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Resumen de "Recuerdos Encubridores"  |  Psicoanálisis Freud (Cátedra: Laznik - 2020)  | Psicología  |  UBA
  1. Recuerdos de infancia y recuerdos encubridores.

Freud nos ha podido demostrar, la naturaleza de nuestro recordar. Entre los más tempranos recuerdos de la infancia de una persona, a menudo, parecen haberse conservado los indiferentes, en cambio, en la memoria del adulto, no se encuentra huella alguna de impresiones importantes.

Los recuerdos INDIFERENTES de la infancia deben su existencia a un proceso de DESPLAZAMIENTO (descentramiento); Son el SUSTITUTO en la reproducción mnémica de otras impresiones cuyo recuerdo se puede desarrollar por medio de un análisis psíquico, pero su reproducción esta estorbada por una RESISTENCIA.

Freud les pone el nombre de recuerdos encubridores, ya que deben su conservación a un VÍNCULO ASOCIATIVO de su contenido CON otro REPRIMIDO. Freud nos pone relieve sobre todo en la relación temporal entre el recuerdo encubridor y el encubierto. à El contenido delencubridor pertenecía a uno de losprimeros años de la infancia, mientras que, las vivencias que habían permanecido casi inconscientes, correspondían a años posteriores de esa persona. [A ESTE DESPLAZAMIENTO FREUD LO LLAMÓ ATRASADOR O RETROCEDENTE].

¿Qué viene a ser el recuerdo encubridor?: El recuerdo encubridor es consolidado en la memoria como una impresión INDIFERENTE RECIENTE, que debe ese privilegio a su ENLACE CON UNA VIVENCIA ANTERIOR, cuya reproducción directa es ESTORBADA por unas RESISTENCIAS. à Esos serian recuerdos encubridores ADELANTADORES o AVANZADOS.

Detrás del recuerdo encubridor es donde está aquello que la memoria cuida. Pero tenemos otro caso de recuerdo encubridor, puede que el recuerdo encubridor no se enlace con la impresión encubierta SOLO POR SU CONTENIDO, SI NO TAMBIÉN por su CONTIGUIDAD en el tiempo. à Este vendría a ser el recuerdo encubridor SIMULTÁNEO o CONTIGUO.

Ahora bien, interesa aquí poner de relieve la homogeneidad entre el olvido de los nombres propios con recordar fallido y la formación de los recuerdos encubridores. En una primera vista, las diversidades de ambos fenómenos son muy llamativas, podemos notar que en uno se trata de nombres propios y en este caso, de impresiones de algo que se vivenció en la realidad objetiva, en el pensamiento. Sin embargo, a poco que se profundiza se advierte que predominan con mucho las coincidencias entre ambos fenómenos, a despecho de su diversidad en cuanto a material psíquico y su duración. En ambos casos se trata de unos desaciertos al recordar. La memoria NO reproduce lo correcto, sino que, un SUSTITUTO. En el olvido de los nombres SABEMOS que los nombres sustitutivos son FALSOS, en cambio, en los recuerdos encubridores NOS SORPRENDEMOS de que están ahí.

Consideraciones del tema de los recuerdos de infancia.

¿Cuán atrás en la infancia se remontan los recuerdos? Entre los encuestados se notan grandes diferencias. Algunos sitúan su primer recuerdo en el sexto mes de vida, otros no saben nada de su vida hasta el sexto año de vida o incluso, el octavo. Ahora bien, ¿A qué se deben esas diversidades y qué significado tienen? Freud opina que tomamos muy a la ligera el hecho de la falta de recuerdos, y erramos no considerándolo un raro enigma. Como sabemos, entre los recuerdos de la infancia, algunos nos parecen perfectamente concebibles y otros, extraños o ininteligibles. Igualmente, algunas de las imágenes mnémicas están con seguridad falseadas o fueron desplazadas en espacio y tiempo (es evidente que no es confiable las indicaciones de las personas que recuerdan vivencias de los seis meses).

El recordar visual conserva el tipo del recordar infantil. En tales escenas resulten ellas verdaderas o falsas, uno ve a la persona propia, a la persona infantil, con sus contornos y su ropa. Así se nos impone esta conjetura: De esos recuerdos de infancia que se llaman los más tempranos no poseemos la huella mnémica real y afectiva, sino una ELABORACIÓN POSTERIOR a ella, una elaboración que a lo mejor, experimentó los influjos de múltiples poderes psíquicos posteriores. Por lo tanto, los recuerdos de infancia de los individuos llegan con total universalidad a adquirir el significado de unos recuerdos encubridores.

Freud nos pone un ejemplo de su vida propia:

Desde hacía mucho tiempo le llegaba una vivencia a la conciencia, la cual se situaba antes de cumplir el tercer año de vida. Freud se veía pidiendo y haciendo berrinche de pie ante una canasta, cuya tapa mantenía abierta su hermanastro (20 años mayor) y luego entraba a la habitación su madre, como si regresara de la calle. Todo le parecía oscuro, dice: si el hermano había querido abrir o cerrar la canasta, por qué el lloraba, y que tenía que ver la entrada de la madre. Estuvo tratado de darse una explicación, se trataría de una burla del hermano mayor, interrumpida por la madre. El empeño analítico, lo condujo a una concepción por completo inesperada de esa imagen. Él había echado de menos a la madre, había dado en la sospecha de que ella estaba encerrada en esa canasta y por eso le pidió al hermano que la abriera. Cuando el hermano abre la canasta, Freud da cuenta que la madre no está ahí dentro y comienza el berrinche. à Eso es lo que el recuerdo retuvo y enseguida le siguió la aparición de la madre que clamaba la inquietud. Ahora bien, ¿Cómo dio el niño en la idea de buscar en la canasta a la madre ausente? Unos sueños de la misma época apuntaban a una niñera que solía darle unas moneditas como premio (detalle que merece tener el valor de recuerdo encubridor). Así fue como Freud, decidió preguntarle a su madre, ya anciana, acerca de aquella niñera. Freud se enteró que esa niñera había perpetrado grandes hurtos y a instancias de su hermano, fue llevada a tribunal. Esta noticia le permitió a Freud entender la escena infantil. Esa desaparición repentina de la niñera NO le había sido INDIFERENTE; A ese hermano él había acudido a preguntarle donde estaba ella, y el de manera esquiva y con un JUEGO DE PALABRAS le dijo que estaba “encanastada” o “encerrada”, de esa manera, la entendió de manera infantil y dejó de preguntar. Poco tiempo después, cuando se ausentó la madre receló que ese hermano malo había hecho con ella lo mismo que hizo con la niñera y lo obligó a abrirle la canasta. Freud concluye que ahora entiende por qué en la traducción de la escena infantil se destaca la silueta de la madre quien le llamó la atención como recuperada.

PALABRAS PUENTE : encanastada-canasta.


 

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