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Psicología Evolutiva - Niñez |
Resumen para el 2do Parcial: "La Relación con Pares y la Socialización" | Cátedra: Pizzo |
1° Cuat. de 2013 |
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El Jardín Maternal y el Jardín de Infantes: la relación con pares y la
socialización recíproca
Lic. Karina KRAUTH
Lic. Valeria BOLLASINA
El área de las relaciones sociales del niño es una de las dimensiones más
importantes del desarrollo infantil.
El niño es un ser eminentemente social desde su nacimiento, que se conoce a sí
mismo a través del conocimiento de los otros y que se integra a la sociedad
aprendiendo a vivir en compañía de los demás.
En los primeros años las relaciones sociales se establecen con las personas más
próximas, posteriormente ampliándose a nuevos individuos, grupos e
instituciones.
La Subjetivación implica una dinámica, donde el niño a la vez que se constituye
como diferencia (singularización), se integra en la cultura a la que pertenece
(socialización).
En esta etapa del desarrollo los procesos de socialización y singularización
(eje que atraviesa el programa de la materia) son sumamente importantes dado que
suponen el primer momento en que el niño se inserta en un contexto extra
familiar.
Acerca de la Educación Inicial:
El Ministerio de Educación establece que a este nivel le compete la atención de
la población infantil desde el nacimiento hasta los 6 años de edad inclusive.
Este tránsito configura una experiencia importante e irrepetible en la historia
personal, en algunos casos decisiva, respecto del logro de futuros aprendizajes
y de trayectorias escolares completas.
Presenta clara intencionalidad pedagógica brindando una formación integral que
abarca los aspectos sociales, afectivo-emocionales, cognitivos, motrices y
expresivos del niño. Estos aspectos se encuentran entrelazados, conformando
subjetividades que se manifiestan en modos personales de ser, hacer, pensar y
sentir.
Los chicos de esta edad encuentran oportunidad de realizar experiencias
educativas en un ambiente flexible, tanto en la disposición y uso de espacios
como en la organización de tiempos y agrupamiento de los alumnos.
El juego en el nivel inicial es el principio que orienta la acción educativa ya
que promueve la interacción entre lo individual y lo social, entre lo subjetivo
y lo objetivado.
El Ministerio de Educación de la Nación entiende al juego como un producto de la
cultura, afirmando que a jugar se aprende, lo que implica recuperar dos
dimensiones sustantivas:
- el valor intrínseco que tiene para el desarrollo de las capacidades
representativas, de la imaginación, de la comunicación y de la comprensión de la
realidad y,
- la importancia de su presencia en las actividades del Jardín a través de sus
distintos formatos: juego simbólico, juego dramático, juegos tradicionales,
juegos de construcción, juegos matemáticos y otros, que se desarrollan en el
espacio de la sala y en espacios abiertos.
Es función indelegable del nivel inicial brindar la oportunidad y el derecho al
juego, como así también superar las desarticulaciones entre el juego, el
aprendizaje y la enseñanza.
Es importante definir estrategias pedagógicas que consideren las diferentes
modalidades de juego y enseñanza, respetando el derecho a jugar de los niños a
la par que su interés por aprender.
Cabe destacar que el nivel inicial requiere la participación de las familias y
otras instituciones de la comunidad para el logro de sus objetivos.
Su finalidad es posibilitar el derecho de todos los niños a realizar
aprendizajes propios de la edad, promover el acceso al conocimiento en
condiciones equitativas desde el nacimiento y garantizar mayor equidad educativa
asegurando la inclusión y calidad de la educación.
El Jardín Maternal y su propuesta:
En nuestro medio se designa con el nombre popular de “guardería” a “un conjunto
de instituciones de distinta índole que pueden agruparse según la finalidad que
las origina en:
1) Guarderías con una finalidad estrictamente asistencial
2) Guarderías privadas con finalidad de lucro, organizadas como entidades
comerciales y, en sus inicios, sin planificación técnica;
3) Guarderías y salas maternales de organismos estatales y empresas industriales
o comerciales creadas para dar cumplimiento a la obligatoriedad de crear salas
maternales anexas a los lugares de trabajo para que las madres puedan amamantar
a sus hijos y para que estos permanezcan cuidados mientras dura la jornada de
trabajo de sus progenitores”.
El nombre “Guardería” proviene de la proliferación, ante la necesidad de los
padres de trabajar fuera de la casa, de lugares para “guardar” o donde depositar
el cuidado de los niños pequeños.
El nombre preferido por los especialistas es el de “Jardín Maternal”, y cuando
se trata de una institución que recibe niños de hasta 5 años de edad se denomina
“Jardín materno-infantil”.
El Jardín Maternal es una institución abierta y con carácter educativo integral,
que atiende las necesidades biopsicosociales de los niños entre los 45 días y
los 3 años, y tiende al desarrollo general de la personalidad.
Esta institución, según la definición del Ministerio de Educación de la Nación
Argentina, no se limita a cuidar niños, sino que ejerce una acción educativa
planificada, sustentada en principios pedagógicos de actualidad, favorece el
crecimiento y desarrollo del bebé mediante actividades y estímulos con criterio
didáctico y fundamentados en conocimientos científicos universales y
consagrados.
Su plan de acción se ocupa de:
- Satisfacer las necesidades biológicas del niño, controladas con rigor
científico, referentes a su alimentación e higiene, así como a su propia
profilaxis y a la de todos los instrumentos y elementos que se utilizan en
función de su cuidado.
- Estimular y controlar su estructura psíquica teniendo en cuenta el desarrollo,
crecimiento y madurez de todas las capacidades infantiles.
- Atender sus requerimientos sociales, ya que ello responde a las necesidades de
interacción del niño y a una demanda actual de la familia.
- Atender al desarrollo integral de la personalidad, porque considera que esta
tiene un sentido dinámico que se desarrolla globalmente desde el comienzo de la
vida misma.
La acción del Jardín Maternal está dirigida a una comunidad que se transforma,
es un servicio de educación y socialización tempranas, que indirectamente tiende
a educar a los padres estableciendo contactos con la familia.
Según las Naciones Unidas, es “un servicio organizado para cuidar niños que se
ven obligados a pasar fuera de casa una parte del día, siempre que las
circunstancias exijan que se complete la asistencia normal dada en el hogar”.
Los Objetivos son:
- Brindar al niño de 45 días a 3 años las condiciones ambientales, afectivas y
de atención, adecuadas para asegurar su desarrollo integral en todos sus
aspectos.
- Darle una solución práctica a las necesidades sociales, económicas y
psicológicas de los padres que trabajan.
- Proporcionar afecto para los pequeños, sin distinciones de ningún tipo, la
igualdad de oportunidades.
- Cuidar el capital humano de que el país dispone.
- Orientar a las futuras madres proporcionándoles la asistencia prenatal y
postnatal adecuada.
- Realizar funciones de extensión permanente, funcionando como Escuela para
Padres. Organizar reuniones, charlas y cursos con la educación de los niños,
cuidados, etc. Difundir conceptos fundamentales de respeto a la personalidad y
derechos del niño.
Las condiciones básicas del Jardín Maternal son:
- Calidez de hogar.
- Eficacia profesional en el más alto nivel.
- Seguridad.
- Comodidad: para el niño y para el personal.
Sobre el Jardín de Infantes:
Este segmento de la educación es definido, por la DiNIECE del Ministerio de
Educación, como una de las estructuras del Nivel de Educación Inicial que
atiende a niños de 3 a 5 años de edad inclusive.
La Ley de Educación Nacional establece la obligatoriedad de asistencia al último
año, mientras que el Estado debe garantizar la sala de 4 para las familias que
lo requieran.
Entre los objetivos propuestos para este nivel resalta la socialización, la
educación temprana y la asistencia adecuada.
Dentro de los objetivos de la Educación infantil referidos al desarrollo social,
se hace hincapié en estimular hábitos de integración social, de convivencia
grupal, de solidaridad y cooperación y de conservación del medio ambiente.
Según Stone y Church “los objetivos principales de una preescuela son los de
llenar las necesidades del niño y de proveer un medio propicio para el
crecimiento”.
Dentro de los recursos para cumplir estos objetivos se ubican los recursos
humanos, conformados por la maestra y los otros niños.
También señalan los materiales con los que trabaja, agrupables en varios rubros:
• espacio y tiempo (estructurados a la medida de los pequeños, proporcionándoles
libertad a la vez que protección),
• cualidades humanas (la atención de niños pequeños requiere de una preparación
específica de los docentes),
• materiales de aprendizaje (equipos para jugar, bloques, materiales plásticos,
libros, equipos musicales, etc.).
La acción del Jardín de Infantes se basa en sus rutinas, secuencias estables que
le señalan al niño el ciclo diario (la hora de la merienda, la hora de música,
la hora de juego, la hora del baño, etc.), ya que en esta edad los pequeños
requieren indicadores estabilizadores con los que puedan orientarse y
reasegurarse.
Los contextos del Jardín Maternal y de Infantes facilitan en cierta medida el
desarrollo de las relaciones colectivas dado que proporcionan oportunidades para
la relación con pares y la socialización recíproca (aunque no las determina).
De todos modos se debe tener en cuenta que existe mucha variabilidad en el
grado, la calidad y la amplitud de la participación social, la susceptibilidad
social y el liderazgo entre pares.
En el Jardín Maternal y de Infantes se da el encuentro con “los otros, los
parecidos pero distintos”, como llama Silvia Schlemenson a los pares.
Según la autora el nuevo espacio de socialización representado por la
institución escolar se constituye como tal por la presencia y la existencia de
esos otros niños, sus semejantes. Sus pares son “sus compañeros, quienes iguales
pero diferentes, atraen por lo oculto, por lo distinto, por lo semejante”
La socialización y la socialización recíproca:
La socialización es un término complejo de definir, ya que existen diversos
enfoques sobre el mismo.
Stone y Church señalan que “los otros niños de su misma edad dan al preescolar
su primera experiencia de socialización”.
Un preescolar funciona mejor cuando se agrupa con niños de edad similar, sin que
esto implique que deba quedar aislado de niños mayores o menores.
El niño preescolar, con niños de capacidad similar, puede tener pequeñas
batallas sin peligro, y probar sus sentimientos e ideas acerca de la gente, ante
quienes sus formulaciones podrán parecer de buen sentido.
Entre sus pares puede aprender a cooperar y compartir simpatías, posesiones,
sentimientos y pensamientos, y a afirmarse.
López define a la socialización como “un proceso interactivo, necesario al niño
y al grupo social donde nace, a través del cual el niño satisface sus
necesidades y asimila la cultura, a la vez que, recíprocamente, la sociedad se
perpetúa y desarrolla”.
Además “la socialización supone la adquisición de los valores, las normas,
costumbres, roles, conocimientos y conductas que la sociedad le transmite y le
exige”.
Berger y Luckmann argumentan que la socialización nunca es total y nunca
termina, y diferencian entre socialización primaria y secundaria.
Socializacion secundaria: señalan que esta “siempre presupone un proceso previo
de socialización primaria; o sea, que debe tratar con un yo formado con
anterioridad y con un mundo ya internalizado”, que son el resultado de la
socialización primaria.
Definen que “la socialización primaria es la primera por la que el individuo
atraviesa la niñez; por medio de ella se convierte en miembro de la sociedad, se
efectúa en circunstancias de enorme carga emocional, el niño acepta los ‘roles’
y actitudes de los otros significantes, o sea que los internaliza y se apropia
de ellos.
Mientras que “la socialización secundaria es cualquier proceso posterior que
induce al individuo ya socializado a nuevos sectores del mundo objetivo de su
sociedad” y “es la internalización de ‘sub-mundos’ institucionales o basados
sobre instituciones”.
Teniendo en cuenta a la Teoría del Apego de John Bowlby, para que los niños
puedan acceder saludablemente al nivel de socialización que se da en esta etapa
comprendida por el ingreso al Jardín Maternal y de Infantes hace falta una “base
segura”.
El autor considera que el rol central de los padres es la “provisión de una base
segura a partir de la cual un niño puede hacer salidas al mundo exterior y a la
cual puede regresar sabiendo con certeza que será bien recibido, alimentado
física y emocionalmente, reconfortado si se siente afligido y tranquilizado si
está asustado”.
Winnicott, a su vez, sostiene que en el proceso hacia la independencia el niño
“crea medios que le permiten prescindir de un cuidado ajeno real. Lo consigue
mediante la acumulación de recuerdos del cuidado recibido, la proyección de las
necesidades personales y la introyección de detalles de dicho cuidado, con el
desarrollo de confianza en el medio ambiente”
El término socialización recíproca se entiende como un proceso bidireccional por
el cual los niños socializan a los padres, tal como estos socializan a los
niños.
Desde este punto de vista, el niño es un ser dinámico y activo, su “conducta
social no solamente es moldeada por los otros, sino que es también origen de
cambios producidos en la conducta de los que le rodean”. Los pares, en la
interacción se socializan entre sí.
Acerca de la Relación con pares:
La socialización recíproca se articula directamente con la relación que los
niños construyen con los pares.
“Las relaciones entre compañeros (peer) contribuyen sustancialmente al
desarrollo de las competencias sociales en los niños”.
Un compañero “no es cada uno de los niños con los que otro niño interactúa.
El término relaciones de compañero (peer) hace referencia exclusivamente a
aquellas relaciones sociales en las que los participantes se caracterizan por
tener un nivel de desarrollo y un status social equivalente”.
Cuando los niños salen por primera vez de la unidad familiar, descubren un
espectro de opciones en la selección de compañeros de interacción.
El grupo de pares posee funciones evolutivas: “El grupo de pares es la única
institución cultural en la que la posición del niño no es marginal, en la que se
le concede status primario e identidad social entre un conjunto de iguales y en
la que predomina sus propias actividades e intereses.
Como consecuencia la concepción que tiene de sí mismo se expande y se diferencia
en otro terreno distinto al del niño respecto de sus padres. Logrando la
aceptación del grupo y subordinándose a sus intereses y haciéndose dependiente
de su aprobación, el niño consigue una autoestima intrínseca, independiente de
su rendimiento o posición relativa en el conjunto”
El grupo de pares brinda una identidad social entre un conjunto de iguales,
donde predominan las propias actividades e intereses, y se producen en un
terreno distinto al de sus padres.
Al principio el niño interactúa esporádicamente con otros niños a quienes suele
tratar como si fueran objetos.
La conducta en el grupo de pares procede desde una etapa solitaria o
“espectadora”, pasando por el juego paralelo, luego por el juego asociativo e
incluso comienzo del juego cooperativo.
Parten y S. New hall, describen cómo se va dando este pasaje. El niño pequeño se
interesa por sus propias actividades, responde más a la maestra que a otros
niños, a decir verdad en primer lugar su relación es con ella, y la necesita
para poder comunicarse con sus pares, y es ella la que va propiciando la
relación entre pares mediante las diferentes rutinas y actividades.
En un comienzo el niño acumula juguetes y se niega a compartirlos, predominando
el juego solitario (simultáneo a las actividades de otros niños pero
desconectado de estas), o permanece pasivo como espectador.
A medida que aumenta la relación con los pares y se hacen más comunes la
coparticipación y el guardar turnos, predomina la tendencia al juego paralelo
(el niño actúa al lado de sus compañeros pero no con ellos).
Hacia el final de la etapa participa en un juego de colaboración, al principio
es asociativo y más adelante entraña una división de actividades, censura de
grupo, centralización del control y subordinación de los deseos individuales a
cierto propósito colectivo y a un sentido de pertenencia al conjunto.
A medida que aumenta su edad el niño tiende a jugar con un grupo de pares más
numeroso y a sufrir menos trastornos emocionales frente a una nueva situación
social.
El niño responde cada vez más al acercamiento con otros chicos. Los niños en
edad preescolar se interesan por sí mismos y por sus relaciones con otros niños
a la vez que van tomando conciencia de las preferencias y disgustos de sus
pares.
Cuando las relaciones se hacen menos impersonales el niño comienza a reaccionar
frente a sus pares como ante personas separadas con características
individuales, de manera tal que se van conformando parejas entre niños que se
llevan bien y el grupo comienza a excluir a quienes se muestran objetables.
El niño, entonces, comienza con actividades independientes, luego las mismas van
perdiendo preponderancia y va pasando por distintas etapas en la construcción de
las relaciones con otros niños:
• seguimiento de sus pares,
• liderazgo compartido,
• Y una conducta directiva.
El deseo de llamar la atención y mandar a otros aumenta con la edad.
En este sentido, los amigos imaginarios reflejan la necesidad del niño de
controlar a sus pares de modo más completo que como lo permite la realidad.
El rol profesional del psicólogo en el Jardín Maternal y de Infantes
Cómo se trabaja:
Cada escuela tiene su modo, en algunas el docente es quien detecta la situación
conflictiva, en otras son los directivos quienes acercan sus preocupaciones, y a
veces los padres y familiares son quienes manifiestan sus inquietudes acerca de
los niños.
En algunas instituciones hay equipos conformados por dos o más profesionales
preferentemente especializados u orientados en la psicología evolutiva y del
desarrollo (psicólogos, psicopedagogos, trabajadores sociales, licenciados en
ciencias de la educación), y en otras es solo un profesional quien está a cargo
de escuchar, evaluar y resolver las situaciones suscitadas en el Jardín con los
alumnos.
Cuando el equipo de profesionales (llamado generalmente Gabinete Psicopedagógico
en la CABA, y Equipo de Orientación Escolar Pcia de Bs As) está conformado por
un psicólogo y un psicopedagogo, el primero se encarga de atender las consultas
por niños con problemas emocionales y de conducta, y el segundo de aquellas
referidas a niños con dificultades en el aprendizaje.
Si bien el rol del psicólogo varía de acuerdo a si su labor se lleva a cabo en
un Jardín Maternal o Jardín de Infantes, en ambos el psicólogo participa en
reuniones con padres, asesoramiento a los maestros y armado de talleres con
padres y maestros.
Y además el profesional construye a partir del relato familiar que los padres
brindan en las entrevistas sostenidas con el psicólogo, una Historia Vital
Evolutiva exhaustiva de cada uno de los niños.
En el Jardín Maternal el psicólogo principalmente observa, se les enseña a los
maestros a que estén muy atentos a los indicadores que permiten evaluar el
desarrollo alcanzado por los niños (sostén cefálico, sonrisa social, sentarse
con apoyo y sin apoyo, juego, etc.)
Las docentes conocen muy bien qué es lo esperable para cada período evolutivo y
la importancia que tiene su trabajo en la subjetivación del niño, como por
ejemplo, recibir al niño con una sonrisa, responder con la mirada, la “suplencia
de madre” que ellas realizan.
Si el niño se aleja de lo esperable, o cuando las maestras ven que la familia es
sobreprotectora, no estimula al niño, etc., entonces se le pide al psicólogo que
observe. Éste sugiere a las maestras estrategias prácticas para abordar la
situación, se sigue con detenimiento si el niño con las estrategias mejora, y si
no es así, se cita a los padres y es el psicólogo el que explica la problemática
y realiza la derivación, generalmente siempre al pediatra de confianza, para que
él evalúe la situación, y en algunas oportunidades a neurólogos o psicólogos
directamente.
Se realizan talleres con los padres con el fin de ayudar a que el nivel de
ansiedad de los mismos no sea muy elevado, ya que muchos padres no tienen la
oportunidad de comparar el desarrollo de su hijo con otros niños, y el Jardín
los obliga a realizar esa comparación todo el tiempo.
Las consultas más frecuentes:
Jardín Maternal:
Se refieren a que los chicos no prestan atención, no juegan con otros, no se
despegan de los padres, hacen berrinches, se agreden entre pares y se muerden
(especialmente los deambuladores), o respecto de la hora de dormir (cómo
dormirlo, cómo sacarlo de la cama de los padres).
Jardín de Infantes:
Se centran en que los chicos juegan solos, no comparten, no trabajan en grupo,
tienen dificultades en el aprendizaje de la lecto- escritura, se dispersan, no
pintan bien, no dibujan de acuerdo a los parámetros esperables para la edad.