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LAS OPERACIONES CONCRETAS DEL PENSAMIENTO Y LAS RELACIONE INTERINDIVIDUALES.
Obstáculos del niño para pasar de la acción del pre-operatorio a la operación: En primer lugar es necesario reconstruir sus recuerdos motores en un plano representativo, es decir que pueda explicar cómo llegar a determinado lugar sin necesidad de recorrer el camino. También es necesario centrar aquello que siempre estuvo centrado en el cuerpo a objetos y actos universales determinados por la socialización. La descentralización debe recaer sobre un universo interindividual o social. Las operaciones siempre implican la capacidad de intercambio, y para esto se requiere que el niño abandone su punto de vista egocéntrico y que descentralice su yo.
La operación concreta aparece con la reversibilidad, posible a partir del abandono del egocentrismo, ya que ahora puede prestar atención a otras variables. La reversibilidad, es relativa a una invariable, a un esquema de conservación (por ejemplo el objeto permanente). Una invariable, es por ejemplo la cantidad de agua o la plastilina en los experimentos de Piaget. No reconoce esta invariable el pre-operatorio y sólo toma en cuenta una vairable (longitud, altura, etc). La reversibilidad implica que los niños entiendan que una sustancia puede volver a su forma original sin haber cambiado la invariable. Hay dos tipos de reversibilidad:
Operaciones concretas
Son la transición entre acción y estructuras lógicas. Comprenden en entendimiento de clasificaciones, seriaciones, correspondencias entre un punto y otro, agrupamientos, etc. Se trata de encadenamientos progresivos, cosa que el niño es incapaz de hacer en el pre-operatorio, ya que si por ejemplo se extiende el espacio entre las fichas en una fila cree que hay más que en la otra fila en la que hay la misma cantidad de fichas.
Como ahora su satisfacción pasa por la explicación, deja de lado animismo, finalismo, artificialismo y realismo y también entiende el azar.
3 hechos importantes
Al haber descentralización, el niño puede empezar a socializar. Ahora la asimilación supera las coordinaciones generales de la acción.
Juego reglado: Con las instituciones sociales, surge la transmisión de una generación a la siguiente. Puede haber o no intervención de un adulto pero no hay control. El objetivo es distraerse pero con la estimulación de un grupo.
Trabajo en común: Necesita un mínimo de organización, y evoluciona de trabajo solitario a colaboración, momento en el que aparecen ciertos conflictos.
Intercambio verbal: No hay lenguaje socializador, si no monólogos y soliloquios.
Sentimientos y juicios morales
Interiorizan la imagen afectiva del padre o de ambos progenitores, que se convierte en fuente de deberes, de modelos restrictivos, de remordimientos y a veces de autocastigo.
El yo de los padres es interiorizado como un “yo ideal”, fuente de modelos constructivos y de conciencia moral.
La intervención de consignas dadas desde el exterior, es decir, órdenes de cumplimiento indeterminado (no mentir, etc) y la aceptación de esas consignas que supone la existencia de un sentimiento de quien recibe la consigna por quien la da forman la génesis del deber. Está el respeto, compuesto de afecto y temor (superior con respecto al inferior, suficiente para acatar consignas).
La heteronomía: El poder de las consignas está inicialmente ligado a la presencia material del que las da: en su ausencia, la ley pierde su acción. Si el padre da una orden pero luego desaparece, el niño no acatará esa orden.
Realismo moral: Las obligaciones y los valores están determinados por la ley o la consigna en sí misma, independientemente del contexto de las intenciones y de las relaciones. Hay una realidad objetiva en la que el acto es valorado en función de su grado de conformidad material con la ley y no en función de las intenciones aviesas de violar la ley o buena intención que, involuntariamente, se halle en conflicto con la ley.
La autonomía: Son relaciones morales nuevas fundadas en el respeto mutuo y que llevan e cierta autonomía. Esto se ve en los juegos reglados: Los más pequeños ven las reglas ya establecidas por los mayores como sagradas, mientras que los niños más grandes la ven como un producto de acuerdo entre iguales y pueden modificarse siempre que todas las partes lo consientan: sentimiento de justicia.
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