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2º Parcial A  |  Psicoanálisis Freud (Cátedra: Laznik - 2020)  | Psicología  |  UBA
1) En "Mis tesis sobre el papel de la sexualidad en la etiología de las neurosis" pág. 166 Freud dice: " Al obtenerse este esclarecimiento, cayó por tierra la insistencia en el elemento 'traumático'; quedó en pie la siguiente intelección. La práctica sexual infantil (sea espontánea o provocada) marca la dirección que seguirá la vida sexual tras la madurez".
A) Explique el " esclarecimiento " al que se refiere Freud. Vincule el concepto de pulsión con fantasía.
B) Desarrolle la intelección mencionada y relaciónelo con el mecanismo de los síntomas histéricos.
C) Ejemplifique con el caso Dora

Freud analiza, en el desarrollo de su teoría, la importancia etiológica del factor sexual para las neurosis.
En el relato de los pacientes aparecían escenas de la vida sexual que se remontaban cada vez más hacia la infancia. “La histeria es la expresión de un comportamiento particular de la función sexual del individuo, este comportamiento está marcado por las influencias y vivencias recibidas en la infancia” (S. Freud, 1905). En esa época, la etiología de las neurosis comunes respondía a lo actual, (por perturbaciones en la función sexual), y para las psiconeurosis, vivencias reales de la temprana infancia, vivencias sexuales de un tiempo anterior. Sin tomar en cuenta los traumas sexuales de la infancia era imposible entender los síntomas, Freud nos dice: “Dada una vida sexual normal, la neurosis es imposible”. Aunque Freud considera que esa teoría sigue siendo correcta, él no sabía distinguir con certeza entre las invenciones de recuerdos de los histéricos acerca de su infancia, (fantasías), y las huellas de los hechos reales, (lo que pasó realmente). A partir de esto, ubica una idea central, el concepto de fantasía, como un intento por defenderse del recuerdo de la propia práctica sexual infantil, dejando de lado la idea de que las escenas en los relatos de los pacientes correspondían a una verdad histórica, vivencias que luego devienen traumáticas, (base de los síntomas neuróticos).
“Al obtenerse este esclarecimiento dejó de tener importancia “lo traumático” en el origen de los síntomas histéricos. Se toma a la fantasía como un intento de defenderse del recuerdo de la propia práctica sexual. Esta práctica sexual infantil marca la dirección que seguirá la vida sexual tras la madurez” (S. Freud, 1905). Esta tesis también altera la concepción que se tenía hasta ese momento acerca del mecanismo de los síntomas histéricos: los síntomas ya no aparecían como retoños de los recuerdos reprimidos de vivencias sexuales infantiles, sino que entre los síntomas y las impresiones infantiles se intercalaban las fantasías, casi siempre producidas en los años de la pubertad. La fantasía como una defensa ante estas prácticas infantiles, que luego se trasponen al síntoma, que son el retorno de lo reprimido. En la teoría del mecanismo de los síntomas histéricos, los “traumas sexuales infantiles” fueron reemplazados por el “infantilismo de la sexualidad”, en el cual el niño, mientras busca la satisfacción de su libido (deseo sexual) experimenta fracasos y reprimendas por parte de sus padres o la sociedad. Entonces, lo traumático deja de ser contingente, accidental, no depende de circunstancias, (como la seducción por parte de los adultos en la infancia), sino que es constitucional, es para todos. No importaba la vivencia en sí, sino la reacción frente a ella. El neurótico traía consigo entonces, una cuota de represión que provenía desde la infancia, que se exteriorizaba en la vida real, conserva en la fantasía lo que en la realidad le ha sido denegado, y los histéricos mostraban que los síntomas de la enfermedad tienen el valor de compromiso entre la libido y la represión sexual. Freud va a relacionar la fantasía con la formación del síntoma, por eso hay un pasaje de lo traumático a lo pulsional. Los síntomas provienen de la fantasía de orden sexual, están hechas de pulsiones, es una actividad propia del aparato de representaciones, esa moción psíquica que se dirige del displacer al placer y las crea el enfermo para defenderse de su propia práctica sexual. Freud amplia el concepto de sexualidad, es constitutiva, perversa (no está evocada a la reproducción), es infantil, (Infantilismo y sexualidad, se mantienen), neurótica, constituye al aparato, se diferencia del instinto. En Tres ensayos Freud define la constitución sexual infantil como perversa polimorfa (puede tomar cualquier parte del cuerpo). Por ejemplo, en el caso Dora el síntoma esta sostenido desde dos lugares distintos: por un lado, esa zona del cuerpo que ella mantiene irritada, lo oral (tos, afonía), está ligado a lo pulsional, a la práctica sexual del neurótico, porque la actividad fantaseadora en Dora es que el padre mantiene con la señora K, una relación de sexo oral. Por otro lado, la sintomatología tiene un propósito, que es siempre actual, alejar al padre de la señora K. También cierta pregunta de su lugar en todo este asunto amoroso, en donde el resultado es que el señor K (dejado de lado por su mujer), se acercaba a Dora con intenciones amorosas.

2) Freud define a la Contrainvestidura como mecanismo para la Represión.
A) Sitúe la Contrainvestidura en la Represión primaria. Articule pulsión con la fijación del representante psíquico de la pulsión
B) Explique la Contrainvestidura en la represión secundaria. Ejemplifique con la formación de síntoma fóbico según la segunda versión de la angustia.

La esencia de la represión es rechazar un contenido de la consciencia y mantenerlo alejado de ella, es un proceso que se cumple sobre representaciones en la frontera de los sistemas inconsciente y preconsciente. Su mecanismo es la sustracción de investidura. Hay tres etapas de la represión:
La represión primaria o represión primordial, la represión secundaria o la represión propiamente dicha y el retorno de lo reprimido.
El mecanismo de sustracción de investidura no alcanza para explicar por qué la represión se sostiene, no explica la represión primordial, ya que en ese caso la representación inconsciente aún no ha recibido investidura alguna y no puede serle sustraída. No se advierte la razón por la cual la representación que sigue investida no intentaría penetrar al sistema preconsciente. Freud cree necesario pensar en otro proceso, que explique cómo se mantiene la represión secundaria, y que justifique la producción y la permanencia de la represión primaria. Supone entonces una contrainvestidura mediante la cual el sistema preconsciente se protege contra el asedio de la representación inconsciente, y que propone como único mecanismo de la represión primordial. La contrainvestidura representa el gasto permanente de energía que mantiene al representante psíquico de la pulsión, al cual se le deniega la admisión a la conciencia. Entonces la represión primaria es la fijación de este representante, que es una marca única y no va a participar de las cadenas, no es sustituible y nunca retorna a la consciencia, porque nunca accedió a ella. Una vez que se fija la pulsión a su representante, es el momento fundante en que se divide el aparato, (porque el cuerpo y lo psíquico se unen), una vez “en” el aparato forma retoños en el campo de las representaciones.
La represión secundaria, recae sobre los retoños psíquicos del representante pulsional reprimido, es decir que se reprime aquello que está en nexo asociativo con lo reprimido primordial. En la represión propiamente dicha, operan dos mecanismos: la sustracción de investidura y la contrainvestidura. Posiblemente la investidura sustraída de la representación se emplee como contrainvestidura, una formación sustitutiva de lo reprimido. El afecto desamarrado de la representación se desplaza, va hacia el cuerpo, (síntomas), o hacia otra representación nimia, es lo que valdría como contrainvestidura.
La tercera etapa es el retorno de lo reprimido, existe en lo inconsciente, busca emerger en la consciencia. Freud nos dice: sobre la contrainvestidura recae la tarea de emplear diversas formas de protección contra el desarrollo de angustia tras la represión.
El monto de afecto del representante de pulsión tiene tres destinos: La pulsión es sofocada por completo, pero sigue existiendo. (Corresponde con la histeria), El afecto es coloreado cuantitativamente: (Corresponde sobre todo a la neurosis obsesiva), o Se muda en angustia: Corresponde a las fobias. Así, Freud plantea una segunda teoría de la angustia que ahora implica a la represión. La representación es reprimida y la libido asociada es descargada como angustia, como es el caso de la histeria de angustia, (el objetivo de la represión que es evitar el displacer, fracasa). El referente clínico que toma Freud es la fobia de Juanito a los animales en este caso, la pulsión sometida a la represión es una actitud libidinosa hacia el padre, el caballo al que Juanito teme pasa a constituir un sustituto por desplazamiento, una formación sustitutiva del material patógeno que esta reprimido. Después de la represión, esta moción desaparece de la conciencia y el padre no se presenta en ella como objeto de la libido, como sustituto se encuentra un animal, la parte cuantitativa no desapareció, sino que se traspuso en angustia.
3)
a) Dé cuenta de la teoría de la libido tal como está desarrollada en Tres ensayos para una teoría sexual.
b) Explique por qué dice Freud que el concepto de narcisismo constituye un aporte a la teoría de la libido.
Freud reformula la noción de sexualidad a partir del concepto de pulsión, viene a ocupar el vacío que hay en su teoría. Encuentra una regularidad entre la sintomatología y la vida sexual de sus pacientes.
La teoría pasa de tener un cuerpo que habla, como es el cuerpo de la histeria, a pensar en un cuerpo hablado, como es el cuerpo de la pulsión. Freud va a decir que los síntomas son la practica sexual del neurótico y que la pulsión sexual es la única fuente constante en la formación de estos síntomas. Los síntomas son el sustituto de procesos anímicos investidos de afecto y la represión les prohíbe acceder a la conciencia, se forman en parte a expensas de una sexualidad anormal. Freud ubica la neurosis como el negativo de la perversión.
La pulsión es el representante psíquico de una fuente de estímulos intrasomáticos en continuo fluir, diferentes de excitaciones provenientes del exterior, es un concepto de deslinde entre lo corporal y lo anímico, es fronterizo, una cuestión de limite. No posee cualidad, sino que debe considerarse como una medida de exigencia de trabajo para la vida anímica. Lo que la distingue y le da propiedades específicas a cada una, es su relación con sus fuentes somáticas y con sus metas. La fuente es un proceso excitatorio en el interior de un órgano y su meta inmediata es la cancelación de ese estímulo de órgano.
Las pulsiones sexuales, son concebidas como pulsiones parciales que brotan de múltiples zonas erógenas, estas son zonas del cuerpo susceptibles de estimulación sexual, dice Freud, zonas de borde del cuerpo, piel y mucosa.
Los seres humanos poseen amnesia infantil hasta los 6 u 8 años, esas impresiones que olvidamos dejaron huellas anímicas y pasaron a ser determinantes para nuestro desarrollo posterior.
En un primer periodo, el neonato trae consigo mociones sexuales que se desarrollan por un tiempo, pero luego se sofocan. Durante este período se edifican los diques psíquicos que serán inhibiciones en el camino de la pulsión sexual (asco, vergüenza, estética y moral). Las mociones sexuales infantiles son desviadas del uso sexual y aplicadas a otros fines, (sublimación).
Freud caracteriza la sexualidad infantil como perversa, por que no tiene la finalidad de la reproducción, simplemente busca placer en el propio cuerpo, y es polimorfa porque cualquier zona del cuerpo puede tomar el valor de una zona erógena. La sexualidad infantil nace apuntalándose desde el exterior, apoyado en el otro de los primeros cuidados, un apuntalamiento ligado a las necesidades vitales, como la alimentación, luego se independiza de esta función a través del chupeteo, que consiste en una actividad de succión con la boca, repetido rítmicamente, se rige por la búsqueda de placer, ya vivenciado y ahora recordado (del pecho materno).
Freud ubica el “chupeteo” como un modelo de exteriorización sexual, la sexualidad infantil es autoerótica, se satisface en el propio cuerpo, la primacía es la zona oral, los labios se comportan como una zona erógena. Por lo tanto, el placer sexual se apuntala, luego la necesidad sexual se divorcia de la necesidad de alimento. El apuntalamiento también se ve en las diferentes fases pulsionales, fases de evolución de la libido, (además de la oral), zona anal: apuntala su necesidad en la función de defecación. El niño retiene las heces, su acumulación provoca al liberarse un poderoso estímulo sobre la mucosa, conserva la función para cuando él lo desee. Zona genital: La zona relacionada con las partes sexuales reales, su activación dará comienzo a la posterior vida sexual normal y se produce por ciertas excitaciones accidentales en el cuidado del otro, que despiertan la necesidad de repetirlo. La práctica de la masturbación es lo que da cuenta de que hay excitación sexual en la infancia, es una sexualidad que posee fases: oral, sádico-anal, fálica y no una sexualidad que comience en la pubertad, siendo solo genital.
Se distinguen 3 etapas de la masturbación infantil: a) periodo de lactancia b) florecimiento de la práctica sexual (hacia los 4 años) c) onanismo de la pubertad.
Entre los 3 y 5 años se inicia la pulsión de saber o de investigar está ligada a la pulsión sexual infantil, recae sobre los problemas sexuales. Hay un punto de anudamiento entre la sexualidad y el saber y esto se plasma en las teorías sexuales infantiles, estas se dan en el contexto del complejo Edipo y del complejo de castración. El niño parte de una premisa, cree en la universalidad del falo, para el varón es común suponer que todas las personas poseen un genital como el suyo, desconoce la existencia de dos sexos diferentes, pero debido al complejo de castración abandona esta creencia (al comprobar que la mujer no tiene pene supone que ha sido castrada), la niña muestra interés por los genitales masculinos y envidia el pene al punto de desear ser un varón. Ahí aparece la lógica fálico-castrado.
Freud dice que la primera pregunta que se hacen los niños es: ¿de dónde vienen? Es una pregunta tramposa, una pregunta del propio origen. El niño supone que los hijos se conciben por haber comido algo determinado y se los da a luz por el intestino, como la materia fecal (teoría de la cloaca). Si los niños son espectadores del comercio sexual entre adultos concibe el acto sexual como una especie de maltrato o sojuzgamiento en el sentido sádico (concepción sádica del coito). En la pubertad irrumpe la sexualidad que no abandona las prácticas de la sexualidad infantil, sino que se conservan a la vez que las pulsiones sexuales y las disposiciones infantiles se subordinan al primado de los genitales y al servicio de la reproducción. Existe, como meta, la satisfacción, hay un objeto total, en el que se articulan características de objeto parcial y la organización de la sexualidad se da en torno a una zona privilegiada.
Entonces la elección de objeto se da en dos tiempos: el primer tiempo se da en la infancia, para luego detenerse o retroceder. La segunda etapa sobreviene en la pubertad y determina la conformación definitiva de la vida sexual.
La libido es la fuerza en la cual se exterioriza la pulsión sexual, la meta a la que aspira cada una de ellas es el placer del órgano; sólo tras haber alcanzado su síntesis entran al servicio de la función de reproducción. Freud considera cuatro elementos que están asociados al concepto de pulsión: esfuerzo (Drang, fuerza o empuje), meta, (la satisfacción), objeto (es aquello por lo cual se alcanza la meta) y fuente de la pulsión, punto de anclaje de la pulsión en el cuerpo (zona erógena, geografía libidinal). Freud separa las pulsiones en dos grandes grupos:
1) las pulsiones yoicas o de autoconservación, del lado de la necesidad interior, tienen por meta la autoconservación, el individuo es lo principal.2) las pulsiones sexuales, (ganancia de placer son una fuerza constante, su objeto es variable e indiferente, brotan de múltiples fuentes orgánicas; al comienzo actúan con independencia unas de otras y sólo después se reúnen en una síntesis más o menos acabada.
Hay una oposición entre las pulsiones sexuales y pulsiones yoicas, cada pulsión busca imponerse animando las representaciones adecuadas a su meta, nos siempre son conciliables entre sí, se produce un conflicto de intereses. El placer sexual no se anuda solo a la función de los genitales, la boca sirve para tanto besar como para comer. Los mismos órganos están al servicio tanto de las pulsiones sexuales como de las yoicas, cuanto más gasta una, tanto más se empobrece la otra, (para Freud este principio produce consecuencias patológicas, síntomas) “No se puede servir a dos amos al mismo tiempo”, a esto se lo denomina primer dualismo pulsional.
Para Freud era necesario mantener la especificad sexual de la libido, sostener el conflicto entre una instancia sexual y una no sexual, (critica la idea de Jung, de la libido como una energía psíquica indiferenciada) La introducción del concepto de narcisismo para Freud es complementario a la teoría de la libido. Lo plantea como un término clínico que se utiliza para designar la conducta de ciertas personas o practicas sexuales, que tratan el cuerpo propio como lo harían con un objeto sexual, para alcanzar la satisfacción plena. Define al narcisismo como el complemento libidinoso del egoísmo, inherente a las pulsiones de autoconservación, como una colocación de la libido dentro del desarrollo sexual regular del hombre. Es decir, el narcisismo en la línea de la libido, y las pulsiones yoicas en la línea del egoísmo y el interés.
Al comienzo las energías psíquicas están juntas en el estado del narcisismo, y sólo con la investidura del objeto se vuelve posible diferenciar una energía sexual, la libido, de una energía de las pulsiones yoicas. El yo, en el individuo, tiene que ser desarrollado, las pulsiones autoeróticas son iniciales, parciales y primordiales. Algo tiene que agregarse al autoerotismo, una nueva acción psíquica, para que el narcisismo se constituya. Cuando la libido inviste al yo y ocupa su posición, se denomina libido yoica o narcisista,

pero también puede investir el objeto, (define al objeto como objeto de amor, unificado, un objeto semejante al yo), y se denomina libido de objeto. Libido yoica y libido de objeto pueden fluctuar y revertir la posición, puede estar en el yo y pasar al objeto o quitarse del objeto y volver al yo, el movimiento va y viene, inviste una posición y luego puede investir otra. La metáfora de la ameba y sus seudópodos emitidos y luego recogidos es análoga a la originaria investidura libidinal del yo. Una parte es cedida a los objetos, gracias a la libido reversible, la libido de objeto puede volver al yo (narcisismo). Otra parte es la libido que persiste y es a la que resta al nivel del propio cuerpo, nunca pasa a los objetos, no es reversible, (autoerotismo). El enamoramiento es el punto máximo de libido en el objeto, la megalomanía es el punto máximo de libido en el yo. Cuánto más gasta una, más se empobrece la otra, vemos entonces una oposición entre el yo y el objeto, pero esta oposición no es un dualismo pulsional, es la misma libido que fluctúa, va del yo al objeto y del objeto al yo, es un falso dualismo. Esta separación entre una libido del yo y otra propia de los objetos, le sirve a Freud para comprender el mecanismo de las neurosis de transferencia y las neurosis narcisistas. Hace un reagrupamiento de la psicopatología:
La neurosis de transferencia incluye histeria de conversión, neurosis obsesiva, fobias e histeria de angustia. En estas neurosis, el individuo resigna el vínculo con la realidad, se cancela el vínculo erótico con personas y cosas. Aun lo conservan en la fantasía, sustituyeron los objetos reales por objetos imaginarios, (introversión de la libido), en estas neurosis se mantiene una doble carga, libido-yoica, libido- objeto.La neurosis narcisista, es lo que llamamos psicosis, esta incluye esquizofrenia (demencia precoz), paranoia y parafrenia. Muestran dos rasgos fundamentales: el delirio de grandeza y el extrañamiento de su interés respecto al mundo exterior. Parecen haber retirado su libido de las personas y cosas del mundo exterior, poniéndola toda sobre el yo, sin sustituirlas por otras en su fantasía. Y cuando esto último ocurre, parece ser algo secundario y corresponder a un intento de curación que quiere reconducir la libido al objeto. El destino de la libido sustraída de los objetos en la esquizofrenia fue conducido al yo, y surgió una conducta llamada narcisismo. Este narcisismo, que nace por relegamiento de las investiduras de objeto es secundario, se edifica sobre la base del primario.



Referencias Bibliográficas:
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Freud, S. (1909) “Análisis de la fobia de un niño de cinco años (el pequeño "Hans")”. En Obras completas, Buenos Aires, Amorrortu editores, 1976, X, 7-20
Freud, S. (1915) “La represión”. En Obras completas, Buenos Aires, Amorrortu editores, 1976, XIV, 141-52.
Freud, S. (1915) “Lo inconsciente (cap. IV)”. En Obras completas, Buenos Aires, Amorrortu editores, 1976, XIV, 177-82.
Freud, S. (1910) “La perturbación psicógena de la visión según el psicoanálisis”. En Obras completas, Buenos Aires, Amorrortu editores, 1976, XI, 209-16.
Freud, S. (1914) “Introducción del narcisismo”. En Obras completas, Buenos Aires, Amorrortu editores, 1976, XIV, 71-98.

 

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