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ROMERO. CAP I. 1916
En 1916 H. Yrigoyen asumió la presidencia. Por primera ver había sido elegido por voto universal, secreto y obligatorio, según la nueva ley electoral, sancionada en 1912 por iniciativa del presidente Saenz Peña. El nuevo gobierno (UCR) se asoció con Gran Bretaña, creciendo de modo espectacular y multiplicando si riqueza. Los inmigrantes, atraídos para esta transformación, fueron integrados con éxito en una sociedad abierta, que ofreció abundantes oportunidades para todos. HY utilizó su poder para mediar y modificar la tradicional actitud represora del Estado. La transición política hacia la democracia no era bien vista. La Primera Guerra Mundial estallada en 1914 vislumbraba el fin del progreso fácil. La relación con GB no alcanzaba y las tensiones sociales y políticas q recorrían el mundo en la última fase de la Guerra, alimentaron una visión dominada por el conflicto. Para la sociedad, los responsables eran los cuerpos extraños, y en segundo término la inmigración.
En las décadas previas a 1916, Argentina se embarcó en lo que se llamó “progreso”: integración plena del mercado y la gran expansión del capitalismo. Sus efectos se vieron limitados por diversas razones: deficiente organización institucional. Lo primero fue asegurar el orden y la paz y el efectivo control sobre el territorio. Desde 1810 las guerras civiles habían sido constantes. Las provincias contra Bs As. Desde 1880 se configuró un nuevo escenario institucional que perduró. Apoyado en triunfos militares, un centro de poder fuerte, basado en la Constitución de 1853.
Los controles del Congreso, aseguraban que el poder no se convertiría en tiranía. El Ejecutivo tenía facultades para disciplinar a los grupos provinciales, pero a su vez reconoció a éstos un amplio margen de decisión en los asuntos locales.
Para 1880 las instituciones del Estado (sistema fiscal, judicial y administrativo) estaban escasas de instrumentos y medios para las tareas mas urgentes como la educación y fomentar la inmigración. A medida que los recursos fueron aumentando, las instituciones consiguieron consistencia y solidez, mucho antes que la sociedad.
Argentina se asoció sistemáticamente en la economía mundial con Gran Bretaña (el taller del mundo), luego de 1850 por la expansión de la producción lanar. Entre 1880 y 1913 el capital británico en Argentina creció casi veinte veces: comercio, bancos, préstamos al Estado, prestamos hipotecarios sobre las tierras, inversiones en empresas públicas de servicios, como tranvías y aguas corrientes, y sobre todo los ferrocarriles. Extraordinariamente rendidores. Expansión de la agricultura y la ganadería, presencia del Estado en sus confines. Aumento de la mano de obra, aumento de la inmigración (mas a partir de 1880). Se modifica la política inmigratoria tradicional, cauta y selectiva y se fomenta la inmigración con propaganda y pasajes subsidiados. Se concentraban en las grandes ciudades, en la construcción de obras públicas y luego se abren las posibilidades en la agricultura y comenzaron a ir hacia el campo.
Entre 1880 y 1890, la promoción de la inmigración fue intensa y definida, ya que ayudó al crecimiento económico, solucionando problemas y creando las condiciones para el desenvolvimiento de los empresarios privados. En materia monetaria se aceptó y estimuló la depreciación, en beneficio de los exportadores, y hasta 1890 a través de los bancos estatales, se manejó el crédito con gran liberalidad. Luego de la “conquista del Desierto” las tierras obtenidas fueron transferidas a particulares poderosos, que ya eran propietarios, lo que derivó en la consolidación de la clase terrateniente. En la Pcia. de Bs AS perduró la gran propiedad indivisa y la explotación del lanar, hasta que la instalación de los frigoríficos hizo rentable la explotación del vacuno refinado con las razas inglesas y destinado a la exportación.
Desde 1890 la expansión de la agricultura fue continua y el campo se llenó de chacareros y jornaleros. Entre 1892 y 1913 se quintuplicó la producción de trigo. A partir de 1900, la carne comenzó a ocupar una gran parte de las exportaciones, cuando se envió congelada y enlatada a GB. Argentina era uno de los principales exportadores mundiales de cereales y carne. El sector industrial alcanzó una dimensión significativa y ocupó a mucha gente.
La inmigración masiva y el progreso económico remodelaron profundamente la sociedad argentina, y podría decirse que la hicieron de nuevo. 1,8 millones de habitantes en 1869 y 7,8 en 1914. Entre los inmigrantes había jornaleros sin calificación a la busca cada dia de su conchabo, artesanos calificados, vendedores ambulantes, sirvientes y obreros de las primeras fábricas. En cambio muchas de sus experiencias eran similares, vivían hacinados en los conventillos del centro de la ciudad, próximos al puerto donde muchos trabajaban, o del barrio de La Boca. Padecían difíciles condiciones cotidianas: la mala vivienda, el costo del alquiler, los problemas sanitarios, la inestabilidad en los empleos y los bajos salarios, las epidemias y la mortalidad infantil.
Se fue constituyendo una sociedad nueva, que permaneció por bastante tiempo en formación, abierta y flexible, con oportunidades para todos.
El argentino se diferenciaba del inmigrante. Se creía mas. Se notaban y hacían notar las diferencias en lugares públicos como la Ópera, Palermo, calle Florida o el Jockey Club, fundado por Pellegrini y Cané para constituir una aristocracia vasta y abierta “que comprenda a todos los hombres cultos y honorables”. Estos mismos hombres, se reservaron el manejo de la alta política, que fue una actividad de “notables” provenientes de familias tradicionales, decentes y educados, aunque no necesariamente ricos. El sistema institucional era perfectamente republicano (aunque diseñado para mediatizar las decisiones mas importantes y alejarlas algo de la “voluntad popular”), pero las prácticas electorales de la época, desalentaban a quienes quisieran participar de esa competencia. La selección del personal del sistema político pasaba por los acuerdos entre el presidente, los gobernadores y otros notables de prestigio reconocido. En niveles mas bajos se daba entre caudillos, que eran capaces de volcar padrones. El sistema descansaba sobre una escasa voluntad general de participación en las elecciones.
Quizá la característica mas notable y perdurable de ese régimen haya sido la falta de competencia entre partidos políticos alternativos y su estructuración en torno de un partido único, cuyo jefe era federación de gobernadores, cabezas de “situaciones” provinciales, y el presidente usaba sus atribuciones institucionales para disciplinarlos.
A partir de 1890 el régimen comienza a mostrar debilidades. El panorama era: una masa de inmigrantes, desarraigados, poco solidarios y solo interesados en lucrar y volver a sus tierras. Todo esto despertaba indignación de quienes, como Sarmiento, habían visto otrora en la inmigración el gran instrumento del progreso. A esto se le sumó La Iglesia, las asociaciones de las colectividades extranjeras y grupos políticos contestatarios como los anarquistas. Frente a ellos, el Estado , todavía débil, presentó combate y triunfó. En forma progresiva fue controlando a la sociedad tanto para controlar su organización como para acelerar los cambios que aseguraran el progreso buscado.
Las leyes de registro civil y de matrimonio civil (nacimiento, casamiento y muertes), impusieron la presencia del Estado, ya que antes era la Iglesia que manejaba esto. Luego la Ley del servicio militar obligatorio para la mayoría de edad. Pero en la década de 1880 el gran instrumento fue la educación primaria, que según la ley 1420 de 1884, fue laica, gratuita y obligatoria. Con la alfabetización, el Estado se aseguraba la instrucción básica común para todos lo habitantes, y a la vez integración y nacionalización de los niños hijos de extranjeros, que si en sus hogares filiaban su pasado en alguna religión de Italia o España, aprendían en la escuela que éste se remontaba a Rivadavia o a Belgrano.
Aparecen la UCR y los socialistas en escena. El régimen, desafiado por las manifestaciones, comenzaron a acusar a minorías extrañas, desconocer, reprimir, etc. El pasaje de Pellegrini al bando que se inclinaba por la reforma, fue decisivo. En 1910 gana elección Roque Sáenz Peña. La propuesta de sufragio secreto, obligatorio y con representación de mayorías y minorías, se aprobó en 1912. Hipólito Yrigoyen se convirtió en un líder de dimensión nacional. Ganan los radicales de forma ajustada sobre los conservadores, inaugurando una etapa institucional y social sustancialmente novedosa.
HOLA HECTOR Y EMILCE: SIN LUGAR A DUDAS, LAS INSTITUCIONES INFORMALES SON AQUELLAS QUE NO ESTÁN ESCRITAS, PERO OPERAN Y EXISTEN EN UNA SOCIEDAD. TOMEMOS POR CASO EL CLIENTELISTMO, COMO BIEN MENCIONÓ HECTOR; TANTO EL CLIENTELISMO COMO ASÍ TAMBIEN EL FRAUDE ERA UNA PRACTICA CORRIENTE, Y NO LEGISLADA. EN CAMBIO, LAS INSTITUCIONES FORMALES, ESTAN ESCRITAS, Y SON CARACTERISTICAS EN UN ESTADO MODERNO, FIJANDO LOS LINEAMIENTOS DE LO QUE ESTÁ PERMITIDO LEGALMENTE. SALUDOS, LAURA
UNIDAD II. LOS GOBIERNOS RADICALES 1916-1930
HY fue presidente entre 1916 y 1922, año en el que lo sucedió Marcelo T. de Alvear. En 1928 fue reelegido HY para ser depuesto por un alzamiento militar en 1930. Pasaron 59 años para que un presidente electo transmitiera el mando a su sucesor. O sea que esos 12 en que las instituciones democráticas comenzaron a funcionar regularmente, resultaron a la larga un período excepcional. Para algunos HY era quien venía a develar el ignominioso régimen y a iniciar la regeneración. Para otros era un caudillo ignorante y demagogo. Alvear en cambio fue identificado con los grandes presidentes del viejo régimen. Ambos debieron poner en pie las instituciones democráticas y las demandas de reforma de la sociedad. La Primera Guerra Mundial modificó la economía, la sociedad, la política y la cultura. Yrigoyen tomó la postura “neutralidad benévola”. Alemania atacó buques mercantes y se metió EEUU, que pretendió que lo sigan los países latinoamericanos. Las opiniones se dividieron: el ejército con Alemania, la Marina con GB. Los radicales estaban divididos. Leopoldo Melo o Alvear se manifestaron a favor de Inglaterra y Francia, mientras Yrigoyen seguía neutral. HY tuvo muchas actitudes de hostilidad hacia EEUU. Yrigoyen se unió a quienes encontraban esa identidad en la común raíz hispana, mientras que otros distinguieron el filibusterismo depredador de los yanquis del mas tolerable imperialismo, discreto y civilizador de los británicos. El sentimiento antiestadounidense se vinculó con las ideas socialistas.
La Primera Guerra Mundial, agravó los problemas sociales por las dificultades del comercio exterior y de la retracción de los capitales: en las ciudades se sintió la inflación, el retraso de los salarios y la fuerte desocupación. La Guerra también perjudicó las exportaciones de cereales como el maíz, y en las zonas rurales agravó la situación de los chacareros y jornaleros. En 1917 (Rev. Rusa) se inició un ciclo breve y violento de confrontación social que alcanzó su momento culminante en 1919 y se prolongó hasta 1922 o 1923. Todo el mundo occidental convulsiona: primero Rusia y luego los movimientos revolucionarios en Alemania, Italia y Hungría. La revolución mundial era inminente, sin embargo, la revolución se mezcló con la contrarrevolución y entre ambas hirieron de muerte a las democracias liberales. Distintos tipos de ideologías cuestionaron la crisis mundial, dando como resultado las dictaduras en España (1923 por Primo de Rivera) e Italia (1922 por Mussolini).
Las huelgas comenzaron a multiplicarse en 1917 y 1918 (huelga de los frigoríficos: represión, despidos y rompehuelgas). 1919 Huelga en establecimiento metalúrgico en Pompeya, incidentes violentos entre huelguistas y la policía, que reprimió. La ciudad era tierra de nadie, hasta que el Ejército reprimió. Se conoció como la “Semana Trágica”.
También los chacareros y jornaleros hicieron huelgas. El gobierno también reprimió. Entre 1919 y 1921 la Patagonia Rebelde. Fuertes movimientos huelguísticos, represión militar.
En 1919 se crea la Liga Patriótica: la Asociación del Trabajo, clubes de elite como el Jockey, los círculos militares y representantes de empresas extranjeras. Conservadores y radicales.
En 1922 asume Alvear, que tranquilizó a las clases propietarias. Las direcciones y orientaciones mas fuertes correspondían a la corriente de los “sindicalistas” y a los socialistas. El partido Socialista, fundado en 1896, estaba lejos de posturas de rupturas. En Europa, el socialismo era visto como la coronación y el perfeccionismo de la democracia liberal. Pacifistas, partidarios de la Tercera Internacional y de la Unión Soviética confluyeron en el Partido Comunista, que en los años 20 casi no tuvo peso pero si muchas simpatías de parte de los intelectuales. Otras tendencias progresistas, emparentadas con el leninismo, emergieron del antiimperialismo de esa época y en el pensamiento de la Reforma Universitaria.
La sociedad ya estaba fuertemente alfabetizada. La universidad constituyó un gran problema para esta sociedad y en 1918 estalló en Córdoba la Reforma Universitaria, que se expandió por toda Latinoamérica. Las universidades, cuyo propósito dominante se basaba en formar profesionales, eran por entonces socialmente elitistas y académicamente escolásticas. Muchos jóvenes estudiantes quisieron abrir sus puertas, participar en su dirección, remover viejas camarillas de profesores, instalar criterios de excelencia académica y de actualización científica, y vincular la universidad con los problemas de la sociedad. La agitación estudiantil fue muy intensa y coincidió con lo mas duro de la crisis social, entre 1918 y 1922. Los reformistas recibieron el apoyo de Yrigoyen, lograron en muchos casos que se incorporaran representantes estudiantiles al gobierno de las universidades, que se desplacen profesores tradicionales e introducir nuevos contenidos y prácticas. También elaboraron un programa de largo plazo, que desde entonces sirvió de bandera a la actividad política estudiantil, un espacio que a partir de ese momento sirvió de antesala para la política mayor. El reformismo universitario fue, mas que una teoría, un sentimiento, expresión de un movimiento de apertura social e intelectual que servía de aglutinante a las ideologías mas diversas, desde el marxismo hasta el idealismo, pero que se nutrió sobre todo del antiimperialismo latinoamericano, todavía difuso, y de la misma Revolución Rusa, con su apelación a las masas.
LA ECONOMIA EN UN MUNDO TRIANGULAR.
Con la Primera Guerra Mundial, terminó una etapa de la economía argentina: la del crecimiento relativamente fácil. Desde 1914 se pone mas complejo ya que el futuro era incierto. Se agudizó un viejo mal: la vulnerabilidad de la economía argentina, cuyos nervios motores eran las exportaciones, el ingreso de capitales, de mano de obra, y la expansión de la frontera agraria. Las exportaciones agrícolas sufrieron la falta de transportes. Hubo exceso de oferta en todo el mundo y existencia de excedentes agrícolas. Fue profunda la caída de exportaciones ganaderas. Los inversores de GB y los demás países de Europa no estaban en condiciones de alimentarlo. Su lugar lo ocuparon banqueros estadounidenses, como Morgan. Se vivió una fuerte crisis entre 1913 y 1917, para recuperarse entre este y 1921 gracias a que se regularizó el comercio de guerra. Sufrió entre 1921 y 1924 la posguerra y conoció la tranquilidad durante los “años dorados” hasta 1929. Estados Unidos ocupó en todo el mundo los espacios dejados libres por los países europeos. La expansión económica de EEUU en la década del 20 se manifestó por el fuerte impulso exportador de automóviles, camiones y neumáticos, maquinaria agrícola e industrial. General Motors, General Electric, Colgate realizaron inversiones significativas en el país. También avanzaron sobre las empresas de servicios públicos (electricidad y tranvías) como propietarias y como proveedores, en particular de los Ferrocarriles del Estado. A diferencia de las inversiones británicas, las yanquis no contribuían a generar exportaciones, y con ellas divisas. Esta nueva relación creó un fuerte desequilibrio en la balanza de pagos.
La vieja relación con GB se sostenía con lo mínimo: las compras británicas de cereales y carne, que pagaban con los beneficios obtenidos por la venta de material ferroviario, carbón, textiles, y con las ganancias que daban los ferrocarriles y otras empresas de servicios. GB no podía satisfacer las nuevas demandas del consumo y el capital británico era incapaz de promover las transformaciones que impulsaba el estadounidense. Argentina carecía de compradores alternativos para la carne.
Manejarse entre las dos potencias era un arte, para el cual HY pareció escaso y Alvear fue más imaginativo y sutil.
Gracias a las ventas de la carne enlatada, los años finales de la guerra fueron excelentes. Pero la situación cambió en 1920 cuando los gobiernos europeos cortaron sus compras y los precios y volúmenes se derrumbaron. La Sociedad Rural invitó a restringir la presencia estadounidense en la economía bajo la consigna “comprar a quien nos compra”, lo que implicaba defender las importaciones y las inversiones británicas.
El estado debía buscar otra forma de financiar sus gastos. Inspirándose en reformas similares emprendidas en Francia e Inglaterra, Yrigoyen propuso en 1918 un impuesto a los ingresos personales.
DIFICIL CONSTRUCCION DE LA DEMOCRACIA.
La reforma electoral de 1912 proponía ampliar la ciudadania, garantizar su expresión y asegurar el respeto de las minorías y el control de gestión. Los resultados no fueron automáticos. Con respecto a la participación electoral, los inmigrantes no se nacionalizaron, de modo que los varones adultos que no votaban eran tantos o mas de los que si. Esto se resolvió con el tiempo y con el fin de la inmigración. En 1912, por la novedad, 68% de votantes. Luego 50% y tocó fondo en 1924 con el 40%. Solo en 1928 (con la elección plebiscitada de HY) 80%, un valor que se mantiene desde entonces.
La ciudadanía se constituyó lentamente en sociedad. El gobierno buscaba seguidores con la carne barata, o carne “radical”, y también con el pan y los alquileres. Los socialistas, apuntaban a la educación, capacitación, entretenimiento y cultura. Pero en ambos casos contribuyeron a desarrollar capacidades políticas. El nuevo ciudadano: educado y consciente de sus derechos y obligaciones. La brecha entre la sociedad y el Estado, se fue cerrando.
Crecieron los partidos políticos. La UCR al frente creó una extensa red con comités y pudo funcionar aun lejos del poder. YH parecía mas grande que la UCR misma. La identificación con sus seguidores. Caudillo silencioso y recatado, se mostraba poco y no hablaba en público. La gente lo identificó como un apóstol o un mesías.
El Partido Socialista también tenía organización formal, pero no llegó a ser a nivel Nacional. Se hizo fuerte en Mendoza, Tucumán o Bs. As., pero el fuerte fue Capital Federal.
El Partido Demócrata Progresista, se arraigó con los chacareros de Santa Fe y Córdoba. En Rosario tuvo peso también, como en la Capital.
Los partidos de derecha, como el Partido Conservador, ejerció un liderazgo reconocido en la Pcia. de Bs. As., pero nunca se llegó a estructurar a nivel nacional.
En 1928 la UCR gana con el 60%. El delicado mecanismo institucional no llegó a constituirse plenamente. La reforma electoral preveía un papel importante para las minorías. Las relaciones del gobierno con los sectores tradicionales no fueron malas al comienzo. HY comenzó si gobierno con un Parlamento hostil, y su estrategia fue aumentar su escueto poder. HY desvalorizaba al Congreso y desconocía su autoridad, creando un cortocircuito institucional.
Conservadores y radicales disidentes se hicieron fuertes en la defensa del orden institucional, junto con los socialistas y demoprogresistas. Por su parte el radicalismo y su caudillo fomentaban la incorporación ciudadana a la vida política. Pero todos fallaban en la puesta en valor ante la ciudadanía del sistema institucional democrático.
Alvear se benefició de una máquina ya montada en 1922. Limitó la creación de empleos públicos y aceptó las funciones de control que institucionalmente le correspondían al Parlamento. Los yrigoyenistas formaron una corriente hostil hacia el gobierno. A fines de 1923, Alvear decide ponerse del lado del grupo opositor, nombrando a Vicente Gallo como ministro del Interior, quien con Leopoldo Melo encabezaban la corriente denominada “antipersonalista”.
En 1924 los radicales se dividen y presentan listas separadas. “Genuflexos”, por su obediencia al jefe y “contubernistas” que se usaba para calificar los acuerdos entre los antipersonalistas, conservadores y socialistas.
La derecha conservadora quería impedir el retorno de HY, en quien veían los peores vicios de la democracia.
En 1927 se creó la Fábrica Militar de Aviones, y desde 1922, el militar Enrique Mosconi, presidía YPF, creado por HY. Simultáneamente y con la expansión del automóvil, crecieron grandes empresas privadas: Shell (británica) y Standard Oil (estadounidense). La competencia empezó a convertir el petróleo en un tema de discusión pública.
LA VUELTA DE YRIGOYEN.
El yrigoyenismo desarrolló ampliamente su red de comités y fortaleció la imagen mítica del caudillo. Junto con la consigna de derrotar al “contubernio” utilizó la bandera de la nacionalización del petróleo. Raro, porque durante su primera presidencia, el tema no le preocupó. El problema del petróleo se había instalado en la discusión pública, y la presencia extranjera era asociada con su manifestación mas agresiva: la estadounidense Standard Oil. La bandera de la nacionalización coincidía con la prédica de los sectores militares preocupados por asegurar la autarquía del país respecto de los recursos estratégicos, se vincula con la nueva y fuerte hostilidad de los sectores terratenientes hacia Estados Unidos, a partir del conflicto de las carnes, y enraizaba finalmente en un sentimiento antiestadounidense de mas larga data, que asociaba unívocamente la metrópoli del norte con el “imperialismo”. De alguna manera el petróleo aparecía como la panacea que aseguraría la vuelta a la prosperidad, una fuente de rentas tan abundante que con ellas podría asegurarse a la vez el bienestar de los sectores propietarios, del Estado y de la sociedad.
Su victoria en 1928 fue notable.
El proyecto de nacionalización, apoyada por la Cámara de Diputados, se detuvo en el Senado. HY se dedicó a algo más importante que afectaba sus relaciones con los sectores propietarios. El acuerdo firmado estableció fuertes concesiones comerciales a los británicos, asegurándoles el suministro de materiales a los Ferrocarriles del Estado, arancel preferencial a la seda artificial, a cambio de la garantía de que seguirían comprando la carne argentina. Yrigoyen con esto se solidarizó con la corriente, fuerte entre la elite, de robustecer las relaciones bilaterales con GB, en desmedro de las nuevas con EEUU. HY se lanzó a conquistar el Senado y apeló a los clásicos mecanismos: amplio reparto de puestos públicos e intervención a gobiernos provinciales adversos: esta vez Santa Fe (baluarte antipersonalista), Corrientes, Mendoza y San Juan.
La oposición, abrumada por la derrota electoral se desesperó por desalojar a HY del poder. La crisis económica mundial estalla en 1929. Caída de exportaciones, retiro de fondos estadounidenses que afectaron las empresas ferroviarias y marítimas, vinculadas con el comercio exterior, y tambien al gobierno. La fuerte inflación, las reducciones de sueldos y los despidos se reflejaron inmediatamente en los resultados electorales: marzo 1930, los socialistas independientes derrotaron en la Capital tanto a los radicales como a los socialistas. La Liga Republicana y los estudiantes universitarios reformistas, clamaban por la caída del gobierno.
La discusión era si la solución era institucional o intervención militar; si con el nuevo gobierno se intentaría una reinstitucionalización según los moldes tradicionales o si era la hora de una nueva república, inspirada en nuevos modelos europeos. Las dos caras de ambas soluciones eran el general Justo y los nacionalistas con el general Uriburu. Se pusieron de acuerdo y el 6 de septiembre de 1930 se produjo el golpe de Estado.
UNIDAD III. La restauración conservadora, 1930-1943
Con el primer golpe de Estado producido en 1930 se cambia el régimen político de democrático a autoritario! Comenzando un periodo de fraudes, corrupción, represión hacia todo aquel que no esté de acuerdo con proceder de los gobernantes, proscripción del partido radical, la disolución de Consejo Deliberante.
Desde el Senado abrá algunos actores políticos, como Lisandro de la Torre que luchará para combatir los tratados corruptos que llevan a cabo desde los más altos cargos con Inglaterra que perjudican seriamente al país y beneficia, además de a Inglaterra, a unos pocos argentinos que ocupan cargos superiores.
Esta problemática desencadenará el asesinato de Alejandro Bordabehere en el Senado de la Nación.
Las contradicciones y distintos intereses que se tejen dentro de las Fuerzas Armadas llevan a un constante cambio en el sillón presidencial y la división interna de las FF.AA .
Juan Perón siendo Secretario de Trabajo comenzará a ocuparse de los trabajadores, ganandose así su respeto y apoyo popular.
Félix Uriburo asume la presidencia utilizando la fuerza, con ella basa su poder y por ende la toma de sus decisiones! La legitimidad es impuesta a través del miedo, la tiranía , el autoritarismo... Si bien hay un sector que se revela y trata de manifestarse son reprimidos y controlados muy fácilmente.
La decada infame se denomina al periodo caracterizado por el fraude electoral, ausencia de la participacion popular, dependencia extranjera, proliferacion de los negociados, persecusion de la oposicion y corrupcion.
Se desarrolo durante las presidencias de Uriburu, Justo, Ortiz y Castillo iniciado en 1930 y finalizado en 1943.
Roca-Runciman
Dicho pacto propuso limitar al 15% el cupo que podría ser manejado por frigoríficos nacionales. Las libras obtenidas en el mismo, se usarian en Gran Bretaña: en el pago de la deuda, en la importacion de carbon, material ferrovialo o textiles. Esto era mucho más favorable para los britanicos. Solo a cambio de mantener las relaciones comerciales con Gran Bretaña.
Claudia,
Pensemos ¿cómo impacta en la economía este proceso de migración interna?
¿Por qué asistimos al desarrollo de estos organismos estatales que mencionás durante estos años?
Nos leemos!
Melina
Este proceso de migracion interna impacta en el desarrollo de la industria y demograficamente , quienes venian del campo y de otras provincias ante la caida de la produccion en el campo y una expectativa de mejores oportunidades en la Ciudad, una nueva clase obrera mano de obra al por mayor y gran caudal de personas en la ciudad de Bs As y sus alrededores , se forman las primeras villas de emergencias situadas cerca del puerto , casillas de madera con techos de chapa . los llamados conventillos casas grandes con la cocina y el patio compartido . la industria sufria falencias en esta epoca , habia gran cantidad de obreros pero no habia industria pesada es decir maquinarias es por eso que la mayoria eran importadas .al igual que las primeras industrias .la mayoria eran extranjeras-
La creacion de estos organismos estatales se realiza para mejorar la calidad de la produccion ,adaptarlas a las nesecidades de los mercados,para competir en mejores condiciones.hacer propagandas externas,crear normas e involucrar a los interesados en su manejo en el nombre del interes general, regulaban la actividad productiva.estado intervencionista , delgada frontera entre lo publico y lo privado . estas juntas se crearon por decretos que mas tarde se harian leyes .,entre ellas un dato curioso - - la junta reguladora yerbatera por el año 1935 sanciono una ley (12236) por la cual en la Provincia de Misiones se le regalaba a la gente grandes cantidades de tierras fiscales con la condicion ( se lo exigian ) que en el 75 % de las mismas tenian quue plantar yerba mate.-estas juntas estaban formadas por el Banco Central - y distintos integrantes , politicos . sembradores etc-
Asume Uriburu en 1930. En 1932 transfiere el mando al Gral. Agustín Pedro Justo, electo junto a Julio A. Roca. En el interín el gobierno provisional hace elecciones para gobernador de Bs. As. Y gana Honorio Pueyrredón, pero fue anulada. Eso muestra la incertidumbre que había en el momento. También la hubo en los sectores que querían derrocar a HY. Estos sectores coincidían con el gobierno en la persecución a los radicales, dejar cesantes a los empleados públicos nombrados por el gobierno de HY, la intervención en los puertos para desarmar allí el control sindical, las deportaciones de dirigentes anarquistas o comunistas y hasta el fusilamiento de un anarquista expropiador. La movilización social era escasa, hicieron poco para defender la institucionalidad democrática.
Los nacionalistas tomaron la iniciativa: querían un elitismo autoritario del que se enorgullecían. En el mundo ya había estos casos: Mussolini en Italia.
Justo, un militar con vocación civil, contaba con el respaldo del Ejército y desde el 6 de septiembre libró una guerra sorda con Uriburu por el control de los mandos principales, y salió triunfante. Con los radicales abstenidos a presentarse, a Justo solo lo enfrentó una coalición del Partido Socialista y el Demócrata Progresista. En 1931, en una elección no totalmente escandalosa, Justo obtuvo el triunfo y la oposición el gobierno de una provincia y respetable representación parlamentaria.
Las formas institucionales estaban salvadas y la revolución parecía haber encontrado un puerto seguro. En el Congreso hubo oficialismo y oposición.
INTERVENCION Y CIERRE ECONOMICO
La creciente intervención del Estado y el cierre progresivo de la economía. Había que reforzar al relación con GB. Compra y venta de divisas para enfrentar la crisis. EN 1935 se creó el Banco Central. Junta Nacional de Carnes y JN de Granos aseguraron precios mínimos. El Estado fue asumiendo funciones mayores en la actividad económica, y pasó de la simple regulación de la crisis a la definición de reglas de juega cada vez mas amplias, según un modelo que teorizó el economista británico John M. Keynes y que empezaba a aplicarse en todo el mundo. El cierre creciente de la economía, los aranceles y la escasez de divisas creaban condiciones adecuadas para sustituir los bienes importados por otros producidos localmente. Creció el sector textil, alimentos, productos químicos. Los grandes capitales invirtieron en la industria. La sustitución de importaciones ofrecía el atractivo de un mercado existente y cautivo, y una ganancia rápida.
El cierre de la economía, la intervención del Estado y un cierto crecimiento industrial parecían datos sobre los que nos se podía retornar.
LA PRESENCIA BRITÁNICA
En el marco de la crisis, GB se vio presionada por el avance de EEUU. GB fortaleció sus vínculos con sus colonias para no ceder ante EEUU. En 1932, una medida de la Conferencia Imperial de Ottawa decidió que se reduzca la compra de carne congelada argentina. EN 1933 se firma el Pacto Roca-Runciman en el que limitó al 15% el cupo que podría ser manejado por frigoríficos nacionales. La totalidad de las libras generadas se emplearían en la propia GB: pago de la deuda, importación de carbón, material ferroviario o textiles. A la vez estipulaba un “tratamiento benévolo” para esas empresas. Sin duda, gran victoria para GB a cambio del mantenimiento de la participación argentina en el mercado de las carnes. Asi, los EEUU retrocedieron en este mercado. Se ratificó el bilaterismo con GB insinuado en 1929.
Ante esto, los criadores organizaron la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa. En 1933 se sancionó la ley que establecía una Junta Nacional de Carnes, destinada a intervenir de manera limitada en la regulación del mercado.
El 1935 Lisandro de la Torre manifestó su descontento con el tratado. En esa época era la figura destacada de la oposición parlamentaria de socialistas y demoprogresistas. En una de las sesiones cayó asesinado Enzo Bordabehere, senador electo del partido de Lisandro de la Torre. Fue contra el “imperialismo” y la “oligarquía”. El acercamiento de las clases dirigentes y la Iglesia católica empezaban a revertir el tradicional liberalismo de la sociedad argentina.
UN FRENTE POPULAR FRUSTRDO
El régimen de Justo fue visto como ilegal: fraudulento, corrupto y ajeno a intereses nacionales. Recién en 1935 comienza una creciente movilización social y política. Los trabajadores de la construcción, dirigidos por comunistas, iniciaron una huelga que mas de noventa días. En enero siguiente, la CGT realizó una huelga de dos días. Se creó la Federación Obrera Nacional de la Construcción. 1935, 1936 y 1937 fueron años de huelga. La CGT reconstruida con socialistas y comunistas. Radicales, demoprogresistas, socialistas y comunistas, celebraron el 1 de mayo y adhirieron al reclamo de trabajadores, donde fustigaron a los “herederos del 6 de septiembre” y reclamaron por la libertad y la democracia. Por primera vez se cantó el himno y Marcelo T. de Alvear fue elogiado como “un obrero autentico de la democracia nacional”.
El gobierno, ante esto, fue contra los comunistas. El Senado aprobó una ley de represión al comunismo, bloqueada por diputados. Justo le dio cabida a los nacionalistas para que le den una mano contra los sindicatos/comunistas. La derecha (Frente Nacional) enfrentaba al Frente Popular. La Guerra Civil española profundizó mas la división. De un lado, la derecha integró a conservadores autoritarios, nacionalistas, filofascistas y católicos integristas. Del otro lado, del radicalismo al comunismo, socialistas, demoprogresistas, estudiantes de la Federación Universitaria, dirigentes sindicales agrupados en la CGT y un sector de opinión independiente y progresista, que incluía figuras del liberalismo conservador.
La Reforma Universitaria, con ideología antiimperialista, democrática y popular, empezaba a entrar en la política. Empieza a predominar el espíritu reformista y la convocatoria a todos quienes coinciden en la aspiración al progreso, la libertad, la democracia y una sociedad mas justa. Estas preocupaciones están presentes en la CGT, máxima representación de los obreros organizados.
Los salarios cayeron mucho, y solo en 1942 se recuperó el nivel de 1929. Desde 1933, la recuperación económica y la reorientación industrial empezaron a hacerse notar. El movimiento de migrantes de las zonas rurales hacia los grandes centros urbanos, atraídos por el nuevo empleo industrial. Comienzan a tener mas protagonismo las organizaciones gremiales como la Union Ferroviaria, la Fraterniadad (maquinistas), unión Tranviaria, los municipales y empleados de comercio. La actividad sindical resurgió en 1934 y creció mucho hasta 1937. Los empleados de comercio lograron una ley que establecía la licencia por enfermedad y la indemnización por despido y en algunas se instrumentaron sistemas de jubilación. Ortiz (radical antipersonalista), presidente desde 1938, mantuvo buen contacto con los ferroviarios, mientras el gobernador Fresco reprimía con dureza a los comunistas, legalizaba los sindicatos y utilizaba el poder arbitral del Estado para proteger a los trabajadores.
Estado intervencionista y dirigista y tendencia de sus dirigentes a reducir la política partidaria y de las instituciones representativas, como el Congreso.
El radicalismo contribuyó a mejorar la imagen de las instituciones, cuya legitimidad se hallaba fuertemente cuestionada. El Fuerte Popular perdió fuerza cuando del Partido Socialista Obrero se pasaron al Partido Comunista, conflicto profundizado en 1939 por el pacto nazi-soviético.
Ortiz se enferma y en 1940 delega el mando al vice Catillo, quien deshizo todo lo construido en pro de la democratización. Fraude en elecciones provinciales. Por presión de los militares, Castillo disuelve el Consejo Deliberante de la ciudad de Bs As. Asi, el intento de democratización iniciado en 1936 se desmoronaba a fines de 1940. Influye también el cambio de la coyuntura internacional: los frentes populares fueron derrotados en España y Francia, el nazismo acumulaba triunfos.
Sin embargo, la democracia iniciada en 1912 había arraigado lenta y progresivamente en la sociedad. Con el correr de los años, se formaron ciudadanos, desarrollo de los hábitos, participación, ejercicio del derecho.
Quienes debían enfrentar al gobierno fraudulento, optaron por las transacciones, contribuyendo al descreimiento del ciudadano: las banderas de la reglamentación democrática habían pasado a miembros del mismo régimen. En realidad, desde el Estado se contribuyó en muchao a esa descalificación de los partidos políticos y del mismo sistema representativo: mientras las política estaba asociada al fraude, el Estado encaraba la negociación de las cuestiones de gobierno directamente con los distintos actores de la sociedad (sindicatos, empresarios, FFAA, Iglesia y asociaciones civiles) ignorando al Congreso y a los partidos políticos.
LA GUERRA Y EL FRENTE NACIONAL
1939 comienza la Segunda Guerra Mundial. Primer impacto: relaciones con GB y EEUU. Se redujeron las exportaciones agrícolas y aumentaron las de carne. Disminuyeron las importaciones de origen británico y Argentina empieza a tener saldo a favor con el Reino Unido.
Se comienza a exportar a países limítrofes. Crecimiento industrial y saldos favorables con EEUU. EN 1940, Pinedo, ministro de hacienda, presenta el Plan de Reactivación Económica: compra de cosechas por parte del Estado para sostener el precio y a la vez, estimular la construcción pública y privada, para movilizar otras actividades. El proyecto fue aprobado por el Senado pero la Cámara de Diputados no lo trató.
El gobierno de Ortiz procuraba acercarse a EEUU.
En junio de 1941 Hitler invade Unión Soviética. En diciembre Japón ataca EEUU. EEUU pide apoya a Latinoamérica. Argentina se opone y USA responde con fuertes represalias: Argentina excluida del programa de rearme de sus aliados de guerra
Durante el gobierno de Ortiz, la presencia de militares fie cada vez mas visible, al punto que las FFAA se constituyeron en un actor político. Comienza a desarrollarse una conciencia nacionalista. Nacionalismo tradicional, antiliberal, xenófobo y jerárquico.
Era importante el papel del Estado en una sociedad que seguramente en la posguerra sería acosada por conflictos: la reconstrucción del Frente Popular, las banderas rojas en los mítines obreros y la presencia en las calles del Partido Comunista parecían signos ominosos de ese futuro, y para enfrentarlo se requería orden y paz social. Ese ideal de Estado legitimo y fuerte, capaz de capear las tormentas de la guerra y posguerra, poco se parecía al gobierno tambaleante y radicalmente ilegitimo del doctos Castillo. En 1941 hubo militares que comenzaron a conspirar, mientras otros empujaban a Castillo por la senda del autoritarismo.
Cuando todo parecía conducir al triunfo del Frente Popular, un “frente nacional” comenzó a dibujarse como alternativa: antiguas corrientes europeas antiliberales, de Maurras a Mussolini, y con ellas la Iglesia. Los enemigos de estos no eran los de siempre, sino GB y la oligarquía entreguista. Esto atrajo a derecha e izquierda. Encontrar candidatos no era fácil, el gobierno retornaba al fraude. Castillo estableció el Estado de sitio. Las alianzas políticas empezaron a cultivara los jefes militares, esperando que las FFAA desequilibren una situación trabada. Los jefes militares discutieron las opciones. Aparecen grupos golpistas de diversa índole y tendencias, entre los cuales aparece el Grupo de Oficiales Unidos. El 4 de junio 1943 el Ejercito depuso al presidente e interrumpió por segunda vez el orden constitucional.
UNIDAD IV. EL GOBIERNO DE PERON, 1943-1955
Encabezado sucesivamente por los generales Pedro Pablo Ramírez y Edelmiro J. Farrell. Perón, gracias a un vasto movimiento político en torno de su persona, le permitió ganar las elecciones en febrero de 1946, poco después de que su apoyo popular se manifestara en una jornada por demás significativa, el 17 octubre de 1945. Fue derrocado por un golpe militar en septiembre de 1955. En esos 12 años fue la figura central de la política, al punto de dar su nombre al movimiento que lo apoyaba, el peronismo.
Los militares en el gobierno coincidían en la necesidad de acallar la agitación política y la protesta social: proscribieron a los comunistas, persiguieron a los sindicatos e intervinieron la Confederación General del Trabajo, disolvieron la Acción Argentina (partidarios de romper relaciones con el Eje) y lo mismo con los partidos políticos. Intervinieron universidades e impusieron la enseñanza religiosa en las escuelas públicas. Contaron con la colaboración de un elenco de nacionalistas y católicos integristas, algunos de antigua militancia junto a Uriburu, quienes dieron el tono al régimen militar: autoritario, antiliberal y mesiánico, obsesionado por la fundación de un orden social nuevo y por evitar el caos del comunismo de la posguerra. No le fue difícil a la oposición democrática identificar al gobierno militar con el nazismo.
Se mantuvo el acuerdo comercial con GB. EEUU emprendió una cruzada contra los militares. Para EEUU era una cuestión de prestigio y un imperativo moral acabar con los militares, y para éstos, una cuestión de principio no aceptar el diktat del Departamento de Estado. En 1944 Ramirez rompe relaciones con el Eje (Alemania nazi, Italia fascista y Japon) y es desplazado por oficiales antiestadounidenses. El gobierno se mete en un callejón sin salida. Ésta la encontró Perón, que provenía del GOU, secretario de Farrell y luego ministro. En Julio de 1944 Perón llega a la vicepresidencia y es el alma verdadera del gobierno.
Perón, a cargo de la Dirección Nacional del Trabajo (después fue Secretaría) se ocupó del movimiento obrero, vinculándose con los dirigentes sindicales. Presentaron sus demandas y las satisficieron. Régimen de jubilaciones, vacaciones pagas, accidentes de trabajo, equilibrio entre el peón y patrón. El Estatuto del Peón se extendió al mundo rural, hasta entonces manejado en forma paternal y privada. Desde la secretaría Perón expandía los mecanismos del Estado árbitro y a la vez estimulaba la organización de los trabajadores, incentivaba sus reclamos y presionaba para que se cumplan. Los dirigentes sindicales al principio tenían dudas y desconcierto.
Perón se dispuso a hablar con todos los partidos. Tenía la necesidad de un Estado fuerte que interviniera en la sociedad y en la economía y que a su vez asegurara la autarquía económica.
Los empresarios y las agrupaciones patronales tomaron distancia de Perón y él acentuaba su relación con los obreros y les subrayaba su prédica anticapitalista y los motivos de la justicia social.
La oposición democrática empezó a reconstruirse. Tras la liberación de Paris en 1944 dio pie a una manifestación antigubernamental y desde entonces, un movimiento social ganó la calle y revitalizó los partidos políticos. El gobierno estaba en retirada. Los partidos opositores pidieron la entrega de poder a la Corte Suprema. La Unión Democrática expresaría el repudio a los militares y el apoyo a los vencedores de la guerra. El frente político (comunistas, socialistas y demoprogresistas) estaba animado por los radicales, que se separaron en dos.
El 17 de octubre de 1945 una multitud (en su mayoría obreros) se concentró en la Plaza de Mayo reclamando la libertad de Perón y su restitución a los cargos que tenía. El coronel habló a la multitud y volvió al centro del poder, esta vez como candidato a presidente.
La industrialización había avanzado sustantivamente durante la guerra, tanto para exportar a los países vecinos cuanto para sustituir las importaciones, escasas por las dificultades del comercio y también por el boicot estadounidense. Se engrosó la masa de trabajadores industriales debido a la migración rural, expulsados por la crisis agrícola.
Se creó el partido Laborista con dirigentes sindicales que se fortalecieron con la movilización de octubre. Su programa tenia motivos socialistas, los vinculados con el dirigismo económico y el Estado de Bienestar. Perón era el candidato. Respaldado por el Ejército y la Iglesia. Dividió el “pueblo” de la “oligarquía”.
El 24 de febrero 1946 triunfó Perón, claro pero no abrumador.
MERCADO INTERNO Y PLENO EMPLEO
El nuevo gobierno se mantuvo en la retórica antiestadounidense, bajo la doctrina “tercera posición”, distanciada del comunismo y del capitalismo. Estableció relaciones diplomáticas con la Unión Soviética, e hizo lo posible por mejorar sus relaciones con Washington. Por presión de Peron, el Congreso aprobó en 1946 las Actas de Chapultepec que permitían el reingreso a la comunidad internacional, y el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca. EEUU continuó dispuesto a hacerle pagar a Argentina su independencia durante la guerra. El boicot fue sistemático. Las exportaciones industriales a los países limítrofes empezaron a retroceder ante la competencia estadounidense. Las exportaciones agrícolas a Europa fueron obstaculizadas por EEUU. En 1948 se lanzó el Plan Marshall, pero EEUU prohibió que los dólares aportados a Europa se usaran para importaciones de la Argentina. Ya en 1949 las economías europeas se recuperaron, EEUU inundó el mercado con cereales subsidiados y la participación argentina disminuyó drásticamente. GB no aceptó las presiones estadounidenses para restringir las compras en la Argentina. Ademas de la carne, estaban en juego las libras que habían quedado bloqueadas en Londres durante la Guerra y las inversiones británicas radicadas en el país. La pésima situación de las empresas ferroviarias, la descapitalización y obsolescencia y la pérdida general de rentabilidad hacían conveniente para los británicos desprenderse de ellas. Se arregló la compra de los ferrocarriles casi por el total de la deuda británica. La crisis financiera británica en 1947 y el abandono de la convertibilidad de la libra acabaron con la única ventaja importante obtenida.
La Segunda Guerra Mundial, la crisis de los mercados y el aislamiento, acentuado por el boicot estadounidense, habían contribuido a profundizar el proceso de sustitución de importaciones. Avanzó el sector metalúrgico, con Siam Di Tella a la cabeza. Se exportó a países vecinos. Creció así una amplia capa de establecimientos medianos y pequeños, y aumentó notablemente la mano de obra industrial, que se nutría de la corriente de migrantes internos, cada vez mas intensa.
Fin de la guerra, que había permitido el crecimiento del sector industrial argentino. El sector exportador como el industrial adoptaron las ideas planteadas por Pinedo en 1940: estimular las industrias “naturales”, capaces de producir eficientemente y de competir en los mercados externos, asociarse con EEUU y mantener un equilibrio entre el sector industrial y el agropecuario, del cual debían seguir saliendo las divisas necesarias para la industria. Otra alternativa era la producción de insumos básicos, como el acero o el petróleo, mediante una decidida intervención del Estado, y asegurar así la autarquía, copiando a la Unión Soviética, que se había convertido en un Estado poderoso.
1946, Primer Plan Quinquenal, para planificar la economía. Se construye la empresa siderúrgica estatal Sociedad Mixta Siderurgia Argentina (SOMISA). La política del Estado apuntó a la defensa del sector industrial instalada y su expansión. Este recibió amplios créditos del Banco Industrial, protección aduanera para eliminar competidores externos y divisas adquiridas a tipos preferenciales para equiparse. Las políticas de redistribución de ingresos hacia los sectores trabajadores contribuían a la expansión sostenida de consumo. En este periodo, la alta ocupación y los salarios en alza trajeron aparejada una expansión de la demanda y una inflación cuyos niveles empezaron a elevarse, pero a la vez ganancias importantes para los empresarios. Perón optó por el mercado interno y la defensa del pleno empleo. El sector agropecuario ya no era la “rueda maestra” de la economía.
La política peronista se caracterizó por un fuerte impulso a la participación del Estado en la dirección y regulación de la economía, con tendencias conservadoras y una corriente de inspiración keynesiana.
Se nacionalizaron las inversiones extranjeras, expresada en la fórmula de la Independencia Económic: ferrocarriles, teléfonos, gas y algunas compañías de electricidad del interior. Entre las reformas mas importante: la nacionalización del Banco Central. Desde él se manejaba la política monetaria y la crediticia, además del comercio exterior.
Entre 1946 y 1949 se extendieron y generalizaron las medias sociales lanzadas antes de 1945. Por la via de las negociaciones colectivas, garantizadas por la ley, los salarios empezaron a subir notablemente. Agregado a las vacaciones pagas, las licencias por enfermedad o los sistemas sociales de medicina y de turismo. El Estado benefactor contribuyó decisivamente en la elevación del nivel de vida: congelamiento de alquileres, establecimiento de salarios mínimos y de precios máximos, mejora de la salud pública, planes de vivienda, construcción de escuelas y colegios, organización del sistema jubilatorio, y en general todo lo relativo al campo de la seguridad social.
EL ESTADO PERONISTA
Perón ordenó la disolución del Partido Laborista, que luego culminaría en la creación del Partido Peronista. Cipriano Reyes se resistió y se enfrentó con Perón, ganándose una enconada persecución. En 1947 Perón eliminó de la dirección de la CGT a Luis Gay, inspirador del Partido Laborista.
La organización obrera se consolidó firmemente, la sindicalización se extendió a los gremios industriales y a los empleados del Estado, alcanzando su máximo hacia 1950. La CGT fue la responsable de transmitir las directivas del Estado a los sindicatos y de controlar a los díscolos. La acción sindical negoció directamente con patronos y gerentes, y establecieron en la fábrica un principio bastante real de igualdad. En los primeros años hasta 1949 las huelgas fueron numerosas, y se generaron al impulso de las reformas lanzadas por el gobierno, para hacerlas cumplir o extenderlas, con la convicción de que se ajustaban a la voluntad de Perón. Este se preocupaba por esa agitación sin fin, y tuvo que recurrir mediante mecanismos de arbitraje para solucionar los conflictos, en su defecto optó por reprimir, ya sea por mano del propio sindicato o de la fuerza pública. Desde 1947 Eva Perón se hizo cargo de la Secretaría de Trabajo, mediando entre dirigentes sindicales y el gobierno, con un estilo muy personal combinando persuasión e imposición.
El Estado peronista tenía en los trabajadores su gran fuerza legitimadora y los reconocía como tal, referido a sus organizaciones y a sus dirigentes, a quienes concedió un lugar destacado. El Estado peronista procuró apoyo a los sectores populares no sindicalizados a través de Eva Peron y su Fundación: creó escuelas, hogares para ancianos o huérfanos, y policlínicos; repartió alimentos y regalos navideños; estimuló el turismo y los deportes. La propia Eva recibía caravana de solicitantes que obtenían su máquina de coser, una cama en el hospital, una bicicleta, un empleo o una pensión. Eva resultaba la encarnación del Estado benefactor. La llamaron la “Dama de la Esperanza” y constituyó una nueva identidad social: los “humildes”.
Según Perón, el Estado, además de dirigir la economía y velar por la seguridad del pueblo, debía ser el ámbito donde los distintos intereses sociales, negociaran y dirimieran sus conflictos. Se inspiraba en Mussolini y rompía con la concepción liberal del Estado. Implicaba una reestructuración de las instituciones republicanas, una desvalorización de los espacios democráticos y representativos y una subordinación de los poderes constitucionales al Ejército, lugar donde se asentaba el conductor, cuya legitimidad derivaba menos de esas instituciones que del plebiscito popular.
Paradójicamente, un gobierno surgido de una de las escasas elecciones inobjetables, se dirigía hacia el autoritarismo. En 1947 reemplazó la Corte Suprema mediante un juicio político. Intervino las provincias. Una ley acabó en 1947 con la autonomía universitaria, estableciendo que toda designación docente requería un decreto del Ejecutivo. El Poder Legislativo fue formalmente respetado, pero los proyectos se preparaban en la presidencia. Los opositores fueron acusados de desacato. En 1949 Balbín fue desaforado. En 1951 se redujo al mínimo la representación opositora en la Cámara de Diputados. El Ejecutivo llegó al “cuarto poder”: el gobierno formó una cadena de diarios y otra de radios. Los diarios independientes como La Prensa y La Nueva Provincia fueron expropiados. Le reforma de la Constitución en 1949 acabó con la última y gran salvaguardia institucional al autoritarismo y estableció la posibilidad de la reelección presidencial. En 1951 Perón fue reelegido junto con Juan Hortensio Quijano. En estas elecciones votaron las mujeres y obtuvieron las dos terceras partes de los sufragios. Perón recurrió al uso de la autoridad del Estado para disciplinar sus propias fuerzas y la utilización de si liderazgo personal e intransferible. En el Congreso, Perón pidió a cada diputado o senador una renuncia en blanco, como garantía de su disciplina. El Partido Peronista, creado en 1947, adoptó una organización vertical, donde cada escalón se subordinaba a la decisión del nivel superior, hasta culminar en el líder, presidente del país y del partido, con derecho a modificar cualquier decisión partidaria. Finalmente, el Partido fue incluido dentro del movimiento, junto con el Partido Peronista Femenino (Eva Perón) y la CGT, a las ordenes del Jefe Supremo, a quien se subordinaban el Comando Estratégico y los Comandos Tácticos.
El régimen tuvo tendencia a “peronizar” todas las instituciones y a convertirlas en instrumentos de adoctrinamiento. Pero la forma más característica y singular de la política de masas eran las movilizaciones y las concentraciones, que ya no eran espontáneas sino convocadas, con suministro de medios de transporte, ordenadas y encuadradas.
La tradición contestataria era recordada y mantenida tanto por Perón como, sobre todo, en las palabras ásperas, llenas de furor plebeyo y desafío clasista de Eva Perón. Las grandes concentraciones cumplían un papel fundamental en la legitimación plebiscitaria del régimen.
UN CONFLICTO CULTURAL
El régimen peronista no atacó ningún interés fundamental de las clases altas tradicionales, aunque pudieran verse afectados por la política agropecuaria. Las instituciones que expresaban los intereses corporativos de los propietarios (la Sociedad Rural, la Unión Industrial y otras) no se pusieron públicamente al gobierno.
Los sindicalistas ocuparon puestos visibles junto con una nueva camada de políticos, deportistas o artistas. Las clases media tradicionales tuvieron quizá mas motivos de queja, en especial quienes gozaban de rentas fijas, reducidas por la inflación, o quienes perdieron sus empleos. Pero en cambio se nutrieron de los nuevos contingentes: la modesta prosperidad económica de los trabajadores y la educación de sus hijos, pero la característica saliente de estos años fue la expansión de la matricula en la enseñanza media y la no menos notable expansión de la universitaria.
Las migraciones internas habían venido modificando en profundidad la fisonomía de los sectores populares. La crisis de la agricultura pampeana operó de manera tan fuerte como la oferta de trabajo industrial, y estabilizada ésta, fue la mera atracción de la vida en las ciudades. A fines de la década del 30 y el periodo de la guerra, predominaron los migrantes de las zonas pampeanas más cercanas y luego se incorporaron lo provenientes del Interior tradicional, con quienes se construyó la imagen social del “cabecita negra”. Con ellos se expandieron los cinturones de las grandes ciudades (Gran Bs As, Gran Rosario, Gran Córdoba) donde se repitió una historia social ya conocida: el lote modesto, la casita precaria, construida por partes (con la novedad de los planes sociales de vivienda) y el esfuerzo societario para urbanizar el lugar.
La novedad fue la incorporación de los sectores populares a ámbitos visibles. Los sectores populares se incorporaron al consumo, a la ciudad, a la política. Compraron ropas y calzados, y también radios o heladeras. Viajaron por el país, gracias a planes de turismo social. Llenaron las canchas de futbol, las plazas y los parques y fueron al cine.
El reconocimiento del pueblo trabajador y la justicia social fie una idea clave y constitutiva tanto del discurso del Estado, que derivó de ella la doctrina llamada “justicialista”, como de la nueva identidad social que se constituía. La sociedad argentina moderna: la ideología de la movilidad social. La justicia social venia a completar así el proceso secular de integración de la sociedad argentina.
El Estado distribuía en el imaginario de la sociedad los meodels sociales y culturales establecidos, distribuía también una cierta visión de la tradición nacional, que se encarnaba en primer lugar en San Martin, y luego en Urquiza, Mitre, Sarmiento y Roca, con cuyos nombres fueron bautizadas las líneas de los ferrocarriles nacionalizados.
El peronismo había surgido en el marco de un fuerte conflicto social, alimentado desde el mismo Estado. Con el correr del tiempo, derivó, por una parte, en un fuerte enfrentamiento político, que separaba al oficialismo de la oposición, y, por otra, en un conflicto que más que social, era cultural. El Estado había trabajado mucho para encuadrar los conflictos sociales en una concepción mas general de la armonía de clases, la comunidad de intereses y la negociación, que él arbitraba, y a la vez había desplazado el conflicto del campo del imaginario de la sociedad.
Fue un conflicto cultural, infinitamente más violento que el existente entre los intereses sociales básicos, el que opuso lo “oligárquico” con lo “popular”. Lo popular combinaba las dimensiones trabajadora e integrativa, y carecía de aquellos componentes clasistas que, en otras sociedades, se manifiestan en una cultura cerrada y centrada en si misma. No se apoyó en un modelo cultural diferente del establecido, sino en una manera diferente y mas amplia de apropiarse de él, de participar de algo juzgado valioso y ajeno.
La oligarquía –fría y egoísta- era la que pretendía restringir el acceso a esos bienes y excluir al pueblo. Se trataba de una definición precisa en cierto sentido, sobre todo ético, pero socialmente muy difusa, y permitía combinar un violento ataque discusivo –en particular, en la voz plebeya de Eva Perón- con escasas acciones concretas en contra de los supuestos destinatarios, la “oligarquía encerrada en sus madrigueras”. Hubo una reacción horrorizada frente a la invasión popular de los espacios antaño propios, y mucho de ira ante la pérdida de la deferencia y el respeto.
Dos configuraciones culturales antagónicas y excluyentes. En torno de Eva Perón se libró un combate de ese tipo. Mas visible aun fue la disputa en torno de la imagen de los “descamisados”, que encerraba todo el prejuicioso desprecio de la gente “decente” frente a un comensal inesperado; pero del otro lado hubo una asunción positiva del descamisado, una apropiación y resignificación de la imagen del otro, como si el conflicto cultural se librara en el campo ya organizado por los sectores tradicionales.
CRISIS Y UNA NUEVA POLITICA ECONOMICA
La situación comenzó a cambiar hacia 1949, los precios de los cereales y la carne volvieron a la normalidad. Se agotaron las reservas y con ello la inflación, paro y desocupación. En invierno de 1953 muere Eva Perón y se lanza el Segundo Plan Quinquenal: para reducir la inflación, se restringió el consumo interno: fueron eliminados los subsidios a bienes de uso popular, veda parcial al consumo de carne y se levantó el congelamiento de alquileres. Perón pidió reducción del consumo, con sorprendente efecto. Se proclamó “la vuelta al campo” y empezó a estimular a los productores rurales, dando prioridad a la importación de maquinaria agrícola. Con esto apuntaba a aumentar la disponibilidad de divisas para seguir impulsando el desarrollo del sector industrial, calve para todo el andamiaje del peronismo.
Se restringió el crédito industrial y el uso de divisas. El proyecto siderúrgico de SOMISA fue reactivado y se procuró iniciar la fabricación de tractores y automóviles. Los contratos colectivos de trabajo fueron congelados por dos años. A principios de 1955 se convocó a empresarios y sindicalistas: ineficiencia en la mano de obra, poder excesivo de los delegados de fábrica y el ausentismo de los lunes.
El gobierno puso sus esperanzas en la concurrencia de capital extranjero. Comenzaron a entrar la FIAT, Mercedes Benz y en 1954 se firma contrato con la Standard Oil para la explotación de 40 mil hectáreas en Santa Cruz, con amplios derechos. Una medida que tomó un amplio debate público, por eso Perón lo mandó al Congreso y no llegó a ser ratificado.
Los logros de la nueva política fueron modestos: se redujo la inflación y se reequilibró la balanza de pagos, pero no se apreciaron cambios en el agro y la industria. No se recurrió a la devaluación ni se redujo el gasto público, bases de la tradición peronista.
Los comienzos de la crisis tuvo a dos actores principales que apoyaban al régimen: los sindicatos y el Ejército. La solución llevo al camino del autoritarismo.
Hacia 1948 el Estado pudo controlar el frente gremial. Desde el 49 al 51, las huelgas de los trabajadores del azúcar, los bancarios, los gráficos, y los ferroviarios, desafiando al régimen. Terminó con prisión a los dirigentes rebeldes y movilización militar a los obreros. Crecían los problemas con los militares. La expropiación del diario La Prensa y la irritación con Eva Perón por su injerencia en los asuntos del Estado y su peculiar estilo, llevaron a Benjamin Menendez el 28 septiembre de 1951 a intentar derribar a Perón, pero fue fácilmente sofocado. Perón aprovechó esto para establecer el estado de guerra interno y mantenerlo hasta 1955.
CONSOLIDACION DEL AUTORITARISMO
Hacia finales de su gobierno, Perón tuvo una conducta errática. Dificultad para llenar el vacío dejado por la muerte de Evita.
Se avanzó en la “peronización” de la administración pública y la educación. Los nombres de Perón y Evita fueron impuestos a estaciones ferroviarias, hospitales, calles, plazas, ciudades y provincias. La “peronización” llegó a las FFAA: hubo cursos de adoctrinamiento justicialista. Los espacios de la oposición fueron reducidos al mínimo en la prensa y el Parlamento, donde Cámpora, presidente de la Cámara de Diputados, proclamó la superioridad de la obsecuencia sobre la consecuencia.
Perón buscó un acercamiento con los opositores. Pero esto terminó en octubre de 1953: durante una concentración, y mientras hablaba Perón, estallaron en Plaza de Mayo bombas colocadas por grupos opositores lanzados al terrorismo y murieron varias personas. Como respuesta, grupos peronistas incendiarion la Casa Radical, la Casa del Pueblo socialista y el Jockey Club, centro emblemático de la “oligarquía”. También se detuvo dirigentes y personalidades de la oposición, como Ricardo Balbín y Victoria Ocampo. A los meses fueron liberados.
Por ese entonces el radicalismo había definido su perfil que iba en contra de un régimen que giraba simultáneamente al conservadurismo y al autoritarismo. En 1954 Frondizi alcanzó la presidencia del Comité Nacional. Proponía el combate al peronismo sin renunciar a la crítica institucional, reivindicando la reforma agraria y el antiimperialismo, tema que los contratos petroleros habían tornado urticante.
LA CAIDA
Comienza el conflicto de Perón con la iglesia. El Ejército hacía oír su disconformidad con el gobierno. La Iglesia no le gustaba la beneficencia de Perón mediante la Fundación y en la educación. Al gobierno le molestaba la intromisión de la Iglesia en la política. En 1954 Perón lanzó su ataque contra la Iglesia: se prohibieron las procesiones, se suprimió la enseñanza religiosa en las escuelas, se introdujo una cláusula que permitía el divorcio vincular, se autorizó la reapertura de prostíbulos y se envió un proyecto de reforma constitucional para separar la Iglesia del Estado. La Iglesia se defendió e inundó la ciudad con todo tipo de panfletos. El 16 de Junio de 1955 se produjo un levantamiento de la Marina contra Perón.
El proyecto de los marinos, en verdad, consistía en bombardear la Casa de Gobierno para asesinar a Perón, pero esto terminó en el bombardeo y ametrallamiento de una concentración de civiles reunida en Plaza de Mayo para apoyar a Perón, que causó trescientas muertes.
Frondizi invitó al gobierno a volver a la senda republicana y formular un verdadero programa de gobierno alternativo. Alfredo Palacios, socialista, no lo dejaron hablar ya que pedía la renuncia de Perón, quien la presentó el 31 de agosto convocando a la gente a la Plaza de Mayo. El 16 de septiembre estalló en Córdoba una sublevación militar y el 20 de septiembre Perón se refugió en la embajada de Paraguay. El 23 de septiembre el general Lonardi se presentó en Buenos Aires como presidente provisional de la Nación.
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