Altillo.com > Exámenes > UBA - Psicología > Psicología Evolutiva Adolescencia

Psicología Evolutiva - Adolescencia

Resumen para el 1º ParcialCátedra: Barrionuevo

1° Cuat. de 2010

Altillo.com

FREUD – “TRES ENSAYOS II: LA SEXUALIDAD INFANTIL” 
 

AMNESIA INFANTIL. Durante la infancia mostrábamos abiertamente amor, celos, y otras pasiones. Luego de la amnesia infantil éstas son olvidadas; no obstante, dejan las más profundas huellas en la vida anímica, y son determinantes para todo desarrollo posterior. 
 

(1) EL PERÍODO DE LATENCIA SEXUAL DE LA INFANCIA Y SUS RUPTURAS.  
 

LAS INHIBICIONES SEXUALES: Durante el periodo de latencia se edifican los poderes anímicos que más tarde se presentarán como inhibiciones de la pulsión sexual. 
 

FORMACIÓN REACTIVA Y SUBLIMACIÓN: La energía de las mociones sexuales infantiles es desviada del uso sexual y aplicada a otros fines. Mediante esta desviación, se adquieren los componentes para cualquier logro cultural. Estas mociones sexuales serían en sí perversas, y construirían los diques psíquicos de la moral, la vergüenza y el asco. 
 
(2) LAS EXTERIORIZACIONES DE LA SEXUALIDAD INFANTIL
 
 

EL CHUPETEO: Consiste en un contacto de succión con la boca, repetido rítmicamente, que no tiene como fin la nutrición. Los labios se comportan como zona erógena. Al principio esta acción estaba relacionada con la búsqueda de alimento, luego se divorcia de este fin. 
 

AUTOEROTISMO: En este caso la pulsión se satisface en el cuerpo propio (es auto-erótica). La acción del niño chupeteador se rige por la búsqueda de placer (ya vivenciado y ahora recordado), así la satisfacción se obtiene mamando rítmicamente. Su primera actividad que fue mamar el pecho materno, no pudo menos que familiarizarlo con ese placer. El niño prefiere una parte de su propio cuerpo porque le resulta más cómodo, y además se procura una segunda zona erógena por así decirlo. 
 

(3) LA META SEXUAL DE LA SEXUALIDAD INFANTIL 
 

CARACTERES DE LAS ZONAS ERÓGENAS: Es un sector de piel o de mucosa en el que ciertas estimulaciones provocan una sensación placentera de determinada cualidad. La propiedad erógena puede adherirse a ciertas partes del cuerpo. 
 

META SEXUAL INFANTIL: la meta sexual de la pulsión infantil consiste en producir la satisfacción mediante la estimulación apropiada de la zona erógena que se ha escogido. Esta satisfacción tiene que haberse vivenciado antes, y la necesidad de repetirla es por la existencia de un sentimiento de tensión (displacer) y una sensación de estímulo condicionada centralmente y proyectada a la zona erógena periférica. 
 

(4) EXTERIORIZACIONES SEXUALES MASTURBATORIAS 
 

ACTIVACIÓN DE LA ZONA ANAL: es apta para proporcionar un apuntalamiento de la sexualidad. El valor erógeno de este sector es muy grande. Los trastornos intestinales tan frecuentes en la infancia se ocupan de que no falten excitaciones en esta zona. Para provocarse placer, algunos niños suelen retener las heces hasta que la acumulación de éstas provoca fuertes contracciones musculares. 
 

ACTIVACIÓN DE LAS ZONAS GENITALES: las activaciones sexuales de esta zona son el comienzo de la posterior vida sexual normal. Es inevitable una sensación placentera por los lavados y frotaciones del cuidado corporal, además de por ciertas excitaciones accidentales. Esto crea una necesidad de repetirla. Mediante el onanismo del lactante se establece el futuro primado de esta zona erógena para la actividad sexual. La acción que elimina el estímulo consiste en un contacto de frotación con la mano o en una presión ejercida por la mano o apretando los muslos.

Hay que distinguir 3 fases en la masturbación infantil:

  1. la del periodo de lactancia.
  2. Breve florecimiento de la práctica sexual (4 años)
  3. Onanismo de la pubertad
 
 

SEGUNDA FASE DE LA MASTURBACIÓN INFANTIL: antes de los 4 años, la pulsión sexual suele despertar de nuevo la zona genital y durar un lapso, hasta que luego una nueva sofocación la detiene o bien proseguir sin interrupción. Todos los detalles de esta segunda activación sexual infantil dejan tras sí las más profundas (icc) huellas en la memoria, y determinan el desarrollo de su carácter. Por medio del psicoanálisis se logra hacer consciente lo olvidado. 
 

RETORNO DE LA MASTURBACIÓN DE LA LACTANCIA: la excitación sexual del período de lactancia retorna en los años de niñez. Puede hacerlo como un estimulo de picazón que reclama una satisfacción onanista, o como un proceso del tipo de una polución, que alcanza la satisfacción sin ayuda de ninguna acción. Causas internas y externas son decisivas para la reaparición de la actividad sexual. Como el factor exterior más importante, está la influencia de la seducción, que trata al niño como objeto sexual y le enseña a conocer la satisfacción de las zonas genitales (secuela de ello es la compulsión a la masturbación). El despertar de la sexualidad del periodo de lactancia también puede producirse en forma espontánea a partir de causas internas. 
 

DISPOSICIÓN PERVERSA POLIMORFA: bajo la influencia de la seducción, el niño puede convertirse en un perverso polimorfo. Según la edad, el niño todavía no ha erigido o están en formación los diques anímicos contra los excesos sexuales. 
 

PULSIONES PARCIALES: la vida sexual infantil también muestra componentes que envuelven a otras personas en calidad de objetos sexuales. (Por ejemplo, las pulsiones del placer de ver y de exhibir). El niño pequeño carece de vergüenza, y en ciertos años muestra complacencia al desnudarse y poner énfasis en sus genitales. La curiosidad por ver los genitales de otras personas se hace manifiesto un poco más adelante. La perversión de ver puede adquirir gran importancia para la vida sexual del niño.

Con independencia respecto de otras prácticas, se desarrollan los componentes crueles de la pulsión sexual. La moción cruel proviene de la pulsión de apoderamiento y emerge en la vida sexual en una época en que los genitales no han asumido aún el papel que desempeñarán después. Niños que presentan una crueldad hacia los animales por ejemplo, despiertan la sospecha de una práctica sexual prematura e intensa proveniente de las zonas erógenas. 
 

(5) LA INVESTIGACIÓN SEXUAL INFANTIL 
 

LA PULSIÓN DE SABER: se inicia entre los 3 y los 5 años. Su acción corresponde a una manera sublimada del apoderamiento y trabaja con la energía de la pulsión de ver. La pulsión de saber de los niños recae con mucha intensidad sobre los problemas sexuales. 
 

EL ENIGMA DE LA ESFINGE: la llegada de un nuevo hermanito significa una amenaza para el niño. Este hecho lo vuelve reflexivo, ya que le produce miedo a que lo priven de cuidados y de amor. Su primer problema será ¿De dónde vienen los niños?, a partir del cual, surgirán distintas teorías, todas erradas. 
 

COMPLEJO DE CASTRACIÓN Y ENVIDIA DEL PENE: las formaciones sustitutivas del pene perdido de la mujer cumplen un importante papel en la conformación de muchas perversiones; la niña es presa de la envidia del pene, que culmina en el deseo de ser varón. El supuesto de que todas las personas poseen el mismo genital (masculino) es uno de los primeros dichos asombrosos que implican una teoría sexual infantil. 
 

TEORÍAS DEL NACIMIENTO: que vienen del pecho, que son extraídos del vientre, o que el ombligo se abre para dejarlos pasar. Los hijos se conciben por haber comido algo en especial y se los da a luz por el intestino, como a la materia fecal. 
 

CONCEPCIÓN SÁDICA DEL COMERCIO SEXUAL: si los niños son espectadores del comercio sexual entre adultos, conciben el acto sexual como una especie de maltrato, algo sádico. Una impresión como esta contribuye mucho a la disposición para que surja luego un desplazamiento sádico de la meta sexual. 
 

EL TÍPICO FRACASO DE LA INVESTIGACIÓN SEXUAL INFANTIL: las teorías sexuales infantiles dan prueba de una gran comprensión sobre los procesos sexuales; aunque la investigación ignora los papeles del semen fecundante y la abertura sexual femenina. Esta es una investigación siempre solitaria, y establece un extrañamiento del niño respecto de las personas de su contorno, que antes habían gozado de su plena confianza. 
 

(6) FASES DEL DESARROLLO DE LA ORGANIZACIÓN SEXUAL 
 

      La vida sexual infantil es esencialmente autoerótica y sus pulsiones parciales singulares aspiran a conseguir placer cada una por su cuenta. 
 

ORGANIZACIONES PREGENITALES: son pregenitales las organizaciones de la vida sexual en que las zonas genitales todavía no han alcanzado su papel hegemónico. La primera es la organización ORAL, donde la actividad sexual no se ha separado todavía de la nutrición. El chupeteo puede verse como un resto de esta fase. Una segunda organización es la SÁDICO-ANAL, donde ya se ha desplegado la división en opuestos (activo y pasivo). La actividad es producida por la pulsión de apoderamiento a través de la musculatura del cuerpo, y como órgano de la meta sexual se constituye la mucosa del intestino. En esta fase ya son pesquisables la polaridad sexual y el objeto ajeno. 
 

AMBIVALENCIA: esta forma de organización sexual puede conservarse a lo largo de toda la vida. El predominio del sadismo y de la zona anal le imprimen un sesgo arcaico.

A menudo se consuma una elección de objeto donde el conjunto de afanes sexuales se dirigen a una persona única, y en ella quieren alcanzar su meta. La unificación de las pulsiones parciales y su subordinación al primado de los genitales no son establecidos en la infancia. 
 

LOS DOS TIEMPOS DE LA ELECCIÓN DE OBJETO: la elección de objeto se realiza en dos tiempos. La primera se inicia entre los 2 y los 5 años y el periodo de latencia la detiene. La segunda sobreviene con la pubertad y determina la conformación definitiva de la vida sexual. La elección de objeto de la época de la pubertad tiene que renunciar a los objetos infantiles y empezar de nuevo como corriente sensual. 
 

(7) FUENTES DE LA SEXUALIDAD INFANTIL 
 

La excitación sexual nace:

  1. como calco de una satisfacción vivenciada a raíz de otros procesos orgánicos.
  2. Por una apropiada estimulación de zonas erógenas
  3. Como expresión de algunas pulsiones
 
 

EXCITACIONES MECÁNICAS: hay producción de una excitación sexual mediante sacudimientos mecánicos del cuerpo. Debemos distinguir de ellos tres clases de estimulo: los que actúan sobre el aparato sensorial, las que actúan sobre la piel y las que lo hacen sobre las partes profundas (como los músculos). La existencia de las sensaciones placenteras así generadas, es documentada por el gran gusto que sienten los niños en los juegos de movimiento pasivos, como por ejemplo ser hamacados. 
 

ACTIVIDAD MUSCULAR: una intensa actividad muscular consituye para el niño una satisfacción de la cual extrae muchisimo placer. El placer generado por las sensaciones de movimiento pasivo genera una excitación sexual. Habría que reconocer aquí una de las raíces de la pulsión sádica. 
 

TRABAJO INTELECTUAL: la concentración de la atención, el esfuerzo mental, tiene por consecuencia una excitación sexual. 
 
 

FREUD – “TRES ENSAYOS III – METAMORFOSIS DE LA PUBERTAD” 
 

      Con la pubertad, se producen cambios que llevan la vida sexual infantil a su conformación normal. La pulsión sexual, ahora va a hallar su objeto. Va a ser dada una nueva meta sexual, y para alcanzarla, todas las pulsiones parciales van a cooperar y las zonas erógenas se vana  subordinar al primado de la zona genital. La nueva meta sexual en el varón va a ser la descarga de los productos genésicos. 
 

  1.   EL PRIMADO DE LAS ZONAS GENITALES Y EL PLACER PREVIO
 
 

      En la pubertad, los genitales externos crecen notablemente. Además, pueden ofrecer (o recibir) productos genésicos para la gestación de un nuevo ser. Este aparato se pone en marcha mediante estímulos, los cuales pueden derivar del mundo exterior (por excitación de las zonas erógenas), desde el interior del organismo, o desde la vida anímica. Por cualquiera de los 3 caminos se va a provocar excitación sexual, la cual se da a conocer por signos anímicos (sentimiento de tensión) y somáticos (alteraciones en los genitales: erección y humectación). El estado de excitación sexual presenta el carácter de una tensión, el cual suponemos que conlleva displacer. 
 

      De las zonas erógenas parte un cierto monto de placer, a partir de él, nace un incremento de la tensión, la cual a su vez, tiene que ofrecer la energía necesaria motriz para llevar a su término el acto sexual. El placer máximo será el otorgado por la descarga, y con él se eliminará la tensión de la libido. Asi podemos decir que es distinto el placer provocado por la excitación de las zonas erógenas, que el provocado por el vaciamiento. El primero es el placer previo, el segundo es el placer final, el cual es nuevo, y depende de condiciones que solo se pueden percibir desde la pubertad. 
 

      El malogro de la función del mecanismo sexual por culpa del placer previo se evita cuando en la vida infantil se prefigura de algún modo, el primado de las zonas genitales. en esta época ya puede destacarse la erogeneidad de éstas zonas. 
 

  1. EL PROBLEMA DE LA EXCITACIÓN SEXUAL
 
 

      Normalmente sólo la descarga de las sustancias sexuales pone fin a la excitación sexual. Cuando la reserva de semen está vacía es imposible la ejecución del acto sexual, además, fracasa también la estimulabilidad de las zonas erógenas, cuya excitación ya no es capaz de provocar placer alguno. La acumulación de estas sustancias es lo que crea y sostiene a la tensión sexual. 
 

  1. LA TEORÍA DE LA LIBIDO
 
 

      La libido podría medir procesos en el ámbito de la excitación sexual.  Tiene un carácter cualitativo y cuantitativo. La excitación sexual puede ser brindada por todos los órganos del cuerpo. La libido narcisista o yoica se aparece como el reservorio desde el cual son emitidas las investiduras de objeto. 
 

  1. DIFERENCIACIÓN ENTRE EL HOMBRE Y LA MUJER
 
 

      Con la pubertad se establece la separación tajante entre lo masculino y lo femenino. Aunque ya había algunos indicios desde la niñez. Por ejemplo, el desarrollo de las inhibiciones de la sexualidad (vergüenza, asco) se cumple en la niña antes y con menores resistencias que en el varón. La sexualidad de la niña tiene un carácter enteramente masculino. La activación autoerótica va a ser la misma en ambos sexos. 
 

      En la niña la zona erógena se sitúa en el clítoris. Las descargas espontáneas del estado de excitación sexual se exteriorizan en contracciones del clítoris. La pubertad produce en la muchacha una nueva represión, que afecta a la sexualidad del clítoris. Cuando por fin el acto sexual es permitido, el clítoris es excitado y sobre él recae el papel de retransmitir esa excitación a las partes femeninas vecinas. Pero para que suceda esto, pasó un largo lapso donde la joven se mantiene anestésica.

      El hombre conserva su zona rectora desde la infancia. 
 

  1. EL HALLAZGO DE OBJETO
 
 

      De los primeros vínculos sexuales resta una parte que ayuda a preparar la elección de objeto, y así restaurar aquella pérdida. A lo largo del periodo de latencia el niño aprenderá a amar a otras personas que remedien su desvalimiento. El trato del niño con la persona que lo cuida es una fuente continua de excitación. Un exceso de ternura de parte de los padres, puede provocar un daño porque apresura la maduración sexual. La angustia de los niños es la expresión de su añoranza de la persona amada. El niño tan pronto como no pueda satisfacer su libido, la muda en angustia. 
 

      La elección del objeto se consuma primero en la esfera de la representación, y es difícil que la vida sexual del joven que madura pueda desplegarse en otro espacio de juego que el de la fantasía. A raíz de las fantasías vuelven a emerger las inclinaciones infantiles; además se logra el desasimiento respecto de la autoridad de los progenitores. En los psiconeuróticos una parte de la actividad psicosexual para el hallazgo de objeto permanece en el inconsciente. Para las muchachas pasa a ser una tentación, realizar en la vida el ideal del amor asexual, y así ocultar su libido detrás de una ternura. 
 

      El primer enamoramiento es frecuente que se dirija a una persona mayor, esto sucede porque puede revivirle al joven la imagen del padre y de la madre. El varón sobretodo, persigue la imagen mnémica de la madre. Por otra parte, podemos ver en la adolescencia una inclinación hacia la inversión: se ven amistades apasionadas entre personas del mismo sexo. La disposición a la perversión es originaria de la pulsión sexual, y a partir de ella se desarrolla la conducta sexual normal. Asi, a expensas de las mociones sexuales perversas y con ayuda de la educación, se edifican en la infancia los poderes destinados a mantener la pulsión sexual dentro de ciertas vías. Otra parte de estas mociones escapa y puede exteriorizarse como práctica sexual. 
 

FREUD – “EL YO Y EL ELLO” 
 

      En la fase primitiva oral del niño las investiduras de objeto parte del ello. El yo recibe noticia sobre éstas y les presenta su aceptación o bien busca defenderse mediante la represión. Si un objeto es resignado, seguramente sobrevenga la alteración del yo. El carácter del yo, es entonces una sedimentación de las investiduras de objeto resignadas.

      La trasposición de libido de objeto en libido narcisista conlleva una resignación de las metas sexuales, una desexualización, y por lo tanto una sublimación. Si las identificaciones objeto del yo se vuelven demasiado numerosas e inconciliables entre sí, amenaza un resultado patológico; y hasta puede ocurrir una fragmentación del yo. 
 

      El niño varón en época temprana desarrolla una investidura de objeto hacia la madre; y del padre se apodera por identificación. Luego, por refuerzo de los deseos sexuales hacia la madre, nace el Complejo de Edipo, y la relación con el padre se vuelve hostil (ambivalente). Con la demolición del Complejo, tiene que ser resignada la investidura hacia la madre.

      La niña luego de resignar a su padre como objeto de amor, retoma su masculinidad y se identifica con él. La relación ambivalente con los padres en niños y niñas se deben a la bisexualidad originaria. 
 

      El superyó conservará el carácter del padre, y cuanto más intenso el complejo de Edipo y más rápida su represión, más riguroso devendrá el superyó como conciencia moral. La génesis del Superyó es resultado de dos factores: el desvalimiento del ser humano durante su infancia y el hecho de su Complejo de Edipo.

      El ideal del yo es la herencia del Complejo de Edipo, y así, la expresión más potente de las mociones y destinos libidinales del ello. La tensión entre las exigencias de la conciencia moral y las operaciones del yo, es sentida como un sentimiento de culpa. 
 

FREUD – “FORMULACIONES SOBRE LOS DOS PRINCIPIOS DEL ACAECER PSÍQUICO” 
 

      Los procesos psíquicos primarios (icc) obedecen al principio del placer. La actividad psíquica se retira de los actos que pueden llegar a causar displacer, o sea, se produce la represión. Luego el principio del placer, resulta interceptado por el principio de la realidad. Este principio, va a traer algunas consecuencias:

  1. La realidad exterior cobró mayor importancia y también con ella, los órganos sensoriales. Entonces surge en lugar de la represión, el fallo imparcial, que decidirá si una representación es verdadera o falsa, o sea, si está o no en consonancia con la realidad (esto lo hace por comparación con las huellas mnémicas de la realidad). La suspensión de la acción fue procurada por el proceso del pensar. El pensar fue dotado de algunas propiedades que posibilitaron al aparato anímico soportar la tensión de estímulo elevada.
  2. Al establecerse el principio de la realidad, una clase de actividad del pensar se escindió y permaneció sometida únicamente al principio del placer. Esto es el fantasear, que empieza como el juego en los niños y después puede verse como los sueños diurnos.
  3. Mientras se produce el traspaso del principio de placer al de la realidad, ocurren distintas cosas con las pulsiones. Las pulsiones sexuales se comportan primero en forma autoerótica, de ahí a que no lleguen a la situación de frustración, que fue aquella que provocó este traspaso. Este proceso se interrumpe por el periodo de latencia. Periodo de latencia y autoerotismo tienen por consecuencia que la pulsión sexual quede suspendida y permanezca más tiempo bajo el principio del placer. A raíz de todo esto, se puede relacionar a las pulsiones sexuales con la fantasía, y a las pulsiones yoicas con las actividades de la conciencia.
  4. El yo placer desea, trabaja para ganar placer. El yo realidad aspira a beneficios y se asegura contra los perjuicios. Se abandona por lo tanto un placer momentáneo, solo para ganar por el momento un placer seguro que vendrá después.
  5. La educación peude decirse que incita a vencer el principio del placer, y a sustituirlo por el de la realidad.
  6. El arte es algo que logra la reconciliación entre los 2 principios.
  7. El yo es quien recorre el camino desde el yo placer hacia el yo realidad; mientras tanto, las pulsiones sexuales van desde el autoerotismo inicial, hasta el amor de objeto al servicio de la función de reproducir.
 
 

DOLTO – “LA CAUSA DE LOS ADOLESCENTES” 
 

      La adolescencia es una fase de mutación. Este estado se prolonga según las proyecciones que los jóvenes reciben de los adultos, y según lo que la sociedad les impone como limites.  Los padres, van a dejar de ser a sus ojos los valores de referencia; y las personas ajenas a la familia tienen un papel más importante, entre ellos los educadores. 
 

      Dolto compara la adolescencia con la inopia, situación en que langostas pierden su concha y se ocultan porque permanecen durante ese lapso, totalmente vulnerables a cualquier situación. Si reciben golpes en este momento, quedarán heridas para siempre. Los 11 años es un punto de máxima fragilidad (primeras poluciones involuntarias en el hombre, primeras menstruaciones en las mujeres), los adolescentes tienen rubores, se tapan la cara con el pelo, tienen vergüenza. La época más difícil es la de preparación de la primera experiencia amorosa. El joven siente que hay en ello un riesgo pero al mismo tiempo lo desea. Este riesgo es experimentado como la primera muerte de la infancia.

El adolescente no tiene aún vida sexual, sino a través de la imaginación. Con mucha frecuencia recurren a la masturbación, la cual es una trampa porque se descargan así nerviosamente. 
 

      Un joven sale de la adolescencia cuando la angustia de sus padres no le produce ningún efecto inhibidor. Alcanzan un estado adulto cuando son capaces de liberarse de la influencia paterna. Ser infiel a los padres es la ley. Un joven tiene la necesidad de amar a las personas de su edad. 
 
 

WINNICOTT – “REALIDAD Y JUEGO” 
 

      La sociedad es la encargada de contener a los que se encuentran enfermos, estos son: los inmaduros de edad, los psicopáticos, los neuróticos, los melancólicos, los esquizoides, los esquizofrénicos. Pero Winnicott estudia la sociedad como si estuviese compuesta por personas sanas. No hay realización personal sin una sociedad que acompañe. 
 

      Sabemos la importancia de la presencia de la madre para un bebé, de cómo ella lo estimula, lo sostiene, lo manipula. La continuidad de este cuidado es un rasgo central del concepto de ambiente facilitador. Bowlby aporta en relación a esto su Teoría del apego. A pesar de ello, las recompensas que reciban los padres respecto de los hijos llegarán de modo indirecto, y no habrá agradecimientos. 
 

      La fantasía de la infancia era de muerte, la de la adolescencia será  de asesinato. Crecer significará ocupar el lugar del padre. Es útil observar el juego de “Soy el rey del castillo”, el cual implica la muerte de todos los rivales, se derriba al rey (padre) y se convierte uno en monarca. Los padres en esta situación deben sobrevivir, mantenerse intactos. 
 

      Puede suceder que un niño de cualquier edad necesite hacerse responsable. Ese niño será “prematuramente viejo” y perderá espontaneidad y juegos. Las cosas son distintas cuando los adultos delegan la responsabilidad: hacer esas cosas pude ser una forma de traicionar a los hijos en un momento crítico. Ya no tiene sentido la rebelión, el hijo triunfa demasiado temprano y asi resulta preso de su propia trampa: esperará ahora ser muerto por sus hermanos. La inmadurez de los adolescentes contiene los rasgos más estimulantes de pensamiento creador, sentimientos nuevos y frescos. Si los adultos abdican, el adolescente se convierte en un adulto prematuro. 
 

      Los cambios de la pubertad se producen a distintas edades. Una de las cosas más estimulantes del adolescente es su idealismo: todavía no se han desilusionado, y tienen ideas para cambiar el mundo. 
 
 

MARTA P.VEGA – “CONCEPTOS METAPSICOLÓGICOS GENERALES” 
 

      Pulsiones. Todo desenlace psíquico debe ser entendido como producto de conflictos entre el yo y la libido. La pulsión se define como el límite entre lo somático y lo psíquico, la libido pertenece al psiquismo y es la energía de la pulsión sexual. Puede considerarse a las pulsiones como el motor del progreso (Freud). 
 

      La pulsión implica una fuerza continua. La satisfacción se refiere a un cede del estimulo, ya que la neurona trata de mantenerse libre de estímulos. Los estímulos pulsionales generan una exigencia de trabajo para la mente. La meta de la pulsión siempre será la satisfacción, y el objeto será aquello por lo cual la pulsión puede alcanzarla. Este no es fijo ni está predeterminado. La fuente de la pulsión es el proceso somático que se desarrolla en una parte del cuerpo (zona erógena). Para Freud el icc está constituido por representaciones-cosa. La pulsión se expresa a través de la representación y del afecto. 
 
 

      Freud formula dos teorías respecto a la clasificación de las pulsiones: 
 

 
 

      Freud formula las fases del desarrollo libidinal: 
 

 
 

      En la prepubertad se producen cambios hormonales que producen una tensión, pero todavía no aparece la posibilidad de descarga. Esta tensión hace surgir la representación de una prostituta, y hacia ella se dirige la corriente sensual. La genitalidad adulta debe incluir la posibilidad de descarga teniendo como meta la procreación, y el abandono de la elección de objeto incestuoso. 
 

Evolución del yo. La función primaria del Yo es establecer una diferencia entre los estímulos externos e internos. Cuando el niño reconoce la presencia de otro de quien depende, hablamos de narcisismo. Cuando el Yo reconoce su dependencia realiza una inscripción, y el otro recibe una doble investidura (en cuanto a pulsiones de autoconservación y sexuales). Los requisitos para la formación del Yo placer purificado son la apertura de las zonas erógenas y la ligadura de las mismas entre sí. A éste le corresponde un exterior hostil. Luego, el Yo Real Definitivo se rige por el principio de la realidad. Cada uno de estos yoes no desaparece, sino que se articula con el otro. 
 

Angustia y mecanismos de defensa. La angustia aparece ante la desorganización del Yo. Freud enunció 2 teorías de la angustia: En la primera la angustia surge por la acción defensiva; en la segunda hay dos tipos de angustia, una que aparece frente a una situación traumática (la del nacimiento) y otra que es la angustia como señal frente a una situación de peligro (la castración). Cuando aparece el trauma, es porque falla la defensa. Cada tipo de yo tiene una angustia específica. La defensa la ejerce el Yo frente a los tres vasallajes que recibe del Ello, del Superyó y de la realidad exterior. 
 

Mecanismos defensivos de la fase fálica: 
 

  1. Desmentida o renegación: el niño ante la percepción de la falta de pene supuesto en la madre, se opone a esto. Se produce una defensa que implica la escisión del Yo: el Yo Placer afirma la felicidad materna mientras que el Yo Real Definitivo sostiene la percepción de la falta. Un ejemplo es el caso del fetichismo. La desmentida tiende a conservar una idealización.
  2. Represión primordial – Superyó: la represión primordial actúa por contrainvestidura, la cual impone el recurso de las formaciones sustitutivas. El punto supuesto es la existencia universal del falo. La estructura que surge en el lugar de la represión es el Superyó, el que habitualmente parte de una parte del complejo del Edipo.
  3. Desestimación: la parte del Yo que sostiene el juicio de existencia del falo resulta desorganizada.
  4. Constitución del Superyó: el Superyó es el heredero del Complejo de Edipo, formándose por la interiorización de exigencias y prohibiciones parentales. Tiene una función de autocrítica, de conciencia moral, de juez. Cuando el superyó juzga al yo como malo, se produce un desamparo psíquico; si por el contrario lo juzga como bueno se obtiene un sentimiento de sí. Puede surgir una conciencia de culpa cuando yo y superyó no se encuentran en conciliación.
 
 
 

JOSÉ  BARRIONUEVO – “EL DESPERTAR DE LA ADOLESCENCIA” 
 

      El adolescente tiene que relacionarse con el nuevo cuerpo, y con nuevas formas de goce en relación con otro cuerpo. Se reactualizan en este momento los movimientos del Complejo de Edipo y el de la castración. El sujeto se encontrará con un pujante resurgimiento del erotismo genital. 
 
 

VERÓNICA VEGA – “EL HALLAZGO DE OBJETO EN LA ADOLESCENCIA” 
 

      Para Freud la adolescencia consiste en una transformación del material psíquico preexistente. Se subordina la vida sexual infantil a la genitalidad, y se encamina así el proceso de hallazgo de objeto. El hallazgo de objeto es en realidad un reencuentro con el objeto perdido de la infancia (el pecho materno). 
 

      Hay distintas nociones de objeto según los distintos tipos de Yo. Según el Yo Real Primitivo, la consideración de si algo es objeto o no depende si se puede establecer el mecanismo de la fuga. El Yo Placer incorpora todo lo bueno, mientras expulsa lo displacentero. El Yo Real Definitivo emite juicios acerca de si lo que está representando existe o no en la realidad externa, así puede llegar a aceptar lo placentero en un objeto y lo displacentero en el yo. 
 

      Con la aparición de la tensión genial en la adolescencia se reeditan el complejo de Edipo y el de castración, y con ellos los vínculos objetales primarios (incestuosos o narcisistas). Las fantasías adolescentes van a servir para evitar el surgimiento de angustia frente al contacto con el objeto exterior.

      El objeto resulta distinto en las diversas etapas de la adolescencia:  
 

 
 
 

JOSÉ  BARRIONUEVO – “ADOLESCENCIA, SEXUALIDAD Y MUERTE EN LOS DIBUJOS ANIMADOS JAPONESES” 
 

      Las historias de algunos dibujos animados japoneses ponen en escena la realización un poco disfrazada de deseos inconscientes, narcisistas y edípicos, vinculados con la sexualidad genital y pregenital. Así permiten al adolescente tramitar fantasías y satisfacer deseos propios por identificación de estos personajes. Opera un tipo de pensamiento mágico-animista. 
 

Ejemplo: Ranma ½ 
 

      Su personaje central es Ranma (16 años), un niño con destrezas en las artes marciales. Él y su padre fueron nadando desde Japón a China para entrenarse, pero debido a un error, fueron a parar a un lugar hechizado. En este lugar, aquel que cayera en una de las fuentes, tomaría la apariencia de la última persona que se ahogo en ellas. Por error Ranma cae y se convierte en una hermosa pelirroja. El padre cae en otra, y se convierte en un gran oso panda.

Lo comprometen a Ranma con Akane, que es la hija menor de un amigo de su padre. Ella es aguerrida, tiene mucha fuerza, y trata mal a todos sus admiradores. Otro personaje es Ryoga, un joven que compite con ranma por el amor de Akane. Su otra identidad es la de un cerdito. 
 

      Se puede ver que el personaje central se corporiza en ambos sexos, dando cumplimiento a un deseo narcisito de completud. Con el padre convertido en oso, se satisface el deseo hostil hacia el objeto edípico. Las figuras masculinas están bastante maltratadas y la de los progenitores ridiculizadas. Se pone en escena un borramiento de las diferencias hombre-mujer; padre-hijo. La solución de los conflictos es la que mejor conviene a un Yo placer narcisista, bisexual e inmortal, que triunfa sobre sus rivales, domina el cuerpo y está exento de debilidades y angustia. El hecho de que esta historia se haga con solemnidad y mucho humor, hace posible eludir la censura sel Superyó.