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Psicoanálisis
Freud
1º Parcial B |
Psicoanálisis Freud (Cátedra: Laznik - 2020) | Psicología | UBA
1. Elabore un texto donde articule y diferencie conflicto psíquico, defensa,
síntoma y resistencia. Ejemplifique con Elisabeth Von R.
Para Freud (1893), el origen de sus preguntas está en el hecho de que hay
conflictos psíquicos entre representaciones del yo frente a otras
representaciones del yo inconciliables, es decir, un conflicto psíquico es aquel
conflicto que se da entre representaciones, frente al cual actúa la defensa y
dicha defensa provoca una escisión de la conciencia. Hay una inconciliabilidad
en la vida de las representaciones y eso provoca que el aparato se defienda.
Frente a esa representación inconciliable (de naturaleza penosa que despierta
vergüenza y reproche), la defensa opera mediante el divorcio de la
representación y el afecto.
En “La etiología de la histeria”, Freud afirma que la defensa aparta a esa
representación penosa. El síntoma es producto y testimonio de ese conflicto. Sin
conflicto no hay síntoma. Para formar un síntoma histérico tiene que estar
presente un afán defensivo contra una representación penosa. Si bien la defensa
defiende al yo de la representación inconciliable, no tiene éxito completo.
Desaloja de la conciencia esa representación pero la idea perturbadora retorna
disfrazada como síntoma. El correlato de la defensa es la resistencia, dicha
resistencia impide el recordar y es la misma fuerza que coopero en la formación
del síntoma como fuerza de repulsión.
En “Sobre la Psicoterapia de la Histeria”, Freud nombra dos tipos de
resistencia: la resistencia de asociación y la resistencia radial. La de
asociación es una fuerza que contraría el devenir conciente de las
representaciones patógenas. Es la misma fuerza que coopero en la génesis del
síntoma. En el caso de Elisabeth se puede ejemplificar cuando ella se rehúsa a
aceptar esos pensamientos de deseo hacia su cuñado. La resistencia radial está
articulada al núcleo patógeno, es decir, a un núcleo de recuerdos en los cuales
ha culminado el momento traumático. En este caso se puede ejemplificar cuando
Freud quiere vencer las resistencias que se imponen en ella cuando le toca la
pierna y denota un gesto de placer en su rostro.
La presencia del síntoma es un testimonio del conflicto psíquico a raíz del cual
operó la defensa. El caso de Elisabeth Von R es un ejemplo del síntoma como
testimonio de un conflicto psíquico (ser la mujer de un hombre o la cuidadora de
mi padre). En la temporada veraniega con su hermana y el cuñado coincide el
estallido de sus dolores y su dificultad para caminar. Cuando Freud le aplica el
artificio de la presión sobre la cabeza y le pide que comunique sus recuerdos,
confiesa haber pensado en un momento en que el esposo de la hermana la acompañó
a la casa, la charla que hubo entre ellos y las sensaciones con que luego
regresó a casa a cuidar a su padre. Cuando después entró a casa se encontró con
que el estado de su padre había empeorado y se reprochó por consagrar tanto
tiempo a su gusto personal. Este fue el primer momento de la producción del
síntoma, la causación de los primeros dolores. Quedo planteado un conflicto, un
caso de inconciabilidad. Un conflicto entre la representación erótica y las
representaciones que la sostenían como la cuidadora del padre. Como resultado de
ese conflicto, la representación erótica (lo que sintió con respecto a ese
muchacho) fue reprimida, desalojada de la asociación y el afecto adherido fue
aplicado para reanimar el dolor corporal.
La idea de la defensa frente a una representación inconciliable y la génesis de
síntomas histéricos se ejemplifica con que esta muchacha había regalado a su
cuñado una inclinación tierna, contra cuya admisión se revolvía dentro de su
conciencia todo su ser moral. Había conseguido ahorrarse la dolorosa certidumbre
de que amaba al marido de su hermana creándose a cambio unos dolores corporales.
El círculo de representaciones de los deberes de Elisabeth hacia el padre
enfermo entró en conflicto con el contenido que en aquella época tenía su ansiar
erótico. En medio de auto reproches se decidió en favor del cuidado de su padre
y así se creó el dolor histérico. Ella reprimió la representación erótica de su
conciencia y mudó su afecto a una sensación de dolor somática. En aquella época
ella no era conciente de la inclinación hacia su cuñado. El amor por su cuñado
estaba presente en la conciencia al modo de un cuerpo extraño sin que se
vinculara con el resto de su representar. El motivo de esa división de
conciencia es que la enferma oponía una gran resistencia al intento de
establecer la asociación entre el grupo psíquico separado y sus otros contenidos
de conciencia. El motivo era el de la defensa.
2. ¿Cuáles son los puntos de articulación, contacto y diferencia entre los
sueños y el resto de las formaciones del inconciente?
El sueño, según Freud (1900) es un cumplimiento alucinatorio de deseo y es
guardián del dormir. El sueño como formación del inconciente es un acertijo en
imágenes donde se combinan contenido manifiesto y pensamientos oníricos
latentes. Los sueños le sirven a Freud para poder establecer cómo está armado el
aparato psíquico. En “La interpretación de los sueños: VII” Freud describe los
mecanismos que intervienen en la formación del sueño. Todas las formaciones del
inconciente (sueño, síntoma, olvido y chiste) comparten dos de los mecanismos:
la condensación y el desplazamiento. En el sueño, a diferencia de las demás
formaciones del inconciente, Freud afirma que intervienen otros dos mecanismos
que son: la transposición en imágenes sensibles y la elaboración secundaria.
Podemos nombrar a la transposición en imágenes sensibles como el carácter
alucinatorio que está presente en el sueño. El sueño es figurado como escenas
vivenciadas como situaciones presentes. La peculiaridad exclusiva del sueño es
que el contenido de representaciones no se piensa, sino que se muda en imágenes
sensibles a las que se da crédito y se cree vivenciar. Por otra parte, la
elaboración secundaria es seleccionar material psíquico, privilegiar partes,
censurar. Es un intento de darle sentido al sueño y una manera de revestirlo, es
decir, “adornarlo” para que tenga un sentido aceptable. En el relato del sueño
se agregan conectores que no pertenecen al sueño mismo.
La condensación y el desplazamiento, como ya se dijo, son los dos mecanismos que
están presentes en todas las formaciones del inconciente. Respecto de la
condensación por el solo hecho de condensar quedan elementos por fuera, por eso
Freud dice que omite, ubica rasgos en común aunque no los haya y luego condensa.
El efecto es de sobreimpresión y de producción de nuevos sentidos. Podemos
extraer del texto “El chiste y su relación con lo inconciente (II. La técnica
del chiste)” un ejemplo. En 'famillionario' hay nuevos sentidos que se producen
por el hecho de condensar, el término es más que familiar y millonario. Funciona
una “fuerza compresora” que actúa sobre la frase, pero la segunda proposición no
desaparece sin dejar un sustituto. En el caso del chiste de “tomar un baño”,
éste se produce porque toma un desvío colateral. Hay desplazamiento y el chiste
no depende de la palabra “tomado”, sino de la conexión, el nexo de pensamiento y
el doble sentido de la palabra.
Todas las formaciones del inconciente se desprenden del conflicto psíquico. A
partir de un conflicto psíquico, actúa la defensa y, como consecuencia del
desplazamiento y la condensación, da origen a los síntomas, a los olvidos, a los
chistes y a los sueños. Estas formaciones del inconciente son de compromiso y es
la forma que adopta lo reprimido para ser admitido en la conciencia.
En “Psicopatología de la vida cotidiana (I. El olvido de nombres propios)” Freud
afirma que el olvido de un nombre implica un fracaso en la función del recordar.
En lugar de esa palabra olvidada hay una creación metafórica. Se produce, frente
al olvido, un recuerdo falso. Acuden sustitutos incorrectos a través del
mecanismo de desplazamiento. En el caso del olvido del nombre Signorelli y la
aparición de Botticelli y Boltraffio como sustitutos, el proceso destinado a
reproducir el nombre olvidado se ha desplazado hacia un nombre sustitutivo El
mecanismo del recuerdo fallido sería, entonces, el desplazamiento. La razón del
olvido no está en los nombres sino en los nexos. El olvido de Freud se trataba
de olvidar otra cosa que consiguió ponerse en conexión asociativa con el nombre
Signorelli. Se trata de la conexión de los nombres y opera el desplazamiento.
Referencias
Freud, S. (1905) “El chiste y su relación con lo inconciente (II. La técnica del
chiste)”. En Obras completas, Buenos Aires, Amorrortu editores.
Freud, S. (1893–1895) “Estudios sobre la histeria: Elizabeth von R”. En Obras
completas, Buenos Aires, Amorrortu editores.
Freud, S. (1896) “La etiología de la histeria”. En Obras completas, Buenos
Aires, Amorrortu editores.
Freud, S. (1900) “La interpretación de los sueños: VII. Sobre la psicología de
los procesos oníricos”. En Obras completas, Buenos Aires, Amorrortu editores.
Freud, S. (1901) “Psicopatología de la vida cotidiana (I. El olvido de nombres
propios)”. En Obras completas, Buenos Aires, Amorrortu editores.