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Resumen de "Deseo, Deseo del Otro y Fantasma" |  Adolescencia (Cátedra: Barrionuevo - 2020)  |  Psicología |  UBA
Deseo, deseo del otro y fantasma

Freud expresa que el sueño, la fantasía, el olvido de nombres, etc, están motorizados por el deseo, que se re realiza en lo alucinatorio de las huellas mnémicas. Sostiene que una cosa es la necesidad y otra cosa distinta es la pulsión:
•Afirma que la necesidad hace al instinto, y que surge de un estado de tensión interna que se satisface por una acción específica que procura el objeto adecuado.
El hambre se satisface con el alimento, es decir, se dirige a un objeto determinado con el cual se satisface. Cuando la necesidad es satisfecha deja de inquietar al sujeto, hasta que surja otra necesidad.
•En el humano opera la pulsión, y no hay un objeto adecuado para ella. La diferencia con el instinto, con la necesidad, porque en ella hay un objeto perdido desde el inicio.
Lacan, por su parte, va a diferenciar necesidad, demanda y deseo.
Expresa que en la NECESIDAD hay un objeto que la colma. Tiene que ver con lo animal, con lo predeterminado genéticamente, con la respuesta.
En cuanto a la DEMANDA, esta corresponde al plano de lo humano. Cuando el niño llora, su madre interpreta el llanto como una demanda y responde a ella. El llanto está significando una demanda del niño, y la demanda tiene significación en el lenguaje. La madre va a interpretar ese llanto y va a introducir al niño en el campo de la palabra (deja suspendida a la necesidad, pero cuando pone palabra algo queda afuera). Lo que ocurre es que no hay manera de saber qué es lo que en realidad quiere el niño, y además la vivencia de satisfacción nunca va a ser igual a la primera vez.
Por último, el DESEO adviene más allá de la demanda, como falta de un objeto, una falta inscripta en la palabra (-phi). Algo debe pasar en la demanda para que el deseo advenga (ej que no se satisfaga. “Me acunó, pero no me hizo rulito en el pelo”).
El deseo surge en el interjuego con el otro materno. El niño en la alucinación queda pegado al deseo materno y funciona como falo imaginario (completud materna).
La alucinación → tiene la finalidad de cubrir una falta que es en realidad la falta del otro. Para que ese “tapón” se transforme en sujeto simbólico, es necesaria la intervención de un tercer elemento: el significante del Nombre del Padre (NP), que cumplirá la función de corte, de separación.
Sólo cuando la función paterna opera y separa, se puede hablar de sujeto.
El deseo es un enigma: ¿Qué es lo que el otro desea de mí? Y a partir del fantasma, algo podemos esbozar, deducir de eso.


EL FANTASMA
Según Lacan, el fantasma es el resultante de las relaciones entre deseo y criterio de realidad del sujeto.
Es el intento de dar respuesta a la pregunta que genera el deseo del otro. ¿Qué quiere el otro de mí? ¿Qué desea el otro de mí?
Es desde el fantasma que el sujeto se sostiene. Es necesario que AL OTRO LE FALTE ALGO. El niño armará una respuesta (me quiere para…) y se ubicará como objeto que supone completar lo que al otro le falta.
Es necesario que en algún momento ese niño deje de colmar al otro, porque ese otro dice que “quiere” esto, pero en realidad no.
Sin embargo, el deseo no tiene respuesta directa, la respuesta es la que construye el sujeto a través del fantasma, tratando de responderse a sí mismo qué quiere el Otro de él, o de ella.

 

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