquiere una especificidad determinada para el ejercicio de su vida amorosa.  Esto da por resultado un cliché que se repite de manera regular en la trayectoria de la vida.

A través de la experiencia se ha averiguado que solo un sector de esas mociones determinantes de la vida amorosa ha recorrido el pleno desarrollo psíquico.  Ese sector está vuelto hacia la realidad objetiva,  disponible para la práctica conciente.  Otra parte de esas mociones libidinosas ha sido demorada en el desarrollo,  está apartada de la práctica conciente,  así como de la realidad objetiva y solo tuvo permitido desplazarse en la fantasía o bien permanecido por entero inconsciente.

Si la necesidad de amor de alguien no está satisfecha de manera exhaustiva por la realidad,  él se verá precisado a volcarse con unas re-expectativas libidinosas hacia cada nueva persona.  Es entonces normal e inteligible que la investidura libidinal aprontada en la expectativa de alguien en que está parcialmente insatisfecha,  se vuelva hacia el médico.  Esa investidura se atendrá a modelos,  se anudará a unos de los clichés preexistentes,  el paciente insertará al médico en una de las series psíquicas que ha formado hasta ese momento. 
 

¿Por qué en el análisis la Transferencia sale al paso como la más fuerte resistencia?

Cuando las asociaciones libres del paciente se deniegan,  es posible eliminar esa parálisis aseverándole que ahora él está bajo el imperio de una ocurrencia relativa a la persona del médico o a algo perteneciente a él.  Para explicar la transferencia devenida resistencia,  Freud evoca la condición psicológica del tratamiento: una condición previa,  regular e indispensable de toda contracción de una psiconeurosis,  es el proceso que Jung denominó “Introversión de la libido”.  Disminuye el sector de la libido susceptible de conciencia,  vuelta hacia la realidad objetiva y aumenta el sector de la libido extraña a la conciencia.  La libido se interna en el camino de la regresión y reanima los imagos infantiles.

Hasta allí sigue la cura analítica,  que quiere volverla de nuevo asequible a la conciencia y ponerla al servicio de la realidad objetiva.  Ahora todas las fuerzas que causaron la regresión de la libido se elevan como unas resistencias al trabajo para conservar ese nuevo estado.

Las resistencias acompañan todos los pasos del tratamiento.  Si se persigue un complejo patógeno desde su subrogación en lo conciente (síntoma) hasta su raíz en lo inconsciente,  enseguida se entrará en una región donde la resistencia se hace valer con nitidez.  En este punto sobreviene la transferencia.  Si algo del material del complejo es apropiado para ser transferido sobre la persona del médico,  ésta transferencia se produce,  da por resultado la ocurrencia inmediata y se anuncia mediante los indicios de una resistencia (ejemplo: detención de las ocurrencias). 
 

FREUD: “Puntualizaciones sobre el Amor de Transferencia” 
 

Entonces,  ¿a qué debe la transferencia el servir como medio de resistencia?

Se vuelve muy difícil confesar una moción de deseo prohibida ante la misma persona sobre quien esa moción recae.  Uno no puede comprender el empleo de una transferencia como resistencia mientras piense en una transferencia a secas.  Es preciso separar una transferencia positiva,  que se divide en sentimientos tiernos/amistosos y eróticos,  y por otro lado una transferencia negativa (sentimientos hostiles). (Ver ejemplo parcial domic. – ambivalencia)

La transferencia sobre el médico solo resulta apropiada como resistencia dentro de la cura cuando es una transferencia negativa,  o una positiva de mociones eróticas reprimidas.

Cuando se cancela la transferencia,  haciéndola conciente,  solo hacemos desasirse de la persona del médico esos dos componentes del acto de sentimientos,  en cuanto al otro componente,  susceptible de conciencia y no chocante,  subsiste y es el portador del éxito.

En la pesquisa de la libido extraviada de lo conciente,  una ha penetrado en el ámbito de lo inconsciente.  Las mociones inconscientes no quieren ser recordadas,  como la cura desea,  sino que aspiran a reproducirse.

El analizado no recuerda nada de lo reprimido y olvidado,  sino que lo actúa.  No lo reproduce como recuerdo sino como acción.

La técnica analítica impone al médico denegar a la paciente la satisfacción apetecida (cura realizada en abstinencia). 

Postular este principio: hay que dejar subsistir en el enfermo necesidad y añoranza como fuerzas pulsionantes de trabajo y no apaciguarlas.  Uno no podría más que ofrecer subrogados.

Si su cortejo de amor fuera correspondido,  sería un gran triunfo para la paciente y una total derrota para la cura.  Ella habría conseguido aquello a lo cual todos los enfermos aspiran en el análisis: actuar,  repetir en la vida algo que solo deben recordar,  reproducir como material psíquico.

Consentir la apetencia amorosa es tan funesto como sofocarla.

El amor se compone por entero de repeticiones y calcos de reacciones anteriores,  infantiles.  Amor de Transferencia consta de reediciones de resgos antiguos y repite reacciones infantiles.  Justamente,  lo compulsivo,  que recuerda a lo patológico,  procede de su condicionamiento infantil.  Transferencia como el proceso por el cual deseos Inconscientes se actualizan sobre ciertos objetos. 
 
 
 
 
 

Carácter del amor de transferencia:

1)  Provocado por la situación analítica

2)  Empujado hacia arriba por la resistencia.  Esta no lo crea,  sino que se sirve de él y gobierna la situación.

3)  Carece en alto grado del miramiento por la realidad objetiva.  Mas ciego en la apreciación de la persona amada. 
 
 

FREUD: “Más allá del Principio de Placer” 
 

¿Cómo se relaciona la Compulsión de Repetición con la transferencia y la resistencia?

La transferencia es sólo una pieza de la repetición.  Es la transferencia de un pasado olvidado (no solo sobre la persona del médico,  sino también en otros ámbitos de la situación presente).

A mayor resistencia,  más será sustituido el recuerdo por el actuar.

Para entender la Compulsión de Repetición es necesario librarse de un error: “las resistencias provienen de lo inconsciente”.  Esto es falso,  ya que las resistencias provienen del Yo,  que guiado por el Principio de Placer,  quiere ahorrar el displacer que surgiría con la liberación de lo reprimido.

El hecho nuevo es que la Compulsión de Repetición devuelve vivencias pasadas que no tienen posibilidad de placer y tampoco lo tuvieron en su momento.  Se la repite a pesar de todo,  una compulsión esfuerza a ello. 

Lo que la Compulsión de Repetición hace revivenciar no puede menos que provocar displacer al Yo,  puesto que saca a la luz operaciones de mociones pulsionales reprimidas.

En cuanto a los fenómenos de la Transferencia,  es evidente que están al servicio de la Resistencia del Yo. 
 

Hipótesis: En la vida anímica existe una Compulsión de Repetición que se instaura más allá del Principio de Placer y es más originaria,  más elemental y más pulsional que él. 
 

¿Qué nos muestra esta Compulsión de Repetición?

Las huellas mnémicas no subsisten en el interior en estado ligado.

Si en las Neurosis Traumática los sueños reconducen al enfermo a la situación en que sufrió el accidente,  se nota que no están al servicio del cumplimiento de deseo,  cuya producción alucinatoria devino la función de los sueños bajo el imperio del Principio de Placer.

Estos sueños buscan recuperar el dominio sobre el estímulo por medio de un desarrollo de angustia.  Estos sueños mas bien obedecen a la Compulsión de Repetición que en el análisis se apoya en el deseo de convocar lo olvidado y reprimido. 
 
 

En el analizado,  la Compulsión a repetir en la Transferencia los episodios del período infantil de su vida,  se sitúa más allá del Principio de Placer y nos enseña que las huellas anémicas reprimidas de sus vivencias del tiempo primordial no subsisten en su interior en estado ligado.

Identificar al proceso psíquico primario con la investidura libremente móvil y al proceso secundario con la investidura ligada.  La tarea del aparato anímico sería ligar la excitación de las pulsiones que entra en operación en el proceso primario.  El fracaso de tal ligazón provocaría una perturbación análoga a la Neurosis Traumática.  Sólo tras la ligazón lograda podría establecerse el imperio del Principio de Placer. 
 
 

¿Cómo hacemos para dominar la Compulsión de Repetición y transformarla en un modo para recordar?

Mediante un buen manejo de la transferencia.  Le abrimos la transferencia como la palestra donde tiene permitido desplegarse con libertad y donde se le ordena que escenifique todo lo pulsional patógeno.  De este modo conseguimos dar a los síntomas un nuevo significado transferencial,  sustituir la neurosis ordinaria por una Neurosis de Transferencia.

Esta Neurosis de Transferencia:

 
 
 

¿Cómo se relaciona la Compulsión de Repetición con lo pulsional?

Una pulsión es un esfuerzo inherente a lo orgánico vivo de reproducción de un estado anterior,  que lo vivo debió resignar bajo el influjo de fuerzas perturbadoras externas.

La meta de toda la vida es la muerte,  lo inanimado estuvo ahí antes que lo vivo (Pulsión de Muerte).

En la vida hay un ritmo titubeante: uno de los grupos pulsionales se lanza hacia delante para alcanzar lo más rápido posible la meta final de la vida,  el otro grupo,  llegado a un cierto lugar del camino se lanza hacia atrás para volver a retomarlo desde cierto punto y así prolongar la duración del trayecto.  La pulsión reprimida nunca cesa de aspirar a su satisfacción plena que consistiría en la repetición de una vivencia primaria de satisfacción.

El Principio de Placer parece estar directamente al servicio de la Pulsión de Muerte.

El repetir en el curso del tratamiento analítico no es inofensivo ni carente de peligro,  lo explica el problema del empeoramiento durante la cura:  
 
 
 
 

FREUD: “El Yo y El Ello” (Cap. 3 y 5) 
 

Reacción Terapéutica Negativa.

Son personas en las cuales no prevalece la voluntad de curación sino la necesidad de enfermar (de castigo).  Freud explica esto a partir de un Sentimiento de Culpa que halla su satisfacción en la enfermedad y no quiere renunciar al castigo de padecer.  Sentimiento de Culpa que es mudo,  el paciente no se siente culpable,  sino que se siente enfermo. 
 

¿Qué puede hacer el analista frente al Sentimiento de Culpa?

 
 
 

Sentimiento Conciente de Culpa:

(conciencia moral,  no ofrece dificultades a la interpretación,  tensión entre el Yo y el Ideal del Yo) 
 

Neurosis Obsesiva:

 
 

Melancolía:

 
 
 
 
 
 
 
 

Sentimiento Inconsciente de Culpa:

(necesidad de castigo,  culpa muda) 
 

Histeria:

 
 

¿De dónde viene el Sentimiento de Culpa?

Freud describe dos distintos orígenes del sentimiento de culpa: 
 

1-  Angustia frente a la autoridad (que lleva a renunciar a la satisfacción pulsional)

2-  Angustia frente al Superyó (esfuerza hacia la punición debido a que ante el SuperYo nada puede ocultarse.  Pese a la renuncia pulsional sobrevendrá el sentimiento de culpa 
 

Al comienzo,  la angustia, que más tarde deviene conciencia moral,  es la causa de la renuncia pulsional,  pero esa relación se invierte después.  Cada renuncia pulsional deviene una fuente dinámica de conciencia moral (es una de las funciones atribuidas al Superyó y comprende: la vigilancia y el enjuiciamiento de las acciones y propósitos del Yo).  La renuncia pulsional deviene fuente dinámica de conciencia moral que después reclama más y más renuncias. 
 

Sentimiento de Culpa:

Es la percepción deparada al Yo de la tensión entre sus aspiraciones y los reclamos del SuperYo.

Superyó: Es el heredero del Complejo de Edipo y se constituye por una identificación con el arquetipo paterno.  Esta identificación tiene el carácter de una desexualización.

La transposición de libido de objeto en libido narcisista produce también una desmezcla de pulsiones,  a partir de lo cual el Superyó extrae su crueldad y dureza.  El Superyó no es simplemente un residuo de las primeras elecciones de objeto del Ello,  sino una enérgica formación reactiva contra ellas mismas.  Su relación con el Yo no se limita a la advertencia “así (como el padre) debes ser”,  sino que comprende también la prohibición: “así (como el padre) no debes ser, no debes hacer todo lo que él hace,  pues hay algo que le está exclusivamente reservado”.

Cuanto mayor fue la intensidad del Complejo de Edipo y la rapidez de su represión,  más severamente reinará después sobre el Yo como conciencia moral o como Sentimiento Inconsciente de Culpa.

La energía de carga del Superyó es aportada desde distintos puntos situados en el Ello (amoral,  el Yo se esfuerza por ser moral y el Superyó puede ser hipermoral). 
 
 

Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.Sentimiento de Culpa (Icc):  
 

En “El Problema Económico del Masoquismo”,  Freud plantea tres formas diferentes:

  1. Masoquismo erógeno (base de los siguientes)
  2. Masoquismo femenino
  3. Masoquismo moral

La tercera forma de masoquismo (moral) ha sido apreciada como Sentimiento de Culpa.  Es difícil para los pacientes creer en la existencia de un sentimiento de culpa no reconocido por ellos,  por eso que Freud prefiere,  a partir de este texto, hablar de necesidad de castigo. 
 

¿Cómo se explica esto?

En el masoquismo moral,  la moral es desexualizada,  el Complejo de Edipo es reanimado,  se abre la vía por una regresión de la moral al Edipo.  La reversión del sadismo hacia la persona propia ocurre a raíz de la sofocación cultural de las pulsiones.  Aquellas pulsiones de destrucción que no hayan sido satisfechas en un objeto exterior producen un aumento del masoquismo en el interior del Yo.  El sadismo del SuperYo y el masoquismo del Yo se complementan uno al otro. 
 

Una de las Resistencias: Amor de Transferencia

Freud plantea la siguiente situación: Una paciente mujer deja colegir por inequívocos indicios,  o lo declara de manera directa,  que se ha enamorado del médico.  A primera vista no parece que del enamoramiento en la transferencia pudiera nacer algo auspicioso para la cura.  La paciente ha perdido toda inteligencia del tratamiento y todo interés por él.  No quiere hablar ni oír más que de su amor,  demanda que le sea correspondido,  ha resignado sus síntomas o los desprecia y hasta se declara sana.

Todo lo que estorbe proseguir la cura puede ser la exteriorización de una resistencia. 
 

¿Qué debe hacer el analista ante esta situación?

Jamás tiene derecho a aceptar la ternura que se le ofrece ni responder a ella.  El hecho de exhortar a la paciente a sofocar lo pulsional,  a la renuncia o sublimación,  no sería un obrar analítico.  Tampoco Freud aconseja un camino intermedio: que uno afirme corresponder a los sentimientos tiernos de la paciente,  esquivando los quehaceres corporales,  ya que el tratamiento analítico se edifica siempre sobre la veracidad.

La técnica analítica impone al médico el mandamiento de denegar a la paciente la satisfacción apetecida.  La cura tiene que ser realizada en abstinencia.  Con ello no se refiere a la privación de todo lo corporal,  ni a la privación de todo cuanto se apetece.  Hay que dejar subsistir en el enfermo necesidad y añoranza como unas fuerzas pulsionantes de trabajo,  y guardarse de apaciguarlas mediante subrogados.  Se debe cuidar que el padecer del enfermo no termine prematuramente en una medida decisiva.  Es preciso consentir en algo,  más o menos,  según la naturaleza del caso y la peculiaridad del enfermo,  pero no es bueno consentir demasiado.  Al enfermo tiene que restarle muchos deseos incumplidos de su relación con el médico.  El médico debe retener la transferencia de amor pero tratarla como algo no real,  como una situación por la que se atraviesa en la cura y que debe ser reorientada hacia sus orígenes. 
 

El amor que sobreviene en la cura analítica se singulariza por algunos rasgos: 
 

  1. Es provocado por la situación analítica
  2. Es empujado hacia arriba por la resistencia que gobierna esta situación
  3. Carece del miramiento por la realidad objetiva y es menos prudente y  cuidadoso de sus consecuencias,  más ciego en la apreciación de la persona amada de lo que se le concede a un enamoramiento normal
 
 

¿Qué pasaría si el médico correspondiera el amor de la paciente?

La paciente alcanzaría su meta,  pero nunca él la suya.  Ella conseguiría aquello a lo cual todos los enfermos aspiran,  que es actuar,  repetir en la vida,  algo que solo debe recordar. 
 
 

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TEMA 5:  
 

CONTRATRANSFERENCIA: 
 

FREUD:

Entre los factores que influyen sobre la perspectiva de la cura analítica y la dificultan tal como lo hacen las resistencias,  se encuentran también las peculiaridades del analista.  Para Freud la contratransferencia es la influencia del paciente sobre los sentimientos inconscientes del analista.

Hay tres formas posibles de trabajar la contratransferencia: 
 

 
 

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PAZ:

Definir la contratransferencia como las respuestas del analista a las transferencias del analizado,  es una solución impecable pero arrastra un supuesto: podría no tener lugar o acontecer de manera episódica o circunstancial.

Propone tomar la contratransferencia como emergentes intrínsecos y constantes de la estructura básica del campo transferencial

Entiende por contratransferencia la activación de vínculos y fantasías primarias,  suscitadas en el analista a partir de lo manifestado por el analizado

Esto supone varias cosas:

 
 
  1. Mudo: Objeto A,  lo imposible de ser dicho,  aquello a lo cual nunca vamos a poder acceder.
  2. Silencio de lo Acallado: Silencio de lo reprimido,  lo que no se puede decir,  encubridor,  palabra no dicha.
 
 

1) Capacidad de Predicción: Organizar las propias expectativas acerca de lo que va a ocurrir.  Supone una confrontación entre aquello que se pensaba que iba a ocurrir y lo acontecido.

2) Actitud no normativa: No quedar ubicado, respecto del paciente,  en una posición superyoica,  normativa.

3) Contradicciones encontradas en el discurso: Puntos del discurso que en su contradicción abren hechos importantes en la lectura.

4) Definir el obstáculo por lo positivo: Por lo que resulta ser y no por lo que no es.

5) Vínculo entre la teoría y la práctica: El “Uno es lo que hace” llega a transformarse en “Uno hace lo que es”. 
 

Etapas del proceso de capacitación:  
 

1)  El la etapa del noviciado.  Son lo primeros pasos en el recorrido hacia la adquisición de una experiencia profesional.  Por sostenerse desde su inexperiencia,  el sujeto se identifica con maestro y modelos vivientes. 
 

2)  Es el período de los amores teóricos.  Se accede si se escapa al efecto de la identificación.  Se comienza a crear un estilo.  En esta etapa el sujeto se abre a la lectura,  a la bibliografía,  acuñando además las propias conceptualizaciones. 
 

3)  Período desierto (en el sentido de lugar para meditar).  En determinado momento el sujeto entra en crisis con lo que hace.  Comienza a recorrer su propia historia,  sus memorias,  sus huellas y cobra importancia el propio análisis.  De ese desierto se vuelve cambiado. 
 
 
 

Principio de Abstinencia y Pertinencia:

Algunos psicoanalistas cuando trabajan en el campo social olvidan ajustar el principio básico de abstinencia a otro principio importante,  el de pertinencia.  Es importante NO practicar teorías sobreimprimiéndolas en un determinado campo,  sino conceptuar las prácticas desde el nivel teórico que cada uno haya logrado. 
 

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MELILLO:

Presenta el caso de una víctima del terrorismo de Estado.  Una mujer de 50 años asistente social de profesión.

En el ’77 fueron secuestrados su marido y su hijo menor.  Ella comenzó una búsqueda desesperada  uniéndose a otras madres que estaban en iguales circunstancias.

Tres años después de la desaparición muere un sobrino muy cercano y esa muerta,  el velorio y la presencia del cuerpo muerto,  le dieron la posibilidad de elaborar la desaparición de sus parientes como muerte.

Desde el momento en que se produce la desaparición,  ella hizo una escisión.  Primero se abocó a la búsqueda y se mezcló con otras madres,  lo que se transformó en una militancia social y política.  Pero su patología apareció por el lado del cuerpo,  desarrolló hipotiroidismo,  obesidad y se hizo adicta al cigarrillo.

En 1990 cuando surgió el tema de la indemnización que se iba a pagar a los familiares de desaparecidos cayó en un cuadro de ansiedad y depresión muy grande,  lo cual motivó el pedido de consulta.

La militancia social,  el trabajar por los Derechos Humando,  el ocuparse de otros fueron ideales que la mantuvieron con vida y le permitieron establecer un lazo social fuerte.  Pero esto se transformaba en un mandato superyoico que le impedía tener una cosa,  un horizonte mínimo,  pensar en la vida que tenía por delante.  El análisis fue una lenta autorización para dar lugar a sus deseos mínimos.

Estos casos requieren que una vez que se haya revisado el pasado,  una vez que se puedan revivir los duelos,  es importante insistir en la apertura de los horizontes hacia el futuro.

En estas situaciones traumáticas se genera una especie de ruptura,  donde la capacidad narrativa de asociar,  de armar una trama,  de darle un significado,  se rompe.  Uno no tiene que meterse directamente con la serie complementaria poniendo a un costado la situación traumática (está primero).  
 
 
 
 
 
 
 
 
 

TEMA 7: 
 

NEUROSIS / PSICOSIS: 
 
 

  NEUROSIS PSICOSIS
CONFLICTO  
Es el resultado de un conflicto entre el Yo y el Ello
 
Es el resultado de un conflicto entre el Yo y realidad exterior
 
ETIOLOGÍA
 
Frustración en la realidad
 
Frustración en la realidad
 
RESPUESTA DEL YO ANTE EL CONFLITO
 
El Yo permanece fiel a su vasallaje hacia el mundo exterior y procura sujetar al ello.

Mecanismo:  Represión

 
El Yo es avasallado por el Ello y se deja arrancar de la realidad.

Mecanismo:  Desmentida,  Denegación,  Rechazo (Freud no encuentra un mecanismo que lo convenza)

 
PROCESOS
 
1) El Yo lleva a cabo la Represión de una moción pulsional proveniente del Ello,  obedeciendo a los dictados de la realidad.

2)   Intenta resarcir al Ello mediante la creación de un síntoma y de este modo debilita el lazo con la realidad.  No niega la realidad sino que no quiere saber nada de ella.

 
1)  Se arranca de la realidad.

2)  Quiere compensar la pérdida de la realidad por medio de la creación de una realidad nueva. 

Niega la realidad e intenta sustituirla.  Para esto es necesario procurarse percepciones que correspondan a la realidad nueva,  lo que se alcanza por la vía de la alucinación.

 
REACCIÓN DE ANGUSTIA
 
Ante el empuje de la moción reprimida.
 
Ante el empuje del fragmento de la realidad rechazada
 
 
 
 
 
PERDIDA DE LA REALIDAD  
Hay intentos de sustituir la realidad indeseada por otra más acorde con el deseo. 

Esto posibilita el mundo de la fantasía.

 
El material del cual se sirve para edificar la nueva realidad también es el mundo de la

fantasía, pero este nuevo mundo quiere reemplazar a la realidad exterior.

 
SUJETO SUPUESTO SABER
 
El síntoma constituye un enigma y el analista posee el saber para descifrarlo.
 
No hay enigma.  Es el paciente el que posee el saber y no el analista.  El psicótico se dirige al analista a fin de hacerse reconocer como el portador de una verdad.

P. Aulagnier considera que el supuesto saber el psicótico lo encontró en la persona de los padres,  que le prohibieron creer que otro pensamiento pudiera saber lo que se refiere al deseo,  la ley,  el bien y el mal.

 
LENGUAJE
 
Es capaz de asociar libremente  Posee capacidad de simbolización.  La Falta de Objeto impulsa la cadena del discurso.
 
No hay posibilidad de asociar libremente.  Hay certezas,  autoreferencia,  neologismo.  No hay metáfora.  Al no haber Falta de Objeto no hay nada que impulse el discurso.
 
DESEO
 
Hay significación fálica.  La referencia paterna hace posible la falta.  Se trata de un sujeto deseante.  La Falta de Objeto causa el deseo.
 
No hay sujeto deseante ya que falta la Falta de Objeto que moviliza el deseo.  El sujeto queda en el lugar del objeto del goce (del A sin barrar).  Esto genera fenómenos mortíferos de goce.  El psicótico presenta  goce ilimitado,  desenfrenado.
 
 
 
 
 
 
TRANSFERENCIA
 
Hay posibilidad que se instale la N. de Transferencia.  El paciente es capaz de insertar al analista dentro de su serie psíquica y repetir ciertos prototipos infantiles con total actualidad.

P. Aulagnier considera que la movilidad transferencial disminuye el riesgo de que el analista quede fijado de una vez y para siempre en un mismo lugar.

 
Según Freud,  el psicótico no presenta capacidad de transferir y,  por tanto,  tampoco posibilidad de intervenir y curar.  Decía que el psicótico carece de esa libido flotante de la que se apodera en analista como resorte de su eficacia en el tratamiento del neurótico.

P. Aulagnier afirma que el psicótico otorga al analista lugares fijos,  determinados por las relaciones que su psiquismo se ha formado de sus padres.  La intervención del analista consistirá en probarle que en ciertos momentos puede también estar en otro lugar.

 
INTERVENCIÓN
 
Para Freud el propósito es que cancele las Represiones de su desarrollo temprano y las sustituya por unas reacciones como las que correspondería a su estado de madurez psíquica.  Debe volver a recordar ciertas vivencias,  así como las mociones de afecto por ellas provocadas que están por el momento olvidadas (ver también las construcciones,  interpretaciones de los sueños,  comunicación de las resistencias,  atención flotante,  asociación libre,  ambición pedagógica – ver más abajo).
 
El analista no puede estar en el lugar del sujeto supuesto del saber,  ni en el lugar de objeto.  El desafío se plantea en cómo hacer para que se establezca un lazo entre paciente y analista sin que este último se convierta en sostén del delirio.

P. Aulagnier plantea que en el tratamiento debe hacer sensible al sujeto lo que en esta relación no se repite,  lo diferente que ella ofrece.  El psicótico presentaría una relación de investimiento masivo con sus padres y es con ellos con quien prosigue y repite su diálogo.  En cierto momento el psicótico podría producir ese investimiento  de una relación en que el encontrado (analista) ocupa la posición de oído del que habla,  gracias a lo cual el analista puede transformar un pensamiento sin destinatario en un discurso que uno puede oír. 
 

Lacan habla de secretario del alienado 
 

Soler habla de testigo 
 

J. Tausk habla de desagregar la trama del delirio.  Crear un vacío de goce donde se pueda hacer circular una palabra y ocupar un lugar para el otro.

El lugar del analista en la psicosis también se puede pensar como el recorrido de un camino inverso al que se sigue en la N. de Transferencia.  Se trata fundamentalmente de desorganizar una estructura represiva como paso previo a la reorganización del aparato en un nuevo nivel de integración.  En la psicosis la desorganización es lo que prima.

Todos los autores coinciden en que el analista debe ofrecer un lugar vació,  una falta,  tratando de poner un límite al goce.

 
 
 

El trabajo analítico consta de 2 piezas: 
 

1)  El analizado debe ser movido a recordar algo vivenciado y reprimido por él.

2)  El analista tiene que colegir lo olvidado desde los indicios que esto ha dejado tras si,  tiene que construirlo.  El analista elabora una construcción y la comunica al analizado para que ejerza efecto sobre él.  Luego construye otra pieza a partir del nuevo material que afluye,  procede con ella de la misma manera y en esta alternancia sigue hasta el final.

Para Freud,  hablar de construcción es más apropiado que referirse a interpretación.

Interpretación se refiere a lo que uno emprende con un elemento singular,  una ocurrencia,  un fallido,  etc.  Es construcción,  en cambio,  que al paciente se le presente una pieza de su prehistoria olvidada.

No produce daño alguno equivocarnos en alguna oportunidad y presentar al paciente una construcción incorrecta.  Lo que sucede en tal caso es que el paciente queda como no tocado,  no reacciona a ello ni por si,  ni por no.

En Psicoanálisis no se da pleno valor al “no” del analizado,  pero tampoco se da validez a su “si”.  El “si” es multívoco: 
 

1)  Puede indicar que reconoce la construcción como correcta.

2)  Puede carecer de significado.

3)  O puede resultar cómodo para su resistencia. 
 

El “si” sólo posee valor cuando el paciente produce recuerdos nuevos que complementan y amplían la construcción.

El “no” también es multívoco. 
 

Interpretación de sueños:

-  No es lícito demorar la meta terapéutica en aras del interés por la interpretación de los sueños.

-     La interpretación de los sueños no debe constituir un arte autónomo.

-   No se renuncia a nada asequible cuando se renuncia al propósito de una interpretación completa de un sueño,  ya que cada moción de deseo que hoy se procura un sueño,  retornará luego.

-     Hay que cuidarse de mostrar un interés especial por la interpretación de los sueños,  ya que se corre el riesgo de guiar la resistencia hacia la producción onírica. 
 
 

¿Cómo entiende Lacan a las psicosis?

Lacan toma del vocabulario jurídico el término forclusión,  para traducir Verwefung (en los textos de Freud corresponde a “rechazo”).  Con forclusión se refiere al rechazo de la representación intolerable.  Esta Representación corresponde a la castración en el Otro,  encarnado primordialmente por la madre.  La Representación rechazada vuelve desde el exterior y se transforma en algo alucinatorio.

Lacan ubica la forclusión como mecanismo fundante de la Psicosis.  Se trata de un proceso primordial de exclusión,  rechazo o expulsión de aquella primera marca a partir de la cual se ordena el psiquismo y que permite la legalidad y la sexualidad.  En la Psicosis la forclusión se ejerce sobre el “Significante del Nombre del Padre”. 
 

Función del padre: en tanto función,  esta puede ser ocupada por un significante.  Se encuentra en el núcleo del Complejo de Edipo,  instaurando una prohibición que vehiculiza una ley,  funciona como agente de la prohibición del incesto.  Esta función es ejercida a través de la amenaza de castración,  prohibiendo a su hijo el acceso a la madre e instaurando por consiguiente la exogamia.  Esta función permite la unión del deseo a la ley,  estableciendo que algunos objetos de deseo queden prohibidos para el hijo,  pero a la vez da lugar a que otros objetos queden permitidos.  Esta ley posibilita un ordenamiento en el linaje y en la sucesión de las generaciones. 
 

El Deseo de la Madre: la operatoria de la función paterna se encuentra íntimamente vinculada con el lugar que el padre tenga en el deseo de la madre.

El niño ingresa como objeto del deseo de la madre.  Es ella quien a través de sus cuidados,  sus palabras y su deseo,  imprime las primeras marcas en el cuerpo de su hijo y de esa manera va despertando su deseo. El niño se ubica allí,  no solamente como queriendo ser cuidado,  sino queriendo ser deseado por ella.  Intentará instalarse allí como objeto que colme el deseo de la madre. 

En un primer momento el niño capta lo que él es para el deseo de la madre y se presenta ante ella como si él mismo fuera fuera lo que ella desea,  se ofrece como objeto falo.  En esa posición,  el niño intenta colmar a la madre con lo que ella no tiene.

A partir de la alternancia de presencias y ausencias,  la madre comienza a instalar un movimiento que es fundamental: la madre hará surgir en el niño la pregunta que es estructurante: “¿Qué otra cosa desea que no sea yo?”,  con la consiguiente resignación: “hay algo que mi persona no recubre”,  “si ella a veces no está,  ella desea otra cosa,  pues tiene una falta más allá de mi”.  La relación madre/ hijo entra en una situación de conflicto puesto que el falo se pasea.  El niño cree que el padre es el portador,  el que detenta el falo.  La función del padre en este trío es hacerse preferir por la madre prohibiendo al niño el acceso a ella y poniendo en claro que la madre como objeto es para él.

La función del padre es normativa,  posibilita la identificación sexual.  Es una función en reserva que va a ser utilizada por el sujeto cuando tenga que hacer frente a la sexualidad.  Va a necesitar de ella cuando se tenga que ubicar frente a un hombre,  una mujer o algo relacionado con la paternidad y el orden de las generaciones.

La operatoria de la función paterna es por estructura fallida.  Ningún padre puede estar a la altura de la función.  Cuando esta función no es solamente fallida sino que no opera,  da lugar a la NO inscripción de la función del padre (“Nombre del Padre”) en el psiquismo: Psicosis. 
 

El efecto de la forclusión del Significante del Nombre del Padre tiene como correlato que aquello forcluído en lo simbólico retorne en lo real.  Este retorno se puede representar en los fenómenos elementales.  El valor diagnóstico de los fenómenos radica en que es allí donde aparece la estructura.  Estos fenómenos pueden ubicarse inclusive antes del desencadenamiento dado que permiten dar cuenta de la estructura psicótica y no necesariamente de la psicosis propiamente dicha. 
 
 
 

Fenómenos de Franja: Se caracterizan por presentar una fenomenología más simple y rudimentaria que los elementales (Ejemplo,  en el caso de una alucinación visual se perciben destellos luminosos o bien sombras indefinidas,  nunca una figura determinada). 
 

Fenómenos Elementales: Se caracterizan por ser neutros,  no sensoriales.  Dentro de esta categoría se encuentran: Trastornos del lenguaje,  neologismos,  delirios,  certezas,  infinitización detrimento de la metáfora compensada con un aumento de la producción metonímica.   
 

Respecto del desencadenamiento de estos fenómenos se puede decir que en el momento en que el psicótico se ve obligado a enfrentar determinadas situaciones de compromiso,  suelen quebrarse sus posibilidades de respuesta.  Lacan denomina “invocación del Nombre del Padre”.  Tales encrucijadas poseen características que evocan de un modo u otro a la función paterna.

Se llama a un significante,  éste no acude,  se rompe la cadena y la realidad se organiza siguiendo otra lógica.  Si no opera la Represión posibilitada por la metáfora,  se deshace el encadenamiento significante,  se pierden las diferencias,  se pierden las relaciones entre Ste.1 y Ste.2,  y en el lugar del sucesor no adviene sino un agujero donde aparecerá la alucinación y el delirio a modo de restitución. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

TEMA 8: 
 

FORCLUSION LOCAL 
 

NASIO: 
 

La Forclusión no es una operación capaz de explicar por si solo un caso de Psicosis.  Se trata de un mecanismo local determinante de hechos locales.  La alucinación,  el pasaje al acto y la lesión llamada psicosomática participan de un conjunto de formaciones clínicas llamadas Formaciones de Objeto A. 
 

Formaciones de Objeto A: En todas estas el goce domina y la forclusión es su mecanismo. 
 

En “Neuropsicosis de Defensa”,  Freud sugiere 3 clases de defensas del Yo frente a lo intolerable.  Para describir la tercera de estas defensas dice: el Yo rechaza la Representación insoportable al mismo tiempo que su afecto y se comporta como si la Representación nunca hubiera comparecido ante el Yo.  El Yo se arranca de la Representación intolerable pero ésta se entrama con un fragmento de la realidad exterior,  de manera que el Yo,  consumando esa acción,  se ha separado también de la realidad.  La Representación se deshace y,  prendido a ella,  un fragmento de Yo cae también.

La Representación rechazada,  que se ha transformado en percepción alucinada,  vuelve al Yo y es acogida sin drama,  ni horror,  ni sorpresa.  El Yo alucina entonces un jirón del Yo desgarrado.

En la Representación,  lo reprimido y su retorno son homogéneos,  mientras que en la Forclusión,  aunque trate siempre del Yo,  lo rechazado es profundamente heterogéneo a lo que reaparece.  La operación forclusiva está,  en consecuencia,  mejor lograda que la Represión.

Tras ésta terminología freudiana se pueden leer entre líneas la tradicional fórmula lacaniana de la Forclusión: lo rechazado en lo simbólico reaparece en lo real.  Tanto Freud como Lacan centran el movimiento froclusivo en torno a un gesto decisivo: rechazar.  Sin embargo, ¿cómo aceptar que el sujeto no quiera saber nada de una experiencia que no conoció,  puesto que nunca tuvo acceso a ella?  Es preciso poner en entredicho la idea de rechazo y dejar de situar el influjo de la Forclusión en un plano global que provocaría efectos globales. 
 

No llegamos a comprender el mecanismo de la operación forclusiva si imaginamos la matriz como una relación formal y estática.  Al contrario, esa relación es causal y en movimiento: porque hay un Uno afuera, justamente por eso los otros permanecen juntos y a su vez pueden sucederse uno después del otro,  siendo que en efecto, en el extremo de la cadena está el puesto de sucesor que espera ser ocupado.   
 
 

Un elemento se agrega en el extremo de la serie, ocupa en consecuencia el puesto de sucesor y enseguida otro sucesor es esperado.  En estos 2 pasos reside la condición mínima para que la cadena de los significantes se mueva y no se desbarate.

La Castración no es única,  sino que acontencial, local y múltiple.  No hay castración, sino castraciones.  La realidad producida por la Forclusión es distinta a las otras pero no incompatible con éstas: realidades constituidas por Forclusión coexisten con realidades producidas por la Represión. 
 

Forclusión:

1) No es un rechazo, sino al contrario, la abolición de un rechazo que había debido producirse. 

2)  Es la detención de un movimiento, la interrupción de un proceso. 

3)  Lo forcluído es algo no acontecido mas que algo rechazado.

El Nombre del Padre se pone como algo preciso y acotable, definido como el Ste. del que depende la consistencia de toda la realidad, de ahí se sigue que es su rechazo o su expulsión lo que provocará la inconsistencia.  Es la idea de ser la que lleva a la idea de rechazo.  Olvidemos el ser y pensemos con arreglo a una función.  El Nombre del Padre no es un ser sino una función.  Es en plural como debemos escribir la expresión: “los Nombres del Padre”, porque esos “Nombres del Padre” son tan múltiples, locales y acontecibles como las castraciones.     
 

¿Qué queremos decir cuando empleamos la expresión “Forclusión del Ste. del Nombre del Padre”?

No que el Significante presunto haya sido rechazado sino que no habiendo pasado un Significante cualquiera a ocupar en el momento preciso el puesto de sucesor, la realidad local se organiza siguiendo una muy diversa lógica.

¿Cuál es el momento preciso?  Es el momento del llamado por el Otro.  Llamado a provocar el movimiento centrífugo de instalar un Significante en el puesto exterior del Nombre del Padre. 
 

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TAUSK:

El hecho que no advenga nada en la línea asociativa, que no venga ningún elemento Significante a modo de sucesor, presenta un problema en la subjetividad, pues ésta se constituye en el movimiento que va de uno a otro Ste.,  De no haber ese movimiento, el sujeto de la trama cae como objeto y esa pérdida de lugar se acompaña con angustia.

El sucesor, el Significante por venir, caracteriza a la condición humana: al no saturarse el deseo, siempre adviene una demanda más. 
 
 
 

La no aparición del Significante por venir quiebra la tensión de la serie afectando también al punto de amarre de la misma.  El punto de amarre sería el o (cero) en el modelo de la serie de números naturales o la Represión originaria en Freud.  La tensión que va del 0 (cero) al sucesor es siempre relativa al límite al que no se llega solo virtualmente.

En el campo de Psicosis ese límite se pierde y todo se hace posible. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

TEMA 9: 
 

AFECCIONES DENOMINADAS DE BORDE,

NARCISISTICAS y FRONTERIZAS 
 

KORMAN:

Se aboca a un sector limitado de la clínica, a ese grupo de pacientes habitualmente difíciles de diagnosticar y que conforman entidades que son irreductibles a las neurosis, a las psicosis y perversiones clásicas.

Estos cuadros son conocidos desde hace mucho tiempo, pero cada escuela y autor ha ido profundizando en distintas facetas de esta problemática.  Han recibido nombres variadísimos: perturbaciones del narcisismo, estados límites, organización narcisística de la personalidad, pacientes limítrofes, esquizofrenia pseudoneurótica, prepsicosis, cuadros fronterizos, etc.

Para este tipo de patologías Korman propone la denominación de CIRRE: “Cuadros con Insuficiente Reorganización Retroactiva Edípica” Sus principales elementos constitutivos son: 
 

1)  Polimorfismo defensivo:

No es sólo la Represión la que organizó la estructura psíquica.  El sujeto se vio compelido a la utilización de algunas defensas de la serie psicótica y de la renegación.  Se conforma así un aparato psíquico con una potencialidad polimorfa.

Cuando opera de manera prevalerte la Represión nos encontramos con un aparato psíquico bien escindido entre inconsciente, preconciente y conciente. No es este el caso de los CIRRE.  Tal fenómeno tiene repercusión en lo intrapsíquico como en los vínculos intersubjetivos. 
 

2) Presencia de un narcisismo insuficientemente transformado en su pasaje por la castración:

El tránsito desde el narcisismo primario hacia la objetividad edípica fue tortuoso.  Esta última adquiere un acusado carácter narcisista.  Primero hubieron problemas en la constitución misma del narcisismo primario y eso determina que el posterior tránsito por el Complejo de Edipo sea dificultoso, que las relaciones y resoluciones del Edipo se hagan de una manera sui generis y que la reorganización retroactiva desde el Edipo sea insuficiente.

Normalmente, el pasaje por el Edipo y la castración, supone una resignificación de lo acontecido anteriormente y, por lo tanto, estaríamos en presencia de un aparato psíquico organizado retroactivamente desde lo fálico, desde la triangularidad.  Si lo que acontece en los momentos previos al pasaje por la triangularidad edípica ha producido perturbaciones psíquicas importantes, el tránsito edípico es deficiente y, por lo tanto, la reorganización es retroactivamente escasa. 
 
 
 
 

3)  Desfallecimiento de la función fálica y déficit deseante:

Esto es coherente con el hecho de que el tránsito por el Complejo de Edipo ha sido tortuoso 
 

4)  Presencia de marcados componentes autoeróticos en la organización pulsional del sujeto:

No ha habido un buen pasaje del autoerotismo al heteroerotismo pulsional, o éste se ha hecho muy parcialmente.  Esto explica los acting out y pasajes al acto de los pacientes, debido a que la organización pulsional no tiene el adecuado freno superyoico. 
 

Estos pacientes muestran una sintomatología en la que confluyen: 
 

 
 

La copresencia de estos factores determina que los síntomas de los pacientes tengan matices especiales. 

Ejemplo 1: Síntoma Fóbico: el temor a perderse en la ciudad. Generalmente asociado a gran angustia, producto de una proyección y desplazamiento del temor a la castración y de la propia agresividad sobre los objetos mundanos.

En los CIRRE, en cambio, no es tanto la angustia de castración la que se manifiesta en esta sintomatología, se trata más bien de problemas con la especialidad.  Son muy frecuentes las desorientaciones espaciales.  Fallan los procesos de simbolización que permiten construir los referentes que funcionan como brújulas orientativas.

Ejemplo 2: Conductas reiterativas: En los CIRRE no son la manifestación de la lucha que los obsesivos mantienen con sus pulsiones, con sus deseos inconscientes o con el retorno de lo reprimido.  En estos casos se trata de una forma limitada y rudimentaria de aprendizaje: el de montar pequeños encadenamientos de actos motores para incidir en el mundo. 
 

5)  El fantasma no se manifiesta en estos casos como un epitafio inscripto en el inconsciente.  Tiene tendencia a ser actuado.  Esto potencia a los acting out y pasajes al acto. 
 

6)  Es dable observar propensión a:

Colapsos narcisistas, inhibiciones severas, alteraciones marcadas del Yo y presencia casi alucinatorias de objetos incorporados. 
 
 

7)  Peculiares construcciones de la realidad, que producen una dinámica psíquica y relacional sui generis. 
 

8)  Son personas susceptibles de responder a ciertos eventos traumáticos con alucinaciones y episodios delirantes.

A diferencia de las psicosis francas, los episodios delirantes y alucinatorios de estos pacientes suelen ser de corta duración y no dejan aquello que en la clínica psiquiátrica se llama “defecto psicótico”.  Tras las alucinaciones y delirios hay un retorno a un estado similar al de antes de la crisis. 
 

9)  Dependencia hacia los objetos del entorno es intensa.

Aparecen fenómenos de idealización y persecuciones extremas.  Hay una polarización de la vida anímica, los objetos pueden ser o muy idealizados o muy persecutorios.  Además tienen una gran facilidad para pasar de una situación a la otra.

En el plano transferencial también se dan esos vuelcos: el analista es un amigo pero rápidamente puede devenir perseguidor. 
 

En las Neurosis predomina la angustia de castración, en las psicosis, la angustia de aniquilación y en los CIRRE es la angustia ante la separación del objeto lo que predomina.

El conjunto de los factores mencionados configura una organización psíquica más o menos estable y definida que no necesariamente ha de ser situada entre las neurosis y las psicosis a la manera de territorio intermedio.  Merecen un sitio diferente, una categoría nosográfica distinta y específica. 
 

DIFERENCIAS CON LA POSTURA LACANIANA:

Muchos de los pacientes que se ubicarían en la categoría de los CIRRE serían considerados por los lacanianos, ya sea como neuróticos, ya sea como psicóticos o como perversos.

Para los analistas lacanianos el diagnóstico de borderline queda excluido puesto que esta problemática no es específica, no tiene una categoría aparte y se destruiría entre alguna de las 3 opciones propuestas por Lacan.

Korman: La reorganización retroactiva del narcisismo puede ser realizada en grados distintos por el niño.  Cada niño tiene abierta la posibilidad de utilizar un amplio espectro de defensas.  La implementación de mecanismos psicóticos no es necesariamente patológica en la primera infancia.  Mas tarde, éstos pueden ser abandonados, ya sea de manera total (neurosis) o parcial (CIRRE), o bien su uso puede verse intensificado (psicosis).

Esta manera de entender la nosografía tiene consonancia con algunas formulaciones freudianas, ya que Freud, a partir de “El Hombre de los Lobos”, concluyó que un sujeto puede implementar modalidades defensivas diferentes frente a la misma problemática.  El diagnóstico depende de la prevalencia con la que es usado algunos de los mecanismos defensivos en cuestión.  
 
 

DIFERENCIAS CON LA POSICIÓN KLEINIANA:

Para esta teoría, la predisposición a la psicosis es un ingrediente omnipresente en la organización psíquica de todo sujeto.  La potencialidad es universal.  A diferencia de esta postura, Korman considera que la potencialidad psicótica sería resultado de un camino estructurante singular, no obligatorio ni universal.

¿Cómo intervienen en estos casos?  La presencia del analista no es únicamente interpretativa.  Uno tiene que poner el cuerpo, tiene que prestar muchas veces su mente como soporte para que puedan, sobre esa base, ir construyendo filamentos de lo psíquico ausente hasta entonces.  
 

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GALENDE:

Plantea el caso de una mujer de 38 años que llega a consulta luego de varios análisis anteriores.  El tema central en su vida: ser soltera a los 38 años y no haber sido madre aun.

Sensaciones de asco muy fuertes y una gran desconfianza y sospecha sobre las actitudes de cualquiera con quien entrara en alguna relación.  Siente angustia frente a la posibilidad de que entren personas desconocidas a su baño.  Tampoco puede ir a otro baño que no sea el suyo.  Padece de intensa ansiedad frente a la posibilidad de encuentros sexuales.  Realiza verdaderos rituales de control respecto de sus relaciones sexuales.  Pasa bastante tiempo hasta dejar que el hombre la toque o la bese.

Sus padres se han separado hace 6 años. Ella nació en una familia cuya madre es inmigrante de origen polaco.  Vivían en la casa de un tío y ella, su padre y su madre compartían la misma habitación (hasta los 12 años).

Hay un episodio que relata: trata de un tío que vivía en la parte de atrás de la casa.  En un determinado momento le muestra los genitales.  Dice que le cuenta este episodio a los padres y que no hicieron nada por ella.  Borrosamente aparece el recuerdo de una pregunta que poco tiempo después le dirige a la madre.  Le empieza a preguntar a la madre si no había quedado embarazada con el episodio del tío.

Segundo episodio ocurrido en la pubertad: la madre le advierte mucho, todo el tiempo, de que tenga cuidado de que no la toquen en la calle, en el colectivo y le pregunta todo el tiempo si la tocaron.  Conoce a un chico en el colectivo y ella sale con él, se besan y vuelve con mucha angustia a su casa.  Le cuenta a la madre y ante la pregunta de que si la habían tocado ella dice que si.  Comienza a pensar si no había quedado embarazada.  La madre decide llevarla aun médico, quien descarta la posibilidad del embarazo, pero sin embargo, la revisa.  Ese fantasma del tocar y el embarazo persiste de alguna manera.

El acontecimiento que ella relata de la madre y el médico es un tema central en todo el tratamiento: a esa edad ella fue a buscar una negación por parte de la madre, en esa relación de si la tocaban la embarazaban y esta falta de negación tiene algo que ver con la posibilidad de organizar su propia vida sexual genital. 
 

Esta mujer tiene una perturbación en su prueba de realidad respecto de la relación con el otro cuerpo.  Es como si el juicio de realidad en esta área no hubiera terminado de construirse.  Ella fallaba en el plano de diferenciación corporal: vivía con sensación de intrusión terrible del otro, el otro penetrando, invadiendo, embarazando casi en el mismo instante.  El cuerpo del otro y el de ella podían entrar en un juego de confusión. 
 

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IUNGER:  
 

Clínica del pasaje al acto

El pasar al acto y el pasaje al acto tienen elementos estructurales en común, en ambos casos se trata de la conclusión de una escena, de una escena que alcanza su punto final.  
 

Diferencias: 
 

Pasar al Acto: Hay un efecto de Sujeto.  Hay un efecto de máxima subjetividad.  Hay un cambio de posición subjetiva. 
 

Pasaje al Acto: Hay un efecto de aniquilación del Sujeto en un intento fracasado de hacer surgir su subjetividad. 
 

Se diferencia también del Acting Out.  Aquí un Sujeto le muestra al otro el objeto de su deseo (objeto señuelo del deseo).  Es una escena que se sostiene.  El Sujeto está diferenciado del objeto y se lo muestra al otro.  En el caso del Pasaje al Acto, no se trata de una escena que se sostiene sino de una escena que concluye.  Es una escena en la que se diferencian dos momentos: 
 

1- Se ve la instauración progresiva de una escena que avanza y abarca progresivamente más y más aspectos de la vida del Sujeto.

2-  La escena se corta repentinamente.  Este segundo momento es lo que se designa como Pasaje al Acto. 
 

El Sujeto va presentándose en posición de desecho, de resto identificado con el objeto, hasta llegar al punto en el cual el Sujeto es el objeto en tanto desecho.  ¿Qué ocurre del lado del Otro?  Va quedando configurado progresivamente como absoluto en un borramiento cada vez mas acentuado de su borradura.  El Otro se totaliza en una dimensión de goce y el Sujeto, en tanto objeto resto, es el objeto de ese goce. 
 
 
 
 

En la neurosis, el Pasaje al Acto tiene la particularidad de irse anunciando por indicios que se tornan más y más evidentes tendiendo a abarcar toda la escena del Sujeto. 
 
 

¿Cómo se dirige la cura frente al Pasaje al Acto? 
 

1- Se trata de romper, a través de la presencia del analista (en tanto Otro barrado) con la instancia de otro absoluto.  Ofrecer el semblante del Otro barrado es una primera operación básica. 
 

2-  Muchas veces el Pasaje al Acto es una vicisitud necesaria de locura, pero en esta situación es el acto del analista el que tiene que cortar la escena y no dejar que sea la propia escena la que conduzca al analizante a cortar en la culminación del Pasaje al Acto. 
 

3-  Se trata de poner en continuidad la escena del análisis con la escena de la vida del analizante, 
 

4-  No se puede dejar librado el sostén de la transferencia solamente al analizante.  Es el analista quien debe hacerse cargo (operación mantenimiento de la transferencia). 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

TEMA 10 
 

INTERVENCIONES EN EMERGENCIA 
 

En cada catástrofe siempre quedan secuelas en el individuo, la colectividad y el medio.  Para ser eficaz, la asistencia a una víctima de traumatismo debe tomarse en cuenta el contexto y abordar a la persona en función de su triple realidad: biológica, psicológica y social. 
 

Noción de Traumatismo:

Definición: “Acontecimiento anormal que afecta una o mas personas y pone en peligro su integridad física y psíquica”.  Se distinguen dos categorías: 
 

 
 

Los mecanismos psicofísicos de adaptación que intervienen son diferentes en los 2 casos.  El entorno psicosocial juega un papel menor en el traumatismo de repetición.  En el de Tipo I, un entorno social que funcione bien ofrece a las víctimas el apoyo vital al activar las relaciones de solidaridad. 
 

Características biológicas y psicológicas de las reacciones al traumatismo: 
 

Biológicas: La intuición de un peligro circula de modo reflejo a las estructuras del hipotálamo e hipófisis provocando la reacción de huída o combate.  La descarga hormonal provoca el aumento de la actividad circulatoria y cardiaca,  el descenso de la función muscular, la aceleración del pulso y el descenso de la sensibilidad. 
 

Psicológicas: Focalización de la atención y modificación de los sentimientos. 
 

Estas reacciones son normales y se las agrupa bajo el nombre de Trastornos de Estrés agudo.  Habitualmente su intensidad y frecuencia disminuye progresivamente en las semanas posteriores al traumatismo.  Las reacciones que persisten o que sobrevienen a continuación se las agrupa bajo el nombre de Trastornos de Estrés Post Traumáticos: 
 

Víctimas de violencia:

-  Víctimas Primarias: personas directamente afectadas por el acontecimiento

- Víctimas Secundarias: pueden ser los miembros de la familia, amigos, curiosos, profesionales de ayuda. 
 
 

Estructuras gracias al lenguaje:

En la mayoría de los casos, el individuo que es víctima de un traumatismo siente la necesidad de hablar de aquello que pasó.  Esto forma parte de las estrategias de supervivencia después de un traumatismo.  Se trata siempre de poner los sufrimientos en palabras.  Por el mismo hecho de ser relatado, un acontecimiento toma por primera vez la forma de una historia estructurada.  Se transforma en un relato con principio y fin y esto permite contener el evento sin que contamine toda la vida. 
 

Debriefing psicológico:

Objetivo: Prevenir la cronificación de las reacciones normales al estrés post traumático y detectar de forma precoz los trastornos que necesitan una asistencia específica. 

Puede aplicarse a grupos o individualmente.

Se desarrolla en 2 sesiones.  La primera tiene lugar tras la exposición al traumatismo y la segunda se establece de 6 a 8 semanas después.  La primera sesión tiene 7 etapas.  La segunda sirve para reevaluar la situación con cada persona.

Etapas:

1) Se informa la meta y los principios de funcionamiento. Se recuerda la exigencia de confidencialidad y de secreto profesional.  Se explican las reacciones post traumáticas y se señala que son normales, naturales y transitorias.

2) Se centra en los hechos.  Se propone construir un relato lógico y coherente guiado por un conductor.

3)  Se abordan los pensamientos y preocupaciones en relación al suceso.  Es la primera consideración de las emociones.

4)  Se reactualizan las emociones sentidas durante el incidente.

5) Es la fase de información y normalización de las reacciones y al mismo tiempo una etapa de aprendizaje.

6)  Se trata de crear un ritual de despedida del evento.  Es un acto simbólico a través del cual los participantes expresan el fin del acontecimiento y comienzan un nuevo capitulo de su existencia (ej. Plantar un árbol).

7)  Se hace una conclusión y se retoma lo esencial de lo que se ha dicho y hecho.

La actitud que subyace al procedimiento es una actitud salutogénica positiva.  El individuo dispone, a pesar de todo, de capacidad y recursos necesarios para afrontar y manejar la situación crítica.

Críticas y Controversias:

-  Se pone en tela de juicio el aspecto preventivo.

-  Se cuestiona la aplicación del procedimiento por no profesionales

-  Se señala el riesgo de retraumatismo durante la etapa 4.

-  Se ven dificultades para integrar el Debriefing como técnica científica basada en pruebas.

TEMA 9 
 

RESILIENCIA 
 

Se define como la capacidad de los seres humanos de superar los efectos de una adversidad a la que están sometidos e incluso de salir fortalecidos de la situación.

El Yo escindido permite negar lo siniestro para sostener la continuación de su existencia o simplemente sobrevivir.  Por este camino entramos en el territorio de la Resiliencia.

Hay una conjunción del registro cultural y psicológico que constituye un tercer espacio,  en este espacio transicional es donde se produce la Resiliencia.

La Resiliencia no supone nunca un retorno íntegro a un estado anterior.  Ya nada es lo mismo,  la escisión del Yo no se sutura,  permanece en el sujeto compensada por los recursos yoicos que son pilares de la Resiliencia (autoestima consistente,  independencia,  capacidad de relacionarse,  sentido del humor,  etc.).  Con algo de todo eso,  más el soporte de otros seres humanos que otorgan un apoyo indispensable. 
 

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Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.Sujeto        Entorno Social

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Funciones yoicas  Resiliencia

-Autoestima

-Humor

-Independencia

Se fortalecen 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

TEMA 10 
 

INSTITUCIONES 
 

GALLENDE 
 

Propone problematizar.  Recuperar en toda su amplitud el conjunto de factores que determinan los modos en que se plantean los problemas de la Salud Mental,  la manera de comprenderlo y las respuestas políticas que se efectúan.  Se trata de potenciar el análisis para mejorar las respuestas prácticas.

Los problemas de Salud Mental son cualitativos,  es decir,  tienen que ver con la calidad de la vida.  Son las relaciones humanas concretas que genera la sociedad industrializada las responsables del crecimiento de poblaciones con mayor riesgo de fracasar o enfermar.

La idea que sustentó la Psiquiatría,  de considerar a los trastornos psicológicos como a las demás enfermedades que trata el médico fue mostrando su insuficiencia,  su incapacidad de dar respuesta a los nuevos problemas.

Es necesaria una revaloración de lo subjetivo para esta vuelta a la preocupación y al interés por los sujetos reales y actuales,  el psicoanálisis ha cobrado importancia.  Pero no hay que olvidar que la respuesta psiquiátrica al malestar cultural no puede suplirse con una respuesta psicoanalítica igualmente reductora e ilusoria. 
 
 

RESPUESTA PSIQUIATRICA RESPUESTA PSICOANALITICA
 
Tiende a la exclusión,  segregación y encierro del loco y su custodia en los manicomios.
 
No avala la exclusión y custodia de los enfermos,  siempre sostuvo una práctica de respeto por la palabra del enfermo y una ética de la verdad y el deseo
 
Establece una relación de asistencia
 
No establece una relación de asistencia
 
Busca lo patológico en el signo biológico para lo cual necesita excluir al sujeto
 
Centra la cuestión de la producción de lo patológico en el seno mismo de la estructura de producción subjetiva
Responde a la demanda.  Presenta una relación asimétrica de poder.  El poder está en posición del psiquiatra (sujeto de la enunciación que tiene la palabra),  el sujeto es hablado por el saber

psiquiátrico (sujeto del enunciado)

 
No responde a la demanda sino que lo interroga 
 
 
 
 
Coloca al individuo en el lugar de objeto natural por su condición de enfermo.  El sujeto ya no es más objeto de esta medicina,  es solo terreno,  hábitat en el que la enfermedad evoluciona
 
Su intervención es singularizante,  tiende a resituar en el sujeto su relación con lo colectivo
 
Presenta modelos clasificatorios y objetivantes.  Nombra por sus diagnósticos y hace entrar al enfermo en sus categorías.  Generaliza
 
Se caracteriza por su capacidad de problematizar la realidad sobre lo que piensa,  mostrar su complejidad,  tensiones,  fuerzas y los caminos de resolución de sus conflictos
 
 

Intervenciones del Psicoanálisis: 
 

Hay 3 posibles: 
 

1)  Prácticas de tratamiento analítico en las Instituciones

2)  Prácticas centradas en el análisis de la Institución

3)  Intervención en prevención y promoción 
 

Abordar cuestiones relativas al tratamiento analítico en una institución es preguntarse por la transferencia.  Lo que agrega la Institución a estos tratamientos es justamente la presencia de la Institución en la Transferencia.

-  Esta transferencia es previa a la transferencia analítica propiamente dicha y suele permanecer como un obstáculo,  telón de fono de todo tratamiento en la Institución.

-  Está configurada por la relación regresiva que el paciente mantiene con la Institución médico-asistencial,  y suele expresarse tanto como  formas de sometimiento,  como de exigencias despóticas de cuidados y atenciones.

-  Está infiltrada por la compulsión repetitiva,  buscando repetir el vínculo simbiótico materno sostenido en el Yo Ideal. 
 

El psicoanalista no está exento de su propia identificación con la Institución.  Es frecuente que los analistas depositen en la Institución sus propias demandas regresivas de protección,  seguridad y cuidados. 
 
 
 

Si la Institución sirve al analista para protegerse de la transferencia del paciente y al mismo tiempo,  sirve al paciente como resistencia para el análisis,  entonces logra impedir el análisis.  Aquí es preciso que se interrogue sobre la demanda de Institución.

La propuesta de GALLENDE:

Desde la admisión misma del paciente se debe generar un espacio analítico en el que la demanda pueda ser escuchada con el mínimo de interferencia institucional.  El modelo de intervención analítico no tiene por que ser distinto al que se realiza en la práctica privada. 
 

El Psicoanálisis se diferencia de las Psicoterapias en: 
 

    PSICOTERAPIAS
PSICOANALISIS
 
Son más fenomenológicas en la captación del síntoma
 
Se propone una desección? de las estructuras productoras de conflicto
 
Parten de y tienden a la unidad del sujeto
 
Su sujeto es estructuralmente escindido
 
Se proponen la resolución del síntoma,  en lo cual basan su eficacia
 
Devela la relación entre síntoma y verdad histórica del sujeto.  La disolución del síntoma sobreviene por añadidura,  por develamiento de esa unidad
 
Responden a la demanda del paciente
 
Interroga la demanda sin satisfacerla
 
Autorizan en el terapeuta la utilización de su propia persona para lograr la cura
 
Se rige por el principio de abstinencia
 
Utilizan un saber y una experiencia que hacen de su acción una pedagogía subyacente
 
Se evita toda intención pedagógica
 
 
 
 
 

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ULLOA:   “Cultura de la Mortificación” 
 

Lo llama Sociedad Anónima de Mortificados.  Falta de fuerzas,  sin viveza,  mal humor,  aparecen acompañadas de fatiga crónica.  Se trata de sujetos coartados,  al borde de la supresión como individuos pensantes 
 

Los indicadores de esta situación son: 
 

1)  Desaparición de la valentía

2)  Resignación

3)  Desaparición de la inteligencia

4)  Idiotismo 
 

Sujeto disminuido del accionar crítico y de la autocrítica.  En su lugar se instala una queja que nunca asume la categoría de protesta.  Tienden a esperar soluciones imaginarias a sus problemas sin que estas dependan de su propio esfuerzo.

Se diferencia de la Institución de la Ternura,  que se identifica con la debilidad,  la inmadurez infantil,  el amor.  Es posible el buen trato. 
 

Manicomialización:

 
Es la forma clínica terminal de la mortificación.  Su proceso central se resume en la locura.  Promueve con frecuencia reacciones de maltrato y el maltrato eleva el sufrimiento de la locura.  Ante las dificultades de diagnóstico,  frecuentemente se encuadra al sujeto en un modo estándar.  El maltrato comienza por repudiar el por qué y el para qué de los síntomas.

Cada vez que arbitrariamente prevalece la ley del más fuerte,  se instaura la protoescena manicomialla Encerrona Trágica.  El paradigma es el de la mesa de tortura (en la tortura se organiza una situación de dos lugares,  sin tercero de apelación).  Es toda situación en donde alguien,  para vivir,  trabajar,  recuperar la salud,  etc.,  depende de algo o de alguien que lo maltrata,  sin tomar en cuenta su situación de invalidez. 
 

SVI: La constitución de toda cultura institucional supone cierta violentación legítimamente acordada.  Cuando esta violentación se hace arbitraria en grados y orígenes diferentes,  se configura el SVI.  Las personas que conviven con esta violentación verán afectados la modalidad y el sentido de su trabajo:

-  Empieza a perder funcionalidad vocacional. 

-  Los síntomas cobran el valor de normalidad. 

-  Se pierde la eficacia responsable y la habilidad creativa.

-  En tales condiciones es difícil que alguien a cargo de un paciente pueda considerar su singularidad.

-  Una de sus consecuencias es el autoritarismo.

-  Se presenta una fragmentación en el entendimiento y la comunicación. 
 

Un mecanismo prevaleciente en esta situación es la Renegación,  repudio que impide advertir las condiciones contextuales en las que se vive. 
 

Las Neurosis Actuales permiten entender la patología institucional.  El grupo de mayor presencia en la institución comienza a desarrollar un comportamiento semejante a lo que Freud describió como Neurosis Actuales (desgano,  falta de interés e investimento libidinal,  hipocondría,  depresión).

El analista debe evitar quedar atrapado en las Neurosis Actuales y desarrollar el mismo un comportamiento semejante. 
 
 

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BAREMBLIT: 
 

Da cuenta de la transformación de la asistencia psiquiátrica en la construcción del campo de la atención de la salud mental.  La construcción de este campo conlleva transformaciones estructurales importantes,  éticas y teóricas,  y tiene 3 ejes: 
 

1)  Enfoque Interdisciplinario:

Deja de ser hegemónica la disciplina psiquiátrica.  Se introduce un concepto importante: equipo de trabajo.  Se pone en forma simétrica a psiquiatras,  psicólogos,  trabajadores sociales,  etc. 
 

2)  Enfoque Interinstitucional:

Desde la concepción macro social no hay ninguna institución que pueda dar respuesta a toda la problemática que hoy en día aqueja al campo de la Salud Mental. 
 

3)  Enfoque Intersectorial:

La Salud Mental requiere la colaboración,  cooperación de otros sectores como el bienestar social,  trabajo,  justicia,  educación,  etc. 
 

¿Qué sucede cuando el psicoanalista sale del campo de la clínica tradicional?

Tiene que reinventar,  recrear,  repensar cómo los conceptos fundamentales del Psicoanálisis pueden tener vigencia en otra práctica. 
 
 

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ZUBERMAN:

La historia del Psicoanálisis con el Hospital es compleja.  Aceptado a veces en el hospital porque trae respuestas a aquello con que la medicina no puede,  rechazado otras tantas veces por interrogar al discurso médico. 
 

Para los analistas surgen preguntas novedosas: ¿Qué hacer con aquellos pacientes que consultan en el hospital y que no se presentan como síntomas neuróticos?  Para algunos la respuesta es fácil: inanalizables.  Para otros,  en cambio,  es una oportunidad de investigar qué demanda,  qué busca.  No se trata ya de discutir si hay o no Psicoanálisis en el hospital,  sino de discutir la práctica de los analistas que deciden sostenerla en ese preciso lugar. 
 

 

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TAUSK: 
 

Muchas veces se ha escuchado el aforismo: “El Psicoanálisis es imposible en el Hospital”.  Se lo admita o no,  la clínica psicoanalítica tiende a ocupar un lugar significativo en la universidad y en los hospitales. 

El Psicoanálisis en las instituciones asistenciales ha ofrecido un rico espacio de intercambio.  Se ha trabajado con una demanda de frontera que expone los límites de la clínica psicoanalítica a espacios no recorridos.  Sin embargo lo que puede leerse generalmente de la producción realizada en los hospitales,  es bastante poco.

1)  El trabajo es un simple relato de una ocasión clínica donde el autor se sustrae a tal punto que no relata sus intervenciones,  o sustrae sus propias reflexiones.

2)  Se signa el escrito con un formalismo aburrido. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

TEMA 11 
 

FIN DE ANALISIS 
 

FREUD:   “Análisis Terminable e Interminable 
 

La terapia psicoanalítica es un largo trabajo,  por eso desde el comienzo se hicieron intentos de abreviar la duración del análisis: 
 

Otto Rank suponía que el acto de nacimiento era la genuina fuente de la neurosis y que mediante el tratamiento analítico de ese trauma primordial eliminaría las neurosis integralmente en pocos meses. 
 

Freud,  inició el tratamiento de un joven ruso que alcanzó en el análisis ciertos logros,  pero en un momento dado se atascó el progreso.  No avanzaba en el esclarecimiento de la neurosis infantil,  se sentía cómodo en el estado en el que se encontraba y no quería acercarse a la terminación del tratamiento (auto inhibición de la cura).

Ante esto,  Freud recurrió a la fijación de un plazo y comunicó al paciente que sería el último año de tratamiento.  Esto tuvo los resultados esperados por Freud,  pero sin embargo hace algunas advertencias con respecto a la fijación de un plazo: 
 

-  Es eficaz sólo bajo la premisa de que se adopte en el momento justo

-  No puede dar garantía de una tramitación completa de la tarea

-  No se puede extender el plazo una vez que se lo fijó,  de lo contrario el paciente no daría crédito a la continuación 
 

¿Cuándo se considera terminado un análisis? 
 

A) El análisis se ha terminado cuando el analista y el paciente ya no se encuentran en la sesión de análisis y esto ocurrirá cuando estén cumplidas dos condiciones:

      1-  Que el paciente ya no padezca a causa de sus síntomas y haya   superado sus angustias e inhibiciones

      2-  Que el analista haya hecho conciente lo reprimido,  esclarecido lo  incomprensible y eliminado las resistencias 
 

b)  El otro significado que se le puede dar al “término” del análisis supone que la influencia sobre el paciente haya sido tal que no sea esperable ninguna alteración ulterior,  alcanzándose un nivel de normalidad psíquica absoluta y contar con la capacidad de mantenerse estable.

Para entender los alcances de este segundo significado,  es necesario tener en cuenta que la etiología de todas las perturbaciones es mixta: o se trata de mociones pulsionales hiperintensas que el Yo no puede dominar,  o del efecto de unos traumas tempranos.  Solo en el caso con predominio traumático se puede hablar de un análisis terminado definitivamente (se sustituye la decisión deficiente que viene de la edad temprana por una tramitación correcta). 
 
 

¿Cuáles son los factores desfavorables para el efecto del análisis? 
 

La prolongación de la duración del análisis hasta lo inconcluible se debe a: 
 

1)  Intensidad constitucional de las pulsiones.

2) Alteración perjudicial del Yo. 
 

1) Intensidad constitucional de las pulsiones: mediante la terapia analítica ¿Es posible tramitar de manera duradera y definitiva un conflicto pulsional en el Yo?  La “tramitación” duradera de la exigencia pulsional se refiere al dominio de la pulsión:  
 

-  Que la pulsión sea admitida en su totalidad dentro de la armonía del Yo.

-  Asequible a toda clase de influjos por otras aspiraciones que hay en el interior del Yo.

-  Ya no sigue su camino propio hacia la satisfacción. 
 

La posibilidad de tramitar de manera duradera y definitiva un conflicto de la Pulsión con el Yo,  dependerá de la intensidad pulsional.

Para comprender el conflicto pulsional se deberá tener en cuenta la relación entre robustez de la Pulsión y robustez del Yo.  Si ésta última se rebaja emergerán nuevamente todas las pulsiones que fueron dominadas.

El análisis hace que el Yo maduro y fortalecido emprenda una revisión de las antiguas Represiones.  Esta sería la operación genuina de la terapia analítica.

Para explicar su inconsistencia,  Freud argumenta que no se ha alcanzado en toda su extensión,  el propósito de sustituir las Represiones por unos dominios confiables y acordes al Yo.  La transmudación sólo se consigue parcialmente y sectores del mecanismo antiguo permanecen intocados por el trabajo analítico. 
 

El hecho de que el análisis asegure el gobierno sobre lo pulsional es posible solo en teoría.  En la práctica,  el factor cuantitativo de la intensidad pulsional pone un límite a la tarea analítica. 
 

Durante el tratamiento de un conflicto pulsional,  ¿uno puede proteger al paciente de conflictos futuros?

No.  Si un conflicto pulsional no es actual es imposible influir sobre él mediante el análisis.

El Psicoanálisis busca agudizar un conflicto actual y llevarlo a su plasmación más neta para elevar la fuerza pulsional que habrá de solucionarlo.  Un tratamiento profiláctico supondría convocar un padecer nuevo,  pero el analista está facultado para efectuar estas intervenciones.  Crear un conflicto fresco no haría mas que prolongar y dificultar el trabajo analítico.  En estados de crisis el análisis es casi inutilizable.

El despertar tales conflictos en la respuesta del analizado hablando de ellos y familiarizándolo con su posibilidad no trae el resultado esperado.  Uno aumenta el saber del paciente sin alterar nada en él. 
 

2)  Alteración perjudicial del Yo: ¿Las modalidades y los grados de alteración del Yo son originarios o adquiridos?  Si se los ha adquirido fue en el curso de las primeras etapas de la vida:  Desde el comienzo el Yo debe cumplir con su tarea de mediar entre su Ello y el mundo exterior al servicio del Principio de Placer.  Durante esta lucha,  el Yo se vale de distintos procedimientos,  a éstos se los llama “Mecanismos de Defensa”. 
 

Los Mecanismos de Defensa sirven al propósito de apartar peligros.  Durante el desarrollo,  el Yo no puede renunciar completamente a ellos,  además ellos mismos pueden convertirse en peligros.  Cada persona emplea cierta selección de ellos,  pero estos se fijan en el interior del Yo,  devienen unos modos regulares de reacción de carácter,  que durante toda la vida se repiten tan pronto como retorna una situación parecida a la originaria. 
 

¿Cómo influyen sobre los empeños terapéuticos?

El analizado repite tales modos de reacción aún durante el trabajo analítico.  Los Mecanismos de Defensa,  frente a antiguos peligros,  retornan en la cura como Resistencias al reestablecimiento.  La cura es tratada por el Yo como un peligro nuevo.  Los Mecanismos de Defensa son Resistencias no sólo contra el hacer conciente el contenido del Ello,  sino también contra el análisis en general.

Al efecto que en el interior del Yo tiene el defenderse se lo designa Alteración del Yo. 
 

Sin embargo,  no se puede rechazar la existencia de diversidades originarias,  congénitas del Yo.  Se han hallado Resistencias que parecen depender de constelaciones fundamentales dentro del aparato psíquico.

-  Personas que tienen una particular viscosidad de la libido,  es decir,  no pueden desasirse de investiduras libidinales de un objeto y desplazarla a otro objeto nuevo

-  Uno puede toparse también con el caso contrario.  La libido aparece dotada de una especial movilidad.  Entra con rapidez en las investiduras nuevas,  propuestas por el análisis,  y resigna a cambio las anteriores..  Los resultados en este grupo son muy lábiles.

-  Agotamiento de la plasticidad,  de la capacidad para variar y para seguir desarrollándose.

-  La Reacción Terapéutica Negativa (RTN) y la Conciencia de Culpa ponen en evidencia la presencia,  en la vida anímica,  de la pulsión de agresión,  de destrucción,  de muerte,  que es una parte constitucional del aparato anímico. 
 

Ferenzi consideraba que el análisis no es un proceso sin término,  sino que puede ser llevado a un cierre natural,  si el analista tiene la paciencia y pericia debida.  Sostenía que era decisivo para el éxito,  que el analista haya aprendido bastante de sus propios errores y cobrado imperio sobre los puntos débiles de su personalidad.

Para Freud,  no sólo la complejidad yoica,  sino también las peculiaridades del analista influyen sobre la cura analítica y la dificultan tal como lo hacen las Resistencias.

Para Freud,  la terminación de un análisis es un asunto práctico: el análisis debe crear las condiciones psíquicas más favorables para las funciones del Yo.  Con ello quedaría tramitada la tarea. 
 

En todo análisis hay dos temas que se destacan y dan guerra al analista.  Los dos temas están ligados a la diferencia entre los sexos: 
 

-  La envidia del pene en la mujer

-  La revuelta contra la actitud pasiva o femenina en el hombre. 
 

En el varón,  la masculinidad aparece desde el comienzo mismo y es acorde con el Yo;  la actitud pasiva,  puesto que presupone la castración,  es enérgicamente reprimida.

También en la mujer el querer alcanzar la masculinidad es acorde con el Yo en cierta época,  a saber,  en la fase fálica (antes del desarrollo hacia la feminidad).  Luego del insaciable deseo del pene,  devendrán el deseo del hijo varón,  portador del pene.  Hallaremos que el deseo de masculinidad se ha conservado en lo Inconsciente y despliega desde la represión sus efectos perturbadores. 
 

Ferenzi planteaba que sólo un análisis era exitoso si se lograba dominar esos dos complejos.  Freud,  en cambio,  sostenía que es difícil decir si se ha logrado dominar estos factores y cuando se lo ha logrado.  El analista debe consolarse con la seguridad de haber ofrecido al analizado toda la incitación posible para reexaminar y rever su actitud frente al complejo.  Deseo del pene y protesta masculina,  llegada a la roca de base y término de la actividad analítica. 
 
 

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KORMAN: 
 

La operación analítica produce la metamorfosis de la neurosis inicial que conduce a la neurosis de salida: al “Temple Analítico”.  Korman propone este nombre para caracterizar a la neurosis de fin de análisis. 
 

La expresión “Neurosis al Temple Analítico” propone nominar un estado peculiar de la psiquis que surge como producto de una tarea psicoanalítica efectiva.

El fin de análisis sigue siendo una neurosis,  aunque ahora analizada.  Neuróticos no dejamos ser nunca.

Korman elige una serie de ítems para dar cuenta de lo que acontece en el período medio del análisis y que permite vislumbrar las transformaciones subjetivas que van aconteciendo,  y que hacen posible la neurosis de salida.  Ellos son: 
 

1)  Síntomas:

Suelen ser los determinantes iniciales de la demanda inicial y, aunque se trabaje sobre ellos hasta en las últimas sesiones,  en los períodos finales del análisis al analizante se le impone la tarea de hacer algo con los síntomas que persisten.  El humor y la ironía suelen ser de ayuda para esto.  No es poca cosa que el analizante se descubra viviendo mejor al haber cambiado unos síntomas insufribles por otros más tolerables. 
 
 

2)  Fantasma:

Lo que genera una modificación psíquica en el analizante no sólo es el conocimiento del argumento básico del fantasma,  a ello se debe agregar un cambio en la posición subjetiva en el fantasma,  un mayor libre juego en la escena fantasmática.  Uno de los efectos del análisis sería un relajamiento de la fijeza del fantasma.  El analizante puede dejar de estar capturado,  sometido y obligado a actuar por el fantasma,  siempre de la misma manera. 
 
 

3)  El trabajo en torno a las identificaciones:

Los efectos del análisis sobre la trama identificatoria consiste en una reorganización de la misma como producto del desprendimiento de los aspectos alienantes de algunas identificaciones y de haber logrado establecer nuevas relaciones intrapsíquicas con los rasgos y detalles de los objetos hechos propios.

No hay renacimiento del sujeto,  sino una recomposición del mosaico identificatorio.  Korman se refiere a la clínica de las identificaciones sintetizando la tarea sobre la misma por medio de un neologismo: “Siniestrar”.

Siniestrar es hacer que lo propio comience a devenir extraño.

Les identificaciones narcisísticas se caracterizan por la soldadura del Yo al objeto de identificación.  La operación analítica hace posible la separación de este objeto incorporado con el que se sostenía ese vínculo narcisista.  Esta labor suele tener efectos desalienantes,  se va creando un espacio para nuevas ópticas,  se va armando otro andamiaje simbólico que da al sujeto una consistencia distinta.  Se elabora,  se escribe una historia con elementos que recién ahora empiezan a surgir. 
 
 
 
 

4)  El Ideal de Yo y el tener proyectos:

Aproximándose al fin de análisis parte de la energía robada por la neurosis de transferencia comienza a estar más disponible para empresas y proyectos personalesSe está elaborando silenciosamente el duelo del fin de análisis.  Lo esencial de todo trabajo de duelo (el retiro de catexias para dedicarlas a otros objetos) ya está en marcha. 
 
 

5)  Transformación de las instancias narcisistas en el registro de la castración:

La idealización es un proceso subjetivo que produce una sobrevaloración del objeto.  Sostiene a otro omnipotente,  todopoderoso,  no castrado.  Reconocer al Otro sería aceptar la propia castración,  sería dejar de buscar culpables externos.  No se trata de una abolición de los ideales,  sino de un pasaje de ellos por el registro de la castración.  Estos movimientos implican duelos importantes,  ídolos caídos,  incluido el analista.

Dos aspectos polares marcan el pasaje del narcisismo por la castración simbólica,  son:  el humor (reírse de uno mismo y de los demás,  dejar que los demás se rían de uno mismo) y la muerte (el tener conciencia de la muerte nos aporta una nueva visión de la vida,  la modifica,  la amplía). 
 
 

6)  Sublimación:

En los períodos de terminación del tratamiento se produce un aumento de la capacidad de sublimar. 
 
 

7)  Superyó:

Las relaciones imaginarias del Superyó (esas figuras severas,  persecutorias y cargadas de autoridad) van adquiriendo rostros más benévolos,  más permisivos.  Se abre la posibilidad de actuar sin tanta necesidad de aprobación ajena.  La culpa cede y puede ser reemplazada por la responsabilización de los actos. 
 
 

8)  Relación con el tiempo:

El pasado resignificado se aligera y pierde su carácter de pesada carga.  Puede entonces pasar de la Represión al olvido.  Simultáneamente la dimensión del futuro queda abierta.  Se percibe la diferencia entre luchas contra el tiempo y dejarse llevar por él,  acompañándolo.  Se rompe en parte el querer dominarlo.  Suele haber una mejor relación del sujeto con la soledad. 
 
 

En el pasaje de a Neurosis de Transferencia a la fase de finalización,  se da una disminución en el analizante de su necesidad de venir y hacerse escuchar en sesión,  cosa que va asociada al reconocimiento de l falta en el propio analista.  Se produce lo que Korman denomina “Centrifugaciones de la Transferencia”,  el círculo de interés y de investimentos libidinales del analizante se ha ido alejando del analista.  Esta modificación cuanti y cualitativa de la Transferencia es un elemento fundamental para la confirmación del Temple Analítico. 
 
 

Elementos del Temple Analítico: 
 

Relación del sujeto con la asociación libre:

Ante la emergencia de un material que retorna de lo reprimido,  el anlizante puede reconocerlo como algo propio y establecer otro tipo de vínculo con lo inconsciente. 
 

Capacidad para la acción:

Actitud más resuelta en actuar,  se produce el desvanecimiento de la duda,  las vacilaciones e inhibiciones.  Hay mayor capacidad de decisión. 
 

Talento para vivir:

Capacidad para precisar las actitudes,  personas o cosas acordes al talento y saber luchas para conseguirlas. 
 

Me duele la vida/ me gusta la vida:

El dolor de vivir se hace más soportable.  El sufrimiento no desaparece pero es más tolerable. 
 
 

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NASIO: 
 

La cura reproduce la enfermedad que debe tratar.  Así el análisis constituye una Neurosis artificial que el analizado y el analista deberán resolver juntos.  En un momento avanzado de la cura,  el paciente se encuentra ante la alternativa de aceptar o negarse a atravesar la prueba de angustia de castración.

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Es una prueba final,  no porque se produzca en las últimas sesiones de la cura,  sino porque lo que está en juego es tan crucial que el desenlace de esta prueba decidirá el fin del análisis y la curación del sujeto. 
 

Hay dos clases de separaciones: 
 

1)  Una vinculada al acontecimiento y fechable,  es decir,  la separación de la última sesión.

2)  Otra Inconsciente que nace en pleno análisis,  se elabora lentamente y se despliega más allá de la cura. 
 

La forma en que el analizado se despedirá de su análisis y de su analista dependerá del atravesamiento por la prueba de angustia,  que hace posible el trabajo de autoseparación.  Si el atravesamiento no fue exitoso,  el tratamiento se interrumpe o se atasca. 
 

Una vez atravesada la prueba (Lacan la llama “atravesamiento del fantasma”,  “cruce del plano de identificaciones”:

-  Se podrá realizar la autoseparación

-  Se resolverá la Neurosis de Transferencia

-  Se deriva hacia el fin concreto de la situación analítica 
 

El neurótico ante la angustia del fantasma Inconsciente de castración,  ante esto insoportable crea un síntoma,  proponiéndose escapar a la castración,  deviene él mismo objeto imaginario que le falta al Otro.

De lo que se trata en la cura es de volver al punto de partida,  es decir,  al punto de origen fantasmático de la neurosis y de reproducir en el seno de la cura,  la misma situación de peligro que en lo Inconsciente provoca la angustia.  Se trata de crear la angustia para resolverla.

El tratamiento psicoanalítico es entendido por Nasio como la reactualización del fantasma de castración por medio de la transferencia.  Los síntomas no son una buena solución a la angustia,  por lo tanto se intenta hallar una salida mejor que el sufrimiento neurótico.

En el tratamiento analítico,  el analista debe conducir al paciente a un estado de angustia y para ello encarna 3 máscaras,  3 ficciones peligrosas que suscitan angustia. 
 

1)  El Otro castrado:

Es una figura amenazadora y de horror que se produce cuando el niño descubre la imagen del cuerpo desnudo,  castrado de la madre.  Esta falta significa que yo también corro el riesgo de sufrir algún día la mutilación.  El Otro Castrado significa para el neurótico,  no sólo una amenaza que espanta,  sino también una llamada que seduce y tranquiliza.  El fantasma de castración es angustiante pero es la garantía que protege al niño fálico del peligro absoluto: el de experimentar un goce sin límites. 
 

2)  El Otro de la Ley:

Es una de las versiones paternas del Otro.  Su función es prohibir y castigar severamente el deseo incestuoso.  Está representado por una voz que hace restallar la Ley de prohibición del incesto,  es la figura principal en el origen de la Neurosis Obsesiva. 
 
 
 

3)  El Otro del Deseo Perverso:

Es una figura eminentemente paterna,  la de un padre gozador y que goza de todas las mujeres,  un padre capaz de abusar de mi,  violarme y gozar de mi sufrimiento. 
 

¿Cuál debe ser la acción del analista?

Debe acompañar al analizado al umbral de la prueba de angustia y favorecer su cruce.  El psicoanalista debe cambiar de lugar,  dejar caer sus máscaras del Otro de la Castración,  dar un paso al costado y así instituirse como un testigo simbólico de una prueba que el sujeto puede cumplir ahora solo.  La acción del analista se sitúa en el momento en que el paciente vacila en dar el paso decisivo que le haría abandonar la piel del niño fálico y lo introduciría por fin en la fase terminal de la cura.  
 
 

¿Qué sucede una vez atravesada la prueba de angustia?

Atravesamos la angustia cuando una palabra,  un acontecimiento,  un gesto o un silencio me ha hecho comprender que podría aceptar la pérdida,  porque lo que se juega nunca es todo,  sino una parte que estará perdida siempre. 
 

1)  El duelo de un análisis terminado no es el duelo por el analista,  sino el duelo de una ficción y de una angustia.

2)  ¿De qué pérdida se trata?  De la pérdida de una ilusión,  la ilusión de un todo y del monstruo amenazador que me hace sufrir.  Comprender que nunca expongo todo,  que el riesgo es parcial y la pérdida inevitable (antes del atravesamiento por la prueba,  el sujeto cree arriesgar no sólo su falo,  sino el aniquilamiento de todo su ser).

3)  Lo que señala la entrada de la cura en su fase terminal es el cese del paciente de la demanda de amor al Otro.

4)  El fin de la cura no el levantamiento de los síntomas,  el analista debe prestar atención a los cambios de posición subjetiva en el analizado. 
 
 

¿Qué consecuencias resultarán para la vida del analizado el haber atravesado la prueba de angustia?

-  La aparición del dolor de duelo

-  El surgimiento del Sujeto del Inconsciente

-  El cambio en la percepción de su identidad sexual por parte del sujeto. 
 
 
 
 
 
 
 

 
ANGUSTIA

(antes del atravesamiento)

DOLOR DE DUELO
 
La angustia surge ante la amenaza de perderlo todo
 
El dolor aparece tras la pérdida de una ficción:  Este dolor no se debe a una pérdida sino al hecho de reencontrar la ficción perdida sabiéndola irremediablemente perdida
 
Inasimilable
 
Asimilable
 
La angustia se convierte en sufrimiento
 
El dolor no se convierte
 
Una vez convertido,  petrifica al cuerpo y confirma al sujeto en un narcisismo
 
El dolor agudiza la percepción endopsíquica,  hace percibir la verdad y conduce a una tristeza serena.