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Problemas Antropológicos

2° Parcial

Cátedra: Mendez

2° Cuat. 2007

Altillo.com

A partir de la lectura de los textos de Nietzsche, Freud y Marx, y del trabajo realizado en teóricos y prácticos, desarrolle para cada uno de los autores:

a)- El contexto histórico-político en el que se inscriben sus producciones;

b)- Tres conceptos para cada uno que den cuenta del efecto de ruptura de cada uno de ellos;

c)- Relacionar con la Unidad nº 1

 

Friedrich Nietzsche (1844-1900)

 

En algún apartado rincón del universo centelleante, desparramado en innumerables sistemas solares, hubo una vez un astro en el que animales inteligentes inventaron el conocimiento.” [1]

 

a)-

 

Nietzsche surge como figura en un contexto histórico y político de variado contenido intelectual.

 

Podemos mencionar al siglo XVIII – llamado el siglo de las luces – como el gran movimiento intelectual que deja como legado la razón para explicar todos los fenómenos existentes. A través de ella se buscará acceder al conocimiento, a la ética, a la naturaleza, etc. Este tipo de razonamiento estará basado en la filosofía de René Descartes, que era racionalista: buscaba llegar a la verdad a través de la razón. Según este autor hay que descreer de todos los hechos de la vida que aparecen como verdaderos: hay que dudar de lo que confirman los sentidos ya que las percepciones aparentemente empíricas son engañosas; habría un ser superior, un “genio maligno” que podría inducirnos al error masivo. En conclusión, de lo único que no puede dudar Descartes es de su propia existencia, de su propio pensamiento.

Hacia el final del periodo de la Ilustración, aparece en escena Immanuel Kant, tratando de superar la dicotomía racionalismo-empirismo. Establece el idealismo trascendental, el cual sostiene que todo conocimiento debe estar caracterizado por dos elementos: uno externo al sujeto, es decir un objeto de conocimiento y otro propio del sujeto, que es el sujeto cognoscente; las condiciones de conocimiento, entonces serán impuestas por el sujeto y no al revés.

 

El siglo XIX fue un siglo de prosperidad y progreso, facilitado por el desarrollo del Capitalismo y de las ideas Liberales. La Europa agraria tradicional comienza a ser desplazada paulatinamente por la Industria, formando nuevas sociedades materialistas e individualistas.

Este siglo estará impregnado por un movimiento filosófico: el realismo. Este supone que las percepciones no nos engañan, y que las cosas percibidas por nuestros sentidos son en realidad lo que parecen ser: el objeto observado existe independientemente del sujeto que lo observa.

Aparece en escena Arthur Schopenhauer, el cual reacciona frente a las producciones metafísicas post- kantianas. Este filosofo toma el criticismo de Kant y sostiene que se puede acceder al conocimiento del yo a través de la introspección. Además postula el principio de razón, mediante el cual sostiene que los hechos que se nos aparecen como azarosos en realidad no lo son, ya que los calificamos como tales por el mero hecho de que no sabemos las causas que los originan. Este principio es el fundamento de toda verdad.

A mediados del siglo XIX, surge Charles Darwin y con él, el evolucionismo. Al publicar su libro El origen de las especies en 1859 postula la teoría de la evolución: esta forma de pensamiento se basa en una secuencia cronológica donde el ser humano se encuentra inmerso en una serie de etapas sucesivas, que conducen a un fin predeterminado y de las que no puede librarse.

En 1870 estalla la Guerra Franco-Prusiana, luego de la cual se produce la formación del Segundo Reich, consolidándose el Imperio Alemán. Es a partir de ese momento que Alemania se convierte junto con Inglaterra en una potencia mundial, y se produce en ese país un gran desarrollo geográfico, económico, político, científico y militar.

 

Es durante esta trama histórica y política donde tendrán lugar las producciones de Nietzsche.

 

b)-

 

Podemos mencionar a Nietzsche como un autor de quiebre porque romperá con dogmas culturales, religiosos, científicos y filosóficos occidentales. Realizará fuerte críticas a la ciencia y a la filosofía, ya que las consideraba falsas por estar basadas en preceptos griegos.

El primer concepto que cuestione Nietzsche es la categoría de verdad. Se pregunta entonces:

Aquí aparece entonces el concepto de falsedad, pero es falso porque no existe la verdad: rompe con la dicotomía verdadero-falso. Lo que se construye son ficciones, son creaciones – no descubrimientos – inventos, herramientas que son necesarias porque nos sirven para pensar.

El mundo siempre es interpretación, no es verdad. No tenemos acceso directo al mundo ya que siempre estará mediado por un dogma, una teoría, un mito. Entonces las ficciones se articulan en interpretación y mediante ella es que tenemos acceso al mundo, pero no existe ninguna interpretación sobre las demás interpretaciones. Todas las interpretaciones son inmanentes, momentáneas, aunque corren peligro de volverse trascendente y convertirse en hegemónicas por sobre las demás.

Y para Nietzsche fueron justamente los filósofos griegos quienes cometieron este infortunio de creerse las ficciones como únicas y verdaderas. El problema del platonismo es que no se cree una ficción, se transformó en una verdad universal y generadora de todas las ficciones que le siguieron en el tiempo. Por esta razón dice que la filosofía griega es una filosofía en decadencia: por su falta de sentido histórico, por su deshistorizacion de los conceptos, y su repudio a la noción de devenir. Deshistorizan – momifican – conceptos fundamentales como la razón, la religión y la moral, ubicándolos del lado de lo trascendental y de lo eterno, convirtiéndolos en dogmas. Estas momias atribuirán a los sentidos la cualidad de ser falseadores, de engañarnos, cuando son los sentidos los que no mienten mostrando el devenir, el cambio de los conceptos. Es en realidad la razón la causa de que falseemos el testimonio de los sentidos.

La segunda cuestión, que podemos sostener que lo instituye como un autor de ruptura, es la critica a la temporalidad lineal. Las temporalidades en Occidente son vistas: de forma lineal evolutiva (todo progreso será mejor) y por otro lado la temporalidad como transcurso irreversible del tiempo, ya que en ese tiempo que transcurre todo se transforma, eso lo hace irreversible (también es lineal, pero no se dirige hacia ningún lado). Nietzsche propondrá entonces la temporalidad como el eterno retorno: un tiempo infinito, donde no se puede situar ni principio ni fin, por lo que es imposible que no se repitan las mismas situaciones una y otra vez, sin variación alguna.

Por tal razón, debe amarse al destino (Amor fati) de manera que puedan, no solo soportarse, sino desearse el retorno de las mismas y exactamente iguales situaciones – triunfos, alegrías, tristezas, etc. – una y otra vez. De este concepto se desprende una idea ética, que es singular y que no puede universalizarse, ya que al aceptar el eterno retorno, el hombre se previene y acepta sus actos, no se arrepiente de ellos, para que al volver a vivir su vida exactamente igual no experimente temor alguno.

El tercer y último concepto que introduciremos para caracterizar a Nietzsche como un autor de ruptura, será el de moral. Para deshistorizar el singnificado que le atribuyó el pensamiento occidental utilizará un método genealógico. Este se opone al método evolutivo que implica necesariamente un ir hacia delante, mediante una serie de etapas sucesivas: este método consistirá en partir del presente para cuestionarnos acerca de los preceptos que hicieron que nuestro pensamiento está caracterizado de determinada forma y no de otra, pero a la vez teniendo e cuenta que llegamos a este pensamiento pero que podríamos haber llegado a cualquier otro (elimina el determinismo absoluto).

Sostendrá entonces que los filósofos se encargaron de decretar que un comienzo fueron las acciones no egoístas las que fueron llamadas buenas y por ende las personas que las realizaban eran consideradas buenas. Sin embargo, esto es falso ya que las personas que se llamaban a sí mismas “los buenos” eran los nobles, los poderosos, los superiores, los valientes, en contraposición a los primitivos, los pebleyos, los vulgares, los cobardes que serán “los malos”. Es este sentimiento de dominación, la relación de una especie superior frente a una inferior lo que Nietzsche situará como el origen de la dicotomía bueno-malo. La moral de estos nobles estará dada entonces por su orgullo propio por ser altivos, valientes, fuertes y dominadores, despreciando todo lo inferior por ser cobarde, débil, vulgar. Y la moral de los oprimidos, de los dominados, de los inferiores surgirá como oposición de esa moral noble, condenando sus cualidades y sus valores.

De a poco, esta concepción de moral pebleya se irá extendiendo e imponiendo por sobre la moral noble, ya que los aristócratas son unos pocos elegidos, unos privilegiados mientras que los inferiores son demasiados. Además fomentaran esta inversión de etimología la aristocracia sacerdotal, los mas “malvados” en la guerra por ser los mas impotentes, impotencia por la cual va a crecer en ellos un odio feroz hacia los “buenos”, hacia los guerreros. Aquí es donde Nietzsche realizará una fuerte critica a la moral judeo-cristiana, por invertir los valores bueno = noble = poderoso = bello = feliz = amado de Dios. La moral estará encarnada entonces por la premisa:

“¡Los miserables son los buenos; los pobres, los impotentes, los bajos son los únicos buenos; los que sufren, los indigentes, los enfermos, los deformes son también los únicos piadosos, los únicos benditos de Dios, únicamente para ellos existe Bienaventuranza – en cambio vosotros, vosotros los nobles, los violentos, vosotros sois por toda la eternidad los malvados, los crueles, los lascivos, los insaciables, los ateos y vosotros seréis también eternamente los desventurados, los malditos, los condenados!...”[2]

Aquí explica claramente como triunfó la moral de los esclavos por sobre la de los “señores”. Este triunfo es resultado directo del resentimiento, ya que al odiar a los nobles, el esclavo debe mirarlos con recelo, callar las visicitudes que le tocan vivir y humillarse temporariamente, debe ser sumiso, aceptar la adversidad. Esta es precisamente una actitud de resentimiento, ya que esta miseria que le toca vivir en la vida terrenal será compensada en el paraíso, un mundo “bueno” e ideal, donde los "malos” son sometidos al juicio final, y luego arderán en las llamas del infierno.

Concluyendo, podemos decir que la concepción sobre lo bueno y lo malo, no siempre fue como la podemos apreciar en el presente. Nietzche sostiene que la concepción etimológica de la palabra sufrió cambios a lo largo de su historia, ya que en un comienzo los buenos eran los nobles orgullosos de sí mismos, los aristócratas, los superiores, los dominadores, los bellos, los guerreros, los valientes; mientras que los malos eran los débiles, los pebleyos, los esclavos, los feos, los cobardes, los impotentes. Esta dicotomía bien=noble vs. mal=despreciable, invierte sus valores para luego consignar mediante la tradición judeo-cristiana a los “buenos” como los sumisos, los humildes, los pacientes, los débiles, mientras que los “malos” serán los orgullosos, los violentos, el amo. Es así que cambia el concepto de moral de manera que los esclavos pasan a estar por encima de sus amos, pasan a sentirse hombres superiores, los elegidos de Dios, a los que “lamentablemente” un mundo exterior les es adverso, y ellos no actúan, ya que la paciencia, la misericordia y la sumisión, les permitirán alcanzar el Reino de los cielos.

 

En resumen, podemos decir que Nietzsche es un autor de ruptura porque rompe con la idea de verdad, con las ficciones platónicas consideradas verdades universales y hegemónicas.

A la vez, a través de su genealogía de la moral, romperá con los conceptos de bueno y malo, historizándolos y atribuyéndoles su significado primario: los nobles eran los buenos, los virtuosos, los valientes, los guerreros; los malvados los esclavos, los resentidos, los plebeyos, los cobardes, los sumisos, los impotentes.  Rompe entonces con los ideales platónicos que conjugaban los conceptos de padecimiento, de sufrimiento, de sumisión como lo bueno.

Por ultimo, se opone a la concepción lineal del tiempo, postulada por el evolucionismo, sosteniendo que el tiempo es infinito y que no tiene principio ni final: es un eterno retorno, donde la vida vuelve a vivirse exactamente igual una y otra vez.

 

c)-

Relacionandolo con la Unidad nº 1 podemos decir que Nietzsche critica la idea de verdad sostenida por los filosofos occidentales: La verdad como concepto, como categoría que sostiene el discurso del filósofo y que será real por el mero hecho de ser universal. Sin embargo, este autor nos dice que la verdad no existe, que lo existen que son ficciones que los filosofos griegos se creyeron como verdades hegemonicas y eternas. Criticará el metodo dialectico de Sócrates, ya que es un metodo utilizado por aquellos que no tienen otras herramientas mejores, por gente que lo utiliza como un recurso obligado por no tener otras armas. Tambien critica la tenacidad de estos filosofos de querer combatir a los instintos, cuando no son ellos los que nos engañan sobre la realidad sino la Razón misma.

Deleuze y Guattari toman a Nietzsche y a sus ideas para decir que toda creación es singular, no universal a la manera platónica, y así lo será la formación de conceptos.  Critican a Platón, ya que este sostenía que había que contemplar las Ideas, pero para hacerlo, se tuvo que crear primero el concepto de Idea.

Nietzsche rompe con el mito de Occidente como construcción política que tiene que ver con un proyecto de dominación. Este mito es de poder, ya que las ideologías que se apropian de este mito son ideologías de poder. La Cristiandad aparece entonces como el poder en sí mismo: se forma entonces un marco de poder universal, con un Dios único y verdadero. El poder ya no se justifica en si mismo sino que está justificado en un Dios. Occidente toma como su deber imponer “la verdad” a los demás pueblos, imponer la razón, y también imponer su Dios. A la vez, impondrá tambien su concepción moral, invirtiendo los conceptos de bueno y malo, para que el concepto de bueno haga referencia a la sumisión, a la paciencia, a la misericordia, a la devoción, y el concepto de malo al orgullo, a la dominación, a lo guerrero.

Finalmente podemos decir que Nietzsche deconstruye el mito de Occidente de la ciencia concebida a la manera Socratica, de la linealidad del tiempo evolucionista y  de la moral judeo-cristiana.

 

 

Karl Marx (1818-1833)

 

"Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo." [3]

 

a)-

 

Este autor de ruptura se inscribe en la perspectiva contractualista (siglo XVIII) y el evolucionismo (siglo XIX), donde se crea la modernidad.

 

El siglo XVIII se desarrolla en pos de la idea de progreso indefinido y se ajusta en una dicotomía salvajes–civilizados. Hobbes y Rosseau construyeron el imaginario político que conocemos en la actualidad, el contrato social. La idea de Hobbes responde a esta dicotomía salvajes-civilizados: los hombres que viven en la naturaleza son libres, pero a la vez brutales, solitarios, pobres, salvajes; esto origina que vivan en un estado de guerra civil continua, donde se aniquilan los unos a los otros. Por tal razón es necesario que surja un Estado muy fuerte, al que el hombre transfiere sus derechos y responsabilidades, para que regule las relaciones entre los hombres y evite que se hagan daño a sí mismos y a los demás. Consecuentemente, será tarea del Estado regular los flujos de los hombres, como son la pasión, el deseo, etc. En conclusión, podemos decir que la dicotomía salvajes-civilizados no se supera: el salvaje será siempre salvaje, la civilización es un privilegio de los hombres blancos europeos.

Al mismo tiempo, surge en el siglo XVIII en el Reino Unido – y luego se extiende a lo largo de toda Europa en el siglo siguiente – la Revolución Industrial. Esta revolución fue industrial porque sustituyó el trabajo manual por la manufactura y la industria, pero a la vez implicó grandes transformaciones no sólo económicas sino también sociales, culturales, tecnológicas, políticas, etc.

Esta Revolución Industrial trajo numerosos cambios consigo que dieron lugar a las críticas de Marx:

La Revolución Francesa en 1789, va a permitir el acenso de la burguesía comercial al sitio que antes ocupaba la clase feudal francesa. Comienza entonces a justificarse el desarrollo del capitalismo mediante los conceptos de libertad, igualdad y fraternidad. Estas ideas liberales, van a abogar por las libertades individuales, las cuales de ser respetadas producirán un progreso social, y a la vez un Estado de Derecho que garantice que todas las personas estén sometidas a las mismas leyes. Aquí continuarán el pensamiento de Hobbes y Rosseau, los economistas Adam Smith y David Ricardo.

Para Adam Smith, el bienestar social está dado por el crecimiento económico, el cual solo es posible a través de la división del trabajo. Esta división del trabajo implica una especialización de tareas que disminuye los costos de producción. Sostiene también que hay una mano invisible que es la encargada de fijar los precios justos de los productos en el mercado. Por ultimo, concluye que debe haber libre intercambio comercial: la oferta y la demanda deben actuar libremente, por lo cual el Estado debe influir lo menos posible.

David Ricardo, en cambio, sostiene que el valor de un producto está determinado por la cantidad de trabajo que contiene, y aumenta si es necesario más trabajo sobre ese producto o disminuye en el caso contrario. Los beneficios aumentan a medida que se sustituye el trabajo asalariado por nuevas tecnologías. 

 

El siglo XIX estará caracterizado al igual que su antecesor por manejar enunciados reduccionistas. Este método explica los acontecimientos de forma sencilla y universalista, utilizando el método científico: simplifica el problema, descomponiéndolo en partes simples; luego busca entender y resolver estos problemas simples; y por última busca integrar esos problemas simples para entender el todo original. Este será el método utilizado por las ciencias y se extenderá también a todas las demás disciplinas.

Por otro lado, con la llegada del siglo XIX, comienzan a producirse en Europa pequeñas crisis, como resultado de malas cosechas. Este hecho provoca una merma de productos alimenticios indispensables en el mercado, lo que genera una suba de precios de los mismos debido a su escasez. Esta falta de materia prima comienza a producir una baja industrial, y comienza a crecer el desempleo, en un momento donde el costo de vida comienza a ser muy alto.

A nivel político comienzan a surgir roces entre Inglaterra, Francia y Alemania disputándose el prestigio internacional como potencia comercial, y se generan los primeros focos de conflicto laboral en esos países.

Karl Marx surgirá este contexto, pero no como producto de ese momento histórico, sino como un contexto que si bien le da lugar a sus producciones no las explica.

 

b) –

 

Podemos considerar a Karl Marx como un autor de ruptura porque viviendo en pleno apogeo de la Revolución Industrial pudo abstraerse y analizar y deconstruír el sistema capitalista.

El primer concepto con el que rompe será con las leyes y verdades atemporales de los economistas clásicos. Marx critica a la economía clásica porque sus economistas plantean las leyes y las condiciones del sistema de forma ahistórica y eterna: el capitalismo fue, es y será siempre del mismo modo. Sin embargo, este autor sostiene que un sistema económico debe plantear leyes para un momento histórico, político, cultural y social determinado.

Luego, critica a Smith y a Ricardo, economistas liberales, porque se equivocan al tomar al individuo como punto de partida de la historia actual, como puesto por la naturaleza, y no como resultado de una producción histórica y cultural. Pregonan “robinsonadas”, ya que el individuo produce en sociedad: no existe el individuo produciendo aisladamente. El hombre es un animal social, producto de una historia, y solo puede individualizarse en esa sociedad.

De esa manera, naturalizan y absolutizan conceptos, elevándolos como verdades trascendentales y hegemónicas. Esta abstracción de conceptos origina que se le otorguen características universales que se generalizan y que no permiten asimilarlos en su singularidad: se toman como universales verdades atemporales. Por ejemplo, el concepto de riqueza era definido por los economistas clásicos como el resultado obtenido del trabajo (verdad atemporal); sin embargo, en la realidad apreciamos que esto no es así ya que mucha gente trabaja 12 horas por día o más y no puede satisfacer sus necesidades básicas, no es rica.

Para Marx la producción, el Estado, la religión monoteísta, la propiedad privada son producciones históricas y culturales de una sociedad determinada. Son categorías que se construyeron intencionalmente y a los fines del capitalismo, y que son transmitidas históricamente y por lo tanto transformables. Estas categorías se transformarán de acuerdo a los modos de producción, los cuales determinarán la forma en que los hombres se relacionan entre ellos y con la naturaleza. En las sociedades capitalistas, las relaciones de producción que se establecen son relaciones de explotación entre los burgueses, los dueños de los medios de producción, y los proletarios, dueños de las fuerzas de trabajo. En esta relación se planteará entonces una lucha antagónica.

Por ultimo, Marx sostiene la idea de un fetichismo de la mercancía, donde esta ultima se encuentra sobrevalorada en tanto valor de cambio, como un ente abstracto que toma cada vez más valor, encubriendo su proceso de producción real, el trabajo humano que realmente construye las mercancías en tanto valor de uso. El obrero está alienado de su producto y no se ve como un producto del sistema: el sistema Capitalista le hace perder la noción de que ese producto es resultado de su propio trabajo. Este fetichismo cubre todas las relaciones de dominación que se dan en esta producción de mercancías, donde hay un plusvalor que es robado a los dueños de la fuerza de trabajo, y es acumulado por los dueños de los medios de producción para generar más capital. En la sociedad capitalista el sujeto al vender su fuerza de trabajo, ha devenido un objeto de intercambio, una mercancía más.

 

Por todo lo dicho, sostenemos a Karl Marx como un autor de ruptura porque se ubica por fuera del sistema capitalista, y critica la atemporalidad de las leyes económicas clásicas, sosteniendo que el sistema económico debe responder a un momento histórico determinado. Los conceptos económicos no deben universalizarse y abstraerse ya que de esta forma se deshistorizan y pierden singularidad.

Por otro lado, evidencia la relación de explotación, invisible a los ojos del obrero, entre el burgués y el proletario. Esta lucha es antagónica y asimétrica, ya que hay un dominador y un dominado: la plusvalía será entonces la ganancia que el patrón obtenga de su empleado, y que se separará para la obtención de más capital.

 El último concepto que sostiene nuestra premisa es el fetichismo de la mercancía, donde esta se encuentra sobrevalorada y encubre su proceso de producción que no es otro que el trabajo humano. De esta forma el obrero termina convirtiéndose en una mercancía más que se puede intercambiar.

  

c) –

 

Podemos relacionar a Marx con la unidad nº 1, porque se encarga de deconstruir el mito de Occidente. Critica a la Economía Política Clásica porque sus leyes y conceptos son ahistóricos, atemporales, eternos, cuando en realidad el hombre es un producto social e histórico, por lo que las leyes que rige su sistema deben ser adecuadas para el momento histórico en el que se encuentra inmerso.

Además, critica la concepción Robinsoniana del hombre, como productor aislado, cuando la producción humana es intrínsecamente social. Consecuentemente, el individuo no va a aparecer artificialmente como un ser aislado (lo cual no existe en la realidad, ya que la condición inherente al ser humano, es ser un ser social) sino que va a ser tarea de la psicología poder estudiar al hombre en su interacción con el ambiente, con las normas, costumbres y creencias de la cultura en la que se desarrolla,  y por otro con los demás seres sociales o grupos con los que se relaciona.

Marx se ubica por fuera del mito de Occidente y evidencia la lucha de clases, entre burgueses y proletarios, así como tambien la alineación que sufren los obreros, ya que no perciben los resultados de su producción como propios ni la relación de dominación existente en ella.

  

Sigmund Freud (1856-1939)

 

“Cualquiera que despierto se comportase como lo hiciera en sueños sería tomado por loco.” [4]

 

a)-

 

Sigmund Freud se inscribirá como un autor de ruptura porque deconstruirá la lógica de un discurso dominante en el contexto histórico-político en el que se encuentra inmerso.

 

El siglo XVII es llamado el Siglo de las Luces, y estará sustentado por el ideal de la Razón como un sistema de pensamiento que conduce al conocimiento, a la ética, a la literatura, etc. Estará influido por el pensamiento de René Descartes, el cual sostiene que la Razón es el único medio para alcanzar la verdad, ya que las percepciones pueden engañarnos por lo que la empiria carece de sentido. Va a dudar de todo aquello que esté dado por la experiencia, sin embargo, de lo único de lo que no puede dudar es de su pensamiento (cogito). Descartes va a plantear así la idea de un pensamiento que está por fuera de la conciencia, y que es donde descansa – precisamente – la Razón. Sin embargo, en oposición a las ideas racionales, surgirá el Romanticismo Alemán que prioriza los sentimientos en oposición a la Razón, amando la naturaleza frente a la civilización, por ser lo originario, lo genuino.

 

En los inicios del siglo XIX se comienza a desarrollar – primero en Francia y luego se extiende hacia el resto de Europa – el pensamiento positivista. Sostenido primariamente por Augusto Comte y luego por Stuart Mill, este pensamiento estará caracterizado por explicar causalmente los fenómenos a través de leyes generales y universales. Solo a través de esta metodología científica, el investigador puede hallar el camino hacia la verdad. Esta epistemología se extiende a todas las demás disciplinas como forma de legitimarlas científicamente: el individuo y la sociedad se transforman entonces en objetos de estudio.

Por otro lado podemos situar también a Arthur Schopenhauer como un exponente de este siglo, ya que tiene suma importancia su idea de “voluntad”. Este autor sostiene que es posible conocer al yo a través de la introspección, y es a este yo al que va a denominar “voluntad” o “voluntad de vivir”. Esta voluntad no es otra cosa que un impulso, una pulsión (trieb) que actúa sin fundamentos y sin sentido.

A mediados del siglo XIX, aparece Charles Darwin y con él, la teoría de la evolución de las especies.  Esta forma de pensamiento se basa en una secuencia cronológica donde el ser humano se encuentra inmerso en una serie de etapas sucesivas, que conducen a un fin predeterminado y de las que no puede librarse. Sin embargo, se agrega la idea de que los hombres descienden de una especie de mono, lo que generó fuertes críticas de parte de la Iglesia ya que se cuestionaban dogmas religiosos, como La Creación.

Al mismo tiempo, comienzan a extenderse a lo largo de toda Europa el socialismo científico  basado en las ideas de Marx y Engels. Estos autores se oponían a las ideas liberales y al dominio burgués predominante, así como también a los estragos que estaba causando la Revolución Industrial; por ende, apoyaban el movimiento obrero y el levantamiento del proletariado, concientizando a los trabajadores a través de su manifiesto comunista.

 

Dentro de este contexto histórico y político, donde confluyen múltiples pensamientos intelectuales podemos situar a Freud como un autor de ruptura. No porque este contexto sea el causante de sus producciones, sino como trama histórica que si bien le da lugar, no explica esas producciones.

 

b)-

 

Sigmund Freud se inscribirá como un autor de ruptura porque deconstruirá la lógica dominante de los discursos de Occidente.

Este autor construirá el concepto de Inconciente, no ya como lo opuesto a la conciencia – tal como sostenían sus antecesores – sino como una instancia psíquica regida por leyes, que no podrá ser nunca conciente y de la que solo se podrá saber a través de sus distintas manifestaciones: el sueño, los actos fallidos, los chistes, los síntoma, etc. Postulará también un sistema preconsciente, distinto del yo, y sobre el cual descansarán aquellas representaciones que si bien no son asequibles a la conciencia pueden devenir concientes. Un sistema consciente donde se encuentran representaciones a las que puede acceder el sujeto, pero que pueden devenir Inconscientes en cualquier momento. Y finalmente el Inconciente,  regido por el principio de placer, atemporal y que reúne todas aquellas representaciones que no se encuentran en el campo de la conciencia.  Estos contenidos están reprimidos y buscaran retornar a la conciencia constantemente pero solo lo lograran “disfrazados” de sueños, lapsus, chistes, etc. Freud sostiene que las personas experimentan situaciones que son muy dolorosas y angustiantes, por lo que el aparato psíquico decide reprimirlas para no experimentar displacer. Esta represión es un mecanismo de defensa que ejerce el aparato, para liberarse de cuestiones displacenteras o inaceptables para el yo que entran en conflicto por querer satisfacer un deseo y por las prohibiciones morales que se juegan en su realización.

Una de las manifestaciones del Inconsciente es el sueño, y será justamente el desarrollo que tendrá en la obra de Freud, otro de los conceptos que permitirán calificarlo como un autor de ruptura. Hasta ese momento los sueños eran considerados una manifestación absurda y sin sentido, poco prácticas e importantes para los médicos y neurólogos de ese entonces. Sin embargo, Freud retoma la cuestión del sueño desde una perspectiva racionalista – buscando el rasgo común que caracteriza los sueños de todas las personas, tanto sanas como enfermas – a partir de que descubre que estos tenían sentido en las neurosis de sus pacientes. De esta forma, encuentra que todos los sueños implican un cumplimiento de deseo. Este deseo, que puede ser o no conciente, se encuentra desfigurado en el sueño mediante leyes de condensación – cuando varios elementos se reúnen en torno de un mismo elemento, por ejemplo cuando en el sueño aparece una persona con rasgos de otra o de otras – y  de desplazamiento – el afecto se desplaza hacia otras representaciones superfluas, de manera que puede aparecer como sin importancia una escena del sueño que en realidad lo es y viceversa. La interpretación de los sueños entonces, implicará descifrar lo inconsciente que se manifiesta en el sueño lo cual es dificultoso ya que no siempre es lo que aparenta por estar desfigurado por estas leyes.

El tercer concepto que aquí desarrollaré para justificar que Freud se inscriba como un autor de ruptura es el de sexualidad infantil. Este autor establecerá que los niños no solo tienen sexualidad, sino que nacen perversos polimorfos. El concepto de perverso hace referencia aquí a una sexualidad que no tiene como fin la reproducción, y que será polimorfa por la cantidad de diferentes objetos que pueden ser fuente de placer para el infante. Desarrolla  así un modelo psicosexual, consistente en etapas que las personas atravesarán desde su nacimiento y en las cuales irá variando el objeto de satisfacción libidinal. Estas etapas son:

Al culminar el desarrollo psicosexual, los niños entran entonces en el Complejo de Edipo. Ambos niños sentirán deseos incestuosos hacia la madre, aunque en el caso de la niña será solo en un primer momento ya que luego desplazará ese amor incestuoso a la figura del padre. Esto se producirá cuando la niña perciba que su madre también carece de pene al igual que ella, y por lo tanto buscará en el padre ese pene que la madre no le pudo dar. El niño en cambio, percibirá la falta de pene en las niñas como una castración que lo amenaza también a él: renuncia entonces al deseo de acostarse con su madre, por temor a ser castrado. Ambos niños salen del Edipo, renunciando a los objetos de amor parentales y buscando libidinizar objetos de amor exogámicos.

 

En conclusión, podemos decir que Freud es un autor de ruptura porque convirtió al Inconsciente en una instancia psíquica, a la que le dio status científico, sobre la que no tenenemos influencia alguna, y de la que nada sabemos. Este se da a conocer solamente a través de actos fallidos, sueños, síntomas: manifestaciones a las que hasta ese momento no se otorgaba significación alguna. Esta visión se opone a la del sujeto consciente, amo de sus dominios, sostenida por los racionalistas.

Por otro lado, le dará un sentido al sueño como realización de los deseos inconscientes y sostendrá que está regulado por leyes especificas que evitaran que los deseos reprimidos se hagan concientes.

Por ultimo, definirá la sexualidad infantil como perversa polimorfa y enumerará las diferentes fases que atraviesan los niños para alcanzar la madurez sexual, argumentando que todos los niños poseen en un primer momento deseos incestuosos hacia los padres y que es la conciencia moral la que los obliga a renunciar a ellos para poder ingresar a la cultura. Sin embargo, estos deseos infantiles, incestuosos y reprimidos volverán una y otra vez, a lo largo de toda la vida del individuo expresándose en las manifestaciones del inconsciente mencionadas más arriba.    

 

 

c)-

 

Relacionamos  a Freud con la unidad Nº 1, cuando encontramos presente en su teoría la deconstrucción de mitos occidentales como la sexualidad infantil, la religión, la cultura, etc. Rompe con tabúes imperantes hasta ese momento, y naturaliza la idea de que todas las personas en la primera etapa de nuestras vidas sentimos deseos incestuosos hacia nuestros padres. Luego renunciaremos a esos deseos por presión de la cultura en la que vivimos, y renunciaremos a ellos reprimiéndolos.

Por otro lado, postula al Inconsciente como una instancia psíquica a la que no podemos acceder libremente, y sobre la que no tenemos control alguno. Esta concepción rompe con la idea de el hombre como ser racional y amo de sus dominios.

Además le da sentido a una manifestación del inconsciente que es el sueño. Le va a atribuir leyes, y un trabajo propio así como una característica universal que está presente en todas las personas: el sueño es un cumplimiento de deseo.