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Clínica de adultos |
Trabajo Práctico de Transferencia Analista |
Cátedra: Tausk | Prof.: Blutrach y Sommer |
1º Cuat. 2008 |
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Transferencia Analista
En el trabajo aquí presente propondré una posible articulación entre: teoría
psicoanalítica y material clínico; teniendo como temas relevantes y principales
la transferencia y la figura del analista.
Si se me permite quisiera acercarles a ustedes el interrogante que me llevo a la
elección de este tema: ¿El concepto de transferencia y el de la figura del
analista son sinónimos? Antes de que comiencen con sus razonables refutaciones,
les pido que reflexionemos un minuto en las siguientes “Coincidencias”.
Parafraseando a Freud podemos decir que la transferencia, en el análisis, nos
sale al paso como la mas fuerte resistencia (entendida como todo aquello que
destruye, suspende, altera, el progreso de la elaboración analítica), pero es en
ese mismo campo, el de los fenómenos transferenciales, donde se obtendrá la
victoria de sanar la neurosis.
En síntesis la transferencia obstaculiza, pero a su vez posibilita el camino de
la cura.
Creo que no se me podría objetar que algo parecido, por no decir igual, pasa con
la figura del analista. Pensemos en esas experiencias que Freud nos relata que:
cuando las asociaciones libres del paciente se ven denegadas, es porque están
bajo el imperio de ocurrencias que involucran al analista o a algo que le
pertenece. Pero ahí el medico debe esclarecer ese acto, y así las ocurrencias no
se denegarían sino que a lo sumo se silenciarían.
Aquí, casi al modo de una repetición, vemos que también la figura del analista
se torna obstáculo y, a la vez a través de las interpretaciones, favorecedor de
la cura.
Pero podemos sospechar que el problema no se agota ahí. ¿Por qué habría de tener
la teoría psicoanalítica dos conceptos que remitan a lo mismo?, ¿No será que son
dos conceptos interconectados para un fin mayor, como lo es la cura, y que por
eso se me dificulta tratarlos como entidades independientes?
Como diría Lacan es preciso ubicarse en un sitio desde el cual las cosas se
ordenen; y para comprender acabadamente todo esto, empezamos por delimitar
nuestra labor. Freud en “Nuevos caminos de la terapia psicoanalítica” nos dice:
“Acotamos nuestra tarea terapéutica por medio de estos dos contenidos: hacer
conciente lo reprimido y poner en descubierto las resistencias.” Vemos en esta
afirmación que el analista es parte constitutiva de la experiencia analítica, y
como ya dijimos la más fuerte resistencia es la transferencia. Resumiendo… ambos
conceptos son pilares en el obrar analítico, por ende acompañan el camino a la
cura.
Lo que sería un grave error es tomar la transferencia a “secas”. Es necesario,
para comprender su dualidad, que separemos a la transferencia positiva
(sentimientos amistosos y eróticos) de la transferencia negativa (Sentimientos
hostiles). Y debemos saber que ésta sólo resultará funcional a la resistencia
cuando la transferencia negativa, o al positiva de emociones eróticas
reprimidas, recaigan sobre la figura del analista.
Aquí el analista es como un objeto que el paciente tiene a mano para transferir
deseos inconcientes y así el individuo puede actualizar algo de lo prohibido
dentro de la escena analítica. Podemos sostener que el analista es un objeto más
dentro de las series psíquicas del sujeto. Se forma un síntoma nuevo sobre el
analista. Ahí se produce el pasaje de la neurosis, a la neurosis de
transferencia. El paciente se relaciona con el analista al igual que con sus
objetos de la infancia. Pareciera que los pacientes para recordar, deben actuar
o repetir en transferencia. Pero esa transferencia hay que interpretarla para
que deje de ser obstáculo de la cura, y pase a ser motor de la misma.
Hasta aquí pudimos esbozar el carácter ambivalente de la transferencia y la
tarea del analista ante esta situación. Y como dice Korman: “como la
transferencia misma, el analista es bifronte: condición de posibilidad y
obstáculo de la cura”.
Para comprender aún más sus funcionamientos, y poder constatar la dificultad de
disociar por completo a estos dos conceptos, articularemos la teoría
psicoanalítica con un ejemplo de la clínica. Debe tenerse en cuenta que el
objetivo aquí no es analizar a la paciente sino utilizar el historial para
ejemplificar y articular lo referido a la teoría.
He tomado el caso propuesto por Aureli Gracia en “testimonios de la clínica”.
Empezaré con un breve resumen del caso para luego intentar pesquisar dichos
conceptos teóricos como cierre del trabajo.
La paciente llega al análisis con la siguiente frase: “no puedo sostener mas
esta vida, hay algo que no puedo aguantar mas”. Korman al respecto nos dice algo
muy enriquecedor y que compete al tema que estamos tratando. El autor viene
haciendo referencia al dolor psíquico cuando nos ofrece la siguiente reflexión:
“No haré apología del dolor, pero creo que el sufrimiento tiene que llegar a un
punto tal, que de él mismo nazca ese acicate, esa fuerza que se oponga a aquella
otra que encadena a las repeticiones.” No olvidemos que hay repetición en la
transferencia pero la transferencia no se reduce a la repetición, ya que hay
posibilidad de creación, de lo nuevo.
A mi entender la repetición en la transferencia se logra vislumbrar, por
ejemplo, en los siguientes relatos/actos de la paciente:
1º Hay una ausencia del marido, ya que por cuestiones laborales se ausenta dos
semanas al mes.
2º También acusa que hay ausencia del marido cuando esta en su país natal, ya
que este trabaja muchas horas por día, y cuando llega al hogar se queda pegado
hasta altas horas de la noche al televisor.
3º Parece estar destinada a la ausencia, ya que un primer marido que era
corredor de motos, luego de casarse la abandonó.
4º La ausencia de un padre que falleció al quedar pegado a una estufa eléctrica.
5º La ausencia de su reacción cuando vio al padre electrocutado.
6º Y si se me permite una elaboración propia diría: Unos perros que están
pegados y son pegados por unos niños.
A no olvidar, antes de continuar, que un buen método analítico, como sostiene
Lacan, es poder encontrar una misma relación, un mismo esquema, una misma
conexión que esté presente en las formas vividas, en los comportamientos y
obviamente en el interior de la relación analítica.
Si venimos sosteniendo, en nuestras afirmaciones anteriores, que a la
transferencia hay que interpretarla para que sea motor de la cura; el analista
debiera intervenir para que surja lo nuevo de esta repetición. Veamos un ejemplo
en el historial clínico: la paciente luego de un relato en donde se queja de la
relación con su marido culmina diciendo: “(…) le aseguro que hubiera sido capaz
de pegarle” a lo que Aureli Gracia responde ¿Pegarle o despegarle? La
intervención tuvo efecto y llevo a al construcción de un fantasma por parte de
la paciente de tener, ella misma, un amante.
A los pocos meses de terapia le surge la idea de ir con su marido en sus viajes
de negocio. En ese primer viaje encuentra una caja de preservativos que la lleva
a un segundo fantasma: su marido tiene una amante. Y para poder saber sobre esta
mujer viajara con sus marido dos semanas al mes. Aureli Gracia plantea que lo
que aquí esta ocurriendo es una transferencia del acting. Recordemos que el
paciente no debe actuar fuera de la terapia y es preferible que recuerde y no
que actúe. Y lo que estaba haciendo era poner al analista en el mismo lugar que
ocupaba ella, era ahora su analista el que era abandonado por ella. Aquí podemos
ver como el medico ocupa el lugar de objeto dentro de la serie psíquica del
paciente
Ahí esta el beneficio de la transferencia que el analista pueda ser tomado por
otro mediante una falsa conexión; el paciente ahí escenifica ante nosotros un
fragmento de su historia, que probablemente de otra manera no nos hubiese
informado Como dice Lacan transferencia es decir la actualización de la persona
del analistas.
Nuevamente ante esta repetición el analista intervino para poder construir algo
nuevo. La intervención fue mas o menos así: vos te vas de viaje para ver una
escena y me parece que hay otra escena que no querés ver, así que no vamos a
perder las sesiones sino que vamos a recuperarlas. A las sesiones siguientes
surgieron dos datos muy importantes: el relato de los perros; y el hecho de que
ya no necesitó actuar (viajar con el todos los meses para controlarlo), sino que
puedo hablar con su marido y esclarecer el hecho de la caja de preservativos.
Algo que no quiero dejar de comentar es el hecho de que la paciente después de
muchos mese de hacer diván, al fin cuenta habló de lo que había pasado con su
padre. Luego de este relato se despertó la fantasía de tener un amante, el
acting de irse de viaje y “abandonar” al analista. Lo que me hizo recordar
aquello que sostenía Freud cuando decía que cuando nos aproximamos al complejo
patógeno este es defendido con la máxima tenacidad, y podemos decir que esos son
aspectos negativos de la transferencia.
Volviendo al historial clínico y para ir dando un cierre al tema que hoy nos
convoca, podemos decir que en el ámbito de los fenómenos transferenciales, la
paciente pudo, luego de constantes repeticiones, hacer surgir lo nuevo, puedo
cambiar significativamente la relación con su marido, su vida laboral, por ende
su entorno social, y algo muy importante, como dice Aureli Gracia. pudo hacer
sus maletas analíticas, y así hacer caer el objeto y el falo dando lugar a la
disolución de la transferencia al termino del análisis. Y si se me permite
posemos decir que se despego de su analista luego de semejante cambio
subjetivo..
Antes de aproximarnos a las conclusiones finales no quiero dejar de marcar algo
que a mi entender si lo leemos entre líneas define a la transferencia: Freud en
“Esquema del psicoanálisis” afirma: “el médico analista y el yo debilitado del
enfermo, apuntalados en el mundo exterior objetivo [real], deben formar un bando
contra los enemigos, las exigencias del ello y las exigencias moral del superyo.”
Pero si a esos enemigos del ello los llamaríamos transferencia eróticas, y a los
enemigos del superyo transferencia hostil ¿A caso ese “bando” que conforman el
yo del paciente y el analista no sería la transferencia? ¿Por ende el camino a
la cura?. Para mi todavía sigue siendo un acertijo sin respuesta
Pero hasta aquí hemos visto a la transferencia como lo referente a lo que al
paciente le ocurre con el analista, pero la transferencia involucra a ambos, no
solo va del paciente al analista sino también del analista al paciente. Pero la
contratransferencia será motivo de otro trabajo seguramente, ya que es un
concepto tan rico y tan “oscuro” a la vez que se merece un trato particular.
No puedo menos que sospechar que los conceptos aquí tratados tienen la
característica principal de la pulsión: ser una mezcla entre Eros y Tánatos, y
así como hay que evitar que la pulsión se tire imperiosa a su fin (la descarga
completa), logrando que tenga un mayor recorrido a través de los objetos,
pareciera que con la transferencia, en análisis, pasa algo parecido, evitar la
repetición en acting y dar lugar a la palabra, a lo nuevo, al sujeto.
Claro que nos hemos metido en un tema de grandeza en su riqueza y
aun mas es su dificultad. Y terminamos con mas interrogantes de los que
empezamos. La comprensión de la transferencia parecería ser una cebolla de
muchas capas.
Aquella pregunta del inicio “¿El concepto de transferencia y el de la figura del
analista son sinónimos?” como bien lo dijimos hace un par de líneas atrás solo
sirvió como disparador de tema, ya que en este pequeño recorrido que hemos hecho
pudimos vislumbrar la complejidad y la diversidad de estos dos conceptos, a
saber: la transferencia y la figura del analista. Y es mas me atrevería a decir
que son tan complejos como la mismísima psique humana.
Bibliografía:
Freud, Sigmund: “Puntualizaciones sobre el amor de Transferencia” Vol XII
Amorrortu, Buenos Aires.
Freud, Sigmund: “Sobre la dinámica de la Transferencia” Vol XII Amorrortu,
Buenos Aires.
Lacan, Jacques: Seminario I. "Los escritos técnicos de Freud". Cap. 1 a 4,
Paidos, Buenos Aires, 1983.
Freud, Sigmund: “Nuevos caminos de la terapia psicoanalítica”. Vol. XVII, 1919
Amorrortu, Buenos Aires.
Korman, Víctor: “Transferencia, cura psicoanalítica e inconsciente.
Transferencias cruzadas” en “El oficio de analista”. Paidós, Bs. As. , 1996.
Freud, Sigmund: “La tarea práctica” Parte II, Cap. VI “en Esquemas del
psicoanálisis”. Vol XXIII Amorrortu, Buenos Aires.
Gracia, Aurelí: en “Testimonios de la Clínica Psicoanalítica”. Edic. JVE 2001