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Resumen para el Práctico  |  Teoría y Técnica de Grupos (Cátedra: Fernández - 2019)  |  Psicología  |  UBA
Clase 2. Práctico.

 

Texto: La dinámica de los grupos pequeños – Anzieu

 

El psicoanálisis aplicado a la acción en grupos fue, primeramente, obra de los padres, de los maestros, de los ingenieros que, después de haber recibido una formación psicoanalítica, extrajeron sus consecuencias para la educación de los hijos, la vida de una clase o la organización de una colectividad. La primera realización fue la de Aichorn, pedagogo, había protestado contra la introducción del reglamento militar en la enseñanza austríaca y decidió organizar una casa de reeducación para muchachos en Oberhollabruner. Después de haber ensayado en vano distintos métodos, encontró en el psicoanálisis el hilo conductor de una acción reformadora en los jóvenes delincuentes. Para él, no hay otro modo de reeducación que el manejo de la transferencia, y los resultados satisfactorios obtenidos por educadores no psicoanalistas son tales, a causa de una utilización hábil, aunque inconsciente, de aquella. En los sujetos en los que predominan los factores neuróticos, o en los que el superyó es severo, la transferencia es en general espontánea pero negativa. Es necesario hacerla positiva lo antes posible y Airchhorn enumera algunas reglas con este propósito: no repetir la actitud de los padres, que ha provocado las reacciones negativas; aliviar la culpabilidad del niño; no adoptar nunca la actitud que el niño espera de usted; hablarle de lo que le interesa, no de lo que ha cometido, etcétera. En segundo lugar, en los jóvenes delincuentes asociales y narcicistas, que Aichhorn diferencia intuitivamente de los precedentes, la transferencia generalmente no existe y la primera condición es entonces provocarla. La actitud psicoanalítica estricta ya no es suficiente; los educadores deben prepara el medio propicio para que la transferencia se produzca por sí misma. El éxito de Aichhorn consistió en trasladar la experiencia psicoanalítica individual a la organización de una escuela de readaptación. Los principios directores de este tratamiento por el medio son los siguientes: proscribir los castigos corporales y en consecuencia, eliminar los casos patológicos que exigente en el empleo de la fuerza; separar los niños en grupos lo más pequeños posibles, que reúnan sujetos con el mismo tipo de dificultades; darles permiso para entrar y salir, ya que no tienen posibilidad de dominar sus instintos; demostrarles interés y afecto; ganar su confianza mediante una mesa bien provista y una atmósfera optimista; encontrar para cada uno la ocupación que le conviene; resolver los conflictos haciendo que el niño, mediante la conversación, descubra sus emociones. Una de las experiencias memorables de Aichhorn fue el establecimiento de la transferencia en el “grupo agresivo”, constituido por niños rechazados por todos los otros grupos; se los dejó pelear y romperlo todo, sin ninguna intervención represora de los educadores y sin castigarlos, lo que les provocó una frustración intolerable y los hizo salir de su indiferencia afectiva; experimentaron su primera emoción colectiva: una decepción plena de ira por no haber llamado la atención de los adultos. Los educadores volvían al caso precedente, el de un grupo de transferencia negativa, la cual debía transformarse entonces en transferencia positiva. Pero el odio finalmente experimentado por esos delincuentes “desafectivos” aparecía claramente como el reverso de un amor del que habrían carecido.

La concepción cuáquera del grupo democrático, fermento de valores morales y espirituales, agente del cambio individual y del cambio social, es el origen de la ideología que acompaña en los Estados Unidos al nacimiento de la dinámica de grupos. 

La delincuencia juvenil. Los individuos antisociales son generalmente más peligrosos en grupo que individualmente. El gang es un grupo primario, despliega todos los tipos de comportamiento de cuerpo, inclusive la deliberación y el establecimiento de planes con la mayor sangre fría. Además puede desarrollar una tradición elaborada, casi una cultura particular, y en ese sentido es como una sociedad en miniatura. Trasher observa que el gang de menos de veinte miembros está sometido a dos tendencias opuestas: dividirse en subgrupos o pandillas, que son embriones de nuevos gangs; o confederarse alrededor de un gang dominante. El jefe es el que tranquiliza al grupo con su presencia y le permite vencer su temor antes algunas acciones.

Los cambios frecuentes de jefe en los gangs, más que los castigos físicos, es la coacción ejercida por la opinión colectiva del grupo lo que mantiene la cohesión de éste y la fidelidad de sus miembros. El jefe es el foco central de la organización del grupo. Si está ausente, los miembros del gang se dispersan en varias fracciones pequeñas. No hay actividad común ni conversación general.

La sociometría. En 1930, en el curso de una encuesta realizada en una institución de adolescentes delincuentes, Moreno verifica y ajusta la técnica sociométrica. Los seres humanos están relacionados entre sí mediante tres relaciones posibles. Simpatía, antipatía e indiferencia. Las relaciones pueden medirse con la ayuda de un cuestionario en el que cada miembro de un grupo indica las personas del grupo a las que elige o a las que rechaza como compañeros. El escrutinio de las respuestas permite establecer una especie de radiografía de los lazos socio-afectivos dentro del grupo; el sociograma es su representación gráfica. La primera encuesta de Mayo en América, se refiere a la inestabilidad del personal en los talleres de hilandería de una fábrica de Filadelfia. Mayo ajusta y hace imponer por la dirección un sistema de pausas intercaladas de diez minutos, dos por la mañana y dos por la tarde, durantes las cuales los obreros pueden recostarse en literas. La tasa de rotación se estabiliza en 5-6 porciento por año; el ausentismo disminuye; la moral se mejora; el rendimiento sobrepasa la norma hasta un grado nunca alcanzado por este taller. La vigilancia prolongada de las tareas de tejido provoca la fatiga en el plano físico y, en el plano mental, el aburrimiento, la dispersión de la atención y ensoñaciones melancólicas; las pausas fueron eficaces al aportar a los obreros un escape físico y psíquico. El interés manifestado por la dirección hacia los obreros, al instituir las pausas a pesar del consejo de los capataces, y después la decisión de confiar a los mismos obreros la organización de las pausas, modificaron la psicología del obrero frente a su trabajo y respecto de sus camaradas; el sentimiento de responsabilidad en el primer caso, y el de solidaridad en el segundo, estaban despiertos. Esta acción transformó una horda de solitarios en un grupo social.

La moral elevada del equipo constituía para el taller grande una fuente de dinamismo ejemplar; a medida que las mejoras prácticas se extienden del test-room al taller grande, el rendimiento presenta allí una progresión análoga. El resultado más importante de la encuesta, para la psicología social, es la demostración de que el individuo no reacciona frente a las condiciones prácticas del medio por lo que ellas son, sino por la manera en que las siente y que esta manera depende en gran parte de las normas y del clima del grupo en el que trabaja o vive, y de su grado de pertenencia al mismo. La experiencia del test-room prosiguió después de junio de 1929, pero perdió su pureza experimental por la crisis económica que se expandió en los Estados Unidos; se ensayaron nuevas modificaciones en la duración del trabajo, porque la reducción de la actividad de la empresa así lo exigía. El test-room se cerró en febrero de 1933.

Las hipótesis desprendidas de las experiencias de los tests-room se confirman y precisan: el significado que asume el trabajo para el hombre depende de su historia personal, de sus experiencias pasadas y presentes en el seno de grupos dentro y fuera de la empresa. Los individuos que componen un taller de trabajo no son simplemente individuos; forman un grupo dentro del cual han desarrollado hábitos de relaciones entre sí, con los superiores, con el trabajo y con los reglamentos de la empresa. Los trabajadores constituyen espontáneamente entre sí grupos informales, que tienen vida y organización propias, y cuyo código implícito determina la actitud de los miembros hacia el trabajo. 

 

 

 

 

Clase 3. Práctico

 

Texto: Psicología de las masas y análisis del yo – Freud

 

El psicoanálisis conoce la identificación como la más temprana exteriorización de una ligazón afectiva con otra persona. Desempeña un papel en la prehistoria del complejo de Edipo. El varoncito toma al padre como su ideal. Esta conducta es masculina por excelencia. Contemporáneamente a esta identifcación con el padre, el varoncito emprende una cabal investidura de objeto con la madre. Muestra dos lazos psicológicamente diversos: con la madre una directa investidura sexual de objeto; con el padre, una identificación que lo toma por modelo. Ambos coexisten un tiempo sin influirse ni perturbarse entre sí. Pero la unificación de la vida anímica avanza sin cesar y ambos lazos confluyen, y es por esta confluencia que nace el complejo de Edipo normal. El pequeño nota que el padre le significa un estorbo junto a la madre, su identificación con él cobra entonces una tonalidad hostil, y pasa a ser idéntica al deseo de sustituir al padre también junto a la madre. Desde el comienzo mismo, la identificación es ambivalente; puede darse vuelta hacia la expresión de la ternura o hacia el deseo de eliminación. La identificación aspira a configurar el yo propio a semejanza del otro, tomado como “modelo”. La identificación reemplaza a la elección de objeto; la elección de objeto ha regresado hasta la identificación. La identificación es la forma primera, y la más originaria, del lazo afectivo. La empatía nace sólo de la identificación. La identificación es la forma más originaria de ligazón afectiva con un objeto; y además, puede nacer a raíz de cualquier comunidad que llegue a percibirse en una persona que no es objeto de las pulsiones sexuales. Mientras más significativa sea esa comunidad, tanto más exitosa podrá ser la identificación parcial y así corresponder al comienzo de una nueva ligazón. La ligazón recíproca entre los individuos de la masa tiene la naturaleza de una identificación (mediante una importante comunidad afectiva).

 

Clase 5. Práctico.

 

Texto: Contribuciones del psicodrama a la psicoterapia de grupos – Albizuri de García

 

Moreno se destacó por su interés en lo social, en los marginados y rompió con el movimiento médico de su época atacando los valores oficiales caducos, vacíos y falsos. El teatro de la espontaneidad y el teatro terapéutico son los antecesores del psicodrama como ciencia. La Sociometría es una ciencia de la acción. Tiene tres ramas: sociodrama, psicoterapia de grupo y el psicodrama.

 

La teoría del psicodrama

Los aportes más conocidos y medulares de la teoría de Moreno devienen de la nueva mirada que este autor fue capaz de dar a la improvisación dramática, retomando a partir de lo teatral espontáneo y del antiguo teatro griego, el concepto de catarsis. El término catarsis que significa purificación, es utilizado ya por Aristóteles en cuanto a los efectos del drama en el público, emociones que surgen de la participación activa (identificación) en la acción dramática. En el caso del psicodrama, si bien en público resuena con lo representado, es el protagonista, en primer lugar el que logra una catarsis pues representa su propio drama. Para que a través del drama representado se produzca un efecto catártico, tiene que existir verdadera espontaneidad y creatividad, dice Moreno, pues de lo contrario es una mera repetición que no aportará nada nuevo ni a los protagonistas ni al público. La catarsis se puede dar si se da que:

  1. El espectador al identificarse con lo representado y sus protagonistas tiene la posibilidad de expresarse a través de ellos resonando haciendo eco dese sus vivencias e historia.
  2. Mientras se desarrolla el drama, los protagonistas crean el mismo, lo cocrean con los demás, expresándose a través del tratamiento de la temática y de los juegos vinculares.
  3. La creación espontánea misma, que mediatiza el vínculo del hombre con el mundo. 

El teatro de la espontaneidad que Moreno va transformando en una herramienta terapéutica, el psicodrama, contiene ya en sí los puntos báscios de su teoría:

  1. El concepto de espontaneidad-creatividad: El juego en el niño es la mayor expresión de la espontaneidad creadora. El psicodrama posibilita la recuperación de dicha espontaneidad a través del juego dramático, del “como si” simbólico, donde se logra escapar al determinismo asfixiante de ciertas condiciones de la realidad; donde lo imaginario y lo real coexisten en la escena. La función del yo auxiliar, primeramente la madre, es desde el nacimiento imprescindible para que el niño pueda desarrollar la espontaneidad. En toda esta primera estapa los roles son psicosomáticos. La segunda etapa es la del reconocmiento del yo. El niño observa al otro (madre) como algo diferente de él. Integra las diferentes partes de su cuerpo en una unidad y es a partir de allí que se distingue. Es en la segunda etapa que aparecen los roles psicodramáticos. En una tercera etapa el niño reconoce al otro. Ya no sólo se vivencia separado del resto sino que también reconoces a los otros. Moreno hace una descripción de la evolución del mundo del niño.
  1. Matriz de identidad total. Primer universo: todo es uno
  2. Matriz de identidad total diferenciada. Segundo tiempo del primer universo: se diferencian las unidades pero tienen el mismo grado de realidad; los individuos, los objetos imaginarios y los reales.
  3. Matriz de la brecha entre fantasía y realidad: Comienzan a organizarse dos mundos, el de la realidad y el de la fantasía. Esto marca el comienzo del segundo universo.
  1. La teoría de los roles: para Moreno, el rol es el conjunto de posiciones imaginarias asumidas por el individuo durante su infancia, en la relación con los demás. Es el yo el que emerge de los roles. 
  2. La psicoterapia grupal: es un método para tratar concientemente las relaciones interpersonales y los problemas psíquicos de los individuos de un grupo. Todos en el gurpo son agentes terapéuticos y todo grupo lo puede ser con respecto a otro grupo. 

 

Método psicodramático: toma la representación dramática, la escena, como núcleo del abordaje y la exploración del ser humano y sus vínculos. En la escena el individuo puede representar sus conflictos pasados y presentes y también volcar sus temores, expectativas, proyectos y dudas sobre el futuro explorando sus relaciones con el presente y pasado. Este método cuenta con diferentes técnicas. Se distinguen en el desarrollo de la acción dramática tres momentos: 

  1. La primera fase llamada caldeamiento: es donde se prepara el clima del grupo. Sólo liberándose de ataduras de la realidad, el sujeto logrará el estado necesario para participar eficazmente de manera espontánea en la dramatización. En esta fase es muy imporante el rol del director dramático. 
  2. La segunda fase es la representación propiamente dicha, la escena dramática. Aquí cobran importancia los yo auxiliares.
  3. La tercera fase es el compartir. Es donde el grupo participa terapéuticamente. El grupo devuelve, comparte, sus sentimientos y vivencias todo lo que les fue sucediendo durante la escena, las resonancias que en ellos produjo. Se logra así una catarsis grupal que comienza con el protagonista y continúa con lo que sienten los demás y, todos juntos, durante los comentarios. 

Las diversas técnicas dramáticas que se utilizan durante la representación cumplen una función que corresponde a una etapa del desarrollo psíquico.

  1. A la primera etapa de indiferenciación del yo con el tú, corresponde la técnica del doble: Mediante esta técnica un yo-auxiliar desempeña el rol de protagonista, verbal y gestualmente complementa aquello que desde dicho desempeño entiende y siente que el protagonista no puede expresar completamente por ser estos desconocido u ocultado por inhibiciones. 
  2. A la segunda del reconocimiento del yo, la técnica del espejo: En esta técnica el protagonista sale de la escena y es público de la representación que un yo-auxiliar hace de él. Lo terapéutico está en que reconozca como propios comportamientos y aspectos que le son desconocidos y que importante para el esclarecimiento del conflicto.
  3. A la tercera etapa del reconocimiento del yo, la técnica de la inversión de roles: Con esta técnica se investiga en la escena el sentir de esos personajes del mundo del paciente. 

 

Moreno distingue para la escena psicodramática cinco elementos:

  1. Escenario
  2. Protagonista
  3. Director
  4. El yo-auxiliar
  5. El público

 

 

El contexto social es influencia en y está influido por la vida de los grupos. El ser humano desde su nacimiento forma parte de grupos. También comienza una lucha por pertenecer a grupos, ser aceptado, vincularse. Durante toda la vida nos movemos entre estos dos polos. Nuestra identidad individual y la necesidad de una identidad grupal; la necesidad de amor, de pertenencia. 

 

Texto: La multiplicación dramática – Kesselman y Pavlovsky

 

Introducción.

 

La multiplicación dramática es la encarnación en escenas rizomaticas inventadas a partir de una escena inicial. Es maquina de producción de subjetividad, dispositivo analizador y herramienta de movilización. Podríamos decir que la multiplicación dramática es el develamiento de la multiplicidad grupal, la cual se verá a través de la cantidad de versiones que un grupo da cuando multiplica. DELEUZE dice que lo que interpreta el actor no es un personaje, sino un tema. Tal vez la mejor definición de multiplicidad y devenir es “des-sujetizar”. Es por fuera de la representación, por fuera de la silueta del personaje, intentando desbloquear sus intensidades. Potenciando al máximo sus devenires, sus estados. En un grupo no hay ni parte ni todo porque el todo esta plegado en la parte y el todo no es nada más que el despliegue infinito de las partes. Cuando un protagonista en el psicodrama nos plantea un conflicto, lo que trae es su propia versión de su historia. Lo que nosotros hacemos desde el grupo es construir otros espacios tiempo a través de la multiplicidad de versiones de los integrantes del grupo. A esto definimos como MD. El grupo creando otros espacio-tiempos desterritorializa la historia a partir de una o varias líneas de fuga que escapan del contorno de la versión dramática inicial; incorporando otros sentidos, otras velocidades. Es allí donde se instala el acontecimiento. Lo verdaderamente transformador de un grupo de psicodrama es la posibilidad de la creación de pequeños acontecimientos que crean nuevos agenciamientos y nuevos espacios tiempos. Lo que los integrantes del grupo hacen es agenciarse de una parte de la escena original y acoplarla a una sensación-imagen a través de una forma dramática. La Multiplicación es caótica, imágenes que se ponen en movimiento a través de la MD en el grupo como retorno de sentido en forma de escenas imágenes, no es que esa multiplicación signifique algo. La multiplicación dramática es texto de goce. Rompe el sentido común de la comprensión. Es la caída del lenguaje. Las multiplicaciones más creativas no tratan de explicar nada, ni de interpretar nada. Solo hablan de devenires, de desbloqueos de intensidades, de líneas de fuga, de nuevos territorios.

La MD realiza siempre una desterritorializacion, rompe con la intimidad de la escena original y se despliega por otros territorios. Abre puertas, desbloquea intensidades. La interpretación solo tiende a paralizar el proceso de creación. Muchas veces las MD pueden funcionar como bloques de la infancia que se desbloquean. Estos despliegues producen muchas veces reactivaciones de deseos y nuevas maquinas deseantes. No es cuestión de recordar la infancia sino de permitir desplegar el bloque en toda su intensidad.


 
Capítulo I: “Sobre una escena personal”.

La multiplicación dramática es una nueva forma de pensar el dispositivo grupal, no es una técnica. Para que exista multiplicación dramática se necesitan: la escena de un protagonista y las improvisaciones que cada integrante del grupo realizará en forma de escena por el efecto de resonancia que en cada integrante produce la escena inicial. Cuando una de las integrantes se siente conmovida por la escena, provoca en el proceso dramático una retracción, esta escena no se expande sino que se repliega. Esto es la rostridad, aquello que captura toda la energía circulante y no la expande.

Proceso:

- Hay un primer relato de una experiencia personal. 

- Dramatización del relato de la experiencia en el grupo. Insight dramático sobre la escena.

- Al escribir sobre en insight dramático revivido y descubierto en la escena se abren nuevas perspectivas en la escritura. Es decir este estado creativo grupal de las multiplicaciones dramáticas sobre la escena.

- Cuando se lleva al grupo la escena hay un texto escrito. Cuando la escena se dramatiza en el grupo y cuando es atravesada por lo juegos grupales, el texto escrito se transforma en texto dramático.

 

1º Multiplicación dramática.

 

DELEUZE Y GUATTARI han sustituido la noción de máquina por la de inconsciente esquizoanalitico que apunta a utilizar la noción de inconsciente distinta a la de FREUD. Las máquinas deseantes se engendran unas a otras siempre con los principios de cultura comparativa. La máquina familiar es un agenciamiento permanente de cada generación masculina, agenciamiento que se produce por apropiación deseante, a otras ramas de máquinas productivas. La máquina tomada como proceso. Encierra la idea de continuidad, de líneas de desarrollo, rizoma. La multiplicación dramática en un nivel son líneas de desarrollo, rizomas, historias que se entrecruzan y que producen flujos y cortes. Una multiplicación de una escena original da origen a una multiplicación de otras multiplicaciones. No se puede pensar en términos de totalidad centralizadora cuando se multiplica.

Habría que ver como cada grupo se agencia de acuerdo con lo que desea, de acuerdo a la especificidad de su historia y al ICC social histórico que lo atraviesa. La noción de rizoma supera la transversalidad, porque el grupo como máquina no termina solamente siendo atravesado por inscripciones económicas, políticas, ideológicas, etc., sino generando cuestionamiento.

Las multiplicaciones no son siempre metáforas, remiten a otro tipo de significantes, imágenes que se ponen en movimiento a través de la multiplicación dramática en el grupo como retornos de sentido en forma de escenas de imágenes. No es que esa multiplicación signifique algo, retornan los múltiples sentidos en forma de imágenes, trozos de escenas. La forma de jugar, elaborar, no esta determinada por la situación edipica. 

 

Mitos y leyendas (laberintos): Sobre la escena de Tato y las multiplicaciones de los integrantes

 

Nuestro axioma es que lo íntimo no se devela indagando cada vez más “dentro del otro”, sino subjetiva y proyectivamente resonando con el otro. Ésta es la base de la Multiplicación Dramática. Lo ¿reprimido?, es decir, por lo menos lo que no aparece, lo oculto del productor de la escena, se revela con el agregado de los otros. Esto es la transindividualidad donde lo íntimo del otro revela lo íntimo de cada uno. Ésta es la concepción grupalista (lo grupal) de comportamiento humano y de nuestro concepto de profundidad en Psicología Dinámica.

 

Multiplicación Dramática: Goce Estético en el Arte de Curar.

 

La resistencia a multiplicar: Cuando la Multiplicación sobre lo personal de una escena traumática no culmina a su tiempo dando lugar a la próxima Multiplicación, es que se está dando una nueva forma de resistencia: la multiplicidad, que no es ya resistencia a dramatizar sino la resistencia a multiplicar. Parte de la resistencia a multiplicar nace de una elección inadecuada de la escena. Los mismos fenómenos que generan la transferencia son al mismo tiempo los que generan la resistencia, ya que como decía FREUD: la transferencia es la resistencia y lo resistido al mismo tiempo.

La diferencia entre Multiplicidad y Multiplicación nos lleva a la de distraerse y divertirse. Distraerse, tracción hacia otro lado, es para no ver algo viendo mucho otra cosa; la distracción posterga, evita y retarda el enfrentamiento con el conflicto. En ese sentido la multiplicidad distrae. No hay que distraerse del abismo. Hay que aprender a divertirse jugando con él. La diversión intenta enfrentar y resolver el conflicto. La auténtica Multiplicación divierte, ya que al ICC se llega también a través de la risa.

Los juegos a los que jugamos y los que nunca hemos jugado (“con eso no se juega”).

 

Toda persona tiene temas o escenas “con las que no puede jugar”. Se propone jugar con los bloqueos antes que interpretar sus motivaciones. La tarea en el taller es divertirse jugando.

Todos llevamos un mito a través de una o más leyendas  y estamos, cuando llegamos a la escena temida, al borde de que a esa leyenda se le empiece a desvanecer el maquillaje. A partir de ese trozo que da origen a la figura que denominamos: el mito escénico originario, en un camino de desandar el mito: que es la desmitificación. Y desde esa desilusión que podrían nacer las verdaderas esperanzas de la cura. Desmitificar es estudiar la leyenda para sospechar el mito, nos lleva a desilusionarnos del mito (para conocerlo en realidad y no fantasmáticamente).

Capítulo III: “Lo personal del psicoterapeuta de grupos”.

 

A cualquier psicoterapeuta se le ocurren momentos embarazosos, por lo que temen que les vaya a pasar en su vida profesional. Estos momentos pueden formar un repertorio de imágenes capaces de ser representadas dramáticamente. Esas escenas a las que llamamos “escenas temidas” del psicoterapeuta o coordinador podrían quedar, si no se trabajaran, como secretos o misterios. El trabajo sobre “escenas temidas” del coordinador de grupo permite internarse en el tema de la exploración y resolución de la contratransferencia en dinámica de grupos, colocando el foco de atención sobre la persona del coordinador, sus miedos básicos y sus formas defensivas durante su actuación en el proceso grupal. Cada escena propuesta por un individuo alcanza su máxima significación a través de las múltiples subjetividades con que consuena y resuena en cada uno de los demás. Algún personaje, gesto de los participantes, provocan en los otros una sensación de “haber sido tocado” que llamamos consonancia, a través de la cual la persona puede construir otra escena grupal o realizar un gesto personal que “multiplica” la escena inicial. A esto llamamos resonancia. Así entendemos por MD como un trabajo secuencial que está compuesto por las escenas consonantes, resonantes y resultantes. La inmovilidad de la escena inicial adquiere un carácter siniestro. Siniestro porque nos posee sin que nos demos cuenta.

 

Micropoliticas.


 
El grupo no debe ser el lazo orgánico que une individuos jerarquizados, sino un constante generador de des-individuación. De máquinas de deseo, máquina que une por puro régimen de conexión, no de vínculo ni de relación. Ya no hay sujetos con historia personales, hay una des-sujetizacion al servicio de la maquina del “entre”.

El futuro de los grupos tiene que ver con la micropolítica, con la resistencia, con la transformación del terapeuta. La micropolítica es un descentramiento de lo que ya está indagado y estudiado, lo que podría llamarse macropolítica: el Estado, el problema de la lucha entre partidos…

Lo grupal como fenómeno de resistencia micropolítica. Lo que fluye rizomáticamente. Crear nuevos acontecimientos, nuevos devenires.

 

Sobre la naturaleza y el nivel del quehacer y el saber grupal.

 

Lo que los integrantes del grupo hacen es agenciarse de una parte de la escena original y acoplarla a una sensación imagen o idea a través de una forma dramática. Por eso hay historias. La Multiplicación Dramática es líneas de desarrollo, rizomas. La multiplicación dramática es texto de goce. El coordinador tiene que momentáneamente suspender su saber. Su subjetividad es lo que es capaz de dejar pasar a su través.

La multiplicación dramática es garantía de agenciamiento, va a ser maquina pero nadie puede apropiársela. No hay unidad ni centro de unificación, no hay yo, no hay protagonista. Si es un lugar vacío, tiene que jugar en regímenes de resistencia, resistencia ante todo a la unidad, al sentido. Lo grupal hoy solo puede ser entendido desde la compleja problemática de la multiplicidad, que existe siempre desde el principio. Ni lo uno no lo múltiple, la Multiplicidad. Si la multiplicidad es el principio teórico de nuestro trabajo, la multiplicación dramática es su encarnación en escenas.

 

Clase 6. Práctico: “Producción histórica de subjetividades”

 

Texto: Lo imaginario: la creación en el dominio histórico-social – Castoriadis.

 

Castoriadis plantea que el hombre solo existe en la sociedad y por la sociedad; y que la sociedad siempre es HISTÓRICA. De esta forma, plantea que cada sociedad dada -a lo largo de la historia- es una forma PARTICULAR y SINGULAR. Cada sociedad es una creación, una construcción, que plantea un sistema particular de interpretación del mundo. 

A raíz de esto, plantea que hay dos cuestiones fundamentales que surgen del dominio histórico-social:

·         ¿Qué mantiene unida a una sociedad? 

·         Y, frente a la multiplicidad y a la diversidad de las sociedades, y a aquella dimensión histórica interna de cada sociedad que se expresa como una alteración del orden social dado y que puede conducir a un fin del “antiguo orden” y la instauración de un “nuevo orden”: ¿Qué es lo que hace nacer formas de sociedad diferentes y nuevas? 

 

1.       Castoriadis planeta que lo que mantiene UNIDA a una sociedad es su INSTITUCIÓN . El autor explica que la institución de la sociedad está hecha de múltiples instituciones particulares (a este complejo lo llama “institución de la sociedad como un todo”). Estas forman un todo coherente y funcionan como un todo coherente. La palabra institución la usa para designar normas, valores, lenguaje, herramientas, procedimientos y métodos de hacer frente a las cosas y de hacer cosas; y al individuo mismo, tanto en general, como en el tipo y la forma particular que cada sociedad considera. 

 

¿Cómo se imponen las instituciones? ¿Cómo aseguran su validez? 

 

Las instituciones se imponen mediante la cohesión, adhesión o formación.

 

Ø      Cohesión y sensaciones: obligación a hacer algo. Limitadas al campo de la acción. Más superficiales.

Ø      Adhesión: busca que un individuo quiera activamente hacer algo y adhiera a cierta idea. Legitimidad, creencia, apoyo, consenso.  Menos superficial que la anterior. 

Ø      Formación: más sutil y profundo. Es la formación de subjetividad a través de lo socio-histórico y a través de las instituciones. En otras palabras, la instituciones aseguran su validez mediante la ELABORACIÓN de la materia prima humana en individuo social, en el cual se incorporan tanto las instituciones mismas como los “mecanismos” de la perpetuación de tales instituciones (ej. reglas o leyes). 

En este último sentido, Castoriadis sostiene todos somos “fragmentos” de la institución de nuestra sociedad ya que de conformidad con sus normas la institución PRODUCE individuos, quienes, por construcción, son no solamente capaces de reproducir la institución sino que están OBLIGADOS a reproducirla. Es decir, los individuos incorporan, reproducen y perpetúan la institución.  La institución de la sociedad es un conjunto particular de instituciones; y entre ellas hay una UNIDAD. Esta unidad es la trama de significaciones que empapan, orientan y dirigen toda la vida de la sociedad considerada y a los individuos concretos que corporalmente la constituyen. A esta trama de significaciones Castoradis le dio el nombre de significaciones imaginarias sociales , las cuales cobran cuerpo en la institución de la sociedad considerada y que son la que la animan. Ejemplos de estas significaciones son: “Dios, ciudadanos, esclavos, nación, tabú, dinero, hombre, padre”. Hombre/mujer/hijo cobran diferentes significados según cada sociedad, según cada momento histórico-social; el hombre o la mujer -más allá de las definiciones biológicas- SON LO QUE SON en virtud de las significaciones imaginarias de una sociedad que los HACEN SER ESO. Castoradis llama IMAGINARIAS a estas significaciones porque NO corresponden a elementos “racionales” o “reales” y no quedan agotadas por referencia a dichos elementos, sino que están dadas por CREACIÓN O INVENCIÓN , y las llama sociales porque SÓLO existen estando instituidas y siendo objeto de precipitación de un colectivo impersonal y anónimo. Estas significaciones son ARBITRARIAS y radicalmente diferentes en las diferentes sociedades, y en los diferentes tiempos históricos-sociales. En suma, las significaciones imaginarias sociales, son una ideología implícita que jerarquiza unos valores en detrimento de otros, lo permitido y lo no permitido, lo que es REAL y aquello que NO LO ES, lo que tiene un sentido y lo que carece de sentido, lo que existe y lo que no existe, lo que significa algo y lo que no significa nada. Son todas esas cuestiones del orden de lo “no-consciente”, aquellas de las cuales no podemos dar demasiadas explicaciones: “me sale así”. Estas significaciones imaginarias no solo “aluden y eluden” lo real sino que instituyen la REALIDAD. Cabe mencionar que estas producciones imaginarias de sentido histórico social se despliegan DISCURSIVAMENTE y producen mitos que regulan, organizan, estipulan; y también prohíben, en el obrar del individuo. 

De esta forma, toda sociedad INSTAURA y CREA su propio mundo, su propia “organización”. Por esto mismo, toda sociedad es una construcción, una constitución, una creación de su propio mundo. Su propia identidad no es otra cosa que ese “sistema de interpretación” que crea. Y esta es la razón por la cual la sociedad percibe como un peligro mortal todo lo que ATAQUE a ese sistema de interpretación, a las significaciones imaginarias sociales, ya que es un ataque contra su IDENTIDAD. 

No hay sociedad sin mito. El MITO  es el modo por el cual la sociedad caracteriza con significaciones el mundo y su propia vida en el mundo, un mundo y una vida que estarían de otra manera privados de sentidos. Los mitos son la producción histórica del SENTIDO ya que constituyen los discursos científicos, políticos, ideológicos, etc.; estos mitos del imaginario social son extremadamente sensibles a lo histórico. Estos mitos no están por fuera de los individuos produciendo efectos sobre ellos de “influencia” sino que son CONSTITUTIVOS del sujeto; los mitos son creados socialmente en cada individuo singular. Estos mitos, producciones del imaginario social, da cuenta, estructura y organizan las relaciones humanas. Operan como organizadores, dan cuerpo a las creencias colectivas de un grupo social, una cultura etc. permitiendo el anclaje de los seres humanos a través de la estructuración de sus subjetividades en los diferentes procesos históricos. 

2.       Las formas histórico-sociales nuevas surgen por creación; la creación de un nuevo orden y de significaciones imaginarias nuevas; y el fin del orden anterior.  Por ejemplo: capitalismo. En el capitalismo lo que se observó fue la creación de una nueva significación imaginaria social: la expansión ilimitada del dominio “racional” que se instrumenta en la expansión ilimitada de las fuerza de producción. A estas significaciones las acompañan la acción de un gran número de factores. 

Por otro lado, plantea una diferencia entre autonomía y heteronomía. La heteronomía es el estado en que son dados de una vez por todos los principios, los valores, las leyes, las normas y las significaciones y en que la sociedad, o el individuo, no tiene ninguna posibilidad de obrar sobre ellos. Acá hay   un cerco completo de sentido y de interpretación, hay pura naturalización. La autonomía, sucede cuando las sociedades cuestionan su propia institución, su representación del mundo, sus significaciones imaginarias sociales. Rompen el cerco de la sociedad instituida que prevalecía hasta entonces y abren un espacio en el que las actividades del pensamiento y de la política llevan a poner en tela de juicio una y otra vez no solo la forma dada de la institución social y de la representación social del mundo, sino los posibles fundamentos de cualquier forma de este tipo. La autonomía toma aquí más precisamente el sentido de una auto-institución de la sociedad, auto-institución más o menos explícita: nosotros hacemos las leyes, lo sabemos, y somos pues responsables de nuestras leyes, de modo que debemos preguntarnos cada vez: ¿por qué esta ley y o no otra? Esto implica también la aparición de un nuevo tipo de ser histórico en el plano individual, es decir, la aparición de un individuo autónomo que puede preguntarse y también preguntar en voz alta “¿es justa esta ley?”. Todo esto corre parejo con la lucha contra el viejo orden y los viejos órdenes heterónomos. 

àEste es el sentido del término “ imaginario social ” ya que alude al conjunto de significaciones por las cuales un colectivo, una sociedad, un grupo, se instituye como tal; para ello no solo debe inventar sus formas de relación social y sus modos de contrato, sino también sus figuraciones subjetivas. Constituye sus universos de significaciones imaginaras que operan como los organizadores de sentido de cada época socio-histórica, estableciendo lo permito y lo prohibido, lo valorado y lo devaluado, lo bueno y lo malo, lo bello y lo feo. Toda sociedad es una construcción, una creación de su mundo, de su propio mundo.

Distingue dos dimensiones de lo imaginario social:

Ø      Lo imaginario social instituido: son valores, pautas, leyes, tiende a la reproducción-consolidación de lo instituido, cuenta para ello con mitos y el disciplinamiento de imágenes, anhelos e intereses de los integrantes de una sociedad. 

Ø      Lo imaginario radical o instituyente: es lo novedoso, la invención, posibilidad de cambio y movimiento, es la instancia por la cual el social-histórico inventa, imagina nuevos conjuntos de significaciones, constituye una potencialidad instituyente transformadora, productora de utopías. Producción de nuevos sentidos o nuevos sistemas de significación. Deseos anudados a la resistencia.

 

Texto: “Madres en más, mujeres en menos” – Ana María Fernández

Lo imaginario social

Ana Fernández postula que ACTUALMENTE nuestra sociedad organiza el universo de significaciones en relación con la maternidad alrededor del MITO “Mujer = Madre”. Esta idea “significa” que la maternidad es la función de la mujer y que a través de ella la mujer alcanza su realización. En simples palabras, que la esencia de la mujer es ser madre, quien no es madre no es mujer. Es decir, la sociedad ha hecho REVERSIBLE dos ecuaciones muy diferentes: “Mujer=Madre” y “Madre=Mujer” -> es muy diferente decir que para ser madre se necesita ser mujer, que decir que para ser mujer se necesita ser madre. Sin embargo, por un deslizamiento de sentido, mujer y madre se han hecho equivalentes. Al definir a la mujer -toda ella- por solo UNA de sus posibles funciones se jerarquizan proyectos vitales posibles, practicas, escala de valores, etc. Es decir, esta idea social “Mujer=Madre” organiza tanto el conjunto de prescripciones que legalizan las diferentes ACCIONES en el concebir, parir y criar al hijo (todo lo que hace que una mujer sea buena o mala padre), como los proyectos de vida POSIBLES de las mujeres, y también los DISCURSOS sobre la mujer. Es decir, esta idea opera claramente en la SUBJETIVIDAD DE LAS MUJERES

Los mitos sociales de la “maternidad” dan cuenta de la producción y reproducción de un universo de significaciones imaginarias constitutivas de lo femenino que forman parte de los valores de la sociedad y de la subjetividad de las mujeres. Estos mitos son sociales en la medida en que constituyen un conjunto de creencias y anhelos colectivos que ordenan la valoración social que la maternidad tiene en un momento dado de la sociedad; y son individuales en la medida en que dan los paramentos de la significación individual que cada quien da a la función de ser madre. Al mismo tiempo, y complementariamente, estas fuerzas sociales están presentes en los hombres dando los parámetros de las significación en que cada uno de la función paterna, como también en la “imagen” de la mujer que construyen, y de su subjetividad. 

Entonces, estos mitos de la maternidad ordenaran las prácticas individuales, sociales, públicas y privadas de las mujeres, hombres y niños; van a jerarquizar valores en detrimento de otros. Estos mitos, portadores de sentidos, van a constituir los discursos científicos, políticos, ideológicos, etc. con los cuales una sociedad habla de sus mujeres. Desde esta multiplicidad discursiva es que se organiza tan real estos mitos de la maternidad, que no son la realidad, pero que se constituye como SI LO FUERAN. 

Si tenemos en cuenta que los mitos son SENSIBLES a lo histórico se puede dar cuenta de las grandes diferencias en concepción de la maternidad y en relación madre-hijo, que están presentes a lo largo de la historia, como también en las diferentes culturas de nuestro mundo, o en los diferentes sectores sociales dentro de una misma sociedad. No siempre se consideró el mito “Mujer=Madre”; la “esencia femenina” de los diferentes tiempos históricos estaba relacionado con lo necesario en ese momento o en ese grupo social. Además, el concebir a la maternidad como esencia de lo femenino, si bien lleva muchos años de existencia en la historia de la humanidad, es “relativamente” reciente. En los inicios de la historia se privilegiaba a la mujer como “objeto de intercambio”; en las sociedades siguientes se centró su utilidad como “instrumento de reproducción”. Es decir, que las sucesivas organizaciones económico-sociales van utilizando diferentemente el “capital femenino”. 


La eficacia del mito Mujer=Madre

Ana Fernández establece que en el mito Mujer = Madre la eficacia del mismo se estructura a partir de tres recursos:

Ø      La ilusión de la naturalidad ->habitualmente consideramos “natural” -desde el sentido común como desde los discursos científicos- el hecho que la mujer sea madre. Así, se piensa a la maternidad como un fenómeno de la naturaleza y no de la cultura. La autora establece que se ha considerado que es “natural” que la mujer sea madre porque posee: un “privilegiado” aparato reproductor y un instinto materno: 

 

                                 (1)       Aparato anátomo-fisiológico reproductor: es una característica biológica que está dada al nacer y que es por lo tanto la plataforma sobre la cual habrá de construirse una madre, pero en sí misma solo constituye una potencialidad. 

                                 (2)       Instinto materno: el mito dirá que la mujer posee un saber-hacer instintivo, que le permitirá entender mejor que nadie lo que su hijo necesita, que la guiará para encontrar -siempre- las conductas adecuadas que le permitirán resolver todas las cuestiones referidas a la crianza de los hijos. La madre va a “saber” por instinto (genético), siendo su función infalible, incondicional e indisoluble. Se puede ver como se está usando ideológicamente la noción de instinto ya que la misma pertenece al campo de la “naturaleza” y se la se extienden a complejos procesos psíquicos, culturales y sociales como la crianza de un hijo. A su vez, Ana Fernández muestra como el hecho de pensar a los hijos como “hijos del instinto” “encubre”  “invisibiliza” el pensar a los hijos como “hijos del deseo” que tiene el par complementario de “no deseo de hijo”. 

 

Ø      La ilusión de la atemporalidad ->la lógica interna de este planteo es la de: dado que la función materna se inscribe en el orden de la naturaleza -y no en el de la cultura- siempre fue así y siempre será así. En otras palabras, la función materna no cambia con el tiempo. Obtura el pensar qué distintos han sido los dispositivos que han organizado la maternidad en la historia de nuestra sociedad. Y esta normatividad se ha expresado de forma diferente en la subjetividad de las mujeres. Así, en uno y otro periodo SI varían las producciones de este “imaginario social”, otros fueron los “mitos”, otras las explicaciones que las disciplinas científicas daban a los problemas, otras las valoraciones, otra lo sancionado, y por ende, otra los discursos y prácticas. 

Ø      La relación: a menos hijos, más mito->la autora explica que hoy en día, por lo menos teóricamente, una mujer dedica mucho tiempo de su vida útil a cumplir con su función social reproductora, que las mujeres de otros siglos. La madre se dedica “toda su vida” a la tarea de la crianza de sus hijos. Esto es así, porque cambió el universo de significaciones de maternidad donde se mueve dicha función. A medida que -por ejemplo- se disminuyeron las muertes por parto y mortalidad infantil, etc.- se van estructurando otros factores culturales que ligan mujer y maternidad. Las fuerzas del orden del cuerpo social se reorganizan exaltando los valores de LA MADRE; y al tener muchos menos hijos (que por ejemplo, la mujer de la pre-modernidad donde su “función” era parir), y siendo la maternidad SU misión, se concentra en esos pocos hijos toda su “dedicación”. En este sentido se dice A MENOS HIJOS MÁS MITO, o sea más madre incondicional, más madre que cuide y vele toda su vida por los hijos, que se REALICE al sacrificarlo todo por ellos. 

 

Mecanismo interno del mito Mujer = Madre

El dispositivo de este mito además de orientar la vida de la mujer hacia la maternidad, organiza de manera especial el vínculo madre-hijo (amor incondicional), y por extensión, el vínculo madre-padre-hijo (exaltada la madre se pierde o minimiza el padre).

Además, como mecanismo el mito hay aspecto que idealiza -exalta- y otros que niega o minimiza dando otras explicaciones. Los idealizados son los que circulan en un nivel de explicación permanente a través de lo social e individual, públicos, privados, y los otros son los que se mantienen implícitos, siempre presentes pero negados, silenciados, sancionados. Por ejemplo: considerar al problema de la sobreprotección como producto de un exceso de amor y no como problemático, como algo del orden de la agresividad.

En síntesis:

La autora sostiene que el mito Mujer = Madre opera por tres conjuntos de procedimientos: (1) violencia simbólica ya que invisibiliza los diferentes sentidos que las mujeres pueden tener en relación con la maternidad; ocultando prácticas y posicionamientos subjetivos que desdiga, pero que existen; (2) deslizamiento de sentido central invisibilizando las diferentes estrategias actuales de familiarización según clases sociales, géneros, etc.; (3) su producción de invisibles se realiza  a través de los mecanismos de extensiones y negaciones

Este conjunto de procedimientos organiza la gestión de las maternidades como universo y como conjunto de significaciones que ciega la posibilidad de que cada mujer singular pueda acceder a la singularidad de su posible deseo o no deseo de hijo frente a cada posible maternidad. 

 

Esto da cuenta de la dimensión imaginario instituido del Imaginario social planteado por Castoriadis, es decir, a los aspectos que en tanto conjunto o universo de significaciones dan cuenta de lo instituido Sin embargo, también se podría normar la dimensión instituyente y disruptiva del Imaginario social que plantea dicho autor. En este caso, sería la producción de nuevos organizadores de sentido, producción de nuevo universo de significación, que resignifique la maternidad. Entonces, que se logre una “desmitificación de la maternidad” implicaría pensar otra organización socioeconómica que haga lugar a otras formas organizativas de las fuerzas sociales; por ende, otros serán los mitos, otros los discursos científicos y del sentido común, otra la idea de las mujeres y los hombres, otras las prácticas sociales individuales, tanto pública como privadas. Es probable que en un futuro, cuando se dé un uso diferente del “capital femenino” se articule otro mito sobre lo que significa ser mujer. Ana Fernández sostiene que se podría pensar que actualmente esta ecuación “Mujer=Madre” es algo que se está de-construyendo, que desde un enfoque “macrosocial” se puede ver -por los movimientos de las mujeres- un avance progresivo hacia una cada vez mayor adquisición de logros sociales, inserción en el proceso productivo, redistribución de roles, etc., con la consiguiente significación de la maternidad. Pero que, cuando se trabaja en el ara del conflicto individual, familiar, etc. aparece en primer plano el DOLOR, la CULPA, el MIEDO, las sobre-exigencias, etc., que da cuenta del alto costo con que las mujeres deben afrontar dicho movimiento progresivo.

 

Clase 7. Práctico 

Texto: Rizoma – Deleuze y Guattari

·         A diferencia de los árboles o de sus raíces, el rizoma conecta cualquier punto con otro punto cualquiera, cada uno de sus rasgos no remite necesariamente a rasgos de la misma naturaleza; el rizoma pone en juego regímenes de signos muy distintos e incluso estados de no-signos. El rizoma no se deja reducir ni a lo Uno ni a lo Múltiple. No es lo Uno que deviene dos, ni tampoco que devendría directamente tres, cuatro o cinco, etc. No es un múltiple que deriva de lo Uno, o al que lo Uno se añadiría. No está hecho de unidades, sino de dimensiones, o más bien de direcciones cambiantes. No tiene ni principio ni fin, siempre tiene un medio por el que crece y desborda. Constituye multiplicidades líneas de diversas dimensiones, sin sujeto ni objeto, distribuibles en un plan de consistencia. Una multiplicidad de este tipo no varía sus dimensiones sin cambiar su propia naturaleza y metamorfosearse. 

·         Contrariamente a una estructura (que se define por un conjunto de puntos y posiciones, de relaciones binarias entre estos puntos y relaciones biunívocas entre las posiciones) el rizoma solo está hecho de LINEAS -> líneas de segmentariedad, de estratificación, como dimensiones, pero también líneas de fuga o de desterritorialización como dimensión máxima según la cual la multiplicidad se metarforfosea al cambiar de naturaleza.

·         Contrariamente al árbol, el rizoma no es objeto de reproducción: ni reproducción externa como el árbol-imagen, ni reproducción interna como la estructura-árbol. El rizoma procede por variación, expansión, conquista, captura. Contrariamente a los calcos, el rizoma se relaciona con un mapa que debe ser producido, construido, desmontable, alterable, con múltiples entradas y salidas, con sus líneas de fuga. 

·         Lo que está en juego en un rizoma es una relación con la sexualidad, pero también con el animal, con el vegetal, con el mundo, con la política, con el libro, con lo natural, etc. Un rizoma puede ponerse en conexión con cualquier otra cosa.

·          Un rizoma no empieza ni acaba, siempre está en el medio, entre las cosas, inter-ser. El rizoma tiene como tejido la conjunción “y...y...y”. Partir en medio de, por el medio, entrar y salir, no empezar ni acabar. Moverse entre las cosas, instaurar una lógica del Y, derribar la ontología, destruir el fundamento, anular fin y comienzo. 

Clase 8. Práctico.

Texto: “La chica de la silueta”: problemas a elucidar a partir de una situación – Fernández

 

En una de las jornadas de producciones grupales de hace unos años. En uno de los talleres, luego de realizarse una multiplicación dramática y su ronda de comentarios, los alumnos comienzan a confeccionar una afiche que de algún modo dé cuenta de lo acontecido en el taller. Para hacer el afiche deciden comenzar dibujando una mujer. Para ello le piden a una integrante que se recuesta en el piso sobre el papel, y dibujan así su contorno. Todo esto con total espontaneidad, en medio de risas y comentarios graciosos. Sin embargo hay un par de detalles significativos: para delinear su silueta usan color negro y no rellenan ni dibujan nada dentro de su contorno. Sí le agregan muchos detalles alrededor. Ponen el afiche en una de las paredes del dual mayor donde se realizará el plenario. Algunos docentes no pueden evitar ver en esa figura una fuerte similitud con las siluetas que desde tiempo atrás los organismos de derechos humanos pintaban sobre el pavimento o en las paredes en alusión a los desaparecidos. Cada uno por su lado decide no decir nada dado que esto podía ser una lectura muy personal o “generacional” y no necesariamente “el sentido” que los alumnos le atribuían a su dibujo. Cuando les llega el turno de exponer a los integrantes de ese taller, quien sube como vocera es justamente la chica que había servido como “molde” para dibujar esa figura. Sube muy contenta dispuesta a hablar sobre lo acontecido en su taller, mira el afiche y se detiene un poco atónita y en silencio. Luego de un minuto dice “ahora que lo miro, parece la figura de un desaparecido, y la hicieron conmigo, eso me impresiona”. Donde nadie lo esperaba ni lo quería, la figura del desaparecido aparece. Una vez que ella puso en palabras el sentido desaparecido de la silueta, tal atribución se volvió obvia, aún para aquellos a los que inicialmente no se les había ocurrido y, lo que es más, borró el sentido explícito para que el que había sido dibujada. ¿Cómo se produjo allí esta irrupción de sentido? Solemos decir que el dispositivo dispone. Un dispositivo que en sus consignas abre el juego a los múltiples sentidos permite que las latencias circulen durante todo el taller e irrumpan o no en cualquier momento, como es el caso de la situación que aquí se presenta. Desde esta óptica la “lectura” o la atribución de un único sentido se vuelve imposible; este dispositivo abre trazados de líneas de significación a posteriori. Si bien en este ejemplo la fuerza disruptiva de desaparecido está dada por la especifidad con que operan en las latencias colectivas las vicisitudes en la tramitación colectiva de este siniestro (familiar y extraño) social, están allí operando similares procedimientos de significación que en la producción cotidiana de subjetividad. 

Para que se produzca sentido, la conexión entre la imagen de la silueta del afiche y la significación imaginaria social “desaparecidos” tiene que volverse evidente en una modalidad colectiva, para más de uno, aunque no necesariamente para todos. No hay sentido propio, es decir que no puede producirse sentido sólo para uno. Tampoco las palabras pueden tener un único sentido. También allí puede decirse que no hay sentido propio. Es imposible aprehender y encerrar un sentido; lo que sí existe siempre, aún en las metáforas o alegorías más disparatadas, es referencia identitaria: punto de una referencia de referencias identitarias en el magma de las significaciones y referido a su vez. Tales multiplicidades no están determinadas sino que son indefinidamente determinables.

 

Clase 10. Práctico.

 

 

Texto: Cultura de la mortificación y proceso de manicomialización: una reactualización de las neurosis actuales – Ulloa

 

Con la noción de mortificación Ulloa se refería a una verdadera producción cultural que cada vez parece involucrar a sectores sociales más amplios. Cuando se habla de la cultura de la mortificación, se nombra un matiz del sufrimiento social contemporáneo que afecta a sectores aún no del todo sumergidos en la mudez sorda y ciega de la mortificación. Las gentes en esta situación son testigos, en peligro, amenazados por esa mortificación. Cuando se habla de mortificación, se refiere a falta de fuerza, apagado, sin viveza. La mortificación aparece por momentos acompañada de distintos grados de fatiga crónica; un cansancio sostenido parece haberse instalado en muchos cuerpos. Una vez que la mortificación se instala, el sujeto se encuentra coartado, al borde de la supresión como individuo pensante. En estas condiciones disminuye y aún desaparece el accionar crítico y mucho más el de la autocrítica. En su lugar se instala una queja que nunca asume la categoría de protesta, como si el individuo se apoyara más en sus debilidades, para buscar la piedad de aquellos que lo oprimen. No habrá demasiadas transgresiones, a lo sumo algunas infracciones. 

La ternura tiene prioridad sobre una antiquísima forma de mortificación social, a la que habitualmente se ubica en el principio de los tiempos: la prostitución. A la ternura se la identifica, en general, con la debilidad y no con la fortaleza. La locura promueve con frecuencia reacciones de maltrato, y el maltrato incrementa el sufrimiento de la locura. Este acontecer de la locura provocando maltrato, el que a su vez acrecienta la locura, es un hecho central en el proceso de manicomialización. En el manicomio, institución de maltrato por excelencia, puede que exista el abrigo, pero impregnado de desamparo. Prevalecerá la automatización del trato de la maldad. Es en este sentido que la mortificación, bajo su aspecto manicomial terminal o en las formas más leves que lo preceden, es el paradigma opuesto a la ternura. Cada vez que arbitrariamente prevalece la ley del más fuerte y se instaura lo que bien puede denominarse la protoescena manicomial, la encerrona trágica, se avecinan los procesos manicomiales, presentes o futuros. Los encierros de esta naturaleza ocurren en la familia, la escuela, el trabajo, las relaciones políticas y en toda mortificación más o menos culturalizada, extendiendo la mancha hacia una práctica político-administrativa que perfecciona los dos lugares clásicos de marginadores y marginados. En la cultura de la mortificación, la intimidación apaga la intimidad necesaria para que un discurso y un accionar válidos sean escuchados. Los procesos de desmanicomialización son urgentes en lo que concierne a las formas más graves, representadas no sólo por los manicomios sino por muchas otras configuraciones de encerronas trágicas en los programas de salud y en los sociales. Pero dichos procesos son continuos, nunca terminan y requieren continuas rupturas. La encerrona trágica, por su frecuencia en muchos ámbitos de la cultura, y especialmente de la cultura institucional, puede analogarse a una suerte de virus epidemiológico causante de la mortificación. La constitución de toda cultura institucional supone cierta violentación legítimamente acordada, que permite establecer las normas indispensables para el funcionamiento de las actividades de esa institución. Cuando esta violentación se hace arbitraria en grados y orígenes diferentes, se configura el Síndrome de Violentación Institucional  (SVI), que cobrará distintas formas y niveles de gravedad. Es muy común el des-trato en el ámbito asistencial. 

Un ejemplo del SVI se puede ver en cualquier joven residente de Psicología o de Medicina, afligido al ver cómo se derrumban sus expectativas vocacionales, aquellas que lo llevaron a sostener durante años sus estudios universitarios, para atravesar más tarde los competitivos exámenes con que ganó su residencia. Ante la realidad que enfrenta, aquellas motivaciones vocacionales aparecen como un juvenil e ingenuo idealismo. Si no se modifica esta situación, pronto habrán de caducar sus jóvenes entusiasmos, sobre todo cuando las promesas de capacitación, como suele suceder con frecuencia, no son atendidas adecuadamente. Esta violentación institucional implica la presencia de una intimidación, más o menos sorda en función del acostumbramiento, que conspira contra la imprescindible intimidad para investir de interés personal la tarea que desarrolla. Cuando la gente no se escucha, se ve favorecida la aparición de predicadores en un desierto de oídos sordos. La sorda intimidación hace retroceder la necesaria resonancia íntima que permite recibir el decir del otro investido libidinalmente de interés. El síndrome de violentación institucional, como todo síndrome, está integrado por una constelación sintomática. En primer lugar, se advierte una tendencia a la fragmentación en el entendimiento, incluso en la más simple comunicación entre las gentes de esa comunidad mortificada. Esta fragmentación conspira contra la posibilidad de un acompañamiento solidario. De este aislamiento se suele salir para organizar los clásicos enfrentamientos entre “ellos” y “nosotros”. 

La renegación es un mecanismo que implica, en primer término, un repudio que impide advertir las condiciones contextuales en las que se vive, por ejemplo, el clima de hostilidad intimidatorio.

En esta comunidad de individuos cada vez más aislados de la realidad contextual y con un enajenamiento paulatinamente mayor, reina el empobrecimiento propio de la alienación. A la fragmentación y la alienación enajenante se agrega un tercer síntoma, que completa el síndrome, con los distintos modos y grados de desadueñamiento del propio cuerpo , situación al parecer relacionada con la falta de especularidad comunicacional y la merma de estímulos libidinales, efecto de la enajenación. 

En la tortura se organiza hasta el extremo salvaje una situación de dos lugares sin tercero de apelación. Por un lado, la fortificación del represor, por el otro, el debilitamiento del reprimido. 

Debe entenderse por encerrona trágica toda situación donde alguien para vivir, trabajo, recuperar la salud, incluso pretender tener una muerte asistida, depende de algo o alguien que lo maltrata o que lo destrata sin tomar en cuenta su situación de invalidez. El afecto específico de toda encerrona trágica es lo siniestro, como amenaza vaga o intensa, que provoca una forma de dolor psíquico, en la que se termina viviendo familiarmente aquello que por hostil y arbitrario es la negación de toda condición familiar amiga. Por presentarse como una situación sin salida, en tanto no se rompa el cerco de los dos lugares por el accionar de un tercero que habrá de representar lo justo, esta representación podrá ser encarnada por un individuo, que asume un modo de proceder encaminado colectivamente. La encerrona trágica, causa de la mortificación es un cuadro donde por no vislumbrarse una salida, suele dar paso a la resignación. Lo ejemplifica un manicomio donde el maltrato institucionalizado es suficientemente escandaloso como para que se lo oculte tras los muros de un hospital; el manicomio, como forma terminal de la moritificación, está internado en un hospital al que se llama “hospicio”. La calidad siniestra depende de ese accionar renegador mediante el cual los afectados terminan secreteando para sí la situación negativa en la que conviven, pero la hostilidad repudiada como conocimiento termina por infiltrarse tenazmente y provocar el sentimiento siniestro, que indica entonces un fracaso de la renegación.

Texto: Concepción institucional de la transferencia - Baremblitt 

El institucionalismo no es una disciplina, sino un movimiento: es un conjunto de saberes y de modos de intervenir interdisciplinares, transdisciplinares y extradisciplinares. Al decir extradisciplinares, se refiere a que integra el saber y actuar de los colectivos, de los grupos y de las comunidades que producen por sí mismos el conocimiento, sin apelar a los medios académicos tradicionales, convencionales o encuadrados en las categorías científicas consagradas: el saber y el saber-hacer “popular”. Aborda 2 vertientes:

Génesis histórico-social: cómo se originó en el transcurso de la vida de las sociedades.

Génesis conceptual: el movimiento recibe aportes de todas las áreas del conocimiento, tanto de campos científicos específicos (PSA, sociología, antropología, lingüística, semiótica, biología molecular), como el saber político (de la ciencia y de la experiencia política de los colectivos militantes), se nutre del pensamiento filosófico y del mítico. Es una especie en constante transformación, estando compuesto por muchas corrientes y escuelas que presentan algunos rasgos en común. Por ejemplo, reivindicación de la autogestión como medio y fin de la vida integral de los colectivos.

Con respecto a las corrientes institucionales actuales, las divide en originarias y contemporáneas:

Ø        Corrientes originarias

Psicoterapia institucional: movimiento fundante de esta corriente, a partir de una observación. Los internos de una institución psiquiátrica producían espontáneamente una serie de medidas de auto-organización, de productos culturales tendientes a crear una especie de sociedad  propia. Generaban una especie de cultura de resistencia, independiente a la cultura implantada por las normas institucionales, que resultó más terapéutica que las maniobras terapéuticas del establecimiento. Se les permitió una serie de maniobras destinadas a transformar el establecimiento, en el cual estaban por razones ajenas a su voluntad, en una comunidad propia, autoanalizada, autoplanificante, autogestionada, autoadministrada. Aumentó considerablemente el porcentaje de mejorías, curas y altas; haciendo innecesario el empleo de los medios oficiales de tratamiento (electroshock, aislamiento, camisas de fuerza, medicamentos, terapias formales). A partir de este fenómeno de hecho comenzó a teorizarse cuales serían los mecanismos responsables de los rendimientos favorables. En el PSA, se partió de Psicología de las masas y análisis del yo: cada sujeto identificado con su líder, en tanto ideal del yo, establece también una identificación horizontal de un individuo a otro. Se forma así una especie de organismo psíquico, con características propias. Fenómenos de transferencia colectiva:

 El liderazgo puede estar colocado en un individuo concreto o en una entidad abstracta (patria, bandera, ideal). Este liderazgo abstracto puede ser depositario de las mismas transferencias-resistencias psíquicas y rendimientos que ocurren en las masas cuando ese lugar es ocupado por un jefe real. Se descubrió que los pacientes psiquiátricos establecen múltiples transferencias laterales con sus iguales, enfermeras, médicos, jefes; y también con la organización como un todo, con la ideología de la organización (el sentido que se da, su concepto de servicios que presta y de objeto-usuario). Establecen transferencias con los conceptos de locura, de psicosis, que posee la organización y todo el aparato (parafernalia) que interpone para dar cuenta de ese objeto.

Lo mismo ocurre a nivel institucional. Hay una tentativa de repetición de lo igual que funcionaba como resistencia propiciada por las características autoritarias cerradas dominantes mistificadoras o explotadoras  de las organizaciones psiquiátricas, que se establecía entre la transferencia institucional de los usuarios (entendida como resistencia) y la contratransferencia institucional conservadora de toda la institución. Se produce una especie de pacto para la enfermedad de manera que los usuarios repetían su patología provocada, convocada, por la organización. El círculo vicioso concluye en una cronificación de la patología de los usuarios y una perpetuación de la estructura autoritaria y represiva de la organización. Por el contrario, cuando se permite a los usuarios asumir activamente el gerenciamiento de su existencia dentro de la organización, la producción de su vida artística, deportiva, sexual, su participación en la administración de bienes, tiempos, espacios; se forma un proceso de potenciación de la transferencia positiva amistosa.  Esta transferencia amistosa colectiva organizacional, potenciada por los dispositivos de autogestión, se volvía altamente terapéutica, tanto para los pacientes como para los terapeutas.
Psicopedagogías o pedagogías institucionales: Posteriormente estos descubrimientos fueron trasladados a la pedagogía: la patología política, económica, ideológica, de los organismos de enseñanza tendía a producir una patología correspondiente de la masa de aprendices. Ambas se potenciaban mutuamente, tendiendo a cronificar las limitaciones, en la medida en que estaban en juego transferencias eróticas y hostiles, y defensas contra las mismas, constituyendo el sustrato libidinal de todos los vicios pedagógicos (pasividad, enciclopedismo, sumisión). Permitiendo la participación activa del aprendiz en la organización de la práctica, se fomentaban las transferencias amistosas, multiplicándose los réditos en el proceso de enseñanza y aprendizaje.
Idea central: la transferencia funciona de manera cruzada, entre todo el colectivo, incluyendo el equipo técnico y la ideología de la organización, que era tomada como objeto (ideal del yo, sádico, inalcanzable) o como figura identificatoria (que generaba las conductas que pretendía resolver) o como superyó permisivo, democrático, amable, que propiciaba réditos productivos.

Ø            Corrientes contemporáneas

Las corrientes contemporáneas toman en consideración la teoría psicoanalítica del sujeto psíquico y la existencia del inconciente. Reconocen a la transferencia que opera como resistencia y la que puede ser usada al servicio del autoconocimiento, de crecimiento y de cura.  Reconocen que ésta puede efectuarse en grandes conjuntos sociales, que “fijan” la transferencia a aspectos abstractos como la ideología, los valores, las organizaciones, el establecimiento, el organigrama, etc.
Excepción: Deleuze y Guattari sustituyen el concepto de transferencia por el de transversalidad, postulando la existencia de una capacidad de transferencia en cada dispositivo o agenciamiento social. Significa un retorno de la diferencia pura, de lo que definen como deseo de producción, de libertad, de novedad, que se origina en lo que podría ser la transferencia colectiva permanente de singularidades pre subjetivas, que atraviesa todo el campo social y es responsable por las grandes transformaciones revolucionarias. La propuesta del esquizoanálisis consiste en poder detectar la transversalidad y propiciar su devenir y su desarrollo en todo espacio de la vida social, natural y técnica.
 
Existen múltiples formulas históricas de producción de subjetividad y modos de subjetivación. El Edipo como equipamiento productor del sujeto no es una forma eterna universal, sino una forma producida dominante. Existen innumerables formas de producción de subjetividad, en general hegemonizadas por el modo edípico de producción de la subjetividad, que es una forma de captura del deseo como restitución, narcisística sin objeto y que tiene su continuidad asegurada por la no obtención de su objeto. La falta es un modo de ser tan producido como los otros.

Clase 11. Práctico.

Barriletes en bandada – Ulloa

Barriletes en bandada es un trabajo que se lleva a cabo con niños entre 3 a 12 años en una zona marginal de la ciudad de Neuquén. Estos niños residen en barrios periféricos, viven situaciones críticas para su salud psicofísica, padecen desnutrición, violencia familiar, entre otros. Podría decirse que se lleva a cabo en condiciones de crueldad, en las que muchas veces la violencia es casi la única manera de vinculación y forma de supervivencia posible. Entonces, barriletes en bandadas es una institución móvil y de orden instituyente, un campo de asistencia e investigación psicosocial dedicado a pensar los modos diversos de abordar la tarea con los niños en situación de vulnerabilidad social. Se trabaja con el dispositivo lúdico y grupal, como herramientas indispensables en la construcción de subjetividad y masa crítica. Hay atención a las necesidades básicas: espacio de lavado de manos, meriendas o desayuno. Se despliegan diversos rincones de juego. Van acompañando la actividad e interviniendo en base a las necesidades. Lo primero, era lograr una confianza a través de la estabilidad. Saben que llegan está alguien que los ayuda, espera, generando un espacio de contacto. Pueden pedir la cantidad de leche que quieren tomar y elegir como: “a pensar y elegir se aprende y poco a poco se va construyendo el pensamiento crítico”. Los rincones lúdicos, se despliegan de forma espontánea, trabajan problemáticas que traen. Aparecen temáticas relacionadas al hogar de menores, padres borrachos, que pegan o desaparecen, drogas, robos, policía, etc. Son situaciones cotidianas que se recrean través de unidades de juego sostenidas por operadores que funcionan como “3ro de apelación”. Se desnaturalizan las situaciones, dando lugar a la angustia, miedo y dolor. Pensar una manera distinta de vivir. El objetivo es construir infancia y redes de sostén, a partir de juegos y del dispositivo grupal: el “como si” del juego y el relato en múltiples voces facilita la representabilidad de lo traumático y genera producción de pensamiento.

¿Cómo ofrecerles estabilidad y confianza cuando todo el colectivo está amenazado? Lograr un ambiente confiable que albergue el jugar. Aprender a incluir lo disruptivo y transformarlo en una oportunidad. El niño debe encontrar rutinas que generen estabilidad y permanencia que coexisten con diferentes estrategias para dar respuesta a la irrupción de la amenaza. Niños sin palabras, sin historia, sin memoria y sin identidad, niños viviendo el instante. Lograr que ellos pudieran decir “cuando yo era chiquito”. Situaciones de desamparo y desafiliación constante y carencia de la propia novela, genera un sentimiento de vacío de perdida de sentido de vida: “¿A quién le importa?”. Es necesario humanizarlos, que puedan ser sujetos-sujetados. Y solo es posible en la medida que se establece un vínculo basado en la ternura y el cuidado, que a su vez, favorezca el pensamiento crítico. Construir un proyecto de vida, un futuro posible.
Una nueva forma de trabajo: en un mundo en donde el otro deja de ser tal para convertirse en objeto de intercambio. Sujeto funcional al sistema capitalista y sus formas de consumo. En este contexto, el niño es objeto de intercambio de sus familiares. Cuando el niño empieza a demostrar signos de autonomía, demanda cuestiones propias, se lo expulsa, desafilia. La desafiliación plantea en el niño una amenaza de muerte constante, ya que no se encuentra un adulto que pueda sostenerlo, subjetivarlo; por lo tanto, termina siendo un objeto, rehén de los adultos. Esta amenaza implica que se fortalezcan en sus debilidades, y la violencia esté al servicio de la auto conservación. Por esta razón, el proyecto propone un dispositivo grupal que ofrezca sostén, albergue psíquico. El poder transformar “el andar en banda” a “sentirse parte de”- El dispositivo grupal es facilitador en el beneficio del apoyo mutuo, se logra el armado de la red vincular y fortalecimiento individual. El paradigma de la crueldad cuyo dispositivo es la encerrona trágica. Encerrona cruel en la que no existe un tercero de apelación. Las instituciones ya no funcionan, aunque pretenden establecer un orden. Se trata de repensar los dispositivos para salir de la invisibilidad, construir subjetividad. Esta es una oportunidad de encontrar un tercero de apelación: “lo que te pasa no es justo” mediante el  buen trato y la ternura, constituyéndolo como sujeto. 

Imaz - Hockey: Imaginarios, Motivaciones y Emociones.

Es una experiencia con el equipo de entrenadores de hockey y  su demanda inicial estaba centrada en 3 aspectos:

1) Recibir información en preparación mental para la competencia.
2) Incrementar la motivación.
3) Potenciar el compromiso y la pertenencia con club, con el colectivo de hockey y con el equipo con quienes juegan.
 Ya con el proyecto definido se empezó el trabajo con las deportistas, por su parte, los entrenadores debían promover:

  1. Charla informativa sobre el dispositivo a aplicar, métodos y objetivos.
  2. trabajo en subgrupos pequeños con el objetivo que todos hablen y circule la información de lo que sucede en cada equipo.
  3. Plenario donde se pone en común lo trabajado en cada subgrupo y se reflexiona sobre formas posible de trabajar como colectivo las dificultades que fueron detectadas, estableciendo cierto consenso sobre algunas prácticas a implementar como equipo.

El diseño de intervención estuvo basado en una serie de reuniones una para cada categoría en un solo día y se componían de dos partes. Una primera parte consistía en una reunión con las deportistas donde se desarrollaban las siguientes actividades:

1) Se abordaban de modo expositivo, al estilo de una clase teórica, algunos conceptos propios de la psicología del deporte como la motivación, la concentración y la dinámica grupal.
 2) Luego se pasaba a trabajar en pequeños grupos con la consigna de pensar estos conceptos en su práctica concreta y compartir las principales dificultades, malestares y motivaciones en función de aquello que se podía mejorar en su equipo. Cada uno de estos grupos era coordinado por los integrantes del equipo de extensión de la cátedra. Las consignas fueron: a) Hablar sobre los problemas que cada una tiene respecto a los aspectos recientemente trabajados; b) Lo que piensan que podrían hacer para mejorar como equipo; c) Los objetivos que se podrían proponer en un largo plazo.

Estos talleres basados en la técnica de grupo operativo, permitieron visibilizar los imaginarios grupales e institucionales. Por un lado las tradiciones y mitos trasmitidos por ej. Por madres que también fueron jugadoras y por otro las creencias actuales tales como posibilidades de entrar en Las Leonas o jugadoras profesionales en el exterior. Luego de esto, la segunda parte que consistía en una devolución de lo que se había trabajado y de recomendaciones con el grupo de sus entrenadores y finalmente se realizaba con ellos estrategias para mejorar el trabajo con sus equipos.

Fernández – Laberintos institucionales

Es una experiencia que se llevó a cabo en el Área de Asesoría Hospitalaria. Duró 2 años, reuniones de 3 horas cada 15 o 20 días. El dispositivo utilizado contó con recursos psicodramáticos, lúdico, verbal, producción escrita y crónica de reuniones. El establecimiento contaba en 2 sectores: de hombre y de mujer que funcionaban  servicio de admisión, internación y rehabilitación. Una tarea como una asesoría institucional.
Condiciones de la demanda: pequeños grupos que registran en el cotidiano de la institución situaciones conflictivas, pocas veces obtienen respuestas satisfactorias. En estas, se registran una brusca modificación en la sala, el alejamiento del jefe del servicio. Puso al descubierto la condición de carencia, y distancia existente entre las relaciones institucionales desarrolladas. Siendo esta distancia la que opera como soporte de la demanda. Para esto, se atienden todos los aspectos que convergen en el trabajo institucional, historia de la institución, origen, desarrollo, actualidad, programa oficial para la región, políticas que sostienen el programa, relaciones inter institucionales del sector, historia de la sala de referencia, su lugar dentro del hospital, conformación de los servicios prestados, relación con otras salas, formaciones profesionales de los integrantes, intereses personales, sentido que otorgan a su trabajo, relación que mantienen con las diversas instancias institucionales. Tres momentos significativos en el trabajo de asesoría:

1) ¿Qué nos pasa como grupo?: Esta pregunta aparece como insistencia en las reuniones preliminares. Afirma un deseo de constitución como grupo y cierta necesidad de  indagar sobre sus aportes articuladores. Da cuenta de que hay un universo de significaciones imaginarias. La noción de equipo de trabajo se encontraba ausente. Su apoyatura originaria se ubicaba en un equívoco: el de confundir las condiciones de producción necesarias e imprescindibles para realizar un trabajo determinado con las finalidades y objetivos de la tarea. Equívoco que ofrecía sus bondades: mantenía y alimentaba la ilusión de un grupo autosuficiente. “Estamos así porque papá nos abandonó” El grado de dependencia e indefensión alcanzado habla de algo más que del previsible sentimiento de tristeza que se experimenta por la separación de una persona con la que se compartieron tareas, aprendizajes y dificultades. “No teníamos idea de lo que era una institución” La figura del jefe como filtro y la aceptación de esto por parte de los integrantes del grupo, constituía una burbuja, con muchos elementos en su interior. Se produjo un pacto donde el jefe mantendría las condiciones materiales y subjetivas de la burbuja. Pacto que se quiebra con la renuncia del jefe. El equipo iniciaba un desafío: iniciar un proceso de particularización de los integrantes de la sala, abría las condiciones para formar un grupo.

2) ¿Cómo trabajamos como equipo?: Se desató en el equipo una lucha por los lugares de decisión. Un campo de confrontación y rivalidad entre las pertenencias profesionales: médicos vs. Psicólogos vs. Asistentes sociales. Ante una seguidilla de muertes de pacientes, se atribuyeron culposamente una responsabilidad a causa del abandono en la atención de esos pacientes, sin advertir las carencias extremas de la sala. Se expresa así una intencionalidad cohesionante, respecto de los sentidos posibles de los acontecimientos de todo lo que acontece en la sala. Lo institucional a esta altura no existía, sino en la exigencia de organizar la sala. Posteriormente el grupo se propuso alentar la viabilidad de un proyecto para la sala, de forma que virando el contenido y sentido de sus prácticas como así también surge la crítica hacia las políticas institucionales. Lentamente, el equipo fue abandonando la ilusión de aislamiento respecto de la institución, adentrándose en la sala y en el hospital. Se intenta en esta etapa administrar la gestión, que implica reinventar permanentemente el marco del análisis de las cuestiones administrativas, el cual aparecía hasta ahora como impensado de la actividad de la sala. Había que pensarlo todo nuevamente, imaginar e inventar dispositivos que comenzaran a dar respuestas a los interrogantes formulados.

3) ¿Cómo nos relacionamos con la institución?: El grupo construyó una figura de acción y lucha cuya forma anticipaba el tipo de espacios institucionales en que sería posible trabajar. Elaboraron una representación de la institución, que la mostraban como si fuera un ser vivo, esperando la oportunidad para tornar a sus tradicionales modos de instituir. 

Clase 12. Práctico

 

Texto: La anomalía autogestiva – Fernández

 

La originalidad que caracteriza y potencia a los colectivos de las asambleas barriales como los de las fábricas sin patrón, es la posibilidad de alojar lo diverso, lo expresado, en muchas ocasiones, en posicionamientos y concepciones políticas tradicionalmente opuestas que en diversos grados de tensión se despliegan promoviendo y obstaculizando las acciones a emprender. La autogestión nomina uno de los polos en tensión en estos colectivos; delegación podría llamarse al otro, tensión autogestión/delegación. Cuando no se tiene en cuenta el permanente interjuego de estas tensiones suele instalarse un imaginario acerca de la autogestión que la supone como un estado que debe instalarse de una vez para siempre. La modalidad de operar en el entre-de-sus-tensiones ha sido una de las características más interesantes de la invención de las asambleas barriales y las fábricas sin patrón. Los procesos de recuperación de la imaginación y la acción colectiva se vuelven posibles cuando las horizontalidades puestas en juego permiten el registro de las potencias deseantes de cada quien con otros, es decir, despliegan una corriente de fuerzas, de nuevas sinergias hasta entonces adormecidas en las lógicas fabriles tradicionales. Lazzarato propone pensar el pasaje de las sociedades disciplinarias a las de control partiendo de la potencia de la multiplicidad. “El poder las sociedades disciplinarias (ya se trate de técnicas de encierro o de técnicas biopolíticas) actúa siempre y en principio sobre una multiplicidad. Para que un colectivo opere en lógica de multiplicidad, es decir, que actúe autogestivamente inventando nuevas modalidades de acción y organización, es necesario que desborde la organización delegativo-representativa existente. Al desconectar aspectos de las lógicas capitalistas y producir nuevas conexiones, han inventado otros modos de trabajo y de propiedad, otra fábrica, otros procedimientos, otras formas de construcción política y de circulación de poderes; tal vez también, otras identidades fabriles. 

 

Texto: La invención de las fábricas sin patrón – Fernández

 

En este texto se habla de la recuperación por parte de sus trabajadores de diversas fábricas y empresas en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, y estas experiencias se desarrollaron a partir de la crisis económica que comenzó a partir del 2000 en la Argentina. Durante el año 2001 muchas fábricas y empresas cerraron, siendo frecuente que muchos obreros y empleados no recibieran ningún tipo de pago de salarios adeudados ni indemnizaciones. En muchos casos, los trabajadores toman las empresas y comienzan a producir en medio de grandes dificultades. Se comenzó a adoptar en muchos casos a partir de acá modalidades autogestivas de organización. 

Generalmente, son proyectos de cooperativas autogestivas, organizados a través de modalidades de decisión asamblearias, horizontales, que han recuperado la productividad y rentabilidad de las mismas en medio de represión policial, amenazas de desaolojos y solidaridades de vecinos y organizaciones populares. Esta situación, puede pensarse como el resultado de una serie de políticas económicas de tipo neoliberal adoptadas a partir de 1990, que además de generar un gran endeudamiento del país, fueron produciendo un literal desmantelamiento de la industria local, sobre todo de las medianas y pequeñas industrias que no podían competir con precios internacionales extremadamente bajos debido a un cambio fijo muy desfavorable para el sector productivo. Algunos empresarios optaron por vender sus empresas a grandes grupos económicos internacionales, otros decidieron continuar y endeudarse, donde en la mayoría de los casos llevó a situaciones de quiebra; otros, optaron por la estrategia llamada “vaciamiento”, que significa que antes de llegar a una situación de quiebra se descapitaliza a la empresa con diversos métodos poniendo a salvo el capital en el exterior o en una nueva empresa, dejando de pagar los impuestos, los aportes al sistema de seguro social, las deudas con los proveedores y los sueldos de los trabajadores. Fue bastante frecuente en estos casos que los propietarios “desaparecieran”. Hay un cambio en la noción de apropiación, no se “toma” para poseer o adueñarse, sino para producir y subsistir. 

Respecto a las producciones de sentido que se fueron configurando en estos colectivos dos consignas insistieron y además condensan los imaginarios y las prácticas que se fueron formando a lo largo de esta etapa constitutiva de las fábricas recuperadas. La primera es “ocupar, resistir, producir”. De esta idea, se despliegan 3 cuestiones:

1.                   usar la herramienta de la acción directa antes que el reclamo

2.       clara voluntad de producir, de poner como prioridad la recuperación del trabajo como derecho, como dignidad

3.         Agotados el reclamo o la protesta, la autogestión de las propias necesidades

Estxs trabajadorxs optan como forma de organización asambleas horizontales; se resisten a la jerarquización y a la delegación, tratan de tomar sus decisiones por consenso, a través de democracia directa, tanto al interior de la fábrica como en las modalidades de sus vínculos con otras organizaciones. Con la frase “si tocan a una, tocan a todas”, se intenta construir una red solidaria entre las fábricas recuperadas. Generalmente, operan con un grado de delegación mínimo y una horizontalidad máxima. Adquieren nuevos sentidos el trabajo, el dinero, la familia, los compañeros/as. En el accionar de su resistencia a la expulsión social, han inventado no sólo producir sin patrón y novedosas estrategias legales, sino también modalidades de acción política que han transformado sus modos de pensar, sentir, actuar, relacionarse. Esta estrecha relación entre resistencia e invención opera en permanente tensión con tendencias a volver a instalar gerencias, por ejemplo, o a delegar en unos pocos, cuestiones administrativas. Se sienten más libres ahora, pero muchas veces también se reconocen asustados por sus nuevas tareas y responsabilidades. Dicen “ocupar, resistir, producir…. Y volver a resistir” aludiendo a las dificultades en las transformaciones subjetivas y políticas necesarias para sostener la autogestión. 

Se distinguen 4 dimensiones dentro de las fábricas sin patrón, que se producen en simultáneo y no pueden pensarse ninguna de ellas sin las otras:

1.    Dimensión productiva: Primero fueron ocupadas, luego vino la segunda etapa de resistencia a desalojos y de enfrentar conflictos legales y en medio de los conflictos de esta segunda etapa muchas empezaron a producir para poder sostenerse económicamente.
En un principio, muchos tomaron la fábrica en espera del patrón, con la expectativa de que volviera y les pagara los sueldos adeudados. Cuando se dan cuenta que eso no iba a suceder, allí se plantearon qué hacer, cómo seguir. Para casi todos, la ocupación de la fábrica estuvo dirigida a mantener los puestos de trabajo, no ha sido un medio de lucha para lograr el cumplimiento de un reclamo. Organizan la producción repartiendo funciones entre todos, se flexibilizan los puestos de trabajo, aprenden a hacer un poco de todo. Mantienen cierta igualdad sin jerarquías, en vez de “jefe” algunos usan la palabra “responsable”, cuya principal tarea es coordinar una serie de trabajos de modo de cumplir con los plazos convenidos con los clientes. “Hay coordinadores de trabajo que es la persona más capacitada, que hace un seguimiento de toda la producción”. Aparecen dificultades para regular el trabajo sin usar medios coercitivos. Inventan modos de control colectivo basados principalmente en hacer reflexionar al que no cumple, o apelando a la justicia que implicaría el reparto igualitario de los esfuerzos entre todos (distinto a los sistemas tradicionales donde la producción se dirige mediante dispositivos de vigilancia y castigo). Ensayan otros modos de regular las conductas, apelando a la pertenencia y la autorregulación. Este modo de producir, pone en acción prácticas y significaciones que desde hace más de 3 siglos sostiene la naturalidad de la organización fabril, tal como se fue generando a partir del capitalismo industrial. Dicha estrategia de organización de la producción se sostiene en la división del trabajo, que produce alienación en tanto cada quién sólo conoce lo específico de su función. Prácticas disciplinarias extremas e imaginarios fabriles naturalizaron estos modos de organización de la producción como los únicos posibles; tales prácticas e imaginarios garantizaron la reproducción capitalista anudando en su modo de producción, discursos, cuerpos, prácticas y deseos de modo tal de sostener la reproducción del orden social. Entre los supuestos básicos de los imaginarios sociales que circulan en los ámbitos fabriles, está la idea de que una fábrica no podría funcionar sin imprescindibles directorios, patrón y/o presidente, necesarios para tomar las grandes decisiones. Luego, los patrones fueron quienes dejaron de ir a la fábrica y los trabajadores quedaron solos. Para sobrevivir, la mayoría decidió empezar a producir con los elementos materiales y simbólicos con los que contaban y al hacerlo “descubrieron” que podían producir, que contaban con más saberes técnicos que los que pensaban; además, “descubrieron” que podían decidir colectivamente y que sus decisiones no resultaban tan erradas; “descubrieron” que se podía producir sin instalar sistemas jerárquicos y “descubrieron” la plusvalía al darse cuenta que con dos días de producción podían pagar todos los sueldos. El patrón que por muchos de ellos/as había antes sido visto como un amigo, un protector, ahora pasaba a ser quien los “abandonaba” y también quien se había enriquecido a costa de sus esfuerzos. Una de las razones por las que las que estas fábricas parecen producir mejor que cuando estaban bajo patrón, es que pudieron reducir significativamente sus costos, al no existir los retiros de los patrones ni los sueldos gerenciales, y al no tener estos gastos, pudieron abaratar los productos, brindándoles una ventaja competitiva teniendo los mejores precios con el mismo nivel de calidad.

2.      Dimensión política: En estas experiencias se fueron produciendo dos tipos de estrategias políticas específicas; unas dirigidas a organizarse internamente, estableciendo mecanismos de decisión. Otras dirigidas al exterior destinadas a producir alianzas con el universo de la política y con las otras fábricas y empresas recuperadas. Respecto a la toma de decisiones, se fueron tomando por asambleas. Al principio informales, y luego se establecieron días y mecanismos para su realización; se fue adoptando un modo particular de dispositivo asambleario. Por fuera de la asamblea se establece con cierta regularidad un estado asambleario , donde las discusiones se desarrollan en todo momento en los pasillos, las comidas, en la cotidaneidad, se da el debate o deliberación también en espacios informales. En estas deliberaciones se discuten todas las cuestiones, y pocos quedan afuera. Se comparte un clima de euforia e implicación que en muchos casos contrasta con la apatía, el desgano de solo trabajar para cumplir que había caracterizado hasta hacía muy poco las actitudes fabriles. La modalidad asamblearia crea condiciones de posibilidad para que se produzcan situaciones de potenciamiento colectivo. Esta práctica de democracia directa, expresa su rechazo al representante, ya que eso implicaría un sistema de delegación política y en lugar de ello prefieren tener voceros. “Así si todo lo discutimos entre todos, tenemos menos riesgo de equivocarnos. Así todos somos responsables”, esas frases connotan el miedo y la inseguridad inicial, todo un mundo desconocido e incierto que se abría para ellos.
También se logra ver una permanente defensa de la autonomía que lograron a través de la horizontalidad; razón por la cual la mayoría de las fábricas no mantienen ningún compromiso de militancia o adhesión a ningún movimiento, ya que una adhesión muy estrecha sería volver a despojarse de ciertos grados de autonomía que han conseguido con su lucha. En el aspecto externo, se caracterizan por establecer alianzas flexibles con organizaciones que las nuclean pero no las subsumen. En este tipo de estrategias parece operar un lógica de la multiplicidad, se realizan múltiples conexiones priorizando aquello que en determinado momento les es adecuado pero sin establecer adhesiones. Esta lógica sustituye a las disyuntivas de tipo binario que los llevaría a elecciones dicotómicas y a alianzas y adhesiones de un compromiso más incondicional.

3.      Dimensión legal: Históricamente los jueces fueron partidarios de la opción de decretar la quiebra y la liquidación de los activos para saldar deudas. En las primeras experiencias los jueces ordenaron importantes operativos policiales para lograr el desalojo de estas fábricas. Sin embargo, la fuerte presión social y la intensa actividad de los abogados que defendieron a las fábricas fueron produciendo una invención legal que provisoriamente permitió una salida alternativa a estos conflictos y luego la generación de un proyecto de ley de reforma de la Ley de Quiebras, que hasta el momento no ha logrado ser aprobado. La invención legal consistió en el uso imaginativo de las actuales leyes aplicado al caso de las fábricas recuperadas. Los abogados encontraron una serie de salidas coyunturales que en la mayoría de los casos consistieron en que los trabajadores formaran cooperativas a las que luego los jueces les dieron usufructo de la fábrica y las máquinas por dos años de modo de permitirles vivir de su trabajo. En general la situación en muchas de las fábricas era que la mayoría de sus deudas eran con el estado, los trabajadores y proveedores. Lo que permitió este tipo de salidas alternativas. Las tomas de las fábricas cuestionan los límites de lo público y lo privado, plantean interrogantes sobre la forma privada de la propiedad. ¿Qué está primero, el derecho a la propiedad privada del dueño de la fábrica o el derecho a trabajar de los operarios? Ante el conflicto entre dos derechos, el derecho al trabajo con el derecho a la propiedad, algunos jueces parecen ir cambiando sus órdenes de prioridades. Luego de diciembre de 2001, donde el desempleo se transformó en toda una amenaza para el orden social, se volvió prioritario bajar la conflictividad social.

4.      Dimensión subjetiva: Las fábricas modernas instituyeron necesariamente dos subjetividades fuertemente establecidas y diferenciadas: la del patrón y la del asalariado. El primero es subjetivado para decidir, mandar y tener ambición. El segundo para aceptar un papel instrumental, ser sumiso y aceptar con naturalidad su inferioridad. Esta subjetivación disciplinaria ha constituido un tipo particular de cuerpos dóciles aptos para trabajar en los engranajes tecnológicos de la producción. Este nuevo tipo de cotidianeidad sin patrón, sin horario y sin normas restrictivas produce otros vínculos. Terminan componiendo una comunidad donde se comparte mucho más que las pequeñas ganancias de lo producido. Ya no son un grupo de trabajadores/as aislados/as, un conjunto política y existencialmente fragmentado. “No hay tiempo para fingimiento, cada uno empieza a ser como es”.
En las entrevistas a lxs trabajadorxs aparecen fuertes insistencias en sus relatos de los días o meses que estuvieron viviendo en la fábrica durante la “toma”. La mayoría coincide en que estas experiencias las vieron como momentos de gran exposición corporal, fuertes vivencias en las que “había que poner el cuerpo”, donde los cuerpos no solo podían llegar a ser blanco de los golpes en los desalojos policiales, sino que también para muchos significaba la exposición a una persistente situación de riesgo que los llevaba a “sentir el miedo en el cuerpo”. Frente a todas las dificultades brota una actitud de resistencia y lucha, un empuje (más ganas), que se potencia colectivamente. Se abren allí procesos que producen transformaciones específicas de los cuerpos dóciles a cuerpos en guardia, tensos, activos.
 Los empoderamientos de los colectivos nunca se instalan de una vez para siempre ni en todos por igual. La inercia de lo instituido, las operaciones de captación, son un asedio permanente a las libertades que se construyen.

 

El tomar mate o charlas o moverse o ir vestidos a su gusto, son pequeñas gran libertades que les permiten abandonar una masa operaria uniforme y configurar un colectivo donde cada uno es cada quien. No sólo componen un estar más agradable, no sólo quiebran procesos de fragmentación, sino que restituyen dignidades y en tal sentido forma parte insustituible de la producción de potencias personas y colectivas. Sin ellas las fábricas sin patrón no hubieran sido posibles. Los procesos autogestivos de las fábricas y empresas recuperadas han sido estrategias de supervivencia adoptadas ante situaciones de adversidad extrema. 

 

Clase 13. Práctico

 

Texto: Hacia la construcción de herramientas para la implementación de la Ley de Identidad de género en instituciones de Salud y Educación – Borakevich; Corino; Frydman.

 

En este texto, se cuenta la experiencia del Programa de Extensión “Diseño e implementación de dispositivos grupales para elucidar los mecanismos de desigualación de las diversidades eróticas, amorosas, conyugales y parentales contemporáneas”, el cual se propuso desde un principio construir herramientas conceptuales y metodológicas y así problematizar en diversos ámbitos institucionales y comunitarios las significaciones imaginarias y prácticas sociales desde las cuales se produce y reproduce cotidianamente la vulnerabilización social de personas que han optado por modalidades de vida que no se ajustan a la heteronorma. Se trabajaron las significaciones imaginarias sociales acerca de la Ley de Identidad de Género, prestando atención a los modos de discriminación que tienden a pasar desapercibidos (naturalizándolos, por medio de chistes, por comentarios casi triviales hacia las travestis). Por este motivo, se consideró necesario un encuentro destinado a la lectura, elucidación y problematización de la Ley, para lo que la ONG convocó a alrededor de 25 personas, la mayoría de ellas chicas trans que trabajaban con otras chicas trans en situación de desocupación y trabajadoras sexuales y donde también había integrantes de otras áreas de la ONG, como estudiantes de Trabajo Social, médicxs, psicólogxs y estudiantes de psicología.

Luego de la presentación de cada unx de lxs talleristas, una integrante trans de 100% Diversidad y Derechos encuadró  el trabajo a realizar en la promoción de derechos a personas trans, travestis, transexuales, transgénero, a la luz de la Ley de Identidad de Género. Para ello, se propuso un dispositivo de taller y se distribuyó al colectivo que participaba en la experiencia en dos grupos. Se le entregó a lxs integrantes de cada grupo un sobre con papeles con las siguientes palabras disparadoras: identidad – sufrimiento – trato digno – discriminación – mirada, elegidas en virtud de su insistencia entre las personas trans en reuniones previas. En uno de los grupos se dio la consigna de pensar a partir de esas palabras una escena de la vida cotidiana vivida o inventada en sistema de salud. En el otro se solicitó una escena en instituciones educativas. Luego, la coordinación pidió que se las dramatice. Quienes eligieron ser las protagonistas de las escenas eran justamente quienes las habían protagonizado en la vida cotidiana. En la ronda de comentarios expresaron en palabras afectaciones como “dolor”, “impotencia”, “marcas en la infancia que no se borran”, y también insistió estar pendiente  de la mirada del otrx todo el tiempo. También se comentó como en muchos hospitales te hacen sentir como un “bicho raro” para luego decirles que no pueden atenderlxs ahí. “En las instituciones educativas, lxs maestrxs llamaban a sus padres porque “se portaban diferente”. Identifican a las instituciones de salud como “hostiles y poco accesibles”. Las experiencias que relataban de su transitar tanto por la escuela como por el hospital se caracterizaban por el rechazo, la discriminación, la estigmatización y la exclusión. Por este motivo, muchas veces habían optado por evitar el contacto con el Sistema de Salud, y realizaron determinadas prácticas sin control médico, quedando expuestxs a situaciones de riesgos. También pasaba algo así en las instituciones educativas, donde muchos abandonaron. El taller en su conjunto se tornó una máquina de visibilidad de una máquina de desigualar socialmente a las personas trans, cuyo promedio de vida en 2007 no superaba los 36 años. Había una situación habitual antes de la Ley de Identidad de Género, que era la de llamar en las instituciones de Salud y Educación a las personas trans por el nombre que registraba en su DNI. Esas expresiones lesionaban a las personas públicamente exponiendo datos confidenciales. Con la Ley de Identidad de Género, en función del reconocimiento al derecho al nombre propio, ese destrato sería inviable en tanto se debe respetar el nombre de pila acorde al género autopercibido, en la medida en que se considera que el mismo es estructurante de la identidad. En tanto las significaciones imaginarias en las que se sostienen las prácticas de desigualación social son producciones colectivas, también es una tarea colectiva elucidar los mecanismos por los cuales se reproducen en ámbitos institucionales, comunitarios, públicos y de la vida privada.

 

Texto: La psicología, lo queer y la vida – Siquiera Peres

 

Braidotti piensa lo contemporáneo desde el concepto de la transcontemporaneidad, es decir, aquello demarcado por la crisis de los paradigmas y la emergencia de nuevos actores y actoras que reivindican derechos civiles, sociales, económicos, sexuales, culturales, políticos y de género, para cuyo análisis las referencias y los significados conceptuales disponibles demostraron ser caducos y arbitrarios. Muchos saberes, poderes y placeres participan de la producción de los modos de percepción, sensación, pensamientos y prácticas en las relaciones entre las personas, entre ellas con el mundo y consigo mismas, componiendo procesos de subjetivación que la mayor parte de las veces actúan junto a los órdenes dados por el biopoder y las diversas regulaciones biopolíticas, actúan como dispositivos disciplinarios y totalizadores que elaboran creencias, producen y mantienen regímenes de verdad que imponen  como referencia absoluta la idea reductora del ser humano a una estructura, a un sistema de funcionamiento a un aparato psíquico, a una estructura universal de pensamiento. Junto a estas determinaciones disciplinarias y reglamentarias del biopoder surge un sistema específico para actuar sobre los cuerpos, sus sensibilidades y placeres, para actuar en el corazón de la subjetividad. A este sistema reglamentario y normalizador Judith Butler lo llamó “sistema sexo/género/deseo/prácticas sexuales”. Ese sistema se orienta básicamente por las premisas de la heteronormatividad y del falocentrismo, imponiendo la heterosexualidad y los patrones rígidos de identidades sexuales y de género como obligatorias. Con esto se intenta producir individuos dóciles, contenidos y disciplinados, reproductores de los modelos y órdenes previamente dados, fijándose en identidades cristalizadas, conceptos binarios y creencias universales. Se trata de la emergencia de individuos adictos a identidades y dependientes de los modos de normalización. La mayoría de las teorías y metodologías utilizadas por las prácticas en psicología en la actualidad, se encuentran comprometidas con la mantención, cosificación y defensa del sistema sexo/género/deseo/prácticas sexuales, y ante esto, se limitan a observar, clasificar, encuadrar, diagnosticar, tratar, curar e incluso producir muerte civil de las personas que de alguna manera se tornen disidentes respecto de los órdenes impuestos como únicos, correctos y normales. Hay otros marcadores psicosociales, como clase social, raza/color, etnia, orientación sexual, estética corporal, edad, religión, que son mantenidos en frecuentes interacciones, denunciando la presencia de machismos, racismos, misoginazas, lesbofobias, transfobias y homofobias, en muchas de las prácticas y actuaciones de los operadores de la psicología.

Las escuchas y observaciones realizadas por esos operadores (policías del psiquismo, que militan en defensa de la creencia de un único cuerpo, un único sexo, un único género, un único deseo, un único psiquismo, una raza y una etnia tomadas como superiores a las otras) contribuyen para la emergencia de una psicología del terror y del aniquilamiento de todas aquellas personas que no se adecuen a los principios binarios y universales originados en sus disidencias a los patrones normativos. Como modo de resistencia a esa posición normativa y comprometida de esos modos de hacer psicología, algunos estudiosos e investigadores de la psicología han venido manifestando su descontento a través de investigaciones y publicaciones que critican la insistencia de cierta psicología que clasifica, diagnostica, trata, cura, excluye a las personas a través de un modo reductor que se limita a los manuales producidos en el siglo XIX. Contra esa práctica de la psicología es que se presenta el surgimiento de una  PSICOLOGÍA QUEER  cuyo recorte político, emancipador y crítico se muestra como urgente y necesario.

No se puede hablar de una identidad queer ya que queer nos remite a todas las expresiones existenciales que rompen con los imperativos de la norma. Lo queer no se inserta dentro de un registro binario y universal, sino que se presenta como expresión humana en construcción permanente, como procesos, siempre múltiple, heterogéneo y polifónico. Lo queer se presenta como una crítica a la identidad. Hay dos razones principales que muestran la importancia de ACT UP:

1.      Fue un grupo capaz de aglutinar diversos colectivos que hasta el momento no habían trabajado juntos políticamente (gays, lesbianas, transexuales, travestis, negras y negros, latinas y latinos, chaperos, putas, mujeres en situación de pobreza, drogadictas y drogadictos…); así de a poco se vio que muchos de los problemas de mala gestión de gobierno afectaban a numerosos grupos en riesgo de exclusión, y que luchar en coalición podía ser más útil que hacerlo desde colectivos separadamente.

2.      Su contenido ideológico y sus manifestaciones de acción directa en la calle rompían con la línea respetuosa de muchos grupos de derechos civiles tradicionales, que abogaban por una integración en el orden social normalizado negociando cuotas de poder; por el contrario, ACT UP introduce la “rabia”, la denuncia directa e implícita, las acciones ilegales, boicots en actos públicos, intervenciones en Iglesias y ministerios, desafía el orden social y político con un discurso radical.

La palabra queer tiene su origen en la cultura inglesa donde era usada como una ofensa para gays y lesbianas, pero como modo de su reversión pasa a ser apropiada inicialmente por los activistas homosexuales para hablar en nombre propio de modo que la única persona que puede apropiarse y asumirse como queer es quien se sitúa en ese lugar, subvirtiendo la idea de estigma que discriminaba y excluía a las personas de la comunidad LGBT y resignificando sus existencias de modo de expresarlas en su positividad y orgullo.

Para Judith Butler la naturalización del sexo y del género se presenta como efecto político de reproducción del modelo heteronormativo, demarcando el poder ejercido por tecnologías político-morales-cristianas de prescripción de la heterosexualidad . La identidad sexual y de género no puede ser tomada como expresión de un interior natural y/o esencial, ya que la idea de la existencia de una esencia interior es el efecto reglamentador advenido de la propia identidad, que por su parte es una manifestación de exterioridad.

Para Córdoba para que una identidad sea fijada se necesita excluir otras diversas formas identificatorias a través de un proceso encubierto que produce la ilusión de que la identidad sería una esencia, algo con lo que las personas ya nacerían, y por lo tanto, no se permite su problematización, pues aquello que se muestra natural no puede ser transformado o conectado con otros campos posibles.

Según B. Preciado, la programación de género dominante parte de la siguiente premisa: un individuo = un cuerpo = un sexo = un género = una sexualidad. Desmontar esas programaciones de género implica un conjunto de operaciones de desnaturalización y desidentificación.

Se trata de promover una psicología queer que rompa con postulados binarios que se proponen como universales y totalizadores y abra espacio para la emergencia de sujetos y subjetividades nómadas, en consonancia con políticas queer. La perspectiva de una lectura psi que escape de los binarismos y universales hacia una posición nómada de análisis remite a un alejamiento de las referencias que toman al ser humano como uno, como estructura cerrada, como totalidad, y reconoce en el humano su diversidad múltiple de expresión y de conexión con la diferencia de la diferencia: toma la variación, la discontinuidad de lo humano en su positividad y potencia, dando espacio de representación y reconocimiento a nuevas expresiones sexuales y de género, para que sean oídas y contempladas en sus reivindicaciones sociales, políticas y emancipadora de ciudadanía, derecho de ir, venir, ser, transitar y vivir.

Se pueden señalar como características de la política queer la visión de identidad abierta y flexible, y la utilización de estrategias e instrumentos de luchas advenidos de las estructuras culturales de la heteronormatividad. Esta política renunciará a la integración a una sociedad heterosexual, ubicándose decididamente en lugares marginales. Se podría señalar como queers a aquellos heterosexuales que hacen una crítica voluntaria a la heterosexualidad ya que eligen ciertas prácticas sexuales como bisexualidad o sadomasoquismo, o simpatizan con los planteamientos queer. Una psicología queer se orientará por unos supuestos básicos:

1.      Deconstruir los sistemas de pensamiento binarios y sedentarios, imágenes y discursos capturados por la lógica y normativa

2.      Cartografiar conflictos existentes entre las estrategias de resistencias y la dominación psicosocial, política y cultural

3.      Facilitar la emergencia de nuevos sujetos emancipados, destacando su posición como sujetos de derecho

Los objetivos más importantes de la psicología queer son:

1.      Deshacer lo sexual y el género, heteronormatizado y falocéntrico

2.      Desterritorializar los territorios sexualizados y engendrados a través de la decodificación de los códigos que dan inteligibilidad para estereotipos de clase social, raza, sexualidad, sexo, género, etc.

3.      Facilitar el pasaje para que devenires otros puedan expresar nuevos modos de existir, fuera de los binarismos y de los universales que hasta entonces se orientaban por los procesos de normalización impuestos por el biopoder y sus regulaciones biopolíticas.          


 

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