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Resumen de la Unidad I y Darwin  |  Pensamiento Científico (2016)  |  UBA XXI

Resumen IPC - Unidad 1 + Fragmentos Darwin.

27/06 – Introducción.

 

Programa de la materia.

 

La revolución copernicana (Física, Astronomía y Cosmología) y la revolución darwiniana (Biología). Cambiaron la forma en la que se hace ciencia, al constituir diversos estándares científicos. De esta forma, la historia de la ciencia servirá de insumo para las reflexiones que debemos hacer en el marco de la materia.

 

Programa de radio 1:

 

Revisión à Marcos conceptuales – Teorías.

 

SXX à No solo un grupo de creencias, sino que un marco conceptual con el cual se interpreta el mundo. // Se profesionaliza la filosofía. // Fase Clásica = Análisis lógico del método científico. à ’60, se vuelve insuficiente.

Una cosa es cambiar una creencia del mundo; sino que cambiar cuestiones más fundamentales y ahí se modifica el marco conceptual.

 

Tres fuentes del PC (Gregorio Klimovsky, filósofo de la ciencia).

 

 

28/06 – Introducción.

 

Video.

 

La ciencia como objeto de estudio. Meta-teórico.

Varias distinciones à Ciencias formales (matemática, lógica, no se estudia al mundo de manera directa) – fácticas (estudiar al mundo y se justifica). // Filosofías de la ciencia  en cuestiones particulares o generales.

 

Programa de radio – Ocupación de un filósofo de la ciencia.

 

Criterio de demarcación = criterio del porqué.

Método à Determina el tipo de conocimiento científico.

 

 

 

 

 

 

29/06 – Introducción Unidad 1.

 

Video.

 

Dos revoluciones:

 

Libro.

 

La idea de revolución es antigua y proviene de la astronomía: es la expresión empleada para un ciclo que concluye y vuelve a empezar. A partir de la modernidad à También aquello que da lugar a lo nuevo. La aparición de algo distinto.

 

 

01/07 – Apartados 1, 1.1, 1.2.

 

  1. Primera Parte – Revolución Copernicana.

    Sucedió entre los siglos XV y XVIII. Esta transformación le da lugar a la sociedad moderna; provee las bases simbólicas y materiales de la vida política y civil actuales (propiedad privada, derechos, libertad, democracia, etc.). Es un desarrollo crucial en la transformación que sufrió la concepción de la naturaleza y ciencia natural.

    Un punto importante de dicha revolución es la publicación del libro “Sobre Las Revoluciones” de Nicolás Copérnico, en el cual propone una nueva concepción del cosmos, a fin de ordenar y comprender las observaciones astronómicas. La idea principal era explicar los movimientos de las estrellas, el Sol, la Luna y los planetas, partiendo de la base de que la Tierra giraba alrededor del Sol; proveer una explicación astronómica precisa a partir de un cambio en la cosmología (concepción del universo). Copérnico fue el primero que desarrollo esta idea sistemáticamente, satisfaciendo las exigencias profesionales (hizo el trabajo de cálculos).

    • Astronomía, cosmología y física.

      Si bien muchas culturas (egipcios, chinos, etc.) estudiaron los movimientos y cambios del mundo que nos rodea, fueron los griegos quienes, a partir del siglo VI a.d.C., iniciaron la tradición científica occidental, en la que más adelante se basarían los filósofos y científicos modernos, defensores del copernicanismo. Lo que diferenció a los griegos de los demás fue el carácter “racional” de sus explicaciones de los fenómenos celestes y terrestres.

      *Una explicación es la respuesta a la pregunta por un porqué.*

      Los griegos tomaron dos decisiones fundamentales con respecto a las explicaciones:
      - Excluir aquellas que involucraban elementos sobrenaturales. Desarrollaron una cosmovisión en la cual las explicaciones de los fenómenos apelan a la naturaleza de las cosas, sin intervención divina. La evidencia que ofrece la experiencia.
      - Vincular las preguntas por el cambio, el movimiento y la naturaleza de las cosa en general (física), con aquellas acerca de los fenómenos que se observan en los cielos (día, noche, estaciones, calendario; astronomía, preguntas filosóficas acerca del universo, preguntas cosmológicas).
      De este modo se fue conformando una cosmovisión científica de la naturaleza que debía incluir una explicación coordinada con los fenómenos astronómicos celestes, los fenómenos físicos terrestres y una imagen acerca de la forma del universo.
    • Los fenómenos celestes.

      Los principales fenómenos cíclicos terrestres (día y noche, estaciones) están fuertemente relacionadas con los fenómenos cíclicos celestes (posiciones relativas, movimientos del Sol y las Estrellas).
      Fenómenos celestes que se repiten cíclicamente: día-noche; estrellas nocturnas: constelaciones, se mueven describiendo círculos a velocidad constante de este a oeste (estrellas fijas).

      Los movimientos del Sol.
      La consecuencia principal de la diferencia de tiempo entre el ciclo de las estrellas (día sidéreo) y el día solar es el cambio en la posición relativa del Sol con respecto a las estrellas fijas. Es necesario (e imposible), ver simultáneamente al Sol y a las estrellas fijas. Para lograr esto se emplea un método de observación indirecto. Este consiste en el registro de las posiciones de las estrellas fijas que aparecen inmediatamente después de la puesta del Sol.
      El Sol, a lo largo de un año, además de su movimiento este-oeste diario, parece tener un movimiento anual en el sentido contrario (oeste-este) con respecto a las estrellas fijas. Este recorrido anual describe un círculo que no coincidía en su eje con respecto al de las demás estrellas.
      Las estrellas fijas siempre se mantienen a la misma distancia de los polos.
      Hay cuatro puntos claves en el recorrido anual del Sol: los puntos extremos norte y sur, que definen los llamados solsticios (cuando el Sol se encuentra más cercano a uno de estos dos puntos), y los puntos medios, que definen los equinoccios (el Sol se encuentra equidistante de ambos polos).
      El último fenómeno por mencionar es llamado: precesión de los equinoccios.
      El Sol hace un recorrido en dirección horaria sobre estrellas fijas. Al año, es el tiempo requerido de este en volver a pasar sobre una determinada constelación. Esto es un año sidéreo.
      El tiempo que tarda el Sol en volver a situarse en el extremo norte o sur de su recorrido es denominado año trópico.
      El año sidéreo y el año trópico no coinciden.

      Los movimientos lunares.
      Los movimientos de la Luna son análogos a los del Sol. Es un movimiento diario en sentido anti horario (estrellas fijas), y un movimiento mensual en la dirección contraria (anual del Sol). La Luna manifiesta fases que suceden cíclica y mensualmente (Luna llena a nueva). Estas fases dependen de las posiciones relativas del Sol, la Tierra y la Luna. Los eclipses solares y lunares también son consecuencias de las posiciones relativas de los tres astros.

      Los movimientos planetarios.
      Los planetas también son conocidos como astros errantes, sus movimientos son más complejos, difíciles de describir y de prever. Sin instrumentos pueden observarse cinco planetas desde la Tierra: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. Todos ellos comparten el movimiento diurno de las estrellas en dirección anti horaria. Cada planeta tiene su periodo característico. Manifiestan el fenómeno de las “retrogradaciones”, esto quiere decir que su recorrido cíclico en dirección este no se da a velocidad constante, sino que, pueden detenerse, avanzar y volver a retroceder.

      Los fenómenos presentados hasta aquí constituyen el núcleo central de los enigmas que la astronomía antigua y moderna intentaron resolver.
    • Dos máximos modelos del mundo.

      Históricamente, desde el punto de vista astronómico ha habido dos propuestas de explicación o modelos: el modelo geocéntrico y el heliocéntrico. En el primer modelo, la Tierra se encuentra quieta en el centro de nuestro sistema planetario, siendo el punto de referencia fijo de los movimientos de los demás cuerpos. En el segundo, es el Sol el que cumple esa función. Ambas posiciones tienen implicancias físicas y cosmológicas distintas. El objetivo principal es lograr comprender la labor de la elaboración de modelos de los astrónomos.

      Ambos modelos coinciden en modelar las estrellas fijas como si estuviesen situadas en la superficie de una enorme esfera dentro de la cual se encuentran el Sol, la Tierra y los planetas. También acuerdan en que las luces que brillan en el cielo son cuerpos materiales y de forma esférica.
      En cuanto a las diferencias, podemos hablar de los movimientos diarios. Según el modelo geocentrista y geostático, el movimiento diario de las estrellas en dirección anti horaria se explica por el giro de la esfera de las estrellas fijas; El Sol también da una vuelta en sentido anti horario alrededor de la Tierra.
      Según el modelo heliocentrista y heliostático, el movimiento diario de las estrellas en dirección anti horaria se explica por el giro de la Tierra sobre su propio eje en dirección horaria. Así el movimiento de las estrellas sería solo aparente. Del mismo modo, sería aparente el movimiento diario del Sol.

      *El eje de rotación terrestre se encuentra inclinado 23, 5° con respecto a la órbita terrestre. Se explica así el movimiento aparente en dirección norte-sur del Sol con respecto al fondo de estrellas fijas.*

      La explicación de las estaciones del año por parte del modelo geocéntrico: el movimiento anual del Sol alrededor de la Tierra describiría a un espiral descendente. De este movimiento en espiral, pueden abstraerse dos movimientos, el movimiento circular diario y el movimiento anual y de regreso en sentido horario a través del fondo de estrellas fijas.

      Ambos modelos permiten explicar los mismos fenómenos. Cada uno de ellos deja abiertos ciertos interrogantes. Los enigmas del modelo heliocéntrico son esencialmente dos: el problema de la paralaje (¿Por qué a pesar de la trasladación de la Tierra, el eje sigue apuntando a la estrella polar?) y el de la Tierra móvil. Los enigmas que presenta el modelo geocéntrico se manifiestan al considerar el movimiento de los planetas.
    • La ciencia aristotélica, cosmología y física.

      En la física de Aristóteles, como en la de Newton, ninguna comprensión cosmológica es posible sin considerar por partes iguales a la teoría de los cielos o astronomía y a los principios de la física terrestre.

      El universo aristotélico consistía en una esfera cuyos límites exteriores coincidían con los del espacio. Tanto las estrellas como el Sol, la Luna y los planetas estaban fijos, unidos, en esferas transparentes y superpuestas unas sobre otras. Fuera de la esfera más exterior no había materia, nada, ni espacio vacío.
      El universo estaba dividido en dos: el mundo sublunar (todo aquello dentro de la esfera lunar, entre la Luna y el centro de la tierra), y el supralunar (la esfera lunar y todo lo exterior a ella). En el centro de este universo estaba la Tierra.

      El éter es un sólido cristalino que llenaba el espacio comprendido entre la esfera de las estrellas fijas y la de la Luna. De éter estaban constituidos los planetas (en este contexto la Tierra no es considerada un planeta), las estrellas fijas y las distintas esferas. El movimiento de la esfera de las estrellas fijas arrastraba a la esfera inmediatamente inferior, y así hasta la esfera más pequeña e interna, la cual producía el movimiento lunar.

      La materia del mundo sublunar está compuesta por cuatro elementos: Tierra, Agua, Aire y Fuego. Si estos materiales no fueran “interrumpidos” por los astros, desorden e individuos, se encontrarían en un estado de equilibrio ideal de cuatro esferas (tierra, cubierta por agua, luego aire y por último fuego).

      Las leyes que rigen los movimientos de los objetos del mundo sublunar parten de la tendencia al equilibrio de los cuatro cuerpos simples. La tierra y el agua tienden hacia su “lugar natural” en el centro del universo. El aire y el fuego buscan el suyo al alejarse del centro del universo. Una consecuencia de estas tendencias naturales es la coincidencia del centro de la Tierra con la del centro del universo. Los movimientos naturales en el mundo sublunar, en consecuencia, son rectilíneos (ya sean alejándose o acercándose). En el mundo supralunar son circulares a velocidad uniforme.
      Además de los movimientos naturales, existen los movimientos violentos o forzados. Estos son producto de la intervención de una fuerza exterior sobre algún cuerpo físico alejándolo de su lugar natural. Una vez concluida la intervención de dicha fuerza, el cuerpo vuelve o tiende a volver a su lugar natural.

      Las leyes físicas y tendencias mediante las cuales se explican la caída, flotación o ascenso de cuerpos simples parecen expresar regularidades que se cumplen siempre.

      La esfera de la Luna divide al universo en dos regiones totalmente distintas: la terrestre (generación y corrupción) y la celeste (eterna e inmutable).
      El éter no sufre crecimiento ni disminución, es atemporal, inalterable. Lo mismo ocurre con los cuerpos que conforma: Sol, Luna, planetas, estrellas y esferas.

      El movimiento natural de los objetos del ámbito supralunar es circular, alrededor del centro del universo. Este movimiento es eterno, recurrente, previsible.

      Los movimientos y cambios de la región sublunar son producidos por los movimientos en el ámbito celeste. La relación entre ambos mundos puede ser problemática. Estas ideas daban un marco cosmológico y físico a la astronomía ptolemaica.
      Los objetos de estudio del universo sublunar y supralunar eran distintos, y por eso correspondía que se los estudiara por separado. Este marco es el que comenzaría a destruirse por el trabajo de Copérnico.
    • La astronomía antigua.

      *Que la Tierra era esférica jamás estuvo en disputa dentro del ámbito científico.*

      Los principios fundamentales de la astronomía antigua eran dos: la circularidad de los movimientos (que las trayectorias de los cuerpos debían tener forma circular o conformarse a partir de la combinación de círculos) y la constancia de su velocidad.
      Estos principios ofrecían la explicación más sencilla para el movimiento diario de las estrellas fijas. La explicación de los movimientos de los planetas se comprendería mediante la combinación de movimientos circulares.

      La explicación de las retrogradaciones (el avance, detención o retroceso de los planetas) suponía un grave problema.
      En el siglo II antes de nuestra era, los astrónomos Apolonio e Hiparco elaboraron el modelo de epiciclos y deferentes. Este modelo era una variación de la explicación dada al movimiento del Sol. Ambos suponían la explicación de un movimiento irregular en uno normalmente regular a partir de la combinación de movimientos circulares. Los planetas se hallaban montados en un círculo cuyo eje estaba fijado a la esfera que describía su órbita original. El movimiento de los planetas, así, era un movimiento compuesto: el planeta se movía en un círculo superficial llamado epiciclo. Este se desplazaba a lo largo de la circunferencia llamada deferente. El centro del epiciclo estaba siempre sobre el deferente y este tenía su centro en el de la Tierra. Al variar los tamaños de los epiciclos, se podían reproducir retrogradaciones.
      A partir de esta teorización se pudo aumentar la exactitud de las observaciones, comparando los datos reales con las predicciones ofrecidas por el sistema teórico. El modelo explicativo establecía predicciones de observaciones nuevas.

      El progreso trajo consigo nuevos desafíos: para dar cuenta de los datos obtenidos a partir de observaciones, fueron necesarios nuevos epiciclos. Se incorporaron entonces los “epiciclos menores”, que servían para eliminar pequeños desacuerdos entre teoría y observación. Solo cumplían un rol de ajuste y corrección. Con este mismo fin se emplearon las “excéntricas”, círculos que su centro no coincidían con el de la Tierra, y los “ecuantes”. Lo esencial es distinguir los epiciclos mayores de los menores y otros recursos. Los primeros cumplían una función cualitativa (el porqué de las retrogradaciones); los últimos una función de ajuste y precisión cuantitativa (respondiendo el cómo). La propuesta de Copérnico permitió eliminar los epiciclos mayores, pero necesitó de una serie de recursos adicionales.
    • El pensamiento de Copérnico.

      La astronomía se había constituido como una disciplina autónoma con respecto a la física y a la cosmología, igualmente, eran conceptualmente dependientes: los movimientos de los astros debían ser física y cosmológicamente posibles.

      Copérnico aceptaba que el universo era esférico, al igual que la Tierra y demás astros; que los movimientos de los cuerpos eran circulares, y su velocidad uniforme. Sin embargo, el argumenta a favor del movimiento de la Tierra. Sus argumentos manifiestan dos características fundamentales. En primer lugar, para justificar el movimiento, establece una semejanza entre la Tierra y los demás cuerpos celestes (misma forma, mismos movimientos). En segundo lugar, se adhiere a la idea aristotélica de los lugares naturales y procura conservar el marco físico aristotélico con una diferencia: cambiar el centro del universo por el centro de cada planeta como lugar al que tienden los graves (los cuerpos que caen).

      La explicación de los movimientos celestes ofrecida por Copérnico con respecto a las estrellas fijas y al Sol, consiste en asignar a la Tierra los movimientos que la astronomía antigua le había atribuido hasta ese entonces al resto del universo. Así, las rotaciones diarias de la esfera de las estrellas fijas y el Sol, se deben a una rotación de la Tierra sobre su propio eje en dirección contraria.
      El aparente retraso diario del Sol se debería a la traslación terrestre.
      La cuestión de las estaciones del año, equinoccios y solsticios, ahora son explicados como consecuencia de una inclinación en el ecuador terrestre.

      La principal virtud del sistema copernicano consiste en la explicación cualitativa de las retrogradaciones de los planetas (que la Tierra es el tercer planeta desde el Sol; cada planeta tiene su órbita/recorrido; Luna circulo aparte, mismo centro que la Tierra). Las retrogradaciones son las apariencias generadas por el movimiento relativo de los distintos planetas alrededor del Sol.

      Estas ideas permitían calcular los tamaños de las orbitas planetarias, a partir del tiempo que demoraban los planetas en dar una vuelta.

      El sistema de Copérnico no era perfecto, especialmente a la hora de dar una explicación matemática precisa de los movimientos celestes, precisión que requerían los astrónomos. Copérnico logró eliminar los epiciclos mayores, pero necesitaba usar epiciclos menores y excéntricas.
      Otro problema existente fue el del paralaje, para resolverlo Copérnico introdujo una propuesta audaz para su tiempo, que la esfera de las estrellas fijas estaba extremadamente lejos, tanto, que la variación de la posición de la Tierra con respecto a la estrellas fijas existía pero no era observable.


      La polémica planetaria.
      Según Copérnico, ahora la Tierra era un planeta más. Las futuras observaciones de Galileo dan un fuerte apoyo a esta hipótesis. Esto supuso un cambio en la noción de “planeta”, un cambio conceptual.
      Antiguamente, el universo se dividía en dos ámbitos, el de los fenómenos terrestres y el de los Pero dentro del ámbito de los cielos, habían otros dos grandes conjuntos, las estrellas fijas (cuerpos que no cambian sus posiciones) y los “astros errantes” o “planetas” (todos los demás cuerpos que varían sus posiciones noche a noche).
      El concepto de planeta sufre un cambio radical. El Sol pasa a ocupar el lugar de cuerpo privilegiado. La Tierra pasa a ser un planeta más. La Luna cambia su título, pasa de planeta a ser un satélite.
    • La astronomía de Brahe y Kepler.

      El sistema copernicano permitía simplificar conceptualmente la explicación de las retrogradaciones de los planetas, los epiciclos mayores ya no eran necesarios (porque los movimientos anómalos de los planetas eran causados porque el observador también estaba en movimiento). Sin embargo, desde el punto de vista astronómico, el sistema copernicano resultaba inadecuado e impreciso, complicado.
      Los hermanos Brahe y Kepler (discípulo de Brahe) darían una explicación astronómica más sencilla y precisa.
      Para eso se cuestionaron las dos ideas fundamentales de la astronomía antigua: los recorridos circulares y las velocidades constantes.
      El aporte crucial de Brahe a la revolución copernicana fue la incorporación de un conjunto enorme de nueva evidencia, observaciones precisas de los fenómenos celestes y de los movimientos de los planetas.
      El conflicto entre copernicanos y ptolemaicos se encontraba en un “empate técnico” (los copernicanos decían que no habían epiciclos mayores, pero comprometían la justificación de los movimientos de la Tierra; los ptolemaicos tenían tradición de su lado y una cosmología sólida, pero carecían de una representación de los movimientos sencilla). Las observaciones de Brahe mostraron definitivamente que ambas concepciones no se adecuaban a la evidencia.

      Kepler dio un nuevo giro a la astronomía. El resolvería el llamado problema de los planetas y lo definiría a favor de la posición copernicana. Las fuentes de sus pensamientos fueron: una creencia mística y fanática por la armonía matemática y las proporciones; y un compromiso profundo con la evidencia disponible. Combinando ambas fuentes, buscó una explicación matemáticamente más sencilla. Estos compromisos lo llevarían a romper con las dos ideas de la astronomía antigua: movimientos circulares y velocidad uniforme.

      Kepler observó los epiciclos menores utilizados para explicar la aparente diferencia de velocidad del movimiento se podían evitar, abandonando la idea de que los planetas recorren orbitas circulares. La “Primera Ley de Kepler” dice que los planetas se mueven en órbitas de forma elíptica, estando el Sol en uno de sus focos.
      La “Segunda Ley de Kepler” pone en cuestión la velocidad constante de los planetas. Propone una regularidad distinta: los planetas no van a velocidad constante sino que barren áreas iguales de la elipse en tiempos iguales.
      Estas dos leyes fueron las principales innovaciones respecto de la astronomía antigua. Son consideradas leyes universales.
      Kepler pudo predecir y sintetizar los movimientos celestes, planetarios, estelares y solares, prescindiendo de los epiciclos mayores y menores, dándole al copernicanismo el triunfo.

      Kepler formulo une tercera ley, que vinculaba los periodos de los planetas (cuanto tardan en dar una vuelta alrededor del Sol) con sus distancias al Sol. Había una razón constante entre esos períodos y sus distancias al Sol. Los planetas más lejanos se mueven más lento, y los cercanos más velozmente. El significado de esta ley es la armonía profunda del sistema solar como un todo.
    • El aporte galileano.

      Galileo Galilei fue un gran copernicano. Su obra otorgó evidencia física y cosmológica a las ideas de una tierra móvil. Desde el punto de vista cosmológico, sus principales aportes provinieron de las observaciones realizadas con el telescopio.

      • Galileo y el telescopio.

        Sus principales tres descubrimientos fueron: Descubrir que Júpiter tiene lunas (e incluso más, y demostraba que habían movimientos cíclicos cuyo centro no era la Tierra); fases como las lunares en Venus, y que este también reflejaba la luz del Sol en forma variable según su posición; los anillos de Saturno (descartaba la idea de que todos los astros son esferas perfectas de éter).
      • Galileo y la relatividad del movimiento.

        *(Ejemplo de la flecha sobre el tren en movimiento).*
        Los físicos que se oponían al movimiento de la Tierra descartaban las ideas copernicanas con argumentos basados en la física. Galileo formuló una nueva explicación física para la caída de los cuerpos, el modo en que creó esta idea fue el principio de la relatividad del movimiento, que sería una de las bases de la “Ley de inercia” (Isaac Newton).
        *(Ejemplo de la vida cotidiana en el barco).*
        Galileo argumentó con el ejemplo del barco, decía que lo mismo ocurre con la Tierra. Como estamos sobre ella compartimos su movimiento, movimiento inercial. Nuestro viaje en la Tierra es como cualquier otro viaje.
    • Epílogo: Newton.

      La idea galileana de la relatividad del movimiento y la inercia son enunciadas como uno de los principios básicos de los cuerpos físicos: todo cuerpo conserva su estado de movimiento a menos que sea sometido a fuerzas externas.

      Newton, además de la “Ley de inercia”, propuso otras dos: la “Ley de acción y reacción” y la “Ley de la fuerza”. La primera sostiene que siempre que un cuerpo A ejerce una fuerza sobre otro, B, una fuerza igual de magnitud y sentido opuesto es ejercida por el B sobre el A. (Ejemplo del disparo de un fusil, la “patada”). La segunda establece que las fuerzas ejercen un cambio en la velocidad de los cuerpos, una aceleración que depende en parte de la masa del cuerpo. Al combinar la ley de acción y reacción con la de la fuerza, podemos determinar cómo dos cuerpos de masas muy diferentes interactúan (intercambian fuerzas). Las aceleraciones en uno y en otro serán iguales solo si sus masas lo son. (Ejemplo del tren y el pájaro).

      Las leyes de Newton tienen un carácter muy general (no dicen tipo de fuerza, ni movimiento inercial de algún cuerpo, ni fuerza ejercida unos sobre otros). Pero si agregamos estos datos, nos permiten calcular adecuadamente algunas cosas. Newton complementa sus leyes considerando algunas fuerzas y modelos particulares. Afirma que existe una fuerza que actúa a distancia que depende de las masas de los cuerpos y de sus distancias, llamada “fuerza de gravedad”, es proporcional a la masa de los cuerpos, y disminuye en su intensidad como el cuadrado de sus distancias.

      Newton pudo explicar la caída de los cuerpos y la aceleración que experimentan al caer.
      Lo importante, lo fundamental, es que con las tres leyes de Newton, la física poseía un marco general desde el cual tratar el problema del movimiento, tanto de cuerpos sobre la tierra como astros. Ofrece una nueva teoría general del movimiento.

      Newton tuvo la habilidad de analizar el fenómeno de las mareas considerando la relación entre la Tierra, el Sol y la Luna. Las posiciones relativas de ambos astros son los responsables de las mareas, observándose un máximo cuando ambos están alineados y un mínimo cuando se hallan en oposición.

      El mundo newtoniano era completamente distinto a aquel planteado por Aristóteles (según este, el mundo estaba formado por sustancias con fines y metas).
      El mundo de Newton estaba formado por átomos. Estos no tienen ningún tipo de fin, todo lo que ocurre con ellos se explica a partir de la forma en que son afectados por las diferentes fuerzas.
      Por otra parte, plantea que el universo no es pequeño y no ocupamos un lugar central en él.


06/07 – Segunda Parte.

  1. La Revolución Darwiniana.

    • El creacionismo: supuestos filosóficos subyacentes.

      Antes que Darwin publicara “El Origen De Las Especias”, los naturalistas tenían una gran cantidad de información acerca de los seres vivos. En especial dos hechos: las adaptaciones de los organismos y la gran diversidad de seres vivos.
      Aún más llamativos eran los patrones que podían identificarse dentro de esa diversidad. Los diferentes rasgos de los organismos no se encontraban repartidos de manera aleatoria, sino que se podía encontrar un sistema, clasificaciones.

      Carlos Linneo, naturalista anterior a Darwin, logró sistematizar una gran cantidad de información.
      *(“Taxonomías: clasificaciones científicas de los seres vivos.”).*
      Linneo realizó importantes modificaciones a la taxonomía de Aristóteles, su manera de clasificar a los seres vivos, igual mantuvo muchos de los fundamentos de la filosofía de Aristóteles. Para este, todas las cosas tenían dos tipos de propiedades: esenciales y accidentales (si una propiedad esencial de un objeto cambia, este cambiaba su naturaleza; las accidentales pueden variar de un individuo a otro sin cambiar su naturaleza, ejemplo de los perros y sus razas).

      Aristóteles desarrolló su teoría de las esencias como un intento de mejorar la teoría platónica de las ideas.
      Las concepciones de Platón y Aristóteles no solo influyeron en naturalistas previos a Darwin y clasificaron la información de los seres vivos, sino que también dejaron su huella en el tipo de preguntas y respuestas a la hora de investigar a los fenómenos naturales. Aristóteles distinguía cuatro preguntas básicas.
      à ¿De qué está hecho?
      à ¿Con que forma o estructura se presenta?
      à ¿Cuál es su origen, como comenzó a existir?
      à ¿Cuál es su causa final?

      *(Una explicación teleológica es aquella que da cuenta de la existencia u ocurrencia de algo apelando a algún propósito u objetivo que la entidad cumple).*

      Aristóteles ofreció una solución al problema de las explicaciones teleológicas: la repetición de “por qué” terminaba en el primer motor inmóvil (la causa final y eficiente de los movimientos naturales).
      *(El primer motor inmóvil fue el dios de los cristianos à creacionismo).*
    • El debate entre evolucionistas y creacionistas antes de Darwin.

      Las posiciones que se propusieron para enfrentar al creacionismo, antes del enfoque darwiniano, se denominan evolucionistas. No todas ellas ofrecían una descripción detallada de este proceso clave, y las que lo hacían eran diferentes al trabajo de Darwin.

      Ni Buffon ni Dideror se encargaron de elaborar una teoría de como ciertas especies se transformaban, porque ambos pensaban que la materia orgánica podía producir seres vivos complejos mediante la generación espontánea.

      Lamarck explicaba las adaptaciones a través de dos leyes: ley del uso y desuso de órganos; ley de la herencia de los caracteres adquiridos.

      Owen sostenía que existían dos fuerzas contrapuestas en la formación de los cuerpos vertebrados. Por un lado, una fuerza que generaba la similitud existente entra las diferentes especies. Por otro lado, un “principio organizador especifico” al que también llamo fuerza de “adaptación”, que da lugar a las adaptaciones específicas que hacen que un organismo sea miembro de una especie y no de otra.
      Este punto de vista le permitió a Owen definir el concepto de homología: órganos o estructuras que muestran un parecido estructural.
      Hay dos tipos de similitudes entre organismos de diferentes especies: rasgos adaptados a cumplir la misma función (alas mariposa, pájaro) y los parecidos estructurales (aleta de la ballena, ala de un murciélago, manos de un humano). Owen rechazaba el evolucionismo lamarckiano.

      Muchos naturalistas presentaron una fuerte resistencia a abandonar las principales tesis creacionistas, gradualmente comenzaron a admitir que las especies actuales constituyen la última fase de un proceso histórico.
    • La Revolución Darwiniana.

      Cuatro fuentes de información clave influyeron en el pensamiento de Darwin: la propuesta geológica de Charles Lyell (el actualismo: los fenómenos geológicos del pasado debían ser explicados con el mismo tipo de causas que en la actualidad; uniformismo: los fenómenos geológicos del pasado no serían solamente del mismo tipo que los actuales), sus propias investigaciones en las islas Galápagos, la cría de animales y el aporte de Thomas Malthus a la economía política.

      Los viajes a Galápagos y a la Patagonia de Darwin fueron decisivos para sus observaciones. Ya que ahí encontró evidencia, fósiles, de roedores enormes relacionados con los actuales y diferentes tipos de pico del mismo pájaro, adaptados a su entorno.

      Darwin aceptaba las primeras dos leyes lamarckianas (uso y desuso; herencia de caracteres), aunque su capacidad explicativa de estas resultaban limitadas. Solo eran aplicables cuando la modificación del organismo dependía del hábito que servía de insumo para el uso y desuso (ejemplo jirafas).
      Para ampliar la explicación, Darwin se influenció por dos fuentes: cría de animales y la teoría de las poblaciones de Malthus. La primera le permitió observa el fenómeno de la variabilidad y la selección artificial. La segunda le permitió atender a la disparidad existente entre la cantidad de individuos y la cantidad de recursos disponibles para la supervivencia.

      De la cría de animales, pudo constatar que en todas las poblaciones es posible hallar diferencias individuales, ningún organismo es idéntico a otro.
      La tesis de Malthus según la cual la capacidad que tiene la población para reproducirse siempre es superior a las provisiones de alimentos disponibles, le permitió atender a la lucha por la existencia de tales recursos limitados.

      Darwin propuso que la variabilidad podría ofrecer a algunos individuos una ventaja en la lucha por los recursos necesarios, de manera tal que solo sobrevivirían aquellos individuos cuyos rasgos les permitían acaparar esos recursos. Estos individuos se reproducían entre ellos, y transmitirían sus rasgos ventajosos a su descendencia. Darwin llamo a este proceso “selección natural”, analogía con “selección artificial” de parejas reproductoras elegidas por los criadores.
      Se la puede entender a la selección natural como un poderoso mecanismo capaz de perfeccionar las estructuras biológicas adaptándolas al entorno, a lo largo de extensos periodos de tiempo.

      La selección natural de Darwin puede explicar los dos fenómenos indagados por la teología natural: las adaptaciones y la diversidad.

      La selección natural es un proceso carente de propósito, sin un fin. Además, la selección conduce la evolución depende de contingencias del medio ambiente. Esto separa a Darwin de Lamarck, para quien la evolución consistía en una secuencia de pasos predestinada desde lo más simple a lo más complejo.

      Otra característica de la evolución darwiniana: la teoría del ancestro común. Según esta, toda la vida que existe en la actualidad, así como todos los fósiles, tienen su origen en uno o unos pocos progenitores originarios. Esta hipótesis es capaz de explicar por qué los seres vivos pueden ser agrupados en términos de géneros y especies.
    • Las consecuencias filosóficas de la teoría de Darwin.

      Darwin evito hablar de los humanos en “El Origen De Las Especies", pero no en su obra posterior “El Origen Del Hombre” (fuertes argumentos à humanos/simios; diferencias razas humanas superficiales).
      Ofrece una explicación estrictamente naturalista, descarta todo tipo de causas sobrenaturales.

      Las influencias de la Revolución Darwiniana causaron cambios profundos en la forma en que nos concebimos y de nuestro lugar en el mundo (religiosos o no). No somos más que animales.
      También conllevo cambios en relación con el modo de hacer ciencia (la Revolución Copernicana había eliminado de la física las explicaciones finalistas).
      Puede considerarse a la Revolución Darwiniana como continuadora y conclusiva de la Revolución Copernicana.

 

07/07 – El Origen De Las Especies – Charles Darwin.

 

Prólogo.

 

Las especies no son inmutables y las que pertenecen al mismo género son descendientes directos del alguna otra especie, generalmente extinguida, de la misma manera que las variedades reconocidas de una especie son los descendientes de ésta. La selección natural ha sido el medio más importante, si bien no el único, de modificación.

Capítulo III – La lucha por la existencia – Su relación con la selección natural.

 

 

Capítulo IV – Selección natural o la supervivencia de los más adecuados.

 

Selección Sexual.

 


 

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