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Técnicas Psicométricas |
Resumen Unidad 4 Ev. Psicológica en niños |
Cátedra: Liporace (ex- Casullo) |
1° Cuat. de 2008 |
Altillo.com |
Unidad IV: La Evaluación psicológica en niños.
1) La mini batería Koppitz: Bender, figura humana, VADS.
Es una mini batería porque incluye pocas técnicas. Se dice que es
psicoeducacional porque es importante en el área educativa y en período reducido
de tiempo, le aporta muchos datos al maestro sobre el niño que va a iniciar la
escuela primaria.
La mini batería Incluye 3 técnicas que se complementan e integran en la medida
en que cada una evalúa distintas estrategias cognitivas permitiendo a su vez
acceder a aspectos no cognitivos del sujeto. Se utiliza en niños que están entre
los 5 y ½ y los 13 años. Además, puede ser administrada a sujetos de culturas
diferentes, siempre y cuando se tengan en cuenta a la hora de hacerlo, las
adaptaciones necesarias:
La construcción de baremos correspondientes a la región en cuestión, para poder
hacer la comparación de los puntajes obtenidos por los individuos examinados y
sus poblaciones de referencia (poblaciones que compartan cultura, edad, sexo,
etc.).
Equivalencias conceptuales: Teniendo en cuenta el contenido y el concepto del
constructo.
Equivalencias lingüísticas: Considerar las diferencias lingüísticas entre los
distintos países.
Dentro del diagnóstico psicoeducacional, la mini batería Koppitz resulta útil en
una primera aproximación para el despistaje (screening) de dificultades en el
aprendizaje escolar. Por otra parte, posibilita la evaluación de estrategias
cognitivas (visuales, auditivas y graficas) en forma independiente o combinada;
información útil a los fines educacionales dado que nos muestra en cuales de
ellas existen mejores niveles de logros. También tiene validez empírica para
discriminar entre el alumno con problemas para el aprendizaje del que no lo
posee. Por último, puede tener validez predictiva respecto a la forma de
resolver situaciones de aprendizaje futuras y secundariamente puede brindar
información sobre la presencia de ansiedad.
1. El Bender es una técnica que contiene nueve figuras que son presentadas de a
una por vez para ser copiadas (en un tiempo normativo que varía de acuerdo a la
edad y la zona). La puntuación es a partir de treinta ítems de maduración que se
computan como uno o cero, es decir, por la presencia de desvío de la norma (1) o
ausencia de tal desvío (0). Luego, se calculan percentiles como puntaje
transformado.
Wertheimer había usado originalmente esos diseños para demostrar los principios
de la Psicología de la Guestalt en relación a la percepción. Bender adaptó estas
figuras y las usó como test viso-motor. Con este proceder, aplicó la teoría de
la Guestalt al estudio de la personalidad y la práctica clínica (Marco teórico).
El Bender está relacionado con la capacidad del sujeto para reproducir
estructuralmente patrones visuales que percibe en forma simultánea. Es de
aplicación individual y mide tres variables:
Madurez viso-motriz (coordinación ojo – mano).
Variable gráfica (cómo dibuja, pero sin tener en cuenta su calidad artística).
Variable de lecto-escritura.
A partir de esta técnica se puede detectar alguna disfunción neurológica
(ojo-mano) o el grado de ajustes emocionales. Cabe aclarar que el Bender es un
test (además de una técnica). La técnica que no es test compara las
características de una persona o grupo con lo que postula un criterio o
constructo y solo tiene en cuenta la presencia - ausencia de la variable. El
test es un tipo de técnica psicométrica que supone una situación estandarizada y
estima diferencias individuales en relación con datos estadísticos (baremos).
Ubica a un individuo en relación con un grupo de semejantes de forma objetiva y
estandarizada. Entonces, todo test es una técnica psicométrica, pero no todas
las técnicas psicométricas son tests.
Para desarrollar un estudio de validez concurrente con el Bender se debe
administrar, además de dicha técnica, otra técnica que evalúe el mismo
constructo (coordinación visomotora) como por ejemplo alguno de los subtests de
ejecución del Wisc III (Claves o Construcción con cubos). Luego se deben
analizar las correlaciones entre los puntajes de ambas técnicas.
En el caso de desarrollar un estudio de validez predictiva con el Bender, se
debe partir de los puntajes obtenidos. De esta manera es posible predecir los
futuros logros o capacidades de los alumnos en la escuela primaria. Si se obtuvo
un buen resultado al comienzo de la escolaridad se puede predecir con bastante
seguridad un buen rendimiento escolar.
A modo descriptivo, se pueden señalar algunos indicadores emocionales del test y
su significación psicológica:
Orden confuso: Cuando las figuras están desparramadas arbitrariamente en el
papel, sin secuencia ni orden lógico, indica planeamiento pobre e incapacidad
para organizar el material. Es común en niños de 5 a 7 años, pero se relaciona
con confusión mental en niños mayores.
Repaso del dibujo o de los trazos: Todo el dibujo o partes del mismo es repasado
con líneas espesas. Se asocia con cierta impulsividad y agresividad. Se da
frecuentemente en los niños con conductas acting-out.
Gran tamaño: Uno o más de los dibujos es un tercio mas grande en ambas
direcciones que en el de la tarjeta de estimulo (este ítem se puntúa solo una
vez independientemente de la cantidad de figuras que han sido agrandadas). Se
asocia con niños con la conducta del acting out (niños con problemas
emocionales).
Tamaño pequeño: Uno o más dibujos son la mitad más pequeños que el modelo (este
ítem se puntúa solo una vez independientemente de la cantidad de figuras que han
sido reducidas). Se asocia con ansiedad, timidez y retraimiento.
Línea fina: El trazo es tan fino que hay que esforzarse para ver el dibujo
completo. Se asocia con timidez y retraimiento.
2. El DFH (dibujo de la figura humana) es un indicador de la madurez conceptual
que posee el niño, esto es, la habilidad para formular conceptos de abstracción
creciente. Evalúa:
La evolución de la madurez intelectual (habilidad para desarrollar conceptos con
mayor grado de abstracción. El dibujo es un índice del concepto que del objeto
tiene el niño).
Posibles disfunciones neurológicas.
Ajuste emocional.
La técnica consiste en doblar una hoja como un cuadernillo, y pedirle al niño
que dibuje un hombre al frente, una mujer en la cara izquierda del otro lado y
que se dibuje a si mismo en la cara derecha. La forma de puntuación es igual que
en el Bender. La presencia de los ítems evolutivos en un DFH se relacionan
especialmente con la edad y la maduración del niño y no con la aptitud artística
o aprendizaje escolar. El nivel evolutivo de esta técnica corresponde a la edad
cronológica de los sujetos, independientemente del grado de entrenamiento
escolar recibido.
Para realizar un estudio de confiabilidad con el DFH se podría utilizar el
método de test - retest, el cual consiste en repetir la toma en una segunda
oportunidad (se sugiere que el intervalo de tiempo entre las dos tomas no sea
mayor a 6 meses). Este procedimiento nos permite hablar de la estabilidad de las
mediciones obtenidas administrando una técnica psicométrica. Otro estudio de
confiabilidad se podría realizar utilizando el método de formas equivalentes, en
el cual se preparan dos formas distintas de la técnica de evaluación, se las
administra y luego se calcula la correlación entre los puntajes obtenidos por
las mismas personas al responder a esas dos formas. Se debe asegurar un máximo
de equivalencias y deben ser pruebas que tengan varianza verdadera idéntica y
ninguna superposición de varianza de error.
3. El VADS (prueba de memoria auditiva y visual de dígitos) se propone para
evaluar la habilidad para reproducir estímulos que se presentan fundamentalmente
en forma sucesiva. Tiene una base conceptual cognitiva y se emplea para predecir
el desempeño escolar a través de la repetición de dígitos (en niños de 5 y medio
a 12 años). El material es presentado por el examinador en forma oral y gráfica,
y el niño debe reproducirlo también en forma verbal y escrita combinando todas
las posibilidades. Existe una alta correlación entre los resultados obtenidos en
los diferentes subtests y los valores alcanzados en la integración intra -
sensorial (integración de los estímulos y respuestas que corresponden a un mismo
modo sensorial) e inter – sensorial (integración de los estímulos y respuestas
que corresponden a diferentes modos sensoriales) por un lado; y el rendimiento
en el aula por el otro. De esta manera también constituye una prueba sencilla,
valida y confiable para evaluar la capacidad de formular secuencias. El VADS
está compuesto por 26 tarjetas impresas con dígitos, divididas en 4 subtests que
miden:
Memoria inmediata visual.
Memoria inmediata auditiva.
Integración intra-sensorial (capacidad de poder integrar la información por la
misma entrada y salida).
Integración inter-sensorial (tienen dos modalidades diferentes y es más
difícil).
Se toma la memoria inmediata porque se supone que si está funcionando mal,
también será defectuosa la memoria de largo plazo.
2) El autoconcepto. Formas verbal y pictórica.
El autoconcepto consiste en medir como se siente el sujeto ante una serie de
actividades estables, esto reflejan la autoevaluación de sus atributos
personales. Se le presentan una serie de frases que describen como se siente la
mayoría de las veces, y el sujeto debe responder por si o por no. Su basamento
teórico es a partir de las elaboraciones de Piess – Harris y está compuesto por
seis subescalas: Comportamiento; imagen corporal; popularidad; status
intelectual y escolar; ansiedad; y bienestar y satisfacción.
El índice del autoconcepto se refleja en dos tipos de puntajes: Un puntaje bruto
total; y un puntaje percentilar. Para determinar la validez del puntaje (¿No
sería confiabilidad?), se analizan dos índices:
Respuestas sesgadas: Mide el grado en que las respuestas dadas por un niño o
joven pueden estar afectadas por cierta tendencia (decir siempre “si” o
responder siempre “no”).
Respuestas inconscientes: Mide el grado en el cual las respuestas dadas tienen
consistencia interna a lo largo de la prueba individual.
Para una interpretación completa de los datos obtenidos primero hay que
considerar la posible validez, tanto por respuestas sesgadas como para
respuestas inconscientes. Los indicadores de validez (de mentira) son:
a) Distorsiones deliberadas: Puntajes a más de 1,5 desviaciones standard deben
ser tomados con cautela. Puede indicar una tendencia a hipervalorarse o falta de
autocrítica. Los puntajes muy bajos indican una real desvalorización o un
autoconcepto negativo.
b) Tendencia a la aquiescencia: Tendencia de un sujeto a responder siempre de la
misma forma. Los protocolos con más de 52 o menos de 24 “Si” deben ser tenidos
muy en cuenta.
c) Respuestas al azar: Si analizamos las respuestas podemos encontrar algunos
patrones que sugieren inconsistencia lógica. Responder “Si” en el ítem 5 (“soy
inteligente”) y “No” en el ítem 53 (“soy un tonto”).
3) Evaluación de la inteligencia: La escala de Weschler WICS - III.
El test de inteligencia para niños, Wisc III de Weschler, es un instrumento
clínico de administración individual para evaluar la capacidad intelectual de
niños de 6 a 13 años y 11 meses. Consta de varios subtests que han sido
seleccionados con miras a la investigación de diferentes habilidades mentales,
que en su conjunto reflejan la capacidad intelectual general de un niño. El
desempeño del niño se resume en tres puntajes compuestos: Los CI verbales, de
ejecución y la escala completa. Además de ello, nos brinda cuatro puntajes
índices basados en factores opcionales.
Weschler concibió la inteligencia como la capacidad del individuo de actuar
deliberadamente, pensar racionalmente y relacionarse eficazmente con su medio.
La concibe no como una capacidad particular sino como una entidad compleja y
global. Los subtests de inteligencia WISC III se seleccionaron con miras a la
investigación de diferentes habilidades mentales que en su conjunto reflejan la
capacidad intelectual general de un niño. Para él hay:
1. Inteligencia social: Interacción con otros sujetos.
2. Inteligencia verbal: Capacidad para vincular signos y símbolos; cualquier
simbolización o codificación.
3. Inteligencia de ejecución o práctica: Manipulación de objetos concretos.
Los trece subtests que contiene están organizados en dos grupos: Verbales y de
ejecución, que se administran alternadamente y en la siguiente sucesión:
Completamiento de figuras: Consiste en mostrar al niño una serie de
ilustraciones a las cuales le falta una parte que debe identificar. Evalúa la
atención visual, el reconocimiento o identificación visual, y permite
diferenciar los detalles esenciales de los superficiales.
Información: Preguntas presentadas oralmente, que tienen que ver con
conocimientos sobre hechos, lugares y personas.
Claves: Consiste en que el niño coloque debajo de cada figura o número un
símbolo preestablecido para cada uno. Evalúa coordinación viso motora, la
memoria visual a corto plazo, la habilidad para seguir instrucciones, etc.
Analogías: Conjunto de pares de palabras presentadas oralmente. El niño explica
las analogías con los objetos comunes o con los conceptos que esas palabras
representan.
Ordenamiento de historias: Se presenta al niño una serie de figuras que debe
ordenar para formar una historia con secuencia lógica. Evalúa la capacidad para
establecer una secuencia y manejar conceptos temporales, anticipar
consecuencias, relacionar la parte con el todo, la organización perceptual, etc.
Aritmética: Problemas matemáticos que el niño resuelve mentalmente. La solución
debe expresarse oralmente.
Construcción con cubos: El niño debe reproducir figuras que se le muestran, con
cubos de colores. Evalúa la capacidad para separar el todo de sus partes
componentes y recomponerlo (análisis y síntesis), la organización perceptual, la
capacidad para reproducir modelos, coordinación viso motora, etc.
Vocabulario: Palabras presentadas oralmente que el niño define oralmente, les
atribuye un sentido. Para evaluar la confiabilidad de este subtest, podemos
dividir el total de los ítems de la técnica en dos mitades. Cada parte debe ser
representativa de la totalidad en todos sus aspectos significativos y las dos
mitades deben realizarse en la misma sesión. Para esto se debería medir el grado
de dificultad de cada palabra y separarlas en dos mitades equivalentes (teniendo
en cuenta su dificultad).
Composición de objetos: El niño debe armar rompecabezas de objetos comunes.
Evalúa la habilidad para percibir y construir de la parte al todo utilizando
claves mínimas; la organización perceptual y espacial; la coordinación viso
motora, etc.
Comprensión: Preguntas presentadas oralmente donde el niño debe resolver
problemas de la vida cotidiana, demostrando comprensión de conceptos y normas
sociales.
Búsqueda de símbolos: ¿?
Retención de Dígitos: Secuencia de dígitos presentados oralmente. El niño debe
repetir textualmente los dígitos en orden directo e inverso.
Laberintos: El niño debe responder una serie de laberintos marcando el recorrido
con un lápiz. Evalúa la organización perceptual; habilidad espacial; capacidad
para seguir un modelo visual; capacidad de anticipación; coordinación viso
motora, etc. Este subtest no cuenta para el cálculo de CI.
El Wisc III tiene pruebas que evalúan tanto la inteligencia teorizada por
Spearman, como la pensada por Cattel y Horn. Spearman plantea la existencia de
tres factores para la inteligencia:
Factor G: Factor común que gobierna todas las habilidades del sujeto, es una
especie de energía mental que permite que el sistema intelectual funcione; la
cantidad de G es constante intrasujeto y variable intersujeto. Dentro de este
factor, se pueden medir dos capacidades; la capacidad eductiva (capacidad de
extraer relaciones de un todo desorganizado; supone dar sentido a la confusión,
desarrollar nuevas comprensiones, percibir lo que no es inmediato), y la
capacidad reproductiva (capacidad del sujeto para acumular conocimientos, apelar
a ellos más tarde y reproducirlos; envuelve el dominio, el recuerdo y la
reproducción del material mayormente verbal que constituye un acervo cultural de
conocimientos explícitos verbales).
Factor E: Se refiere a habilidades específicas, es variable inter e intra
sujeto.
Factor de las unidades funcionales: Como mediadores entre G y E, son factores no
intelectuales que inciden en el rendimiento intelectual.
Por su parte, Cattel y Horn desarrollan una teoría que sostiene que el factor G
de Spearman, se puede dividir en dos dimensiones principales:
Inteligencia fluida: Se refiere a la eficiencia mental esencialmente no verbal y
con relativa independencia de la cultura; involucra la capacidad de resolver
problemas que requieren adaptación y flexibilidad al enfrentarse con estímulos
novedosos con los que el sujeto no está familiarizado. Un ejemplo, es la prueba
de “Construcción con cubos”.
Inteligencia cristalizada: Relacionada con habilidades y conocimientos
adquiridos cuyo desarrollo dependen en gran medida de la exposición a la
cultura; son las funciones cognoscitivas sobreaprendidas y bien establecidas, se
refiere al funcionamiento intelectual que depende del entrenamiento previo, el
tipo de educación recibido y el nivel cultural en general. El subtest
“Información” es un ejemplo para medir este tipo de inteligencia.
Si bien el Wisc evalúa ambas, por lo general los subtests de ejecución ponen a
prueba la inteligencia fluida y los subtests verbales, la cristalizada.
Por último, el término organización perceptual describe la capacidad hipotética
que subyace al factor para los ítems de contenido (perceptual), como de proceso
mental (organización). Este factor parece medir una variable común a varias
subpruebas de escalas de ejecución.
4) El concepto de inteligencia exitosa de R. Sternberg.
Para R. Sternberg, la inteligencia exitosa se divide de tres maneras:
Inteligencia analítica: Consiste en resolver problemas y juzgar la calidad de
las ideas.
Inteligencia creadora: Capacidad para formular problemas y buenas ideas.
Inteligencia práctica: Capacidad para usar las ideas y la comunicación no
verbal.
5) Los distintos tipos de inteligencia según H. Gardner.
La inteligencia para Gardner tiene que ver con la capacidad para resolver
problemas. Hay al menos siete tipos:
Lingüística: Capacidad para usar las palabras de manera efectiva en forma oral u
escrita; incluye sintaxis, fonética, semántica, pragmática, retórica, mnemónica,
retórica y capacidad para usar los números de manera efectiva y razonar
adecuadamente.
Espacial: Habilidad para percibir de manera exacta el mundo visual espacial y de
ejecutar transformaciones sobre esas percepciones.
Corporal- kinética: Capacidad para expresar ideas y sentimientos usando todo el
cuerpo y la facilidad en el uso de las manos para producir o transformar cosas
(Ej. artesano).
Musical: Capacidad de percibir, discriminar, transformar y expresar formas
musicales.
Interpersonal: Capacidad para reconocer las señales que emiten los otros y
responder a ellas de manera efectiva.
Intrapersonal: Conocimiento de si mismo y la capacidad para adaptar las propias
maneras de actuar de acuerdo ese conocimiento.
¿?
Cada persona posee las 7 inteligencias y la mayoría puede desarrollarlas hasta
un nivel adecuado de competencia. Las inteligencias por lo general trabajan
juntas de manera compleja, pero hay muchas maneras de ser inteligente dentro de
cada categoría. Que las inteligencias se desarrollen o no, dependen de 3
factores: Dotación biológica, historia de vida personal, y antecedentes
culturales e históricos. Por otra parte, existen ciertos requisitos para ser
considerada una “inteligencia”: Aislamiento potencial por daños cerebrales;
existencia de idiotas sabios; historia de desarrollo más un estado final;
historia y plausibilidad evolutiva; apoyo de descubrimientos de la psicometría;
apoyo proveniente de trabajos de Psicología experimental; operación central o un
conjunto de operaciones identificables; susceptibilidad de codificación en un
sistema simbólico.
6) El diagnóstico psicopatológico: La entrevista EDIJ.
La Entrevista Diagnóstica Infanto Juvenil (EDIJ) está basada en la nosología
para trastornos mentales que propone el DSM- III. Cada uno de los denominados
trastornos se conceptualiza como un síndrome o patrón psicológico. La EDIJ esta
integrada por tres partes centrales:
1. Una entrevista conjunta inicial con el niño y los padres (está pensada para
usarse con personas de 5 a 18 años). Contiene 19 ítems, se puede aplicar en el
encuentro inicial (lo que no quita que el profesional prefiera entrevistar por
separado a padres y niños primero). Si se trata de adolescentes puede suceder
que ellos quieran brindar la información que se solicita sin que medie la
presencia de los adultos. Dicha información se verifica en la anamnesis.
2. Una entrevista con el niño o joven (ítems 20 a 226). Si se trata de chicos
menores a 8 años, esta sección es contestada por los padres o adultos a cargo.
3. Entrevista con los padres. Incluye datos sobre el desarrollo del chico, su
anamnesis, así como algunos pocos diagnósticos no abarcados en la sección
anterior referente a trastornos profundos del desarrollo (ítems del 267 al 311).
Hay una hoja de respuestas donde se consignan las respuestas codificadas (1 = no
o síntoma ausente, 9 = no sabe no contesta, y 2 = síntoma presente). Se
administra cuando se necesita ubicar síntomas de la persona entrevistada en
alguna de las categorías diagnósticas, como por ejemplo déficit de atención,
trastornos de conducta o afectivos, etc. Es un relevamiento rápido de la
anamnesis, y puede incluirse en un psicodiagnóstico. Sirve también como parte de
una entrevista a padres y como guía para estructurar una entrevista
semiestructurada. Por otra parte, toma tres áreas principales: Datos básicos,
cronológicos, y preguntas acerca de la implicancia social de la problemática.