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Psicología Evolutiva - Niñez

Resumen para el 1º Parcial Cátedra: Calzetta

1° Cuat. de 2008

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Eje Psicoanalítico



Freud, Sigmund: “El esclarecimiento sexual del niño” (1907). Obras Completas. Buenos Aires, Amorrortu, 1985.


Los órganos de la reproducción propiamente dichos no son las únicas partes del cuerpo que procuran sensaciones sexuales placenteras, y que la naturaleza ha estatuido con todo rigor las cosas para que durante la infancia sean inevitables aun las estimulaciones de los genitales.


Se designa como período del autoerotismo a esta época de la vida en que, por la excitación de diversas partes de la piel (zonas erógenas), por el quehacer de ciertas pulsiones biológicas y como coexcitación sobrevenida a raíz de muchos estados afectivos, es producido un cierto monto de placer indudablemente sexual. La pubertad no hace sino procurar el primado a los genitales entre todas las otras zonas y fuentes dispensadoras de placer, constriñendo así al erotismo a entrar al servicio de la función reproductora.


largo tiempo antes de la pubertad el niño es un ser completo en el orden del amor, exceptuada la aptitud para la reproducción; y es lícito entonces sostener que con aquellos «tapujos» sólo se consigue escatimarle la facultad para el dominio intelectual de unas operaciones para las que está psíquicamente preparado y respecto de las cuales tiene el acomodamiento somático.


Las respuestas usuales en la crianza de los niños menoscaban su honesta pulsión de investigar, y casi siempre tienen como efecto conmover por primera vez su confianza en sus progenitores; a partir de ese momento, en la mayoría de los casos empiezan a desconfiar de los adultos y a mantenerles secretos sus intereses más íntimos.


Cuando los niños no reciben los esclarecimientos en demanda de los cuales han acudido a los mayores, se siguen martirizando en secreto con el problema y arriban a soluciones en que lo correcto vislumbrado se mezcla de la manera más asombrosa con inexactitudes grotescas, o se cuchichean cosas en que, a raíz de la conciencia de culpa del joven investigador, se imprime a la vida sexual el sello de lo cruel y lo asquerosos.


Se requiere que lo sexual sea tratado desde el comienzo en un pie de igualdad con todas las otras cosas dignas de ser conocidas. Principalmente, es misión de la escuela el traerlo a cuento, introducir en las enseñanzas sobre el mundo animal los grandes hechos de la reproducción en su sígnificatividad y, al mismo tiempo, insistir en que el ser humano comparte con los animales superiores todo lo esencial de su organización.


El esclarecimiento sobre las relaciones específicamente humanas de la vida sexual y la indicación de su significado social debería darse al finalizar la escuela elemental (y antes del ingreso en la escuela media); vale decir, no después de los diez años.
Un esclarecimiento así sobre la vida sexual, que progrese por etapas y en verdad no se interrumpa nunca, y del cual la escuela tome la iniciativa, paréceme el único que da razón del desarrollo del niño y por eso sortea con felicidad los peligros existentes.


Freud, S.: Tres ensayos de teoría sexual (1905), 2º ensayo: “La sexualidad infantil”. Obras Completas.

Amorrortu editores, Buenos Aires, 1985.


Freud, S.: Conferencias de introducción al Psicoanálisis (1917). Conferencia 21. Obras Completas. Buenos Aires, Amorrortu, 1985.


La sexualidad perversa esta, por regla general, notablemente centrada; todas las acciones presionan sobre una meta – casi siempre única – y una pulsión parcial tiene la primacía: o bien es la única pesquisable o bien ha sometido a las otras a su propósito. En ese sentido no hay, entre la sexualidad perversa y normal mas diferencia que la diversidad de pulsiones parciales dominantes y, por tanto, de las metas sexuales.


En cambio, la sexualidad infantil carece, globalmente considerada, de semejante centramiento y organización; sus diversas pulsiones parciales tienen iguales derechos y cada una persigue por cuenta propia el logro del placer.


El carácter perverso de algunas de estas metas depende, naturalmente, de la inmadurez constitucional del niño, quien no ha descubierto aun la meta del coito.


La función libidinal no emerge como algo acabado, tampoco crece semejante a sí misma, sino que recorre una serie de fases sucesivas que no presentan el mismo aspecto; es, por tanto, un desarrollo retomado varias veces, como el que va de la crisálida a la mariposa. El punto de viraje de ese desarrollo es la subordinación de todas las pulsiones parciales bajo el primado de los genitales y, con este, el sometimiento de la sexualidad a la función de la reproducción.


La oposición entre masculino y femenino no desempeña todavía papel alguno; ocupa su lugar la oposición entre activo y pasivo, que puede definirse como la precursora de la polaridad sexual, con la cual también se suelda más tarde.


El primer objeto de los componentes orales de la pulsión sexual es el pecho materno, que satisface la necesidad de nutrición del lactante. En el acto del chupeteo se vuelven autónomos los componentes eróticos que se satisfacen juntamente al mamar; el objeto se abandona y se sustituye por un lagar del cuerpo propio. La pulsión oral se vuelve autoerótica, como desde el comienzo lo son las pulsiones anales y las otras pulsiones erógenas.


El resto del desarrollo tiene, expuesto de la manera más sucinta, dos metas: en primer lugar, abandonar el autoerotismo, permutar de nuevo el objeto situado en el cuerpo propio por un objeto ajeno; en segundo lugar, unificar los diferentes objetos de las pulsiones singulares, sustituirlos por un objeto único. Esto sólo puede lograrse, desde luego, cuando dicho objeto único es a su vez un cuerpo total, parecido al propio.



Freud, S.: El malestar en la cultura. (1930) Capítulo 1. Obras Completas. Buenos Aires, Amorrortu, 1985.


Sentimiento oceánico: son los restos de aquel momento originario en donde se da cuenta de una sensación de eternidad, un sentimiento como de algo sin límites, sin barreras, por así decir “oceánico”. Un sentimiento de atadura indisoluble, de la copertenencia con el todo del mundo exterior. Coincide con la situación del lactante, debido a que el no separa todavía su mundo exterior como fuente de las sensaciones que le afluyen. Originariamente el yo lo contiene todo, mas tarde segrega de si un mundo exterior.


Muchas de las fuentes de excitación que más tarde discernirá a sus órganos corporales pueden enviarle sensaciones en todo momento, mientras que otras – y entre ellas la mas anhelada: el pecho materno- se le sustraen temporariamente, y solo consigue recuperarlo berreando en reclamo de asistencia. De este modo se contrapone por primera vez al yo, un “objeto” como algo que se encuentra “afuera” y solo mediante una acción particular es forzado a aparecer.



No se podría indicar en la infancia una necesidad de fuerza equivalente a la de recibir protección del padre. De este modo, el papel del sentimiento oceánico, que aspiraría a restablecer el narcisismo irrestricto, es esforzado a salirse del primer plano.


Este ser uno con el Todo, que es el contenido de pensamiento que le corresponde, se nos presenta como un primer intento de consuelo religioso.



En el ámbito del alma es frecuente la conservación de lo primitivo junto a lo que ha nacido de el por transformación. Este hecho es casi siempre consecuencia de la escisión del desarrollo. Una porción cuantitativa de una actitud, de una moción pulsional, se ha conservado inmutada, mientras que la otra ha experimentado el ulterior desarrollo.


Nos inclinamos a suponer que en la vida anímica no puede sepultarse nada de lo que una vez se formo, que todo se conserva de algún modo y puede ser traído a la luz de nuevo en circunstancias apropiadas, por ejemplo en virtud de una regresión de suficiente alcance.



Freud, S.: Esquema del Psicoanálisis (1940). Parte I, capítulo III: “El desarrollo de la función sexual”. Obras Completas. Buenos Aires, Amorrortu, 1985.


Se ha demostrado que, a temprana edad, el niño da señales de una actividad corporal sexual, y a la que se conectan fenómenos psíquicos que hayamos más tarde en la vida amorosa adulta; por ejemplo, la fijación a determinados objetos, los celos, etc. Pero se comprueba, además, que estos fenómenos que emergen en la primera infancia responden a un desarrollo acorde a ley, tienen un acrecentamiento regular, alcanzando un punto culminante hacia el final del quinto año de vida, a lo que sigue un período de reposo. En el curso de este se detiene el progreso, mucho es desaprendido e involuciona. Trascurrido este período, llamado «de latencia», la vida sexual prosigue con la pubertad; podríamos decir: vuelve a aflorar. Aquí tropezamos con el hecho de una acometida en dos tiempos de la vida sexual, desconocida fuera del ser humano y que, evidentemente, es muy importante para la hominización.


El primer órgano que aparece como zona erógena y propone al alma una exigencia libidinosa es, a partir del nacimiento, la boca. Al comienzo, toda actividad anímica se acomoda de manera de procurar satisfacción a la necesidad de esta zona.


en el chupeteo en que el niño persevera obstinadamente se evidencia una necesidad de satisfacción que -si bien tiene por punto de partida la recepción de alimento y es incitada por esta- aspira a una ganancia de placer independiente de la nutrición, y que por eso puede y debe ser llamada sexual.


Ya durante esta fase «oral» entran en escena, con la aparición de los dientes, unos impulsos sádicos aislados. Ello ocurre en medida mucho más vasta en la segunda fase, que llamamos «sádico-anal» porque aquí la satisfacción es buscada en la agresión y en la función excretoria.


La tercera fase es la llamada «fálica», que, por así decir como precursora, se asemeja ya en un todo a la plasmación última de la vida sexual. Es digno de señalarse que no desempeñan un papel aquí los genitales de ambos sexos, sino sólo el masculino (falo). Los genitales femeninos permanecen por largo tiempo ignorados; el niño, en su intento de comprender los procesos sexuales, rinde tributo a la venerable teoría de la cloaca, que tiene su justificación genética.


Se caería en un malentendido si se creyera que estas tres fases se relevan unas a otras de manera neta; una viene a agregarse a la otra, se superponen entre sí, coexisten juntas. En las fases tempranas, las diversas pulsiones parciales parten con recíproca independencia a la consecución de placer.


Calzetta, J.J.: Algunas puntualizaciones sobre los momentos iniciales en la constitución del aparato psíquico. Facultad de Psicología, UBA, Depto. De Publicaciones.


FASE ORAL Defensa Primaria FASE SÁDICO-ANAL
Identidad de percepción Búsqueda de identidad de pensamiento
Ser = tener Ser =/= tener
Enlace identificatorio Elección de objeto narcisista
Cualificación de las cantidades Dominio del objeto
Angustia automática Angustia de pérdida de objeto
Indiferencia yo-objeto Diferencia yo-objeto
Acción inespecífica Acción específica frente a los signos de realidad







Winnicott, D.W.: Realidad y juego. Barcelona, Reimpresión Bs. As. Gedisa 1986. Capítulos 1


FENÓMENO TRANSICIONAL


El espacio transicional es virtual, se abre entre la subjetividad del infante y el reconocimiento del mundo exterior. Los fenómenos transicionales son generadores de ese espacio potencial de experiencia y acaecen en él. Son fenómenos de características ilusorias que, partiendo de una indistinción entre lo subjetivo y lo que es exterior al sujeto, deviene en ámbitos y procesamientos distinguibles y relacionables.


La zona inmediata a que me refiero es la que se ofrece al bebé entre la creatividad primaria y la percepción objetiva basada en la prueba de la realidad. Los fenómenos transicionales representan las primeras etapas del uso de la ilusión, sin las cuales no tiene sentido para el ser humano la idea de una relación con un objeto que otros perciben como exterior a ese ser


Entre las riquísimas pautas que exhiben los bebes en su uso de su primera posesión de “no-yo” se puede estudiar la iniciación de un tipo afectuoso de relación de objeto. Aquí se introducen los términos “objetos transicionales” y “fenómenos transicionales” para designar la zona intermedia de experiencia, entre el pulgar y el osito, entre el erotismo oral y la verdadera relación de objeto, entre la actividad creadora primaria y la proyección de lo que ya se ha introyectado, entre el reconocimiento primario de la deuda y el reconocimiento de esta.


El parloteo del bebe y a manera en que un niño mayo repite un repertorio de canciones y melodías mientras se prepara para dormir se ubican en la zona intermedia como fenómenos transicionales. Consisten en diversas experiencias funcionales en las cuales se observan pautas establecida de conducta que suelen ser acompañadas de pensamientos o de fantasías.
Mientras succiona el pulgar, con la otra mano el bebe toma un objeto exterior, digamos una parte de la sábana o frazada y lo introduce en la boca junto con los dedos.
Desde los primeros meses el bebe arranca lana y la reúne y la usa para la parte acariciadora de la actividad; es menos común que trague la lana, incluso hasta el punto de provocar trastornos
Se producen movimientos de masticación acompañados por sonidos “mam mam”, balbuceos, ruidos anales, las primeras notas musicales, etc.



OBJETO TRANSICIONAL


La paradoja que rodea y sostiene al bebé, estructurante del psiquismo y no patógena, implica que el objeto es a la vez creado subjetivamente por el bebé y encontrado objetivamente por él. El objeto transicional es el símbolo de la unión de estos dos puntos de vista en apariencia contradictorios.


El espacio transicional es como un puente que genera, une y separa a la vez el interior y el exterior del sujeto, y sólo importa lo que transita, se intercambia y transforma en él.
"Por parte del otro significativo, la función de sostener la paradoja de lo creado-percibido es heurística, fundante y provoca los efectos de los trucos de un ilusionista, pues para vislumbrarlos es necesario conectar-desconectar lo subjetivo y lo objetivo en una relación simultánea y coextensiva."


Es claro que lo transicional no es el objeto. Este representa la transición del bebé de un estado en que se encuentra fusionado a la madre a uno de relación con ella como algo exterior y separado


No es un objeto de la pulsión, no es natural ni es un objeto interno. El objeto transicional, que no se interioriza, indica que se inicia un vínculo con el mundo exterior, aceptable y elegido por el propio self; siendo el punto de partida de una capacidad para animar el mundo, crearlo-encontrarlo viviente y real.



Junto con el uso de objetos que no forman parte del cuerpo del niño aunque todavía no se los reconozca del todo como pertenecientes a la realidad exterior, los cuales se denominan objetos transicionales. Este objeto se relaciona con la primera posesión “no-yo” del niño. Desde el punto de vista objetivo es un objeto no-yo y, desde la perspectiva subjetiva, el objeto transicional es una superposición yo/no-yo. Desde esta última óptica podemos considerar que no es ni externo ni interno, aunque tiene materialidad.


El bebe adquiere ciertos derechos sobre el objeto, y nosotros os aceptamos. Pro desde el comienzo existe cierta característica de la anulación de la omnipotencia. El objeto es acuñado con afecto y al mismo tiempo amado y mutilado con excitación. Tiene que sobrevivir al amor instintivo, así como al odio y a la agresión pura.


Para el bebe debe parecerle que irradia calor, o que se mueve, o que posee cierta textura, o que hace algo que parece demostrar que posee una virtualidad o una realidad propia.


Se permite que su destina sufra una descarga gradual, sin ser forzado. No se lo olvida ni se lo llora, sino que pierde significación gradualmente ya que los FT se han vuelto difusos, se han extendido a todo el territorio intermedio entre la realidad psíquica interna y el mundo exterior tal cual como lo perciben dos personas en común, es decir a todo el capo cultural.


Es cierto que un trozo de frazada (o lo que fuere) simboliza un objeto parcial, como el pecho materno. Pero lo que importa no es tanto su valor simbólico, sino su realidad. El que no sea el pecho (o la madre) tiene tanta importancia como la circunstancia de representar al pecho (o la madre).


Cuando se emplea el simbolismo el niño ya distingue con claridad entre la fantasía y los hechos, entre los objetos internos, y los externos, entre la creatividad primaria y la percepción. Es por esto que el termino objeto transicional deja lugar a la adquisición de la capacidad para aceptar las diferencias y semejanza. Se utiliza este término debido a que designa la raíz del simbolismo en el tiempo, describe el viaje del niño, desde lo subjetivo puro hasta la objetividad.


TEORÍA ILUSION-DESILUSION


Zona Intermedia: la tensión de vincular la realidad interna con la exterior es característica de todos los seres humano, el alivio de esta tensión lo proporciona una zona intermedia de experiencia (cf. Riviere, 1936) que no es objeto de ataques (las artes, la religión, etcétera). Dicha zona es una continuación directa de la zona de juego del niño pequeño que "se pierde" en sus juegos.


Al comienzo, gracias a una adaptación de casi el 100 por ciento, la madre ofrece al bebé la oportunidad de crearse la ilusión de que su pecho es parte de él. Por así decirlo, parece encontrarse bajo su dominio mágico. Lo mismo puede decirse del cuidado en general del niño, en los momentos tranquilos entre una y otra excitación. La omnipotencia es casi un hecho de la experiencia.


La tarea posterior de la madre consiste en desilusionar al bebé en forma gradual, pero no lo logrará si al principio no le ofreció suficientes oportunidades de ilusión.



Curiosamente, para que algo devenga real tiene que partir de una ilusión. Si lo real es presentado sin la cobertura ilusoria, adquiere una cualidad fáctica, ajena al sujeto. Por lo tanto, la sustancia con la que se construye el encuentro es la de la ilusión, por eso Winnicott dice: "La experiencia es un tráfico constante en ilusión, un reiterado acceso a la interacción entre la creatividad y lo que el mundo tiene para ofrecernos".


El bebé crea el pecho una y otra vez a partir de su capacidad de amor, o (podría decirse) de su necesidad. Se desarrolla en él un fenómeno subjetivo, que llamamos pecho materno


En un primer momento hay una superposición entre lo que la madre proporciona y lo que el bebé puede concebir al respecto. No hay intercambio entre él y la madre. En términos psicológicos, el bebé se alimenta de un pecho que es parte de él, y la madre da leche a un bebé que forma parte de ella.


Luego, en un segundo momento se da forma a la zona de ilusión, para mostrar cuál entiendo yo que es la función principal del objeto y el fenómeno transicionales. Uno y otro inician al ser humano en lo que siempre será importante para él, a saber, una zona neutral de experiencia que no será atacada.


La tarea principal de la madre (aparte de ofrecer la oportunidad para una ilusión) consiste en desilusionarlo. Si las cosas salen bien en ese proceso de desilusión gradual, queda preparado el escenario para las frustraciones que reunimos bajo la denominación de destete.


Si la ilusión-desilusión toman un camino equivocado, el bebé no puede recibir algo tan normal como el destete, ni una reacción a este, y entonces resulta absurdo mencionarlo siquiera. La simple terminación de la alimentación a pecho no es un destete.


Por lo expuesto hasta ahora, podemos sostener que el psiquismo no se autoengendra, como tampoco es impreso desde el exterior, sino que se genera en el vinculante encuentro entre los potenciales heredados del sujeto y la subjetividad de los otros significativos del medio ambiente.

Winnicott, D.W.: La familia y el desarrollo del individuo. Buenos Aires, Hormé, 1980. Cap. 2: “La relación inicial de una madre con su bebé”.


El bebe significa diversas cosas para la fantasía inconsciente de la madre, pero tal vez el rasgo predominante sea la disposición y la capacidad de la madre para despojarse de todos sus intereses personales y concentrarlos en el bebe; aspecto de la actitud materna que Winnicot ha denominado “preocupación materna primaria”


Esto es lo que le otorga a la madre la capacidad esencial para hacer lo adecuado: ella sabe exactamente como se siente el niño, nadie más lo sabe.



Hay dos clases de trastorno materno: en un extremo tenemos a la madre cuyos intereses personales son demasiados compulsivos como para abandonarlos, lo cual le impide sumergirse en ese extraordinario estado que casi parece una enfermedad aunque constituya un signo de salud. En el otro extremo, tenemos a la madre que tiende a estar permanentemente preocupada por algo y el niño se convierte entonces en su preocupación patológica.


Es parte del proceso normal que la madre recupere su interés por sí misma y que lo haga a medida de que el niño sea capaz de tolerarlo. La madre patológicamente preocupada no solo sigue estando identificada con su hijo un tiempo demasiado prolongado, sino que además, pasa muy bruscamente de la preocupación por el bebe a su preocupación previa.


El primero tipo de madre enferma no puede destetar al niño porque nunca lo tuvo realmente; el otro tipo tiende a hacerlo en forma demasiado brusca y sin tener en cuenta la necesidad que se va desarrollando gradualmente en el niño de ser destetado.



Una madre suficientemente buena es la que lleva a cabo la adaptación activa a las necesidades y que la disminuye poco a poco, según la creciente capacidad del niño para hacer frente al fracaso en materia de adaptación y para tolerar los resultados de la frustración. Dicha adaptación activa exige una preocupación activa y tolerada respecto del bebe: en rigor, el éxito del cuidado depende de la devoción, no de la inteligencia o de la ilustración intelectual. Un niño no tiene la menor posibilidad d epasar del principio de placer al de realidad, o de la identificación primaria a mas allá de ella sin una madre suficientemente buena.


Es precisamente este niño con un yo fuerte, gracias al apoyo yoico de la madre, el que se convierte desde temprano en el mismo; real y verdaderamente. Cuando el apoyo yoico de la madre no existe, es débil o tiene altibajos, el niño no puede desarrollarse en forma personal. Aquí tiende a aparecer patrones de conducta (inquietos, suspicaces, apáticos, inhibidos, sometidos)



Tres FUNCIONES MATERNAS


Sostenimiento (Holding): la forma en que la madre toma de sus brazos al bebe esta muy relacionada con su capacidad de relacionarse con él. El hecho de sostenerlo de manera apropiada constituye un factor básico del cuidado. Cualquier falla provoca una intensa angustia en el niño, puesto que no hace sino cimentar: la sensación de desintegrarse, de caer interminablemente, el sentimiento de que la realidad externa no puede usarse de reaseguración y oras ansiedades que se describen como psicóticas.
Manipulación: contribuye a que se desarrolle en el niño una asociación psicosomática que le permite percibir lo “real” como contrario de lo “irreal”. La manipulación deficiente milita contra el desarrollo del tono muscular y contra lo que llamamos “coordinación”.
La mostración de objetos o realización: esto es, hacer real el impulso creativo del niño promueve en el bebe la capacidad de relacionarse con objetos. La fallas en este sentido bloquean el desarrollo de la capacidad del niño para sentirse real al relacionarse con el mundo concreto de los objetos y los fenómenos.



Eje Cognitivo



Piaget, J. e Inhelder, B.: Psicología del niño, Madrid, Ediciones Morata, 1984, Introducción y Conclusiones.


El desarrollo mental del niño aparece, en total, como una sucesión de tres grandes construcciones, cada una de las cuales prolonga la precedente, reconstruyéndola, ante todo, en un nuevo plano para sobrepasarla luego cada vez más.


Esa integración de estructuras sucesivas, cada una de las cuales lleva a la construcción de la siguiente, permite dividir el desarrollo en grandes períodos, que obedecen a los siguientes criterios: 1) su orden de sucesión es constante; 2) cada estadio se caracteriza por una estructura de conjunto, en función de la cual pueden explicarse las principales reacciones particulares; 3) esas estructuras de conjuntos son integrativas y no se sustituyen unas a otras.


El mecanismo interno de todo constructivismo es un proceso de equilibrarían, no en un simple balance de las fuerzas, sino en el sentido de una autorregulación, es decir de una serie de compensaciones activas del sujeto en respuesta a las perturbaciones exteriores y de una regulación a la vez retroactiva y anticipadora, que constituye un sistema permanente de tales compensaciones.


El equilibramiento por autorregulación constituye así el proceso formador de las estructuras que hemos descrito, cuya formación puede ser seguida paso a paso por la psicología el niño



Piaget, J.: Seis estudios de psicología, Buenos Aires, Corregidor, 1974. El desarrollo mental del niño. Punto 1: El recién nacido y el lactante


El desarrollo es, en un sentido, un progresivo equilibrarse, un paso perpetuo de un estado menos equilibrado a un estado de superior equilibrio.
En todos los niveles la acción supone siempre un interés que la desencadena, tanto si se trata de una necesidad fisiológica, afectiva, o intelectual; en todos los niveles la inteligencia intenta comprender o explicar, etc.


Junto a las funciones constantes (invariantes funcionales) debemos distinguir, por tanto, las estructuras variables y es precisamente el análisis de estas estructuras progresivas, o formas sucesivas de equilibrio, el que indica las diferencias u oposiciones de un nivel a otro de la conducta.


Las estructuras variables serán, por tanto, las formas de organización de la actividad mental, bajo su doble aspecto motor o intelectual, por una parte, y afectivo, por otra, así como según sus dimensiones individual y social (interindividual).


Puede afirmarse que toda acción, o sea todo movimiento, sentimiento o pensamiento, responde a una necesidad, la cual siempre es la manifestación de un desequilibrio. Hay una necesidad cuando algo, al margen de nosotros o en nosotros mismos se ha modificado, y se trata de reajustar la conducta en base a este cambio.
Inversamente la acción finaliza cuando existe una satisfacción de las necesidades, o sea cuando se restablece el equilibrio entre el nuevo hecho, que ha desencadenado la necesidad, y nuestra organización mental tal como esta se presentaba anterior a él (asimilación-acomodación PAR FUNCIONAL).


Toda necesidad tiende a 1) incorporar las cosas y las personas a la actividad propia del sujeta, y por lo tanto asimilar el mundo exterior a las estructuras ya construidas y 2) a reajustar estas en función de las transformaciones experimentadas y por lo tanto acomodarlas a los objetos externos.


Al asimilar de esta forma los objetos tanto la acción como el pensamiento se ven obligados a acomodarse a ellos, o sea, a reajustarse con cada variación exterior. Se puede denominar adaptación al equilibrio de estas asimilaciones y acomodaciones.


El periodo SM consiste en una conquista mediante las percepciones y los movimientos, de todo el universo práctico que rodea al niño. Mientras que al comienzo el recién nacido lo refiero todo a sí mismo, cuando se inicia en el lenguaje y el pensamiento el niño se sitúa ya prácticamente, como elemento o cuerpo entre los demás. Descentración, rev copernicana.


Los reflejos se presentan como coordinaciones sensoriales y motrices todas ellas ajustadas hereditariamente y correspondientes a tendencias instintivas como por ej. la nutrición.


La conciencia se inicia mediante un egocentrismo Icc e integral, mientras que los procesos de la inteligencia SM desembocan en la construcción de un universo objetivo, en el cual el propio cuerpo aparece como un elemento entre los demás y el cual se pone la vida interior, localizada en ese cuerpo propio.


Cuatro procesos fundamentales caracterizan esta revolución intelectual llevada a cabo durante los dos primeros años de la existencia: se trata de las construcciones de las categorías del objeto y el espacio, de la causalidad y del tiempo, todas ellas a titulo, naturalmente, de categorías practicas o de acción pura, pero aun no de nociones del pensamiento. Estas categorías logran a través de su funcionamiento mismo, organizar lo real.


OBJETO PERMANENTE
Es la permanencia sustancial atribuida a los cuadros sensoriales, y es pues de hecho, la creencia según la cual una figura percibida corresponde a algo que sigue existiendo aun cuando no se percibe. La ausencia inicial de los objetos sustanciales y posteriormente la construcción de los objetos sólidos y permanentes es un primer ejemplo de este paso del egocentrismo integral primitivo a la elaboración de un universo exterior.


ESPACIO PRÁCTICO
La evolución del espacio práctico es totalmente solidaria con la construcción de los objetos. Al principio. La elaboración del espacio se debe esencialmente a la coordinación de los movimientos, y aquí captamos la estrecha relación existente entre este desarrollo y el de la inteligencia SM.


CAUSALIDAD
Es la relación fortuita durante mucho tiempo para el propio sujeto, entre un resultado empírico y una acción cualquiera que lo haya provocado. Esta especie de causalidad mágica o mágico fenomenista manifiesta palpablemente el egocentrismo causal primitivo. Fenomenista por que cualquier cosa puede producir cualquiera otra según las reacciones anteriores observadas; y mágica, porque se centra en la acción del sujeto, sin consideración de los contactos espaciales.


TIEMPO: la objetivación de las series temporales es paralela a la de la causalidad.


En todos los ámbitos, encontramos esta especia de revolución copernicana que permite a la inteligencia SM arrancar el espíritu naciente de su egocentrismo inconsciente radical para situarlo en un “universo”, por práctico y poco “reflexionado” que sea este ultimo.


Así pues afectividad e inteligencia son indisociables y constituyen los dos aspectos complementarios de toda conducta humana



Piaget, J: Psicología de la Inteligencia. Buenos Aires, Psique, 1975.En Cap. IV: La asimilación sensomotriz y el nacimiento de la inteligencia en el niño.


El desarrollo mental durante los primeros 18 meses de la existencia es particularmente rápido y de importancia especial, por que el niño elabora a ese nivel el conjunto de las subestructuras cognoscitivas que servirán de punto de partida a sus construcciones perceptivas e intelectuales ulteriores, así como cierto número de reacciones afectivas elementales, que determinaran de algún modo su afectividad subsiguiente.



En este contexto ya activo vienen a insertarse las primeras adquisiciones en función de la experiencia.


DESARROLLO SENSORIO-MOTOR


0 a 2 meses - Estadio I: Prima la actividad refleja del RN los cuales dan lugar a lo que se llama “ehercicio reflejo” , es decir, una consolidación por ejercicio funcional Las observaciones muestras que ya en el campo cerrado de los mecanismo regulados hereditariamente, surge un principio de asimilación reproductora de orden funcional (ejercicio), de asimilación generalizadora o transportiva (extensión del esquema reflejo a otros objetos nuevos) y de asimilación recognitiva (discriminación de las situaciones, distinguir el pezón de otros objetos)


2 a 4 meses - Estadio II: se construyen los primeros hábitos, que dependen directamente de la actividad del sujeto. Las formas elementales del hábito proceden de una asimilación de elementos nuevos a esquemas anteriores, que pertenecen a la especia de esquemas reflejos. Pero importa advertir que la extensión del esquema reflejo por la incorporación del elemento nuevo determina por eso mismo la formación de un esquema superior (el habito como tal), en el cual se integra, pues, el esquema inferior (el reflejo).
Comparado con los reflejos, el hábito presenta un campo de aplicación de mayores distancias, en el espacio y en el tiempo. Pero, aunque extendidos, tales primeros esquemas todavía tienen un solo sentido, sin movilidad interna ni coordinación recíproca. Estas se repiten en bloque, sin objetivo fijado de antemano y con utilización de los azares que nacen en el curso del camino, nada tienen, en efecto que pertenezca a un acto completo de inteligencia. Se destaca la RC 1° la acción cae sobre el propio cuerpo (esquema de succión del pulgar)


4 a 8 meses - Estadio III: se inicia con la coordinación de la visión y la aprehensión surgen nuevas conductas que constituyen una transición entre el hábito simple y la inteligencia. Tira del cordel repetidamente sorprendido por el resultado. RC 2° y consiste en esta reproducción activa con el fin de prolongar de un resultado interesante obtenido una primera vez por azar que ahora recaen sobre objetos exteriores. La reacción circular es así un ejemplo típico de asimilación reproductora.
El primer movimiento que se ejecuta, seguido de su resultado, constituye una acción total, que crea una nueva necesidad en cuanto los objetos, sobre los cuales recae la acción, vuelven a su estado primitivo; esos objetos se asimilan entonces a la acción precedente (promovida por lo tanto al rango de esquema), lo que determina su reproducción y así sucesivamente. Tira del mismo cordel frente a una situación nueva situada a 2-3 metros, como para continuar a distancia el espectáculo interrumpido. Esto confirma la ausencia de contactos espaciales y una causalidad mágico-fenomenista.


8 a 11 - Estadio IV: los esquemas construidos por RC 2°, resultan ya susceptibles de coordinarse entre sí, utilizados los unos en calidad de medios y asignando los otros un objetivo a la acción. Corre la pantalla para agarrar el objeto.
Desde este momento el fin se haya planteado antes que los medios, ya que el objeto tiene la intención de apresar el objetivo antes de tener el poder de apartar el obstáculo, lo que supone una articulación móvil de los esquemas elementales que componen el esquema total. Ya relaciona y deferencia medios de fines. El niño ensaya sucesivamente los últimos esquemas adquiridos anteriormente (asir, golpear, sacudir, frotar etc.), siendo estos utilizados, pues, a titulo de conceptos senso-motores, como si el sujeto intentase comprender el objeto nuevo por el uso.

Son los comienzos de la intencionalidad la cual definimos como conciencia de deseo o de la dirección del acto. Supone la cantidad de acciones intermedias que se necesitan para ese acto principal. El acto intermedio subordina unos medios a gestiones principales que le asigna un objetivo a las acciones. Las conductas de este IV nivel son así testimonio de un doble progreso en el sentido de la movilidad y de la extensión del campo de aplicación de los esquemas.

La limitación de esta inteligencia naciente se observa en que no hay invenciones, ni descubrimientos de medio nuevos, sino simple aplicación de medios conocidos a circunstancias imprevistas. Es una acomodación mas padecida que buscada.


12 a 18 - Estadio V: este es el momento en que la novedad interesa por sí misma, lo que supone un equipo suficiente de esquemas a fin de que sean posibles las comparaciones. Las RC consistirán entonces en la reproducción del hecho nuevo, pero con variaciones y experimentación activa, destinadas a extraer de él, precisamente, las nuevas posibilidades. Habiendo descubierto así la trayectoria de caída de un objeto, el niño intentara lanzarlo de diferentes modos o desde distintos puntos de partida. Puede llamarse RC 3° a esta asimilación reproductora con acomodación intencional.
Desde entonces, el niño diferenciará esos esquemas que sirven de medios, a través de una especie de RC 3°, y logrará descubrir, por consecuencia, medios nuevos. Conducta de soporte: no pudiendo alcanzar directamente el objetivo, el sujeto apela a objetos situados entre los dos (la alfombra sobre la cual se encuentra depositado el juguete deseado). Los movimientos que la aprehensión de la alfombra le imprime al objetivo permanecen sin significación alguna en los niveles precedentes.

El tanto no es nunca puro, sino que es solo el margen de acomodación activa compatible con las coordinaciones asimiladoras que constituyen lo esencial de la inteligencia.


18 a 24 - Estadio VI: conclusión de la inteligencia SM, en lugar de que los medio sean descubiertos exclusivamente por la experimentación activa, como en el nivel anterior, puede haber en adelante invención, mediante coordinación interior y rápida, de procedimientos no conocidos aun por el sujeto ( insight). El problema ahora consiste en descubrir el mecanismo de estas coordinaciones interiores, que a la vez suponen la invención sin tanteo y una anticipación mental próxima a la representación.
Una vez habituado a las RC3° y a los tanteos inteligentes que constituyen una verdadera experimentación activa, el niño llega a ser capaz, tarde o temprano, de una interiorización de esas conductas. Cuando, al dejar de obrar frente a los daos del problema, el sujeto parece reflexionar (caja de fósforos) todo lleva a suponer que la indagación continua, pero mediante ensayos interiores o acciones interiorizadas (los movimientos imitativos de la boca en el ej. de la caja de fósforos, son un índice muy claro de esta especie de reflexión motriz)

Hay dos clases de hechos que, en este sexto estadio, atestiguan un esbozo de representación. Por un lado, el niño es capaz de imitación diferida, es decir, de una copia que surge por primera vez luego de la desaparición perceptiva del modelo. Por otra parte, el niño llega al mismo tiempo a la forma más elemental del juego simbólico, consistente en evocar por medio del propio cuerpo una acción extraña al actual contexto (simular que se duerme para divertirse). Se termina de consolidar el grupo práctico de desplazamientos junto con los demás categorías que organizan lo real.

Es un período de transición, de cierre de estructura, ha llegado de la magia a las leyes de grupo y ha logrado una descentración definitiva.


Eje Madurativo


Rabinowicz, Evelina: La adquisición de la marcha. Facultad de Psicología, UBA, Depto de publicaciones.


El desarrollo comprende todos los cambios progresivos, en una secuencia que tiende a una complejidad y heterogeneidad cada vez mayor q experimenta el organismo en el trascurso de la vida. Estos cambios son tanto de orden cuantitavos (crecimiento) como cuantitativos (maduración).


4 meses - comienzo de prensión: la dirección céfalo-caudal se combina con la próximo-distal y da lugar a la primera forma de la prensión voluntaria.


6 meses - posición en trípode: la rectificación alcanza la parte media del tronco. El bebe logra las primeras formas de posición sentada, aunque con poca estabilidad.


7, 8 meses - posición sentada definitiva: a los 8 meses, el tronco ya completamente recto, permite el logro de la posición sentada def. Puede mantener el equilibrio sentado, incluso si se inclina y logra volver a la posición inicial. Intenta la posición en cuadrupedia, aunque no la logra.
9 meses – gateo: algunos bebes comienzan a gatear. Su presencia marca el umbral de la marcha independiente.


10 meses – posición en pie: logra permanecer en pie sosteniendo el peso del cuerpo en las piernas. Falta equilibrio, requiere de un apoyo y tiempo de práctica.


11 meses – marcha con apoyo /pinza fina: se marca la lordosis lumbar la cual permite lograr el equilibrio de la posición en pie definitiva. Paralelamente ha alcanzado la adquisición de la pinza fina. Ya logra caminar, pero solo si un apoyo externo lo ayuda a mantener el equilibrio.
Se logra ampliando la base de sustentación y al no verificarse la articulación talón punta se observa el andar de pato.


12, 13 meses – marcha independiente: puede mantenerse en pie sin apoyo y da los primeros pasos independientes. El horizonte se amplia e incentiva la práctica de nuevas adquisiciones.


14, 15 meses – afianzamiento: la marcha se afianza, se reduce la base de sustentación y logra trayectos más largos. Los brazos acompañan la marcha con mov pendular y pronto va alcanzarse la articulación talón punta.


18 meses – carrera: ya puede correr


LAS EDADES DE CADA LOGRO SON VARIABLES DEPENDIENDO DEL INTERJUEGO ENTRE EL BAGAJE GENETICO DEL BEBE Y LA ESTIMULACION QUE EL AMBIENTE LE OFREZCA. EL MEDIO PUEDE ACELERAR O RETRASAR PROCESOS. No solo depende de la cantidad, sino de la calidad de los estímulos recibidos


Gesell, Ilg, Ames y Rodell: El infante y el niño en la cultura actual. Buenos Aires, Paidos, 1979. Primera parte: Cap. 1 punto 1 y 2, Cap. 2: Segunda parte: Cap. 8 a 14 inclusive ( selección).


Bozzalla L., Naiman F.: Abordaje psicomotor del recién nacido. Facultad de Psicología, UBA, Depto. de Publicaciones


Tomaremos como crecimiento el aumento de un organismo vivo en aspectos cuantitativos como peso o volumen. La maduración supone cambios cualitativos en la organización anatómica y fisiológica que afecta a las capacidades de acción y reacción. Esta es imposible sin la interacción con el medio, dde la presencia del otro cobra relevante importancia.


Con el término desarrollo suele abarcarse la totalidad de los fenómenos implicados en los cambios. Incluye los cambios cuali y cuanti siempre en relación a un intercambio con el medio social como fuente y origen de los estímulos necesarios para completar ambos. El desarrollo se muestra como un proceso complejo, en el que hay un interjuego de factores biológicos, emocionales y sociales.



LEYES DE DESARROLLO:
Direcciones de la maduración
Céfalo-caudal: el extremo de la cabeza se desarrolla primero, mientras que las porciones inferiores del cuerpo toman forma en períodos ulteriores. Un bebe logra primero sostener la cabeza (3 m), después sentarse (6 m), para finalmente adquirir la posición erecta (12 m).
Próximo-distal: implica que la maduración funcional se produce desde el eje centras del cuerpo hacia la periferia. Se observa claramente en el desarrollo de la prensión, a los 4 m el movimiento de aprox al obj depende solamente del hombre, a los 7 m se observa también la movilidad del codo y a los 9 m incluye la articulación de la muñeca y la mano.
Diferenciación
El desarrollo va de lo simple a lo complejo, de lo general a lo específico. Al principio el bebe llora con todo su cuerpo, mas tarde sus movimiento se especializan mas.

Subordinación funcional
Los elementos diferenciados pasan a formar parte de una nueva organización, es decir, se verifica la subordinación de funciones parciales a una función total emergente. Ej. Coordinación óculo-manual, 2 m prensión visual luego cuando logra el dominio voluntario de la mano para tomar objetos, se subordinaran ambas funciones.

Discontinuidad del ritmo de crecimiento y crecimiento asincrónico
El cuerpo no crece en su totalidad al mismo paso, sino que diferentes regiones y subsistemas se desarrollan con ritmos distintos y en momentos distintos. El crecimiento el muy rápido en la primera infancia, ero su ritmo se aminora durante los años preescolares.


Pensamos al RN (1m de vida) como alguien activo, que cuenta con un equipo de conductas sensoriales y motrices que le permiten responder a estímulos tanto positivos (apropiados) como negativos (inapropiados), que provengan del medio, y cuyas respuestas inciden en el tipo de interacción, que entablan con el adulto.


Una primera observación del RN pone de manifiesto una actitud postural característica (ovillo fetal), dada por la dominancia flexora global. La preeminencia flexora sobre la extensora, como actividad espontánea, es lo que nos hace decir que el RN debe desperezarse para convertirse en un lactante y dejar de ser un neonato.


FUNCIONES CORPORALES
El bebe pasa al nace de un medio intrauterino líquido y cálido, dde toda función orgánica –oxigenación, digestión, regulación de temperatura- está cubierta, a un medio extrauterino aéreo y solido, donde deberá activar y mantener un sistema complejo de funciones fisiológicas.
Esos cambio significativos tanto en sí mismo como en vinculación con la madre se manifiestan en la búsqueda de un equilibrio, de un control homeostático que depende tanto de la armonización interna como de la asistencia contextual (actitud empática y tierna del entorno)
La interacción de un RN con el adulto atento varía de acuerdo a los estados de conciencia en el que aquel se encuentra. Según sea su estado de conciencia, una estimulación positiva puede ocasionar que el bebe se anime o atienda al estimulo y hasta que suprima conductas reflejas que le impedirán la atención.


FUNCIONES SENSORIALES
Sus posibilidades visuales tienen gran importancia para la adaptación pues contribuyen a vincular a la madre con su bebe.
Los bebes están en condiciones de fijar la mirada brevemente en el rostro humano desde su nacimiento, realizando un aprendizaje muy temprano sobre las personas que los cuidan y el mundo humano que los rodea.
Inmediatamente después de nacer los RN pueden sincronizar sus movimientos al ritmo de la voz de la madre, a la vez que la madre adapta su forma de hablarle a los mov de su hijo.


FUNCIONES MOTORAS
Al comienzo las respuestas son difusas y amplias. A partir de los 4 m de gestión y hasta el momento del nacimiento, los reflejos y los mov espontáneos se precisan mas, son mas rápidos, las zonas reflexógenas se estrechan y la reacción difusa se limita.
Motilidad pasiva: tono muscular
El tono muscular es una capacidad de la fibra muscular estriada. Actividad regida por el SNC se expresa en los músculos como estado de tensión permanente de origen esencialmente reflejo. Es imprescindible para cualquier mov, tiende al ajuste de posturas y activida en gral.

El tono constituye la manera de expresión fundamental del niño pequeño y sus huellas perduraran toda la vida como elemento de la actitud y expresión corporal; es lo que se llama “diálogo tónico”. La calidad del tono muscular constituye una característica inherente a cada niño, ya que dependiendo de la edad hay distintos matrices individuales.

Motilidad activa: actividad espontanea y refleja
La actividad espontánea se refiere a aquellos movimientos que, si bien corresponden a estímulos externos fijos, a situaciones definidas, no parecen reacciones sino que producen la impresión de espontaneidad. Ej. los movimientos oculares, el grito etc.


ACTIVIDAD REFLEJA: los reflejos son reacciones automáticas e involuntarias desencadenadas por estímulos determinados, tendientes a favorecer la adecuación del sujeto al ambiente. Algunos acompañan al ser humano durante la primera edad y luego desaparecen, otros permanecen durante toda la vida (por ej. el rotuliano)
Acto reflejo: está constituido por un receptor, una neurona aferente o sensitiva que transmite el impulso al centro nervioso y una neurona eferente o motriz a través del cual el impulso nervioso excita al efector.
Es importante señalar el valor diagnostico del examen neurológico de los reflejos arcaicos; su ausencia en las primeras semanas o su permanencia mas allá de la fecha señalada para su aparición son indicadores del daño neurológico.


Reflejos orales: consisten en un encadenamiento de reflejos que persiguen el acto alimenticio. Comprenden los reflejos de búsqueda, succión y deglución.
El reflejo de búsqueda también llamado de los 3 puntos cardinales, es la orientación selectiva de los labios y cabeza hacia el sitio donde se realiza la estimulación. Una vez llevada a cabo la prensión bucal del pezón, tiene lugar la puesta en marcha de los movimientos de succión y deglución. La succión es una actividad compleja en la que intervienen aparte de los labios, las mejillas, la lengua y la mandíbula. Desaparece 6° mes.


Reflejo del Moro: es la reacción corporal masiva, difusa, estereotipada e inadaptada, subsiguiente al sobresalto determinado por varios estímulos que inducen a una brusca extensión de la cabeza que altera su relación con el entorno. Existe en primer lugar una extensión bilateral y una abducción de los miembros superiores (reflejo de los brazos en cruz) a lo que le sigue un retorno hacia la línea media delante del tórax (reflejo del abrazo).
Mantiene su intensidad hasta fines del 2° mes, desaparece entre fines del 3° y comienzos del 6°. En cuanto a su significado biológico podría considerarse como una reacción equilibradora arcaica de defensa.


Reflejo de grasping o prensión palmar: el estimulo de la palma de la mano o de la cara palmar de los dedos acarrea el cierre de la mano. Su ausencia total es signo patológico. El reflejo se disipara luego del 2° mes y es necesario que haya desaparecido para que sea posible la prensión voluntaria.


Reflejo tónico cervical: es el reflejo postural, desencadenado por cambios de posición de la cabeza en relación al tronco. Es de gran importancia para el desarrollo del conocimiento del cuerpo y de su ubicación en el espacio. Resulta de la tendencia de mantener la cabeza hacia un lado o hacia el otro lo que provoca la extensión de los miembros hacia los cuales se orienta la cara. Así, las sensaciones visuales se unen a las propioceptivas (abrir y cerrar la mano. Esta presente solo durante los primeros mese de vida.


Reflejo de marcha: si se mantiene erecto y suspendido, asiéndolo firmemente por los flancos y el tórax, al contactar los pies con un plano firme y echando el cuerpo ligeramente hacia delante, se desencadena este reflejo que consiste en una serie de pasos que da el niño que asemeja a la marcha.


Reflejo de incurvación del tronco: si se excita la piel en una zona costolumbar, la columna se incurva hacia ese lado, como si se tendiera a abarcar en su concavidad al agente estimulante. Se realiza en posición prona. Va desapareciendo en el transcurso del 2° mes.


Reflejo de ojos de muñeca japonesa: si en un estado de reposo vigil (pupilas en el centro) imprimimos en la cabeza del bebe movimientos de rotación, los globos oculares no acompañan el movimiento de la cabeza, sino que se desplazan en sentido inverso. Este reflejo se atenúa rápidamente a partir del décimo día y es reemplazado luego por el reflejo de fijación ocular.


Desde la perspectiva psicomotor del desarrollo se puede decir que en el primer año de vida del niño los reflejos y automatismos arcaicos son reeditados en un nivel superior en las nuevas conductas del niño, voluntarias, perfeccionadas y enriquecidas por aportes afectivos e intelectuales. Es decir que sobre esos moldes primitivos se estructuran los nuevos logros.


La secuencia resultaría entonces: REFLEJOS ARCÁICOS – INTERVALO LIBRE – MOVIMIENTO VOLUNTARIO – AUTOMATISMO DEFINITIVO.


Ej. desarrollo de la prensión: hacia el final del 3° mes desaparecen el reflejo tónico cervical y el de prensión palmar. En el curso del 4° mes, el interés por sus manos aumenta notablemente, comienza un periodo de intenso entrenamiento. La percepción de los movimientos de flexión y extensión de los dedos y las impresiones que recibe de sus manos a través de sus múltiples receptores sensitivos permiten ir modelando la mano como herramienta eficaz para explorar el resto del cuerpo y más tarde el espacio que lo rodea. Los primeros intentos de prensión voluntario comienzan en el curso del 4° mes con movimientos globales y desordenados siguiendo una progresión descendiente desde el hombro hasta la extremidad distal de los dedos índice y pulgar (11, 12 meses).


La idea de homeostasis se refiere a que los bebes alcanzan niveles de dominio que son nuevamente desorganizados y reorganizados en otro nivel en la medida en que la creciente diferenciación de sus capacidades permite mayor complejidad, lo que queda evidenciado en la descripción de las diferentes etapas de la interacción.




Paolicchi, G. y Cerdá, M.R.: Familia y desarrollo humano. Facultad de Psicología, UBA, Depto. De Publicaciones.



Desde la antropología se la considera como un hecho social total un microcosmos que representa a toda la organización social en la que está inmersa, siendo sus funciones fundamentales la cooperación, la socialización, la educación, la reproducción etc.


El Psicoanalisis hace su aporte teniendo en cuenta los enlaces entre sus miembros. Así considera que hay por lo menos dos vínculos principales: uno biológico, en tanto perpetua la especia y es contenedor de la indefensión original; otro psicológico, que es el proveedor de gratificaciones afectivas básicas para el desarrollo y de un bagaje de identificaciones que intervienen en la etiología sexual.



La familia como institución, contiene y dirige el desarrollo psíquico. Las posibilidades de subjetivación de un hijo dependerán del lugar que ocupe dentro de la compleja trama familiar.


La familia oficia de puente entre lo vincular primario y el ambiente social. Winnicot plantea la existencia de dos elementos que conformarían la contribución familiar a la madurez emocional del individuo: uno referido a la posibilidad de ofrecerse para la dependencia y el segundo al facilitar la separación y el pasaje hacia lo exterior a ella.


Al comienzo, en la familia ampliada o extensa: coexistían dos objetivos: reproducción y producción. Los vínculos generalmente no se constituían por libre elección y esto garantizaba la estabilidad familiar. en la familia ampliada el hijo era criado generalmente por nodrizas y hasta alejado del hogar, para evitar el vínculo afectivo del niño con la madre, que se consideraba propio de los estratos sociales bajos.


Luego comienza a transformarse en familia nuclear, donde conviven únicamente los padres y los hijos y los vínculos sí son de elección libre. Con ello se gana en satisfacción y bienestar, pero la familia pasa a ser más transitoria al producirse el alejamiento de los hijos que conforman nuevas familias. El sistema sufre un desequilibrio. Las funciones padre y madre son cumplidas por los progenitores respectivos, el amor materno está revalorizado y el hijo pasa a ser el centro.



En la segunda mitad del. siglo XX, cercano a la década del sesenta, estos roles se replantean debido en parte a la insatisfacción de la mujer por quedar excluida del ámbito público, a los avances tecnológicos que simplificaron los trabajos domésticos, a su acceso a la educación y a su paulatino ingreso al mercado laboral. La redistribución de los roles trajo un doble beneficio para ambos padres: la madre pudo compartir su función con otras actividades que hacen al desarrollo individual e independencia económica, mientras que el padre pudo compartir el peso del sostén económico y ganar en vinculación afectiva con sus hijos.


Estos desarrollos generaron nuevas conformaciones familiares como las familias monoparentales sostenidas por una jefa de hogar luego de un divorcio o las familias ensambladas, en las cuales la mujer vive con los hijos y su nueva pareja, que a su vez tiene hijos, conviviendo todos juntos y siendo a menudo el sostén económico principal.


FUNCIONES: al hablar de Función materna y paterna nos estamos refiriendo a la capacidad de ejercer el rol en el marco de una vinculación afectiva, que no necesariamente debe recaer en las personas físicas del padre o de la madre, aunque mayoritariamente así ocurra.


Función materna: se origina en el deseo de tener un hijo que se remonta al final del Complejo de Edipo, en la fase fálica, cuando así lo posibilita el intercambio simbólico. Está asociada al sostén nutricio y afectivo. Es la que introduce al infante en el mundo y le posibilita ir integrando en una totalidad las vivencias con las cuales construirá su subjetividad.


Función paterna: alude al reconocimiento del hijo dotándolo de un nombre. Se relaciona con la propia posibilidad de dejar de ser hijo. Se trata de vehiculizar hacia el hogar la legalidad del mundo externo interviniendo en la vinculación madre-hijo. La función paterna colabora en la posibilidad de discriminación del vínculo y posibilita al hijo la salida exogámica como factor esencial de desarrollo psíquico. Dicha función no es exclusiva del padre sino que puede ser ejercida desde alguna organización exterior al vínculo mismo.


Familia y vínculos: el conjunto de seres humanos que conforman una familia poseen por lo menos cuatro formas de vínculos de parentesco: alianza, o relación marido-mujer; filiación, o relación entre padres e hijos; consanguinidad, que liga a los hermanos entre sí, y avuncular (avunculus-avunculi: tío materno; avunculus magnus: tío abuelo), o relación entre el hijo y el tío materno, o su representante. Tales ligazones determinan inconscientemente un entramado entre la familia conyugal y la familia materna, o dadora de la mujer.


Las manifestaciones más antiguas ofrecen ya un doble aspecto: por unas, el hombre intenta proyectarse sobre el universo, llevar a él su huella, su garra, inscribirse en él. Y por otras apropiárselo, hacerlo suyo. En ambos casos hay esfuerzo de posesión, ya sea que fuera sellarlo con su impronta o ya que se apodere de él bajo la forma de una imagen, de un doble, en adelante manejable y sumiso. En el primer caso hay proyección, en el segundo captación. La voluntad es la misma”.(Huyghe, René. 1965.)


La construcción de herramientas para lograr objetivos implica la anticipación y ello supone el pensamiento. Sabemos que inicialmente la unión de la pareja en función de la procreación no poseía un fin consciente hasta que se fue transformando en una unión proyectada hacia la trascendencia.


La anticipación, supone un antes y un después separados por algún ordenamiento. Podemos establecer una relación entre el desarrollo humano y el desarrollo de la angustia que acompaña a la constitución psíquica: así como la angustia cuántica o automática de los primeros momentos no avisa de su emergencia e invade desarticulando cualquier organización incipiente -el precursor del homo sapiens-, la anticipación ya supone una angustia psicológica que da señales de su aparición. La historia de la humanidad pone en juego la interrelación entre lo ontogenético y lo filogenético.


El desarrollo del hombre durante la prehistoria fue así impulsado por los cambios corporales que se fueron manifestando, pero lo esencial de dicho progreso se genera con la posibilidad de acceso a la representación simbólica que da origen al pensamiento y al lenguaje.


El tótem como representante del padre establece mandamientos y prohibiciones limitantes de la agresión violenta entre los miembros del clan y del acceso a las mujeres de la familia. Prohibiciones que limitan lo pulsional al tiempo que en la humanidad retorna el recuerdo reprimido del asesinato del padre de la horda y el sentimiento de culpa que ese acto genera.


“…la veneración del tótem, que incluye la prohibición de hacerle daño o matarlo; la exogamia, esto es, la renuncia, dentro de la propia horda, a la madre y las hermanas anheladas con pasión; la concepción de derechos iguales a todos los miembros de la liga de hermanos, vale decir, unos límites impuestos a la tendencia a la rivalidad violenta entre ellos”. (Freud, S, 1939). Esto constituye un gran progreso cultural, que permite la diferenciación de la sexualidad del hombre en relación al animal.


Freud define la cultura como la suma de producciones o instituciones que diferencia al hombre del animal, ya que lo protege de la naturaleza y regula sus relaciones. Considera que la cultura inhibe las pulsiones de meta directa tornándolas expresiones tiernas. Son ellas las que garantizan las vinculaciones más duraderas


Hay dos aspectos en juego en relación a la familia, ella es, simultáneamente, condición y negación de la cultura, en un doble funcionamiento que estructura los vínculos entre sus miembros. Condición exogámica, y negación a resignar a sus miembros, a donarlos o perderlos. Deberán soportarse, sin embargo, esas resignaciones narcisistas que son impulsadas por el amor y que gracias al establecimiento de diques - para ese narcisismo - se torna un factor de cultura. En este interjuego de dar y retener, se cumplirán ritos de inclusión social que el niño deberá atravesar para ser un miembro más.


El padre no sólo era el hombre fuerte sino que poseía la facultad para hacerse obedecer: era el sacerdote, el continuador de los antepasados, el depositario de los ritos del culto, es decir que toda la religión residía en él. Como un relicto del padre de la horda primitiva.


El padre no sólo era el hombre fuerte sino que poseía la facultad para hacerse obedecer: era el sacerdote, el continuador de los antepasados, el depositario de los ritos del culto, es decir que toda la religión residía en él. Como un relicto del padre de la horda primitiva.


El modelo que se mantiene durante toda la modernidad ubica al hombre en el espacio social y a la mujer en el hogar, remitiendo lo masculino al poder, al éxito, la competencia, lo público, lo político, lo económico y adjudicando a lo femenino la maternidad, el cuidado de los otros, la emoción y la ternura.


Casi todos los pueblos primitivos imponen alguna restricción a las relaciones sexuales incestuosas, dando forma así a la organización social.


un tótem, generalmente un animal, no necesariamente peligroso, pero capaz de despertar veneración en los miembros y condición sagrada. Se lo considera antepasado del clan y sus funciones primordiales son las de prohibir y proteger.


La función prohibitoria recae sobre los miembros de un mismo clan con respecto a las mujeres, marcando el inicio de la ley de la exogamia. La violación del tabú, tanto sagrado y venerado, como temido y prohibido, lleva implícito un severo castigo.



“La prohibición del incesto no tiene origen puramente cultural, ni puramente natural, y tampoco es un compuesto de elementos tomados en parte de la naturaleza y en parte de la cultura. Constituye el movimiento fundamental gracias al cual, por el cual, pero sobre todo en el cual, se cumple el pasaje de la naturaleza a la cultura”.(Levi Strauss,1981).
Tabú del incesto, como pivote entre naturaleza y cultura. Regla que opera como marca dictaminadora de mujeres prohibidas y permitidas, cuestión que la biología no diferencia desde lo anatómico. De allí que pueda considerarse que la organización totémica es portadora de la salida exogámica y es predecesora de la familia.


Mientras que el parricidio hace a la organización interna y constitutiva del sujeto, la prohibición del incesto es de carácter práctico y protege la organización social.
La prohibición, al igual que el lenguaje, liga y separa, orientando la elección de cónyuges fuera del grupo familiar y teniendo como condición de parentesco la existencia de por lo menos dos familias.
Cuando prevalece el yo ideal, se manifiesta una tendencia a la endogamia y una marcada idealización con respecto a algún miembro, y por lo tanto mayor dificultad ante lo diferente. Narcisismo de las pequeñas diferencias. Si en cambio prevalece la tendencia del ideal del yo, habrá mayor posibilidad de aceptar lo novedoso y mayor tendencia exogámica. Entre ambas tendencias habrá una amplia gama de matices.