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El ensayo autoritario
Un amplio consenso acompañó el golpe del 66, entre ellos, grandes sectores empresarios.
Para el nuevo gobierno, surgido de un golpe, era necesario reestructurar la sociedad, con autoridad. La primera fase de éste fue un shock autoritario, se disolvieron todos loa partidos políticos, se disolvió el parlamento, los militares fueron alejados de la vida positiva. La represión del comunismo fue lo que unía a los golpistas, se extendió a todas las ramas, en especial en la Universidad, en la cual se reprimió, acabó su autonomía el 29 de julio de 1966, con la noche de los bastones largos. En éstas volvieron los grupos tradicionales clericales y autoritarios que habían predominado antes de 1955.
La iglesia aportó la censura a la sociedad, con la justificación anticomunista. Ésta censura se vio en la vida personal, se preocupó por la modernización intelectual y la autoridad era el medio para extirpar el mal de la sociedad.
Sin tener una mediada económica definida, redujo el personal en la administración pública, entre otros, la respuesta fueron huelgas masivas que fueron acalladas con grandes represiones violentas por parte del gobierno, se sancionó en una ley de Arbitraje Obligatorio que condicionaba la posibilidad de iniciar huelgas. Los sindicalistas en 1967 empezaron un Plan de Acción, parecido al que fue montado con Illia (Plan de Lucha) que fue duramente reprimido con despidos. La CGT reconoció su derrota. El gobierno había encontrado la herramienta para la reestructuración de la sociedad y de la economía.
En los primeros seis meses las medidas económicas no eran claras. En marzo de 1967, se adoptó el plan de Krieger Vasena, con el propósito de superar la crisis cíclica. La inflación se redujo en 1969, los perjudicados, los sindicatos, congelaron sus salarios por dos años, se suspendieron las negociaciones colectivas. El déficit se redujo, se produjo una devaluación del 40% y una retención a las exportaciones agropecuarias, todo reforzado con préstamos del FMI. Las cuentas del Estado estaban equilibradas.
Las inversiones públicas fueron notables, creció el producto bruto, y la desocupación fue baja, los salarios no cayeron notablemente. El sector mayormente beneficiado, el extranjero, el perjudicado los sectores rurales.
Frente al empate, esta política se volvió a favor de los grandes empresarios, se transfirieron los ingresos de los sectores rurales a los sectores urbanos, si bien estas políticas achicaban el estado benefactor conservaba los rasgos de un estado intervencionista. La estabilidad no duró tanto, en 1968 la CGT encabezó un movimiento de fuertes protestas que no pudieron ser controladas por la violencia por parte del Estado, dentro de ésta se dividieron dos grupos, el núcleo vandorista y los participacioncitas, dispuestos a aceptar las reglas del juego, ilusionados como el grupo que rodeaba a Onganía de una vez domesticada la sociedad, comenzar un tiempo social. El orden se desvaneció en 1969 con el Cordobazo.
La primavera de los pueblos
Junto al Cordobazo de mayo de 1669, en varias provincias prevaleció un ambiente de protestas, en las universidades también. La acción gremial fue perfilándose más violeta y transgresora, y con gran capacidad de movilizar a la sociedad. Se expresaba un profundo descontento por parte de la sociedad. Los sectores se fueron conformando en base a la hermandad solidaria, a medida que se descubría la debilidad de su adversario, todos los males radicaban en el poder autoritario.
La iglesia también se sumaba a esta primavera preocupada por los pobres reales y no solo de espíritu, se comprometieron con la reforma social, en 1967, los llamó el movimiento de sacerdotes del Tercer Mundo.
Hubo un gran acercamiento de éstos al peronismo, facilitaron la incorporación de muchos jóvenes a la militancia y a la educación, para los jóvenes sin experiencia policía, el peronismo fue un espacio para la constatación. El peronismo fue permeable a muchos discursos como los del catolicismo y nacionalistas.
Cada vez más se visibilizaba la línea que separaba el poder autoritario con el peronismo, que culminaba en el enfrentamiento de estos.
Frente a las movilizaciones se creía que la revolucione era posible, apoyándose en las movilizaciones de las provincias, la revolución cubana, y la estrategia guerrillera del Che que fue tomada por varios grupos que interpretaron a la política como la guerra, no había otra alternativa que la organización armada, desde 1967 surgieron varias organizaciones con este fin y a afines de 1970 se destacaban dos: los montoneros y la ERP. El asesinato del Gral. Aramburu en 1970 en manos de los montoneros, determinó la violencia que se presenciaría hasta 1973, los actos de violencia crecieron en número.
Los atributos del verdadero militante era el heroísmo.
Militares en retirada
Frente al descontento general en la sociedad, el peronismo resurgiendo, las fuerzas militares se dieron cuenta que debían encontrar una salida, debían negociar. En 1969 Onganía comenzó la búsqueda, sin embargo, se produjo una salida de capitales extranjeros, y expectativas de inflación. Los sindicatos eran menos dóciles y no estaban dispuestos a una negociación y los sectores empresariales desconfiaban de los populistas, el presidente estaba cada vez más aislado de las fuerzas armadas, a principios de 1970 depusieron a Onganía y pusieron Levingston, que gobernó hasta 1971, aumentó los salarios, protegió a los sectores del empresariado. Sin embargo, estas medidas eran ingenuas frente a la demanda por parte del pueblo, pero significaba la búsqueda de una salida. La CGT lanzó un plan de lucha que incluyó 3 paros generales, se firmó un documento, a la Hora del pueblo, se acordaba finalizar las proscripciones, Frente a la emergencia social, se decidió el reemplazo del presidente por Lanusse, y en 1971 anunciaron el restablecimiento de la actividad política. Las fuerzas ramadas priorizaron la salida política.
Se empezó una negociación entre el presidente y Perón, el GAN (gran acuerdo nacional). Entre las medidas pedidas era asegurar el lugar de las fuerzas armadas, lo cual era imposible. En 1971 perón relevó a Paladino y lo reemplazó por Cámpora, dentro de la negociación, Perón no sería candidato, en 1972, regreso al país, dialogó con el jefe del radicalismo, Balbín.
Se creó el frente justicialista de liberación: presidente, Cámpora; vice, Lima, excluyó a los sindicalistas de la negociación y su campaña “Cámpora al gobierno, perón al poder”. En 1973 el peronismo triunfó.
1973: un balance
El sector agropecuario creció altamente, gracias a subsidios y créditos para las inversiones, el INTA incluido, la fabricación local de herramientas para el sector. Se mantuvo la política de la trasferencia de los ingresos del campo a la ciudad.
El producto industrial creció sostenidamente luego de la crisis de 1963 hasta 1975, crecimiento debido a la maduración de inversiones de 1958. La industria se modernizó y llego a estándares internacionales.
Los sindicatos mantuvieron su eficacia de representación, sin embargo, había un gran sector sin representar, protagonistas de nuevas formas de protesta social.
Hacia 1973 se llegaba al tope de la expansión por falta de inversión del sector privado.
El sector propietario seguía ejerciendo poder en las decisiones y definición de las reglas del juego.
El Estado no controlaba las del todo las estructuras, esto se cristaliza en las frecuentes alianzas entre industriales y sindicalistas, para sacar beneficio a costo de un tercero o de la comunidad toda.
El regreso de perón significó una escena corporativa, de negociaciones entre los sectores corporativos, dejando de lado el sector popular.
La vuelta de Perón
El retorno de Parón en 1973 significó en Ezeiza un enfrentamiento sangriento entre diferentes tendencias dentro del peronismo. Cámpora y Lima renunciaron.
En septiembre se realizaron nuevas elecciones, con la formula perón perón, su esposa, Isabel, como vice. Perón al año siguiente murió y su esposa asumió la presidencia. Fue depuesta en 1976.
Perón dejo de verse a sí mismo como el jefe de la resistencia. Armó su proyecto sobre tres bases: un acuerdo democrático con las fuerzas políticas, un pacto social con los representantes corporativos, una conducción más centralizada. Para esto debía tener una economía estable, que costó un déficit creciente. El punto débil de su proyecto, las herramientas utilizadas estaban desgastadas, el pacto social, funcionó mal. Sus políticas, intervencionistas, pero en menor medida, nacionalistas y distribucioncitas y no implicaba un ataque a los intereses establecidos.
Creció la economía y el mercado interno, y las exportaciones, se nacionalizo el comercio exterior, asegurando el beneficio del sector industrial. Las empresas nacionales se respaldaron con créditos flexibles, aumentó el número de empleados públicos y de empresas.
La clave del proyecto residía en el pacto social, que se combinó con medidas persuasivas y autoritarias, se estableció el congelamiento de los precios y la suspensión de paritarias, golpeó duro al sindicalismo y se lo compensó con un aumento del 20% en los salarios.
La inflación se frenó, sin embargo, a fines de 1973, loa problemas se habían acumulado, el incremento del consumo hizo aparecer la inflación, el aumento del petróleo aumentó el costo de las importaciones, el mercado europeo cerró las puertas a las carnes argentinas.
La CGT no estaba contenta con la dirigencia de perón.
En la segunda fase del estado peronista, la CGT propuso negociaciones duras, Isabel perón colocó a amigos y homogeneizo el gobierno. Rompió alianzas claves durante la presencia de perón que iban a ser reemplazadas por vínculos con militares y empresarios. José López Rega apareció en el círculo de Isabel.
Desalojó a las cabezas del sindicalismo opositor, calmando la agitación gremial.
En 1975 la crisis económica tocaba fondo, la CGT convocó a paritarias, se acordó un 40% de aumento, el equipo de Rega devaluó un 100% y la CGT exigía un aumento del 200%, culminó con un paro de 48hs.
Comenzó la lucha real por la conducción del país, con enfrentamientos violentos, entre montoneros y la respuesta a ellos, la triple A, dos formas de terrorismo. Desde febrero de 1975, convocado por Isabel, el ejercito reprimió una guerrilla en Tucumán. El genocidio había comenzado.
La crisis económica no tuvo salida, la presidenta quedo sin respaldo, los empresarios cedieron antes las exigencias de los sindicalistas. No hubo control y la situación se descontroló.
El 24 de marzo de 1976 se depuso y se arrestó a Isabel. Una vez más, el golpe militar se llenó de expectativas y se recibió el golpe con alivio.
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