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Freud
Resumen para el Segundo Parcial |
Psicoanálisis Freud (Cátedra: Laznik - 2023) | Psicología | UBA
PRÁCTICO: Mis tesis sobre el papel de la sexualidad en la etiología de las
neurosis 1905-1906 (PRÁCTICOS)
Hasta ahora, se veía a los síntomas histéricos como efectos de traumas
psíquicos, cuyo afecto no pudo ser abreaccionado. Por la aplicación del método
catártico, estos traumas psíquicos tiene relación con la infancia y su vida
sexual.
neurosis = vivencia sexual y en la infancia
La histeria es la expresión de un comportamiento particular de la función sexual
del individuo, y ese comportamiento estuvo marcado por las influencias y
vivencias que se recibieron en la infancia. Dada una vida sexual normal, la
neurosis es imposible.
Freud da cuenta de que los traumas no acontecen por algo accidental (pasivo o
activo) sino por una fantasía. Dice que se equivocó al sobreestimar los sucesos
en los que un adulto seduce a un chico o este ve u oye algo, no supo distinguir
entre los espejismos mnémicos y las huellas de los hechos reales. Hay un
espejismo de la memoria de cosas que no estuvieron allí pero las inventó. Dice
que son fantasías de seducción. Estas vienen a defendernos del recuerdo de la
propia práctica sexual (masturbación infantil). Al inventarse que otro lo sedujo
es una forma de no querer saber que tuvo un goce de su propio cuerpo. El niño
goza y no se lo cuestiona. Aparece la represión y ésta le marca qué cosas hizo
mal. Es más fácil echarle la culpa al otro y armar una fantasía a nivel inc
Entre los síntomas y las vivencias infantiles se intercala la fantasía. La
fantasía tiene una función defensiva, está hecha de recuerdos infantiles pero
cuando se recupera la vivencia infantil ésta ya tiene un plus de sentido, un
recuerdo de la misma. La fantasía no tiene que ver sólo con lo que realmente
pasó sino que es eso sumado a nuestra interpretación. La fantasía es lo que
sostiene al síntoma y todo síntoma realiza una fantasía.
Los “traumas sexuales infantiles” fueron sustituidos por el “infantilismo de la
sexualidad”. No importan las excitaciones sexuales que un individuo hubiera
experimentado en su infancia, sino su reacción frente a estas vivencias, si
había respondido o no con la represión. El individuo neurótico maduro trae desde
su infancia una cuota de represión sexual, que se exterioriza ante los reclamos
de la vida real. La enfermedad se contrae por el conflicto entre la libido
(pulsión sexual) y la represión sexual, el síntoma es una formación de
compromiso entre ellas. Se contrae por el fracaso de la defensa. El niño es un
perverso polimorfo, la perversión tiene diferentes e infinitos modos de gozar.
Cuando se instaura la represión se pone fin al perverso polimorfo. En un inicio
tenemos en la sexualidad un autoerotismo, es pura percepción. La fantasía tapona
el autoerotismo. Esta etapa autoerótica es una fuerza formadora de neurosis
porque la va a querer reprimir. La neurosis es el negativo de la perversión. El
perverso actúa lo que el neurótico fantasea. Es fundamental la importancia de la
sexualidad y el infantilismo: los síntomas figuran la práctica sexual de los
enfermos. Si el síntoma se apoya en una fantasía y esta es de índole sexual,
entonces esta se realiza.
Pertenece a la etiología de la neurosis todo lo que puede dañar los procesos que
sirven a la función sexual. En primer lugar, perjudiciales para la constitución
sexual, mudable con la cultura y la educación. Y en segundo, son capaces de
dañar sus procesos sexuales. La contradicción de la enfermedad es el resultado
de una sumación. La naturaleza de estos procesos patológicos sólo ha de situarse
en una perturbación de los procesos sexuales que ocurren en el interior del
organismo.
TEÓRICO: Pulsiones y destinos de pulsión
El aparato psíquico ya no se rige por el principio de constancia (arco reflejo)
mediante estímulos externos. Luego se comienza a hablar de estímulos
internos/endógenos. La pulsión es un estímulo interno, para lo psíquico. Es una
fuerza que emerge de manera constante continua e inevitable desde el interior
del organismo. Genera tensiones. No se puede escapar del yo, ya no hay forma de
liberar esos estímulos, al ser interno no puede descargarse.
El aparato desde el interior esta siendo cargado y genera tensiones. No hay
acción para sustraerse. La exigencia de la pulsión requiere una demanda mayor.
Libido: La fuerza por la que se exterioriza una pulsión sexual.
Se hace una comparación entre el término pulsión y un estímulo. El estímulo
funciona como algo externo, en cambio la pulsión es un estímulo para lo
psíquico. El estímulo pulsional no proviene del mundo exterior, sino del
interior del propio organismo. Opera sobre el alma y requiere de diferentes
acciones para eliminarlo. Opera de un solo golpe y se requiere tan solo una
acción para eliminarlo. (a diferencia de la pulsión, el estímulo es por ejemplo
una luz en el ojo, y la pulsión una sequedad en la garganta.
La pulsión no actua como una fuerza de choque momentánea, más bien como una
fuerza constante. Ataca desde el interior del cuerpo, entonces una huida no
puede valer contra ella. Es por ello que se llama necesidad al estímulo
pulsional, lo que cancela esta necesidad es una satisfacción.
El sistema nervioso es un aparato al que le está deparada la función de librarse
de los estímulos que le llegan, de rebajarlos al nivel mínimo posible. Es un
aparato que de ser posible, querría convertirse exento de todo estímulo.
Los estímulos pulsionales que se generan en el interior del organismo no pueden
tramitarse mediante ese mecanismo. Por eso plantean exigencias mucho más
elevadas al sistema nervioso y lo mueven a actividades complejas, encadenadas
entre sí que modifican el mundo exterior lo suficiente para que satisfaga a la
fuente interior del estímulo. Las pulsiones son decantaciones de la acción de
estímulos exteriores que en el curso de la filogénesis influyeron sobre la
sustancia viva, modificando.
Lo que cancela esta necesidad a la que se le puede dar el termino en reemplazo
de la pulsión es una satisfacción. Sólo se puede alcanzar mediante una
modificación de la fuente interior del estímulo.
La pulsión nos aparece como un concepto fronterizo entre lo anímico (psiquismo)
y lo somático (cuerpo), como un representante psíquico de estímulos que
provienen del interior del cuerpo. Los compromete a ambos. Las pulsiones se
consideran las motoras de los progresos que han llevado al sistema nervioso al
nivel de desarrollo actual. Las pulsiones son decantaciones de la acción de
estímulos exteriores que en el curso de la filogénesis influyeron sobre la
sustancia viva, modificándola.
esfuerzo - meta - objeto - fuente de la pulsión
Esfuerzo {Drang} → se entiende como su factor motor, la suma de fuerza o la
medida de la exigencia de trabajo que ella representa. Le da el carácter de
constante a la pulsión.
Meta {Ziel} → es en todos los casos la satisfacción que solo puede alcanzarse
cancelando el estado de estimulación en la fuente de la pulsión. Siempre es la
satisfacción. Si bien la meta es invariable, el camino puede alterarse y
modificarse
Objeto → aquello en o por lo cual puede alcanzar su meta. Es lo más variable en
la pulsión. (puede ser algo externo o interno). Puede que un objeto satisfaga a
varias pulsiones, a esto se lo conoce como entrelazamiento de pulsión. Un lazo
particularmente íntimo de la pulsión con el objeto se lo conoce como fijación de
la pulsión.
Es un instrumento para la satisfacción pulsional.
Fuente → proceso somático, interior a un órgano o una parte del cuerpo, cuyo
estímulo es representado en la vida anímica por la pulsión.
Es el cuerpo propio, ya que la pulsión se satisface en el cuerpo propio (la zona
erógena). La función nace y se cancela en la fuente (función paradojal).
La pulsión se satisface en su recorrido bordeando el objeto, siempre parcial,
nunca se satisface de forma total.
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El estímulo pulsional proviene del propio organismo. Por eso también, opera
diversamente sobre el alma y requiere diferentes acciones para eliminarlo pero
una sola adecuadamente, cuyo tipo se discutirá en la huida motriz ante la fuente
del estímulo. La pulsión no actúa como fuerza de choque momentánea, sino que
siempre como una fuerza constante. No ataca desde fuera, sino desde el interior
del cuerpo, una huida de nada puede valer contra ella. Entenderemos de necesidad
al estímulo pulsional, lo que cancela esta necesidad es la satisfacción y puede
alcanzarse sólo mediante una modificación, apropiada a la meta de la fuente
interior del estímulo. Los estímulos son la marca de un mundo interior, unas
necesidades pulsionales.
Pulsión: proviene de fuentes de estímulos internas ; fuerza constante ;
espontánea por acciones de huida. Concepto fronterizo entre lo anímico y
somático como representante psíquico de los estímulos que provienen del interior
del cuerpo y llegan al alma. Exigencia de trabajo impuesta a lo anímico en
consecuencia por su unión con la corporal.
Estímulos externos: su tarea consiste en alejarse de ellos mediante movimientos
musculares de los que uno alcanza la meta y por ser el adecuado se convierte en
disposición heredada. Los E pulsionales no utilizan ese mecanismo y le plantean
al SN exigencias mucho mayores, que encadenadas entre sí, modifican el mundo
externo lo suficiente para que satisfaga a la fuente interior de estímulo,
obligándolo a mantenerse alejado de los estímulos. Las pulsiones son el motor de
la evolución del SN y decantan la acción de estímulos exteriores donde influyen
en los seres vivos.
Comprendemos que el aparato psíquico se rige por el principio de placer
(regulada automáticamente por sensaciones de placer-displacer). El sentimiento
de displacer es debido a un incremento del estímulo y el del placer por su
disminución.
Cuatro elementos de la pulsión: Esfuerzo, meta, objeto y fuente
Esfuerzo/empuje: es el factor motor de la pulsión. La suma de fuerza o la
exigencia de trabajo que representa. Universal en las pulsiones. Toda pulsión es
un fragmento de actividad.
Meta: Es lo invariable. Es la satisfacción que sólo puede alcanzarse cancelando
el estado de estimulación en la fuente de la pulsión. Para una P se presentan
miles de metas que se combinan o permutan entre sí. También existe la meta
inhibida (avanza en la satisfacción pulsional pero luego se inhibe.
Objeto: Es lo variable. Instrumento o medio para alcanzar la meta. Aquello por
lo que la pulsión alcanza su meta. Es lo más variable. No se encuentra enlazado
a la pulsión, sino que se coordina sólo para posibilitar la satisfacción. Puede
ser propio o ajeno. Un mismo objeto se puede utilizar para varias pulsiones. El
lazo íntimo entre la P y el objeto se define fijación
Fuente: El cuerpo propio (zona erógena) proceso somático (interior de un órgano)
cuyo estímulo es representado en la vida anímica por la pulsión. La pulsión nace
y se cancela en la fuente, un estímulo que cancela otro estímulo.
Todas las pulsiones son cualitativamente de la misma índole y deben su efecto a
las magnitudes de la excitación que conducen. Las operaciones psíquicas
derivadas de las pulsiones, se diferencian justamente de sus fuentes
pulsionales.
Encontramos dos grupos de pulsiones primordiales: las yoicas o de
autoconservación (satisfacer necesidades vitales) y las sexuales
La sexualidad no se debe comparar con las otras funciones del individuo, sus
tendencias van más allá de él y tienen por contenido la producción de nuevos
individuos. Dos concepciones del vínculo entre yo y la sexualidad coexisten con
igual título. Para una (yoicas), el individuo es lo principal; está aprecia a la
sexualidad como una de sus funciones y a la satisfacción sexual como una de sus
necesidades. Para la otra (sexual), el individuo es un apéndice temporario y
transitorio del plasma germinal para las próximas generaciones.
Las pulsiones sexuales son numerosas, brotan de múltiples fuentes orgánicas, al
comienzo actúan con independencia unas de otras y sólo después se reúnen en una
síntesis. La meta a qué aspira cada una de ellas es el logro de placer de
órgano, solo tras haber alcanzado una síntesis cumplida entran al servicio de la
función de reproducción, se las conoce como pulsiones sexuales. En su primera
aparición se apuntalan en las pulsiones de conservación, de las que sólo poco a
poco se desprenden. Una parte de ellas continúan asociadas toda la vida a las
pulsiones yoicas, a las cuales proveen de componentes libidinosos. Los
diferentes destinos que experimentan estas pulsiones a lo largo de su desarrollo
pueden ser:
-El trastorno hacia lo contrario:amor/odio == activo/pasivo. Se resuelve en dos
procesos: la vuelta de una pulsión de la actividad a la pasividad (ej.
sadismo-masoquismo y placer de ver-exhibición) y el trastorno en cuanto al
contenido. El trastorno sólo atañe a las metas de la pulsión. El trastorno sólo
atañe a las metas de la pulsión; la meta activa (mirar) es reemplazada por la
pasiva (ser mirado).
-La vuelta hacia la persona propia: se nos hace más comprensible si pensamos que
el masoquismo es sin duda un sadismo vuelto hacia el yo propio, y la exhibición
lleva incluido el mirarse el cuerpo propio. Lo esencial en este proceso es
entonces el cambio de vía del objeto, manteniéndose inalterada la meta.
-La represión: Mecanismo que interviene en el conflicto psíquico. Desestiman a
la RI que genera displacer y la envía al aparato ICC. Es una fuerza de desalojo
de un contenido de la conciencia.
-La sublimación: Capacidad del organismo de desviar de la meta sexual a la
pulsión, y enviarla a metas superiores (arte).
TEÓRICO: Conferencias 20, 21, 22, 23
Conferencia 20: la vida sexual de los seres humanos
Las primeras mociones de la sexualidad aparecen en el lactante apuntaladas en
otras funciones importantes para la vida. Su principal interés está dirigido a
la recepción del alimento, cuando se adormece en el pecho de la madre (lo que
luego se repite en el orgasmo). El lactante quiere repetir la acción de
recepción de alimento sin pedir que se le vuelva a dar este (no está bajo el
impulso del hambre). Decimos que chupetea, y el hecho de que con esta nueva
acción también se adormezca con expresión beatífica nos muestra que , en sí y
por sí, ella le ha dado satisfacción.
El chupeteo sirve sólo como una ganancia de placer. Primero se vivencia ese
placer a raíz de la recepción del alimento, pero pronto lo separa de esa
condición. Sólo a la excitación de la zona de la boca y de los labios podemos
referir esa ganancia de placer. Llamamos zonas erógenas a estas partes del
cuerpo y designamos como sexual al placer alcanzado mediante el chupeteo.
El mamar del pecho materno pasa a ser el punto de partida de toda la vida
sexual, el modelo inalcanzado de toda la satisfacción sexual posterior, al cual
la fantasía suele revertir en momento de apremio. Incluye al pecho materno como
primer objeto de la pulsión sexual. Primero es designado por el lactante en la
actividad del chupeteo, y sustituido por una parte del cuerpo propio. El niño se
chupa el pulgar, de esta forma se independiza del mundo exterior en cuanto a la
ganancia de placer.
Tras la consideración del chupeteo, tomamos conocimiento ya de dos caracteres
decisivos de la sexualidad infantil. Esta aparece apuntalando en la satisfacción
de las grandes necesidades orgánicas y se comporta de manera autoerótica, busca
y encuentra sus objetos en el cuerpo propio.
Conferencia 21: desarrollo libidinal y organizaciones sexuales
La vida sexual, lo que llamamos función libidinal, no emerge como algo acabado,
recorre una serie de fases sucesivas que no presentan el mismo aspecto. El punto
de viraje es la subordinación de todas las pulsiones parciales bajo el primado
de los genitales, y con éste el sometimiento de la sexualidad a la función de la
reproducción. Antes de ello hay una vida sexual descompaginada, una práctica
autónoma de las diversas pulsiones parciales que aspiran a un placer de órgano.
Algunos de los componentes de la pulsión sexual tienen desde el principio un
objeto y lo retienen. Otras, lo tienen solo al comienzo, mientras todavía se
apuntalan en las funciones no sexuales. Así, el primero objeto de los
componentes orales de la pulsión sexual es el pecho materno, que satisface la
necesidad de nutrición del lactante. En el acto del chupeteo se vuelven
autónomos los componentes eróticos que se satisfacen juntamente al mamar; el
objeto se abandona y se sustituye por un lugar del cuerpo propio. La pulsión
oral se vuelve autoerótica, como desde el comienzo lo son las pulsiones anales y
las otras pulsiones orogenias. El resto del desarrollo tiene dos metas:
abandonar el autoerositmo, permutar de nuevo el objeto del cuerpo propio por uno
ajeno y unificar los diferentes objetos de las pulsiones singulares,
sustituirlos por un objeto único.
Cuando en la infancia, antes del periodo de latencia, el proceso ha alcanzado un
cierto cierre, el objeto hallado resulta ser casi idéntico al primer objeto de
la pulsión placentera oral, ganado por apuntalamiento. Es, si no el pecho
materno, al menos la madre. Llamamos a la madre el primer objeto de amor. De
amor hablamos cuando traemos al primer plano el aspecto anímico de las
aspiraciones sexuales y empujamos al segundo plano los requerimientos personales
de carácter sensual. Para la época en que la madre deviene en objeto de amor ya
ha empezado en el niño el trabajo psíquico de la represión, que sustrae de su
saber el conocimiento de una parte de sus metas sexuales.
Conferencia 22: función libidinal, fijación y regresión
Juzgamos posible que partes de cada aspiración sexual separada quedan retrasadas
en estadios anteriores del desarrollo. Una demora así en una aspiración parcial
en una etapa anterior debe llamarse fijación (de la pulsión). Otro peligro es
que fácilmente las partes ya avanzadas pueden revertir, en movimiento de
retroceso a etapas anteriores: a esto lo llamamos regresión. Mientras más
fuertes sean las fijaciones en la vía evolutiva, tanto más la función esquivara
las dificultades externas mediante una regresión hasta aquellas fijaciones.
La función libidinal recorre un largo camino de desarrollo. Es posible que
partes de ella queden retrasadas en estadios anteriores del desarrollo, por más
que otras puedan haber alcanzado la meta. Una demora así de una aspiración
parcial en una etapa anterior debe llamarse fijación. En un desarrollo como
éste, las partes que han avanzado pueden revertir, en un movimiento de
retroceso, hasta una de esas etapas anteriores; a esto lo llamamos regresión.
Hay dos clases de regresiones: retroceso a los primeros objetos investidos por
la libido (incestuosos) y retroceso de toda la organización sexual a estadios
anteriores. Fijación y regresión no son independientes entre sí. Mientras más
fuertes sean las fijaciones, tanto más la función esquivar las dificultades
externas mediante una regresión hasta aquellas fijaciones. Esto se opone a la
movilidad de la líbido (indeterminada en cuanto a sus objetos y susceptible de
cambiarlos). Conflicto patógeno se libra entre las pulsiones yoicas y las
pulsiones sexuales. Las pulsiones de autoconservación son más fácilmente
educables, “aprenden temprano a plegarse al apremio de la vida”. Las pulsiones
sexuales no conocen ningún apremio del objeto; se apuntalan parasitariamente en
otras funciones corporales y se satisfacen auto eróticamente en el cuerpo
propio.
Todo proceso de desarrollo puede ser inhibido, retardado o discurrir
incompletamente. Puede suceder que no todas las pulsiones parciales se sometan a
la zona genital; si una de aquellas pulsiones permanece independiente, se
produce luego lo que llamamos una perversión y que puede sustituir la meta
sexual normal por la suya propia. La predisposición a las neurosis deriva de un
deterioro en el desarrollo sexual. En las neurosis se rastrean los mismos
componentes pulsionales que en las perversiones pero que fueron reprimidos, y
pudieron afirmarse en lo icc. Una exteriorización hiperintensa de estas
pulsiones en épocas muy tempranas lleva a una fijación que constituye un punto
débil. Si la función sexual tropieza con obstáculos se abrirán brechas en la
represión por los lugares en los que hubo fijaciones infantiles. El niño toma a
un miembro de la pareja parental como objeto de sus deseos eróticos. El hijo
varón desea reemplazar al padre y la niña a la madre. Estos vínculos despiertan
no sólo sentimientos tiernos, sino también hostiles. Esto es prontamente
reprimido pero sigue ejerciendo efectos desde lo inconsciente. El deseo infantil
al que se le opone la barrera del incesto, con todas sus ramificaciones
constituye el complejo nuclear de todas las neurosis. Durante la época en que es
gobernado por el complejo nuclear no reprimido aún, su actividad intelectual
está al servicio de los intereses sexuales. Empieza a investigar de dónde vienen
los niños y alcanza ciertas teorías sexuales infantiles, más adelante deberá
suspender su trabajo por infructuoso. Las teorías que produce serán
determinantes para la conformación de carácter y contenido de su eventual
neurosis. La libido fijada en objetos de su primera elección, los padres, debe
ser deslizada a personas ajenas en la época de elección definitiva del objeto
Más allá del principio de placer
La pulsión reprimida nunca cesa de aspirar a su satisfacción plena, que
consistirá en la repetición de una vivencia primaria de satisfacción; todas las
formaciones sustitutivas y reactivas, y todas las sublimaciones son
insuficientes para cancelar su tensión acuciante, y la diferencia entre el
placer de satisfacción hallado y el pretendido engendra el factor pulsionante,
que no admite aferrarse a ninguna de las situaciones establecidas.
Cinco conferencias sobre psicoanálisis
El trabajo de análisis requerido para el esclarecimiento de un caso clínico
nunca se detiene en las vivencias de la época donde se contrajo la enfermedad,
sino que se remontan siempre hacia la pubertad y la primera infancia del
enfermo.
Las reprimidas, imperecederas mociones de deseo de la infancia son las que han
prestado su poder a la formación de síntomas, sin lo cual la reacción frente a
traumas posteriores habría discurrido por caminos normales. Estamos autorizados
a calificar de sexuales a todas las mociones de deseo de la infancia.
El niño tiene sus pulsiones y quehaceres sexuales desde el comienzo mismo, los
trae consigo al mundo, y desde ahí surge la llamada sexualidad normal del
adulto.
La pulsión sexual del niño es en extremo compuesta, admite una descomposición en
elementos de diversas fuentes. Es independiente de la función de reproducción, a
cuyo servicio se pondrá más tarde. Obedece a la ganancia de diversas clases de
sensación placentera, que reunimos bajo el título de placer sexual. La principal
fuente de placer infantil es la apropiada excitación de ciertos lugares del
cuerpo, particularmente estimulables: además de los genitales, las aberturas de
la boca, el ano y la uretra, pero también la piel y otras superficies sensibles.
Como en esta primera fase de la vida sexual infantil la satisfacción se halla en
el cuerpo propio y prescinde de un objeto ajeno, la llamamos la fase
autoerotismo. Denominamos zonas erógenas a todos los lugares significativos para
la ganancia de placer sexual. El chupetear o mamar con fruición es un buen
ejemplo de autoerotismo. Junto a estos y otros quehaceres autoeróticos, desde
muy temprano se exteriorizan en el niño aquellos componentes pulsionales de
placer sexual, o de la liido, que tienen por premisa una persona ajena en
calidad de objeto.
Otros quehaceres sexuales del niño caen bajo el punto de vista de la elección de
objeto, cuyo asunto principal es una persona ajena que debe su originario valor
a unos miramientos de la pulsión de autoconservación.
Esta vida sexual experimenta una organización siguiendo dos direcciones
principales, de suerte que al concluir la época de la pubertad las más de las
veces queda plasmado el carácter sexual definitivo del individuo. Por una parte
las pulsiones singulares se subordinan al imperio de la zona genital, por cuya
vía toda la vida sexual entra al servicio de la producción, y la satisfacción de
aquellas conserva un valor sólo como preparadora del acto sexual. Por otra
parte, la elección de objeto esfuerza hacia atrás al autoerotismo, de modo que
ahora en la vida sexual amorosa todos los componentes de la pulsión sexual
quieren satisfacer a la persona amada.
Antes de la pubertad se imponen represiones en extremo enérgicas de ciertas
pulsiones, y se establecen poderes anímicos como la vergüenza, asco, moral, que
las mantiene a modo de guardianes. Cuando en la pubertad sobreviene la necesidad
sexual, halla en esas formaciones anímicas unos diques que le prescriben su
discurrir por los caminos llamados normales y le imposibilitan reanimar las
pulsiones sometidas a represión.
La primitiva elección de objeto del niño apunta primero a todas las personas
encargadas de su crianza, pero ellas pronto son relegadas por los progenitores.
El niño toma a ambos miembros de la pareja parental como objeto de sus deseos
eróticos. Por lo comun obedece en ello a una incitación de los padres mismos,
cuya ternura presenta los más nítidos caracteres de un quehacer sexual, si bien
inhibido en sus metas. El niño reacciona queriendo reemplazar al padre, y la
hija a la madre. Los sentimientos que despiertan estos vínculos entre
progenitores e hijos no son de naturaleza positiva ni tierna, sino negativa y
hostil. El complejo así formado está destinado a una pronta represión, pero
sigue ejerciendo desde lo inconsciente un efecto grandioso y duradero. Estamos
autorizados a formular la conjetura de que con sus ramificaciones constituye el
complejo nuclear de toda neurosis.
Es inevitable y normal que el niño convierta a sus progenitores en objetos de su
primera elección amorosa. Pero su libido no debe permanecer fijada a esos
objetos primeros, sino tomar los luego como meros arquetipos y deslizarse hacia
personas ajenas en la época de la elección definitiva del objeto. El
desasimiento del niño respecto de sus padres se convierte así en una tarea
insoslayable si es que no ha de peligrar la aptitud social del jóven.
SEMINARIO: Conferencia 23
El ser humano en la infancia puede disfrutar de su sexuialidad y de cumplir
placer de una manera inmediata. A medida que bva creciendo incorpora por medio
de la realidad impuesta ciertas reglas y prohibiciones. Renuncia a esos objetos
libidinosos de los que disponia libremente. (perverso polimorfo) niño sin diques
que disfruta de su sexialidad.
Cuando constituye los diques aniumicos resigna esas practicas, rencunia a un
placer que conoció de chico, no las va a poder concretar, pero si la va a poder
concretar mediante una actividad de fantasia (representacion de cumplimientto de
deseo), el niño cumple todos los deseos que ya no puede cumplir (obtiene una
ganancia limitada de placer). La fantasía es una representacion, y como
represnetacion la fantasia cuenta con posibilidades, algunas generan placer y
otras displacer. Las fantasias no se conocen porque ls sujetos no las comentan,
porque son infantiles y/o sexuales.
La ganancia que se obtiene es escasa, pero losd artistas suelen ganar mas
placer. Hay sujetos que pueden ir de la fantasia a la realidad como los
artistas. Pueden exponer en sus obras de arte sus fantasias y sublimar la
energia libidinal de la pulsion. En el mundo de fantasia en el mundo literario
se comportan como niños, hay elementos que dan cuenta de ello (los artistas).
Siempre en las creaciones literarias tenemos un heroe, simbolicamente el yo de
la persona. Luego tenemos personajes buenos o malos. (los buenos representan los
auxiliadores del yo)
SEMINARIO: El creador literario y el fantaseo
En este texto, Freud hace una comparación entre el juego de los chicos y la
creación de los artistas. La ocupación más interesante del niño es el juego.
Todo niño se comporta como un poeta, se crea un mundo propio e inserta las cosas
de su mundo en un nuevo orden que le gusta.
El poeta hace lo mismo que el niño, crea un mundo de fantasía que toma en serio,
lo dota de grandes montos de afecto al tiempo que lo separa de la realidad
efectiva.
En el momento que el niño crece y deja de jugar, puede un día volver a caer en
una predisposición anímica que vuelva a cancelar la oposición entre juego y
realidad. El adulto deja de jugar, renuncia a la ganancia de placer que extraía
del juego. Pero quien conozca la vida anímica del hombre sabe que no hay nada
más difícil que renunciar a un placer que conoció. No podemos renunciar, solo
permutar una cosa por otra (sustituto). Así el adulto fantasea, crea sueños
diurnos.
El fantasear de los hombres es menos fácil de observar que el jugar de los
niños. El niño juega solo o forma con otros un sistema psíquico cerrado a los
fines del juego. El adulto se avergüenza de sus fantasías y se las esconde a
otros. El jugar del niño está regido por deseos: ser grande y adulto.
El dichoso nunca fantasea, solo lo hace el insatisfecho. Deseos insatisfechos
son las fuerzas pulsionales de las fantasías y cada fantasía singular es un
cumplimiento de deseo.
Una fantasía oscila en tres tiempos: el trabajo anímico se anuda a una impresión
actual, a una ocasión del presente que fue capaz de despertar grandes deseos de
la persona; desde ahí se remonta a un recuerdo de una vivencia anterior,
infantil, en que aquel deseo se cumplia y entonces crea una situación referida
al futuro, figurado como cumplimiento de ese deseo.
Pies (zapatos) abochornados (SEMINARIO) 1913
Una paciente se ofende porque un joven con quien se encontró le miró
despectivamente sus zapatos. Ella creía que el joven era hijo del médico, y lo
subroga a su hermano. Sobreviene en ella el recuerdo de que a los cinco años
solía acompañar a su hermano al baño, dónde lo miraba orinar. Presa de la
envidia (del pene), un día intentó imitarlo, y se mojó los zapatos, lo que
provocó la burla de su hermano. Esta experiencia comandó su posterior conducta:
cuando algo no le salía bien de primer momento, nunca lo hacía de nuevo.
SEMINARIO: Sobre las teorías sexuales infantiles
Problemas que surgen cuando el niño se pregunta de dónde vienen los hijos?
Los padres engañan al niño con el cuento de la cigüeña. A partir de este engaño
empiezan a desconfiar de los adultos. En este caso vivencian un conflicto
psíquico, pues unas opiniones por las que sienten una predilección pulsional,
pero no son correctas para los grandes entran en oposición con otras sustentadas
por la autoridad de los grandes, pero que a ellos mismos no les resultan gratas.
Desde este conflicto psíquico puede desenvolverse pronto una escisión psíquica,
una de las opiniones, la que conlleva el ser “bueno” pero tambien la suspension
de reflexionar, deviene la dominante, consciente, la otra, para la cual el
trabajo de investigación ha aportado entretanto nuevas pruebas que no deben
tener vigencia, deviene sofocada inconsciente. Queda de esta manera constituido
el complejo nuclear de la neurosis.
La primer teoría es atribuir a todos los seres humanos un pene
La teoría de la cloaca consiste en que el hijo sea evacuado como un excremento,
una deposición.
La tecerca es la concepción sádica del coito: lo que la parte más fuerte le hace
a la más débil con violencia.
Nos sirven oara entender la confuturacion y el sentido de los sintomas y para
entender el caracter de los sujetos.
Pulsion de investigar / pulsion de ver: las investigaciones e indagaciones de
los niños tienen que ver por medio de la observacion. Siempre esta curiosidad se
ve ligada a asuntos sexuales. El primer problema o duda es “de donde vienen los
niños?” o estos “niños molestos”. El temor a perder el amor exclusivo ante un
competidor.
Freud plantea que no hay ningún niño que deje de ocuparse de temas sexuales. La
sexualidad plantea preguntas al niño. Las fuentes son: primero, recuerdos
infantiles cc, segundo recuerdos infantiles icc, tercero observación directa de
las exteriorizaciones y pulsiones. Estas teorías sexuales infantiles se elaboran
en la infancia, en las neurosis conservan vigencia y hasta llegan a comandar la
configuración de los síntomas.
Pasos para armar una teoría sexual infantil: curiosidad, interrogación (fuente
de saber situado en el otro), duda o desconfianza, incredulidad, investigar
(aquí surge la producción de teorías sexuales infantiles). Freud dice que los
niños tienen curiosidad por el origen de los niños. La primera pregunta que se
hacen es: ¿de dónde vienen los niños?. El apetito de saber o la pulsión de
saber, va a ser fundamental para cómo se posiciona el sujeto en relación al
saber. Los padres responden con una excusa o lo despachan con información
mitológica. A partir de este primer engaño y rechazo alimentan la desconfianza
hacia los adultos, sospechan algo prohibido que los grandes desean mantenerlo
reservado y por eso rodean de secreto sus posteriores investigaciones. Así
vivenciaron la primera ocasión de un ''conflicto psíquico'' entre opiniones
suyas por las que sienten predilección pulsional y las respuestas de los
adultos.
Desde este conflicto psíquico se puede desenvolver una ''escisión psíquica'',
una de las opiniones, la que conlleva el ser bueno, pero también la suspensión
del reflexionar, deviene la dominante, cc; la otra, para la cual el trabajo de
investigación ha aportado entretanto nuevas pruebas que no deben tener vigencia,
devienen sofocada, icc. Es decir, una opinión de lo que piensa él y lo que
piensa el adulto. Queda de esta manera constituido el complejo nuclear de la
neurosis. La fábula de la cigüeña no se cuenta entre las teorías sexuales
infantiles, es al contrario, la observación de los animales, tan poco
escondedores de su vida sexual y de quienes el niño se siente tan afín, la que
refuerza su incredulidad. Su saber no va a poder progresar debido a una
ignorancia que no se deja sustituir y por falsas teorías que su propia
sexualidad le impone. Las teorías sexuales son falsas, pero todas contienen un
punto de verdad: están sostenidas por la pulsión sexual, no son casuales, sino
que responden a la constitución psicosexual del niño. Tres teorías sexuales
importantes:
-La premisa universal del pene: premisa lógica universal, el niño atribuye a
todos los seres humanos, aun a las mujeres, un pene. Esta idea da cuenta que se
desconoce la existencia de dos sexos diferentes. El pene deja de ser órgano para
transformarse en un símbolo. El niño no comprueba la falta del miembro en la
niña, dice a modo de consuelo que cuando sea más grande le crecerá. Sexos
ordenados en torno al falo: los que tienen y lo pueden perder (amenaza de
castración) y los que no lo tienen, les falta y quieren tenerlo (envidia del
pene). Inaugurar la premisa fálica implica incluir la dimensión de la falta. El
falo es un elemento lógico, simbólico, es la premisa universal del pene. No solo
sirve para indicar la universalidad de que todos tienen el mismo genital, sino
que además el falo significa la falta. El pene es una zona erógena, el principal
objeto sexual autoerótico, el niño lo estimula, masturbándose y aparecen las
primeras erecciones, sus padres lo amenazan de que le será cortado el miembro si
se sigue tocando. En la niña, el órgano homólogo al pene es el clítoris, es una
sede excitable, su estimulabilidad presta al quehacer sexual de la niña un
carácter masculino, y hace falta una oleada represiva en la pubertad para que
surja la mujer. La investigación del niño es obstaculizada por la teoría de que
la madre posee pene como un varón y la existencia de la cavidad que acoge al
pene permanece ignorada para el niño. Depende de cómo se resuelva la
investigación sexual infantil, va a tener consecuencias duraderas para
posicionar al sujeto frente al saber.
-Teoría de la cloaca: los niños creen que son paridos por el ano, evacuados como
un excremento o sacados por el ombligo. Esta teoría está sostenida por
componentes sexuales anales. Existe una equivalencia simbólica entre el niño y
las heces (para el niño son un regalo). La teoría de la cloaca, válida para
tantos animales, era la más natural y la única que se le podía imponer al niño
como probable. Pensaba que si los hijos nacían por el ano, el varón podía parir
igual que la mujer.
-Teoría sádica del coito: se da cuando los niños son testigos del acto sexual
entre sus padres. Al ver percepciones incompletas, la posición, los ruidos y
otras circunstancias, hacen que lleguen a pensar que el acto sexual es una
lucha. Otra de las cuestiones de las que se ocupan los niños es en averiguar la
esencia y el contenido del “estar casado”. La concepción más frecuente es:
orinar cada uno en presencia del otro. Otras veces el sentido de estar casados
se sitúa en lo siguiente: mostrarse la cola (sin avergonzarse).
TEÓRICO: El esclarecimiento sexual del niño
Los órganos de la reproducción no son las únicas partes del cuerpo que producen
sensaciones sexuales placenteras. Se conoce como periodo de autoerotismo a la
época de vida en que, por la excitación de diversas partes de la piel (zonas
erógenas) es producido un cierto monto de placer sexual. En la pubertad se le da
el primado a los genitales entre todas las otras fuentes de placer, constriñendo
así al erotismo a entrar al servicio de la función reproductora.
El recién nacido trae consigo al mundo una sexualidad, ciertas sensaciones
sexuales acompañan su desarrollo desde la lactancia hasta la niñez. Se designa
como período de autoerotismo a la época de la vida en que, por la excitación de
diversas partes de la piel (zonas erógenas), es producido un cierto monto de
placer sexual. El interés intelectual del niño por los enigmas de la vida
genésica, su apetito de saber sexual, se exterioriza en una época de la vida
temprana. Hans, niño de cuatro años, muestra interés por la parte de su cuerpo a
la que denominan “hace-pipi”. Pregunta a su madre si ella tiene uno,ella
responde que sí. Al ver ordeñar una vaca, exclama “de su hace-pipí sale leche”.
Luego, categoriza “un perro tiene hace pipi, un sillón no”. Ante la vista de su
hermana pequeña “su hace-pipí es pequeño, cuando crezca se agrandará”. Otro
problema de los niños es el del origen de los hijos, anudado las más de las
veces a la indeseada aparición de un hermanito.
PRÁCTICO: Mis tesis sobre el papel de la sexualidad en la etiología de las
neurosis
En su origen, la teoría sobre el factor sexual estuvo referida meramente a los
cuadros patológicos que se reúnen bajo el nombre de neurastenia, entre las
cuales se encuentran “neurastenia propiamente dicha” y “neurosis de angustia”
(neurosis que se producen en la vida adulta y actual del individuo). Desde
siempre se sabía que factores sexuales podrían desempeñar un papel en la
causación de estas formas, pero no se los hallaba activos en todos los casos ni
se había pensado en otorgarles preeminencia respecto de otras influencias
etiológicas.
Se vió que la forma de contracción de la enfermedad evidenciaba un vínculo
constante con el tipo de deterioro sexual. En los casos típicos de neurastenia
se trataba de masturbación o poluciones frecuentes, y en las neurosis de
angustia de factores como por ejemplo el coitus interruptus.
Los vínculos entre las psiconeurosis y las neurosis simples eran estrechos y
generaban confusiones. Cuando se introducía el método catártico, al final se
llegaba a vivencias que pertenecían a la infancia del enfermo y concierne a su
vida sexual. Aun así cuando la emoción trivial del momento no era sexual. Sin
tomar en cuenta estos traumas sexuales no era posible esclarecer los síntomas
actuales. De esta forma parecía fuera de toda duda la incomparable importancia
de las vivencias sexuales para la etiología de las psiconeurosis.
Luego aparecen las fantasías. Se comienzan a resolver muchas fantasías de
seducción considerandolas como unos intentos por defenderse del recuerdo de la
propia práctica sexual. Ya no aparecían retoños directos de los recuerdos
reprimidos de vivencias sexuales infantiles, sino que entre los síntomas y las
impresiones infantiles se intercalaban fantasías (invenciones de recuerdos) de
los enfermos, casi siempre producidas en los años de pubertad. Se construían por
un lado a partir de los recuerdos infantiles, y por el otro se trasponer
directamente en los síntomas. Tras esta enmienda, los traumas sexuales
infantiles fueron sustituidos por el infantilismo de la sexualidad. Al caer por
tierra la supuesta frecuencia de la seducción en la niñez, corrió la misma
suerte la exagerada insistencia en los influjos accidentales que afectan la
sexualidad.
TEÓRICO: Tres ensayos de teoría sexual
Primer ensayo:
La única fuente energética constante en la neurosis es la pulsión sexual. La
vida sexual de las personas afectadas se expresa en los síntomas. Estas son las
prácticas sexuales de los enfermos.
Los síntomas son el sustituto de procesos anímicos investidos de afecto, deseos,
aspiraciones y la represión les prohíbe acceder a la CC. Estas formaciones de
pensamiento ICC aspiran a una expresión o descarga, que en la histeria se
produce por conversión somática.
Los síntomas son un sustituto de aspiraciones que toman su fuerza de la fuente
de la pulsión sexual. Se encontró en la histeria una cuota de represión sexual,
un aumento de las resistencias a la pulsión sexual tales como vergüenza, asco y
moral, e ignorancia sexual. Otro factor constitucional de la histeria es el
despliegue dominante de la pulsión sexual (en el icc) y una desautorización de
lo sexual en la cc. Es en ese punto donde se forma el síntoma.
(La persona se enferma cuando circunstancias externas de su vida se vuelven
serias. Esto no soluciona el conflicto pero es un intento de escapar mudando las
aspiraciones libidinosas en síntomas).
Neurosis y perversión: Los síntomas son una expresión convertida de pulsiones
perversas, se forman a expensas de una sexualidad anormal. La neurosis es el
negativo de la perversión.
a) En todos los neuróticos se encuentran mociones de inversión, de fijación de
la líbido en personas del mismo sexo. En el caso de ser inversión manifiesta se
presenta la homosexualidad.
b) En el ICC de los psiconeuróticos puede encontrarse todas las inclinaciones a
la trasgresión anatómica. Generalmente las que reclaman para las mucosas bucal y
anal el papel de los genitales.
c) Se encuentran las pulsiones parciales como formadoras de síntomas: la pulsión
de ver y la de exhibición, la de crueldad activa y pasiva, amor y odio, ternura
y hostilidad.
Material fáctico:
a) Toda perversión activa es acompañada de su contraparte pasiva y se halla un
gran número de pulsiones.
Pulsiones parciales y zonas erógenas:
La pulsión es el representante psíquico de una fuente de estímulos intrasomático
en continuo fluir, en cambio el estímulo es producido por excitaciones
singulares provenientes de fuera.(Pulsión = de adentro: estímulo = de afuera) La
pulsión está en el borde entre lo somático y lo anímico. Se debe considerar como
una medida de exigencia de trabajo para la vida anímica. Lo que la distingue y
le da propiedades específicas a cada una, es su relación con sus fuentes
somáticas y con sus metas. La fuente es un proceso excitatorio en el interior de
un órgano y su meta inmediata es la cancelación de ese estímulo de órgano.
Los órganos del cuerpo brindan excitaciones de dos clases: unas designadas como
sexual y al órgano afectado como la zona erógena de la pulsión parcial sexual
que arranca de él. En el caso de la histeria estos lugares del cuerpo y los
tractos de mucosa asociados se convierten en la sede de nuevas sensaciones y
alteraciones de inervación (Dora y la tos nerviosa, la picazón de garganta)
subrogados de los genitales.
Segundo ensayo: La sexualidad infantil
Amnesia infantil: Los seres humanos poseen amnesia infantil hasta los 6 u 8
años, esas impresiones que olvidamos dejaron huellas anímicas y pasaron a ser
determinantes para nuestro desarrollo posterior. Se trata de una amnesia
semejante a la de los neuróticos, producto de la represión. En la histeria, el
individuo posee huellas mnémicas que se han sustraído de la cc y atraen por
asociación aquello sobre lo que actúan las fuerzas represoras. Sin amnesia
infantil no habría amnesia histérica.
Período de latencia: El neonato trae consigo emociones sexuales que se
desarrollan por un tiempo pero luego se sofocan. Durante este período se
edifican los diques psíquicos o poderes anímicos que serán inhibiciones en el
camino de la pulsión sexual (asco, vergüenza, estética y moral). Las mociones
sexuales infantiles son desviadas del uso sexual y aplicadas a otros fines,
(sublimación); así se adquieren los logros culturales. Las emociones sexuales
serían inaplicables, debido a que las funciones sexuales están distinguidas, lo
cual constituye el carácter principal del período de latencia. Son en sí
perversas, parten de zonas erógenas y se sustentan en pulsiones que provocan
displacer, por lo tanto suscita fuerzas contrarias que construyen los diques
psíquicos para sofocarlo (sublimación por formación reactiva).
El chupeteo: El chupeteo consiste en un contacto de succión con la boca,
repetido rítmicamente que no tiene por fin la nutrición. Cualquier objeto puede
ser tomado para la acción. También al mismo tiempo emerge la pulsión de
prensión, mediante un tironeo rítmico de una parte de la otra persona. Éste
lleva a la satisfacción sexual, por lo tanto es una exteriorización sexual.
Autoerotismo: La pulsión en el chupeteo es autoerótica: se satisface en el
propio cuerpo. La acción se rige por la búsqueda de placer, ya vivenciado y
ahora recordado (del pecho materno). Los labios se comportan como una zona
erógena, y la estimulación fue la leche. Al comienzo se asoció a la satisfacción
del hambre, por lo tanto el placer sexual se apuntala en las funciones de
autoconservación, y más tarde se independiza de ellas. La necesidad sexual se
divorcia de la necesidad de alimento, y busca una parte de sí mismo porque es
más cómodo, se independiza y se procura una segunda zona erógena de menor valor.
De acuerdo al grado de fijación que haya en el valor erógeno de los labios será
la necesidad de chupeteo. Las tres características de la exteriorización sexual
infantil son: apuntalamiento en una de las funciones importantes para la vida,
no conoce un objeto sexual, es autoerótica, y su meta sexual está bajo el
imperio de la zona erógena.
Zona erógena: Una zona erógena es un sector de la piel en el que estimulaciones
rítmicas de ciertas clases provocarán placer. La propiedad erógena puede adherir
ciertas partes, si bien hay zonas predestinadas. El neonato escoge un sector y
pasa a ser el preferido. Cuando tropieza con uno predestinado, desplaza su
elección. Las zonas erógenas e histerógenas exhiben los mismos caracteres. En
estos una zona puede ser dotada de la excitabilidad de los genitales.
Meta sexual: La meta sexual es producir la satisfacción mediante la estimulación
de la zona erógena. Para que se cree una necesidad de repetirla, esta
satisfacción tiene que haber vivenciado antes. La necesidad de repetirla se
traduce por un sentimiento de tensión y una sensación de estímulo condicionado,
y proyectada a la zona erógena periférica. La meta pretende sustituir la
sensación de estímulo por aquel estímulo externo que la cancela.
Zona anal: La zona anal apuntala su necesidad en la función de defecación. El
niño retiene las heces hasta que la acumulación de estas provocan al liberarse
un poderoso estímulo sobre la mucosa. El niño conserva la función para cuando él
lo desee, procurando que no se le escape la ganancia de placer que produce la
defecación. Las heces son una parte de su cuerpo, representan el primer regalo
por el que puede expresar su obediencia o desafío. A partir de este significado
de regalo, más tarde cobra el de hijo, según una de las teorías sexuales
infantiles el niño al nacer es defecado.
Zonas genitales: La zona relacionada con la micción (glande y clítoris) tanto en
niñas como varones están relacionadas con las partes sexuales reales y su
activación dará comienzo a la posterior vida sexual normal. La activación
genital se produce por ciertas excitaciones accidentales en el cuidado, y
despierta la necesidad de repetirlo. Se distinguen 3 fases de la masturbación
infantil: a) periodo de lactancia b) florecimiento de la práctica sexual (hacia
los 4 años) c) onanismo de la pubertad. El onanismo del lactante parece
desaparecer tras un breve lapso. Alrededor de los 4 años la pulsión sexual suele
despertar en la zona genital y durar un lapso. Es durante esta segunda
activación donde se producen las huellas más profundas (icc) en la memoria de la
persona, donde se determina su carácter si permanece sana o se desarrollan
síntomas de la neurosis luego de la pubertad. En este último caso, este periodo
sexual se olvida y desplazan los recuerdos cc vinculando esto con la amnesia
infantil. Por medio del psicoanálisis se logra hacer cc lo olvidado. El aparato
sexual aún no desarrollado se hace presente por medio del aparato urinario, la
enuresis nocturna corresponde a poluciones. No se requiere de la seducción para
despertar la vida sexual del niño y ese despertar se puede producir por causas
internas.
La disposición del niño es perversa polimorfa: es llevado a practicar todas las
desobediencias posibles ya que no se han formado los diques psíquicos. La vida
sexual infantil muestra componentes que desde el comienzo envuelven a otras
personas en calidad de objetos sexuales. De esta índole son las pulsiones de
ver, de exhibir y la crueldad. Aparecen independizadas de las zonas erógenas y
más tarde entran en estrecha relación con lo genital. Al carecer de vergüenza el
niño muestra su cuerpo desnudo (en especial los genitales) y tiene curiosidad
por ver los genitales de otras personas. La capacidad de compadecerse y la
inhibición se desarrollan más adelante. La ausencia de compasión establece un
enlace peligroso entre las pulsiones crueles y las exógenas y es por esto que
debe evitarse el castigo corporal.
Investigación infantil: Entre los 3 y 5 años se inicia la pulsión de saber o de
investigar. Está ligada a la pulsión sexual infantil. Recae sobre los problemas
sexuales, y tal vez es despertada por éstos. Hay un punto de anudamiento entre
la sexualidad y el saber y esto se plasma en las teorías sexuales infantiles.
Freud dice que la primera pregunta que se hacen los niños es: ¿de dónde vienen
los niños? Para el varón es común suponer que todas las personas poseen un
genital como el suyo, desconoce la existencia de dos sexos diferentes.
El niño cree en la universalidad del pene pero debido al complejo de castración
abandona esta creencia (al comprobar que la mujer no tiene pene supone que ha
sido castrada). El niño cree que la mujer posee, como el hombre, un pene (el
clítoris). La niña muestra interés por los genitales masculinos y envidia el
pene al punto de desear ser un varón. Ante la pregunta ¿de dónde vienen los
niños? El niño supone que los hijos se conciben por haber comido algo
determinado y se los da a luz por el intestino, como la materia fecal (teoría de
la cloaca). Si los niños son espectadores del comercio sexual entre adultos
concibe el acto sexual como una especie de maltrato o sojuzgamiento en el
sentido sádico. Los niños se preguntan qué es estar casados y buscan respuestas
en las funciones de micción y defecación (ir juntos al baño, verse la cola). La
investigación sexual infantil fracasa ya que ignora dos elementos: el papel del
semen fecundante y la existencia de la abertura sexual femenina. Las
características de la vida sexual infantil son: autoerótica (el objeto se
encuentra en el propio cuerpo) y las pulsiones parciales aspiran a conseguir
placer cada una por su cuenta sin conexión entre sí. Al llegar a la vida sexual
adulta la obtención del placer se pone al servicio de la reproducción, y las
pulsiones parciales forman una organización sólida para el logro de la meta
sexual en un objeto ajeno.
Las fases de desarrollo de la organización sexual son:
Organizaciones pregenitales: las zonas genitales todavía no alcanzaron su papel.
La primera organización sexual pregenital es canibalia u oral: la actividad
sexual no se independizó de la nutrición y la meta sexual consiste en la
incorporación del objeto. El chupeteo es la resignación del objeto ajeno a
cambio de uno situado en el cuerpo propio. La segunda organización sexual
pregenital es sádico-anal: se desplegó la división en opuestos, activo y pasivo.
La actividad es producida por la pulsión de apoderamiento y como órgano de la
meta sexual pasiva se constituye la mucosa erógena del intestino. Aún falta la
organización y subordinación a la función de reproducción.
Ambivalencia: esta forma de organización sexual puede conservarse a lo largo de
toda la vida y atraer buena parte de la práctica sexual. Predomina el sadismo y
la zona anal en el papel de cloaca. Para completar el cuadro de la vida sexual
infantil Freud agrega que en la niñez ya se elige el objeto como en la pubertad,
siendo este el máximo acercamiento durante la infancia a la conformación
definitiva de la vida sexual luego de la pubertad. La unificación de las
pulsiones parciales y su subordinación a los genitales al servicio de la
reproducción es la última fase por la que atraviesa la organización sexual.
Los dos tiempos de la elección de objeto: el primer tiempo se da en la infancia
(entre los 2 y 5 años) para luego detenerse o retroceder y se caracteriza por la
meta infantil de sus metas sexuales. La segunda etapa sobreviene en la pubertad
y determina la conformación definitiva de la vida sexual. Los resultados de la
elección infantil del objeto son inaplicables para la pubertad. Las metas
sexuales se suavizan y solo pueden figurar en lo que se llama la corriente
tierna de la vida sexual. La elección del objeto de la pubertad tiene que
renunciar a los objetos infantiles y empezar de nuevo como corriente sensual. La
no confluencia de las dos corrientes hace que no se puedan unificar todos los
anhelos en un objeto (siendo esta uno de los ideales de la vida sexual)
Tercer ensayo: La metamorfosis de la pubertad. El hallazgo de objeto es
preparado desde la más temprana infancia. Cuando la primera satisfacción sexual
estaba conectada con la nutrición, la pulsión sexual tenía un objeto fuera del
cuerpo propio: el pecho materno (pulsiones sexuales parciales apuntaladas a las
pulsiones de autoconservación o yoicas). Lo perdió más tarde, en la época en que
el niño pudo formar la representación global de la persona a quien le pertenece
el órgano que le dispensaba satisfacción. Después la pulsión sexual pasa a ser
autocrítica, y solo luego de superar el periodo de latencia se restablece la
relación originaria. El hecho de mamar el niño del pecho de su madre se vuelve
paradigmático para todo vínculo de amor. El hallazgo (encuentro) de objeto es un
reencuentro.
TEÓRICO: La represión
Condición: evitar el displacer. El motivo de displacer cobre un poder mayor que
el placer de la satisfacción.
Esencia: alejar un contenido de la conciencia y mantenerlo alejado de ella
Cuando una pulsión choca con resistencias entra en un estado de represión. Ésta
es algo intermedio entre la huida y el juicio adverso. Es uno de los destinos de
la pulsión. Es posibilitado porque la meta pulsional depara displacer en lugar
de placer. Si se tratase de un estímulo exterior, la huida podría ser una
respuesta, pero al tratarse del propio cuerpo, no es posible. Una pulsión
siempre es placentera, para que sea displacentera, la satisfacción placentera
debería entrar en conflicto o ser inconciliable con otras. Sería placer para un
sistema y displacer para otro. Para que se produzca la represión, el displacer
debe cobrar un poder mayor que el placer. Consiste en rechazar algo de la cc y
mantenerla alejada de ella. La represión e inconsciente son correlativos. Todo
lo reprimido es icc pero no todo lo icc es reprimido.
La represión no es un mecanismo de defensa presente desde el origen, no puede
engendrarse antes de que se haya establecido una separación nítida entre
actividad consciente y actividad inconsciente, y su esencia consiste en rechazar
algo de la conciencia y mantenerlo alejado de ella.
La represión rechaza algo de la cc y lo mantiene alejado de ella. Para que esto
suceda debe haber una distinción entre un sistema cc e icc. Freud plantea tres
clases de represión:
La represión primordial:
A la agencia representante psíquica de la pulsión, se le deniega la admisión en
lo consciente. De esta forma se establece una fijación. A partir de este momento
la agencia representante en cuestión persiste inmutable y la pulsión sigue
ligada a ella.
Posibilita la 2da represión. Es una operación lógica, no observable. Es una
fijación del representante de la representación. No forma parte de la cadena
asociativa, ya que no retorna. Tiene un límite de recuerdo.
Mecanismo de contrainvestidura
La represión propiamente dicha: recae sobre los retoños psíquicos del
representante reprimidos o sobre itinerarios de pensamientos que entraron en un
vínculo asociativo con ella. Los retoños psíquicos buscan emerger en la cc, si
emergen la represión cae sobre los retoños psíquicos y los vuelve icc. La
represión es individual y movil y no sucede de un solo golpe, es un gasto
constante de energía porque lo que está reprimido busca emerger a la cc y esta
debe rechazarlo. No solo lo rechaza, sino aquello que está reprimido primordial
ejerce una atracción con sus retoño hacia el icc.. La represión no podría
cumplir su propósito si las fuerzas (atracción y repulsión) no cooperaran, si no
existiese algo rep desde antes.
Mecanismo de investidura y contrainvestidura.
La tercer etapa es el retorno de lo reprimido, existe en lo icc, busca emerger
en la cc y siempre aparecen elementos que se ponen en conexión con aquello
reprimido. Puede suceder por tres factores: que se debilite la contrapresión que
ejerce la cc, que se haga un refuerzo pulsional de lo que estaba reprimido, o
que haya acontecimientos actuales que se pongan en conexión con esos sucesos
reprimidos y favorezcan que algo de lo reprimido vuelva a emerger en la cc. En
la pulsión por un lado está el representante de la representación de la pulsión
que es la combinación de un representante psíquico investido con energía
psíquica. Y por otro el monto de afecto que es algo diverso de la representación
pero puede ser una forma de manifestar la pulsión y experimentar un destino de
represión diferente del de la representación. Éste corresponde a la pulsión en
la medida en que ésta se libra de la representación y una expresión de este se
encuentra mediante los afectos, que devienen como sensaciones registrables para
la cc (displacer, dolor). Ese monto de afecto se puede transformar en angustia.
El destino general de la representación representante de la pulsión es que una
representación de la cc que sea rechazada de esta o que el icc le impida devenir
cc. En el monto de afecto, el factor cuantitativo tiene tres destinos:
● histeria: la pulsión es sofocada por completo
● representación obsesiva: coloreado cualitativamente (hace que parezca otra
represión)
● fobia: se muda en angustia
Estas dos últimas posibilidades se traspone la energía psíquica de la pulsión en
afectos y en angustia. El objetivo de la represión es evitar el displacer. Si
una represión no consigue impedir que nazcan sensaciones de displacer o la
angustia fracasó, aunque haya alcanzado su meta en el otro componente, la
representación. La represión fracasada tendrá más interés que la lograda.
Solo podemos hablar de la represión cuando hay retorno de lo reprimido. La
represión crea una formación sustitutiva. Deja síntomas como secuelas. El
mecanismo de la represión no coincide con el o los mecanismos de la formación
sustitutiva. Existen diversos mecanismos de formación sustitutiva.
Las tres psiconeurosis, el modo en que se aplican al estudio de la represión:
- histeria de angustia: ejemplo de una fobia a los animales. La pulsión sometida
a la represión es una actitud libidinosa hacia el padre, apareada con la
angustia frente a él. Después de la represión, esta moción desaparece de la cc y
el padre no se presenta en ella como objeto de la libido. Como sustituto se
encuentra un animal. La formación sustituida por la representación se estableció
por la vía del desplazamiento regida por cierto determinismo. La parte
cuantitativa no desapareció, sino que se traspuso en angustia. El resultado es
angustia frente al lobo en lugar de un requerimiento de amor al padre. La
represión fracasó, quería eliminar y sustituir la representación, pero el ahorro
de displacer no se consiguió. Así llega a un segundo tiempo, evitaciones y
prohibiciones respecto al lobo, la fobia en sentido estricto.
- histeria de conversión: consigue hacer desaparecer el monto de afecto. Aparece
un sobreinvestimiento de energía puesto en lo somático, se forma de manera
sensorial o motriz, como excitación o inhibición. El lugar inervado que atrae la
energía de la pulsión por condensación está en conexión con el representante de
la pulsión reprimida. El proceso represivo de la histeria de conversión termina
con la formación del síntoma.
- neurosis obsesiva: en la primera fase del trabajo represivo se alcanza el
éxito: el contenido de representación es rechazado y desaparece el afecto. Como
formación sustitutiva hay una alteración del yo en forma de escrúpulos de cc,
aumentando la angustia social y cc moral, reproches, etc. En este caso, no se
puede llamar necesariamente síntoma. Se crea una formación reactiva. La
representación reprimida se reemplaza mediante un sustituto por desplazamiento a
lo indiferente. El fracaso de la represión pone en juego el mismo mecanismo de
la huida por medio de evitaciones y prohibiciones como en la fobia histeria. En
la neurosis obsesiva el trabajo de la represión desemboca en una pugna estéril e
interminable.
TEÓRICO: Lo inconsciente
TEÓRICO: Tótem y tabú
SEMINARIO: Introducción al narcisismo
Se podría resumir al narcisismo como la libidinización del yo o la colocación de
la libido en el yo. Otorgarle el mismo status que se le daría a un objeto de
amor. También se puede decir que es la conducta por la cual se le brinda al
cuerpo propio (al yo) un trato parecido al que se le daría al cuerpo de un
objeto sexual.
¿Cómo se conforma el narcisismo? No hay desde el inicio una unidad comparable al
yo, no hay de entrada un yo, debe conformarse y constituirse. Se necesita de un
nuevo acto psíquico para que el narcisismo se constituya.
autoerotismo - narcisismo - elección de objeto
1- El autoerotismo es parcialidad, implica parcialidad, es el momento de la
satisfacción anárquica de las pulsiones parciales, donde las pulsiones se
satisfacen una independientemente de las otras a través de las zonas erógenas
por medio de un objeto pulsional.
2- Hay algo que agregarle al autoerotismo para que el narcisismo se constituya.
Se debe agregar un ideal del yo. Hay un otro de los primeros cuidados que toma
al niño como un objeto de amor y lo va a libidinizar, a sexualizar a través de
sus cuidados y su atención. De esta forma se va conformando la unificación
corporal (las pulsiones parciales se unifican) y se llevan al cuerpo propio. En
este momento el yo puede hacer elección de objeto.
3- El niño ya puede hacer elección de un cuerpo ajeno. El niño elige sus objetos
sexuales tomándolos de sus vivencias de satisfacción. Las primeras
satisfacciones sexuales autoeróticas son vivenciadas a remolque de funciones
vitales que sirven a la autoconservación.
El yo ya puede embestir objetos:
- modelo apuntalamiento: se ama a la madre nutricia y padre protector
- modelo narcisista:
- se ama a lo que uno mismo es (yo ideal)
- a lo que uno mismo fué (un objeto de amor)
- a lo que uno mismo quisiera ser (ideal del yo)
- a lo que formó parte del sí mismo propio (falo)
Ciertas personas, aquellas cuyo desarrollo libidinal experimentó una
perturbación, no eligen su posterior objeto de amor según el modelo de la madre,
sino según su propio modelo. Se buscan a sí mismos como objeto de amor, exhiben
el tipo de elección de objeto que se llama narcisista. Toda persona tiene
abierto el camino para seleccionar a los dos tipos de elección de objeto
(narcisista o apuntalamiento), tiene dos objetos sexuales originarios: el mismo
y la mujer que lo crió.
La constitución del narcisismo implica la participación de un yo ideal, que es
la imagen ilusoria que uno tiene de sí mismo (es proyección).
Reversibilidad y estasis libidinal
Una vez que está constituido el narcisismo, puede embestir a los objetos. Cuando
la libido parte del yo hacia los objetos se lo llama libido yoica o libido del
yo (el yo dirige la libido). El objeto también puede embestir al yo, y cuando
eso pasa, se lo llama libido objetal o libido de objeto. A todo este circuito, a
esta circulación de libido se la llama reversibilidad de la libido, que es
cuando la libido que parte del yo se dirige a los objetos, y de los objetos
regresa al yo.
Estasis libidinal: puede ocurrir que la libido quede estancada en el yo, y que
el yo se engrandezca, o que la libido quede estancada en el objeto y el yo se
empobrece. Cuando hay un estancamiento hay un estasis libidinal.
A diferencia de cómo toma el término narcisismo Nacke (como una perversión), el
psicoanálisis va a introducir otro punto de vista. El narcisismo se vería como
un complemento libidinoso del egoísmo inherente a la pulsión de
autoconservación, de la que justificadamente se atribuye una cosis a todo ser
vivo (si no hay egoísmo, no sobrevivimos).
Un motivo para considerar la imagen de un narcisismo primario surge a raíz del
intento de incluir bajo la teoría de la libido el cuadro de esquizofrenia. Los
enfermos designados parafrénicos muestran dos rasgos fundamentales: delirio de
grandeza y extrañamiento de su interés respecto del mundo exterior. En el caso
de los de ultimo grupo, resignan el vínculo con la realidad, pero el análisis
muestra que de modo alguno han cancelado el vínculo erotico con persona y cosas,
pero lo mantienen en la fantasía: cambian objetos reales por objetos imaginarios
y han renunciado a emprender las acciones motrices que les permiten conseguir
sus fines en esos objetos. En este caso se habla de introversión de la libido.
Cual es el destino de la libido sustraída de los objetos en la esquizofrenia? el
delirio de grandeza propio de estos estados no indica el camino. La libido
sustraída del mundo exterior fue conducida al yo, y ahí surge una conducta
llamada como narcisismo. El delirio de grandeza no es una creación nueva, sino
la amplificación y el despliegue de un estado que antes había existido. Así, nos
vemos llevados a concebir el narcisismo que nace por replegamiento de las
investiduras de objeto como un narcisismo secundario que se edifica sobre las
bases del primario.
TEÓRICO: Sobre la dinámica de la transferencia
Todo ser humano, por efecto de sus disposiciones innatas y los influjos que
recibe en su infancia, adquiere una especificidad determinada para el ejercicio
de la vida amorosa (para las condiciones de amor que establecerá y las pulsiones
que satisfará, así como para las metas que se fijará). Esto da como resultado un
CLISÉ que se repite de manera regular en la trayectoria de la vida.
De estas mociones psíquicas del amor, solo algunas han hecho un recorrido del
pleno desarrollo. Dicho sector se ha vuelto hacia la realidad objetiva
(personalidad consciente). Otra parte de estas mociones ha sido demorada en el
desarrollo, apartada de la personalidad consciente así como de la realidad
objetiva, y solo pudo desplegarse en la fantasía o ha permanecido en lo
inconsciente.
Si la necesidad de amor de una personas no está satisfecha de manera total, se
volcará con unas representaciones-expectativa libidinosas hacia cada nueva
persona que aparezca. Es normal entonces que la investidura libidinal aprontada
en la expectativa de alguien que está parcialmente insatisfecho se vuelva hacia
el médico.
Esta investidura se atendrá a modelos, se anudará a uno de los clisés
preexistentes en la persona en cuestión, o también se puede decir que se
insertará al médico en una de las series psíquicas que el paciente ha formado
hasta el momento. Se entiende que la transferencia nos sale como la más fuerte
resistencia al tratamiento. Es por esto que se dice que el analista se oferta
como palestra (sostén) para el éxito del tratamiento.
Según Jung, la libido que pertenece al consciente se vuelve menor, y la que
pertenece al inconsciente, se vuelve mayor, alimentando así las fantasías de la
persona. Esta libido se interna por el camino de la regresión y re-inviste
deseos infantiles. Cada vez que la investigación analítica topa con esa libido
retirada, estalla un combate; todas las fuerzas que causaron la regresión de la
libido se elevarán como resistencias al trabajo, para conservar ese estado.
Si se persigue un complejo patógeno desde lo consciente hasta su raíz en el
inconsciente, se entra en una región donde la resistencia se hace valor de tal
forma que la ocurrencia siguiente no puede menos que dar razón de ella. En este
punto es que sobreviene la transferencia. El mecanismo de la transferencia se
averigua reduciéndolo al apronte de la libido que ha permanecido en su papel en
la cura.
Se separa entre transferencia positiva (sentimientos tiernos) y transferencia
negativa (sentimientos hostiles). La transferencia positiva contiene
sentimientos amistosos o tiernos que son susceptibles de conciencia. Esta
transferencia se la considera motor del tratamiento, de esta forma el paciente
puede usar la asociación libre. El análisis demuestra que de manera regular se
remontan a fuentes eróticas, de suerte que se nos impone: todos nuestros
vínculos de sentimiento, amistad, confianza etc, se enlazan con la sexualidad.
Estas personas en nuestra vida pueden ser objetos sexuales para nuestro
inconsciente.
A su vez, la transferencia negativa puede ser positiva erótica u hostil, en
estos casos “estalla la transferencia“, son transferencias que generan
obstáculos. En este caso se visualiza una resistencia, porque se detienen las
asociaciones libres del paciente, osea no respeta la regla fundamental del
análisis.
La transferencia sobre el médico sólo resulta apropiada como resistencia cuando
se trata de una transferencia negativa, o cuando es positiva con mociones
eróticas reprimidas.
AGIEREN: compulsion de repeticion
TEÓRICO: Puntualizaciones sobre el amor de transferencia
El fenómeno de la transferencia se vuelve algo central para entender la dinámica
de funcionamiento del amor en tanto es calificado por Freud como un amor
genuino, es decir que dicho fenómeno que se despliega dentro del tratamiento
analítico lo hace con la misma estructura que cualquier otro enamoramiento.
Estructura que no es otra que la repetición de modelos infantiles que se
reiteran en la cura con el analista. La transferencia es explicada como la
repetición de un clisé que domina la especificidad de la vida amorosa de un
sujeto, dicha especificidad es dada por “las condiciones de amor que establecerá
y las pulsiones que satisfará.” Freud distingue entonces dos elementos
heterogéneos que se conjugan en el ejercicio de la vida amorosa, y por tanto, se
reproducen en la transferencia.
TEÓRICO: Recordar, repetir y reelaborar
AGIEREN: recordar en acto - repite en acto sus patrones conflictivos de la
infancia. Repetir en transferencia con el analista. El paciente que actúa en el
análisis es del pasado, pero lo vive con marcada actualidad, lo vive acá y
ahora. El analista lo que va a hacer cuando aparecen estas transferencias es
reconducir esas mociones pulsionales hacia los objetos originarios de la
infancia.
El paciente no recuerda, en general, nada de lo olvidado y reprimido, sino que
lo actúa, no lo reproduce como recuerdo sino como acción; lo repite, sin saber
que lo hace. (agieren) La repetición es su manera de recordar.
Lo que más le interesa a Freud es la relación entre la compulsión a repetir con
la transferencia y la resistencia. La transferencia misma es un acto de
repetición del pasado olvidado, no solo sobre el medico sino sobre todos los
otros ámbitos de la situación presente (ej: dos novios, dos embarazos, dos
abortos, dos analistas). Cuanto mayor sea la resistencia, tanto más será
sustituido el recordar por el actuar (el repetir)
¿Qué repite y actúa? Todo cuanto de lo reprimido ya se abrió paso hacia lo
manifiesto (los rasgos patológicos y los síntomas). Mientras el paciente lo
vivencia como algo real-objetivo y actual el analista, desde el trabajo
terapéutico, reconducciona al pasado.
Neurosis de transferencia
Se trata de sustituir su neurosis ordinaria por una neurosis de transferencia,
de la que puede se curado en virtud del trabajo terapéutico. La transferencia
crea un reino intermedio entre la enfermedad y la vida, en virtud de la cual se
cumple el tránsito de aquella a esta. El nuevo estado constituye todos los
caracteres de la enfermedad, pero una enfermedad artificial totalmente asequible
a la intervención del analista.. Debido a las reacciones de repetición, se logra
despertar los recuerdos, que vencidas las resistencias, sobrevienen con
facilidad en la cadena asociativa.. Esto es una arda tarea para el analizado y
una prueba de paciencia para el medico, siendo la pieza que produce mejores
resultados.
La transferencia como motor
El analista invita al paciente a asociar libremente, a que hable, que cuente,
que narre,…a que despliegue su neurosis. El dispositivo analítico conecta el
síntoma con la asociación libre, y de esa manera se puede tener acceso al Icc.
El paciente le otorga un sentido al síntoma, el sentido se libera y el paciente
dispone de ese saber reprimido, aborda otros aspectos de su vida y de esa manera
promueve la acción. La transferencia es al analista porque este con sus
intervenciones permite revelar el sentido del síntoma que no está a su
disposición. Son las ganas que tiene el paciente de ponerse a trabajar, de ir a
sesión, de contarle al analista, de producir enlaces y asociaciones para
encontrar la respuesta a la pregunta que le plantea el síntoma.
El analista tiene un “saber supuesto” por el paciente y se produce la
transferencia por desplazamiento, es la transferencia articulada al retorno de
lo reprimido y sostiene la producción de saber ICC. Como analista se ocupa el
lugar de un resto diurno, como apoyatura de las representaciones reprimidas en
ideas.
La transferencia de obstáculo (resistencia)
Supone el silencio, la detención de ocurrencias. El paciente deja de asociar o
habla sin asociar. Al tiempo que se detienen las ocurrencias surge el interés
por el analista que Freud coloca en la vertiente del amor, pero no como un
enamoramiento, sino como una preocupación por la persona del analista, que pasa
a ocupar el lugar del síntoma. Según sea hostil o tierna se dice que es negativa
o positiva respectivamente. El punto en que se detienen las ocurrencias vale
como resistencia, que no es definitiva, dado que con la intervención del
analista pueden reiniciarse las asociaciones, y puede ser que gracias a la
transferencia como obstáculo aparezcan en cadena asociativa algo que ayude a
atravesar lo que está dormido o latente.
SEMINARIO: 2° versión de la teoría de angustia
Esta versión la angustia va a poder tratarse analiticamente. Se incluye a la
angustia en el campo de lo psíquico debido a la inscripción de la sexualidad en
el aparato psíquico de representaciones (da cuenta de que la pulsión se fija su
representante psíquico). Gracias a los conceptos de pulsión, la angustia pasa a
ser un concepto nodal en la teoría.
La angustia es un estado afectivo. La mayoría de los neuróticos padecen
angustia. La libido no aplicada (desamarrada (lo que sería el monto de afecto)
de las representaciones reprimidas) se va a trasponer como angustia.
Dos dimensiones o dos tipos de angustias, angustia realista y angustia
neurótica.
● angustia realista: frente a la percepción cuando aparece un peligro exterior,
el mecanismo que opera es la huida. Es una angustia racional y con sentido
(pulsión de autoconservación).
● angustia neurótica: libido aplicada de manera anormal. No hay relación alguna
entre el objeto de la amenaza y la angustia (como el caballo de Juanito). La
libido se torna peligrosa para el yo. El mecanismo es la represión.
○ angustia expectante: angustia que circula libre por el organismo y se prende
de cualquier representación.
○ angustia fóbica
■ angustia fóbica asociada a objetos o situaciones - relación de peligro entre
el objeto y la angustia.
■ angustia donde la fobia se asocia a objetos o situaciones que aplican un
peligro que tiene pocas chances de que ocurra.
■ no hay relación entre el objeto de la fobia y la angustia en sí misma -
angustia incomprensible. Ej. fobia a cruzar la calle o a salir de casa.
Angustia infantil - es normal en los niños pero es complejo discernir entre
angustia realista o neurótica. Para él, la angustia realista parece no venir
congénitamente o lo hace en escasa medida.
Los primeros actos de angustia del niño es cuando el niño no está cerca de
personas familiares - el objeto de amor no está presente y fué sustituido por
alguien que no conoce.
La represión, ante la libido que se genera como peligrosa para el yo, genera
angustia neurótica (la que le importa al psicoanálisis). La angustia es producto
de la represión. Freud va a establecer fases de la angustia:
● primer momento como estado general de angustia (la angustia injustificada).
● angustia psíquica - mente ligada a un objeto fóbico (juanito y el caballo).
● parapeto fóbico. Edificaciones que se monta el yo para no encontrarse con el
objeto fóbico (por tanto no adviene la angustia).
La primera teoría remarcaba que la angustia es una respuesta que encuentra el
organismo ante la libido que no ha sido descargada de forma correcta mediante el
coito o el orgasmo.
Toda angustia proviene o deviene o aparece en calidad de repetición de una
angustia que ha ocurrido anteriormente, y es una angustia que vivimos todos que
es en el acto de nacimiento. En el nacimiento sucede el primer acto de angustia.
Todas las angustias posteriores están repitiendo esta primera angustia. Es
significativo el hecho de que el nacimiento es la primera separación entre el
niño y la madre.
Funciones de angustia:
función adaptativa / mal adaptativa
Adaptativa: tiene que ver con el apronte angustiado, cuando los niveles de
angustia son medidos y tienen una medida justa para poder saber cómo comportarse
y evaluar la situación
Mal adaptativa: desarrollo de angustia, cuando los niveles de angustia son
desmedidos.
Para resumir, la libido es la fuerza por la cual se exterioriza la pulsión
sexual - apuntalada a la de autoconservación. El niño es perverso polimorfo y
cuando se construyen los diques aparece la fantasía, que puede ser portadora de
una RI. Cuando esta RI se opone a las exigencias éticas y estéticas del YO no es
más que una representación que quiere apllocar libidfo a un objeto que no se
puede (porque se opone). Esto desencadena un conflicto psíquico, aparece
displacer y ese MA se dirige entre algunos destinos, la angustia.